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José Smith y la traducción de documentos

antiguos: un debate a tener en cuenta.

"Es tan fácil que una historia de tal naturaleza se difunda


debido al hecho de que el Profeta poseyó una piedra
del vidente, que bien pudo haber usado para otros propósitos."
Joseph Fielding Smith (DS III:215)

Cuando afrontamos el tema de cómo han llegado a nosotros ciertos volúmenes de Escritura
sagrada como el Libro de Abraham, y especialmente toda la Perla de Gran Precio, nos
encontramos con un debate que desde hace 50 años se viene dando entre intelectuales no
SUD, y un puñado de estudiosos que son miembros de la Iglesia y se han hecho cargo de la
visión apologética. Entre estos últimos debemos destacar la brillante y magistral labor del
recientemente fallecido (2005) Hugh B. Nibley. Muchos de los conceptos que se manejan
en el presente artículo han sido tomados prestados (perdon Hugh!!!) de su ingeniosa y
esclarecida mente.

El Libro de Abraham, los Papiros de José Smith y sus 3 Facsímiles son el ojo del huracán
en ese debate; si leemos la portada de la Perla de Gran Precio notaremos que se nos informa
es "Una selección de las Revelaciones, Traducciones y !arraciones de José Smith primer
Profeta, Vidente y Revelador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días."
(PGP Portada- Ed. 2003).

En este caso debemos preguntarnos ¿Qué es una traducción inspirada?" En este sentido
debemos decir en primera instancia que se trata de una transmisión más que una traducción
literal. Tengamos presente que, una traducción desde el egipcio antiguo solamente podría
ser realizada por un egipcio que haya vivido en el período del que data el documento.

¿Qué es lo que el escritor realmente tenía en mente? Es así que rudimentariamente el


problema básico que tenemos es que los antiguos egipcios no hablan ni hablaban nuestro
idioma, por lo que cada sentencia que ellos emitieron, es para nosotros un desafío que
podemos trabajosamente entender pero difícilmente interpretar en su correcta forma. Las
herramientas filológicas que poseemos, son juego de niños al lado de textos complejos
como el Libro de los Muertos o el Libro de los Suspiros.

Facsímile Nº 2 del Libro de Abraham - contiene la llave a los Misterios del


Sacerdocio de acuerdo a como los enseñó Abraham

En la década de 1960 se encontraron restos de los papiros que fueron posesión del Profeta,
y de los cuáles él dijo haber traducido el Libro de Abraham. Lamentablemente las
porciones que fueron recuperadas no eran las que poseían ese valiosísimo texto, sino una
secuencia iniciática y ritual que los egiptólogos han traducido como el "Libro de los
Suspiros"; si bien se ha debatido en torno a su uso ritual, es evidente que no se trata de un
texto de invocaciones post-mortem, sino de una serie de iniciaciones y sus respectivas
liturgias. Egiptólogos como Adolf Erman o Walter Federn aseguran que toda la serie de
textos que pensábamos eran fórmulas mágicas para que el espíritu del difunto recitase en el
otro mundo, son en realidad una serie de ceremonias preparatorias para la vida de
ultratumba. Son textos de uso en los Templos antiguos para realizar ordenanzas sagradas.
El egiptólogo Moret encuentra un perfecto parecido entre las ceremonias del templo, los
ritos funerarios y la agenda diaria del Faraón. De hecho la palabra egipcia para funeral (bs)
significa "iniciarse en los Misterios" (Jan Bergman, Ich bin Isis, 1968).

"Los Santos de los Últimos Días creen que sus Ordenanzas del Templo son tan antiguas
como la raza humana y representan la primordial religión revelada que ha pasado por
diferentes fases de apostasía y restauración que han dejado esparcidos por el mundo
fragmentos de su estructura original, algunos más reconocibles, pero todos severamente
dañados y sacados de su real contexto." (Nibley 2005: xxvii)

Motivo egipcio en el que se aprecia una purificación sacerdotal -lavamientos- por parte de los dioses
Horus y Thot

Investigadores Santos de los Últimos Días descubrieron entonces que, los papiros
recuperados de José Smith no eran ni más ni menos que ordenanzas sagradas del
Sacerdocio de Dios, llegadas a sus manos por medio de esos documentos milenarios debido
a que los antiguos egipcios habían imitado el verdadero Orden del Sacerdocio (ver
Abraham 1:26). Es en este sentido que debemos asumir sin temores o prejuicios, que las
Ordenanzas de la Casa de Dios son esotéricas (del griego esoterykós) es decir que tienen un
significado escondido que el inciado debe descubrir (o sea recibir por revelación personal).
Para los SUD más conservadores al respecto: ¡¡¡¡¡esotérico no es ocultismo!!!!!. Después
de todo, asistir al Templo no se debe convertir en una rutina sinsentido, uno debe descubrir
lo que el Padre quiere decirnos a través de los símbolos.
Es de esta manera que estamos capacitados para entender entonces el origen del debate
acerca de los papiros de José Smith. Siempre se ha intentado atacar por parte de los
escépticos o anti-mormones la supuesta "errónea traducción" realizada por el Profeta. Pero
¿cómo entendía él el término TRADUCTOR con el que se le asocia en las Escrituras SUD?
Sencillamente como la adaptación e interpretación de una parte del legado o lenguaje de
otra cultura para el uso de otra, con otro lenguaje y contexto, transfiriendo así su sentido
esencial (sobre todo para fines prácticos). No se aplica entonces el concepto de "traducción
literal" que podría esperar la comunidad científica, José traducía con métodos religiosos y
para fines religiosos. De hecho él nunca se proclamó linguista de modo alguno, sino que
siempre señaló que la traducción le era dada.
Original del Facsímil Nº1 del Libro de Abraham

En 1835, William Phelps nos comenta que el Profeta se encontraba "constantemente


comprometido en traducir un alfabeto para el Libro de Abraham" (History of the Church
2:238), usando la palabra traducir como sinónimo de descifrar. Entendemos entonces que,
en el contexto religoso y sagrado de los Santos de los Últimos Días, el poder de Traducir
por parte de nuestros Profetas se remite a una interpretación inspirada y no una traducción
al estilo académico.

¿De qué manera trabajaba? En gran medida utilizando el Urim y Tumim, lo cual no es
un método para nada ortodoxo, sino religioso. "José Smith dictó el Libro de Mormón, sin
aparentes vacilaciones, tan rápido como el escribiente pudiera hacerlo en manuscrito. !o
hay chance para el error sobre este punto. Toda la familia Whitmer, además de Oliver
Cowdery, Martin Harris, y la esposa de José, se sentaron y escucharon, o tuvieron libre
acceso a escuchar y ver como el registro aumentaba diariamente durante todo el mes de
junio de 1829." (Nels Nelson, The Mormon point of view, Provo, UT, 1904)

Como su esposa nos relata "Estoy satisfecha al saber que ningún hombre podría haber
dictado la escritura del manuscrito a menos que recibiera inspiración: cuando actué como
su escriba, tu padre dictaba hora tras hora; y cuando retomaba la traducción luego de las
comidas, o después de alguna interrupción, él lo hacía recomenzando exactamente del
punto donde habíamos terminado, sin siquiera mirar el manuscrito o solicitar que se le
leyera la última porción." (The Saints Advocate, octubre de 1879).

"!o había dudas sobre pasajes oscuros, ni dificultades acerca de la elección de las
palabras, no hubo pausas por ignorancia del traductor, no se perdió tiempo en
investigaciones o argumentos sobre el valor, significado o interpretación de ningún
carcter, no hubo referencia a autoridad alguna... Todo era muy simple como cuando un
secretario escribe por dictado. La traducción de los caracteres aparecidos en el Urim y
Tummim, sentencia tras sentencia, y tan pronto como una era escrita, seguía la siguiente."
(George Reynolds, The Myth of the Manuscript found, Salt Lake City, 1883)
En 75 días de arduo trabajo, entre el 7 de abril de 1829 hasta la primer semana de julio de
1829, un libro de 264000 palabras, a un promedio de 3500 por día.

Es más que evidente que una labor como esta, solo pudo llevarse a cabo mediante la
inspiración del Espíritu Santo, y no solamente con el esfuerzo intelectual de una persona.
Es por eso que los Santos de los Últimos Días afirmamos que el Libro de Mormón ha sido
traducido por medio del don y el poder de Dios y no por poder humano alguno.

Otro elemento intersante es que a veces. José ni siquiera observaba las planchas o el Urim y
Tummim. "Frecuentemente escribí día tras día -señala Emma Smith- usualmente sentada a
la mesa cerca de él, mientras él, también sentado, con su rostro sumergido en su sombrero
con la piedra dentro de él, y dictando hora tras hora sin nada entre nosotros... no había ni
manuscrito ni libro de donde leer... Las Planchas se hallaban sobre la mesa cubiertas con
un pequeño mantel de lino." (Citado en Edward W. Tullidge, Life of Joseph the Prophet,
Plano III, RLDS Church, 1880).

En suma, podemos aseverar que, los conceptos de TRADUCTOR y VIDENTE que


manejamos los Santos de los Últimos Días difieren plenamente de los manejados en el
mundo académico; que los papiros que se encontraron, pertenecientes al Profeta José Smith
son el llamado "Libro de los Suspiros", un "manual" de ceremonias sagradas que se
realizaban en los Templos Egipcios y no una mera serie de letanías mortuorias; que la
Investidura mormona es una ordenanza tan antigua como el hombre; que José tradujo el
Libro de Mormón así como otros documentos antiguos siguiendo un esquema revelado por
Dios, donde el Espíritu Santo es la clave, y los elementos materiales tales como la Piedra
del Vidente o el Urim y Tummim son elementos vehiculares y simbólicos; que podía
traducir el contenido de la planchas sin siquiera leerlas.

Más allá de los detalles, y curiosidades intelectuales, partimos de la base de que, nosotros
mismos podemos y debemos sostener la misión profética de José de acuerdo a nuestros
propios testimonios, revelados por el Espíritu Santo. La visión científica de todos estos
elementos nos ayuda a valorar aun mas el privilegio que tenemos de recibir ordenanzas
sagradas reveladas en todas las dispensaciones de los tiempos.

Recomendamos:

http://www.templestudy.com/2008/07/02/brief-intro-to-the-joseph-smith-papyri-and-book-
of-abraham/

Hugh B. Nibley
Deseret Book, S.L.C., UT. 2ª Ed. 2005

N.B. - Todas las traducciones son libres. Al no existir publicaciones oficiales traducidas al
castellano, pueden haber pequeñas diferencias gramaticales.

Post Scriptum - Reiteramos aquí que para muchos miembros de la Iglesia es trabajoso
reconocer el carácter simbólico y esotérico de las ordenanzas sagradas del Templo. Es
probable que en nuestro contexto cultural, donde casi siempre tenemos que estar a la
defensiva por las burlas e incomprensión acerca de las creencias que sostenemos, haya
hecho de nosotros religiosos que quieren camuflar algunos aspectos de la doctrina a fin de
evitar tener que dar más explicaciones. El asunto es que las cosas son como son
(comentario inteligente éste si los hay). Agregamos entonces un par de reflexiones de Élder
Widtsoe:

- "Vivimos en un mundo de símbolos. Ningún hombre o mujer puede salir del Templo
investido correctamente, a menos que haya visto, detrás del símbolo, las poderosas
realidades que el mismo representa."

- "La investidura es tan simbólica que solamente un insensato intentaría describirla; está tan
colmada de revelaciones para aquellos que ejercitan su fortaleza para buscar y para ver, que
no hay palabras que puedan explicar o clarificar las posibilidades residentes en los servicios
del Templo. La investidura que fue dada por revelación, puede comprenderse mejor por
medio de revelación; por lo tanto a aquellos que más vigorosamente lo busquen, con
corazones puros, más grande les será la revelación."

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