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Responsabilidad Civil de Los Jueces
Responsabilidad Civil de Los Jueces
1. REFERENCIA HISTORICA
2. DELIMITACION CONCEPTUAL
2.1 Responsabilidad. - Se origina en la voz latina responsus, participio pasado del verbo
responderé, que significa: constituirse en garante. Otros afirman que originalmente
la palabra responderé proviene del termino spondere que significa prometer,
comprometerse a algo. Para Manuel Bajerano la responsabilidad civil consiste en
reparar los daños y perjuicios causados a otro, por un hecho ilícito o por la creación
de un riesgo. Se define por la obligación de reparar el perjuicio causado a un sujeto
de derecho.
Esta responsabilidad en general es de tres clases: civil, penal y administrativa. La
primera vulnera una norma de naturaleza civil, la segunda, contraviene la norma
positiva penal y, la tercera, contravienen normas administrativas, verbigracia, es un
accidente puede causarte los tres tipos de responsabilidad, se se produce la muerte
de una persona, si se causaren daños en los vehículos y se si imponen multas por
exceso de velocidad o conducir el vehículo en estado de ebriedad.
2.2 Responsabilidad civil. - La responsabilidad civil en opinión de los españoles Diez-
Picazo y y Gullon viene a ser la sujeción de una persona que vulnera un deber de
conducta impuesto de interés de otro sujeto a la obligación de resarcir el daño
producido. En otros términos, la responsabilidad civil implica la obligación de
responder por el daño causado. La responsabilidad civil, por tanto, es una noción en
virtud del cual se atribuye a un sujeto el deber de asumir las consecuencias de un
evento dañoso por lo que queda obligado a resarcir a la victima de los daños y
perjuicios que haya sufrido.
la doctrina y la legislación comparada de los últimos tiempos sobre la
responsabilidad civil son muy fecundos, lo que se explica por el surgimiento de
diversos sistemas de responsabilidades:
a) Subjetiva y objetiva: la primera se funda exclusivamente en la culpa
(dolo, culpa) y, la segunda, con independencia de ella.
b) Directa e indirecta: la primera, se impone a la persona que causa el daño
y, la segunda, a la persona que no es el causante del daño, sino al
representante.
c) Principal y subsidiaria: la distinción se funda en el modo como se
escalonan los derechos del perjudicado y las obligaciones de los
responsables.
d) Contractual y extracontractual: En la primera, el daño se produce por el
incumplimiento de un contrato y, en el segundo, por el incumplimiento
de un contrato y, en el segundo, por el incumplimiento de un deber
impuesto por la ley.
2.3 Responsabilidad civil de los jueces. - Desde una perspectiva sustantiva como bien
señala Gelsi Bidart, la responsabilidad es la situación jurídica en que se encuentra
un sujeto de derecho de tener que dar cuenta frente a otro de ciertos hechos o actos
que infringen el ordenamiento jurídico, por lo cual debe soportar un gravamen que
procura la rehabilitación o reparación del orden quebrantado. Entonces de los
magistrados en la actividad de administrar justicia.
Se trata luego, de una institución jurídica que obliga a los jueces o magistrados a
reparar el daño o perjuicio causado a las partes o a terceros legitimados en el
ejercicio de la función jurisdiccional. Se funda en el numeral 1969° del Código
sustantivo, según el cual, aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está
obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o culpa corresponde a su
autor.
En el artículo 192° La Ley Orgánica del Poder Judicial regula expresamente, que los
magistrados comprendidos en la carrera judicial, responden penal y civilmente en
los casos y en la forma determinada en las leyes y, administrativamente, de
conformidad con lo establecido en la LOPJ. La responsabilidad funcional, lo
encontramos en el artículo 128° de la constitución Política del Estado, cuando
establece que los ministros son solidariamente responsables por los actos delictivos
o violatorios de la constitución o de las leyes.
Luego, los jueces o magistrados en la actividad de administrar justicia, pueden
causar daños a las partes y aun a terceros legitimados. Estos actos lesivos,
perjudiciales o arbitrarios (resoluciones, sentencias) son los que turban la armonía
y la paz de la sociedad y, muchas veces, se tornan hasta irreparables.
La victima de la acción dañosa desea y espera que el causante, sea juez o
magistrado, le indemnice sus pérdidas, puesto que él es responsable y quien debe
asumir el pago de los daños y perjuicios, lo cual, significa que los errores judiciales
en materia civil son indemnizados.
3. DOCTRINA JURIDICA
3.1 Institución sustantiva. – En esta parte hay dos temas principales que trata: la
reparación del daño y los obligados al resarcimiento.
4. JUECES O MAGISTRASDOS
4.1 Nociones previas. – La palabra juez deriva de las voces latinas ius y dax, esta última
nominativa poco usada y contracción de vindex. Lo que significa que el juez es el
vindicador del derecho, el que rectifica la injusticia, el que señala lo que es justo.
Alzamora Valdez dice que el juez es un servidor del Estado cuya función es
administrar justicia mediante la aplicación del derecho, esto es, el magistrado
investido de imperio y jurisdicción que según su competencia pronuncia decisiones
en un proceso judicial.
Dicha tarea comprende tres operaciones: la investigación de la verdad; la búsqueda
de la norma y la interpretación de su sentido; y la aplicación del derecho de los
hechos. La primera operación es de índole gnoseológica y lógica; la segunda
pertenece al campo de la técnica jurídica; y la tercera implica un autentica
valoración. La tarea del juez, realiza a través de ese complejo proceso, constituye
una atentica creación del derecho. Aun en los fallos de especie en los que se aplica
la norma general un hecho, existe creación.
Para realizar esa labor el juez debe aunar amplia cultura general con profundos
conocimientos jurídicos y altísima calidad moral. Los jueces deben reunir otras
condiciones no menos importantes e imprescindibles, que pertenecen al orden
moral. <<la justicia, es la más preclara de las virtudes, como la llama Santo Tomas,
tan destacado virtud, voluntad constante de ir otorgando a cada cual su derecho,
como todas las demás, es un habito permanente, que impone dignidad de vida>>.
Otra virtud moral se traduce en ponderación y en equilibrio para apreciar los hechos
y crear el derecho, al margen de la influencia y de la pasión.
Además de la elevada calidad ética y preparación jurídica, los jueces deben hallarse
dotados de serenidad y espíritu reflexivo que les permita tratar objetivamente y con
imparcialidad las cuestiones que les toque resolver sobre la vida, la hora y el
patrimonio de los demás. Al lado de las condiciones que podemos llamar
principales, son necesarias otras especiales: nacionalidad, ciudadanía, edad, título y
antigüedad profesional.
4.2 Función jurisdiccional. – La función jurisdiccional es uno de los atributos de la
soberanía del Estado y su ejercicio corresponde a uno de los Poderes Públicos, cuyos
cargos están reservados a los nacionales. En otros términos, la función jurisdiccional
viene a ser la facultad que se irroga el Estado para administrar justicia dentro de sus
jurisdicciones y lo hace a través de los órganos jurisdiccionales.
Luego, la tarea principal de los jueces es impartir justicia para alcanzar la paz
perturbada por la violación del derecho. Para cumplir con esa labor los jueces deben
tener una amplia cultura, un profundo conocimiento del derecho y una altísima
calidad moral. Los jueces deben hallarse dotados de gran sensibilidad y espíritu
reflexivo que les permita tratar objetivamente y con imparcialidad las cuestiones
que les toque resolver sobre la vida, el honor y el patrimonio sobre los demás.
Su tarea comprende tres operaciones tres operaciones básicas: la investigación de
la verdad, la búsqueda de la norma y la interpretación de su sentido, y la aplicación
del derecho a los hechos. La operación, en el primer caso, es de índole gnoseológica
y lógica; la segunda, pertenece al campo de la técnica jurídica y; la tercera, implica
una autentica valoración. Es importante destacar el carácter riguroso de la
administración de justicia.
4.3 Clasificación. – Existen varias formas de clasificar a los jueces o magistrados, pero la
que más se adecua a la realidad es la que sigue:
1) Por su especialidad: los jueces se clasifican en jueces civiles, penales, de
trabajo, de familia, en materia comercial, etc.
2) Por su jerarquía: En jueces de paz, jueces de paz letrados, jueces
especializados o mixtos, jueces de cortes superiores y de la corte suprema
de justicia. (A los jueces de las cortes se les denomina vocales).
3) Por la naturaleza de su intervención: En jueces he hecho como los jurados y
jueces de derecho como de los tribunales.
4) Por la calidad de su actuación: Se clasifican en jueces competentes o no
competentes según el caso.
5) Por su nombramiento: En jueces ordinarios provisionales y suplentes que
integran el Poder Judicial. También están los árbitros designados por las
partes, aun cuando no están dentro del Poder Judicial.
6) Por la función jurisdiccional: En jueces de jurisdicción ordinara y jueces de
jurisdicción extraordinaria: el fuero militar y la jurisdicción aduanera,
constitucional y disciplinaria.
4.4 Deberes de los jueces. – Son deberes del juez: el de residencia, el de administrar
justicia, observar los plazos señalados por la ley, la motivación de los fallos y guardar
el secreto profesional.
1) Deber de pertenecer en la sede: los jueces son sedentarios y tienen la
obligación de permanecer en su sede o lugar de residencia. No pueden
ausentarse mientras desempeñen el cargo salvo con licencia concedida
legalmente o en casos de vacaciones u otros motivos justificados. La
estabilidad del juez es un lugar infunde seguridad a las personas que saben
que en caso de litigio existe un funcionario llamado a acoger y tramitar sus
demandas de tutela jurídica.
2) Obligación de administrar justicia: El orden de importancia, administrar
justicia, constituye el primordial deber del juez.
3) Celeridad en la administración de justicia: El juez está obligado a observar
todas las leyes que atañen y, entre estas, las que se refieren a los plazos
para expedir sus resoluciones. La celeridad en la administración de justicia,
constituye una de sus principales garantías. El restablecimiento del orden
jurídico lesionado por la violación del derecho debe ser pronto; la tardanza
significa tanto como una complicidad con la justicia. Toda demora, no
solamente causa inseguridad y malestar, sino que tiende a que se
prolonguen situaciones contrarias al derecho, a que se origine un
sentimiento de desconfianza en la justicia y favorece a los litigantes de
mejor situación económica, puesto que solo ellos pueden sostener con
ventaja un litigio prolongado.
4) Motivación de los fallos: Constituye otra importante obligación de los
jueces, la motivación de los fallos. La motivación de las sentencias no es un
simple resumen del expediente ni la exposición sintética y ordenada de los
razonamientos del juez sobre los hechos de a controversia, y la valoración
que haga de ellos con referencia a la norma, con el fin de fundamentar su
decisión.
La sentencia contiene una orden o mandato destinado a ser cumplido.
Su motivación es una declaración de ciencia, como la denomina Carnelutti,
cuyo fin es preparar, <<mediante una acción sobre la inteligencia, la
voluntad de los súbditos a la obediencia>>.
Solo por ese medio puede el proceso llenar su fin, de restablecer la paz
social. La imposición de mandatos carentes de justificación, siempre deja
margen a la duda o a la disconformidad.
5) Deber de mantener en reserva los asuntos de su incumbencia: Finalmente,
los jueces están obligados a mantener el secreto sobre los asuntos de su
incumbencia, no solo en cuestiones cuya revelación cause daño a los
interesados, sino sobre todos en general, por la majestad de su función.
Los miembros del Poder Judicial, se hallan sometidos a determinadas
prohibiciones. La ley señala prohibiciones a los jueces fundados:
i. En principios de ética
ii. La necesidad de resguardar su independencia a imparcialidad
iii. En el mejor desempeño de su cargo.
7. DEMANDA
7.1 Presupuestos. – La acción de responsabilidad civil de los jueces solo es procedente
si se cumple previamente con ciertos actos o presupuestos (requisitos de
procedibilidad) como los que a continuación se indican:
1. Agotamiento de medios impugnatorios: La demanda de responsabilidad
civil de los jueces solo puede interponerse luego de agotados los medios
impugnatorios previstos en la ley contra la resolución que causa daño.
(513°).
Significa que el agraviado o perjudicado con una resolución judicial, antes
de promover la demanda de responsabilidad civil debe haber agotado los
medios impugnatorios que la ley le franquea, como son. La reposición,
apelación, casación y también la queja. De lo contrario la resolución no
impugnatoria dentro del plazo de la ley quedará consentida o ejecutoriada
y no podrá intentarse la demanda.
2. Plazo de interposición: Por mandato de la ley, la demanda de
responsabilidad civil debe interponerse dentro de los tres meses, contados
desde que dejo ejecutoriada la resolución que causo daño. (514°)
En efecto, dicha demanda no puede ser promovida hasta quedar concluido
el proceso, por sentencia firme, la resolución con la que se supone se causa
agravio. En ese sentido la acción caducara a los tres meses de quedar
consentidos o ejecutoriados el auto o sentencia por lo que se exige la
responsabilidad civil.
3. Dictamen previo del Ministerio Publico: la sociedad y el Estado –res publica-
igual que los particulares –res privata- tienen causas o intereses por los que
deben velar y defender; de ahí la necesidad de la existencia de un organismo
esencial encargado del ejercicio de esas funciones, misión que se encuentra
a cargo del denominado Ministerio Publico.
En orden a las primeras, el Ministerio Publico no interfiere, desde que tal
clase de contiendas no afectan, en el fondo, a las instituciones en casos de
suma relevancia en las que media el interés público. Su acción también
posee una dosis no menos importante de <<carga moral>>, desde que tiene
el deber de preservar los más caros valores del plexo social en lo atingente
a su contenido ético, al ser censor de publicaciones inmorales, etc.
En lo que concierne a este proceso, antes de proveerse la demanda, por
disposición legal, el Ministerio Publico emite dictamen sobre la procedencia
de esta dentro de diez días de recibida, bajo responsabilidad. Significa que
el representante del Ministerio Publico deberá emitir dictamen opinando
por su procedencia o improcedencia. Con dicha opinión el órgano
competente dictara la resolución correspondiente. La resolución que
declara improcedencia la demanda es apelable con efecto suspensivo
(512°).
7.2 Requisitos generales y específicos. – La demanda debe interponerse con los
requisitos generales contemplados en los artículos 130°, 131°, 424° y 425°. Han de
acompañarse las pruebas y anexos exigidos por ley, especialmente la certificación
del auto o sentencia que se estime lesivos, los recursos presentados, etc.
Ahora bien, los requisitos específicos para proponer una demanda de
responsabilidad civil de los jueces, son:
1. Ejercicio antijurídico de la función jurisdiccional: La función jurisdiccional es la
potestad que tiene el Estado de administrar justicia, lo que constituye una
atribución privativa del Estado que se ejerce a través de los órganos
jurisdiccionales.
En el ejercicio de la función jurisdiccional del Estado interviene para asegurar y
garantizar el vigor practico del derecho, para quien quiera y contra cualquiera
que fuere, promoviendo o controlando su observancia, o suprimido los hechos
cometidos o poniendo remedio a las consecuencias de eventuales
transgresiones.
Ahora bien, los jueces en el ejercicio de la función jurisdiccional pueden
ocasionar daños, lo que acontece al expedir resoluciones manifiestamente
injustas, arbitrarias e ilegales. La doctrina denomina acto o hecho antijurídico
cuando una resolución viola el ordenamiento jurídico del país.
Entonces, solo con ocasión del ejercicio de la función jurisdiccional el juez puede
incurrir en responsabilidad civil.
2. Daño a las partes o a un tercero: Daño, según Jaime Santos Briz, <<es todo
menoscabo material o moral causado contraviniendo una norma jurídica, que
sufre una persona y del cual haya de responder otra>>.
También se dice que es todo menoscabo que sufre la persona en sus bienes
patrimoniales y extrapatrimoniales. Estos daños y perjuicios lo sufren las partes
o un tercero a causa de la conducta dolosa o culposa de los mismos, por lo que
debe hacerse valer interponiendo la demanda de responsabilidad civil de los
jueces.
3. Actuación dolosa o culposa del juez: Por mandato de la ley, el juez es civilmente
responsable cuando en el ejercicio de su función jurisdiccional causa daño a las
partes o a terceros al actuar con dolo o culpa inexcusable.
La conducta del juez es dolosa si incurre en falsedad o fraude, o si deniega
justicia al rehusar u omitir un acto o realizar otro por influencia. Por ejemplo,
cuando el juez debido a una presión del ejecutivo pronuncia una sentencia
manifiestamente ilegal o cuando a consecuencia de una dadiva o cualquier acto
impropio emite resoluciones que perjudican a las partes o a terceros.
En cambio, el juez incurre en culpa inexcusable cuando comete un grave error
de derecho, hace una interpretación insustentable de la ley o causa indefensión
al no analizar los hechos probados por el afectado. Tal sería el caso de una orden
de desalojo amparado en el DL N° 21938 que no solo ha sido derogado, sino que
es inaplicable tratándose de locales comerciales o cuando se expide una
resolución dándole una interpretación diferente a una norma sustantiva que no
le corresponde.
4. Relación de causalidad: Vinculada a la reparación del daño existe como último
elemento caracterizante de la responsabilidad civil, la relación de causalidad
entre acto responsable y el daño, puesto que todo juez que ocasiona un daño
está obligado a indemnizarlo, pero para que exista indemnización se hace
necesario una causa suficiente para hacerle pasible de una reclamación por
parte de la víctima.
No puede haber dolo o culpa inexcusable sin relación de causalidad, cuando el
hecho con el que se causa daño en si no ha tenido eficacia para generar el daño.
Por lo tanto, la relación de causalidad es el vínculo existente entre el acto
responsable atribuido al juez y el daño causado a la víctima por este. Se trata de
una relación de antecedente y consecuente.
8. CONSTESTACION
8.1 Concepto y requisitos. – La contestación es un acto jurídico procesal del demandado
(juez o magistrado) por medio de la cual absuelve las pretensiones del protector o
perjudicado.
Al contestar el demandado, por disposición del numeral 442° del código adjetivo, el
juez o magistrado dice:
1. Observar los requisitos previstos para la demanda, en lo que corresponda.
2. Pronunciarse respecto de cada uno de los hechos expuestos en la demanda. El
silencio, la respuesta evasiva o la negativa genérica pueden ser apreciados por
el juez como reconocimiento de verdad de los hechos alegados.
3. Reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los documentos que se
le atribuyen, o aceptar o negar, de igual manera, la recepción de documentos
que se alega le fueron enviados. El silencio puede ser apreciado por el juez como
reconocimiento o aceptación de recepción de los documentos.
4. Expone los hechos e que funda su defensa en forma precisa, ordenada y clara.
5. Ofrecer los medios probatorios
6. Incluir su firma o la de su representante o de su apoderado, y la del abogado. El
secretario respectivo certificara la huella digital del demando analfabeto.
A la contestación se acompañan los anexos exigidos para la demanda en el
artículo 425°, en lo que corresponda.
8.2 Alternativas. – Integrado la relación jurídica procesal, el juez o magistrado
demandado, puede optar por las alternativas siguientes:
1. Allanarse o reconocer la demanda: En el primer caso acepta la pretensión
dirigida contra él; en el segundo caso, además de aceptar la pretensión, admite
la veracidad de los hechos expuestos en la demanda y los fundamentos jurídicos
de esta.
2. Negar la demanda: Los jueces o magistrados pueden absolver el traslado
negativamente ya sea en forma total o parcial, así como fundamentar
adecuadamente.
3. Absolver en expectativa: En otros términos, los demandados (jueces o
magistrados) pueden contestar la demanda sin aceptar ni negar los hechos,
simplemente afirman que se sujetan a las resultas del proceso.
4. Contestar fictamente: Es decir, en la práctica, los jueces demandados no
contestan la demanda, dejan los plazos, por cuya razón, se les acusan rebeldía.
Excepcionalmente se limitan a ofrecer las pruebas permitentes.
8.3 Improcedencia de la reconvención. – Por mandato legal, es improcedencia la
reconvención en el proceso abreviado de responsabilidad civil de los jueces. Así se
desprende los numerales 486°.3° y 490° del Código Procesal Civil.
9. PRUEBA
9.1 Nociones Previas. – La prueba es la acción y afecto de probar. Probar es demostrar
la veracidad de un hecho o acto, pero desde una perspectiva procesal es un método
de verificación de las afirmaciones o negaciones que hacen las partes en el proceso,
en tal sentido, los hechos y los actos jurídicos son objeto de afirmación o negación
susceptible de acreditarse en el proceso.
Los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las
partes, producir certeza en el juez respecto de los puntos controvertidos y
fundamentar sus decisiones. En el proceso de responsabilidad civil de los jueces, los
agraviados o perjudicados (partes o tercero) tienen el deber de acreditar sus
afirmaciones, presentando las resoluciones judiciales que los perjudican o cualquier
otra prueba de las que se desprenda que se ha causado un daño o perjuicio.
9.2 Carga de la prueba. – El artículo 515° del Código Procesal Civil dispone que la carga
de la prueba del daño causado se regula por las normas del código Civil referidas a
la inejecución de las obligaciones. Por tanto, la carga de la prueba del dolo o la culpa
inexcusable, y del daño y su cuantía corresponde al perjudicado, conforme a los
artículos 1330°, 1331° y 1332° del Código Civil.
1. Prueba del dolo y la culpa inexcusable: La prueba del dolo o de la culpa
inexcusable corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación, o
por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.
2. Prueba de los daños y perjuicios: También, la prueba de los daños y perjuicios y
de su cuantía corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación o
por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. Si el resarcimiento del daño
no pudiera ser probado en su monto preciso, deberá fijarlo el juez con
valoración equitativa.
3. Valorización equitativa del resarcimiento: Si el resarcimiento del daño no
pudiera ser probado en su monto preciso, deberá fijarlo el juez con valoración
equitativa.
En líneas generales, la prueba en el proceso de responsabilidad civil de los
jueces debe versar acerca de la configuración o no del daño y del dolo o culpa
inexcusable, así como sobre el agotamiento o no de los medios impugnatorios
previstos en la ley contra la resolución que se alega causa daño o agravio e
inclusive, sobre la observancia o no del plazo en que debe interponerse la
demanda de responsabilidad civil.
10. SENTENCIA
10.1 Nociones previas. – La sentencia es el acto mediante el cual el juez ejerce la
función jurisdiccional decidiendo en caso sometido a su competencia.
Por medio del fallo, el juez resuelve los casos con sujeción a la constitución del
Estado y el ordenamiento jurídico del país, por consiguiente, interesa a las partes
conocer el itinerario del razonamiento judicial, sin dejar de medir las proyecciones
sociales de su pronunciamiento.
De otro lado, es garantía constitucional que las resoluciones judiciales estén
debidamente motivadas y fundamentadas con sujeción a los fundamentos de hecho
y de derecho en que se sustentan.
10.2 Regulación de la responsabilidad. – La indemnización es la columna vertebral
de la responsabilidad civil, por consiguiente, el monto del resarcimiento, su
exoneración y la carga de la prueba del daño causado se regulan por las normas del
Código civil referidas a la enajenación de obligaciones, en cuanto sean aplicables
(515°).
1. Monto del resarcimiento: Por disposición legal, queda sujeto a la indemnización
de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa
inexcusable o culpa leve.
El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su cumplimiento
parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro
cesante, en cuanto sean consecuencia inmediata y directa de tal inejecución.
Si la inejecución o el cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de la obligación,
obedecieran a culpa leve, el resarcimiento se limita al daño que podía preverse
al tiempo en que ella fue contraída.
Si el hecho doloso o culposo del acreedor hubiese concurrido a ocasionar el
daño, el resarcimiento se reducirá según su gravedad y la importancia de las
consecuencias que dé el deriven (1321°, 1326° C.C.).
2. Exoneración: Exonerar significa liberar a una persona de su carga, en este caso,
al autor del daño. En efecto, quien actúa con la diligencia ordinaria requerida
no es imputable por la enajenación de la obligación o por su incumplimiento
parcial, tardío o defectuoso. Así el juez no sería responsable por el daño causado
si actuó con la diligencia necesaria requerida.
De otro lado, el artículo 1326° establece que, si el hecho doloso o culposo del
acreedor hubiese concurrido a ocasionar el daño, el resarcimiento se reduce
según su gravedad y la importancia de las consecuencias que dé él se derivan y
el numeral 1327° del C.C., se refiere a la liberación del resarcimiento, cuando
dispone que este no debe por los daños que el acreedor habría podido evitar
usando la diligencia ordinaria, salvo pacto en contrario.
10.3 Efectos de la sentencia. – A la sentencia expedida en este proceso de
responsabilidad civil de los jueces son:
1. Patrimoniales: La sentencia que declara fundada la demanda solo reconocen
efectos patrimoniales y en ningún caso se ve afectada la validez de la resolución
que produjo el agravio. Significa que el agravado solo ha de recibir una
compensación económica, pero no a lograr que se invalide la resolución
arbitraria, injusta e ilegal que le causa daño.
Considerando que esto desalienta la interpretación de la demanda ya que no
faltan quienes creen que sería justo que además de reparar el daño causado, se
declare también la invalidez de la sentencia que causo el agravio o daño.
2. Publicación de la sentencia: Se trata de una medida de seguridad o pena
accesoria que se impone en ocasiones para mayor eficacia represiva o para
mejor reparación de la víctima; como es habitual, por eso, en ejecución de
sentencia y siempre que se haya reservado la facultad en la demanda, el
demandado puede exigir que el demandado, a su costo, publique la sentencia
final por dos días consecutivos en un diario de circulación nacional. Está
vinculada a la libertad que tiene toda persona para criticar los actos y decisiones
de los jueces y/o tribunales y direccionada a esclarecer su situación jurídica
frente a la opinión pública.
3. Multa en caso de demanda maliciosa: La malicia es una situación anímica en que
se encuentra el que litiga a sabiendas de su falta de razón o asumiendo actitudes
procesales temerarias o conducentes a entorpecer la marcha de litigio. Por esta
razón, si al declarar infundada la demanda, el juez considera que el demandante
ha actuado con malicia, o si durante el proceso ha difundido información a
través de medios de comunicación masiva que afecte el honor del demandado,
le impondrá una multa no menos de diez ni mayor de cincuenta URP, sin
perjuicio del pago de resarcimiento por los daños y perjuicios y el pago de las
costas, costos y multas.
4. Daños y perjuicios: Por disposición legal, concluido el proceso por resolución
que desestima la demanda, si el demandado (juez o magistrado) considera que
el ejercicio del derecho de acción fue irregular o arbitrario, puede demandar el
resarcimiento de los daños y perjuicios que haya sufrido, sin perjuicio del pago
por el litigante malicioso de las costas, costos y multas establecidos en el
proceso terminado. Significa que el juez o magistrado puede interponer
demanda de indemnización de daños y perjuicios, así como por daño moral
contra el demandante, así nadie se atreverá a litigar con los jueces o
magistrados por temor a perder debido al poder que ostenta.