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TRABAJO: RESUMEN UNIDAD I QUE ES EL VALOR

TAPACHULA, CHIAPAS A 10 DE SEPTIEMBRE DE 2017


Contenido
1.1 ¿QUE ES UN VALOR? ..................................................................................................................... 3
1.2 VALORES Y VALORACIONES ........................................................................................................... 4
Crisis de valoraciones ...................................................................................................................... 6
1.3 EL SER ES EL FUNDAMENTO DEL VALOR ....................................................................................... 8
1.4 IDENTIFICAR, APRECIAR Y ELEGIR LOS VALORES ........................................................................... 9
UNIDAD I

1.1 ¿QUE ES UN VALOR?


Valor es una cualidad que confiere a las cosas, hechos o personas una
estimación, ya sea positiva o negativa. La axiología es la rama de la filosofía
que se encarga del estudio de la naturaleza y la esencia del valor.
En otro sentido, los valores son características morales inherentes a la persona,
como la humildad, la responsabilidad, la piedad y la solidaridad. En la antigua
Grecia, el concepto de valor era tratado como algo general y sin divisiones, pero a
partir de la especialización de los estudios, han surgido diferentes tipos de valores
y se han relacionado con distintas disciplinas y ciencias.
Los valores también son un conjunto de ejemplos que la sociedad propone en las
relaciones sociales. Por eso, se dice que alguien “tiene valores” cuando establece
relaciones de respeto con el prójimo. Podría decirse que los valores son creencias
de mayor rango, compartidas por una cultura y que surgen del consenso social.

La teoría de los valores implica la existencia de una escala, que va de lo positivo a


lo negativo. La belleza, lo útil, lo bueno y lo justo son aspectos considerados como
valiosos por la sociedad.

DESCUBRIR VALORES EN LA VIDA COTIDIANA


Actualmente, en muchos espacios relacionados con la educación de los niños se
escuchan comentarios sobre la urgencia de la enseñanza de los valores a las
nuevas generaciones.
Es curioso observar como los valores de los que tanto se habla se encuentran
relacionados con una vivencia adecuada en materia de derechos humanos. La
relación es simple y fácil de observar: Cuando una persona es capaz de manejarse
con respeto hacia los demás está permitiendo que los otros puedan disfrutar de sus
derechos, por ejemplo, de la libertad de expresión, de ser tratado con dignidad,
etcétera.
Al permitir este disfrute en los demás, aprende que tiene derecho a disfrutar lo
mismo. Dado que los valores y los derechos humanos están inmersos en las
diferentes actividades de la vida cotidiana, es difícil educar en algunos de ellos sin
necesariamente educar en el otro tema.
Este conjunto de conocimientos, derechos humanos y valores, deben enseñarse al
niño para que su desempeño como adulto le permita, en forma natural, el ejercicio
de una cultura de legalidad, que forma parte de la vivencia de los derechos humanos
y los valores previamente aprendidos. Es importante la modificación que se hizo a
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el 10 de junio de 2011, en
la cual los derechos humanos quedaron protegidos, al ser incluidos en el Capítulo
Primero “De los Derechos Humanos y sus garantías”.
Debido a que tanto los derechos humanos como los valores son aprendidos en el
hogar, es importante mencionar el papel fundamental que la familia juega en este
aprendizaje. La familia es el medio natural y necesario para conservar y transmitir
valores culturales, educativos y formativos entre sus integrantes.
Dentro de la familia se desarrollan fuerzas afectivas que condicionan las relaciones
que sus miembros tienen en la sociedad; es donde el ser humano aprende a
interrelacionarse y a socializar. A partir del cambio de diversos factores (económico,
vida cotidiana, educación, violencia, entre otras) lo que sucedía en la vida familiar
de hace cincuenta años es muy diferente a lo que acontece actualmente.
El hecho de que alguno de los padres esté fuera de casa y que los hijos se vean
ante la situación de ser cuidados por terceros, a veces personas ajenas a la familia,
por lapsos que llegan hasta las doce horas diarias, en varias ocasiones hace que
los hijos menores de edad construyan estructuras sociales deficientes, provocadas
por una mala educación y una ausente formación en distintos aspectos de la vida,
entre ellas el área del aprendizaje de valores.
Actualmente, ambos padres dejan la crianza de sus hijos en manos de terceros,
debido a la necesidad económica real o social de lograr un mejor nivel de vida; están
menos horas cerca de los niños y los adolescentes, y dejan de vigilar y dirigir los
aprendizajes que los llevarán a un sano desarrollo integral.

1.2 VALORES Y VALORACIONES


Los valores del pasado

Ciertamente, algunas personas tienen la tendencia a aferrarse a los sistemas de


valores que estuvieron vigentes en el pasado, tanto en sus aspectos fundamentales
como en los accidentales. Piensan que nada puede cambiar y que todo cambio es
malo. Esto lo aplican tanto a la sociedad civil como a la Iglesia.

Así, por ejemplo, hay algunas personas, muy respetables en ' muchos aspectos,
que son enemigos de la democracia, cuando es un logro de la civilización y una
garantía de las libertades. Si bien no es una garantía absoluta, permite más
fácilmente su ejercicio que las dictaduras.

En el caso de la Iglesia, hay personas que se aferran a esquemas clericales, que


estuvieron vigentes en otros tiempos, y se resisten a que la jerarquía de la Iglesia
no tenga una preponderancia social o incluso política. Olvidan que eso fue
coyuntural en la historia y que los clérigos no están precisamente para "mandar" en
lo social o político. No está de más el ' decir que, tanto puede haber un clericalismo
de "derecha", como de -izquierda".
Crisis de valoraciones

Los valores no existen sin el hombre. Por ello se puede afirmar que las crisis de
los valores no son sino las crisis de las valoraciones que hacen los hombres, y
que la crisis de "hombres,, lleva de la mano a la crisis de valores e, incluso, de
la misma sociedad.

¿Por qué se ha producido la crisis de valoraciones? Es difícil contestar a esta


pregunta, porque supone juzgar una época sin la perspectiva suficiente. Pero
se puede encontrar una serie de causas que expliquen por qué una serie de
valores han sido despreciados u olvidados en algunos sectores sociales, y, que
al mismo tiempo, se valoren actuaciones que son degradantes para el hombre.
Entre otras se pueden señalar las siguientes causas:

1) Subjetivismo filosófico. Este sistema coloca al hombre como creador del


bien y el mal, en lugar de ser un buscador del bien y un luchador contra el mal
en el mundo.

2) Materialismo práctico. La valoración exclusiva o preponderante de los


bienes materiales oscurece la captación de los bienes más altos, que son la
justificación de los materiales.

3) Justificación del pecado. El pecado es la elección mala, que aleja del fin
que es el bien. Dado que no es posible hacer el mal por el mal, sino que el
hombre siempre busca la razón de bien que pueda tener su actuación; el
pecador obstinado, que no quiere arrepentirse, busca justificaciones teóricas a
su conducta desordenada, que tranquilicen su conciencia

4) Escándalo. El pecador busca que su conducta sea aprobada por los demás.
Por eso, si son muchos los que obran como él, le parece que su conducta es
aceptada socialmente, aunque sea contra la verdad y el bien. Por ello intentará
que otros le imiten.

Los remedios contra estas causas irán en la línea de un correcto diagnóstico de


los males de nuestra sociedad con el ánimo de rectificar los errores propios.
Después vendrá la búsqueda sincera de la ley moral para hacer coincidir las
propias valoraciones con el auténtico valor, protegiéndose de las malas
inclinaciones que todo hombre tiene y de las agresiones del ambiente
degenerado en que se puede encontrar.

Formación del hombre respecto a los valores

El cristiano, como todo hombre, debe tener una actitud madura ante los
sistemas de valores que se proponen. Hoy asistimos con frecuencia a intentos
de imposición de sistemas de valores. Así, a través de los medios de
comunicación se puede proyectar una idea del hombre o, más bien, fabricar un
ídolo o varios, que no dejan de ser un modelo de valores: un actor, un cantante,
un deportista, se pueden presentar a las masas como un modelo o un
paradigma. Y se le disculpa que sea borracho, drogadicto u homosexual, o
incluso un asesino. "Yo he abortado", puede decir una mujer dedicada a la
política, sin que ello lleve, en algunos países, a descalificarla para la función
pública que debe desempeñar.
1.3 EL SER ES EL FUNDAMENTO DEL VALOR
El ser humano es un misterio todos intentamos descubrir de algún modo. ¿Qué es
el hombre? ¿Quién soy yo? Este interés no nace de una simple curiosidad
académica; ni siquiera de un legítimo deseo de conocer más sobre nosotros
mismos. Lo que aquí nos interesa es la base objetiva de los valores humanos.
Cuando hablamos de valores, la clave para descubrir nuestro verdadero bien
consiste en examinar nuestra naturaleza humana. No podemos soñar en descubrir
lo que es bueno para el hombre hasta que no hayamos afrontado el problema de
quién es el hombre.

Un rápido paseo a través de la historia, nos maravilla ante la nobleza y la miseria


del hombre y puede dejarnos pasmados de asombro. ¿Es posible que José Stalin,
san Francisco de Asís, Nerón y la madre Teresa de Calcuta pertenezcan todos a la
misma especie humana?

¿Dónde podemos buscar una respuesta al enigma del hombre? Disponemos de dos
fuentes principales para conocer lo que somos: la experiencia y la revelación divina.
La experiencia es una observación continua y un contacto de primera mano con
nosotros mismos y con los demás. La naturaleza del hombre se manifiesta a través
de sus acciones, habilidades y tendencias espontáneas. Gracias a nuestra
inteligencia podemos reflexionar sobre ellas y descubrir datos muy significativos.

Al mismo tiempo, hay muchos secretos y misterios que van más allá de nuestra
experiencia, pero que conocemos por el don de la revelación divina. El misterio de
la persona se nos descubre en Jesucristo. La revelación es como un «manual del
divino diseñador». Dios, que nos conoce por dentro y por fuera, no ha querido
dejarnos en la oscuridad; nos manifiesta lo que somos y hacia dónde vamos; nos
brinda la clave de lectura del plan divino y nos da las «instrucciones y reglas de
mantenimiento» para llevarlo a cabo. Ha sido un gesto muy noble de su parte, pues
muchos enigmas que nos atañen profundamente -como la muerte, el sufrimiento y
el sentido final de la vida- escapan a la simple observación.
1.4 IDENTIFICAR, APRECIAR Y ELEGIR LOS VALORES
¿Por qué hacemos nuestras unos determinados valores y no otros?

“Los valores no se adoptan en un proceso de selección estrictamente objetivo y


racional, sino que llegan a través de experiencias, necesidades e influencias. Por
eso es tan importante el entorno en que nos movemos “. Educar en valores significa
también educar la capacidad de valorar, siguiendo lo dice la pedagoga Isabel
Carrillo, educar en valores es enseñar en:

Identificar los valores en la realidad cotidiana discernirlos de los contravalores y


opciones de antivalores que deben desecharse.
Seleccionar los valores óptimos entre las diferentes opciones posibles, teniendo en
cuenta los contextos, el tiempo presente y los retos que se proyectan.
Apreciar los valores, distinguiendo sus aportaciones y razonando en que benefician,
que aportan a la propia vida y en la vida en relación, y qué pasa cuando no están
presentes.
Asumir, interiorizar e integrar los valores a través de la práctica, aplicándolos en el
día a día.

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