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Marta Gerez Ambertín
COMPILADO AA
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1 Gerez Ambertín, Marta (compiladora)
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico
Volumen 111 - 1o ed. - Buenos Aires: Letra Viva, 2009.
181 p.; 20 x 14 cm.
ISBN: 978-950-649-233-5
1. Psicoánalisis. L Título
CDD 150.195
1 COLECCIÓN
VIOLENCIA
Y SOCIEDAD
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. ~ Imagen de tapa: .
F "Orestes perseguido por las furias" de William-Adolphe Bouguereau.
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p © LETRA VJVA, LmRERfA Y EDITORIAL
·Q Av. Coronel Díaz 1837, (1425) Buenos Aires, Argentina
www.letraviva.elsigma.com
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1 letraviva@elsigma.com
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• Dt Primera edición: Mayo de 2009
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Impreso en Argentina - Printed in Argentina
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• Pn Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723
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de Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier
método, inclúidos la reprografia, la fotocopia y el tratamiento digital,
• Dir sin la previa y expresa autorización por escrito de los titulares del
Na¡ copyright.
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ESTE TEXTO HA SIDO EVALUADO Y ACONSEJADA SU
PUBLICACIÓN POR LOS ESPECIALISTAS
INDICADOS A CONTINUACIÓN:
PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9
Marta Gerez Ambertín
4. REPRESENTACIONES DE "PELIGROSIDAD"
EN MAGISTRADOS DEL FUERO PENAL. . . . . . . . . . . . . . . . 77
Laura Adriana Capacete
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/1
aquello que prohíbe y ambos están arraigados en los humanos. Pero eso
no los hace seres peligrosos, sí impredecibles. Y es, quizás, lo que más in-
quieta del crimen: es impredecible, de ahí que se fabriquen tantas clasifi-
caciones, modelos y variadas predicciones para calmar las conciencias de
criminólogos y expertos psi ... aunque esas "jaulas" categoriales las más
de las veces fracasen. Ni en este, ni en ningún aspecto se logra arribar a
una ingeniería calculable de los actos humanos, menos aun de los delicti-
vos, a despecho de tantas "linvestigaciones?" que difunden los medios en
los que se habría descubierto el "gen" del amor, de la infidelidad, del de-
seo de lo ajeno, del fraude o del crimen. Sin la "referencia sociológica" a
la que alude Lacan -y muchos con él- toda "clasificación" biocomporta-
mental de los delincuentes es tan insustancial -o esperpéntica- como la
de Franc;ois J. Gallo Lombroso.
Pero la "referencia sociológica" tampoco habría de limitarse a la sim-
ple comprobación de la denominada "criminalización de la pobreza" para
la cual la respuesta de los poderes a la injusticia social es "más policía, más
cárceles, más vigilancia". El delito, las transgresiones (leves o graves), el
desprecio de las normas, la extendida anomia en las que se debaten so-
ciedades como la nuestra no pueden ser encaradas con fórmulas o con-
signas similares a las de plataformas electorales. Es preciso ahondar en los
contextos sociales en los que se produce el delito, en las maneras en que
esos contextos son cómplices, o no, de la violencia criminal, en cómo in-
cide esto en la subjetividad de los que se precipitan al crimen y, también,
en el sistema de referencias de quienes los juzgan.
No deja de interrogarnos por qué aún se sostiene tenazmente el cri-
terio de "peligrosidad". lAI servicio de qué ideología se mantiene una ca-
tegoría rechazada por la Corte lnteramericana de Derechos Humanos
y por nuestra Corte Suprema? lTal vez porque ella apacigua a muchos?
Pues, si la peligrosidad psíquica y social fueran predecibles, el crimen tam-
bién lo sería. Yana ilusión.
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Prólogo 1 MAATA G:REZ A~a:RTiN
crimen y sus respuestas, pero los textos no configuran una melodía ar-
mónica, se plantean -por suerte- disonancias que estimulan la disputa-
tia en torno a tema tan complejo. Sin embargo, los autores conciertan en
un punto arquimediano: el sujeto del acto criminal y su contexto social.
Preocupación que no ha sido ni es privativa de los psicoanalistas, basten
como ejemplos, en nuestro país, los trabajos del jurista español Jiménez
de Asúa, gran lector de Freud y los más recientes de Enrique Marí y de
Enrique Kozicki, o en Francia de Pierre Legendre -amigo de Lacan y su
interlocutor en estos temas- en los que se insiste en la imprescindible vin-
culación de psicoanálisis y derecho.
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen lli
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Prólogo 1 MARTA GEREZ Á'1BERTÍN
La ficción del poder -de Gabriel a Abad- teje sus variaciones en torno a
los escenarios que precisa construir el ser humano para ser tal. Ficciones
que le permiten desplegar discursos y enmascaramientos para sostenerse
en la escena del mundo. Artificios imprescindibles para velar el vacío del
abismo, de la nada y de la muerte. Artificio que, sin embargo, nunca logra
velar del todo el abismo ... y por eso la violencia irrumpe cuando no se en-
cuentran formas de representación a través de lo simbólico. Allí la escena
del mundo y del sujeto se rompen, como en el caso del crimen.
Desde la teoría de las ficciones de J. Bentham y de Lacan arriba a la
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
ficción del poder dando relevancia a las diferentes violencias que genera el
neo-capitalismo por la ruptura de los escenarios simbólicos y las creen-
cias. En este sentido, el texto de Abad insiste -desde otro ángulo- en las
variaciones desplegadas por Gerez Ambertín y Figueiredo: sin el sosteni-
miento de las escenas simbólicas el sujeto corre severos riesgos, tan se-
veros como el pasaje al acto criminal.
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Prólogo 1 MARTA GEREZ kBERTÍN
En Incesto paterno filial: función clínica del derecho Laura Capacete de-
muestra la importancia de coordinar las intervenciones clínicas con las ju-
rídicas en los casos de incesto paterno-filial y los procedimientos efecti-
vos en las que tal coordinación puede llevarse a cabo. Para ejemplificarlo
presenta dos interesantes casos clínicos: en uno se logra esa articulación
lo que genera efectos reparadores y pacificantes en la víctima; en otro,
por el contrario, al desarticularse la intervención clínica de la jurídica una
joven queda expuesta a transitar destinos sacrificiales -como el odio y
venganza- de nefastas consecuencias para su vida.
En esa línea, pero desde otra arista del tema, trato en Crimen del abu-
so ... crimen del incesto el delito de abuso sexual intrafamiliar: uno de los
más encubiertos en nuestra sociedad. Crimen en el que tropezamos con
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
Ref. Bibliográficas
Lacan, Jacques ( 1950) Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en crimi-
nología. En Escritos l. Bs.As.: Siglo XXI, 13° ed. 1985.
Foucault, Michel ( 1986) La verdad y las formas jurídicas. México: Gedisa, 2• ed.
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EL OLVIDO DEL CRIMEN COMO
CRIMEN DEL OLVIDO
Néstor A Braunstein
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/1
de algo que la ley prescribe como obligatorio. Hoy por hoy es una "fal-
ta" que hace a su autor pasible de un juicio penal, un criminal si es consi-
derado culpable. En español y en francés el sentido se restringe más aun,
pues sólo se califica de crimen al delito grave contra la moral o la ley y,
en el sentido más difundido, es sinónimo de asesinato. Lo criminal califica
también, de modo hiperbólico, a ciertos actos inexcusables aunque legí-
timos, como en las expresiones "es criminal gastar así el dinero" o "es un
crimen apoyar a un gobernante (tan) corrupto". En las lenguas roman-
ces es el vocablo delito ('delictum', de donde: "delincuente", delinquent)
el que estrictamente corresponde al acto ilícito que castigan los códigos y
reglamentos. Falta por decir que el crimen tiene como correlato a la cul-
pa, sea ella aplicada por una autoridad exterior, sea ella vivida por el suje-
to como sentimiento de culpabilidad -o las dos a la vez.
No hay crimen sin criminal, esto es, alguien que pueda ser acusado y
procesado por sus acciones. El criminal es una persona en el sentido jurí-
dico del término, es decir que el concepto puede aplicarse tanto a un su-
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El olvido del crimen como crimen del olvido J NéSTOR A BAAUNSTEIN
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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El olvido del crimen como crimen del olvido l NÉSTOR A BRAUNSTEIN
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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El olvido del crimen como crimen del olvido / NésroR A BRAUNST8N
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
argumento es éste: hay que castigar para conservar la memoria del holo-
causto. No importan los años transcurridos, ni la edad ni la enfermedad
de los comandantes de los campos, del ya finado general Pinochet o de
sus congéneres argentinos. No enjuiciar sus crímenes y dejarlos retirarse
perdiéndose en el pacífico silencio de sus hogares es cometer un crimen,
un crimen de olvido. Hacer justicia es el modo, el único, para remediar la
injusticia, por más que el acto de justicia, por severa que ella fuese, es in-
conmensurable con la magnitud del crimen. El acto de justicia emanado
de un juicio público es una conmemoración, una restauración en la me-
moria colectiva de lo que sucedió en una noche de la historia.
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El olvido del crimen como crimen del olvido 1 NÉSTO!\ A. BRAUNSTEIN
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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El olvido del crimen como crimen del olvido / N moR A. BRAur-.:STEIN
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El olvido del crimen como crimen del olvido 1 NÉSTOR A BRAUNSTEIN
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El olvido del crimen como crimen del olvido 1 NESTOR A BRAUNSTEIN
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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El olvido del crimen como crimen del olvido 1 NmoR A BRAUNSTEIN
LDebían las abuelas olvidar el amor que prodigaron a sus hijos "des-
aparecidos" y el que recibieron de ellos? lPodían hacerlo? lOividarían el
crimen del que esos hijos fueron objeto, asesinato agravado por el crimen
de borrar sus nombres de la superficie de la tierra e impedir los ritos fu-
nerarios que pacifican el dolor de la separación y dan su lugar al sano olvi-
do? ¿olvidarían a los nietos que podían perpetuar la memoria y la sangre
de los hijos? lPerdonarían a los que se apoderaron de su simiente como
"botín de guerra"? LActuarían como nuevas Antígenas empeñadas en sal-
var el recuerdo de los condenados por Creonte al olvido? ¿Estarían dis-
puestas al perdón y extremarían el perdón hasta el punto del olvido? lCuál
1 sería el peso de la culpa de ser sobrevivientes de la masacre si continua-
sen, impasibles, con el curso normal de sus vidas? Muchas encontraron en
la misión de averiguar el pasado y de rescatar a los nietos un modo justi-
ciero y fecundo para tramitar su trabajo de duelo.
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
otros nombres, otros discursos, los que venían a tomar su lugar. Se super-
ponían los rostros, nombres y discursos de las nuevas familias, edificados
sobre el cimiento de una supresión de las primeras coordenadas de lo-
calización del ser. El olvido como aniquilación del recuerdo podría tener
lugar en el plano de la conciencia. Se podía y se pudo mantener por dé-
cadas la mentira sobre el origen de esos niños, que imponía la ignorancia
de su condición de "hijos de desaparecidos", de "padres muertos sin se-
pultura", condición conocida por los padres adoptivos y, por razones de
política familiar (y nacional), ocultada a los hijos. Pero, según pudo verse
una vez más; el inconsciente no olvida.
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B olvido del crimen como crimen del olvido 1 NÉSTOR A BRAUNSTEIN
Recuperar a los nietos significa para las abuelas, incluso para la mayo-
ría de ellas que no lo consiguieron y siguen buscándolos con la esperanza ~~
de hallarlos, que la vida no ha llegado, para ellas, a un punto de embalse y
embalsamamiento; el flujo vital continúa, no se puede sofocar su reclamo.
Si aceptasen la pérdida, la "desaparición" de los descendientes, sin mos-
trar reacción alguna, estarían desapareciendo ellas mismas. Sabemos que
1
una de las reacciones más naturales ante la pérdida de los seres queridos,
aun en las situaciones más "naturales", consiste en reprochara! muerto el
hecho de haberse ido y dejarnos sobrevivir en un mundo donde ellos fal-
tan. El "¿por qué te fuiste?" es el más común de los sentimientos del do-
liente. Cuando falta el cadáver, cuando no se pueden realizar los ritos fu-
nerarios, cuando el "desaparecido" lo es por haber asumido los riesgos
de enfrentar a una dictadura represiva y despiadada, cuando la búsqueda
en las prisiones y en los cementerios da resultados consistentemente ne-
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
gativos, el duelo por esa parte del propio ser que ha quedado en el otro,
el ausente, resulta bloqueado, coagulado. El hijo perdido está "entre dos
muertes", "encriptado", manifiestamente ausente, potencial y constante-
mente presente. Las madres no pueden tomar esa distancia de la pérdida
que permitiría el"duelo normal", el duelo que lleva a aceptar la ausencia
progresiva del objeto amado y la identificación con el hijo perdido. No se
puede cumplir la función cicatrizante del "olvido normal" que hace posi-
ble la continuación de la vida. La misión de encontrar al nieto, aceptando
que el hijo "d~saparecido" es irrecuperable, con su cuerpo posiblemente
en el fondo del mar o en una fosa colectiva, esa misión, decíamos, alenta-
da por el ejemplo de otras abuelas en la misma situación y por el hallaz-
go exitoso de algunas criaturas, confiere un objetivo al deseo y ofrece un
puerto para anclar en él los recuerdos.
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El olvido del crimen como crimen del olvido 1 NÉSTOR A. BRAUNSTEIN
renda del asesinato, que tiene límites precisos aun cuando su autor pudie-
ra ser dudoso. Del asesinato hay memoria y, por lo tanto, eventualmente,
olvido o prescripción. Amnistía. De la desaparición no puede haber reden-
ción porque "el avión jamás aterriza". Es un crimen sin memoria, rodeado
de la consigna de borrar sus rastros y los documentos que lo atestigüen,
con testigos que no podrían hablar sin ser, a su vez, incriminados.
Hemos recordado una verdad, trivial quizás, los hijos son una metoni-
mia de los padres y de sus deseos: ellos son "carne de su (mi) carne", so-
portes de la transmisión genética, preservadores del nombre de los ances-
tros, lugares donde se reconocen imaginariamente los rasgos y las resem-
blanzas, correas de transmisión de los deseos irrealizados de los progeni-
tores que se desplazan, a sabiendas o no, sobre His Majesty, the Baby. La
conciencia, se dice desde Locke ( 1690), es memoria y, con Freud, pode-
mos agregar: memoria, sí, pero memoria inconsciente. El pasado, lo que
ya no es, se conserva y se transmite. No es necesario retrotraernos a La-
marck y a las problemáticas huellas filogenéticas de los grandes aconte-
cimientos de la historia de la humanidad, gratas al pensamiento de Fre.ud
y hoy descartadas. Basta con recordar la irrefutable memoria inscripta
en los ácidos nucleicos, el peso entrañable y aplastante de las tradiciones
y los prejuicios de nuestros mayores (la "memoria colectiva"), las cica-
trices vitalicias de las primeras experiencias que nos ponen en contacto
con lo innominable, con el espantoso desamparo ("memoria freudiana"
de la Hilflosigkeit originaria), con lo inefable del Otro y de su deseo, con
la inexorable inconsistencia de ese Otro prehistórico ("memoria lacania-
na", diríamos, del traumatismo de la entrada en el lenguaje). Al igual que
podríamos decir que una nube no tiene memoria sino que ella es memo-
ria de la evaporación del agua y de los vientos que le dieron forma, tam-
poco nosotros tenemos memoria sino gue somos la memoria (y el olvi-
do) encarnada de nuestro pasado evolutivo y ontogenético. No lo sabe-
mos ni lo supimos; sin embargo, no podríamos, no sabríamos, olvidarlo.
(On ne saurait pas /'oublier). Recordar y olvidar, memolvidar, es un traba-
jo de "discriminación", de discernimiento, de cribado, según la etimol~
gía que revisamos al iniciar este capítulo que aquí termina. Guiados por
el pan del futuro, seleccionamos, del infinito pasado, las semillas que lla-
mamos "recuerdos".
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/J
Notas
(1). j. Lacan De las funciones del psicoanálisis en criminología [1950], Écrits, París: Seuil.
1966, p. 146.
(2). P. Bruckner. La temptation de l'innocence. París: Grasset. 1995.
(3). [Hamlet, 160 1], 11, 2, l. 561 .
(4). J. P. Sartre, El ser y la nada [ 1943] 1, 2, 2.
(5). V. Jankélévitch, Límprescriptible. Pardonner? Dans 1' honneur et la dignité [ 1971 ]. Pa-
rís: Seuil. 1986, p.60.
(6). Ni los criminales juzgados en Nüremberg, ni Eichmann, ni los escritores: Céline, Drieu,
Heidegger, Junger, Jung, ni siquiera el mismo, en apariencia inimputable por su trayectoria
ulterior, Paul de' Man; nadie ha pedido perdón; vamos, ni siquiera Gunther Grass.
(7). F. Nietzsche. Más allá del bien y del mal [ 1888], aforismo 68.
(8). F. Nietzsche. Aurora [ 1881 ], aforismo 393.
(9). H. Weinrich, Lete, cit., pp. 98-1 1 l. Cf. Los últimos días de lmmanuel Kant de Tho-
mas de Quincey.
( 10). J. H. Yerushalmi, Zajor. La historia judía y la memoria judía. Barcelona: Anthropos. 2002, p. 2.
( 11 ). Cf. S. André Le sens de I'Holocauste. Bruselas: Que, 2004, pp. 183-202. "Wagner fue
. el primero, en la historia del antisemitismo, que defendió, contra las soluciones de la eman-
cipación y de la asimilación, que la única salida posible a la cuestión judía era pura y simple-
mente su aniquilación" bajo la forma de una auto aniquilación. Para Serge André, Wagner
es el profeta de un régimen del cual Hitler sería el mesías.
( 12). Esta "absolución" de un personaje a quien no se puede juzgar es debatible, a punto
tal que el propio J. Derrida, su admirador, en cierto modo su continuador, se pregunta si
no habría que dar cuenta de la posibilidad de qúe el texto de Nietzsche diese lugar a esa
impugnación dado que el único régimen político que esgrimió efectivamente su nombre
como bandera visible y oficial haya sido el nazismo. Encuentra el filósofo de la desconstruc-
ción que este hecho es significativo y que debe ser interrogado por todas sus consecuen-
cias. J. Derrida Otobiographies. En The Ear ofthe Other, ed. en inglés a cargo de Ch. Mac
Donald. Nebraska: Bison Book. 1988, pp. 30-31.
(13). San Pablo, Cor.l, 24-25. Cf. también, Lucas, V, 22:19.
( 14). l. Kertesz. Un instante de silencio en el paredón. El holocausto como cultura. Barce-
lona: Herder. 2002, p. 88.
( 15). La referencia esencial, que condensa a muchas otras, se encuentra en G. Agamben Lo que
queda deAuschwitz. El archivo y el testigo. Horno sacer 111. Valencia: Pre-textos. 2002, pp. 91-130.
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discursa jurfdico y psicoanalítico. Volumen 111
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Culpa y "castigo" en las sociedades violentas 1 OSCAA E:-1!llO SA.~Ruu.e (H)
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Culpa y "castigo" en las sociedades violentas J OsCAR EMiLIO SARRULLE (H)
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Culpa y "castigo" en las sociedades violentas 1 OsCAR EMJUO SAARuLLE (H)
lj
que determinan el enfrentamiento y limitar algunas de sus consecuencias
más desastrosas. Allí el derecho cumple la función de evitar o resolver al-
gunos conflictos y de proveer de ciertos medios para hacer posible la co-
operación, valiéndose para ello de la autoridad y la coacción
Precisamente, ese necesario ejercicio de autoridad y coacción, en de-
finitiva de poder, constituye ese precipitado de líquidos turbios a los que
1
no daremos nitidez cambiando recipientes sino otorgándoles un marco
que otorgue un sentido funcional a la convivencia en libertad. Mutando l
¡¡
el marco, operando el mecanismo en sociedades violentas, cambiaría el
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Culpa y "castigo" en las sociedades violentas 1 OsCA~ EMIUO SARRULLE (H)
NOTAS
( 1). Ferrajoli, Luigi. Derecho y Razón. Teoría del Garantismo Penal. Madrid: Trotta. 1995.
(2). Ni no, Carlos S. Introducción al Análisis del Derecho. Bs. As.:Astrea. 1993.
(3). Sarrulle, Osear E. J. Dogmática de la Culpabilidad. Bs.As.: Universidad. 200 l.
(4). Puede consultarse también nuestro texto La Crisis de Legitimidad del Sistema jurídico Pe-
nal. Bs.As.: Universidad. 1998.
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Vicisitudes del aao criminal: aaing-out y pasaje al aao 1 MA'HA G::REz AMBERTÍN
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Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MARTA GER::Z.Á'1a::RTÍN
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Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MARTA GEREZ A":BERTÍI\:
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/1
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Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MAATA GEREZ A'1BERTíN
1
: abrir innumeros c:aminos a transitar en pos de la recuperación del sujeto
deJ acto vinculado a las variedades de la sanción penal y sus efectos, así
como para la intervención del psicoanalista.
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Culpa, responsabilidad y castiga en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen l/1
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Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MA.~TA GEREZ A'1SERliN
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Vidsitudes del acto criminal: acting~out y pasaje al acto 1 MARTA GEREZ AMBER7iN
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
ra hacia la acción. Sólo así puede entenderse que una persona debilucha
pueda tener en el movimiento del pasaje al acto una fuerza motriz des-
mesurada y logre, por ejemplo, arrancar con sus manos los ojos de al-
guien, como en el crimen de las Hermanas Papin, un estremecedor pa-
saje al acto criminal.
Lacan -en el Seminario de la Angustia- da un ejemplo claro del pa-
saje al acto que se da allí donde un niño (que ya tiene control de esfínte-
res) suelta intempestivamente su contenido intestinal -sabemos del va-
lor simbólico de intercambio que tiene las heces-. Un niño o un adulto.
Hay una expresión muy común para quien sufre una diarrea intempesti-
va: se convirtió en "pura mierda". Y es que, efectivamente, hay casos en
los cuales un golpe de angustia puede provocar diarrea (cagazo), el su-
jeto se pierde identificándose a esa mierda en la que se desubjetiviza. Se
pierde, queda sin marco simbólico, es arrastrado por lo real, se convier-
te en esa cosa tan devaluada: "mierda", "pura mierda".
Sí. .. el lector puede esbozar una sonrisa, pero, más allá de la medica-
ción necesaria que actúe a nivel del cuerpo, es preciso hablarle a "eso"
para que recupere su dimensión humana, hablarle y ofrecerle marcos ri-
tuales que le reposicionen en su lugar de sujeto hablante en el mundo sim-
bólico. Que pueda hablar en lugar de cagar(se).
Es interesante el recurso de los gastroenterólogos que indican al pa-
ciente tomar x medida precisa de agua, a x horarios (determinados con
precisión), bajo ciertas condiciones. Es decir, le ofrecen al sujeto una prác-
tica ritual. Junto al medicamento prescriben una liturgia simbólica para que
recupere la cuenta sobre sí, esa cuenta que se pierde en una diarrea gra-
ve. Equivalente a esta intervención es la orden que le da el Sargento Ma-
yor Jalbert a Lortie luego que éste, convertido en un objeto identificado
a su metralleta, dispara su balacera contra el Tribunal de Québec. El Sar-
gento Mayor ordena a Lortie ponerse el birrete y le hace un saludo mi-
litar. Le devuelve, así, un ritual que es el signo evidente de su pertenen-
cia a "un mundo" -el militar-, pues son los ritos los que imprimen un or-
den en el mundo de la contingencia. Los hombres se (auto)reconocen en
los rituales que practican. Conmovedor el momento en el que Lortie, de
"esa cosa que escupe balas" vuelve a convertirse en un hombre, un suje-
to que habla y entiende la lengua y los rituales del ejército.
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Vicisitudes del aao criminal: aaing-out y pasaje al acto 1 MARTA GEREZ Av.aER7iN
3.- El pasaje al acto criminal del cabo Lortie ..no puedo decir que
no soy yo, soy yo"
El crimen
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MARTA GeREz A'1aERTÍN
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Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MA~TA GEREZA"'SERTÍN
los otros-, pero sólo podrá capturarlo, registrarlo, si cuenta con Otro que
le posibilite recomponer las piezas que se desprendieron en ese acto.
Así, toda la liturgia del proceso judicial es un "rito de paso" a través
del cual vuelve a sí mismo.
A efectos de facilitar la lectura del caso organizaré dos secuencias: las
del acting y el pasaje al acto del crimen por un lado, y luego la historia de
vida de Denis Lortie tomados del material que aporta Legendre en sus
Lecciones VIII, en el film y en el texto La" Fábrica del Hombre Occidental.
Viernes 4 de mayo
Nace la idea de la matanza cuando escucha al Primer Ministro de Ca-
nadá (René Lévesque) dar un discurso a la Nación francófona en inglés
(Canadá es un país partido por la hegemonía de la lengua inglesa, que es
la lengua de la Capitai-Ottawa-, en cambio la lengua francesa prima en
67
Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
Québec). Y allf decide que a ese, y a lo que él representa, tiene que ma-
tar. Dice "Quiero destruir algo que quiere destruir la lengua, yo quie-
ro poner la lengua del lado en que va a estar la lengua francesa" (Legen-
dre. 1994:92).
Sábado 5 de mayo
Hace un inventario en el arsenal de la base del ejercito y carga en su
bolsa armas, máscara antigás y una caja de primeros auxilios. A pesar de
la agitación motriz que acompaña a este acting-out cumple con el ritual
militar. Aún lleva las cuentas de lo que hace. Espera hacerse detener allí
mismo, o erí el puesto de control. Pero no lo registran. Este acting-out es
un pedido de auxilio que no prospera. El Otro simbólico no se hace pre-
sente donde debería: en el arsenal o en el puesto de control. Nadie con-
trola nada, el Otro desfallece. No otorga permiso ni regula. Otro tan ar-
bitrario como su padre.
Domingo 6 de mayo
Ya con las armas, toma el camino a Québec y se le ocurre que podría
vivir en los bosques cazando con la metralleta. Un autoestopista le pide
que lo lleve, cosa que hace y con él se distrae y olvida su propósito de
quedarse a vivir en el bosque. iQué necesidad de hablar con alguien te-
nía Denis Lortie!
Una vez en Québec se instala en un motel. Por la tarde recorre la Ciu-
dadela que rodea la Asamblea para buscar el lugar donde hacerse matar.
Lunes 7 de mayo
Lortie graba los tres casetes con mensajes dirigidos a su esposa (Lise),
al capellán militar (padre Arsenault) y para André Arthur animador de un
programa radiofónico. Acaso sus últimos recursos desesperados por ape-
lar a la palabra y pedir auxilio. Ninguno de estos casetes llegó a tiempo a
destino por circunstancias fortuitas.
En el casete que envía al animador de radio Lortie se dirige al Univer-
so, a lo absoluto, pero explica lo que disparó la idea de la matanza: el dis-
curso del Primer Ministro. Al mismo tiempo que declara que quiere ha-
cer una escena de diversión en la Ciudadela aunque le atormenta saber
que para destruir al mundo ha de matar o herir algunas personas. Pre-
tende hacer el mal para hacer el bien (matar al Padre perverso para res-
taurar al Padre legislante).
En el casete que dirige a la esposa comunica su anhelo de muerte: ma-
68
Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto J MARTA GE~EZ A..-.aERTiN
tary hacerse matar van a la par "antes de que me maten quiero haber ma-
tado un poco". La búsqueda de su muerte o la de los otros es constante.
A la vez le confiesa su amor desgarrado, amor de acting-out: "mi corazón
es para ti, pero mi cabeza está lejos" (Legendre. 1994:93). Su acto debe
ser consumado: "no se porqué, pero es preciso que lo haga". La agitación
motriz y su certeza en el acto se alimentan con la angustia -que lo moto-
riza-, pero aun así hace en el casete un llamado al Otro, un llamado des-
esperado. Por esto le damos dimensión de acting-out.
Del casete al capellán militar nada se sabe.
Martes 8 de mayo
Se viste con sus mejores galas militares, se coloca su insignia de Cabo
y su birrete. Sólo conserva su carnet de militar: como un auténtico com-
batiente. Envía los casetes (y sus pertenencias a su esposa, tiene certe-
za de su muerte) y se dirige en auto a la Ciudadela. Carga varias armas y
la máscara antigás reglamentaria. Hasta aquí cumple el ritual militar y lle-
va las cuentas de sus actos, aún no se pierde. Llama la atención un detalle
de él que registra la cámara: siendo un hombre de 25 años usa una pró-
tesis dental completa en el maxilar superior.
Escucha la radio esperando la señal (esperaba se difundiera por radio
su queja por la política de la confederación canadiense) y ante un silencio
del conductor (supone el inicio de la transmisión de su mensaje) se lan-
za desbocado al asalto, como en un operativo militar. La espera de la se-
ñal es doble: espera la señal de la presencia del Otro, espera también una
respuesta del Otro. Ante el silencio se dispara el pasaje al acto. A partir
de ese momento ya no espera nada. Sólo un imperativo prima en él: ma-
tar y hacerse matar. Se lanza -dice Legendre- "como una piedra que cae
y que nada puede ya detener" ( 1994:84).
Corre hacia la Ciudadela, dispara una ráfaga contra sus centinelas a
los que no alcanza y se dirige hacia la Asamblea Nacional. Al entrar cor-
ta un teléfono que comunicaba con la guardia de seguridad. Enfrenta a
la recepcionista, duda unos segundo y al grito de "adelante", abre fuego
contra ella a quien hiere en el pecho sin matarla; luego corre por los pa-
sillos y dispara a cualquiera que ~e cruza a su paso (mata a tres personas).
Llega al Salón Azul de la Cámara donde se reúnen los diputados. Pero la
Asamblea está vacía.
Se sienta en el lugar del Presidente (llamado el orador), cuelga su bi-
69
Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 11/
70
' Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MA~TA GERó'Z A":aERT:N
1959: nace Denis Lortie, tiene 8 hermanos. Ocupa entre ellos el lugar
del medio. Su padre era muy violento con su esposa e hijos, abusó sexual-
mente de sus hijas, con una de ellas tuvo un hijo. Era un ser "brutal".
1969: su padre es procesado y condenado a 3 años de prisión por vi9-
lencia e incesto al engendrar un niño con una hija. Tras su excarcelación
abandona a su familia. Nunca más lo ven. Lortie tenía entonces 1Oaños y
hasta los 17 fue criado por la madre. Luego ingresa al ejército que suple
en él la carencia del padre.
Al momento de ser arrestado el padre ( 1969) los hermanos mayores
de Denis concebían un complot: escondieron armas en la casa para ma-
tar al padre en caso que los volviera a golpear. En el juicio el abogado de-
fensor argumenta que 15 años más tarde Denis Lortie iba a representar
esta matanza del padre bajo un acto loco.
1975: una hermana del padre se suicida después de haber ahogado a
su hijo adoptivo de 4 años. A partir de ahí Lortie padre siempre estuvo
obsesionado por ideas suicidas que no concretó.
1976: Ingresa al ejercito ( 17 años), se casa luego con Lise y tiene 2 hi-
jos. El primer hijo (Luc) nace en 1980 y su hija Marie-Héleme en 1983. Es
decir, ingresa en la paternidad luego de 4 años en el ejercito. Esta institu-
ción suple en él la función parental.
Al nacer su hijo varón (Luc} lo angustia su lugar de padre, teme ejer-
cer contra el niño la misma violencia que su padre con él.
71
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
72
Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MARTA GEREZ A'1BERTÍN
para llegar hasta esos actos. Caso contrario, como efectivamente dice Le-
gendre, dejamos de ser psicoanalistas para ser ingenieros de la conduc-
ta, y se deja de ser jurista para ser mero aplicador de fórmulas. Pero sa-
ber qué sucedió no es al efecto de "dis-culpar", tampoco para arribar a
una "comprensión" que haría inteligible al crimen -es decir, la "construc-
ción" judicial del crimen de acuerdo a la psicología clásica: "el hecho sólo
existe como elemento de una racionalidad lineal" (Barthes. 1983:1 04)-.
El qué sucedió sirve si su mira es hacia delante. Porque lo que verdadera-
mente está en juego es el destino de un sujeto.
En enero del 1985 se hace el primer proceso judicial sin que el incul-
pado testimoniara atendiendo a las pautas del derecho canadiense, lo que
desembocó en una primera condena. El abogado apela y se da un segun-
do proceso que se lleva a cabo desde enero de 1987.
Dado que el segundo proceso se da en otro tiempo de condición sub-
jetiva de Lortie, éste no sólo está en CO(ldiciones de testimoniar sino que
el proceso le permite subjetivar el crimen: descubrir a quién quiso ma-
tar, qué quiso matar con su crimen para poder dar, finalmente, cuenta de
su acto ~para sí mismo y para los otros- mediante el recurso de sus pa-
labras. Todo esto testimoniado ante la presencia de otros, que no son
otros cualquiera sino un Tribunal Jurídico que le devuelve un reconoci-
miento sobre sus faltas.
Cuando Lortie ve el video "sale de la audiencia en estado catastrófi-
73
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/1
74
Vicisitudes del acto criminal: acting-out y pasaje al acto 1 MA.~TA G::REz AMBERTÍN
75
Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicaanalítica. Valumen /11
Ref. Bibliográficas
76
IV
REPRESENTACIONES SOCIALES
DE "PELIGROSIDAD" EN LOS
MAGISTRADOS DEL FUERO PENAL
.11:!
Laura Adriana Capacete j¡,
1 ¡.·
,¡'
1!':
solver y dictar sentencias que contradiga los principios del sistema penal
moderno. Dicho sistema está estructurado sobre el "principio del he-
cho" según el cual se juzgan las conductas tipificadas como delitos y no
a las personas.
Nos preguntamos lqué sentidos conllevan las representaciones de su-
jetos peligrosos?; lde qué modo intervienen en sus resoluciones y sen-
tencias?
Para avanzar en las respuestas en primer lugar rastreamos la idea de
"peligrosidad" en el interior de las principales teorías del derecho penal,
para luego analizar los resultados surgidos de las entrevistas (cerradas y
semidirigidas) administradas a magistrados del Fuero Penal y de Familia
de las provincias de Buenos Aires y Tucumán (Argentina).
Del análisis de las entrevistas inferimos que esta categoría está aún vi-
gente y es utilizada otorgándosele distintos significados.
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/1
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Representaciones sociales de "peligrosidad" en los magistrados del fuero penal 1 l.AuRAAoRIANA <=A>ACETE
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 11/
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Representaciones sociales de "peligrosidad" en los magistrados del fuero penal!l.-'JJRA ADR:ANA CA?Acm
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
Q')
Representaciones socio/es de "peligrosidad" en Jos magistrados del fuero penal 1 LAuRA A:JR!A.\IA CAPACETE
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Representaciones sociales de ''peligrosidad" eri Jos magistrados del fuero penal 1I.AuAAADRIANA 0PACE7E
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Representaciones sociales de "peligrosidad" en Jos magistrados de/ fuero penal! l.AuRAAoRIANA CAPACffi
ría psicoanalítica, ni a ninguna otra teoría que pudiera dar cuenta de as~
pectos ligados a la subjetividad. Es decir, los magistrados entrevistados no
han mantenido diálogo alguno con el psicoanálisis en tanto no utilizan he-
rramientas conceptuales de dicha teoría ni se interrogan sobre la causali~
dad psíquica de quien delinque. Es así que, en los relatos espontáneos de
los casos sobre los que resuelven, el interés se limita al diagnóstico clasi-
ficatorio desentendiéndose de la causalidad psíquica, por ejemplo, de !os
"crímenes inmotivados".
Tampoco observamos alusión alguna a la función clínica del dere-
cho, concepto desarrollado por Legendre <27l para quien la: aplicación de
la pena y la ritualidad de los procedimientos posibilitan al autor del acto
darle alguna si~nificación derivando esto en impedir la repetición com-
pulsiva d~mo.
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Representaciones sociales de "peligrosidad" en Jos magistrados del fuero penal 1lAuRAADRIAI'IA ÚPACffi
Para concluir
Notas
( 1). Moscovici, S. El psicoanálisis, su imagen y su público. Bs. As.: Anesa Huemul. i 979.
(2). Pérez, J. Las representaciones sociales. En Psicología Social, cultura y educación. Barce-
lona: Pearson. 2004.
(3). Zizek, S. Ideología, un mapa de la cuestión. Bs.As.: FCE. 2003, p. 7.
(4). Bourdieu, P. Campo del poder, campo intelectual. Bs.As.: Quadrata. 2004.
(5). Pavarini, M. Control y dominación. Bs.As.: Siglo XXI. 2002.
(6). Sus principales exponentes son J. Bentham en Inglaterra, Anselm von Feuerbach en
Alemania, C. Beccaria en Italia.
(7). Beccaria, C. De los delitos y de las penas. Bs.As.: EJEA. 1976, p. 49.
(8). Carrara, F. Programa del corso di diritto crirhinale. Citado por Baratta en Criminología
critica del derecho penal. Bs.As.: s·,glo XXI. 2002.
(9). Lombroso, C. El delito, sus causas y remedios. Madrid: V. Suarez. 1902, p. 522.
1O). Ferri, E. Sociología criminal. Madrid: Centro Editorial Górgora. 1908, p. 2.
(11). Foucault M. Entrevista sobre la prisión, el libro y su método. En Microfísica del poder.
Madrid: La Piqueta. 1978, p. 96.
(12). Ingenieros, J. ( 1916) Criminología. Bs.As.: Elmer.l957, p. 182.
( 13). Bunge, C. O. Estudios jurídicos. Citado por Rosa Del Olmo en Criminología Argentina,
apuntes para su reconstrucción histórica. Bs. As.: Depalma. 1992.
89
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
/l
(14). Stippel, J. A. Las cárceles y la búsqueda de una política criminal en Chile. Sgo.
de Chile: LOM, 2006. Plantea que el sistema carcelario chileno evalúa la peligrosi-
dad aplicando el Manual de clasificación y segmentación Penitenciaria para deter-
minar el "compromiso delictual". Dentro de los indicadores se evalúa: Lengua-
je (defectos de pronunciación), Apariencia (cortes, tatuaje), Nivel de preparación, etc.
( 15). Stingo y Zazzi. Evaluación de la heteroagresividad. En Vertex. 61, junio 2005, p. 184.
(16). Márquez, A. Algunas problematizaciones en torno a las pericias penales: análisis de un
caso. En Lecturas en subjetividad y derecho. Rosario: Fac de Psicología UNR, 2006.
( 17). Sutherland, E. El delito de cuello blanco. Citado por Baratta (op. cit.)
(18). Cohen. Delinquent boys: the culture of the gang. Citado por Baratta (op. cit.)
( 19). Becker, H. The other side: perspectives of devaince. Citado por Cooper Mayr en De-
lincuencia y desviación juvenil. Sgo. de Chile: LOM. 2005.
(20). Freud, S. Los delincuentes por sentimiento de culpabilidad. OCC. Madrid: Bibliote-
ca Nueva. 1973.
(21). Reik, T. Psicoanálisis del crimen. Bs.As.: Paidós. 1965.
(22). Alexander, F. y Staub, H. El delincuente y sus jueces desde el punto de vista psicoaná-
litico. Madrid: Biblioteca Nueva. 1961.
(23). Lacan.j. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. Bs.As.: Siglo XXI. 2003.
(24). Allouch, J. El doble crimen de las hermanas Papin. México: de la Letra. 1995.
(25). Crisis social que desemboca en la caída del Presidente De la Rua.
(26). Caso Baxstrom vs. Herold (Vol. 383.US.I 07) El apelante era el Estado de N. York que
consideraba que ciertos presos debían permanecer recluidos más allá de su condena legal.
La Suprema Corte de Justicia de EE.UU. sostuvo en su fallo que los detenidos no podían
permanecer recluidos sin las garantías correspondientes.
(27). Legendre, P. El inestimable objeto de la transmisión, México: Siglo XXI. 1996.
(28). Gerez Ambertín, M. La sanción penal: entre el "acto" y el "sujeto del acto. En Culpa,
responsabilidad y castigo ... Vol. 11. Bs.As.: Letra Viva. 2° ed. 2008.
(29). PNUD Desarrollo humano en Chile, Las paradojas de la modernización. Sgo. de Chi-
le: Trineo. 1998.
(30). Pegoraro, J. Las políticas de seguridad y la participación comunitaria en el marco de la
violencia social. En Violencia, sociedad y justicia en América Latina. Bs.As.: CLACSO. 200 l.
(31 ). CELS Políticas de Seguridad ciudadana y justicia penal. Bs.As.: Siglo XXI. 2004.
(32). Wacquant, L. Las cárceles de la miseria. Bs.As.: Manantial. 1999.
(33). Wacquant (op. cit.) califica como tratado de racismo académico la formulación de R.
Herrnstein, psicólogo de Harvard quien sostiene que las desigualdades raciales y de clase
en los Estados Unidos reflejan las diferencias individuales de "capacidad cognitiva".
(34). Citado porWacquant (op. cit., p. 11).
90
V
. ,
CULPA Y ACTO EN, LA CONSTITUCION
Y DESTITUCION DEL SUJETO
91
Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
l. En búsqueda de saber
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Culpa y acto en la constitución y destitución del sujeto 1 HcNRJQUE FIGU9REDO CAA\IEIRO
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen JJJ
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Culpa y acto en la constitución y destitudón de/ sujeto 1 HENRIQUE F1GUE!REDO CAANEIRO
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen JI/
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Culpa y acto en la constitución y destitución del sujeto 1 HENRIQUE FIGUE!'IEDO CAANEiRO
Las consecuencias funestas para la vida en una sociedad en que los mi-
tos se descomponen es que con su caída se muestra también la pérdida
de límites entre Jos habitantes de un lazo que se desanuda y la referencia
a la autoridad. Es el aflojamiento del lazo que, si antes se sustentaba en
función de un rostro que no guardaba una personificación, ahora, debido
al desgaste de Jos imperativos, instala un mandato cerrado.
El Amo gana aires de un traficante de actos y el sujeto es tomado como
un hilo de la cadena de objetos, listo para servir a un designio sin repre-
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen JI/
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Culpa y acto en }a constitución y destitución del sujeto l HENRIQUE FIGUEIREDO CARNEIRO
dos los cuerpos cargados de trazos dibujados por un clamor por el re-
torno de un Amo que pueda, en determinado instante, restituir la capa-
cidad subjetiva del sufriente.
Sin estas amarras quedan apenas cuerpos cargados de objetos distri-
buidos por un pseudo discurso estructurador cuya autoría no se identifica,
pues pertenece a toda clase de variantes del discurso capitalista (6l. Todo
eso resulta en la lógica del consumo y otras lógicas que emanan de prác-
ticas discursivas existenciales con una referencia actualizada sobre los ac-
tos sustentados por biopolíticas. Estas representan, a la vez, las microfísi-
cas de poderes que, al fin y al cabo, indican que el sujeto queda resumi-
do a la inconsistencia de un conjunto de prójimos cuya relación dispara
una repetición de actos violentos dirigidos muchas veces hacia un Amo
sin rostro, pero perfectamente identificable en las imágenes similares de
este conjunto (7). Esa es la vuelta a una posición muy próxima a la situa-
ción de inmanencia existente antes de la caída del hombre.
La deducción a que se llega es, por tanto, la de que asistimos a una ló-
gica de reproducción asexuada de subjetividades, seguida de la borradu- ',-'
ra de diferencias y de la fusión sujeto y objeto, muy similar a los confines
del Paraíso. En esta lógica prevalece el empobrecimiento de la subjetivi-
dad y, consecuentemente, la manifestación de la violencia.
A guisa de conclusión
99
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Culpa y acto en la constitución y destitudón del sujeto 1 HENRIQUE FJGUEJREDO CA.'l.NEiRO
dimensión subjetiva del lazo social que actúa sobre el sujeto para hacer
cumplir la ley. Hace falta retomar, en la figura simbólica de la autoridad
· que se constituye en la actualidad, la suposición de saber que permita el
reconocimiento de la culpa, para que el sujeto transgreda en nombre de
un saber y no con la desesperación que clama por un amparo.
Para recuperar el rostro del prójimo, tan machacado por las incumben-
cias de un Amo tiránico que mimetiza verdad en productos de plusvalía, es
importante retomar la dimensión de alteridad que garantice, mínimamente,
la caída del hombre en un espacio subjetivo alejado del paraíso del consumo.
Notas
( 1). Para una discusión sobre el tema de la constitución de la alteridad entre Adán y Eva, la
estructuración de una posición culposa y el camino para la responsabilidad del sujeto por
sus actos, recom~ndamos la lectura del texto ... E no come~o era a fome: tres movimentos
101
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen /JI
102
VI
"El hombre occidental llega al mundo con una puesta en escena cientí-
fica y racional. Nace en un teatro quirúrgico, pero en Occidente como
en todas partes se trata siempre de salir de la matriz y de separar-
se del abismo indecible, así indefinidamente las generaciones aprenden
que la palabra tiene por fondo lo indecible y para ser habitable el mun-
do debe ser puesto en escena por la palabra. Occidente hace brillar lo in-
decible como todas las civilizaciones, a través de la música y la danza,
de los ritos religiosos y políticos, de /os emblemas y de la arquitectura".
Con este texto comienza la película dirigida por G. Callita con texto
de Pierre Legendre La fábrica del hombre occidental. Metáfora sobre ese
lugar en e! que el hombre se constituye amarrado a! universo simbólico
del lenguaje como efecto de tramas discursivas y, al mismo tiempo, como
productor de discursos. Asimismo, es sujeto de ficción y hacedor de ficcio-
nes con las que se representa, haciéndose y deshaciéndose en sus redes.
Mundo de representación, escena que, tal como en el teatro, se monta
sobre un espacio real, despliega su ficción y cubre con su magia hasta el
más ignoto de los lugares, en un intento imposible por borrar todo rastro
del espacio real, para que nada empañe la tramoya que allí se monta, para
que nada la ponga en duda o diluya el sueño que se ofrece. Así, el mun-
do humano escribe un libreto, marca los movimientos, delimita acciones
y vestuarios y monta escenografías; ese libreto se escribe en el cuerpo y
miles de espejos van moldeándo!o a imagen y semejanza de los congéne-
res. De aquí que teatro y actor sean el paradigma de la ficción del sujeto.
Lacan se refiere a esto cuando plantea que el sujeto se constituye en
la escena del Otro, en esa escena que monta el gran Otro de !a cultura,
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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La ficción del poder ! GABRJE!.A AlEJAN:>AA A2J.D
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen /JI
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La ficción de/ poder 1 GABRIELA AlEjANDRA AíwJ
107
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
ten justificar las desigualdades que el poder produce, haciendo de las di-
ferencias una necesidad para el bienestar general.
Según E. Marí estos mecanismos o dispositivos pueden ser analizados
en dos tópicos. Fundamentalmente, por un lado, los discursos del orden:
estos son específicamente los que se ocupan de justificar el orden reinan-
te como necesario. Se integran en un mito fundacional al que podemos
consignar como el soporte mitológico de este orden. Por otra parte, se
identifican las prácticas extradiscursivas: blasones, heráldicas, rituales, cos-
tumbres o hábitos, géstica, codificaciones corporales, hábitos de higiene,
salud, ritmos aiÍmenticios, moda, formas de diversión, usos de los place-
res, etcétera, que penetran en lo más íntimo de la subjetividad. Dejan al
descubierto que la precisa marcación de relaciones entre los miembros,
la distribución de los espacios y hasta las frases ya demarcadas como fór-
mulas, no son otra cosa que la puesta en escena de lo prohibido. Ritos que
dan cuerpo, junto a palabras e imágenes, a un sistema abstracto de pro-
hibiciones y, de esta manera, señalizan el accionar de los sujetos para ga-
rantizar conductas de acuerdo con los sistemas normativos. Estas prácti-
cas son las que conforman el imaginario social.
108
La ficción de/ poder ·1 GAi!fiJELA Al.E]A.'l:::JM kNJ
hombres, para hacer que los conscientes y los inconscientes de los hom-
bres se pongan en fila" (Marí.J996:64). Es un espacio en el que los ritua-
les, tanto religiosos como profanos, montan su escena.
La función del imaginario será "fundir y cincelar la llave de los cuerpos
para el acceso de la ley" (Marí.l996:66). De ese modo se crean las con-
diciones necesarias para que el poder se introduzca en la subjetividad y
opere desde las fibras más íntimas. Esto se posibilita porque el imagina-
rio anida en las creencias de los sujetos y se alimenta de epopeyas épicas,
de mantos sagrados, de leyendas, de espadas y de blasones para consus-
tanciar a todos con los pactos fundacionales del poder. El imaginario ofre-
ce a los sujetos un lugar en la escena del mundo a cambio de la identifi-
cación con los ideales propuestos. Al integrarlos en los mitos fundaciona-
les se fortalece el lazo social porque sitúa a todos los miembros de la co-
munidad como parte responsable de sostener el pacto y desde ese mo-
mento quedan ligados a la ley.
La creencia en los mitos fundacionales es la condición de posibilidad
para que el sujeto se incluya en él, para que sostenga desde allí su genea-
logía y su deuda como miembro de un determinado clan. Esa filiaciónJe
crea derechos y deberes para con la fratría. Creer que el Otro es capaz
de protegerlo supone el compromiso de soportar el pacto y la deuda que
este lazo genera.
S. La creencia
Las teorías del poder del más puro absolutismo ponen de relieve que
el poder, para sostener su lugar, debe dar a cambio protección. Este as-
pecto está destacado por E. Marí cuando cita las palabras de Hobbes en
Leviathán "La obligación de los súbditos para con el soberano se sobre-
entiende que dura tanto como el poder mediante el cual este es capaz de
protegerlos. Pues los hombres no puede.n enajenar el derecho que tienen
por naturaleza a protegerse cuando ningún otro puede hacerlo ... El fin de
la obediencia es la protección" (Marí. 1996:61. La cursiva es mía).
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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La ficción del poder 1 GABRJELA AL:JA.'lDRA A3AD
Ya sé que ... pero aun así... --? Neurosis (Formación del inconsciente)
Ya sé que ... FETICHE --? Perversión (Fijeza del objeto)
6. La creencia hoy
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
112
La ficción del poder 1 GABRiEI.A ALE;ANDRA ADKJ
113
Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
tes, o contra los demás. Esta forma ciega de buscar límites compulsa y
engendra la violencia. ·
Conclusión
Ref. Bibliográficas
114
VIl
Jorge Degano
l. Transgresión y Sanción
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
sostienen los principios del derecho liberal con su doctrina del libre albe-
drío, sino que está determinada y posibilitada por la ley del ordenamien-
to subjetivo que, poniendo las cosas en su lugar, presenta el escenario del
castigo/sanción como alternativa metonímicamente expresada en repro-
ches, penitencia, pena, etc., formas todas de inscripción social subroga-
das y en ecuación de equivalencia con la castración como amenaza por el
pecado, el vicio, la falta, el crimen, etc., realizados o deseados, ecuación
-alterada por las formas sociales- en la que el sujeto puede situarse o ser
producido por el cruce de esas referencias, dependiendo entonces de la
posición que sitúe su existencia la perspectiva con que enfrente su deseo.
La Ley y el Deseo, si bien en oposición complementaria, campean el
circuito de la subjetividad demarcando un territorio que los contiene y se
inaugura con su montaje -el sujeto- y que opone al incesto adjudicándo-
le la alteridad radical. En la ecuación desiderativa esta relación es de opo-
sición indisoluble con lo que sus efectos -el mandato y la trasgresión- re-
sultan complementarios constitutivos.
Es en ese lugar y sentido que la sanción, como operación consecuen-
te de la prohibición que el mandato contiene, adquiere una necesidad es-
tructural dentro del campo del sujeto, apareciendo el Castigo como su
posibilitador, es decir la forma o modo en que se inscribe por su inter-
. medio la falta deseada, siendo además que la sanción se realiza cuando no
funciona la amenaza que el castigo cristaliza, presentándose así otra lógi-
ca de la misma consecuencia.
De ello que los términos Deseo y Castigo adquieren categoría de ope-
radores en la producción subjetiva obrando allí de articuladores necesa-
rios, del mismo modo que sus efectos -transgresión y sanción- compo-
nen el espacio de la jurisdicción subjetiva, es decir adquieren estatuto sim-
bólico por su pertenencia a la operación subjetivante.
En la lectura de la ecuación desiderativa los primeros términos (Ley, Deseo,
Castigo) cumplen la grilla estructural, mientras que sus consecuentes (man-
dato, trasgresión, sanción) cumplen su actualización, es decir su irrealización.
Estas operaciones que destacamos constituyen lugares posibles tanto
en su naturaleza subjetiva -en la medida de su dimensión simbólica, no
siendo así en los otros registros- como en su naturaleza jurídica en tér-
minos de una juridicidad subjetiva en primer término.
Es que justamente el nacimiento común de Sujeto y Derecho, como res-
116
La pena y el derecho al castigo ¡jORGE DeGANo
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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La pena y el derecho al castigo 1jORGE DEGA.-.:o
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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La pena y e/ derecho al castigo 1 JoRGE DEGA.'\0
tuye una instancia posible de serie asignada y que está ausente en los sis-
temas penales siendo que allí la hermenéutica interviniente es exclusiva-
mente de naturaleza jurídica.
Y es justamente por esa condición -que requiere de operaciones en las
que la significación esté determinada por la singularidad histórica de cada
sujeto lo que nunca articula con las operaciones en la dimensión jurídica-
que consecuentemente la operación penal, en las actuales condiciones, no
alcanza a determinar el castigo necesario y justo en el sujeto, la Pena justa,
resultando por ello inhabilitado en su pretendida función de sanción (sim-
bólica) al sujeto respecto de su acto con el saldo que toda operación penal
resulta una dimensión extraña, desproporcionada, impuesta sin el necesa-
rio asentimiento subjetivo y, por ello mismo, victimizante, es decir objetali-
zante, reconociéndose allí la función desubjetivante de la imposición penal.
El castigo jurídicamente realizado no recae sobre el sujeto, su yerro
es estructural siendo su destino, justamente, una aflicción mortificante no
tramitable simbólicamente. El castigo penal mente significado no permite
operación ninguna de trámite subjetivo, propone al sujeto una lógica de
la simulación, una lógica del aprovechamiento, una lógica perversa, de allí
nuestra afirmación que la Pena no satisface el Castigo.
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
VI. IN FINE.
NOTA: Agradecemos al Dr. Carlos Kuri las inteligentes observadones que hidera en su lectura de este trabajo.
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VIII
SILENCIAMIENTO DE LA LEY
Y ACTOS MUDOS
Introducción
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 11/
y los sujetos, y entre los sujetos entre sí- para instaurar legalidades, de-
seos y filiaciones, el humano se objetaliza, enmudece, y se muestra en
actos impulsados por una fuerza que lo precipita a un vacío sin palabras
ni lazo con sus semejantes y que, sin medida ni límites, se repite sin ce-
sar como una compulsión ajena al inconsciente, comandada por el rever-
so de la ley: el Superyó.
La ley y el Sujeto
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Si/enciamiento de la ley y actos mudos 1 MARTA SuSANA MEDINA
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Silenciamiento de la ley y actos mudos 1 MARTA SuSANA MEc:JINA
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Culpa, responsabilida~ y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
Esos actos mudos -las impulsiones-, esos estados de locura con pasa-
jes al acto, a veces criminales, pueden darse en cualquier estructura: neu-
rosis, psicosis o perversión.
La compulsión de repetición juega a espaldas del sujeto. Tiene que ver
con el goce sin medida ni palabras, con el silencio de la pulsión de muer-
te, acrecentado por los imperativos de la situación actual en desmedro
de las formaciones del inconsciente cuyas leyes permiten metaforizar lo
prohibido. Ante los estados confusionales, posteriores al crimen no pre-
meditado, deberíamos preguntarnos ¿por qué la emoción violenta sin di-
ques?, ¿por qué la pasión en un criminal que después del acto busca el cas-
tigo?, ¿son estas compulsiones llamados violentos a la instauración de la
ley?, ¿son pedidos de límites al desborde subjetivo cuando el odio, como
pasión, como exceso de goce, convierte al sujeto en objeto-instrumento
de esa fuerza primaria que insiste: la pulsión?
Tal vez son pedidos de legalidad, reclamos imperiosos del lugar nega-
do por ese Otro que goza, intentos de darse un nombre, de ser "alguien"
aun a costa de la vida, matando o matándose para poder "existir".
En este punto nos parece importante acotar que, cuando juristas y
psicoanalistas decimos instauración de la ley estamos hablando simultá-
neamente de responsabilidad, culpa y sanción simbólica, nunca de casti-
go. El castigo -entendido como sufrimiento corporal y/o psíquico-, per-
tenece al envés de la ley, a lo peor del padre o de las instituciones que lo
representan.
Ahora bien, kómo establecer una sanción sobre alguien que no se re-
conoce en el acto criminal y que, en el acting-out, justamente, demanda
que se instaure ese Otro legislante ausente, pero no lo sabe hasta des-
pués de realizado? ¿cómo puede haber aceptación de algo que se juega a
espaldas del sujeto? ¿Cómo hacerse responsable de algo que se juega en
el silencio pulsional compulsiva y violentamente?
Desde Lacan respondemos: subjetivando, intentando un efecto de sig-
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Silenciamiento de la ley y actos mudos 1 MARTA SuSA'IA MEDINA
Ref. Bibliográficas
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IX
l. Introducción
131 ;.:1
:¡··.·
l¡
Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen /I/
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La violencia como efecto de la desubjetivación en Jos duelos / MAO.:A ELENA El.'11GB
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Culpa, responsabilidad y castiga en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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La violencia como efecto de la desubjetivación en los duelos j MAi\ÍA Eu::-:A ELMIGER
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Culpa, responsabilidad y castiga en el discurso jurídica y psicoanalítico. Volumen 111
Dice Lacan que, en el fondo de todo duelo, hay una "ofensa inexpiable"
<1l; Freud habla de "ambivalencia en los sentimientos" (B) hacia el muerto,
lo que desarrolla en los textos que refieren a la muerte de los seres que-
ridos. Se duela tanto lo amado como lo odiado. O mejor aun, lo amado-
odiado. El duelo es, entonces, una producción humana ante la muerte: la
de un ser querido que nos enfrenta a ella como el fin de la vida; casual,
inevitable, evitable ... o la muerte violenta y perversa producida por otro
y que el discurso jurídico llama -no siempre- homicidio.
Vale citar nuevamente a Lacan: "el duelo en Hamlet no nos permite
ocultar que, en el fondo de ese duelo, hay un crimen. Que, hasta un cier-
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La violencia como efeao de la desubjetivación en Jos duelos./ MARiA Et.:NA ELMJGER
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Valumen 111
En este lugar Lacan ubica a los rituales. Estos forman parte de un sis-
tema de signos y símbolos -sistemas lingüísticos- representaciones que
hacen ingresar en algún estatuto posible de decir lo real de la muerte. Los
rituales, al separar a los vivos de los muertos, demarcan, escriben, y dan al
deudo alguna representación para la angustia. Algún marco y algún lugar.
Son lo que el Otro Social ofrece al deudo como un piso simbólico ante el
desámparo, ante el temblor, ante la catástrofe de la muerte.
Para Lacan los ritos son la intervención de todo el juego simbólico.
Cada muerte convoca a "la totalidad del significante, el trabajo se efectúa
a nivel del Logos -digo esto por no decir del grupo de la comunidad (es
evidente que es el grupo y la comunidad en tanto que culturalmente or-
ganizados qwienes son los soportes) el trabajo del duelo se presenta pri-
mero como una satisfacción dada en los elementos significantes para ha-
cer frente al agujero creado en la existencia, por la puesta en juego total
de todo el sistema significante alrededor del mínimo duelo" (7).
Es, entonces, /o público como sistema significante que la cultura he-
cha a andar para circunscribir el agujero, la oquedad, la vulnerabilidad en
que la muerte deja al deudo.
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La violencia como efecto de la desubjetivación en los duelos 1 MARiA ELENA EL..--:;GER
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen JJJ
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La violencia como efeao de la desubjetivación en los duelos 1 MARiA ELENA ELM:GER
Notas
( 1). Martín Ríos había obtenido un permiso de portación de armas y, superado los exáme-
nes físicos y psíquicos necesarios para ello, fueron otorgados por el médico traumatólogo
de su familia (notemos la seriedad de !os exámenes requeridos: cualquier médico puede
certificar sobre la salud mental o física del solicitante). Al momento de su detención, una
semana después del crimen, el joven se encontraba acompañando a su madre a quien se
le había averiado el auto. Llevaba con él un arma y balas. Se sospecha que iba a repetir la
agresión. Ríos tiene un preciso adiestramiento en el manejo de armas.
(2). Des: prefijo despectivo- astre "estrella", del latín astrum "cuerpo celeste". Desgracia
grave por el influjo dañino de un cuerpo celeste."J;erremoto.
(3). Agamben, G. Estado de Excepción. Bs.As.: A. Hidalgo. 2005, p. 16.
(4). lb. p. 59.
(5). "para producir un hijo hay que producir una prohibición. La prohibición del incesto -o
de la omnipotencia-- apunta al orden del mundo como tal; esta prohibición está ligada a
la palabra ... es un fenómeno del lenguaje" (Legendre, P. El Crimen del Cabo Lortie. Méxi-
co: Siglo XXI. 1994, p. 30).
(6). Lacan, J. El Seminario, Libro VIII. La transferencia ( 1960-61 ). Clase del 05/04/1961.
(7). Lacan, J. El Seminario, Libro VI, El deseo y su interpretación ( 1958-59). Inédito. Cla·
se del 22/04/59.
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen JI/
(8). Freud, S. Tótem y Tabú (1914). Madrid: Biblioteca Nueva. 1972, p. 67.
(9). Lacan, J. El Seminario, Libro VI, El deseo y su interpretación ( 1958-59). Inédito. Cla-
se del 29/04/59.
( 10). Guyomard, P. Acerca de lo imaginario, lo simbólico y lo real. En Objetos caídos No l.
Univ. Diego Portales (Chile). 1996, p. 67.
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X
SUBJETIVIDAD Y SEGREGACIÓN
Introducción i.
143
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Subjetividad y segregación 1 AlFREDO ORLA.'\DO CA.~oL
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen /JI
El Estado
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Subjetividad y segregación- J AlFREDO ORLANDO CAAOL
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídica y psicoanalítico. Volumen 111
EILager
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Subjetividad y segregación 1 AlFREDO Üf\I.ANDO CA~OL
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Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
ISO
Subjetividad y segregación 1 ALFREDO ÜRLA'iDO CARo:..
1
desarrollos tecnológicos y su alianza y la difusión en sentido planetario de
la economía de mercado, tienen el poder de arrasar con las construccio-
nes simbólicas alcanzando, obviamente, a las subjetividades e inducién-
dolas a su suspensión o a su desaparición.
Esta relación no contingente entre el Estado, los ciudadanos y el La-
ger abre los caminos para pensar las complejas relaciones entre lo políti-
co,y nuestra definición de los sujetos en tanto sujetos del discurso y de los
discursos que los conforman, pero siempre condicionados por los pro-
cesos sociales de segregación y exclusión. Es decir, por la presencia po-
lítica del Lager.
El límite que la presencia política del Lager y la extensión de la llama-
da "lógica del mercado" imponen en la definición del Estado -en cuanto
a sus fines y sus misiones- han tenido el poder de producir el pasaje del
ciudadano al consumidor.
Se trata menos de cantar loas a la antigua concepción del Estado -que
muchas veces tuvo el poder de enmascarar los procesos segregativos, de
exclusión y de exterminio- y poder reflexionar sobre el papel que le cabe
al Estado y a sus ciudadanos cuando se revelan dichos procesos habitan-
do todo lazo social.
Y también a los nuevos modos de la presencia social de la segrega-
ción bajo la atribución a Jos sujetos, que por lo tanto devienen objetos de
la imputación segregativa, de signos que, en su plenitud, intentan revelar
un modo del ser: sujeto peligroso, por ejemplo.
El eclipse de la referencia
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
Algunas conclusiones
152
Subjetividad y segregación J AlFREJO 0RLA'J:lO ÚR.OL
Ref. Bibliográficas
153
XI
INCESTO
, ,PATERNO FILIAL:
FUNCION CLINICA DEL DERECHO
l. Introducción
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Incesto paterno filial: función clínica dt:!l. derecho 1 LAuRA A.:lRJANA CAi'ACETE
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/1
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en donde la nena esclava es quemada en el fuego por el padre;<~>otro en ---
terrogo sobre el final de esa historia y expresa que tiene dos finales:.,uno
donde puede salir y ser libre~e refiere así a dos posibilidades de tramitar
sus cuentas genealógicas: en el primer caso se ofrece al otro en un some-
timiento erotizado, entrega su vida en holocausto al padre ficcionalizando
esto como amor. En el segundo caso asume una posición de libertad sub-
jetiva, se rehúsa a ser objeto de goce de un padre no legislant~
L Antagónic;ps d~stinos que aludirían a dos de las concepciones freudia-
nas sobre el tc_a~~: la~ ligada a la coacción a la repetición donde
el sujeto repite como actual un trozo del pasado propiciándose un des-
tino sacrificial no ajeno a una culpabilidad que no se sabe a sí misma y lo
desapropia de sus actos. En la segunda:> hay posibilidad de elaboración, el
sujeto puede cuestionar el lugar otorgado desandando las versiones que
lo fijan en una posición sacrificial.
( Dado que el caso de Julia no estaba judicial izado, en esa etapa me pre-
guntaba cuándo sería oportuno realizar la denuncia jurídic<:)La respues-
ta la dio -sin saberlo- la hermana dos años mayor. Esta le dijo a los ope-
radores del Hogar que otra niña allí alojada tenía un "papel" que prohi-
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Incesto paterno filial: función clínica del derecho 1 LAuAA ADRJA!".A CA?ACETE
159
Culpa, responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
decir nada más de los secretos del padre. Justifica esto diciendo que si ella
quiere a su mamá, tiene que hacer lo que esta le pida. Sin embargo, aco-
ta que su mamá no pudo cuidarla, si no no se hubieran quemado cuando
los dejó solos. Pasa a escribir cartas de despedida a su madre y guarda en
la mesita de secretos un texto que dice "me di cuenta que mi mamá no
puede cuidarnos". Paralelamente la Justicia ordena la desvinculación con
la madre e insta la realización de una evaluación psiquiátrica para la mis-
ma de la que surge como diagnóstico: "Trastorno paranoide de la perso-
nalidad" y concluye que la madre no está en condiciones de desempeñar
adecuadamenté la función materna.
Julia habla con sus hermanas en una reunión donde piden que nadie las
escuche. Luego de ese encuentro las tres niñas expresan a los operado-
res que se dieron cuenta que la madre no puede cuidarlas y quieren ser
adoptadas. Probablemente coadyuvó a esta decisión que por esa época
se hubiera producido una adopción exitosa de otros niños alojados en la
misma institución. Deciden entonces enviarle una carta al Juez -que ellas
escriben- donde formulan dicho pedido a partir de lo cual son citadas por
el Juzgado. Se inician los tramites para este fin y ellas plantean como con-
e
dición no separar a los cinco hermanos.
La abstracta noción de niño como sujeto de derecho, se concretaba
en los avatares de este caso en tanto Julia iba desplegando múltiples re-
cursos para ejercerlos y porque, asimismo, contaba con un buen acom-
pañamiento jurídico e instituciona~
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Incesto paterno filial: función clínica del derecho 1 l.AlJRA AoR!ANA CA?ACErE
cultura!izado -el incesto Q,O está interdicto- se reedita en los niños o jó-
venes el desamparo inicia!) Decíamos en un trabajo anterior <2l que, en los
casos de incesto.• cuando el sistema jurídico no inscribe Ley alguna, son
serias las consecuencias en la subjetividad de las víctimas. Lo ejemplifica-
\
¡mos a través de un caso en el cual durante catorce años de tramitación
en un Juzgado de Menores, el padre reitera la práctica abusiva con las hi-
jas adolescentes y nacen varios niños posiblemente gestados en la rela-
ción incestuosa sin que se resuelva desde lo jurídico ningún acto en fun-
ción de la protección de las hijas víctimas.fmpunidad que deriva en que
estas jóvenes queden conminadas a destinos ligados a la coacción a la re-
petición siendo ya adultai)
( Otra cara de la coacción -cuando el sujeto queda en orfandad de sos-
ten simbólico- puede ser la respuesta vengat¡·va.
Desarrollemos esta cuestión. _
161
Culpa, responsabilidad y castigo en e/ disc:urso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Incesto paterno filial: función clínica .del derecho jl..Al;M A'JRJA.'IA CA?ACETE
Veamos un caso.
Una joven abusada por el abuelo en la infancia devela el hecho varios 'li
r
años después cuando su abuelo está a punto de morir.
En el material clínico insiste una ideación vengativa, reitera su necesi-
dad de haberle provocado padecimientos del orden de la tortura, lamenta
no haberlo asesinado. Manifiesta un odio sin atenuantes que durante años
silenció y que ahora no cesa de expresar. Esto en tanto presume que su
cuerpo quedó, por el abuso, irremediablemente dañado.
En otras ocasiones la ideación culmina en un pasaje al acto cuya con-
cretización supone el pago de la propia inmolación. Casos que recuer-
dan a la Emma Zunz borgeana quien sintió la urgencia de vengar a su pa-
dre y así castigar el ultraje padecido. Para ella, la muerte de su padre era
lo único que había sucedido y seguiría sucediendo sin fin{Eor eso ven-
ga esa muerte asesinando al culpable con una estrategia que supone un
pago sacrificial: ~rop!~humillación de perder... la virginidad prostituyén-
·-·-----------------------.- ---··
---~------. -------~ --~~----
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen /JI
la Referencia, dicta su propia Ley, enuncia sin vergüenza y sin culpa -se
han roto los diques de la represión- un bando soberano ajeno a toda le-
gislación. Actos que conllevan un sacrificio sin ritualidad -se han roto las
referenci~ólicas~y escenas ni rituales q~e-ió enmarquen]
Este modo particular de hacer justicia recuerda las prácticas de las Eri-
nias; diosas de la venganza que ejercían un castigo oscuro, sin reconocer
ninguna Ley más allá de ellas mismas. Ejecutaban los castigos sin piedad,
hostigaban al ejecutor hasta hacerlo enloquecer y no había rezo ni sacri-
ficio que las conmoviera. Estas diosas figuran en algunas iconografías con
lágrimas de sangre, imagen que condensa la imposibilidad de tramitar el
duelo vía la tristeza o la palabra.
164
Incesto paterno filial: función clínica del derecho 1 lAcRA ADRIANA CAPACETE
5. Para concluir
Para finalizar, una cita de Legendre: "el único medio de acceso a los
desafíos inconscientes del incesto pertenece, en todas las sociedades, al
encuadre jurídico" (s).
Notas
( 1). Legendre, P. El inestimable objeto de la transmisión. Madrid: Siglo XXI. 1996.
(2). Capacete, L. Nogueira, S. La intervención jurídica en los casos de incesto. En Culpa,
responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Vol. /1. Bs. As.: Letra Viva.
2004.
(3). Agamben, G. Estado de excepción. Bs.As.: A Hidalgo. 2005, p. 24.
(4). Braunstein, N. La ficción del sujeto. En Culpa, responsabilidad y castigo ... Vol. 11. Op.
cit.
(S). Legendre, P. El inestimable objeto de la transmisión. Madrid: Siglo XXI. 1996, p. 65.
,1!
165
XII
l
bólicas para sostenerse en el mundo. Y por eso prefiere hacerse cargo
de las máculas del padre, pensar que él es el culpable con tarde no en-
frentarse a la orfandad más extrema: descubrir que quien debía velar por
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Crimen del abuso - crimen del incesto 1 MARTA GEREZ A'1B.ERTÍN
-------
A su vez, las sexualidades están también (desde lo inconsciente, y por
eso su opacidad) reguladas por leyes dellen&ktªi~ y_ del lazo socia1 regula-
ción que otorga a cada sujeto un libreto posible del despliegue de su sexua-
lidad(gsa regulación establece que el sujeto y su partenaire (o pareja) es-
tán siempre en una relación de alteridad, en referencia a un lugar tercero,
es decir, al Otr~~o qlje supone una legisl.acl~n: ninguna relación es de')
a dos porque entre el sujeto y su partenaire hay un texto, hay el muro del .
lenguaje y las prohibiciones, pero también otro muro, el de lo real.
1' Especifico esto porque cuerpos y sexualidades no pueden reducir-
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Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
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Crimen del abuso - crimen del incesto J MARTA GEREZ A'1BERTiN
171
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
~ los fines de que aquel que fue abusado/a no asuma sacrificialmente la cui-
'J pa y la responsabilidad de quien cometió la falta.~orque si un hijo/a asu-
me sacrificialmente la culpa y la responsabilidad de quien cometió la fal-
ta, queda sometido a un "sin salida": él fue el objeto de goce de otro, se
hace cargo de la culpa del victimario -y ya sabemos que los victimarios
no piden perdón, esa es tarea de las víctimas-, pero también se hace car-
go del goce que propició. En síntesis, un baño de lodo lo envuelve como
sometido y sacrificado, pero también un cierto baño de gloria y goce: fue
el elegido, fue el favorito ... ipero a qué precio!]
Es obvio que no es posible hacer generalizaciones desde la clínica psi-
coanalítica -que prioriza las singularidades-; sin embargo podemos afir-
r- mar que,~n la mayoría de los casos que trabajamos en la clínica, ese pun-
1;:+-to que destaco es el más difícil: que un hijo/a abusado abandone su lu-
-· gar de víctima y pueda asumir responsablemente el "juicio al Otro". Mu-
cho más cuando se trata de niños/as y cuando el entorno familiar y jurídi-
co generalmente tiende a favorecer al abusado~emos escuchado tan-
tas veces la muletilla que casi ya no asombra: "hay que perdonar a un pa-
dre que comete abuso", "es preferible el perdón a la pérdida del padre".
( Pero, un padre que cometió incesto pierde su condición de tal, pues ¿no
es acaso la función de padre ser guardián de la ley del deseo? Allí del pa-
t dre, de la función simbólica de padre no queda nada. Cuando se comete
i"
un acto de abuso sexual la humanidad del padre huye para refugiarse en
lo único que queda de él: la bestialidad]
Lévi-Strauss ha mostrado acabadamente que la regla universal de pro-
~
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Crimen del abuso - crimen del incesto / MARTA G::REz A"13ERTÍN
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1/1
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Crimen del abuso- crimen del incesto 1 MARTA GER:ZA'18ERTÍN
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Culpa. responsabilidad y castigo en e/ discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen JJJ
176
Crimen de/ abuso- crimen del incesto 1 MA'<TA GEREZ A":BERT'N
177
Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 1//
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Crimen del abuso - crimen del incesto J MARTA GEREZ A"1a:~1iN
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Culpa. responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Volumen 111
vecinos?; ¿es que se suele violar á los hijos en público? Así, el informe alu-
dido señala que los vecinos: a) no lo conocen, b) lo conocen pero no tie-
nen opinión formada del imputado, e) las veces que trataron con él el tra-
to fue correcto. ¿Qué puede indicar esto? ¿Acaso la inocencia? lAcaso fa
culpabilidad? Ni la una ni la otra. El dinero público y el tiempo de los fun-
cionarios ha sido empleado en algo absolutamente inconducente.
180
Crimen del abuso - crimen del incesto J MARTA Ge~EZ A"13E~T'r-..
orden jurídico con el orden moral y cultural" opinan como esta profesio-
nal los abusadores pueden estar tranquilos.
Ref. Bibliográficas
181
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ll
AUTORES
ABAD. GABRIELA 1 BRAUNSTEIN, NÉSTOR 1 CAPACETE. LAURA 1 CAROL. ALFREDO
DEGANO, JORGE 1 ELMIGER MA. ELENA 1 FIGUEIREDO CARNEIRO, HENRIQ!JE
GEREZ AMBERTÍN, MARTA 1 MEDINA M. SUSANA 1 SARRULLE, OSCAR E.
"'" "'ff"~233-5
9 789506 492335