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ORIGEN DEL UNIVERSO

I. TEORIA DEL BIG BANG

La teoría del Big Bang (Gran explosión) es el


modelo cosmológico predominante para los
períodos conocidos más antiguos del Universo y
su posterior evolución a gran escala. Afirma que
el universo estaba en un estado de muy alta
densidad y luego se expandió. Si las leyes
conocidas de la física se extrapolan más allá del
punto donde son válidas, existe una
singularidad. Mediciones modernas datan este
momento aproximadamente a 13,8 mil millones
de años atrás, que sería por tanto la edad del
universo. Después de la expansión inicial, el universo se enfrió lo suficiente para permitir la
formación de las partículas subatómicas más tarde simples átomos. Nubes gigantes de estos
elementos primordiales más tarde se unieron a través de la gravedad para formar estrellas y
galaxias.

A mediados del siglo XX, tres astrofísicos británicos, Stephen Hawking, George F. R. Ellis y Roger
Penrose prestaron atención a la teoría de la relatividad y sus implicaciones respecto a nuestras
nociones del tiempo. En 1968 y 1979 publicaron artículos en que extendieron la teoría de la
relatividad general de Einstein para incluir las mediciones del tiempo y el espacio. De acuerdo
con sus cálculos, el tiempo y el espacio tuvieron un inicio finito que corresponde al origen de la
materia y la energía.

Desde que Georges Lemaître observó por primera vez, en 1927, que un universo en
permanente expansión debería remontarse en el tiempo hasta un único punto de origen, los
científicos se han basado en su idea de la expansión cósmica. Si bien la comunidad científica
una vez estuvo dividida entre los partidarios de dos teorías diferentes sobre el universo en
expansión, el Big Bang y la teoría del estado estacionario, la acumulación de evidencia
observacional proporciona un fuerte apoyo para la primera.

En 1929, a partir de análisis de corrimiento al rojo de las galaxias, Edwin Hubble concluyó que
las galaxias se estaban distanciando, una prueba observacional importante consistente con la
hipótesis de un universo en expansión. En 1964 se descubrió la radiación de fondo cósmico de
microondas, lo que es una prueba crucial en favor del modelo del Big Bang, ya que esta teoría
predijo la existencia de la radiación de fondo en todo el universo antes de ser descubierta. Más
recientemente, las mediciones del corrimiento al rojo de las supernovas indican que la
expansión del universo se está acelerando, observación atribuida a la energía oscura. Las leyes
físicas conocidas de la naturaleza pueden utilizarse para calcular las características en detalle
del universo del pasado a un estado inicial de extrema densidad y temperatura.
 BOSÓN DE HIGGS

El bosón de Higgs o partícula de Higgs es una


partícula elemental propuesta en el Modelo
estándar de física de partículas. Recibe su
nombre en honor a Peter Higgs quien, junto
con otros, propuso en 1964 el hoy llamado
mecanismo de Higgs para explicar el origen
de la masa de las partículas elementales. El
Bosón de Higgs constituye el cuanto del
campo de Higgs, (la más pequeña excitación
posible de este campo). Según el modelo
propuesto, no posee espín, carga eléctrica o
color, es muy inestable y se desintegra
rápidamente, su vida media es del orden del zeptosegundo. En algunas variantes del Modelo
estándar puede haber varios bosones de Higgs.

La existencia del bosón de Higgs y del campo de Higgs asociado sería el más simple de varios
métodos del Modelo estándar de física de partículas que intentan explicar la razón de la
existencia de masa en las partículas elementales. Esta teoría sugiere que un campo impregna
todo el espacio, y que las partículas elementales que interactúan con él adquieren masa,
mientras que las que no interactúan con él, no la tienen. En particular, dicho mecanismo
justifica la enorme masa de los bosones vectoriales W y Z, como también la ausencia de masa
de los fotones. Tanto las partículas W y Z, como el fotón son bosones sin masa propia, los
primeros muestran una enorme masa porque interactúan fuertemente con el campo de Higgs,
y el fotón no muestra ninguna masa porque no interactúa en absoluto con el campo de Higgs.

El bosón de Higgs ha sido objeto de una larga búsqueda en física de partículas.

El 4 de julio de 2012, el CERN anunció la observación de una nueva partícula «consistente con el
bosón de Higgs», pero se necesitaría más tiempo y datos para confirmarlo.1 El 14 de marzo de
2013 el CERN, con dos veces más datos de los que disponía en el anuncio del descubrimiento en
julio de 2012, encontraron que la nueva partícula se ve cada vez más como el bosón de Higgs.
La manera en que interactúa con otras partículas y sus propiedades cuánticas, junto con las
interacciones medidas con otras partículas, indican fuertemente que es un bosón de Higgs.
Todavía permanece la cuestión de si es el bosón de Higgs del Modelo estándar o quizás el más
liviano de varios bosones predichos en algunas teorías que van más allá del Modelo estándar.

El 8 de octubre de 2013 le es concedido a Peter Higgs, junto a François Englert, el Premio Nobel
de física "por el descubrimiento teórico de un mecanismo que contribuye a nuestro
entendimiento del origen de la masa de las partículas subatómicas, y que, recientemente fue
confirmado gracias al descubrimiento de la predicha partícula fundamental, por los
experimentos ATLAS y CMS en el Colisionador de Hadrones del CERN".
 PROPIEDADES

Muchas de las propiedades del bosón de Higgs, tal y como se describe en el modelo estándar,
están totalmente determinadas. Como su nombre indica, es un bosón, tiene espín 0 (lo que se
denomina un bosón escalar). No posee carga eléctrica ni carga de color, por lo que no
interacciona con el fotón ni con los gluones. Sin embargo interacciona con todas las partículas
del modelo que poseen masa: los quarks, los leptones cargados y los bosones W y Z de la
interacción débil. Sus constantes de acoplamiento, que miden cuan intensa es cada una de esas
interacciones, son conocidas: su valor es mayor cuanto mayor es la masa de la partícula
correspondiente. En la versión original del modelo estándar, no se incluía la masa de los
neutrinos ni, por tanto, una interacción entre estos y el Higgs. Aunque ésta podría explicar la
masa de los neutrinos, en principio su origen puede tener una naturaleza distinta. El bosón de
Higgs es además su propia antipartícula.

El modelo estándar no predice sin embargo la masa del Higgs, que ha de ser medida
experimentalmente; tampoco el valor de algunos parámetros que dependen de ésta: las
constantes de acoplamiento del Higgs consigo mismo –que miden cuan intensamente
interaccionan dos bosones de Higgs entre sí– o su vida media. En primera aproximación, la
masa del Higgs puede tomar cualquier valor. Sin embargo la consistencia matemática del
modelo estándar impone cotas inferiores entre 85 y 130 GeV/c2, y cotas superiores entre 140 y
650 GeV/c2. Los experimentos llevados a cabo en los aceleradores LEP llevaron, y
posteriormente en el LHC, han impuesto cotas experimentales para el valor de la masa del
Higgs –siempre asumiendo el comportamiento del modelo estándar–. En julio de 2012 los dos
experimentos del LHC efectuando búsquedas del Higgs, ATLAS y CMS, presentaron resultados
que excluyen valores de la masa fuera del intervalo entre 123–130 GeV/c2 según ATLAS, y
122,5–127 GeV/c2 según CMS (ambos rangos con un 95% de nivel de confianza). Además,
anunciaron el descubrimiento de un bosón con propiedades compatibles con las del Higgs, con
una masa de aproximadamente 125–126 GeV/c2. Su vida media con esa masa sería
aproximadamente 10−22 s, una parte en diez mil trillones de un segundo.
II. TEORÍA INFLACIONARIA

El físico y cosmólogo Alan H Guth, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T.), sugirió
en 1981 que el universo caliente, en un estadio intermedio, podría expandirse de forma
exponencial.

La idea de Guth postulaba que este proceso de inflación se desarrollaba mientras el universo
primordial se encontraba en el estado de súper enfriamiento inestable. Este estado súper
enfriado es común en las transiciones de fase; por ejemplo en condiciones adecuadas el agua se
mantiene líquida por debajo de cero grados. Por supuesto, el agua súper enfriada termina
congelándose; este suceso ocurre al final del período inflacionario.

En 1982 el cosmólogo ruso Andrei Linde introdujo lo que se llamó "nueva hipótesis del universo
inflacionario". Linde se dio cuenta de que la inflación es algo que surge de forma natural en
muchas teorías de partículas elementales, incluidos los modelos más simples de los campos
escalares.

Si la mayoría de los físicos han asumido que el universo nació de una sola vez; que en un
comienzo éste era muy caliente, y que el campo escalar en el principio contaba con una energía
potencial mínima, entonces la inflación aparece como natural y necesaria, lejos de un
fenómeno exótico apelado por los teóricos para salir de sus problemas. Se trata de una variante
que no requiere de efectos gravitatorios cuánticos, de transiciones de fase, de un súper
enfriamiento o también de un súper calentamiento inicial.

Considerando todos los posibles tipos y valores de campos escalares en el universo primordial y
tratando de comprobar si alguno de ellos conduce a la inflación, se encuentra que en los
lugares donde no se produce ésta, se mantienen pequeños, y en los dominios donde acontece
terminan siendo exponencialmente grandes y dominan el volumen total del universo.
Considerando que los campos escalares pueden tomar valores arbitrarios en el universo
primordial, Andrei Linde llamó a esta hipótesis "inflación caótica".

La teoría inflacionaria, predice que el universo debe ser esencialmente plano, lo cual puede
comprobarse experimentalmente, ya que la densidad de materia de un universo plano guarda
relación directa con su velocidad de expansión.

La otra predicción comprobable de esta teoría tiene que ver con las perturbaciones de densidad
producidas durante la inflación. Se trata de perturbaciones de la distribución de materia en el
universo, que incluso podrían venir acompañadas de ondas gravitacionales. Las perturbaciones
dejan su huella en el fondo cósmico de microondas, que llena el cosmos desde hace casi 13.800
millones de años.
III. TEORIA DEL ESTADO ESTACIONARIO:

Es una teoría cosmológica formulada en 1948 por Hermann Bondi y Thomas Gold, y
sucesivamente ampliada por Fred Hoyle, según la cual el Universo siempre ha existido y
siempre existirá.

Aquellos que rehúsan aceptar que el Universo tuvo un principio, pueden encontrar una opción
satisfactoria en la teoría del estado estacionario. Según ésta, el Universo no sólo es uniforme en
el espacio, sino también en el tiempo; así como, a gran escala, una región del Universo es
semejante a otra, del mismo modo su apariencia ha sido la misma en cualquier época, ya que el
Universo existe desde tiempos infinitos.

El Universo era eterno y, aunque se hallaba en expansión, siempre había permanecido igual,
fuera cual fuera la región del espacio que observáramos. Esto era así porque se creaba materia
continuamente, de manera que la nueva materia creada iba ocupando el espacio dejado por las
galaxias en expansión. Esta propuesta recibió el nombre de “Teoría del Estado Estacionario” y
afirma la existencia de un Universo homogéneo, es decir, que tiene el mismo aspecto sea cual
sea la región del espacio que observemos y el tiempo en el que lo hagamos. Estas dos
características, homogeneidad e isotropía, son conocidas con el nombre de Principio
Cosmológico Perfecto.

La Teoría del Estado Estacionario rechazaba totalmente la hipótesis de que existiera una
radiación cósmica de fondo, puesto que, según ellos, no había habido ninguna explosión inicial,
lo que significaba que en caso de descubrirse su existencia esta teoría se vería seriamente
comprometida.

De acuerdo con Víquez (2007) en la teoría del estado estacionario, la disminución de la


densidad que produce el Universo al expandirse se compensa con una creación continua de
materia. Debido a que se necesita poca materia para igualar la densidad del Universo, esta
Teoría no se ha podido demostrar directamente. La teoría del estado estacionario surge de la
aplicación del llamado principio cosmológico perfecto, el cual sostiene que para cualquier
observador el universo debe parecer el mismo en cualquier lugar del espacio. La versión
perfecta de este principio incluye el tiempo como variable por lo cual el universo no solamente
presenta el mismo aspecto desde cualquier punto sino también en cualquier instante de tiempo
siendo sus propiedades generales constantes tanto en el espacio como en el tiempo.

Los problemas con esta teoría comenzaron a surgir a finales de los años 60, cuando las
evidencias observacionales empezaron a mostrar que, de hecho, el Universo estaba cambiando:
se encontraron quásares sólo a grandes distancias, no en las galaxias más cercanas.

La prueba definitiva vino con el descubrimiento de la radiación de fondo de microondas en


1965, pues en un modelo estacionario, el universo ha sido siempre igual y no hay razón para
que se produzca una radiación de fondo con características térmicas. Buscar una explicación
requiere la existencia de partículas de longitud milimétrica en el medio intergaláctico que
absorba la radiación producida por fuentes galácticas extremadamente luminosas, una
hipótesis demasiado forzada. (SEAMP, 2009)
Es así como esta teoría perdió su popularidad cuando se descubrió la radiación de fondo, ya
que no la explica de manera natural, en contraste con la teoría de la Gran Explosión. Además, la
suposición de que se crea masa, y justamente en la proporción necesaria para mantener
constante la densidad del Universo, no es totalmente sustentada en ninguna teoría física o
hecho observado.

La hipótesis fundamental de los proponentes del Universo estacionario es que nueva materia se
crea continuamente de la nada, con lo cual la densidad del Universo se mantiene constante a
pesar de la expansión. Evidentemente, queda del todo fuera de nuestras posibilidades
comprobar experimentalmente si tal efecto existe. Por otra parte, la teoría no postula que la
materia nueva se crea uniformemente por todo el espacio; podría ser que nace en regiones
muy específicas, como por ejemplo en los núcleos de las galaxias, donde ocurren fenómenos
muy extraños.

IV. TEORIA DEL UNIVERSO PULSANTE

Hace 75 años lo propuso en su teoría el astrónomo belga Georges Lemaître, miles de millones
de años toda la materia y la energía que hoy constituyen el universo estuvieron comprimidas en
un gran átomo primigenio, este inimaginable conjunto habría ocupado un espacio semejante al
de una esfera cuyo diámetro fuera igual a la distancia de la Tierra al Sol (1/70.000 años de luz).
Si se compuso de energía, su temperatura debió alcanzar los 10.000.000°C; y si de materia, ésta
debió haber tenido características totalmente distintas a las que nos son familiares. La materia
dispersada por la explosión de este coloso habría constituido el universo en expansión del cual
formamos parte. Condensándose y quebrándose por la gravitación mutua, habría creado las
galaxias y las estrellas. Esta teoría fue revisada en la década de los cuarenta del siglo XX, por
George Gamov. Pero antes de que Gamov le diera una estructura más moderna y científica a la
propuesta de Lemaître sobre un universo expansivo, otros objetaron que al ser las galaxias
mutuamente atraídas por la gravitación general, la velocidad inicial impuesta por la explosión
ha debido tender a disminuir y terminará por reducirse a cero para cambiar después el sentido
del movimiento en 180° y concentrarse para volver a estallar en un movimiento cíclico de muy
largos períodos e interminable. Viviríamos entonces en un universo pulsante.

El primero en hablar sobre un universo pulsante u oscilante fue el físico Richard Tolman, del
Instituto Tecnológico de California, cuyos estudios y propuestas fueron publicados a comienzos
de la década de 1930. Un universo pulsante es cerrado, pero no desaparece después de
colapsar, sino que inicia un nuevo ciclo expansivo; el proceso de expansión y contracción se
reitera y pasa por numerosos nuevos ciclos. Si nuestro universo fuese pulsante, debería ser
muchísimo más viejito que la edad que se le calcula de unos 15.000 millones de años.

Según esta teoría, antes de este ciclo que estaríamos viviendo, habría existido un universo muy
semejante al actual, y que, después de haberse expandido, se contrajo y formó el «ylem» o
gran átomo primigenio. En cada cielo se producirían colapsos gravitacionales de conjuntos que
se comprimen en sí mismos y disipan de nuevo toda su masa en forma de energía, para volver
posteriormente a materializarse. Podría haber sucedido también que presiones internas
hubieran frenado las contracciones y, antes del aniquilamiento atómico, hubiesen provocado
explosiones directamente materiales.
ORIGEN DE LA TIERRA

La Tierra es uno de los nueve planetas del sistema solar, el tercero en el orden de las distancias al Sol y
el quinto por su tamaño. Dista del Sol 149.476.000 Km. y tiene una atmósfera intermedia entre las de
Venus y Marte, compuesta principalmente por nitrógeno y oxígeno.

Es el único astro conocido hasta nuestros días donde la química de la vida se ha desarrollado a un nivel
lo suficientemente complejo como para permitir la aparición del ser humano.

¿Ha sido siempre la Tierra tal como es hoy? ¿Cuánto hace que existe? ¿Cómo surgió? ¿De dónde han
aparecido los cuerpos celestes que la circundan? Estas preguntas siempre han inquietado a los seres
humanos y existen distintas respuestas desde hace miles de años. Cada cultura y cada pueblo han
depositado dichas soluciones en escritos y tradiciones orales, que hacen parte de mitos y creencias
muchas de ellas basadas más en ideas religiosas, que proponen deidades o dioses creadores, que en
explicaciones científicas

UN POCO DE HISTORIA:

Las creencias más primitivas propuestas en la antigüedad son resultado, por una parte de lo
inmensamente pequeños que somos los seres humanos con relación a la Tierra, y de la dificultad de no
poder hacer largos viajes que permitiesen, contrastar hipótesis fundamentadas, como también, superar
las puras observaciones de sentido común que nos indican que la Tierra es plana en todas las
direcciones.

Quienes creían en una Tierra plana se preguntaban: Si todo objeto que no se sostiene sobre algo cae,
qué es lo que sostiene la Tierra? Los babilonios que vivieron en Mesopotamia, imaginaban la Tierra
como una gran montaña redonda, semejante a una taza boca abajo, circundada por un único océano.

Los egipcios creían que el Universo era como un cajón alargado, como lo era su propio país, con la Tierra
en el fondo del cajón, Egipto en el centro, y el cielo, su tapa. Los hindúes pensaban que la Tierra era
como una mesa o un casco invertido apoyado en las espaldas de cuatro elefantes que cuando se movían
ocasionaban los temblores de Tierra; también suponían que los elefantes estaban sobre una inmensa
tortuga flotante en las aguas de un océano mundial.

Aunque entre los antiguos griegos también existieron creencias tan especulativas como las
anteriormente citadas, filósofos como Pitágoras y Aristóteles admitían que la Tierra era una esfera.
Aristóteles basado en las observaciones de los eclipses de Luna, veía como la sombra circular de la Tierra
se desplaza sobre el disco iluminado de la Luna. También observaban que los barcos que se alejaban de
la costa desaparecían poco a poco del campo visual como si se fueran hundiendo lentamente, viéndose
por último desaparecer los mástiles, y cuando volvían a la costa sucedía lo contrario.

Las ideas de esfericidad para la Tierra y las dimensiones calculadas en la antigüedad por el matemático y
geógrafo de la ciudad egipcia de Alejandría, Eratóstenes (276 290 a. de J.C.), fueron opacadas y
perseguidas so pena de castigo de muerte en la hoguera, por la iglesia cristiana, que basándose en las
Sagradas Escrituras Bíblicas sólo admitían el mundo dividido en el cielo que estaba arriba y el infierno
que se encontraba a bajo. El clero preguntaba que si la Tierra fuera una esfera, ¿cómo era posible que
los habitantes que se desplazan en la parte inferior de la esfera no cayeran?

Los conceptos cristianos sobre el mundo terrestre dominaron por mucho tiempo. Pero poco a poco y
por influencia de los viajes de los comerciantes, exploradores y conquistadores de nueva tierra
comenzaron a cambiar las ideas de una Tierra plana. En el siglo XV y XVI con los viajes de Colón a
América y la expedición a la India por Magallanes, quien dio la vuelta al globo terrestre, se derrumbó la
idea que la Tierra era plana y que al viajar los barcos llegarían al borde y caerían a un abismo. La
esfericidad de la Tierra dejó de ser una conjetura, para ser un hecho universalmente reconocido y para
el siglo XVII la ley de Newton de la gravedad permitió entender por qué los cuerpos no caen de la
superficie terrestre.

Hoy en día nadie duda de la esfericidad de la Tierra, basta con ver las fotografías de los satélites o de las
naves espaciales o incluso volar a grandes alturas en los aviones supersónicos.

La doctrina cristiana de los dos mundos (Cielo espiritual y la Tierra material) y su creación de la «nada»
por parte de Dios, comenzaron a mostrarse débiles frente a los resultados de las investigaciones
científicas que demostraron una unidad en la similar composición química de la Tierra con la de la Luna,
el Sol y las Estrellas. Se mostró que las leyes de la naturaleza (como la conservación de la masa y la
energía) observadas por la humanidad en la Tierra rigen también en el Universo.

A continuación se presentarán distintas hipótesis sugeridas por científicos en los dos últimos siglos,
algunas de las cuales son entre sí contradictorias. Dichas contradicciones no dependen solamente de los
fundamentos teóricos de que se derivan sino también de falta de pruebas con observaciones y leyes
todavía no elaboradas.

Se han propuesto dos tipos de teorías según se consideren situaciones catastróficas o no (también
llamadas respectivamente binarias y unitarias). En las teorías binarias o catastrofistas se plantean
explicaciones en las que se incluyen fuerzas externas al sistema solar; donde intervienen otros objetos
celestes además del Sol, mientras que en las teorías unitarias, no.

I. TEORIA UNITARIA SOBRE EL ORIGEN DE LA TIERRA

Cuando la Tierra se hallaba en estado gaseoso, los elementos más pesados, tales como el hierro, el
níquel, el silicio y el aluminio, se concentraron hasta constituir la masa terrestre, mientras que los
elementos más ligeros, como el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno y el carbono, permanecieron en el
exterior. Al intensificarse la fuerza gravitacional se formó la atmósfera, constituida por gases tales como
el vapor de agua, el amoníaco, el metano y el helio; después de la reducción de la temperatura de la
Tierra, el agua se condensó sobre la corteza terrestre, y en las grandes depresiones formó lo que hoy
son los océanos. La Tierra se convirtió en un medio idóneo para acoger formas de vida.
 1953: S. L. MILLER Y HAROLD CLAYTON UREY DEMUESTRAN EXPERIMENTALMENTE LA
TRANSFORMACIÓN DE MOLÉCULAS INORGÁNICAS EN ORGÁNICAS

En 1953 S.L. Miller y Harold Clayton Urey demostraron experimentalmente cómo unas moléculas
inorgánicas podían transformarse en moléculas orgánicas fundamentales para los organismos vivientes.
Recrearon en el laboratorio las condiciones atmosféricas primitivas de la Tierra mediante un circuito
cerrado en el que una cámara que contenía agua en ebullición estaba conectada a otra con una mezcla
de gases (metano, amoníaco, hidrógeno y vapor de agua); a continuación, se sometió a los gases a
cargas eléctricas continuas, simulando así la intensidad de los rayos que caían sobre la Tierra primordial,
y a un proceso de enfriamiento mediante un condensador bajo el cual un recipiente recogía la solución
final. Al cabo de unos cuantos días, los investigadores observaron que la solución final había cambiado
de color y que contenía moléculas de naturaleza distinta que los reactivos iniciales: eran aminoácidos,
las unidades repetidas que forman las cadenas proteicas (proteínas), que representan los constituyentes
principales de toda forma viviente. Sucesivas experiencias han demostrado que otras moléculas
orgánicas fundamentales para la vida se han formado a partir de moléculas inorgánicas, por ejemplo en
un ambiente alcalino, condición química en la que presumiblemente se hallaba la Tierra durante la era
prebiótica.

Al no haber oxígeno libre en la atmósfera, es posible que los gases primordiales reaccionaran para
producir formaldehído, una sustancia que se transforma fácilmente en azúcares de cinco o seis átomos
de carbono; los azúcares de seis átomos de carbono (hexosas), como la glucosa y la fructosa, son las
principales fuentes de energía para todos los organismos vivientes, mientras que los de cinco átomos de
carbono (pentosas) forman, junto con las bases nitrogenadas, los ácidos nucleicos.

 LOGROS DE S. W. FOX: OBTENCIÓN DE UNA MEZCLA DE AMINOÁCIDOS

S.W. Fox consiguió, por su parte, obtener una mezcla de aminoácidos, moléculas similares a las
proteínas (proceso de polimerización de los aminoácidos). Los resultados obtenidos fueron contrastados
con otras pruebas: Fox y sus colaboradores calentaron trozos de roca volcánica sobre los cuales habían
hecho gotear una mezcla de aminoácidos y luego los mojaron con agua hirviendo, simulando así la lluvia
primordial; transcurrido un cierto tiempo, la mezcla se había modificado en numerosas micro esferas,
algunas de ellas recubiertas por una envoltura. Poco después se descubrió que las proteínas en solución
acuosa se rodean de gotas de agua formando burbujas (coacervados) lo que podía representar el primer
sistema de aislamiento del medio exterior y de conservación de las sustancias químicas que se formaban
continuamente.
II. TEORÍAS BINARIAS SOBRE EL ORIGEN DE LA TIERRA

La teoría del astrofísico inglés Jeans (1877 – 1940) sostiene que en cierto momento pasó cerca del Sol
una estrella y con la fuerza de su atracción «arrancó» de él una ráfaga incandescente. La estrella luego
se alejó, y la ráfaga ígnea se descompuso en varios coágulos, dando comienzo a los planetas. Cálculos
posteriores mostraron que esta teoría era inconsistente ya que la materia arrancada del Sol debería
haber caído de nuevo al Sol o escapar al espacio.

Tampoco esta teoría explicaba las grandes dimensiones del sistema solar; ya que la estrella debía pasar
muy cerca del Sol por lo que los planetas debían estar muy cerca de él, cosa que no es así. Sin embargo
la debilidad más grande de la propuesta de Jeans es que el encuentro de dos estrellas es un fenómeno
rarísimo.

A partir de 1940 se produjo un retorno a las teorías de tipo Laplaciano, en las que se consideraba que los
planetas proceden de una condensación de una nube de gases y polvo en rotación, ya se suponga que
giraba alrededor del Sol y que, quizás, derivan de é, ya que diera origen al Sol durante el proceso de
condensación. Estas ideas se fundamentaron en estudios sobre las temperaturas, composición y
densidad de la materia de la Tierra, de otros planetas y de satélites, que dieron motivos para suponer
que los planetas se formaron no de masas gaseo-líquidas incandescentes, sino de fría materia cósmica.

La teoría del científico soviético O. Schmidt y del físico alemán K.Weiczseken sostienen que el origen de
los planetas se debió producir cuando el Sol en su viaje alrededor de la galaxia (Vía Láctea) atravesó una
nube de gas y de partículas de polvo sólido, arrastrando consigo parte de ella. Por esta interacción la
nube es achatada, dirigiéndose sus partículas al plano ecuatorial, que por atracción gravitacional se
conglomeraron dando origen a los planetas.

 LA TEORÍA MÁS ACEPTADA POR LA COMUNIDAD CIENTÍFICA:

La Tierra se formó junto con el Sol, los otros ocho planetas mayores del sistema solar y miríadas de
asteroides, meteoritos y cometas, a partir de una inmensa nube de gas y polvo estelar llamada nebulosa
solar.

En el centro de esta nube que se contraía se formó el Sol, que, al calentarse, empezó a emitir luz,
mientras en su interior empezaban a producirse las reacciones nucleares que todavía hoy lo hacen
brillar. La elevada temperatura solar produjo la evaporación al espacio de buena parte de los materiales
volátiles que se hallaban en la región donde se estaba formando la Tierra; en cambio, en las zonas más
exteriores y frías del sistema solar, estas materias se condensaron y formaron los planetas gigantes
gaseosos.

 EL NACIMIENTO DE LA TIERRA:

Debido a la fuerza de la gravedad, cada vez se acumulaba más materia procedente de la nebulosa solar
sobre la Tierra en formación. Pero como ésta se encontraba en estado de fusión, debido a su elevada
temperatura, los componentes más densos, como el hierro y el níquel, se hundían cada vez más hacia el
centro del planeta, mientras que los más ligeros, como los silicatos de varios metales, permanecían en la
superficie.

Este proceso recibe el nombre de diferenciación. Es importante destacar que toda la materia de la que
están constituidos la Tierra y los otros planetas se había formado en el interior de estrellas que
explosionaron y dejaron en el espacio todos sus componentes.
Terminada la diferenciación, la temperatura de la Tierra fue disminuyendo hasta llegar a valores que
permitieron su solidificación. Además, en la superficie de nuestro planeta pudo permanecer agua en
estado líquido. Actualmente se supone que la temperatura del núcleo de la Tierra es de unos 6.200 °C.
Su enfriamiento está relacionado tanto con la desintegración radiactiva de algunos elementos como con
el aislamiento térmico producido por el manto que lo recubre. Dado que se está produciendo un
proceso gradual de agotamiento de los elementos radiactivos, la parte interna de la Tierra continúa
enfriándose.

 AMPLIACIÓN DEL TEMA

LOS ESTRATOS Y LAS ERAS

Si se acepta que, realmente, la Tierra y los planetas se originaron en desprendimientos de materia solar,
corresponde imaginar que en un tiempo dado la masa incandescente y líquida de nuestro planeta habría
comenzado a enfriarse y en consecuencia a solidificarse por acción del frío espacial.

Esta suposición tiene visos de realidad puesto que las capas que forman el globo (a saber: atmósfera,
hidrosfera, litosfera, pirosfera, barisfera, etc.) aumentan de densidad de afuera hacia dentro y este
fenómeno puede verificarse solamente en una masa líquida. De acuerdo con esta misma hipótesis, al
igual que como ocurre cuando se ponen en un recipiente agua y aceite (la mayor densidad del agua hace
que el aceite se sitúe sobre ella formando una capa pareja con una superficie y espesor continuos), las
capas del globo terráqueo antes mencionadas se superpusieron como en el ejemplo citado formando
esferas concéntricas.

Así superpuestas según su densidad, la corteza terrestre comenzó a cohesionarse y a enfriarse desde
hace aproximadamente 4.000 a 5.000 millones de años. Los fenómenos que se produjeron fueron
complicados y múltiples; debido a las altas temperaturas reinantes el oxígeno y el hidrógeno de las
masas de roca ígnea empezaron a desprenderse y se formó el agua, elemento indispensable para la
vida.

El agua se evaporó y condensó para caer en lluvias intensas y produjeron nuevas reacciones químicas
con las rocas aún incandescentes; a medida que la temperatura fue descendiendo, las aguas caídas
quedaron sobre la Tierra y se formaron así los mares que disolvieron las numerosas sales superficiales.

Pero las capas del globo no permanecieron absolutamente inmutables; la actividad volcánica y sísmica
fue intensa. Los continentes surgieron y los movimientos orogénicos hicieron aparecer las montañas.

La acción erosiva de las lluvias, el viento, los ríos, el hielo o las elevadas temperaturas desgastaron la
roca viva de las montañas y fueron acumulando este material en estratos o capas sucesivas que se
sedimentaron en el transcurso del tiempo.

Los agentes erosivos aplanaron a las montañas más antiguas y continúan su tarea modificadora sobre
todos los accidentes geográficos. Muchos opinan que el proceso de surgimiento de una montaña,
aplanamiento de éstas por los agentes erosivos, formación de los estratos sedimentarios y génesis de
una nueva montaña se da cíclicamente.

Este ciclo permite conocer el tiempo que duró cada era, ya que en algunas regiones de la Tierra la
posición de los estratos sedimentarios se conserva intacta por no haberse producido fracturas ni
plegamientos posteriores a su formación. Estos estratos sedimentarios, que son la parte más superficial
de la litosfera, serán objeto de, estudio al considerar las eras geológicas.

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