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tema

36 MATEMÁTICAS

Proporciones notables.
La razón áurea.
Aplicaciones.
24-13828-13

Temario 1993
tema 36

matemáticas

1. Proporciones notables
1.1. Proporcionalidad

1.2. Proporciones Notables

2. La razón aúrea
2.1. La serie de Fibonacci

2.2. El número áureo

3. Aplicaciones

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matemáticas

INTRODUCCIÓN

Uno de los principales defectos que se le han achacado siempre a las Matemáticas es su
falta de conexión con el Mundo, la realidad cotidiana y la Naturaleza en general. A pesar de
que el concepto utilitarista de las Matemáticas es relativamente reciente, cada vez está más
extendida la idea de que también hay que enseñar aquello que nos puede ayudar a descubrir
la belleza que existe en tantas cosas de nuestro entorno.
Se debe intentar evitar en lo posible, la formalización excesiva en este sentido, para conse-
guir que, poco a poco, vaya desapareciendo la aversión que muchos estudiantes sienten por
las Matemáticas, ayudando a comprender que, como decía Galileo, «el libro de la Natura-
leza está escrito en el lenguaje matemático».
De entre los muchos temas que hacen patente la relación entre las Matemáticas y otras dis-
ciplinas, las proporciones y, en especial, la sección áurea es uno de los más apropiados.

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1 Proporciones notables

1.1. Proporcionalidad

El concepto de proporción es uno de los más intuitivos de la matemática, y apa-


rece en multitud de ocasiones: relación gasto/compra, relación espacio/velocidad,
relación lado del cuadrado/área del mismo, y así podríamos abarcar todos los
campos posibles.
Matemáticamente, llamamos proporción a la igualdad de dos razones o cocientes,
es decir:
A C
= , y se lee «A es a B como C es a D»
B D
Y también decimos que cuatro números A, B, C y D forman una proporción cuando:
A C
=
B D
A C
Al valor de ese cociente = = k se le llama constante de la proporción.
B D
Por último, los términos A y D se llaman extremos de la proporción, y los B y C
son los medios de la proporción.
Todas las propiedades de las proporciones se deducen lógicamente de las propie-
dades de la igualdad de fracciones. Para terminar este apartado, definiremos la
proporcionalidad directa e inversa de magnitudes.

XX Proporcionalidad directa de magnitudes

Dos magnitudes se dicen directamente proporcionales si existe una relación entre


ellas de tal forma que al multiplicar cualquier cantidad de una de ellas por un nú-
mero, el valor correspondiente de la otra queda multiplicado por dicho número.
De igual manera, podemos añadir que dos magnitudes son directamente propor-
cionales cuando la razón entre dos cantidades cualesquiera de una magnitud es
igual a la razón entre las cantidades correspondientes de la otra magnitud.
Podemos citar como ejemplo de magnitudes directamente proporcionales los si-
guientes casos:
„„ Longitud del radio de una circunferencia y la longitud de ella.
„„ Sueldo de una obrera y tiempo trabajado.
„„ Peso de una mercancía y su coste correspondiente.

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„„ Número de boletos de lotería comprados y probabilidad de que toque algún


premio.

XX Proporcionalidad inversa de magnitudes


A B
Se llama razón inversa de a la razón .
B A
Dos magnitudes se dicen inversamente proporcionales si están relacionadas de
manera que al multiplicar una cantidad de la primera por un número, la correspon-
diente de la otra queda dividida por ese número.
Podemos concluir, pues, que si dos magnitudes son inversamente proporcionales,
la razón entre dos cantidades cualesquiera de una de ellas es igual a la razón in-
versa de las cantidades correspondientes de la otra.
He aquí algunos ejemplos de magnitudes inversamente proporcionales:
„„ Velocidad y tiempo empleado en recorrer una distancia.
„„ Número de participantes en un sorteo y probabilidad de obtener premio.
„„ Número de grifos de una bañera y tiempo que tarda en llenarse.

1.2. Proporciones Notables

La teoría de las proporciones es una de las ramas más antiguas de la matemática y


su importancia ha sido fundamental para el desarrollo de la misma.
El libro V de Los elementos de Euclides (300 a. de C.) está dedicado íntegramente
a la teoría de las proporciones y es uno de los más admirados. Pero la primera
aplicación de las proporciones se le atribuye a Thales de Mileto.
Se sabe bastante poco de la vida de Thales (aproximadamente 640-550 a. de C.),
pero hay muchas leyendas en torno a él. Una de ellas nos cuenta cómo estando
Thales en Egipto se le preguntó si podría calcular la altura de la pirámide de
Keops. Se dice que, entonces, Thales se tumbó sobre la arena y dejó marcada la
huella de su cuerpo, después se colocó de pie sobre un extremo de la marca y espe-
ró a que su sombra coincidiera exactamente con su huella. En ese justo momento
mandó medir la longitud de la sombra de la gran pirámide y sentenció que ésa era
la altura buscada.
Esta leyenda ilustra una de las primeras proporciones conocidas por el hombre:
la altura de los objetos y la longitud de sus sombras son directamente proporcio-
nales.
Otra de las proporciones notables más importantes es el Teorema de Thales, que
ya se tratará con detenimiento en otro tema.
Ejemplos de proporciones los encontramos en muy variadas ocasiones: reglas de
tres, porcentajes, repartos proporcionales, interés simple, música, cuerpo humano,
arte, etc.

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En este tema vamos a restringirnos a las proporcionalidades geométricas. Dentro


de este campo tenemos que destacar los segmentos cuarto, tercero y medio pro-
porcional a otros dados.

XX Segmento Cuarto Proporcional a otros tres dados

Dados tres segmentos a, b y c, se trata de construir otro x, que forme con ellos
proporción, es decir, que verifique la igualdad:
a c
=
b x

La construcción del segmento cuarto proporcional está basada en el Teorema de


Thales y se entiende bastante bien:

a c
El segmento x así construido, cumple que = .
b x
Decimos entonces que x es el cuarto proporcional a a, b y c.

XX Segmento Tercero Proporcional a otros dos dados

Cuando los dos medios o los dos extremos de una proporción son iguales, los ex-
tremos o los medios distintos se denominan terceros proporcionales. Es decir,
a b
= .
b x
El trazado geométrico del tercero proporcional también se basa en el Teorema de
Thales, y se hace así:

a b
El segmento x así construido, verifica que =
b x
Decimos entonces que x es el tercero proporcional a a y b.

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XX Segmento Medio Proporcional a otros dos dados

Cuando los dos medios o los dos extremos de una proporción son iguales, cada
uno de ellos se llama medio proporcional entre los dos extremos o medios diferen-
tes. Veamos tres procedimientos distintos para hallar el medio proporcional.
„„ Basado en el teorema de la altura

Es claro que la altura del triángulo así construido, es un segmento x que cumple:
x b
=
a x

Decimos entonces que x es el medio proporcional a a y b.

„„ Basado en el Teorema del cateto


Gracias al teorema del cateto sabemos que a = b
b x

„„ Basado en la potencia de una circunferencia


Según la definición de potencia, sabemos que a · b = x2, es decir, se cumple
que:
x b
=
a x

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Pero, sin lugar a dudas, la proporción más importante de toda la geometría es la


proporción áurea. Esta «divina proporción» se conoce desde la antigüedad y nos
encontramos con ella en multitud de campos, ya sea de las matemáticas o no. A
continuación hacemos un estudio detallado de ella.

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2 La razón aúrea

2.1. La serie de Fibonacci

Fibonacci es el seudónimo de Leonardo de Pisa, matemático italiano que nació


en 1175 (d.C.) y es autor del libro Liber Abaci (el libro del Abaco) por el que se
introduce nuestro actual sistema de numeración.
El origen de la famosa serie numérica fue el famoso problema de los conejos:
Fibonacci supuso que cada pareja de conejos al cabo del segundo mes de vida,
produce una nueva pareja de conejos cada mes, que a su vez puede reproducirse a
partir del segundo mes.
Se obtiene sin dificultad que la solución de este problema es la serie numérica:
1 1 2 3 5 8 13 21 34 55 89 ...
en la que se observa que cada término es la suma de los dos anteriores. Fibonacci
descubrió esta serie en el año 1202.
Otro problema que nos con-
duce a la serie de Fibonacci
es el del número de descen-
dientes en cada generación
de una abeja macho o zán-
gano: según se sabe, una vez
inseminada la abeja reina
por un zángano (de otro en-
jambre), aquélla se queda
en su colmena y ya no sale
más, dedicándose a la pues-
ta de huevos que ella misma
va fecundando o no, dando
origen así a abejas obreras
o reinas en el primer caso,
y machos o zánganos en el
segundo. Si observamos el
árbol genealógico (figura 1)
de un zángano, podemos ver
como el número de abejas en
cada generación, es uno de
los términos de la serie de
Fibonacci. Figura 1

Deteniéndonos en, por ejemplo, la sexta generación, y representando mediante


una tecla blanca a la hembra y una negra al macho, obtenemos curiosamente los
13 semitonos de la escala cromática (8 blancas de la escala principal y 5 negras de
la escala pentatónica).

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Figura 2

La serie de Fibonacci se puede encontrar también en Botánica. Así, por ejemplo,


ciertas flores tienen un número de pétalos que suelen ser miembros de dicha serie,
y así tenemos con 3 pétalos el lirio, con 5 y 8 algunos ranúnculos y delphiniums, y
las margaritas y girasoles suelen contar con 13, 21, 34, 55 u 89 pétalos.
La parte de la Botánica que estudia la disposición de las hojas a lo largo de los
tallos de las plantas, se llama Filotaxia. En la mayoría de los casos esta disposi-
ción es tal, que permite a las hojas una captación uniforme de luz y aire, siguiendo
normalmente una trayectoria ascendente y en forma de hélice.
Si tomamos una hoja de un tallo de una planta y contamos el número de hojas
consecutivas (n) hasta encontrar otra hoja con la misma orientación, este número
es, por regla general, un término de la serie de Fibonacci. Además, si mientras
contamos dichas hojas vamos girando el tallo (en el sentido contrario al de las
agujas del reloj, por ejemplo), el número de vueltas (m) que hay que darle al tallo
para llegar a otra hoja con la misma orientación, es también un término de la serie,
llamándose «orden o característica» de dicho tallo a la fracción m/n, y que como
muestra la figura 2, por ejemplo, en el olmo es 1/2, en el álamo es 2/5, en el sauce
llorón 3/8 y en el almendro es 8/13.
Asimismo se puede observar cómo las
«hojas» de una piña de pino tienen por
regla general una característica de 5/8 u
8/13, presentando propiedades similares
las hojas de las lechugas, los pétalos de
las flores, las ramas de las palmeras, el
ficus, etc., ejemplos que son susceptibles
de ser comprobados experimentalmente
(figura 3).
La serie de Fibonacci puede ser útil tam-
bién para resolver problemas relacionados
Figura 3
con la combinatoria y la probabilidad.

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2.2. El número áureo

Otro número, íntimamente relacionado con la serie que hemos estudiado ante-
riormente, es el llamado Número de Oro o Número Áure», cuyo origen hay que
buscarlo al tratar de dividir un segmento en dos partes desiguales de la forma más
general y directa posible.
Dado el segmento:

podemos formar seis razones con las medidas a, b y c. Después de estudiar los 15
casos posibles de proporción que se pueden formar igualando dos razones cuales-
quiera de ellas, llegamos a la conclusión de que dicha división consiste en hacer
que «la parte mayor (a) sea a la menor (b) como el segmento total (c) es a la mayor
(a), división de un segmento que ha tomado los nombres de «extrema y media
razón» (Euclides), «Sección Áurea» (Leonardo Da Vinci) o «Divina proporción»
(Fray Luca di Pacioli).
Vamos a estudiar el valor de la razón a/b.
a a+b a
Teniendo en cuenta que ha de cumplirse que = , llamando x = y di-
b a b
vidiendo los dos términos del segundo miembro por b, obtenemos la ecuación:
x2 − x − 1 = 0, cuyas soluciones son:

1+ 5
φ= = 1, 6180339...
2
1− 5
φ′ = = −0, 6180339...
2

A estas raíces se les suele notar con la letra griega φ (phi) en honor de Phidias,
escultor griego que utilizaba mucho este número en las proporciones de sus escul-
turas.
Este número lo podemos obtener de diversas formas:
„„ Como límite del cociente de dos términos consecutivos de la serie de Fibonacci:
Fn +1
lim =φ
n →∞ Fn

donde Fn es el n-simo término de la serie.

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„„ Mediante:

lim 1 + 1 + 1 + 1 + = φ

1
1 + lim =φ
1
1+
1
1+
1+

Este número posee curiosas e importantes propiedades matemáticas. Como


muestra señalaremos que φ · φ’ = −1 y que φ + φ’ = 1, lo que nos permite afir-
mar que si a este número se le disminuye en una unidad, se convierte en su
recíproco:
1
φ −1 =
φ
Pero lo más interesante de este número de cara a la enseñanza, quizás no sean
tanto sus propiedades como su presencia en la Naturaleza, la Música y, en ge-
neral, las Artes, que conecta las Matemáticas con algo tan cercano a nosotros
como es la propia vida.

XX El número áureo en la naturaleza

Es muy conocido el grabado de Leonardo Da Vinci para ilustrar los trabajos de


Vitrubio acerca de las proporciones humanas (figura 4). Según Vitrubio, si se co-
loca la punta de un compás en el ombligo de un hombre y to-
mamos como radio la distancia que hay entre la planta de los
pies (juntos) y el ombligo, entonces los dedos de las manos y
de los pies tocarán la circunferencia así trazada. Además, po-
demos encontrar un cuadrado donde esté encerrado el cuerpo
humano, ya que si medimos la distancia desde la planta de los
pies hasta la punta de la cabeza, y luego aplicamos esta misma
medida a los brazos extendidos, encontramos que la anchura
es igual a la altura. Pues bien, según estudios efectuados por
Zeysing, entre otros, y que están de acuerdo con los criterios de
Leonardo Da Vinci y Vitrubio acerca de las proporciones en el
hombre, el ombligo divide a la altura de éste según la sección
áurea, lo que significa que el grabado de Leonardo consiste
en un hombre «inscrito en un círculo de radio el número de
oro.

Figura 4

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He aquí los datos en media obtenidos por Zeysing, donde h representa la altura
total, n la distancia vertical entre el ombligo y la planta de los pies y m, la distancia
entre la cima del cráneo y el ombligo:
h (en m) Edad (años) h/n n/m
0,485 0 2 1
1 1,90 1,11
0,836 2 1,84 1,17
3 1,79 1,26
4 1,75 1,34
5 1,70 1,42
6 1,68 1,46
7 1,67 1,50
8 1,65 1,54
---------------------------------------------------------------------
17 1,59 1,70
1,731 21 1,625 1,60

Otros resultados que nos confirman la presencia de φ en el cuerpo humano, son


los siguientes:
„„ La punta de los dedos medios de las manos dividen la estatura del cuerpo en
extrema y media razón, pero con la parte menor hacia abajo.
„„ El rostro (figura 5) está normalmente enmarcado en un rectángulo áureo, y se
cumple entre otras relaciones que:
EB DH AB FD CB DB
= = = = = =φ
HB DE BD DE EB EB

AB AD DB 5 +1
= = =φ=
BC FD EB 2

FD DH EB
= = =φ
DE DE HB

Figura 5

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„„ Las tres falanges del dedo medio o del anular dan tres términos consecutivos de
una serie en φ: φ, φ2, φ3, siendo esta serie (1, φ, φ2, φ3, φ4 ....) la única que goza
de la doble condición de ser aritmética y geométrica con la misma razón.
Estos datos podrían completar algunas otras proporciones que Vitrubio encuentra
en el cuerpo, tales como que la cara es la décima parte de la altura total, la cabeza
(desde la barbilla a la coronilla) supone la octava parte de la estatura, la longitud
del pie es una sexta parte, la longitud del antebrazo y la anchura del pecho, son
ambas una cuarta parte de la altura de una persona.
Existen numerosos estudios estadísticos efectuados sobre estatuas y esqueletos
que proporcionan una cantidad enorme de relaciones entre medidas en las que
interviene de forma principal el número áureo, confirmando así los criterios de
Vitrubio.
Con este mismo objetivo podemos efectuar tam-
bién diversas medidas de los ejes mayores (longi-
tudinal (a) y transversal (b)) de huevos de gallina.
Podemos llegar a la conclusión que el cociente en-
tre ambas medidas oscilará entre φ = 1,272 y
φ = 1,618, y que el eje transversal corta al longitudinal
(figura 6) según la proporción áurea, o sea, el círcu-
lo de hinchazón máxima del huevo se encuentra más
cerca del casquete aplastado y determina una razón φ
sobre el eje de simetría.
Además, en el perfil del huevo se encuentra una cono-
cida curva, la catenaria, que es la que formaría un hilo
pesado inextensible entre dos puntos de suspensión, y
que engendra, además, una superficie mínima al girar
en torno a un eje dado, y que, como se sabe, tiene una
Figura 6
relación muy directa con el «principio de mínima ac-
ción».
Sería lógico que si en Botánica se presenta la serie de Fibonacci y ésta se encuen-
tra íntimamente relacionada con el número φ, éste lo encontraremos en las plantas,
de alguna forma. Efectivamente, las hojas y ramas de las plantas y árboles que
tratan de encontrar un máximo de luz, se disponen según un ángulo llamado ideal
que ha sido medido experimentalmente por Wiesner y Zeysing, encontrándose el
valor medio de 137o 30’ 27’’ = a, que es el ángulo que divide a la circunferencia
en extrema y media razón, o sea:
b a+b
= = φ donde b = 360°
a b
Éste ha sido el ángulo encontrado precisamente para que las hojas no se solapen
nunca exactamente y toma el valor:
b 360
a = 360 − b = = 2 = 13730 ' 27 '' donde hemos utilizado que 1 + φ = φ
2

φ φ

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XX El número áureo en la música

La relación de este número con la Música, merecería un tratamiento exclusivo,


pero por citar un ejemplo, el músico ruso Mauratev, en su afán de encontrar leyes
objetivas que expliquen «la armonía» del Universo, no sólo lo ha encontrado en la
Apassionata de Beethoven, sino también en el Sistema Solar, ya que si se colocan
todos los planetas en fila, se ve cómo cada uno divide las distancias entre dos pla-
netas vecinos, y sólo la Tierra se halla en el punto que se expresa por el número de
sección áurea. Y Mauratev se pregunta: ¿Tiene alguna relación este fenómeno con
el hecho de que sea la Tierra el único planeta de nuestro Sistema Solar con vida?

XX El número áureo en arquitectura

El hombre, como producto de la Naturaleza, ha tratado siempre


de imitarla, teniendo una muestra de ello en la aparición de nues-
tro número áureo en los más famosos edificios de la antigüedad,
como Notre Dame, el Partenón, la Catedral de Colonia e inclu-
so en algunos cromlechs, como el de Chartres con dimensiones
áureas casi exactas. Pero el ejemplo más interesante quizás, lo
encontremos en la famosa pirámide de Keops, estudiada desde el Figura 7
punto de vista matemático por numerosos científicos.
La Gran Pirámide es de base cuadrada de lado 2a = 232,805 m. y de altura
h = 148,208 m., y de la que Herodoto nos relata que «los sacerdotes egipcios le
habían enseñado que las proporciones establecidas para la Gran Pirámide entre el
lado de la base y la altura eran tales, que el cuadrado construido sobre la altura
era exactamente igual al área de una de las caras triangulares de la pirámide», lo
que traducido al lenguaje algebraico (figura 7) significa que h2 = c · a, y como
c2 = h2 + a2, de estas dos ecuaciones haciendo:
c
x=
a
obtenemos la conocida ecuación x2 – x – 1 = 0, que nos llevó a la obtención del
número de oro:
c
φ=
a

Si efectuamos los cocientes h/a y c/h obtendremos que:


h c
= φ
a h

lo que nos dice que los lados a, h y c están en progresión geométrica de razón φ
y, por consiguiente, las áreas de los cuadrados construidos sobre dichos lados
a2, h2, c2 estarán en progresión geométrica de razón φ.

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Además de esto se cumple que el área total de la pirámide está dividida según las
sección áurea, de modo que:
A t Al
= =φ
Al Ab
donde: At= área total, Al=área lateral y Ab = área de la base del triángulo.
Asimismo se cumple que el perímetro de la base es igual a la longitud de la cir-
cunferencia de radio la altura, lo que explica que muchos estudiosos interpretaran
la construcción de esta pirámide como un intento de cuadrar el círculo, problema
éste que está relacionado estrechamente con φ, ya que los arquitectos han utilizado
este número para hacer cuadraturas aproximadas de círculos.
A todas estas propiedades y muchas más, habría que añadir las fascinantes propie-
dades astronómicas y geodésicas que presentan:
„„ Su situación es tal que el meridiano de orientación (plano meridiano que contie-
ne al eje de paso de entrada) es el que atraviesa más continentes y menos mares
y divide en dos partes iguales las tierras de la superficie terrestre.
„„ El paralelo 300 N, sobre el que se encuentra el centro de la Gran Pirámide, es
también el que atraviesa el máximo de tierras.
„„ Multiplicando la altura h por 109 obtenemos, aproximadamente, la cifra de
148.208.000 Km., aproximándose mucho a 149.400.000 Km., que es la distan-
cia de la Tierra al Sol, con una oscilación de 70.000 Km.
„„ Si dividimos el lado de la base por el número de días del año, obtenemos:
2a
= 0, 6373991  m.
365, 242
llamado metro piramidal, que multiplicado a su vez por 107 nos da la cifra de
6.374 Km., que es el radio medio de la Tierra.
Todo esto nos muestra el grado de perfección desde el punto de vista científico
al que llegaron los egipcios, así como su afán por imitar y seguir las leyes natu-
rales, ganando, al mismo tiempo, en eficacia, pues cabría añadir que la pirámide
así construida ofrece la máxima resistencia, lo que concuerda con el principio de
mínima acción, íntimamente relacionado con el número áureo.

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3 Aplicaciones

XX Construcción geométrica de la división áurea de un segmento

Dado un segmento AB de longitud c.


Se toma sobre BY (perpendicular a AB) un segmento
BD = AB/2.
Uniendo A y D obtenemos DE = DB = c/2.
Entonces, con centro en A y radio AE, se obtiene el punto C, que es el punto que
divide AB en extrema y media razón, según indica la figura 8.

Figura 8

Figura 9

XX Polígonos regulares y cuerpos platónicos

De entre todos los polígonos, donde más relaciones áureas podemos encontrar, es
en el pentágono regular y en el pentágono estrellado, este último utilizado por la
sociedad pitagórica como símbolo de identificación y de salud (figura 9).
Algunas relaciones áureas, son las siguientes:
Si R y r son los radios de los círculos circunscritos a los pentágonos A’B’C’D’E’
y P Q R S T respectivamente, y si tomamos PQ como unidad de longitud, se
cumple:
A 'P = φ
R OA '
= φ2 =
r r
OA φ
=
r 2
OA '
= 2φ
OA

SX PX B ' X
= = =φ
PX XR Xt
B ' V B ' Q B ' X B 'S
= = = =φ
VA ' QP XT SD '

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„„ Cualquier diagonal como SQ = φ


„„ La longitud del lado de pentágono A’B’C’D’E’ es φ2.
„„ Doblando los triángulos A’PQ sobre PQ así como los demás triángulos simila-
res, de forma que A’B’C’D’ y E’ se encuentran en H’, obtenemos una pirámide
de altura OH que cumple:
OH OH
=2y =φ
OA r
Es curioso observar cómo el átomo de carbono que es básico en la vida, tie-
ne una estructura atómica que hace que sus compuestos adopten una estruc-
tura tetraédrica con el átomo de carbono en el centro (figura 10) al igual que
la estructura del carbono puro cristalizado (diamante), la más fuerte y estable
de la naturaleza. Pues bien, esta estructura tetraédrica con un átomo
en el centro, es:

´
Lado del pentagono estrellado

Lado del pentagono
´ regular

topológicamente equivalente al pentágono estrellado, donde la presencia de φ


es tan frecuente.
Todo esto, además de sernos útil para conec-
tarlo con la simetría pentámera que se encuen-
tra en abundancia en la naturaleza (estrellas de
mar, flores, semillas de frutos, etc.) nos servirá
para tratar el teorema de Gauss, que nos deter-
mina qué polígonos se pueden construir euclí-
deamente con regla y compás y estudiar nuevas
relaciones entre ellos, como por ejemplo que
el lado del decágono está en proporción áurea
con el radio del círculo circunscrito, y pasar
a estudiar el tema de las particiones del plano
con polígonos regulares, donde tendremos
Figura 10
ocasión de hablar de la partición hexagonal
de los panales de miel (con menor perímetro
obtenemos máxima superficie) y su indudable relación de nuevo con φ y el principio
de mínima acción.
Un tratamiento parecido cabe darle al estudio de los cinco cuerpos regulares, tan
estudiados por Platón y donde encontraremos relaciones áureas en abundancia.
El más claro ejemplo de estos cuerpos platónicos en la naturaleza, lo podemos
encontrar en los esqueletos de los radiolarios.

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tema 36

matemáticas

XX El número áureo y las espirales

Existen en la naturaleza multitud de ejemplos que adoptan la forma de espiral,


desde la mayoría de las galaxias a las telas de araña, pasando por los remolinos,
colmillos de animales, cuernos, etc. Existe una relación muy directa entre el nú-
mero φ y algunas espirales, y, sobre todo, con las formas de crecimiento, tanto en
el reino animal como vegetal.
La llamada espiral logarítmica la podemos obtener a partir de un rectángulo áureo:
b
= φ sus lados están en proporción áurea
a
Según pruebas efectuadas por psicólogos alemanes, ha resultado el más preferido
por la gente desde el punto de vista estético, de entre multitud de rectángulos,
incluyendo el cuadrado.
Si en un rectángulo de oro (figura 11) construimos un cuadrado ABCD, de lado la
altura del rectángulo, nos queda otro rectángulo BCHG que resultará ser también
áureo y que es susceptible de ser descompuesto análogamente, obteniendo una
sucesión de cuadrados y de rectángulos áureos, de forma que si vamos trazando
arcos de circunferencia con centros C,K,L,P, ... y radios los respectivos lados de los
cuadrados de los cuadrados, obtendremos la espiral logarítmica, figura que la pode-
mos encontrar en multitud de conchas marinas (figura 12), el Anmonites (figura 13)
y siendo, quizás, el animal más representativo y cuya concha se ajusta más a esta
curva, el Nautilus, del que podemos ver una radiografía en la figura 14.

Figura 12

Figura 11

Figura 14

Figura 13

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matemáticas

En Botánica, además de las plantas enredaderas, presentan esta forma la disposi-


ción de las semillas de las margaritas y los girasoles, disponiéndose en el sentido
de las agujas del reloj y en sentido contrario en forma de espirales logarítmicas en
un número que además suele ser miembro de la serie Fibonacci.
Parece ser que la naturaleza ha elegido esta forma de desarrollo en algunos de
sus miembros, por estar relacionado de nuevo con una de sus leyes, como es el
principio de mínima acción, y así se presenta esta forma además en el oído medio
del hombre, el cordón umbilical, la estructura del DNA, intestinos y pared del
corazón de animales, huesos largos, etc.
En la siguente página presentamos tres maneras diferentes para la construcción de
un rectángulo áureo.
1. De una forma aproximada con rectángulos cuyos lados son números de Fibo-
nacci (figura 15), apreciando que es cierta la propiedad de poderse descompo-
ner en cuadrados y rectángulos que, a su vez, siguen siendo de lados números
de Fibonacci.
2. Uniendo a un rectángulo cualquiera un cuadrado de lado el lado mayor del rec-
tángulo. Reiterando el proceso, nos iremos acercando con más precisión cada
vez a un rectángulo de oro (figura 16).
3. La construcción formal de este rectángulo (figura 17) consiste en tomar un
cuadrado de lado AB, y con centro en M (punto medio de AB) y radio MC
trazamos un arco que corta a la prolongación de AB en E, siendo AEFD un
rectángulo áureo, cuya comprobación no resultará muy difícil.

Figura 15

Figura 16
Figura 17

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matemáticas

BIBLIOGRAFÍA
AMERICAN MATHEMATICAL MONTLHY.
ARCHJIBAL, R.C.: The Golcen Section.
BARAVALLE, H.: The Geometry of the pentagon and de Golden Section.
BEARD ROBERT, S.: The Golden Section and Fibonacci numbers.
FIBONACCI QUARTERLY: Revista de la Fibonacci Association. Universidad de Santa Clara. Cali-
fornia.
GHYKA, M.: The Geometry of art and life. Ed. Poseidon. El número de oro. Ed. Poseidon.
GUILLEMINOT, H.: La matière et la vie.
HUNTLEY, H.E.: The Divine Proportion: a study in Mathematical beauty. Dover. New York.
RUÍZ LÓPEZ, F.: Las Matemáticas en la Naturaleza.

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matemáticas

RESUMEN

Proporciones notables.
La razón áurea.
Aplicaciones.

1.
1 Proporciones notables

1.1. Proporcionalidad
Se define como la igualdad de dos razones. Constante de proporcionalidad, extremos y
medios.
XX Proporcionalidad directa de magnitudes
Si multiplicamos a una de las magnitudes por un número, la otra queda multiplicada por
dicho número.
XX Proporcionalidad inversa de magnitudes
Si multiplicamos a una de las magnitudes por un número, la otra queda dividida por dicho
número.

1.2. Proporciones notables


Thales de Mileto (pirámide de Keops); Euclides en su libro V de «Los Elementos».
XX Segmento cuarto proporcional a otros tres dados
Conocidos tres segmentos, construir otro que forme proporción con ellos. Construcción:
Thales.
XX Segmento tercero proporcional a otros dos dados
A igualdad de extremos (o medios), los medios (o extremos) se dicen terceros proporcio-
nal. Construcción: Thales.
XX Segmento medio proporcional a otros dos dados
A igualdad de extremos (o medios), cada uno de ellos es medio proporcional entre los dos
medios (o extremos). Construcción: Teorema de la altura, teorema del cateto, potencia de
una circunferencia.

2.
2 La razón aúrea

2.1. La serie de Fibonacci


Leonardo de Pisa (Fibonacci), autor de «Liber Abaci», introdujo el actual sistema de nu-
meración. Además encontró la serie que lleva su nombre en un problema reproductivo
sobre conejos. También se encuentra: descendencia en cada generación de abejas zángano,
número de pétalos de flores, disposición de hojas a lo largo de tallos, escamas de piña de
pino…

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matemáticas

2.2. El número áureo


Este número lo podemos obtener como:
„„ División de un segmento en dos partes desiguales.
„„ Límite del cociente de dos términos consecutivos de la sucesión de Fibonacci.
„„ Solución de la ecuación de segundo grado.
XX El número áureo en la naturaleza
Distintas proporciones en el cuerpo humano, en huevos de gallina, en el ángulo que toman
las plantas para optimizar sus recursos, en la posición de la Tierra en el Sistema Solar
XX El número áureo en la música.
XX El número áureo en la arquitectura.

3.
3 Aplicaciones
XX Construcción geométrica de la división áurea de un segmento
XX Polígonos regulares y cuerpos platónicos
El cociente entre el lado del pentágono estrellado y el pentágono regular es el número
áureo. Esto nos ayuda a ver aún más relaciones áureas en la natualeza debido a la simetría
pentámera tan habitual.
XX El número áureo y las espirales
La espiral logarítmica se obtiene a partir de un rectángulo áureo y se encuentra en: conchas
como la del Nautilus, en la disposición de semillas cuyo número además suele ser miem-
bro de la sucesión Fibonacci, oído medio humano, ADN... Construcción de rectángulos
áureos: con rectángulos cuyos lados son números de Fibonacci/uniendo a un rectángulo
arbitrario un cuadrado de lado el lado mayor del rectángulo/ mediante trazo de arcos.

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