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Clara Garriga
100336678, Globalización
(The Gods Must Be Crazy) es una comedia cinematográfica Filmada con bajo presupuesto y en
Botsuana, escrita y dirigida por Jamie Uys en 1980.
En las regiones remotas del inhóspito desierto de Kalahari vive una tribus de bosquimanos que han
mantenido su existencia durante los últimos 20.000 años sin el contacto con personas de otras
tierras. Esto implica no estar contaminados por las influencia de la era contemporánea.
Los bosquimanos creen tener todo lo que necesitan de los dioses, aunque de vez en cuando los
bosquimanos miran hacia arriba, al cielo infinito y miran inquietos los paseos de los dioses por sus
tierras, cada vez de forma más regular.
Pero un día, un extraño objeto cae a la tierra del mundo de los dioses, algo nunca visto antes por la
tribu, que es en realidad una botella de Coca-Cola, que lanzó un piloto inconsciente desde su avión.
Se maravillan del objeto misterioso, y pronto descubren sus muchos usos más allá de lo que el
hueso y la madera es capaz de hacer.
Sin embargo, dado que los dioses solamente les dieron a la tribu un único objeto, el malestar entre
sus integrantes aflora por primera vez en miles de años, despertando la lucha y el recelo por la
posesión de la ahora herramienta indispensable de sus tareas diarias.
Xixo decide que debe deshacerse de esa "cosa maligna" antes de que haga más daño a su pueblo. Y
así, Xi inicia su travesía hacia el final de la tierra para lanzar la "cosa maligna" por el borde, para
que nadie más padezca su ira e infortunio.
En el camino, Xi se encuentra con algunas de las criaturas más extrañas que jamás haya visto... “el
hombre moderno”. Molesto, chillón y descuidado, incapaz de leer los signos de la tierra.
Análisis
La vida tal y como la conocemos las “personas civilizadas” se basa en pasar años memorizando
contenidos, primero en la escuela, luego en la universidad y finalmente en el trabajo; luego sigue
siendo mecanizada, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, pasando horas y horas pegados a
una computadora y en atascos de tráfico. Hemos querido adaptar la naturaleza a nuestra forma de
vida, con el propósito de facilitar nuestro día a día pero logrando solamente complicar todo,
dañando y explotando la naturaleza.
¿Se pueden imaginar cómo sería en nuestra sociedad? Es difícil hacerlo, pero no quiere decir que
sea descabellado ni imposible.
Por último está el encuentro de dos culturas, dos realidades, dos mundos. Aquí se llega a un punto
clave donde se evidencia que la homogeneidad social a la que quiere llegar la globalización no es
absoluta, así como la contradicción que es la globalización en sí misma, ya que llega a unos más
que a otros.
Ha sido impactante ver un modo de vida tan diferente al que conocemos, donde no hay concepto de
dinero, no hay sentido de propiedad, donde se convive con la naturaleza en lugar de explotarla,
donde no conciben el odio, la envidia o la violencia. ¡Cuán distinta es la realidad de las llamadas
personas civilizadas!