Está en la página 1de 39

Cambios económicos y conflictos de intereses

Hasta finales del siglo XVI, la monarquía de los Tudor tuvo muchos intereses en común con los
burgueses urbanos y con los pequeños propietarios rurales de origen noble la gentry. Sus intereses
coincidían en la lucha contra España por el dominio de los mares atlánticos y por el empeño
español en restablecer el catolicismo en Inglaterra; y también en la lucha contra las familias más
poderosas de la nobleza inglesa —la aristocracia— que arruinaban el país con sus guerras
privadas. Pero esta alianza entre la monarquía, la gentry y los burgueses entró en crisis durante los
reinados de los reyes Estuardo. En las primeras décadas del siglo XVII, la riqueza de los burgueses
dedicados al comercio y a la producción de mercaderías aumentaba, y también la de la gentry,
cuyos miembros se diferenciaron del resto de la nobleza porque se dedicaron a una actividad
típicamente burguesa como el comercio. Mientras tanto, disminuían los ingresos de los nobles
más poderosos que tenían como única fuente de riqueza la propiedad de sus tierras. Muchos
nobles comenzaron a depender de la monarquía para sobrevivir, y los burgueses entraron en
conflicto con el poder absoluto de la monarquía que intentó poner límites al desarrollo de sus
actividades económicas.

La lucha por la nueva riqueza

El problema era que los burgueses estaban generando y acumulando una riqueza a la que la
monarquía no podía acceder. Para obtener una parte de esa nueva riqueza la monarquía propuso
crear nuevos impuestos y aumentar los que ya existían. El Parlamento se opuso porque sus
miembros no podían controlar el destino del dinero recaudado. La corona también intentó
participar directamente en algunas de las actividades industriales y comerciales, pero el resultado
fue aumento de precios, desocupación y descontento general. Para conseguir ingresos, la
monarquía comenzó a exigir antiguos derechos feudales y reforzó su alianza con la jerarquía de la
Iglesia Anglicana, integrada por grandes terratenientes.

Jacobo I Estuardo

Su tendencia a ejercer el poder en forma absoluta se confirmó en 1610 cuando disolvió el


Parlamento y no lo volvió a convocar hasta 1621. Para los burgueses esto no hacia mas que frenar
el libre comercio y el desarrollo de sus actividades económicas.

La guerra civil y la abolición de la monarquía

El enfrentamiento por los impuestos continuó. La corona comenzó a exigirlos aunque no tuvieran
la aprobación del Parlamento; y los burgueses comprendieron que los cambios económicos que
necesitaban sólo se alcanzarían a través de la lucha política. Las familias de comerciantes y
terratenientes más poderosas, relacionadas entre sí por negocios comunes y que estaban
representadas en las dos cámaras del Parlamento, fueron el núcleo de la oposición al rey Carlos I
con el objetivo de lograr un gobierno que representara los intereses de los hombres de negocios.

Durante 1639 y 1640 los burgueses se negaron a pagar impuestos. Pero la crisis se agravó cuando,
en 1640, Escocia pretendió separarse de Inglaterra y la Cámara de los Comunes se negó a aprobar
los fondos necesarios para equipar y pagar un ejército a las órdenes de Carlos I. La mayoría de los
comerciantes, artesanos y aprendices apoyaron a los Comunes y en 1642 comenzó la guerra civil.
Ejecución del Rey Carlos I en 1649.El ejército ocupó la capital en 1648 y el Parlamento Depurado
procesó al rey con el siguiente fundamento: "Los comunes de Inglaterra reunidos en el
Parlamento, declaran que, por debajo de Dios, el pueblo es el origen de todo poder justo"...

En los dos bandos enfrentados, el parlamentario y el realista, había representantes de la nobleza y


de los burgueses. Lo que los diferenciaba era que los realistas tenían más fuerza en las regiones
agrícolas del norte y el Oeste del país, mientras que el Parlamento encontraba el apoyo en el sur y
en el este, regiones en las que predominaban la industria y el comercio. También las ideas
religiosas los diferenciaban: el puritanismo respaldaba, en general, al Parlamento, y el
anglicanismo, como iglesia oficial, al rey. En el conflicto armado, venció el ejército parlamentario
que dirigía Oliverio Cromwell. En 1649, los nobles fueron expulsados del Parlamento, se proclamé
la república y el rey Carlos I fue decapitado.

La Gloriosa Revolución: Después de la muerte de Cromwell, los burgueses más poderosos, que
necesitaban paz y orden para sus negocios, llegaron a un acuerdo con la nobleza y, en 1660, la
monarquía fue restaurada en la persona de Carlos II Estuardo. Por su parte, el rey aceptaba que
correspondía al Parlamento la elaboración de leyes y la aprobación de impuestos.

Pero el acuerdo entre la monarquía y el Parlamento se rompió cuando llegó al trono Jacobo II,
católico y con tendencias absolutistas. El nuevo rey no encontró apoyo para restablecer la
monarquía absoluta: la nobleza no era católica y, además, sabía que la mayor parte de la sociedad
no aceptaba una vuelta al pasado. Esto fue lo que llevó a un nuevo acuerdo entre los nobles y los
burgueses, quienes coincidieron en la necesidad de destronar al rey y justificaron su propósito en
las ideas del filósofo inglés John Locke.

Convencidos de que el destronamiento del rey en este caso era lícito, en 1688 nobles y burgueses
ofrecieron la corona de Inglaterra al príncipe holandés Guillermo de Orange con dos condiciones:
debía mantener el protestantismo y dejar gobernar al Parlamento. Jacobo II, abandonado por casi
todos los grupos sociales, dejó el trono. Así, sin violencia, triunfó la Gloriosa Revolución (como la
llamaron los hombres de la época), que abolió definitivamente la monarquía absoluta e inició en
Inglaterra la época de la monarquía parlamentaría.

INDEPENDENCIA DE EE.UU.: La transformación económica, social y política que se


produjeron en Inglaterra durante el siglo XVI, favorecieron su expansión colonial en el
siglo XVII. Además había grupo de hombres dispuestos a migrar para colonizar nuevos
territorios y comenzar una nueva vida.

La reforma religiosa realizada por Enrique VIII había producido fuertes encuentros entre la
corona y algunos sectores de la sociedad que se oponía a la religión anglicana y que
preferían abandonar Inglaterra para practicar libremente su fe.

Fue una solución para muchos perseguidos por cuestiones religiosas en los primeros años
del siglo XVII. Por otro lado hombres de negocio organizaron compañías colonizadoras
para la explotación de diversos minerales y metales preciosos que creían que había. Por
ejemplo las compañías de Londres y la de Plymounth con objeto de extraer oro en estas
tierras.
Inglaterra instaló 13 colonias, siendo la primera la de Virginia, en honor a Isabel I, la "reina
virgen". Estas eran pobres, no contaban con yacimientos de metales preciosos, ni con una
población indígena densa y estable para mano de obra. Su población crecía lentamente y
faltaban capitales para fomentar el crecimiento.
Después de la guerra de Inglaterra contra Francia, la corona quiso que las colonias le
ayudasen a pagar la enorme deuda militar de alrededor de 150 millones de libras esterlinas.
Con este objetivo el parlamento inglés estableció una serie de impuestos sobre el cuero, el
azúcar, el papel y el té, que se importaba desde América.

Con estas medidas los colonos temieron que todas las libertades que habían disfrutado hasta
el momento empezaban a venirse abajo de repente. También podía significar un revés
importante para el comercio que los colonos desarrollaban. Viendo el cariz que estaban
tomando los acontecimientos el parlamento británico decidió derogar la primera de las
leyes, la de las Estampillas, pero al mismo tiempo intensificó la segunda, la de
Alojamiento, enviando oficiales de aduanas a la ciudad de Boston para que recolectaran las
cuotas. Los colonos no lo aceptaron y se negaron a obedecer a los ocupantes, por lo que
éstos reaccionaron mandando soldados a Boston.

Los habitantes de 96 ciudades protestaron, ya que el Parlamento no los representaba frente


a la corona, y por lo tanto no podía decidir por ellos y formaron la liga de no importación,
ideada por Frankiln.

Cuando en 1773 se aprobó la "Ley del Té", que beneficiaba a la Compañía Británica de las
Indias Orientales, los americanos arrojaron al mar todas las cajas de té que llevaban tres
barcos anclados en Boston. Éste fue el llamado "motín del té en Boston", y señala el primer
acto de abierta rebeldía contra el Gobierno inglés.

Los colonos no cejaron en su empeño y en 1774 en Filadelfia organizaron un Congreso


para evaluar el estado de la situación. Decidieron desobedecer las nuevas leyes británicas e
intentar boicotear en lo posible el comercio, por lo que empezaron a buscar armas para
defenderse de las posibles represalias. La respuesta, por supuesto, no se hizo esperar y el
comienzo del conflicto se dio cuando en la localidad de Lexington fuerzas británicas se
enfrentaron a unos setenta colonos. Alguno de los dos bandos hizo fuego por lo que la
guerra ya estaba servida.
Inglaterra se obstinó que los colonos debían obedecer y estalló la guerra. Los colonos
confiaron el mando a George Washington, y para pedir a Francia que interviniera mandaron
a Franklin como embajador.

Unos años después de este hecho se organizó el segundo Congreso Continental, también en
Filadelfia, con la intención de que hubiese un ejército y una marina controlados por una
persona representativa de los colonos, nada más y nada menos que George Washington.
Los siguientes pasos fueron el papel moneda y un principio de relaciones con otras
potencias extranjeras, hasta que Thomas Jefferson redactó la llamada Declaración de
independencia, en Virginia, que se aprobó en la fecha más importante hoy para los
estadounidenses, el 4 de julio del año 1776.
El ejército de Washington carecía de todo, estaba desorganizado, sin armas, sin pólvora, sin
ropas y sin provisiones. Solamente pudo adquirir una cosa con rapidez y voluntad: la
disciplina. Pero carecía de los conocimientos tácticos de los bien organizados regimientos
ingleses. Éstos, en cambio, no luchaban por su tierra y su moral era bastante baja. En 1777
los americanos vencieron a los ingleses en la batalla de Saratoga. Entretanto había llegado
un ejército francés, y España había mandado provisiones y armas procedentes de México y
las Antillas.  En el año 1781 unos 8.000 soldados británicos fueron rodeados en Yorktown
(Virginia) por la alianza franco norteamericana bajo las órdenes de Washington. Los
británicos pidieron la paz y en el tratado de París de 1783 se reconoció por fin la
independencia de los Estados Unidos. Estaban cansados de lucha y de una guerra que no
era popular, pues ambos pueblos eran demasiado afines y no existía odio real que justificara
la matanza.

Líderes tan importantes como George Washington, Benjamin Franklin y James Madison
pretendieron modificar algunos de los artículos de la Confederación, sin embargo fueron
unos delegados los que tuvieron la idea de redactar una nueva legislación que dio como
resultado la gran Constitución de los Estados Unidos de América que finalmente fue
aceptada en 1788 tras muchas reuniones. Con esta declaración se separaron los tres
poderes, el ejecutivo, legislativo y judicial, totalmente independientes entre sí, lo estados
podían tomar decisiones propias, además se añadieron posteriormente un total de diez
enmiendas con la intención de no fortalecer en demasía el poder central. Se quería sobre
todo dejar clara la libertad individual del hombre en cualquiera de los casos, y también
otras como la libertad de prensa, de religión, de expresión etc. Otras de las enmiendas ya
desarrollaban temas que en otros países europeos tardarían en llegar como el derecho de la
mujer a votar, así como abolir completamente la esclavitud. Este texto constitucional ha
quedado inamovible para la historia y se ha situado como el gran símbolo norteamericano,
envidia del resto de las naciones.Para resistir las presiones de Inglaterra, los colonos
hicieron alianzas con Francia y España, y en 1783 Inglaterra tuvo que desistir y reconocer
la Independencia de Estados Unidos de América.

Terminada la guerra Washington fue elegido dos veces presidente de la república federal.
Los Estados Unidos fueron el primer país independiente de América. Su ejemplo repercutió
en el resto de las colonias española y portuguesa, pero también en Europa, ya que estimuló
los sucesos que debían desembocar en la Revolución Francesa que estalló a fines del siglo
XVIII.

La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo
XVIII. No fue sólo importante  para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países ,en donde se
desataron conflictos sociales similares, en contra de un  régimen anacrónico y opresor, como era la
monarquía. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las
injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista.

Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715) (foto), Francia se hallaba bajo el dominio de una
monarquía absolutista, el poder de rey y de la nobleza era la base de este régimen, pero en realidad
el estado se encontraba en una situación económica bastante precaria, que se agravó por el mal
gobierno de Luis XV (bisnieto de Luis XIV), y que tocó fondo durante el reinado de Luis XVI,
gobernante bien intencionado, pero de carácter débil, por lo que se lo llamaba el buen Luis.

"Los gastos militares y un lustro de malas cosechas crearon una gravísima situación social. La
mayoría de la población se vio en la miseria mientras el lujo y el despilfarro del rey y la nobleza
continuaban como si nada. Luis XVI se negó a realizar cualquier tipo de reforma y defendió los
privilegios de la aristocracia frente al hambre de sus súbditos, que se estaban hartando de la
injusticia." Fuente: Felipe Pigna

 El mantenimiento de un estado absolutista demandaba mucho dinero, ya que:

* Existía un gran número de funcionarios en el gobierno y cada uno buscaba su propio beneficio

* Se tenía que mantener un gran  ejército permanente.

* La corte vivía rodeada de lujos. 

Algunos ministros de Hacienda trataron de encontrar una solución a esta crisis, pero sus medidas
sólo complicaron más la situación.

 Aparece un nuevo problema:

·     En envió de  tropas a América de Norte, para defender su posiciones territoriales, antes el
avance de gobierno inglés, en la guerra de los Estados Unidos.

·     Consecuentemente la monarquía se endeudó mucho más.

 Soluciones Propuestas:

·     Se recurrió al tradicional intento de aumentar los impuestos.

·    Se trató de conseguir que la nobleza también aporte su correspondiente diezmo, medida que
provocó la ira y oposición de esta última clase social, que estaba dispuesta a defender sus
privilegios feudales, hasta el punto de enfrentar la monarquía.

·   Para que no se empeorara su situación económica la nobleza trató de acaparar más cargos en la
burocracia estatal, y además, aumentó la explotación de los campesinos que trabajaban en sus
tierras, exigiéndoles   mayores contribuciones.

Resumiendo:

a- La economía del país estaba arruinada.

b- Los nobles consecuentemente sufrían dramas financieros.

c- El clero no recibía el diezmo por parte del pueblo.

d- La burguesía quería acceder a cargos públicos.

e- Los campesinos estaban cansados del poder feudal.

La sociedad estaba compuesta por tres sectores sociales llamados estados.


El primer estado era la Iglesia; sumaba unas 120.000 personas, poseía el 10% de las berras de
Francia y no pagaba impuestos. Recibía de los campesinos el “diezmo”, es decirla décima parte
del producto de sus cosechas. Sólo la Iglesia podía legalizar casamientos, nacimientos y
defunciones, y la educación estaba en sus manos.
El segundo estado era la nobleza, integrada por unas 350.000personas. Dueños del 30 % de las
tierras, los nobles estaban eximidos de la mayoría de los impuestos y ocupaban todos los cargos
públicos. Los campesinos les pagaban tributo y sólo podían venderles sus cosechas a ellos.
Tenían tribunales propios, es decir que se juzgaban a sí mismos.
El tercer estado comprendía al 98% de la población, y su composición era muy variada. Por un
lado estaba la burguesía, formada por los ricos financistas y banqueros que hacían negocios con
el estado; los artesanos, funcionarios menores y comerciantes. Por otra parte, existían
campesinos libres, muy pequeños propietarios, arrendatarios y jornaleros. El proletariado
urbano vivía de trabajos artesanales y tareas domésticas. Finalmente estaban los siervos, que
debían trabajo y obediencia a sus señores. El tercer estado carecía de poder y decisión política,
pero pagaba todos los impuestos, hacia los peores trabajos y no tenía ningún derecho. La
burguesía necesitaba tener acceso al poder y manejar un estado centralizado que protegiera e
impulsara sus actividades económicas, tal como venia ocurriendo en Inglaterra.

Viendo la difícil situación económica que se asomaba, la nobleza exigió que se llamara a Estados
Generales, para el tratamiento de una ley de impuestos. La monarquía prácticamente arruinada
económicamente y sin el apoyo de gran parte de la nobleza, estaba en la ruina.

REVOLUCION MEXICANA

Porfirio Díaz había llegado a la presidencia de México por primera vez en 1876, con la ayuda de las
armas. Entre 1880 y 1884 había dejado el gobierno en manos de un amigo fiel, el general Manuel
González. Pero Porfirio no concebía otro sucesor que no fuera él mismo: desde 1884 había
gobernado sin pausas, reelecto sistemáticamente, en ocho oportunidades. Era el "caudillo
indispensable", el general protagonista de "la hazaña militar más grande de la historia", y otras
calificaciones elogiosas que proferían los aduladores del régimen.

En 1910 debían llevarse a cabo nuevas elecciones. A pesar de que en 1908 había afirmado lo
contrario, Porfirio volvía a ser candidato. La oposición al régimen se nucleó alrededor de Francisco
Madero, un político miembro de una familia de terratenientes del estado de Chihuahua, en el norte
del país. El programa de Madero se centraba en la reforma política y era apoyado por un
heterogéneo conglomerado de fuerzas regionales.

En las elecciones (que, por cierto, no fueron limpias) triunfó Porfirio Díaz. En el momento de la
elección, Madero se hallaba detenido en una cárcel mexicana. A diferencia de otras circunstancias,
la oposición decidió resistir el veredicto. Madero, que había huido de la prisión y se había refugiado
en Texas, lanzó un llamado a la insurrección: el Plan de San Luis Potosí.

La rebelión se inició en el norte de México. Desde allí, las tropas conducidas por Pascual Orozco
avanzaron hacia el centro de México y derrotaron en varios enfrentamientos al ejército porfirista.
En el centro sur surgió también un importante núcleo de resistencia liderado por Emiliano Zapata.
Porfirio Díaz capituló y se exilió en Europa. Madero fue electo presidente y asumió a fines de
1911l. El gobierno de Madero carecía de bases firmes: los antiguos porfiristas descontaban de él,
los campesinos y sus líderes que habían combatido contra Díaz no veían satisfechos sus reclamos de
tierras y participación en el poder político y, desde fines de 1912, el embajador de los Estados
Unidos conspiraba abiertamente contra el presidente de México. De este modo, surgieron diversos
grupos opositores a Madero, muchos de ellos irreconciliables entre sí.

Los constitucionalistas A principios de 1913, el general Victoriano Huerta dirigió una rebelión
exitosa contra Madero, y se proclamó presidente. Madero y su vicepresidente fueron asesinados.
Mientras Huerta se consolidaba en el poder, un conjunto de grupos opositores establecía una
alianza, formalmente encabezada por el gobernador del estado de Coahuila, Venustiano Carranza.
Los opositores, unidos bajo el nombre común de constitucionalistas -su principal objetivo era la
restauración del orden constitucional-, estaban comprendidos por grupos del norte del país -el
propio Carranza, el carismático y audaz Pancho Villa y un importante grupo del estado de Sonora,
liderado por Alvaro Obregón- y de otras regiones -donde sobresalían los campesinos del estado de
Morelos con su líder Emiliano Zapata-.

Los ejércitos constitucionalistas derrotaron a las tropas de Huerta, que dimitió y partió al exilio en
julio de 1914. Los cuatro años de conflictos habían terminado con todo el complejo sistema de
pactos y negocios nacionales, regionales y locales establecidos en los largos años del gobierno de
Porfirio Díaz.

En su lugar, diversos grupos y caudillos, de base rural, luchaban entre sí para decidir quién iba a
gobernar México. Para algunos, como los seguidores de Zapata, el problema principal era otro: la
tierra. Su objetivo era el reparto de las tierras a las comunidades campesinas.

Los que habían vencido a Huerta no tardaron en enfrentarse entre sí. Carranza y Obregón fueron los
jefes de los triunfadores. Villa y Zapata, los de los derrotados. En 1917 fue sancionada una nueva
constitución que consagró importantes principios: aumentaba las atribuciones del poder ejecutivo,
fijaba un mandato de cuatro años sin posibilidad de reelección para los presidentes, aseguraba al
estado la propiedad del subsuelo, establecía numerosos derechos sociales -derecho de huelga,
jornada de ocho horas, prohibición del trabajo infantil, salario mínimo, etc.-, separaba estrictamente
la Iglesia del estado. Se nacionalizó la riqueza minera.

En 1920 terminaron las resistencias. Diez años de guerras habían dejado la economía absolutamente
destruida y centenares de miles de muertos en los campos. De todas maneras no se avanzó en la
democratización política, volviéndose a practicas muy parciales, parecidas a las de Porfirio Diaz.
Los indígenas y pequeños propietarios siguieron sufriendo las injusticias del sistema y sus vidas sin
grandes diferencias a la etapa oligárquica.

REVOLUCION CHINA
Introducción: China fue siempre un país intervenido por potencias colonialistas. La existencia de territorios
ocupados fue argumento suficiente para que los revolucionarios lograran levantar las masas en pro de un
cambio que pusiera fin a las usurpaciones. Entre los territorios ocupados estaba Manchuria (la tomó el
imperio del Japón en 1931). En 1945 los comunistas fueron factor importante en la liberación de Manchuria,
razón por la cual se les aceptará en la población. Un régimen feudal, caracterizado por el gobierno autócrata
de terratenientes. Como consecuencia del régimen feudal persistente la masa campesina se mantiene en la
miseria, en la ignorancia, y con escasos recursos para sobrevivir. La influencia de la Revolución Soviética el
envío de emisarios rusos en forma directa e indirecta a China con el fin de concientizar a la población para
que se rebelara como lo hizo en Rusia.

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, China era un país muy pobre, dedicado básicamente a las
actividades agrícolas y con un desarrollo industrial prácticamente inexistente (sólo el 3% de la población
trabajaba en la industria).

La agricultura seguía utilizando los métodos tradicionales y se basaba en el cultivo extensivo del arroz, el
maíz y la patata. En los últimos decenios, la población había aumentado enormemente, pero seguía sujeta a
las tradicionales dificultades naturales (inundaciones, sequías...) que daban lugar a hambrunas periódicas y a
la muerte de millones de campesinos. Una minoría de grandes propietarios detentaba la propiedad de la tierra
que era trabajada por los campesinos bajo un régimen de tipo feudal. Vivían sumidos en la pobreza y
asfixiados por las rentas que debían pagar a los señores (más de mitad de la cosecha).

La entrada en China de las potencias europeas en el siglo XIX había comportado un cierto desarrollo
industrial en una estrecha franja costera y una apertura comercial hacia Occidente. También había surgido una
burguesía comercial, aunque numéricamente era poco importante. De este modo, China mantenía una rígida
estructura social, sostenida por el confucionismo, que inculcaba al pueblo la sumisión a las jerarquías
políticas, sociales y familiares.

Políticamente, después de la destitución del último emperador en 1911, se había proclamado la República,
que estaba en manos de las fuerzas nacionalistas del Kuomintang, partido fundado en 1905, que dirigió el
movimiento insurreccional que puso fin al tradicional Imperio Chino, instaurando una democracia
parlamentaria y proponiéndose liberar al país del imperialismo extranjero. Estuvo dirigido primero por Sun
Yat-sen y después por Chiang Kai-chek, quien orientó al país hacía una vía muy conservadora, que dio lugar a
una fuerte oposición comunista. El Partido Comunista, dirigido por Mao Zedong, tenía su fuerza entre los
campesinos y defendía la necesidad de un reparto de la propiedad entre los campesinos pobres.

El Partido Comunista Chino fue fundado en 1921 por algunos intelectuales como Mao Zedong y Zhou Enlai.
En 1927 se enfrentó a la política del Kuomintang y proclamó la necesidad de la revolución armada de los
campesinos.

En 1934, las tropas comunistas emprendieron lo que se llamó la "Larga Marcha": recorrieron cerca de 12.000
km huyendo del cerco que les habían tendido los ejércitos nacionalistas. Después de un enfrentamiento con
las tropas de Chiang Kaí-chek, los comunistas, dirigidos por Mao, se refugiaron en Yenan, donde a partir de
1935 promovieron la creación de una República Popular, en la que se llevaron a cabo una serie de reformas
sociales que habían de ser el preludio de la nueva sociedad: elecciones con sufragio secreto para la
Administración local, lucha contra el feudalismo, reparto de tierras, disminución de los impuestos, etc.

China antes de la Segunda Guerra Mundial:

1911 Revolución China. Los nacionalistas, dirigidos por Sun Yat-sen, derrocan el Imperio manchú.
1916 Se constituye en Cantón un nuevo gobierno basado en los «tres principios» de Sun: nacionalismo,
democracia y aumento del nivel de vida popular.

1918 Segundo gobierno en Pekín dirigido por Yuan ShiKaiwho, que se convirtió en presidente con el apoyo
del ejército.  Sun declara la guerra a Alemania, Yuan le sigue en 1917.  El Tratado de Versalles autoriza a
Japón a quedarse con el territorio alemán de Shantung. China no obtiene nada. Deja de comprar mercancías
británicas y japonesas y busca la ayuda de Rusia. Rusia devuelve a China territorios arrebatados durante el
siglo anterior. El Partido Comunista Chino empieza a crecer.

1922 Los nacionalistas del Koumintang no consiguen someter a los poderosos señores de la guerra. Sun invita
al Partido Comunista a unirse a su ejército.

1925 Muere Sun Yat-sen. Chiang Kai-chek se convierte en el líder del Koumintang.

1926 Las expediciones contra los señores de la guerra en el norte del país obtienen un gran éxito.

1927 Chiang inicia unos ataques contra el Partido Comunista. Las «patrullas de la muerte» del Koumintang se
lanzan sobre los comunistas en Cantón, asesinando a 6.000 personas.

Ataques similares en Shanghai y otras grandes ciudades. Mao Zedong (Mao-Tse-tung) se convierte en líder
del Partido Comunista. Conduce a lo que queda del Partido Comunista a las montañas de Kiangsi e instituye
un Soviet para reconstruir el Partido e iniciar la guerra civil contra el Koumíntang.

1928 Chiang entra en Pekín y se convierte en el nuevo gobernante de China. Cree que el país necesita un líder
militar fuerte y decide deshacerse de su único rival, el Partido Comunista.

1931 Chiang pone en marcha una serie de campañas de exterminio para derrotar a los comunistas en Kiangsi.
El ejército del Partido Comunista —Ejército Rojo de Liberación del Pueblo— utiliza la táctica de guerrillas.
Los japoneses invaden Manchuria. Chiang decide enfrentarse al Ejército Rojo antes que a los japoneses.

La guerra civil y la revolución de 1949:

La Segunda Guerra Mundial puso un paréntesis en la guerra civil: comunistas y nacionalistas pelearon juntos
contra los japoneses. Durante esta guerra, entre 1937 y 1946, China fue invadida por las tropas niponas. Los
comunistas chinos desempeñaron un papel muy importante en la lucha contra los japoneses y consiguieron
ganarse el apoyo de los campesinos gracias a las medidas revolucionarias que se ponían en práctica en los
territorios bajo control comunista: reparto de las tierras, aplazamiento de deudas, limitación de impuestos, etc.

La capitulación japonesa de 1945 llevó a China hacia una guerra civil que enfrentó a los comunistas y a los
nacionalistas del Kuomintang, que se habían reconciliado temporalmente para constituir un Frente
Nacionalista antijaponés en 1937. Las fuerzas comunistas controlaban una buena parte del territorio chino que
reunía a más de 100 millones de habitantes, la mayoría campesinos. El resto del territorio, es decir, las zonas
costeras y la mayoría de las grandes ciudades, estaba en manos del Kuomintang, que se oponía a la reforma
agraria fomentada por los comunistas y que contaba con el apoyo de Estados Unidos.

En 1947 las fuerzas comunistas protagonizaron una gran ofensiva que culminó con la reconquista de
Manchuria y la conquista de las ciudades más importantes. Sumido en el desorden y la corrupción, el ejército
nacionalista cesó la lucha y los dirigentes del Kuomintang abandonaron el continente y se refugiaron en la isla
de Formosa bajo la protección de la flota americana. Tras el triunfo del ejército comunista, el 1 de octubre de
1949, Mao proclamó en Pekín el nacimiento oficial de la República Popular China. El campo comunista se
había ensanchado enormemente con la incorporación de un país de 9 millones de Km² y una población de 500
millones de habitantes.  Los nacionalistas, por su parte, se refugiaron en la isla de Formosa (Taiwan).
Los primeros años de la República Popular

Nacida en plena Guerra Fría, la República Popular China fue reconocida diplomáticamente tan sólo por los
países comunistas, algunos Estados vecinos de Asia y por el Reino Unido y Portugal, que contaban con
algunos enclaves comerciales en su territorio y no querían ganarse la enemistad de la nueva China. El resto
del mundo occidental y la ONU no quisieron reconocer al nuevo Estado, manteniendo que el único
depositario de la legitimitidad china era el gobierno de la China nacionalista.

Aislada frente al resto del mundo, la China Popular se volcó hacia la Unión Soviética, el único aliado del que
podría obtener la ayuda financiera, económica y técnica que necesitaba para la reconstrucción del país. De
este modo, en febrero de 1950, los dirigentes chinos firmaron en Moscú un tratado de "amistad, alianza y
asistencia mutua" con el gobierno soviético. A partir de este momento, la construcción del socialismo en
China se orientó hacia el modelo soviético y la estrategia estalinista: rápida colectivización de la tierra y una
planificación económica que daba prioridad absoluta a la industria pesada.

El nuevo régimen presentó algunas peculiaridades propias respecto al comunismo internacional, lo que dio
origen a lo que se conoce como maoísmo: unión de las cuatro clases revolucionarias (campesinos, obreros,
pequeña burguesía y burguesía nacional), importancia del campesinado, revolución permanente, acción
directa del Partido en todas la áreas.

En el terreno económico, el gobierno chino lanzó el primer plan quinquenal (1953-1957), que se centró en el
desarrollo de la industria pesada. En forma complementaria, se llevó a cabo una progresiva colectivización de
la agricultura. Las grandes propiedades en poder de latifundistas y de la burguesía campesina fueron
expropiadas y repartidas entre los agricultores.

Los campesinos, que se habían convertido en propietarios como consecuencia de la reforma agraria de 1950,
fueron incitados a reagruparse en cooperativas socialistas de producción al estilo de los koljoses soviéticos.
En 1957, la mayoría de los campesinos chinos formaban parte de este tipo de cooperativas. Las empresas
privadas, tanto industriales como comerciales pasaron a ser de propiedad estatal y los artesanos fueron
reagrupados en cooperativas controladas también por el Estado.

También se inauguró una política de planes quinquenales de estilo soviético. El primer plan (1953-57) fijó la
prioridad del crecimiento industrial, y en particular de la industria pesada, por encima del desarrollo agrícola,
lo que trajo consigo un déficit alimentario y la necesidad de mantener el racionamiento. Finalmente, se
redactó una Constitución en 1954, que se inspiraba en la soviética, con un total paralelismo entre las
estrucutras del estado y las del Partido Comunista.

La campaña de las Cien Flores y el Gran Salto Adelante: En 1956, el régimen comunista impulsó un
proceso de liberalización intelectual: la campaña de las Cien Flores (1956-1957). Con él, el Partido
Comunista Chino buscaba captar la adhesión de los intelectuales, muchos de los cuales le eran hostiles. En un
principio, los intelectuales no comunistas se mostraron reacios a manifestar sus críticas. Finalmente, el
movimiento desembocó en una verdadera denuncia de las propias bases políticas del régimen. La reacción del
Partido no se hizo esperar: los críticos fueron acusados de contrarrevolucionarios y elitistas y muchos de ellos
fueron castigados.

Documento: Revolución cultural en la Universidad

La lucha era muy encarnizada entonces. Obligábamos a los profesores a llevar un gorro y un cartel colgado del cuello en los que aparecían frases
escritas como: «Soy un monstruo.» Comparecían por turnos ante todas las clases, donde les insultábamos, y les asediábamos con consignas,
acusaciones y órdenes de reformarse. Les obligábamos a limpiar los lavabos, les embadurnábamos con pintura negra y organizábamos «equipos de
control de monstruos» (kuan niu-kui tu,), que se encargaban de que recibieran el trato que se merecían.  Les acusábamos de faltas concretas y no
parábamos hasta que confesaban que las habían cometido. Hizo falta casi una semana de lucha sin tregua para que un hombre admitiera que había
dicho «Mao está equivocado» en una conversación con un colega suyo.» Fuente: Memorias del Guardia Rojo (1976) A. Michel
En 1958, el gobierno chino lanzó un amplio movimiento conocido como el Gran Salto Adelante: con él se
buscaba lograr un equilibrio entre el desarrollo industrial y la agricultura. Pero, a pesar del éxito obtenido en
los dos primeros años, el Gran Salto fue un fracaso.

La crisis se agravó debido a la ruptura con la Unión Soviética a principios de los '60. Las aspiraciones chinas
a convertirse en un foco de irradiación de una nueva ola revolucionaria mundial, en la que la lucha contra el
capitalismo era central, contrastaba con la ambigüedad de las relaciones que en esos años Moscú mantenía
con Occidente.

La Revolución Cultural

Una de las consecuencias del fracaso del Gran Salto Adelante fue el deseaste y la relegación de la figura de
Mao del centro del poder. Un grupo de dirigentes del Partido y algunos militares comenzaron a someter las
ideas de Mao a una profunda revisión. En 1962, comenzó la contraofensiva del maoísmo a partir del Ejército,
donde el líder conservaba un enorme prestigio. A fines de 1965, Mao dirigió sus ataques contra los
intelectuales, invitando a los estudiantes a denunciar las desviaciones ideológicas.

Dicha estrategia triunfó en agosto de 1966, fecha en que se hicieron públicos los
dieciséis puntos de la “gran revolución proletaria” que habían sido impuestos de hecho
gracias a la lealtad de los guardias rojos y al apoyo de las masas trabajadoras
descontentas. Los objetivos principales que pretendía cubrir con este proceso eran, en
primer lugar, la persecución y derrota de todos aquellos que, detentando el poder,
seguían la vía capitalista; en segundo lugar, la destitución de las autoridades
académicas burgueses y la abolición de su ideología; por último, la transformación de
aspectos de la superestructura – lugar donde se sitúa la ideología en la teoría marxista
– que habían quedado desfasados después de la implantación de la economía
socialista. (Ver: Ultima Campaña de Mao)

Aquel mismo año de 1966 se hizo público el célebre Libro Rojo, recopilación de citas
de Mao que sintetizan lo fundamental de su pensamiento y que se extendió entre las
masas chinas con el propósito de que sirviera de instrumento para que asumieran el
protagonismo de su propia revolución. El libro, traducido a numerosos idiomas, corrió
de mano en mano por todo el mundo y se convirtió en un auténtico best-seller político
de la década siguiente. Después del noveno congreso del Partido Comunista, celebrado
en abril de 1969, el pensamiento maoísta se consolidó como eje de la Revolución
China, pero veinte años después, las disidencias internas, sacadas a la luz por la
descomposición generalizada de los regímenes imperantes en los países del llamado
“socialismo real”, y especialmente representadas por los jóvenes estudiantes y la
población descontenta de las grandes concentraciones urbanas, fueron violentamente
reprimidas en la Plaza de Tiananmen.

Para entonces, el último de los supervivientes que fundaron el Partido Comunista, Mao
Tse-tung, había fallecido en 1976. Pese al imprevisible desmoronamiento de su gran
obra, aún hoy el mundo recuerda con fascinación la asombrosa energía de que hizo
gala el maestro chino durante su larguísima existencia. Siendo joven, cuando caía la
helada lluvia traída por el viento de Mongolia, Mao se desnudaba para recibirla con
objeto de, según sus propias palabras, “domar el esqueleto”. Con el mismo rigor
espartano y abnegado mantuvo un pulso con la Historia.

El llamado de Mao tuvo una gran respuesta en las escuelas y en las universidades, de ahí que este movimiento
haya recibido el nombre de Revolución Cultural. El movimiento pronto se extendió a toda China. Los
estudiantes, convertidos en Guardias Rojos, dirigían sus ataques contra los dirigentes que se habían opuesto a
Mao, a los que calificaban de revisionistas y contrarrevolucionarios. A comienzos de 1969, Mao había
recuperado su poder.

China después de Mao: Tras la muerte de Mao en 1976, los dirigentes chinos mantuvieron el modelo
socialista. Sin embargo, se ha desarrollado una política económica más pragmática que, lentamente, camina
hacia una economía de mercado, aunque siempre controlada. El conductor de este cambio es Deng Xlao Ping,
uno de los dirigentes marginados del Partido durante la Revolución Cultura] y rehabilitado posteriormente. En
1978-1979, Deng impulsó una cierta liberalización política conocida como "Primavera de Pekín" y permitió
una crítica moderada al maoísmo. Sin embargo, el régimen chino todavía se caracteriza por la falta de libertad
política. Los movimientos de oposición son duramente reprimidos tal fue el caso de la revuelta estudiantil en
la plaza de Tiananmen, en Pekín, en 1989.

REVOLUCION DE CUBA

Desde que se independizara de España, la vida política de Cuba había estado condicionada por la relación que
mantenía con Estados Unidos.  Hasta 1933, en la constitución cubana existía una cláusula, conocida como la
'Enmienda Platt', que permitía la intervención norteamericana en la isla, "para proteger la vida, la libertad y
los bienes' de los ciudadanos de ese país, residentes en Cuba.

La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el
control de Cuba por parte de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la
invasión de la Bahía de Guantánamo en 1898. El gobierno de Estados Unidos obtuvo una concesión perpetua
que comenzó el 23 de febrero de 1903, otorgada por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República
de Cuba.

El recién formado protectorado estadounidense incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El


tratado cubano-estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y
jurisdicción sobre la bahía de Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque,
mientras que reconocía que la República de Cuba mantenía su soberanía.

Hacia 1952, las empresas norteamericanas controlaban el 47,4% de la producción


azucarera, el 90% de la producción de electricidad y de las redes telefónicas, el 70%
de las refinerías de petróleo, el 100% de la producción de níquel y el 25% de las casas
comerciales, los hoteles y la industria de productos alimenticios. Desde que comenzó la
revolución, Cuba fue hostigada por Estados Unidos.  En 1960, el gobierno
norteamericano dejó de comprar azúcar.  Esto condujo a un acercamiento de los
cubanos con la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de toneladas
anuales de azúcar durante cuatro años.  Estados Unidos decidió entonces no enviar
más petróleo a Cuba, que comenzó a proveerse de la U.R.S.S.

Las compañías norteamericanas en la isla se negaron a trabajar y el gobierno


respondió expropiando y nacionalizando todas las empresas petroleras de ese origen y,
luego, las compañías de electricidad y teléfonos.

La economía cubana y la dictadura de Batista

La economía de Cuba dependía de las exportaciones de azúcar, cuya producción y


comercialización estaba controlada por compañías extranjeras.  Once empresas
estadounidenses controlaban casi 1.200.000 hectáreas, que representaban el 47,4%
de las tierras dedicadas al cultivo de caña de azúcar.
La Revolución Industrial es un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del
siglo XVIII y principios del XIX, en el que Inglaterra en primer lugar, y el resto de Europa
continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas,
tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el Neolítico.

La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la
industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias
textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida
por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril.
Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la
denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria textil. Estas
nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción. La
producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del
siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su producción.

Así es que en la revolución industrial se aumenta la cantidad de productos y se disminuye el


tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya que se
simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar cualquier
obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo bajar costos en
producción y elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo costo fijo.

Contenido
[ocultar]

 1 Causas
 2 El comercio internacional
o 2.1 Economía industrial
 3 Etapas de la Revolución industrial
 4 Principios fundamentales de la industria
 5 Véase también
 6 Enlaces externos

[editar] Causas
La existencia de controles fronterizos más intensos evitaron la propagación de
enfermedades y disminuyó la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos
anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más eficiente la producción de
alimentos con una menor aportación del factor trabajo, alentando a la población que no
podía encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos relacionados con la industria y, por
ende, originando un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un
nuevo desarrollo en las fábricas. La expansión colonial del siglo XVII acompañada del
desarrollo del comercio internacional, la creación de mercados financieros y la acumulación
de capital son considerados factores influyentes, como también lo fue la revolución
científica del siglo XVII. Se puede decir que se produjo en Inglaterra por su desarrollo
económico.

La presencia de un mayor mercado doméstico debería también ser considerada como un


catalizador de la Revolución industrial, explicando particularmente por qué ocurrió en el
Reino Unido.

La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes innovaciones de la


Revolución industrial. Hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal basado en el uso
de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil aprovechó el poder
del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas industrias se convirtieron en el
modelo de organización del trabajo humano en las fábricas.

Además de la innovación de la maquinaria, la cadena de montaje contribuyó mucho en la


eficiencia de las fábricas.

 Revolución agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión de


los propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del
uso de fertilizantes.
 El desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y a
la comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones entre
patronos y trabajadores son únicamente laborales y con el fin de obtener beneficios.
 Cambios demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un
crecimiento demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo
adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población. También
hubo una migración del campo a la ciudad porque la ocupación en labores agrícolas
disminuyó mientras crecía la demanda de trabajo en las ciudades.

Esta primera revolución se caracterizó por un cambio en los instrumentos de trabajo de tipo
artesanal por la máquina de vapor, movida por la energía del carbón. La máquina exige
individuos más cualificados, produce una reducción en el número de personas empleadas,
arrojando de manera incesante masas de obreros de un ramo de la producción a otra.
Especialmente del campo a la ciudad.

[editar] El comercio internacional


[editar] Economía industrial

Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese
podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las
mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.

Estos nuevos transportes se hacen necesarios no sólo en el comercio interior, sino también
en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados
nacionales e internacionales, en los que las mercancías pueden viajar libremente por el país
sin necesidad de pagar aduanas. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el
Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros
países europeos, con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y
con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación
de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y
comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de
propiedad. La Revolución industrial generó también un ensanchamiento de los mercados
extranjeros y una nueva división internacional del trabajo (DIT). Los nuevos mercados se
conquistaron mediante el abaratamiento de los productos hechos con la máquina, por los
nuevos sistemas de transporte y la apertura de vías de comunicación, así como también,
mediante una política expansionista.

El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda una serie de transformaciones que la
colocaron a la cabeza de todos los países del mundo. Los cambios en la agricultura, en la
población, en los transportes, en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo
industrial. La industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la base
de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la siderurgia y al
ferrocarril.

A mediados del siglo XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble
expansión: las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se
estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del
ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que
explica su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también financiera y
comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el
resto de Europa y en otras regiones como América del Norte o Japón, la industrialización
fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica.

Unos países tuvieron la industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica.
En 1850 apenas existe la fábrica moderna en Europa continental, sólo en Bélgica hay un
proceso de revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se
fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania.

Otros países siguieron un modelo de industrialización diferente y muy tardía: Italia,


Imperio austrohúngaro, España o Rusia. La industrialización de éstos se inició tímidamente
en las últimas décadas del siglo XIX, para terminar mucho después de 1914.

Véanse también: Segunda revolución industrial y Tercera revolución industrial

[editar] Etapas de la Revolución industrial


La Revolución industrial estuvo dividida en dos etapas: La primera del año 1750 hasta
1840, y la segunda de 1880 hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo
consecuencias tales como:
1. Demográficas: Traspaso de la población del campo a la ciudad (éxodo rural) —
Migraciones internacionales — Crecimiento sostenido de la población — Grandes
diferencias entre los pueblos — Independencia económica
2. Económicas: Producción en serie — Desarrollo del capitalismo — Aparición de las
grandes empresas (Sistema fabril) — Intercambios desiguales
3. Sociales: Nace el proletariado — Nace la Cuestión social
4. Ambientales: Deterioro del ambiente y degradación del paisaje — Explotación
irracional de la tierra.

A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que
hoy conocemos como Revolución industrial dentro de las cuales las más relevantes fueron:

 La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que


mejoraban los procesos productivos.
 La despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller familiar a
la fábrica.
 El uso de nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor.
 La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.
 El surgimiento del proletariado urbano.

La industrialización que se originó en Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no


sólo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones
sociales.

Proletariado urbano. Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se


produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se
convirtió en obrero industrial. La ciudad industrial aumentó su población como
consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes y por el arribo de este nuevo
contingente humano. La carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta
población marginada socialmente; debía vivir en espacios reducidos sin comodidades
mínimas y carentes de higiene. A ello se sumaban jornadas de trabajo, que llegaban a más
de catorce horas diarias, en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios
miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad de los dueños de las
fábricas o centros de producción. Este conjunto de males que afectaba al proletariado
urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a las insuficiencias materiales y
espirituales que les afectaban.

Burguesía industrial. Como contraste al proletariado industrial, se fortaleció el poder


económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema
económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción
y la regulación de los precios por el mercado, de acuerdo con la oferta y la demanda.

En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su


situación de privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la
sangre. Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica,los empresarios
obtenían grandes riquezas, no sólo vendiendo y compitiendo, sino que además pagando
bajos salarios por la fuerza de trabajo aportada por los obreros.

Las propuestas para solucionar el problema social. Frente a la situación de pobreza y


precariedad de los obreros, surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles solución; por
ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a crear una sociedad ideal, justa y libre de
todo tipo de problemas sociales. Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl Marx,
que proponía la revolución y la abolición de la propiedad privada (marxismo); también la
Iglesia católica, a través del Papa León XIII, dio a conocer la Encíclica Rerum Novarum
(1891), que condenaba los abusos y exigía a los estados la obligación de proteger a lo más
débiles. A continuación, un fragmento de dicha encíclica: « (...) Si el obrero presta a otros
sus fuerzas a su industria, las presta con el fin de alcanzar lo necesario para vivir y
sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su parte pone, adquiere el derecho
verdadero y perfecto, no solo para exigir un salario, sino para hacer de este el uso que
quisiere (...) ». Estos elementos fueron decisivos para el surgimiento de los movimientos
reivindicativos de los derechos de los trabajadores.

[editar] Principios fundamentales de la industria


Uno de los principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los
procesos de producción como definitivos o acabados. Su base técnico-científica es
revolucionaria, generando así, el problema de la obsolescencia tecnológica en períodos
cada vez más breves. Desde esta perspectiva puede afirmarse que todas las formas de
producción anteriores a la industria moderna (artesanía y manufactura) fueron
esencialmente conservadoras, al trasmitirse los conocimientos de generación en generación
sin apenas cambios. Sin embargo, esta característica de obsolescencia e innovación no se
circunscribe a la ciencia y la tecnología, sino debe ampliarse a toda la estructura económica
de las sociedades modernas. En este contexto la innovación es, por definición, negación,
destrucción, cambio, la transformación es la esencia permanente de la modernidad.
Principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de
producción como definitivos o acabados. - El desarrollo de nuevas tecnologías, como
ciencias aplicadas, en un receptivo clima social, es el momento y el sitio para una
revolución industrial de innovaciones en cadena, como un proceso acumulativo de
tecnología, que crea bienes y servicios, mejorando el nivel y la calidad de vida. Son básicos
un capitalismo incipiente, un sistema educativo y espíritu emprendedor. La no adecuación o
correspondencia entre unos y otros crea desequilibrios o injusticias. Parece ser que este
desequilibrio en los procesos de industrialización, siempre socialmente muy inestables, es
en la práctica inevitable, pero mensurable para poder construir modelos mejorados.

Revolución Tecnológica y Sociedad de la Información


Francisco Sierra 
Dpto. de Periodismo
UNIVERSIDAD de SEVILLA

 
Hace algunos años , con motivo de la Capitalidad Cultural Europea , expertos en
materia de comunicación y periodismo , analistas en materia de
telecomunicaciones digitales , investigadores sociales y responsables de la
administración pública de las políticas en materia de comunicación y cultura
celebraban en Madrid el encuentro "Comunicación de Masas en el Tercer Milenio"
(1992) para definir los perfiles imprecisos de eso que algunos autores denominan
la nueva civilización tecnológica. En las conversaciones de Madrid , subtituladas
significativamente "De la revolución tecnológica a la revolución social" , los
participantes llegarían a la síntesis de diez conclusiones sobre la configuración y
futuro de la sociedad de los medios. El acierto y pertinencia de tales
recomendaciones deberían seguir siendo hoy día líneas de acción en el contexto
social vigente :

1.- En primer lugar , dado el carácter crítico de la relación simbiótica entre medios
y sistemas políticos , los investigadores participantes en este encuentro señalaron
que es conveniente para el nuevo milenio que desde el ámbito de la comunicación
se fomenten valores democráticos , un auténtico diálogo público en la sociedad ,
que genere una cultura de la cooperación y la solidaridad social frente al
individualismo y la desmovilización anómica que está produciendo en el actual
contexto social la cultura mediática.

2.- Se constata hoy que las funciones y el tradicional ámbito de libertades que en
términos democráticos siempre ha contenido significativamente la noción de
ciudadano se está diluyendo en beneficio de un concepto alienante y
empobrecedor que iguala a cada sujeto con un potencial agente de consumo.
Resultado de los procesos de concentración y privatización de la comunicación, la
educación y la cultura , el ciudadano de hoy está perdiendo sus espacios de
encuentro y consenso social para replegarse en la lógica restrictiva y , como
veremos , tautológica de la racionalidad instrumental por la cual se impone el fin
sobre los medios , sustituyéndose al homo sapiens y al homo faber por el
maquinal homo consumens. A tal punto que cada vez resulta más necesario , en
consecuencia , reivindicar el concepto de ciudadanía para , de manera efectiva,
poder dotar de contenido las acciones dialógicas y comunicacionales de
participación real y democrática del nuevo sujeto de la posmodernidad frente al
solipsismo delirante de la comunicación como dominio.

3.- En tercer lugar , por tanto , es imprescindible - señalan los mismos autores -el
fortalecimiento de la sociedad civil favoreciendo una nueva comunicación
ciudadana que reconozca la inteligencia , soberanía y el poder de
autodeterminación del público, a nivel individual y colectivo , en cuanto sujetos
capaces de construir y desarrollar creativamente el conocimiento y el saber social
a partir de , o al margen de , los medios de comunicación en la apropiación y
reconocimiento de su propia identidad cultural.

4.- Ante el proceso de liberalización privativa de las comunicaciones , y de la crisis


irreversible de los modelos clásicos de titularidad pública de los sistemas de
información , es necesario reconocer que hoy ha llegado el momento de
establecer nuevos modos de participación en los medios por parte de los
ciudadanos.

5.- La globalización y liberalización cultural y comunicativa requiere , a nivel


transnacional , una nueva cultura de la responsabilidad informativa , dada la
naturaleza perversa a que está tendiendo la concentración multimedia de los
grandes trust que invaden las fronteras estatales y subsumen las identidades y la
independencia cultural de las regiones y comunidades locales en la estructura
narrativa de un metarrelato homogéneo y uniformizante.

6.- Se ha superado la etapa en la que se destinaban mensajes indiscriminados a


un público uniforme. La creciente maduración en el conocimiento y uso de los
medios supone la transformación de la masa en grupos sociales. Tales grupos se
articulan en función de su identidad , sin embargo , las minorías sociales continúan
sin una representación y acceso consecuente a los medios de comunicación social
, por lo que urge una política cultural basada en el pluralismo lingüístico y en la
diversidad discursiva de las culturas plurales que atraviesan en la actualidad las
grandes metrópolis multiétnicas.

7.- Luego , en resumen , los medios tendrán que asumir una nueva
responsabilidad : la de ofrecer pautas de comportamiento que favorezcan en
forma efectiva la participación social y cultural.

8.- La profesionalidad de los informadores resulta cada vez más necesaria , y es


preciso profundizar en su identidad , su formación y su especialización.

9.- Por último , si bien es cierto que la revolución tecnológica ha introducido una
nueva lógica en los medios informativos , está pendiente sin embargo , una
revolución cultural que modifique cualitativamente la calidad de la información.

10.- Hay que tomar en cuenta , en este sentido , que las tecnologías no aseguran
necesariamente el aumento de la participación ciudadana en los asuntos públicos.
El determinismo tecnológico genera , por el contrario , una creciente
desmovilización social.
 
Estos dos últimos puntos que señalan las conclusiones de los expertos
participantes en el foro de Madrid - los referidos a la falta de perspectiva cualitativa
y la necesidad de un enfoque sociológico no determinista tecnológicamente - son ,
a nuestro modo de ver , los dos principales problemas de nuestro tiempo , que
definen el marco cultural de la problemática en la que se sitúa el dominio del
debate en la encrucijada de la civilización tecnológica. Una encrucijada , por
cierto , hasta ahora innominada como estructura laberíntica , pero , sin embargo ,
clasificada , citada , referida y marcada por múltiples denominaciones que opacan
la transparencia de un orden social líquido , lábil , fluído y poco aprehensible
precisamente por encontrarse anclado - como estableciera Atlan - entre la
naturaleza del cristal y el humo.
 
Los conceptos de "sociedad postindustrial" , "revolución tecnológica" , "aldea
global" , "fin de las ideologías" y tantos otros términos , puestos en circulación a
partir de la década de los sesenta , constituyen hoy acepciones comunes del
nuevo léxico que intenta describir esta tendencia actual que todos , quizás por
comodidad analítica , hemos acordado denominar , sin comprender , proceso de
globalización. Remitirse o hablar de economía-mundo , aldea global , relaciones
interdependientes o cualquier otra idea que expresa este fenómeno - como digo ,
comúnmente denominado globalización - son hoy día tan comunes en los medios ,
en los discursos oficiales y en el propio lenguaje de la comunicación y la
mercadotecnia que cada día resulta más evidente y menos claro de qué proceso
estamos hablando cuando nos referimos al fenómeno de la globalización ,
resultando a tal punto confusa esta nueva y revolucionara tendencia , que el efecto
comienza a ser percibido como la causa del origen de estas megatendencias
sociales.

Sucede en la actualidad con frecuencia que , cuando se difunden algunos de estos


conceptos , el oscurantismo mixtificador dominante reduce , de manera
manifiesta , toda voluntad clarificadora , para simplificar el concepto de
globalización en el aura omnicomprensivo y totalizante de la ideología tecnocrática
, dada la complacencia linealmente uniforme del pensamiento tópico , que , lejos
de obtener respuestas , aplaza indefinidamente toda reflexión a la mera
enunciación de las numerosas interrogantes que suscita el proceso de
transformaciones en curso , en virtud de la inercia de los hechos y el supuesto
rigor implacable de los juicios consumados. Cuál es el contenido real de estos
cambios sociales , qué sentido adquieren en la etapa de transición actual , qué
modelo de sociedad se proyecta en la aldea macluhiana , son cuestiones con
frecuencia banalizadas , que ocultan bajo el dominio de la razón abstracta y el
individualismo metodológico , los intereses ocultos de este tipo de discurso ,
diseñado tecnocráticamente frente a cualquier posible intento de racionalidad
comunicativa , por mor del prurito acriticista del posmodernismo conservador.

Los mitos están por tanto al orden del día. La interpretación dominante identifica ,
por ejemplo , la globalización con la esperanza universal de democratización ,
atribuyendo a la transmisión de las comunicaciones el factor explicativo de la
apertura supranacional de los Estados. Por otra parte , la globalización se
presenta a menudo como una nueva categoría analítica , dándose por supuesto
que representa , históricamente , el advenimiento de una nueva etapa en la
historia de la humanidad , diferente en su evolución al desarrollo antecedente del
capitalismo , independientemente que el modo de producción capitalista se
define , en su origen , por ser un movimiento económico mundial , ligado desde el
principio a la expansión arrolladora de las fuerzas productivas , pues , como ha
demostrado Wallerstein , la consistencia del orden social del tardocapitalismo
reside justamente en que se trata de un sistema internacional.

Como se puede ver la ambiguedad , la escasa calirificación teórica y conceptual y


el optimismo "integrado" mitificante son denominadores comunes de esta nueva
encrucijada tecnológica. Por eso creemos que , para poder discernir más
fácilmente los efectos , alcances y principios estructurantes de esta tendencia
globalizadora que ha tomado por bandera el desarrollo científico y tecnológico de
los nuevos medios de producción y comunicación , sería conveniente y necesario
revisar el contenido y relaciones históricas de las fuerzas sociales que transforman
el espacio de la cultura en el milenio que asoma.
 
  EL TAUTISMO TECNOLOGICO

Es un hecho que , en el marco de un entorno gobernado por la complejidad de las


relaciones sociales y una imparable globalización de los mercados los modelos de
organización y planeación de los insumos informativos están siendo transformados
por el cambio tecnológico. El proceso de globalización pasa , de este modo , a
depender de la revolución científica y tecnológica, operada por la difusión de
nuevas tecnologías como la microelectrónica y las telecomunicaciones.

La convergencia telemática entre la industria de las telecomunicaciones y la


microinformática se erige actualmente en el campo principal de negocio
comunicativo , en cuanto sector neurálgico de las transformaciones de este
importante sector de la actividad productiva y , más allá aún , de la propia
estructura económica en general. La globalización de la economía vendría siendo,
en este sentido, un fenómeno de integración del comercio a nivel planetario
derivado directamente de la revolución de las fuerzas productivas. Se entiende
hoy que el desarrollo masivo de la ciencia como institución social es el factor que
ha impulsado el desarrollo del conjunto de medios disponibles para tratar y difundir
los insumos de información. Las políticas de Investigación y Desarrollo serían , de
hecho , la más directa traducción de la Revolución Científico-Técnica , que en las
últimas décadas ha alterado la tradicional relación existente entre ciencia y
tecnología , en favor de esta segunda. Es más, el flujo acelerado de datos
electrónicos y la explotación con fines económicos de las redes telemáticas de
información están configurando nuevas formas de comunicación aún no
suficientemente socializadas , pero paulatinamente en vías de desplazar , a medio
plazo , los medios tradicionales de interacción , de trabajo y también de educación.
Por lo que concierne a la globalización económica , el desarrollo de las
tecnologías de comunicación y transportes ha aportado , según algunos autores ,
a los procesos de producción una movilidad geográfica , nunca antes vista en la
historia. Justamente , eso al menos se entiende , " fue esa movilidad geográfica la
que hizo posible la conceptualización y utilización real del planeta como un sólo
lugar de producción transnacional " (1).

Según Servan-Schreiber , el futuro de la sociedad posindustrial se basa en tres


revoluciones culturales :

a) El desarrollo acelerado de la concentración urbana.

b) La explosión de la información.
c) Y la automatización generalizada de la producción.
 
De tal forma que la mutación de la sociedad "posindustrial" en una sociedad de
servicios basada en la información y el conocimiento pasa a depender de los
adelantos técnicos en materia de telecomunicaciones. Los trabajos futuristas de
Alvin Toffler popularizarán así el concepto de sociedad informacional como modelo
de organización societaria que descansa en el papel dinamizador de las
tecnologías comunicacionales, remplazando la idea clásica de la industria de la
producción por la industria del conocimiento en el horizonte de la consecución de "
una sociedad más juiciosa , sensata y democrática ".

El factor tecnológico va a condensar de este modo los viejos y ancestrales mitos


de la ideología del progreso , concentrando las visiones de un mundo integrado
eficazmente en razón de la ciencia y la tecnología. A tal punto que los apologetas
de la nueva civilización tecnológica depositarán todas sus esperanzas de cambio y
desarrollo social en el poder transformador de las nuevas tecnologías. El
contenido de toda revolución social queda subsumida así por el poder movilizador
de la técnica. Son las nuevas tecnologías las que cambiarán radicalmente el
mundo del trabajo , el estudio , la cultura , el ocio y hasta la forma misma del saber
y el conocimiento.

La mistificación tecnocrática de este final de milenio pretende agotar , en


consecuencia , el sentido y referencia de lo social en la función instrumentalizada
de las nuevas tecnologías de la información , al margen de las relaciones sociales
que subyacen a su producción , uso y circulación comercial. En otros términos , la
reducción de la historia a la historia de la tecnología será la otra cara de la
legitimación de un discurso monolítico , autocentrado ideológicamente en el
tautismo de la propia técnica , más allá de las relaciones sociales y , en general ,
de las relaciones de producción.

Esta ideología tecnologista renueva hoy día una vieja tentación teórica consistente
en el intento de sustitución del hombre por la máquina , amparándose en el mayor
rendimiento , competencia y capacidad heurística de las nuevas tecnologías de la
información. La comunicación misma pasa a ser de este modo parte de la
ideología maquinal. La comunicación , la cultura y la sociedad son efectos y
réplicas de la máquina misma. Y el discurso tecnológico el texto del discurso sobre
lo social , pues , como hemos señalado , la lógica de la técnica ha conquistado la
totalidad de las actividades humanas , imprimiento un sesgo mecanicista al
funcionamiento de lo social , quizás , en buena medida , para evitar el sentido
mismo de las preguntas que cuestionan el actual desarrollo tecnológico.

En la actual búsqueda de una comunicación global se evita , por ejemplo , la


cuestión de las posibles y reales diferencias entre estar o no conectado a las
redes de información. Quién necesita el servicio y para qué , es decir , el valor de
uso de los nuevos medios es habitualmente obviado en el análisis por una
economía de la información basada en la lógica instrumental del valor de cambio.
Como consecuencia, ignorar las formas de valorización lleva , por otra parte , a
justificar en razones exclusivamente técnicas la factibilidad del uso de la red. La
conexión no depende tanto de las necesidades de la comunidad local , sino más
bien de su previsible rentabilidad económica. La economía digital obedece así a
una tendencia económica orientada a la eficaz comunicación de las corporaciones
transnacionales para que hagan circular en el menor tiempo posible sus bienes y
servicios.

Aunque el sector de las telecomunicaciones se caracteriza en la actualidad por


rápidos avances en la renovación de equipos y contenidos , que buscan ante todo
lograr una comunicación a nivel global , instantánea y de acceso universalizado ,
sólo algunos agentes sociales tienen la disponibilidad de acceso y conectividad a
la red. La actual revolución de las comunicaciones vendría representando , en
consecuencia , la deseada universalización del conocimiento y , de paso , el
acceso a la justicia y la paz mundiales mediante el crecimiento y el desarrollo
mental del individuo más allá de los proyectos de salvación colectiva , sólo a nivel
imaginario. Es más , la comunicación - se entiende - sólo se pone en acción por la
tecnología , accesible sólo por aquellos actores sociales propietarios del saber-
hacer y la propia tecnología. Pese a que hoy se identifica la fuerza de lo
tecnológico y el poder de las tecnologías del espíritu a ella asociadas como el eje
estructurante de lo que se entiende es un nuevo orden social , en realidad la
interconectividad hombre-máquina constituye meramente un nuevo argumento del
único futuro deseable que se puede pensar , obviando , por supuesto , el papel
represivo y de control que desempeñan las máquinas administrativas y sociales.

El cine y la ciencia-ficción , el nuevo conocimiento prospectivo del futuro , ya han


señalado el peligro que implica esta nueva episteme y su identificación con el
orden y el equilibrio social , al dominar , justamente , en el uso de las nuevas
tecnologías de la información un tipo de pensamiento sedentario característico de
la lógica del tautismo. Este neologismo , formado por la contracción del término
tautología y el sustantivo autismo define el dominio de un sistema tecnológico y
comunicacional autoreferenciado , sordo y mudo al ruido externo de la vida y de la
realidad. Como comenta Sfez , el tautismo se convierte así en la forma de la forma
simbólica. La tecnología es implementada entonces como un discurso " que
pretende sobredeterminar la sociedad y sujetar a su propio criterio técnico la
eficacia de todas las actividades del mundo terrestre , y aun de otros universos
habitados o inhabitados"(2).

En respuesta a esta amenaza latente , numerosos autores han establecido una


falsa dicotomía entre hombre y máquina , esto es , entre cultura y técnicas de
reproducción , como una estrategia defensiva de rechazo del tecnicismo
pragmático que domina el nuevo y viejo pensamiento del tecnocratismo occidental.
Craso error para comprender la complejidad organizacional de nuestro tiempo
pues se sitúa de nuevo , como señalamos al principio , en el camino trillado , en la
misma vía , aunque en un sentido contrario , que resulta regresivo y común en el
entendimiento de la transformación tecnológica de nuestro tiempo. Gran parte de
los problemas de comprensión y análisis de la sociedad tecnológica en la
actualidad deriva precisamente del dominio de un saber tópico poco imaginativo y
excesivamente redundante en sus propuestas , incurriendo de nuevo en una
interpretación reduccionista que reedita la oposición "apocalípticos" e
"integrados" , que paradójicamente tienden a compartir un mismo lugar común.

Por lo general , son tres los tópicos que suelen aplicarse al analizar el desarrollo
tecnológico en la era de la información : " la diversidad - el reconocimiento del
gran número de artefactos o productos diferentes , disponibles desde antiguo - ; la
necesidad - la creencia de que los seres humanos se ven impulsados a inventar
artefactos para satisfacer las necesidades biológicas básicas - ; y la evolución
tecnológica - una analogía orgánica que explica tanto la aparición como la
selección de estos nuevos artefactos (...) La diversidad es un hecho de la cultura
material , la necesidad es una explicación popular pero errónea de la diversidad , y
la evolución tecnológica es una forma de explicar la diversidad sin recurrir a la idea
de necesidad biológica " , tal y como ha explicado Basalla (3). De estos tres
tópicos derivan principios como la naturalización del ámbito tecnológico , el
pragmatismo burdamente materialista , el evolucionismo tecnológico y , en
consecuencia , la autonomía social de la técnica.

Tal mecanicismo encuadra el marco comprensivo de interpretación en el que se


intenta justificar el "natural desarrollo" de las nuevas tecnologías de la información.
Por ejemplo , la estructura dinámica de lo que algunos autores denominan la era
tecnotrónica (4) hoy tiende , según este principio , de manera acelerada y casi
vertiginosa , a la convergencia de la tecnología , conformando así las señas de
identidad de los modernos medios de comunicación que aparecieron a lo largo de
la década de los ochenta para renovar o sustituir , según los casos , la función de
los medios más convencionales. Se piensa entonces que estamos ante una nueva
sociedad posindustrial , pues hoy tenemos un complejo entorno
hipertecnologizado , cuyas posibilidades y amplia gama de potencial aplicado a la
economía , la educación y la cultura , se distingue de anteriores etapas en la
evolución tecnológica por numerosos rasgos distintivos :

1.- Presencia local. A diferencia de la orientación regional o nacional en el


funcionamiento y comprensión informativa de los viejos medios , las nuevas
tecnologías de la información favorecen un uso más enfocado de la cantidad de
información disponible a través de su infraestructura técnica descentralizada ,
aunque esta presencia local a menudo se reduce a una actividad de
mercadotecnia estrictamente económica , y no a una relación más bien
comunicativa.

2.- Estructura descentralizada. Las condiciones técnicas de los nuevos medios


de transmisión y almacenamiento de información responden a un proceso
dinámico de descentralización-concentración , al igual que sucede a nivel
macrosocial , según las nuevas tedencias económicas , con las lógicas de
descentralización-recentralización y relocalización productiva.

3.- Información alfanumérica. El creciente dominio de los sistemas de bases de


datos sobre el conjunto de operaciones de intercambio , investigación , desarrollo
y producción informativa se impone paradójicamente junto a la urgente necesidad
de una actualización permanente de esos fondos , haciendo que la información
esté disponible y casi actualizada en tiempo real , con vistas a su rápida
utilización.

4.- Polivalencia en sus aplicaciones. Los nuevos medios , por otra parte , se han
venido destacando desde la pasada década por sus posibilidades , su flexibilidad y
adaptabilidad tecnológica. De modo que los medios han adoptado múltiples
aplicaciones para llegar a la lenta pero creativa convergencia de un entorno
hipertextual.

5.- Hipertextualidad. El dominio de la lógica del selfmedia ha introducido una


nueva cultura que denominamos de navegación superando , en una nueva ruptura
epistemológica , el pensamiento lineal en favor de las "mezclas" , mediaciones y
traducciones.

6.- Integración. La convergencia de códigos , textos , contenidos y canales


establece como una tendencia irreversible la constante convergencia
comunicacional que garantiza la integración de cualquier soporte y cualquier tipo
de lenguaje. Las tecnologías no compatibles , poco amigables , rígidas o no
escalables están condenadas a desaparecer en beneficio de un mayor
acoplamiento técnico que hace si cabe más compleja el entramado en red de las
nuevas telecomunicaciones.

7.- Interactividad. Paralelamente a la capacidad de flexibilidad , y a la estructura


descentralizada , aunque en última instancia bajo un control central , los nuevos
medios ofrecen un panorama muy distinto a los usuarios de la comunicación ,
posibilitando su rol activo en el acceso , selección y procesamiento de los datos
susceptibles de uso público. La intervención del usuario ya no sólo se da en el
proceso de lectura y recepción de mensajes , sino también en el canal y en el
texto , pudiento consultar , interrogar , pedir , manipular o procesar cualquier tipo
de información a través de los diferentes medios. El concepto de interactividad
remite , de este modo , en la actualidad a las nuevas oportunidades de diálogo
hombre-máquina y a las comunicaciones horizontales cruzadas y a nivel planetario
que se pueden establecer entre los destinatarios finales de la información.

8.- Inestabilidad. Los permanentes cambios acelerados , según la lógica de


investigación e innovación tecnológica , exigen continuas adaptaciones a nivel de
las estructuras organizativas , incidiendo en gran medida en la multiplicación de la
masa y formatos técnicos de procesamiento de la información. Lo que , a su vez ,
incide en la configuración de lo que Castells llama la geometría variable de los
flujos de poder , frente a la era mecánica de la previsión de las determinaciones ,
tanto a nivel físico (principio de indeterminación) como a nivel social (5).

Estos rasgos nos ofrecen un marco social muy distinto , en el que las nuevas
tecnologías por fin han superado las restricciones de tipo espacial y temporal en la
aplicación a la producción , el ocio y el trabajo. Tomando en consideración tales
características cabría pensar que estamos , ciertamente , ante la emergencia de
un nuevo tipo de sociedad. Ahora bien , cómo se está configurando este modelo
societario , qué perfiles adopta la organización social en relación al influjo que
pueden ejercer las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Esto
es , para qué se está utilizando este potencial tecnológico : _ realmente para un
modelo social de emancipación individual o colectiva o para ahondar en las
desigualdades , el control y la manipulación sociocultural de la población
mundial ?.
 
  EL NUEVO ORDEN MUNDIAL DE LA INTERDEPENDENCIA

Si como hemos visto el desarrollo tecnológico hoy se identifica en el origen de la


globalización y el acceso a una sociedad poscapitalista , esta modelo de desarrollo
sustentado en el poder de las tecnologías se concreta en el nivel político con la
identificación del Nuevo Orden como el triunfo de la ideología liberal , y más allá
aún con el propio fin de las ideologías.

Hoy es un hecho aceptado como natural el que , aunque el Estado siga jugando
un papel importante en el orden político internacional , el monopolio y
centralización del poder sancionador sea progresivamente disgregada en beneficio
de los actores transnacionales , dando lugar a lo que Hirsch denomina el Estado
Nacional de Competencia.

La actual fase de desarrollo tardocapitalista no sólo ha llevado a que la empresa


fiscalice las funciones de administración , producción y consumo de la casi
totalidad de los bienes y servicios , sino también incluso la educación de los
futuros consumidores. El foro "Las otras voces del planeta" ha identificado los
fundamentos de este discurso universalizado por el Nuevo Orden Internacional a
partir de tres principios básicos : " el desarrollo , mantenido como objetivo y
destino universal para el conjunto de la humanidad. La globalización de la
economía , aceptada como necesidad histórica y como único camino para lograr
extender el desarrollo a todo el mundo. Y la competitividad , considerada como el
único instrumento capaz de regular de modo óptimo el funcionamiento de la
economía globalizada " (6).

Un principio igualmente ligado a la globalización económica es el concepto político


de interdependencia. Un término cuyo pronunciamiento remite directamente en la
práctica a la inevitabilidad de la ley de hierro del desarrollo económico
internacional. Lo global expresa de manera condensada en este concepto sólo un
orden , una sola función productora , un solo accionar en el desarrollo histórico. La
interdependencia significa , en última instancia , el inevitable imperio de la
globalización. No es posible desvincularse de esta tendencia , como propusiera
Hamelink , salvo a riesgo de quedar al margen del sistema de circulación y
comercio internacional. La comunicación en la aldea mundial se convierte de
hecho en un factor virtual de unificación y participación.
Ahora bien , la expansión tecnológica de los nuevos medios no ha significado
como consecuencia la construcción de la anhelada aldea global , o el aula sin
muros , sino más bien al contrario , como subraya acertadamente Hamelink , un
modelo de aldea empresVerdana en el que la producción y el marketing a escala
planetaria conciben el mundo como un gran zócalo universal. De tal manera que ,
en esta perspectiva , los esquemas culturales nacionales son considerados
restricciones a la libre circulación de bienes y servicios. Las exigencias de la
producción y los modelos de consumo no se detienen en las fronteras de las
culturas locales , que , impelidas por la necesidad , son obligadas a diluirse para
una más eficaz y rápida circulación de los bienes , servicios y capital circulante. El
carácter ideológicamente mixtificador de la Aldea Global queda así pues en
evidencia cuando se comprueba que la única mercancía que ve limitada su
capacidad de circulación transfronteriza es justamente la mano de obra. El factor
trabajo queda al margen de las políticas de liberalización e integración regional. Es
más , la mano de obra será objeto en el marco de la globalización económica de
un proceso de disciplina represiva , reterritorializando su disponibilidad
permanente al servicio del gran capital monopólico.

A tal fin , el orden solipsista y desigual de la sociedad mundial globalizada impone


nuevas formas de adoctrinamiento de una segunda naturaleza económica según
la distinción dualista y dicotómica entre los técnicos expertos, poseedores del
saber y control de la ingeniería social , y la mayoría de las masas de la población ,
convertidas , como presumía Platón de los esclavos , en ilotas sin habla , corazón
ni espíritu.

En efecto , tal y como advierten ya numerosos investigadores , si arduo ha sido el


camino que las modernas sociedades recorrieron para garantizar el
reconocimiento de la libertad y la democracia , más difícil se presenta la aplicación
efectiva de los derechos humanos en la era tecnotrónica de control y colonización
del espíritu. En la actualidad , la globalización unidimensional del tardocapitalismo
se ve opacada por las borrascosas nubes de incertidumbre en el ámbito de la
comunicación y la cultura del nuevo milenio. En "Democracia y mercados en el
Nuevo Orden Mundial" , Noam Chomsky analiza, por ejemplo , la nueva doctrina
de la seguridad nacional apoyada por la Administración Clinton en la estrategia
estadounidense de globalización , destacando la vital importancia del trágico
capítulo protagonizado en la Guerra del Golfo , como el inicio de una nueva etapa
que , a modo de juego de comunicación (Dominique Wolton) , inaugura la amplia
ofensiva final del Pentágono en su intento de imponer el modelo tecnocráctico de
democracia vigilada , siguiendo el razonamiento de Walter Lippman , según el cual
las clases populares deben ser consideradas poco más que entrometidas e
ignorantes en su incapacidad para el ejercicio de un buen gobierno , por lo que su
participación sólo debe reducirse a estar presentes como espectadores y testigos
mudos de la escenificación política en los asuntos públicos de interés general.

La historia de la comunicación demuestra así , una vez más , desarrollarse como


una auténtica crónica de guerra. Si en la década de los sesenta se establece la
doctrina de la seguridad nacional como principio rector en las relaciones
internacionales , en la década de los noventa el sistema global de vigilancia inicia
una renovación y perfeccionamiento de la teoría de la seguridad gracias al
desarrollo de las nuevas tecnologías.

La nueva teoría de la seguridad nacional hoy se basa , según Sandra Breham , en


cinco realidades que se derivan de la globalización :

a) Las fronteras geopolíticas de las naciones han perdido importancia para los
propósitos de la seguridad nacional.

b) La noción de seguridad nacional ha sido extendida más allá del ámbito militar
para incluir los ámbitos comerciales y penales.

c) La distinción entre ámbito público y privado ha sido eliminada.

d) La nueva teoría , destacando el carácter efímero de la defensa , pone énfasis


en la recolección y procesamiento de la información en el desarrollo de formas
organizativas para lograrla.

e) La nueva teoría de la seguridad se apoya especialmente en las infraestructuras


telemáticas de la información configurando un sistema global de vigilancia (7).

El uso de la información y los nuevos medios más que construir un orden global ,
un sólo mundo y voces múltiples , está derivando en consecuencia , en una sola
voz y mundos múltiples bajo la vigilancia y control de las potencias y agentes
transnacionales, que en calidad de propietarios de las nuevas tecnologías , utilizan
pública o privativamente estas para el control de sus intereses corporativos ,
independientemente de la anhelada aldea global. La democracia y la paz
universales que nos anticipan las nuevas tecnologías se despachan entonces
como una cuestión de seguridad nacional. Todos somos iguales , todos somos
libres , todos somos partícipes del Nuevo Orden Mundial. Ahora , de qué manera y
cómo participamos en la inmensa red tecnológica , quién decide sobre como se
gobierna esta red , esto es , quien procesa , transmite y clasifica la información
que circula por estas redes , pero sobre todo , quién toma decisiones con esta
información. Es cierto que estamos ante un nuevo modelo social , pero
políticamente , si ya estamos de acuerdo que deja de tener validez un orden de
control panóptico , vertical , de la sociedad por el Estado , cabe preguntarse quien
diseña y organiza la red del laberinto tecnológico en el que actualmente nos
encontramos perdidos. Esto es , es necesario seguir cuestionándose quién dice
qué en el canal entreverado del nuevo orden mundial , que más que un nuevo
orden se nos antoja un viejo orden de la desigualdad y la falta de libertad , eso sí ,
arropado por un nuevo tipo de discurso actual y eficiente como metarrelato para el
conjunto de la humanidad.
  TECNOLOGIAS VIRTUALES Y COLONIZACION DE LA CONCIENCIA

Hasta ahora , el nivel ideológico representa , ciertamente , la única y verdadera


universalización de patrones de valores y la generalización de los modelos de
consumo a nivel planetario. El fenómeno de la globalización prácticamente
podríamos reducirlo a un proceso de planetarización de la conciencia que
involucra a los actores sociales en el contexto universal de los problemas
humanos siguiendo el camino de una sola voz mundos múltiples.

El espíritu de nuestro tiempo , según Morin , vendría caracterizado por varios


aspectos importantes : una segunda colonización , ya no espacial sino vertical ,
que conquista el interior de los hombres ; la industrialización del espíritu , el
ascenso de la cultura y dominio tecnocráticos ; y la comercialización de la cultura
de masas por el complejo de las industria de la información. Según este mismo
esquema , el espíritu de nuestro tiempo se caracterizaría por la "industrialización
de la mente" (Enzensberger).

La estructura transnacional de poder " utiliza como carta de presentación un


conjunto de valores y aspiraciones que pretende representar la estabilidad
política , la eficiencia económica , la creatividad tecnológica , la lógica del
mercado, las bondades del consumo (y) la defensa de la libertad " (8).
Básicamente , el papel de los medios en el proceso de transnacionalización
cultural está orientado a la determinación de los valores transversales que integran
los objetivos de producción. El nuevo ecumenismo capitalista y su ética universal
de la globalización forma parte de un mismo proyecto ideológico de imposición de
un nivel de realidad demagógicamente virtual que , de forma cada vez más clara ,
cumple funciones de equilibrio y reproducción social , básicamente orientadas a :
mantener en buen funcionamiento el sistema productivo mediante la instauración
paralela de la norma acrítica del consumo ; sostener la estructura de poder político
que consolida , a nivel de la superestructura , el orden económico y la desigualdad
social ; reforzar una cosmovisión individualista y atomizadora de lo social en el
control de actitudes y valores ; y reducir la capacidad crítica de los comunicadores
en función de patrones ideológicos de corporativismo profesional.

La comunicación - como señalan Golding y Pasquali , entre otros - ha


experimentado a lo largo de los últimos años un progresivo y restrictivo proceso de
profesionalización , resultando el modelo empresVerdana el único modo posible
para la comunicación pública. Un análisis histórico de la genealogía de la
comunicación internacional que sitúe adecuadamente en su contexto social las
transformaciones del medio en que han ido operando los medios y las nuevas
tecnologías revela de manera ejemplar , como ha demostrado Mattelart , el
verdadero sentido político del uso y aplicaciones de las nuevas tecnologías de la
información al servicio de un proyecto social que precisamente concibe la
comunicación como dominio. Es por eso que " la ideología contemporánea de la
comunicación que ha inundado a nuestras sociedades se caracteriza por lo
efímero , el olvido de la historia y del por qué de los objetos y de su conjunto
social" (9). Para que un orden social sea eficaz en su dominio , debe evitar que se
perciba el hecho del dominio mismo. Quizás por ello el actual desarrollo del
pensamiento tecnologista es coherente con el discurso social de la globalización
que como tópico está en la mente , el discurso y el habla de todos los grupos
humanos. La globalización es pues , antes que nada , un metarrelato ideológico
que nos sitúa ante un presente-futuro que está al alcance , que ya forma parte
nuestra , que está aquí y ha venido a quedarse sin que nada ni nadie pueda
cambiarla como realidad objetiva....Esto es , los efectos colaterales , los costos
sociales que la acompañan son males menores inevitables. Lo que importa es que
si , ideológicamente , nos creemos libres , de verdad podemos serlo ,
independientemente de las condiciones materiales. Si bien en este nivel la
realidad nos indica otra cosa muy distinta a la ideología del fin de las ideologías
que proclama el fin de la historia y el fin de las contradicciones sociales.
  LA NUEVA CULTURA "FAXISTA"

El carácter ideológico del relato globalizador aquí criticado queda en evidencia


especialmente en el ámbito de la economía informacional. La llamada economía
de servicios o economía de la información se nos presenta hoy como la prueba
que revela la construcción de un orden social poscapitalista en el que ya no
existirá la producción , ni las penosas tareas de trabajo humano , tendiendo la
organización social a un modelo de organización económica basada en la
imaginación y creatividad humana. Lo cual sin dejar de ser cierto dista bastante
del perfil que va tomando la nueva economía-mundo. Centrémonos por ejemplo en
el factor trabajo.

Ciertamente , uno de los principales factores de cambio social que introduce la


revolución de las comunicaciones es la profunda transformación del proceso de
producción , progresivamente desagregado hasta el punto de plantear nuevas
claves explicativas en la actual tendencia de individualización y fragmentación de
tareas , distribuídas heterogéneamente por las redes informacionales. De hecho ,
el principal reto que tienen en la actualidad los sistemas económicos es que la
nueva "sociedad de flujos" (10) demanda hoy otra cultura del trabajo y un sujeto
distinto para el proceso de producción. Las mutaciones económicas , y sobre todo
culturales , obligan al hombre en esta etapa de desarrollo a asumir el esfuerzo de
prever su futuro sentando las bases para una formación permanente y actualizada
en función del cambio social constante y acelerado y de una educación que
enseñe a desaprender hábitos y ritos cognoscitivos , al objeto de poder abrir la
mente en su totalidad para adaptarse a la innovación tecnológica continua
(flexibilidad laboral/liquidez : del cristal al humo). Educar hoy para la producción no
es otra cosa sino PENSAR AL REVES (11). La empresa japonesa demanda una
organización de los recursos humanos que inviertan la lógica de producción para
asimilarse al cambio de un contexto regido por el riesgo , la incertidumbre y , por
tanto , la complejidad.

Las nuevas tecnologías de la información demandan por ello en el mercado de


trabajo una mayor cualificación profesional , en el proceso de sustitución de los
empleos rutinarios por nuevas funciones y actividades profesionales que requieren
de destrezas técnicas y reflexivas , bien distintas al perfil mostrado hasta la fecha
por el trabajador fordizado. Frente a la segmentación y descomposición del trabajo
colectivo en la cadena de montaje , el fordismo hoy es desplazado
progresivamente por la lógica de los círculos de calidad. La descentralización ,
autonomía y flexibilidad organizativa favorecen , al contrario que en los grandes
talleres fordistas , la participación del trabajador , que debe ser necesariamente
inventivo , cooperante y críticamente reflexivo para comprender el proceso total
desde su posición de productor polivalente.

Precisamente los principios de polivalencia y de transversalidad definen en


términos generales el modelo de empresa Toyota y el espíritu del modelo de
organización social que establece la era de las comunicaciones para el nuevo
milenio. Ahora bien , paradójicamente , estos planteamientos renovadores de la
empresa toyotista limitan la participación , la organización descentralizada y los
flujos de información y decisiones a nivel transversal dentro de un marco
linealmente uniforme. Es así que la nueva gestión holista en la empresa recurre a
una terminología metafórica proveniente de la biología. La empresa y el mercado-
mundo son tratados a través del prisma del organismo vivo (12). Y de puertas a
dentro , la jerarquía empresVerdana heredada del capitalismo clásico es sustituida
por la capilaridad de la función directiva , difundida a lo largo y ancho del cuerpo
de la empresa , tal y como se tratara de una ameba.

El viejo proyecto positivista del padre negado está , de este modo , en el trasfondo
sustancial del modelo fordista de producción para fundamentar actualmente el
paradigma japonés de organización empresVerdana , reduciendo la complejidad
de lo humano a esquemas propios del organicismo. Este , de hecho , fue el origen
de las ciencias de la comunicación -Goebbels/Lipmann- y explica ahora el hecho
de que la eufemísticamente denominada flexibilidad laboral halle su contrapeso en
la rigidez de la norma y de las políticas de calidad total dentro de las instituciones ,
que exigen , como requisito incuestionable , la asunción automática de los
valores , rituales y objetivos de la organización por influjo directo de la
mercadotecnia y la comunicación corporativa. Por eso el nuevo modelo productivo
de organización horizontal y de participación de los trabajadores en la gestión de
la empresa exige una cultura tecnologizada de progreso en orden que , según la
lógica de la física social - tal y como la entendía Comte o como en su día describió
Moles al hablar del nuevo muro de la comunicación - reduzca al sujeto como un
ser esencialmente reactivo.

La nueva filosofìa de la organización y el trabajo va a retomar la cultura


funcionalista en el estudio psicológico de las relaciones laborales para heredar la
concepción organicista del conductismo , a partir de autores como Werner ,
centrándose en los procesos concretos que utilizan los sujetos para la resolución
de problemas , con el fin de lograr una mayor eficiencia productiva. La fantasía
capitalista de una programación óptima lineal de la producción y el desarrollo
humano basará de este modo su ideología en el biologismo típicamente positivista
desplazando métodos , técnicas , objetos , enfoques y marcos de comprensión
conceptual de las ciencias naturales aplicadas al ámbito de las relaciones
humanas (recursos humanos). Es más , el actual tecnocratismo dominante en los
discursos de la economía , la política , la psicología , lo social y en algunos
teóricos de la comunicación puede incluso ser comparado mediante un análisis
genealógico con el plan , hasta ahora incumplido , de unificación de las ciencias
en el proceso de racionalización de la naturaleza y de naturalización de lo social y
humano que propusiera antaño el propio positivismo.

La objetivación del hombre y su medio cultural como objeto de la ciencia en las


obras de Lorenz y Skinner , entre otros , tiene como consecuencia su reducción a
una máquina bioquímica. Se trata de una forma burda de trazar la frontera de
legitimación entre los especialistas que trazan con tiralíneas las leyes objetivas de
la determinación y la gran masa de la humanidad sometida a la mirada poderosa
de los técnicos positivistas que se situan en la cúspide platónica ( de nuevo el
muro de la comunicación , según Moles ) como administradores del saber-poder ,
criticado por Foucault.

" Por intermedio de la teoría general de sistemas , convalidada así por la biología ,
el modelo de gestión de la firma industrial se transforma en modelo de gestión de
Estado. Este modelo acarrea prácticas centralizadoras en su espíritu ( gestión de
la economía , pero también de la administración pública , del hospital , de la
escuela (...) La función de la biología en las relaciones entre campos científicos
explica su lugar en el seno del cientificismo , y mediante ello la articulación que
asegura entre cientificismo y tecnocracia (...) La concepción del mundo que la
biología moderna toma de Darwin posee la triple cualidad de ser liberal
(competidora) , progresista y naturalista. A este título permite naturalizar el
liberalismo político y económico y asegurar el progresismo en la sociedad liberal "
(13) :

" Las costumbres o prácticas culturales son asimiladas a rasgos anatómicos


poseídos y transmitidos por los miembros ( de la especie , de la cultura ). Es
reduciendo la sociedad a la cultura , la cultura a la especie - una cultura
responde a una especie - y recurriendo al principio de evolución , que
excluye relaciones sociales , para abrir caminos a la planificación nacional e
incluso mundial" (14).

El orden social debe adaptarse así orgánicamente a las leyes de la evolución


social que marcan los científicos planificadores de la evolución ,
independientemente de los efectos sobre el "cuerpo comunitario". La
epistemología positivista nos lleva , de este modo , al terreno político de las
decisiones y los intereses contradictorios en juego , que involucran el uso ,
conceptualización y aplicación de las nuevas tecnologías al servicio de la
producción y el desarrollo social. El liberalismo , el neorganicismo , el
pensamiento tecnologista comparten una misma filosofía de la
comunicación que involucra el domino de la misma al servicio de otros
intereses distintos a los que filantrópicamente se pregonan. Un análisis de la
economía de la información nos revela , por ejemplo , la coherencia de un
pensamiento totalitario de la pseudoindividualidad , ya estudiado por los
críticos de Frankfurt, y el sentido político de las nuevas transformaciones en
curso que favorece la globalización.
En primer lugar , tomando en cuenta el contexto general de desregulación
económica , la política de desarrollo , la innovación científica y tecnológica y
la apertura a la competitividad (racionalidad instrumental) hasta la fecha han
traído consigo como consecuencia una progresiva y fragmentadora
privatización. El sector público ha sido desplazado en sus funciones para
convertirse en proveedora de recursos económicos de los fondos públicos a
las corporaciones transnacionales (privatización de los beneficios ,
socialización de las pérdidas ) en perjuicio de la democracia económica y la
igualdad informativa. Por ejemplo , la ausencia de control sobre los medios y
la privatización de los bienes informativos consiste básicamente - como
explica Schiller - en una reasignación de recursos de toda la economía , del
conjunto de la población a los usuarios corporativos , prevaleciendo el
principio del mercado. " Eso determina quién los recibirá y quién será
exluido de los beneficios de una economía lubricada por la información (...)
Transformar la información en una mercancía en venta , disponible sólo para
quienes la pueden pagar , cambia la meta del acceso a la información : de
ser una igualdad pasa a ser un privilegio " (15). Es por ello que las políticas
de integración económica de los bloques regionales marginan
sistemáticamente la discusión pública sobre el componente de las
comunicaciones , contemplando su liberalización sin ningún tipo de
excepcionalidad :

" La comunicación es una mercancía más. Al no establecer ninguna


excepción para con los productos culturales , éstos quedan asimilados a
cualquier otra mercancía y , por lo tanto , comprendidas en este régimen.
Toda política o medida posible de ser interpretada como proteccionista o
reguladora , es denunciable como violatoria del Tratado , lesiva para la
libertad de comercio y de empresa y atentatoria del principio de libre
competencia , dando lugar a sanciones económicas para el país infractor "
(16).

Esta visión mercantilista de lo social y lo comunicativo es , por supuesto ,


coherente con el modelo dominante de las industrias culturales , caracterizado por
el monopolio y oligopolio cultural , además de la progresiva integración con el
capital financiero. Hamelink , por ejemplo , sintetiza el actual perfil de la industria
transnacional de la información en tres aspectos principales :

11) La industria está controlada , en gran parte , por una red de transnacionales
estrechamente interconectadas entre sí.

21) Es una industria muy intensiva en capital.

31) Los diferentes sectores de la industria cultural muestran un alto grado de


oligopolización.

La naturaleza del libre mercado que convoca voluntades y moviliza adhesiones en


la configuración de la nueva hegemonía transnacional se reduce , por tanto , a la
lógica monopolizadora que determinan los conglomerados multimedia. Lo que
conocemos hoy como mercado tiende por su propia lógica interna al oligopolio y
monopolio informativos. Y todo monopolio u oligopolio es regresivo socialmente
pues , como advirtiera el Informe McBride , es el causante de una enfermedad del
sistema nervioso de la sociedad que produce diversos fracasos culturales , al
debilitar la opinión pública y toda posibilidad de control democrático por parte de la
sociedad.

" El complejo transnacional industrial de la información no conoce ni el mercado


libre ni la competencia abierta ; se trata de un negocio muy grande , pero está
reservado exclusivamente a empresas gigantescas " (17). Frente a la
implementación de políticas nacionales de información y comunicación , el
desarrollo de las nuevas tecnologías ha sido objeto de utilidades y beneficios por
la industria y el sector privado. " Los asuntos relativos a la información , que
afectan profundamente la calidad de la vida cultural (...) son decididos con base en
consideraciones comerciales , mayoritariamente corporativos" (18). "

Esta dinámica desreguladora corporativa en el campo cultural-informativo corre


por dos vías principales. Primero , trata de promover las actividades generales de
información comercial que realiza el sistema transnacional corporativo. Su
segundo objetivo es satisfacer las necesidades específicas de mercadeo de las
corporaciones productoras de bienes y servicios de consumo , y cuyas ventas
requieren de un acceso fuerte y continuo a los medios nacionales de difusión "
(19).

En las palabras de autores como Negroponte , Ithiel de Sola Pool o Daniel Bell el
futuro, sin embargo, es otro muy distinto al que aquí se describe , pues estamos
ya en la era poscapitalista , más allá del bien y del mal.
  GLOBALIZACION Y POLITICAS CIENTIFICO-TECNICAS

Si aceptamos que la educación y el conocimiento , dado su caracter universal ,


son susceptibles de un uso igualitario , las nuevas tecnologías de la información
pueden favorecer fácilmente estrategias de desarrollo que saquen del atraso a los
países pobres. La inversión en políticas de investigación y desarrollo pueden
garantizar soluciones locales en la medida que resuelvan directamente los
problemas económicos. La ciudad cableada es , de hecho , la utopía tecnológica
que diseña un ambiente ideal para la evaluación de productos y servicios de la
nueva economía de la información.

Más aún , el poder ubicuo de las telecomunicaciones y la distribución reticular de


la información por las redes que distribuyen la inteligencia y el conocimiento se
nos presentan hoy como la muestra sintomática que anuncia el establecimiento de
nuevas relaciones socioeconómicas y vivenciales , construidas en la virtualidad
intrínseca de los nuevos medios de comunicación. Las nuevas redes , dicen , va a
ser vehículo de nuevos contenidos y espacio virtual de nuevos diálogos. El mito , o
coartada , de la sociedad interactiva condensa las utopías bienhechoras del futuro
tecnológico que nos hará libres , ofrece los marcos ideales de socialización ,
establece formas virtuales de relación social , anuncia el futuro soñado de
libertad , igualdad y fraternidad , e incluso nos promete y asegura el bienestar
económico de las naciones.

Como hemos visto , se dice , y con fe se cree , que la transnacionalización


económica ha sido incitada y promovida por la extensión de los operadores en
telecomunicaciones. El acceso en tiempo real a la información y la posibilidad de
acceso a bases de datos para la toma de decisiones en las políticas comerciales
apuntarán a los nuevos medios como centros neurálgicos de la competitividad en
el mercado. La empresa identificará de este modo en las nuevas tecnologías de la
información un factor esencial del proceso productivo en las estrategias de valor
agregado. La idea rectora de la nueva economía de la información es justamente
que las telecomunicaciones se han configurado como la infraestructura estratégica
sobre la que circulará la competitividad de la economía productiva del mañana.
Por otra parte , además , hoy existe un acuerdo generalizado entre los
investigadores que señalan que la industria cultural es el sector punta de la
producción. Por ejemplo , el Libro Blanco de Delors anunciaba hace un par de
años para Europa la creación de más de tres millones de puestos de trabajo en la
Comunidad antes de finalizar el milenio.

Ahora bien , la pretendida concetividad de los mercados a través del poder


dinámico y flexible de las redes de telecomunicaciones no están favoreciendo la
globalización y liberalización económica que se pregona a los cuatro vientos. Más
bien al contrario , los operadores de telecomunicaciones y la financiarización de la
economía-mundo lo que están favoreciendo es la conformación de grandes
monopolios. Y , por ende , un modelo de sociedad dual, que , como señalamos ,
orienta el desarrollo tecnológico según los criterios exclusivos de rentabilidad.

Como hemos señalado a lo largo de esta exposición , la técnica y lo social


mantienen relaciones de interdependencia. Por lo tanto , " los sistemas de
comunicación no tienen posibilidad de librarse de las relaciones sociales". Es muy
común que los apologetas de las nuevas tecnologías de la información olviden que
éstas se desarrollan y aplican dentro de un sistema de relaciones sociales
dominante que determina su uso y significado social. A modo de resumen ,
podríamos decir que existen dos versiones elementales sobre el poder tecnológico
de los nuevos medios aplicados al trabajo , la educación y la cultura. El enfoque
integrado atribuye a la ciencia y la técnica potencialidades demiúrgicas que
liberadas lograrán la emancipación universal del género humano. Mientras que ,
por otro lado , la visión apocalíptica observa las nuevas tecnologías como una
fuente de alienación del trabajo. Ambas formas de fetichismo tecnológico
encuentran , no obstante , su punto de anclaje crítico en las renovadas utopías del
aula sin muros. Comparten además una misma mirada tecnológica reduccionista.

Es por ello que cobra pertinencia la idea de desarrollar las nuevas tecnologías y
los programas educativos que incorporen las nuevas tecnologías de la información
a partir de una mirada distinta de lo social , que , en el caso particular de la
educación y el conocimiento , considere los siguientes principios pedagógicos
esbozados por Escudero :

11) Plantearse abiertamente aquellas cuestiones que tienen que ver con los
valores, intereses , propósitos y condiciones de utilización de las nuevas
tecnologías.

21) Integrar el conocimiento disponible procedente del desarrollo tecnológico , del


diseño fundamentado psicológicamente , y de la teoría de la información y
comunicación , en conocimiento específico sobre el curriculum yla enseñanza.

31) Contextualizar el discurso educativo sobre las nuevas tecnologías en el


sistema institucional de educación y en el marco social de referencia.

41) Impulsar una reflexión sobre los procesos de innovación tecnológica (20).

La moderna historia de la comunicación , contrariamente al optimismo idealista de


McLuhan , demuestra que el funcionamiento de las nuevas redes tecnológicas ha
contribuído a reproducir el sistema de autoridad y la división internacional del
trabajo , dominantes en el capitalismo. La tecnología ha pasado así a convertirse
en tecnología de dominio. Quizás por ello mismo , como destaca irónicamente
Schiller , las nuevas tecnologías de la información " siempre han sido introducidas
con la promesa de un enriquecimiento cultural para todos , educación para los
menos privilegiados , mayor diversidad y tecnología para integrar a la más remota
y depauperada aldea " (21).

La prometedora emancipación de las nuevas tecnologías no es sino un espejismo


creado por los apologetas del nuevo orden de la sociedad de la información. Así ,
por ejemplo , Ithiel de Sola Pool , desde una posición reduccionista , cifra para el
nuevo milenio en las nuevas tecnologías toda posibilidad de democracia y
educación universales. El reduccionismo tecnológico propio del modelo
macluhiano encuentra actualizadas reediciones en el infundado y desbordante
optimismo de profetas de la nueva realidad digital como Nicholas Negroponte ,
para quien la digitalización de las comunicaciones internacionales trae consigo ,
automáticamente , el bienestar y desarrollo sociales en un nuevo contexto en el
que la democracia pasará a ser más participativa y vital (22). Pues el desarrollo de
las teleconferencias , de la enseñanza a distancia y las telecomunicaciones en
general que abanderan el nuevo futuro tecnológico en la sociedad de la
información , han demostrado el cumplimiento de cuatro principios básicos :

a) Las telecomunicaciones benefician a la sociedad y la economía.

b) Las nuevas tecnologías mejoran la relación costes beneficios en el conjunto de


la producción social.
c) El desarrollo de los nuevos medios y la universalización del conocimiento
permite una distribución y acceso igualitario de la información redistribuyendo de
manera equilibrado los beneficios económicos.

d) La aplicación de las nuevas tecnologías es un factor determinante que facilita el


cambio social y el desarrollo de mejores condiciones en la calidad de vida.

Por supuesto , cabría mucho que cuestionar de tales supuestos. Por apuntar sólo
un hecho podríamos decir , parafraseando a Fernández Enguita , que ,
paradójicamente , " cuando más se agranda el horizonte intelectual de la
humanidad , cuando más se desarrollan sus poderes prácticos , cuando más
necesaria es para la especie la perfecta síntesis entre ciencia y producción , entre
saber y acción , entre mano y cerebro , más escindidos se muestran estos campos
desde el punto de vista de la experiencia individual " (23). Por otra parte , la
sociedad tecnológica , y la supuesta democratización que del saber realiza la
tecnología por sí misma , obvia ya de principio cualquier decisión social sobre las
desigualdades primarias entre los usuarios potenciales. La educación pierde el
sentido igualitario entre clases y entre los hombres , porque efectivamente vamos
hacia un mundo sin clases , cuyo modelo es la ciudad cableada como ciudad
educativa. Ahora bien , como han indicado Colom y Melich, en el modelo de la
nueva ciudad informacional que se está configurando históricamente , " lo que
nadie nos dice es cómo desaparecerán las clases hoy existentes. Se concibe la
tecnología como un instrumento para mejorar al hombre mejor , o para el ya
mejorado , pero nunca se nos plantean las oportunidades de las clases
desfavorecidas (...) para incorporarse al mundo feliz y aséptico de la formación
permanente (para los ya formados) y de autonomía individual " .

Cabe por tanto concluir preguntándose con Escudero , " _ cuáles son los efectos
reales de las nuevas tecnologías más allá de los slogans al uso ; cuáles son sus
relaciones con el mercado de trabajo ; cuál su lugar en el aula (...) ; en qué tipo de
escuela se piensa , cuáles son sus intereses dominantes y cuál es el tipo de
profesor como profesional de la educación que quiera prefigurarse ? " (24).

La respuesta a tales cuestiones , que no son nada banales , debe encontrarse a


nuestro modo de ver en el ejercicio de una praxis crítica de la educomunicación ,
que en forma colectiva , supere el pensamiento técnico dominante , propio del
modo capitalista de producción , en favor de un uso y apropiación social de las
nuevas tecnologías , que libere localmente las potencialidades tecnológicas y
beneficie socialmente el disfrute compartido de los alcances logrados por la
Revolución Científico-Técnica frente a la lógica social de la comunicación como
dominio. En este sentido , la cuestión de una crítica de la comunicación pasa ,
como ha señalado el profesor Sfez , por una crítica de las nuevas tecnologías de
la información.

Las redes han llegado a todas partes. Ahora sólo hace falta saber hasta donde es
capaz de llegar el hombre : hasta el camino trillado de un espacio y una ruta sin
salida , que reproduzca los errores y azares señalados , o , por el contrario , hasta
el lugar complejo de las rutas , vericuetos y atajos que hacen más difícil el
camino , por inhóspito y no conocido , pero que , en su peligrosidad , puede llegar
a hacer posible e imaginables otros mundos virtuales y necesarios , esto es ,
utópicos .... La respuesta, por supuesto, la tiene el interlocutor. NOTAS

1.- Heinz Dieterich , Globalización , educación y democracia en América Latina ,


en Noam Chomsky y H. Dieterich , La sociedad global , Joaquín Mortiz Editores ,
México , 1995 , p.56.

2.- Lucien Sfez , Crítica de la comunicación , Amorrortu Editores , Buenos Aires ,


1995 , p.38.

3.- George Basalla , La evolución de la tecnología , Editorial Grijalbo , México ,


1991 , p.9.

4.- Resulta cuando menos significativo el hecho de que el término acuñado para
designar la revolución de las comunicaciones electrónicas tenga su origen en la
teorización estadounidense fundamentada en la doctrina de la seguridad nacional.
La diplomacia de la cañonera , remplazada por la lógica uniformizadora de la
"aldea global" , seguirá siendo en la obra de autores como Daniel Bell el elemento
legitimador del papel de los medios en las nuevas relaciones de interdependencia
de un sistema mundial desequilibrado y en constante desorden y desvertebración
social.

5.- Cfr. Manuel Castells , La ciudad informacional , Alianza Editorial , Madrid ,


1995.

6.- Cfr. Foro Alternativo , Por una convivencia equitativa y autónoma , en paz con
el planeta , Documento de Trabajo Las otras voces del planeta , Madrid , 1994.

7.- Cfr. Sandra Breham , Global suveillance , media policies and civil liberty ,
Media Development , Vol. XL , número 2 , WACC , Londres , 1993 , pp.36-43.

8.- Fernando Reyes Matta , El nuevo orden informativo internacional y el concepto


de participación social , en VV.AA. , Nuevo orden informativo y enseñanza de la
comunicación, UNAM , México , 1979 , p.18.

9.- Armand Mattelart , Los nuevos escenarios de la comunicación internacional ,


Centre d _ Investigació de la Comunicació , Barcelona , 1995 , p.7.

10.- Manuel Castells , La sociedad de la información. Diez tesis , Temas para el


Debate , número 5 , 1995 , p.68.

11.- Cfr. Benjamin Coriat , Pensar al revés. Trabajo y organización en la empresa


japonesa , Siglo XXI , Madrid , 1993.
12.- Armand Mattelart , La comunicación-mundo. Historia de las ideas y de las
estrategias , Fundesco , Madrid , 1992 , p.243.

13.- Pierre Achard , Discurso biológico y orden social , Nueva Imagen , México ,
1980 , p.336.

14.- Patricia Nève , Aprendizaje y tecnología del comportamiento : B.F. Skinner ,


en Achard , op.cit. , p.223.

15.- H.I. Schiller , Cultura S.A. La apropiación corporativa de la expresión pública ,


Universidad de Guadalajara , México , 1993 , p.105.

16.- Mario Kaplún , Integración , comunicación y cultural en el marco del


Mercosur , en Laan Mendes de Barros et al. , Comunicación , cultura y cambio
social. Mercosur y la integración de mercados , WACC , Sao Paulo , 1994 , p.59.

17.- Cees Hamelink , Finanzas e información , ILET/Nueva Imagen , México , 1984


, p.86.

18.- Schiller , op.cit. , p.101.

19.- Ibid. , p.160.

20.- Cfr. J.M. Escudero , Del diseño y producción de medios al uso pedagógico de
los mismos , en J. De Pablos y Carlos Gortari (Eds.) , Las nuevas tecnologías de
la información en la educación , Editorial Alfar , Sevilla , 1992 , pp.15-30.

21.- H.I. Schiller , Cultura SA , op.cit. , p.72.

22.- Cfr. Nicholas Negroponte "El mundo digital " , Ediciones B , Barcelona , 1995.

23.- Mariano Fernández Enguita , Juntos pero no revueltos , Visor , Madrid , 1992 ,
p.189.

24.- Escudero , op.cit. , p.15.

Volver al índice

http://www.portalplanetasedna.com.ar/revoluciones1.htm

También podría gustarte