Está en la página 1de 4

ZAPOTECOS

Los zapotecos o zapotecas son un


pueblo indígena de México. La
población zapoteca se concentra
principalmente en el estado sureño
de Oaxaca y sus estados vecinos. La
población actual se estima en
alrededor de 800.000 personas,
muchas de las cuales hablan su
idioma, aunque la mayoría son
bilingües con el español. En la época
precolombina la cultura zapoteca fue
una de las principales culturas de
Mesoamérica, llegando a desarrollar
un sistema de escritura (ver escritura
zapoteca). Parece que los vestigios
de Monte Albán, al menos los más
recientes pueden atribuirse a pueblos zapotecas.

Muchas personas de ascendencia zapoteca han emigrado a los Estados Unidos durante
varias décadas, y han conseguido mantener sus propias tradiciones en Los Ángeles y la
zona del Valle Central de California.

Grupos
Existen cinco grupos
zapotecas principales: los
istmeños, que viven al sur del
Istmo de Tehuantepec; los
serranos, que viven en la Sierra
Juárez; los de la Sierra Sur, por
ejemplo en el distrito de
Miahuatlán; los de la costa
quienes habitan alrededor de
San Pedro Pochutla y los de
los valles centrales de Oaxaca.

Los zapotecos del Istmo se


denominan a si mismos Binni
záa, palabra que significa
"gente que viene de las nubes". El origen de la denominación zapoteca, es el nombre en
náhuatl que los conquistadores mexicas dieron a este pueblo; este nombre era el de
tzapotēcah (en singular tzapotēcatl), que viene significando "Habitantes del país del
zapote".
Situación actual
Los zapotecos, en particular los zapotecos del Istmo de Tehuantepec, son un pueblo
preocupado por salvar sus tradiciones y su lengua; siendo estos últimos un pueblo
destacado en el aspecto literario el cual se distingue por su vasta producción, destacando en
ella las figuras de Andrés Henestrosa (fallecido en 2008), Gabriel López Chiñas, Nazario
Chacón Pineda y Macario Matus (fallecido en 2009).

La religión zapoteca
La religión zapoteca era politeísta. Las
deidades principales eran Cocijo, Coquihani
y un anónimo dios murciélago-jaguar. Cocijo
es el dios de la lluvia, y había una cabeza no
humana, pero en el pueblo había una
veneración particular para él (quizás porque
la lluvia depende de él, de la lluvia depende
la cosecha, y de la cosecha depende la vida
del pueblo). Coquihani es el dios de la luz del
sol, del cielo y tal vez rey de los dioses
zapotecas. El dios murciélago-jaguar
probablemente sea el dios de la vida y de la muerte, como el dios murciélago Camazotz, de
la religión maya.

Mujeres zapotecas
En Oaxaca, las mujeres desempeñan una variedad de roles sociales en sus familias y
comunidades, tal como ocurre con muchas otras culturas. En el caso de las mujeres
zapotecas, estas han tenido históricamente un lugar diferente en la sociedad que los
hombres, desarrollando roles
centrales en ámbitos como el
matrimonio, la maternidad y el
trabajo.

Ideas de género

Antes de la llegada de los


españoles a la región, los ideales
de género en Mesoamérica eran
muy diferentes a los actuales.
Las costumbres españolas se
centraban en un ascético auto-
control y la limitación de las
expresiones sexuales como una
cuestión de honor, haciendo
hincapié en un sistema de género
fuertemente dicotómico y
jerárquico que valoraba los
hombres y la masculinidad muy
por encima de las mujeres y la
feminidad1 . Los pueblos
indígenas de las Américas eran
muy diversos en sus concepciones
sobre el género y sus ideas acerca
de lo que constituía una conducta
sexual apropiada. A diferencia del
sistema europeo, en que se
favorecía a los hombres sobre las
mujeres, en las concepciones mixtecas y zapotecas los roles masculinos y femeninos eran
mutuamente complementarios. Bajo esta concepción, las mujeres tenían numerosas
posibilidades, teniendo incluso la capacidad de participar en el sistema de tribunales. La
existencia actual de roles masculinos que colocan a los hombres en posiciones de dominio
en relación con las mujeres sugieren la influencia del sistema de dos géneros colonial
español, que dio lugar a la jerarquía de género y, a menudo, la subordinación de la
sexualidad de las mujeres a la de los hombres.

Autonomía de las mujeres

Gran parte de los aspectos de la vida social zapoteca presentan una fuerte segregación por
género. Hombres y mujeres a menudo trabajan por separado, aunque se reúnen para comer
en la mañana y por la noche, así como durante las ocasiones rituales; mismas en las que
normalmente se mantienen separados, excepto al comer o bailar1 . La pureza de las mujeres
es muy valorada, por lo que a menudo su autonomía sexual y social puede verse
obstaculizada por terceros. La mayoría de las mujeres de una comunidad, ya sean viejas o
jóvenes, viven con una constante preocupación por cuidar su reputación sexual. En nuestros
días un número importe de niñas aun son estrictamente vigiladas y no se les permite
caminar solas por las calles después de cumplir la edad de diez u once años. Aunque esto es
visto como una manera de proteger la integridad de las mujeres, esto constituye en última
instancia un serio limite a su comportamiento. En lo referente al noviazgo y el matrimonio,
las mujeres son generalmente libres de elegir a sus parejas sentimentales; así mismo se
valora la monogamia, y se condena el tener múltiples parejas sexuales. Sin embargo, para
con hombres y mujeres, la actitud social hacia el hecho de tener numerosas parejas es
ligeramente diferente. Nuevamente se destaca el hecho de la virginidad femenina es
sumamente ensalzada, hasta el punto de que incluso se suele mostrar públicamente la
sabana sangrienta de la noche de bodas; para algunos, esto es una antigua costumbre
mediterránea traída por los españoles. Mientras tanto, a los hombres solteros se les anima a
experimentar con diferentes parejas antes de que tomen una esposa.

Dentro del matrimonio, el grado del libertad de acción de las mujeres depende en ultima
instancia de su marido. Mientras que algunas mujeres son muy libres y tienen la capacidad
de hacer lo que deseen, otras se ven severamente limitadas por maridos muy controladores.
En este ámbito, lo mismo existen casos de maridos extremadamente celosos que llegan al
extremo de escoltar a sus esposas al mercado, que casos de hombres ue permiten a sus
esposas e hijas una considerable independencia1 . Por otro lado, aunque los problemas de
violencia doméstica no son considerados algo común; se sabe que en las parejas donde se
presenta, la parte agresora es casi siempre el marido, ya que las mujeres no suelen atacar a
los hombres físicamente, mientras que los hombres de vez en cuando golpean a sus esposas.

También podría gustarte