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Alteraciones Psicológicas. ALonso A PDF
Alteraciones Psicológicas. ALonso A PDF
Facultad de Psicología
2004
INDICE
Prólogo...................................................................................................................3
El libro que se presenta es una integración de diversos materiales, entre los que citamos a los libros
“Esbozos del desarrollo anómalo de la personalidad” de B.S. Bratus y B.W. Zeigarnik,
“Metódicas patopsicológicas” de S. Ia. Rubinstein, conferencias de Patopsicología impartidas por J.
Grau así como la elaboración de capítulos por el autor, concerniente a las alteraciones de la atención
y la personalidad. No obstante, se ha realizado una revisión de todos los materiales, suprimiendo
algunas ideas y enriqueciendo otras.
Hay referencias excesivas al uso de metódicas experimentales. Según el autor, no son más que
técnicas o pruebas psicológicas que provocan de forma deliberada la manifestación de una actividad
psíquica determinada, la cual es analizada cualitativamente. De ahí que muchas técnicas indirectas o
proyectivas puedan ser utilizadas para la evaluación. En este libro se ofrecen las técnicas
principales, aunque en el caso de las técnicas para la evaluación de las alteraciones de la
personalidad, existe un arsenal amplio usado por los psicólogos cubanos, que pueden ser utilizadas
con este fin.
PARTE I- ALTERACIONES DE LA ACTIVIDAD PSIQUICA
Introducción
La calificación psicológica de las alteraciones de la psiquis lo exige la práctica social, tanto para
establecer pronósticos, brindar orientación, para realizar trabajo preventivo, psicoterapéutico, etc.
Pero para conocer las alteraciones o desviaciones psíquicas se hace necesario el conocimiento de los
procesos psíquicos, estados psíquicos y de la personalidad en la normalidad.
De ahí que este enfoque requiera de la aplicación de la psicología general al estudio de diversos
fenómenos clínicos. De acuerdo al desarrollo alcanzado por la psicología en la comprensión de su
objeto de estudio, mayor facilidad habrá para analizar las alteraciones específicas. Por estar más
investigados los procesos cognocitivos que los afectivos en la psicología mateialista-dialectica,
existe una valoración e investigación de las alteraciones de la esfera cognitiva mucho más rica.
Toda enfermedad mental implica la presencia ante todo de alteraciones en la personalidad y también
de diversos estados y procesos psíquicos. Ahora, la presencia de alteraciones de la actividad
psíquica puede estar presente en sujetos que no presentan una patología psiquiátrica, pero cuyo
psiquismo se aparta de un funcionamiento normal; tal es el caso de las desviaciones de la conducta
(delincuentes) o en personas que por presentar una enfermedad invalidante, que no enfrentan
adecuadamente, comienzan a desestabilizarse, aún sin presentar síntomas psiquiátricos y en otros
casos más.
De cualquier manera, el diagnóstico que se debe realizar es el diagnóstico del decursar de los
procesos y estados psíquicos alterados, el diagnóstico de la personalidad.
Este enfoque metodológico nos acerca a algunas valoraciones que hace la patopsicología y a su
objeto de estudio: las particularidades de la patología de la actividad psíquica el hombre en su
contrastación con la norma. La Patopsicología, si bien no es mencionada en estos momentos, ofreció
y ofrece un marco teórico y metodológico apropiado a la Psicología Clínica y de la Salud. Si bien
no es indispensable hoy el uso del término, de manera general es recomendable lo planteado por ella.
Nos parece apropiado, por contener en su vocablo los mismos componentes, dejar sentado cuáles
con las diferencias entre las dos disciplinas, que abordan las alteraciones psíquicas, desde diferentes
posiciones.
PSICOPATOLOGIA PATOPSICOLOGIA
Sistema de ciencias al que se Es una ciencia médica, base de Es una disciplina psicológica,
Subordina la psiquiatría clínica estudia los trastornos psíquicos
como alteraciones de la
actividad psíquica
Conceptos con que opera Conceptos clínico. médicos Conceptos y categorías
(etiología, patogénesis, síntoma, psicológicos (actividad,
síndrome) y criterios motivación, necesidad,
patológicos generales personalidad, etc.)
(surgimiento, término de la
enfermedad)
Se ocupa de Descripción de signos de la Caracterización psicológica de
enfermedad psíquica en su los mecanismos de la formación
dinámica externa en el curso de de las alteraciones de los
la enfermedad procesos y propiedades de la
personalidad
Métodos específicos al cual Clínico descriptivo Psicológico experimental
recurre
La determinación de las alteraciones de la actividad psíquica tiene una alta significación práctica.
Ante todo, los datos obtenidos pueden ser utilizados para fines diagnósticos-diferenciales. Por
ejemplo, ante la duda clínica de si un paciente es esquizofrénico o no, puede aplicarse un conjunto
de metódicas de pensamiento y personalidad, que ponen de manifiesto si la actividad psíquica del
enfermo opera o no a un nivel psicótico. De esta forma se contribuye al diagnóstico clínico del
paciente.
En los tiempos actuales, cuando en la medicina se introduce una gran cantidad de nuevos medios
terapéuticos, la aplicación de adecuadas investigaciones experimental-psicológicas ayudan a
determinar la influencia de estos procedimientos psicofarmacológicos, positiva o negativa sobre los
diferentes procesos psíquicos.
La estrecha relación con la práctica clínica y la tendencia a explicar teóricamente los hechos
extraídos, tipifica este enfoque, que lo diferencia del empirismo desnudo y de las construcciones
especulativas que caracterizan a la psicología clínica de muchos países occidentales.
2) Establecimiento del nivel de las alteraciones. Ejemplo: cuando se quiere determinar el grado de
deterioro de las funciones intelectuales en una demencia senil. Ejemplo: la evaluación del
rendimiento mnémico y de la capacidad de trabajo en un sujeto sometido a peritaje laboral.
Se llama percepción al reflejo en la conciencia del hombre de los objetos o fenómenos, al actuar
directamente sobre los órganos de los sentidos, durante cuyo proceso ocurren el ordenamiento y
unificación de las sensaciones aisladas en reflejos integrales de cosas y acontecimientos.
La integridad se refiere no a la suma de sensaciones aisladas sino al reflejo del objeto como un todo,
a su imagen integral.
La constancia consiste en la capacidad de percibir los objetos que nos rodean de modo relativamente
constante en lo concerniente a la forma, tamaño, color, etc., con independencia de las condiciones en
que se manifiestan (distancia, iluminación, posición en el espacio), que hacen que estos cambien
continuamente sus aspectos.
La comprensión o carácter racional de la percepción se refiere a que ésta aunque surge como
resultado del efecto directo del estímulo sobre los receptores, siempre se categoriza lo percibido, es
decir, se clasifica el objeto en un determinado grupo o clase, se conceptualiza mediante palabras.
La agnosia
Se denomina agnosia a la dificultad del reconocimiento de los objetos, de los sonidos. Al problema
de la agnosia, especialmente la visual, ha sido dedicada una gran cantidad de trabajos. Las agnosias
visuales se dividen en: a) Agnosia de los objetos, cuando los enfermos no reconocían los objetos ni
sus representaciones; b) Agnosia al color y a las letras, y c) Agnosia difusas.
En una serie de enfermos (con afecciones orgánicas del cerebro de diferentes génesis) los fenómenos
de agnosia se manifiestan en que ellos separan uno del otro signo del objeto percibido, es decir, no
logran la síntesis. Así, la representación de una tachuela la describe un enfermo diciendo: "arriba
tiene un gorro, abajo un palillo, que es ésto, no sé"; otro enfermo describe una llave como "un anillo
y una varilla".
Los enfermos no reconocían en lo absoluto las representaciones punteadas de los objetos; un poco
mejor, pero de todas maneras muy mal, reconocía las siluetas, y mejor, las representaciones
concretas. De esta manera el experimento reveló un marcado y peculiar escalonamiento del
reconocimiento, que se incrementaba a medida que se incluía el objeto en un trasfondo caracterizado
por detalles concretos.
Si analizamos los medios de compensación del defecto vemos que la inclusión del objeto presentado
en determinado círculo de significado ayudaba al reconocimiento. Así si el psicólogo le pedía
señalar un objeto determinado ("señale dónde está el sombrero y dónde el cuchillo"), entonces los
enfermos reconocían correctamente. La denominación de un círculo aproximado de cosas, a las
cuales se refiere este objeto ayudaba menos ("enséñame un objeto de vestir, un utensilio de cocina").
Todo lo anterior permite concluir que existe una alteración de la función integradora y
generalizadora de la percepción. Estos trastornos agnósticos se ponen de manifiesto de forma
particularmente clara en los enfermos dementes.
Engaños de la sensaciones.
Uno de los síntomas más frecuentes en las enfermedades psíquicas son las alucinaciones.
Recordemos que los enfermos se refieren a las imágenes alucinatorias como objetos, palabras,
realmente percibidos. Regularmente no pueden diferenciar las imágenes alucinatorias de las
imágenes que se obtienen de objetos reales. La imagen alucinatoria se proyecta al exterior. Por
último el surgimiento de la imagen se acompaña de ausencia de autocontrol, es imposible persuadir
al enfermo de que esta imagen alucinatoria no existe.
A la descripción de las alucinaciones se ha dedicado una serie de trabajos psiquiátricos, pero siempre
en forma de análisis del resultado final de los productos de la actividad psíquica, pero el proceso
mismo que produce este producto, no se estudiaba.
La cuestión sobre los mecanismos de las alucinaciones se ha planteado más de una vez. Unos
autores comprendían las alucinaciones como un producto espontáneo de la alteración de los
receptores; otros subrayan en el surgimiento de las alucinaciones el rol de sectores alterados aislados
del sistema nervioso central; unos terceros veían los mecanismos de las alucinaciones en la inten-
sificación de las representaciones.
La teoría materialista dialéctica considera la actividad psíquica como reflejo de la realidad. El hecho
que en la mayoría de los casos es imposible establecer una conexión directa entre la alucinación y el
objeto, no dice aún nada sobre su ausencia. Los nexos entre el objeto y la imagen que surge pueden
estar completamente enmascarados o mediatizados; ellos pueden ser vinculados en orden
consecutivo, pero el principio de que la causa primera, inicial de cualquier acto psíquico, es un
excitante externo, se refiere también a la actividad alterada del analizador.
Para los psicólogos presenta gran interés la cuestión sobre la naturaleza de los engaños de las
sensaciones. ¿Es qué acaso puede surgir una imagen perceptual de una cosa sin la presencia de algún
objeto externo?.
Para la demostración de esta hipótesis S.Ia.Rubintein elaboró la siguiente metódica: a los enfermos
se le presentaba grabados, sonidos débilmente diferenciados (ruido de la lluvia, un sollozo, la
llamada a una puerta, etc.). Mientras que los sujetos sanos diferenciaban las fuentes de los sonidos,
en los enfermos que sufren o habían sufrido de alucinaciones, estos experimentos provocaban
engaños del oído. Una enferma ante el sonido fru-fru del papel (al hojear) oía: "Tú eres una basura".
Otra oía el tañido de la media hora; un enfermo que había sido marinero oía el oleaje del mar. La
autora llegó a la conclusión de que una de las condiciones patogenéticas importantes de formación
de las alucinaciones lo es la dificultad de prestar oído y de discernimiento de los sonidos.
Sobre la justeza del principio de que las dificultades de la actividad del analizador facilitan o incluso
provocan los engaños de las sensaciones, hablan los hechos del surgimiento de alucinaciones en
personas sanas en: a) Condiciones de déficit sensorial (en buzos, en cámaras de silencio), b)
Personas con debilidad visual o auditiva (pero no en ciegos ni sordos).
Estos hechos evidencian de que las condiciones que dificultan el prestar oído y mirar, que provocan
una sobrecarga de la actividad de los analizadores posibilitan el surgimiento de las alucinaciones. Es
por ello que no es correcto definir las alucinaciones como percepciones falsas que surgen sin la
presencia de sus estímulos condicionantes en el medio externo o interno. Diferentes estímulos son
capaces de excitar la materia a través de una compleja cadena de asociaciones, de cuyos eslabones
intermedios podemos no darnos cuenta. La conexión de la imagen con los estímulos presentes no
siempre es fácil de ver, ella frecuentemente se enmascara, pero existe.
Estas sensaciones gnósticas son sensaciones "oscuras", interoceptivas, que por fuerza de su
constancia por la actividad del sujeto, generalmente no se conscientizan, pero constituyen el fondo
imprescindible para el curso normal de toda la actividad psíquica, garantizan la sensación de
pertenencia de los procesos psíquicos a nuestro "yo".
Esta autosensación alterada comienza a adquirir una significación particular para el enfermo,
convirtiéndose en un motivo rector para su personalidad. Los enfermos abandonan todos sus asuntos
y no pueden pensar en otra cosa que sobre sus propios estados no habituales y sus supuestas causas.
Alteración del componente motivacional de la percepción.
Ya antes hemos explicado como la disminución de la generalización conduce a las agnosias, como
los cambios del estado funcional de la actividad de los analizadores externos e internos conduce a
engaños de las sensaciones. Ahora nos detendremos en el examen de cómo la alteración del
componente personal se refleja en la actividad perceptual de los enfermos.
El rol del componente personal alterado en la percepción puede ponerse de manifiesto mediante
diferentes vías:
1) por la vía del análisis de los trastornos del proceso mismo de la percepción.
Así, el enfermo B.N. después de haber recibido un trauma grave del sector frontal izquierdo,
reconocía con dificultad los objetos dibujados por puntos o sombreados, no estaba en condiciones de
captar y trasmitir el sentido de láminas que representan 2 argumentos no complejos y consecutivos
(en una lámina 2 muchachos fumaban en un granero de heno, en la otra, ellos salen corriendo del
granero encendido): "Aquí hay dos sentados y aquí dos corren", acerca de que tales dificultades del
reconocimiento son pseudoagnósticas habla el hecho de que no había más que pedir al enfermo que
mirase atentamente y él daba la respuesta correcta. Por consiguiente, la dificultad del
reconocimiento no es en tales enfermos un trastorno agnóstico en el sentido estricto de la palabra,
sino una manifestación de que los enfermos no realizaban un activo proceso de búsqueda, el cual
siempre está incluido en la percepción.
Esta alteración la podemos ejemplificar también en técnicas como el TAT. donde se puede
evidenciar la defensa perceptiva, cuando el sujeto no percibe en la lámina determinada persona y/o
situación, por poseer un carácter conflictivo para ella y ser generadora de ansiedad.
Las diferentes instrucciones creaba una motivación deferente, lo cual se reflejaba en la calidad de la
percepción.
En los experimentos tomaron parte sujetos sanos, epilépticos y esquizofrénicos con similar edad y
formación.
En condiciones de la variante "A" todos los grupos investigados estaban orientados hacia la
descripción e interpretación del contenido de las láminas aunque, el grupo de sujetos normales
establecía más hipótesis y se referían más a las expresiones emocionales de los personajes.
Sin embargo, fueron obtenidos resultados cualitativamente diferentes en las variantes "B" y "C",
donde la introducción de las instrucciones creaba una determinada orientación de la actividad. En la
norma, esto se expresaba en que en los sujetos surgía un interés hacia la tarea, y hacia la valoración
del psicólogo. Cambió también el carácter de las formulaciones de las hipótesis: ellas llegaron a ser
más extensas y emocionalmente saturadas. Se muestra el mundo interno de los personajes
representados. Desaparecen las respuestas formales y descriptivas.
La variante "C" (prueba de las capacidades intelectuales), no creaba un sentido personal diferente en
los enfermos esquizofrénicos, a diferencia de los sanos, lo cual se reflejaba en la pobreza de su
actividad perceptual interpretativa.
La atención es considerada como la función psíquica que nos permite concentrar nuestra actividad
en un punto o en una situación determinada que tiene para la personalidad determinada significación
(estable o situacional). Carece de contenido propio y se manifiesta en el marco de la percepción y
del pensamiento, aunque más exactamente puede decirse que la atención constituye una faceta de
todos los procesos cognoscitivos, precisamente aquella en que dichos procesos aparecen como una
actividad orientada hacia el objeto y reflejando la correlación del sujeto y el objeto en el grado de
receptividad para los estímulos en un momento dado, lo cual permite y facilita la concentración.
a) Estabilidad o constancia. Se refiere a la permanencia que tiene nuestra atención sobre una
actividad u objeto.
d) Concentración. Señala la existencia de una vinculación hacia una faceta de la realidad externa o
interna y expresa la intensidad de esta vinculación.
A nuestro juicio, es pertinente hablar tanto de las alteraciones de las formas de atención como de sus
propiedades.
Consiste en un aumento de la atención pasiva. El enfermo tiene una gran labilidad de su atención
involuntaria con una disminución consecuente de su atención voluntaria, lo que hace que todos los
estímulos que se producen a su alrededor sean objeto de su percepción. La captación constante de
los estímulos le impide concentrar su atención sobre alguno de ellos; atiende simultáneamente a los
más variados estímulos sin fijar su atención en un objeto determinado, esto es, el enfermo se da
cuenta de todo, pero no se fija en nada. Capta sucesos y estímulos insignificantes.
Si bien todas las alteraciones de la atención se pueden explorar durante todo el proceso evaluativo
con el paciente a través de la observación y la entrevista, existen técnicas específicas para evaluarla.
En otros casos, se hace imposible atraer la atención hacia la actividad ya que el sujeto no atiende en
lo absoluto.
Esta alteración es lo que se conoce en la clínica como hipervigilancia. Aparece con frecuencia en
enfermos oligofrénicos, maníacos, esquizofrénicos hebefrénicos y catatónicos agitados.
Consiste en la fijación exagerada de la atención activa o voluntaria sobre una vivencia o situación
determinada, pasando completamente inadvertido todos los otros fenómenos. Se vincula a las
propiedades de estabilidad y concentración de la atención, por cuanto el enfermo se plantea atender
de forma voluntaria a un estímulo o situación y lo logra hacer de forma constante e intensa. Esta
alteración se expresa también en el aumento de los deseos del sujeto de atender de forma consciente
a una gran cantidad de situaciones, pudiendo o no coincidir éstas en el tiempo.
Esto se expresa en metódicas como la simultaneidad de signos, donde el sujeto debe colocar en un
tablero fichas atendiendo al color y a la forma indicados en el mismo. El sujeto no escucha las
objeciones críticas realizadas por el experimentador ni advierte la presencia de otro enfermo que se
acerca a él.
Nada de lo que sucede a su alrededor logra llamarle la atención y si lo hace es por un poco tiempo.
Sólo atiende lo que le interesa.
La atención puede ser poco estable, durar sólo unos segundos. Por ejemplo, en los estados de coma
y estupor profundo, donde los enfermos pueden atender sólo a estímulos de gran intensidad, durante
muy breve tiempo.
Los sujetos son poco constantes o estables, ya que continuamente desvían su atención ante cualquier
estímulo.
La estabilidad o constancia de la atención puede ser prolongada, de forma excesiva. Tal es el caso de
pacientes alucinados que se encuentran absortos durante largo tiempo con sus representaciones o de
enfermos obsesivos que permanecen preocupados con sus ideas fijas.
Claro que el límite a partir del cual se puede considerar patológico pudiera ser algo arbitrario o
subjetivo, por lo que nos detendremos sólo en los casos evidentes cuando se realiza una valoración
cualitativa. Es diferente el caso cuando se aplican metódicas experimentales en las que se conoce el
resultado (incluso cuantitativo) de sujetos normales y enfermos.
Esto lo vemos en "técnicas de saciedad o de saturación psíquica" donde el sujeto debe realizar la
misma tarea por tiempo indefinido, digamos en un largo listado de diferentes números, encerrar en
un círculo al número cinco y tachar el número diez, cada vez que aparezcan. Se conocen las
interrupciones, las oscilaciones de la actividad así como el tiempo total en que se involucran en la
tarea.
Esta dificultad se expresa fundamentalmente en aquellos sujetos que presentan inercia de sus
procesos psíquicos o que exhiben un desorden de tipo intelectual. No son capaces de distribuir la
atención en objetos que están vinculados entre sí o de simultanear la realización de un acto concreto
con uno automatizado.
En la metódica búsqueda de números (o tablas de Schultz) donde se presentan en cada una de las 5
tablas, números del 1 al 25 en desorden, debiendo el sujeto señalar y mencionar en voz alta los
números en orden del 1 al 25, presentan dificultad en encontrar el número correspondiente,
señalando cuestiones como: "Aquí falta el 13" o demorando excesivamente la búsqueda del número.
Alteración de la conmutación de la atención.
Como en la alteración anterior, los sujetos que presentan una penosa movilidad de sus procesos
intelectuales, que no pueden cambiar el modo de trabajo, variar la marcha de sus juicios y
percepciones, pasar de un tipo de actividad a otra, tampoco pueden conmutar la atención. En
particular los sujetos epilépticos y en general los enfermos orgánicos del cerebro presentan esta
alteración. También se encuentra presente en menor medida en sujetos asténicos, depresivos y
obsesivos.
Se puede evidenciar en la metódica modificación de la tabla de Schultz, que es una tabla que exige
conmutación de la atención, puesto que en ella están representados una serie negra de números, del 1
al 25 en desorden y conjuntamente una serie roja de números del 1 al 24. El sujeto debe ascender por
la serie negra y descender por la roja de forma simultánea; así el sujeto debe encontrar en la tabla el
1 del negro, el 24 del rojo, 2 del negro y 23 del rojo, 3 y 22, etc.
Los sujetos con alteración demoran excesivamente en esta tarea, algunos abandonan la misma,
cometen infinidad de errores :se equivocan en el orden, mencionan número negro por rojo y vice-
versa, no encuentran los números, etc.
Otra forma de dispersión tiene lugar en aquellos casos, cuando el hombre, en una situación dada, no
se concentra sobre algo por largo tiempo, siendo necesario estimularlo para que centre su atención.
Lógicamente la alteración de la atención afecta el resto de las funciones cognoscitivas. Esto lo
encontramos en sujetos oligofrénicos, dementes y confusos, aunque en grado menor en sujetos
neurasténicos y ansiosos.
Como todos los procesos cognoscitivos, la atención puede estar alterada por factores motivacionales.
El hombre presenta una serie de necesidades y sobre él influyen múltiples estímulos externos. Estos
estímulos que corresponden a estas necesidades adquieren para la personalidad distintos
significados. Esta interacción se expresa en el carácter selectivo de la actividad psíquica, en la
obligada selección de un objeto determinado, lo que se realiza con la ayuda de la atención.
Así, una actitud indolente, "desmotivada" de un paciente esquizofrénico ante una metódica
experimental como el Conteo Sucesivo, donde debe restar 100-7 y así de forma sucesiva, dando las
diferencias; se evidenciarán dificultades en la atención voluntaria y en propiedades como la
estabilidad y la concentración.
Un enfermo neurótico, angustiado, muestra incapacidad para fijar la atención en un libro que lee,
por las preocupaciones que tiene en relación con los conflictos familiares.
La memoria es el proceso psíquico que nos permite conservar y reproducir las huellas de una
experiencia anterior y reaccionar a señales o situaciones cuando éstas han dejado de actuar directa-
mente sobre nosotros. En el proceso de memoria hay que destacar, pues dos momentos o fenómenos
principales: la grabación de las huellas (o fijación) y la reproducción de las mismas (recuerdo).
Ninguna actividad tiene sentido al margen de los procesos de memoria, pues en el transcurso de
cualquier acto psíquico, incluso el más elemental, supone indispensablemente la retención de cada
uno de sus elementos, concatenado con los posteriores. Sin la capacidad de semejante
concatenación no es posible el desarrollo: el hombre permanecería "eternamente en la situación de
recién nacido".
En la base de las alteraciones de la memoria descansan diferentes factores, que deben ser sometidos
al análisis psicológico; los más importantes son:
Iniciemos el estudio de cada una de estas alteraciones a partir de la explicación que da de ellas B.V
Zeigarnik:
Alteración de la memoria inmediata.
Consiste en la alteración de la memoria sobre los hechos actuales, manteniendo relativamente intacta
la memoria de los hechos del pasado. Así un enfermo puede correctamente nombrar los sucesos de
su infancia, de su vida escolar, recordar fechas de la vida social, pero no recuerda lo que almorzó, si
ayer lo visitaron los familiares, si conversó con el médico hoy, etc.
Expresemos a continuación los datos de la investigación psicológica del enfermo B.K. con Síndrome
de Korsakov: Se dirige al psicólogo sin ningún interés, poniendo de manifiesto la falta de
orientación hacia un objeto de sus acciones. No puede cumplir las tareas que exigen tomar en cuenta
las experiencias anteriores. Así en la tarea de clasificación, forma muchos grupos homónimos (con
el mismo nombre). Cuando el enfermo formó dos grupos de animales y el experimentador llamó la
atención sobre esto, el enfermo se sorprendió: ¿"Y es posible que ya yo haya reunido los animales?".
Sin embargo, las tareas que no exigen el recuerdo de acciones anteriores son cumplidas
satisfactoriamente por el enfermo: explica correctamente el sentido figurado de los refranes, cumple
la tarea del "método de exclusión", aunque al cabo de 3 minutos no recuerda que cumplió.
Tal es el caso de pacientes con amnesia progresiva en las demencias, en la base de la cual descansa
una destrucción progresiva, cualitativamente peculiar de la corteza cerebral.
También se encuentran estas alteraciones en otros pacientes orgánicos y con retraso mental.
De los trabajos de A.N. Leontiev se conoce que el aporte del factor mediatizador en sujetos normales
mejoraba la reproducción de palabras. En los enfermos, frecuentemente no solo no cumple su
función sino que llega a ser un impedimento. Este hecho fue descrito por primera vez en 1934 por
G.V.Birembaum, quien investigando enfermos de diferentes patologías con ayuda del método del
pictograma, demostró que los enfermos pierden la posibilidad de mediatizar el proceso de recuerdo.
En esta metódica el investigado debe recordar palabras. Para recordar mejor él debe dibujar en el
papel algo que le ayudase posteriormente a la reproducción de las palabras propuestas. La
reproducción mediatizada por los dibujos debe efectuarse al cabo de una hora.
Por lo regular, los sujetos sanos, incluso con formación media incompleta, cumplen fácilmente la
tarea. Incluso en aquellos casos en que se presenta dificultad, es suficiente la explicación de como es
posible cumplirla, para que los investigados resuelvan correctamente la tarea propuesta.
El proceso de recordación tiene en su base el nexo lógico que se establece entre la palabra dada y el
dibujo mediatizador. El círculo de significados de la palabra es más amplio que lo que es posible
designar con el dibujo. Junto a esto, el significado del dibujo es también más amplio que el sentido
de la palabra; el significado del dibujo y de la palabra deberá concordar únicamente en alguna de sus
partes. Precisamente en esta posibilidad de captar lo más general en el dibujo y la palabra consiste
el mecanismo fundamental de la formación activa del significado condicionado.
Los enfermos recuerdan peor las palabras cuando ellos intentan recurrir a la mediatización. Así,
para un paciente esquizofrénico, para el concepto "trabajo pesado" dibuja un tiburón por comenzar
con la misma letra o para la palabra "amistad" dibuja dos triángulos. La tarea reproductiva es
sumamente difícil por basarse en nexos insustanciales.
Si aplicamos para la presentación del proceso del recuerdo mediato el esquema de A.N. Leontiev:
A-X-A, donde A significa la palabra a recordar y X lo establecido para el recuerdo de la relación, se
pone entonces de manifiesto que la alteración de los procesos mnésicos conduce frecuentemente a la
reproducción del tipo A-X-X o A-X-Y.
Así por ejemplo, para la mediatización del recuerdo de la palabra "paseo", el enfermo toma la tarjeta
en la cual está pintado un árbol y reproduce: "un árbol, parece un pino"; otra enferma para recordar
esta misma palabra toma la tarjeta con un cercado dibujado y explica: "Yo siempre paseo hasta el
cercado vecino" y reproduce la palabra "vecino".
Tanto en los enfermos con afecciones cerebrales como esquizofrénicos muestran alteraciones en la
memoria inmediata y mediata. Sin embargo, los pacientes orgánicos muestran alteraciones más
serias en la memoria inmediata, ya que la mediatización le favorece algo al proceso de recordación;
en cambio los esquizofrénicos presentan mayores dificultades en la memoria mediata en relación con
la inmediata, lo que demuestra que la mediatización obstaculiza el proceso de recordación.
La valoración de la memoria de estos enfermos en términos de: "la memoria del enfermo está
disminuida" o "la memoria no está alterada", es inadecuada. Realmente lo que se altera es su
aspecto dinámico, la actividad mnésica lleva un carácter discontinuo o intermitente.
Este carácter lábil lo podemos apreciar también en la técnica de Reproducción de relatos. Los
enfermos reproducen minuciosamente, con detalles el contenido de la fábula del relato y en caso
contrario les resulta de pronto imposible trasmitir incluso un argumento más fácil.
Los datos de este experimento mostraron que los sujetos recordaban mejor las acciones o tareas
inconclusas. La relación de las acciones reproducidas no terminadas (RNT) y la reproducción de las
terminadas (RT) era igual a 1,9:
RNT
------- = 1,9
RT
Esta regularidad se puede explicar: en cualquier investigado sano la situación de prueba provoca
alguna actitud personal hacia ella. En unos sujetos, la situación de experimento provoca el deseo de
probarse, de poner a prueba sus posibilidades. En otros sujetos la situación creaba un sentimiento
del "deber", de "urbanidad". Por último, un tercer grupo de sujetos querían demostrarse a sí mismos
que podían cumplir las tareas. Sea como sea, en cada investigado surgía algún motivo, por el cual él
cumplía la tarea. Ante la no conclusión de la acción o tarea esta motivación se queda irrealizada, se
crea una especie de activación afectiva, la cual se manifiesta en la reproducción.
La justeza del principio de que la actividad de la memoria es motivada ha podido observarse también
en la patología. El experimento explicado también se ha llevado a cabo en enfermos de diferentes
patologías de la esfera motivacional. En dependencia de la forma de estas alteraciones cambiaba
también la regularidad de la reproducción.
Así por ejemplo, en los enfermos de esquizofrenia (forma simple), en cuyo estado psíquico se denota
una indolencia emocional, una alteración de los motivos, se obtuvo el efecto de una peor
reproducción de las acciones inconclusas, siendo de 1,1. En los enfermos con síndrome asténico 1,2
y en los enfermos de epilepsia 1,8. En este último grupo se produce una rigidez de sets emocionales,
con hipertrofia de los mismos, se expresa una prevalencia de la reproducción de acciones
incompletas.
Si bien se ha destacado a través de una experiencia investigativa como los problemas motivacionales
afecta el proceso mnésico, esto también se evidencia en el análisis psicológico de los datos clínicos.
Así podemos ver la existencia de amnesia psicógena debida a situaciones de gran significación
emocional para un sujeto o el recuerdo constante de hechos pretéritos por sujetos neuróticos, donde
ha estado involucrada la insatisfacción de necesidades básicas como el afecto.
La psicología del pensamiento es uno de los campos más elaborados dentro de las ciencias
psicológicas, donde se observan posiciones teóricas divergentes. Un ejemplo actual de ellos es la
tesis según la cual el pensamiento puede ser reducido a los procesos informativos elementales, a la
manipulación de símbolos. El programa de solución de problemas en las computadoras ha
comenzado a ser propuesto en lugar de la teoría del pensamiento. Por eso, en el momento actual,
aparece una nueva tarea: el esclarecimiento, en el control de la búsqueda de solución de problemas,
de lo que es específicamente humano.
El pensamiento es considerado como el proceso por medio del cual llega a dominarse el sistema de
operaciones y conocimientos elaborados sociohistóricamente.
El pensamiento es un tipo especial de actividad humana, que se forma en la práctica, cuando ante el
hombre aparece la necesidad de resolver algún problema.
La actividad del pensamiento consiste, no solo en la capacidad de cognición de los elementos más
esenciales de la realidad, sino también en la capacidad de actuar con adecuación al fin propuesto. El
proceso del pensamiento es activo, tiende a un fin, está dirigido a la solución de una tarea
determinada.
Para la ejecución existosa de la tarea es necesario mantener constante el fin, desarrollar el programa,
comparar el transcurso de la ejecución con el resultado esperado.
Estas tesis fundamentales con respecto a la naturaleza del pensamiento deben ser colocadas en la
base del análisis de las distintas formas de alteraciones o desviación del pensamiento normal.
Las alteraciones del pensamiento son variadas y aparecen con mucha frecuencia en las enfermedades
psíquicas, siendo algunas de ellos típicas para una u otra enfermedad. Resulta difícil enmarcarlas
en un esquema rígido, aunque se pueden establecer tres tipos de alteraciones fundamentales:
La generalización es una consecuencia del análisis que descubre las relaciones esenciales entre los
objetos y fenómenos, pero también permite la posibilidad de establecer enlaces entre los propios
conceptos.
La generalización está dada en el sistema del lenguaje, en conceptos, que sirve a la trasmisión de la
experiencia de la humanidad y permite ir más allá de los límites de impresiones aisladas.
Las alteraciones del aspecto operacional toman formas diferentes, que pueden ser reducidas a dos
formas básicas de expresión:
La posibilidad de operar con rasgos generalizados caracteriza al pensamiento como una actividad
analítico-sintética.
La disminución del nivel de generalización consiste en que en los juicios de los enfermos dominan
las representaciones directas de los objetos y fenómenos; la operación con características generales
es sustituída por el establecimiento de relaciones puramente concretas entre los objetos.
Al ejecutar alguna tarea experimental, tales pacientes no están en condiciones de seleccionar, entre
todas las posibles características, aquellas que, de forma más completa, esclarecen el concepto. Por
eso, las alteraciones de tipo combinaciones concreto-situacionales se observan sobre todo al ejecutar
tareas en las cuales se modela o se evidencia la generalización.
De forma particularmente clara se pone en evidencia esta alteración con la metódica clasificación de
objetos. En esta experiencia, uno de los enfermos se negó a unir en un mismo grupo el gato con el
perro,"porque son enemigos"; otro paciente no unió a la zorra con el escarabajo, "porque la zorra
vive en el bosque, mientras que el escarabajo vuela". Las características particulares "vive en el
bosque", "vuela" determinan más los juicios de los pacientes, que la característica general "animal".
Cuando está muy manifiesta la disminución del nivel de generalización, a los enfermos se les hace
inaccesible la tarea de la clasificación; para dichos sujetos los objetos aparecen por sus propiedades
concretas tan diferentes; que no pueden ser reunidos. Inclusive, la mesa y la silla no pueden ser
incluídos en un solo grupo, ya que "en la silla se sienta, mientras que en la mesa trabaja y come".
Este método muestra también si el sujeto puede o no encontrar una formulación verbal correcta para
su fundamentación.
Veamos un ejemplo de cómo se expresa la disminución del nivel de generalización en esta metódica
o técnica: La enferma A.P.al presentarle la tarjeta con los objetos termómetro, reloj, balanza,
espejuelos, expresa "es necesario retirar el termómetro, ya que éste sólo lo necesita una persona
enferma".
Al presentar 4 objetos, 3 de los cuales se relacionan con fuentes artificiales de la luz (vela, bombillo
eléctrico, lámpara de queroseno) y 1 con la luz natural (el sol), expresa "sobra la lámpara, ella no es
necesaria porque inclusive en los lugares más apartados hay electricidad". Como se puede apreciar,
la enferma no destaca las propiedades esenciales de los objetos, sino que opera con enlaces
situacionales.
Cuando el experimentador le propone excluir la pierna, ya que es una parte del cuerpo, el paciente
sonrie y dice ")Por qué usted bromea, no lo entiendo, acaso se puede separar a la pierna? )Si el
hombre no tuviera pierna, para qué le haría falta entonces el calzado?
La interpretación de refranes y metáforas también, entre múltiples técnicas, puede revelar esta
alteración. Como se sabe, los refranes son un género del folklore, en los cuales la generalización, el
juicio general se trasmite a través de la representación de un hecho particular en una situación
concreta. El verdadero sentido del refrán sólo se hace comprensible cuando la persona se abtrae de
los hechos concretos que se mencionan en el refrán, cuando los fenómenos aislados concretos
adquieren un carácter de generalización.
La disminución del nivel de generalización se expresa en una incomprensión completa del sentido
figurado en una interpretación textual del refrán o metáfora, así, al paciente E.J. cuando se le pide
que explique el refrán "No te metas en camisa de once varas" dijo: ¿Por qué usar una camisa ajena?,
¿Cómo es posible esto? No está bien ponerse una camisa ajena. El experimentador alega: "Bueno, y
si una persona se metió en un asunto que no le correspondía, se puede utilizar este refrán". El
enfermo: "No, no puede ser, aquí se le habla de una camisa, de que otra cuestión puede ser".
De esta forma, la comparación de los datos obtenidos con la ayuda de distintos métodos (la
clasificación de objetos, el método de exclusión, la interpretación de refranes) puso en evidencia, en
una serie de pacientes (epilépticos y oligofrénicos) la alteración del proceso de generalización: el
carácter concreto-situacional de su razonamiento, la ausencia de comprensión del sentido figurado,
del artificio. Los datos demuestran que los pacientes no están en condiciones de extraer las
características esenciales de los objetos, que no pueden describir las relaciones significativas exis-
tentes entre ellos.
Las alteraciones del sistema de abstración y generalización pueden adquirir otras características, que
vienen siendo como las contrarias de las que hemos descrito.
Si los juicios de los enfermos descritos con anterioridad no van más allá de los límites de relaciones
aisladas y particulares, en cambio, en los enfermos sobre los que se hablará ahora, el "vuelo" desde
los enlaces concretos, se manifiesta de una forma en extremo exagerada. Sus juicios reflejan sólo un
aspecto casual de los fenómenos, y no las relaciones esenciales entre los objetos.
Al resolver las tareas se actualiza asociaciones sin ninguna relación con la experiencia concreta del
enfermo. Las relaciones -con las cuales opera el paciente- no reflejan ni el contenido de los
fenómenos ni las relaciones significativas entre ellos. Así, por ejemplo, al ejecutar la tarea de
clasificación de objetos, los enfermos se orientan por características en extremo generales,
inade-cuadas a las relaciones reales entre los objetos. Por eso tenemos que el enfermo A.P. une el
tenedor, la mesa y la pala según el principio de "dureza"; y el hongo, el caballo y el lápiz, los pone
en un mismo grupo según el principio de enlace de "lo orgánico con lo inorgánico".
Tales alteraciones de la actividad del pensamiento son denominadas como distorsión del proceso de
generalización. Son, sobre todos, frecuentes en los enfermos esquizofrénicos (67.1% según B.W.
Zeigarnik) en la forma de evolución alucinatorio-paranoide, pero pueden ser observadas también en
otras formas de enfermedad.
Enfermos como éstos viven en el mundo de sus vivencias delirantes, se interesan poco por la
situación real, intentan enfocar los fenómenos insignificantes, comunes, desde el punto de vista de
las "posiciones teóricas".
Así por ejemplo, en la técnica de definición de conceptos, un enfermo habla del escaparate como
"una parte limitada del espacio", define la palabra reloj como "un medidor en relación con una
propiedad determinada de la materia. ¿Cómo se llama esto en folosofía? ¿Atributo?"
Tal alteración se manifiesta de forma no menos acentuada en la metódica comparación de conceptos,
también llamada semejanza y diferencia.
Los enfermos acercan cualesquiera relaciones, inclusive si no son adecuadas a los hechos de la vida
concreta, en cambio, las diferencias y semejanzas reales entre los objetos no son tomados en cuenta.
El carácter falto de contenido de los juicios de los enfermos aparece de forma clara a la hora de
aplicar el pictograma. El sujeto debe recordar 14 palabras y frases. Para una mejor recordación
debe dibujar en un papel algo que le ayude posteriormente a reproducir las palabras presentadas.
Creyendo que se investiga su memoria (lo que es cierto), el experimentador estudia,
fundamentalmente, las particularidades del pensamiento, tanto en la capacidad de simbolizar la
palabra dada a través del dibujo como en la explicación del vínculo lógico entre el dibujo realizado y
la palabra dada.
Así en un paciente con distorsión en el proceso de generalización, para recordar las palabras "viento
cálido", dibuja 2 triángulos y para recordar la expresión "comida sabrosa",2 círculos. Otro paciente
con esta alteración dibuja para la palabra "separación" una serpiente porque comienza con s.
Si para los enfermos con disminución del nivel de generalización, la tarea de componer el
pictograma resulta difícil a causa de que ellos no pueden abstraerse de los distintos significados
concretos de las palabras, en cambio, los enfermos que estamos describiendo realizan esta tarea muy
fácilmente; ellos pueden formar cualquier enlace, el convencionalismo del dibujo se hace tan
amplio y sin relación con el objeto, que no refleja el contenido real de la palabra, cuya recordación él
debe mediatizar a través del dibujo.
No es posible conocer la estructura de las operaciones del pensamiento, sino analizamos éste como
proceso, es decir concibiéndolo como un acto que tiene un determinado comienzo, un transcurso y
un final. Inclusive fenómenos psíquicos elementales como la percepción son procesos en el sentido
que transcurren en el tiempo, gozan de una dinámica variable y se realizan como una ocupación
activa del hombre.
Incluso las alteraciones que se encuentran con más frecuencia no son las relacionadas con la
alteración del proceso de generalización, sino las que tienen un carácter dinámico.
En la literatura sobre el tema aparecen pocos trabajos referidos a las alteraciones dinámicas del
pensamiento.
Es importante subrayar que esta inconsecuencia o variación se presenta en enfermos en que el nivel
de generalización no está disminuido, por lo que la solución fallida de la tarea intelectual o de
determinados problemas no está determinada por un problema operacional. Las operaciones de
comparación, de analogía no están alteradas, los enfermos pueden generalizar correctamente el
material.
Estas oscilaciones dependen, por tanto, no de la complejidad del problema a resolver sino de la
extenuación del neurodinamismo cortical de los enfermos, por lo que esta alteración se puede
encontrar en enfermedades vasculares del cerebro, en traumas craneales, en la arterioesclerosis y en
cuadros asténicos de origen psicógeno.
Los ejemplos presentados muestran que en estos casos las oscilaciones de la actividad intelectual de
los enfermos se manifiestan en la alteración de soluciones generalizadas y situacionales. La
ejecución de las tareas al nivel de las soluciones generalizadas no resultó ser un modo estable en los
pacientes. Su corrección a partir de los señalamientos del experimentador o de su propia advertencia
evidenciaron que en ellos no existía tal disminución del nivel de generalización.
Las alteraciones dinámicas del pensamiento resultan ser no sólo la manifestación de la extenuación o
fatiga del sistema nervioso producto de lesiones orgánicas, sino que en la base de algunas de ellas se
encuentra al cambio patológico de la movilidad de los procesos nerviosos. Tal es el caso de lo que
en la clínica se denomina "fuga de ideas" del enfermo maníaco.
El término fuga de ideas indica un aumento de la labilidad del pensamiento. Cada nueva impresión
moviliza sus imágenes y sus ideas, sucediéndose tan rápidamente unas a otras, que los pacientes no
pueden registrarlas en su lenguaje. Los enfermos no tienen tiempo de terminar una idea cuando ya
pasan a otra, a veces mencionan sólo palabras sueltas.
Por regla general, resulta difícil que el paciente concrete su atención en la situación experimental.
En estos sujetos no están con frecuencia alteradas las capacidad de interpretar la situación y la
posibilidad de análisis y síntesis; sin embargo, al ejecutar cualquier tarea aparece la gran superfi-
cialidad de sus juicios. Reflexionan poco sobre las preguntas que se les dirigen, no captan el sentido
de la tarea.
Al relacionar frases con refranes, los pacientes hipomaniacos seleccionan a menudo la frase por el
parecido con las palabras, y no por el sentido de éstas, aunque, en esencia, les es accesible esta
operación intelectual. Si se dirige la atención de ellos hacia lo incorrecto de las respuestas, corrigen
sus errores con facilidad.
Pero no sólo la superficialidad de los juicios es lo que caracteriza el pensamiento del paciente
maníaco. También las asociaciones que surgen tienen un carácter caótico y casual y no se inhiben.
Cualquier imagen aparecida, cualquier vivencia emocional, obtiene su reflejo en el habla de los
pacientes.
Por ejemplo una paciente explicó el refrán: "No todo lo que brilla es oro" de la forma siguiente:
"Oro, es un magnífico reloj de oro que me regaló mi hermano, que es muy bueno conmigo; cuando
estudiábamos juntos peleábamos, pero después hacíamos las paces. A mi hermano le gustaba mucho
el teatro...etc."
Como se ve, cualquier palabra del refrán provoca una cadena de asociaciones.
En las tareas intelectuales propuestas a estos enfermos les fue posible captar su sentido, más aún,
lograron ejecutarlas al nivel de generalización, pero cualquier estímulo provocaba distintas
asociaciones y a menudo los distraía de la tarea directa. Con la ayuda rectora del psicólogo, la
producción intelectual del paciente podía con frecuencia ser adecuada a los fines propuestos (al
final, los sujetos resolvían correctamente tareas), pero toda la marcha de los juicios al ejecutar la
tarea, resultaba inadecuada.
Al igual que la labilidad tiene en su base una alteración de la movilidad de los procesos nerviosos,
en este caso una penosa movilidad, que no le permite al paciente cambiar el modo de trabajo, variar
la marcha de sus juicios, pasar de un tipo de actividad a otro. En su base está la inercia de los
enlaces de la experiencia pasada.
Estas alteraciones se encuentran con frecuencia en los epilépticos, en sujetos con secuela tardía de
traumas graves del encéfalo y en algunas formas de retraso mental.
En la clínica esta alteración se conoce como "viscosidad del pensamiento". Esta inmovilidad del
proceso del pensamiento llevaba al final de cuentas, a que los pacientes no lograran resolver tareas
elementales, si estas últimas exigían pasar de una cosa a otra. Por ejemplo, el enfermo S.N., en el
pictograma, donde tiene que mediatizar su proceso de recordación y reproducción de palabras con la
ayuda de dibujos, lograba idear representaciones convencionales para la representación de la palabra
si podía dibujar "una persona", y no lo lograba, en aquellos casos en que le parecía inapropiado,
dibujar "una persona".
Esta misma dificultad en la movilidad se observa en la exclusión de objetos. El paciente S.N. ante la
lámina, en la cual están representados la mesa, la silla, el diván y la lámpara de noche, declara:
"Naturalmente, todo esto es mueble, esto es seguro, mientras que la lámpara no es mueble. Pero es
que en la mesa debe haber una lámpara, sobre todo si es por la noche o por lo menos hay oscuridad.
En invierno oscurece temprano, por eso es mejor separar el diván, ya que hay silla se puede pasar sin
el diván".
Ante el señalamiento del psicólogo: "Pero es que usted mismo dijo que la lámpara no es mueble", el
enfermo responde: "Por supuesto, eso es correcto hay que separar los muebles, pero es que la
lámpara es de mesa, es para colocarla en la mesa. Yo podría separar el divancito".
A pesar de que el sujeto no solo comprendió, sino que inclusive señaló el principio de generalización
(mueble); él en la acción real volvía una y otra vez a la misma característica: "la lámpara es de mesa,
debe estar sobre la mesa". El enfermo no puede dejar de cambiar el tipo de solución encontrado.
A causa de una inercia tal de los enlaces de la experiencia anterior, los pacientes, con frecuencia, al
ejecutar la tarea no omiten ni un solo detalle, ni una sola propiedad de los objetos y, como resultado,
no alcanzan, inclusive, la generalización elemental. De esta tendencia a la precisión del deseo de
abarcar toda la multiplicidad de relaciones factibles al darle solución a cualquier problema, conduce
al detallismo superfluo, a la "viscosidad del pensamiento".
Esta reacción retardada, esta imposibilidad de cederle rápidamente el lugar, en dependencia de las
condiciones externas, a un estímulo con relación al otro, expresa la inercia del neurodinamismo
cerebral.
La fuente de la acción del hombre son las necesidades, que aparecen como resultado de su actividad
socio-histórica. La necesidad consciente por el hombre, aparece para él en forma de fines y
problemas vitales concretos. La actividad dirigida a alcanzar estos fines y a la solución de los
problemas dados, es regulada y corregida por el pensamiento. Por tanto, la idea, despertada por la
necesidad, se convierte en reguladora de la acción; para que el pensamiento pueda controlar la
conducta, éste debe estar dirigido a un fin, ser crítico, estar motivado desde el punto de vista de la
personalidad.
Nuestra percepción del mundo siempre incluye una actitud determinada por el sentido que tenemos
de él, así como de su significado objetivo concreto.
Un fenómeno, objeto o suceso, pueden, en condiciones vitales diferentes adquirir sentidos diferentes,
aunque los conocimientos acerca de ellos sean los mismos.
Junto a la actualización de las propiedades, los rasgos, las relaciones entre objetos y fenómenos
-condicionados habitualmente por la experiencia pasada- pueden surgir también enlaces y relaciones
inadecuadas (desde el punto de vista de nuestra representación del mundo) que adquieren sentido
sólo gracias a las actitudes y motivos distorsionados de los enfermos.
También se denomina multiestratificación del pensamiento. Consiste en que los juicios de los
enfermos acerca de cualquier fenómeno discurren en distintas dimensiones. Los pacientes pueden
generalizar bien pero al mismo tiempo los enfermos no ejecutan la tarea en la dirección exigida, sus
juicios transcurren siguiendo cursos diferentes. No se trata de una inconsistencia de los juicios
donde se altera la capacidad de trabajo intelectual durante cierto período de tiempo y que se
recupera posteriormente, y donde no se pierde la adecuación de la actividad del pensamiento a fines
propuestos aún cuando la solución se realice a un nivel concreto-situacional. Se trata de que el
paciente soluciona la tarea intelectual, unas veces sobre la base de las cualidades de los objetos y
otras, sobre la base de gustos personales, de actitudes, de apreciaciones morales y teórico- generales,
etc.
De esta manera, el paciente pierde la finalidad de la tarea, no porque se haya extenuado, sino porque
la realiza a partir de sus gustos personales y recuerdos.
Lámpara de queroseno, vela, Hay que separar el sol, es una luz natural,
bombillo eléctrico, sol. lo restante es luz artificial.
Como se aprecia la enferma es capaz de ejecutar la tarea a nivel generalizado; excluye el sol como
luz natural, pero inmediatamente, aporta también los espejuelos sobre la base de su gusto personal.
Sobre la misma base separa también el paraguas.
Como resultado de la coexistencia simultánea de diferentes enfoques de la tarea, los juicios, las
definiciones y las conclusiones del enfermo no constituyen una ejecución planificada de la tarea.
Al ejecutar cualquier tarea, hasta las más sencillas, estos pacientes pueden enfocarla, no desde las
posiciones concretas del experimento, sino regida por sus síntomas psicóticos (ideas delirantes,
indiferencia afectiva, etc.) y/o por sus actitudes morbosas.
b) Racionalización.
La alteración del componente motivacional puede ser visto a través de la racionalización, que es
definida clínicamente como la tendencia a la elucubración improductiva.
Lo que predomina en esta verborrea sin sentido no es el trastorno del aspecto operacional, como
algunos han pensado, sino el cambio de la posición del enfermo con respecto a lo que le rodea y la
autovaloración inadecuada. Esto se expresa en la inadecuación afectiva en relación con la situación
del objeto de razonamiento, en la actitud valorativa, pretenciosa del enfermo hacia el objeto que
enjuicia.
A través del pictograma, buscando en la recordación mediatizada un enlace para la palabra
"riqueza", una enferma dibujó un libro, explicando: "El libro representa una riqueza del intelecto. El
libro de la humanidad. ¿Qué puede ser superior a esto? Yo considero que no hay nada superior a
esto".
Para recordar la palabra "felicidad", otra enferma razona: "¡La riqueza, la felicidad, la tristeza! Yo
dibujaría una flor. Yo amo las flores. ¡La felicidad! A ella no se le puede representar ni en el papel
ni en dibujo alguno. Nadie ha podido escribir todavía en que consiste la felicidad completamente..."
No es casual que tales expresiones racionalizadas aparezcan en estas metódicas, en las que se logran
crear las condiciones para poner en claro la elevación del nivel de aspiraciones y de la
autovaloración, cuando el sistema distorsionado de relaciones puede actualizarse fácilmente.
Esta alteración se encuentra presente en pacientes psicóticos y con menos frecuencia en trastornos
menores como los trastornos de la personalidad.
La alteración del componente motivacional del pensamiento puede aparecer cuando se pierde el
control constante sobre las propias acciones y la corrección sobre los errores cometidos.
El concepto de criticismo en psicopatología se refiere a la actitud crítica del paciente hacia sus
vivencias morbosas (delirios, alucinaciones, ansiedad, etc.). Aquí el término se refiere a la capacidad
de actuar premeditadamente, de comprobar y corregir las propias acciones en correspondencia con
las condiciones objetivas. Al aplicar las metódicas se pone en evidencia un grupo especial de
errores, que pueden ser caracterizados como una manipulación irreflexiva de los datos y condiciones
de la tarea.
Así por ejemplo, en la metódica de clasificación de objetos, el enfermo T.P. no presta atención a la
consigna, le echa una mirada superficial a las tarjetas y comienza a distribuir las tarjetas en grupos,
sin ningún tipo de comprobación sobre su acción. Colocó en un grupo las tarjetas que estaban
juntas: el oso, el termómetro, la pala, el armario; en otro grupo reunió las tarjetas que estaban en la
periferia: el pájaro, el hongo, el velocípedo, etc.
La conducta irreflexiva de estos pacientes también quedó demostrada cuando a P.M. se le mostró
una serie de láminas que representaba el ataque de los lobos a un niño que se dirigía a la escuela;
observando apenas la lámina respondió: "El muchacho se subió en el árbol, seguramente quiere
coger manzanas". El psicólogo: "Observe con más atención". El enfermo: "El muchacho se salva de
los lobos".
Por lo tanto, los pacientes pueden comprender las condiciones de la tarea y actuar en contradicción
con dicha comprensión.
Cuando el experimentador les señala los errores los pacientes los reconocen pero puede ser que, no
los corrijan y se muestren indiferentes hacia aquello que hacían.
Esta actitud indiferente hacia sus errores alcanzaba en algunos pacientes la forma más absurda. Por
ejemplo, un enfermo que conservaba el hábito del cálculo, al sacar la cuenta de la edad de su hija
cometió un error tan grosero que la hija resultaba dos años más joven que él. Cuando el
experimentador le llamó la atención sobre ésto, él sin inmutarse respondió:"Todo puede ser".
Esta alteración es evidente en sujetos con lesión en el lóbulo frontal y, en segundo lugar en
pacientes esquizofrénicos. También puede aparecer en sujetos con otras afectaciones orgánicas:
Trauma craneal, parálisis progresiva.
Se puede decir que las alteraciones de la criticidad del pensamiento, se salen en esencia de los
límites de las alteraciones de los procesos cognoscitivos, debiendo considerarse como la
imposibilidad de concientizar y valorar la propia conducta en total o sea, como una no criticidad
hacia la propia personalidad, como una consencuencia de la alteración de la subordinación al control
de la conducta (autocontrol) en el amplio sentido de la palabra.
Aunque no es posible reducir los estados psíquicos a las vivencias, ellas ocupan en éstos un
significativo lugar. En el campo de los estados psíquicos, como en el de los procesos, se mantiene la
clasificación universalmente admitida en estados cognoscitivos, emocionales y volitivos.
También se puede hacer otras consideraciones, tenemos:
2. Estados más profundos y más superficiales: por ejemplo, el estado de pasión y el estado de ánimo.
3. Estados que actúan sobre el hombre positiva o negativamente: por ejemplo, la apatía y la
inspiración.
Existen otros estados psíquicos: de tensión, sugestiibilidad, frustración, ansiedad, etc. que también se
presentan en personas normales.
Otros son los estados patológicos, que son estudiados por los psiquiatras y psicólogos clínicos, y que
se pueden considerar como síntomas de diversas enfermedades. En la práctica habitual, la diferencia
entre un estado normal (Ej. ansiedad o depresión) y uno patológico se realiza fundamentalmente en
base a criterios externos, descriptivos. Se plantea entonces que un estado es patológico o representa
un síntoma (ej. ansiedad patológica) cuando es más intenso, más duradero, más frecuente y cuando
repercute en la adaptación social de la personalidad.
En este sentido señala A. Rodríguez: "La ansiedad en el sujeto normal se describe como un temor
expectante, en que el elemento o situación que lo produce no se ha presentado completamente o no
se ha definido completamente o no es conocida en todos sus detalles, el sujeto aún no puede actuar
con respecto a ella, y los resultados finales son inciertos y potencialmente peligrosos para el sujeto,
bien física o psíquicamente. Esta situación, debe además producir una reacción similar en una
mayoría de la población o grupo social del sujeto. La ansiedad se considera patológica cuando por su
intensidad desorganiza la conducta en general del sujeto, o cuando siendo menos intensa, altera las
condiciones psicológicas del individuo y sus reacciones personales y sociales, y/o cuando el paciente
no sabe el por qué de su estado emocional...".
Refiriéndose a la depresión, apunta H. Hernández"...Una madre que pierde a su hijo debe sentirse
triste, llorosa, recordarlo con dolor, estado de duelo, que puede durar hasta varios meses, y que no es
subsidiario de tratamiento psiquiátrico. Pero si esta misma madre presenta síntomas psiquiátricos, es
decir, hay una modificación tanto cuantitativa como cualitativa de esta tristeza normal, sí debe ser
atendida por el psiquiatra. Esto que aparece ser una verdad de perogrullo no es seguido en la
práctica, y vemos que en la consulta de psiquiatría, asisten personas que son "tratadas" por
manifestaciones normales consecutivas a contingencias ambientales".
Como vemos, los límites son imprecisos y fenomenológicos. A nuestro juicio la diferenciación
fundamental estaría dada por la manera en que ese estado afecte a los procesos psíquicos y a la
personalidad y a su vez si obedece o no una alteración de ésta.
J. Grau destacó desde el punto de vista conceptual y empírico tres formas fundamentales de ansiedad
(personal, situacional y patológica) y cómo se diferencia una de otra no sólo por sus manifestaciones
clínicas, sino por su diferente estructura psicológica, por su dinámica e influencia sobre los procesos
psíquicos y la conducta.
Consideró que la ansiedad patológica es ante todo una alteración de la personalidad, una alteración
de la actividad del hombre, íntimamente relacionada con determinados trastornos de los procesos
psíquicos, del autocontrol de la conducta, con la distorsión de la autovaloración y la inefectividad de
los mecanismos de autorregulación de la personalidad".
La ansiedad personal sobresale como una particularidad de la personalidad, como una predisposición
o un rasgo; la situacional se manifiesta como un estado temporal reactivo ante determinadas
circunstancias estresantes, y la ansiedad patológica, que se expresa como un síndrome,
especialmente en las enfermedades neuróticas.
Existe una interacción entre ellas: La ansiedad personal facilita el surgimiento y manifestación de la
ansiedad situacional en un determinado individuo, al tiempo que los estados repetidos de tensión y
ansiedad influyen en la formación de los rasgos ansiosos de la personalidad. Los estados
patológicos surgen y se desarrollan más fácilmente en personas altamente ansiosas, predispuestas a
una ansiedad situacional repetida.
Junto con J. Grau hemos constatado en nuestras investigaciones, que los estados de tensión,
frustración y ansiedad, entre otros, se encuentran genéticamente, vinculados en el proceso de
desorganización patológica de la personalidad en la neurosis.
Ansiedad patológica
Repercusión en los procesos psíquicos: Distorsión de todos los procesos psíquicos. Incremento de
las fantasías, confusión de pensamientos e ideas con hechos reales, alteraciones en la memoria
mediata e inmediata, distorsiones perceptuales.
Tipo de mecanismos de autorregulación: Inclusión directa de las vivencias en los procesos psíquicos
y la dirección de la conducta.
Ansiedad situacional
Caracterización clínica: Menos síntomas, unilateralidad de las quejas (directamente relacionadas con
la situación amenazante).
Estructura vivencial: Menos compleja. Predominan vivencias de miedo o expectación de un peligro
próximo más “definido”.
Dinámica: Comienzo brusco con poca estabilidad. Disminuye cuando desaparece o cambia la
connotación de la situación amenazante.
Ansiedad personal
Han habido intentos de superación de estas posiciones, como los de E.Fromm, G. Allport y otros, al
seleccionar una serie de cualidades de la personalidad que pueden ser llevadas al círculo de las
normales. Allport distingue una serie de mecanismos psicológicos que son propios de la
personalidad normal, a los que llamó anabólicos, en contraposición a los catabólicos, que son los que
caracterizan a la personalidad patológica:
Es por ello que preferimos seguir los criterios que sobre la personalidad normal emiten
A.N.Leontiev, B.W.Zeigarnik y F. González.
En este sentido, nos parece adecuado el énfasis en diferentes formaciones integradoras, que tienen
un carácter funcional, dinámico, tales como el sistema de motivos, la proyección temporal, la
autovaloración, etc.
Estas formaciones no constituyen orientaciones aisladas, sino que guardan una estrecha relación
entre sí en el contexto de comprender la personalidad como una integridad, "rica" de complejas
síntesis de contenidos y regularidades psicológicas, que están en la base del comportamiento activo
y creador del sujeto sobre la realidad en que vive.
En la etapa actual de las investigaciones resulta muy difícil proponer una clasificación ya establecida
de las alteraciones de la personalidad, a pesar de que en los últimos años, el cúmulo de
investigaciones y trabajos teóricos ha crecido extraordinariamente. La sistematización sería aquí
prematura.
Nos detendremos en aquellas alteraciones cuyo análisis es posible hacer a partir de los conceptos
teóricos más elaborados en la psicología materialista dialéctica.
Pero antes veamos que entiende Zeigarnik por alteraciones de la personalidad: "Hablamos de
cambios en la personalidad cuando, por influencia de la enfermedad se estrechan en el paciente los
intereses, disminuyen las necesidades, cuando se vuelve indiferente hacia aquello que antes lo
inquietaba, cuando sus acciones pierden su finalidad, cuando sus actos se hacen ilógicos, cuando el
hombre deja de regular su conducta y no está en condiciones de valorar adecuadamente sus
posibilidades".
Tampoco concebimos la personalidad como una suma de rasgos nucleados, que de manera directa y
automática regulan la conducta del hombre al enfrentar determinadas situaciones.
Partimos de una clasificación de las alteraciones de la personalidad brindada por Zeiganirk, la cual
fue ampliada a partir de las alteraciones encontradas por nosotros al investigar en pacientes
neuróticos.
Hasta los tiempos actuales el cambio de los motivos se ha investigado por los psicólogos en el curso
del desarrollo ontogenético del niño o ha sido provocado experimentalmente. Sin embargo, el
cambio de los motivos lo observamos frecuentemente en las personas que sufren de algunas formas
de enfermedades psíquicas.
En toda la jerarquía motivacional existen motivos rectores y otros que pueden estar subordinados o
no a los rectores. La jerarquía motivacional puede ser más o menos amplia y es relativamente
estable y esto condiciona una estabilidad relativa de toda la personalidad.
El material patológico permite seguir la regularidad de las alteraciones de la esfera motivacional del
hombre. Así, por ejemplo, vemos como el alcoholismo puede producir una alteración de la esfera
personal del enfermo; N.V. antes de la enfermedad era un hombre vivo, comunicativo, con talento
artístico. Era actor, admirado por los espectadores, tenía muchos amigos. Como resultado de la
embriaguez disminuyen estos intereses, cambian sus rasgos caracterológicos, deja de cuidar de sí
mismo, tiene dificultades en el trabajo, de donde lo separan en dos ocasiones, comienza a ser otro el
aspecto moral del enfermo. Llega a vender ropa suya y de la mujer, se siente autosatisfecho, va
disminuyendo la crítica, disuade a otros enfermos de su curación.
La investigación experimental no descubre serias alteraciones en los procesos cognoscitivos. Sin
embargo, en la prueba "nivel de pretensiones" se encuentra una autovaloración elevada, el sujeto
selecciona siempre problemas complejos a pesar de tener fracasos reiterados.
Esta necesidad adquiere una estructura de afición, de vicio, tiene que ser satisfecha de forma directa,
comienza a ser cada vez menos mediatizada.
Aunque el motivo principal que dirige la actividad del enfermo comienza a ser la satisfacción de la
necesidad del alcohol, algunas veces en los enfermos alcohólicos se manifiesta el deseo de trabajar,
la tendencia a la comunicación con los anteriores amigos, el enfermo realiza algunas acciones
dirigidas por la anterior jerarquía de motivos, pero todas estas incitaciones no llevan un carácter
firme.
Se expresa una necesidad patológica de afecto que tiene un carácter rector, y que exige ser
gratificada de forma inmediata e incesantemente, en algunas ocasiones, incluso a través de activi-
dades que tienen un carácter social (queriendo destacarse en el estudio, trabajo, etc.)
Esta necesidad autónoma de afecto no se vincula adecuadamente con las tendencias orientadoras,
conscientes de la personalidad.
En la jerarquía motivacional del neurótico las necesidades de afecto, comprensión, apoyo y
seguridad alcanzan una dimensión patológica.
La patología de los motivos se puede enfocar desde otro aspecto más: el de la interrelación de sus
funciones incentivadora y formadora de sentido.
Sin embargo, en determinadas condiciones los motivos "conocidos" pueden pasar a ser directamente
vigentes, actuantes.
Precisamente esta confluencia de ambas funciones del motivo puede dar a la actividad del hombre
un carácter conscientemente regulado. El debilitamiento y la alteración de estas funciones (la
incentivadora y la formadora de sentido) conducen a alteraciones de la actividad.
Esto se manifiesta en unos casos en que la función formadora de sentido del motivo se debilita, el
motivo se convierte en "conocido" solamente. Así, el enfermo sabe que a los allegados hay que
tratarlos bien; sin embargo, ofende y golpea a su madre.
En otros casos, aparece una reducción, un estrechamiento del círculo de formaciones de sentido.
Esto se expresa en que el motivo, conservando hasta un conocido grado su fuerza incentivadora,
atribuye sentido a un círculo relativamente más pequeño que antes de la enfermedad. Como
resultado, mucho de lo que tenía antes para el enfermo sentido personal (por ejemplo, estudio,
trabajo, amistad, actitud hacia los padres, etc.) lo va perdiendo poco a poco. Como resultado, se
pierde también la fuerza incentivadora del motivo.
Lo vemos en un paciente esquizofrénico, cuando cometiendo una multitud de errores señaladas por
el psicólogo en el cumplimiento de la tarea "exclusión de objetos", no intenta corregir el error.
Cuando se le señala la equivocación, está de acuerdo, pero no modifica su respuesta. Se hace
imposible provocar una disposición hacia el cumplimiento correcto de la tarea, hacia el producto de
su trabajo.
Otro caso es el de K.N. (enfermo con afección de los lóbulos frontales del cerebro), quien por
recomendación médica comenzó a trabajar en talleres de terapia laboral. Se lanzaba con entusiasmo
a cualquier trabajo, incluso al más pesado. Sin embargo, cumpliendo por indicación tareas aisladas,
nunca se interesaba por los resultados del trabajo en general, no velaba por la calidad del asunto que
cumplía. Frecuentemente, después de comenzar algún trabajo, salía a fumar y luego no regresaba al
taller. También estropeaba el material, no porque él no pudiera utilizarlos, sino a consecuencia de
una actitud irreflexiva, irresponsable hacia el asunto, no se ponía bravo ni se ofendía cuando el
terapeuta o los compañeros le regañaban por su descuido en el trabajo.
Los juicios ilógicos, la seguridad plena en el cumplimiento de la tarea, lo cual conduce a una no
asimilación ni aceptación de la ayuda ofrecida, a la incapacidad de planear y ejecutar un plan de
acción que conduzca a la solución correcta de las tareas, con absurdos y groseros errores en su
cumplimiento, caracterizan la acriticidad de estos pacientes.
4. Alteración de la autovaloración.
La autovaloración en las primeras etapas de la vida depende de la valoración que hacen los adultos,
en particular, de la familia.
De acuerdo a como un sujeto se valore a sí mismo, sus posibilidades de enfrentar un problema, sus
actitudes hacia las distintas esferas de la vida, esto ejercerá una notable influencia en su
comportamiento.
A partir de los trabajos desarrollados por Y.A Serebryakova y M.S.Neymark y por el autor, se
pueden establecer varias alteraciones de la autovaloración:
El sujeto se plantea un nivel de aspiración alto que mantiene a pesar de que no ha tenido los logros
necesarios en su vida o no tiene las posibilidades para alcanzar dichas metas.
En metódicas experimentales como las desarrolladas por Hoppe, se puede considerar la elección
inicial de problemas de máxima dificultad (nivel de pretensión alto), unido a una reacción
inadecuada al fracaso ya que se mantiene resolviendo problemas de igual o superior dificultad al no
resuelto. Cuando fracasa en la solución de los problemas muestra un afecto de inadecuación:
inculpa a otros, se justifica, etc.
En técnicas de autoimagen, como puede ser un diferencial semántico elaborado a tal fin, se ubica
siempre en el paso que indica la presencia de los atributos en su expresión más deseable socialmente.
El sujeto se plantea un nivel de aspiración pobre, pocas metas, pues cree no tener las posibilidades
para alcanzar éstas u otras metas o bien no es capaz de reconocer los éxitos alcanzados en la vida.
En tareas cognoscitivas, reacciona inadecuadamente ante el éxito, manteniendo un nivel de
aspiración similar o más bajo. Ante el fracaso, reacciona inculpándose, con colorido emocional
deprimido.
En metódica, como las de Dembo-Rubinstein tienden a ubicarse en los puntos más bajos de los
diferentes atributos, considerándose nada o poco inteligente, etc.
Se puede establecer esta categoría cuando en la metódica nivel de pretensiones no se encuentra una
dependencia de la tarea seleccionada con el éxito o fracaso de la tarea anterior. No se forma ningún
nivel de aspiración, no se establece una adecuada autovaloración de las potencialidades de los
sujetos. Las declaraciones de los enfermos no presentaban colorido emocional y no expresaban
molestias cuando el psicólogo hacía hincapié en sus fallos.
Puede ser reconocido además cuando el sujeto refiere de forma directa qué no sabe como es, que
nunca ha pensado sobre ello.
Esta alteración puede encontrarse en afecciones orgánicas cerebrales, algunas formas clínicas de
esquizofrenia, en el retraso mental.
En las investigaciones realizadas con pacientes neuróticos hemos constatado una marcada
discrepancia entre el nivel de pretensiones y el nivel de logros, que se expresa fundamentalmente,
por la tendencia a situar su nivel de aspiraciones muy por encima de su nivel de posibilidades reales,
lo que indica una autovaloración inadecuada. Hay una tendencia a la subvaloración en los atributos
salud, confianza en sí mismo y felicidad y a la sobrevaloración en carácter, relaciones sociales y
aspiraciones en la vida.
En los sujetos normales la proyección presente -futuro positiva resulta sumamente frecuente. En toda
enfermedad mental siempre se altera la dimensión temporal. Por ejemplo, los pacientes psicóticos
viven proyectados generalmente hacia el presente inmediato con una carga de indiferencia afectiva,
depresión u otro estado psíquico desagradable.
Los pacientes neuróticos están proyectados al pasado conflictivo con repercusión en el presente,
siendo pobre la proyección al futuro, lo cual se hace evidente por la ausencia o vaguedad de los
planes trazados para el futuro. Esto ha sido examinado en técnicas indirectas como el Cuestionario
de la figura humana,
las historias de la Prueba de Información Reveladora (PIR) y en directas, como la entrevista.
Si bien ha sido planteada a partir de nuestra experiencia con sujetos neuróticos, presumimos que se
debe dar en cualquier enfermedad mental.
En la neurosis se expresa como una incapacidad para el enfrentamiento de los conflictos, los cuales
no se solucionan, vivenciándolos el sujeto intensamente, creándole estados de tensión, infelicidad,
depresión, etc. Existe, por otro lado, la creación de conflictos a partir de la personalidad patológica.
Aparecen tanto conflictos intrapsíquicos como "externos", (divergencia de opiniones, normas, etc.,
con otras personas), entre las que se destacan los conflictos: entre la necesidad de afecto y el rechazo
a las personas, entre el deseo y el deber, entre las necesidades a resolver y la pobre
autodeterminación personal para satisfacerlas.
En la neurosis existe una pobre autodeterminación consciente, dada por la reducción y jerarquía
inferior de las tendencias orientadoras dentro de la esfera motivacional. La motivación inconsciente
juega un importante papel en la determinación de la conducta y la sintomatología.
Estas tres últimas alteraciones planteadas por el autor complementan la clasificación brindada por
Zeigarnik y han sido consideradas por primera vez en sujetos neuróticos.
Introducción
Claro está: la descripción exacta y detallada de los síntomas psicopatológicos ha sido una etapa
completamente imprescindible del devenir de los conocimientos psiquiátricos. Pero en el tránsito
hacia el conocimiento de la esencia y de las causas de uno u otros síntomas no son suficiente las
descripciones; es necesario "examinar" el fenómeno psicopatológico, ejercer influencia sobre él,
esclarecer en qué condiciones él puede ser eliminado, incrementado o provocado. Esto significa que
es necesario, imprescindible, investigar experimentalmente cada síntoma.
Algunos psiquiatras han intentado esquivar esta etapa y buscan las causas de los síntomas
psicopatológicos solamente fuera de los psíquico, en aquellos niveles de estructura y funciones del
organismo que son objeto de otras ciencias (bioquímica, patomorfología, patofisiología, etc).
Los síntomas de los trastornos psíquicos no están siempre directamente condicionados por la
etiología de la enfermedad. La ansiedad como síntoma central de un trastorno neurótico puede estar
condicionada por factores tan disímiles, que resultaría difícil concebirlos como patógenos de un
mismo sindrome ansioso.
Por la especificidad de la clínica psiquiátrica, el experimento debe ser peculiarmente diferente al del
hombre sano:
- las instrucciones deben ser muy sencillas y "elaboradas" acorde al objetivo específico que el
experimento cumple;
- debe considerar siempre la actitud del enfermo hacia la prueba (recelo, timidez, etc.), así como los
síntomas (negativismo, depresión, alucinación, etc.), que pueden obstaculizar la expresión de un
fenómeno psíquico que se pretende modelar;
- se caracteriza por la multitud, por la gran cantidad de metódicas a aplicar, ya que con una sola
metódica resulta imposible juzgar plenamente sobre una u otra forma o nivel de la alteración. El
proceso de disolución de la psiquis no transcurre en un solo estrato;
- resultará necesario también una argumentación de las modificaciones de las tareas y de las
condiciones en las que se realizan;
- debe reflejar no sólo la estructura de las formas alteradas de la actividad psíquica del enfermo, sino
de las funciones que quedan conservadas.
Sin embargo, cuando nos referimos al experimento, no siempre nos estamos refiriendo a un
procedimiento experimental concreto, a una metódica sino a un conjunto de procedimientos
estructurados convenientemente para la evaluación de una u otra forma de alteración de la actividad
psíquica.
Este modelo debe ser dado de tal modo que el núcleo que se investiga, que se quiere provocar, no
dependa de las intenciones del enfermo, por lo que muchas veces el propósito tendrá que ser
encubierto.
2. Permita el análisis de la actividad psíquica de los enfermos. Lo más importante son aquellos
índices que testimonian sobre el modo de realización de las tareas, sobre el tipo y carácter de los
errores, sobre la actitud del enfermo frente a sus errores y observaciones críticas del psicólogo.
Se debe dar ante todo una caracterización cualitativa de la desintegración o disolución de la psiquis,
lo cual no niega la interpretación cuantitativa de los datos.
3. Se registre de forma exacta y objetiva los hechos, todas las acciones del enfermo, todas las
intervenciones del psicólogo, por lo que es indispensable llevar a cabo un protocolo.
4. Pueda variarse la tarea (su orden, complejidad, etc.), así como la situación en la cual se realiza.
Aunque las metódicas experimentales son necesarias para la explicación de un síntoma, de los
mecanismos psicológicos internos alterados que subyacen detrás de él, dejan de ser rectoras cuando
se evalúa el desarrollo de una alteración, donde métodos como el análisis psicológico de la historia
vital y de la enfermedad ocupa el lugar cimero.
Si bien utilizamos tests psicométricos en nuestra práctica clínica, éstos deben ser interpretados con
cautela, conociendo las bases teóricas de la que parten y asignándoles un papel complementario en la
evaluación.
En la realización del trabajo experimental hay que tener en cuenta algunos consejos metodológicos:
Ayudar es incluso volver a preguntar, es decir, la petición de repetir una u otra palabra, ya que esto
llama la atención del enfermo hacia lo dicho o hecho.
Otro tipo de ayuda es la aprobación de las acciones del enfermo y la estimulación, por ejemplo, con
las palabras "bien, adelante". Ayuda pueden ser las preguntas acerca de por qué el enfermo hizo una
u otra acción, ya que tales preguntas ayudan al enfermo a precisar las propias ideas. La ayuda más
significativa la constituyen las preguntas alusivas o las objecciones críticas del experimentador (a
un primer nivel).
El siguiente nivel de ayuda es la sugerencia, el consejo para que actúe de uno u otro modo. El
experimentador puede mostrar al enfermo como actuar y pedirle que repita individualmente esa
acción (segundo nivel).
Y por último, se puede recurrir a una prolongada enseñanza al enfermo acerca de cómo hay que
realizar la tarea (tercer o último nivel de ayuda).
En la descripción de las distintas técnicas que estudiaremos se citan las indicaciones de los tipos de
ayuda que son convenientes en esta tarea. La elección de los procedimientos adecuados de ayuda es
una de las partes más difíciles del trabajo experimental, esto requiere gran experiencia y calificación.
Las reglas generales por las que hay que guiarse aquí consisten en lo siguiente:
a) antes de recurrir a la demostración y la enseñanza hay que cerciorarse si resultan suficientes los
tipos más fáciles de ayuda.
c) cada acto de injerencia (ayuda) debe ser introducido en el protocolo (al igual que las reacciones
de respuesta y las manifestaciones del sujeto).
En las primeras etapas de la introducción del trabajo experimental hay que evitar ante todo los
enfoques arbitrarios y poco fundamentados. Por eso, al hacer cierta deducción de los datos
experimentales obtenidos, hay que registrar obligatoriamente aquellos hechos (acciones o palabras
del paciente) que conducen a la misma. También resulta útil comprobar esta deducción con ayuda
de otras metódicas repitiendo la investigación.
Percepciones auditivas.
Caracterización general: Esta metódica se utiliza para investigar si los enfermos distinguen la fuente
de los sonidos débiles y también para provocar y estudiar las ilusiones auditivas que tienen a veces
los enfermos en el proceso de audición prolongada de sonidos débiles.
Material: Para realizar el experimento es necesario una grabadora, montada especialmente de forma
tal que su reproductor se encuentre en una habitación lo más silenciosa posible, es decir, aislada del
ruido exterior, y un aparato fonográfico con casetes, en otra. Además, en la cinta de uno de los
casetes deben estar precisamente grabados los sonidos. Se graban los siguientes sonidos: el susurro
de las páginas de un libro que se hojea, el murmullo del agua (cuando se insufla aire en ella a través
de un tubito), el sonido del rodaje de bolas de madera sobre madera, la caída de granos en un plato,
el ruido de la lluvia, la fricción de dos platillos metálicos, etc. La duración de le resonancia de cada
ruido es de 55 segundos, luego un intervalo de 5 segundos antes del sonido siguiente. En los últimos
10 minutos se ofrece otra selección: sonidos breves -de 3 a 5 segundos -, exactamente diferenciables
atendiendo a la fuente material: el sonido de la tos, la caída en el piso de unos cubos de madera, el
sonido de un cristal, un silbido, un cuchicheo, el sonido de agua que se derrama, un sollozo, la
llamada a una puerta, el canto de un pájaro, suspiros, etc. Los intervalos en estos sonidos son arrít-
micos, a un promedio de 30-57 seguidos de un silencio casi absoluto. La duración de toda la
selección de sonidos es de cada 25 minutos.
Interpretación: La aplicación de la metódica dada puso de manifiesto los siguientes hechos (de
acuerdo a la experiencia de S. Ia. Rubinstein). Al tratar de diferenciar la fuente material difícilmente
reconocible de los sonidos, tanto las personas sanas como las enfermas asociaban inicialmente estos
sonidos con aquellos a que estaban acostumbrados por su experiencia profesional o de la vida. En
los segundos siguientes las personas sanas pasaban a una descripción hipotética más o menos obje-
tiva de estos sonidos: hablaban de la fricción del metal, del susurro del papel, del gluglú, etc.
De otra forma ocurrió el proceso de las percepciones auditivas en los sujetos sometidos a prueba
durante los estados reactivos de carácter histérico. Al inicio de la audición de los sonidos, ellos, al
igual que las personas sanas, asociaban los sonidos audibles con los acostumbrados para ellos por su
experiencia profesional o cotidiana de los sonidos. En los segundos y minutos siguientes los
enfermos no rectificaban sus interpretaciones, como lo hacían las personas sanas, no precisaban las
características de los sonidos, sino que por el contrario, se adherían completamente a la situación
recordada por ellos y comenzaban a percibir ilusoriamente los sonidos.
Así, un bombero de profesión, a partir del décimo minuto del experimento, percibía todos los
sonidos como una escena de extinción del incendio, "oía" como lloraban las víctimas del incendio,
como rompían la pared con una barra o inundaban el fuego con el agua de una manguera. Debido a
la emoción el paciente se quedó ronco y perdió la voz durante el experimento.
Una de las pacientes reconoció en el sonido de un cristal las campanas de una iglesia y dejándose
caer de rodillas oró con dedicación. Otro paciente tomó el susurro de un papel por el fuego de una
ametralladora, gritaba y daba órdenes. En el débil sonido de un sollozo muchos reconocían las
voces de sus allegados y emocionándose exigían una entrevista inmediata con ellos.
Los recuerdos de ciertas situaciones del pasado, escenas profesionales o cotidianas, que se
manifiestan en estos enfermos de histeria, por asociación se volvían vivencias de carácter actual para
ellos. Estas vivencias los envolvían a tal punto que todos los estímulos acústicos no podían ser
valorados objetivamente por ellos.
Durante los estados depresivos de los enfermos con un fondo de patología vascular se pone de
manifiesto la imposibilidad de diferenciar la fuente material de los sonidos a pesar de una audición
normal. Los pacientes describían los sonidos audibles, señalaban correctamente que el sonido se
hacía más bajo cesaba, pero no podían reconocerlo. Esta imposibilidad de reconocer el sonido se
manifiesta claramente al final del experimento, cuando de vez en cuando resonaban sonidos
absolutamente precisos de tos, cuchicheo y sollozos.
La siguiente observación se refería a los enfermos en los que los clínicos habían constatado antes de
la investigación un síndrome alucinatorio - paranoide (de origen reactivo). En el proceso de
audición de los sonidos se observaba en estos enfermos la alternación de su correcta percepción,
principalmente con la disminución alterada de las alucinaciones verbales.
Así, por ejemplo, durante la investigación una enferma describía inicialmente con objetividad los
sonidos y luego, al percibir los sonidos del hojeo de las páginas de un libro, comenzaba a pro-
nunciar palabras al ritmo del silbido del papel: "Tú ruin",..."tú ruin"..., "tú ruin"...,"a tí",..."a tí"...-así
hablan ellos". En los sonidos siguientes también se alternan en las respuestas de la enferma las
descripciones de estos sonidos con la repetición de palabras oídas alucinatoriamente. Llama la
atención la dependencia de estas palabras de los sonidos que acontecen realmente o de los oídos por
ella. Así, por ejemplo, resuenan los sonidos de golpes en un cristal ("el sonido de una campana").
La enferma lo describe así: "Un sonido, precisamente en la catedral, invita a misa en la iglesia
luterana...Tañen en el cementerio". Luego el siguiente sonido "fábrica de relojes". La enferma
responde así: "Alguien dijo que yo me encuentro en el cementerio".
Muchos sujetos sometidos a prueba toman el sonido de la caída de objetos de madera sobre una
mesa por el disparo y en realidad un disparo oído desde lejos tiene cierta semejanza con este sonido.
La enferma M., después de oír este sonido sonrió y dijo: "Cierto grito de bandido... como si hubiera
dicho "detente". La siguiente era la palabra "18", que la enferma también reprodujo como la palabra
"detente".
En el enfermo T., que sufría de alucinosis reactiva acompañada también de una imprecisa y confusa
descripción de los sonidos, se observaba la transferencia de las percepciones acústicas en alucinosis
verbales. Así, por ejemplo, al sonido del murmullo del agua el enfermo repetía las palabras oídas por
él "vamos, nademos", y en respuesta a la pregunta del experimentador: ")Qué significa esto?, explicó
impasiblemente: "Así se oye...cierta persona invita a alguien".
Los ejemplos citados no dan aún base para la explicación de los mecanismos de las alucinaciones
verbales que se observan. Sin embargo, la dependencia de las palabras, que los enfermos habían
oído, de los sonidos reales reproducidos por la grabadora, se puso de manifiesto bastante claramente
en esta serie de experimentos. Tuvo lugar la transformación de la imagen acústica en verbal.
En los enfermos que habían sufrido alucinación verbal, tanto en la esquizofrenia como en las
psicosis alcohólicas, se descubría la mala calidad de las percepciones auditivas. Esto se podía
establecer atendiendo a los siguientes rasgos:
Los enfermos no identificaban una gran cantidad de sonidos, incluyendo los más claros y definidos.
En los enfermos que sufren diferentes episodios psíquicos de génesis alcohólica, durante el
experimento se observaba claramente un manifiesto metaforismo de las percepciones. En algunos
casos las percepciones auditivas se acompañaban de engaños visuales; los enfermos "veían" en la
pared del reproductor de la escena visiones que correspondían por el contenido a aquello que ellos
oían. Esto no se observaba en el caso de la esquizofrenia.
En muchos enfermos de esquizofrenia, surgida sobre una base modificada orgánicamente, con el
síndrome de alucinosis verbal, el experimento provocaba un notable reforzamiento de las aluci-
naciones verbales.
Así por ejemplo, según los datos de la observación clínica podría suponerse que la enferma tenía
distintas alucinaciones verbales raras y fragmentarias (la enferma contaba que había oído las
palabras "te vamos a dar, te vamos a dar"). Durante el tiempo del experimento, especialmente al
final del mismo, junto con la descripción de los sonidos la enferma "oye" y reproduce muchas
ordenes alucinatorias: "vamos a casa", "limpia el piso", "a bañarse", "muñeca", etc.
Algunos enfermos reproducían palabras y frases que ellos habían percibido erróneamente, otros
intervenían en la conversación con un locutor hipotético, le respondían o simplemente reaccionaban
a la réplica de contenido desagradable.
Así, una enferma pronunciaba con admiración: "No, no, gracias, rehusamos", Ella respondía,
volviéndose en dirección del reproductor: "En el planeta más alto", -y explicaba al médico: "Pre-
gunté como lo trasladaron a usted". A veces los enfermos, al prestar atención, se negaban a repetir
las palabras , explicando que eran indecentes.
La enferma E. oyó (entre sonidos que ella diferenciaba mal) como una voz masculina dijo:
Sosténganla una hora entera" y, después de repetir esta palabra, se volvió hacia el experimentador
con la pregunta de si era cierto o no.
La otra enferma O., que sufría de alucinaciones verbales, pero en el período del experimento se
había librado de ellas y en los días anteriores se refería críticamente a las mismas, poco tiempo
después del comienzo del experimento declaró: "Oigo voces lo mismo que antes" -y explicó que
conversaba con ella igual que antes, "cadáveres y abortos". Después de terminarse la investigación y
también en los días siguientes no se observaron alucinaciones.
De esta forma, la metódica experimental descrita permite establecer diferente formas de asociaciones
alteradas entre los estímulos acústicos y las ideas que surgen en los enfermos.
Hay que señalar especialmente el papel de la audición de los estímulos débiles en la provocación de
ilusiones auditivas. Sólo con la sobrecarga funcional del analizador auditivo se puede explicar
semejante tipo de observación como la intensificación de las ilusiones auditivas al final de los
experimentos y también el surgimiento de las ilusiones auditivas en personas que no las padecían
anteriormente.
Búsqueda de números.
Caracterización general: Esta metódica adoptada de la psicología del trabajo (las así llamadas Tablas
de Shultz) tiene gran aplicación en el campo de la patología. Puede ser utilizada para la
investigación del ritmo psíquico, más exactamente para descubrir la velocidad de los movimientos
de orientación y búsqueda con la vista, y la investigación del volumen de la atención (en relación
con los estímulos visuales).
Material: Para la realización del experimento hay que tener cinco tablas con una dimensión de 60
cm. x 60 cm. con números escritos en ellas del 1 al 25 en desorden. En cada una de las cinco tablas
los números están colocados en diversa forma. Además, es necesario un cronómetro y un pequeño
puntero de unos 30 cm. aproximadamente. La experiencia se puede realizar con los enfermos que
tengan no menos de un cuarto grado de escolaridad.
Procedimiento: Al enfermo se le muestra fugazmente la tabla, acompañando esta acción con las
palabras: "En esta tabla los números del 1 al 25 no están dispuestos en orden". Además, la tabla se
tapa, es decir, se pone sobre la mesa con los números hacia abajo y se continúan las instrucciones:
"Ud. señalará con este puntero y nombrará en voz alta todos los números en orden del 1 al 25. Trate
de hacer esto lo más pronto posible, pero sin equivocarse. ¿Entendido?". (Si el enfermo no
comprendió, se explica de nuevo, pero sin destapar la tabla). Luego el experimentador pone al
mismo tiempo la tabla directamente ante la cara del enfermo verticalmente a una distancia de 70-75
cm. de él y, poniendo a funcionar el cronómetro, dice: "Comience".
Mientras el enfermo señala y nombra los números, el experimentador observa la corrección de sus
acciones y cuando el enfermo nombra el número "25", el experimentador detiene el cronómetro.
Después de la primera tabla, sin otras instrucciones complementarias se le propone al enfermo
buscar de la misma forma los números en la segunda, tercera, cuarta y quinta tablas.
En las observaciones debe señalarse si el enfermo busca uniformemente los números o si de vez en
cuando no puede encontrar alguno durante largo tiempo.
Interpretación: En la valoración de los resultados se toman ante todo las diferencias en la cantidad de
tiempo que el enfermo emplea en la búsqueda de los números de una tabla. Estas diferencias pueden
ser notables. Los jóvenes psíquicamente sanos emplean de 30 a 50 segundos en la tabla, con más
frecuencia de 40 a 42 segundos.
Al valorar los resultados, según Bleijer, puede calcularse la cantidad de números, encontrados por el
sujeto cada 30 segundos, o el tiempo que utiliza para encontrar cada 5 números.
Según los datos de V.A Vasilieva, los enfermos con manifestaciones clínicas significativas de
arterioesclerosis del cerebro emplean hasta 2-3 minutos en una tabla. Sin embargo, los enfermos no
emplean un tiempo tal porque busquen lentamente. De acuerdo a esta investigación, los enfermos de
esclerosis buscan los números tan rápidamente como las personas sanas, pero el alargamiento del
tiempo total está determinado por distintas demoras "casuales". Así, por ejemplo, el enfermo
nombra y señala una serie de números con una velocidad de 1 -1 1.2 segundos, por número y
después, de repente, de ninguna manera puede encontrar cierto número, mira al parecer directamente
hacia él y no lo ve, incluso le confiesa al experimentador que este número no está en la tabla.
Tales pausas, se explican por un breve estado de inhibición de defensa de las células corticales del
analizador visual de los enfermos (los enfermos miran, pero no ven los números). Para el
experimentador son bien perceptibles tales pausas. Las mismas le dan base para sacar una
conclusión sobre la irregularidad del ritmo de la actividad psíquica propia de los enfermos
vasculares. La demora del ritmo de búsqueda de los números se observa en la epilepsia.
En las enfermedades que provocan alteraciones de la esfera de los nervios oculo-motores también se
observan dificultades en la búsqueda de números y el aumento general del tiempo de la búsqueda de
números por tabla. Un aumento notable del tiempo de la búsqueda de números en las últimas tablas
(cuarta y quinta) evidencia la fatiga del enfermo, mientras que la aceleración pone de manifiesto una
lenta asimilación, el individuo no se "inmerge" con plenitud en la tarea.
V.M. Bleijer concede especial importancia a la "curva de agotamiento" que puede construirse
gráficamente sobre la base de los resultados de la prueba, ya que según ella puede objetivamente
observarse el carácter de la astenia del enfermo. Así, ante la variante hiperesténica de la astenia, la
curva de rendimiento según las tablas de Shultz (como en el cálculo de Kraepelin) se caracteriza por
un alto nivel inicial, una brusca caída y tendencia al regreso a los indicadores de partida. Ante la
forma hipoesténica de la astenia la curva de agotamiento se distingue por un nivel de partida bajo y
una constante e inquebrantable disminución de los indicadores de la actividad del enfermo, sin osci-
laciones evidentes en el sentido de mejoramiento.
La revelación de tal tipo de curva puede no sólo tener significado clínico diagnóstico, sino que se
utiliza con fines pronósticos. La forma hiperesténica de astenia en relación al pronóstico es más
favorable que la hipoesténica. El descubrimiento en el mismo enfermo de cambios de la forma
hiperesténica de la curva de agotamiento a la hipoesténica puede considerarse como signo de
empeoramiento, de progresividad de la enfermedad y, en particular, facilita la definición de la
astenia arterioesclerótica de los estados asténicos psicógenos y somatógenos que se observan en la
edad madura.
Las tablas de Shultz poseen igual grado de dificultad, casi no se recuerdan, gracias a lo cual en el
proceso de investigación es posible utilizarlas repetidamente. Es decir, no hay necesidad de cambiar
las tablas, se pueden utilizar las mismas tablas por primera, segunda y, si es necesario, por tercera
vez.
CONTEO
Caracterización general:
Este procedimiento experimental, también propuesto por E.Kraepelin, se utiliza desde hace tiempo
en la clínica psiquiátrica para la revelación del hábito del cálculo, la estabilidad de la atención y
también el grado de dificultad de los procesos intelectuales de los enfermos.
Procedimiento: En dependencia del nivel de escolaridad y del estado psíquico del enfermo, el
experimentador le propone una de las tareas siguientes: sustraer 17 de 200 ó 13 de 200 ó 7 de 30,
etc. Al enfermo se le propone, por ejemplo, sustraer 7 de 100, nombrando cada vez sólo las
diferencias, es decir, sin repetir "sustraer siete". El enfermo debe de esta forma nombrar 93, 86, 79,
etc. El experimentador escribe todos los números nombrados por el enfermo y las opiniones
incidentales, incluyendo las alteraciones de las instrucciones, es decir, incluyendo aquellos casos en
que el enfermo "razona en voz alta" y pronuncia: "sustraer 7 de 93, queda 86", etc. De esta forma, si
el enfermo se demora o se queda callado, el experimento continúa poniendo rítmicamente puntos. El
protocolo del experimentador puede llegar a tomar el siguiente aspecto:
Interpretación: La interpretación de los resultados de esta investigación puede ser correcta sólo
cuando la tarea según la dificultad corresponde al nivel de escolaridad del enfermo (es muy
importante tener esto en cuenta). En este caso el análisis de los errores revela lo siguiente: 1) las
dificultades y la lentitud del ritmo al contar pasando las decenas (por ejemplo, 93..... 86 con la
sustracción de 7) con una uniformidad general del cálculo: evidencian la dificultad de la actividad
intelectual; 2) la lentitud del ritmo al final del cálculo: el índice de fatiga del enfermo; 3) los errores
con la omisión de las decenas (por ejemplo, 86...69, ó 62...45 con la sustracción de 7: evidencian el
debilitamiento de la atención; 4) la actitud muy característica del enfermo, ante los errores
cometidos. Habitualmente si la tarea es un tanto difícil para él, al efectuar el cálculo, pregunta todo
el tiempo si el número es correcto: algunos enfermos no preguntan, pero observan de forma
expectante la expresión facial del experimentador, tratando de captar si ellos han cometido algún
error. Sólo queda al experimentador fruncir el ceño o volver a preguntar al enfermo cuál él nombró,
para que enseguida el enfermo caiga en la cuenta y rectifique su error.
Otra actitud completamente distinta frente a sus respuestas se observa en los enfermos con
disminución de la crítica. Tales enfermos cuentan a veces de 100 hasta 7 de la forma siguiente:
100,93, 86, 76, 66, 56..., y si incluso el experimentador interroga de nuevo al enfermo en este
momento: "¿Cuánto ud. sustrae?", el enfermo puede responder imperturbablemente "7" y continuar
más adelante: 56...46...36, etc. V.M. Bleijer señala en los casos de errores con crítica insuficiente
son frecuentes en las P.G.P. 5) a veces los errores de los enfermos evidencian fluctuaciones groseras
de la atención que limitan con obnubilaciones de la conciencia. Así, por ejemplo, el enfermo cuenta
desde 30 hasta 3 de la forma siguiente: 27, 24, 11, 14, 17, 21, 18, 15, 12, 9.
Prueba de conmutación
Para la investigación se utilizan una tabla dividida en 49 casillas (7 X 7), en las cuales según un
orden casual están distribuidas cifras rojas y negras. Los números de la serie roja del 1 al 24. De
acuerdo con la instrucción, el sujeto debe al inicio mostrar con un puntero los números negros en
orden creciente, y luego los rojos en un orden consecutivamente decreciente. Se registra el tiempo
utilizado por el sujeto. Luego a él se le propone mostrar los números en orden siguiente el 1 negro y
el 24 rojo, el 2 negro y el 23 rojo, el 3 negro y el 22 rojo, y así sucesivamente. Por lo general, el
tiempo utilizado por el sujeto en el segundo caso resulta mayor, lo que caracteriza la capacidad para
la conmutación de la atención.
Para la investigación de los enfermos con ayuda de esta metódica debe rectificarse previamente la
tabla en sujetos sanos y obtener indicadores, característicos para la norma según esta tabla
precisamente.
Prueba de simultaneidad de los signos.
Procedimiento: Las tarjetas se barajan minuciosamente en cada etapa del trabajo. El experimento
consta de 4 etapas, en una de las cuales se dan instrucciones específicas.
Las instrucciones que se proponen en la I etapa (conteo simple) son: "Cuente en alta voz estas
tarjetas, lanzándolas una a una a la mesa". Mientras el enfermo cuenta el experimentador debe
anotar en el protocolo el tiempo según el cronómetro que se invierte cada 10 tarjetas y en todo el
conteo.
Las instrucciones en la II etapa (conteo con distribución o agrupamiento según el color): "Ahora Ud.
deberá también en alta voz contar estas tarjetas y al mismo tiempo repartirlas en grupo según el
color". Se registra también en el protocolo el tiempo general y el tiempo invertido cada 10 tarjetas.
Las instrucciones en la III etapa (conteo de la distribución o agrupamiento según el signo de forma):
"Estas mismas cartas ud. deberá volver a contar en alta voz y agruparlas ahora no por el color, sino
por la forma". El experimentador fija el tiempo (general e invertido en cada decena).
En la IV etapa (conteo según los signos de color y forma): al enfermo se le presenta por primera vez
el tablero y al mismo tiempo se le dice: "Ud. deberá encontrar el lugar de cada tarjeta en el tablero y
colocarla en este lugar, considerando al mismo tiempo el color como la forma. Aquí, como antes, es
necesario contarlas en alta voz". En el protocolo se llevan los mismos indicadores de tiempo. Si es
necesario el experimentador puede acompañar la instrucción verbal con una demostración para que
sea absolutamente comprensible.
Interpretación: La interpretación de esta metódica puede considerarse como ejemplo de que, según la
combinación de los números puede ser llevado a cabo un análisis cualitativo de contenido de las
particularidades de la capacidad de trabajo del enfermo.
ETAPAS 10 20 30 40 49
En la norma, según los datos de los autores de esta metódica la suma del tiempo invertido en el
conteo con agrupamiento por color y del conteo con agrupamiento por forma de las figuras deberá
ser aproximadamente igual al tiempo invertido en el conteo con ubicación de las tarjetas en el
tablero considerando el color y las formas.
En otras palabras, después de sumar las filas II y III de la tabla es posible obtener el número de
segundos de la fila IV de la tabla. Si entre estas magnitudes se pone de manifiesto la
incorrespondencia (los más frecuente es que la fila IV sobrepase la suma de II y III) esta magnitud
de incorrespondencia se designa con el concepto de "déficit".
Según los datos de los autores de la metódica, un gran déficit es posible considerar como indicador
de la dificultad de distribución de la atención. Tal tipo de "déficit" lo describen ellos en la alteración
de la psiquis del tipo vascular (más de 1 minuto). Este es realmente un indicador esencial, ya que
ante un estrechamiento del volumen de la atención el enfermo no está en estado de seguir la
correspondencia del lugar de la tarjeta según el color y la forma, y se afecta también el conteo.
Además de eso, presentan interés las observaciones de cómo el enfermo busca el lugar de la tarjeta:
si sólo con la vista o si realiza el movimiento con la mano a lo largo de la fila, si la atención es por
el color y luego, por la forma. Debe también señalarse en el protocolo del experimento cómo
reacciona el enfermo ante una dificultad que surge de improviso. Aquí, por ejemplo, a veces la
casilla donde debe colocar la tarjeta correcta resulta ocupada por un error cometido anteriormente.
El enfermo no comprende de pronto que es necesario corregir este error y entonces deja libre el
lugar. Sucede que frecuentemente pregunta distraídamente: ")Y este, dónde va?, con respecto a la
tarjeta para la cual no hubo lugar. En otros casos , en la búsqueda del lugar para la tarjeta el
enfermo pierde el cálculo, salta de decena, o repite los mismos números.
Todas estas observaciones deben ser registradas. Si el experimentador no tiene tiempo para
anotarlas, puede simplemente poner marquitas - trazos como señal de que en este intervalo de
tiempo fue cometido uno o varios errores.
Si después del experimento quedara incluso, tan sólo la tabla de números, es decir, la cantidad de
segundos utilizados por el enfermo para el conteo de 10 tarjetas en distintas condiciones de la tarea
(conteo sencillo, conteo con agrupamiento por 1 signo y conteo con consideración de los dos signos
simultáneamente) esta metódica sería útil para atestiguar que la correlación de números puede dar
base para el análisis cualitativo de la capacidad de trabajo del enfermo.
Es importante no sólo el tamaño del "déficit", que algunas veces alcanza 5-7 minutos. Importa
también la variación del ritmo desde el principio del cálculo hasta el final, de un tipo de tarea a otra.
La aprobación de esta metódica en niños de 8 a 13 años fue llevada a cabo por Ollibiú. Ella
demostró que los niños de esta edad comprenden rápidamente las instrucciones y cumplen
fácilmente las 4 tareas. Ellos no experimentan dificultades ante la necesidad de la conmutación de
un tipo de actividad a otro. Su volumen de atención es suficiente.
Los niños intelectualmente dotados con estados cerebroasténicos (no atentos, fatigados, excitados,
llorones) cumplían peor este trabajo. Su atención en el curso del trabajo era inestable: ellos se
distraían, se perdían en el conteo, o cometían errores en el agrupamiento (confundían colores
semejantes, formas). Se notaba alteraciones del ritmo de la actividad. Un ritmo general retrasado no
se correspondía directamente a la progresiva complicación del trabajo, y crecía más bruscamente.
Particular interés presentan los datos de L.M. Ollibiú, obtenidos en el proceso de investigación de la
capacidad de trabajo de los niños intelectualmente retrasados de esta misma edad. Ante todo, es
necesario señalar las significativas dificultades en la comprensión de las instrucciones. A la
explicación verbal tenía que acompañar la demostración visual; en muchos casos resultaba
necesario un previo entrenamiento. Es interesante que en la I etapa (conteo sencillo) los niños
intelectualmente retrasados cumplían las tareas exitosamente y relativamente rápido (69 segundos).
Pero ya en la II etapa experimentaban significativas dificultades ; confundían muy frecuentemente
los colores semejantes, las formas (azul celeste, azul oscuro; triángulo y trapecio); formaban dos
-tres montones de un mismo color o forma. El volumen de su atención estaba agudamente
restringido: si el niño seguía tras ellas para cumplir correctamente el agrupamiento, entonces él
perdía el cálculo, y si él intentaba sostener un conteo correcto, entonces se equivocaba
marcadamente en el agrupamiento.
El tránsito del agrupamiento por color al agrupamiento por forma pone de manifiesto significativas
dificultades en la conmutación de la atención. La tarea más compleja para ellos resultaba la que se
proponía en la IV etapa. En ellos no se formaba el hábito de distribución de las tarjetas con
consideración de color y forma, el cálculo lo llevaba prácticamente por ellos el experimentador. El
tiempo, que como promedio invierten los niños retrasados mentales en la IV etapa (6'43") en dos
veces supera el tiempo que invierten en este mismo trabajo los niños sanos.
Esta aprobación muestra que la metódica de V.M.Kogan es totalmente útil para la investigación de la
capacidad de trabajo mental de los niños retrasados de edad escolar.
- Aprendizaje de 10 palabras.
- Recuerdo mediato de Leontiev.
- Pictograma.
- Reproducción de relatos.
Los resultados que se obtienen con ayuda de esta metódicas ponen en evidencia el estado de la
función mnésica, y también reflejan el estado de atención activa, la presencia de fenómenos de
elevada extenuación de los procesos psíquicos. La realización de la función mnésica depende del
curso de los procesos ideativos. Por esto, de acuerdo a los resultados de la investigación de la
memoria mediata por ejemplo, con ayuda de la metódica pictograma podemos juzgar sobre el curso
de los procesos de pensamiento.
De los múltiples procedimientos propuestos para la investigación de la memoria hemos seleccionado
los más sencillos en cuanto a su realización, que no exigen aparatura especial y al mismo tiempo
permiten al patopsicológo juzgar con suficientes criterios sobre el carácter de las alteraciones
mnésicas que porta el enfermo. Estudiaremos primeramente cuatro de las metódicas más utilizadas
en la investigación patopsicológica.
Aprendizaje de 10 palabras.
Caracterización general: Esta metódica es una de las que se utilizan con mayor frecuencia. Ha sido
propuesta por A.R.Luria. Se utiliza para valorar el estado de la memoria de los enfermos, la fatiga y
la actividad de la atención.
Material: No requiere equipos especiales. Necesita, sin embargo, silencio en mayor grado que en las
restantes metódicas: No es conveniente llevar a cabo el experimento cuando estén conversando en la
habitación. Antes de comenzar la experiencia, el investigador debe anotar en un renglón una serie
de palabras breves (monosílabas y bisílabas).
Procedimiento: Las instrucciones constan de varias etapas. En este experimento es necesaria una
gran exactitud (claridad) e inalterabilidad de la exposición de las instrucciones y la observación de
las condiciones de la experiencia.
Primera explicación: "Ahora voy a leer diez palabras. Hay que escuchar atentamente. Cuando
termine de leerlas, repita inmediatamente tantas cuantas recuerde. Se pueden repetir en cualquier
orden, el orden no juega ningún papel. ¿Entendido?
El psicólogo lee entonces lentamente las palabras, con precisión. Cuando el sujeto sometido a prueba
repite las palabras, el experimentador pone en el protocolo unas crucecitas bajo esas palabras (vea la
forma del protocolo).
"Ahora le leeré de nuevo las mismas palabras y Ud. debe repetirlas otra vez: Las que ya mencionó y
las que omitió la primera vez, todas juntas y en cualquier orden".
El psicólogo pone de nuevo las crucecitas bajo las palabras que repitió el sujeto. Después se repite
de nuevo el experimento tres, cuatro y cinco veces, pero sin dar instrucciones. El experimentador
dice simplemente "Otra vez".
En el caso de que el sujeto sometido a prueba trate de intercalar réplicas en el proceso del
experimento, el experimentador lo detendrá: no se puede admitir conversaciones durante el tiempo
del experimento.
Como resultado el protocolo del experimento toma aproximadamente la forma que es representada
en la siguiente página (ver protocolo de ejemplo).
Atendiendo a este protocolo puede ser confeccionado una "curva de recuerdo". Para esto, en el eje
horizontal se ponen los números de la repetición y en el vertical, la cantidad de palabras co-
rrectamente pronunciadas..
Interpretación: Por la forma de la curva se pueden sacar algunas conclusiones en relación con las
particularidades del recuerdo de los enfermos. En una gran cantidad de sujetos sanos, sometidos a
prueba, se ha establecido que la curva de recuerdo (tanto en adultos como niños de edad escolar)
tiene aproximadamente este carácter: 5, 7, 9 ó 5, 7, 10, etc., es decir, hacia la tercera repetición el
sujeto pronuncia 9 ó 10 palabras y en las repeticiones siguientes se mantiene en 9 ó 10.En el
protocolo citado la curva (4, 4, 5, 3, 5) evidencia una mala memoria e inactividad del enfermo.
Además en este protocolo ha señalado que el sujeto reprodujo una palabra sobrante "fuego" y al
repetir posteriormente "se atascaba" en este error. Tales palabras sobrantes que se repiten, según las
observaciones de algunas psicólogos, se encuentran en la investigación de los enfermos que sufren
enfermedades orgánicas del cerebro en ese momento y también a veces en los enfermos de
esquizofrenia en el período de terapia medicamentosa intensiva. Especialmente los niños en estado
de desarrollo o sacudida y los adultos al terminarse o antes de comenzar los síndromes de
desórdenes de la conciencia producen muchas de tales palabras "sobrantes".
La curva de recuerdo puede señalar también el debilitamiento de la atención activa y la fatiga
manifiesta de los enfermos. Así, por ejemplo, a veces el enfermo reproduce por segunda vez 8 ó 9
palabras y después de cada ensayo de reproducción, cada vez menos y menos. En la vida tal
enfermo sufre generalmente de falta de memoria y distracción, pero en la base de su falta de
memoria descansa una astenia pasajera, agotamiento de la atención. El agotamiento de la atención
de los enfermos no se manifiesta obligatoriamente en una curva con un brusco descanso hacia abajo,
a veces esta curva toma un carácter zigzagueante, que evidencia las fluctuaciones y la inestabilidad
de la atención.
En casos aislados y relativamente raros los enfermos reproducen la misma cantidad de palabras. La
curva tiene la forma de meseta. Tal ausencia de acrecentamiento de la retención de las palabras
después de su repetición evidencia la indolencia de los enfermos; no hay una actitud hacia la
investigación, no hay interés por recordar más. La curva del tipo de meseta baja se observa en los
síndromes paralíticos.
El número de palabras retenidas y reproducidas por el sujeto una hora después de la repetición
evidencia en gran medida la memoria en el sentido estricto de la palabra, es decir, la fijación de las
huellas de lo percibido.
Caracterización general: Esta metódica ha sido propuesta por A. R. Luria y L.S.Vigotski, elaborada
y aprobada por A.N.Leontiev en 500 niños sanos y retrasados.
Se utiliza para la investigación de la memoria, paro también ha resultado muy productiva para el
análisis de las particularidades de las asociaciones de los enfermos, es decir, para la descripción del
pensamiento. Es semejante a un pictograma y se distingue por su gran accesibilidad para los
enfermos de bajo nivel de escolaridad.
Juego de tarjetas de la 3ra. serie: diván, hongo, vaca, lavabo, cepillo, azada, mesa, rama de
fresa,portaplumas, avión, mapa geográfico, rastrillo, automóvil, árbol, regadera, casa, flor, libretas,
poste telegráfico, llave,pan, tranvía, vaso, cama, equipaje, lámpara eléctrica de mesa, lámina en
marco, campo, gato.
Palabras para el recuerdo en la 3ra. serie: luz, almuerzo, bosque, estudio, martillo, ropa, campo,
juego, ave, caballo, lección, noche, ratón, leche, silla.
La 4ta.serie es un poco más dificil, pero es más interesante para relevar las particularidades del
pensamiento.
Juego de tarjetas de la 4ta. serie: toalla, silla, tintero, bicicleta, reloj, globo, lápiz, sol, copa, servicio
de comida, peine, plato, espejo, plumas (2 piezas o juego), bandeja, panadería, tubos de
fabrica,jarro,cerca, perro,pantalones de niños, habitación, calcetines y botas, cortaplumas, ganso,
farol de la calle, caballo, gallo, pizarra negra (escolar), camisa.
Palabras para el recuerdo de la 4ta. serie: Lluvia, reunión, fuego, día, riña, destacamento, teatro,
error, fuerza, encuentro, respuesta, montaña, fiesta, vecino, trabajo.
Procedimiento: Ante el enfermo se colocan en fila las 30 tarjetas de la serie en cualquier orden, pero
de forma que todas sean visibles para él. Luego se le dice: "Ud. tendrá que recordar una serie de
palabras. Para recordar más fácilmente las palabras es necesario que cada vez que yo nombre la
palabra, Ud. elija una de las tarjetas que le ayude a recordar la palabra formulada. Por ejemplo: la
primera palabra que es necesario recordar es lluvia. Aquí la lluvía no está dibujada en parte alguna,
pero se puede elegir una tarjeta que le ayude a recordar ésta palabra". Cuando el enfermo ha elegido
una tarjeta, se pone a su lado y se le pregunta: "Cómo recuerda esta tarjeta la lluvia". Si el enfermo
comienza de mala gana el trabajo, tales preguntas se pueden formular comenzando por la tercera o
cuarta palabra. Las cartas elegidas se ponen a un lado. Pasados 40 minutos o una hora,es decir,
antes de finalizar la investigación, después que se ha realizado otros experimentos, al enfermo se le
muestran estas tarjetas de una en una en orden mezclado, se le pide que recuerde para qué palabra
fué seleccionada esta tarjeta y se le pregunta sin falta cómo logró recordar o si esta tarjeta le
recordó la palabra formulada.
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Palabra Tarjeta Explicación de la Reproducción Nueva relación
Elegida relación
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Las palabras se podían escribir anticipadamente, antes de comenzar el experimento, pero esto no es
muy práctico, ya que la explicación del enfermo, las preguntas del experimentador y otras
descripciones del curso del experimento pueden resultar diferentes por el volumen. A veces el curso
del experimento se interrumpe por ciertas acciones y expresiones del enfermo, el experimentador
debe anotarlas a lo largo de las tres columnas del protocolo y después continúa el experimento. Es
necesario usar una hoja de protocolo rayada convenientemente, si las palabras correspondientes han
sido reproducidas correctamente se puede poner solamente una cruz y si la relación es clara (por
ejemplo; para la palabra "riña" se toma un cortaplumas, para la palabra "vecino" una cerca) y la
explicación ya se ha dado al elegir la tarjeta, no se debe preguntar más de una vez por gusto. Pero en
la mayor parte de los casos, especialmente cuando la reproducción no es totalmente exacta, la
interrogación da un valioso material sobre las particularidades de las asociaciones.
Así, por ejemplo, para la recordación de la palabra "leche" el sujeto puede elegir el dibujo de una
vaca, ya que la vaca da leche. También el pan, ya que el pan se come con leche y un vaso, porque en
él puede verter la leche. Por último, el enfermo puede elegir la figura de un árbol incomprensible
para el experimentador, para explicar que el árbol le recuerda la vida rural y que cuando estaba en el
campo, él siempre tomaba leche.
Aquí no hay una elección correcta o incorrecta, sólo es importante que el sujeto sometido a prueba
establezca la relación sustancial de sentido entre la palabra dada, la recordación y la representación
en la tarjeta.
Los enfermos débiles mentales, incluso, si han comprendido las instrucciones, experimentan
dificultades en el establecimiento de relaciones más complejas y mediatas. Así, por ejemplo,
después de elegir fácilmente para la recordación de la palabra "bosque" la rama de fresa, de ninguna
manera pueden ellos elegir una tarjeta para la palabra "noche" o "juego". Además, la debilidad
mental (congénita o adquirida) se manifiesta también en que el enfermo le resulta inaccesible el
proceso de mediatización, cuando el final del experimento se le muestra una tarjeta y se le pregunta
acerca de lo que debe recordar sobre ella, el enfermo menciona simplemente la tarjeta. La
recordación según asociación resulta para él un proceso inaccesible.
En oposición a este olvido, para algunos enfermos es característica una marcada improductividad de
las asociaciones. Así una enferma de esquizofrenia, en estado de defecto, contador de profesión, no
podía encontrar la tarjeta conveniente ni para una sola palabra. Para la palabra "reunión" ella elegía
con gran dificultad el perro y explicaba esto diciendo que la letra "e" estaba en ambas palabras. Para
recordar la palabra "incendio" ella buscaba una palabra con la letra "e" y después vacilaba
penosamente al tomar una silla o un lápiz. Para la palabra "riña" tomaba los calcetines, justificando
su elección ante el experimentador planteándole que se podrá tomar cualquier tarjeta, con tal que
ayudara a recordar. Para la palabra "día" elegía pantalones de niños. Algunas relaciones la
establecían en forma relativamente adecuada, pero para recordar la palabra "montaña" declaraba
después de dudas prolongadas que no sabia que elegir para ello y tomaba un plato. Tales relaciones
insustanciales y "vacías" evidencian la carencia de ideas, la improductividad del pensamiento del
enfermo.
Junto con la carencia de ideas se observa a veces asociaciones según los elementos casuales de la
forma del dibujo. Así, por ejemplo, para la palabra "lluvia" un enfermo elige un peine, ya que éste
tiene bandas uniformes que se forman con la caída de la lluvia. Para recordar la palabra "noche"
elige una flor, porque fue representada por el pintor sobre el fondo negro.
Pictograma
Caracterización general: Este método propuesto por A.R.Luria presenta una variante del recuerdo
mediato, sin embargo, se aplica no tanto para la investigación de la memoria, como para el análisis
del carácter de las asociaciones de los enfermos. Puede ser utilizado para la investigación de
enfermos con un nivel de escolaridad no menor de séptimo grado.
Material: Para realizar la experiencia es suficiente tener lápiz y papel. Es necesario preparar de
antemano 12-16 palabras y expresiones para el recuerdo. Un ejemplo de conjunto de palabras que
puede utilizarse, según S.Ia. Rubinstein puede ser el siguiente:
Es deseable que sin una extrema necesidad no se le apunte nada más al sujeto. Si él se quejara
obstinadamente de incapacidad para dibujar, se le puede aconsejar: "Dibuje lo que le sea más fácil".
Si el enfermo declara que él no está en condiciones de dibujar una fiesta, se le puede repetir que él
no tiene que dibujar una "fiesta alegre", sino únicamente lo que pueda recordarle una fiesta alegre.
Si el enfermo escoge fácilmente un dibujo y él mismo cuenta en voz alta al experimentador lo que él
elige y como se prepara para recordarlo, el experimentador llena el protocolo en silencio. El
protocolo se llena de acuerdo al siguiente esquema:
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Expresiones Dibujo y explicación Reproducción después de
que se dan del enfermo una hora
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Si el enfermo no explica, hay que preguntarle cada vez: ¿Cómo le ayuda a Ud. eso a recordar la
palabra dada?
Interpretación: Debe ante todo prestarse atención al hecho de si le es accesible al enfermo una
simbolización generalizada de las palabras, es decir si el podría individualmente encontrar la imagen
mediata generalizada. Como, incluso en escolares con nivel de 5to. grado de escolaridad se
encuentra tal imagen, por ejemplo, para las palabras "trabajo pesado", el dibujó una pala o un
martillo y a un hombre con una carga, para la palabra "duda" la bifurcación de caminos (¿a donde
ir?) o un signo de interrogación o una puerta (¿entrar por ella?). Para el enfermo intelectualmente
deficiente tal tarea es difícil. Para las palabras "trabajo pesado" él quisiera dibujar el verdadero
entrelazamiento del trabajo en una mina, pero teme no saber hacerlo. Para la palabra "duda" él en
general no puede imaginar nada. Cuando el enfermo padece una insuficiencia lógico-intelectual, está
en condiciones de dibujar algo para conceptos concretos; para la "enfermedad", una cama; para las
palabras "comida sabrosa", mesa, platos. Pero palabras tales como "justicia", "duda", "desarrollo"
son inaccesibles para la mediatización. Tal manifestación del carácter concreto del pensamiento y la
dificultad de generalizarse observa en la oligofrenia y la epilepsia. En unos casos el enfermo logra
efectuar la tarea de generalización, pero no puede de ninguna forma limitarse a la distinción de una
imagen cualquiera y dibuja gran número de ellos. Así, por ejemplo, al decidir dibujar para la palabra
"desarrollo", una planta que crece, él no dibuja un retoño cualquiera que crece, sino una serie
completa de flores que progresivamente aumentan en cantidad de 7,8. Para la palabra "enfermedad"
el dibuja una cama y un enfermo con almohada, un frasquito con medicina y además un termómetro.
Estas asociaciones múltiples en los pictogramas evidencian el carácter detallado del pensamiento, la
tendencia al detallismo, que se observa generalmente en los epilépticos y también en algunos
enfermos que padecen encefalitis. Al mismo tiempo se señala que estos enfermos dibujan con
demasiada meticulosidad y lentitud, volviendo al dibujo anterior y retocándolo incluso cuando el
experimentador le ha formulado la siguiente palabra. Estos "retornos" y la tendencia a una
meticulosidad innecesaria de los dibujos también evidencian la inercia de los procesos psíquicos.
El segundo criterio sobre el cual se basa la valoración del cumplimiento de esta tarea es el criterio de
la adecuación de las asociaciones.
Las personas sanas establecen generalmente relaciones diversas, pero sustanciales. Así, por
ejemplo, para la expresión "fiesta" puede dibujar la bandera, flores e incluso una copa de vino; para
la palabra "separación" un sobre; para esta misma palabra, una locomotora o una mano que agita un
pañuelo; para la palabra "desarrollo" un diagrama de crecimiento, una planta, un huevo o un
deportista. Todas estas y muchas otras relaciones son igualmente buenas, ya que ellas realmente
pueden servir de medio de recordación de la palabra dada, la mediatizan.
Por esto, si los enfermos eligen para todas aquellas palabras significativamente emocionales
imágenes abstracto -humanas totalmente neutrales ( por ejemplo, "felicidad": sol;
"aflicción":tiempo malo, etc. ) es posible valorar esto como manifestación de algún aislamiento
emocional, de introversión o incluso de indiferencia.
El último criterio por el cual transcurre la valoración de los resultados de la investigación de los
métodos de pictograma es el criterio del recuerdo. La misma metódica fue creada por la
investigación de la memoria. Particular interés tiene la confrontación de los resultados de la
investigación de la memoria por el método del aprendizaje de 10 palabras y por el método de picto-
grama. Si el enfermo aprende mal las 10 palabras, pero recuerda mucho mejor las palabras en el
pictograma, esto atestigua debilidad orgánica de la memoria. La asimilación de lo nuevo es difícil,
pero la posibilidad de mediatizar sustancialmente y de relacionar lógicamente el material ayuda al
enfermo, por eso en el pictograma él lo hace mejor.
Si el enfermo asimila fácilmente las 10 palabras, pero no puede recordar las palabras en el
pictograma, esto evidencia que las relaciones mediatizadas solamente le impiden recordar. Tal
correlación se observa en enfermos de esquizofrenia con trastornos del pensamiento y conservación
de las capacidades formales de aprendizaje de lo nuevo. Es posible sacar conclusiones sobre la
memoria del enfermo, por la exactitud con que reproduce las palabras dadas, a veces los enfermos
reproducen únicamente el contenido aproximado de las palabras dadas.
El pictograma debe valorarse en conjunto, es decir, por el carácter general de las imágenes elegidas
por el enfermo y por asociaciones aisladas.
Material: Para realizar los experimentos el investigador debe preparar una considerable cantidad
(10-15) de textos impresos y pegados a cartones o escritos con grandes caracteres en carteles.
Deben ser elegidos textos de diversa dificultad. Convienen más las fábulas y los relatos que tienen
sentido alegórico o solapado y que representan la posibilidad de una discusión posterior.
El totí había oído que a las palomas las alimentaban bien, se pintó de blanco y entró volando en el
palomar.
Las palomas lo recibieron como a una de las suyas y le dieron de comer pero el totí no se contuvo y
se puso a silbar como los totíes. Las palomas entonces lo echaron. Tuvo que regresar con los totíes,
pero éstos tampoco lo aceptaron.
La hormiga y la paloma
La hormiga quería beber y bajó hasta un arroyo. Una ola la arrastró y comenzó a ahogarse. Una
paloma que pasaba volando advirtió esto y le lanzó una ramita al agua. La hormiga trepó a la ramita
y se salvó.
Al día siguiente la hormiga vio que un cazador iba a capturar a la paloma con una red. Se acercó
lentamente a él y lo picó en un pie. El cazador gritó de dolor y dejó caer la red. La paloma echó a
volar.
Lógica
Dos camaradas
Caminaban por el bosque dos camaradas, cuando sobre ellos cayó de repente un oso. Uno salió
corriendo, subió a un árbol y se ocultó, el otro se quedó en el lugar. No podía hacer nada, cayó a
tierra y se hizo el muerto.
El oso se acercó a él y comenzó a olerlo: el hombre dejó de respirar. El oso le olisqueó la cara, pensó
que estaba muerto y se fue.
Cuando el oso se hubo ido, el otro bajó el árbol y se rió.
- Y bien, - dijo -, ¿el oso te habló al oído?
- Si, me dijo que las personas malas son aquellas que en el peligro abandonan a los camaradas.
El rey eterno
Interpretación: Algunos enfermos (con más frecuencia los enfermos de esquizofrenia) al reproducir
los relatos entrelazan sus ideas delirantes e interpretan el contenido de los relatos como alusiones
ofensivas a los acontecimientos de la propia vida. En tales casos es difícil juzgar sobre la
posibilidad de comprensión y recordación del texto.
Los errores graves en la reproducción, consistentes en la sustitución de unos personajes del relato
por otros, en la unión y confusión de los acontecimientos de dos relatos diferentes y también en la
alteración de las circunstancias se observan en los enfermos que sufren de enfermedades vasculares
y orgánicas del cerebro. Tal es por ejemplo, el relato de una enferma con un tumor en el cerebro:
"El totí decidió conocer más de cerca la vida de las palomas: se pintó de blanco y voló al palomar.
La recibió una paloma y le preguntó que quería. Respondió que quería comer; la paloma lo alimentó
y quiso irse a casa. En ese momento se acercó lentamente una hormiga y picó al totí en la pata".
Algunos enfermos declaran que olvidaron el relato y no pueden reproducir nada, aunque con
preguntas sugerentes y una pequeña ayuda se descubre que ellos comprendieron y recordaron lo
esencial. La lectura repetida del texto puede prestar una gran ayuda a estos enfermos.
A veces en la reproducción del texto los enfermos cometen errores que contradicen enfáticamente a
un texto dado y exponen circunstancias directamente opuestas a las reales y absolutamente
improbables, pero cercanas al texto. Por ejemplo, en lugar de "la hormiga picó al cazador", "el
cazador picó a la hormiga". Este tipo de error lo cometen a veces los enfermos con dismnesia o los
sujetos que simulan enfermedad psíquica durante el examen médico - legal psiquiátrico.
Un gran interés presentan las particularidades del lenguaje oral y escrito de los enfermos y que son
descubiertos por medios de esta sencilla metódica. A veces (incluso en personas de elevado nivel
cultural) se descubre un original agramatismo: combinaciones alteradas e impropias de palabras que
recuerdan la incongruencia del lenguaje de los esquizofrénicos. Tales particularidades del lenguaje
en el estudio de la memoria por el método de los relatos son sometidos a análisis; se revela que
las mismas están condicionadas por multitud de parafasias, de perserveraciones del tipo de
estancamiento, la elevada necesidad de expresar el pensamiento, la inercia de los procesos nerviosos
que impiden la libre elección de las palabras. Con frecuencia tales particularidades del lenguaje se
descubren en las enfermedades vasculares del cerebro. En la exposición escrita de estos mismos
enfermos vasculares se pueden advertir perseveraciones y omisiones de letras.
- Rasgos esenciales
- Analogía simple
- Comparación de conceptos
- Exclusión de objetos
RASGOS ESENCIALES
1.Caracterización general Esta metódica pone de manifiesto el carácter lógico de los criterios
del enfermo y también su habilidad para conservar la tendencia y la estabilidad del modo de
reflexionar en la solución de una larga serie de problemas de un solo tipo.
2. Material. Para la realización de los experimentos son necesarios modelos con el texto
impreso de los problemas o su copia mecanografiada.
La técnica se puede aplicar a enfermos que tengan más de un sexto grado de escolaridad.
En dependencia del mayor grado en que el experimentador le sea necesaria esta metódica para
alcanzar determinado objetivo, puede actuar de dos modos: anotar solamente las opiniones y las
respuestas del enfermo y discutir las mismas después de finalizado todo el trabajo o discutir inme-
diatamente con el enfermo cada respuesta siguiente, formulándole una pregunta de control.
En la columna "Explicaciones y motivaciones" hay que introducir una nota acerca de si se realizó la
discusión a medida que se solucionaba cada problema siguiente o si se volvía a los problemas
resueltos incorrectamente después de la solución del último.
4. Interpretación. En la mayor parte de los problemas de esta metódica hay palabras que provocan
respuestas superficiales e irreflexivas. Así, por ejemplo, con la palabra "juego", muchos, sin pensarlo
largamente, eligen la palabra "cartas", aunque las cartas no son en lo absoluto un rasgo obligado para
cualquier juego. No sólo en el trabajo individual, sino incluso en las preguntas de control y en las
correcciones por parte del experimentador en cada problema que sigue, muchos enfermos se desvían
hacia la vía de las asociaciones casuales y acostrumbradas, y responden irreflexiblemente. La
sugerencia y la observación crítica a estos enfermos ayudan habitualmente a encontrar la solución
correcta. De esta forma, la metódica pone de manifiesto la falta de espíritu crítico y de orientación
hacia un objetivo del pensamiento de los enfermos. En otros casos, esta metódica pone de
manifiesto las reflexiones razonadoras y confusas de los enfermos: el amorfismo y la vaguedad de su
pensamiento. La inhabilidad para destacar los rasgos más esenciales (es decir, la debilidad de la
abstracción) se vuelve especialmente notable cuando el experimentador discute con el enfermo las
soluciones.
Forma del protocolo de la técnica "Rasgos esenciales" y un ejemplo de la investigacion de una
enferma de esquizofrenia.
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Número de la tarea
y preguntas del Respuesta del Explicaciones y motivaciones
psicólogo enfermo (1) del enfermo
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
2 Orilla, agua +
3 Edificio, calles +
4 Techo, paredes +
5 Angulos, lados +
6 Dividendo, divisor +
7 Ojo, libro - Entonces ojos,
prensa.
¿Y el periódico se
puede leer?
(Observación: en esta
explicación hay elementos
de falta de lógica).
(+) El signo "+" significa una respuesta correcta y el signo "-", incorrecta.
ANALOGIAS SIMPLES
Veamos otro ejemplo, he aquí a la izquierda huevo - cascarón. La relación es ésta: para comerse el
huevo hay que quitarle el cascarón. A la derecha está escrito papa y debajo cinco palabras a
elección. Hay que elegir de las cinco palabras necesarias de la derecha, una que se relacione con la
superior como la anterior con la superior (se muestran las palabras de la izquierda).
Las instrucciones son un poco largas, pero hay que lograr sin falta que el enfermo las asimile bien.
----------------------------------------------------------------------------------------------------
Número de la
tarea Respuestas Explicación
----------------------------------------------------------------------------------------------------
Observación: Al igual que en la tarea "Rasgos esenciales", en el protocolo debe señalarse cuándo
tuvo lugar la discusión, inmediatamente en el orden de solución de los problemas o después de la
solución del último problema. Además, el protocolo puede ser desigual en lo que respecta a la
exactitud. Muchos problemas resueltos correctamente pueden ser anotados solo con una crucecita,
pero si con motivo de cierto problema se entabla una interesante discusión con el enfermo, hay que
tomar nota de esa discusión lo más detalladamente posible, en forma de diálogo.
1. Caballo Vaca
----------- -------------------------------------------------
Potrillo Pasto, cuerno, leche, ternero, toro
2. Huevo Papa
--------- -------------------------------------------------
Cascarón Gallina, huerta, col, sopa, cáscara
3. Cuchara Tenedor
---------- --------------------------------------------------
Papilla Mantequilla, cuchillo, Plato, carne, vajilla
4. Patines Lancha
---------- --------------------------------------------------
Invierno Hielo, pista de patines, remo, verano, río
5. Oído Dientes
-------- --------------------------------------------------
Oir Ver, curar, boca, cepillo, masticar
6. Perro Lucio
-------- ----------------------------------------------------------
Lana Oveja, destreza, pez, cañada de pescar, escamas
7. Corcho Piedra
---------- -------------------------------------------------------------
Flotar Nadador, hundirse, granito, transportador, albañil
8. Té Sopa
-------- ------------------------------------------------------
Azúcar Agua, plato, grano, sal, cuchara
9. Arbol Mano
-------- ---------------------------------------------------
Nudo Hacha, guante, pierna, trabajo, dedo
Oído Diente
---------- -----------------------------------------------
Oir Ver, curar, boca, cepillo, masticar
El enfermo elige la palabra "curar", simplemente porque hay que curar frecuentemente los dientes.
Con frecuencia suele ocurrir que el enfermo soluciona tres o cuatro palabras de un modo irreflexible
o incorrecto y después, sin advertencia alguna por parte del experimentador, vuelve al modo
correcto de solución.
Tal inestabilidad del proceso del pensamiento y el deslizamiento de los criterios hacia la vía de las
asociaciones casuales, facilistas, no tendenciosas, se observan en la fatiga de los enfermos y en la
fragilidad de los procesos del pensamiento, tanto de génesis orgánica, como esquizofrénica. Existen,
sin embargo, algunas diferencias entre las particularidades de las soluciones de los enfermos. En la
debilidad orgánica los enfermos "se dan cuenta" instantáneamente y rectifican sus errores tan pronto
advierten que el experimentador está insatisfecho con sus respuestas. El propio experimentador
puede, recordando las instrucciones, exigiendo constantemente del enfermo un trabajo atento e
hiriendo un poco su amor propio, obtener del enfermo orgánico (con proceso traumático, vascular o
de ligera intoxicación) la continuación sin errores del trabajo. Mientras tanto, los errores del enfermo
de esquizofrenia están determinados por la debilidad de los móviles, la flojedad y la falta de
tendencia de las asociaciones. Por eso los "deslizamientos" del pensamiento de los enfermos no se
someten habitualmente a la corrección, con frecuencia no se logra obtener de ellos soluciones
impecables, incluso en las soluciones repetidas de los mismos problemas. Ellos cometen errores, no
en los problemas difíciles, sino muy a menudo en los fáciles. En los enfermos no se pone de
manifiesto "la predilección por la verdad", es decir, después de aclarar con ayuda del
experimentador la correcta solución del problema, el enfermo considera legítima también la anterior
errónea y la otra, correcta.
Algunos enfermos, incluso los que han comprendido las instrucciones y saben explicarlas, se
equivocan, no obstante, en cada problema que sigue y se someten a la influencia provocada por
aquellas palabras escritas debajo de la raya de la derecha, que poseen una fuerza concreta y
"atractiva" mayor. Si el experimentador dice al enfermo que "piense", entonces el enfermo puede
dar una respuesta correcta, pero en el problema que sigue "se despista" de nuevo. Aquí el enfermo
no se aflige, a veces se ríe, considera sus errores como no esenciales. Este tipo de despreocupación,
la falta de espíritu crítico y, fundamentalmente, la falta de libertad de pensamiento se observan en
los síndromes paralíticos.
La metódica puede utilizarse para pruebas repetidas, si se divide en dos o tres partes.
COMPARACION DE CONCEPTOS
1. Caracterización general. Esta metódica se utiliza para la investigación del pensamiento de los
enfermos y los procesos de análisis y síntesis.
2. Material. Del conjunto de pares de palabras que el experimentador tiene, prepara 8-10 pares
para someterlos a comparación.
Hay conceptos de diferentes grados de similitud y también de conceptos que en general no son
compatibles. Precisamente los conceptos no compatibles resultan a veces muy demostrativos
para el descubrimiento de la alteración del pensamiento.
Esta metódica ha sido aprobada y resulta conveniente para la investigación de niños y adultos de
diferente nivel de escolaridad. Se ha utilizado para la investigación de los enfermos en cama o
los enfermos poco asequibles y que se niegan a efectuar un trabajo experimental. Además, resulta
muy práctica cuando se necesitan investigaciones repetidas de los enfermos para la valoración de
su cambio de estado. Así, por ejemplo, algunos autores han utilizado esta metódica en la
valoración de la influencia de cualquier medicamento sobre el proceso del pensamiento de los
enfermos.
3. Procedimiento. Al enfermo se le pide que diga "en qué se parecen y en qué se diferencian" estos
conceptos. Todas sus respuestas se anotan completas. El experimentador debe insistir en que el
enfermo señale sin falta con anterioridad la semejanza entre los conceptos y sólo después la
diferencia. Si el enfermo no comprende inmediatamente el problema, se puede comparar junto con él
cualquier par de palabras que sea fácil.
Al proponer el primer par no comparable (en la enumeración dada: río - ave), el experimentador
observa atentamente la mímica y la conducta del enfermo. Si el enfermo expresa asombro,
perplejidad, o simplemente calla al tener dificultades, se le aclara entonces: "se encuentran pares de
objetos reales (o de conceptos) que no son comparables. En tal caso Ud. debe responder: "Es
imposible compararlos". Si el enfermo comienza enseguida a comparar este par se anota su
respuesta, pero luego se le da, de todas forma, una explicación relativa a los pares "no comparables".
Posteriormente, no se le dan más explicaciones de este tipo sino que se anotan simplemente las
respuestas del enfermo relacionadas con cada par.
4. Interpretación. En la valoración de las respuestas de los enfermos hay que tener en cuenta si ellos
logran distinguir entre los rasgos esenciales de semejanza y diferencia de los conceptos. La
inhabilidad para distinguir los rasgos de semejanzas y también los rasgos esenciales de diferencia
evidencia la debilidad de las generalizaciones del enfermo y su inclinación hacia el pensamiento
concreto.
En la investigación de T.K. Melieshko el objeto de análisis no era la estructura lógica del proceso de
comparación sino el conjunto de rasgos que se utilizaban en la comparación de los objetos. Según
los datos del T.K. Meliesko, los enfermos de esquizofrenia comparan los objetos utilizando rasgos
muy diversos y desacostumbrados, mientras que las personas sanas hacen las comparaciones
tomando los rasgos banales y "standard".
En segundo lugar, hay que tener en cuenta si el enfermo mantiene el plan dado de comparación o si
su idea "resbala" hacia alguna parte y sus criterios están privados de orden lógico.
Así, por ejemplo, un enfermo de esquizofrenia en estado agudo hace la siguiente comparación
incomprensible y agramática de la lluvia y la nieve: "La nieve: se denominan así todos los micrones
y puntos de ausencias que pueden estar bajo las heladas, mientras que la lluvia está compuesta de
agua y eso puede encontrarse es estrecha colaboración".
Otra enferma compara la lluvia y la nieve así: "La llovizna: son gotas acuosas y la nieve es una
helada, la nieve es nieve y el agua es agua. ¿Cuál puede ser la diferencia?, porque son cosas
completamente diferentes... La nieve corre y el agua corre, la nieve cae y la lluvia también cae..."
EXCLUSION DE OBJETOS
2. Material. Conjunto de tarjetas en cada una de las cuales hay dibujados 4 objetos. Pueden ser
graduados en dificultad.
3. Procedimiento: Se le explica al sujeto que se le van a presentar varias tarjetas. En cada una de
ellas hay 4 objetos, donde hay tres que forman una familia o grupo y uno que hay que separar o
excluir. Su tarea es separar ese objeto y explicar en base a que lo hace.
Pueden utilizarse para pruebas repetidas (para ver por ejemplo la efectividad de la terapia),
escogiendo juegos de cartas aproximadamente iguales en dificultad.
- Elección de valores
- Nivel de pretensiomnes
- Investigación de la autovaloración (Dembo-Rubinstein)
- Análisis psicológico de los datos de la historia vital y de la enfermedad
ELECCION DE VALORES
1. Caracterización general. Esta metódica creada por el E.A. Lavada se utiliza para revelar el grado
de comunicación, de contacto del enfermo, es decir, de su disposición a descubrir la esfera de sus
aspiraciones, intereses y gustos o, por el contrario, de aislamiento, retiro.
2. Material. Para la realización del experimento es necesaria una cartulina o file en la que se colocan
45 tarjetas con palabras escritas en ellas (ver al final).
Después que el enfermo le da al experimentador cinco tarjetas, éste las anota y les pide otras cinco y
luego hace exactamente lo mismo por tercera vez. Durante la elección de las tarjetas el
experimentador anota cada vez todas las expresiones del enfermo y cómo actúa él: si las toma
rápidamente, si lo hace negligentemente o reflexiona, si las compara, si cambia de intención, etc.
En algunos casos los sujetos sanos sometidos a prueba eligen tarjetas en las que aparecen suscritas
denominaciones de valores que superan las verdaderas exigencias culturales. Así, por ejemplo, es
sabido que en la práctica una determinada persona no ama los libros ni la música y prefiere ante todo
comer, beber, jugar a las cartas, sin embargo, en este experimento elige las palabras "museo",
"música", "libros", etc., ya que quiere producir buena impresión en el experimentador.
Por último, los sujetos sometidos a prueba que no quieren revelar ante el experimentador sus
deseos, gustos e intereses. Ellos quieren evitar una situación que los obligarían a elegir las tarjetas
y por tanto,ser demasiado francos. Al volver a preguntar al experimentador qué tarjetas hay que
elegir y recibir la respuesta "cualquiera", los sujetos sometidos a prueba elegían con gusto un
procedimiento formal de ejecución de la tarea: toman cinco tarjetas seguidas, sin reflexionar, de
arriba a abajo, de izquierda a derecha, etc. Estas personas ponen de manifiesto una determinada
reserva, inaccesibilidad.
Según los datos obtenidos por E.A.Lavada, el extraordinario egocentrismo y extroversión durante la
investigación por medio de la presente metódica (el deseo de discutir detalladamente la relativa
atracción que tiene personalmente para ellos cada uno de los valores mencionados) se descubrieron
en los enfermos de epilepsia.
Atendiendo a estos mismos datos, el porcentaje de ejecuciones introvertidas y formales de esta tarea
(la elección de las tarjetas según las filas, sin tener en cuenta lo que está escrito en las mismas) era
muy elevado entre los esquizofrénicos con defectos. En el estricto sentido de la palabra esta
metódica no tiene valor diagnóstico, ya que la misma ha sido escasamente probada. Sin embargo,
aproximándose por su forma a los métodos proyectivos, libres de la investigación de la esfera
personal, ésta puede resultar (en manos de un experimentador osado) un conveniente apoyo para
revelar el estado psíquico y la constitución personal del enfermo.
VALORES
NIVEL DE PRETENSIONES
2. Material. Para la realización del experimento hay que preparar 16 tarjetas con los números del 1
al 16 escritos en ellas. Es muy práctico hacerlas de tarjetas de bibliotecas, pegando en cada uno los
números de un almanaque viejo. Además es necesario preparar un cronómetro o un reloj, una hoja
de papel y un lápiz para el informe. Ante el experimentador debe haber una hoja de papel con los
grupos de diferentes tareas. A pesar de la sencillez exterior de la preparación de los materiales para
el experimento, esta metódica pertenece al número de las más difíciles y requiere más tiempo de
preparación que las demás metódicas.
La esencia del experimento consiste: Se le proponen al enfermo una serie de tarjetas enumeradas
según el grado de dificultad desde las más fáciles hasta las más difíciles, y se le da cada vez la
posibilidad de elegir por sí mismo una tarea para solucionarla. El psicólogo debe tener la posibili-
dad según su propio criterio de crear una situación de éxito (y no tiene que ser obligatoriamente
merecida en lo absoluto). Es decir, elogiar al enfermo; una situación de fracaso, denigrar
acentuadamente los resultados de la solución de la tarea, hacer ver que el sujeto sometido a prueba
no la ha resuelto. Los logros reales del enfermo en el experimento dado no tienen valor, pero el
enfermo desconoce esto, por el contrario, él debe estar convencido de lo opuesto. Sólo es importante
cómo el enfermo reacciona ante sus éxitos o fracasos, qué tareas él elige después que ha experi-
mentado el éxito o el fracaso.
Para que el experimento tenga pleno valor es necesario hacerlo de forma que el enfermo sienta el
éxito o el fracaso lo más profundo y actual posible. Para esto es necesario que el contenido de las
tareas correspondan al círculo de intereses, los conocimientos del enfermo y las exigencias que él
mismo se plantee, así por ejemplo, si el escolar de décimo grado se le propone algún problema
matemático o pregunta del programa escolar la respuesta correcta será para él un éxito actual y el
fracaso una experiencia ofensiva. Si se le propone un problema matemático a un enfermo de edad
madura con un séptimo grado de escolaridad, el fracaso al solucionarlo puede dejarlo indiferente, no
porque al enfermo se le haya embotado la esfera de las emociones y no tenga una adecuada reacción
personal antes sus éxitos y fracasos, sino porque él interiormente, para sí mismo, no pretenda tener
conocimientos de matemática. El no ha sabido solucionar el problema, pero tampoco considera para
sí una habilidad esencial solucionar tales problemas. En el caso dado la elección desafortunada del
problema estropea el experimento y puede provocar errores en el enfermo de sus resultados. Para
el enfermo con un elevado nivel de escolaridad, del que con anterioridad se conoce que sabe de
literatura y arte, en el número de tareas regulares y difíciles se le pueden incluir preguntas sobre
escritores, compositores, artistas y escultores; todas estas tareas y preguntas pueden "incitar el amor
propio" del enfermo, los éxitos y fracasos serán actuales para él. Si, por el contrario, hay que
investigar las reacciones personales de un enfermo con bajo nivel cultural, no conviene ese grupo de
tareas, éstas deben ser sustituidas por otras; pueden ser cuestiones sobre acontecimientos sociales (si
el enfermo lee los periódicos) y cuestiones de carácter profesional (si el paciente es un enfermero,
contador, técnico, etc.).
Hay que subrayar que las tareas deben diferenciarse objetivamente para cada enfermo atendiendo al
grado de dificultad: desde las extremadamente fáciles hasta las extraordinariamente difíciles. La
variación de los intervalos de tiempo (es decir, la posibilidad de dar al enfermo mucho tiempo para
que reflexione y por tanto asegurar el éxito o la posibilidad de echar a andar muy rápida y
demostrativamente el cronómetro, diciendo que el tiempo terminó por tanto crear artificialmente el
fracaso), puede utilizarse sólo como un medio auxiliar. Esto ayuda al experimentador a maniobrar
en el proceso del propio experimento, pero no puede ser el único medio de crear los éxitos y
fracasos. Por consiguiente, una de las dificultades de la realización de este experimento consiste en
que el mismo no puede ser standard, sino que requiere una preparación especial y organización
individual para cada enfermo en particular.
3. Procedimiento. Ante el enfermo se coloca en fila 16 tarjetas numeradas de forma tal que en la
izquierda estén las No. 1, No.2, etc., y a la derecha la No. 18. Luego se dan las siguientes
instrucciones: "Ante nosotros están las números de las tareas de diferente grado de dificultad. Los
números 1, 2 y 3 (el experimentador los señala) son las más fáciles, luego siguen tareas un poco
menos difíciles y, finalmente, las últimas números 15 al 18 las más difíciles. En las tarjetas no está
nada escrito, sólo el número (el experimentador muestra el lado inverso de la tarjeta, donde no hay
nada). Yo le daré la tarea después que usted tome el número. Hay que colocar la tarjeta en el lugar
anterior; con este mismo número yo tengo otras varias tareas. Para la solución de cada tarea se da
determinado tiempo y si usted no llega a escribir en ese tiempo la solución, la tarea se considerará
como no resuelta. Elija, por favor, usted mismo que número de tarea quiere resolver; usted puede
elegir cualquier tarea".
Cuando el enfermo elige una tarea, el experimentador anota en el protocolo el número que eligió,
pone la tarjeta en su lugar, después lee una tarea de la lista que tiene preparada, le da papel y lápiz
para anotar la respuesta y echa a andar el cronómetro. La táctica del experimentador depende del
curso del experimento. Así por ejemplo, si el enfermo se intimida y elige las tareas fáciles o incluso
las regulares en dificultad, el experimentador puede en los mismos momentos garantizarle el
"éxito". Si el enfermo elige inmediatamente una de las últimas, es decir, los números difíciles,
entonces hay que crear obligatoriamente la situación de fracaso. Si incluso resulta casualmente que
la tarea fue elegida desacertadamente, sin tener en cuenta las posibilidades del enfermo y éste
comienza a solucionar exitosamente la tarea díficil, el experimentador puede crear un fracaso,
reduciendo el tiempo.
Habitualmente se hace énfasis en la información acerca de que el enfermo recibe más o menos por
la solución dada: el experimentador "juega" un poco con este experimento. Al informar al enfermo
sobre el fracaso, sobre el menos, el experimentador hará ver que se aflige por el enfermo, que él no
esperaba que la tarea le resultara inaccesible en esa medida. Después se le propone al enfermo que
elija cualquier número de tarea para su posterior solución. De nuevo se repite la situación de éxito o
fracaso y de nuevo se propone elegir el siguiente número. Después que en el experimento se revela
exactamente la tendencia de la elección y solución de 10-14 tareas, se le dice al enfermo: ahora
queda por elegir la última tarea. Para el experimentador aquí es importante únicamente el número
que elige el enfermo. Sería posible no resolver la propia tarea. Para conservar el contacto con el
enfermo y para dejarlo de buen humor, hay que darle esta última tarea de forma que se garantice el
éxito.
Hay que detenerse aún en algunas circunstancias que surgen durante el tiempo del experimento
dado, que obligan a variar la táctica en el proceso del propio experimento. Sucede a veces que a
pesar de que la elección de las tareas está bien pensada y adecuada al enfermo, hay que improvisar y
cambiar las tareas en el momento del propio experimento. Así, por ejemplo, se encuentran sujetos
sometidos a prueba que eligen obstinadamente sólo las tareas más fáciles, sin arriesgarse a pasar a
las más difíciles a pesar del éxito. En estos casos hay que sustituir la elección pensada y proponer
improvisadamente tareas tales como "2 Ø 3" o "nombrar la ciudad en que vivimos", es decir darles
tareas extremadamente fáciles para eliminar la elección de los números de cualquier sentido. Puede
ocurrir por el contrario que el enfermo elija todo el tiempo tareas difíciles porque tenga un nivel cul-
tural elevado y sea más rápido de lo que previó el experimentador; en tales casos es necesario
proponer algunas tareas especialmente difíciles un tanto improvisadamente, para crear situaciones de
un fracaso fundamentado y serio. Es posible, por ejemplo, proponerle que nombre tres destacados
escultores. No es absolutamente necesario que el propio experimentador sepa contestar él mismo
correctamente estas preguntas difíciles.
FORMA DEL PROTOCOLO
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Número del problema Exito o Breve contenido Expresiones
que elige el enfermo. Fracaso de la tarea del y conducta
enfermo
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Algunas leyes sólidamente establecidas por el propio Hoppe y luego por V.B.Zeigarnik y sus
discípulos pueden ayudar en la interpretación de los datos experimentales. A su número pertenece el
hecho de que para las personas psíquicamente sanas y personalmente adecuadas, la elección de los
siguientes números de las tareas dependen de los éxitos o fracasos en las soluciones anteriores. Con
otras palabras, los logros, las soluciones exitosas , crean en las personas cierta seguridad en sus
propias posibilidades y conducen a la gradual elevación de las autovaloración y al nivel de preten-
siones, es decir, a la elección de las tareas más difíciles, mientras los fracasos y los intentos fallidos
de solucionar las tareas difíciles conducen a la disminución del nivel de pretensiones, a la elección
de tareas más fáciles.
Las oscilaciones en la elección (la transición a las tareas fáciles después de los fracasos y viceversa)
de las personas con una actitud estable tienen un carácter más o menos ligero, suave, mientras que
la inestabilidad emocional de los psicópatas provoca oscilaciones de un carácter muy brusco y los
enfermos al parecer se lanzan de un extremo a otro. Un éxito pequeño las empuja a la elección de la
tarea más difícil y un fracaso, a la elección de la más fácil.
Todo esto tiene lugar en los límites de las reacciones personales adecuadas. El embotamiento de la
esfera emocional - volitiva, el defecto de la personalidad, que se pone de manifiesto frecuentemente
en la esquizofrenia, se revela, en este experimento en la alteración de cualquier dependencia entre
el éxito y el fracaso, de una parte, y en la elección de los problemas atendiendo a la dificultad, de
otra. No se descubre tampoco dependencia alguna entre la valoración de la ejecución de las tareas y
la elección de los problemas (es decir, no forma en el experimento el nivel de pretensiones) en los
pacientes con otras enfermedades, pero con una profunda falta de desarrollo o desintegración de la
esfera personal.
Tales son las leyes esquemáticas más fundamentales que pueden ser utilizadas en la interpretación
de los datos experimentales. En realidad, cada experimento no se descifra sin embargo, tan
simplemente, ya que refleja multitud de tendencias complejas. La elección de las tareas depende a
veces de la actitud del enfermo frente al experimentador. Cuando la actitud es muy respetuosa y hay
un elevado interés por la evaluación, como suele ocurrir a veces cuando el enfermo pasa un peritaje
laboral y quiere ser reconocido como sano, éste elige las tareas con extraordinario cuidado. La
juventud del experimentador y su tono vacilante e inseguro en el momento de la realización del
experimento permiten revelar con más facilidad el elevado nivel de pretensiones del enfermo,
además, la elección inicial depende a veces de la exigencia del sujeto sometido a prueba en relación
consigo mismo o de su forma acostumbrada de reaccionar ante las circunstancias alarmantes y
emocionantes, así, una persona psíquicamente sana, muy sencilla y tímida por naturaleza, "perdiendo
la cabeza" de repente toma como su primera elección la tarea más difícil; ha decidido no tener
piedad de sí misma, mostrando enseguida un punto flaco. En otro caso un individuo sano, "que
conoce su propio valor", muy seguro de sí mismo comienza cuidadosamente los problemas fáciles y
sólo gradualmente, sin apurarse, pasa a los regulares; él prefiere aclarar lo que quiere de él, sin
arriesgarse a caer en una situación embarazosa. El psicópata inerte con un elevado nivel de
pretensiones, después de experimentar un "fallo", un fracaso, en la solución de la tarea No. 15, toma
la No. 11, y a pesar del éxito, continúa marchando en orden decreciente, eliminando
consecutivamente números cada vez más fáciles. En el protocolo se crea un cuadro de completa
independencia de la elección del éxito. Sin embargo, a la pregunta del experimentador de por qué él
hace ese tipo de elección el enfermo explica: "Temo caer de nuevo en los escultores españoles y
huyo un poco más lejos de ellos".
Solamente en la última elección el enfermo, enrojeciendo un poco, coge la última y más difícil tarea.
De esta forma la interpretación de este experimento no puede realizarse sólo por la forma de las
curvas o el círculo de la dependencia. Cada protocolo exige un análisis concreto teniendo en cuenta
todas las expresiones directas y la conducta del enfermo.
A pesar de la dificultad que presenta su realización e interpretación, esta metódica se emplea con
mucha frecuencia, ya que da un material valioso y convincente para la discusión sobre la
personalidad del enfermo, sobre su amor propio y autovaloración, y sobre la animación o
embotamiento de sus reacciones emocionales.
INVESTIGACION DE LA AUTOVALORACION
Actualmente este procedimiento experimental se usa mucho más ampliamente para la revelación de
la autovaloración y la conciencia de enfermedad en adultos y niños.
Luego al lado de la primera línea se traza otra línea vertical más y se le propone una tarea análoga:
"Si en esta línea se colocan todas las personas según su inteligencia -arriba los más inteligentes
(talentos), abajo los brutos y en el centro los mediocres. ¿Dónde usted determinaría su lugar? (Se le
propone al enfermo señalar con un lápiz de color su lugar). En la tercera línea se colocan de la
misma forma las personas según el carácter. "Arriba estarán las personas de mejor carácter, abajo
las más malas según el carácter". (De nuevo se le propone al enfermo señalar su lugar). La última y
cuarta línea representa la distribución de todas las personas según la felicidad. "Arriba las más
felices, abajo las infelices". (Al enfermo se le propone señalar su lugar).
FORMA DE PROTOCOLO
Preguntas Respuestas
Una enferma que sufre de una afección reumática no aguda del sistema nervioso central con
psicopatización de la personalidad, elige las cuatro valoraciones extremas: ella se considera a sí
misma la más enferma del mundo, la más inteligente y más buena por el carácter y la más feliz. "Las
personas felices -explica ella - son aquellas que saben arreglárselas bien en la vida, mientras que yo
cuando incluso trato de comprar algo, no tengo suerte".
Una enferma esquizofrénica con depresión, con ideas de autocondena, se valora a sí misma como
situada más alto que el nivel medio por la salud, la más mala por el carácter, la más tonta y también
la más infeliz.
Este mismo experimento con niños se hace algo diferente. La primera línea vertical representa la
valoración del crecimiento en correlación con el grado que estudia el niño. Se introduce para aclarar
mejor a los niños las instrucciones; ningún significado de autovaloración tiene este criterio.
Luego siguen las líneas de valoración de la salud y la inteligencia (en las líneas ha sido colocada
toda la humanidad). En la valoración de la inteligencia se le propone al niño marcar con un trazo el
lugar de su vecino de pupitre y el lugar de su maestro(a). Las últimas dos marcas deberán estar
hecha por diferentes lápices de colores para que posteriormente no sean confundidas. Este
complemento es cierta modificación de la metódica de Greef, propuesta para hacer el trazo hasta tres
circulitos que designan al niño, su condiscípulo y su maestro; el más largo corresponde al más
inteligente.
La valoración del carácter y de la felicidad se da sólo en comparación con los alumnos de su grado.
Después que han sido hecho todos los trazos de colores en todas las líneas se comienza una
conversación con el niño, cuyo objetivo es aclarar las consideraciones del niño en una u otra valo-
ración, como ha sido descrito en la conversación con los adultos. Este sencillo procedimiento
experimental da la posibilidad de revelar la autovaloración de los niños, la cual puede considerarse
como uno de los indicadores de madurez de su personalidad.
Especialmente fructífero es el análisis de las alteraciones personales en una historia clínica. En ella,
además de los datos médicos, se recoge detalladamente las informaciones que caracterizan el camino
vital del enfermo, los modos de acción típicos para él,de comunicación, de solución de conflicto, el
círculo de sus intereses, sus alteraciones en el curso de la enfermedad y retrospectivamente, antes de
la enfermedad; sus interrelaciones en la familia, en el trabajo.
Nunca deberá conformarse una idea acerca de las particularidades de la personalidad, dejando a un
lado la comunicación directa con el hombre, sin observar como se desenvuelven sus cualidades en
experimentos especiales. Por esto, el conocimiento de las historias clínicas debe completarse con la
experiencia de la comunicación y los experimentos con enfermos de una nosología elegida.
La primera etapa del análisis psicológico de la historia clínica consiste en la formación de una
historia detallada y suficientemente típica para este grupo de enfermos, sobre el transcurso de las
alteraciones psicológicas, por lo que se requiere de una exhaustiva comunicación con los enfermos.
En la segunda etapa, después que las historias típicas de las alteraciones personales que interesan
están confeccionadas, es necesario compararlas minuciosamente, "sintetizar" todos estos momentos
"axiales" fundamentales por los cuales pasan la mayoría de los casos estudiados (durante el
alcoholismo, por ejemplo, son las etapas determinadas del cambio del círculo de comunicación, de
intereses; en la anorexia, la sucesión de cambios de los modos de lucha "por el adelgazamiento",
etc.). Se trata de aquellos momentos que son comunes para todo el grupo estudiado de fenómenos
clínicos, que pueden ser expresados en cada historia clínica, de una forma más o menos clara.
El establecimiento, la sintetización de una sola y más típica lógica externa del desarrollo del
fenómeno que nos interesa debe ser la salida final, el producto de esta etapa del análisis.
Sólo después de esto se puede pasar a la tercera etapa: la calificación de los datos obtenidos en
conceptos de la ciencia psicológica. Esto dependerá del marco teórico del psicólogo. En los marcos
de nuestra concepción de personalidad, podemos hablar de necesidad, motivo, sentido, personal,
autovaloración, conflicto, etc. Pero incluso el minucioso estudio de aspectos aislados es insuficiente
para la caracterización de la personalidad. Es necesario descubrir las relaciones existentes entre
ellas.
Sin embargo, con toda su significación, la etapa de calificación psicológica de los datos clínicos
no representa el final del análisis de las alteraciones de la personalidad. Una vez hecha la
"traducción" de la descripción del fenómeno desde el lenguaje clínico al lenguaje de la
psicología, en esencia aún estamos detenidos en los límites del enfoque fenómenológico. No es
suficiente la descripción psicológica de la dinámica, de la consecutividad de los sucesos y hechos
externos observados, ya que esto no señala directamente hacia las regularidades psicológicas que
determinan la conducta del hombre.
Se hace necesario pasar a una cuarta etapa. La esencia propiamente psicológica puede ser
descubierta si nosotros sabemos gracias a qué regularidades psicológicas surge un fenómeno
dado, que mueve a este proceso, cuáles componentes psicológicos lo forman. Por eso se lleva
adelante una nueva tarea:la creación de un "modelo", propiamente psicológico de la formación
de un fenómeno clínico dado. Desde luego, la hipótesis original siempre antecede a la
investigación, pero sólo después del estudio de todas las fases descritas se puede exponer una
idea suficientemente argumentada.
Así, tras la recogida y primera elaboración del material clínico y experimental está la etapa de
"sintetización" de la historia típica de desarrollo del fenómeno que nos interesa; tras la
calificación psicológica de los estados observados, sus cambios sucesivos, está la consideración
del mecanismo interno del proceso, sus regularidades propiamente psicológicas.
Acerca de la necesidad de semejante orientación del curso del análisis de los datos clínicos llegó
a escribir L.S.Vigotski en 1936: "El peso central debe ser trasladado de los hechos externos al
estudio y establecimiento de las conexiones psicológicas internas". Es necesario ir de los externo
a lo interno; de lo que está dado, hacia aquello que no está planteado, del análisis
fenomenológico de los hechos hacia las causas internas que los determinan.
1. Alonso A.: Papel del desarrollo anómalo de la personalidad en el origen de la neurosis y de sus
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12. Grau, J.:, M.Martín y D. Portero: El enfoque personal en la caracterización psicológica del
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