Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tema 1 PDF
Tema 1 PDF
:· ~ -~t ~~J\,
.' • r < -~
Demonología,
Espiritismo y
Sectas
Colaboraron COD la lftRile pébd6D:
Moos. De Nesir llmlel Villa
Plm Osear GercJdL
De QlrnEb E. Polumlx> . . . . . ' - ~ ' ";
. _:. '·\;
i \· :~·. . . •' .-.. -~ \.
- .r ~-
'.···· .
DWI..,_
.u.
Editorial Claretiana
Lima 1360 - 1138 Capital Federal
Tel. 27-9250127-9597
- ·-·-~-----~~~~~~
CENTRO DE INVESTIGACIONES
DE ETICA SOCIAL
C.I.E.S.
Obras publicadas:
3
IT~f'hftelimbt·,·.
. . . ... ¡. . . . . . . .
·'
~w."\j·. ··~~-
. .
•t
.
•
.' •
.
l ·~ '~ '
•.•• l(
5
agrwsttcismo y fenomenología kantia'flCI._~agbl\ c;lel
'mercado' a la interacctónfenoménicá~f!!lft«l · ' ·· · · . · .· y Ó~
de bienes y servtctos: "El descubrtmterttD, ~. dela ··' · ·
interdependencia ineluctable de los fenómerws del mercado puso de
man(ftesto lo infundado de tales supuestos (los de los filósofos
clásicos y metajisicos)." (3).
El "'lEMA - CIES 1 " además de brindar a los asistentes a los
CURSOS DE CULTURA CATOUCA - 1989, los documentos
eclesiásticos refertdos a los temas tratados sobre demonología,
espiritismo y sectas, indican, a nivel del Magtsterto Eclesiástico, la
exacta perspectiva con que se han de anaUzar las realidades que nos
circundan. Más aUá de la epidermis de la htstorta, el problema del
mal, de las supercherías y el de la invasión de las sectas en
htspanoamértca, es un nuevo planteo estratégico reaUzado por los
agentes de la "ctudad del diablo" en opostctón a la "ciudad de Dios".
El que se quede en una perspecttvafenoméntca, sea interpretactón
política, sociológica o cultural, rw logrará atisbar la pro.fi.mdtdad del
mtsterto en el que estamos inmersos desde la creactón, mtsterto real.
rw utópico nt qutmérlco. El que nó vea que en la historia se está
cwnpltendo. "el tiempo de la tentacf6n• para cada hombre, y crea que
el1enómeno' lu.mtanD twn.e una explkradon en st núsmo, se quedará
stn entender nada de lo que pasa .a su alrededor y solo projertrá
opiniones, pareceres, mudables todos ellos como los fenómenos a los
que responden.
Agmdecemos al Sr. Prestdente del Banco Rfo de la Plata, D.
Gregorto Pérez Companc, la c:lonadón de los nJCUrSOS eoonómtcos que
están posibtlttando al CIES y a los CURSOS DE CULTURA CATOUCA
el apostolado oral y escrito de la dijusfbn de la Verdad.
Agradecemos también a S.E.R. Mons. Dr. Octavto N.
Dertst su constante aliento y asesoramiento.
6
Presentación
"Fe cristiana ydenmolaja.
Sda. Qmgregaci6n para la llxtrina de la Fe •1975 ''·
¡_ • • •
. ,.
.
~:-::
.. . '¡
,·... !
1
L ·Respuesta del qJtimismo radical .., ,:' • ' ',r>; ', '
·luminismo inmanentista ,,J· ..· '·'
Ct) "La Acción humana" pg. 363 ed. Sopee, Madrid 1969.
1
u. Respuestlldel~~-·
El camino ~~ii!ISO iDdejbúdo. en el que el~.
hombre se autoploc:ldmó . de sa& popi4 hfstafa ydssttno. no
llevó a buen puerto•. Fue uno de tdn.t.os 4nteJVos htst.ór'lals par· ·. ··
retomar al paraíso temm.al. de~ jDtt e.llpUlsado por las .{uttrr%cls .
angélicas al serotdo de la Dtutna Providencta. Cada tanto, este
hombre se vuelve hacía atrás, tratando de vtolar la utgilancfa de los
querubines. Grtta y se deses~a; ·~como~·.pM"Odespués de·
cada conato se aleja aun más d.efp6ttti:d díef EdhL · : ··
· La razón. a nútad del s. XIXfoe sometida aJut::fD~·No se
cumplieron sus predkx;tones. La 'cuestión. soctaC' agitó la conuWencta
huni(lna en la$ gr¡(.tndes dudada de: Alrt$,. RorM. llertin. Londr-..
Con ~ord.Jcl ~·sacudió lajieyel~del m(¿s
aUá; el romanttctsmo=11 todos los.•moldes clóá:os Y,~adonsles:
Speooer~~ - ~~.~qe~. . .
s~.~~enel~GGmO~~•l
do~Dr: Nieta-he~.(fl ~-IJOder~f1DIYI.~ de.&u
garra del~ de Jos crúJttanoB y~e¡t.tpeRr la #IOnú cW.blim il deJ.~ .
mal. Esertbió: . ,. . ' . . ·. ..
"Ef mundo . .'
~~e::x·~~~::.-(3)'
·.· . .
·... .
~buena la
es ...
Bstt.I:>IUii'Jft oscurny trógfoa oblea· et:mcd· der1ti'o del ~;.El
pestnúsmo extstenctal cruzó la segwdl ~~ ...xJX ytie' · ·¡ · ·
introduJo. cada uez más arrasador y nthtltsta. en el presente siglo:
Baudeféure, Proust, Gide, Camus, Sartre, Pl.randello•••
· •Las llanuras del tedto, profundas y desiertas...
Oh! muerte ufeja Capttana. ya es ttempo, levemos ancla!
Este pats nos i:lbun'e, ohl muerte. ~···
Yo soy un gabtnete Ueno de cgadas rosas {4)
La raiz de este pestnúsmo se haUa en el s.XVI, en la doctrina de
Lutero. Seg{ut eUa, el pecado oriatnal ha corrompido tntrtnsecamente
nuestra naturaleza y fa ha dejado imposibilitada de recuperaciOn y
de redencfón. Lajusttflcadbn sóiD se prodl.la? por la soki.fe en
Jesucristo, ella cubre nuestros pecadOs, como un manto. stn
quitarlos. El mal está en nosotros, no fuera. La razlln es la
prostituta del diablo, es la 'fons fonttum omntum malorum' (fuente de
lasji.Jentes de todos los maks); toda la acttuidad hwnana -seg(m
Lutero- está donúnada por este impulso irresistible hacía el mat. por
este coryunto de fuerzas que, desde el fondo corrompido de la
naturaleza. ttrantza todas las manifestaciones de su dtnanúsmo.
Escrtbió Lutero:
•1nuenctbílem esse concuptscenttam penttus;
Sic~ passt.o ~me. ~· ~. cumabW11$.esl,
(4} ~' .Cftado ·por el P. 8ettllangei éb ~El Probltmia del mal" pg. .toe»,
ed. EPESA 1951. Madrid.
9
factlls praesumttur vtctu ab il'leiCI)ef'to; sed cum praesen.t$ est,
sentttur djfficiU1mum. tmmo tnsttjjerabl.lis, ut~tfentfa dócet" (5)
Con el .fracaso de la razón rebretbtnjalsa c:ondencta de la
'miseria esencial' de la persona humana y tcrntb6trt las magias,
ocultismo, esoterismo, satantsmo. a loque.htme alusión el Card. J.
Ratzmger en el texto tran.scrtpto antes. ·. .
'
Carmelo E. Palwnbo
(5) Cfr. texto cié Lutero en la obra del P. Uónel Franca •La crisis del mundo
moderno', pg. 43 (continúa nota 5) "La concupiscencia es completamente
invencible. Así, la pasión de la ira, de la soberbia, d~ la lujuria, cuando está
ausente, fácilmente el inexperto presume vencerla; pero cuando se hace
presente, ae toma dificil, ll)ás aun, insuperable, como lo enseña la experien-
cia".
1o
Fe cristiana y ·H·IIIrtltiJJIJI
11
Un malestar actual
En este error se puede caer hoy también. En efecto, son muchos
loe que se preguntan si no seria el cuo de examinar de nuevo la
doctrina eatblka acerca de ate 'punto. comenzando por • Escrttura.
Algunos creen Imposible cualqujer toma de posición - ¡como si se
pudiera dejar en suspenso este problema!- haciendo notar que los
Libros Sagrados no permiten pronunciarse ni en favor ni en contra de
la existencia de Satanás y de los demonios; con mayor frecuencia tal
existencia es puesta abiertamente en duda Ciertos cñticos, creyendo
poder distinguir la posición propia de Jesús, insinúan que ninguna de
sus palabras garantizan la realidad deliDI.lDdo de los demonios, sino
que la atlnuación de la existencia de los ndsmos; cuando tal atlnna-
ción aparece, refk:ja más bien las ideas de loa escritoS judaicos o
depende de tladidones neotestamentarfras. y no de Cristo; 'Y dado que
dieba. afirmadón .no f01:marla parte: del mensaje evangélko central. no
comprometerla hQy nuestra ,fe y .eñanilos libres. de abandonarla.
otros, más objetivos y a la ~z mú mdkales, aceptan lu asercione$
de la Sagrada Escritura en su sentido máe.obv.lo, pero ail8ém que en
el mundo actual no son aceptables nl siquienl para los CI'I8Uanos. Por
eeto. también elloe las dimtnan. Para alguaos.,tJnalmente, la tdea de
Satanás. sea cual fuere su origen, no tiene ya importancia y el intento
de justificarla no lograrta sino hacer perder crédito a nuestras ense-
ñ~ o. hacer ~mbTa al .~ acerca de Dios, que e$ el í,t.nico
que merece n~stró inferes. Hay que ,potar que para unos y otros los
~s de ~tanás y del demonio JlO son $lno personiftcadones míti-
cas y funcionales. cuyo único aigniicado es el de· subrayar dramática-
mente e:l JnBujo del mal y del pecado· sobre la hmnantdad. Un simple
lenguaje, por. tantc;>. que nuestra época deberla descift'ar ccm el ftn de
encontrar tma manera dfvoersa de ~idear en los crtstlanos el deber
de luchar contra todas las fuerza$ del tnal existentes en el mundo.
Estas tomas de postdón, repetida con gran 3:líirde.de erudición y
difundidas. por revistas y .¡x}r ctértos dic.clonartos de. ,~logia. no
pueden menos de turbar los ánimos. Los 1ldes ac~twnbrados a
toma.r en seqo laa advertencias de Cristo y de los·escrttos apost6lieos,
tienen. la impresión de que esta forma de hablar tiende a cambtar
radicalmente en este punto, la opmlón · p(lbltca; ádemll8, quienes
conocen las denctas biblicas y religiosas ae preguntan hasta dónde
podJá llevamos el proceso de deslllflli!actón etnptendtdo en· nombre de
una cierta hentleMutlca. · ·. · · ·
Frente a tales postulados y con el ftn ·de ·ctar una respuesta a los
mismos, hemos de detenemos, brevemente, ante todo en el Nuevo
Testamento, para poner de relte~ su testimoniO y autortdad
12
El~ 'Iestgmento y su emte.$ .- - ·
Antes de recordar la independencia de espirttu con la que Jesús
se comportó en todo momento -respecto a las opiniones de su ttempo,
es importante notar qne ·no' todos sus oontemporáneos tenlan, a
propósito de los ángeles y demonios, aquella creencia común que
muchos parecen atribWdes hoy y de la rtlal Jesús mismo dependeria.
Una indicación. ron la que los HeChos de los Apóstoles describen
la ,_polémica provocada entre los miembros del Sanhedrín por una
cleclaración de -&u:l Pablo, nos hace saber, en efecto, que los saduceos
no admitían contra la opinión de los fariseos, Mni resurrección, ni
ángel, ni espíritu", es decir, según la interpretación dada por los
buenos exégetas, no creían en la resurrección y. por tanto, tampoco
en los ángeles o en los demonios (3). Así pues, en lo que se refiere a
Satanás,. a los demo~QS y a los angeles, la opinión de los contempo-
ráneps de Jesús parece dividida en dos concepciones diame!J'almente
opuestas. ¿Cómo puede entonces sosten~se que, al ejercer y dar a
otros el poder de expulsar los deJll.OO.ios, Jesfu¡ -y a ejemplo suyo l<w
escritores del Nuevo Testamento- no han hecho otra cosa que adop-
tar, sin ningún esfuerzo Qitico. las ideas- y prácticas de su tiempo?
Ciertamente Cristo, y con mayor r~n los Apóstoles, pertenecían a su
época y condividían la cultura de la misma:. pero Jesús. en v,irtud de
su naturaleza divina y de la re~lación que había venido a comunicar,
trascendía su ambiente y su tieiDpQ. escapaba a su presión.. La_ lectu-
ra del ~rmQq.. de la montaña basta para convencernos de. su libertad
de ~piritu. a la vez que. de su respeto por l;l tradición (4)•. f:Qc ¡CSto,
cuando El r~veló el stgnitlcado. de su redc;nción, tuvo e~nre.u.ente
que .tenet en cuenta a ·kl$ fariseQ$. los cuales•. COIJlO El mjsmo. creian
en el :QlUndo futuro, en el alma. en los espi{itus. en la resurr~ción; y
h~\:.é:f. 'n.p pudo olvidar a loe saduceos que no admitian talea creencias.
Así pues, cuando los fariseos lo acusaron de expulsar los demonios
con la ayuda del príncipe de los mismos, El habría podido sortear la
dific\lll;ad <illineándose.con los,:f!aduceos; pero-haciendo esto habria
desmentido lo que era su misión .•Por lo tanto, sin renegar la creencia
3) Act, 23, 8. En el contexto de las creencias judías en los ángeles y en los
espírttus malignos, nada obUga a recortar el_término "espíritu", sin especifica·
ció'ri; a la stghillcact6n eiclu81Va de. los e¡,pirltus de los muertos; éste 5e aplica
tambféri a los esptrttits dét i:DM. estó és, .a los' demonios: esta es la opinión de
dos autore$ hebreos (C.F. Moore, Jiid$rrt út t1U? 'First Centurles qf the Chris·
tfan Era. Vól. I, 1927, p. 6&, M. Stm6n, Les sectesjuives áu temps de Jes(ts,
París 1960, p. 25) y de un protestante (R Meyer, T.W.N.T., VII, P. 54).
4) Cuando Jesús declara: ·No. penSéis que be venido a abrogar la ley y los
profetas: no he venido á abrogarla, sino a consumarlá" (Mt 5, 17), expresaba
claramente s~ ~speto por el pasado; y los versí~ulos siguientes (19·20) conflr-
man esta impres1ón;,pero suéondena del divOrcio (Mt 5, 31), de la ley del tallón
(Mt 5, 38) etc., subrayan su tOtal tndepehdencta más que el deseo de asumir el
pasado y completarlo. Lo mismo, con mayor razón, se debe decir de su condena
al exagerado apego de los Fariseos, a la tradición de los antiguos (Mt 7, 1·22).
13
en los espíritus y en la resurrección -que El tenJa en ,f.OMfm con los
fariseos- debía tomar distancia respecto de ellos, oponiéndose no
menos a los saduceos.
Sostener, pues, hoy que ·lo dicha por Jesús sobre Satanás expresa
solamente una doctrina tomada ~~ ambiente y que no tiene Impor-
tancia para la fe universal, aparece en seguida como una opinión
basada en una infonnacióndefléiente sorb~·la época y la personalidad
del Maestro. Si Jesús ha usado este lenguaje, y sobre todo si lo ha
puesto en práctica durante su. ministerio, es porque expresaba una
doctrina necesaria -al menos en parte- para la noctór,. y la realidad
de la salvación que El traía.
14
anunció que "las puertas del infierno" intentarian prevalecer sobre la
lgle&ia (11). que Sat:anáff trata.ria.de pasarlo por la criba como. a los
demás apóstoles (12). En el momento de dejar el Cenáculo, Cristo
declaró como inminente la venida del "principe de este mundo" (13).
En el Getsemant. cuan<Jo fue. ~estado por los soldados, atlnnó que
babia llegado la hora del "poder de las tinieblas" (14): sin embargo, El
sabía. y lo babia declarado en el Cenáculo, que "el principe de este
mundo has~ ya juzgado" (15). .·•. .
Estos hechos y est1ls declaraciones- pie~.encuadrac;ios, repetidos
y concordantes- .no sop. ~ n,i pu~n ser-tratado& CQIDO datos
fabulosos que hay Ql.\~ desmitizar. En ,~ contrario habria que .OOU-
tlr que en aquellas ~ ~tlcas ,la conciencia de Jesús, cuya lucidez
y.domiJlio de si mjsmo aparecen evidentes ante los jueces. era presa
de fantasmas ilusorios y que su pa!apra carecia de toda ftr~; lo
cual estaria en contraste con la impresión de los primeros que la
escucharon y de los lectores de l~s evangelios. Se impone, por tanto
una conclusión: Satanás, a quien Jes(ls habla afrontado con sus
exorcismos, que babia. c;ncoqtraclo e.9 el desierto y en la pasión. no
puede ser el Silnp}e prodUcto. ae
~' CapaCiCJad .humana ~ tnve~
.m
fábulas o de personificar las ideas.· tampoco ..un vest,l.glo ~te
deJl~ngU~e cultural.. primJtivo. -~- V~rdad_ ql\~ San Pabl~. '_. ~Sull*~.49
en ~randes lineas. eQ. la. Carta a· }ps ijó~os, la sUuaClón deJ:fl
hum¡midéilct é¡llltes de_prtsto, pe~omftéa el pecado y la muc;rte.
mosh:a.nclo, ~u teiJ.lible poder; ~J"'Q. se trélta. en el J::9njuntQ de su
es
doctrina. de ün momento que no el efecto de un ptiro ~uiSO Ute-
rarto, . sino de su agu,da coQClen<;ia <Je 4\ lmPQ{tancia de la cruz. de
Jes~.y de la ne~sich\(J de 1~ RPCión d~te que ~lpide.
11) Mt 16, 19, así entendido por P. Joun, M. Lagrange, A. Medebielle, D. Buzy,
M. Meinertz, W. Trillinng, J. Jeremías, etc. No se entiende pues por qu~ hoy
día alguien descuida Mt 16, 19 para detenerse enJ6, 23.
12) Le 22, 31.
13) Jn 14, 30,
14) Le 22; 53; Cfr. Le 22, 3; sugiere como se ha ~nocldo que el evangelista
entiende de manera impersonal este "poder de las tinieblas".
15) Jn 16, 11.
16) Ej2, 102; 2 Tes. 2, 11; 2 Cor. 4, 4.
15
mietttbros• confteSa su tmpatencta11inla afuda de la gracia {17), es el
rtílsmo que, ·con gran de~. Imita a resistir a &tan6s (18), a·DiO
~ .donilnat por ~. ~ OO'dañe entrada {19), ·a apla$tarto bajo loe
pies (20J. Porque. Satanés es para ~~una entidad personal, "el dios de
~ níi.rtido" f.tl}, un adw:narto astuto, dfsttnto tanto de nosotros
eOmo del pecádó al que 6 lk!va~ '
· '· Como~ el E\fangello. él Aplistol Ve a Sataftés acttvo en la historia
del mundo. o se~ en lo que él llama "ef mJsterfO de la iniquidad" (22):
en'la tn~ que réCháza reconocer 1a glbrta de cristo (23), en 1a
abeiÜtelatt deieddolatrfa (24}• m la ~Jóh.·que amenam Ja ftdeli-
da(IÍ(te lá! lgfesta a Crtsto su·~ (25J'y, ftnálmente en la~
eiOn eeéatolOgtea que éond~ ·al 'Cldto del hOmb~. colocáftdoJe en
~ de ·DioS '(26). Cleit.ameftte Sátáriás lildt.k!é. al peCaé:lo, peto se
dtsttnguedet mal que hace cómet:et-1 · · ··
. .~' ~ .
il~ya~~:~JuaJ1' .: -·
•. · E.l'~aliPSj~· -~ :~ ~odó M ~~ cua<lro en el que el
~- ~ Ctjjfó -~ucttado tesph,ui~ee eh Jos te$tl ·de su Evan ~
~!.~.,·.
·.·.·.· ·~ -el'.trti#Ifg.
~-·~pJeta.mente· ~- ~ la ~ttl
~e·.·~
.. írltro
.. ·-~~-~; pe~
. n.os
·de, esta vtctorta. st no se
en~
~rit .~~ eÜfl et~ ~ t.ma ~ ~ m la'quti ;intervienen. mecBan-
te.~·i'Ode,tes h~ q~ se OP.<J~ aJes6s. SatanéS y sus Ange-
le~•• dl~tntos ·~nóS,.de otrps~ ~~,de los agentes J:ifst,OrtCos. ~n
e.~•. ~ el ~pOdill~ts el que, sutinlf.mdo el enigma dedos dfversos
nombtes y stmból(MI.~-~taná,s ~n. ~·-~ ~ura, revela deftnl~
tivamente su idenflda'd {21). Su acCIOn se desam>lla a lo largo de
todos los siglos de la historia humana bajo los ojos de Dios. .
No sorprende, por ello, que. en el Evangelio de .san Juan• .JtsCi8
hal?le del ~~ y q~ lo defina "princi¡>e de .este mundo" (28). Cierta-
mente su acct6h t90bfe. d hombre· es lhtertor.. pero es impOsJble Ver en
!~.i~ '~~~te,,:itna per&onUtc~ ~~ pec~ y de la. ~ta~.
tn Gat~:.17;:_RO~ 7~ 23-:~- :: · ;:.;.~J· 1 j .
t8fEJ6, ll·lB ·;· ;r·,'··u ;.•~,"
19) E;/'4, 27; lCor7, S. ·
20) Rom 16, 20.
2ll 2 Cor 4. 4.
~ 2Tes2. 7· •' '
23) 2 Cor 4, 4, evocado por Pablo VI en ta Blocudón arriba citada.
24) 1 Cor 10, 19-20; Rom 1, 21-22. Esta es efectivamente la interpretación
seguida por la Lumen gentium n. 16: "Pero con mucha frecuencia los hombres,
engañados por el Maligno, se envilecieron con sus fantasías y trocaron la
~··Diosen mentira; ak'vlcndo • .la. e~ n:liud:Men que al e~·.
25) .2 Cor 11. 3.
26) 2 Tes 2, 3-4, 9-ll.
27)Ap 12, 9.
28) Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11.
ción. Jesús reconoce que pecar s&gnJftca .ser ·esclavo" (29}, pero no
por cll~ klentitlca con Satanás ni esta esclavitud ni el pecado que en
ella se manUle8ta. El diablo ejerce sobre lo& pecadores solamente un
influjo moral, en la medida en que cada uno sigue su inspiradón (30J:
ellos, libremente, ejecutan sus •deseos• (31) y hacen ·su obra" (3:1).
Solamente en este sentido y en esta medida· Satanás es su •padre•
(33), porque entre ~1 y la conciencia de la persona hwnana queda
siempre la distancia espiritual que separa la ·mentira" diabólica del
coosentimieDto que a ella se puede .dar ·o negar (34), de la misma
manera que eatre Cristo y noeotros ~ siempre la distancia en~
la "verdad• que ~1 revela y propone, y la fe con que es acogida.
29) Jn B, 34.
30) Jn B. 38, 44.
31) Jn B, 44.
32) Jn 8, 41.
33) lb.
34} Jn B, a38, 44.
35} J. Quasten, Inlliation aw: J>eres de l'Egli5e, 1, Paria 1955, p. 279 (Patrology,
vol. 1, p. 246).
36) Adv. ha¡,r., V, XXIV, 3, PG 7, 1188 A.
37) lb. XXI, 2. PG 7, 1179 C. 1180 A.
38) De Ctvfttlte Dei. Ub. XI, IX, PL 41, 323-326.
39) De Genest ad lttten:un. ltb. XI, XXIV, 31, PL 34, 441-442.
40) PL 76, 694; 705, 722.
17
Evidentemente, la mayorta;:de los Padres, abandon~tndo con
Orígenes la idea del pecado carnal de lo& ángeles caldos Vieron en su
orgullo -es decir, en el deseo de elevarse por encima de su condición,
de afirmar su independenCia, de hacerse pasar por Dios- el principio
de su calda, pero, junto a este orgullo, muchos subrayaron también
su malicia respecto del hombre. Según San Ireneo, la apostasla del
diablo comenzó cuando él tuvo envidia de la creación del hombre y
trató de hacer que se rebeku:a contra su Creador (41). Tertuliano
juzga.que Satanás, para·contrastar los planes del Señor, plagiO en los
misterios paganos tos sacramentos Instituidos por Cristo (42). Se ve,
pues, que.. las enseñanzas patrlsticas·lueron un eco sustancialmente
fiel de la doctrina y orientaciones del Nuevo Testamento.
18
Lo esencial de esta. exposición ~ sobtio. SObre el diablo y los
demonioi!S d t!OilCiliB se -ltmtta· a afirmar .que,; siendo criaturas del
único Dios, ellos no .son sustanclalmettlé malos sino que se convir-
tieron en tales siguiendo su libre-albedrio. No se precisa ni el núme-
ro, ni la culpa, ni 1a e:xtenslóll de~au poder: estas cuestiones que no
tocan al problema teológico, CUeton dejadas a la libre diseusión
escolástica. Sin en:bargo, la aOrmadón del concilio, por sucinta que
sea, es de; importancia1 capital por-que es emanación del mayor
concilio del siglo XIII, y es puesta en evidencia en la profesión de fe
preparada por el mismo, la cual, viniendo poco desp~ de las
profesiones de fe impuestas a Jos cátaros y valdenses (44), evocaba
las condenas pronunciadas contra el Prlsciüanismo de algunos
siglos antes (45).
mprimer tema del Concilio: DfDs crmcb' de los ·seres tisQies einvisilies'
Esta profesión de fe merece por consiguiente ser tenida en atenta
consid~raclón. Adopta la estructura c.omún de los Símbolos dogmAtl-
cos y encaja perfectamente en la serie de los .mismos, a partir del
Concllio de l'{lcea. Según el texto Citado, puede compendiarse, desde
nuestro punto de vista, en dos temas unidos entre si e Igualmente
imporumtes pala la fe: el enunciado que hace referencia al diablo y en
el que deberemos fijamos más detenidamente viene después de una
declaración sobre Dios creador de tódas las cosas "visibles e invisi-
bles", esto es, de los seres corpóreos y angélicos.
Esta afirmación sobre el Creador y la misma fórmula que la
expresa tienen singular importancia para nuestro tema. ya que ambas
arrancan de la doctrina de San Pablo. En efecto, al ensalzar a Jesu-
cristo, el Apóstol dice de El que ejerce. su dominio sobre todos los
seres "celestes, terrestres e infernales" (46), tanto "en el mundo
actual, como en el venidero" (47); ~\ablando por otra parte de su pree-
xistencia, enseña que en El fueron creadas todas las cosas, las de los
cielos y las de la tierra: las visibles y las invisibles" (48). Esta doctrina
de la creación adquirió bien pronto una gran importancia para la fe
cristiana, debido a que el Gnosticismo y el Marcionismo, ya antes del
Maniqueismo, trataron largamente de hacerla vacilar. Los primeros
símbolos de la fe especifican ordinariamente que los "seres visibles e
19
inVisibles", todos ellá8, "baft 8&do creadcle po1' Dios" r'Eaa doctrina
afirmada por el ConctUo Nkefto.,ceutaaUilopoiltano (49), y mé8 tarde
por el Concilto de Toledo (50); . .e uuba para las profesiones de fe
que se Jdan en las grandes Iglesias durante la celebración del
Bautismo 151): entro. a formar parb!: de >la gran pl~ 'euca~Utica
die Santiago 'éit ~rusaltn .(52)¡ de· 8an Ba8Wo en Mla Menor, en
Alejandrfa (53) y en. otras lglesias·odintales (54 En~ loe Rlldft8
grtegoa aparece ya ett San lra1eD f55) ·y en la ~mo ftdlll de San
At.arsasio •(i6}. En (){;~ ta ·em:blttnUJlos. en o ...,no de 8lvtra
(67), en San Agustln ~en San F\dgeneto • · etc. ·
Cuando los cAtArolt en ~te. IgUal ·que los bogom1los en
Europa oriental. rata\mu'on el cru.llemo maniqUeo; la profealón de fe
del ConciUo IV de Letrán no podla hacer cosa mejor que ~r esta
declaración y su fórmula, las cuales adquirieron desde entonces
Importancia definitiva. Se repitieron m~ pa-pnto en las proCesiones de
fe del Concilió li de Uón (60), de t!orencta (6IJ y· de Trento {62), para
reaparecer por último en la Constitución Det. Flltus del Concilio Vatl-
c~o 1 (63) en Jos mtsmos tmn.tnas ~ ConciUo IV de Letrin, del año
12'15. Se trata, por OOI\slgutente, de una at\rmactón prttnordlal y
constante de la re. subraya& pt"'\ttdtuetahnente por el c;oncmo. IV de
Le'fn\n pata enlaat co11 eDa el enunciado relaUVo a sa'tanés y a los
demonios. Indicó ast que el caso de ésto&, ya tmportante de por si, .se
Inserta en el contexto mAS amplió de la doctrina sobre Ja creacton
untversal y de ta fe en los seres .~cos.
20
~tema del Condltt.:Jl diálitr
l. El Tezto: ·
Por 10 que se teflel"e. a este eft1mciado dertton.ológteo, estl:\ ntuy
lejos de presentarse eonto algo 1\t.tevo añadido etréunsqmetalmente, a
menera de cbnseeueneta doctrtnal o de úna- dedueet&l · teológtca; al
contrario, aparece oonto un punto ftnpe, ad<jtitrtdo ~ hace mucho
.tiempo. Lo estA indieaftdo la ridarila formuta(:t61'1 del texto. En ~ecto,
después de haber afirmado la creación 1Jlliversal. el dcx:umento no
pasa a los diablos y a los demonios como á. un,a conclusión 16gi.ca-
mente deducida: no escrtbe •eonsfgúk!nteJnente'Satanb y los demo-
nios han sido creados naturalmente butnos" tal como hubiese sido
neceaarto si la declaraétón fueSe nueva y· deducida de la anterior, al
contrario, preeet'lta el cil8o de Satánb cómo una prueba de la aflnmil-
ción antertor, como un argumento contra el dualismo. Escrtbe en
efecto: •Porque satanéá y los demOnios fueron creados naturalmente
buenos ..." · ·
En ~sume{l, el enunciado que a ellos se re~ se presenta como
una atlrmádón tnton~rttble de la concteneta cristiana: ee ~ste un
punto l!ftportarrte: del docuínento y no podla menos de serlo si se tiene
en cuenta las circunstancias htstórtcas.
64) Mani, fundador de la aecta; vtvt6 en cl•tglQ IU de nuestra era. A partir del
siglo siguiente, se afirmó la resistencia de los Padres al ma.ntquetsmo. Eptfanio
consagró a eata. berejla Wl~ l!trp ~é:ión, acguida de una confutactón
lAtbJ. hQer. 66, PO 42, 29-172)•.SAA At.allQto habla de ella ocaatonalmente
(OrQtfa contra~·· 2, pO as. 6C). S. Batilio compuiO un pequeño tratado:
QI,IOd Deu• non sU auctor malorum. PO a1, ~-354). Didimo de Alejandría es
el autor de un Contra MWl~heo• (PO a9. 10~1110). En Occt.dente, San
~lín. que con IR.l juvwtud ~ aa;ptMdo el JU~l~Wqudlmo, datpuéa de la
conversión )Q ~tló. ats~ (cf. PL42).
65). OrQtto 40. In sanctum lHrfltlsma, liD· Mi. Pg 36, 424 A.
21
un principio, que por desgracia no se mantuvo .en Ja ve~.,.~ que
habla sido hecho (Jn 8, 44), sino qtie se habla revelado contra el
Señor (66). El mal por consiguiente no estaba en su naturaleza. sino
en un acto libre y contingente de su voluntad (67) • .Aftrmac:IO* de
este tipo -que se pueden leer equivalentemente en San Basilio (68),
San Greogorto Nazianceno (69), ~ Juan Crisóstomo (70). DlcUmo de
Alejandrl;t. {71) en Oriente; y en T~rtuUano (72), Eusebio de Vercelli
(73), San Ambrosio {74), San ~tin (75) en Occidente- podlan
asumir eventualmente ,una ftnne .tOrmulación dogmática. Se encuen-
tran tnch,._so bajo f()I"!Qa de. conde~ doctnnal o también de profe-
sión de fe.
El De Trlnttate atribuido a EU$ebio de Vercelli lo expresaba firme-
mente en términos de anatemas sucesivos:
"Si alguien cree que eí ángel~pó&tata. en la naturaleza en que ha
sido hecho, no es obra de Dios, slno que existe por s1 mismo, llegando
incluso a atribuirle el tener en .si .nU&mo eJ ProPio principio, sea anate-
ma.
Si alguno cree que el ángel apóstata ha fl,tdo hecho por Dios con
una naturaleza mala y no dice que a ha concebido el mal, por su
propia voluntad, sea anatema. .
Si alguno cree que el ángel de Satallú ha hecho el mundo ~¡lejos
de nosotros tal creencial- y !lO declara que todo pecado es invención
suya. sea anatema" (76).
66) Los Padres interpretaron en este sentido Is 14, 14 y Ez 28, 2, donde los
profetas tratan de deaacreditar' el oJIUUo de IN ~ paganoa.de Babtkm1a y
de Tiro.
67) "No me dtgais que la malicia ha existido· stempre en el d1ablo; al principio
no la tuvo; se trata de un accidente de su ser, que le sobrevino después" (S.
Juan el186atomo, De dfaboLII tenta.toR. ltomll. II, 2, PC 49, 260).
68) QuodDeus non stt auctor mal.orum. 8, PQ. 31, 345. CD.
69) OraUo 38. In Theophanla, 10, PO 36, 320 e, 321 A; oratto 45. In sanctwn
Paschtl, ibid. 629 B.
70) er. supra, n. 67.
71) Contra Manicheoa, 16; Interpreta en ~te ~tldo Jn 8, 44 Un verltate non
stetft), PG 39, 1105 e; cf. Enarratto in epfst. B. Judae, in v. 9, tbid. 1814 e,
1815 B.
72) Adversus Marclonem, 11, X. PL 296-298.
73) Ver en el párrafo siguiente el primero de los cánones del De Trfnftate.
74) Apologfa proph. David. 1, 4, PL 14, 1453 e-D. In Psalmum 118, 10, PL 15,
1363 D.
75) De Genesf ad lttteram, lib. XI, XX-XXI, 27-28, PL 34, 439-440.
76) "Si quis confttetur angelum apostaticutÍl in natura, qua factus est, non a
Deo factum fuisse, sed ah se esse, ut de se UJt pl1netplum babere adslgnet,
anathema sil 51 quis confttetur angelum apostaticum in mala natura a Deo
factum fuisse et non dbrerit eum per wluntatem suam maium concepisse,
anathema UJt. St quts ·confttétur angelum Satanae mundum fectsse, quod abstt,
et non indicaverit (iudicaverit) omne peccatum per fpáum adfnventum fuisse•
(De Trlnftate VI, 17, 1-3 ed V. Bulhart, OC, SI, 9, pp. 89-90; PL 62, 280-281).
22
Tal redacción en forma de anatema no era entonces un caso
único: se encuentra ya en el Commonttortum, atribuido a San Agustin
y escrito en vistas a la abjuración de los Maniqueos. Esta instrucción
consideraba como anatema a ~aquel que Cfte que existen dos natura-
lezas, que tienen prigen en dos principios diversos, la una buena que
es Dios, la otra IJiala. no creada por él~ (77).
Esta enseñanza se.e)CJ>resaba mejor no obstante bajo la fórmula
directa y positiva de una atlrmación que hay que creer. San Agustln.
al comienzo de su De Genest ad ltteram decía asi:
"La doctrina c~tólica obliga a creer que la Trinidad es un solo
Dios que ha hecho y creado todos los seres existentes en cuanto exis-
tentes: de manera que toda creatura. ya sea intelectual, ya sea corpó-
rea, o, para decirlo brevemente según los términos de las diVinas
Escrituras, visible o invisible, no pertenece a la naturaleza divina.
sino que ha sido hecha de la nada por Dios" (78).
En España. el primer Concilio de Toledo profesaba igualmente
que Dios es creador de "todos Oos seres) visibles e invisibles" y que
fuera de él "no existe naturaleza divina. ángel, espiritu o potencia
alguna que pueda ser oonsiderada Dios" (79).
Asl, ya desde el $iglo IV, la expresión de la fe cristiana -enseñada
y vivida- presentaba en este punto las dos formulaciones dogmáti-
cas, positiva y negativa, que volveremos a encontrar ocho siglos más
tarde en tiempos de Inocencto III y del IV Concilio de Letrán.
81) "Sexta annotatio tndicat eos dicere quod dlabolus nu~uam fuertt bonua,
nec natura eius opiflcium Dei sit, sed eum ex chao et tenebíia emeratue: quta
sdlicet nullum sui habet auctorem sed omnia mal1 ipse slt prtncipium atque
subflantia: cum ftdes 1lel'a. quac at eatholtea. omntum creaturanon s1ve
apruuauum s1ve corporalium bonam. c:onlkatw: aub-.Uam, et mall nullam
esse natunun: quia Oeu~. qut ~~C.t cooditor, nih1l non OO.umfcctt
Unde et dlabolus bomufésset. s1 tn éln¡údd factus eat ~: Sed quJa
naturaB.aéellentla male ullús est,·~ Dí ~te non atetlt ~ 'Yill, ·44), non
1n contrartam tranalt substanttam. sed a ~ bono, qut clebutt ad~
desetvtt. •• " (Eptst 15, cap.. Yl, PL 64, 683; cf. Dena-sch., 286; d ti:Xto critico
editado por B. V~ O.S.B., tlenf: aolamente Vlir1antea de puntuadón).
82) "Cap. IX: Fide& ~ quae eat catbotka. omnlum aeaturarum ~ aptrt-
tualiúm, stve.coi"DOI'IIlium bonam con8tctur au~tanúam, et mal1 nuiJam eue
naturam: quta I5eus, qul unlveriltt.a.Us est conditor, n1h11 non bonum fecit
Unde et dtabolus bonus esset, st 1n eo qúod factus eat ~ Sed quta
naturalt excellentia rn.Ue usus est, et in '<IUitate non ateUt, non in eontnuiam
substanUam transitt, sed a summo bono, cut dcbuit adhaela'e, dlalceaelt" (De
ecclesfasttcts dogmat:Lbus, PL 58, ~ C-0). Pero la ~ióD primitiva de esta
obra publicada como apéndice a las obras de S. Agustln no Uene este capitulo
(PL42, 1213-1222). .
83) Deftde seu de regulajfdef. ad Petn.tm Uber unus, PL 65, 611-706. "Prtncl-
pallter tene" (IU, 25, col. 683 A); "Ftrmissime tene... • (IV, 45, col. 694 C). "Para
itaque angelorum quae a suo Creatore Deo, quo solo bono beata futt, volunta-
ria prors~s aversione discessit ... • (111, 31, col. 687 Al: "nullamque esse mal1
naturam (XXI, 62, col. 699 D-700A).
25
tido, Bonacursus, habla dado tambttnla alarma y babia indleado con
precisión las diversas escuelas de la secta (89). Poco después de su
intetvención, la "Swnma contra haereUcosw, atribuida por largo tiem-
po a Prepositino de Cremona, anota de manera más clara el impacto
de la herejla dualista sobre la enseñanza de aquella época.· (:JJOmdo
comienza asi el tratado sobre los cátaros: ·
"Dios OJllllipotente ~a creado_ solamente los (seres) invisiblés e
incorpóreos. Por lo que se ~flere al ciJablo. a quien este herétic;q llama
dios de las .ti,nJeblas, él ha creado los, (seres) visibles y corpór~.
Después de decir esto el herético añade que existen dos principios de
las cosas: el principio del bien, es decir, Dios omnipotente, y el princi-
pio del mal,· es decir, el diablo; añade también que existen dos natura-
~ezas: una buena. de los (seres) incorpóreos, creada p()r Qios omnipO-
tente; otra mala, la de los (seres) corpóreos, creada por el diablo. El
hereje que asi se expresa se llamaba antiguamente Maniqueo, hoy
Cátaro" (90).
No obstapte su breyedad :~=:rte resJJillen es si,gniflc~tivo por su
densidad. Hoy podemos completárlo haciendo referencia al "Libro de
los dos principios", escrito por un teólogo cátaro poco después del
Concilio N de Letrán (91). Adentrándose en los partlculaies. de la
argumentación y basándose en la Sagrada Escritura. esta pequeña
suma de los militantes de la secta pretendla impugnar la doctrina del
único Creador y fundamentar sobre textos bíblicos la exiStencia de los
dos principio$ opuestós (92). Junto al Dios bueno, decía. "de~mos
reconocer neceSa.oamente la existencia.' de otro principio, el del mal
que actúa perniciosamente contra el vei"dadero Dios y contra la crea-
tura" (9'3). ·
90) "Sed primo de fide. Contra quam proJ)Onit sententlam falsifátts et 1n1qu1ta-
Us dicens Deum omnlpotentem sola tnvfstbllia et iticorporalta creruo::te: átabG-
lum vera, ~ drum tmebrarum appellbt, dú:1tvls1bllia et corpm:alta creasse;,
Qwbus prédtct16 addtt_hereticua duo esse p$cipia rerum: unum J>oni, sctlicet
Deum omnlpotentem: alterum malt, sctltcet dtabolum. Addtt etiam duas esse
naturas: unam bonam, incoipOralium, a Deo omnlpotentem creatam: alteram
malam, corporaltum, a dtabolo creatam. Hereticus autem qut hoc d1c1t anUqut-
tus Manicneus, nunc vero Catharus appellatur" (Summa contra. hdereticos,
cap. 1, .EDC, Josepbi N. Oarvfn·y James A. Corbett. UniVerslty of Notre-Dame
1958 p. 4).
91) Este tta&iado que-fue descubierto ,y editado par primera vez por Antotne
Dondatne o.p., ha. aklo publ1cado NéJerltemente en su etgunda ecUetón: I.ivJe
des de. prínclpl?s, lntroductfDn. Te* .~ue, trad&ldfon. notes et fndex,·. por
Chriat:irie ThouzalJier, S. Cbr. 198, Parí& ·lQ73. · ·
92} L. c.n. l. pp. 160·161.-
93) lb. n. 12, 190-191.
26
de creencias erróneas, vividas y difundidas por una multitud de
conventiculos ramificados, organiZados y activos. La Iglesiá 'tenia la
obligación de intervenir, repitiendo enérgicamente las afirmaciones
doctrinales de los siglos anteriores. Lo htm el papa Inocencto ni intro-
duciendo los dos enunciados dogtnéticos; 'fu.dtcados anteriormente, en
la confesión de fe del IV Concilio ecuménico de Letrnn. Ftie leida
oficialmente a los obispos y aprobada_ por ellos: preguntados en alÚI.
voz: ¿creéis estas (verdades) punto pot punto?, ellos respondieron con
una aclaración unánime: "Las creembS" (94). En su conjunto, el docu-
mento conciliar es un documento. de fe y, dada su natur¡Ueza y su
formación que. !5on las de un Sbnbolo, cada puntó principal tiene
igualmente valor dogmático.
Se caerta en un manifiesto error, si se pretendiese que cada
párrafo de un Simoolo de ~ deba contener una sola afinnaclón
dogmática: . esto signlftcarta aplicar a su Interpretación una herme;-
néutica vAlida. por ejemplo, en el casó de- un decreto del Concilio de
Trento, donde cada capitulo enseña generalmente un sólo tema
dogmático: necesidad de prepararse a:la ju$tiftcación (95}, verdad ~
la presencia real de Cristo en la Eucartstt~ (96) etc. El primer pArráfo
del Lateranense IV en cambio condensa éri un número de lltleas
Igual
a las del capitulo del T.rfdentinó Sobre el ·don de la perseverancia"
(91), una cantidad de aftrntactones de {e, en· gran parte ya deftntdás,
sobre la unid~d de Dios, la Trinidad y la i~ de las Personas, la
simplicidad de su naturaleza, las "prt:Jee$iótlés• del HtJo y del Espfrlt:ti ·
Santo. Lo mismo ·arurre Con la creáC,tón, esPécialmente eh lO$ das
pasajes qüe se refieren al tort.Jt,mtp· de bt seres ~pirituales y corp(,r¿-
os creados por Dlos, y·~ la cteac~ del_dfablo y sil~pecado. Se
trataba, cbmo hemos vtstó, de otrOs ·tántos ·ptintos que a partir de los
siglos IV-V perteneclari: a la 'enseilahza de la I~a: tntroducléndolds
en el propto Stmbolo, el Concfllo nó ·hizo otra' rosa que eonaagrar su
pertenenclé á la norma univerSal de la fe.
94) "Dominus papa, summo mane missa celebrata et omnibus eptscopts per
sedes suas dispoeitis, tn cminention:m loc:wn cum. .WS cardtnalibua et mtrús-
tris ascendens, sanctae Trinitatla lldem et amguliá 8del articulos reotbn1 fectt.
Qutbus reatatla questtum est ab Ulliftrsts alta wce: 'Cndl.tla haec per omnia?'
Responderunt omnes: Credimus'. Postmodum damnati sunt omnes heretici et
reprobate quorumdam sententlae, ..J~ viddtcet et Emeh1c1 Parialenats.
Quibus redtantls iterum quesitum es.t: 'An reprobatis sententiaa Joachim et
Emelrtct?' At illt magts invalescebant clamando: "Reprobamus" (A neweyewtt-
nes Account of the the Fowth Laterc;¡n CouncU. publú:ado por St. Krutt;ner y
Antonio Garcia y Garcia, en Tradltfo 20 (1964) 115-128, espectalmente pp.
12~12~. . ' .
95) Sess. VI: Decretum de Custfllcatiorur, cap. V, C.Oe.D. p. 672: Denz-sch.,
1525
96) Sess, XIII, cap. 1, C.Oe.D., p. 693; Denr;-Sch., 1636-1637.
91) Sess. XI: Bulla unionis Coptorum, C.Oe.D. pp. 675-676; Denz-Sch., 1347-
1349.
21
1.4 ensemnza eootún de k>s Papas yde los conctms
A mediados del siglo V. en vlspenu¡ del ConcUto de Calcedonia. el
-romo" del papa San León M~no a Flavtano precisó uno de los fines
de la eCODOilÚlil de la salvación. evoca&Kio la Victoria sobre la muerte y
$Obre el diablo que según la carQ1 a los Hebreos tiene su dominio (98).
Más tarde, cuando el Concilio de Florencia habló de la Redención. la
presentó biblicamente como una liberación del domln1o del diablo
(99). El ConcUio de Trento resumiendo la doctrina de San Pablo.
declara que el hombre pecador "está b~o el poder del diablo y de la
muerte" (lOO); salvándonos. Dios nos &a liberado del poder de las
tinieblas y nos han trasladado al reino de su Hijo amado. en el cual
tenemos la redenc~. la remisión de los pecados" (101). Cometer
pecado despu6s del Bo\utísmo es "abandonarse al poder del demonio"
(102). Esta. ea en efecto. la fe priJ:nitiva y universal de la IgJesla. ates-
tigllada desde los ~ sigloa en la liturgia de la inlctadón criatia-
u. c"U.ando loa catecúmeJA. estando ya para ser bautizados. renun-
ciaban a SatanM. profeaban su fe en la Santisima Trtn1dad y se
adherian ,a Ctlsto. su Salvador. .
POr esó mismo, el. Condlio Vaticano U, que se ha interesado del
preecnte de la Jglesi4 .g¡Aa que de la doc:trtna de la creación, no ha
dejado de poner en ~la c:ontnt. la ~ad de Sataru1s y de los
desnqntos. Como ya ha~ hecho los Concilios de Florencia y de
Trento. ha recordado ~n~ con el Apóstol que Cd$tp nos "libe-
ra del poder de las tinieblas" (104); y, re~endo la Sagrada Escritu-
ra. a la manera de s.n Pablo y del. A.pQcallpsis •. la Constitución
"Gaudium et Spes" boJ. ,d.icbo que nuestra ~ la hlst,prta UlÚVer-
ql. "ea ~ dur.J. ~. CDntra el poder de las tinieblas.. cr:a;t:Uciada
en los offgenes del mundo. d~. como dice el Señor; el cita
final" (105). En otra parte, el Vaticano 11 renueva la exhorta~ón de la
carta a los Efesios a "vestir la armadura de Dios para poder resistir. a
28
las insidia& del diablo'" (106). Por'qull, como lil mtsma Consutucf6n
Lumen genttwn recuerda a los seglares, "debentol!l luchar contra loe
dominadores de este mundo tenebroso, contra los esptrttu& malignos"
(107). Finalmente no -eauM ntnguaa 80rpresa comprobar que el
mismo ConcUIO, queriendo pre$entar la lglé!&ia como el n!!lno de Dios
ya comenzado, in'Ytlca los mUagros de JeaO.s que, a este respecto,
apela predsamente a sus exorcismos {108}. EfectWamente, ~n esta
oeasiOn fue pron'ltfteiada por Jesús la famoea declaraci6ft: •stn duda
~tte el·mno de Dibfi;:ha llegado a. voaotros• (Ió9J
El argumento litúrgico
En cuanto a la liturgia. que ya hemos evocado de paso, ella apor·
ta un testintonio particUlar, porque es la. expres16n ooncreta de la fe
'VMda; no debemos exigirle responda a. nuestra rurtosidad sobre la
naturaleza de los demonios, sus categortu y stut nombn!!ll.
La liturgia se contétlta toi1 lrlM&tir, atgutendo su fundón, en su
existencia y en la amendil que e«>ft~lttl1en para los enettanos:
bastndo8e en las ensetmnzas del Nuevo 1Utamento, la liturgia se
hace· directamente eco del mismo, retorda:ttdó que la VIda de loe
bautizados es un combate emprendido, ~ la gracia de CriSto y la
fuerm de su Espíritu, contra el mundo, la carne y los eetes dernonla·
cos (110).
29
:romaao (lll),,hace mucho tiempo que ya no se usan. Antes de 1972
se podian citar también las oraciones de la recomendación del alma,
que. recordaban el horror del infierno y lo& últimos asaltos del demc:r.
nio (112); pero estos textos stgniftaltivo& ban desaparecido. Sobre
todo, en nuestros dias. e¡. (m'acteri&tico mU:ljsterlo del exorcista sin
haber $ido abolido ._ttcalmente. está reducido a un seiViclo eventual,
y de hecho,sola.Ínente subsistirá silo necesitan los Obispos (113), sin
que se· baya prevAeto ningún .rito para conferirlo. T;Jna 4ecisión de este
género no significa, evtdentemente, que el. sa~ no tenga ya el
poder de exorcizar, ni que ya no deba ejercitarlo; pero esto obliga a
constatar que la Iglesia, al no hacer de este ministerio una función
especifica. no reconoce ya a los exorcismos la importancia que tenlan
en los primeros siglos. Sin duda alguna esta evolución merece tenerse
en cuenta. · .. ,
Stn e111bargo. no ~.sacar la conclusión de que ha habido
un retroceao o tma revi81QJl de la fe: en el campo Utwgtco. El Misal
romano de 1970 sigue reflejaQdoJa,convtcción e,xi&tente en la Iglesia a
propósito de las intezvenciQnes 4emon~ Hoy. como antes. la litur-
gia del JK1mer domingo de Cuaresma rec~ a los fieles cómo Jesu-
cristo nu~tro Señor Yenctó al demonio: los tres relatos sinópticos ~
su tentac~ están reaenados a los tres cick.ls A. B. c. de las lecturas
cuaresma1e-. El protoevangelio, CQil su anunCio de la victoria de la
d~ncta de la mujer sobre la de la serpkmte (Gén 3, 15} se lee
en el X domingo del año B y en el sábado de la V semana. La Jlesta de
la Asunción y el común de la Virgen presentan la lectura de Apoc 12,
1-6, es decir, la amenaza del Dragón contra la Mujer que da a luz.
Me. 3, 20-35, que describe la discusión de Jesús con los Fariseos
sobre Belzebú. forma parte de las lecturas del X doiDingc;) del aiio B.
ya mendonado. La parábola del grano y de la cizaña (Mt 13. 23-43)
aparece en el XVI domingo del año A y su explicación {Mt 13, 36-43}
se lee el m.artea de la semana XIII. ~ l&lluncto de la derrota del prlnci-
31
----·---
enfennos -corno ya hemos notado- la oración de la ftiCOnlelldactón
del alma no subraya la presencia de Satanlls; pero en el curso del rtto
de la unción el celebrante reza para que el enfermo ·sea liberado del
pecado y de todá tentaci6n• (119). El santo 6leo es considerado como
una "protección" del·cuerpo, del alma y del esplrltu (120). y la oractón
"Commendote", sin menctonar el Infierno y el demonio, evoca sin
embargo, lndtrectamente su existencia y su acción al pedir a Cristo que
salve al moribundo· y lo cuente entre el níunero de ·sus• ovejas y de
•sus• elegidos: evtden~mente, este lenguaje quiere evitar un trauma al
enfenno y a su fé:tJ11ilia, pero no olvida la fe en el mtsterto del mal.
32
realtdad delllOillaea, la Iglesia no se propone ni retroceder a las espe~
culaciones dualistk:as y maniqueas de otros tiempos, ni propOner un
substitutivo aceptable .para la ramn. Solo quiere seguir siendo ftel al
Evangelio y a sus exigencias. Está claro que jamás ha permitido al
hombre descargarse de su responsabilidad atribuyendo las propias
eulpas a los demonios. La Iglesia no dudaba en lanzarse contra una
escapatoria semejante cuando se manifestaba, diciendo con San Juan
Crisóstomo: "No es el diablo stno la inCuria propia de los hombres la
que cau$1 todas sus caldas y t.cxl<* los males de los que se lamentan"
r
(122t.
A este respecto. las enseflanzas cristianas, con su valentla en
defender Ja libertad y la grandeza del hombre y en hacer resaltar
pleaameate la omnipotencia y la bondad del Creador, no muestran
desmayo. Ellas han condenado en el pasado y condenarán siempre la
excesiva facilidad en aducir como pretexto una incitación demoniaca:
ha proscrito tanto la superstición como la magta: ha rechazado toda
capitulación doctrinal frente al fatalismo y toda renuncia a la libertad
frente al esfuerzo. Es mAs, cuando se habla de una posible interven-
ción diabólica, la Iglesia deja stem~ espacio, Igual que al milagro, a
la exigencia crltica. En dicha materia exige reserva y prudencia. En
efecto, es tactl caer vlctlmas de ·la imaginación, dejarSe desviar por
narraciones inexactas, torpemente transmitidas o abusivamente
interpretadas. En estos, como en otros ~os. es necesario ejercitar el
discernimiento y dejar espacio a la inwstlgación y a sus resultados.
No obstante esto, la Iglesia, ftel at ejemplo de Cristo, cree que la
advertencia del Apóstol San Pedro a la "sobriedad. y a la vigilancia es
siempre actual (123). Ciertamente, en nuestros dias conviene defen-
derse de una nueva "embriaguez". Pero el saber y la potencia técnica
tamb~ pueden embriagar. Hoy dla el hombre se siente orgulloso de
aus descubrilllientos y, muchas wces, justamente. Pero en nuestro
caso ¿atA segúro de que sus an.mats han esclarecido todo~ 1011 fen6-
menos caracterlsticos y reveladores de la presencia del demonio? ¿No
queda ya nada problemático en este punto? El análisis hermenéutico
y el estudio de los Padres ¿habrlan allanado las dificultades de todos
í los textos? Nada hay menos seguro. Ciertamente, en otros tiempos
hubo cierta ingenuidad al temer encontrar algún demonio en la
encrucijada de nuestros pensamientos. Pero ¿no existlrla igualmente
hoy al pretender que nuestros métodos dirán pronto la última palabra
sobre la profundidad de las conciencias, donde se interfieren las rela-
ciones misteriosas del alma y del cuerpo, de lo sobrenatural, de lo
preternatural y de lo humano, de la razón y de la revelación? Porque
estas cuestiones se han considerado siempre vastas y complejas. En
cuanto a nuestros métodos modernos, éstos, como los de los anti-
guos, tienen limites que no pueden traspasar. La modestia, que es
33
también una cualidad de la inteligencia. debe oonaervar sus fueros y
mantenerse en la verdad. POllJue esta virtud -aun teniendo en cuen-
ta el futuro- permite desde abora al crtatianismo dejar .sitio a la
aportación de la revelación, o IQ{ls brevemente. a la fe.
A esta fe, en realidad, nos conduce de nuevo el apóstol San Pedro
cuando nos invita a resistir, "fuertes en la te" al demonio. La fe .nos
enseña. en efecto. que la realidad del mal "es un ser Vivo, esptrttual,
pervertido y pervertidor" (124) y sabe también darnos confianza,
haciéndonos saber que el poder de Satanás no puede traspasar los
limites que Dios le ha marcado; nos. asegura igualmente que, aunque
el diablo es capaz de tentarnos. no puede arrancarnos nuestro
consentimiento. Sobre todo, la fe abre el corazón a la plegaria. en la
cual encuentra su victoria y su coronación, haciéndonos. triunfar
sobre el mal gracias al poder de Dios.
Es cierto que la realidad demoniaca testiftcada concretamente por
aquello que llamamos el misterio del Mal, permanece todavia hoy
como un enigma que envuelve la vida Cristiana. Nosotros no sabemos
mucho mejor que los apóstoles por qué el Señor lo pennite. ni cómo lo
usa para sus designios; pero podña suceder que, en nuestr.l socie-
dad, prendada por el horizontalismo secular, las explosiones inespera-
das de este miSterio ofrezcan un sentido menos refractario a la
comprensión. Estas obligan al hombre a mirar más lejos, más alto,
más allá de las evidencias inmediatas: a través de las amenazas y de
la ~potencia del mal, que impklen nuestro camln.ar, nos permiten
discernir la existencia de un méS allá que hay que descifrar. y volver-
nos hacia CriSto para escuchar de Ella Buena Nueva de la salvación
ofreclda. CODl() gracia.
También la existencia de la.realldad demoniaca y la aftrmación de
su poder tienen su fund.amento no sólo sobre estos documentos más
específlcos; no obstante adquleFen >Otra expre&ión. IDiás general y
menos rigtda. en los enunciados conciliares, cuando describen la
condición del hotnbre sin CriSto.
34
Presentación
Carta Pastoral Colectiva del ~iscopado Argentino,
9de Noviembre de 1954.
35
paro que un ángel, santo o ánima se mantjie$ a tal o~~
por algún mottuo también especial: o que se trote de ~l,.,(f-ac:tón
directa de Dios Nuestro Señor. a través de ese medlo especff{l6,
prescindiendo de lo anterior. Siempre el eye es Dios y no el capricho
de la creatura.
Y donde pareciera darse esto último no deya de estar presente la
sugestión diabólica. Por ello es que hay reglas claras pam dtsUngUlr
el origen de esas manifestaciones sobrenatumles, tal como se las
utUtzó en Lourdes y Fátima, como también para discriminar lo
sobrenatural de fenómenos meramente humanos (facultades
pamnormales, afecciones patológicas, alucinaciones, sugestión
humana, etc.).
Con todo, los fenómenos místicos y aparictontstas, están
circunscrtptos a almas privilegiadas. El espiritismo, por el contrario,
más que referirse a fenómenos sobrenaturales, pretende una
rel.t?ctura de la ciencia, lafllosofw. y la religión. n~lando todo ello a
traoés de una presunta eXperiencia de contactos de ultratwnba por
mediación de agentes capacitados ("mediums~; "psíquicos~). Es una
codi.ftcación de errores tanto o m(l$ viejos que e( hombre y su calda, y
de una soberbia más radical que la htstorta hum.ana. ya que
empalma con la rebeldía de Satán. y también de una peligrosa ·
manipulación de la mente que la somete a eyerctctos y tensiones para
los que no está hecha.
Las alteraciones y perturbaciones estructurales a las que pU!!de
llevar este Upo de práctica, prescindiendo de las consideraciones
meramente teológicas, las podremos encontrar detalladas en el
precioso "dossier~ de Ebon y otros: "La trampa de Satanás~. Buenos
Aires, 1976.
Asimismo, el espiritismo se ha visto estudiado y desenméiscarado
por la obra de dos excepcionales estudiosos jesuitas: Herfida y
Quevedo, a principios y a med.tad.Qs de slglo, ré$peetiuamente. Con
todo, el error se cimienta no sólo en una falta de inteligencia...
,,La nigromancia es tan vteya como el mundo. Pero cuando
hablamós de u:n bagaje doctrinal. nos referilTID:S al que reconoce su
autorfa en el médico .francés Htp6lttoRivail {1803-1869}, q~con el
seudónimo de Allan Kardec, publicó en 1847 elfamoso "Ubro de los
Espfrttus•. El espiritismo, originado en el estado de Nueva York por
las travesuras de dos hermanas (Margarita y Cata,Una Fox), recibió el
impulso ci.(¡> Ja, cod{ftcación de Kardec y se difundió por todo el mundo.
Para Kardec, "E~piritismo~ se OJX»'W a "MPterialismo~. pero lo
distingue del esptrltuaUsmo, pues leí <;Orriuntcactón con los espfrttus
es el presi.Apuésto de su sistema. "Nacer, morir, renacer y progresar
sin cesar: esta es la ley~. El epitafio de Kardec resume su doctrina: la
reencarnación supone pluralidad de existencias en este mundo
material; progreso contínuo. hacia la perfección .final; ley del kanna:
progreso en las reencarnaCiones, o retroceso, según los méritos
propios; dRftnltiva independencia del cuerpo en la peifecciónftnal del
alma.
36
El espiritismo no ttene ritos, dogmas ntjerarquias. No se
considera a sí mismo ni un culto ni una religión, stno un
conocimiento cient!flco acerca del origen, la procedencia y naturaleza
de los espíritus como entidades inteligentes, y de su contacto con los
mismos, tal como se desprende de los hechos medtúmnicos. No se
habla de Creactón. de Ctelo o Infl.emo. Su fde es la metempsicosis y
la evocación de los espíri.tus a tra~s de interm.edt.cuios, es decir,
personas con talento Mmedtúmnico".
Todo es proceso, deuenir, lo que cuenta es lo espiritual. El .fuerte
dualismo que encierra el espiritismo es evidente. .
Gractas a la expertenct.a medtúmnica, el alma ha pasado del
gabinete del teólogo y del .filósofo al del científico en el ámbito
experimental. Para el espiritismo kard.eetano esto acarrea tres
rupturas antropológicas, al constderar la muerte como
desencarnación, el nacimiento como reencarnación, y la
trascendencia como fin del hombre.
El espirttismD, al negar tanto el Cielo como ellnftemo, pcm!dera
sostener algo así como una bienaventuranza jlnal para todos. a
través de largas purtjlcaclones por innumerables reencarnaciones. Se
parece en algo a la doctrina de la "apokatastasts panton" sostenida
por algr.utOs tiUt~s eclesiásticos del stglo li (Origenes}, aunque estos
autores no sostenian la reencarnación, pero si la preeXistencia del
alma humana y las caracteristtcas de unión penal en las relaciones
alma-cuerpo.
La étiCa espirita de hacer el bien, rechazar el mal, repudia toda
violencia, incfusiue el suicidio, el uso de drogas, atcohol y tabaco.
Pero encierra una gran contradicción, que es la evocación de los
muertos, oontmria a toda naturaleza y a la ley divina.
En 185 7 Justo De Spada, un español, la introdujo en el pais, que
está a la vanguardia en el tema. La Confederación Espiritista
Argentina data del14 de junio de 1900, pero ya existían
fraternidades desde 1880. estructuradas democráticamente. Algunas
de estas logias o fraternidades, recibieron visitas y fueron
frecuentadas por importantes hombres públicos argentinos.
Una variante heterodoxa del espiritismo, .fi.mdada en Buenos
Aires en 1915 por Blanca Lambert y Eugenio Portal, es la
denominada Escuela Científica Basilio". un complicado entrevero de
M
37
evocactón rhediúmnica de los espirltus.
Una variante del esptrttfsmo, ya bastante dtvt.dldo. es el
"umbandismo•. sincretismo a.frobrasf.lEiño, poltteista e tdollr.trfco.
organizado en Brasil en la década de 1930 y en la AJYenttna en la del
1970. La Federación Espiritista BraStlefta consintió en 1953 en que
se llamaran espiritistas, pues coinciden en que ambos eoocan a los
muertos, y "a otros espirltus desconocidos•. Pero las dtferendan de
sus filas. En realidad es un neopaganfsmo, de muchas variantes y
grosero contenido. ~
El espiritismo kardedana, en resumen. niega todo el Cn!!do. y
especialmente los mfstertos de Dfos. la Salvación por Jesucrtsto y la
doctrina de la Grada.
Rliferénelas bfblicas: Ex. 22.18; Deut. 18. 9-12: Lev. 10,6-27:
19,31; 20,6; ISam. 28; HRe. 21,6; Is. 8,19; Hechos 9,9-12; 13,6-12;
16,16·18; 19.11-20: Gal. 5,20.
Jfagfsterio ele la lg,_a: El Conctlto Vattcano II en LG. n. 49
ordenó poner la nota 2. que se re.ftere a la condena de toda.forma de
evocación de los espirltus, reajirmando la legislación común desde
Alejandro N (1258) hasta la respuesta del año 1917.
El Código de Derecho Ca:nóntco de 1983 ~de regulación
ttpyrcada para con las acUvtdades esptrttas como la tenia el CI 1917,
pero quedan comprendidas en las generales legales acerca de
apostasta, herejia y cisura (CC 751, 1364) y su pena es la
excomunión "latae .sententtae•. El espirtttsmo está condenado por su
concepción diametralmente opuesta al Evangelio y no viceversa.
39
entrañaba ya falsamente la aceptaciérl ¡q:n-esurada de hechos no bi•
estudiados ~y la adndston de .~ ~\l~ lbtdgente ~ramundana
sin pruebas fehacientes y ~on~. como \lo hldera. en UD pdnct~
pio, la misma sorprendida madre de las ~rrnanas Fox. Cuando en el
año 1888 las revelacioaea ine aperadas y .terrqmantea de dichas
hermanas, dieron al rnuado ,_ etfU1'1~c:Je t¡ue todoe los fenómenDe
iniciales del sedicente espfrltfsin'(\. Ifl.oderno ñabian sido "pura farsa
del prtncipio al fin~ y •el m~ embuste del siglo", ya era tarde p¡ua
detener el eontaglo. M. bastó quel'~ fblt,d~ea~.;dnde
el escenarto de la Academia de ~ica,de ·Nitna York. y en ¡nNillda
de su hermana, declarara que "habla sido embustera" y que explicara
cómo había producido "aquellos sorprendentes cuanto Inexplicables
fenómenos" añadiendo la retractación pública impresionante de
ambas hermanas. No acabó con ello el esplrltisrno; pero en su tortuo-
sa y peligrosa evolución llegó también a la pretensión inaudita de
proponer una filosotla esplrltualista y una religión positiva. fundadas
ambas en la experiencia de lo esplrltual y de lo religioso vivida en las
reuniones esplrltistas. en las cuales recibian mensajes transmitidos
por los esplrltus y captados por los mediums.
Por eso hemos señalado al espirttisrno corno peligro doblemente
grave e insidioso, ya que entrañaba dos intentos vanos y pemlclosos:
el primero es el· de evocar a Jos muertos y Joos espiritus. buscando una
intercomunicación con ellos provocada sistemática y arbitrariamente,
en reuniones destinadas a ese fin; el segundo es hacer del espiritismo
una religión positiva con su culto propio, basada en el conocbnlento
experimental de la existencia de Jos espiritus y en una doctrina con te·
nida en los mensajes transmitidos por ellos. de contenido flloeófteo
espiritualista según sus fundadores y de contenido rellgloec) que
comienza negando rotundamente la dtftnidad de Nuestro Seik>F Jesu·
cristo y la maternidad divina de Marta Santlslrna.
A ambos intentos querernos referimoS para Ilustrar las mentes de
nuestros fieles, a fin de apartarlos de tales peligros e impedir que
muchos, seducidos tal vez por sentimientOs. en si mismos respeta-
bles, caigan en el delito de complicidad con el Intento de llevar a la
herejla y a la apostasla que formal y expresamente tienen como suyo
la mayor parte de los que actualmente, en nuestra Patria, organizan
el Culto esplrltista.
El espiritismo, como sistema doctrinal, que pretende poner a loe
hombres en comunicación con los esplrltus ultraterrenos, actuaJmen·
te es sumamente complejo y confuso por la multitud de elementos
sobrepuestos a sus prtmeros elementos simples que fueron las ~ti·
clones de las experlenclas de las hermanas Fox. Ya no se trata sola·
mente de las mesas girantes con lenguaje a ~reusión, sino de escri-
turas mlstertosas, fenómenos lul1llrioe6s, levftaetones, aparldones de
fantasmas, materialización de esplritus, adivinaciones y otros fenóme·
nos. Nosotros no entraremos a examinar tales hechos y menos a estu-
diar las diversas y múltiples hlpóte8fs, tales como las del "mtlgnetis·
rno", del "hipnotismo", de la "telepatía", del "periespiritu.., y de las
40
"reencarnaciones• con que, entre otros, se ha tmtado de encontrar
una explicación de tales hechos, admitidos como reales, con demasia-
da credulidad las más de Jas veces, y siempre sin un control cientifico
riguroso. El fraude y la impostura han sido .comprobados, en los fenó-
menos espiritieos, con una frecuencia tan evidente, que no se
comprende cómo no haya mayor cautela y criterios más estrictos en
la admisión ·de los mismos,. como realidades objetivas.
Además de los fraudes de los "mediums" existe siempre la creduli-
dad de los asistentes que llega. a veces. a lo tnverosimtl, siendo lo más
grave la posibilidad siempre real de la autosugestión y aluctnaclón del
"medium• y de los participantes, cuya proclMdad a la misma es más
frecuente de lo que se sospecha.
Este sistema, reducido a ia evocación de los espiritus, cuya inter-
vención hoy se dice multiforme en sus aspectos, es objetable desde el
punto de vista moml por la desorientación que produce en la concien-
cia, la· cual puede llevar hasta el desequilibrio mental.
Desde el punto Ele vista teológiro. debemos señalar que la ¡x-eten-
slón de comunicarse con los muertos y los espirttus, en reuniones
provocadas, es del todo inaceptable para quienes tengan una idea
seria de la Santidad de Dios y de su dominio·sobenmo sobre los espt-
ritus. Los muertos y los espirttus no depeoden de nuestra voluntad y
no estén a nuestra disposición para responder en las reuniones que
intentan evocarlos, siempre que lo quieran sus organizadores.
No aolamente la Biblia, sino ~n la documentación biogr.Ulca
de los Santos nos presenta casos comprobados de aparictlones de
Angeles, de muertos y aún de demorUos, los cuales al presentarse a
los hombres ,lo hlderon con un fin determinado y comprensible .de
ayuclaJ'ke o guiarlos, o para amonestarlos o para tentarlos. Pero estos
easoa, bten reducidos por cierto, ~ realizan en un ambiente bien
distinto del de las reunkloes espititistas.· En aquéllos la atmlJsfera en
que se realizan es de eeriedad que deja entrever cómo sobre Uxlo
domina la voluntad de· Dios que manda o permite tales acontecimien-
tos; en éstos, en cambio, comprobamos un espectáculo de exhibtc16n
a disposle16n del pilblico, que a veces. tiene Jas formas de lo grotesco,
Indigno de la Santidad de Dios y de la dignidad de los én.geles y de los
esplrttus de nuestros muertos.
Comprtndese b6en, pues, por qu~ el juicio de la IgleeJa es termi-
nante y decisivo contra tal evocación de los muertos que siempre ha
repudiado como 111cita. Asl lo estableá6 en la reunión del 27 de abril
de 1917, la Sagrada Congregaci6n del Santo Oficio, habiendo sido
aprobada tal decisi6n por Su Santidad Benedicto XV, el26 del mismo
mes. Propuesta la siguiente cuestión: "Sl es licito asistir a cualesquie-
ra comunicaciones o manifestaciones espirltistas, haciendo uso del
llamado "Medlum" o sin él, con empleo o no del hipnotismo, aun a
aquellas que pareci«en inspiradas en fines piadosos u honestos, ya
sea interrogando a las almas o esptritus, ya sea recibiendo las
reepuestaa o simplemente haciendo acto de presencia, aun con la
protesta tAdta o expresa de que no· se quiere tener parte alguna·con·el
41
demonio". "El Santo Oficio respondi6: negativamente en todas sus
partes".
La razón principal del Decreto mencionado del Santo Oficio que
condena las prácticas espiritistas, sin que en él se examinara el valor
de las manifestaciones espiritistas y sin pronunciarse sobre la natu-
raleza de tales fenómenos, es ésta: la Iglesia se ha preocupado de
alejar a las almas, entre los cuales las hay, en gran número. débiles e
indefensas psiquiea e intelectualmente, de una práctica supersticiosa
y mistertosa que, bajo las apariencias de un espirituaUsmo de mala
ley y de origen bastardo, acaba por destruir el verdadero espirttuaUs-
mo y la verdadera Fe.
Esto es tan cierto que hoy, en nuestra Patria. esta práctica
supersticiosa ha tenido la osadia de presentarse como entidad juridi-
ca, con el intento de promover una Religión que frente a la Religión
Católica califtca de verdadera, siendo asl que expresa y formalmente
niega las verdades esenciales del Catolicismo. Esto seria más que
suficiente para medir la enormidad de tal aberración: pero hoy más,
mucho más. A todo esto se añade la pretensión inaudita y sacrilega
de fundar tales afirmaciones en los mensajes mediúmntcos que habñ-
an sido recibidos del mismo Jesús Nuestro Divino Redentor, de Marta
Santlsima y de San José para desmentir a los Evangelios. a los Padres
Apostólicos y Santos Padres, es decir, a la misma Iglesia y a toda su
tradición que, según el testimonio unilateral inadmistble del. Mediun
que recibe y transmite el mensaje, habña engafiado hasta ahora a la
Humanidad.
Denunciamos, en cumplimiento del deber mAs sacrosanto de
nuestro Ministerio Pastoral, como es la defensa de la Fe y, en este
caso, del fundamento esencial de la misma Fe, este ataque inaudito y
sacrilego contra la Divinidad de Nuestro ~r Jesucristo, conb"a- Ja
divina Maternidad de la Virgen Maria. pRganados en nombre de
supuestos mensajes del mismo Divino Redentor y de San José. ·-
En el número primero del Año 1 -Buenos Aires, julio de 1953- el
Organo de la Asociación Escuela Cientlftca Basilio -Culto Espiritis-
ta- publica en primera página un artlculo central con este titulo:
•Por qué Jesús no es Dios". En el número 9 del mtsmo órgano, lef:mos
el titulo del articulo central que, sobre la 1lgura de San J~. publica a
grandes letras, palabras atribuidas al mismo San José que, audaz-
mente y sin responsabilidad alguna. se atreve a presentar como
transmitidas· por el Espirltu del Venerable José que "fue contrario,
dice. a todo principio dogmllttco• las siguientes pálabms: ·"He sido su
padre (de Jesús) en la tierra como &ay su hermano ·en el espacio".
Flnalmente para que se pueda apreciar hasta dónde llega la total
negación de esta prédica superstidosa bástenos denunciar la stgu:ten-
te afirmación que, entre otras, del articulo señalado como del primer
número, afirma que Jesús "para demostrar al mundo que el hombre
es capaz de rehabilitarse, encarnó "en la mtsma forma· .que sus
hermanos. pero dominó su materia como corresponde a todo esplrJ-
tu•. Añade además: "que Jesús no es Dtos. lo saben todos". He aqul
42
unidas, en una monstruosa promiscuidad, la audacia. la desvergüen-
za, la mentira y el engaño, queriendo protegerse con titulas de escuela
ctentiftca.
Este segundo intento del espiritismo de establecer una religión y
un culto, destruyendo la base misma de la Religión revelada, basando
su prédica en una ftlosofta aparentemente espiritualista y en una
doctrina aparentemente religiosa. transmitida por los espiritus y reci-
bida por los mediums, que nunca podrán ser debidamente controla-
dos, estA asentada sobre arena. es decir, carece de todo fundamento
que merezca respeto y atención. Sin embargo ofrece serios peligros
que hay que evitar a toda costa. El deseo de conocer lo misterioso
pr.esentado con apariencias cientiftcas, el aneblo de un posible nuevo
cootacto con los seres queridos que murieron, la apetencia de lo reli-
gioso, que nunca muere en el hombre, lleva a muchas almas privadas
de conocimientos serios de su religión católica, hasta los locales espi-
ritistas. En ellos. desarmados e indefensos por su ignorancia y por
sus prejuicios, inician una caída en plano inclinado que ~cOmente
puede llegar hasta el abismo de la pérdida de su Fe.
, Para evitar que esto acontezca, advertimos gravemente que quie-
nes dirigen M el Organo de la Asociación Escuela Ctentlftca Basilio•, Ma
esta misma" y Mal Culto espiritista• en nuestro pals, constituyen una
secta religiosa que no solamente enseña gravisimos errores en mate-
ria de Fe, sino que niega la 1nisma Redención por Jesucristo y su
carácter de Hijo de Dios encarnado, nacido de Maria Virgen, Por lo
cual sus dirigentes y fautores y propagandistas incurren en el delito
de herejia y por consiguiente en, las sanciones del Canon 2314 del
Derecho Canónico, el cual, en su parégrafo 1, N9 1, establece que los
herejes incurren en exc:omllllién Mipso facto•, cuya absolución a tenor
del pan\grafo 2 del núsmo canon queda reservada a la Santa Sede de
un modo especial. Añádese, a esto que los miembros de tal Asociación
en cualquiera de sus filialeS que, adema de su adhesión, de su
ayuda y de su asistencia a sus reuniones, hagan profesión interior de
errores - como los sefialados- que se oponen a las verdades de fe,
deftnklas por la Iglesia. incurren también en herejia y por consiguien-
te en las sanciones sefialadas del Canon 2314. Asimismo los que
simplemente asisten, y concurren a las reuniones espiritistas, y con
mayor razón los que dan su adhesión y su ayuda. aunque fuere por
motivos de curiosidad, de satisfacer el anhelo de un posible contacto
con sus muertos, o con el pretexto de comprobar experimentalmente
la existencia de los espiritus, caen en la nota de •sospecha de herejia".
de acuerdo al canon 2316. Por su parte, el canon 2315 dispone que
Mal sospechoso de herejía", que amonestado no hace desaparecer la
causa de la sospecha, debe apartársele de los actos legttimos ... , y si
no ,se enmienda en el plazo de seis meses cumplidos, después de
haber incurrido en la pena, debe ser considerado como hereje, sujeto
a las penas de los herejes", es dectr, Mexcomunión", Mlpso tacto•, cuya
absolución está reservada a la Santa Sede de modo especial".
Aclaradas asi las ,cosas y hechas estas advertencias graves, debe-
43
moa ahora señaJar a nuestroa Saam:lotea· Dtoeeaanos y RegWQes.
principalmente a loe Señores C.ras .Pérroooe, a nuestros oolabonldo--
res laicos de la Acción Católica Argentina y a todas las Instltuekmee
de ApoStolado. en Cualquier de sus fonilas de acción católica "pleno
jure". a 1as· adheridas a la Acción CatóJtca. la parte que deberAn reaU-
zar para que nuestro pueblo adwertklo diligentemente e tastrutdo
debidamente se aparte de tan nefasto peligro y se ponga una valla por
el ml\mlo pueblo a· una invasión veFgoilZDSa disfrazada de ctenUftcta-
mo para sembrar confusiones y negaciones en el orden reltgloeo,
apelando a la libertad de conciencia Y• de pensamiento eontra la Fe
Catbüca.
No bastará dar lectura de éste nuestro doownento en nueatru
Parroquias e Iglesias; ni bastará el comentario ordinario de loe StftO.
res CUras PáiTocos. y Sacerdotes.· Nuestros fieles que &ecuentan Jos
Santos Sacramentos y que asisten a la Santa Mtsa no son loa que
peligran. Los que DO frecuentan nuestras Iglesias, esos son loe que
corren riesgos de ser engaa\ados y arrastrados a la ruina espiritual
por una forma de seducct6n llamaUva. novedosa. que tiene el atracti-
vo de lo misterioso, revesüdo de intelectuallsmo y cientlftsmo y de una
moda que prestigia ante muchos. aunque no parezca. A esae mala8
hay que lJe9ar la luz. Lo podemos hacer. hay que hacerlo sin tardanza
y hay que hacerlo en unidad orgintca. que multiplica el esfuerzo
metódica y eftcazmente y en la disciplina que impone la voluntad de
los Pastores. en noíllbre de la Igletda. Lo podemos hacer y lo debemos
hacer. De nada valdña enterar a loa cat61icos militantes y practleantes
de la gravedad de este problema si permanecemos inactivos. Eatamos
en condiciones de traducir pnkttcamente. en un esfuerzo organizado.
las presentes observadones e lndlcacl.olles. Deberá, pues, ~11arae
una campafia que duran\ hasta fines del año pmDmo. corno c:ampatta
de primer t~rmtno y genend, en toda nuestra Patria. A nt.U!Stn) pedido
la organizará la Junta Central de la kdón Católica Argentina. que es
el órgano de que se· vale el· Eplseopado .Mgentlno para ntabzar lo
actividades de apostolado que indicare.
Todos los órganos Diocesanos COD sus Asesores débertln eecun-
darla y todas las Juntas Parroquiales ron sus Asodactones pmplas y
adheridas, presklidas y conducidas por sus ~ ~utarAn lo
estudiado y planificado. Esta nuestra Carta Pastoml deberé. ser estu~
diada ·en todas nuestras Asociaciones ·de apostolado, para poder
llevaria luego a· todos loe lugares y barrios alejados de nueatru Igle-
slaa. donde hay locales o centros del falso culto esplrttmo. Su dllust6n
deben\ ser amplia y permanente y con todos Jos medios lllÚ edeeua-
dos, de modo que nuestro Pueblo está advertido y pueda reaccionar
por el conoctmtento adqutrido de la verdad.
Si hemos descendido a estos detalles es porque queremoe aetkalar
orientaciones concretas y seguras para: comprobar la eftcacla de \m
trabajo urgente y necesarto, como ea de nuestro deber y derecho: y
con el fin. al mismo tiempo de hacer comprobar a nueatroa sacérck).
tes y a nuestros colaboradores Jateos ·la· ekada del· tmb8jo orgmtco
- - - --··--- -- - -- -
ejecutado con inteligente responsabilidad y de hacerles gustar la
satisfacción del éxito obtenido por la disciplina movida por el cel.>
ardiente de la caridad a Dios y al prójimo y por la Fe confiada y
obediente a las orientaciones de sus Pastores.
Ponemos, desde ahora, estos trabajos bajo el amparo de la Santi-
sima Virgen Maña, Madre del Verbo de Dios encarnado y por eso
Madre de Dios, de la cual proclama Nuestra Madre la Santa Iglesia
que: ·cunetas haereses sola interemisti in universo mundo", ·sola
destruiste todas las herejias en todo el mundo". Confiados en su
protección y en e• auxilio de Dios Nuestro Señor iniciamos Nosotros
mismos, vuestros Obispos, en el nombre del Señor, esta campaña
contra la superstición y la herejia, bendiciéndoles en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espiñtu Santo, Amén.
Esta Pastoral será leida en todas las Parroquias, Iglesias y Orato-
rios de todo el Pais, el Domingo 7 del mes actual en todas las Misas.
Dada el 1 2 de Noviembre en la festividad de Todos los Santos, del
añ.o del Señor de mil novecientos cincuenta y cuatro.
45
~Aíí.t ,.,
rf~fl acton
•Sectas onuevos movimientos rel~iosos ·Desaflos pastorales"
Secretariado para la Unidad de loS Cristfanos
47
olvidamos que elfactor decisivo en el éxtto de la ldbor apostólica. es fff
Mensqje transmitido de la Verdad, el mismo Crlstd, que es 4flbu. par sl
mismo.
En los albores de nuestra era, los cristianos no emn precisamente
los mejor instruidos. ni k>s que posefanros medios económtcos, ntros
factores del poder político, y ni síqulem la metodologia más elaborada.
sino hombres sincera y profundamente enamomdos de Cristo, que lo
aceptaban realmente como Camino. Verdad y Vida. y que afrontaban
la tarea. encomendada por el Señor antes de su Ascención con la
decisión de quien sabe que la verdad está encermda en la Cruz, y que
nada debe temer; porque El ya ha vencido al mundo. Por esto, creo
personalmente que el problema de las sectas, es un problema
enúnente y primariamente religioso, que al primerfactor que hemos de
atender es a esa "nueva hambre y nueva sed de lo tmscendente y
divino" de la que se nos habla en la Relación Ffnal del Slnodo de 1985,
hambre y sed que conuf.erten en un modo particular a nuestras
comunidades en un terreno fértil y deseoso de reetbtr el núcleo
tmscendente que necesitan, y que st no lo reciben de la Verdad, han
de buscarlo en los dos sustitutos que se les ofrecen: la magia. o el
matertalisrniJ, sea colectfvtsta o consumfsta.
Elfenómeno del estalUdo sectario, debe condUCimos a astuntr con
decisión nuestro deber trrenuncfable de canalizar esa bllsqueda de un
núcleo tmsceftdente brtndando una presentactón renoooda de Cristo,
úntco Camino, Verdad y Vida, cuidando de ctjmr nuestra ejfoocfa en el
mismo Cristo, Palabta Vtva del Padre y en el misterio de su
Misericordia que sale al encuentro del hombre, no en una metodologfa
masytcante que aliene su voluntad, para llevarlo a la libertad plena de
los h.yos de Dtos.
Es nuestro deber irrenunciable, porque este terrenofértil, si no es
cultivado con la Verdad, dará lugar al crecimiento y desarrollo de la
maleza, como de hecho está ocu.rrlendo. de modo que se desarrolla
todo lo que se presen.ta comó una respues. ta a esta búsQueda de
tmscendencki. stn tmportar demastado la validez o no ele la respuesta.
En respuesta (1 ta preocu~n de varios episcopados, man(festada
hace ya tiempo, el Secreta.rl.adó del vttttcano para la Unidad de Tos
Cristianos, en unión con el Secretariado para los No-crtstfanos, el
Secretariado para los No-creyentes y el Pontfftcio Consejo para la
Culturo, enviaron en 1984 una encuesta a las Conferencias Episcopales
y otros 0 rganismos con el propósito de recolectar las informaciones y · ·
materl'a.l disponibles en distintas regiones, a partir de lO cual se ha
elaborado el presente informe, que sólo es una sfntesis global de lo
recibido, cuyo único propósito es servir de estfmulo a futuros trabqjos
de investigación y de ningún modo un documento acaDado.
Es de desear que sujruto sea una revtsión. desde la perspectiva
religiosa, de nuestra tarm evangelizadora, a la luz del interrogante que
plantearon los Obispos en el núsmo Sinodo Extraordt.narlD: "¿Acaso la'
difUsión de las sectas no nos plantea ta cuestión de que a veces no
manifestamos s.u.ftcientemente el sentido de lo sagrado?" (ReL Ftnal H,
A, 1).
Pbro. Osear Gerometta
48
Sectas onuevos
movimientos
lJestfm Petnles
religiosos
Secretaritrlo para k1 Unidad de kJs Cristianos, (ktubre 1985
Prf'ado
Respondiendo· a una preocupación manifestada por las Conferen-
Cias Episcopales de todo el mundo, el Secretártado del Vaticano para
la Unidad de los Cristianos, el Secretariado para los No-cristianos, él
Secretariado para los No-creyentes y el Consejo Ponttftcio para la
CUltura, han emprendido un estudio sóbre la presencia y actlvklad de
las "sectas", de los "nuevos movimientos religiosos", de los ·•cultos".
Estos Departamentos, junto con la Sec:retarta de Estado, han discuti-
do esta preOcupación por algún ttemp6.
Como primer paso en este esttidlo-proyecto, el Secretariado para
la Unidad de los Cristianos, en nombre de los antes mencionados
Departamentos de la Santa Sede, envió en febrero de 1984 un cues-
tionario a las Conferencias Episcopales y a estructura& semejantes,
cex1 la intención de recibir informaciones e indicaciones dignas de
confianza para promover la acción pastoral y para examinar nuevas
lineas de investigación. Hasta la fecha (octubre 1985) se han recibido
nwchas respuestas de las Conferencias Episcopales de todos los
contmCIDtea asi como de algunas e$1Ncturas episcopales· reglonales.
Algunas respuestas incluyen una información detallada de algunas
<tiócesm particulares y van acompañadas de copias de cartas pastora-
les, folletos, artículos y estudios.
EVidentemente es imposible stntet1¿ar la vasta documentación
recibida y que tenc:lm que ser constantemente puesta al dia, como
base para una pastoral constructiva. que responda al desallo p¡esen-
tado por las sectas, los nuevos movimientos religiosos y los grupos. El
presente informe, que está basado en las respuestas y documenta-
d/m rectbt.da, quiere únicamente dar una prtmem Visión gene~
l. iltrGdueción
1.1. ¿Qué son las "sectas"? ¿Qub se enttende por cultos? El
importante reconocer que existen dtftcultades en los conceptos, deftni-
ctones y tenninOiogla. Los términos "secta" y "culto" tienen algo de
49
derogatorio y parecen implicar más bien un juicio negativo. Se. prefie-
ren usar términos más ambiguos e~ •JlUe'VOs mcMinlentos . td.Jglo-
sos", "nuevos grupos religiosos". El problenaa. de la detlnk:ión de eatos
"nuevos movimientos" o "grupos" co~o distintos de "Iglesia~ o "legíti-
mos movimientos denU.·de lá JC~~ ~-matettá: dlseuU~·· .
Ayudará hacer una dt!!lttnctóri entre las ~ctas que ttenen, su
origen en la religión cristiana y las que se basan en otras Jeligiones u
otras fuente~ humanitarias. El problema se vuele más délicado cuan-
do estos grupos tienen un origen cristian9. Es impqrtante, pues,
hacer esta distinción. Sin embargo, algunas mentalidades o actitudes
de secta, por ejemplo la intolerancia o el proselitismo agresivo, no
constituyen ni caracterizan necesariamente una secta. Estas actitu-
des se pueden encontrar también en grupos cristianos o dentro de
algunas iglesias o comunidades eclesiales. Sin embargo, estos grupos
pueden cambiar positivamente mediante una profundización:~ su
formación cristiana y a través del contacto con otros cristianos. En
este sentido, estos grupos pueden crecer dentro de una mentalidad y
actitud mayormente eclesiales.
El criterio para distinguir entre sectas de ortgen cristiano. .por
una parte, e Iglesia y cornwúdades eclestfl]es por otra, se debe fundar
en las "fuentes" de enseilanza de estos grupQS; Por ejemplo, las sectas
podrtan ser aquellos grupos, que además .de la Bibli;l. .~otros
libros "revelados" o "mensajes proféticos", que excluyen de la ,Biblia
algunO$ libros proto-canónicos, o cambian radicalmente su contenido.
Una de las .respuestas a la primera pregunta del cuestionario ~ sido
la siguiente:
"Por razones pri.ctlcas, un ·culto o una secta se definen como
·. · 'algunos grupos religiosos con una concepción del mundo suya
especifica, derivadas de, pero no completamente de acuerdo con
las enseñanzas de las grandes religtones mundiales'.
Aunque nos referimos aqui a determftlados grupos que nonnal-
mente insisten en la libertad del hombre y ide la sociedad en: gene'-
ral, los cultos y sectas también están caracterizados por·un de ter'.:.
minado número de cualidades especificas, que ge~ralmente·
consisten en que ellos son autoritarios, estructuralmente, que &e
sirven de formas de lavado de cerebro y de control mental, ·que
forman grupos que fomentan y alimentan un sentimiento de
culpa o de miedo. Un trabajo de base sobre estas caracteristicas
ha sido publicado por el americano Oave Breese, Know the
Marks ojCults (Vlctor Books, Wheaton, 111., 1985)".
Sean cuales fueren las dificultades para distinguir entre sectas de
origen cristiano e iglesias, comunidades eclesiales o movimientos cris-
tianos, las respuestas al cuestionario han revelado que éXt&te Wla
seria laguna en el conocimiento y comprensión de otras iglesias cris-
tianas y comunidades eclesiales. Algunos incluyen dentro de las
"sectas" a Iglesias y comurudades eclesiales que no están en perfecta
comunión con la Iglesia Católica Romana. Incluso algunos seguidores
de las mayores religionel:l del mundo {hinduistas. budistas, etc.) han
sido clasificadas como sectas.
1.2. En todo caso, aparte de las dificultades mencionadas, casi
todas las iglesias locales advierten el brote y la rápida proltjeradón de
todo tipo de Mnuevas· religiones o pseudomovtmientos religiosos,
grupos y prácticas. Los que responden consideran este fenómeno
como un serio problema, y para algunos constituye una situación
alarmante. Sólo en pocos paises parece no existir problema alguno
(por ejemplo, en los paises con una mayoria islámica).
En algunos casos el fenómeno aparece (en forma de actitudes
sectarias) en el seno de las iglesias principales. En otros casos, éste se
verifica fuera de las iglesias (iglesias libres o independientes, moVi-
mientos mesiánicos o proféticos); o en contra de las iglesias (sectas,
cultos), frecuentemente constltuy&tdoee a si mismos como modelo de
iglesia. Sin embargo, no todas son religlones en su contenido real o en
su propósito último.
1.3. El fenómeno, que se desarrolla rápidamente y con frecuencia
con mucho éxito posittvo. plantea problemas pastorales. El más inme-
diato es saber cómo comportarse con un miembro de una familia
católica que está comprometido con una secta. El párroco o el agente
pastoral, o el consejero, generalmente se ponen en contacto primero y
ante todo con los padres o amigos de dicha persona. Muchas veces se
puede acercar uno a esta persona Sólo indirectamente. Existen casos
en los que se puede contactar directamente a la persona. Se necesita
tener una experiencia y una habilidad psicológica para poder ofrecerle
una guia, o para aconsejar a un ex miembro a reintegrarse en la
sociedad y en la Iglesia. ·
1.4. Los grupos que son más afectados. Los grupos más vulnera-
•. bles en la Iglesia, especialmente los jóvenefl, parecen ser los mayor-
mente afectados. Cuanto más Msueltos" anden, ociosos, sin tomar
parte activa en la vida y organización de la parroquia. o provengan de
una familia con bases no estables, o pertenezcan a grupos étnicos
minoritarios, o vivan ·en lugares lejanos del influjo de la Iglesia, etc.,
tanto ffiás posible es que los quieran atrapar los nuevos moVimientos y
sectas. Otras sectas parecen atratdas principalmente por gente de
grupos de media edad~ Otras sacan sus adeptos de familias acomoda-
das y cultas. En este contexto, ~ tiene que mencionar los campas
universitarios, que son generalmente terreno favorable de adoctrina~
ción para sectas o lugares de reckif.amfento. Por otra parte. una rela-
ción dificil con el clero o una situación matrintonial irregular, puede
llevar a una ruptura con la Iglesia y una agregación a un nuevo grupo.
Pocos se unen a una secta p6r malas razones. Quizás la oportuni-
dad más grande de las sectas es atraer a la gente buena y por buenos
motiVos. En efecto, ellos obtienen el mejor éxito positivo cuando la
sociedad o la Iglesia no les han ofrecido uria búena motivación.
1.5. Las razones de lqs ~tos positivos entre los católicos son
diversas y se pueden catalogar a diferentes niveles. Están, primera-
51
mente; en intima relación con las necesidades y asptradones que.
aparentemente, no alcanzan dentro de la Iglesia. Están relacionadas
con el reclutamiento y técnicas de educación de las sectas. Pueden
ser externas ya sea a las principales Iglesias o a los nuevos grupos:
ventajas económicas, intereses o presiones políticas. simple curiosi-
dad, etc.
Se puede dar una valoraceón adecuada de estas razones, sólo
dentro del contexto particular en el que,surgen. Asi pue&, los resulta-
dos de una evaluación general(y.e~J precisamente lo que trata de ofre-
cer este informe) pueden y en e~tte caso deben revelar una serie
completa de razones "particulares", que como telón de fondo. llevan a
algunas más "universales". La razón puede que esté en la creciente
dependencia mutua eu el mundo de hoy.
Una estructura de.spersonaUzante parece ser el fenómeno sinto-
mático de la sociedad contemporáR.ea, largamente producida en el
Occidente y ampliamente exportada al resto del mundo, lo cual ha
creado diversas situaciones de ~is en el individuo como tal y dentro
del nivel social. Estas situaciones de crisis ponen de manifiesto varias
necesidades; aspiraciones y problemaS que exigen separadamente
una respuesta psicológica y espiritual. Las sectas gritan a veces que
tienen y que proporcionan estas respuestaS. Y lo hacen ya 5ea a nivel
afectivo como a nivel intelectual, respondiendo frecuentemente a las
necesidades afectivas en cuanto que adormecen las facultades
cognoscitiva&. . .
Las aspiraciones o. necesidade¡; de base se pueden de$Cribir como
manifestaciones del deseo humano de integridad y annonia, participa-
ción y realización en todos los niveles de existencia y ex¡)eriencia
humanas; como muchas tentativas de ir al encuentro de la aspiración
humruta de verdad y del conocimiento de valores constitutivos que, en
un determinado momento (ya sea colectiva o Individualmente), la
historia parece haber escondido, quebrantado o perdido á la gente que
está expuesta a rápidos cambios, a tensiones agudas, a miedos, etc.
1 ~. Las respuestas al cuestiqn;n:lo muesqan que el fenó.meno se
debe considerar no sólo como una amenaza a la Igle~a (~i bien
muchos de Jos que han respondiqo consideran el proselitiSmo agresi-
vo d~ algunas sectas como el mayor problema), sino, por el contrario,
como un desafio pastoral. Algunas .respuestas insisten en que. preser-
vando siempre nuestra propia integridad y honradez, deqeríamos
tener presente que éada grupo r~so tiene el derecho de profesar
su propia fe y de vivir de acuerdo ,con su propia conciencia. Insisten
igualmente que al estudiar a los determinados grupos. tenemos que
proceder de acuerdo con los principios de di~ogo religtoso, propuesto
por el Concilio Vaticano II y por otros documentos de la Iglesia. Así
pues, es un imperativo recordar el respeto debido a cada indMduo. y
nuestra aetltud para con los creyentes convencidos tendríá que ser d~
apertura y comprensión y no de condena.
Las respuestas al cúestidharto nrt:restran una gran necesidad de
52
información y educadón de los creyentes y de un diálogo pastoral
renovado.
53
2.1.3. La búsqueda de tntegrtdad (holismo]. Muchas personas
sienten que no se encuentran más consigo mismas, con los demás,
con su cultura y su contexto. Se sienten abatidas. Han sido dañadas
por los familiares o maestros. JXIl" Ja lglcsla o la sociedad. Se $ienten
excluidas. Buscan un ideal religioso que pueda armonizár siempre y
en todo lugar; un culto que deje espacio al cuerpo y al alma, a la
participación, a la espontaneidad, a la creatividad. Quieren ser salva-
dos, incluso corporalmente (las respuestas de Africa insisten particu-
larmente en este aspecto).
Los términos usados en las respuestas: salvación, integridad,
integración, totalidad, armonia, paz, reconciliación, espontaneidad,
creatividad, participación.
Las sectas parecen ofrecer: una experiencia religiosa. gratificante,
ser salvados. conversión, lugar para experiencias y emociones para la
espontaneidad (por ejemplo en las celebraciones religiosas), salvación
corporal y espiritual. ayuda para los problemas de droga y alcoholismo.
2.1.4. Búsqueda de una identidad cultural. Éste aspecto está inti-
mamente unido con el número anterior. En muchos paises del Tercer
Mundo, la sociedad se encuentra muy diSociada de los valores cultu-
rales (y religiosos• tradicionales y, de ~ste modo, de la fe tradicional.
Los términos usados con frecuencia en las respuestas son: incul-
turación/encamación, enajenación, modernización.
Las sectas parecen ofrecer: amplio espacio para la herencia cultu-
ral/religiosa tradicional, creatividad, espontaneidad, participación,
una forma de oración· y de predicaCión muy cercana a los rasgos
culturales y aspiraciones del pueblo.
2.1.5. Necesidad de ser reconocido, de ser especial. La gente sien-
te la necesidad de salir del anonlm¡ito, de construirse una identidad,
de sentir que ellos son algo espectal y no simplemente un número o
un miembro anónimo de una multitud. Parroquias enormes y congre-
gaciones, están orientadas a la administración y al clericalis:p1o,
dejando poco espacio para el encuentro .con cada persona individual-
mente y en su situación vital. · ·
Términos usados en las respuestas: autoestima, afrrmación, opdr-
tunidades, importancia, participación.
La!$ sectas parecen ofrecer: interés por el indMduo; oportunida-
des iguales para el ministerio y la dirección, para la participación.
para el testimonio, para la expresión; descubrimiento del propio
potencial personal, oportunidad de formar parte de un grupo selecto.
2.1.6. La búsqueda de la trascendencia. Esto manifiesta una
profunda necesidad espiritual, uq,a motiyac16n .inspirada por Dios
para buscar el aspecto trascendente de lo obvio. lo inmediato. lo fami-
liar, lo controlable y lo material. para buscar una respuesta a las últi-
mas cuestiones de la vida y para creer en algo que pueda cambiar la
propia vjda en un momento determinante. Esta necesidad espiritual
manifiesta un sentido de misterio, de lo misterioso, un interés por lo
54
que debe venir, un inte~ por el mesianismo y el profetismo. Much::!S
veces las· personas en cuestión desconocen lo que la Iglesia puede
ofrecer. o están desilusionadas; por lo que ellas consideran una insis-
tencia unilaterial sobre la moralidad, -<> están desilusionadas de los
aspectos institucionales de la Iglesia. Una respuesta. hablando de los
candidatos dice:
"La pesquisa sugiere que una mayóría de la población, si interroga-
da, admturá que ha tenido algún tipo de experiencia religiosa o
espirítual. y dirá que ésta ha cambiado su vida hacia una determi-
nada dirección, y añadirá que jamás ha hablado con nadie de esta
.••. experiencia... Muchos jóvenes dicen que tenian miedo de que se
rten:m de ellos o que les consideraran unos raros si hablaban de
una experiencia espiritual o rcligi.Qsa. o que frecuentemen~ han
tenido dificultad en encontrar sacerdotes con quienes hablar. cuán-
to más re~ponder SQ],>re su~,problemas más importantes y últnnos".
Los ·términos usados en las respuestas:· trascendencia, sagrado.
misterio, mlsttco, meditación, celebracl6n. veneración. ve«lad, fe,
esptrttualldad. significado, finalidad, valores. stmbolos. oración, liber-
tad, despettamlento,·convicción.
·· ·Las sectas parecen ofr!!cer: I~ Biblia y la educación bíblica; un
sentido de salvación; gractas del E$pírltu; meditación, realización
espirltt.ial.Aigunos grupos ofrecen'no s61o permisWtdad para expresar
y eXplorar las cuestiones en un cont~o social"séguro", sino también
un lenguaje y conceptos· para re~lo, asl como .la presentación de
un claro. y relativamente poco claro, grupo de respuestas. . ,
2.1. 7 Necesidad de wta guía espirituaL. Puede ser la falta de una
ayuda familiar en el hogar del candidatQ o falta de guia. paciencia y
cuidado personal por parte de los educadores y lideres eclesiales.
Términos usados: guía. devoción, compromiso, afirmación, gurú.
Algunas sectas parecen ofrecer: guía y orientación a través de un
fuerte liderazgo carismfltico. La figura del maestro. líder, gurú, juega
un papel importante en la cohesión de los disclpulos. Al mismo tiem-
po no existe sólo sumisión sino abandono emocional. y siempre una
devoción casi histérica hacia un lider espiritual (Mesiah, profeta,
gurú).
2.1.8. Necesidad de visión. El mundo de hoy es un mundo ínter-
dependiente de hostilidad y conflicto, de violencia y temor, de destruc-
ción. La gente se siente preocupada por el futuro. con frecuencia
desesperad$. sin ayuda, sin esperanza, sin fuerza. Añoran algunos
signos de esperanza por un camino diferente. Algunos tienen un
deseo, vago, de construir un mundo mejor.
. Términos usados: visión, despertamiento, compromiso. novedad,
orden nuevo, un camino diferente, alternativas, fmalidad, esperanza.
Lo.s sectas parecen ofrecer: una "visión nueva" de uno mismo, de
la hwoanidad, de la historia, dcl cosmos. Prometen el comienzo de
una éÍ>oca nueva, de una nueva era.
55
2.1.9. Neoesidtul de parttdpacllm y oompromiso. Eete aapeeto
está intimamente unido con el precedente. Muchos candidatos sien-
ten no sólo la necesidad de poseer una visión del presente mundo-
sociedad y acerca del futuro, sino que quieren participar tambtm en
la toma de decisiones, en la planeactón, en la realización.
Los términos usados son: participación, testimonio activo, cons-
trucción, élite, compromiso social.
Las sectas parecen ofrecer: una misión concreta para un mundo
mejor. un llamado a una dedica<;Jón total, a una participac16n a los
más altos niveles.
Se puede constatar por este resumen, que la8 sectas parece que
VIven lo que creen, con una fuerza (frecuentemente magnética), con
convlcctón, devoción y compromiso, saliendo al encuentro de la perso-
na para llevarla a donde ellos están, afectuosa, personal y directa-
mente, sacando al tndtvtduo del anonimato, promovtendb la participa-
ción, la espontaneidad; la responsabilidad, el compromiso... y
practicando un intenso seguimiento mediante múltiples contactoe.
VIsitas. a las casas y continua asistencia y gula. Ellos ayudaa a retll-
terpretar la propia experiencia, a considerar <k nuevo loe propios
valores y a llegar a las últimas consecuencias en un sistema que
co¡nprende todo. De ordinariO hacen un_ CQ~vencido uso de la palabra:
predicación, literatura. ¡nediO$ de comunicación {para los grupos cris-
tianos. una Insistencia particular en la Biblia). FrecuentemeJJ.te estén
convencidos tambtm del ministerio de la ~Ión. En una palabra.
se presentan a sl mismos como la única respuesta, la •buena nueva•
en un mundo caótico.
Ast púes, si bien &Jtas son generalmente las notas de los éxitos
posltlws de las sectas, existen tam~n otras razones, como el ~
tamtentoo y las técnicas de fonnaclón y procedbnientos de lnstrucd6n
usados por algunas sectas.
2.2. Reclutomi.ento, técnicas de jonno.cfón y procedimiento de
tnstrucctón. Algunos reclutamientos., técnicas de formación y procedi-
mientos de instrucción practicados por un número de sectas y cultas.
que generalmente son muy sofisticados, forman parte de los éx1to8
positivos. Quienes son generalmente atraidos por tales medidas.
desconocen, en primer lugar, que este acercamiento ha sido prepara-
do generalmente con antelactón, y, en segundo lugar, Ignoran Ja natu-
raleza de esta convoerslón manipulada y de estos métodos de forma-
ción (manipulación social y psicológica) a los que eUos estt.n
sometidos. Las sectas Imponen con frecuencia sus propias normas de
pensar, de sentir y de creer. Esto estA en neto contraste con el m!tcdo
de la Iglesia, que requiere pleno conocimiento y capacidad.
Tanto j(wenes como adultos, que no tienen bases 86lkbls, son
victlma f.1ctl de estas técnicas y ~todos, que frecuentemente son una
comblnacl6n y meztla de afecdlm y decepdhn (por ejemplo el
"bombardeo de amor·. el •test de la personalidad• o el •abandofto,.
Estas técnicas comienzan con un dWogo positivo, pero gradualmente
van adq'*lendo un determinado tlp) de control mental con el uso de
t&:nkas ·eJe cambio abusivo de conducta.
·Se han enumerado los siguientes elementos:
hábil proceso de lnldadón del convertido y gradual descubrt-
mieato de lo que sus anfitriones son en realidad:
técnicas dominan*: "bombardeo. de amor", ofrectendoc~
comida gratuita en un centro Internacional para amigos",
técnica de .las "fiestas-pesca• (prostttucl6n como m6todo de
reclutamiento):
se bnponen respuestas y decisiones ya hechas a los alistadoir,
adulación:
dtstribuci6n de medicinas y dinero;
ex:igeucia de una abnegacl6n incondicional altnicb.tor, llder.
aislamiento: control del proceso racional del pensamiento,
eltmlnadón de lnformact6ft. e influjo externo (famtUg, amtgoe,
periódicos, revistas, televisión, radio, visitas ~s; etc.),
que puedan romper el hech= de este compromiso y el proceso
de astmllación del seBtlmlento y de las actitudes y modelos del
creyente:
procesamieiJto a los reclutados, lejos de sus vtdas pasadas,
Insistiendo sobre un pasado comportamiento deavlado, como
el uso de la droga, desvtactones sexuales. jugando ~ las
taras psicológicas y sus relaciones sociales dlficlles, etc.;
12todos que alteran las conctenclas y producen disturbios
tnteJectuales, bombardeos intelectuales; uso de softsmas; siste-
mas Jogtsttcos cerrados, restrlccl6n del pe:naamtento reflexivo;
manteniendo al reclutado constantemente ocupado y nunca
solo; exbortad6n y entrenamiento constantes para llegar a un
status espJrttual exaltado: alteración de la conciencia~ sumi-
sión automática a las dlreeUYas; supreslón de la resistencia o
negatividad; responder al miedo que lleva a un miedo mayor:
importancia atribuida al lider: algunos grupos rebajan la de
CriMD para aumentar la del llder (es el caso de algunas eectas
"crisüanas")
57
Del análisis de las respue$taa se pueden enumerar algunos sinto.
mas de la pat91ogía de muchas sociedades modernas. Muchas perso-
nas sufren por esto. Se sienten jnquietos con ellos mismos (crisis de
identidad), por el futuro (desempleo, peligro de la guerra nuclear).
Problemas acerca de la verdad y su fundamento; incertidumbre y falta
de confian7.a en la politica; dominio económico e ideológico; significa-
do de la vida, de uno mismo y de los demás, de los acontecimientos,
de las.situaciones, de las cosas, del más allá
No tienen una directiva: falta de orientación, falta de participación
en la toma de decisiones, falta de respuestas reales a ~us problemas
reales. Tienen miedo a causa de las varias formas de violencia,
coDflicto, hostilidad. miedo de un desastre ttológico, de la guerra y
del holocausto nuclear, de los conflictos sociales, de la manipulación.
Se sienten frustrados, sin bases. -sin casa ni hogar, desprotegidos
y sin. sostén. y consecuentemente sin motivación, abandonados en la
familia. en ,Ja escuela. en el trabajo, en los campos unl\lerSitartos, en
la sociedad: perdidos en el anonimato. en el aislamiento, en. la margi-
nación, en la enajenación, es decir, se dan cuenta de que no pertene-
cen a nada, de que son malentendidos, traicionados, oprimidos,
decepclo~os, ignorados, no valorizados. no escuchados, no acepta-
dos, no considerados seriamente.
Están deeilusionados de la sociedad· tecnológica, militar, de las
grandes empresas, del trabajo, de la explotación de los sistemas
educativos, de las leyes y prácticas eclesiásticas, de la politica del
gobierno.
Posiblemente hayan aprendido a considerarse a si mismos como
"agentes" conscientes, no inútiles conductores u oportunistas que se
buscan a si mismos, pero con frecuencia no saben ni qu~ hacer ni
cuándo actuar.
No aUnan con los varios tiempos "intennedios" (entre la escuela y
la universidad, entre la escuela y el trabajo, entre el matrimonio y el
divorcio, entre un pueblo y una ciudad}.
Se vacian, se vuelYen indiferentes. agresivos o si no se convierten
en candidatos.
En reswnidas cuentas. se podrla deck' que estos slntomas consti-
tuyen frecuentemente formas de alienación (de uno mismo, de otros.
de sus origenes, de su cultura, etc.). Se podria decir que las necesida-
des y aspiraciones manifestadas en las respuestas. al cuestionario
muchas veces no son más que la búsqueda de una "presencia" (para
consigo mismo. para con los demts, para con Dios). Quienes se sien-
ten perdidos. quieren ser hallados. En otras palabras, existe un vaclo
que extge ser llenado, que está dentro del contexto en el cual se puede
entender no sólo el criticismo hacia la Iglesia, que ya contiene
muchas respuestas. sino ante todo los problemas pastorales y los
enfoques propuestos. Las respuestas al cuestionario evidencian
muchas defidendas e insutlctenctas en el actual comportamiento de
la Iglesia. que puede facilitar el éxito positivo de las sectas. Sin
embargo, sin insistir demasiado sobre esto, queremos ante todo hacer
58
hincapié ~n los enfoques paato~s ~os. que han sido sugeriQos
Q pedid015 ex.pliciUm:tente. Si se llevara a cabo. el desafio de las sectas
podria ser ~ estim~ ~ una renovación espiritual y eclesial.
3.1. Sentido de comunidad. Casi todas las respuestas piden una
revisión (al menos en muchas stt~ciones ·loeales} .del tradicional
"s~tema parroquial comunitario", urnt búsqueda de objetivos comuni-
tarios, que ~an más fraternos, más "a medida de homb.-e", más
adaptados a las condiciones de vida de las personas; más "comunida-
des eclesiales de base": C9nstituy«mdo comunidades de fe, amQr (calor,
aceptación, entendimiento, reconciliación, intimidad, fraternidad}, y
esperanza: comunidades que celebren, comunidades que oren, comu-
nidades misioneras: que vayan adelante y den testimonio; comunida-
des abiertas y que quieran ayudar a personas con problemas especia-
les: dWQn:iaclos y "vueltos a casar", marginados.
3.2.1Dformaci6n yformael6n permaDente. Las respuestas Insis-
ten particularmente en la necesidad de evangelización, catequesis,
educación y educao4ón permanente en la fe -bíblica, ·teológica,
ec~ca- de!l creyente, a nivel de comunidad local y del clero y de
todos aquellos que es~n comprometidos en·la formación. (Una
r~puesta pedía "cllrSO$> de re1lextón" para profesores, jóvenes lideres,
clérigos y religiosos). El proceso continuo tendrla que ser tanto infoc-
mativo, con infocmactón acerca de toda nuestra tradición católica
(creencias, prácticas espirituales, meditación, contemplación, etc.),
acerca de otras tradiciones y de otros nuevos grupos religiosos. etc.,
cuanto formativo, que guíe en la fe personal y comunitaria, con un
profundo sentido de lo trascendente y escatológico, del compromiso
religioso, del espíritu comunitario, etc. La Iglesia no deberla ser
únicamente un signo de esperanza para el pueblo, sino que tendría
también -que dar las razones de esta esperanza. tendria que ayudar a
plantearse los problemas, pero al mismo tiempo a resolverlos y a
darles una respuesta. En este proceso se debe dar una importancia
principal a las Sagradas Escrituras. Se deberla hacer un uso mayor y
mejor de los medios de comunicación soctal.
3.3. Enfoque penonal y total (integro, holistlco). La gente debe
ser ayudada a conocerse a sí misma como única, a ser amada por un
Dios personal y con una historia personal; desde el nacimiento, a
través de la muerte, hacia la resurrección. La "verdad antigua"
tendrla que convertirse continuamente en la "veroad nueva", a través
de un auténtico sentido de renovación, pero con criterios y mentali-
dad que no puedan sacudir cada "novedad" que les salga al paso. Se
tendria que poner una atención ~cial en la dimensión expeliencial,
es decir, en el descubrimiento personal de Cristo a través de la
oración y dedicación (vgr. los movimientos earismáticos "nacidos de
nuevo"). ¡Muchos cristianos se comportan como si Jamás hubiesen
nacido! Se debe prestar especial atención al ministerio de Ja salvación,
mediante oractonef$, reconcUiactón, intimidad y cuidado. Nuestra
59
preocupación pastoral no teftdrla que ·Sf!r únicamente unkllmensto-
nal, sino que se tendña que extender no s6lo a las eosaa e$plrltuales,
sino también a las dfmensiones ftslcaa, pslcolOglcas, socbtles, cultura-
les, económicas y políticas.
3.4. 14eatidad etlltural. El problema de la inculturaetón eS
fundamental. Las respuestas que Vienen de Afrlea insisten particular-
mente en que se sienten como ext:raftas a las formas occidentales de
culto y ministerio, que con frecuencia adoleeen de stgntflcado para el
ambiente cultural del pueblo y para la situación real. Una respuesta
declara:
"Los africanos quieren ser cristianos. Les hemos dado ak>jamiento
pero no hogar. Ellos piden un cristianismo sencillo, integrado en los
aspectos de su Vida eotidiana, en stts sufrimientos, alegrfáS,. trabajo,
aspiraciones, miedos y necesidades de Afrtca. tos jóvenes ~nocen
en las lalesfas.indepencUentea una ~ au~ntlca de la tradición de
Afrtca. de práctica religiosa•.
3.5. Oracl6a y culto. Alguien sugiere una revisión del elésteo
·sAbado-noche/domingo por la mañana.. como· modelo de vk:lá·litittgt;.
ca, que frecuentemente es extra00 a la sttuadón de la vida dlarta. ·Se
debet1a descubdr nuevamente la pálabra de Dios como un Importante
elemento para construir la comunidad. La .recepcl6n.. tendrta que ser
recibida atentamente como •conservación·. Deberla haber espacio
para una gozosa creatividad, fe en la inspiración cristiana, capacidad
de -.llftnclón·. un mayor sentido de celebración comunitaria. Asl
pues, la lneulturacl6n es una exigencia (con el debido respeto por la
naturaleza de la liturgia y por la exigencia de untversalidad).
Muchas respuestas insisten en la dimensión blbllca de la predica-
ción, en la necesidad de hablar ellengu* del pueblo, en la neeesidád
' de una preparación esmerada de Ja predlcac16n y de la lltwgla (siem-
pre y cuando eea posible, dada por un grupo que Incluya la participa-
ción de los lakos). La predicación no es una: simple teorlzacl6n, lnte-
lectua1Jzacl6n y moralización, sino que presupone el testlmonto de
vida del predicador. La predicación, et· culto y la oración comtinltar1a
no tendrlan que ser COilflnados ne(.'e88.1iamente a los tradlcloaales
lugares de culto.
3.6. Particlpad6a y llderaqo. Muchas mJPUe&tas hacen n•'tar la
creciente disminución de sacerdotes, religtosos y religtosas, lo cual
exige una mayor promoción de la dtvel'81ftcaclón de ministerios y tma
formación constante de lideres latcos. Qutzás se tendrla que poner
mayor atenct6D en el papel que pueden deeempetlar los laicos en el
contado con las sectas -o, al menoe. con los que son atratdos por las
Metas-, quienes, dentro de Ja Iglesia y en colaborá<:Km con· sus
~stores, ejercitan un verdadero liderazgo. tanto esplrttual como
pastoral. No se deberla considerar a los saeerdotes como administra-
dores, empleados o juetes, sino mAs bten· como· hermanos gulas,
eoaeejeros y hombres de oración. Frecuentemente ee ha establecido
una distancia entre el fiel y el obispo, o' entre los obispos y sus sacer-
dotes, que se debería dimensionar. El ministerio del obispo y del
sacerdote es un ministerio de unidad y comunión, que tiene que ser
visible para el creyente.
4. Conclúsión
En conclusión, ¿cuál tiene que ser nue!$trQ actitud. nueetro acerea-
miento a las sectas? Evidentemente, no es posible dar una respuesta
escueta. ¡Son tan diversas las misllla$ sectas! ¡Son tan diferentes las
situaciones religiosas, cultural, social! Nuestra respuesta no podrá ser
la misma cuando comkleramos a las sectas en relación con los ~que no
pertenecen a iglesia alguna", los no bautizados o los no creyentes, y
cuando analizamos el influjo que tienen sobre los cristianos bautiza-
dos, especialmente sobre católicos y ex católicos. Los que nos respon-
den están, naturalmente, más interesados por este último grupo.
Es obvio que también nosotros no podemos ser simples concilia-
dores. Hemos analizado suftcientemefJte la acción de las sectas para
darnos cuenta de que las ~ctitudes y los métodos de algunas de ellas
pueden ser destructores de las personalidades. quebrantadores de la
familia y de la sociedad, y de que sus principios tienen que ser remo-
vidos con la enseñanza de Cristo y de su Iglesia. En muchos países
sospechamos, y en algunos casos estamos ciertos, de que una potente
fuerza ideológica. asi como intereses eeonómicos y politlcos están
trabajando a través de las sectas, que son totalmente extraños a un
genuino interés por lo "humáno", y se siiven de lo "humano" para
ftnes y propósitos inhumanos.
Es necesario informar a los fieles, especialmente al joven, para
qtie esté alerta, proporcionarle una ayuda profesional, aconsejarlo,
darle una asistencia y protección legal. A veces tendrianlos que acep-
tar y aun apoyar medidas que el Estado puede adoptar dentro de su
propia esfera.
Sabemos también por experiencia que es generalmente lábil o
imposible un di¡\logo con las sectas, y que éstas no están únicamente
cerradas al diálogo, sino que puedert constituir Un serio obsb\culo
para la educación ecuménica, alli donde son activas.
Ahora bien, si queremos ser sinceros con nuestra fe y con nues-
tros principios (respecto de la persona humana, respecto de la liber-
tad religiosa, la fe en la acción del Esptritu que trabaja en los impene-
trables designios del amor dMno para toda la humanidad, para cada
individuo, hombre, mujer y ntfío}; no podemos contentamos simple-
mente con condenar y combatir las sectas, o hacer que se prohiban o
expulsen, o •rescatar" a determinadas personas contra su propia
voluntad. El •desafio" de los nuevos movimientos religiosos consiste
en esttmular nuestra renovactón para una mayor eficacia pastoral.
Esto significará seguramente desarrollar dentro de nosotros
mismos y dentro de nuestras comunidades, aquel esplritu de Cristo,
61
que.nos pennitaentencler "quiénes son", y, cuando sea posible, tratar
dé dirigirnos a ellos con amor cristiano.
Debemos perseguir estas flnalidades, permaneciendo fieles a la
verdadera enseñanza de Cristo de amar a todos, hombres o mujeres.
No podemos permitir que una preocupación por las sectas disminuya
nuestro celo por un verdadero ecumenismo con todos los cristianos.
62
de pobl'eza. y opresi6n, debe defender y ;promover los derechos funda-
mentales e inajenables de la persona bumana~ (11 D6: cfr. 3.2.).
5.4. El Sinodo da también algunas orientaciones prActicas. Insiste
en una intensa formación espiritual 01 A5; cfr. 3.1.7, 4.2.), en un
compromiso para una evangelización y catequesis integral y sistemá-
tica, que esté acompañada de testimonio de vida que la interprete (11
Ba2: cfr. 3.1.8, 3.3.), precisamente porque la misión salvífica de la
Iglesia es integral (11 D6; cfr. 4, 3) con participación interior y espiri-
tual en la liturgia (11 B6: cfr. 3.1.9, 4.5), fomentando el diálogo espiri-
tual y teológico entre los cristianos (11 c7), un diálogo •que abra y
CODlUnique interiormente", promovietldo formas concretas de camino
espiritual, tales como la vida consagrada. lO& movimientos espiritua-
les, la devoción popular (11 A4; cfr. 3.1. 7), y dando una mayor impor-
tancia a la palabra de Dios (11 BaO. cayendo en la cuenta de que el
evangelio llega a la gente por medio de sus testigos (11 Ba2).
63
d. •Modelo cie autortdad, en !as aeetae en -~ con la faMa y la
necesidad de 'autoridad en la eodedad ctorttanporéDea.
e. La posib1Hdad e lmposlblltdad de "c~Wogt)" con las sectas.
6.4. Lu ~y la it•W..
a. Reacciones famUtares a la adhesión de un ntño o de un miembro
de la familia a una secta.
b. Destrucción familiar o estado irreguJar de Ja familia. con relación
al atractivo de las sectas.
c. Adhesión a la secta y solidez de la famllla; presiones faniillares
~ los ntños por parte de miembros de una secta.
d. Modelo famlllar y moralidad famJlJar en las sectas.
6.5. Lu muJeres en 1u aectu.
a. Oportunidades de la auto-expresión y responsabilidad {cfr. sectas
fundadas en la mujer).
b. Posición· inferior de la mujer en los diferentes tipos de sectas:
grupos fundamentallstas cristianos, sectas orientales, sectas afri-
canas, etc.
6.6.Aculturacl6n e lnculturacl6n de las aectu y au evolucl6n en
loa diferentes conteztoa reUcloiaoe y culturalea: en las culturas
cristianas tradicionales, en las culturas recientemente evangeliza-
das, en las sociedades totalmente secularizadas o en las que se
vertftca un rápido proceso de secularización (con sus diferentes
lmpactoe en las culturas occidentales y ·no occidentales"). Migra-
ción y las sectas.
6. 7. Un estudio comparativo, histórico y sociológico de los moutmten-
tos juveniles en Europa antes de la segunda guerra mundial y de
los mismos j(Wenes en los cultos y sectas contemporáneos.
6.8. Libertad reU,doaa con relacl6n a lu aectu: aspectos éticos,
legales y teológtcos. Efectos de la acción del gobierno y sus
presiones $0Ciales. InteracCión entre los factores politlcos, econó-
micos y religiosos. ·
6.9. La imagen de las sectas en 'la optntón pública, y el efecto de la
opinión pública sobre las sectas.