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Demonología,
Espiritismo y
Sectas
Colaboraron COD la lftRile pébd6D:
Moos. De Nesir llmlel Villa
Plm Osear GercJdL
De QlrnEb E. Polumlx> . . . . . ' - ~ ' ";
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~eelmleato: ,. ·.. .. . . ·. ?. .
La presente obra se edita por la generosa y~ oontribuclórt:dé:l Sr.
Gregorto Pérez Companc, Presidente del Banco Río de la Plata S.A;.~de la
Compañia Naviera PEREZ COMPAC S.A .... . .

Diado Griflco: Emilio Buso

Queda hecho el depósito que marea la ley.


Impreso en la Argentina, año 1990.
Prlñted in Argentina
e Ceatro de Jnve•ti¡[aclones de Etlca Soclal
Sarmiento 2437, 3 8 Pfso, Of. 16
1044 Capital Federal
Tel. 48-4508
I.S.B.N. 950-99263-2-9

Impreso en T. G. Color Efe, Paso, 192, Avellaneda,


Prov. de Buenos Aires, el 16 de abril de 1990.

DWI..,_
.u.
Editorial Claretiana
Lima 1360 - 1138 Capital Federal
Tel. 27-9250127-9597

- ·-·-~-----~~~~~~
CENTRO DE INVESTIGACIONES
DE ETICA SOCIAL
C.I.E.S.

Centro integrado por profesores


universitarios dedicados a la
investigación y estudio de la
antropología social.

1nvestlgaciones sobre las relaciones


entre la Etica y la Política. el
Derecho. la Economía y la Cultura.
Estudio serio y meditádo .
. simbolizadoeniel.libro que ostent:a
... su logotipo. '··

Servir a la sociedad es el móvil de


todos sus integrantes.

Obras publicadas:

• Cuestiones de Teología, Etica y Filosofia, Carmelo E.


Palumbo, año 1988.
• Orientaciones y Principios del Magisterio Social de la
Iglesia- 15 Documentos Pontificios, año 1989.
• Tema CIES 1: Demonología, Espiritismo y Sectas - 3
Documentos Eclesiásticos, año 1990.

3
IT~f'hftelimbt·,·.
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Con la~ p~~ el ClES -centro de llluestlgaáones


cllt Et1cll Socú:ll-- oom1elt.rlrcl.la ~de "temmls", .,. jonna peri6dfa¡,
~ .st.VftCladJWkktd JI de reWIJGU1IecimportGnda pcDICI Jos
esttldtosos de.&a lútorfa.del4~ía.~ y soaal. de la
sociedad y ele las dtstfntas mGnt}estGdonirs del hombre: cultura,
política, derecho y economia.
La luz bqJo la cual se elegtrán y tratarán los temas será la
proveniente cbr la metqlisiccl y teoklgia. .lle.siW el· punto de~ nos
alistamos -a oontrapefodel pen.$CUident:O contemporáneo. Lo decDos
sút taptgos nt l.l1nbages. En unQ époQ'J como ltl nuestn:t. en la qa~e
predomina lafenomenologia en todos los annpos, desde las Cfencúls
postttvas hasta laji.losqfla y aun en la teologia de algunos "teólogos",
nos enfilamos detrás de WlCI ~ ~ g metqfisbL
"El dato". "elfenómerw", "la acct6n", han atrapado la tnteltgenct.a
y psicología contemporáneas. Tal es la conversión de la tnteltgenct.a al
clcltD sensible y ~te. que sólo admite la extstencta de éste,
negando la inttma y profunda realidad de las esencias y del ser. o
dtcho ~ QtrajOrmQ., se~ las esenctas y el ser al pW'O fenómeno.
En esta linea. de pensarnJertto se pueden cttar. a guisa de ejemplo, a
las escuelas pstcol.6gíca.S asOCtaciontstas que conciben la pstquis
como una rel.adbn.fenoméntca de los datos de la fantasía y de los
senttdos(l); a Tetlhard. de Chard.tn, cuya obsesión fue "Sólo el
Fenómeno, péro también todo el Fenómerw"(2); en el campo de la
economía, a Ludwig V. Mtses, qu1en aplica a pte junttllas el

1) G. Cornelio Fabro: "Introducctón al problema del hombre".


Edición Rialp, pág. 57, Madrid 1982.
2) Teilhard de Chardin: "El Fenómeno Humano".
Edición Taurus, pág. 39, Madrid 1964,~, ·

5
agrwsttcismo y fenomenología kantia'flCI._~agbl\ c;lel
'mercado' a la interacctónfenoménicá~f!!lft«l · ' ·· · · . · .· y Ó~
de bienes y servtctos: "El descubrtmterttD, ~. dela ··' · ·
interdependencia ineluctable de los fenómerws del mercado puso de
man(ftesto lo infundado de tales supuestos (los de los filósofos
clásicos y metajisicos)." (3).
El "'lEMA - CIES 1 " además de brindar a los asistentes a los
CURSOS DE CULTURA CATOUCA - 1989, los documentos
eclesiásticos refertdos a los temas tratados sobre demonología,
espiritismo y sectas, indican, a nivel del Magtsterto Eclesiástico, la
exacta perspectiva con que se han de anaUzar las realidades que nos
circundan. Más aUá de la epidermis de la htstorta, el problema del
mal, de las supercherías y el de la invasión de las sectas en
htspanoamértca, es un nuevo planteo estratégico reaUzado por los
agentes de la "ctudad del diablo" en opostctón a la "ciudad de Dios".
El que se quede en una perspecttvafenoméntca, sea interpretactón
política, sociológica o cultural, rw logrará atisbar la pro.fi.mdtdad del
mtsterto en el que estamos inmersos desde la creactón, mtsterto real.
rw utópico nt qutmérlco. El que nó vea que en la historia se está
cwnpltendo. "el tiempo de la tentacf6n• para cada hombre, y crea que
el1enómeno' lu.mtanD twn.e una explkradon en st núsmo, se quedará
stn entender nada de lo que pasa .a su alrededor y solo projertrá
opiniones, pareceres, mudables todos ellos como los fenómenos a los
que responden.
Agmdecemos al Sr. Prestdente del Banco Rfo de la Plata, D.
Gregorto Pérez Companc, la c:lonadón de los nJCUrSOS eoonómtcos que
están posibtlttando al CIES y a los CURSOS DE CULTURA CATOUCA
el apostolado oral y escrito de la dijusfbn de la Verdad.
Agradecemos también a S.E.R. Mons. Dr. Octavto N.
Dertst su constante aliento y asesoramiento.

Dr. Carmelo E. Palumbo


Director
Buenos Aires, 28 de Enero 1990
FestMdad de Sto. Tomás de Aquino

3) L. V. Mises: "La Acción Humana".


Edición Sopee SA., pág. 24, Madrid 1968.

6
Presentación
"Fe cristiana ydenmolaja.
Sda. Qmgregaci6n para la llxtrina de la Fe •1975 ''·
¡_ • • •

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.
~:-::

.. . '¡

,·... !

(1) "Informe sobre la Fe" ed. BAC, pg. 153.

1
L ·Respuesta del qJtimismo radical .., ,:' • ' ',r>; ', '
·luminismo inmanentista ,,J· ..· '·'

Ct) "La Acción humana" pg. 363 ed. Sopee, Madrid 1969.

1
u. Respuestlldel~~-·
El camino ~~ii!ISO iDdejbúdo. en el que el~.
hombre se autoploc:ldmó . de sa& popi4 hfstafa ydssttno. no
llevó a buen puerto•. Fue uno de tdn.t.os 4nteJVos htst.ór'lals par· ·. ··
retomar al paraíso temm.al. de~ jDtt e.llpUlsado por las .{uttrr%cls .
angélicas al serotdo de la Dtutna Providencta. Cada tanto, este
hombre se vuelve hacía atrás, tratando de vtolar la utgilancfa de los
querubines. Grtta y se deses~a; ·~como~·.pM"Odespués de·
cada conato se aleja aun más d.efp6ttti:d díef EdhL · : ··
· La razón. a nútad del s. XIXfoe sometida aJut::fD~·No se
cumplieron sus predkx;tones. La 'cuestión. soctaC' agitó la conuWencta
huni(lna en la$ gr¡(.tndes dudada de: Alrt$,. RorM. llertin. Londr-..
Con ~ord.Jcl ~·sacudió lajieyel~del m(¿s
aUá; el romanttctsmo=11 todos los.•moldes clóá:os Y,~adonsles:
Speooer~~ - ~~.~qe~. . .
s~.~~enel~GGmO~~•l
do~Dr: Nieta-he~.(fl ~-IJOder~f1DIYI.~ de.&u
garra del~ de Jos crúJttanoB y~e¡t.tpeRr la #IOnú cW.blim il deJ.~ .
mal. Esertbió: . ,. . ' . . ·. ..
"Ef mundo . .'
~~e::x·~~~::.-(3)'
·.· . .
·... .
~buena la
es ...
Bstt.I:>IUii'Jft oscurny trógfoa oblea· et:mcd· der1ti'o del ~;.El
pestnúsmo extstenctal cruzó la segwdl ~~ ...xJX ytie' · ·¡ · ·
introduJo. cada uez más arrasador y nthtltsta. en el presente siglo:
Baudeféure, Proust, Gide, Camus, Sartre, Pl.randello•••
· •Las llanuras del tedto, profundas y desiertas...
Oh! muerte ufeja Capttana. ya es ttempo, levemos ancla!
Este pats nos i:lbun'e, ohl muerte. ~···
Yo soy un gabtnete Ueno de cgadas rosas {4)
La raiz de este pestnúsmo se haUa en el s.XVI, en la doctrina de
Lutero. Seg{ut eUa, el pecado oriatnal ha corrompido tntrtnsecamente
nuestra naturaleza y fa ha dejado imposibilitada de recuperaciOn y
de redencfón. Lajusttflcadbn sóiD se prodl.la? por la soki.fe en
Jesucristo, ella cubre nuestros pecadOs, como un manto. stn
quitarlos. El mal está en nosotros, no fuera. La razlln es la
prostituta del diablo, es la 'fons fonttum omntum malorum' (fuente de
lasji.Jentes de todos los maks); toda la acttuidad hwnana -seg(m
Lutero- está donúnada por este impulso irresistible hacía el mat. por
este coryunto de fuerzas que, desde el fondo corrompido de la
naturaleza. ttrantza todas las manifestaciones de su dtnanúsmo.
Escrtbió Lutero:
•1nuenctbílem esse concuptscenttam penttus;
Sic~ passt.o ~me. ~· ~. cumabW11$.esl,

(3) •Así babl6 z.ratbustta:•, Wf!ttce, 124-'l'fl.

(4} ~' .Cftado ·por el P. 8ettllangei éb ~El Probltmia del mal" pg. .toe»,
ed. EPESA 1951. Madrid.

9
factlls praesumttur vtctu ab il'leiCI)ef'to; sed cum praesen.t$ est,
sentttur djfficiU1mum. tmmo tnsttjjerabl.lis, ut~tfentfa dócet" (5)
Con el .fracaso de la razón rebretbtnjalsa c:ondencta de la
'miseria esencial' de la persona humana y tcrntb6trt las magias,
ocultismo, esoterismo, satantsmo. a loque.htme alusión el Card. J.
Ratzmger en el texto tran.scrtpto antes. ·. .

'

m. Respuesta trascendente yrealista de' la


lkbina Cattlica .
Según la.fecatólJaJ ¿end6ndeestá elorlgen del mm? ¿estájitera
del hombre? ¿dentro del hombte? ¿el hombre es bueno y bondadoso
o mtserkl y miserable?
El Doctunento*l ~ qw.rgae a'~ tesJ)onde
con un« breoe, clara y predscHmtteMS' de nusstrajé, ·~ún: ra . ·
tradlcfón y la revekidln: Se podriaenunctar. a rhOdo de tests Qeneral,
la stgutentelftpuesta: ·et~del mal en-kt hfsférkt tndtvtáual y
colectiva de la humanidad está en un agente exterior al mundo
visible, denominado Dfal>lo, Satanás, y por seducctón de éste, ,en el
interior de Cadi:i set hutna:no, sea é!Cimo eonsecuehcfa del pecado
original (concuptscenda}, sea por una tentadón actual del maltgno•.
La {U1ica terapia es.la graciQ ~de Cristo y la medladón de su
Santisima Mildre. l4 Vbyeft Marta. '

Carmelo E. Palwnbo

(5) Cfr. texto cié Lutero en la obra del P. Uónel Franca •La crisis del mundo
moderno', pg. 43 (continúa nota 5) "La concupiscencia es completamente
invencible. Así, la pasión de la ira, de la soberbia, d~ la lujuria, cuando está
ausente, fácilmente el inexperto presume vencerla; pero cuando se hace
presente, ae toma dificil, ll)ás aun, insuperable, como lo enseña la experien-
cia".

1o
Fe cristiana y ·H·IIIrtltiJJIJI

L'Osseroatore Romano, Edición Castellana, 20 dejulio de 1975.

La Sagrada Ccngn!gad6n para la Doctrina de la Fe ha encargado a un


eltperto la preparadón..del preRnte estudio; que recomienda encan!eidamentie
como base segura paro. rea.ftrmar la doct1ina del Magisterio ace~a~ del tema
"Fe cristiana y dernonolog(a".

A lo largo de los siglos la Iglesia ba repr-obado las diversas formas


de superstición, la preocupación excesiva acerca de Satanés y de los
demonios, los diferentes tipos de culto y de apego morboso a estos
espíritus (1): serta por eso inJusto afirltlar que el cristianismo ha
hecho de Satanás el argumento pn:fertdo de su predlcactón, olvtdán·
dose del sedorío universal de Cristo y ·transformando la Buena Nueva
del Señor resucitado en un mensaje de terror. Ya San Juan Crisósto-
mo declaraba a los cristianos de Antioquia: "No es para mi ntngím
placer hablaros del diablo, pero la doctrina que este tema me sugtere
será para vosotros muy útil." (2}. Efectivamente, seria un error funes-

(I) La aCtitud ftnne de la Iglesia frente a la·s\.tperSttclón tiene ya una explicación


en la ~rtdad de la ley de Moisés, aunqué'!sfa no éstaba lD)tivadaJonnahnen-
te por la conexión de la superattctón con los demonios. Asi Ex 22-l '?condenaba
a muerte, sin más 9pltcact6n, a quien practtcaba )a magta: Lev 19; 26 y 31
prohibía la magia, .)a Mtrologia. la nigromancJa y la adMntadón: Ler. 20, 27
añádía la tpvocac~n de .loJ ~C&pirltus. Dt 8, 10 condenaba a la vez a los adivinos,
astrólogos, magos, hechicei'QS, enc:apt;ad~. invocadora de fantasías y de ,espt.
ritus y a quienes coJ}SultaQ¡m a ~ piuenos. En Europa durante la alta edad
meclia quedaban todaví,a muchas supen>ttciones paganas, COID) se deduce de los
discursos de 5. Cesáreo de ArléJ y dé S, Eloy, del De correctione rustfcorum de
Martin de Braga, de los elencos contenipori.neos de supersticiones (d. PI 89,
810-818)y de Jos libros penitenciales. El t Concilio de Toledo (Denz-Sch., 205), y
despu~s el de Braga · (Denz-Sch.. 459) condenaron la astrología, como hizo
también el papa S. León ·Magno en la carta a Toribto de Astorga (Denz-Sch .•
483}, La R,egla IX del Cancllio de Trento prohfue la quiromancia, ntgromancJa,
~c. (Denz-Sch., 185~}. La magia y la .hechtceria provocaron por sí solas bastan-
tes bulas pontificias (de lnocencto VIU, León X. Adrtanq VI, Gregorio XV. Urbano
vnn y muchas decisiones de sínodos regionales. Sobre el magnetismo y el espiri-
tismo ~atará, sobre. tod9. la carta del Santo .Oficio del 4 de agosto de 1856
(Denz-Sc;h .• 283~285}.
2) De diaboio ten~re. Homil. 11, 1; PG 49, 257-158.

11
Un malestar actual
En este error se puede caer hoy también. En efecto, son muchos
loe que se preguntan si no seria el cuo de examinar de nuevo la
doctrina eatblka acerca de ate 'punto. comenzando por • Escrttura.
Algunos creen Imposible cualqujer toma de posición - ¡como si se
pudiera dejar en suspenso este problema!- haciendo notar que los
Libros Sagrados no permiten pronunciarse ni en favor ni en contra de
la existencia de Satanás y de los demonios; con mayor frecuencia tal
existencia es puesta abiertamente en duda Ciertos cñticos, creyendo
poder distinguir la posición propia de Jesús, insinúan que ninguna de
sus palabras garantizan la realidad deliDI.lDdo de los demonios, sino
que la atlnuación de la existencia de los ndsmos; cuando tal atlnna-
ción aparece, refk:ja más bien las ideas de loa escritoS judaicos o
depende de tladidones neotestamentarfras. y no de Cristo; 'Y dado que
dieba. afirmadón .no f01:marla parte: del mensaje evangélko central. no
comprometerla hQy nuestra ,fe y .eñanilos libres. de abandonarla.
otros, más objetivos y a la ~z mú mdkales, aceptan lu asercione$
de la Sagrada Escritura en su sentido máe.obv.lo, pero ail8ém que en
el mundo actual no son aceptables nl siquienl para los CI'I8Uanos. Por
eeto. también elloe las dimtnan. Para alguaos.,tJnalmente, la tdea de
Satanás. sea cual fuere su origen, no tiene ya importancia y el intento
de justificarla no lograrta sino hacer perder crédito a nuestras ense-
ñ~ o. hacer ~mbTa al .~ acerca de Dios, que e$ el í,t.nico
que merece n~stró inferes. Hay que ,potar que para unos y otros los
~s de ~tanás y del demonio JlO son $lno personiftcadones míti-
cas y funcionales. cuyo único aigniicado es el de· subrayar dramática-
mente e:l JnBujo del mal y del pecado· sobre la hmnantdad. Un simple
lenguaje, por. tantc;>. que nuestra época deberla descift'ar ccm el ftn de
encontrar tma manera dfvoersa de ~idear en los crtstlanos el deber
de luchar contra todas las fuerza$ del tnal existentes en el mundo.
Estas tomas de postdón, repetida con gran 3:líirde.de erudición y
difundidas. por revistas y .¡x}r ctértos dic.clonartos de. ,~logia. no
pueden menos de turbar los ánimos. Los 1ldes ac~twnbrados a
toma.r en seqo laa advertencias de Cristo y de los·escrttos apost6lieos,
tienen. la impresión de que esta forma de hablar tiende a cambtar
radicalmente en este punto, la opmlón · p(lbltca; ádemll8, quienes
conocen las denctas biblicas y religiosas ae preguntan hasta dónde
podJá llevamos el proceso de deslllflli!actón etnptendtdo en· nombre de
una cierta hentleMutlca. · ·. · · ·
Frente a tales postulados y con el ftn ·de ·ctar una respuesta a los
mismos, hemos de detenemos, brevemente, ante todo en el Nuevo
Testamento, para poner de relte~ su testimoniO y autortdad

12
El~ 'Iestgmento y su emte.$ .- - ·
Antes de recordar la independencia de espirttu con la que Jesús
se comportó en todo momento -respecto a las opiniones de su ttempo,
es importante notar qne ·no' todos sus oontemporáneos tenlan, a
propósito de los ángeles y demonios, aquella creencia común que
muchos parecen atribWdes hoy y de la rtlal Jesús mismo dependeria.
Una indicación. ron la que los HeChos de los Apóstoles describen
la ,_polémica provocada entre los miembros del Sanhedrín por una
cleclaración de -&u:l Pablo, nos hace saber, en efecto, que los saduceos
no admitían contra la opinión de los fariseos, Mni resurrección, ni
ángel, ni espíritu", es decir, según la interpretación dada por los
buenos exégetas, no creían en la resurrección y. por tanto, tampoco
en los ángeles o en los demonios (3). Así pues, en lo que se refiere a
Satanás,. a los demo~QS y a los angeles, la opinión de los contempo-
ráneps de Jesús parece dividida en dos concepciones diame!J'almente
opuestas. ¿Cómo puede entonces sosten~se que, al ejercer y dar a
otros el poder de expulsar los deJll.OO.ios, Jesfu¡ -y a ejemplo suyo l<w
escritores del Nuevo Testamento- no han hecho otra cosa que adop-
tar, sin ningún esfuerzo Qitico. las ideas- y prácticas de su tiempo?
Ciertamente Cristo, y con mayor r~n los Apóstoles, pertenecían a su
época y condividían la cultura de la misma:. pero Jesús. en v,irtud de
su naturaleza divina y de la re~lación que había venido a comunicar,
trascendía su ambiente y su tieiDpQ. escapaba a su presión.. La_ lectu-
ra del ~rmQq.. de la montaña basta para convencernos de. su libertad
de ~piritu. a la vez que. de su respeto por l;l tradición (4)•. f:Qc ¡CSto,
cuando El r~veló el stgnitlcado. de su redc;nción, tuvo e~nre.u.ente
que .tenet en cuenta a ·kl$ fariseQ$. los cuales•. COIJlO El mjsmo. creian
en el :QlUndo futuro, en el alma. en los espi{itus. en la resurr~ción; y
h~\:.é:f. 'n.p pudo olvidar a loe saduceos que no admitian talea creencias.
Así pues, cuando los fariseos lo acusaron de expulsar los demonios
con la ayuda del príncipe de los mismos, El habría podido sortear la
dific\lll;ad <illineándose.con los,:f!aduceos; pero-haciendo esto habria
desmentido lo que era su misión .•Por lo tanto, sin renegar la creencia
3) Act, 23, 8. En el contexto de las creencias judías en los ángeles y en los
espírttus malignos, nada obUga a recortar el_término "espíritu", sin especifica·
ció'ri; a la stghillcact6n eiclu81Va de. los e¡,pirltus de los muertos; éste 5e aplica
tambféri a los esptrttits dét i:DM. estó és, .a los' demonios: esta es la opinión de
dos autore$ hebreos (C.F. Moore, Jiid$rrt út t1U? 'First Centurles qf the Chris·
tfan Era. Vól. I, 1927, p. 6&, M. Stm6n, Les sectesjuives áu temps de Jes(ts,
París 1960, p. 25) y de un protestante (R Meyer, T.W.N.T., VII, P. 54).
4) Cuando Jesús declara: ·No. penSéis que be venido a abrogar la ley y los
profetas: no he venido á abrogarla, sino a consumarlá" (Mt 5, 17), expresaba
claramente s~ ~speto por el pasado; y los versí~ulos siguientes (19·20) conflr-
man esta impres1ón;,pero suéondena del divOrcio (Mt 5, 31), de la ley del tallón
(Mt 5, 38) etc., subrayan su tOtal tndepehdencta más que el deseo de asumir el
pasado y completarlo. Lo mismo, con mayor razón, se debe decir de su condena
al exagerado apego de los Fariseos, a la tradición de los antiguos (Mt 7, 1·22).

13
en los espíritus y en la resurrección -que El tenJa en ,f.OMfm con los
fariseos- debía tomar distancia respecto de ellos, oponiéndose no
menos a los saduceos.
Sostener, pues, hoy que ·lo dicha por Jesús sobre Satanás expresa
solamente una doctrina tomada ~~ ambiente y que no tiene Impor-
tancia para la fe universal, aparece en seguida como una opinión
basada en una infonnacióndefléiente sorb~·la época y la personalidad
del Maestro. Si Jesús ha usado este lenguaje, y sobre todo si lo ha
puesto en práctica durante su. ministerio, es porque expresaba una
doctrina necesaria -al menos en parte- para la noctór,. y la realidad
de la salvación que El traía.

EUestimonio personal de Jesús


También las principales curaciones de posesos fueron hechas por
Cristo en momentos que resultan decisivos en la narración de su
ministerio. Sus exorcismos ponían y orientaban el problema de su
misión y de su· persona, como prueban sufielentementé las reacciones
suscitadas (5}. ·
Sin poner nunca a Satanás en el centro de su Evangello, Jesús
habló de. él sólo en momentos evidentemente cruciales y con declara-
ciones Importantes. En primer lugar inició su ministerio público acep-
tando ser tentado por el diablo en el désierto: la narración de Marcos,
precisamente a causa de su sobtiedad, es tan decisiva como la de
Mateo y la de Lucas (6). Puso en guardia a los suyos en el sermón de
la montaña y en la oración que les ensedó, el Padrenuestro. como
admiten hoy muchos exégetas (7), ·apoyándose en el testimonio de
diversas liturgias (8}. En las parábolas, Jest'is atribuyó a Satáhas los
obstáculos que encontraba su predicación {9), como en el caso de la
ciZaña sembrada en el campo del padre de, familia (1 O). A Simórt Pedro

5) 1Mt 8, 28-34, 12, 22-45. Aun admitiendo variaciones en el stgntftcado atri-


buido por cada. uno de los StnópUcoe a los emrdsmos, debe reconocetse su
amplia convergencia.
st Me 1, 12-13.
7) Mt 5, 37; 6, 13; cf. Jean Carnignac,. Recherc:hes sw le ~Notre Pére", ~
1969, pp. 305-319. Por lo_ demáS, ésta es la interp~ta<;~ón de ~os Padres grie-
gos y de muchQs occidentales ('TertUliano. S. Amhro~to, Castano); .pero S.
Agustín y el Ubera nos de la Misa latina opentaron hacia un Interpretación
Impersonal.
8) E. Reanudot. Uturgiarum orientalium collectio, 2 vol., ad locwn Missuae; H.
Denztnger, Rítus Orientalium, 1961, 2 t 11, p. 436. Esta parece ser .también la
interpretación seguida por Pablo VI en el discurso de la Audiencia general del
15 de noviembrede 1972, porque se hab4l del mal como principio viviente y
personal (I:Osseroatore Romano, 16.de novién}hí-e de 1972). '
9) Mt 13. 19. .
10) Mt 13, 39.

14
anunció que "las puertas del infierno" intentarian prevalecer sobre la
lgle&ia (11). que Sat:anáff trata.ria.de pasarlo por la criba como. a los
demás apóstoles (12). En el momento de dejar el Cenáculo, Cristo
declaró como inminente la venida del "principe de este mundo" (13).
En el Getsemant. cuan<Jo fue. ~estado por los soldados, atlnnó que
babia llegado la hora del "poder de las tinieblas" (14): sin embargo, El
sabía. y lo babia declarado en el Cenáculo, que "el principe de este
mundo has~ ya juzgado" (15). .·•. .
Estos hechos y est1ls declaraciones- pie~.encuadrac;ios, repetidos
y concordantes- .no sop. ~ n,i pu~n ser-tratado& CQIDO datos
fabulosos que hay Ql.\~ desmitizar. En ,~ contrario habria que .OOU-
tlr que en aquellas ~ ~tlcas ,la conciencia de Jesús, cuya lucidez
y.domiJlio de si mjsmo aparecen evidentes ante los jueces. era presa
de fantasmas ilusorios y que su pa!apra carecia de toda ftr~; lo
cual estaria en contraste con la impresión de los primeros que la
escucharon y de los lectores de l~s evangelios. Se impone, por tanto
una conclusión: Satanás, a quien Jes(ls habla afrontado con sus
exorcismos, que babia. c;ncoqtraclo e.9 el desierto y en la pasión. no
puede ser el Silnp}e prodUcto. ae
~' CapaCiCJad .humana ~ tnve~
.m
fábulas o de personificar las ideas.· tampoco ..un vest,l.glo ~te
deJl~ngU~e cultural.. primJtivo. -~- V~rdad_ ql\~ San Pabl~. '_. ~Sull*~.49
en ~randes lineas. eQ. la. Carta a· }ps ijó~os, la sUuaClón deJ:fl
hum¡midéilct é¡llltes de_prtsto, pe~omftéa el pecado y la muc;rte.
mosh:a.nclo, ~u teiJ.lible poder; ~J"'Q. se trélta. en el J::9njuntQ de su
es
doctrina. de ün momento que no el efecto de un ptiro ~uiSO Ute-
rarto, . sino de su agu,da coQClen<;ia <Je 4\ lmPQ{tancia de la cruz. de
Jes~.y de la ne~sich\(J de 1~ RPCión d~te que ~lpide.

Los escritos paulinos Fl

. Pqr o~ parte, P<WIP no identifica el pecado éon Satanás.· En efee-


tq., eq el. pecado él ve ante todo lo que este Ultlnlo es esencialmente:.
uri acto perSonal de los hombres, y también el estado de culpablUdad
y de ceguera en el que Satanás trata efectivamente ~ meterlos y
mantenerlos (16). De esta manera, Pablo distlhglie bien a Satanás del
pecado. El Apóstol, que frente a la "ley del pecado que siente en sus

11) Mt 16, 19, así entendido por P. Joun, M. Lagrange, A. Medebielle, D. Buzy,
M. Meinertz, W. Trillinng, J. Jeremías, etc. No se entiende pues por qu~ hoy
día alguien descuida Mt 16, 19 para detenerse enJ6, 23.
12) Le 22, 31.
13) Jn 14, 30,
14) Le 22; 53; Cfr. Le 22, 3; sugiere como se ha ~nocldo que el evangelista
entiende de manera impersonal este "poder de las tinieblas".
15) Jn 16, 11.
16) Ej2, 102; 2 Tes. 2, 11; 2 Cor. 4, 4.

15
mietttbros• confteSa su tmpatencta11inla afuda de la gracia {17), es el
rtílsmo que, ·con gran de~. Imita a resistir a &tan6s (18), a·DiO
~ .donilnat por ~. ~ OO'dañe entrada {19), ·a apla$tarto bajo loe
pies (20J. Porque. Satanés es para ~~una entidad personal, "el dios de
~ níi.rtido" f.tl}, un adw:narto astuto, dfsttnto tanto de nosotros
eOmo del pecádó al que 6 lk!va~ '
· '· Como~ el E\fangello. él Aplistol Ve a Sataftés acttvo en la historia
del mundo. o se~ en lo que él llama "ef mJsterfO de la iniquidad" (22):
en'la tn~ que réCháza reconocer 1a glbrta de cristo (23), en 1a
abeiÜtelatt deieddolatrfa (24}• m la ~Jóh.·que amenam Ja ftdeli-
da(IÍ(te lá! lgfesta a Crtsto su·~ (25J'y, ftnálmente en la~­
eiOn eeéatolOgtea que éond~ ·al 'Cldto del hOmb~. colocáftdoJe en
~ de ·DioS '(26). Cleit.ameftte Sátáriás lildt.k!é. al peCaé:lo, peto se
dtsttnguedet mal que hace cómet:et-1 · · ··
. .~' ~ .

il~ya~~:~JuaJ1' .: -·
•. · E.l'~aliPSj~· -~ :~ ~odó M ~~ cua<lro en el que el
~- ~ Ctjjfó -~ucttado tesph,ui~ee eh Jos te$tl ·de su Evan ~
~!.~.,·.
·.·.·.· ·~ -el'.trti#Ifg.
~-·~pJeta.mente· ~- ~ la ~ttl
~e·.·~
.. írltro
.. ·-~~-~; pe~
. n.os
·de, esta vtctorta. st no se
en~­
~rit .~~ eÜfl et~ ~ t.ma ~ ~ m la'quti ;intervienen. mecBan-
te.~·i'Ode,tes h~ q~ se OP.<J~ aJes6s. SatanéS y sus Ange-
le~•• dl~tntos ·~nóS,.de otrps~ ~~,de los agentes J:ifst,OrtCos. ~n
e.~•. ~ el ~pOdill~ts el que, sutinlf.mdo el enigma dedos dfversos
nombtes y stmból(MI.~-~taná,s ~n. ~·-~ ~ura, revela deftnl~
tivamente su idenflda'd {21). Su acCIOn se desam>lla a lo largo de
todos los siglos de la historia humana bajo los ojos de Dios. .
No sorprende, por ello, que. en el Evangelio de .san Juan• .JtsCi8
hal?le del ~~ y q~ lo defina "princi¡>e de .este mundo" (28). Cierta-
mente su acct6h t90bfe. d hombre· es lhtertor.. pero es impOsJble Ver en
!~.i~ '~~~te,,:itna per&onUtc~ ~~ pec~ y de la. ~ta~.
tn Gat~:.17;:_RO~ 7~ 23-:~- :: · ;:.;.~J· 1 j .
t8fEJ6, ll·lB ·;· ;r·,'··u ;.•~,"
19) E;/'4, 27; lCor7, S. ·
20) Rom 16, 20.
2ll 2 Cor 4. 4.
~ 2Tes2. 7· •' '
23) 2 Cor 4, 4, evocado por Pablo VI en ta Blocudón arriba citada.
24) 1 Cor 10, 19-20; Rom 1, 21-22. Esta es efectivamente la interpretación
seguida por la Lumen gentium n. 16: "Pero con mucha frecuencia los hombres,
engañados por el Maligno, se envilecieron con sus fantasías y trocaron la
~··Diosen mentira; ak'vlcndo • .la. e~ n:liud:Men que al e~·.
25) .2 Cor 11. 3.
26) 2 Tes 2, 3-4, 9-ll.
27)Ap 12, 9.
28) Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11.
ción. Jesús reconoce que pecar s&gnJftca .ser ·esclavo" (29}, pero no
por cll~ klentitlca con Satanás ni esta esclavitud ni el pecado que en
ella se manUle8ta. El diablo ejerce sobre lo& pecadores solamente un
influjo moral, en la medida en que cada uno sigue su inspiradón (30J:
ellos, libremente, ejecutan sus •deseos• (31) y hacen ·su obra" (3:1).
Solamente en este sentido y en esta medida· Satanás es su •padre•
(33), porque entre ~1 y la conciencia de la persona hwnana queda
siempre la distancia espiritual que separa la ·mentira" diabólica del
coosentimieDto que a ella se puede .dar ·o negar (34), de la misma
manera que eatre Cristo y noeotros ~ siempre la distancia en~
la "verdad• que ~1 revela y propone, y la fe con que es acogida.

I.a doctrina general de 111 Podres


Por este motiVo loS.Padla ite la bdesJá. co~cldos a tráfta dé 1a
Sagrada Escritura de que Satanás y Tos demonios son los adversarios
de la Redención, no han dejado de recordar a los fieles la existencia y
acctón de aquellos.
Desde el atglo 11 de nuestra era, .Melitón ·de Sardes habla escrito
una obra •Sobre el demonto• (35) y fJU'la dificil citar a un solo Padre
que no haya hablado de este tema. ObviameDtc, los mis dlligentea en
poner en claro la acción del diablo fi;Jeron aquellos que ilustraron el
designio divino en la historia, espedalménte San lreneo y Tertuliano,
quienes afrontaron sucesivamente el dualismo gnóstico y Marción:
luego, lo hizo Victorino de Pettau y, finalmente, San Agustin. San
Ireneo enseñó que el diablo es un •ingel apóstata" (36); que Cristo,
recapitulando en si mismo la guerra que este enemigo mueve contra
nosotros, tuvo que enfrentarse con ~1 al comienzo de su mlnlsterto
(37). Con mayor amplitud y vigor San Agustin demostró su actividad
en la lucha de las ·dos ciudades", que tienen origen en el cielo, cuan-
do las primeras creaturas de Dios. los ángeles, se declararon fteles o
infieles a su Señor (38),; en la sociedad de los pecadores a vio un
·cuerpo" mlstico del diablo (39), del cual habló también más tarde, en
su obra Moralúl út Job. San Gregorto Magno (40).

29) Jn B, 34.
30) Jn B. 38, 44.
31) Jn B, 44.
32) Jn 8, 41.
33) lb.
34} Jn B, a38, 44.
35} J. Quasten, Inlliation aw: J>eres de l'Egli5e, 1, Paria 1955, p. 279 (Patrology,
vol. 1, p. 246).
36) Adv. ha¡,r., V, XXIV, 3, PG 7, 1188 A.
37) lb. XXI, 2. PG 7, 1179 C. 1180 A.
38) De Ctvfttlte Dei. Ub. XI, IX, PL 41, 323-326.
39) De Genest ad lttten:un. ltb. XI, XXIV, 31, PL 34, 441-442.
40) PL 76, 694; 705, 722.

17
Evidentemente, la mayorta;:de los Padres, abandon~tndo con
Orígenes la idea del pecado carnal de lo& ángeles caldos Vieron en su
orgullo -es decir, en el deseo de elevarse por encima de su condición,
de afirmar su independenCia, de hacerse pasar por Dios- el principio
de su calda, pero, junto a este orgullo, muchos subrayaron también
su malicia respecto del hombre. Según San Ireneo, la apostasla del
diablo comenzó cuando él tuvo envidia de la creación del hombre y
trató de hacer que se rebeku:a contra su Creador (41). Tertuliano
juzga.que Satanás, para·contrastar los planes del Señor, plagiO en los
misterios paganos tos sacramentos Instituidos por Cristo (42). Se ve,
pues, que.. las enseñanzas patrlsticas·lueron un eco sustancialmente
fiel de la doctrina y orientaciones del Nuevo Testamento.

El C»ndlio l.4teranense JV (1215) ·Jsu fJRtenidD demonol6gico


Es cierto que en veinte siglos de hiStoria el Magisterio dedicó a la
demonologia sólo unas pocas declaraciaones proptantente dogmáti-
cas. La razón de ello es que la ocasión se presentó raramente; en
concreto, únicamente en dos drcunstancias, la más importante de las
cuales se coloca a principios del $iglo XIII, euando se manifiesta un
revivir del dualismo maniqueo y prtsciliantsta con la aparición de los
cátaros y· albigenses: sin embargo, el enunciado dogmático de enton-
ces, formulado en un cuadro doctrinal familiar, corresponde muy de
cerca a nuestra sensibilidad, porque extraña una cierta Visión del
universo y la creación del mismo por parte de Dios:
MFtrmemente creemos y simplemente confesamos ... un solo principio
de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, espirituales y
corporales; que por su omnipotente virtud a la vez desde el principio
del tiempo creó de la nada a una y otra criatura, la espiritual y la
corporal, es decir, la angélica y la mundana, y después la humana,
como común, compuesta de espiritu y de cuerpo. Porque el diablo y
demás demonios, por Dios ciertamente fueron creados buenos por
naturaleza: mas ellos, por s1 mismOS se hicieron malos. El hombre,
empero, pecó por sugestión del diablo" (43).

41) S. Ireneo, Adv. haer. IV, XI, 3, PG 7, 113 C.


42) De praescrlpttonibus, cap. XI PL 2, 54; De ieiuniis, cap. XVI, ibid. 977
43) "Firmiter credimus et simpliciter confitemur... unum universorum princi-
pium, creator omnium invisibilium et visibilium, spiritualium et corporalium,
qui sua omnipotenti Virtute simul ab initio temporis, utramque de nihilo
condidit creaturam, spiritualem et corporalem, angelicam Videlicet et munda-
nam, ac deinde humanam quasi communem ex spiritu et corpore eonstitutam.
Diabolus enim et daemones alii a Deo quidem natura creatl sunt boni, sed ipsi
per se facti sunt mal1. Horno vero diaboli suggestione peccavit.." {C.Oe. D. •
Conciliorum Oecumeniconun Decreta, edt. I.S.R Bologna 1973, 3, p. 230;
Denz-Sch., Enchirtdion symbolorum n. 800).

18
Lo esencial de esta. exposición ~ sobtio. SObre el diablo y los
demonioi!S d t!OilCiliB se -ltmtta· a afirmar .que,; siendo criaturas del
único Dios, ellos no .son sustanclalmettlé malos sino que se convir-
tieron en tales siguiendo su libre-albedrio. No se precisa ni el núme-
ro, ni la culpa, ni 1a e:xtenslóll de~au poder: estas cuestiones que no
tocan al problema teológico, CUeton dejadas a la libre diseusión
escolástica. Sin en:bargo, la aOrmadón del concilio, por sucinta que
sea, es de; importancia1 capital por-que es emanación del mayor
concilio del siglo XIII, y es puesta en evidencia en la profesión de fe
preparada por el mismo, la cual, viniendo poco desp~ de las
profesiones de fe impuestas a Jos cátaros y valdenses (44), evocaba
las condenas pronunciadas contra el Prlsciüanismo de algunos
siglos antes (45).

mprimer tema del Concilio: DfDs crmcb' de los ·seres tisQies einvisilies'
Esta profesión de fe merece por consiguiente ser tenida en atenta
consid~raclón. Adopta la estructura c.omún de los Símbolos dogmAtl-
cos y encaja perfectamente en la serie de los .mismos, a partir del
Concllio de l'{lcea. Según el texto Citado, puede compendiarse, desde
nuestro punto de vista, en dos temas unidos entre si e Igualmente
imporumtes pala la fe: el enunciado que hace referencia al diablo y en
el que deberemos fijamos más detenidamente viene después de una
declaración sobre Dios creador de tódas las cosas "visibles e invisi-
bles", esto es, de los seres corpóreos y angélicos.
Esta afirmación sobre el Creador y la misma fórmula que la
expresa tienen singular importancia para nuestro tema. ya que ambas
arrancan de la doctrina de San Pablo. En efecto, al ensalzar a Jesu-
cristo, el Apóstol dice de El que ejerce. su dominio sobre todos los
seres "celestes, terrestres e infernales" (46), tanto "en el mundo
actual, como en el venidero" (47); ~\ablando por otra parte de su pree-
xistencia, enseña que en El fueron creadas todas las cosas, las de los
cielos y las de la tierra: las visibles y las invisibles" (48). Esta doctrina
de la creación adquirió bien pronto una gran importancia para la fe
cristiana, debido a que el Gnosticismo y el Marcionismo, ya antes del
Maniqueismo, trataron largamente de hacerla vacilar. Los primeros
símbolos de la fe especifican ordinariamente que los "seres visibles e

44) La primeia, en orden cronológico, es la profesión de fe del sinodo de Lión


(aa. 1179-1181), pronunciada por Valdés (edic. A. Dondaine, Arch. Fr. Pr. 16
(1946), después la impuesta a Du~ando de Huesca ante el Obispo de Ta-
rragona en.l~08 (PL 215, 1510-1513) y, finalmente, la de Bernardo Primo en
1210 (PL 216, 289-292). Denz-Sch., 790-797 colecciona estos documentos.
45) En el Concilio de Braga (560-663) en PortusaJ. (Denz-Sch., 451-4&4).
46) Ftp 2, 10.
47) Ejl, 21.
48) Col. 1, 16.

19
inVisibles", todos ellá8, "baft 8&do creadcle po1' Dios" r'Eaa doctrina
afirmada por el ConctUo Nkefto.,ceutaaUilopoiltano (49), y mé8 tarde
por el Concilto de Toledo (50); . .e uuba para las profesiones de fe
que se Jdan en las grandes Iglesias durante la celebración del
Bautismo 151): entro. a formar parb!: de >la gran pl~ 'euca~Utica
die Santiago 'éit ~rusaltn .(52)¡ de· 8an Ba8Wo en Mla Menor, en
Alejandrfa (53) y en. otras lglesias·odintales (54 En~ loe Rlldft8
grtegoa aparece ya ett San lra1eD f55) ·y en la ~mo ftdlll de San
At.arsasio •(i6}. En (){;~ ta ·em:blttnUJlos. en o ...,no de 8lvtra
(67), en San Agustln ~en San F\dgeneto • · etc. ·
Cuando los cAtArolt en ~te. IgUal ·que los bogom1los en
Europa oriental. rata\mu'on el cru.llemo maniqUeo; la profealón de fe
del ConciUo IV de Letrán no podla hacer cosa mejor que ~r esta
declaración y su fórmula, las cuales adquirieron desde entonces
Importancia definitiva. Se repitieron m~ pa-pnto en las proCesiones de
fe del Concilió li de Uón (60), de t!orencta (6IJ y· de Trento {62), para
reaparecer por último en la Constitución Det. Flltus del Concilio Vatl-
c~o 1 (63) en Jos mtsmos tmn.tnas ~ ConciUo IV de Letrin, del año
12'15. Se trata, por OOI\slgutente, de una at\rmactón prttnordlal y
constante de la re. subraya& pt"'\ttdtuetahnente por el c;oncmo. IV de
Le'fn\n pata enlaat co11 eDa el enunciado relaUVo a sa'tanés y a los
demonios. Indicó ast que el caso de ésto&, ya tmportante de por si, .se
Inserta en el contexto mAS amplió de la doctrina sobre Ja creacton
untversal y de ta fe en los seres .~cos.

48) C. Oe. D. PP• 5 y M: Daw&lh.; 126-150.


50) Denz-Sch., 188.
51) En Jerusalbl (Denz•Soh., 41), en Chtpa {refaido por EpiRllo de Sataml-
na: Da':w..sch., 44), en Alejandria (Denz-Sdt., 46l. en Antioquia (tb., sot. en
Armenia (fb •• 48t. etc.
~PE (Prex ~ ed. Hanall·PWIJ. Frtbourg 1968), p. 244.
53) PE pp. 232 y 34&
54J PE pp. 327, 332, 38:l. .
55) A®.ltaer:, U, XXX. 6, PG 1, 888 B.
56) PG 25, sl99-200.
57) De fole orlhodaxrJ contra .ArianGs: en laa d:nu atribuidas a S. AlllbroldD
(PL 17, 549} y a Febadto {PI.. 20, 49l.
58) De Genesl ad litteram Uber imperfectus, 1, 1-2., PL 34, 221.
59) De .ftde lfber unus, Ill, 25, PL 65, 683.
60) Esta profesión de fe,. pronunctada por el emperador MigUel Pale61ogo,
conservada por Hardoutn y Manat en 1as Actas de este Concilio, puede verse en
Denz-Sch., 851. El C.Oé.D. de .BolomA la omite stn tndlcar Ja l'lll.6i1 (en el
Concllto ~o 1 el rdator de la lleputatfO jtdí!f sin embargo hizo atust6n
ofictalmente, Manst t. 52, 1113 B).
61) Sess, IX: BuUa unforús CopfDr'um. C.Oe. D. p. 571; Denz-Sch., 1333.
62) Oenz-Sch., 1862 (falta en C.Oe. D.}.
63) Sess. III: Constitutfo "Del Ff!tus•, cap. 1: C.Oe. D. pp. 805-806; Denz-8ch.,
3002.

20
~tema del Condltt.:Jl diálitr
l. El Tezto: ·
Por 10 que se teflel"e. a este eft1mciado dertton.ológteo, estl:\ ntuy
lejos de presentarse eonto algo 1\t.tevo añadido etréunsqmetalmente, a
menera de cbnseeueneta doctrtnal o de úna- dedueet&l · teológtca; al
contrario, aparece oonto un punto ftnpe, ad<jtitrtdo ~ hace mucho
.tiempo. Lo estA indieaftdo la ridarila formuta(:t61'1 del texto. En ~ecto,
después de haber afirmado la creación 1Jlliversal. el dcx:umento no
pasa a los diablos y a los demonios como á. un,a conclusión 16gi.ca-
mente deducida: no escrtbe •eonsfgúk!nteJnente'Satanb y los demo-
nios han sido creados naturalmente butnos" tal como hubiese sido
neceaarto si la declaraétón fueSe nueva y· deducida de la anterior, al
contrario, preeet'lta el cil8o de Satánb cómo una prueba de la aflnmil-
ción antertor, como un argumento contra el dualismo. Escrtbe en
efecto: •Porque satanéá y los demOnios fueron creados naturalmente
buenos ..." · ·
En ~sume{l, el enunciado que a ellos se re~ se presenta como
una atlrmádón tnton~rttble de la concteneta cristiana: ee ~ste un
punto l!ftportarrte: del docuínento y no podla menos de serlo si se tiene
en cuenta las circunstancias htstórtcas.

2. La preparact6ft: :tu formulaciones poslttftl y


negativas (algloaiV-V)
De hecho ya en el siglo IV la fgleala babta tomado posición contra
la tesis maniquea de do8 prfnclploe IgUalmente eternos y opuestos
(64l; tanto en Oriente como en Ot'icldente eneeliaba ftnnemente que
Satanés y los demonios han sido creados y hechos naturalmente
buenos. "Debes creer, decla San Gregorto Nacianceno al neófito, que
no existe una eseneta del mal, ni un mno (del mal), sin prtnetpto o
subsistente por sl mlSino o creado perDios• (65).
El diablo era considerado creatull\ de Oios, buena y luminosa en

64) Mani, fundador de la aecta; vtvt6 en cl•tglQ IU de nuestra era. A partir del
siglo siguiente, se afirmó la resistencia de los Padres al ma.ntquetsmo. Eptfanio
consagró a eata. berejla Wl~ l!trp ~é:ión, acguida de una confutactón
lAtbJ. hQer. 66, PO 42, 29-172)•.SAA At.allQto habla de ella ocaatonalmente
(OrQtfa contra~·· 2, pO as. 6C). S. Batilio compuiO un pequeño tratado:
QI,IOd Deu• non sU auctor malorum. PO a1, ~-354). Didimo de Alejandría es
el autor de un Contra MWl~heo• (PO a9. 10~1110). En Occt.dente, San
~lín. que con IR.l juvwtud ~ aa;ptMdo el JU~l~Wqudlmo, datpuéa de la
conversión )Q ~tló. ats~ (cf. PL42).
65). OrQtto 40. In sanctum lHrfltlsma, liD· Mi. Pg 36, 424 A.

21
un principio, que por desgracia no se mantuvo .en Ja ve~.,.~ que
habla sido hecho (Jn 8, 44), sino qtie se habla revelado contra el
Señor (66). El mal por consiguiente no estaba en su naturaleza. sino
en un acto libre y contingente de su voluntad (67) • .Aftrmac:IO* de
este tipo -que se pueden leer equivalentemente en San Basilio (68),
San Greogorto Nazianceno (69), ~ Juan Crisóstomo (70). DlcUmo de
Alejandrl;t. {71) en Oriente; y en T~rtuUano (72), Eusebio de Vercelli
(73), San Ambrosio {74), San ~tin (75) en Occidente- podlan
asumir eventualmente ,una ftnne .tOrmulación dogmática. Se encuen-
tran tnch,._so bajo f()I"!Qa de. conde~ doctnnal o también de profe-
sión de fe.
El De Trlnttate atribuido a EU$ebio de Vercelli lo expresaba firme-
mente en términos de anatemas sucesivos:
"Si alguien cree que eí ángel~pó&tata. en la naturaleza en que ha
sido hecho, no es obra de Dios, slno que existe por s1 mismo, llegando
incluso a atribuirle el tener en .si .nU&mo eJ ProPio principio, sea anate-
ma.
Si alguno cree que el ángel apóstata ha fl,tdo hecho por Dios con
una naturaleza mala y no dice que a ha concebido el mal, por su
propia voluntad, sea anatema. .
Si alguno cree que el ángel de Satallú ha hecho el mundo ~¡lejos
de nosotros tal creencial- y !lO declara que todo pecado es invención
suya. sea anatema" (76).

66) Los Padres interpretaron en este sentido Is 14, 14 y Ez 28, 2, donde los
profetas tratan de deaacreditar' el oJIUUo de IN ~ paganoa.de Babtkm1a y
de Tiro.
67) "No me dtgais que la malicia ha existido· stempre en el d1ablo; al principio
no la tuvo; se trata de un accidente de su ser, que le sobrevino después" (S.
Juan el186atomo, De dfaboLII tenta.toR. ltomll. II, 2, PC 49, 260).
68) QuodDeus non stt auctor mal.orum. 8, PQ. 31, 345. CD.
69) OraUo 38. In Theophanla, 10, PO 36, 320 e, 321 A; oratto 45. In sanctwn
Paschtl, ibid. 629 B.
70) er. supra, n. 67.
71) Contra Manicheoa, 16; Interpreta en ~te ~tldo Jn 8, 44 Un verltate non
stetft), PG 39, 1105 e; cf. Enarratto in epfst. B. Judae, in v. 9, tbid. 1814 e,
1815 B.
72) Adversus Marclonem, 11, X. PL 296-298.
73) Ver en el párrafo siguiente el primero de los cánones del De Trfnftate.
74) Apologfa proph. David. 1, 4, PL 14, 1453 e-D. In Psalmum 118, 10, PL 15,
1363 D.
75) De Genesf ad lttteram, lib. XI, XX-XXI, 27-28, PL 34, 439-440.
76) "Si quis confttetur angelum apostaticutÍl in natura, qua factus est, non a
Deo factum fuisse, sed ah se esse, ut de se UJt pl1netplum babere adslgnet,
anathema sil 51 quis confttetur angelum apostaticum in mala natura a Deo
factum fuisse et non dbrerit eum per wluntatem suam maium concepisse,
anathema UJt. St quts ·confttétur angelum Satanae mundum fectsse, quod abstt,
et non indicaverit (iudicaverit) omne peccatum per fpáum adfnventum fuisse•
(De Trlnftate VI, 17, 1-3 ed V. Bulhart, OC, SI, 9, pp. 89-90; PL 62, 280-281).

22
Tal redacción en forma de anatema no era entonces un caso
único: se encuentra ya en el Commonttortum, atribuido a San Agustin
y escrito en vistas a la abjuración de los Maniqueos. Esta instrucción
consideraba como anatema a ~aquel que Cfte que existen dos natura-
lezas, que tienen prigen en dos principios diversos, la una buena que
es Dios, la otra IJiala. no creada por él~ (77).
Esta enseñanza se.e)CJ>resaba mejor no obstante bajo la fórmula
directa y positiva de una atlrmación que hay que creer. San Agustln.
al comienzo de su De Genest ad ltteram decía asi:
"La doctrina c~tólica obliga a creer que la Trinidad es un solo
Dios que ha hecho y creado todos los seres existentes en cuanto exis-
tentes: de manera que toda creatura. ya sea intelectual, ya sea corpó-
rea, o, para decirlo brevemente según los términos de las diVinas
Escrituras, visible o invisible, no pertenece a la naturaleza divina.
sino que ha sido hecha de la nada por Dios" (78).
En España. el primer Concilio de Toledo profesaba igualmente
que Dios es creador de "todos Oos seres) visibles e invisibles" y que
fuera de él "no existe naturaleza divina. ángel, espiritu o potencia
alguna que pueda ser oonsiderada Dios" (79).
Asl, ya desde el $iglo IV, la expresión de la fe cristiana -enseñada
y vivida- presentaba en este punto las dos formulaciones dogmáti-
cas, positiva y negativa, que volveremos a encontrar ocho siglos más
tarde en tiempos de Inocencto III y del IV Concilio de Letrán.

San León Magno


Entretanto, estas expresiones dogmt\tlcas no cayeron en desuso.
En efecto, en el siglo V la .Carta del. Papa San León Magno a Toribto
obispo de Asto¡:p, cuya autentidda'd ;.oo deja lugar a dudas, habla en
el mismo ~J;lQ· y c011 la miSma claridad. Entre los errores prtscWanie-
tas condenados por él se encuentran en. efecto los siguientes:
"La anotación sexta (80) señala su pretens16n de que el diablo no
ha sido nunca bueno y que su natui'aleza no es obra de Dios. sino
que ha salido del caos y de las. tinieblas: pon:¡ue de hecho no tiene un
autor para su ser stno que él mtsmo es prfncipio y sustancia. de todo
mal. mientras que la verdadera fe, la fe católica. profesa que la
sustancia de todas las creatwas, tanto espirituales como corpóreas,
es buena y que el mal no es una naturaleza, desde el momento en que
Dios, creador del uniVerso, ha hecho solamente lo que es bueno. Por
esto mismo el éliablo serta bueno si hubiese permanecido en el estado
en q1,1e habla sido hecho. Po{ desgracia como hizo mal uso de su

77) CSELXXV, 2, pp. 977-982; PL42, 1153-1156.


78} De Genesi ad litteram Uber tmperfectus, 1, 1·2-, PL 34, 221.
79) De~-5ch., 188. ·
80) Esto es, la sexta anotación del memorial dfr1gfdo al Papa por el Obispo de
Astorga, su interlocutor.
natural ~ y no ee mantt.wo en la wrdad Vn 8, 44), no se ha
transformado (sin duda) en una sustancia contraria. sino que se ha
separado del sumo bien, al que teftdrla que haber adherido... • (81).
Esta afirmación doctrll'lal (a Comenzar por las palabras "la verda-
dera fe, la fe católica pn;feea. .. • basta el final) fue considerada tan
Importante como para ser recogida en .Jos mtsmos ~rmtnos, entre las
adiciones hechas en el siglo IV al "Libro de los dogmas eclesiúticos",
atribuido a Gennadio de MaraelJa (82}. En fin, 1a misma doctrina seré.
sostenida, con tono magtster1al, en la "Regla de fe a Pedro•, obra de
san F\tlgencto. donde se encont:ran\ aftnnacla la ~ de "mante-
ner principa]mente• de ·mantener ftnnemente• que todo lo que no es
Dios es creatura de Dios, y ~ste es el caso de todos los •aerea visibles
e inYislbles": "que una parte de los ángeles se han detwtado y alejado
vohmtarlamente de su Creador" y "que el mal no es una naturaleza•
(83). No es extraño pues ·que, en tal contexto htstórleo, los "Status
Ecclestae antiqua" -una colección canlmtca del siglo V- hayan Intro-
ducido en el interrogatorio destinado a examinar la fe de los candida-
tos al eptsco~. 1a siguiente pregunta: "si el diablo es malo por
condición o si se ha hecho tal por libre arbitrio" (84), fórmula que
volwrA a encontrarse en las profesiones de fe Impuestas por btoeencio
vm a los Valdenses (85).

81) "Sexta annotatio tndicat eos dicere quod dlabolus nu~uam fuertt bonua,
nec natura eius opiflcium Dei sit, sed eum ex chao et tenebíia emeratue: quta
sdlicet nullum sui habet auctorem sed omnia mal1 ipse slt prtncipium atque
subflantia: cum ftdes 1lel'a. quac at eatholtea. omntum creaturanon s1ve
apruuauum s1ve corporalium bonam. c:onlkatw: aub-.Uam, et mall nullam
esse natunun: quia Oeu~. qut ~~C.t cooditor, nih1l non OO.umfcctt
Unde et dlabolus bomufésset. s1 tn éln¡údd factus eat ~: Sed quJa
naturaB.aéellentla male ullús est,·~ Dí ~te non atetlt ~ 'Yill, ·44), non
1n contrartam tranalt substanttam. sed a ~ bono, qut clebutt ad~
desetvtt. •• " (Eptst 15, cap.. Yl, PL 64, 683; cf. Dena-sch., 286; d ti:Xto critico
editado por B. V~ O.S.B., tlenf: aolamente Vlir1antea de puntuadón).
82) "Cap. IX: Fide& ~ quae eat catbotka. omnlum aeaturarum ~ aptrt-
tualiúm, stve.coi"DOI'IIlium bonam con8tctur au~tanúam, et mal1 nuiJam eue
naturam: quta I5eus, qul unlveriltt.a.Us est conditor, n1h11 non bonum fecit
Unde et dtabolus bonus esset, st 1n eo qúod factus eat ~ Sed quta
naturalt excellentia rn.Ue usus est, et in '<IUitate non ateUt, non in eontnuiam
substanUam transitt, sed a summo bono, cut dcbuit adhaela'e, dlalceaelt" (De
ecclesfasttcts dogmat:Lbus, PL 58, ~ C-0). Pero la ~ióD primitiva de esta
obra publicada como apéndice a las obras de S. Agustln no Uene este capitulo
(PL42, 1213-1222). .
83) Deftde seu de regulajfdef. ad Petn.tm Uber unus, PL 65, 611-706. "Prtncl-
pallter tene" (IU, 25, col. 683 A); "Ftrmissime tene... • (IV, 45, col. 694 C). "Para
itaque angelorum quae a suo Creatore Deo, quo solo bono beata futt, volunta-
ria prors~s aversione discessit ... • (111, 31, col. 687 Al: "nullamque esse mal1
naturam (XXI, 62, col. 699 D-700A).

también en el apéndice del Ordo XXXIV, en: M. Andrieu,


IR, bWantf 1951, p. 616.
Ord,_,
84) Concilla Gall1ca (314-506), CC, SL 148, ed. Ch. Munler p. 165, 25-26;
RDmanl, t
85) PL 215, 1512 D; A. Dondatne, Arrh. Fr. Pr. 16 (1946) 232; Denz-Sch., 797.
El primer Concilio de Braga /siglo VI)
La doctrina era pues comftn y firme. Los numerosos documentos
que la expresan. de los que hemos citado los prtncipales, constituyen
el fondo dOctrinal dentro del cual sobresale el primer Concilio de
~. a mediados del siglo Vl. En esta perspectiva, el capítulo 7 de
este I!Jlnodo no aparece como un texto aislado, sino como una slntests
de 181!1 enseftanza$ de los siglOs IV y V en esta materia y especialmente
de la doctrtna del Papa San León Magno: "Si alguno pretende que el
diablo no ha sklo antes un é\ngel (bueno) hecho por Dios y que su
naturaleza ha sido obra de Dios, sino que ha salido del caos y de las
tlnleblas y que no existe un autor de su ser sino que él mtsmo es el
prtnclpio y la sustancla del mal. como dicen Mani y Prisciliano, sea
anatema• (86).

3. El advenimiento de los cl.taros (Ss. XII y XIII)


Forman parte también de la fe expUcita de la Iglesia, desde hace
mucho tiempo. la condición de creatura y el acto libre con que el
diablo se ha pervertido. En el Concilio IV de Letré\n bastó introduelr
estas afirmaciones en el Slmbolo sin necesidad de documentarlas.
porque se trataba de creenclas claramente profesadas. Tal lnsercton,
que desde el punto de Vista dogmAtico era posible ya anteriormente,
en aquel entonces se habla hecho necesaria, debido a que la herejla
de los cétaros habla adoptado algunos de los an'tlguos errores mani-
queos. Entre los siglos XII y XIII muchas profesiones de fe tuVieron
que insttlr repetidamente en que Dios es creador de los seres "visibles
e inVisibles", que es autor de los dos Testamentos, y especlftcar que el
diablo no era malo por naturaleza, sino como consecuencia de una
elección (87). Las antiguas posiciones dualísticas, encuadradas en
vastos mOYimientos doctrinales y espbituales. constituian entonces.
en la Franela meridional y en la ltalla septentrional. un daño real
para la fe. En Francia, Ermengaudo de Bézlers habla tenido que escri-
bir un tratado contra los herejes "que dicen y creen que el mundo
presente y todos los oo.res visibles 1)0 han sido creados por Dios sino
por el diablo" y que extsüa un Dios bueno y omnipotente y un dJos
malo. esto es, el diablo (88}. En Italia septentrional un citaro conver-

8()¡ Denz..SCh.• 457.


87) Cf. más arrAla. n. 44
88) PL 204, 1235-1272. Cf. E. Delaruelle, Dfct Hfst. et Geogr. Ecd. vol. XV, col.
754·757.
88) PL 2()4.. 775-792. El conteXto bistórtm de Italia -.eptentrtonal }o desertbe
bien el p. llarino de Müano, Le eresllr ~(e, XI-XV) en la: Ot-tlnde ARftl-
fogta. ~vol. IV, Milano 1954. pp. 1699·1689. La obra de Bo~rwa ce
estucftada í:x>r el núsmo p. Ilarino da"Milanot La "Manlfestatio here.ia Catarum
quam fectt Bonacursus" secando U cod Ottob. lat. 136 della Biblioteca \útfca·
na, Aevum 12. (1938) 281-333.

25
tido, Bonacursus, habla dado tambttnla alarma y babia indleado con
precisión las diversas escuelas de la secta (89). Poco después de su
intetvención, la "Swnma contra haereUcosw, atribuida por largo tiem-
po a Prepositino de Cremona, anota de manera más clara el impacto
de la herejla dualista sobre la enseñanza de aquella época.· (:JJOmdo
comienza asi el tratado sobre los cátaros: ·
"Dios OJllllipotente ~a creado_ solamente los (seres) invisiblés e
incorpóreos. Por lo que se ~flere al ciJablo. a quien este herétic;q llama
dios de las .ti,nJeblas, él ha creado los, (seres) visibles y corpór~.
Después de decir esto el herético añade que existen dos principios de
las cosas: el principio del bien, es decir, Dios omnipotente, y el princi-
pio del mal,· es decir, el diablo; añade también que existen dos natura-
~ezas: una buena. de los (seres) incorpóreos, creada p()r Qios omnipO-
tente; otra mala, la de los (seres) corpóreos, creada por el diablo. El
hereje que asi se expresa se llamaba antiguamente Maniqueo, hoy
Cátaro" (90).
No obstapte su breyedad :~=:rte resJJillen es si,gniflc~tivo por su
densidad. Hoy podemos completárlo haciendo referencia al "Libro de
los dos principios", escrito por un teólogo cátaro poco después del
Concilio N de Letrán (91). Adentrándose en los partlculaies. de la
argumentación y basándose en la Sagrada Escritura. esta pequeña
suma de los militantes de la secta pretendla impugnar la doctrina del
único Creador y fundamentar sobre textos bíblicos la exiStencia de los
dos principio$ opuestós (92). Junto al Dios bueno, decía. "de~mos
reconocer neceSa.oamente la existencia.' de otro principio, el del mal
que actúa perniciosamente contra el vei"dadero Dios y contra la crea-
tura" (9'3). ·

Va1u de la decisión del Concilio Wde Letrán


A principios del siglo XIII estas .deelaractones, lejos de ser sola-
mente teorias de intelectUales expertos, correspottdlan a un conjunto

90) "Sed primo de fide. Contra quam proJ)Onit sententlam falsifátts et 1n1qu1ta-
Us dicens Deum omnlpotentem sola tnvfstbllia et iticorporalta creruo::te: átabG-
lum vera, ~ drum tmebrarum appellbt, dú:1tvls1bllia et corpm:alta creasse;,
Qwbus prédtct16 addtt_hereticua duo esse p$cipia rerum: unum J>oni, sctlicet
Deum omnlpotentem: alterum malt, sctltcet dtabolum. Addtt etiam duas esse
naturas: unam bonam, incoipOralium, a Deo omnlpotentem creatam: alteram
malam, corporaltum, a dtabolo creatam. Hereticus autem qut hoc d1c1t anUqut-
tus Manicneus, nunc vero Catharus appellatur" (Summa contra. hdereticos,
cap. 1, .EDC, Josepbi N. Oarvfn·y James A. Corbett. UniVerslty of Notre-Dame
1958 p. 4).
91) Este tta&iado que-fue descubierto ,y editado par primera vez por Antotne
Dondatne o.p., ha. aklo publ1cado NéJerltemente en su etgunda ecUetón: I.ivJe
des de. prínclpl?s, lntroductfDn. Te* .~ue, trad&ldfon. notes et fndex,·. por
Chriat:irie ThouzalJier, S. Cbr. 198, Parí& ·lQ73. · ·
92} L. c.n. l. pp. 160·161.-
93) lb. n. 12, 190-191.

26
de creencias erróneas, vividas y difundidas por una multitud de
conventiculos ramificados, organiZados y activos. La Iglesiá 'tenia la
obligación de intervenir, repitiendo enérgicamente las afirmaciones
doctrinales de los siglos anteriores. Lo htm el papa Inocencto ni intro-
duciendo los dos enunciados dogtnéticos; 'fu.dtcados anteriormente, en
la confesión de fe del IV Concilio ecuménico de Letrnn. Ftie leida
oficialmente a los obispos y aprobada_ por ellos: preguntados en alÚI.
voz: ¿creéis estas (verdades) punto pot punto?, ellos respondieron con
una aclaración unánime: "Las creembS" (94). En su conjunto, el docu-
mento conciliar es un documento. de fe y, dada su natur¡Ueza y su
formación que. !5on las de un Sbnbolo, cada puntó principal tiene
igualmente valor dogmático.
Se caerta en un manifiesto error, si se pretendiese que cada
párrafo de un Simoolo de ~ deba contener una sola afinnaclón
dogmática: . esto signlftcarta aplicar a su Interpretación una herme;-
néutica vAlida. por ejemplo, en el casó de- un decreto del Concilio de
Trento, donde cada capitulo enseña generalmente un sólo tema
dogmático: necesidad de prepararse a:la ju$tiftcación (95}, verdad ~­
la presencia real de Cristo en la Eucartstt~ (96) etc. El primer pArráfo
del Lateranense IV en cambio condensa éri un número de lltleas
Igual
a las del capitulo del T.rfdentinó Sobre el ·don de la perseverancia"
(91), una cantidad de aftrntactones de {e, en· gran parte ya deftntdás,
sobre la unid~d de Dios, la Trinidad y la i~ de las Personas, la
simplicidad de su naturaleza, las "prt:Jee$iótlés• del HtJo y del Espfrlt:ti ·
Santo. Lo mismo ·arurre Con la creáC,tón, esPécialmente eh lO$ das
pasajes qüe se refieren al tort.Jt,mtp· de bt seres ~pirituales y corp(,r¿-
os creados por Dlos, y·~ la cteac~ del_dfablo y sil~pecado. Se
trataba, cbmo hemos vtstó, de otrOs ·tántos ·ptintos que a partir de los
siglos IV-V perteneclari: a la 'enseilahza de la I~a: tntroducléndolds
en el propto Stmbolo, el Concfllo nó ·hizo otra' rosa que eonaagrar su
pertenenclé á la norma univerSal de la fe.

94) "Dominus papa, summo mane missa celebrata et omnibus eptscopts per
sedes suas dispoeitis, tn cminention:m loc:wn cum. .WS cardtnalibua et mtrús-
tris ascendens, sanctae Trinitatla lldem et amguliá 8del articulos reotbn1 fectt.
Qutbus reatatla questtum est ab Ulliftrsts alta wce: 'Cndl.tla haec per omnia?'
Responderunt omnes: Credimus'. Postmodum damnati sunt omnes heretici et
reprobate quorumdam sententlae, ..J~ viddtcet et Emeh1c1 Parialenats.
Quibus redtantls iterum quesitum es.t: 'An reprobatis sententiaa Joachim et
Emelrtct?' At illt magts invalescebant clamando: "Reprobamus" (A neweyewtt-
nes Account of the the Fowth Laterc;¡n CouncU. publú:ado por St. Krutt;ner y
Antonio Garcia y Garcia, en Tradltfo 20 (1964) 115-128, espectalmente pp.
12~12~. . ' .
95) Sess. VI: Decretum de Custfllcatiorur, cap. V, C.Oe.D. p. 672: Denz-sch.,
1525
96) Sess, XIII, cap. 1, C.Oe.D., p. 693; Denr;-Sch., 1636-1637.
91) Sess. XI: Bulla unionis Coptorum, C.Oe.D. pp. 675-676; Denz-Sch., 1347-
1349.

21
1.4 ensemnza eootún de k>s Papas yde los conctms
A mediados del siglo V. en vlspenu¡ del ConcUto de Calcedonia. el
-romo" del papa San León M~no a Flavtano precisó uno de los fines
de la eCODOilÚlil de la salvación. evoca&Kio la Victoria sobre la muerte y
$Obre el diablo que según la carQ1 a los Hebreos tiene su dominio (98).
Más tarde, cuando el Concilio de Florencia habló de la Redención. la
presentó biblicamente como una liberación del domln1o del diablo
(99). El ConcUio de Trento resumiendo la doctrina de San Pablo.
declara que el hombre pecador "está b~o el poder del diablo y de la
muerte" (lOO); salvándonos. Dios nos &a liberado del poder de las
tinieblas y nos han trasladado al reino de su Hijo amado. en el cual
tenemos la redenc~. la remisión de los pecados" (101). Cometer
pecado despu6s del Bo\utísmo es "abandonarse al poder del demonio"
(102). Esta. ea en efecto. la fe priJ:nitiva y universal de la IgJesla. ates-
tigllada desde los ~ sigloa en la liturgia de la inlctadón criatia-
u. c"U.ando loa catecúmeJA. estando ya para ser bautizados. renun-
ciaban a SatanM. profeaban su fe en la Santisima Trtn1dad y se
adherian ,a Ctlsto. su Salvador. .
POr esó mismo, el. Condlio Vaticano U, que se ha interesado del
preecnte de la Jglesi4 .g¡Aa que de la doc:trtna de la creación, no ha
dejado de poner en ~la c:ontnt. la ~ad de Sataru1s y de los
desnqntos. Como ya ha~ hecho los Concilios de Florencia y de
Trento. ha recordado ~n~ con el Apóstol que Cd$tp nos "libe-
ra del poder de las tinieblas" (104); y, re~endo la Sagrada Escritu-
ra. a la manera de s.n Pablo y del. A.pQcallpsis •. la Constitución
"Gaudium et Spes" boJ. ,d.icbo que nuestra ~ la hlst,prta UlÚVer-
ql. "ea ~ dur.J. ~. CDntra el poder de las tinieblas.. cr:a;t:Uciada
en los offgenes del mundo. d~. como dice el Señor; el cita
final" (105). En otra parte, el Vaticano 11 renueva la exhorta~ón de la
carta a los Efesios a "vestir la armadura de Dios para poder resistir. a

98) Dmz.Sch.: 291: la fónDuJa saá. nuevamente t:mmada por la - . V. cap. 1


del ConcWo de Treftto (C~Oeo. p. 666; Dcmz·Sch., 1511).
99} Sen. XI: Bulla unlonfs Coptorum, C.Oe.D. pp. 675-676; Denz·Sch., 1347·
1349.
1~ Sess. VI, cap. 1: C.Oe.D. p. 671: Dem-5ch., 1541.
101) Col. l. 13·14, citado en el mismo decreto, cap. Ul: C.Oe.D. p. 672, Denz·
Sch.• 1523.
102) Sess. XIV: de poenttentto. cap. l, C.Oe.D. p. 703; Denz-Sch., 1668.
103) Este rito aparece ya en el siglo Ul en la Tradttfo Apostolfca (ed. B. Botte,
cap. 21, pp. 46·51) y en elstglo IV en la liturgia de las Constftuttones Aposta·
lorum, VIl, 41, ed. F.X. Fuñk DCdascalta et Conatuutfones Apostolorum. t.l,
1905, pp. 444-447).
104) Ad gentes nn. 3 y 14 (nótese la cita de Col. 1, 13 y el conJunto de la no~
19 del n. 14}.
105) Gaudtum et spes, n. 37 b.

28
las insidia& del diablo'" (106). Por'qull, como lil mtsma Consutucf6n
Lumen genttwn recuerda a los seglares, "debentol!l luchar contra loe
dominadores de este mundo tenebroso, contra los esptrttu& malignos"
(107). Finalmente no -eauM ntnguaa 80rpresa comprobar que el
mismo ConcUIO, queriendo pre$entar la lglé!&ia como el n!!lno de Dios
ya comenzado, in'Ytlca los mUagros de JeaO.s que, a este respecto,
apela predsamente a sus exorcismos {108}. EfectWamente, ~n esta
oeasiOn fue pron'ltfteiada por Jesús la famoea declaraci6ft: •stn duda
~tte el·mno de Dibfi;:ha llegado a. voaotros• (Ió9J

El argumento litúrgico
En cuanto a la liturgia. que ya hemos evocado de paso, ella apor·
ta un testintonio particUlar, porque es la. expres16n ooncreta de la fe
'VMda; no debemos exigirle responda a. nuestra rurtosidad sobre la
naturaleza de los demonios, sus categortu y stut nombn!!ll.
La liturgia se contétlta toi1 lrlM&tir, atgutendo su fundón, en su
existencia y en la amendil que e«>ft~lttl1en para los enettanos:
bastndo8e en las ensetmnzas del Nuevo 1Utamento, la liturgia se
hace· directamente eco del mismo, retorda:ttdó que la VIda de loe
bautizados es un combate emprendido, ~ la gracia de CriSto y la
fuerm de su Espíritu, contra el mundo, la carne y los eetes dernonla·
cos (110).

fl sWni{tado de los nueoos rituales


No obstante, hoy dla este argurtaento Htcargtco debe ser utUIZado
ron mucha cautela. POr una parte, lo8 rltualea y los sacramentarios
orientales,· habtendo conoctdo a lo lat'1tO de loe siglos Dleno& supretito--
rtes que ihtegtactones. tienen peligro de détrYtarnos: 8U8 demonologias
son exuberantes; por otra parte, los documentos litúrgicos latinos
refundidos muchas veces a lo largo de la Riet«ia. invitan. preclsa·
mente a causa de es toa cambios, a eoaclustDnea igualmente pruden·
tes.
Nuestro antiguo ritual de la penUertcta pública expresaba con
fuerza la acción del demonio sobre los pecadores: desgraciadamente,
estos textos, que han sobrevivido hasta nu~tros dlas en el Pontiftcal

100) E;/~•.11-12, señalado pOr la I.~r\gentlum. 43 d.


a:
107) FJ" 12, saialado támbién pOr la l.Únl4m gent1um, 35 a.
108) Lumen genttwn, 5a.
109) Le 11, 20: cf. Mt 12, 28.
110) C. V~ni, o.s.b., n senso teologlco deUca lltwgfa. Sogg#o dt teOiogf4
lutuf'gfea geiterale, Ro~ 1965, 4, cap. xm. Le due cUtá. l«lttwpt ~ida lotttt
ec~ntr'O Satana, pp. 348-427! Egon wn Peter!lcl)rff. ~ déf!monlbuJ #lt UttD'gta
rnemoratis. AngelfcumXIX (1942) pp. 324·339; Daernonologfe l. Daemonen in
Weltplan, II, Daemonen am Werlc, Munchen, 1956-1957.

29
:romaao (lll),,hace mucho tiempo que ya no se usan. Antes de 1972
se podian citar también las oraciones de la recomendación del alma,
que. recordaban el horror del infierno y lo& últimos asaltos del demc:r.
nio (112); pero estos textos stgniftaltivo& ban desaparecido. Sobre
todo, en nuestros dias. e¡. (m'acteri&tico mU:ljsterlo del exorcista sin
haber $ido abolido ._ttcalmente. está reducido a un seiViclo eventual,
y de hecho,sola.Ínente subsistirá silo necesitan los Obispos (113), sin
que se· baya prevAeto ningún .rito para conferirlo. T;Jna 4ecisión de este
género no significa, evtdentemente, que el. sa~ no tenga ya el
poder de exorcizar, ni que ya no deba ejercitarlo; pero esto obliga a
constatar que la Iglesia, al no hacer de este ministerio una función
especifica. no reconoce ya a los exorcismos la importancia que tenlan
en los primeros siglos. Sin duda alguna esta evolución merece tenerse
en cuenta. · .. ,
Stn e111bargo. no ~.sacar la conclusión de que ha habido
un retroceao o tma revi81QJl de la fe: en el campo Utwgtco. El Misal
romano de 1970 sigue reflejaQdoJa,convtcción e,xi&tente en la Iglesia a
propósito de las intezvenciQnes 4emon~ Hoy. como antes. la litur-
gia del JK1mer domingo de Cuaresma rec~ a los fieles cómo Jesu-
cristo nu~tro Señor Yenctó al demonio: los tres relatos sinópticos ~
su tentac~ están reaenados a los tres cick.ls A. B. c. de las lecturas
cuaresma1e-. El protoevangelio, CQil su anunCio de la victoria de la
d~ncta de la mujer sobre la de la serpkmte (Gén 3, 15} se lee
en el X domingo del año B y en el sábado de la V semana. La Jlesta de
la Asunción y el común de la Virgen presentan la lectura de Apoc 12,
1-6, es decir, la amenaza del Dragón contra la Mujer que da a luz.
Me. 3, 20-35, que describe la discusión de Jesús con los Fariseos
sobre Belzebú. forma parte de las lecturas del X doiDingc;) del aiio B.
ya mendonado. La parábola del grano y de la cizaña (Mt 13. 23-43)
aparece en el XVI domingo del año A y su explicación {Mt 13, 36-43}
se lee el m.artea de la semana XIII. ~ l&lluncto de la derrota del prlnci-

111) Lúse ·el Ordo eJI'IrofnU1lleandL et abscivendr. y especialmente la !alga


admonic:1ón "Quua N.· dlabolo suar:knte••• •, Poat4flr;aJe Romaruun segunda ed.
Ratlsbona 1908, pp. 392-398.
112) Cftamoa de la oración "'Commendo te••• • •Ignores omne, quod hor'ret in
tenebria, quod atrtdet in flammie, quod crudat:ta tonnenUs, cedat tibt teterrt-
~ .manas Qum satcllitibua sws...••
113) Así está establecido en el n. IV del Motu proprlo "Minfsterla quaedam•:
•Mtnisteria in tota Ecclesla Latina servanda, hodiernts necessitatibus accomo-
data, duo sunt, Lectoris nempe et Acozythi. Partes quae hucuaque Subdlacono
commissae erant, Lectort · et Acolythae concreduntur, ac protnde in Ecclesia
Latina ordo maior Subdtaconatus non ampltus habetur. Nihil tamen obstat,
quomtnus ex Conferentlae iudicto, Acolythu altcubt etiam Subdiaconus vocart
pj:)Utt" AAS 64 (1972) p. 532). De et1te modo se suprtme el e«orcl!itado y no
está prevtalio que los relatlws podCRS puedan ecr ejadtados por el Lector o
po,¡: el~ $1 Motu proprlo ,:iecW. soJamentc (p. 531) que las Conkrendaa
Ep~ podl'IÍI:l IOiicitar para su región loa :mtntatertos del Ostiario, del
eJCOrclsta y del catequistc:L
pe de este<mun@ Vn 12. 20-~) se:lle el V domingo de CuaresJDél del
ailo B y. Jn 14, 30 se lee, durante la semana. Entre los textos qe los
Apóstoles. ~J2, 1-10 está asignacJo .~lunes de la semana XXJX; Ef6,
10-20 al.comúa.de Jos santos y santas y al jueves de la ~ana XIII.
Jn 3, 7-1 O se lee el 4 de enero, y la. fiesta de $an Marcos propone la
primera lectwa de San Pedro, que .presenta al diablo rondando en
torno a su presa para devorarla. E&tas t:itas, que ,para ~Jer. completas
deberian multiplicarse. demuestran q~, los t~os bibUcos más
Importantes sobre el diablo siguen formando parte de la lectura oficial
de la Iglesia.
Es verdad que el ritual de la iniciación cristiana de los adultos ha
sido modificado en este punto y que ya no interpela al diablo con
apóstrofes Imperativos; pero en el mismo sentido, se dirige á Dloe bajo
forma de plegaria (114). El tono es menos espectacular, pero no
menos· expresivo y eficaz. Es pues falso pretender que los exorcismos
han sido eliminados del nuevo tftual del Bautismo. El error es tan
claro que el nuevo rltual del catecumenado ha instituido, antes de los
exorcismos llamados "mayorés•, exoi'Clsmos "menores·. distribuidos a
lo largo de todo el catécumenado y descotiOctdos en el pasado (115). ·
Los exorcismos pues, permanecen.. Hoy conio ·ayer piden la victo-
ria sobre •satanás", •el diablo". "el ptlnctpe de este mundo" y "el
poder de las· tiillebtas•; y los tres •escrutinios." habituales, en los que,
como antes. tienen lugar los exorcismos, poseen la misma finalidad
negatiVa y positiVa i(!e siempre: "liberar· del pecado y del diablo" y, al
mismo tiempo, ·ro~cer en CriSto" (116}.l..a celebración del Bautts~
roo de loS nlfios conServa. también·,' ert definitiVa, un emrcismo 1117):
lo cual. no quiere ·~ir :~ la Iglesia· considere a éstos nlfios como
otros tantos poseid~ del demoniO; sino que cree también ellbs necesi-
tan todos los efectos de la Redención de Cristo. En efecto, antes del
aauttsmo, todo ltoJllbre, nlfio o ádulto. lleva eiStgno del pecado y de
la acción de Satánás. · ·
1 En cuanto a la lltiirgta de la Penitencia priVada, ésta habla hoy
del diablo menos que antes; pero las celebraciones penitenciales
comunitarias han restaurado· una antigua oración, que recuerda la
influencia de SatanáS. sobre los ~cadores (118). En el ritua:l de lo8

114) El paso a la forma !Jeprecativa se ha realizado solall)ente después de "expe-


rimentos·. seguidos a su vez por reflextorles y discusiones en el ConsiUum.
115) Ordo imitationis christkmae adultomm. ed. typ. Roma 1972; nn. 101.
109-118, pp. 36-41.
116) Ibid. n. 25, p. 13; y nn. 154-157, p. 54.
117) Asi fue. desde la primera edición: Ordo BaptisllÚ paroulorum ed. ~·
Roma 1969, p. 27, n. 49 y p. 85, n. 221; la única novedad consiste en que este
exorcismo es deprecativo, oratio exorcismi, y que a este le sigue inriiedlata-
mente la unctio praebaptismalis (ib. n. 50); pero los dos ritos, exorcismo y
unción, tlenen ca<la uno la propia conclusión. · · ·
118) En el núevo ardo Paen:ftentfae, ed. typ. Roma 1974, nótese en el n apén-
dice, la oractón :lJeu$ hwnlmt gerwrl.s benfgntss*"e condttor (pp. 85-86) que a
pesar de lifJa'Os retoques es Idéntica de la Oratio ret!Oru:aiationis poenltentium
ael Jueves Santo (Pontificale Romanum. Ratlsbona 1908, p. 350).

31

----·---
enfennos -corno ya hemos notado- la oración de la ftiCOnlelldactón
del alma no subraya la presencia de Satanlls; pero en el curso del rtto
de la unción el celebrante reza para que el enfermo ·sea liberado del
pecado y de todá tentaci6n• (119). El santo 6leo es considerado como
una "protección" del·cuerpo, del alma y del esplrltu (120). y la oractón
"Commendote", sin menctonar el Infierno y el demonio, evoca sin
embargo, lndtrectamente su existencia y su acción al pedir a Cristo que
salve al moribundo· y lo cuente entre el níunero de ·sus• ovejas y de
•sus• elegidos: evtden~mente, este lenguaje quiere evitar un trauma al
enfenno y a su fé:tJ11ilia, pero no olvida la fe en el mtsterto del mal.

En una palabra, la actitud de la Iglesia en todo lo referente a la


demonolog'ul es clara y firme. EA~ verdad que a lo largo de los siglos la
existencia de Satanás y de los demonios nunca ba sido hecha objeto
de una afirmación explicita de su magtsterto. La razón está en que la
cuestión no se planteó jamás en estos ténntnos: tanto los berejes
como los fteles fundéndose en la Sagrada Escritura, estaban de
acuerdo en reconocer su existencia y sus principales pe:rvers~es.
Por eso hoy, cuando se pone en duda la realidad demoniaca. es nece-
sario hacer referencia -como hemos recordado hace poco- a la fe
constante y universal de la Iglesia y a su fuente .JDás grande: la ense-
~ de Cristo. En efecto. la existencia del mundo demoniaco se
revela como un dato dogmático en la doctrina del Evangelio y en el
corazón de la fe vivida. El malestw contempon\neo que hemos ~un­
ciado al pdndpio no pone pues en discusión un demento sec\Uldario
del pensamiento cristiano. sino que compromete la fe constante de la
Iglesia, su modo de concebir la .Redención y. al/untode partida. la
concienCia misma de Jesús. Por eso Su Santlda Pablo VI, hablando
recientemente de esta terrtble realidad misteriosa y tremenda del Mal,
podla afirmar con autoridad: "Se sale del cuadro de la enseñanza
\
biblica y eclesiástica quien se niega a reconocer su existencia; o bien
quien hace de ella un principio que existe por s1 y que no tiene como
cualquier otra creatura, su ortgen en Dios; ó bien la explica como una
pseudo-realidad, una personificación conceptual y fantástica de las
causas desconocidas de nuestras desgracias" (121). NI los exegetas n1
los teólogos deberlan olVidar esta advertencia.
Por eso repetimos que, al subrayar también hoy la existencia de Ja
119) Ordo unctfonfs lnnlJlrmorwn eorumque pastortJlls curae, ed. typ. Roma
1972,p.33,n.73
120) lb. p. 34, n. 75.
121) "Padre nostro ...ltberaci dal male" "Alocudón en la Audiencia general del
15 noViembre 1972 (Pablo VI, Enseñ.anms al Pueblo de Dios. 197:2, pp. 183·
188}. El Santo Padn:l babia mantfestado la miama. laquietud en la bomilia del
29 de junio precedertte: "Ser fuenes en la fe• (L'~ Romano. ccbd6n
en lengua española, 9 de julio de 1972, pp. 1·2).

32
realtdad delllOillaea, la Iglesia no se propone ni retroceder a las espe~
culaciones dualistk:as y maniqueas de otros tiempos, ni propOner un
substitutivo aceptable .para la ramn. Solo quiere seguir siendo ftel al
Evangelio y a sus exigencias. Está claro que jamás ha permitido al
hombre descargarse de su responsabilidad atribuyendo las propias
eulpas a los demonios. La Iglesia no dudaba en lanzarse contra una
escapatoria semejante cuando se manifestaba, diciendo con San Juan
Crisóstomo: "No es el diablo stno la inCuria propia de los hombres la
que cau$1 todas sus caldas y t.cxl<* los males de los que se lamentan"
r
(122t.
A este respecto. las enseflanzas cristianas, con su valentla en
defender Ja libertad y la grandeza del hombre y en hacer resaltar
pleaameate la omnipotencia y la bondad del Creador, no muestran
desmayo. Ellas han condenado en el pasado y condenarán siempre la
excesiva facilidad en aducir como pretexto una incitación demoniaca:
ha proscrito tanto la superstición como la magta: ha rechazado toda
capitulación doctrinal frente al fatalismo y toda renuncia a la libertad
frente al esfuerzo. Es mAs, cuando se habla de una posible interven-
ción diabólica, la Iglesia deja stem~ espacio, Igual que al milagro, a
la exigencia crltica. En dicha materia exige reserva y prudencia. En
efecto, es tactl caer vlctlmas de ·la imaginación, dejarSe desviar por
narraciones inexactas, torpemente transmitidas o abusivamente
interpretadas. En estos, como en otros ~os. es necesario ejercitar el
discernimiento y dejar espacio a la inwstlgación y a sus resultados.
No obstante esto, la Iglesia, ftel at ejemplo de Cristo, cree que la
advertencia del Apóstol San Pedro a la "sobriedad. y a la vigilancia es
siempre actual (123). Ciertamente, en nuestros dias conviene defen-
derse de una nueva "embriaguez". Pero el saber y la potencia técnica
tamb~ pueden embriagar. Hoy dla el hombre se siente orgulloso de
aus descubrilllientos y, muchas wces, justamente. Pero en nuestro
caso ¿atA segúro de que sus an.mats han esclarecido todo~ 1011 fen6-
menos caracterlsticos y reveladores de la presencia del demonio? ¿No
queda ya nada problemático en este punto? El análisis hermenéutico
y el estudio de los Padres ¿habrlan allanado las dificultades de todos
í los textos? Nada hay menos seguro. Ciertamente, en otros tiempos
hubo cierta ingenuidad al temer encontrar algún demonio en la
encrucijada de nuestros pensamientos. Pero ¿no existlrla igualmente
hoy al pretender que nuestros métodos dirán pronto la última palabra
sobre la profundidad de las conciencias, donde se interfieren las rela-
ciones misteriosas del alma y del cuerpo, de lo sobrenatural, de lo
preternatural y de lo humano, de la razón y de la revelación? Porque
estas cuestiones se han considerado siempre vastas y complejas. En
cuanto a nuestros métodos modernos, éstos, como los de los anti-
guos, tienen limites que no pueden traspasar. La modestia, que es

122) De di.abolo tentatore, homil. II, PG 49, 259.


123) 1 Pet 5, 8.

33
también una cualidad de la inteligencia. debe oonaervar sus fueros y
mantenerse en la verdad. POllJue esta virtud -aun teniendo en cuen-
ta el futuro- permite desde abora al crtatianismo dejar .sitio a la
aportación de la revelación, o IQ{ls brevemente. a la fe.
A esta fe, en realidad, nos conduce de nuevo el apóstol San Pedro
cuando nos invita a resistir, "fuertes en la te" al demonio. La fe .nos
enseña. en efecto. que la realidad del mal "es un ser Vivo, esptrttual,
pervertido y pervertidor" (124) y sabe también darnos confianza,
haciéndonos saber que el poder de Satanás no puede traspasar los
limites que Dios le ha marcado; nos. asegura igualmente que, aunque
el diablo es capaz de tentarnos. no puede arrancarnos nuestro
consentimiento. Sobre todo, la fe abre el corazón a la plegaria. en la
cual encuentra su victoria y su coronación, haciéndonos. triunfar
sobre el mal gracias al poder de Dios.
Es cierto que la realidad demoniaca testiftcada concretamente por
aquello que llamamos el misterio del Mal, permanece todavia hoy
como un enigma que envuelve la vida Cristiana. Nosotros no sabemos
mucho mejor que los apóstoles por qué el Señor lo pennite. ni cómo lo
usa para sus designios; pero podña suceder que, en nuestr.l socie-
dad, prendada por el horizontalismo secular, las explosiones inespera-
das de este miSterio ofrezcan un sentido menos refractario a la
comprensión. Estas obligan al hombre a mirar más lejos, más alto,
más allá de las evidencias inmediatas: a través de las amenazas y de
la ~potencia del mal, que impklen nuestro camln.ar, nos permiten
discernir la existencia de un méS allá que hay que descifrar. y volver-
nos hacia CriSto para escuchar de Ella Buena Nueva de la salvación
ofreclda. CODl() gracia.
También la existencia de la.realldad demoniaca y la aftrmación de
su poder tienen su fund.amento no sólo sobre estos documentos más
específlcos; no obstante adquleFen >Otra expre&ión. IDiás general y
menos rigtda. en los enunciados conciliares, cuando describen la
condición del hotnbre sin CriSto.

124) Pablo VI, ibid.

34
Presentación
Carta Pastoral Colectiva del ~iscopado Argentino,
9de Noviembre de 1954.

La comunicación con el más allá ha inquietado allwmbre desde


su más remota historia. Nigrorru:.mcta, adtvtnación, shamantsmo, han
sido algunas de las variantes con las que ellwmbre caldo ha
intentado, stn éxtto, pulsear y escnitar la voluntad divina y conocer
el futuro, amht de algunas otras actividades meramente
sentimentales, como seguir apegado a seres que han pasado de este
mundo al otro.
. La prohibición de la comunicación con el mundo de ultratumba
por medio de técnicas evocatorias, figura explicita y projilsamente en
la Revelactón del Antt,guo y del Nuevo Testamento y en la Tradiclón y
el Magisterio de la Iglesia, tanto extraordinario como ordinario.
Dentro de esta última categoria se inscribe el precioso documento del
Episcopado Argentino del 1 9 de Noviembre de 1954.
El hombre ttene como medto genuino de comunicarse con el
.;:- Creador aquel que la Iglesia peregrina propone a sus .fieles en este
mundo: lá oraci6n (p(djlica y privada) en todas sus formas y
variantes legitimas. La Revelaceón concluyó con la muerte del último
apóstol. No es que Dtos no tenga ya nada que decimos, sino que en
N.S. Jesucristo, su verbo, nos lo ha diclw todo, y ahora nos queda
penetrar su sentido y vtvtr su Evangelio. Sólo Dios podria tener la
iniciativa de una reveiactón privada para con alguna persona
concreta, pero ello·no contradice la Reveláctón ojfctal, ni tampoco tll
Iglesia estarfa obligada a incluirla dentro del depósito de la Fe. · .
Sólo Dtos, por libre tntctattva, puede revelarse tanto p~lica como
privadamente a alguna alma. Que ellwmbre quiera provocar esa .
manifestación. ya se trate de evocar al m~ Dios o a algún elegido
suyo, serta grave pecado contra la virtud de religión r·...
TÚ) tentarás al
Señor tu Dios• Mt. 4, 7).
La rtttturaleza de estos fenómenos de vida mfsttca tan común en
los rasgos de la vida de tantos santos, es algo sobre lo que los
teólogos no se han puesto de acuerdo. Y puede sostenerse
váftdamente ya sea que se trate de una especial permisión dtvtna

35
paro que un ángel, santo o ánima se mantjie$ a tal o~~
por algún mottuo también especial: o que se trote de ~l,.,(f-ac:tón
directa de Dios Nuestro Señor. a través de ese medlo especff{l6,
prescindiendo de lo anterior. Siempre el eye es Dios y no el capricho
de la creatura.
Y donde pareciera darse esto último no deya de estar presente la
sugestión diabólica. Por ello es que hay reglas claras pam dtsUngUlr
el origen de esas manifestaciones sobrenatumles, tal como se las
utUtzó en Lourdes y Fátima, como también para discriminar lo
sobrenatural de fenómenos meramente humanos (facultades
pamnormales, afecciones patológicas, alucinaciones, sugestión
humana, etc.).
Con todo, los fenómenos místicos y aparictontstas, están
circunscrtptos a almas privilegiadas. El espiritismo, por el contrario,
más que referirse a fenómenos sobrenaturales, pretende una
rel.t?ctura de la ciencia, lafllosofw. y la religión. n~lando todo ello a
traoés de una presunta eXperiencia de contactos de ultratwnba por
mediación de agentes capacitados ("mediums~; "psíquicos~). Es una
codi.ftcación de errores tanto o m(l$ viejos que e( hombre y su calda, y
de una soberbia más radical que la htstorta hum.ana. ya que
empalma con la rebeldía de Satán. y también de una peligrosa ·
manipulación de la mente que la somete a eyerctctos y tensiones para
los que no está hecha.
Las alteraciones y perturbaciones estructurales a las que pU!!de
llevar este Upo de práctica, prescindiendo de las consideraciones
meramente teológicas, las podremos encontrar detalladas en el
precioso "dossier~ de Ebon y otros: "La trampa de Satanás~. Buenos
Aires, 1976.
Asimismo, el espiritismo se ha visto estudiado y desenméiscarado
por la obra de dos excepcionales estudiosos jesuitas: Herfida y
Quevedo, a principios y a med.tad.Qs de slglo, ré$peetiuamente. Con
todo, el error se cimienta no sólo en una falta de inteligencia...
,,La nigromancia es tan vteya como el mundo. Pero cuando
hablamós de u:n bagaje doctrinal. nos referilTID:S al que reconoce su
autorfa en el médico .francés Htp6lttoRivail {1803-1869}, q~con el
seudónimo de Allan Kardec, publicó en 1847 elfamoso "Ubro de los
Espfrttus•. El espiritismo, originado en el estado de Nueva York por
las travesuras de dos hermanas (Margarita y Cata,Una Fox), recibió el
impulso ci.(¡> Ja, cod{ftcación de Kardec y se difundió por todo el mundo.
Para Kardec, "E~piritismo~ se OJX»'W a "MPterialismo~. pero lo
distingue del esptrltuaUsmo, pues leí <;Orriuntcactón con los espfrttus
es el presi.Apuésto de su sistema. "Nacer, morir, renacer y progresar
sin cesar: esta es la ley~. El epitafio de Kardec resume su doctrina: la
reencarnación supone pluralidad de existencias en este mundo
material; progreso contínuo. hacia la perfección .final; ley del kanna:
progreso en las reencarnaCiones, o retroceso, según los méritos
propios; dRftnltiva independencia del cuerpo en la peifecciónftnal del
alma.

36
El espiritismo no ttene ritos, dogmas ntjerarquias. No se
considera a sí mismo ni un culto ni una religión, stno un
conocimiento cient!flco acerca del origen, la procedencia y naturaleza
de los espíritus como entidades inteligentes, y de su contacto con los
mismos, tal como se desprende de los hechos medtúmnicos. No se
habla de Creactón. de Ctelo o Infl.emo. Su fde es la metempsicosis y
la evocación de los espíri.tus a tra~s de interm.edt.cuios, es decir,
personas con talento Mmedtúmnico".
Todo es proceso, deuenir, lo que cuenta es lo espiritual. El .fuerte
dualismo que encierra el espiritismo es evidente. .
Gractas a la expertenct.a medtúmnica, el alma ha pasado del
gabinete del teólogo y del .filósofo al del científico en el ámbito
experimental. Para el espiritismo kard.eetano esto acarrea tres
rupturas antropológicas, al constderar la muerte como
desencarnación, el nacimiento como reencarnación, y la
trascendencia como fin del hombre.
El espirttismD, al negar tanto el Cielo como ellnftemo, pcm!dera
sostener algo así como una bienaventuranza jlnal para todos. a
través de largas purtjlcaclones por innumerables reencarnaciones. Se
parece en algo a la doctrina de la "apokatastasts panton" sostenida
por algr.utOs tiUt~s eclesiásticos del stglo li (Origenes}, aunque estos
autores no sostenian la reencarnación, pero si la preeXistencia del
alma humana y las caracteristtcas de unión penal en las relaciones
alma-cuerpo.
La étiCa espirita de hacer el bien, rechazar el mal, repudia toda
violencia, incfusiue el suicidio, el uso de drogas, atcohol y tabaco.
Pero encierra una gran contradicción, que es la evocación de los
muertos, oontmria a toda naturaleza y a la ley divina.
En 185 7 Justo De Spada, un español, la introdujo en el pais, que
está a la vanguardia en el tema. La Confederación Espiritista
Argentina data del14 de junio de 1900, pero ya existían
fraternidades desde 1880. estructuradas democráticamente. Algunas
de estas logias o fraternidades, recibieron visitas y fueron
frecuentadas por importantes hombres públicos argentinos.
Una variante heterodoxa del espiritismo, .fi.mdada en Buenos
Aires en 1915 por Blanca Lambert y Eugenio Portal, es la
denominada Escuela Científica Basilio". un complicado entrevero de
M

evocaciones, dictados mediúmnicos y otras variaciones. Privilegia la


.figura de Jesús, quien habría dictado los estatutos, se presenta por
tanto como "cristiana", pero no sólo reniega de la Divinidad de
Jesucristo (es un enviado especial como Buda o Mahoma) y sus
milagros, sino que al igual que el kardecianismo, desvirtúa religión,
culto y ciencia, y el mismo concepto de persona humana.
Rígidamente jerárquica y con una ·terminología propia, la
~scuela", que funciona desde el 1 de noviembre de 1917, cuenta con
2.000.000 de adherentes en todo el mundo en prósperas jlltales de
los EE.UU.• América Central y Uruguay. Sus prácticas se asemejan
mucho al curanderismo, sin contar con lo específico, que es la

37
evocactón rhediúmnica de los espirltus.
Una variante del esptrttfsmo, ya bastante dtvt.dldo. es el
"umbandismo•. sincretismo a.frobrasf.lEiño, poltteista e tdollr.trfco.
organizado en Brasil en la década de 1930 y en la AJYenttna en la del
1970. La Federación Espiritista BraStlefta consintió en 1953 en que
se llamaran espiritistas, pues coinciden en que ambos eoocan a los
muertos, y "a otros espirltus desconocidos•. Pero las dtferendan de
sus filas. En realidad es un neopaganfsmo, de muchas variantes y
grosero contenido. ~
El espiritismo kardedana, en resumen. niega todo el Cn!!do. y
especialmente los mfstertos de Dfos. la Salvación por Jesucrtsto y la
doctrina de la Grada.
Rliferénelas bfblicas: Ex. 22.18; Deut. 18. 9-12: Lev. 10,6-27:
19,31; 20,6; ISam. 28; HRe. 21,6; Is. 8,19; Hechos 9,9-12; 13,6-12;
16,16·18; 19.11-20: Gal. 5,20.
Jfagfsterio ele la lg,_a: El Conctlto Vattcano II en LG. n. 49
ordenó poner la nota 2. que se re.ftere a la condena de toda.forma de
evocación de los espirltus, reajirmando la legislación común desde
Alejandro N (1258) hasta la respuesta del año 1917.
El Código de Derecho Ca:nóntco de 1983 ~de regulación
ttpyrcada para con las acUvtdades esptrttas como la tenia el CI 1917,
pero quedan comprendidas en las generales legales acerca de
apostasta, herejia y cisura (CC 751, 1364) y su pena es la
excomunión "latae .sententtae•. El espirtttsmo está condenado por su
concepción diametralmente opuesta al Evangelio y no viceversa.

Mons. Dr. Néstor Daniel VUla


Carta Pastoral-COlectiva del
Venerable Episcopado
Aryentino sobre el Espiritismo*

Los Cardenales, Arzobispos y Obispos de la República Argentina.


Venerables hermanos y amados hijos:
Entre los peligros que actualmente acechan a nuestros fieles, con
riesgos para. su ~Ida cristiana y hasta para su misma Fe, hay uno
doblemente grave e Insidioso: es lo que comúnmente todos llaman
MespirtttsmoM.
Han corrido ya muchos años desde que en nuestra época moder-
na, se Iniciara, en el año 1847, como una verdadera epidemia de
contagio menW. que impulsó a muchas almas a concurrir a las sesio-
nes llamadas espiritistas, que ofrecian a la curiosidad por lo descono-
cido, al impulso interior de comprobaciones ultraterrenas y, sobre
todo al anhelo de entrar en un nuevo trato, con los seres queridos ya
difuntos, la oportunidad de Intentarlo.
Come;nzóse pues asi, en medio de las dudas de muchos, de las
afirmaciones positivas y exaltadas. de otros, de las Indagaciones de
quienes ,seriamente q,utsieron controlar clentUlcamente los hechos y
también con el desequilibrio y la ruina mental y espiritual de los más
débiles psicológicamente, que no pudieron resistir las fuertes Impre-
siones producidas, en su sistema nervioso, por una serie de fenóme-
nos, entre. los cuales las sugestiones y las obsesiones estaban en
primer térulino.
Después de los extraños epl.sodJos acontecidos en la familia Fox.
en ·l:lydesville de América del Norte, el Intento de evocación de los
muertos y de tnterco~unicación con los espirttus se convirtió, más
que en moda desbordante, en verdadero contagio mental que pronto
fue erigido en sistema con el nombre engañoso de espirtüsmo, que

'"Te¡cto pubijcado en la Revi&ta Eclesiástica. de la Diócesis de Rosarlo en


Oct/Dic. 1954;AñoXIXNv 162.

39
entrañaba ya falsamente la aceptaciérl ¡q:n-esurada de hechos no bi•
estudiados ~y la adndston de .~ ~\l~ lbtdgente ~ramundana
sin pruebas fehacientes y ~on~. como \lo hldera. en UD pdnct~
pio, la misma sorprendida madre de las ~rrnanas Fox. Cuando en el
año 1888 las revelacioaea ine aperadas y .terrqmantea de dichas
hermanas, dieron al rnuado ,_ etfU1'1~c:Je t¡ue todoe los fenómenDe
iniciales del sedicente espfrltfsin'(\. Ifl.oderno ñabian sido "pura farsa
del prtncipio al fin~ y •el m~ embuste del siglo", ya era tarde p¡ua
detener el eontaglo. M. bastó quel'~ fblt,d~ea~.;dnde
el escenarto de la Academia de ~ica,de ·Nitna York. y en ¡nNillda
de su hermana, declarara que "habla sido embustera" y que explicara
cómo había producido "aquellos sorprendentes cuanto Inexplicables
fenómenos" añadiendo la retractación pública impresionante de
ambas hermanas. No acabó con ello el esplrltisrno; pero en su tortuo-
sa y peligrosa evolución llegó también a la pretensión inaudita de
proponer una filosotla esplrltualista y una religión positiva. fundadas
ambas en la experiencia de lo esplrltual y de lo religioso vivida en las
reuniones esplrltistas. en las cuales recibian mensajes transmitidos
por los esplrltus y captados por los mediums.
Por eso hemos señalado al espirttisrno corno peligro doblemente
grave e insidioso, ya que entrañaba dos intentos vanos y pemlclosos:
el primero es el· de evocar a Jos muertos y Joos espiritus. buscando una
intercomunicación con ellos provocada sistemática y arbitrariamente,
en reuniones destinadas a ese fin; el segundo es hacer del espiritismo
una religión positiva con su culto propio, basada en el conocbnlento
experimental de la existencia de Jos espiritus y en una doctrina con te·
nida en los mensajes transmitidos por ellos. de contenido flloeófteo
espiritualista según sus fundadores y de contenido rellgloec) que
comienza negando rotundamente la dtftnidad de Nuestro Seik>F Jesu·
cristo y la maternidad divina de Marta Santlslrna.
A ambos intentos querernos referimoS para Ilustrar las mentes de
nuestros fieles, a fin de apartarlos de tales peligros e impedir que
muchos, seducidos tal vez por sentimientOs. en si mismos respeta-
bles, caigan en el delito de complicidad con el Intento de llevar a la
herejla y a la apostasla que formal y expresamente tienen como suyo
la mayor parte de los que actualmente, en nuestra Patria, organizan
el Culto esplrltista.
El espiritismo, como sistema doctrinal, que pretende poner a loe
hombres en comunicación con los esplrltus ultraterrenos, actuaJmen·
te es sumamente complejo y confuso por la multitud de elementos
sobrepuestos a sus prtmeros elementos simples que fueron las ~ti·
clones de las experlenclas de las hermanas Fox. Ya no se trata sola·
mente de las mesas girantes con lenguaje a ~reusión, sino de escri-
turas mlstertosas, fenómenos lul1llrioe6s, levftaetones, aparldones de
fantasmas, materialización de esplritus, adivinaciones y otros fenóme·
nos. Nosotros no entraremos a examinar tales hechos y menos a estu-
diar las diversas y múltiples hlpóte8fs, tales como las del "mtlgnetis·
rno", del "hipnotismo", de la "telepatía", del "periespiritu.., y de las

40
"reencarnaciones• con que, entre otros, se ha tmtado de encontrar
una explicación de tales hechos, admitidos como reales, con demasia-
da credulidad las más de Jas veces, y siempre sin un control cientifico
riguroso. El fraude y la impostura han sido .comprobados, en los fenó-
menos espiritieos, con una frecuencia tan evidente, que no se
comprende cómo no haya mayor cautela y criterios más estrictos en
la admisión ·de los mismos,. como realidades objetivas.
Además de los fraudes de los "mediums" existe siempre la creduli-
dad de los asistentes que llega. a veces. a lo tnverosimtl, siendo lo más
grave la posibilidad siempre real de la autosugestión y aluctnaclón del
"medium• y de los participantes, cuya proclMdad a la misma es más
frecuente de lo que se sospecha.
Este sistema, reducido a ia evocación de los espiritus, cuya inter-
vención hoy se dice multiforme en sus aspectos, es objetable desde el
punto de vista moml por la desorientación que produce en la concien-
cia, la· cual puede llevar hasta el desequilibrio mental.
Desde el punto Ele vista teológiro. debemos señalar que la ¡x-eten-
slón de comunicarse con los muertos y los espirttus, en reuniones
provocadas, es del todo inaceptable para quienes tengan una idea
seria de la Santidad de Dios y de su dominio·sobenmo sobre los espt-
ritus. Los muertos y los espirttus no depeoden de nuestra voluntad y
no estén a nuestra disposición para responder en las reuniones que
intentan evocarlos, siempre que lo quieran sus organizadores.
No aolamente la Biblia, sino ~n la documentación biogr.Ulca
de los Santos nos presenta casos comprobados de aparictlones de
Angeles, de muertos y aún de demorUos, los cuales al presentarse a
los hombres ,lo hlderon con un fin determinado y comprensible .de
ayuclaJ'ke o guiarlos, o para amonestarlos o para tentarlos. Pero estos
easoa, bten reducidos por cierto, ~ realizan en un ambiente bien
distinto del de las reunkloes espititistas.· En aquéllos la atmlJsfera en
que se realizan es de eeriedad que deja entrever cómo sobre Uxlo
domina la voluntad de· Dios que manda o permite tales acontecimien-
tos; en éstos, en cambio, comprobamos un espectáculo de exhibtc16n
a disposle16n del pilblico, que a veces. tiene Jas formas de lo grotesco,
Indigno de la Santidad de Dios y de la dignidad de los én.geles y de los
esplrttus de nuestros muertos.
Comprtndese b6en, pues, por qu~ el juicio de la IgleeJa es termi-
nante y decisivo contra tal evocación de los muertos que siempre ha
repudiado como 111cita. Asl lo estableá6 en la reunión del 27 de abril
de 1917, la Sagrada Congregaci6n del Santo Oficio, habiendo sido
aprobada tal decisi6n por Su Santidad Benedicto XV, el26 del mismo
mes. Propuesta la siguiente cuestión: "Sl es licito asistir a cualesquie-
ra comunicaciones o manifestaciones espirltistas, haciendo uso del
llamado "Medlum" o sin él, con empleo o no del hipnotismo, aun a
aquellas que pareci«en inspiradas en fines piadosos u honestos, ya
sea interrogando a las almas o esptritus, ya sea recibiendo las
reepuestaa o simplemente haciendo acto de presencia, aun con la
protesta tAdta o expresa de que no· se quiere tener parte alguna·con·el

41
demonio". "El Santo Oficio respondi6: negativamente en todas sus
partes".
La razón principal del Decreto mencionado del Santo Oficio que
condena las prácticas espiritistas, sin que en él se examinara el valor
de las manifestaciones espiritistas y sin pronunciarse sobre la natu-
raleza de tales fenómenos, es ésta: la Iglesia se ha preocupado de
alejar a las almas, entre los cuales las hay, en gran número. débiles e
indefensas psiquiea e intelectualmente, de una práctica supersticiosa
y mistertosa que, bajo las apariencias de un espirituaUsmo de mala
ley y de origen bastardo, acaba por destruir el verdadero espirttuaUs-
mo y la verdadera Fe.
Esto es tan cierto que hoy, en nuestra Patria. esta práctica
supersticiosa ha tenido la osadia de presentarse como entidad juridi-
ca, con el intento de promover una Religión que frente a la Religión
Católica califtca de verdadera, siendo asl que expresa y formalmente
niega las verdades esenciales del Catolicismo. Esto seria más que
suficiente para medir la enormidad de tal aberración: pero hoy más,
mucho más. A todo esto se añade la pretensión inaudita y sacrilega
de fundar tales afirmaciones en los mensajes mediúmntcos que habñ-
an sido recibidos del mismo Jesús Nuestro Divino Redentor, de Marta
Santlsima y de San José para desmentir a los Evangelios. a los Padres
Apostólicos y Santos Padres, es decir, a la misma Iglesia y a toda su
tradición que, según el testimonio unilateral inadmistble del. Mediun
que recibe y transmite el mensaje, habña engafiado hasta ahora a la
Humanidad.
Denunciamos, en cumplimiento del deber mAs sacrosanto de
nuestro Ministerio Pastoral, como es la defensa de la Fe y, en este
caso, del fundamento esencial de la misma Fe, este ataque inaudito y
sacrilego contra la Divinidad de Nuestro ~r Jesucristo, conb"a- Ja
divina Maternidad de la Virgen Maria. pRganados en nombre de
supuestos mensajes del mismo Divino Redentor y de San José. ·-
En el número primero del Año 1 -Buenos Aires, julio de 1953- el
Organo de la Asociación Escuela Cientlftca Basilio -Culto Espiritis-
ta- publica en primera página un artlculo central con este titulo:
•Por qué Jesús no es Dios". En el número 9 del mtsmo órgano, lef:mos
el titulo del articulo central que, sobre la 1lgura de San J~. publica a
grandes letras, palabras atribuidas al mismo San José que, audaz-
mente y sin responsabilidad alguna. se atreve a presentar como
transmitidas· por el Espirltu del Venerable José que "fue contrario,
dice. a todo principio dogmllttco• las siguientes pálabms: ·"He sido su
padre (de Jesús) en la tierra como &ay su hermano ·en el espacio".
Flnalmente para que se pueda apreciar hasta dónde llega la total
negación de esta prédica superstidosa bástenos denunciar la stgu:ten-
te afirmación que, entre otras, del articulo señalado como del primer
número, afirma que Jesús "para demostrar al mundo que el hombre
es capaz de rehabilitarse, encarnó "en la mtsma forma· .que sus
hermanos. pero dominó su materia como corresponde a todo esplrJ-
tu•. Añade además: "que Jesús no es Dtos. lo saben todos". He aqul

42
unidas, en una monstruosa promiscuidad, la audacia. la desvergüen-
za, la mentira y el engaño, queriendo protegerse con titulas de escuela
ctentiftca.
Este segundo intento del espiritismo de establecer una religión y
un culto, destruyendo la base misma de la Religión revelada, basando
su prédica en una ftlosofta aparentemente espiritualista y en una
doctrina aparentemente religiosa. transmitida por los espiritus y reci-
bida por los mediums, que nunca podrán ser debidamente controla-
dos, estA asentada sobre arena. es decir, carece de todo fundamento
que merezca respeto y atención. Sin embargo ofrece serios peligros
que hay que evitar a toda costa. El deseo de conocer lo misterioso
pr.esentado con apariencias cientiftcas, el aneblo de un posible nuevo
cootacto con los seres queridos que murieron, la apetencia de lo reli-
gioso, que nunca muere en el hombre, lleva a muchas almas privadas
de conocimientos serios de su religión católica, hasta los locales espi-
ritistas. En ellos. desarmados e indefensos por su ignorancia y por
sus prejuicios, inician una caída en plano inclinado que ~cOmente
puede llegar hasta el abismo de la pérdida de su Fe.
, Para evitar que esto acontezca, advertimos gravemente que quie-
nes dirigen M el Organo de la Asociación Escuela Ctentlftca Basilio•, Ma
esta misma" y Mal Culto espiritista• en nuestro pals, constituyen una
secta religiosa que no solamente enseña gravisimos errores en mate-
ria de Fe, sino que niega la 1nisma Redención por Jesucristo y su
carácter de Hijo de Dios encarnado, nacido de Maria Virgen, Por lo
cual sus dirigentes y fautores y propagandistas incurren en el delito
de herejia y por consiguiente en, las sanciones del Canon 2314 del
Derecho Canónico, el cual, en su parégrafo 1, N9 1, establece que los
herejes incurren en exc:omllllién Mipso facto•, cuya absolución a tenor
del pan\grafo 2 del núsmo canon queda reservada a la Santa Sede de
un modo especial. Añádese, a esto que los miembros de tal Asociación
en cualquiera de sus filialeS que, adema de su adhesión, de su
ayuda y de su asistencia a sus reuniones, hagan profesión interior de
errores - como los sefialados- que se oponen a las verdades de fe,
deftnklas por la Iglesia. incurren también en herejia y por consiguien-
te en las sanciones sefialadas del Canon 2314. Asimismo los que
simplemente asisten, y concurren a las reuniones espiritistas, y con
mayor razón los que dan su adhesión y su ayuda. aunque fuere por
motivos de curiosidad, de satisfacer el anhelo de un posible contacto
con sus muertos, o con el pretexto de comprobar experimentalmente
la existencia de los espiritus, caen en la nota de •sospecha de herejia".
de acuerdo al canon 2316. Por su parte, el canon 2315 dispone que
Mal sospechoso de herejía", que amonestado no hace desaparecer la
causa de la sospecha, debe apartársele de los actos legttimos ... , y si
no ,se enmienda en el plazo de seis meses cumplidos, después de
haber incurrido en la pena, debe ser considerado como hereje, sujeto
a las penas de los herejes", es dectr, Mexcomunión", Mlpso tacto•, cuya
absolución está reservada a la Santa Sede de modo especial".
Aclaradas asi las ,cosas y hechas estas advertencias graves, debe-

43
moa ahora señaJar a nuestroa Saam:lotea· Dtoeeaanos y RegWQes.
principalmente a loe Señores C.ras .Pérroooe, a nuestros oolabonldo--
res laicos de la Acción Católica Argentina y a todas las Instltuekmee
de ApoStolado. en Cualquier de sus fonilas de acción católica "pleno
jure". a 1as· adheridas a la Acción CatóJtca. la parte que deberAn reaU-
zar para que nuestro pueblo adwertklo diligentemente e tastrutdo
debidamente se aparte de tan nefasto peligro y se ponga una valla por
el ml\mlo pueblo a· una invasión veFgoilZDSa disfrazada de ctenUftcta-
mo para sembrar confusiones y negaciones en el orden reltgloeo,
apelando a la libertad de conciencia Y• de pensamiento eontra la Fe
Catbüca.
No bastará dar lectura de éste nuestro doownento en nueatru
Parroquias e Iglesias; ni bastará el comentario ordinario de loe StftO.
res CUras PáiTocos. y Sacerdotes.· Nuestros fieles que &ecuentan Jos
Santos Sacramentos y que asisten a la Santa Mtsa no son loa que
peligran. Los que DO frecuentan nuestras Iglesias, esos son loe que
corren riesgos de ser engaa\ados y arrastrados a la ruina espiritual
por una forma de seducct6n llamaUva. novedosa. que tiene el atracti-
vo de lo misterioso, revesüdo de intelectuallsmo y cientlftsmo y de una
moda que prestigia ante muchos. aunque no parezca. A esae mala8
hay que lJe9ar la luz. Lo podemos hacer. hay que hacerlo sin tardanza
y hay que hacerlo en unidad orgintca. que multiplica el esfuerzo
metódica y eftcazmente y en la disciplina que impone la voluntad de
los Pastores. en noíllbre de la Igletda. Lo podemos hacer y lo debemos
hacer. De nada valdña enterar a loa cat61icos militantes y practleantes
de la gravedad de este problema si permanecemos inactivos. Eatamos
en condiciones de traducir pnkttcamente. en un esfuerzo organizado.
las presentes observadones e lndlcacl.olles. Deberá, pues, ~11arae
una campafia que duran\ hasta fines del año pmDmo. corno c:ampatta
de primer t~rmtno y genend, en toda nuestra Patria. A nt.U!Stn) pedido
la organizará la Junta Central de la kdón Católica Argentina. que es
el órgano de que se· vale el· Eplseopado .Mgentlno para ntabzar lo
actividades de apostolado que indicare.
Todos los órganos Diocesanos COD sus Asesores débertln eecun-
darla y todas las Juntas Parroquiales ron sus Asodactones pmplas y
adheridas, presklidas y conducidas por sus ~ ~utarAn lo
estudiado y planificado. Esta nuestra Carta Pastoml deberé. ser estu~
diada ·en todas nuestras Asociaciones ·de apostolado, para poder
llevaria luego a· todos loe lugares y barrios alejados de nueatru Igle-
slaa. donde hay locales o centros del falso culto esplrttmo. Su dllust6n
deben\ ser amplia y permanente y con todos Jos medios lllÚ edeeua-
dos, de modo que nuestro Pueblo está advertido y pueda reaccionar
por el conoctmtento adqutrido de la verdad.
Si hemos descendido a estos detalles es porque queremoe aetkalar
orientaciones concretas y seguras para: comprobar la eftcacla de \m
trabajo urgente y necesarto, como ea de nuestro deber y derecho: y
con el fin. al mismo tiempo de hacer comprobar a nueatroa sacérck).
tes y a nuestros colaboradores Jateos ·la· ekada del· tmb8jo orgmtco

- - - --··--- -- - -- -
ejecutado con inteligente responsabilidad y de hacerles gustar la
satisfacción del éxito obtenido por la disciplina movida por el cel.>
ardiente de la caridad a Dios y al prójimo y por la Fe confiada y
obediente a las orientaciones de sus Pastores.
Ponemos, desde ahora, estos trabajos bajo el amparo de la Santi-
sima Virgen Maña, Madre del Verbo de Dios encarnado y por eso
Madre de Dios, de la cual proclama Nuestra Madre la Santa Iglesia
que: ·cunetas haereses sola interemisti in universo mundo", ·sola
destruiste todas las herejias en todo el mundo". Confiados en su
protección y en e• auxilio de Dios Nuestro Señor iniciamos Nosotros
mismos, vuestros Obispos, en el nombre del Señor, esta campaña
contra la superstición y la herejia, bendiciéndoles en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espiñtu Santo, Amén.
Esta Pastoral será leida en todas las Parroquias, Iglesias y Orato-
rios de todo el Pais, el Domingo 7 del mes actual en todas las Misas.
Dada el 1 2 de Noviembre en la festividad de Todos los Santos, del
añ.o del Señor de mil novecientos cincuenta y cuatro.

SANTIAGO LUIS CARD. COPELLO, Arzobispo de Buenos


Aires; ANTONIO CARD. CAGGIANO, Obispo de Rosario;
FERMIN E. LAFITIE, Arzobispo de Córdoba; NICOLAS FASO-
UNO, Arzobispo de Santa Fe; ZENOBIO GUILLAND, Arzobispo
de Paraná; ROBERTO TAVELLA, Arzobispo de Salta; AUDINO
RODRIGUEZ Y OLMOS, Arzobispo de San Juan: LEOPOLDO
BUTELER, Obispo de Rlo Cuarto; CARLOS HANLON, Obispo
de Catamarca; FROILAN FERREIRA REINAFE, Obispo de La
Rloja; FRANCISCO VICENTIN, Obispo de Corrientes; ENRI-
QuE MUHN, Obispo de Jujuy; ANUNCIADO SERAFINI, Obis-
po de Mercedes; JOSE WEIMANN, Obispo de Santiago del
Estero; ALFONSO M. BUTELER, Obispo de Mendoza; GERMI-
NIANO ESORTO, Obispo de Bahía Blanca; EMILIO A. DI
PASQUO, Obispo de San Luis; JOSE BORGATI1, Obispo de
Viedma; JUAN C. ARAMBURU, Obispo de Tucumán; ANTO-
NIO PLAZA; Obispo de Azul; LUIS A. BORLA, Vicario Capitular
de La Plata; JOSE ALUMNI, Vicario Capitular de Resistencia

45
~Aíí.t ,.,
rf~fl acton
•Sectas onuevos movimientos rel~iosos ·Desaflos pastorales"
Secretariado para la Unidad de loS Cristfanos

La II Asamblea ~ral Extraordinaria del Sínodo de los Obispos,


convocad4 con ocasión del XX aniversario del Concilio Vaticano Il, en
su Relación FinaL anotaba que "No obstante el secularlsnw, existen
también sfBnós de una vuelta a lo sagrado. Hoy se registran sfBnos de
una nueva hambre y una nueva sed de lo trascendente y divino" (H, A,
1); un hambre y una sed de Dios, que parecen ser el signo dtsttnt1vo de
una civilización que ha descubierto que el corazón del nombre no
puede sér saciado.por ningún bien creado, pero que pone al hombre en
el riesgO. delml.snw modo que el hambre y la sed máterlales, de
buscar el sacfatioo en alimentos engañosos.
Este es el contexto cultural que explica elfen.ómeno de lo que
algún articulista ha titulado "el supermercado de las relfBio~s·. o lo
que n1ás comunmente denominamos "elfenómeno de proUferáción de
las sectas•.
Desde hace unos años, han ido apareciendo numerosos artfculos y
publicaciones sobre el particular. Intentando sobre todo bucear en las
causas de un fenómeno de talTTlD(Jnitud que hace que en nuestro pafs,
en el año 1985, el Registro de Cultos .contabilizara 1930 cultos no
católicos, de los cuales 650 eran erx:ulgélicos y otros 250 espirittstas o
u.mband1stas. Se han dado dtstln~ pareceres sobre el porqué de este
estallido religoso que hace que rrúentras en algunas regiones la Iglesta
carece de Vocaciones, se rrw.lUpliquen por núllares los nueoos
predicadores eoongéllcos; y se va desde las predtsponentes sodo-
cultwales, hasta complejos malabares de economía lntemactonal y
geopolítica.
· Se busca la expUcación alfenómeno, en los millones de dólares
que continuamente fluyen a través de estos grupos hacia América
Latina. en su predominio en los medios masioos de corrw.nicación. en
el tantas veces mencionado informe Rockefeller que recomienda la
tnstrumentalización de los predicadores eiJClTI{IéUcos dentro de un
proyecto de sometinúento de los paises subdesarrollados, en
estruct'uras tales conw la de los Tes(fBos de Jehová y el Instituto
Lingütstico de Verano, o.los Mornwnes, que funcionan conw
eftctentisimos medios de penetración en nuestros paises. Y mientras
nos preocupamos por los innumerables factores adyacentes que
pueden facilitar o diflcultar la tarea evangelizadora de la Iglesia, nos

47
olvidamos que elfactor decisivo en el éxtto de la ldbor apostólica. es fff
Mensqje transmitido de la Verdad, el mismo Crlstd, que es 4flbu. par sl
mismo.
En los albores de nuestra era, los cristianos no emn precisamente
los mejor instruidos. ni k>s que posefanros medios económtcos, ntros
factores del poder político, y ni síqulem la metodologia más elaborada.
sino hombres sincera y profundamente enamomdos de Cristo, que lo
aceptaban realmente como Camino. Verdad y Vida. y que afrontaban
la tarea. encomendada por el Señor antes de su Ascención con la
decisión de quien sabe que la verdad está encermda en la Cruz, y que
nada debe temer; porque El ya ha vencido al mundo. Por esto, creo
personalmente que el problema de las sectas, es un problema
enúnente y primariamente religioso, que al primerfactor que hemos de
atender es a esa "nueva hambre y nueva sed de lo tmscendente y
divino" de la que se nos habla en la Relación Ffnal del Slnodo de 1985,
hambre y sed que conuf.erten en un modo particular a nuestras
comunidades en un terreno fértil y deseoso de reetbtr el núcleo
tmscendente que necesitan, y que st no lo reciben de la Verdad, han
de buscarlo en los dos sustitutos que se les ofrecen: la magia. o el
matertalisrniJ, sea colectfvtsta o consumfsta.
Elfenómeno del estalUdo sectario, debe condUCimos a astuntr con
decisión nuestro deber trrenuncfable de canalizar esa bllsqueda de un
núcleo tmsceftdente brtndando una presentactón renoooda de Cristo,
úntco Camino, Verdad y Vida, cuidando de ctjmr nuestra ejfoocfa en el
mismo Cristo, Palabta Vtva del Padre y en el misterio de su
Misericordia que sale al encuentro del hombre, no en una metodologfa
masytcante que aliene su voluntad, para llevarlo a la libertad plena de
los h.yos de Dtos.
Es nuestro deber irrenunciable, porque este terrenofértil, si no es
cultivado con la Verdad, dará lugar al crecimiento y desarrollo de la
maleza, como de hecho está ocu.rrlendo. de modo que se desarrolla
todo lo que se presen.ta comó una respues. ta a esta búsQueda de
tmscendencki. stn tmportar demastado la validez o no ele la respuesta.
En respuesta (1 ta preocu~n de varios episcopados, man(festada
hace ya tiempo, el Secreta.rl.adó del vttttcano para la Unidad de Tos
Cristianos, en unión con el Secretariado para los No-crtstfanos, el
Secretariado para los No-creyentes y el Pontfftcio Consejo para la
Culturo, enviaron en 1984 una encuesta a las Conferencias Episcopales
y otros 0 rganismos con el propósito de recolectar las informaciones y · ·
materl'a.l disponibles en distintas regiones, a partir de lO cual se ha
elaborado el presente informe, que sólo es una sfntesis global de lo
recibido, cuyo único propósito es servir de estfmulo a futuros trabqjos
de investigación y de ningún modo un documento acaDado.
Es de desear que sujruto sea una revtsión. desde la perspectiva
religiosa, de nuestra tarm evangelizadora, a la luz del interrogante que
plantearon los Obispos en el núsmo Sinodo Extraordt.narlD: "¿Acaso la'
difUsión de las sectas no nos plantea ta cuestión de que a veces no
manifestamos s.u.ftcientemente el sentido de lo sagrado?" (ReL Ftnal H,
A, 1).
Pbro. Osear Gerometta

48
Sectas onuevos
movimientos
lJestfm Petnles
religiosos
Secretaritrlo para k1 Unidad de kJs Cristianos, (ktubre 1985

Prf'ado
Respondiendo· a una preocupación manifestada por las Conferen-
Cias Episcopales de todo el mundo, el Secretártado del Vaticano para
la Unidad de los Cristianos, el Secretariado para los No-cristianos, él
Secretariado para los No-creyentes y el Consejo Ponttftcio para la
CUltura, han emprendido un estudio sóbre la presencia y actlvklad de
las "sectas", de los "nuevos movimientos religiosos", de los ·•cultos".
Estos Departamentos, junto con la Sec:retarta de Estado, han discuti-
do esta preOcupación por algún ttemp6.
Como primer paso en este esttidlo-proyecto, el Secretariado para
la Unidad de los Cristianos, en nombre de los antes mencionados
Departamentos de la Santa Sede, envió en febrero de 1984 un cues-
tionario a las Conferencias Episcopales y a estructura& semejantes,
cex1 la intención de recibir informaciones e indicaciones dignas de
confianza para promover la acción pastoral y para examinar nuevas
lineas de investigación. Hasta la fecha (octubre 1985) se han recibido
nwchas respuestas de las Conferencias Episcopales de todos los
contmCIDtea asi como de algunas e$1Ncturas episcopales· reglonales.
Algunas respuestas incluyen una información detallada de algunas
<tiócesm particulares y van acompañadas de copias de cartas pastora-
les, folletos, artículos y estudios.
EVidentemente es imposible stntet1¿ar la vasta documentación
recibida y que tenc:lm que ser constantemente puesta al dia, como
base para una pastoral constructiva. que responda al desallo p¡esen-
tado por las sectas, los nuevos movimientos religiosos y los grupos. El
presente informe, que está basado en las respuestas y documenta-
d/m rectbt.da, quiere únicamente dar una prtmem Visión gene~

l. iltrGdueción
1.1. ¿Qué son las "sectas"? ¿Qub se enttende por cultos? El
importante reconocer que existen dtftcultades en los conceptos, deftni-
ctones y tenninOiogla. Los términos "secta" y "culto" tienen algo de

49
derogatorio y parecen implicar más bien un juicio negativo. Se. prefie-
ren usar términos más ambiguos e~ •JlUe'VOs mcMinlentos . td.Jglo-
sos", "nuevos grupos religiosos". El problenaa. de la detlnk:ión de eatos
"nuevos movimientos" o "grupos" co~o distintos de "Iglesia~ o "legíti-
mos movimientos denU.·de lá JC~~ ~-matettá: dlseuU~·· .
Ayudará hacer una dt!!lttnctóri entre las ~ctas que ttenen, su
origen en la religión cristiana y las que se basan en otras Jeligiones u
otras fuente~ humanitarias. El problema se vuele más délicado cuan-
do estos grupos tienen un origen cristian9. Es impqrtante, pues,
hacer esta distinción. Sin embargo, algunas mentalidades o actitudes
de secta, por ejemplo la intolerancia o el proselitismo agresivo, no
constituyen ni caracterizan necesariamente una secta. Estas actitu-
des se pueden encontrar también en grupos cristianos o dentro de
algunas iglesias o comunidades eclesiales. Sin embargo, estos grupos
pueden cambiar positivamente mediante una profundización:~ su
formación cristiana y a través del contacto con otros cristianos. En
este sentido, estos grupos pueden crecer dentro de una mentalidad y
actitud mayormente eclesiales.
El criterio para distinguir entre sectas de ortgen cristiano. .por
una parte, e Iglesia y cornwúdades eclestfl]es por otra, se debe fundar
en las "fuentes" de enseilanza de estos grupQS; Por ejemplo, las sectas
podrtan ser aquellos grupos, que además .de la Bibli;l. .~otros
libros "revelados" o "mensajes proféticos", que excluyen de la ,Biblia
algunO$ libros proto-canónicos, o cambian radicalmente su contenido.
Una de las .respuestas a la primera pregunta del cuestionario ~ sido
la siguiente:
"Por razones pri.ctlcas, un ·culto o una secta se definen como
·. · 'algunos grupos religiosos con una concepción del mundo suya
especifica, derivadas de, pero no completamente de acuerdo con
las enseñanzas de las grandes religtones mundiales'.
Aunque nos referimos aqui a determftlados grupos que nonnal-
mente insisten en la libertad del hombre y ide la sociedad en: gene'-
ral, los cultos y sectas también están caracterizados por·un de ter'.:.
minado número de cualidades especificas, que ge~ralmente·
consisten en que ellos son autoritarios, estructuralmente, que &e
sirven de formas de lavado de cerebro y de control mental, ·que
forman grupos que fomentan y alimentan un sentimiento de
culpa o de miedo. Un trabajo de base sobre estas caracteristicas
ha sido publicado por el americano Oave Breese, Know the
Marks ojCults (Vlctor Books, Wheaton, 111., 1985)".
Sean cuales fueren las dificultades para distinguir entre sectas de
origen cristiano e iglesias, comunidades eclesiales o movimientos cris-
tianos, las respuestas al cuestionario han revelado que éXt&te Wla
seria laguna en el conocimiento y comprensión de otras iglesias cris-
tianas y comunidades eclesiales. Algunos incluyen dentro de las
"sectas" a Iglesias y comurudades eclesiales que no están en perfecta
comunión con la Iglesia Católica Romana. Incluso algunos seguidores
de las mayores religionel:l del mundo {hinduistas. budistas, etc.) han
sido clasificadas como sectas.
1.2. En todo caso, aparte de las dificultades mencionadas, casi
todas las iglesias locales advierten el brote y la rápida proltjeradón de
todo tipo de Mnuevas· religiones o pseudomovtmientos religiosos,
grupos y prácticas. Los que responden consideran este fenómeno
como un serio problema, y para algunos constituye una situación
alarmante. Sólo en pocos paises parece no existir problema alguno
(por ejemplo, en los paises con una mayoria islámica).
En algunos casos el fenómeno aparece (en forma de actitudes
sectarias) en el seno de las iglesias principales. En otros casos, éste se
verifica fuera de las iglesias (iglesias libres o independientes, moVi-
mientos mesiánicos o proféticos); o en contra de las iglesias (sectas,
cultos), frecuentemente constltuy&tdoee a si mismos como modelo de
iglesia. Sin embargo, no todas son religlones en su contenido real o en
su propósito último.
1.3. El fenómeno, que se desarrolla rápidamente y con frecuencia
con mucho éxito posittvo. plantea problemas pastorales. El más inme-
diato es saber cómo comportarse con un miembro de una familia
católica que está comprometido con una secta. El párroco o el agente
pastoral, o el consejero, generalmente se ponen en contacto primero y
ante todo con los padres o amigos de dicha persona. Muchas veces se
puede acercar uno a esta persona Sólo indirectamente. Existen casos
en los que se puede contactar directamente a la persona. Se necesita
tener una experiencia y una habilidad psicológica para poder ofrecerle
una guia, o para aconsejar a un ex miembro a reintegrarse en la
sociedad y en la Iglesia. ·
1.4. Los grupos que son más afectados. Los grupos más vulnera-
•. bles en la Iglesia, especialmente los jóvenefl, parecen ser los mayor-
mente afectados. Cuanto más Msueltos" anden, ociosos, sin tomar
parte activa en la vida y organización de la parroquia. o provengan de
una familia con bases no estables, o pertenezcan a grupos étnicos
minoritarios, o vivan ·en lugares lejanos del influjo de la Iglesia, etc.,
tanto ffiás posible es que los quieran atrapar los nuevos moVimientos y
sectas. Otras sectas parecen atratdas principalmente por gente de
grupos de media edad~ Otras sacan sus adeptos de familias acomoda-
das y cultas. En este contexto, ~ tiene que mencionar los campas
universitarios, que son generalmente terreno favorable de adoctrina~
ción para sectas o lugares de reckif.amfento. Por otra parte. una rela-
ción dificil con el clero o una situación matrintonial irregular, puede
llevar a una ruptura con la Iglesia y una agregación a un nuevo grupo.
Pocos se unen a una secta p6r malas razones. Quizás la oportuni-
dad más grande de las sectas es atraer a la gente buena y por buenos
motiVos. En efecto, ellos obtienen el mejor éxito positivo cuando la
sociedad o la Iglesia no les han ofrecido uria búena motivación.
1.5. Las razones de lqs ~tos positivos entre los católicos son
diversas y se pueden catalogar a diferentes niveles. Están, primera-

51
mente; en intima relación con las necesidades y asptradones que.
aparentemente, no alcanzan dentro de la Iglesia. Están relacionadas
con el reclutamiento y técnicas de educación de las sectas. Pueden
ser externas ya sea a las principales Iglesias o a los nuevos grupos:
ventajas económicas, intereses o presiones políticas. simple curiosi-
dad, etc.
Se puede dar una valoraceón adecuada de estas razones, sólo
dentro del contexto particular en el que,surgen. Asi pue&, los resulta-
dos de una evaluación general(y.e~J precisamente lo que trata de ofre-
cer este informe) pueden y en e~tte caso deben revelar una serie
completa de razones "particulares", que como telón de fondo. llevan a
algunas más "universales". La razón puede que esté en la creciente
dependencia mutua eu el mundo de hoy.
Una estructura de.spersonaUzante parece ser el fenómeno sinto-
mático de la sociedad contemporáR.ea, largamente producida en el
Occidente y ampliamente exportada al resto del mundo, lo cual ha
creado diversas situaciones de ~is en el individuo como tal y dentro
del nivel social. Estas situaciones de crisis ponen de manifiesto varias
necesidades; aspiraciones y problemaS que exigen separadamente
una respuesta psicológica y espiritual. Las sectas gritan a veces que
tienen y que proporcionan estas respuestaS. Y lo hacen ya 5ea a nivel
afectivo como a nivel intelectual, respondiendo frecuentemente a las
necesidades afectivas en cuanto que adormecen las facultades
cognoscitiva&. . .
Las aspiraciones o. necesidade¡; de base se pueden de$Cribir como
manifestaciones del deseo humano de integridad y annonia, participa-
ción y realización en todos los niveles de existencia y ex¡)eriencia
humanas; como muchas tentativas de ir al encuentro de la aspiración
humruta de verdad y del conocimiento de valores constitutivos que, en
un determinado momento (ya sea colectiva o Individualmente), la
historia parece haber escondido, quebrantado o perdido á la gente que
está expuesta a rápidos cambios, a tensiones agudas, a miedos, etc.
1 ~. Las respuestas al cuestiqn;n:lo muesqan que el fenó.meno se
debe considerar no sólo como una amenaza a la Igle~a (~i bien
muchos de Jos que han respondiqo consideran el proselitiSmo agresi-
vo d~ algunas sectas como el mayor problema), sino, por el contrario,
como un desafio pastoral. Algunas .respuestas insisten en que. preser-
vando siempre nuestra propia integridad y honradez, deqeríamos
tener presente que éada grupo r~so tiene el derecho de profesar
su propia fe y de vivir de acuerdo ,con su propia conciencia. Insisten
igualmente que al estudiar a los determinados grupos. tenemos que
proceder de acuerdo con los principios de di~ogo religtoso, propuesto
por el Concilio Vaticano II y por otros documentos de la Iglesia. Así
pues, es un imperativo recordar el respeto debido a cada indMduo. y
nuestra aetltud para con los creyentes convencidos tendríá que ser d~
apertura y comprensión y no de condena.
Las respuestas al cúestidharto nrt:restran una gran necesidad de

52
información y educadón de los creyentes y de un diálogo pastoral
renovado.

2. RtiZOfleS dt ltl tlifusiÍl de dicftos ~o grupos


Las situaciones de crisis o la vulnerabtUdad general puede revelar
y /o producir necesidades y aspiraciones que proporcionan motivacio-
nes de base para dlrtgirse a las sectas. Están presentes a nivel afecti-
vo y a nivel cognoscitivo y están en relación con el carácter, es decir,
centradas 'en el "yo" en relación con •otros" (social), con el pasado,
presente y .futuro (cultural, existencial), con lo trascendente (religio-
so). Estos niveles y dimensiones son interrelacionales. Estas necesi-
dades y aspiraciones se pueden agrupar bajo nueve capitulos,
aunque, en casos indMduales, se entrectuzan con frecuencia. En
cada grupo de ·aspiraciones" indicamos lo. que las sectas parecen
ofrecer. Esto puede ser la causa principal de su éxito positivo, pero se
debe tener también en cuenta las prácticas de reclutamiento y las
técnic-as de instrucción de muchas sectas (cfr. 2.2.).
2.1. Necesidades y asplracioa-. ¿Qué parecea ohc:er las sec:tu?
2.1.1. La búsqueda de pertenencia (sentido de conumidad). La
estructura de muchas comunidades ha·stdo destruida, el estilo tradi-
cional de vida ha sido hecho pedazos, los hogares se han disuelto, el
pueblo se siente desarraigado y solo. Por lo tanto. hay necesidad de
pertenecer.
Los términos usados .en las respuestas: pertenencia, amor, comu-
nidad, comunicación, ardor, preocupación, cuidado, ayuda, amistad,
afecto, fraternidad, solidaridad, encuentro, diálogo, consolación, acep-
tación, comprensión, compartir, en~ferro, mutualidad, estar juntos,
seguimiento, reconcUiación, toletáncia, ralees, seguridad, refugio,
protección, salvaCión, amparo, casa.
Las sectas parecen ofrecer: calor humano; cuidado y ayuda en
común"Idades pequetras y compactas, compartiendo propósitos y
compai\erismo; atención por el indtv'lduo; protección y seguridad,
especialmente en situaciones de crisis; re-socialización de los lndM-
duos marginados (por ejemplo, divorciados, migrantes); las sectas
piensan frecuentemente por el individuo.
. 2.1.2. Búsqueda de .respuestas. En las situaciones complejas y
confusas, las personas naturalmente, buscan una respuesta y una
solución~
Las sectas parecen ofrecer: respuestas simples y confeccionadas
para los problemas y situaciones complicadas: versiones parciales o
simplificadas de las verdades y de los valores tradicionales; una teolo-
gia pragmrttica; una teologta triunfante; un sincretismo teológico
propuesto como "nueva revelación", ·nueva verdad", para un pueblo
que frecuentemente conseva poco de la "vieja verdad·: dtrectrlces
claras; llamamiento a la superioridad moral; experimentación de
elementos ·sobrenaturales":

53
2.1.3. La búsqueda de tntegrtdad (holismo]. Muchas personas
sienten que no se encuentran más consigo mismas, con los demás,
con su cultura y su contexto. Se sienten abatidas. Han sido dañadas
por los familiares o maestros. JXIl" Ja lglcsla o la sociedad. Se $ienten
excluidas. Buscan un ideal religioso que pueda armonizár siempre y
en todo lugar; un culto que deje espacio al cuerpo y al alma, a la
participación, a la espontaneidad, a la creatividad. Quieren ser salva-
dos, incluso corporalmente (las respuestas de Africa insisten particu-
larmente en este aspecto).
Los términos usados en las respuestas: salvación, integridad,
integración, totalidad, armonia, paz, reconciliación, espontaneidad,
creatividad, participación.
Las sectas parecen ofrecer: una experiencia religiosa. gratificante,
ser salvados. conversión, lugar para experiencias y emociones para la
espontaneidad (por ejemplo en las celebraciones religiosas), salvación
corporal y espiritual. ayuda para los problemas de droga y alcoholismo.
2.1.4. Búsqueda de una identidad cultural. Éste aspecto está inti-
mamente unido con el número anterior. En muchos paises del Tercer
Mundo, la sociedad se encuentra muy diSociada de los valores cultu-
rales (y religiosos• tradicionales y, de ~ste modo, de la fe tradicional.
Los términos usados con frecuencia en las respuestas son: incul-
turación/encamación, enajenación, modernización.
Las sectas parecen ofrecer: amplio espacio para la herencia cultu-
ral/religiosa tradicional, creatividad, espontaneidad, participación,
una forma de oración· y de predicaCión muy cercana a los rasgos
culturales y aspiraciones del pueblo.
2.1.5. Necesidad de ser reconocido, de ser especial. La gente sien-
te la necesidad de salir del anonlm¡ito, de construirse una identidad,
de sentir que ellos son algo espectal y no simplemente un número o
un miembro anónimo de una multitud. Parroquias enormes y congre-
gaciones, están orientadas a la administración y al clericalis:p1o,
dejando poco espacio para el encuentro .con cada persona individual-
mente y en su situación vital. · ·
Términos usados en las respuestas: autoestima, afrrmación, opdr-
tunidades, importancia, participación.
La!$ sectas parecen ofrecer: interés por el indMduo; oportunida-
des iguales para el ministerio y la dirección, para la participación.
para el testimonio, para la expresión; descubrimiento del propio
potencial personal, oportunidad de formar parte de un grupo selecto.
2.1.6. La búsqueda de la trascendencia. Esto manifiesta una
profunda necesidad espiritual, uq,a motiyac16n .inspirada por Dios
para buscar el aspecto trascendente de lo obvio. lo inmediato. lo fami-
liar, lo controlable y lo material. para buscar una respuesta a las últi-
mas cuestiones de la vida y para creer en algo que pueda cambiar la
propia vjda en un momento determinante. Esta necesidad espiritual
manifiesta un sentido de misterio, de lo misterioso, un interés por lo

54
que debe venir, un inte~ por el mesianismo y el profetismo. Much::!S
veces las· personas en cuestión desconocen lo que la Iglesia puede
ofrecer. o están desilusionadas; por lo que ellas consideran una insis-
tencia unilaterial sobre la moralidad, -<> están desilusionadas de los
aspectos institucionales de la Iglesia. Una respuesta. hablando de los
candidatos dice:
"La pesquisa sugiere que una mayóría de la población, si interroga-
da, admturá que ha tenido algún tipo de experiencia religiosa o
espirítual. y dirá que ésta ha cambiado su vida hacia una determi-
nada dirección, y añadirá que jamás ha hablado con nadie de esta
.••. experiencia... Muchos jóvenes dicen que tenian miedo de que se
rten:m de ellos o que les consideraran unos raros si hablaban de
una experiencia espiritual o rcligi.Qsa. o que frecuentemen~ han
tenido dificultad en encontrar sacerdotes con quienes hablar. cuán-
to más re~ponder SQ],>re su~,problemas más importantes y últnnos".
Los ·términos usados en las respuestas:· trascendencia, sagrado.
misterio, mlsttco, meditación, celebracl6n. veneración. ve«lad, fe,
esptrttualldad. significado, finalidad, valores. stmbolos. oración, liber-
tad, despettamlento,·convicción.
·· ·Las sectas parecen ofr!!cer: I~ Biblia y la educación bíblica; un
sentido de salvación; gractas del E$pírltu; meditación, realización
espirltt.ial.Aigunos grupos ofrecen'no s61o permisWtdad para expresar
y eXplorar las cuestiones en un cont~o social"séguro", sino también
un lenguaje y conceptos· para re~lo, asl como .la presentación de
un claro. y relativamente poco claro, grupo de respuestas. . ,
2.1. 7 Necesidad de wta guía espirituaL. Puede ser la falta de una
ayuda familiar en el hogar del candidatQ o falta de guia. paciencia y
cuidado personal por parte de los educadores y lideres eclesiales.
Términos usados: guía. devoción, compromiso, afirmación, gurú.
Algunas sectas parecen ofrecer: guía y orientación a través de un
fuerte liderazgo carismfltico. La figura del maestro. líder, gurú, juega
un papel importante en la cohesión de los disclpulos. Al mismo tiem-
po no existe sólo sumisión sino abandono emocional. y siempre una
devoción casi histérica hacia un lider espiritual (Mesiah, profeta,
gurú).
2.1.8. Necesidad de visión. El mundo de hoy es un mundo ínter-
dependiente de hostilidad y conflicto, de violencia y temor, de destruc-
ción. La gente se siente preocupada por el futuro. con frecuencia
desesperad$. sin ayuda, sin esperanza, sin fuerza. Añoran algunos
signos de esperanza por un camino diferente. Algunos tienen un
deseo, vago, de construir un mundo mejor.
. Términos usados: visión, despertamiento, compromiso. novedad,
orden nuevo, un camino diferente, alternativas, fmalidad, esperanza.
Lo.s sectas parecen ofrecer: una "visión nueva" de uno mismo, de
la hwoanidad, de la historia, dcl cosmos. Prometen el comienzo de
una éÍ>oca nueva, de una nueva era.

55
2.1.9. Neoesidtul de parttdpacllm y oompromiso. Eete aapeeto
está intimamente unido con el precedente. Muchos candidatos sien-
ten no sólo la necesidad de poseer una visión del presente mundo-
sociedad y acerca del futuro, sino que quieren participar tambtm en
la toma de decisiones, en la planeactón, en la realización.
Los términos usados son: participación, testimonio activo, cons-
trucción, élite, compromiso social.
Las sectas parecen ofrecer: una misión concreta para un mundo
mejor. un llamado a una dedica<;Jón total, a una participac16n a los
más altos niveles.
Se puede constatar por este resumen, que la8 sectas parece que
VIven lo que creen, con una fuerza (frecuentemente magnética), con
convlcctón, devoción y compromiso, saliendo al encuentro de la perso-
na para llevarla a donde ellos están, afectuosa, personal y directa-
mente, sacando al tndtvtduo del anonimato, promovtendb la participa-
ción, la espontaneidad; la responsabilidad, el compromiso... y
practicando un intenso seguimiento mediante múltiples contactoe.
VIsitas. a las casas y continua asistencia y gula. Ellos ayudaa a retll-
terpretar la propia experiencia, a considerar <k nuevo loe propios
valores y a llegar a las últimas consecuencias en un sistema que
co¡nprende todo. De ordinariO hacen un_ CQ~vencido uso de la palabra:
predicación, literatura. ¡nediO$ de comunicación {para los grupos cris-
tianos. una Insistencia particular en la Biblia). FrecuentemeJJ.te estén
convencidos tambtm del ministerio de la ~Ión. En una palabra.
se presentan a sl mismos como la única respuesta, la •buena nueva•
en un mundo caótico.
Ast púes, si bien &Jtas son generalmente las notas de los éxitos
posltlws de las sectas, existen tam~n otras razones, como el ~­
tamtentoo y las técnicas de fonnaclón y procedbnientos de lnstrucd6n
usados por algunas sectas.
2.2. Reclutomi.ento, técnicas de jonno.cfón y procedimiento de
tnstrucctón. Algunos reclutamientos., técnicas de formación y procedi-
mientos de instrucción practicados por un número de sectas y cultas.
que generalmente son muy sofisticados, forman parte de los éx1to8
positivos. Quienes son generalmente atraidos por tales medidas.
desconocen, en primer lugar, que este acercamiento ha sido prepara-
do generalmente con antelactón, y, en segundo lugar, Ignoran Ja natu-
raleza de esta convoerslón manipulada y de estos métodos de forma-
ción (manipulación social y psicológica) a los que eUos estt.n
sometidos. Las sectas Imponen con frecuencia sus propias normas de
pensar, de sentir y de creer. Esto estA en neto contraste con el m!tcdo
de la Iglesia, que requiere pleno conocimiento y capacidad.
Tanto j(wenes como adultos, que no tienen bases 86lkbls, son
victlma f.1ctl de estas técnicas y ~todos, que frecuentemente son una
comblnacl6n y meztla de afecdlm y decepdhn (por ejemplo el
"bombardeo de amor·. el •test de la personalidad• o el •abandofto,.
Estas técnicas comienzan con un dWogo positivo, pero gradualmente
van adq'*lendo un determinado tlp) de control mental con el uso de
t&:nkas ·eJe cambio abusivo de conducta.
·Se han enumerado los siguientes elementos:
hábil proceso de lnldadón del convertido y gradual descubrt-
mieato de lo que sus anfitriones son en realidad:
técnicas dominan*: "bombardeo. de amor", ofrectendoc~
comida gratuita en un centro Internacional para amigos",
técnica de .las "fiestas-pesca• (prostttucl6n como m6todo de
reclutamiento):
se bnponen respuestas y decisiones ya hechas a los alistadoir,
adulación:
dtstribuci6n de medicinas y dinero;
ex:igeucia de una abnegacl6n incondicional altnicb.tor, llder.
aislamiento: control del proceso racional del pensamiento,
eltmlnadón de lnformact6ft. e influjo externo (famtUg, amtgoe,
periódicos, revistas, televisión, radio, visitas ~s; etc.),
que puedan romper el hech= de este compromiso y el proceso
de astmllación del seBtlmlento y de las actitudes y modelos del
creyente:
procesamieiJto a los reclutados, lejos de sus vtdas pasadas,
Insistiendo sobre un pasado comportamiento deavlado, como
el uso de la droga, desvtactones sexuales. jugando ~ las
taras psicológicas y sus relaciones sociales dlficlles, etc.;
12todos que alteran las conctenclas y producen disturbios
tnteJectuales, bombardeos intelectuales; uso de softsmas; siste-
mas Jogtsttcos cerrados, restrlccl6n del pe:naamtento reflexivo;
manteniendo al reclutado constantemente ocupado y nunca
solo; exbortad6n y entrenamiento constantes para llegar a un
status espJrttual exaltado: alteración de la conciencia~ sumi-
sión automática a las dlreeUYas; supreslón de la resistencia o
negatividad; responder al miedo que lleva a un miedo mayor:
importancia atribuida al lider: algunos grupos rebajan la de
CriMD para aumentar la del llder (es el caso de algunas eectas
"crisüanas")

3. Desofros 1ertfoques pastoral5


La crisjs de las estructuras sodales y tradicionales, de los mode-
kls culturales y de los grupos tradictonales de valores, cauaada por la
tndustrtaltzaci6n, la urbanlzact6n, la m1grad6n, el mpldo clesarroUo y
1m sistemas de comunkaclón, los sistemas racionales tecnocriltlcos.
etc., han dejado a muchos Individuos confu,1dldos. desanalgados.
inaegtmla y por lo tanto, vulnerables. Natumlmente, se ha tratado de
buscar tma adudón a esta situación que fuese la mas stmple y la
mejor. Ex:tate también la tentación de ac:eptar la solución como tma
respuesta única y ftnal.

57
Del análisis de las respue$taa se pueden enumerar algunos sinto.
mas de la pat91ogía de muchas sociedades modernas. Muchas perso-
nas sufren por esto. Se sienten jnquietos con ellos mismos (crisis de
identidad), por el futuro (desempleo, peligro de la guerra nuclear).
Problemas acerca de la verdad y su fundamento; incertidumbre y falta
de confian7.a en la politica; dominio económico e ideológico; significa-
do de la vida, de uno mismo y de los demás, de los acontecimientos,
de las.situaciones, de las cosas, del más allá
No tienen una directiva: falta de orientación, falta de participación
en la toma de decisiones, falta de respuestas reales a ~us problemas
reales. Tienen miedo a causa de las varias formas de violencia,
coDflicto, hostilidad. miedo de un desastre ttológico, de la guerra y
del holocausto nuclear, de los conflictos sociales, de la manipulación.
Se sienten frustrados, sin bases. -sin casa ni hogar, desprotegidos
y sin. sostén. y consecuentemente sin motivación, abandonados en la
familia. en ,Ja escuela. en el trabajo, en los campos unl\lerSitartos, en
la sociedad: perdidos en el anonimato. en el aislamiento, en. la margi-
nación, en la enajenación, es decir, se dan cuenta de que no pertene-
cen a nada, de que son malentendidos, traicionados, oprimidos,
decepclo~os, ignorados, no valorizados. no escuchados, no acepta-
dos, no considerados seriamente.
Están deeilusionados de la sociedad· tecnológica, militar, de las
grandes empresas, del trabajo, de la explotación de los sistemas
educativos, de las leyes y prácticas eclesiásticas, de la politica del
gobierno.
Posiblemente hayan aprendido a considerarse a si mismos como
"agentes" conscientes, no inútiles conductores u oportunistas que se
buscan a si mismos, pero con frecuencia no saben ni qu~ hacer ni
cuándo actuar.
No aUnan con los varios tiempos "intennedios" (entre la escuela y
la universidad, entre la escuela y el trabajo, entre el matrimonio y el
divorcio, entre un pueblo y una ciudad}.
Se vacian, se vuelYen indiferentes. agresivos o si no se convierten
en candidatos.
En reswnidas cuentas. se podrla deck' que estos slntomas consti-
tuyen frecuentemente formas de alienación (de uno mismo, de otros.
de sus origenes, de su cultura, etc.). Se podria decir que las necesida-
des y aspiraciones manifestadas en las respuestas. al cuestionario
muchas veces no son más que la búsqueda de una "presencia" (para
consigo mismo. para con los demts, para con Dios). Quienes se sien-
ten perdidos. quieren ser hallados. En otras palabras, existe un vaclo
que extge ser llenado, que está dentro del contexto en el cual se puede
entender no sólo el criticismo hacia la Iglesia, que ya contiene
muchas respuestas. sino ante todo los problemas pastorales y los
enfoques propuestos. Las respuestas al cuestionario evidencian
muchas defidendas e insutlctenctas en el actual comportamiento de
la Iglesia. que puede facilitar el éxito positivo de las sectas. Sin
embargo, sin insistir demasiado sobre esto, queremos ante todo hacer

58
hincapié ~n los enfoques paato~s ~os. que han sido sugeriQos
Q pedid015 ex.pliciUm:tente. Si se llevara a cabo. el desafio de las sectas
podria ser ~ estim~ ~ una renovación espiritual y eclesial.
3.1. Sentido de comunidad. Casi todas las respuestas piden una
revisión (al menos en muchas stt~ciones ·loeales} .del tradicional
"s~tema parroquial comunitario", urnt búsqueda de objetivos comuni-
tarios, que ~an más fraternos, más "a medida de homb.-e", más
adaptados a las condiciones de vida de las personas; más "comunida-
des eclesiales de base": C9nstituy«mdo comunidades de fe, amQr (calor,
aceptación, entendimiento, reconciliación, intimidad, fraternidad}, y
esperanza: comunidades que celebren, comunidades que oren, comu-
nidades misioneras: que vayan adelante y den testimonio; comunida-
des abiertas y que quieran ayudar a personas con problemas especia-
les: dWQn:iaclos y "vueltos a casar", marginados.
3.2.1Dformaci6n yformael6n permaDente. Las respuestas Insis-
ten particularmente en la necesidad de evangelización, catequesis,
educación y educao4ón permanente en la fe -bíblica, ·teológica,
ec~ca- de!l creyente, a nivel de comunidad local y del clero y de
todos aquellos que es~n comprometidos en·la formación. (Una
r~puesta pedía "cllrSO$> de re1lextón" para profesores, jóvenes lideres,
clérigos y religiosos). El proceso continuo tendrla que ser tanto infoc-
mativo, con infocmactón acerca de toda nuestra tradición católica
(creencias, prácticas espirituales, meditación, contemplación, etc.),
acerca de otras tradiciones y de otros nuevos grupos religiosos. etc.,
cuanto formativo, que guíe en la fe personal y comunitaria, con un
profundo sentido de lo trascendente y escatológico, del compromiso
religioso, del espíritu comunitario, etc. La Iglesia no deberla ser
únicamente un signo de esperanza para el pueblo, sino que tendría
también -que dar las razones de esta esperanza. tendria que ayudar a
plantearse los problemas, pero al mismo tiempo a resolverlos y a
darles una respuesta. En este proceso se debe dar una importancia
principal a las Sagradas Escrituras. Se deberla hacer un uso mayor y
mejor de los medios de comunicación soctal.
3.3. Enfoque penonal y total (integro, holistlco). La gente debe
ser ayudada a conocerse a sí misma como única, a ser amada por un
Dios personal y con una historia personal; desde el nacimiento, a
través de la muerte, hacia la resurrección. La "verdad antigua"
tendrla que convertirse continuamente en la "veroad nueva", a través
de un auténtico sentido de renovación, pero con criterios y mentali-
dad que no puedan sacudir cada "novedad" que les salga al paso. Se
tendria que poner una atención ~cial en la dimensión expeliencial,
es decir, en el descubrimiento personal de Cristo a través de la
oración y dedicación (vgr. los movimientos earismáticos "nacidos de
nuevo"). ¡Muchos cristianos se comportan como si Jamás hubiesen
nacido! Se debe prestar especial atención al ministerio de Ja salvación,
mediante oractonef$, reconcUiactón, intimidad y cuidado. Nuestra

59
preocupación pastoral no teftdrla que ·Sf!r únicamente unkllmensto-
nal, sino que se tendña que extender no s6lo a las eosaa e$plrltuales,
sino también a las dfmensiones ftslcaa, pslcolOglcas, socbtles, cultura-
les, económicas y políticas.
3.4. 14eatidad etlltural. El problema de la inculturaetón eS
fundamental. Las respuestas que Vienen de Afrlea insisten particular-
mente en que se sienten como ext:raftas a las formas occidentales de
culto y ministerio, que con frecuencia adoleeen de stgntflcado para el
ambiente cultural del pueblo y para la situación real. Una respuesta
declara:
"Los africanos quieren ser cristianos. Les hemos dado ak>jamiento
pero no hogar. Ellos piden un cristianismo sencillo, integrado en los
aspectos de su Vida eotidiana, en stts sufrimientos, alegrfáS,. trabajo,
aspiraciones, miedos y necesidades de Afrtca. tos jóvenes ~nocen
en las lalesfas.indepencUentea una ~ au~ntlca de la tradición de
Afrtca. de práctica religiosa•.
3.5. Oracl6a y culto. Alguien sugiere una revisión del elésteo
·sAbado-noche/domingo por la mañana.. como· modelo de vk:lá·litittgt;.
ca, que frecuentemente es extra00 a la sttuadón de la vida dlarta. ·Se
debet1a descubdr nuevamente la pálabra de Dios como un Importante
elemento para construir la comunidad. La .recepcl6n.. tendrta que ser
recibida atentamente como •conservación·. Deberla haber espacio
para una gozosa creatividad, fe en la inspiración cristiana, capacidad
de -.llftnclón·. un mayor sentido de celebración comunitaria. Asl
pues, la lneulturacl6n es una exigencia (con el debido respeto por la
naturaleza de la liturgia y por la exigencia de untversalidad).
Muchas respuestas insisten en la dimensión blbllca de la predica-
ción, en la necesidad de hablar ellengu* del pueblo, en la neeesidád
' de una preparación esmerada de Ja predlcac16n y de la lltwgla (siem-
pre y cuando eea posible, dada por un grupo que Incluya la participa-
ción de los lakos). La predicación no es una: simple teorlzacl6n, lnte-
lectua1Jzacl6n y moralización, sino que presupone el testlmonto de
vida del predicador. La predicación, et· culto y la oración comtinltar1a
no tendrlan que ser COilflnados ne(.'e88.1iamente a los tradlcloaales
lugares de culto.
3.6. Particlpad6a y llderaqo. Muchas mJPUe&tas hacen n•'tar la
creciente disminución de sacerdotes, religtosos y religtosas, lo cual
exige una mayor promoción de la dtvel'81ftcaclón de ministerios y tma
formación constante de lideres latcos. Qutzás se tendrla que poner
mayor atenct6D en el papel que pueden deeempetlar los laicos en el
contado con las sectas -o, al menoe. con los que son atratdos por las
Metas-, quienes, dentro de Ja Iglesia y en colaborá<:Km con· sus
~stores, ejercitan un verdadero liderazgo. tanto esplrttual como
pastoral. No se deberla considerar a los saeerdotes como administra-
dores, empleados o juetes, sino mAs bten· como· hermanos gulas,
eoaeejeros y hombres de oración. Frecuentemente ee ha establecido
una distancia entre el fiel y el obispo, o' entre los obispos y sus sacer-
dotes, que se debería dimensionar. El ministerio del obispo y del
sacerdote es un ministerio de unidad y comunión, que tiene que ser
visible para el creyente.

4. Conclúsión
En conclusión, ¿cuál tiene que ser nue!$trQ actitud. nueetro acerea-
miento a las sectas? Evidentemente, no es posible dar una respuesta
escueta. ¡Son tan diversas las misllla$ sectas! ¡Son tan diferentes las
situaciones religiosas, cultural, social! Nuestra respuesta no podrá ser
la misma cuando comkleramos a las sectas en relación con los ~que no
pertenecen a iglesia alguna", los no bautizados o los no creyentes, y
cuando analizamos el influjo que tienen sobre los cristianos bautiza-
dos, especialmente sobre católicos y ex católicos. Los que nos respon-
den están, naturalmente, más interesados por este último grupo.
Es obvio que también nosotros no podemos ser simples concilia-
dores. Hemos analizado suftcientemefJte la acción de las sectas para
darnos cuenta de que las ~ctitudes y los métodos de algunas de ellas
pueden ser destructores de las personalidades. quebrantadores de la
familia y de la sociedad, y de que sus principios tienen que ser remo-
vidos con la enseñanza de Cristo y de su Iglesia. En muchos países
sospechamos, y en algunos casos estamos ciertos, de que una potente
fuerza ideológica. asi como intereses eeonómicos y politlcos están
trabajando a través de las sectas, que son totalmente extraños a un
genuino interés por lo "humáno", y se siiven de lo "humano" para
ftnes y propósitos inhumanos.
Es necesario informar a los fieles, especialmente al joven, para
qtie esté alerta, proporcionarle una ayuda profesional, aconsejarlo,
darle una asistencia y protección legal. A veces tendrianlos que acep-
tar y aun apoyar medidas que el Estado puede adoptar dentro de su
propia esfera.
Sabemos también por experiencia que es generalmente lábil o
imposible un di¡\logo con las sectas, y que éstas no están únicamente
cerradas al diálogo, sino que puedert constituir Un serio obsb\culo
para la educación ecuménica, alli donde son activas.
Ahora bien, si queremos ser sinceros con nuestra fe y con nues-
tros principios (respecto de la persona humana, respecto de la liber-
tad religiosa, la fe en la acción del Esptritu que trabaja en los impene-
trables designios del amor dMno para toda la humanidad, para cada
individuo, hombre, mujer y ntfío}; no podemos contentamos simple-
mente con condenar y combatir las sectas, o hacer que se prohiban o
expulsen, o •rescatar" a determinadas personas contra su propia
voluntad. El •desafio" de los nuevos movimientos religiosos consiste
en esttmular nuestra renovactón para una mayor eficacia pastoral.
Esto significará seguramente desarrollar dentro de nosotros
mismos y dentro de nuestras comunidades, aquel esplritu de Cristo,

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que.nos pennitaentencler "quiénes son", y, cuando sea posible, tratar
dé dirigirnos a ellos con amor cristiano.
Debemos perseguir estas flnalidades, permaneciendo fieles a la
verdadera enseñanza de Cristo de amar a todos, hombres o mujeres.
No podemos permitir que una preocupación por las sectas disminuya
nuestro celo por un verdadero ecumenismo con todos los cristianos.

5. Invitación del Sínodo 1985


5.1. El Sinodo Extraordinario de los Obispos de 1985 que se
acaba de celebrar, confirma y promueve el Concilio Vaticano 11. y ha
dado algunas orientaciones respecto a la renovación de la Iglesia de
hoy. Estas orientaciones, que estAn dirigidas a las necesidades gene-
rales de la Iglesia, son también una respuesta a las necesidades y
aspiraciones que algunas personas encuentran en las sectas (3.1.).
Subrayan e insisten en los desaftos pastorales y en la necesidad de
una planificación de la pastoral.
5.2. La Relación Final del Stnodo pone de relieve que la situación
mundial estA cambiando y que los signos de los tiempos se tienen que
analizar continuamente 01 D7). Se reconoce que existe hoy en dta un
retomo a lo sagrado, y que algunos candidatos satisfacen su necesi-
dad de lo sagrado a través de las sectas (11 Al). .
Con fr!!cuencia se considera a la Iglesia sólo como una institu-
ción, qutz{ts porque ella da demasiada Importancia a su estructura y
no trata de llevar suficientemente al pueblo hacia Dios en Cristo.
5.3. Como solución global al presente problema, el Sínodo invita a
un estudio y a un conocimiento integral del Concilio, a una astmlla-
ción interior del mismo y a un llevarlo a la práctica. La Iglesia tiene
que ser vivida y entendida como misterio (11 A. cfr. 3, l. 6.1.) y como
comunión (11 B; cfr. 4.1., 4.6). La Iglesia tiene que comprometerse a
ser siempre más y en forma más completa signo e instrumento de
comunión con Dios y de comunión y reconciliación con los hombres O
A2, cfr. 4.1, 3.1.6.). Todos los cristianos están llamados a la santidad,
es decir, a la conversión de corazón y a la participación a la vida trini-
taria de Dios (11 A4; cfr. 3.1.1. 3.1.5.). La comunidad cristiana tiene
necesidad de gente que viva una santidad realista e injertada en el
mundo. Y ya que la Iglesia es comunión, tiene que incluir la participa-
ción y la responsabilidad a todos los niveles UI C6; cfr. 4.6. 3.1.9). Los
cristianos deben aceptar con sinceridad todos los valores humanos (11
D5); del mismo modo tienen que actuar la inculturación, que es ")a
íntima transformación de los auténticos valores culturales a través de
su integ¡:ación en el cristianismo y en las.diferentes culturas .huma-
nas" (II D4; cfr. 3. 7.4, 4.4.). La Igl~ Católica no rechaza nada de lo
que es verdadero y santo en las religiones no cristianas. En realidad,
los católicos deben reconocer, presetvar y promover todos los bienes
espirituales, morales y socio-culturales como valores que medio." (11
D5). "La Iglesia tiene que denunciar proféticamente cualquier forma

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de pobl'eza. y opresi6n, debe defender y ;promover los derechos funda-
mentales e inajenables de la persona bumana~ (11 D6: cfr. 3.2.).
5.4. El Sinodo da también algunas orientaciones prActicas. Insiste
en una intensa formación espiritual 01 A5; cfr. 3.1.7, 4.2.), en un
compromiso para una evangelización y catequesis integral y sistemá-
tica, que esté acompañada de testimonio de vida que la interprete (11
Ba2: cfr. 3.1.8, 3.3.), precisamente porque la misión salvífica de la
Iglesia es integral (11 D6; cfr. 4, 3) con participación interior y espiri-
tual en la liturgia (11 B6: cfr. 3.1.9, 4.5), fomentando el diálogo espiri-
tual y teológico entre los cristianos (11 c7), un diálogo •que abra y
CODlUnique interiormente", promovietldo formas concretas de camino
espiritual, tales como la vida consagrada. lO& movimientos espiritua-
les, la devoción popular (11 A4; cfr. 3.1. 7), y dando una mayor impor-
tancia a la palabra de Dios (11 BaO. cayendo en la cuenta de que el
evangelio llega a la gente por medio de sus testigos (11 Ba2).

6. Temas para estudios


N.B. De ser posible. el estudio o la investigación se tendrtan que
realizar en colaboración ecuménica
6.1. Estudios teológicos
a. Los diferentes tipos de sectas a la luz de la Lumen genttum
16, Unttatis redintegratio y Nostra aetate.
b. El contenido "religioso" de las sectas "esotéricas" y de potencial
humano.
c. Misticismo cristiano en realctón con la ·bftsqueda de una expe-
riencia religiosa en las sectas.
d. El uso de la Biblia en las sectas.
6.2. Estudios interdt.ciplinarios (históricos - SOCiológicos - teológicos
-antropológicos).
a Las sectas y las primitivas comunidades cristianas.
b. El ministerio de la salvación en la Iglesia primitiva y en las sectas.
c. El papel de las figuras proféticas y carismáticas (durante su vida
y después de su muerte).
d. Las sectas y "la religiosidad popular".
6.3. Estudios psicológicos y pastorales (hasta ahora. parece que es
en este campo en donde se ha realizado el mayor trabajo).
a. Técnicas de reclutamiento y sus efectos.
b. Efectos y curas posteriores en los que han pertenecido a sectas.
c. Necesidades y experiencias religiosas de los adolescentes y de los
jóvenes adultos, y su interacción con su desarrollo sexual, en
relación con las sectas.

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d. •Modelo cie autortdad, en !as aeetae en -~ con la faMa y la
necesidad de 'autoridad en la eodedad ctorttanporéDea.
e. La posib1Hdad e lmposlblltdad de "c~Wogt)" con las sectas.
6.4. Lu ~y la it•W..
a. Reacciones famUtares a la adhesión de un ntño o de un miembro
de la familia a una secta.
b. Destrucción familiar o estado irreguJar de Ja familia. con relación
al atractivo de las sectas.
c. Adhesión a la secta y solidez de la famllla; presiones faniillares
~ los ntños por parte de miembros de una secta.
d. Modelo famlllar y moralidad famJlJar en las sectas.
6.5. Lu muJeres en 1u aectu.
a. Oportunidades de la auto-expresión y responsabilidad {cfr. sectas
fundadas en la mujer).
b. Posición· inferior de la mujer en los diferentes tipos de sectas:
grupos fundamentallstas cristianos, sectas orientales, sectas afri-
canas, etc.
6.6.Aculturacl6n e lnculturacl6n de las aectu y au evolucl6n en
loa diferentes conteztoa reUcloiaoe y culturalea: en las culturas
cristianas tradicionales, en las culturas recientemente evangeliza-
das, en las sociedades totalmente secularizadas o en las que se
vertftca un rápido proceso de secularización (con sus diferentes
lmpactoe en las culturas occidentales y ·no occidentales"). Migra-
ción y las sectas.
6. 7. Un estudio comparativo, histórico y sociológico de los moutmten-
tos juveniles en Europa antes de la segunda guerra mundial y de
los mismos j(Wenes en los cultos y sectas contemporáneos.
6.8. Libertad reU,doaa con relacl6n a lu aectu: aspectos éticos,
legales y teológtcos. Efectos de la acción del gobierno y sus
presiones $0Ciales. InteracCión entre los factores politlcos, econó-
micos y religiosos. ·
6.9. La imagen de las sectas en 'la optntón pública, y el efecto de la
opinión pública sobre las sectas.

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