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INTRODUCCIÓN A LA GEOMETRÍA

HIPERBÓLICA

J HON F REDY D ELGADO VÁSQUEZ

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER


FACULTAD DE CIENCIAS
ESCUELA DE MATEMÁTICAS
BUCARAMANGA
2004
INTRODUCCIÓN A LA GEOMETRÍA
HIPERBÓLICA

J HON F REDY D ELGADO VÁSQUEZ


Monografía presentada como requisito para optar al
título de Licenciado en Matemáticas

Director
M ARLIO PAREDES G UTIÉRREZ
Doctor en Matemáticas

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER


FACULTAD DE CIENCIAS
ESCUELA DE MATEMÁTICAS
BUCARAMANGA
2004
A mis padres
Agradecimientos

A Dios, por obsequiarme tan maravilloso milagro, la vida.

A mis padres, por hacerme entender que la libertad que tengo en la vida es
sinónimo de responsabilidad.

A mi hermana Kelly Carolina, por compartir y luchar porque mis sueños


sean una realidad.

A Claudia, por darme la oportunidad de conocer lo más hermoso que hay


en la vida, “el amor y la amistad”. Enseñandome a dejar entrar la alegría en
mi corazón.

Al profesor Marlio Paredes, por su paciencia, colaboración y orientación


en el desarrollo de esta monografía.

A los profesores, que durante mi estadía en la universidad incentivaron mis


deseos de desarrollo personal y profesional.

A mis amigos, por su continua voz de aliento para lograr alcanzar ascender
este escalón en mi vida.

A mi Alma Mater Universidad Industrial de Santander, la cual se con-


virtió en parte de mi vida, en donde no solo me prepare en un conocimiento
científico, sino que también aprendí sobre la vida.
A todas aquellas personas que de forma directa o indirecta colaboraron con
la realización de este trabajo.

2
TITLE: INTRODUCTION TO THE HYPERBOLIC GEOMETRY1
AUTHOR: JHON FREDY DELGADO VÁSQUEZ2
KEY WORDS: Hyperbolic geometry, fifth postulate, euclidian geometry, parallel
lines, paralellism angle.
DESCRIPTION:
In the early nineteenth century the problem of Euclides fifth postulate was resol-
ved. Gauss and Bolyai were two mathematicians who, independently, make great
advances in the study of the fifth postulate demonstration. The solution of this
famous problem belongs to Nicolai Ivanovich Lobachevski who showed the im-
possibility to demonstrate the fifth postulate as a consequence of the another four
postulates of the euclidian geometry. In addition, Lobachevski showed that it is
possible to contruct a geometrical system consistent, in that system the parallel
postulate is replaced with another postulate in which through a point out of a gi-
ven line pass two lines parallel to the given line. In this way began the study of
the non-ecludian geometries.
This monograph makes an historical summary on the birth of the non-euclidian
geometries, through the study of the fifth postulate of the euclidian geometry. We
present the basic concepts of the hyperbolic geometry due to Lobachevski.

1
Monograph
2
Faculty of Sciences, School of Mathematics. Marlio Paredes, Ph.D. in Mathematics
TÍTULO: INTRODUCCIÓN A LA GEOMETRÍA HIPERBÓLICA3
AUTOR: JHON FREDY DELGADO VÁSQUEZ4
PALABRAS CLAVES: Geometría hiperbólica, quinto postulado, geometría eu-
clidiana, rectas paralelas, ángulo del paralelismo.
DESCRIPCIÓN:
Las primeras décadas del siglo XIX trajeron la solución del problema del quinto
postulado de Euclides. Gauss y Bolyai son dos matemáticos que independien-
temente realizaron grandes avances en el estudio de la demostración del quinto
postulado. Pero los laureles de la resolución de esté famoso problema pertenece a
Nicolai Ivanovich Lobachevski quien a finales de la tercera década de este siglo
mostró la imposibilidad de demostrar el quinto postulado a partir de los otros cua-
tro postulados de la geometría euclidiana. Adicionalmente, Lobachevski mostró
la posibilidad de construir un sistema geométrico coherente, en el que el postu-
lado de la paralela única de Euclides se reemplaza por otro que nos dice que por
un punto exterior a una recta, se pueden trazar por lo menos dos rectas que no
se encuentren con la recta dada, dando inicio asi al estudio de las geometrías no
euclidianas.
Esta monografía hace un recuento histórico sobre el nacimiento de las geome-
trías no euclidianas, a través del estudio del quinto postulado de la geometría eu-
clidiana. Además se presenta los conceptos básicos de la geometría hiperbólica,
introducida por Lobachevski.

3
Monografía
4
Facultad de Ciencias, Escuela de Matemáticas, Licenciatura en Matemáticas. Marlio Paredes,
Ph.D. en Matemáticas
Índice general

INTRODUCCIÓN 1

1. Preliminares 3
1.1. Fundamentos de la Geometría Euclidiana . . . . . . . . . . . . . 3
1.1.1. Reseña histórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.1.2. Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
1.2. El quinto postulado de Euclides . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.3. Nacimiento de una nueva Geometría . . . . . . . . . . . . . . . . 23
1.3.1. Gauss . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.3.2. Bolyai . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
1.3.3. Lobachevski . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

2. Geometría hiperbólica 31
2.1. El quinto postulado de la geometría hiperbólica . . . . . . . . . . 33
2.2. Propiedades elementales de las paralelas . . . . . . . . . . . . . . 36
2.3. Triángulos generalizados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2.4. El ángulo de paralelismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
2.5. Cuadriláteros especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

I
2.6. Suma de los ángulos de un triángulo . . . . . . . . . . . . . . . . 50
2.7. Puntos ultraideales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

BIBLIOGRAFÍA 56

II
Introducción

La geometría fue desarrollada empíricamente en muchas culturas hace varios mi-


les de años. Como ciencia que compila una colección de proposiciones abstractas
y sus pruebas, fue fundada en la cultura griega alrededor de los 600 años A.C. La
geometría clásica ha sobrevivido a través de los famosos trece libros escritos por
Euclides alrededor del año 300 A.C conocidos como Elementos [2].
Euclides y sus predecesores reconocieron lo que hoy en día todo estudiante de
filosofía o matemáticas sabe: no todo se puede demostrar. En la construcción de
una estructura lógica, una o mas proposiciones siempre deben admitirse como
axiomas a partir de la cuales todas las otras son deducidas.
En la época de Euclides, lo que hoy llamamos geometría euclidiana estaba total-
mente desarrollada. De hecho, el trabajo de Euclides fue el de un compilador que
reunió los teoremas conocidos, ya demostrados por sus predecesores, y los colocó
en único texto con una presentación unificada. Según especialistas en historia de
la matemática, quienes han analizado la obra, los Elementos de Euclides fueron
escritos con el fin de presentar la teoría de los sólidos de Platón y la de los nú-
meros racionales de Teteto, consideradas dos de las grandes contribuciones de los
griegos a la matemática.
Euclides se hizo famoso por la concepción del libro en si, el cual hoy en día es
considerado el primer tratado científico de la historia y fue modelo para otros de
ramas de la ciencia diferentes a las matemáticas.
Los diez axiomas de Euclides fueron presentados en dos grupos: las nociones
comunes y los postulados. La diferencia entre ellos no es muy clara; las nociones
comunes parecen haber sido consideradas como hipótesis aceptables para todas
las ciencias, mientras que los postulados serían hipótesis particulares para la geo-
metría.
Es el quinto postulado de Euclides uno de los resultados más importante de los
Elementos, ya que el estudio de éste a través de los siglos acumuló un entendi-
miento profundo de la geometría euclidiana y dió paso al nacimiento de nuevas
geometrías, como es el caso de las geometrías hiperbólica y elíptica.
Esta monografía tiene como objetivo realizar una introducción a la geometría hi-
perbólica. Para lo cual es necesario conocer y comprender algunas proposiciones
de la geometría euclidiana, que faciliten el acercamiento a la geometría hiperbóli-
ca. De igual manera conocer el quinto postulado de Euclides y algunos resultados
que aparecieron en el transcurso de los siglos debido a su estudio, los cuales se
encuentran consignados en el primer capítulo. En este capítulo también encontra-
remos una reseña sobre los precursores de la geometría hiperbólica y su proceso
de acercamiento a esta.
En el segundo capítulo hacemos una presentación del quinto postulado de la geo-
metría hiperbólica y una introducción a resultados referentes a paralelas, trián-
gulos, ángulos y cuadriláteros en esta nueva geometría, que tuvo su nacimiento
formal en el siglo XIX, gracias a matemáticos como Johann Bolyai y Nicolai Lo-
bachevski.

2
Capítulo 1

Preliminares

1.1. Fundamentos de la Geometría Euclidiana

1.1.1. Reseña histórica

La geometría es una ciencia muy antigua. Conocimientos geométricos no triviales


ya eran manejados en la antigüedad (en Egipto, Babilonia y Grecia). Podemos
decir que la forma en que la conocemos hoy en día tuvo su punto de partida en la
antigua Grecia, cuando Euclides publicó los Elementos [2].
Realicemos un recorrido de la Geometría a través de la historia hasta llegar a la
antigua Grecia y Euclides.
BABILONIA. En la Mesopotamia, región situada entre los ríos Tigris y Eufrates,
floreció una civilización cuya antigüedad se remonta aproximadamente a 57 sig-
los. En esta región se inventó la rueda. Tal vez de ahí el interés por descubrir las
propiedades de la circunferencia, este afán los condujo a un resultado interesante,
la relación entre la longitud de la circunferencia y su diámetro era igual a 3. Este

3
valor es muy famoso e interesante porque aparece en el antiguo testamento (primer
libro de Reyes). Los babilonios llegaron a esta conclusión considerando que la
longitud de la circunferencia era un valor intermedio entre los perímetros de los
cuadrados inscrito y circunscrito a la circunferencia. En Babilonia se realizaron
grandes avances en astronomía, conociendo que el año tiene aproximadamente
360 días.
EGIPTO. La civilización egipcia basó su florecimiento en la agricultura. La apli-
cación de los conocimientos geométricos a la medida de la tierra fue la causa de
que se bautizara a este segmento de la matemática con el nombre de Geometría
que significa medición de tierras. Los faraones egipcios dividieron las tierras que
conformaban sus imperios en parcelas. Cuando el Nilo, en sus crecidas periódi-
cas se llevaba parte de las tierras, los topógrafos egipcios tenían que rehacer las
divisiones y calcular cuanto debía pagar el dueño de cada parcela por concepto de
impuestos, ya que este era proporcional a la superficie cultivada.
Pero la utilización de los conocimientos geométricos no fue aplicada solamente
en la agricultura, en Egipto el conocimiento de las matemáticas también fue usa-
do por sus sacerdotes en la construcción. Hace más de 20 siglos fue construida la
“Gran pirámide” maravilla que aún nos deja estupefactos. Un pueblo que empren-
dió una obra de tal magnitud poseía, sin lugar a dudas, extensos conocimientos de
Geometría y Astronomía ya que se ha comprobado que, además de la precisión
con que están determinadas sus dimensiones, la Gran Pirámide de Egipto está
perfectamente orientada.
Los pocos conocimientos y pruebas de la matemática egipcia los debemos a los
papiros. Entre los problemas inmortalizados en estos se encuentran la medida del
área de un triangulo isósceles, la medida del area de un trapecio isósceles y la

4
medida del área de un círculo. Además, en los papiros hay un estudio sobre los
cuadrados que hace pensar que los egipcios conocían algunos casos particulares
de la propiedad del triángulo rectángulo, que más tarde perpetuó a Pitágoras.
GRECIA. La geometría de los egipcios era notablemente empírica, ya que los
resultados se basaban más en la experiencia que en un sistema lógico de deducción
a partir de axiomas y postulados.
Los griegos, grandes pensadores, no se contentaban con conocer reglas y solu-
ciones de casos particulares; ellos deseaban obtener explicaciones racionales de
los casos generales. En Grecia se da nacimiento a la geometría como ciencia argu-
mentada. Es probable que algunos matemáticos griegos fueran a Egipto a iniciarse
en los conocimientos de la geometría, su gran merito recae en que ellos transfor-
maron la geometría a partir de la deducción y la argumentación.
Es indudable que fueron muchos los hombres que aportaron en Grecia a la mate-
mática especialmente a la Geometría, nombres como Tales de Mileto, Pitágoras
de Samos, Platón, Arquímedes de Siracusa, entre otros son algunos de esos gran-
des pensadores que participaron en la construcción de la Geometría, pero hay un
nombre en especial que debemos recordar por ciertos aportes o mas bien por la
recopilación de los resultados ya demostrados que se conocían. Este hombre fue
Euclides (siglo IV A.C.), quien escribió una de las obras más famosas de todos los
tiempos: “Elementos” (considerado el primer tratado científico de la humanidad),
que consta de 13 capítulos llamados “libros”. De esta obra se han hecho tantas
versiones y adaptaciones que solo existe un libro en la historia de la humanidad
que lo aventaja, La Biblia.
Euclides escribió sus libros partiendo de definiciones, postulados y axiomas con
los cuales demuestra teoremas que, a su vez, le sirven para demostrar otros teore-

5
mas. La composición de los Elementos está dada de la siguiente manera:
Libro I. Relación de Igualdad de triángulos. Teoremas sobre paralelas. Suma de
los ángulos de un polígono. Igualdad de las áreas de triángulos o paralelogramos
de igual base y altura. Teorema de Pitágoras.
Libro II. Conjunto de relaciones de igualdad entre áreas de rectángulos que con-
ducen a la resolución geométrica de la ecuación de segundo grado.
Libro III. Circunferencia, ángulo inscrito.
Libro IV. Construcción de polígonos regulares inscritos o circunscritos a una
circunferencia.
Libro V. Teorema general de la medida de magnitudes bajo la forma geométrica,
hasta los números irracionales.
Libro VI. Proporciones y triángulos semejantes.
Libro VII, VIII y IX. Aritmética
Libro X. Números inconmensurables bajo forma geométrica a partir de los radi-
cales cuadráticos.
Libro XI y XII. Relación entre volúmenes de prismas y pirámides; cilindro y
cono.
Libro XIII. La construcción de los cinco poliedros regulares.

1.1.2. Generalidades

Los “Elementos” de Euclides son una obra en la que se sigue el método axiomáti-
co. Durante el transcurso de la historia se han encontrado varias fallas lógicas en
los libros de Euclides, es decir no cumplen con todas las exigencias que impone
la lógica. Sin embargo, todos los errores que se han encontrado no tiene punto de
comparación con el mérito extraordinario de haber construido una ciencia deduc-

6
tiva a partir de conocimientos empíricos.
Como ya se dijo antes los Elementos de Euclides contienen diez axiomas que
fueron presentados en dos grupos: nociones comunes y postulados.

Nociones comunes

I. Las cosas iguales a una misma cosa son también iguales.

II. Si se añaden cosas iguales a cosas iguales, los totales son iguales

III. Si de cosas iguales se quitan cosas iguales, los restos son iguales.

IV. Las cosas que coinciden entre si son iguales entre sí.

V. El todo es mayor que cualquiera de sus partes

Postulados

I. Se puede trazar una (única) recta ligando cualesquiera dos puntos.

II. Se puede prolongar una línea recta indefinidamente a partir de una recta
finita.

III. Se puede trazar un círculo con cualquier centro y radio dado.

IV. Todos los ángulos rectos son iguales entre sí.

V. Si una recta al incidir sobre dos rectas hace los ángulos internos del mismo
lado menores que dos rectos, las dos rectas prolongadas indefinidamente se
encontrarán en el lado en el que están los ángulos menores que dos rectos.

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Existen otras hipótesis que Euclides utilizó y no fueron mencionadas en la lista
anterior. Entre ellas se destacan las siguientes:

a. Las rectas son conjuntos ilimitados.

b. Sean A, B y C tres puntos no colineales y sea m una recta que no contiene


ninguno de estos puntos. Si m corta el segmento AB, entonces ella tam-
bién cortara el segmento AC o el segmento CB. Este resultado es conocido
como el teorema de Pasch.

El primer libro de los Elementos contiene 48 proposiciones, a continuación citare-


mos algunas de estas para observar el trabajo de Euclides y otras que nos interesan
para facilitar nuestro acercamiento al quinto postulado. Debemos decir que éstas
han sido tomadas textualmente del libro original. Es importante aclarar que en el
desarrollo de está monografía cuando se hable de igualdad entre figuras, segmen-
tos de rectas y ángulos, lo que se desea expresar realmente es la congruencia entre
estás, ya que la igualdad solamente se da entre medidas.

Proposición 1.1. (Proposición 1, Libro I de los Elementos [2]) Construir un trián-


gulo equilátero sobre una recta finita dada.

Demostración. Sea AB la recta finita dada. Descríbase con el centro A y la dis-


tancia AB el radio del círculo BΓC, y con centro B y la distancia BA el radio
del círculo AΓD y a partir del punto Γ donde los círculos se cortan entre sí, ver
Figura 1.1. Trácense las rectas ΓA, ΓB hasta los puntos A, B.
Puesto que el punto A es el centro del círculo BΓC, ΓA es igual a AB, si realiza-
mos un análisis análogo para el punto B y el círculo AΓD, tendremos que ΓB es

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Γ

C A B D

Figura 1.1: Triángulo equilátero

igual a AB, y si recordamos la primera noción común se concluirá que ΓA, ΓB y


AB son iguales entre sí.
Por consiguiente el triángulo ABΓ es equilátero y ha sido construido sobre una
recta finita dada.

Proposición 1.2. (Proposición 15, Libro I de los Elementos [2]) Si dos rectas se
cortan, hacen los ángulos del vértice iguales entre si.

Demostración. Sean AB y CD, dos rectas que se cortan.

A D

O
C B

Figura 1.2: Ángulos opuestos

Primero vamos a demostrar que los ángulos AOC y DOB son iguales. Sabemos
que la suma de los ángulos AOC y AOD es igual a dos ángulos rectos; esto
debido a que son ángulos adyacentes y que la suma de los ángulos AOD y DOB

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es igual a dos ángulos rectos por la misma razón. Esto es,

]AOC + ]AOD = π y ]AOD + ]DOB = π.

Si despejamos ]AOC de la primera igualdad y ]DOB de la segunda obtendre-


mos
]AOC = π − ]AOD y ]DOB = π − ]AOD. (1.1)

Ahora comparando las igualdades tenemos

]AOC = ]DOB (1.2)

Análogamente se demuestra la igualdad entre los ángulos ]AOD y ]COB.

Proposición 1.3. (Proposición 16, Libro I de los Elementos [2]) En todo triángu-
lo, si se prolonga uno de sus lados, el ángulo externo es mayor que cada uno de
los ángulos internos y opuestos.

Demostración. Sea ABC el triángulo (Figura 1.3) y prolonguemos el lado BC


hasta un punto D. Vamos a probar que el ángulo externo ACD es mayor que el
ángulo BAC. Córtese en dos partes iguales AC por el punto E y, trazada BE
prolonguese en línea recta hasta F de tal forma que EF sea igual a BE. Trácese
F C y prolónguese por el otro lado AC hasta G. Asi pues, como AE es igual a
EC y BE a EF , los dos lados AE, EB son iguales repectivamente a los dos
lados EC y EF y el ángulo AEB es igual al ángulo F EC, pues son opuestos
por el vértice. Entonces la base AB es igual a la base F C y el triángulo ABE
es congruente al triángulo CF E, y los ángulos restantes, a saber: los subtendidos
por lados iguales son respectivamente iguales, entonces el ángulo BAE es igual

10
A F

B D
C

Figura 1.3: Ángulo externo

al ángulo ECF . Pero el ángulo ECD es mayor que él ángulo ECF , luego el
ángulo ACD es mayor que el ángulo BAE. De manera semejante, si se divide
en dos la recta BC, se demostrará que también el ángulo ACD es mayor que el
ángulo ABC.

Proposición 1.4. (Proposición 17, Libro I de los Elementos [2]) En todo triángulo
dos ángulos tomados juntos de cualquier manera son menores que dos rectos.

Demostración. Sea ABΓ el triángulo, ver Figura 1.4.

B ∆
Γ

Figura 1.4: Suma de dos ángulos internos

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Prolónguese BΓ hasta ∆. Y puesto que el ángulo AΓ∆ es un ángulo externo del
triángulo ABΓ, es mayor que el interno y opuesto ABΓ. Añadase a ambos AΓB,
entonces los ángulos AΓ∆, AΓB son mayores que los ángulos ABΓ, BΓA. Pe-
ro los ángulos AΓ∆, AΓB son iguales a dos rectos, por tanto, los ángulos ABΓ,
BΓA son menores que dos rectos. De manera semejante se demostraría que tam-
bién los ángulos BAΓ, AΓB son menores que dos rectos, así como los ángulos
ΓAB, ABΓ.

Proposición 1.5. (Proposición 27, Libro I de los Elementos [2]) Si una recta al
incidir sobre dos rectas hace los ángulos alternos iguales entre sí, entonces las
dos rectas serán paralelas entre sí.

Demostración. Supongamos que al incidir sobre las dos rectas AB, Γ∆, la recta
EZ forma los ángulos alternos AEZ, EZ∆ iguales entre sí, ver Figura 1.5. Va-
mos a probar que AB es paralela a Γ∆. Pues en caso contrario, si prolongamos

A E B
H

Γ Z ∆

Figura 1.5: Ángulos alternos

AB, Γ∆, se encontrarán o bien en el sentido de B, ∆, o bien en el sentido de A,


Γ. Prolónguense y encuéntrense en el sentido de B, ∆ en H. Entonces el ángulo
externo AEZ del triángulo HEZ es igual al ángulo interno y opuesto EZH, lo
cual es imposible por la Proposición 1.5. Por tanto, AB, Γ∆ prolongadas nose

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encuentran en el sentido de B, ∆. De manera semejantedemostrariamos que tam-
poco se encuentran en el sentido de A, Γ. Pero las rectas que no se encuentran en
ninguno de los dos sentidos son paralelas; por tanto, AB es paralela a ΓA.

Proposición 1.6. (Proposición 28, Libro I de los Elementos [2]) Si una recta al
incidir sobre dos rectas hace un ángulo externo igual al interno y opuesto del
mismo lado, o los dos internos del mismo lado iguales a dos rectos, las rectas
serán paralelas entre sí.

Demostración. Supongamos que al incidir sobre las dos rectas AB, Γ∆, la recta
EZ hace el ángulo externo EHB igual al interno y opuesto HΘ∆, o los ángulos
internos del mismo lado: BHΘ, HΘ∆ iguales a dos rectos, ver Figura 1.6. Como

E
A H B

Γ Θ ∆

Figura 1.6: Ángulos alternos opuestos

el ángulo EHB es igual al ángulo HΘ∆, mientras que el ángulo EHB es igual
al ángulo AHΘ, entonces el ángulo AHΘ también es igual al ángulo HΘ∆. Por
ser estos ángulos alternos tenemos que AB es paralela a Γ∆. Como los ángulos
BHΘ, HΘ∆ son iguales a su vez a dos rectos, también los ángulos AHΘ, BHΘ
son iguales a dos rectos. Por tanto, los ángulos AHΘ, BHΘ son iguales a los
ángulos BHΘ, HΘ∆. Quítemos de ambos el ángulo BHΘ, entonces el ángulo

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restante AHΘ es igual al ángulo restante HΘ∆ y son alternos. Por tanto, AB es
paralela a Γ∆.

Proposición 1.7. (Proposición 29, Libro I de los Elementos [2]) La recta que in-
cide sobre rectas paralelas hace los ángulos alternos iguales entre sí, y el ángulo
externo igual al interno y opuesto, y los ángulos internos del mismo lado iguales
a dos rectos.

Demostración. Supongamos que la recta EZ incide sobre las rectas paralelas AB


y Γ∆. Debemos probar que los ángulos alternos AHΘ, HΘ∆ son iguales, que el
ángulo externo EHB es igual al interno y opuesto HΘ∆, y que los internos del
mismo lado: BHΘ, HΘ∆ son iguales a dos rectos, ver Figura 1.6.
Si AHΘ no es igual a HΘ∆, uno de ellos es mayor. Sea AHΘ el mayor, aña-
dase a ambos el ángulo BHΘ, entonces los ángulos AHΘ, BHΘ son mayores
que los ángulos BHΘ, HΘ∆. Pero los ángulos AHΘ, BHΘ son iguales a dos
rectos. Por tanto, los ángulos BHΘ, HΘ∆ son menores que dos rectos. Ahora,
como las rectas prolongadas indefinidamente a partir de ángulos menores que dos
rectos se encuentran, luego las rectas AB y Γ∆ prolongadas indefinidamente se
encontrarán. Lo cual no es posible porque se les ha supuesto paralelas, por lo tanto
el ángulo AHΘ no es diferente del ángulo HΘ∆, luego son iguales. Como el án-
gulo AHΘ es igual al ángulo EHB entonces el ángulo EHB es también igual al
ángulo HΘ∆. Añadase a ambos BHΘ, entonces los ángulos EHB y BHΘ son
iguales a los ángulos BHΘ y HΘ∆. Pero los ángulos EHB, BHΘ son iguales a
dos rectos, por tanto, los ángulos BHΘ y HΘ∆ son también iguales a dos rectos.

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Proposición 1.8. (Proposición 31, Libro I de los Elementos [2]) Por un punto
dado trazar una línea recta paralela a una recta dada.

Demostración. Sea A el punto dado y BΓ la recta dada. Hay que trazar por el
punto A una línea recta paralela aBΓ. Tómese al azar un punto ∆ en BΓ y trácese

E A Z

B Γ

Figura 1.7: Una paralela en la geométria euclidiana

A∆, ver Figura 1.7. Constrúyase en la recta ∆A y en el punto A de ella el ángulo


∆AE igual al ángulo A∆Γ y sea AZ el resultado de prolongar en línea recta EA.
Dado que la recta A∆ al incidir sobre las dos rectasBΓ, EZ ha hecho iguales los
ángulos alternos EA∆, A∆Γ, entonces EAZ es paralela a BΓ.
Por consiguiente, se ha trazado la línea EAZ paralela a la recta dada BΓ por el
punto dado A.

De los cinco postulados de Euclides, el V es el que, desde un comienzo, llamó


más la atención. Desde entonces se trató de demostrar, con un resultado muy poco
satisfactorio. Finalmente se pensó que si de verdad era un postulado, el hecho de
negarlo, aceptando los demás no debía conducir a contradicción alguna. De está
manera procedieron Lobachevski (1793-1856) y Riemann (1826-1866). Con estas
negaciones o nuevos postulados se construyeron nuevas geometrías que se llaman
Geometrías no Euclidianas.

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1.2. El quinto postulado de Euclides
El libro de Geometría, y podríamos decir de Matemáticas, más importante es sin
duda los Elementos. El quinto postulado de Euclides es una de las cuestiones mas
controvertidas de la historia de las matemáticas. El quinto postulado dice: Si una
recta al incidir sobre dos rectas hace los ángulos internos del mismo lado menores
que dos rectos, las dos rectas prolongadas indefinidamente se encontraran en el
lado en el que están los ángulos menores que dos rectos.
El quinto postulado de Euclides es muy famoso. Muchos matemáticos han trata-
do de demostrarlo como teorema, pero no se ha conseguido (ni se conseguirá).
Saccheri (1667-1733), Lambert (1728-1777), Bolyai (1802-1860) y Gauss (1777-
1855) fueron algunos de los matemáticos que estudiaron el quinto postulado.
Lobachevski (1792-1856), matemático ruso, en su libro Nuevos elementos de Geo-
metría, formuló una nueva geometría partiendo del postulado de que por un punto
exterior a una recta se pueden trazar más de una paralela a ella. Lobachevski de-
mostró que el quinto postulado no se puede probar y que la geometría que se
desarrolla, partiendo de este nuevo quinto postulado es consistente. La geometría
que obtenía, aunque consistente, le parecía tan contraria al sentido común que
la calificó como Geometría Imaginaria. A esta geometría se le llama hoy en día
geometría hiperbólica. Bolyai (1802-1860) también demostró la imposibilidad de
probar el quinto postulado y la existencia de geometrías no euclidianas. El padre
de Bolyai envió a Gauss el trabajo de su hijo y Gauss le contestó a labando el
trabajo y diciéndole que el había llegado hacía tiempo a la misma conclusión pero
que no se había atrevido a publicar nada por miedo a ser mal interpretado. Bern-
hard Riemann (1826-1866) partiendo del postulado "Por un punto exterior a una
recta no se puede trazar ninguna paralela", desarrolló la Geometría Elíptica. A

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estas geometrías se les llama geometrías no euclideas. A la geometría euclidiana
se le denomina también geometría plana. En la geometría euclidiana la suma de
los ángulos de un triángulo es 180o , en la elíptica la suma de los ángulos de un
triángulo es mayor de 180o y en la hiperbólica, menor de 180o .

Sin duda alguna una de las consecuencias mas notorias en la busqueda de una
prueba del quinto postulado, fue producir un gran número de afirmaciones equi-
valentes. A continuación se citarán algunos de los sustitutos mas conocidos.

POSTULADO V1 . Por un punto exterior a una recta se puede trazar una única
recta paralela a la recta dada.

Esta es la formulación más conocida del quinto postulado pues es la que aparece
en la mayoría de los libros de texto de geometría y es atribuida al geometra John
Playfair.
En la geometría euclidiana la afirmación anterior puede ser facilmente deducida,
utilizando el quinto postulado de Euclides para lograrlo. Dados una recta m y
un punto P fuera de m, es consecuencia de los cuatro primeros postulados que
existe una recta m0 paralela a m que pasa por P . Su construcción, basada en la
proposición 1.5, es la siguiente: Trace la recta n perpendicular a m que pasa por
P y trace por P la recta m0 perpendicular a n. Entonces m0 y m son paralelas.
Para probar la unicidad supongamos la existencia de otra paralela a la recta dada,
digamos m00 pasando por el punto P . Esta recta forma un ángulo agudo con n,
luego por el quinto postulado concluimos que m00 intercepta a m. Este absurdo
prueba el resultado.

17
P m00
m0

Figura 1.8: Grafica para el quinto postulado

Ahora tenemos que probar que el quinto postulado es una proposición en la teoría
desarrollada a partir de los cuatro postulados de Euclides mas el Postulado V1 .
Para esto hacemos uso de la Figura 1.9, en donde vamos a suponer que α + β es
menor que dos ángulos rectos y que las rectas m y m0 son paralelas.

n0
S
0
m β
β0
α
m Θ

Figura 1.9: equivalencia

Trazamos por el punto S una recta n0 formando un ángulo β 0 tal que α + β 0 sea
igual a dos rectos. De acuerdo con la Proposición 1.5, esta nueva recta es paralela a
m. Entonces tendremos dos rectas diferentes pasando por S paralelas a una misma
recta, lo cual es absurdo segun V1 . Esto completa nuestra prueba.
A continuación se presentarán otros postulados equivalentes al quinto postulado,
con el objetivo de exhibir el transcurso de este a través de la historia de la Geome-

18
tría Euclidiana.

POSTULADO V2 . La suma de los ángulos internos de un triángulo es siempre


igual a dos ángulos rectos.

Este es el enunciado clásico del teorema de la suma de los ángulos de un triángulo,


este es parte fundamental de la Geométria Euclidiana.
Para probar la equivalencia con el quinto postulado, es suficiente probar que con
los cuatro primeros postulados y el Postulado V1 se puede llegar al quinto postu-
lado. Pero para esto vamos a necesitar los siguientes dos lemas.

Lema 1.1. Todo ángulo externo de un triángulo es siempre igual a la suma de los
dos ángulos internos que no le son adyacentes.

Demostración. Sea ABC el triángulo dado, x el ángulo exterior que tomaremos.


Por lo tanto, A y C serán los ángulos interiores no adyacentes a x.
C
β

x
A B

Figura 1.10: Algo interesante sobre ángulos

Sabemos que la suma de los ángulos x y B es igual a dos rectos (debido a que son
ángulos adyacentes), por lo tanto trasponiendo se obtendrá:

]x = 2R − ]B

19
Ahora, si trazamos una recta m que pase por el vertice C y paralela a la recta AB,
entonces podemos decir que el ángulo A es igual al ángulo β ya que son alternos
internos.
Si realizamos el mismo análisis para el ángulo x, diremos que el ángulo x es
igual a la suma de los ángulos C y β ya que son alternos internos. Pero hay algo
importante que concluimos anteriormente:

]A = ]β.

Por lo tanto podemos concluir que el ángulo x es igual a la suma de los ángulos
A y C. Si tomamos cualesquiera de los dos ángulos exteriores restantes, podemos
realizar el mismo análisis y concluiremos que:
Cualquier ángulo externo de un triángulo es siempre igual a la suma de los án-
gulos internos no adyacentes.

Lema 1.2. Por un punto P , se puede trazar una recta, formando con una recta
dada un ángulo menor que cualesquiera número positivo dado.

P n B

Θ1

m Θ1 Θ2
A1 A2 A3

Figura 1.11: Un ángulo menor a cualquier número positivo

Demostración. Consideremos un punto P , una recta m y una perpendicular a m


que pasa por P . La perpendicular corta a m en un punto que llamaremos A1 .

20
Sobre m, sea A2 un punto tal que A1 A2 = P A1 . Por consiguiente el triángulo
P A1 A2 es un triángulo isósceles con un ángulo de base Θ1 midiendo la mitad de
un ángulo recto. Marcamos otro punto A3 , como lo muestra la Figura 1.11, tal
que A2 A3 = P A2 . Como en el caso anterior, el ángulo de la base de este trián-
gulo será Θ2 = Θ1 /2. Este argumento puede ser repetido cuantas veces se quiera,
obteniendose en una etapa n (n ∈ N), un ángulo:

Θn = Θ1 /2n−1

Es claro entonces que, dado cualquier número positivo ε, podemos escoger n su-
ficientemente grande tal que Θn < ε.
Estamos ahora preparados para probar que si la suma de los ángulos interiores de
cualquier triángulo es igual a dos ángulos rectos, entonces, por un punto exterior
a una recta, pasa una única recta paralela a una recta dada. En realidad, Sea m una
recta y P un punto fuera de m (ver Figura 1.12).
Por lo tanto, podemos construir una recta n paralela a m y que pase por P . Sea
entonces ABP el triángulo dado y α, β y γ los ángulos internos del triángulo
ABP . La recta n que pasa por el vértice P del triángulo y es paralela a la recta m
, permite la formación de los ángulos Θ y Ψ.
Debido a que Θ, Ψ y γ son ángulos consecutivos la suma de ellos es igual a dos
ángulos rectos. Pero Θ y α son iguales debido a que son alternos internos. Si
realizamos un análisis análogo a los ángulos Ψ y β obtendremos que son iguales.
Por lo tanto, si sustituimos α por Θ y β por Ψ en Θ + Ψ + γ = 2R (donde R
representa un ángulo recto), obtendremos:

α + β + γ = 2R.

Que es en conclusión lo que se deseaba probar.

21
P n
Θ Ψ
γ

α β
m
A B

Figura 1.12: Suma de los ángulos

Un corolario que se desprende a partir de el postulado anterior es: La suma de los


ángulos no rectos de un triángulo rectángulo vale un ángulo recto. La prueba de
este es obvia ya que si los tres ángulos suman dos rectos y uno de ellos mide un
recto entonces, la suma de los otros dos deberá valer un ángulo recto.

POSTULADO V3 . Las rectas paralelas son equidistantes.

POSTULADO V4 . Existe un par de triángulos semejantes y no congruentes.

POSTULADO V5 . Dados tres puntos no alineados, siempre será posible construir


un círculo que pase por todos ellos.

POSTULADO V6 . Si tres de los ángulos de un cuadrilátero son rectos, entonces,


el último también es recto.

22
1.3. Nacimiento de una nueva Geometría
El siglo XIX merece ser llamado más que ningún otro período anterior, la edad
de oro de la Matemática. Los progresos realizados durante este siglo superan con
mucho, tanto en calidad como en cantidad, la producción reunida de todas las
épocas anteriores. Este siglo fue también, con la excepción de la época Heróica
de la Antigua Grecia, el más revolucionario de la historia de la Matemática. Los
esfuerzos a lo largo de tantos siglos en busca de demostrar el quinto postulado de
Euclides habían acumulado frutos y un entendimiento profundo de la geometría
euclidiana por muchas mentes. Como ocurre frecuentemente en las matemáticas,
cuando sucede un descubrimiento, no es concebido por un solo hombre.
El descubrimiento realizado durante la segunda y tercera década del siglo XIX
por Lobachevski, Bolyai y Gauss de los hechos fundamentales de la geometría
hiperbólica no euclidiana y en los años 60-70 la búsqueda de sus interpretaciones,
provocaron en el sistema de ciencias geométricas transformaciones de carácter re-
volucionario. Sin embargo, el primer intento de creación de una nueva geometría
(inconscientemente) lo dio en siglo XVIII el jesuita Girolamo Saccheri, profesor
de Matemáticas en la universidad de Pavia, en Italia, quien se propuso negar el
postulado euclidiano de la paralela, y a continuación dedujo todas las consecuen-
cias lógicas de esta negación, en la búsqueda de una contradicción que demostrase
mediante el absurdo el famoso postulado. En otras pa labras, el procedimiento de
Saccheri es el siguiente: tomemos cinco axiomas, de los cuales cuatro coinciden
con los de Euclides y el quinto es la negación del quinto postulado de Euclides.
Desarrollemos las consecuencias de este conjunto de axiomas así manipulado y
si encontramos una contradicción, habremos demostrado que es erróneo rechazar
el quinto postulado de Euclides. Esto fue lo que hizo Saccheri. A lo largo de su

23
proceso deductivo, aparecieron teoremas que a la luz de la intuición resultaban
monstruosos. Sin embargo la monstruosidad, no es incoherencia y la intuición
puede engañarnos. Aunque al comienzo cometió algún un error, Saccheri encon-
tró la contradicción que buscaba y pensó que había logrado el objetivo que se
había marcado previamente. En realidad, sin darse cuenta de ello, había construi-
do la primera geometría no euclidiana. Esta contradicción empeoró pero tuvo que
esperar todavía un siglo para verse conscientemente elaborada y desarrollada. La
gran obra de Saccheri , un tratado de Geometría Euclideana que publicó en 1733,
de la cual no hay indicio que Bolyai, Gauss ni Lobachevski la hayan leído.

1.3.1. Gauss

En los años que antecedieron la consolidación del descubrimiento o nacimiento


de una nueva geometría, la figura dominante en el mundo matemático era Carl
Friedrich Gauss ( 1777-1855 ), quien dio grandes aportes y contribuciones a la
matemática en general y en especial al nuevo descubrimiento. Solamente algu-
nos de sus resultados, fruto de muchos años de investigación sobre problemas
e inquietudes relacionados con el quinto postulado, se hicieron públicos durante
su vida. Algunas cartas a otros interesados en aquellos problemas, críticas sobre
paralelas y notas inéditas descubiertas entre sus trabajos, son toda la evidencia
disponible de que él fue el primero en entender claramente la posibilidad de una
geometría lógicamente precisa y diferente de la euclidiana, ya que se dió cuenta
de la naturaleza intrínseca de las dificultades de demostrar el quinto postulado.
La hipótesis que formuló es que “La suma de los ángulos de un triangulo es menor
a 180o , conduce a una geometría muy curiosa”. Esta geometría es completamente
consistente. En su época consideró, en una carta a un amigo (Taurinus, F. A.), que

24
los teoremas eran paradójicos y para los no iniciados absurdos, aunque con un po-
co de reflexión no tienen nada de imposible. Gauss no publicó sus investigaciones
por temor al “griterió de los torpes”. Y la gloria de la fundación de la geometría
no euclidiana hiperbólica corresponde al húngaro Janos Bolyai ( 1802-1860) y al
ruso Nicolai Ivanovich Lobachevski (1793-1856).

1.3.2. Bolyai

El húngaro Wolfgang Bolyai (Bolyai Farkas, 1775-1856), se convirtió en amigo


de Gauss a finales del siglo XVIII mientras estudiaban en la universidad. Los
dos discutían frecuentemente sobre problemas relacionados con la teoría existente
sobre paralelas. Después de la universidad continuaron su discusión por medio
de cartas. En 1799 una carta escrita por Gauss a Bolyai, muestra que los dos se
encontraban trabajando en la prueba del quinto postulado. En 1804, Bolyai creyó
tener la solución de dicho problema, presentando sus ideas a Gauss por medio
de un pequeño tratado titulado teoría paralela, el cual envió acompañado de una
carta. Sin embargo su demostración tenía un error, Gauss contestó a su amigo
indicándole el error. Bolyai continuó tratando de demostrar su idea y cuatro años
más tarde envió nuevamente junto a una carta un tratado donde complementaba
su prueba. Gauss nunca contestó a esta. Desconcertado, Bolyai colocó toda su
atención en otras actividades como profesor, poeta, músico e inventor. A pesar de
sus ocupaciones logró colocar sus ideas en un tratado de dos volúmenes. Wolfgang
Bolyai fue un hombre muy talentoso, lamentablemente fue mas conocido por ser
el padre de Johann. El 15 de Diciembre de 1802, nació Johann Bolyai (Bolyai
Janos, 1802-1860). Johann estudio matemáticas como su padre, por lo cual fue
natural que muy joven generara interés por el teorema de las paralelas. Durante

25
su estancia en el Royal College para ingenieros, en Viena durante 1817, dedicó
mucho esfuerzo en probar el quinto postulado de Euclides, a pesar de que su
padre le había sugerido dejar ese problema de lado. Hacia 1820, sus esfuerzos para
probar el quinto postulado a través de sustituirlo por una afirmación contradictoria
(negarlo), comenzaba a dar resultados que se tornaban interesantes y especiales.
Su atención fue girando de dirección gradualmente ante la posibilidad de formular
una nueva geometría, una geometría general, con la geometría euclidiana como
caso particular.
Al negar el quinto postulado, se generaban dos hipótesis posibles a considerar. La
primera tenía que ver con que dado un punto externo a una recta, la no existencia
de una recta paralela a la recta dada que pase por el punto. La segunda posibilidad
que se podía cotejar era el hecho de que puede haber más de una recta paralela
a la recta dada que pase por el punto tratado. Iniciando desde este punto, Bolyai
observó que la existencia de dos de estas rectas acarreaba la existencia de una
infinidad de estas. Estos resultados constituían el origen de la nueva geometría.
Al parecer lo que mas impresionaba a Bolyai era el hecho de que las proposiciones
no dependían del quinto postulado, y que por lo tanto, eran válidas en cualquier
geometría.
En 1831 Bolyai realizo un apéndice de 26 paginas al tratado de su padre, donde
plasmaba las investigaciones de 10 años. Farkas Bolyai el padre de Johann, le
envió una copia del texto a su amigo Gauss. La respuesta fue inesperada:
“Si digo que soy incapaz de elogiar este estudio, quizás le extrañe. Pero no puede
ser de otra manera, porque ello equivaldría a elogiar mis propios trabajos. En
efecto, el enfoque preconizado por su hijo y los resultados que ha obtenido coin-
ciden casi enteramente con las ideas que han ocupado mi espíritu desde hace 30

26
ó 35 años. No tengo la intención de publicar estas meditaciones durante mi vida,
pero había decidido escribirlas para que pudieran conservarse. Es, en consecuen-
cia una sorpresa agradable para mí el poder ahorrarme ese trabajo, y me llena
de alegría el pensamiento de que es precisamente el hijo de mi amigo de siempre,
el que me ha suplantado de forma tan notable.”
Cuando Johann recibió de su padre una copia de esta carta, fue decepcionante, y
llegó a pensar que Gauss pretendía arrebatarle su descubrimiento. Este suceso dejo
tan mal a Johann Bolyai que abandonó sus actividades matemáticas. Sin embargo,
en una carta escrita por Gauss a su amigo G. I. Gerling, dice: Considero al joven
geómetra Bolyai un genio de primera fila, porque estos resultados coinciden con
los que obtuve hace mucho tiempo.
Tristemente el reconocimiento de Gauss al trabajo de Johann Bolyai nunca fue
público por lo cual el trabajo de Johann no fue conocido en ese momento, ni
tampoco se dio a conocer los avances de que Gauss estaba al tanto en geometría.

1.3.3. Lobachevski

A pesar de que Bolyai se entero del trabajo de Nikolai Ivanovich Lobachevski


(1793-1856) apenas en 1848, éste ya había publicado sus conclusiones en 1829,
dos años antes de la publicación del apéndice. Nikolai Lobachevski nació el 1 de
Diciembre de 1792 en Nizhñi Novgorod, en una modesta familia. Cuando Lo-
bachevski cumplió los 10 años, su madre lo llevó junto a sus dos hermanos a la
ciudad de Kazan para que estudiaran (educación media). Desde un comienzo se
distinguió por sus capacidades y aplicación, en 1807 ingreso a la Universidad de
Kazan. Donde se graduó en 1811. Inmediatamente se convirtió en instructor de
esta, siendo promovido a profesor rápidamente. Una copia de sus notas de cla-

27
se de 1815, revelan que ya por aquella época estaba tratando de probar el quinto
postulado de Euclides. En 1823, Lobachevski terminó un texto de geometría, el
cual no fue publicado, en este se presentaba sus estudios sobre el quinto postula-
do, uno de los resultados más interesantes era el hecho de que el quinto postulado
no se podía demostrar matemáticamente. Durante 1826, en una conferencia sobre
matemáticas y física ofrecida en la universidad de Kazan, Lobachevski sugiere la
existencia de una nueva geometría, basada en el hecho de que por un punto fuera
de una recta pasan más de una recta paralela. En 1829 publicó unas memorias,
sobre las bases de la geometría, en donde expuso totalmente su teoría referente a
las paralelas. Esta publicación fue la primera sobre la geometría no euclidiana, la-
mentablemente su publicación y expansión para el resto del mundo fue muy lenta
o casi nula, debido a que el texto de Lobachevski se encontraba escrito en ruso.
En los años siguientes Nikolai Lobachevski escribió varios trabajos sobre la nueva
geometría, con la esperanza de trazar alguna atención sobre su obra, talvez el más
importante fue un libro titulado "Geometrischen Untersuchungen zur Theorie der
Parallellinien"(Investigaciones geométricas acerca de las líneas paralelas), escrito
en alemán. Lobachevski estaba convencido de que la única persona en el mundo
que podría emitir un concepto final sobre su trabajo en geometría era la figura
científica más importante de ese tiempo: Gauss, con este fin decidió enviarle una
versión de su libro investigaciones geométricas acerca de las líneas paralelas, hay
que hacer énfasis que dicho texto es una versión completa de la teoría de Loba-
chevski. En la biblioteca de Gauss se encontraron dos ejemplares del texto. Se
presume que uno lo adquirió directamente Gauss y el otro lo recibió del mismo
Lobachevski.
En una carta de Gauss al astrónomo Encke, en 1840, se refería a Lobachevski, en

28
esta se lee lo siguiente:
“Comienzo a leer en ruso con bastante éxito, y encuentro en esto gran satisfac-
ción. El señor Knorre me ha enviado una memoria de Lobachevski (de Kazan),
escrita en ruso, y tanto está memoria como un librito en alemán sobre las líneas
paralelas (acerca del cual apareció en el Repertorium de Gersdorf una nota por
completo estúpida) despertaron en mí el deseo de saber más sobre este agudo ma-
temático. Según Knorre, en las memorias científicas de la universidad de Kazan,
que se publicaron en ruso, han salido muchos trabajos suyos.”
Y en 1846 le escribe al astrónomo Schumacher, mencionándole que se encuentra
leyendo una vez más el libro de Lobachevski (investigaciones geométricas acerca
de las líneas paralelas), reconociendo un gran merito en el trabajo de Nikolai,
pero reconociendo que los resultados obtenidos ya eran de su conocimiento, pero
demostrados por métodos totalmente diferentes. Lamentablemente como sucedió
en el caso de Johann Bolyai, Gauss no realizó ningún comentario público que
tuviera que ver con el trabajo de Lobachevski en la Geometría.

Los trabajos de Bolyai y Lobachevski no recibieron el reconocimiento cuando


fueron publicados, a pesar de que representaban el resultado de siglos de inves-
tigación en el mundo matemático. Pero esto no debe ser sorpresa, la historia nos
ha enseñado que grandes descubrimientos y aportes al ámbito científico se han
reconocido después de mucho tiempo, en algunos casos después de la muerte de
sus creadores, como es el caso de la geometría hiperbólica. En este caso particular
el retraso en su publicación y expansión tal vez se debido a varias razones: Bolyai
abandonó sus investigaciones matemáticas debió a la respuesta de Gauss, hay que
reconocer que esta golpeo y maltrato demasiado la parte psicológica de Johann.

29
En el caso de Lobachevski tal vez son dos las limitaciones más marcadas, prime-
ro sus tratados y publicaciones eran escritas en ruso y en aquella época el Latín,
Alemán y Francés eran las principales lenguas de la ciencia. Por ello Nikolai se
vió abocado a realizar un libro en alemán (Investigaciones Geométricas acerca de
las líneas paralelas), y la segunda limitación que tuvo que enfrentar Nicolai fue el
rechazo de gran parte de sus contemporáneos en el imperio ruso.
A pesar de las dificultades e impedimentos, a partir de la publicación de la corres-
pondencia de Gauss, nueve años después de la muerte de Lobachevski, e impulsa-
dos por eventos como: La primera traducción a Francés de Geometrischen Unter-
suchungen zur Theorie der parallellinien publicada en 1866, la del apéndice al año
siguiente y la famosa conferencia de Riemann de 1854 que fue dada a conocer en
1868 "Sobre las hipótesis en que se apoyan los fundamentos de la Geometría", se
dió inicio a una época de evolución no solo en las matemáticas sino en la ciencia.

30
Capítulo 2

Geometría hiperbólica

Como se ha venido mencionando, la geometría hiperbólica se hadesarrollado abs-


tractamente a partir del conjunto de conocimientos que surgieron en el estudio del
Quinto Postulado (de Euclides), pues nace al negarlo: “Son muchas las paralelas
a una recta que pasan por un punto fuera de ella”.
A principios del siglo XIX algunos matemáticos como Bolyai y Lobachevski pre-
sentaron sus fundamentos para el nacimiento de la geometría hiperbólica. Estaban
convencidos de su solidez y por consiguiente de su “existencia o posibilidad”. Pe-
ro es también cierto que se encontraban en franca minoria. En algunas ocasiones
se les calificaba de extravagancia o vil locura entre la comunidad científica.
Como se ha mencionado anteriormente matemáticos de renombre y que contaban
con el reconocimiento del mundo cientifico, como es el caso de Gauss, conocian
resultados de geometría hiperbólica pero no los hicieron públicos por temor al
descrédito. Fue hasta la segunda mitad de ese siglo que gracias al surgimiento de
modelos del plano hiperbólico basados en la geometría euclidiana, que la comu-
nidad matemática acabo por reconocerla.

31
La presentacion que se da en este de texto a la geometría hiperbólica será axiomá-
tica como homenaje a sus precursores que se dieron el lujo de creer lo increible,
de crearlo y demostrarlo, reconociendo que este texto es tan solo una introducción
a esta geometría.
A pesar de lo citado anteriormente, al decir que nuestro acercamiento a la geo-
metría hiperbólica se realizará por el camino axiomático, daremos a continuación
ideas intuitivas respecto a sus puntos, líneas y plano hiperbólico, con la intención
de que esto facilite al lector el acercamiento a la geometría hipebólica. El modelo
de puntos, líneas y plano que se presenta a continuación es debido a la interpreta-
ción realizada por F. Klein del sistema geométrico de Lobachevski, basada en la
geometría proyectiva [5].

Puntos: El plano hiperbólico, H, consiste de los puntos interiores del círculo uni-
tario:

H := {(x, y) ∈ R2 | x2 + y 2 < 1}

Figura 2.1: El plano hiperbólico

Líneas: Las líneas rectas, del plano hiperbólico son sus intercepciones con las

32
líneas rectas euclidianas. Es decir son cuerdas del círculo unitario cuyos extremos
pertenecen al borde del círculo unitario, por ende, los segmentos que representan
rectas hiperbólicas son abiertos (no contienen sus extremos propios). Es claro
entonces que por cada par de puntos en H hay una única recta que pasa por ellos,
y por tanto, que si dos rectas diferentes en el plano hiperbólico se interceptan,
entonces se interceptan en un único punto.

2.1. El quinto postulado de la geometría hiperbólica


Como se ha mencionado anteriormente el quinto postulado de Euclides es equiva-
lente a la afirmación: Por un punto fuera de una recta, puede ser trazada una única
recta dada. En nuestra introducción a la geométria hiperbólica, nos encontramos
con un postulado característico de esta, que ocupa el lugar del quinto postulado
en la geométria Euclidiana.

POSTULADO. Por un punto fuera de una recta, se pueden trazar por lo menos
dos rectas que no se encuentran con la recta dada.

Observemos que si existen dos rectas pasando por un punto y sin interceptar la
recta dada, existen infinitas rectas con esta propiedad.
Consideremos dos de estas rectas m y m0 que pasan por un punto P y no inter-
ceptan a una recta n.
Alrededor de la intercepción de las rectas m y m0 (en el punto P ), se forman
cuatro ángulos. La recta n esta contenida en uno de ellos. Si observamos todas las
rectas que pasan por el punto P y cruzan los ángulos α y β son rectas que tampoco

33
m
P
α β
m0

Figura 2.2: Quinto postulado de la geométria hiperbólica

E P F
B

n
A0 Q

Figura 2.3: Infinitas rectas que no intersectan a n

interceptan a la recta n. Y es obvio que este conjunto de rectas es infinito.


Con un conjunto tan grande de rectas que no interceptan a n, es conveniente mo-
dificar la definición de paralelismo. Vamos a llamar paralela a la recta n que pasa
por P apenas a dos de tales rectas, las cuales describiremos mas adelante.

Proposición 2.1. Dada una recta n y un punto P fuera de esta, existen exacta-
mente dos rectas m y m0 que pasan por el punto P y que separan el conjunto de
las rectas que interceptan n del conjunto de las rectas que no interceptan n.

Demostración. Trazamos una perpendicular por el punto P a la recta n y de-


signamos por Q el pie de esta perpendicular. Posteriormente, trazamos una recta
pasando por P y perpendicular al segmento P Q, la cual sabemos que no inter-
cepta la recta n. Escogemos dos puntos E y F sobre esta recta de tal forma que

34
P pertenezca al segmento EF y considere el triángulo EF Q. Como el punto P
pertenece al lado EF todas las rectas que pasan por P , con excepción de la que
pasa por E y F , son rectas que cortan el segmento EF en un punto y que por tanto
también cortan el segmento EQ o el segmento QF . Inicialmente, nos restringi-
remos a las rectas que cortan el segmento EQ. Observese que en este segmento
cada punto representa una de las rectas que pasa por P .
Estos puntos pueden separarse en dos clases, la de los que representan las rectas
que no iterceptan a n y que llamaremos N , y la de los que representan rectas que
interceptan a n y que llamaremos M. Es claro que N ∩ M es vacio, que E ∈ N
y que Q ∈ M. Adicionalmente si A ∈ M entonces QA ⊂ M. Para ver esto, sea
A0 el punto de n donde la recta que pasa por P y A intercepta a n, observemos
que cualquier recta que penetre en el triángulo P QA0 por el vértice P debe cortar
el lado QA0 . Asi, si B ∈ N entonces EB ∈ N .
Entonces existe un punto S que separa los conjuntos M y N . La pregunta que
surge inmediatamente es si este punto de separación pertenece al conjunto M o
al conjunto N . Supongamos que pertenece a M o sea la recta que pasa por P y
S e intercepta n en un punto S 0 . Tomemos ahora cualquier punto de la semirecta
de origen Q, pasa por S 0 y y que esta fuera del segmento QS 0 . Es claro que esta
recta intercepta EQ en un punto que está por fuera del segmento QS, lo cual es
un absurdo y por tanto S ∈ N .
El mismo argumento puede repetirse para el segmento QF obteniendo asi otro
punto de separación en ese lado. Estos dos puntos corresponden a las rectas que
separan todas las rectas que pasan por el punto P en dos categorías, las que inter-
ceptan a n y las que no interceptan a n. Además, estas dos rectas no interceptan a
n.

35
Llamaremos las dos rectas de la proposición anterior paralelas a la recta n que
pasan por P .

Proposición 2.2. Las rectas paralelas a una recta n que pasan por P forman
ángulos iguales con la perpendicular a n que pasa por P . Además el ángulo
mencionado es agudo.

P
α2 α
1
α1

R2 Q R1

Figura 2.4: Ángulos iguales y agudos

Demostración. Sea P Q el segmento perpendicular a n que pasa por el punto P .


Sean α1 y α2 los dos ángulos citados en la proposición. Supongamos que α1 < α2 .
En el lado en que está α2 , tracemos una recta que pase por P y forme un ángulo α1
con P Q. Es entonces claro que tal recta cortará a n en un punto, que llamaremos
R2 . Sea entonces R1 , un punto en la recta n, tal que Q sea el punto medio de R1 R2 .
Los triángulos P QR1 y P QR2 son entonces congruentes. En consecuencia, el
ángulo QP R1 = α1 , lo cual es un absurdo.

2.2. Propiedades elementales de las paralelas


Ciertas propiedades de las paralelas euclidianas son válidas en la geometría hiper-
bólica. Tres de estas se darán a continuación.

36
Teorema 2.1. Si una recta es paralela, pasando por un punto y en un determinado
sentido, a una recta dada, entonces, ella es en cada uno de sus puntos, paralela
en el mismo sentido a la recta dada.

mA P R B

N U

T
n
O S M

Figura 2.5: Paralela en todos sus puntos

Demostración. Supongamos que la recta m que pasa por A y B sea una de las
paralelas a n pasando por P . Digamos que es la paralela a la derecha. Ahora
tomemos un punto cualquiera de m, al que llamaremos R. Debemos mostrar que
m es también una de las paralelas a la recta n pasando por el punto R y que es
paralela a la derecha. Entonces tendriamos dos casos a considerar:

CASO 1. El punto R está en el lado del punto P en la dirección del paralelismo.


Tracemos P Q y RS perpendiculares a n. Vamos a mostrar que toda recta pasando
por n y entrando en el ángulo SRB corta la recta n. Sea RT un segmento de una
de estas rectas y escojamos un punto cualquiera U en el. A continuación tracemos
P U y RQ. Por el paralelismo en el punto P , tenemos que la recta P U debe cortar
n en un punto M y, por el axioma de Pasch, debe cortar el segmento RQ en un
punto N . Nuevamente usando el axioma de Pasch, concluimos que la semirecta

37
RU prolongada, debe cortar el lado QM del triángulo QN M . De donde se sigue
el resultado.

CASO 2. El punto R, esta en el lado del punto P en la dirección opuesta al para-


lelismo. En este caso la demostración es esencialmente la misma y por eso no la
presentamos.

Teorema 2.2. Si una recta es paralela a una segunda entonces la segunda es


paralela a la primera.

A P R L m
B
E

F
G K H
C n D
O J

Figura 2.6: Paralelas recíprocas

Demostración. Considerense las rectas m y n que pasan por los puntos A y B,


C y D, respectivamente. Sea P un punto del segmento AB. Supongamos ahora
que m sea paralela a la recta n pasando por P en una dirección, digamos que sea
a la derecha. Tracemos P Q perpendicular a n y QR perpendicular a m. El punto
R estará a la derecha de P (del lado del paralelismo), de lo contrario el triángulo
P QR tendría dos ángulos no agudos, lo cual es prohibido por el teorema del
ángulo externo. Debemos probar que la recta n es paralela a la recta m pasando
por el punto Q.

38
Para esto, tenemos que probar que toda recta que pasa por el punto Q y divide
el ángulo RQD, intercepta a la recta m. Considérese una de estas rectas y sea E
uno de sus puntos dentro del ángulo citado. Tracemos la recta P F perpendicular
a esta recta. El punto F pertenece a la semirecta de origen en Q pasando por E.
En la semirecta SP Q (semirecta de origen en P y que pasa por Q) marquemos
un punto G, de modo que P G = P F . El punto G ∈ P Q, ya que P F < P Q
como cateto e hipotenusa de un triángulo rectángulo. Tracemos una perpendicular
GH al segmento P Q y construya un ángulo GP I igual al ángulo F P B. Sea J el
punto en donde la semirecta SP I corta la recta n. Como la semirecta SGH corta
el lado P Q del triángulo P QJ, pero no corta el lado QJ, entonces, debe cortar
P J en algún punto K. En SP B marquemos un punto L tal que P L = P K y
tracemos F L. Se puede observar que P GK y P F L son congruentes (primer caso
de congruencia). Por lo tanto, ]P F L = ]P GK = 90o , luego, los puntos Q, F ,
E y L son colineales. Entonces la semirecta SQE corta la recta m, como se quería
demostrar.

El siguiente y último teorema lo presentamos sin demostración.

Teorema 2.3. Si dos rectas son paralelas a una tercera en la misma dirección
entonces son paralelas entre si.

Con el fin de simplificar los enunciados se introduce la noción de punto ideal. Lo


que se hace es agregar dos puntos a cada recta del plano, los cuales en el orden
de estas rectas se ubican uno antes de todos sus puntos y otro después de todos
los puntos. El procedimiento que utilizado es el mismo que se usa para incluir los
puntos +∞ y −∞ en el conjunto de los número reales. Ellos serán denominados
puntos ideales. Admitiremos que estos nuevos puntos son adicionados de modo

39
tal que las rectas paralelas tengan en común un punto ideal en la dirección del
paralelismo, o sea que el mismo punto ideal es adicionado a rectas paralelas en
el lado del paralelismo. Así, dos rectas son paralelas si tienen un punto ideal en
común.

2.3. Triángulos generalizados


Consideremos, inicialmente, los triángulos generalizados formados por dos pun-
tos ordinarios y un punto ideal. Vamos a representar los puntos ideales por letras
griegas mayúsculas. Así mismo, nos referiremos al triángulo generalizado ABΩ,
que tiene vértices ordinarios A y B, y el vértice ideal Ω. Como en la Figura 2.7,
la cual queda formada por el segmento AB y por dos semirectas paralelas con
orígenes en los puntos A y B.

Figura 2.7: Triángulo generalizado

Teorema 2.4. Si una recta penetra en un triángulo generalizado ABΩ por uno
de sus vértices, entonces, ella corta el lado opuesto a este vértice.

Demostración. Si la recta penetra por A, o por B, entonces, debe interceptar el


lado opuesto. Esto ocurre simplemente porque las rectas AΩ y BΩ son paralelas.

40
Considérese, pues una recta que proviene del punto Ω y pasa en algún punto P in-
terior del triángulo. Por paralelismo, la semirecta SAP intercepta BΩ en un punto
Q. Por el axioma de Pasch, una recta que viene de Ω y pasa por P debe interceptar
uno de los otros lados del triángulo ABQ. No puede interceptar BQ, pues de lo
contrario, coincidirá con el lado BΩ. Luego, intercepta AB.

P

Q
B

Figura 2.8: Intercepción del lado opuesto

Teorema 2.5. (Teorema del ángulo externo) Un ángulo externo de un triángulo


generalizado ABΩ es siempre mayor que el ángulo interno que no le es adyacen-
te.

Demostración. Dado un triángulo generalizado ABΩ, sea C un punto de la se-


mirecta SAB , fuera del segmento AB. Tenemos que ]CBΩ es un ángulo externo
del triángulo. Debemos probar que ]CBΩ >]BAΩ. Para esto, tracemos a partir
de B un segmento BD, tal que ]CBΩ = ]BAΩ. Como consecuencia de los
cuatro primeros postulados, la recta que pasa por B y D no intercepta AΩ. En
consecuencia, el punto D no puede estar en la región interior del triángulo ABΩ.
Si el punto D está fuera del triángulo, como en la Figura 2.9, entonces, el resultado

41
está demostrado. Nos falta solamente excluir las posibilidades de que el punto D
esté sobre BΩ.
L
A }Ω

N
B D

Figura 2.9: El ángulo externo

Suponga que esto sucede, sea M el punto medio de AB. Bajemos una perpendicu-
lar de M hasta un punto N ∈ BΩ. En la recta que pasa por A y Ω, marquemos el
punto L de modo que LA = BN y que L y N estén en lados opuestos relativamen-
te a la recta que pasa por A y B. Por el primer caso de congruencia de triángulos
(ordinarios), LAM = N BM y enconsecuencia, LN es una perpendicular común
a LΩ y a N Ω. Lo cual es absurdo ya que esto contradice la proposición 2.2.

Diremos que dos triángulos generalizados, ABΩ y A0 B 0 Ω0 , son congruentes si


existe una correspondencia entre sus vértices de modo que, los lados finitos se
correspondan y sean congruentes, y los ángulos correspondientes sean también
congruentes. Como en el caso de los triángulos ordinarios, escribiremos ABΩ =
A0 B 0 Ω0 , para decir que dos triángulos son congruentes y que la congruencia lleva
A en A0 , B en B 0 y Ω en Ω0 . A continuación se darán las condiciones mínimas
bajo las cuales dos triángulos generalizados, del tipo que venimos considerando,

42
son congruentes.

Teorema 2.6. (Caso 1 de congruencia de triángulos) Si AB = A0 B 0 y ]BAΩ =


]B 0 A0 Ω0 entonces ABΩ = A0 B 0 Ω0 (ver Figura 2.10).

Demostración. Debemos mostrar que ]ABΩ = ]A0 B 0 Ω0 . Vamos a suponer que


este no es el caso, y sin perdida de generalidad, podemos suponer que ]ABΩ >
]A0 B 0 Ω0 . Sea SBC una semirecta tal que los ángulos ABC, y, A0 B 0 Ω0 son iguales.
Esta semirecta penetra en el ángulo ABΩ. Ahora, por el Teorema 2.4 podemos
decir que esta semirecta corta a el lado AΩ en el punto D. Tomemos un punto D0
en A0 Ω0 , tal que AD = A0 D0 , por lo que podemos decir que los triángulosABD y
A0 B 0 D0 son iguales. Por lo tanto,

]ABD = ]A0 B 0 D0 = ]A0 B 0 Ω0

lo cual es un absurdo.

A D A´

C Ω


B
Ω´

Figura 2.10: Primer caso de congruencia

Teorema 2.7. (Caso 2 de congruencia de triángulos) Si ]ABΩ = ]A0 B 0 Ω0 y


]BAΩ = ]B 0 A0 Ω0 entonces los triángulos ABΩ y A0 B 0 Ω0 son iguales.

43
A A´

Ω Ω´

B B´

Figura 2.11: Segundo caso de congruencia

Demostración. Debemos probar que AB = A0 B 0 . Supongamos que este no sea el


caso. Sin perdida de generalidad, podemos suponer AB > A0 B 0 . Sea C un punto
de AB tal que AC = A0 B 0 . Consideremos la recta CΩ, por el primer caso de
congruencia de triángulos generalizados, tenemos que ACΩ = A0 B 0 Ω0 . Por lo
tanto, ]ACΩ = ]A0 B 0 Ω0 . Como este último es, por hipótesis, igual al ángulo
ABΩ, entonces, el triángulo CBΩ posee un ángulo externo igual a un ángulo
interno no adyacente. Y esto es una contradicción al teorema del ángulo externo
(Teorema 2.5).

Teorema 2.8. Si AB = A0 B 0 , ]ABΩ = ]BAΩ y ]A0 B 0 Ω0 = ]B 0 A0 Ω0 entonces


los triángulos ABΩ y A0 B 0 Ω0 son iguales.

Demostración. Es suficiente probar que los ángulos ABΩ y A0 B 0 Ω0 son iguales


(ya que tendríamos el primer caso de congruencia de triángulos). Vamos a suponer
que este no sea el caso. Podemos asumir, sin perdida de generalidad que ]ABΩ >
]A0 B 0 Ω0 . Construyamos entonces, ángulos ABC y BAD iguales entre si e igua-
les al ángulo A0 B 0 Ω0 . Por el Teorema 2.3 y por el axioma de Pasch, concluimos
que las semirectas SAD y SBC se interceptan en un punto, que llamaremos E, en
el interior del triángulo ABΩ. Ubiquemos en el lado A0 Ω0 del triángulo A0 B 0 Ω0

44
A A´ E´
D
E
Ω Ω´
C

B B´

Figura 2.12: Igualdad de triángulos

un punto E 0 , talque A0 E 0 = AE. Se deduce que los triángulos ABE y A0 B 0 E 0


son congruentes. Entonces tenemos que los ángulos A0 B 0 E 0 y ABE son iguales.
Como este último es igual al ángulo A0 B 0 Ω0 , el punto E 0 debe pertenecer a B 0 Ω0 .
Por lo tanto hemos llegado a un absurdo.

2.4. El ángulo de paralelismo

P
Θ
h

A

Figura 2.13: Ángulo de paralelismo

Considérese un triángulo generalizado AP Ω, como en la Figura 2.13, en el que el


ángulo ]A = 90o . Por el teorema del ángulo externo para triángulos generaliza-
dos, es fácil concluir que el ángulo P es agudo. A este lo llamaremos el ángulo de
paralelismo. Debido al primer caso de congruencia de triángulos generalizados,

45
probado en la sección anterior, podemos deducir inmediatamente que, el ángu-
lo de paralelismo depende del segmento de recta AP . Vamos a representar por
h tal segmento y por Θ el ángulo de paralelismo, observar la Figura 2.13. Una
consecuencia inmediata del teorema del ángulo externo es que la función Θ es
estrictamente decreciente, esto es:

Si h1 < h2 entonces Θ(h1 ) > Θ(h2 ).

Como el tamaño del segmento AP es arbitrario, la función Θ está definida para


cualquier número real no negativo siendo igual a un ángulo recto cuando h = 0. Se
puede probar que la función Θ tiene por imagen el conjunto de todos los ángulos
en el intervalo (0o , 90o ], tendiendo a cero cuando h crece demasiado (es decir,
tiende a +∞). Así, Θ es continua ya que es estrictamente decreciente. Podemos
extender la definición de Θ a valores negativos de h a través de la ecuación:

Θ(h) + Θ(−h) = 180o .

Esto permite que podamos colocar coordenadas en una recta, en la forma usual, y
tengamos la función Θ definida para cada punto de esta recta.

2.5. Cuadriláteros especiales


Como se ha mencionado anteriormente, la búsqueda de probar el quinto postulado
de Euclides originó resultados equivalentes a este, algunos han sido mencionados
en el primer capítulo de esta monografía, dentro de ellos encontramos uno que se
debe al jesuita Girolamo Saccheri (1667-1733) también mencionado anteriormen-
te. Saccheri usó como base de sus investigaciones cuadriláteros. Otro postulado
equivalente que también utiliza a los cuadriláteros, es el producido por Johann

46
Heinrich Lambert (1728-1777). A continuación hablaremos del trabajo desarro-
llado por Saccheri.
Supongamos un cuadrilátero ABCD con sus lados AB y CD iguales y los án-
gulos DAB y ABC rectos, ver Figura 2.14. Tales cuadriláteros son comúnmente
llamados cuadriláteros de Saccheri. En la geometría euclidiana ellos serían rec-
tángulos, pero esto no ocurre en la geometría hiperbólica. En un cuadrilátero de
Saccheri, el lado común a los dos ángulos rectos (DAB y ABC) es llamado base
y el lado opuesto a la base es llamado tapa, los otros dos son llamados simplemen-
te lados del cuadrilátero. Los dos ángulos no rectos son denominados ángulos de
la tapa o simplemente ángulos del cuadrilátero.

D H C

A M B

Figura 2.14: Cuadrilátero de Saccheri

Proposición 2.3. La recta que une los puntos medios de la base y de la tapa de
un cuadrilátero de Saccheri es perpendicular a la tapa y a la base; los ángulos de
la tapa son congruentes.

Demostración. Sea AB la base del cuadrilátero de Saccheri DABC. Sean M y


H los puntos medios de la base y la tapa respectivamente, ver Figura 2.14. Es
fácil probar que ]DAM = ]CBM y que en consecuencia los triángulos DM H
y CM H son iguales. Se sigue de lo anterior que M H es perpendicular a DC, y

47
sumando los ángulos en M que M H es también perpendicular a AB. Sumando
ángulos en D y C obtenemos la igualdad de los ángulos de la tapa.

Corolario 2.1. La base y la tapa de un cuadrilátero de Saccheri forman parte de


rectas que no se interceptan.

Teorema 2.9. los ángulos de la tapa de un cuadrilátero de Saccheri son agudos.

Demostración. Usaremos las mismas letras de la figura anterior. Sea Ω un punto


ideal de la recta que pasa por A y B. Sin perdida de generalidad podemos suponer
que B ∈ AΩ. Consideremos entonces, las semirectas DΩ y CΩ. Sea E un punto
tal que C ∈ DE.

D C E


A B

Figura 2.15: La parte superior de un cuadrilátero

Debido al corolario anterior, sabemos que DΩ está contenida en el ángulo ADE


y que CΩ está contenida en el ángulo BCE. Tenemos entonces que los ángu-
los ADΩ y BCΩ son iguales, por ser ángulos de paralelismo correspondientes
a segmentos congruentes. Además, en el triángulo generalizado CDΩ, el ángulo
externo ECΩ es mayor que el ángulo interno no adyacente CDΩ. Por lo tanto,
]BCE > ]ADC = ]BCD. Por consiguiente, ]BCD es agudo.

48
Si observamos con atención la proposición 2.3 nos damos cuenta que depende
solamente de los cuatro primeros postulados, siendo, por tanto, también válida en
la geometría euclidiana.
Lambert también utilizó, como figura fundamental de su estudio de geometría un
cuadrilátero, pero con una característica interesante, con tres ángulos rectos. Estos
cuadriláteros son conocidos como cuadriláteros de Lambert. Su único ángulo no
conocido es llamado el ángulo del cuadrilátero de Lambert.

Teorema 2.10. El ángulo de un cuadrilátero de Lambert es siempre agudo

Demostración. Sea ABCD un cuadrilátero de Lambert con ]A = ]B = ]D =


90o . Prolonguemos la semirecta SBA , marcando un punto E, tal que EA = AB.
Tracemos además un segmento de recta F E perpendicular a AB y congruente
a BC, ver Figura 2.16. Tracemos las semirectas F A, F D y AC. Es inmediato
que los triángulos F EA y CBA son iguales. Como consecuencia, obtenemos la

F D C

E A B

Figura 2.16: Cuadrilátero de Lambert

congruencia de los triángulos F AD y CAD. Por tanto, el ángulo ADF es recto


entonces los puntos F , D y C son colineales. Por construcción, F EBC es un
cuadrilátero de Saccheri luego el ángulo BCD es agudo.

49
Teorema 2.11. Sea ABCD un cuadrilátero con ]A = ]B = 90o . Entonces,
]C > ]D si y sólo si AD > CB.

Demostración. Si AD > BC, tomemos un punto E sobre la semirecta AD, tal


que AE = BC y tracemos EC (ver Figura 2.17). Entonces, EABC es un cua-
drilátero de Saccheri, luego ]AEC = ]BCE. Como ]AEC es un ángulo ex-
terno del triángulo DEC y claramente ]BCD > ]BCE, podemos concluir que
]ADC < ]BCD. La prueba de la afirmación recíproca se puede hacer fácil-

D
E C

A B

Figura 2.17: Un resultado interesante

mente y no la presentaremos aquí.

2.6. Suma de los ángulos de un triángulo


En la geometría euclidiana la suma de los ángulos internos de cualquier triángulo
es igual a dos rectos, dicho resultado se demostró en el primer capítulo. Un re-
sultado que se deduce del anteriormente citado es que la suma de los dos ángulos
restantes de un triángulo rectángulo es igual a un recto. En la geometría hiperbó-
lica existen resultados similares, los cuales vamos a presentar a continuación.

50
Teorema 2.12. La suma de los ángulos de cualquier triángulo rectángulo es me-
nor que dos ángulos rectos.

Demostración. Sea ABC un triángulo rectángulo con un ángulo recto en C, ver


Figura 2.18. Sabemos con base en los cuatro primeros postulados, que la suma
de cualesquiera dos ángulos de un triángulo es siempre menor que dos ángulos
rectos. Así, los otros dos ángulos de nuestro triángulo son agudos. Tracemos un
A Q D

C P B

Figura 2.18: Ángulos internos de un triángulo

segmento AD de tal forma que ]DAB = ]ABC. Sea M el punto medio de AB.
Tracemos una semirecta M P perpendicular a BC. En la semirecta SAD se marca
un punto Q tal que AQ = P B. Entonces tenemos que los triángulos AQM y
BP M son iguales. En consecuencia, el ángulo M QA es un ángulo recto y P , M
y Q son colineales. Por lo tanto, ACP Q es un cuadrilátero de Lambert con ángulo
agudo en el vértice A. Luego la suma de los dos ángulos no rectos del triángulo
rectángulo ABC, que es exactamente igual al ángulo agudo CAD, es menor que
un ángulo recto.

El siguiente resultado es un corolario inmediato del teorema anterior.

Teorema 2.13. La suma de los ángulos de cualquier triángulo es menor que dos
ángulos rectos.

51
Corolario 2.2. La suma de los ángulos de todo cuadrilátero es menor que cuatro
ángulos rectos.

Teorema 2.14. Si los tres ángulos de un triángulo son respectivamente iguales a


los tres ángulos de otro triángulo, entonces los triángulos son congruentes.

A A´

E C´
D B´
C
B

Figura 2.19: Ángulos congruentes

Demostración. Sean ABC y A0 B 0 C 0 dos triángulos tales que ]A = ]A0 , ]B =


]B 0 y ]C = ]C 0 , ver la Figura 2.19. Supongamos que los lados correspondientes
no son iguales. Por ejemplo, supongamos que AB > A0 B 0 , sea entonces un punto
D en AB tal que AD = A0 B 0 . En la semirecta SAC marquemos un punto E tal que
AE = A0 C 0 . Entonces tenemos que los triángulos ADE y A0 B 0 C 0 son iguales.
Es claro que AE < AC, pues de no ser cierto sería una contradicción a nuestra
hipótesis. Entonces, BDEC es un cuadrilátero en el que la suma de los ángulos
internos es igual a cuatro rectos, lo que esta en franca contradicción al Corolario
2.2. Esto concluye nuestra demostración.

El siguiente teorema lo presentamos sin demostración.

Teorema 2.15. La función ángulo de paralelismo Θ está definida para cualquier


número real no negativo, es sobreyectiva y tiene como rango el intervalo (0o , 90o ].

52
2.7. Puntos ultraideales
Vamos ahora a llevar nuestra atención a las rectas que no se interceptan. Sabemos
que si dos rectas tienen una perpendicular en común, entonces estas rectas no se
interceptan. La afirmación inversa es también verdadera y se constituye en una de
las propiedades importantes de la geometría hiperbólica.

Teorema 2.16. Dos rectas que no se interceptan tienen una y solamente una per-
pendicular común.

Demostración. En esta demostración tenemos que realizar dos pruebas, la prime-


ra relacionada con la existencia y la segunda con la unicidad.
Existencia. Sean m y n un par de rectas que no se interceptan. Escojamos dos
puntos cualesquiera A y B en n y tracemos los segmentos AC y BD perpendi-
culares a m. Si AC = BD, ACDB es un cuadrilatero de Saccheri. Se sigue de
inmediato que n y m poseen una perpendicular común. Si AC no es congruente
a BD, podemos suponer, sin perdida de generalidad, que AC > BD. Vamos a
llamar Ω a un punto ideal de la semirecta SAB . Ubiquemos un punto E en AC tal
que EC = BD y marquemos un punto cualesquiera H en la semirecta SCD fuera
del segmento CD. A continuación construimos el ángulo CEF igual al ángulo
DBΩ con un punto F en el cuadrilatero ACDB.
Vamos a mostrar que la semirecta SEF intercepta a n. Para esto, considere las se-
mirectas CΩ y DΩ las cuales están respectivamente dentro de los ángulos ACH
y BDH. Como por el teorema del ángulo externo ]HDΩ > ]HCΩ, entonces
podemos trazar una línea CJ penetrando el ángulo ACDΩ tal que los ángulos
]HCJ = ]HDΩ. Tal recta imterceptará la recta n en un punto que por simpli-
cidad podemos suponer que es el punto J. Una inspección de la información que

53
Ω‘
n A B K
M J Ω
F

m
C D L N H

Figura 2.20: Puntos ultraideales

tenemos sobre las figuras F ECJ y JBDΩ nos convence de que SEF es parale-
la a SCJ . Inmediatamente SEF intercepta la recta n en un punto K situado en el
intercalo AJ.
Tracemos el segmento KL perpendicular a la recta m como en la Figura 2.20.
En la semirecta BΩ ubiquemos un punto M tal que M B = EK, en la semirecta
SDH marquemos un punto N talque N D = CL y tracemos la recta M N . Usando
congruencia de triángulos, es facil ver que los cuadriláteros EKLC y BM N D
son congruentes, entonces M N es perpendicular a M y M N = KL. Por lo tan-
to, el cuadrilátero KLN M es un cuadrilátero de Saccheri y de ahí se deduce el
resultado al que queriamos llegar.
Unicidad. Si existieran dos rectas perpendiculares a las rectas, tendríamos un cua-
drilátero con cuatro ángulos rectos, lo cual vimos que es imposible. Esto concluye
la demostración.

Volvemos nuevamente nuestra mirada al plano y aumentamos la familia de puntos


con un nuevo conjunto al que llamaremos puntos ultraideales. El conjunto de
puntos sera indizado por las rectas del plano; o sea, vamos a asociar a cada recta m
uno de estos puntos que representaremos por Γm . Estos puntos serán adicionados

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a los puntos ordinarios e ideales, segun la siguiente regla:

En una recta n serán agregados los puntos ultraideales Γm , en donde m es cual-


quier recta perpendicular a n.

Como consequencia de esta regla y del teorema anterior, dos rectas que no se
interceptan tienen ahora en común exactamente un punto ultraideal. Además, el
conjunto de todas las rectas que pasan por el punto ultraideal Γm está constituido
exactamente por el haz de rectas perpendiculares a la recta m. Observese que
ahora dos rectas cualesquiera siempre se interceptan y el punto común a las dos
rectas puede ser:

1. Ordinario

2. Ideal (en el caso de las rectas paralelas)

3. Ultraideal (en el caso de las rectas que no se interceptan)

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Bibliografía

[1] João L. M. BARBOSA. Geometría hiperbólica. CEGRAF - UFG, Universi-


dad Federal de Goiás, Goiânia, Brasil, 2002.

[2] EUCLIDES. Elementos. Biblioteca Clásica Gredos, Editorial Gredos, Ma-


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[3] Bernardo MAYORGA. Lobachévski y la geometría euclidiana. Lecturas


Matemáticas, Vol. 15, 29–43, 1994.

[4] Alexander ORTIZ. La Genesis de las Geometrías no Euclidianas. Universi-


dad industrial de Santander, 1999.

[5] N. V. EFÍMOV. Geometría Superior. Mir, Moscú, 1984

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