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Nulidadherrera PDF
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I. INTRODUCCION
Al analizar el tema de la nulidad en nuestro ordenamiento, no hay mucho que decir
dentro del plano estrictamente legislativo. La carencia de normas al respecto hacen
gala del evidente desinterés que se ha tenido en relación a esta importante institución
del Derecho Procesal Penal que busca, como lo veremos en lo sucesivo, preservar el
proceso en el contexto de lo “ debido ”.
1MANZINI, Vicenzo. Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo III. Ediciones Jurídicas Europa – América.
Buenos Aires, Argentina. Pág. 102.
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Los actos procesales son definidos por Clariá Olmedo como “ las expresiones volitivas e
intelectuales de los sujetos del proceso penal o cumplidas por terceros ante el tribunal, cuya finalidad
es la de producir directamente el inicio, desenvolvimiento, paralización o terminación del proceso
penal conforme a lo prescrito por la ley procesal penal ” 2. A mérito de ello, es importante
remarcar que al fluir este acto procesal de las expresiones de los sujetos procesales,
esta idea abarca obviamente al imputado, ministerio público, al agraviado
2CLARIA OLMEDO, Jorge. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Rubinzal – Culzoni Editores. Buenos Aires,
Argentina. Pág. 182 -183.
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3LEONE, Giovanni. Tratado de Derecho Procesal Penal. Volumen I. Ediciones Jurídicas Europa – América.
Buenos Aires, Argentina. Pág. 581.
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Con lo dicho líneas arriba, queda claro que el concepto de acto procesal se encuentra
íntimamente ligado con lo que se conoce como acto jurídico, sin llegar a confundirse
entre si ya que ambas son categorías independientes con distintos efectos. De esta
manera, mientras el acto jurídico se desenvuelve en el ámbito del derecho privado, el
acto procesal ingresa al campo del derecho público como eslabón básico de la
relación jurídico procesal incluida la litis (ya sea se trate del proceso penal, civil,
administrativo, etc.). Una interesante perspectiva hablando de acto jurídico y acto
procesal, es la que ofrece el ilustre tratadista Luis Del Valle Randich quien sobre el
particular ha sostenido :
“ Si consideramos que el proceso es una secuencia ordenada de actos regulados que se realizan en el
tiempo y que producen efectos jurídicos; o como lo afirma Endomann, es el “ conjunto de condiciones
necesarias para que se genere un efecto jurídico ” y si estos actos son producidos por exteriorización o
actividad personal, no cabe la menor duda que existe una identidad ontológica entre el proceso y acto
jurídico, pues se manifiestan como una voluntad exteriorizada con el fin de transmitir, modificar o
extinguir un derecho ” 4.
Luego de este breve recorrido por el árbol genealógico del acto procesal, pasemos a
revisar aquellas formas bajo las cuales se manifiesta éste concepto dentro del
desarrollo de la secuela del proceso, valga la redundancia.
En principio, corresponde mencionar al acto procesal perfecto, vale decir aquel que
existe, que no contiene ningún vicio o irregularidad y que, como señala el mismo
Leone, es plenamente eficaz en atención a la perfecta correspondencia entre
perfección y eficacia 5.
4 DEL VALLE RANDICH, Luis. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Lima, Perú. Pág. 55.
5 LEONE, Giovanni. Op. Cit. Pág. 667.
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6 DESIMONI, Luis María y otro. La nulidad en el proceso criminal. Ediciones Desalma. Buenos Aires,
Argentina. Págs. 16 – 17.
7 CARNELUTTI, Francesco. Lecciones sobre el proceso penal. Volumen III. Ediciones Jurídicas Europa –
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Llegamos de esta manera a la idea de inexistencia del acto procesal que, desde mi
punto de vista, es uno de los discutidos. Por un lado, existe una posición como la
sostenida por tratadista como Carnelutti, que indica que “ el acto inexsitente es
verdaderamente un no acto, esto es, no es un acto, ni perfecto ni imperfecto ” 8; mientras que otra
corriente le reconoce cierta “ existencia ”, aunque este postulado suene abiertamente
contradictorio, de ello que solamente anulando un acto inexistente, como lo indica
Clariá Olmedo, se hace posible extirparlo 9. Como vemos, aclarando un poco lo
antes señalado, es posible colegir que la primera de las posiciones desarrolladas
confunde el concepto material de inexistencia con el concepto jurídico de aquella,
pues es absolutamente diferente que una cosa exista en la realidad y que no posea
existencia jurídica, que es de lo que hablamos en este contexto, a que simplemente
no tenga existencia dentro del plano de lo real. Por eso es que el maestro Leone
finalmente concluye al pronunciarse sobre el particular :
“ Si la inexistencia afecta también al fallo (que por otra parte, es un fallo aparente), ello se debe al
hecho de que lo no existe (jurídicamente), no puede nunca producir efectos, y que, por tanto, el juez,
sobre la base de una inexistente relación procesal, no pronuncia la decisión (aunque aparentemente
la dicte) ya que faltan los presupuestos para ella… En definitiva, mientras lo que es jurídicamente
inexistente, no puede ser nunca sanado, lo que es inválido (es decir, existente, pero enfermo), puede
ser sanado ” 10 .
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III. LA NULIDAD
La nulidad, como remedio procesal que tiende a recuperar los defectos que en un
futuro puedan generar un irregular pronunciamiento sobre el fondo del asunto al
11 Aunque, también hay que decirlo, dentro de la nulidad existe aquella con efectos permanentes (nulidad
absoluta) y aquella con efectos – si cabe el término - transitorios (nulidad relativa). La diferencia estriba en
que el acto procesal inadmisible requiere de la sanación de esa ineficacia para ingresar al proceso, en tanto que
el acto procesal viciado de nulidad relativa puede subsistir de esa forma.
12 CARNELUTTI, Francesco. Op. Cit. Pág. 183.
13 LEONE, Giovanni. Op. Cit. Págs. 669 - 670.
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Existen muchas definiciones de lo que implica la idea de nulidad, pero considero una
de las más claras la evacuada por Jorge Clariá Olmedo que es citada por Desimoni y
Tarantini señalando que “ la nulidad es el vicio que afecta un acto por la omisión de una
forma o de un requisito legalmente necesario para su validez ” 15 16.
Ahora bien, dependiendo precisamente del vicio que nos habla el texto antes
glosado, podremos decir que el acto procesal podrá ser nulo en sentido absoluto o
nulo e sentido relativo, llegando así a la clasificación más tradicional realizada por la
doctrina. Hablando de nulidades absolutas coincido plenamente con la opinión de
Manuel Osorio al ser también citado por los profesores argentinos que he referido
anteriormente, Desimoni y Tarantini :
por la ley procesal, valga la redundancia. Como válido que es, un acto procesal surte efectos jurídicos y es
eficaz, de lo que se concluye que la validez es el antecede inmediato a estas últimas dos categorías.
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“ La nulidad absoluta es “ la del acto que carece de todo valor jurídico, con excepción de las
reparaciones y consecuencias que, por ilícito o dañoso, puede originar ” .17
A mérito de ello, resulta importante entonces traer a colación, dos conceptos que
desde mi perspectiva conforman adecuadamente el entorno de lo que es la nulidad
relativa, me refiero a la sanabilidad (también conocida como subsanación) y la
convalidación, que si bien no llegan a ser sinónimos se asemejan mucho entre si al
punto tal que una forma de sanear un vicio es convalidarlo.
La convalidación por su parte, implica una suerte de “ perdón ” de parte del sujeto
procesal afectado con la nulidad respecto al perjuicio que ésta le pueda causar, de
manera que al advertir su existencia y no solicitar la sanción correspondiente, la
acepta como tal dejando vivo el acto cuestionado. Hablando un poco más de la
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naturaleza de este “ perdón ” que supone la nulidad relativa, un hecho que debe
llamar la atención es que tratándose de convalidaciones, no necesariamente el sujeto
afectado que deja subsistir el acto procesal viciado debe tener absolutamente en claro
la existencia del vicio, ello se entiende del tercer párrafo del artículo 172 del Código
Procesal Civil al legislar lo pertinente a la figura de la convalidación tácita. Esta
coyuntura también se hace extensiva en el marco del nuevo Código Procesal Penal
como se colige de la lectura del inciso c del artículo 152. Obviamente, si existe una
convalidación tácita también existe una convalidación expresa, la cual se materializa
bajo dos coyunturas claramente graficadas : la primera cuando los sujetos procesales
tienen conocimiento expreso de la nulidad y, en atención a Principio de
Trascendencia, no la denuncian (porque no les perjudica por ejemplo) y la segunda
coyuntura se verifica cuando el acto procesal no obstante tener un vicio de esa
magnitud logra su finalidad (por ejemplo una notificación defectuosa).
Por último, otra clasificación que también hay que abordar ya que tocamos el tema,
es aquella ve a la nulidad desde el plano estrictamente de su regulación legislativa,
existiendo entonces nulidades específicas que, sobre la base del Principio de
Taxatividad o Legalidad, suponen una sanción expresa consagrada por la propia
norma en el caso de incumplimiento de algunos de los requisitos exigidos por la ley
19 A propósito ver inciso 5º del artículo 439 del Código Procesal Penal.
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Sobre estos términos, el mismo Carrión Lugo indica que un acto viciado será aquel
que incumple con alguno de los requisitos del acto procesal perfecto : capacidad
procesal, consentimiento del sujeto (o declaración de voluntad), posibilidad de
realización jurídica y observancia de las formas prescritas por la ley 23 24. El error, por
otro lado, según el mismo tratadista, supone la falta de coordinación o coincidencia
389.
23 CARRION LUGO, Jorge. Op. Cit. Pág. 387.
24 Lo cual nos lleva a la redundancia respecto a las causales indicadas anteriormente por el mismo autor
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entre la representación mental que el agente hace de una persona, cosa, hecho o de la
propia ley, no respondiendo estos a la realidad. Luego, complementando lo expuesto
por el profesor nacional, debo entender que el acto procesal errado es, finalmente,
aquel que no coincide con la voluntad del sujeto que lo realiza al mediar una falta
representación, lo cual no determina – como puede suponer el acto procesal viciado
– la ausencia de esa declaración de voluntad.
El profesor nacional Jorge Carrión Lugo nos refiere siete principios que rigen a las
nulidades dentro del contexto del proceso civil 25, mas por una cuestión de opinión
únicamente coincido en cuatro de ellos 26 que a continuación paso a exponer :
Principio de Declaración Judicial : Solamente será nulo aquel acto que así lo
declare el Juez Penal.
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A los principios antes expuestos habría agregar uno más que es señalado por Teresa
Armenta Deu. Me refiero al Principio de Enmienda y Conservación de los actos, en
virtud del cual se procura que los actos procesales subsistan si estos son subsanables
bajo las condiciones y plazos establecidos por la ley 29, de manera que la nulidad
relativa – en salud del proceso penal – tenderá a ser la regla general y la nulidad
absoluta, por lo tanto, será la excepción.
De esta manera, nos encontramos con el artículo 298 que se convierte en la norma
básica sobre la institución procesal que estamos estudiando.
27 En este extremo Carrión Lugo indica que el acto inexistente no requiere de declaración judicial porque no
existe, con lo cual me parece que se propicia la confusión entre el concepto material y el concepto jurídico de
inexistencia que ya anteriormente hemos visto. Ciertamente, el acto inexistente tiene efectiva presencia
material de manera que habrá que extirparlo indefectiblemente para su exclusión.
28 Sobre este extremo Del Valle Randich habla del acto anulable refiriéndose a aquel que en potencia es
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En cuanto a los incisos 2 y 3 del mismo artículo 298, entiendo que se trata de
supuestos claramente contenidos en el inciso referido anteriormente, por lo que no
merecen el mayor comentario a no aportar al tema que nos ocupa.
Ahora bien, no obstante haber señalado que el artículo 298 constituye la única
norma expresa en nuestra legislación actual, existen otras hipótesis que también “
calzan ” en lo que involucra el remedio de nulidad, como por ejemplo el caso de
aquellas nulidades por inobservancia de las formalidades procesales. Citando un
ejemplo ya anteriormente visto, puedo graficar como una clara muestra de este tipo
de casos al contexto de la ratificación pericial sin citación a todos los sujetos
procesales como suele ocurrir en muchos procesos penales en la actualidad. En este
caso, debe advertirse que esa hipótesis para ser invocada en la realidad de un proceso
penal dependerá, como lo hace básicamente todo el remedio de nulidad, de la
30SAN MARTIN CASTRO, Cesar. Derecho Procesal Penal. Volumen II. Editora Jurídica Grijley. Lima, Perú.
Pág. 1021.
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aplicación de normas del Código Procesal Civil que ciertamente se constituye como
“ muleta ” del cual se vale el Código de Procedimientos Penales ante su vacío.
31 Léase al respecto los incisos 1º y 2º del artículo 409 del Código Procesal Penal.
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BIBLIOGRAFÍA :
DEL VALLE RANDICH, Luis. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Lima, Perú.
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SAN MARTIN CASTRO, Cesar. Derecho Procesal Penal. Volumen II. Editora
Jurídica Grijley. Segunda Edición. 2003. Lima, Perú.
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