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Si la única autoridad real que a todos nos obliga y a todos nos condiciona es dios,

entonces todos somos iguales bajo dios. Todos: el obrero, el burgués, el hombre, la
mujer, el blanco y el negro. O sea, las jerarquías humanas, para una concepción
mesiánica no tienen sentido, porque la única autoridad soberana reconocible es la
divina. Dios nos iguala a todos. Todos estamos desnudos frente a dios y en la
desnudez somos todos iguales, porque la desnudez hace irreconocible la diferencia
entre el rico y el pobre. Estas lecturas mesiánicas, que para nosotros tendrían
mucho que ver con cierto conservadurismo. El anarquismo dice ni dios ni el
hombre, pero el dios del que habla el anarquismo es el dios de la iglesia, Acá es
otra la lectura una lectura que ni siquiera necesita que dios exista. Yo no creo en el
dios de las religiones, pero a mí me recabe que frente a eso que no sé qué mierda
es ni me importa en algún punto, eso que a todos nos condiciona desde el
momento en que nacemos y morimos, eso que condiciona que el ser humano sea
por naturaleza una entidad que nace para morir, frente a eso todos somos iguales.
El mayor explotador de la historia del universo, se muere. El nacer para morir nos
une a todos. Algunos dicen “frente a dios”, está bien, no lo llames dios, llamalo
nacer para morir, ese es mi dios. Yo llamo dios a ese destino que me tocó, que es
que nací para morir, porque eso me excede. Llamo dios a lo que me excede, a lo que
no puedo resolver, a lo que no puedo producir. No me produje a mí mismo, y acá
estoy, y no puedo producir el no morir. No quiero, pero bueno. (50:08)

antes: la venida del mesias es re troska, porque primero tiene que venir el
anticristo, o sea, que antes que venga el mesias tiene que haber quilombo, cuanto
peor mejor (43:30) (si hay derecho no hay justicia)

Desafío: armar collage con estas cosas, meterlas en un texto, trabajar con este tipo
de intertextualidad

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