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RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS JUECES

1. REFERENCIA HISTORICA

El denominado “juicio de responsabilidad civil” es un proceso relativamente nuevo; sin


embargo, la responsabilidad civil de modo general hunde sus raíces históricas en el
Derecho romano, aunque no con la significación que tiene actualmente, ya que en
aquellos tiempos no existió una categoría teórica que encierre y describa todo ese vasto
territorio que ahora se denomina “responsabilidad civil” desde su perspectiva sustantiva
y adjetiva.
En el Derecho antiguo, la acción humana ilícita y dañosa imponía a su autor la obligación
de reparar el daño. Así el furtum, la damnun y la rapiña, etc., eran fuentes de
responsabilidad civil. Justiniano agrego en sus instituciones otros hechos semejantes,
igualmente antijurídicos y dañosos que no estaban regulados específicamente, pero que
eran sancionados a través de una acción general que originaban obligaciones “como
nacidas de un delito”, entre las que figuraba “la prevaricación del juez” según anota
Clemente de Diego.
Ya en el derecho moderno el sistema ius naturalista parte de preceptos de moralidad,
pero nada dice de la responsabilidad civil de los jueces. La regla, de origen cristiano
estoico, según lo cual, cada uno debe sostener sus promesas, sirve más bien de axioma
a la responsabilidad contractual. Pero, hay otra regla, abundantemente utilizada en las
sumas de los confesores, en la moral de Santo Tomas, como en la de los escolásticos
españoles y profesores de moral del siglo XVll donde cada uno está obligado, si causa
daño al prójimo, a “restituir” o “reparar” los daños cometidos por su culpa. Así, en el
siglo XVlll ya se percibe la responsabilidad contractual y la extracontractual. De esta
última derivada el llamado juicio de responsabilidad civil.
Entonces, la responsabilidad civil no nació espontáneamente a la vida jurídica, sino es el
resultado ce una evolución del derecho y producto de estudios recientes. Desde
entonces, la responsabilidad civil ofrece al investigador actual un campo de análisis
prácticamente ilimitado por la gran variedad de temas que plantean las
responsabilidades especiales como la “responsabilidad del Estado”, “la responsabilidad
de productos o daño ambiental”, “la responsabilidad de los fabricantes” y ahora por su
aplicación a la conducta de los jueces entre otros. De consiguiente, la responsabilidad
civil de los jueces es una elaboración del Derecho de estos Últimos tiempos.
En el Perú, el tratamiento de la responsabilidad civil se da desde el punto de vista
sustantivo y también procesal. Sustantivo, su estudio se ubica dentro de la teoría de la
responsabilidad civil (contractual y extracontractual), pero desde una perspectiva
adjetiva el Código de Procedimientos civiles derogado lo regulo bajo la denominación
de “juicio de responsabilidad civil” y el Código adjetivo vigente bajo el rubro de
“responsabilidad civil” y el Código adjetivo vigente bajo el rubro de “responsabilidad
civil de los jueces” conforme aparece de los artículos 509° y siguientes del acotado.

2. DELIMITACION CONCEPTUAL
2.1 Responsabilidad. - Se origina en la voz latina responsus, participio pasado del verbo
responderé, que significa: constituirse en garante. Otros afirman que originalmente
la palabra responderé proviene del termino spondere que significa prometer,
comprometerse a algo. Para Manuel Bajerano la responsabilidad civil consiste en
reparar los daños y perjuicios causados a otro, por un hecho ilícito o por la creación
de un riesgo. Se define por la obligación de reparar el perjuicio causado a un sujeto
de derecho.
Esta responsabilidad en general es de tres clases: civil, penal y administrativa. La
primera vulnera una norma de naturaleza civil, la segunda, contraviene la norma
positiva penal y, la tercera, contravienen normas administrativas, verbigracia, es un
accidente puede causarte los tres tipos de responsabilidad, se se produce la muerte
de una persona, si se causaren daños en los vehículos y se si imponen multas por
exceso de velocidad o conducir el vehículo en estado de ebriedad.
2.2 Responsabilidad civil. - La responsabilidad civil en opinión de los españoles Diez-
Picazo y y Gullon viene a ser la sujeción de una persona que vulnera un deber de
conducta impuesto de interés de otro sujeto a la obligación de resarcir el daño
producido. En otros términos, la responsabilidad civil implica la obligación de
responder por el daño causado. La responsabilidad civil, por tanto, es una noción en
virtud del cual se atribuye a un sujeto el deber de asumir las consecuencias de un
evento dañoso por lo que queda obligado a resarcir a la victima de los daños y
perjuicios que haya sufrido.
la doctrina y la legislación comparada de los últimos tiempos sobre la
responsabilidad civil son muy fecundos, lo que se explica por el surgimiento de
diversos sistemas de responsabilidades:
a) Subjetiva y objetiva: la primera se funda exclusivamente en la culpa
(dolo, culpa) y, la segunda, con independencia de ella.
b) Directa e indirecta: la primera, se impone a la persona que causa el daño
y, la segunda, a la persona que no es el causante del daño, sino al
representante.
c) Principal y subsidiaria: la distinción se funda en el modo como se
escalonan los derechos del perjudicado y las obligaciones de los
responsables.
d) Contractual y extracontractual: En la primera, el daño se produce por el
incumplimiento de un contrato y, en el segundo, por el incumplimiento
de un contrato y, en el segundo, por el incumplimiento de un deber
impuesto por la ley.
2.3 Responsabilidad civil de los jueces. - Desde una perspectiva sustantiva como bien
señala Gelsi Bidart, la responsabilidad es la situación jurídica en que se encuentra
un sujeto de derecho de tener que dar cuenta frente a otro de ciertos hechos o actos
que infringen el ordenamiento jurídico, por lo cual debe soportar un gravamen que
procura la rehabilitación o reparación del orden quebrantado. Entonces de los
magistrados en la actividad de administrar justicia.
Se trata luego, de una institución jurídica que obliga a los jueces o magistrados a
reparar el daño o perjuicio causado a las partes o a terceros legitimados en el
ejercicio de la función jurisdiccional. Se funda en el numeral 1969° del Código
sustantivo, según el cual, aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está
obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o culpa corresponde a su
autor.
En el artículo 192° La Ley Orgánica del Poder Judicial regula expresamente, que los
magistrados comprendidos en la carrera judicial, responden penal y civilmente en
los casos y en la forma determinada en las leyes y, administrativamente, de
conformidad con lo establecido en la LOPJ. La responsabilidad funcional, lo
encontramos en el artículo 128° de la constitución Política del Estado, cuando
establece que los ministros son solidariamente responsables por los actos delictivos
o violatorios de la constitución o de las leyes.
Luego, los jueces o magistrados en la actividad de administrar justicia, pueden
causar daños a las partes y aun a terceros legitimados. Estos actos lesivos,
perjudiciales o arbitrarios (resoluciones, sentencias) son los que turban la armonía
y la paz de la sociedad y, muchas veces, se tornan hasta irreparables.
La victima de la acción dañosa desea y espera que el causante, sea juez o
magistrado, le indemnice sus pérdidas, puesto que él es responsable y quien debe
asumir el pago de los daños y perjuicios, lo cual, significa que los errores judiciales
en materia civil son indemnizados.

3. DOCTRINA JURIDICA
3.1 Institución sustantiva. – En esta parte hay dos temas principales que trata: la
reparación del daño y los obligados al resarcimiento.

REPARACION DEL DAÑO: la indemnización es la columna vertebral de la


responsabilidad civil. El daño emergente llamado también daño material viene a ser
el empobrecimiento real de la víctima, en cambio, el lucro cesante, la frustración de
una ganancia licita. Hay dos formar de indemnizar el daño:
1) Reparación “in natura”. - Esta, tiende a borrar los defectos del acto dañoso
restableciendo las cosas a la situación que tenían antes de él, coloca de nuevo
a la víctima en el pleno disfrute de derechos e intereses que le fueron
lesionados; sin embargo, se debe tener en cuenta que muy pocas veces se logra
restituir las cosas al estado anterior el error judicial, por eso deberá tenerse en
cuenta que “para los defectos simples están los medios impugnatorios y el
principio de doble instancia; para corregir vicios del procedimiento, la nulidad
de los actos procesales y; para reparar los daños causados a la parres o a
terceros, la responsabilidad civil de los jueces”
2) Reparación por equivalencia. - En cambio, esta consiste en indemnizar a la
víctima proporcionando un equivalente dinerario por los derechos e intereses
afectados. No se trata de borrar el perjuicio sino de compensarlo
económicamente. La sentencia que declara fundada la demanda solo tiene
efectos patrimoniales (reparación por equivalencia), pues en ningún momento
afecta la validez de la resolución que produje el agravio (517°).
Luego, la reparación ha de comprender tanto los perjuicios patrimoniales y
extra patrimoniales, pero este principio general comporta excepciones que unas
veces impiden que la víctima pueda cobrar la totalidad de su indemnización.

OBLIGADOS AL RESARCIMIENTO. - sobre el particular la doctrina estima las posiciones


siguientes:

1) Responsabilidad personal. – La doctrina tradicional considero que el juez es


responsable personal del daño. El acto del funcionario debe considerarse como
un acto propio de él y no como un acto del Estado, engendrando así una
responsabilidad que es del funcionario. La responsabilidad personal propia del
funcionario judicial, por actos dolosos o culposos en el ejercicio de las funciones
jurisdiccionales, está determinada por el hecho de que estos actos son propios
del funcionario y exclusivos de él y nunca del Estado, y no puede engendrar una
responsabilidad del Estado, sino únicamente del funcionario.
2) Responsabilidad del Estado. - Sobre este extremo existen posiciones: la
primera, pregona que la solución clásica ha sido la irresponsabilidad estatal
basada en que el acto jurisdiccional no es un acto del Estado sino del juez; la
segunda, que el Estado puede repetir contra el funcionario judicial en caso de
verse condenado a pagar la responsabilidad por daños; y finalmente, aquella
que señala que si el daño fue producido por culpa grave, dolo o concusión del
juez la acción se enmarca en la responsabilidad contractual, dado que el juez la
acción se enmarca en la responsabilidad contractual, dado que el juez está unido
al Estado por un vínculo convencional previo o porque este fue quien lo designo.
3) Responsabilidad concurrente. – Una doctrina intermedia señala que la
responsabilidad del juez no elimina la del Estado. Los autores sostienen que son
obligaciones conjuntas o concurrentes del funcionario-juez y el Estado, como
acontece en las hipótesis del obrar irregular, y consideran que son
responsabilidades directas ya que el juez integra el órgano jurisdiccional y el
órgano jurisdiccional es parte del Poder del Estado. Por esta razón Mosset
Iturraspe descarta que la responsabilidad sea directa del juez e indirecta la del
Estado, pues son obligaciones conjuntas o concurrentes. Mas después se
elabora la doctrina de la responsabilidad solidaria.
4) Posición peruana. - El código adjetivo derogado establecía que la
responsabilidad civil se divide por partes iguales entre los jueces condenados. Si
la resolución que causo el daño ha sido confirmada antes de ejecutarse, el juicio
de responsabilidad solo podrá dirigirse contra los magistrados del tribunal de
mayor jerarquía que intervino en el asunto, quedando los inferiores exentos de
toda responsabilidad.
En cambio, el Código Procesal vigente consagra la responsabilidad solidaria. En
efecto, el artículo 516° prescribe que la obligación de pago de los daños y
perjuicios es solidaria entre el Estado y el juez o jueces colegiados que
expidieron las resoluciones causantes del agravio.
En la actualidad está abandonada en el plano teórico la doctrina que contrapone
la responsabilidad contractual a la extracontractual debido a la naturaleza del
deber transgredido. Se reconoce que no hay diferencias de régimen entre ellas,
porque el asiento es el mismo dentro del Código Civil: una acción u omisión
dolosa o culposa que daña a otra. Se piensa que es posible seguir hablando de
responsabilidad civil, pero como institución homogénea y centralizada que
conserva autonomía y características propias. Tal aserto se desprende del
artículo 515° del C.P.C.
3.2 Institución adjetiva. – Desde esta perspectiva el estudio de la responsabilidad civil
de los jueces puede ser abordado teniendo en cuenta la pretensión, el impulso
procesal y la vía procedimental.
1) Pretensión jurídica. – La responsabilidad civil, objeto de estudio, es una
pretensión constitutiva, personal, intransferible y sujeta a caducidad.
Constitutiva, porque crea para el perjudicado un derecho a la
indemnización; personal, en razón de que solo puede intentarla los directos
perjudicados con el daño; intransferible, ya que no es posible transmitirla
por actos entre vivos ni por causa de muerte y; sujeta a caducidad, desde
que solo puede hacérsela valer dentro de un determinado plazo.
2) Impulso procesal. – Modernamente se advierten dos tendencias: la
primera, considera que el procedimiento se impulsa de oficio y, la segunda,
a instancia de parte. Esta última orientación es a la que se adhiere el Código
Procesal Civil vigente (509° in fine).
3) Vía procedimental. – También existen dos criterios: el primero, estima que
la responsabilidad civil de los jueces se sustancia como proceso ordinario
(ahora de conocimiento) y, el segundo, que se tramita como proceso
abreviado. El código actual adopta la segunda posición (486°.3°).

4. JUECES O MAGISTRASDOS
4.1 Nociones previas. – La palabra juez deriva de las voces latinas ius y dax, esta última
nominativa poco usada y contracción de vindex. Lo que significa que el juez es el
vindicador del derecho, el que rectifica la injusticia, el que señala lo que es justo.
Alzamora Valdez dice que el juez es un servidor del Estado cuya función es
administrar justicia mediante la aplicación del derecho, esto es, el magistrado
investido de imperio y jurisdicción que según su competencia pronuncia decisiones
en un proceso judicial.
Dicha tarea comprende tres operaciones: la investigación de la verdad; la búsqueda
de la norma y la interpretación de su sentido; y la aplicación del derecho de los
hechos. La primera operación es de índole gnoseológica y lógica; la segunda
pertenece al campo de la técnica jurídica; y la tercera implica un autentica
valoración. La tarea del juez, realiza a través de ese complejo proceso, constituye
una atentica creación del derecho. Aun en los fallos de especie en los que se aplica
la norma general un hecho, existe creación.
Para realizar esa labor el juez debe aunar amplia cultura general con profundos
conocimientos jurídicos y altísima calidad moral. Los jueces deben reunir otras
condiciones no menos importantes e imprescindibles, que pertenecen al orden
moral. <<la justicia, es la más preclara de las virtudes, como la llama Santo Tomas,
tan destacado virtud, voluntad constante de ir otorgando a cada cual su derecho,
como todas las demás, es un habito permanente, que impone dignidad de vida>>.
Otra virtud moral se traduce en ponderación y en equilibrio para apreciar los hechos
y crear el derecho, al margen de la influencia y de la pasión.
Además de la elevada calidad ética y preparación jurídica, los jueces deben hallarse
dotados de serenidad y espíritu reflexivo que les permita tratar objetivamente y con
imparcialidad las cuestiones que les toque resolver sobre la vida, la hora y el
patrimonio de los demás. Al lado de las condiciones que podemos llamar
principales, son necesarias otras especiales: nacionalidad, ciudadanía, edad, título y
antigüedad profesional.
4.2 Función jurisdiccional. – La función jurisdiccional es uno de los atributos de la
soberanía del Estado y su ejercicio corresponde a uno de los Poderes Públicos, cuyos
cargos están reservados a los nacionales. En otros términos, la función jurisdiccional
viene a ser la facultad que se irroga el Estado para administrar justicia dentro de sus
jurisdicciones y lo hace a través de los órganos jurisdiccionales.
Luego, la tarea principal de los jueces es impartir justicia para alcanzar la paz
perturbada por la violación del derecho. Para cumplir con esa labor los jueces deben
tener una amplia cultura, un profundo conocimiento del derecho y una altísima
calidad moral. Los jueces deben hallarse dotados de gran sensibilidad y espíritu
reflexivo que les permita tratar objetivamente y con imparcialidad las cuestiones
que les toque resolver sobre la vida, el honor y el patrimonio sobre los demás.
Su tarea comprende tres operaciones tres operaciones básicas: la investigación de
la verdad, la búsqueda de la norma y la interpretación de su sentido, y la aplicación
del derecho a los hechos. La operación, en el primer caso, es de índole gnoseológica
y lógica; la segunda, pertenece al campo de la técnica jurídica y; la tercera, implica
una autentica valoración. Es importante destacar el carácter riguroso de la
administración de justicia.
4.3 Clasificación. – Existen varias formas de clasificar a los jueces o magistrados, pero la
que más se adecua a la realidad es la que sigue:
1) Por su especialidad: los jueces se clasifican en jueces civiles, penales, de
trabajo, de familia, en materia comercial, etc.
2) Por su jerarquía: En jueces de paz, jueces de paz letrados, jueces
especializados o mixtos, jueces de cortes superiores y de la corte suprema
de justicia. (A los jueces de las cortes se les denomina vocales).
3) Por la naturaleza de su intervención: En jueces he hecho como los jurados y
jueces de derecho como de los tribunales.
4) Por la calidad de su actuación: Se clasifican en jueces competentes o no
competentes según el caso.
5) Por su nombramiento: En jueces ordinarios provisionales y suplentes que
integran el Poder Judicial. También están los árbitros designados por las
partes, aun cuando no están dentro del Poder Judicial.
6) Por la función jurisdiccional: En jueces de jurisdicción ordinara y jueces de
jurisdicción extraordinaria: el fuero militar y la jurisdicción aduanera,
constitucional y disciplinaria.
4.4 Deberes de los jueces. – Son deberes del juez: el de residencia, el de administrar
justicia, observar los plazos señalados por la ley, la motivación de los fallos y guardar
el secreto profesional.
1) Deber de pertenecer en la sede: los jueces son sedentarios y tienen la
obligación de permanecer en su sede o lugar de residencia. No pueden
ausentarse mientras desempeñen el cargo salvo con licencia concedida
legalmente o en casos de vacaciones u otros motivos justificados. La
estabilidad del juez es un lugar infunde seguridad a las personas que saben
que en caso de litigio existe un funcionario llamado a acoger y tramitar sus
demandas de tutela jurídica.
2) Obligación de administrar justicia: El orden de importancia, administrar
justicia, constituye el primordial deber del juez.
3) Celeridad en la administración de justicia: El juez está obligado a observar
todas las leyes que atañen y, entre estas, las que se refieren a los plazos
para expedir sus resoluciones. La celeridad en la administración de justicia,
constituye una de sus principales garantías. El restablecimiento del orden
jurídico lesionado por la violación del derecho debe ser pronto; la tardanza
significa tanto como una complicidad con la justicia. Toda demora, no
solamente causa inseguridad y malestar, sino que tiende a que se
prolonguen situaciones contrarias al derecho, a que se origine un
sentimiento de desconfianza en la justicia y favorece a los litigantes de
mejor situación económica, puesto que solo ellos pueden sostener con
ventaja un litigio prolongado.
4) Motivación de los fallos: Constituye otra importante obligación de los
jueces, la motivación de los fallos. La motivación de las sentencias no es un
simple resumen del expediente ni la exposición sintética y ordenada de los
razonamientos del juez sobre los hechos de a controversia, y la valoración
que haga de ellos con referencia a la norma, con el fin de fundamentar su
decisión.
La sentencia contiene una orden o mandato destinado a ser cumplido.
Su motivación es una declaración de ciencia, como la denomina Carnelutti,
cuyo fin es preparar, <<mediante una acción sobre la inteligencia, la
voluntad de los súbditos a la obediencia>>.
Solo por ese medio puede el proceso llenar su fin, de restablecer la paz
social. La imposición de mandatos carentes de justificación, siempre deja
margen a la duda o a la disconformidad.
5) Deber de mantener en reserva los asuntos de su incumbencia: Finalmente,
los jueces están obligados a mantener el secreto sobre los asuntos de su
incumbencia, no solo en cuestiones cuya revelación cause daño a los
interesados, sino sobre todos en general, por la majestad de su función.
Los miembros del Poder Judicial, se hallan sometidos a determinadas
prohibiciones. La ley señala prohibiciones a los jueces fundados:
i. En principios de ética
ii. La necesidad de resguardar su independencia a imparcialidad
iii. En el mejor desempeño de su cargo.

De conformidad con nuestra sistemática jurídica procesal, son deberes de


los jueces en el proceso, los siguiente:

a. Dirigir el proceso, velar por su rápida solución, adoptar las medidas


convenientes para impedir su paralización y procurar la economía
procesal.
b. Hacer efectiva la igualdad de las partes en el proceso, empleando
las facultades que este código les otorga.
c. Dictar las resoluciones y realizar los actos procesales en las fechas
previstas y en el orden que ingresan al despacho, salvo prelación
legal u otra causa justificada.
d. Decidir el conflicto de intereses o incertidumbre jurídica, incluso en
los casos de vacío de la ley, situación en la cual aplicaran los
principios generales del derecho, la doctrina y la jurisprudencia.
e. Sancionar al abogado o a la parte que actué en el proceso con dolo
o fraude.
f. Fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad,
respetando los principios de jerarquía de las normas y el de
congruencia.
El juez que inicia la audiencia de pruebas concluirá el proceso, salvo
que fuera promovido o separado. El juez sustituido continuara el
proceso, pero puede ordenar, en resolución debidamente
motivada, que se repitan las audiencias, si lo considera
indispensable.
4.5 Derechos. – El estado garantiza a los jueces o magistrados judiciales, entre otros,
los derechos constitucionales siguientes:
a. Su independencia: desde que estos funcionarios del Estado solo están
sometidos a la Constitución y a la ley.
b. La inamovilidad en sus cargos: Ya que no pueden ser trasladados de un lugar
a otro sin su consentimiento.
c. Su permanencia en el servicio: Está garantizado mientras observan
conducta e idoneidad de su propia función.
d. Una remuneración digna: Esto es que les asegure un nivel de vida observen
conducta e idoneidad de su propia función.
Además, el artículo 200° de la Ley Orgánica del Poder Judicial señala otros
derechos de los magistrados.
4.6 Facultades de los jueces en el proceso. – Los jueces pueden hacer uso de facultades
genéricas, disciplinarias y coercitivas.
Facultades genéricas: Los jueces están facultados, según el numeral 51° del Código
Procesal Civil, para:
a. Adaptar la demanda a la vía procedimental que considere apropiada,
siempre que sea factible su adaptación.
b. Ordenar los actos procesales necesarios al esclarecimiento de los hechos
controvertidos, respetando el derecho de defensa de las partes.
c. Ordenar en cualquier instancia la comparecencia personal de las partes, a
fin de interrogarlas sobre los hechos discutidos. Las partes podrán concurrir
con sus abogados.
d. Rechazar liminarmente el pedido que reitere otro propuesto por cualquier
litigante y por la misma razón, o cuando a pesar de fundarse en razón
distinta, este pudo ser alegado al promoverse el interior.
e. Ordenar, si lo estiman procedente, a pedido de parte y a costa del vencido,
la publicación de la parte resolutiva de la decisión final en un medio de
comunicación con el designado, si con ello se puede contribuir a reparar el
agravio derivado de la publicidad que se le hubiera dado al proceso.
f. Ejercer libertad de expresión prevista en el artículo 2°, inciso 4., de la
Constitución Política del Perú, con sujeción a lo establecido en la Ley
Orgánica del Poder Judicial.
g. Ejercer las demás atribuciones que establecen este Código y la Ley orgánica
del Poder Judicial.

Facultades disciplinarias: El código adjetivo establece que a fin de conservar


una conducta procesal correspondiente a la importancia y respeto de la
actividad judicial, los jueces deben:

a. Ordenar que se suprima la frase o palabra expresada o redactada en


términos ofensivos o vejatorios.
b. Expulsar de las actuaciones a quienes alteren su desarrollo. Si se trata
de una d las partes, se le impondrá además los apercibimientos que
hubieran sido aplicables de no haber asistido a la actuación
c. Aplicar las sanciones disciplinarias que este Código y otras normas
establezcan.

Facultades coercitivas: En atención al fin promovido y buscado en el artículo


52°, el juez puede:

a. Imponer multa compulsiva y progresiva destinada a que la parte o quien


corresponda, cumpla sus mandatos con arreglo al contenido de su
decisión. La multa es establecida discrecionalmente por el juez dentro
de los límites que fija este código, pudiendo reajustarla o dejarla sin
efecto si considera que la desobediencia ha tenido o tiene justificación
b. Disponer la detención hasta por veinticuatro horas de quien resiste su
mandato sin justificación, produciendo agravio a la parte o a la majestad
del servicio de justicia.
En atención a la importancia y urgencia de su mandato, el juez decidirá la
aplicación sucesiva, individual o conjunta de las sanciones reguladas en este
artículo. Las sanciones se aplicarán sin perjuicio del cumplimiento del
mandato.
4.7 Tipos de responsabilidad. – Surgen tres categorías de responsabilidades, estas son:
a. Responsabilidad política: de acuerdo con la constitución, corresponde a la
comisión permanente acusar ante el congreso a los miembros del Tribunal
Constitucional, a los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura: a
los vocales de la Corte Suprema, a los fiscales supremos por infracción a la
Constitución y por todo delito que cometen en el ejercicio de sus funciones
y hasta cinco años después que hayan cesado en estas.
El trámite del antejuicio político esta reglado en el numeral 100° de la Prima
Lex.
b. Responsabilidad civil: Los miembros del Poder Judicial son responsables
civilmente por los daños y perjuicios que causan con arreglo a las leyes de
la materia, sobre los cuales no vamos a incidir porque es el tema que se
viene trabajando. La responsabilidad jurídica supone necesariamente, pues,
la existencia de un daño o perjuicio. Pero los daños que perturban el orden
social pueden ser de naturaleza por demás diferente. Unas veces alcanzan
a la sociedad, otras veces a una persona determinada; en ocasiones, por
otro lado, afectan a la vez a una y a otra. Por eso, se escindirá el problema
de la responsabilidad jurídica distinguiéndose la responsabilidad penal y la
responsabilidad civil.
c. Responsabilidad penal: los jueces son penalmente responsables cuando
cometen delitos en el ejercicio de sus funciones, por lo tanto, se concreta
en la aplicación de una pena por acción u omisión dolosa o culposa de su
autor. El código penal sanciona los delitos de abuso de autoridad (artículo
376°), concusión (artículo 382°), cohecho (artículos 393° y 394°),
enriquecimiento indebido (artículo 401°), etc.
La formulación de la denuncia deviene de un acto más que formal en un
acto de profunda connotación ética ya que puede generar múltiples efectos,
como la que se concreta en la aplicación de una pena. La responsabilidad
penal afecta al juez o magistrado que comete el delito y su juzgamiento
corresponde al superior jerárquico cuando son cometidos por jueces de
jerarquía inferior.
d. Responsabilidad administrativa: se originan en casos de infracción de los
deberes generales que la ley señala con el fin de mantener los principios de
subordinación, corrección moral y profesional de los jueces. Están
contempladas en el artículo 201° de la Ley orgánica del Poder Judicial.
Los órganos sancionadores son: La Sala Plena de la Corte Suprema, el
Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, La Oficina de Control de la
Magistratura del Poder Judicial y la Oficina Distrital de Control de la
Magistratura correspondiente. La ley y los reglamentos establecen sus
competencias. Las sanciones y medidas disciplinarias son: el
apercibimiento, la multa no mayor al 10% de la remuneración total del
magistrado, la suspensión, separación y destitución.
Las sanciones se imponen previo proceso administrativo, con excepción de
las establecidos en los artículos 213° y 214° de la Ley Orgánica del Poder
Judicial. Las sanciones y medidas disciplinarias que se le impongan obraran
en su legado personal.
5. COMPETENCIA DEL ORGANO JURISDICCIONAL
5.1 Competencia por razón de materia. – Obviamente, que la facultad de conocer
procesos de responsabilidad civil contra los jueces, cuando causan daños a las partes
o a terceros, sola y únicamente se encargan a los jueces en materia civil, en ese
sentido, no podrán conocer los jueces en materia penal, laboral ni de otra
especialidad.
La razón o fundamento se halla en que los jueces en lo civil han efectuado estudios
y son especialistas para conocer los daños y perjuicios que se pudieran haber
ocasionado, en estos, los jueces al emitir resoluciones judiciales arbitrarias, injustas
e ilegales, con los cuales no solo se menoscaban o afectan bienes patrimoniales y/o
extra patrimoniales de las partes y aun de terceros.
5.2 competencia de grado. – Son competentes para conocer el proceso de
responsabilidad de los jueces:
1) La sala civil de turno: Se dispone en la norma procesal que en un
proceso de responsabilidad civil de los jueces la Sala Civil de turno del
Distrito Judicial correspondiente es competente cuando el juez que ha
actuado con dolo o culpa inexcusable es un juez civil o juez de paz
letrado o juez de paz.
En efecto, reza el primer párrafo del artículo 511° del CPC, <<Cuando la
responsabilidad se atribuye a un juez de paz letrado o juez de paz, es
competente la Sala Civil de Turno del Distrito Judicial
correspondiente>>.
2) La sala Civil de la Corte Suprema: Si el proceso es contra los vocales de
la Corte Suprema y de las cortes Superiores es competente la Sala Civil
de la Corte Suprema. Así lo dispone el segundo párrafo del numeral 511
del Código Procesal Civil, cuando expresa: <<La Sala Civil de la Corte
suprema es competente respecto de la responsabilidad atribuida a los
vocales de la propia corte suprema y de las cortes superiores>>.
La primera parte del artículo 511° del Código Procesal Civil parece
excluir del proceso de responsabilidad civil a los jueces Especializados
en lo penal, laboral, agrario, de los niños y adolescentes, cuando al
regular la competencia se refiere únicamente al juez civil; sin embargo,
pensamos que tal norma también es aplicable para todos los jueces
especializados porque el artículo 509° del código procesal civil que
define la responsabilidad civil no los excluye y porque el artículo 200°
de la ley Orgánica del Poder Judicial establece que los miembros del
Poder Judicial son responsables; civilmente por los daños y perjuicios
que causan, con arreglo a leyes de la materia.
3) Competencia del Estado: Es juez competente el del lugar donde tenga
su sede la oficina o repartición del Gobierno Central, Regional,
Departamental, Local o entre de derecho público que hubiera dado
lugar al acto o hecho contra el que se reclama.
Cuando el conflicto de intereses tuviera su origen en una relación
Jurídica de derecho privado, se aplican las reglas generales de la
competencia.
Las mismas reglas se aplican cuando la demanda se interpone contra
órgano constitucional autónomo o contra funcionario público que
hubiera actuado en uso de sus atribuciones o ejercicio de sus funciones
(27°).
6. SUJETOS DEL PROCESO
6.1 Legitimidad activa. – Tienen legitimidad activa para promover el proceso de
responsabilidad civil de los jueces, las personas siguientes:
a) Las partes: A las que el juez causo daño en la actividad jurisdiccional
realizada con dolo o culpa inexcusable. En opinión de Rocco, <<legitimadas
para accionar son las partes en causa que, por el comportamiento doloso o
culposo del juez, han sufrido un daño y que normalmente aparecen
interesadas para accionar, a fin de obtener la providencia de condena>>.
Al respecto, Pino Carpio considera que:
i. Por más que sea notoria que el juez haya incurrido en
responsabilidad civil, no procede que, de oficio, se mande aperturar
proceso civil. Solo la litigante víctima del perjuicio o daño moral, es
el que puede incoar la acción.
ii. También puede interponerla el heredero, si el litigante perjudicado
ha fallecido, porque no se trata de una acción personalísima.
b) Los terceros: Los terceros son personas que se hallan en la periferie del
proceso, pero pueden estar legitimados si se les admite en la relación
jurídica procesal. En ese sentido si el tercero o tercero legitimado hubiera
sufrido un daño a consecuencia de la función jurisdiccional, sin duda, el juez
tiene el deber de indemnizar.
6.2 Legitimidad pasiva. – tienen legitimidad pasiva en el proceso de responsabilidad
civil de los jueces.
c) Los jueces o tribunales unipersonales.
d) Los jueces o tribunales colegiados.
e) El estado.

En ambos casos, porque expidieron las resoluciones causantes del agravio


(daño), así como el Estado, que actuara representado por el procurador publico
correspondiente. Para Henoch Aguiar, la acción (de responsabilidad civil) podrá
deducirse en contra de todos los jueces que hubiesen intervenido en el
procedimiento reprobado, los cuales responderán solidariamente de los daños
ocasionados.
Mosset Iturrape, en lo relativo a las partes pasivas en la acción de
responsabilidad por actividad judicial, anota lo siguiente

1. Actuación irregular en relación causal: El deber de indemnizar alcanza,


cuando se origina en un ilícito, al juez como autor material y al estado
como principal, cuya organización del Poder Judicial integra el juez
como funcionario dentro del ejercicio de sus funciones. El perjuicio es
causado con ocasión de las mismas. La obligación de indemnizar alcanza
a ambos de manera indistinta, conexa o concurrente, como obligación
solidaria imperfecta o in solidum, según otra terminología.
2. Actuación irregular fuera de la función: La situación es distinta cuando
el juez funcionario actúa con dolo o culpa <<fuera del ejercicio objetivo
de su función, no habiendo sido esta la causa de la producción del daño
sino una mera circunstancia incidental>>. El funcionario no actúa
entonces como órgano del Estado y de ahí que la responsabilidad sea
solo suya, de manera exclusiva. Semejante hipótesis simplifica la
cuestión de las partes en el proceso, puesto que, obviamente, la
demanda solo podrá dirigirse contra el funcionario juez responsable y
no contra el Estado.
3. Actuación regular dañosa: Por último, si la actuación dañosa dimanare
de un cumplimiento regular de sus obligaciones legales, inculpable a
mérito de un error excusable, que tiene la virtualidad de borrar la
ilicitud, el deber de indemnizar, la cuestión relativa a quien demandar
se ve notoriamente simplificada. No obstante, ello se planteará la
problemática de como escuchar de cuyo error se trata en la causa.

7. DEMANDA
7.1 Presupuestos. – La acción de responsabilidad civil de los jueces solo es procedente
si se cumple previamente con ciertos actos o presupuestos (requisitos de
procedibilidad) como los que a continuación se indican:
1. Agotamiento de medios impugnatorios: La demanda de responsabilidad
civil de los jueces solo puede interponerse luego de agotados los medios
impugnatorios previstos en la ley contra la resolución que causa daño.
(513°).
Significa que el agraviado o perjudicado con una resolución judicial, antes
de promover la demanda de responsabilidad civil debe haber agotado los
medios impugnatorios que la ley le franquea, como son. La reposición,
apelación, casación y también la queja. De lo contrario la resolución no
impugnatoria dentro del plazo de la ley quedará consentida o ejecutoriada
y no podrá intentarse la demanda.
2. Plazo de interposición: Por mandato de la ley, la demanda de
responsabilidad civil debe interponerse dentro de los tres meses, contados
desde que dejo ejecutoriada la resolución que causo daño. (514°)
En efecto, dicha demanda no puede ser promovida hasta quedar concluido
el proceso, por sentencia firme, la resolución con la que se supone se causa
agravio. En ese sentido la acción caducara a los tres meses de quedar
consentidos o ejecutoriados el auto o sentencia por lo que se exige la
responsabilidad civil.
3. Dictamen previo del Ministerio Publico: la sociedad y el Estado –res publica-
igual que los particulares –res privata- tienen causas o intereses por los que
deben velar y defender; de ahí la necesidad de la existencia de un organismo
esencial encargado del ejercicio de esas funciones, misión que se encuentra
a cargo del denominado Ministerio Publico.
En orden a las primeras, el Ministerio Publico no interfiere, desde que tal
clase de contiendas no afectan, en el fondo, a las instituciones en casos de
suma relevancia en las que media el interés público. Su acción también
posee una dosis no menos importante de <<carga moral>>, desde que tiene
el deber de preservar los más caros valores del plexo social en lo atingente
a su contenido ético, al ser censor de publicaciones inmorales, etc.
En lo que concierne a este proceso, antes de proveerse la demanda, por
disposición legal, el Ministerio Publico emite dictamen sobre la procedencia
de esta dentro de diez días de recibida, bajo responsabilidad. Significa que
el representante del Ministerio Publico deberá emitir dictamen opinando
por su procedencia o improcedencia. Con dicha opinión el órgano
competente dictara la resolución correspondiente. La resolución que
declara improcedencia la demanda es apelable con efecto suspensivo
(512°).
7.2 Requisitos generales y específicos. – La demanda debe interponerse con los
requisitos generales contemplados en los artículos 130°, 131°, 424° y 425°. Han de
acompañarse las pruebas y anexos exigidos por ley, especialmente la certificación
del auto o sentencia que se estime lesivos, los recursos presentados, etc.
Ahora bien, los requisitos específicos para proponer una demanda de
responsabilidad civil de los jueces, son:
1. Ejercicio antijurídico de la función jurisdiccional: La función jurisdiccional es la
potestad que tiene el Estado de administrar justicia, lo que constituye una
atribución privativa del Estado que se ejerce a través de los órganos
jurisdiccionales.
En el ejercicio de la función jurisdiccional del Estado interviene para asegurar y
garantizar el vigor practico del derecho, para quien quiera y contra cualquiera
que fuere, promoviendo o controlando su observancia, o suprimido los hechos
cometidos o poniendo remedio a las consecuencias de eventuales
transgresiones.
Ahora bien, los jueces en el ejercicio de la función jurisdiccional pueden
ocasionar daños, lo que acontece al expedir resoluciones manifiestamente
injustas, arbitrarias e ilegales. La doctrina denomina acto o hecho antijurídico
cuando una resolución viola el ordenamiento jurídico del país.
Entonces, solo con ocasión del ejercicio de la función jurisdiccional el juez puede
incurrir en responsabilidad civil.
2. Daño a las partes o a un tercero: Daño, según Jaime Santos Briz, <<es todo
menoscabo material o moral causado contraviniendo una norma jurídica, que
sufre una persona y del cual haya de responder otra>>.
También se dice que es todo menoscabo que sufre la persona en sus bienes
patrimoniales y extrapatrimoniales. Estos daños y perjuicios lo sufren las partes
o un tercero a causa de la conducta dolosa o culposa de los mismos, por lo que
debe hacerse valer interponiendo la demanda de responsabilidad civil de los
jueces.
3. Actuación dolosa o culposa del juez: Por mandato de la ley, el juez es civilmente
responsable cuando en el ejercicio de su función jurisdiccional causa daño a las
partes o a terceros al actuar con dolo o culpa inexcusable.
La conducta del juez es dolosa si incurre en falsedad o fraude, o si deniega
justicia al rehusar u omitir un acto o realizar otro por influencia. Por ejemplo,
cuando el juez debido a una presión del ejecutivo pronuncia una sentencia
manifiestamente ilegal o cuando a consecuencia de una dadiva o cualquier acto
impropio emite resoluciones que perjudican a las partes o a terceros.
En cambio, el juez incurre en culpa inexcusable cuando comete un grave error
de derecho, hace una interpretación insustentable de la ley o causa indefensión
al no analizar los hechos probados por el afectado. Tal sería el caso de una orden
de desalojo amparado en el DL N° 21938 que no solo ha sido derogado, sino que
es inaplicable tratándose de locales comerciales o cuando se expide una
resolución dándole una interpretación diferente a una norma sustantiva que no
le corresponde.
4. Relación de causalidad: Vinculada a la reparación del daño existe como último
elemento caracterizante de la responsabilidad civil, la relación de causalidad
entre acto responsable y el daño, puesto que todo juez que ocasiona un daño
está obligado a indemnizarlo, pero para que exista indemnización se hace
necesario una causa suficiente para hacerle pasible de una reclamación por
parte de la víctima.
No puede haber dolo o culpa inexcusable sin relación de causalidad, cuando el
hecho con el que se causa daño en si no ha tenido eficacia para generar el daño.
Por lo tanto, la relación de causalidad es el vínculo existente entre el acto
responsable atribuido al juez y el daño causado a la víctima por este. Se trata de
una relación de antecedente y consecuente.

8. CONSTESTACION
8.1 Concepto y requisitos. – La contestación es un acto jurídico procesal del demandado
(juez o magistrado) por medio de la cual absuelve las pretensiones del protector o
perjudicado.
Al contestar el demandado, por disposición del numeral 442° del código adjetivo, el
juez o magistrado dice:
1. Observar los requisitos previstos para la demanda, en lo que corresponda.
2. Pronunciarse respecto de cada uno de los hechos expuestos en la demanda. El
silencio, la respuesta evasiva o la negativa genérica pueden ser apreciados por
el juez como reconocimiento de verdad de los hechos alegados.
3. Reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los documentos que se
le atribuyen, o aceptar o negar, de igual manera, la recepción de documentos
que se alega le fueron enviados. El silencio puede ser apreciado por el juez como
reconocimiento o aceptación de recepción de los documentos.
4. Expone los hechos e que funda su defensa en forma precisa, ordenada y clara.
5. Ofrecer los medios probatorios
6. Incluir su firma o la de su representante o de su apoderado, y la del abogado. El
secretario respectivo certificara la huella digital del demando analfabeto.
A la contestación se acompañan los anexos exigidos para la demanda en el
artículo 425°, en lo que corresponda.
8.2 Alternativas. – Integrado la relación jurídica procesal, el juez o magistrado
demandado, puede optar por las alternativas siguientes:
1. Allanarse o reconocer la demanda: En el primer caso acepta la pretensión
dirigida contra él; en el segundo caso, además de aceptar la pretensión, admite
la veracidad de los hechos expuestos en la demanda y los fundamentos jurídicos
de esta.
2. Negar la demanda: Los jueces o magistrados pueden absolver el traslado
negativamente ya sea en forma total o parcial, así como fundamentar
adecuadamente.
3. Absolver en expectativa: En otros términos, los demandados (jueces o
magistrados) pueden contestar la demanda sin aceptar ni negar los hechos,
simplemente afirman que se sujetan a las resultas del proceso.
4. Contestar fictamente: Es decir, en la práctica, los jueces demandados no
contestan la demanda, dejan los plazos, por cuya razón, se les acusan rebeldía.
Excepcionalmente se limitan a ofrecer las pruebas permitentes.
8.3 Improcedencia de la reconvención. – Por mandato legal, es improcedencia la
reconvención en el proceso abreviado de responsabilidad civil de los jueces. Así se
desprende los numerales 486°.3° y 490° del Código Procesal Civil.

9. PRUEBA
9.1 Nociones Previas. – La prueba es la acción y afecto de probar. Probar es demostrar
la veracidad de un hecho o acto, pero desde una perspectiva procesal es un método
de verificación de las afirmaciones o negaciones que hacen las partes en el proceso,
en tal sentido, los hechos y los actos jurídicos son objeto de afirmación o negación
susceptible de acreditarse en el proceso.
Los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las
partes, producir certeza en el juez respecto de los puntos controvertidos y
fundamentar sus decisiones. En el proceso de responsabilidad civil de los jueces, los
agraviados o perjudicados (partes o tercero) tienen el deber de acreditar sus
afirmaciones, presentando las resoluciones judiciales que los perjudican o cualquier
otra prueba de las que se desprenda que se ha causado un daño o perjuicio.
9.2 Carga de la prueba. – El artículo 515° del Código Procesal Civil dispone que la carga
de la prueba del daño causado se regula por las normas del código Civil referidas a
la inejecución de las obligaciones. Por tanto, la carga de la prueba del dolo o la culpa
inexcusable, y del daño y su cuantía corresponde al perjudicado, conforme a los
artículos 1330°, 1331° y 1332° del Código Civil.
1. Prueba del dolo y la culpa inexcusable: La prueba del dolo o de la culpa
inexcusable corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación, o
por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.
2. Prueba de los daños y perjuicios: También, la prueba de los daños y perjuicios y
de su cuantía corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación o
por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. Si el resarcimiento del daño
no pudiera ser probado en su monto preciso, deberá fijarlo el juez con
valoración equitativa.
3. Valorización equitativa del resarcimiento: Si el resarcimiento del daño no
pudiera ser probado en su monto preciso, deberá fijarlo el juez con valoración
equitativa.
En líneas generales, la prueba en el proceso de responsabilidad civil de los
jueces debe versar acerca de la configuración o no del daño y del dolo o culpa
inexcusable, así como sobre el agotamiento o no de los medios impugnatorios
previstos en la ley contra la resolución que se alega causa daño o agravio e
inclusive, sobre la observancia o no del plazo en que debe interponerse la
demanda de responsabilidad civil.

10. SENTENCIA
10.1 Nociones previas. – La sentencia es el acto mediante el cual el juez ejerce la
función jurisdiccional decidiendo en caso sometido a su competencia.
Por medio del fallo, el juez resuelve los casos con sujeción a la constitución del
Estado y el ordenamiento jurídico del país, por consiguiente, interesa a las partes
conocer el itinerario del razonamiento judicial, sin dejar de medir las proyecciones
sociales de su pronunciamiento.
De otro lado, es garantía constitucional que las resoluciones judiciales estén
debidamente motivadas y fundamentadas con sujeción a los fundamentos de hecho
y de derecho en que se sustentan.
10.2 Regulación de la responsabilidad. – La indemnización es la columna vertebral
de la responsabilidad civil, por consiguiente, el monto del resarcimiento, su
exoneración y la carga de la prueba del daño causado se regulan por las normas del
Código civil referidas a la enajenación de obligaciones, en cuanto sean aplicables
(515°).
1. Monto del resarcimiento: Por disposición legal, queda sujeto a la indemnización
de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa
inexcusable o culpa leve.
El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su cumplimiento
parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro
cesante, en cuanto sean consecuencia inmediata y directa de tal inejecución.
Si la inejecución o el cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de la obligación,
obedecieran a culpa leve, el resarcimiento se limita al daño que podía preverse
al tiempo en que ella fue contraída.
Si el hecho doloso o culposo del acreedor hubiese concurrido a ocasionar el
daño, el resarcimiento se reducirá según su gravedad y la importancia de las
consecuencias que dé el deriven (1321°, 1326° C.C.).
2. Exoneración: Exonerar significa liberar a una persona de su carga, en este caso,
al autor del daño. En efecto, quien actúa con la diligencia ordinaria requerida
no es imputable por la enajenación de la obligación o por su incumplimiento
parcial, tardío o defectuoso. Así el juez no sería responsable por el daño causado
si actuó con la diligencia necesaria requerida.
De otro lado, el artículo 1326° establece que, si el hecho doloso o culposo del
acreedor hubiese concurrido a ocasionar el daño, el resarcimiento se reduce
según su gravedad y la importancia de las consecuencias que dé él se derivan y
el numeral 1327° del C.C., se refiere a la liberación del resarcimiento, cuando
dispone que este no debe por los daños que el acreedor habría podido evitar
usando la diligencia ordinaria, salvo pacto en contrario.
10.3 Efectos de la sentencia. – A la sentencia expedida en este proceso de
responsabilidad civil de los jueces son:
1. Patrimoniales: La sentencia que declara fundada la demanda solo reconocen
efectos patrimoniales y en ningún caso se ve afectada la validez de la resolución
que produjo el agravio. Significa que el agravado solo ha de recibir una
compensación económica, pero no a lograr que se invalide la resolución
arbitraria, injusta e ilegal que le causa daño.
Considerando que esto desalienta la interpretación de la demanda ya que no
faltan quienes creen que sería justo que además de reparar el daño causado, se
declare también la invalidez de la sentencia que causo el agravio o daño.
2. Publicación de la sentencia: Se trata de una medida de seguridad o pena
accesoria que se impone en ocasiones para mayor eficacia represiva o para
mejor reparación de la víctima; como es habitual, por eso, en ejecución de
sentencia y siempre que se haya reservado la facultad en la demanda, el
demandado puede exigir que el demandado, a su costo, publique la sentencia
final por dos días consecutivos en un diario de circulación nacional. Está
vinculada a la libertad que tiene toda persona para criticar los actos y decisiones
de los jueces y/o tribunales y direccionada a esclarecer su situación jurídica
frente a la opinión pública.
3. Multa en caso de demanda maliciosa: La malicia es una situación anímica en que
se encuentra el que litiga a sabiendas de su falta de razón o asumiendo actitudes
procesales temerarias o conducentes a entorpecer la marcha de litigio. Por esta
razón, si al declarar infundada la demanda, el juez considera que el demandante
ha actuado con malicia, o si durante el proceso ha difundido información a
través de medios de comunicación masiva que afecte el honor del demandado,
le impondrá una multa no menos de diez ni mayor de cincuenta URP, sin
perjuicio del pago de resarcimiento por los daños y perjuicios y el pago de las
costas, costos y multas.
4. Daños y perjuicios: Por disposición legal, concluido el proceso por resolución
que desestima la demanda, si el demandado (juez o magistrado) considera que
el ejercicio del derecho de acción fue irregular o arbitrario, puede demandar el
resarcimiento de los daños y perjuicios que haya sufrido, sin perjuicio del pago
por el litigante malicioso de las costas, costos y multas establecidos en el
proceso terminado. Significa que el juez o magistrado puede interponer
demanda de indemnización de daños y perjuicios, así como por daño moral
contra el demandante, así nadie se atreverá a litigar con los jueces o
magistrados por temor a perder debido al poder que ostenta.

11. RESPONSABILIDAD DEL MINISTERIO PUBLICO


El Ministerio Publico es el organismo autónomo del Estado que tiene como funciones
principales la defensa de la legalidad, los derechos ciudadanos y los intereses públicos,
la representación de la sociedad en juicio, para los efectos de defender a la familia, a los
menores e incapaces y el interés social, así como para velar por la moral pública; la
persecución del delito y la reparación civil.
También velara por la prevención del delito dentro de las limitaciones que resultan de
la presente ley y por la independencia de los órganos judiciales y la recta administración
de justicia y las demás que le señalan la Constitución Política del Perú y el ordenamiento
jurídico de la Nación.
Los fiscales actúan independientemente en el ejercicio de sus atribuciones, las que
desempeñaran según su propio criterio y en la forma que estimen más arreglada a los
fines de su institución. Siendo un cuerpo jerárquicamente organizado deben sujetarse a
las instrucciones que pudieren impartirles sus superiores; sin embargo, pueden incurrir
en responsabilidades.
El artículo 51° de la LOMP, modificado por ley N° 26623 establece, que las
responsabilidades civil y penal de los miembros del Ministerio Publico se rigen por
normas legales sobre la respectiva materia. La responsabilidad disciplinaria se hace
efectiva por el Órgano de Gobierno del Ministerio Publico y la Fiscalía Suprema de
Control Interno, previa audiencia y defensa del Fiscal emplazado.
El reglamento determinara la organización y funciones de la fiscalía Suprema de Control
Interno, así como el procedimiento y las faltas disciplinarias.
Las únicas sanciones disciplinarias que pueden imponerse son:
i. La amonestación
ii. La multa
iii. La suspensión
iv. La destitución.

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