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Los cientificos de Hitler PAIDOS HISTORL\ CONTEMPORANEA Pitas patra J Bourke = far Segunda Geran Muna, Una bier de ls sicainas 2 JB Mage, dey Ge Rose = or yn sueelio? Hl trverisnn gla nacea gucrra BOE. Ahsan = BL sorvar ack, Lar Gestapo jin yo pela alan AL WW. Lagueue ~ Un bitari del rerravisine 5 = Lar anténtivn Odes Lat fag mat lt ngentina de evi 6 cat = EL aberint checboue, Diarin de wna soorespnsa de gnerra cara = Lar rs del siguil, Por qué Pstades Uns ssi ois pasoes M. Hees cn ta ef mnie K. Jo Le Esposito = Gincrrasprafionas Terr ev rune: dl islam 9M. gnatiel®- Guerra virtmal. Nhs. de Kase 10, G, Koll = Ot sgl de guernn? 11. G. Campbell = Diamnantes sungricitar Ls piers la yeron 12. M.lynatiell- 2 mece imperio american. La recwnsteccii wactonal et Basia awe matin 1. Kershaw = 1 nite de ite: nage y relia ee eve Ree G. Galley - Lr Gesu yl sca alemans, Lat patie racine (193 5M. aban» ic dep ee Cer Fri promenade wn cnn 19) I. Jetfreys-Jomes -Histria de le ersicios ecrtas arteanmericinas P. Bucrin = Prancia bajo le ocupacin macs D, Sibiony - Oriente Priyina, Prcaanalii de ws anita SS. Mackey ~ Lor snes. Crnins de wna perialista desde rein ocala del desert 4a realidad social y polite de trata Sau 20. M, Mann ~ EZ inperia inoberente. Fads Unidos y ef ameey new dnc nacional 21, A. Gresh y D. Vidal ~ 100 laces para comprendes Onteine Poi 2. R, Medvedey = Le Resi posts 3. G.Chaliand ~cllar def nuevo oven manaial 4. G. Kepel = Fatma, Gucsva en el corasin del alan 5. W.J. Rorabaugh - Kenedy y ef seta de fs sesentr 16. A, Schom ~ La guerra del Pacific. De Pearl Harbor a Guadalanval (1941-1943) 7. Comisién Nacional de Investigacion - 11-S. El infayne 8. J. Cornwell» Las ceutfca de Hitler Ciencia, guerra y el pact can ef diablo Jobn Cornwell Los cientificos de Hitler Ciencia, guerra y el pacto con el diablo ~ PMIDOS op I: Hirer’: Scouts Originalesente publica en ingles, en 200 por Viking, an imprint of Penguin hooks, Fade de Revise tenia de Jo Culiert de Joan Batlle scan siguiente pbs, sn Ts aturizaciin exert de os tare del apr, Inj bis scion estas eb ees, reproduce tal paral de esta ia por ssalyce medio pevceiient, cme epg ye trate informsticn, pla derbi ae ejenplares de ell mediante lar préstann publics © 2003 John Cornwell © 2005 de fa rraduecin, Ramén Tero ‘© 2005 de todas las ediciones en castellano, Edliciones Paidés Ibérica, S.A, Mariano Cub, 92 - 08021 Barcelona brtpi//ww.paidos.con ISBN: 84-493-1692-8 Depisito legal: B.3.884/21 Impreso én A & M Grifie S.L (08130 Sanea Perpétua de Mogods (Barcelona) Impreso en Espafia- Printed in Spain aay SUP ap reson ny Sumario Agradecimientos, Introduceidn: comprender a los alemanes, PRIMERA PARTE La herencia cientifica de Hitler Hitler cientifico 1 2. Alemania, Ia Meca de la eiencia 3. Britz Haber 4. Los cientifi 10s del gas téxico La sciencias de la higiene racial 6, Eugenesia y psiqui: SEGUNDA PARTE La nueva fisica, 1918-1933 después de fa Primera Guerra Mundial 5 4X. La cieneia alemana sobrevive TERCERA PARTE Entusiasmo nazi, sumisién y opresion, 1933-1939 9. Las despids tes de cohetes 10, Ingenieros y fab EL La medicina bajs ef mandate de Hither 12, La campaiia del einer 13, Geopolitiea y Lebensraum 17 Ist 16 Ins Ist 10 Los cientificos de Hitler 14. La fivien mart 15. La pseudociencia de Himnaler 16, La matemstiea alemana CUAaTA Parte La ciencia para la destruccion y para la defensa, 1933-1943 17. La mania de fa fisidin 18, La Segunda Guerra Mundial 19, Miiquinas de gaverea 20, U1 rachar 21. Cdigos Quinta Parte La bomba atémica nazi, 1941-1945, 22. Copenhague 23. Speer y Heisenberg 24, Haigerloch y Los Alamos. SEXTA PARTE La ciencia en el infierno, 1942-1945 25. Trabajo de esclavos en Dora 26. La «ciencia» del exterminio y el experimento humano 27. Los quimicos del demonio 28. Armas prodligiosas SEPTIMA PARTE La amenaza de Hitler 29, Farin Hall : 30. Héroes, traidores y compafieros de viaje 31. Saqueo cientifico Iss wy 208 295 305 321 333, 341 359, 369 383 395 409 sur OCTAVA PARTE La ciencia desde la Guerra Fria hasta la guerra contra el terrorismo 32. Posturas nucleares 33. 2Sélo los nazis? 34, La ciencia vuelve a la guerra Bibliografia.. Lista de ilustraciones indice an: cay de nombres n 47 433 445 453 463 465 Agradecimientos Elaborar una historia de la ciencia alem con especial atencidn al periodo del Tereer Reich, requiere conocer un amplio abanico de especialidades cientificas y sus avances durante las tes Gltimas dé- cn fa primera mitad del siglo Xx, cadas. Yo me he beneficiado del trabajo de muchos historiadores y, en especial, dle la obra publicada de Jeremy Bernstein, lan Beyerchen, Michael Burke David Cassidy, Ure Deichmann, Helge Kragh, Christie Macrakis, Bet ‘Miiller-Hill, Michael C. Neufeld, ‘Thomas Powers, Robert Proctor, Monika Renneberg, Richard Rhodes, Paul Lawrence Rose, Ruth Sine, Mark Walker y Paul Weindling. Asimismo tex gratitud con las per- x0 una especial deuda dk sonas que asistieron al simposio Coperhagae en el Jesus College, Cambridge, en ne ate, con Michael Frayn. mnbre dle 2002 y, muy conereta ‘Onras personas a as que quiero «k que me proporcion Jas gracias por la informacicn y has ide won de diferentes maneras son Paul Alexander, John Ba- Frow, Antony Beevor, Herman Bondi, ‘fam Bower, Andrew Brown, Soraya de Robin Donkin, Marcial y Mar atver, Henning Grunwald, David Hanke, Si douse Fehenique, Peter Gla leath, ‘Austyn Mair, Marta Mayzoro, Michael Minden, Juliet Mitchell, Veronique Moticr, John Naughton, May Perutz-t, Nicholas Ray, David Reynolds, Simon Schafer, Kirstin Shepherd-Barr, Brend Lewis Wolpert Ray Free- almente sina deuda de gratitud con Jeremy Bernste rman y Walter Gratzer por leer todo ef m werite y proporcionarme an biter nnimero de sugerencias ttiles; cualquier error que, aun asi, aparezca en el texto es enteramente responsabilidad mia, Ks asi no un phicer para mii expresar Pet ley alemanas y me ayudo en multiples aulccimiento a William Saslaw por guiarme en ef mundo de la fisiea y nes Bownnan, que me faeilité el o de his fuentes doc am eas biblingrificas y ale invest Deseo expresar mii agradecimiento a los bibliotecarios del Imperial War Museum, fs British Library, ki Churchill College Li 14 Los cientifcos de Hitler la Whipple Library de la Facultad le Historia y Filosofia de ky Ciencia ale fa Universidad de Cambridge, la Cambridge University Library, el Niels Bohr Archive de Copenhague y ef Archivo de Historia de May Planck, de Berl aque agradecerle Ia ayuals que me presto a la hora de ordenar y organiz Ciencia del Instituto A Kate Barker, de Viking-Penguin, Londres, tengo ilustraciones, ya David Watson la correeeidn de tas pruchas. Estoy a loa mis agentes Bob Lesher, de Nueva York, y Clare Alexander, de Londres, y, come siempre, a mis editores Wendy Wolf, en Nueva York, y Juliet Ann nbrid. cn Londres. Ageadezco al reetor y los miembros del Jesus College, C: ge, yt fs Facultad de Historia y Filosofia de ka Ciencia de la Universidad de Cambri {que me proporcionaran condiciones ideales y estimulos para rea- lizar investigaciones y eseribic. \ Crispin Rope le debo la idea inicial que eristaliz6 en la realizacién de este proyecto, asi como el constante y encusiasta apoyo que necesité para persistir cen el empeno. La ciencia sin conciencia es la rina de! alma RABELAIS Introduccion: comprender a los alemanes suerdo que en cierta ocasion, cuando era ni 2, mi padre me levanto en brazos para que viera un reverherante singel negro que surcaba ef cielo de Londres, iluminado por la luna, dejande tras si wt estela de fuego. Era ana V,, bomba volante de largo afeance, no tripulada, a la que hoy Ilamariamos mi= sil de cracero. A prineipios del verano de 194 fae cuando los cohetes Va los aque los londinenses Hhunaban bonis vokaates dondfeb 1, EMperATON 3 Apa recer sobre fa capital, destruyende evlificios y haciendo saltar las ventana en varios kildmetros a kr redondla. Su horrible sonido ees Gierto mode pareei- do al de una moro potente pero con el eseape averiada, Cuando el motor se paraba, la gente se preparaba para fa explosidn, que tenia lugar al cabo de unos doce segundos. Mais tarde Heyaron fas Vs, misiles balisticas mis amenazacler res, pues cruzaban la estratosfera silenciosamente y Hevaban una cabeza ris ule. Se posta oir el silbido y el estruende cuando esplosionaban en el sue- To, despues de entrar en la atmdsfera a una velocidad supersénica. iy el ean no de regreso de la escuela a casa en aurobsts, aeampaiiade por mi madre, con temple In devastacidn eausaula por una V, que cayé en los limites de Wanstead y Woodford, en los suburbios orientales de Londres. El misil habia aeras enorme. U dos varios aeres de bosque y habia abierto un er ur mujer habia salide de pasco con su bebe. Hl eochecito queds cal bol. Madre y criatura, asf como otras desventurados viandantes, mutierin sti- bitamente Para un muchacho nacido en Londres en mayo de 1940, concebide en el mes en ef que Gran Bretafa declard la guerra a Alemania, era como si siempre h ra era una crisis permanente, incomprensible, hhubiers hab terra y siempre fuera a haberla, Para un niiio pequeiio la gue en aeasiones, también wna aventura: fa carrera hasta el refiagio de hicrro ondulad cuando las sirenas en tonaban su higubre coro, sin dejar ele mirar los sobs dle harrera que oscure= cian el sol como enormes hallenas que Hotaran en ef aire, Para nuestros paves hermanos mayores, fa guerra era fa devastacivin bel Blitskriey (caus la nmecr te 248.000 civiles britinicos); fy noticia de fas bajas militares en tierra, mar y 18 Los cientificos de Hitler aire: kas naches en los refugios subternineos, Nesotrus erecimos asociande & tay muestras de terror weria con Alemania, con ef pucblo alemiin; y, came puede comprenderse, vefamos fa guerra contra Litker come muestra ruerta, En el vei ino de 1945, mi madre me Heed a ver prisionerns de guerra ale manes internados en un campamento de teinsito, protegide con akambre de espino, en Wanstead! Flats, anna zona verde situada cerea de donde nosotros vi viamos, Se movian de un hido a otro, y apa ras y gorros de ono verdoso garbosa aban tostados por el sol y relajadoss algunos lle iuclos de vistosos colores alrededor del cuello, gafas oseu- nte inclinados. Uno de ellos me sa- Jud con fa mano y puso una cara graciosa, Resultaba duro demonizar a tos Tuchadoa fav te. Pero, incluso una ver terminada la guerra, cuando ya se handeras del hand vietorioso, persist hombres que babi dle Hitler después de verlos personalmen: arriado las la impresién de que en el pueblo ale xin habia algo congénitamente malévolo, impresion que se vel condada exacerbada por la ereciente relacién personal con una generacién que habia luchado en la Gran Guerra, Mi abuelo conservaba proyectiles le latGn proce- dentes de aquel conflicto; os tenia en la chimenea, encima del fuego, y eada dia de su vida los cogia y los pulia. Hablaba de los tiempos anteriores al con: flicto armado, cuando la marina a intimidar a la Royal Navy. Hablaba con temor reverencial de las grandes esti- bas de productos alemanes que habia en los muelles de Londres. Inundaban Inglaterra cle productos de consumo baratos. Segtin me explicé mi abuelo, endo acorazados para existia una relaciin entre aquellos acorwados y los montones de productos alemanes —juguetes, herramientas, plumas, utensilios de cocina, kimparas, ti jeras, miquinas de coser, miquinas de eseribie— os montones de cuerpos hacinados detris de las trincheras. «Los alemanes —solia decirme mi abuelo- eran demasiado inteligentes y den siado malos». Bl comentario precedié a un dicho que resoné durante mi infancia y mi adolescencia: «EI jinico alem: bueno es el aleman muertom. La ciencia alemana ePodemos, despues de estudiar la historia de la ciencia alemana en la primera mitad del siglo XX, extraer conclusiones significativas acerca de la relacién cexistente entre la ciencia y la sociedad honrada? Es cierto que el cultivo de la ciencia hace a los seres humanos mas racionales, desapasionados, internacio- nalistas y objetivos? que estaba medidas quirirg 2s, purgas y no tuviera los medios necesarios para «controlar la enf penetrando sin ningtin impedimento sen el flujo sanguine de nuestro pue- lo». Tales ideas, tan falaces como perniciosas, lerivadas de la Hamada disci- de la higiene racial, contenian inevitables tendencias a soluc al pueblo alemn (das deutsche Volk) como un paciente, a Is con judia como una enfermedad y a Hitler como un médico bienhechor. ‘Amediados de la déeada de 1930, € biopolitico se fundié con la ci indo el contenido ideolbgico de eu 1 médica profesada por los nazis, las image. res que presentaban a la comunidad jud nfermedad eran muy familiares. Kurt Klare, cofundador de la Liga de Médicos Nacionalsocialis- tas, hablaba de fa «clesintegradora influencia del judaismo».” De acuerdo con el doctor Gerhard Wagner, médico y plenipotenciario nazi, el Volk, el pueblo entendido como cuerpo, necesitaba una «limpieza». Consecuentemente, las leyes raciales de 1935 estuvieron respaldadas por imagenes que mostraban es- tados de inmunidad y demandas de medidas terapéuticas radicales como, por ejemplo, «cauterizar un tumor». En 1940, Hitler era contemplado como el gran «sanador. En un texto bisico que explicaba la necesidad de invadir Po- lonia, el publicista nazi Ernst Hiemer afirmaba que «los bacilos judios nos Ile- garon de este pais, trayendo la enfermedad judia al nuestro. El pueblo alemén habria corrido peligro de morir si no hubiéramos tenido a Adolf Hitler en el ‘momento justo».’ A medida que fue avanzando la guerra, la biorretdrica pre- sencié la convergencia de imagenes que defendian la continuidad combinada de la metifora médica y el realismo profiléctico para llegar a una conclusién tan inmediata como inevitable. Los judios no sélo encarnaban una invasién para- 5. Citado en Michael H. Kater, Dovtor ander Hitler (Chapel Hil, 1989), pig. 178 6 hd 7 thi, Hitler cientitico 39 sitaria del cuerpo alemén sino que ademés eran responsables —asi se hacia constar— de la epidemia que en aquellos momentos padecian los territorios del Este, a los que habia que aislar y someter a cuarentena inmediatamente. Es realidad, tales medidas eran formas eufemisticas que ocultaban realidades como guetos y campos de concentracién, Por una paradoja patolégica que 2 menudo contempla la ciencia como una instancia salvadora, los que normal- ‘mente respetan y procuran mantener la vida humana se convierten en porta~ dores de la muerte. De la misma manera que un cirujano extirpa un apéndice infectado a un paciente, «cl judio es», segiin declaré Fritz. Klein, médico de Auschwitz, «como el apéndice gangrenado del cuerpo de la humanidad>. Hitler y la bomba Sin embargo, cuando Hitler empez6 a pensar en ka conquista de Europa, su necesidad de eomprender el poder y la Finalidad de la teenologia y la ciencia aplicada ala guerra se convirti6 en un apremiance imperativo prictico. Ahora aptaba ripidamente emo se mostraba vivamente interesado en las armas y funcionaba una pieza. Se dijo a menudo que podia reelaborar un largo y pro- Iijo informe téenieo y sineti bi6 que Hitler «era contrario to». Se oponia arlo en pocas y precisas palabras. Spe lo moderno en sus decisiones sobre armamen- 21 fa ametralladora porque, de aeuérdo eon Speer, chaefa que los soldados se volvieran cobardes ¢ imposibilitaba ef combate cuerpo a euer po»*Era contrario a los aviones de propulsion a chorro, pues entendia que tuna altisima velocidad constituéa un impedimento para los combates aéreos, tos alemanes de desarrollar una bomba atomica. peer, el filhrer decia que tales proyectos eran «producto de la pseudo~ desconfiaba de los int e+ gin 1123 de junio de 192, Albert Speer hablo detenidamente dela bomba até- mica con Hitler. En sus memorias escribis que, evidentemente, la capacidad intelectual del fihrer fue puesta a prueba por la idea y que «era incapaz de judi» captar li revolucionaria naturaleza de la fisica nuclear», Speer anoté que de los 2.200 puntos abordados en sus entrevistas con Hitler, el de la fisicn silo fue tratado una vez y aclemids brevemente, Parece ser que Hitler dea sus atémiea a su fotdgrafo, Henrich Hoff SU Vez, a uN ministro que entonces promovia un pro- jn atdmica para el servicio de Correos. Mientras tanto, lear confusos conceptos sobre la eienci amane, que se los deb yeeto de inves Speer informé que Werner Heisenberg, jefe del programs oficial de investiga én en eade- cidn nuclear, habia deckirado que no se podia controlar ana Spot Sle Sate pig 40. Laherencia cientifica de Hitler ‘on abyoluta eerteim, Entre los cientificos existian temores de que, una ver iniciadha una reaccion en cadena —fa liberacion de gran euntidad de ener ia en material fisil por eseisidn instantinea de su estructr reaccién continuaria a través del material de todo el planeta. Sp que, por ese motivo, a Hitler «no le complacia en absolute ka posibilidad de que ta Gerra bajo su mandato pudiera eonvertirse en una estrella incandescente> Speer seguia diciendo que el flhrer gustaba de bromear diciendo que, algin lia, los cientifieos, «llevados de sus ilusorias ansias de desvelar todos los secre~ 10s del cielo para abajo, podian prender fuego al globo» En septiembre de 1939, cuando Hitler invadié Polonia, en Alemania hab fisicos que sabian como minimo tanto, ineluso mis, que fos angloamerieanos, y ‘que estaban organizando programas de investigacion para aprovechar ka ener De hecho, habia sido el alemin Otto Hahn ‘quien, ayudad por Fritz Serassmann y gracias al decisive aporte de Lise Meit- net y Otto Frisch, sobrino de ésta, descubrié la fisién nuclear o desintegracién del atomo, Esto ocurria en diciembre de 1938 en Berlin, pero probablemente el descubrimiento ya habia sido realizado, de manera inopinada, por el italia gia at6mica en las armas de gun mismo ticmpo, en Peenemiinde, a orillas del mar Baltico ya unos cien reunido en 1939 cientos de cien- Kilémetros de Berlin, el ejército alemsn habia tificos e ingenieros que trabajaban en modernisimas instalaciones de invest cidn y desarrollo de cohetes supersénicos que debian fabricarse en serie. Con. ellos Hitler pretendla atacar a sus enemigos situados a cietos de kilémetros de distancia, En el dltimo aio de la guerra, los cientificos alemanes expeciali- zados en cohetes estuvieron diseftando planos para fabricar cohetes acelerado- res que transportarian cargas explosivas a distancias de doscientos kilémetros « incluso superiores. Si el Tercer Reich se hubiera anticipado en la fabricacién «de un dispositivo nuclear explosivo, o incluso una ebomba sucia» compuesta de material explosive convencional y radioactivo,” cabe pensar que en su lanza~ Iniento se habria utilizado como elemento de transporte un misil teledirigido de largo aleance, y en ese caso la historia habria seguido un curso muy dife- rente. No cabe duda de que, si Hitler hubiera tenido la bomba atdmica, la ha- bria uilizado. Albert Speer recuerda su reaccidn ante la escena final de un no- ticiario cinematogrifico que vio en el otofio de 1939. En él se veia cmo un. avidn se precipitaba sobre las Islas Britdnicas. «Se produjo una explosién, y la isla salté hecha pedazos.» Speer escribié que Hitler sintié un entusiasmo indes- criprible. De manera ansloga, cuando, en el verano de 1943, Walter Dornber- ger, responsable del proyecto de fabricacién de misiles, comenté con Hitler 49, Véase por ejemplo Geullrey Brooks, Miler: Nnlnr Wopane The Develpmont and Artemp- td Deployment of RailoicalArornnents by Nexi Gesuany(Londees, 1992). las posibitidades de estas armas, los ojos del fidhrer se iluminaron con una «luz cextrafia, propia de un fandtico». Entonces declard: «Lo que quiero es la ani- quilacién, un efecto aniquilador». Los historiadores de la ciencia han venido debatiendo hasta el dia de hoy la viabilidad de la bomba atémica alemana. Esté claro que, al terminar la guerra, los cientificos de Hitler atin no habian resuelto los principales problemas tec- nolégicos, pero también lo esti que Alemania no tenia el material, el perso- nal y los recursos econémicos necesarios para desarrollar un arma de esa natu raleza durante la contienda. Ademds, las medidas racistas de Hitler habian determinado el despido de cientos de colaboracores judios absolutamente im- fisica nuclear y tedrica. Su des prescindibles, pues estaban especializados conocimiento de la ciencia y la tecnologia, de la personalidad de ingenieros, asi como la absolutamente inefiea?.y eorrupta naturaleza «policrs- tiva» de las estructuras jerirquicas del ‘Tercer Reich, socavaron la capacidad tificos & alemana y redujeron sus posiblidades de ganar una larga guerra basada en una tiosos recursos. El una tecnologia que, por avanzadas, exigéan eva proyecto Manhattan, programa para el desarrollo de la bomb: pulsado por Estados Unidos, abarcaba dos kineas separadas —una bomba de uranio y una bomba de plutonio- eras que en los departamentos de in vestigacion y desarrollo trabajaban unas 150,000 personas y el coste total as- cendia a 2,000 millones de délares de la época, Con Alemania el easo habsia sido diferente, dada su insut Jdad en cada una de las zonas impli- cadas en la produccidn de armas de guerra Las carencias cle Alemania en ciencia y tecnolo; imica y de mucha amplitud. En 1939, cuando Hitler inicis las hostilidades, el na educativo de Alemania, en otro tiempo envidia del mundo, estaba su- mido en el caos, al igual que las pol ta promocién y el aprovechamienco de la ciencia y ta gia. Algunos miembros de la direc cidn del “Tercer Reich hablaron incluso de clausurar las univer wn dle naturaleza sisté- Lades hasta (que terminara la guerra, Miles de wenicos altamente cuatificados, ingenieros, y estudiantes de especialidades cientificas fueron incorporados las fuerzas ar- madas, preseindiendo de su nivel de formacidn y de su utilidad para el esfuer- cetirel proceso, Las ‘uo que exigia la guerra; el réginven tardé tres aise cas controlaban y fomentaban los vineulos entre el mun cel curso dle los programas de in~ instituciones acadé do intelectual y el ejército, y con ello tambic vestigacién, mis por motives de interés personal que por causas de racionali- as que los elementos militar pugaban centre s{ para apropiarse de ciertos miembros del mundo universitario, los labo ss elicasns eel estamnent 10 y las instituciones por ravines de prestixio y rivalidad endégena. Ante ado y racionalizado, a eiencia y tee :1dde un poder ejecutivo central nvologia del Tercer Reich estaban 4 merced de generates enfrentados emtee siy 42 La herencia cientifica de Hitler jerifaltes del munde del comercio y' la administracién, Ademas, Hitler pro- vocaba deliberadamente rivalidades entre los pri las SS, pero-en pales euerpos armados y bio no consigui establecer un sistema de prioridades en la compleja movilizaciin y rearme de un Estado tecnolégicamente avanzaclo, Formacién cientifica de Hitler A principios del siglo xx, cuando Hitler aleanz6 la ed: tecnologia de Alemania y Austria habian realizado norables avances, tros de investigacién cient ‘Technische Hochschulen (escuelas técnica fica, sus facultades universitarias de ei uperiores con rang universi rio y excelentes laboratorios de investigacién) y, posteriormente, sus insti cos Kaiser Withelm figuraban entre los mejores del mundo. De acuerdo con las palabras del historiador lan Kershaw, Hitler tenia una primaria y era por naturales ico. Evidentemente, en la época en tun conocimiento vago y desigual de ciet ias naturales, ingenieria y matemeiticas. Como no lamentaba su falta de for- macién superior, en Mein Kampf dice al lector que en la escuela «saboteaba a que accedié al poder, sélo pose las parcelas del programa de estudios que, en su opinién, earecian de impor tancia y de interés. No obstante, dada su extraordinaria seguridad en si mismo, afirmaba que, en la Realschule de Linz, Austria, sus asignaturas preferidas eran la geografia y la historia, Pero mentia, pues en realidad sus notas en thas materias eran de las peores, aunque también es cierto que las notas de ‘matemiticas eran ain peores.” Afirmaba que en la escuela le gustaba provo- cara sus maestros describiendo la contradiccién entre religién y ciencia en el programa de estudios: «A las diez de la mafiana, los alumnos tenian una clase de religién en la que se explicaba la creacién del mundo de acuerdo con las en- sefianzas de la Biblia; y una hora después tenian una clase de ciencias natura- les, en Ja que se les explicaba la teorfa de la evoluciém». Hitler dijo que esta contradiecién le obligé a «insistir machaconamente». Como él mismo escri- bid, se quej6 de ello a sus profesores, «y recuerdo que provoqué su desespera- cidn». Por un capricho del destino, Hitler coineidié con Ludwig Wittgens- tein, que después seria un filésofo eminente; pero mientras Wittgenstein iba tun curso por delante, Hitler iba un curso por detris, a pesar de haber nacido algunos dias antes que él." 10, Adolf Hitler, Mein Kampf teaducci de Ralph Manheim (Londres, 1992), pig. 10, not I LL. Brian McGuinness, Witgenei Lf, wl: Young Ladi, 1889-1921 (Londres, 1988), pig. SL. De acuerdo con Speer, que tenia una buena formacién y, ademés de un ma- Hugh for- acién sobre la ciencia y la tecnologia, recurriendo a personas entendidas, «sino que dependia de informadores irresponsables e incompetentes, que le proporcionaban restimenes superficiales»."? Era una prueba —afadia Speer— ~ade su aficién a la informacién superficial y su deficiente comprensién de las investigaciones cientificas fundamentales». No obstante, a Hitler le gustaba temitico frustrado, era arquitecto y, como comenté en cierta oca Haffner, un «técnico puro», Hitler no seguia vias directas para obtener pontificar en temas de ciencia, tecnologia y medicina como si conociera sus secretos gracias a una intuicién genial. Como la ciencia ocupaba un lugar des- tacado en su grandiosa visin de las cosas, aleccionaba a quienes le visitaban dlisertando sobre la historia de la ciencia, las leyes fisicas de la naturaleza y sus aplicaciones. En 1942 le vemos instruyendo a uno de sus almirantes sobre fa relacion 10 de los barcos. El tono de su di- del invencible egotismo de Hitler, «Ciertamente, el actual diseito de los bar- cos no responde a las leyes de la naturaleza>, dijo al almirante. jtente entre la silueta de un pez y el dis sertacién y su dogmsitica apelacion a principios hisicos nos dan wi Si respondiera, los peces tendrian que estar provistos de un elemento dle opulsidn en su parte posterior, en ver de lasaletas laterals que poseen. Ade~ Fr naturale les habria proporcionado una cabeza aerodin: gar de la que tienen, que recuerda en mayor o menor medida un glébulo de lucida nica, en lu agua... al ensanchar la proa reduces proporcionalmente la presion pr desde delante sobre un arco puntiagudo, De manera andloga, recientemente se hha descubierto que una pala puntiaguda no es la mejor pala.!* ‘A mediados de 194, cuando los oficiales veteranos de ka Luftwaffe pedian 1a utilizaci6n del reactor Me cen que los aviones a reacei bate, Hitler, insistiendo e Ginicamente como hombarde- ros, lesaleccioné sobre la fisiologs labras fa del vuelo a altas velocidades con estas pa- Caras a rence, exras a reaceiéins pero yo ne quiero oir Ales combat eon él is dlovanaras ls sess cuanto que, nis acerea de ellos. Eseavidn neves un cas, y m0 pl dic ive dijo que ciertas partes de vwestra cerebro simplemente se blaquean «lurante los encarnizados combates acreas que tenis que ibrar al entrar en accigin.!* hort Spscr, be rhe hind Roch. eels de Richard Clara Winston (anaes W995), 7 ie Ail Hikes, Tle Hl, 14 F- 14: Hl Prasat Craton, vad ce Nowa Ca inrony KOHL Steer eta por HERG Tren Ror Lon, 2000) pe, 50, 14, Coase Wolgane Wager, Hh Hr of Carma teat: The Ban e-lnnat Neh 9, pig 12 44 La herencia cientifica de Hitler Aunque proyectaba la imagen de un hombre que Hevaba una vida sana y de un gobernante enérieo, Hitler sul ba ara la come manias eentradas, como en su vida po- vin ce inflaen 4 periodas de indolencia, pues se pasa triviales y se levanitaba buena parte de la noche viendo peliew dda, Adopts una ecléctica amalgama dk litica y administrativa, en una constela de donde ines Yantaggnicas, 2 alguna al azar para eliminae el monopolio de una determinada coneepeivin de la cieneia o de ba medicina dlietéticas (que en ocasiones incumplia) —frutos naturales, cereales y legum= bbres— basadlas en un concepto superticial. Al mismo tiempo ingeria bromuros yun liquido, sumamente toxico, utilizado para li dicamento> que, en su opini trincheras de ka Primera C armas de fuego, «ane- 6n, le habia sentado bien a su estémago en las jerra Mundial, Nunea permitié que alguien exa- 1u cuerpo desnuda, como si se negara a someter su autoridad al eseru: tinio de un profesional. Paco después de ser nombrado caneiller fue a ver a una anciana para inter ‘arse por su dieta vegetariana. Cuando el jefe de la Ges ‘apo queria tratar un tema administrativo con él, Hitler cortaba en seco alegan- do que ha scosts muchisimo mas importantes que a polit; por ejemplo, relormar el estilo de vida humano. Lo que esa an es mucho mis importante que todo lo que yo puedo hacer en mi vida». decia que el vegetarianismo de Hitler, que data de 1931, era debido a la fTuencia del compositor Richard Wagner, segtin el eval los seres humanos se habian contaminado por el mestizaje racial y el consumo de carne. Hider es- taba convencido de qu la vida humana se habia acortado a causa de la esteri- lizacidn de los alimentos al eocinarlos y las consiguientes enfermedades de la civilizacion (Kndturkrankbeiten), incluido el cincer. E estaba convencido de que el ser humano empez6 a comer carne en la era gl se vio obligado a momento en el que crlo para subsistir. De acuerdo con su visién, la promo- cidn de los frutos y las legumbres naturales llevaria a una inversién del proce- so. Temeroso de contraer el cancer y convencido de que la influencia de los ccrayos terrestres» (Evdtrablen) en la cancilleria eonstituian un peligro, ordené al médico Gustav Freiherr von Pohl que realizara pruebas para detectar sus «emanaciones» con una varilla En el repertorio de supersticiones y falsos conocimientos que arrasteé du- rante toda su vida estaba su fe en la astrologia. A principios de abril de 1945, ya en la etapa final del ‘Tercer Reich, Hitler seguia confiando en una sarta de disparates asteol6gicos que prometian circunstancias favorables para el ho- réscopo personal que Goebbels, ministro de Propaganda, puso en sus manos. Cuando el 12 de abril se enteré de la muerte de Roosevelt, se le vio rebosante 15, Véase Weindling Health, Race and Politics, pg 492. 16, Citado en Robert N. Proctor, The Nasi War om Cancer Princeton, 1999), page. L34-135 Hitler cientifico 45 de jibilo. «Ahi cenemos el gran milagro que siempre vaticiné», coments a sus ayudantes. «¢(Quién tiene razén ahora? La guerra no esta perdida. ;Lee! Roosevelt ha muerto»" En su visi6n del imperio de los mil afios la voluntad estaba por encima de rado nacional. Segain la formacién intelectual como fuerza impulsora del 4, fa ciencia en los centros de ensefianza fue responsable dela fragmentacion mpos de la Repiblica de We En Mein Kampf," al y el eaos del pais en hablar de politica educativa, cita la instrucci de las causas de «la falta de voluntad, plaga de los tiempos actuales». Pero su idea de lo que era a ciencia y de lo que hacian los cientificos era pobre y defi- ciente. Apenas entendia que las proposiciones cientificas, «diferencia de las metafisieas, eran provisionales, que la investigacién cientifica debia tener una libertad no limitada por la necesidlad de instruir; pero tenia una pobre idea de Ja naturaleza del método experimental y empirico, con una mareada tendencia a confundir la formacién cientifica con la mera acumulacidin de datos yun es- an esos datos, caso aprecio por la maners en que se obtet Su idea era cambiar los phanes dle estudio tan pronto como aecedien ica escolar, que hoy es realmente el stado, pucie ser asumida, con eudo popular (vilkisc), decia en- fica general en Forma I po- der. Por eso escribid: «La formacidn cies principio y el fin de toxla la bor educativa del mbios, por el Estado popukar».!” ELE que ofrecer una instruccidn cie iales». Convencido de que Ale- firma que «nuestra for- fi ubreviada que cont ‘mania estaba atravesando una «paca materialist, macidn cientifica se esti voh inera creciente hacia los temas pri as macemtieas, la fisica, la quimica, ete», Yadvertia ga los conceptos esent rndo de ticos; en otras pal que tales preocup eal y la senuncia a «fuverzas que son atin mis importantes para el jones eran «peligrosas», pues implicaban descuidar ka for- mantenitniento de la nacidn que todos los conocinnientos (enicos o de otra na turalen» De todas el curso de la guerra modificaria su vision de bai que la mejor de sa de fa patria «no estaba en fas armas sino en sus eiudadanos [| un muro vie jente de hombres y mujeres henchidos de amor supremo foul fanstico entu- Habia una funcidn adecuada para la «formacidin ciemt {La cieneia [debe ser eontemplada por of Estade popular Gv) o aca, Desa este pnt de vistas te instrument para cl fomente del oral peers inl Ren, x 18. Mlle, Meoe Aamo ge 19, dad pig 20, tad pie 884 46 La herencia cientifica de Hitler ne que ensehar no sila la historia universal sino igalnente tls historia cultural Un inventor debe ser contemplate sé cane un gean inventor sine andes ‘con un camarata nacional y, por Io tanto, came on hoaubee ai wuts grande." La reflesisn no 1 ade la revdiriea re: cciunaria, pues recogian con exactitud ef manifiesto de Fulda firmado por noventa y tres intelectuales y cientfieos alemanes que, terminacl la Primera Guerra Mundial, se unieron para declarar que la ciencia y el conoci nto debian estar por completo al servicio del Estado nacional en armas. Los firmantes def documento de Fulda habian expresado ese sentimiento en un momento en el que fisieus de G Beetafia, Francia, Alemania y Dinamarca también bal has esteucturas ¢ ideas preconcebidas de reconsiderado mit especialidad, preguntand si efee= tivamente la ciencia podia colaborar y anantener una actitud supi tiempos de guerra. Hitler, que afirmaba haber levado a Schoper Dotsillo de su eapote durante toda la Primes er en el Guerra Mundial y sito se deshi zo de él para sustituirlo por el «genio de Nietzseh concepcién de la ciencia mareadamente nacionalist rt descubrir que lr nueva fisica dependia de una colaboracién, internacional pluralista. Pero, se sucintas versiones le la astronor terpretaciones del darwinismo. En las largas noches que pasaba en su cuartel general durante las afios de guerra, Hitler, sentado ante una taza de té con pastelitos, aludia a menudo a la transformacién provocada por las invenciones del microscopio y el telescopio. Le gustaba decir que su regalo a la nacién seria Ia construceién de observato: rios instalados como bibliotecas municipales en los pueblos y las ciudades de la Gran Alemania, Afirmaba que de esa manera se acabarfa con «un mundo n parece, Hitler no mejoré gran cosa sus fa del siglo NV y deficientes y farragosas in de supersticiones».”? Entre sus intereses «astronémicos» estaba su fe en una cextrafia teoria teoséfica conocida como «cosmogonia glaciar>, amalgama de mitos, fantasias y pseudociencia debida a Hanns Hrbiger. La teori da con entusiasmo por Heinrich Himmler, jefe de las SS, explicaba que el uri verso se habia formado por Ia accién conjunta del hielo con un sol primigenio, del que se suponia que habia sido treinta millones de veces mas grande que el nuestro, Hitler encargé al arquitecto profesor H, Gieseler el diseio de un pla- netario y observatorio en Linz, la ciudad de su infancia, con una galeria en la que Horbiger tendria un lugar junto a Copémnico, Galileo, Newton y Kepler.”! defendi- 21, Wid, pig. 387 22. Hier, Tale Talk, pig, 720, 28. tid, pig. 323. 24, Véase Brigicte Nagel, «Die Wekeislere:Ihve Geschichte und ihre Bedewcung in “Driten Reich"»,en Medizin, Nanpoisenshaf, Tet und Nettnalyilinnar Kontiatten and Dihont- utaten, compilado por Chrtoph Meinely Peter Voswinckel Sturgart, 1994), pigs. 166-172. Tronicamente, la famosa «Torre de Einstein», grandioso observatorio fururis- ta construido por el astrénomo Irwin Finlay Freundlich y el arquitecto Erich Mendelsohn en Potsdam para estudiar las implicaciones de la teoria de la re~ latividad einsteineana, dej6 de proporcionar informacién astrofisica sera yb: sica bajo el mandato de Hitler. Freundlich fue destituido de su cargo de diree- tor por cuestionar la orden de hacer el saludo nazi en el interior det edificio. El nuevo director, el nazi Hans Ludendorf, eliminé el nombre de Binstein y lo Hlamé Instituto de Fisica Solar. Se paralizaron las investigaciones basadas en la teoria de la relatividad de Einstein y, durante la guerra, el observatorio se convirtié en un centro de investigaci6n con cierto interés militar, ya que en él se estudiaban las relaciones entre la turbulencia de la atmdsfera solar y la ra- diointerferencia.* Una de las primeras medidas adoptadas al acceder al poder fue despedir a los judios que trabajaban en la administracién del Fstado, Como quiera que ‘Alemania la mayoria de cientificos y profesores universitarios eran funeiona- rios, la decisién signifies la pérdida de cientos de destacados fisicos, quimicos, bidlogos y matemiticos para el pais. El eminente fisico Max Planck fea ver a Hitler y le expuso el problema con objeto de que Aleinania retuviera a eminen- yleexpuso el p ntificas judios, a pesar de su ascende in mente el nombre de Fritz Habs cia no aria. Phinek tenia concreta- judio, pacriota, decano de ta comu- nidad cientifiea alemana y dircetor del mundialmente famaso Instituto Kaiser Wilhelm de Quimica Fisiea radieado en Berlin, Haber habia descubierto el proceso quimivo para la fijacién del nitrdigeno a partir del aire, que en la bloqueada explosives n cantidades potencialmenteilimitadas y baratas. Si Primera Guerra Mundial proporeioné a una Alemani y fertilizantes artific no hubiera sido por Haber, que, cediendo a los prejuicios dominantes, se ha- a poco mis de veinte af, Alerna- bia convertido al cristianismo cuando t nia no habria podido continuar fa guerra durante mis de un aio. Hitler e1 plenamente consciente de la valiosa aportacién que Haber habia hecho a los sectores de kr industria y el ejército, pero no dejé que este hecho afe smplios y profundos. Como es sabido, su contestacidn prejuicios, mucho m ala peticidn dle Max Planck fu «Si la ciencia no puede prescindir de los ju- ss». Como consecu jos, prescindiremos de la eieneia durante unos a esta situaci6n, durante los afios centrales de la deécada de 1930 algunos de los is aguclos cientiticos del mundo salieron dle Alemania y Austria en direccidn n Bretafa y Fstados Unidos, con inevitables consecuencias para lox dos bandas en el contliewo subynefan en fa medida tuvieron atras implicaciones para ef desentace de la ndlial que se aproxinaba, Pero las ideas racistas que 25. Wane Klaus Hentschel, he Banari Wiser Dnessexne of Dam Ctra, Rea te Aw AT Hcl (Sted, 17), pg 18 tisny Vou ad son te 48 La herencia cientifica de Hitler guerra con Rusia. Cegadlo por los prejuicios raciates, Hitler estaba convenci slo de que los rusos eran ineapaces de mantener una guerra tecnoligica pro- pia del siglo 8x. Hider ereia que determinadas ravas, entre ellas la rusa, eran incapaces de hhacer grandes cosa punto de que gustaba de decir: «(Los rusos nunca invenran nada. Entrégales los visores de bombardeo mis perfectos que existen, Pucuen copiarlos pero no inventarlos».. De acuerdo con fa visién de Hitler, los rusos tampoco eran eapaees de elaborar un pensamiento, un trabajo y una ‘organizacidn de manera sistemstiea. En el verano de 1941, poco después de la An de kt Unidn Soviética, com 6 durante una cena; «Fi ruso nunca se decidir a trabajar, si no es por una imposicién exterior, pues es incapaz de or- ganizarse por sianismo. ¥ afiadi6: «Y si,a pesar de todo, consiente que le im- pongan una organi: jin es gracias a las gotas de sangre aria que tiene en sus. venass.27 «Destruid sus fibricay», dectard Aitler «y los rusos son ineapaces de reconstruirlas y ponerlas nuevamente a trabajar», Por el cor rario, losjapone= maces de «mejorar algo ya existente, pero tomando de aqui y de all ‘cualquier cosa que pueda hat te a rusos, chinos y jap [J En ef ambito de ta g de nosotros». sr que funcione mejor». Refirigndose globalmen- ses dijo: «Esos pueblos son inferiores a nosotros imica, por ejemplo, se ha demostrado que todo les uando alcan26 la edad viril, Hitler ya se habia formado una «filosofia» «que gozaba de toda su confianza de autodidacta. En ella, la ciencia, las leyes del universo, la raza y la religidn habian pasado a ocupar ef lugar que les €0~ rrespondia dle acuerdo con su importancia. En aquellos mondlogos nocturnos cen su cuartel general, acostumbraba a explayarse hablando sobre la ciencia y sus relaciones con la politica y la religion, En su opinivin, «el progreso en la ciencia» habia hecho que «el liberalismo proclamara el dominio de la natura- leza por el hombre». Propugnaba un conocimiento intuitivo y holista de «las leyes de la naturaleza>, aunque, segtin él, la ciencia no puede contestar a las preguntas fundamentales, ya que, «en cuanto al porgué de esas leyes, nunca sa~ bbremos nada de ello». Y, para rematar su il6gica exposicién, decia que la reli- sgién no podia dar respuesta a las preguntas fundamentales. Para el, la religién, enemiga de la ciencia, es domesticada por ésta. Por eso, 4 principios de la guerra, confes6 a Himmler: «lo mejor es proporcionar una muerte natural al cristianismo». El dogma del eristianismo se desvanece ante los avances de laciencia, La re- ligién tended que hacer mis y mis concesiones. Los mitos se desintegran gra- dualmente. Todo lo que hay que hacer es demostrar que en la naturaleza no hay 26. Hitler, Tle Tl ig 182 27. Ti pig 8 Hitler cientifico 49 Frontera entre lo orginico y lo inorgénico, Cuando se difunda el conocimiento del universo, cuando la mayoria de los seres humanos sepa que las estrellas no son fuentes de luz sino mundos, tal vex mundos habitados como el nuestro, Ia dloetrina cristiana seri condenada por absurda.”* Aparte de esas peroratas, Hitler era muy ce 4 proponer soporte Ps naceas a sus sumisos oyentes, «Compar mano, decia a menudo, «Desde cada peldafio se puede observar un paisaje mas amplio. Pero la ciencia no pretende conocer la esencia de las cosas.»”” Habia comprendido que la ciencia no podia contestar a cuestiones metafi cas y,a pesar de ello, estaba proporcionando al mundo algo ain més valioso: 4a posibilidad de ver lo muy pequefio y lo muy grande. «La ciencia», afirma- ba, «nos ha enseftado que estamos limitados no sélo por lo infinitamente grande sino también por lo infinitamente pequeo, el maerocosmos y el mi- Por el contrario, aunque Roosevelt, Churchill y, mis tarde, 2 direecidn del bando aliado manutuvo una inteli- fan formacidn cientifica, ntes escuchaban, y forma~ gente actitud de respeto ante los especialis g Js. Sus gobern pedian consejo, aprendian, a veces dolorosamente, y consulta icas hereditarias, apoy6 la falsa botsinica de ‘Irofim Denisovich ntemente mostré una visién I optar por silidos » Rojo el carro de com: de las caracte’ Lysenko, pero evid proyeetos de ingenieria que proporcionaron al Kj hate’T,, que fue un fietor decisivo en el desentace de ta guerra; concluide el conflicto bélico, sus ciemtticos tabajaron en la fabrieacién de la bomba de hi- ddrdgeno rivalizando con Estados Unidos Roosevelt, a pesae de un aberrante plan en los inieios de la guerra en el Pa cifico, de acuerdo con el eual queria arrojar sobre ki ciudad de ‘Tokio miles de seencia de que provocarian el pinico entre la poblacio ponesa (los animales murieron durante el trastado), estaba abierto al consejo de las comisiones que se ocupaban de temas cientificos y era accesible a cien- tilicos que, como Albert Einstein y el fisieo hiingaro Leo Svilard, habian lle~ gaido a Estados Unidos como inmigeantes en fecha relativamente reciente: a grandes sumas de dinero eruzar lo que en su opinidn iba a ser una tierra de nadie de la Primera Gi werra Mundial invietis wrchill, que en Tos primeros meses de la Segunda C iniiles excavadoras mecin as de erincheras para Mundial, se sentia, aun asi, fascinado por ka ciencia y la tecnologia y consulta- tba a le entendidos asuntos relacionados con la investigacidn. Uno de sus ami- 2X. thi pigs. 59-4 2 tad pig. thal pig 88 50 La herencia cientifica de Hitler gos intimos dasante fa dléeada de 1930 y dur re la guerra fue un fisico, el pro fesor Frederick Lindemann, En cambio, Hitler se veia a si mismo como an gobernante que sabia todo lo que habia que saber acerea de la tecnologia y lx eapacidad inventora del ser re sus actos de vo: human. Tenia dificultad para cubrir el vacio existente luntad, sus rdenes y la viabilidad téenica de sus decisiones. A principios de 1942 dijo a un grupo de camaradas mientras comfan: «Lo importante es tener tuna superioridad técnica que sea decisiva en todos los casos. Lo sé: estoy loco. por Ia teenoloy 10s que enfrentarnos al enemigo con innovaciones, que le eojan por sorpresa, de mado que siempre mantengamos la iniciativan. Declaré que su guerra contra los aliados era una guerra «tecnolégica». Habla ba como si as armas téenicas se pudieran crear de la nada, por arte de magia, lizar inventos maravillosos aplicando una ligica intangible, como si pusliera r wad no son tan eficaces como central elgctriea o una planta Diez mil bombas arrojadas al azar sobre una tuna sola bomba kinzada eerteramente sobre de la que depende el suministro de agua.» Al mismo tiempo dijo a Dornber ger, jefe de la planta dedicad: Peenemiinde, que Alemania tenia que construir decenas de miles d fabricacién de cohetes y eso en una época truir un prototipo vilido, A partir del dia en que asumié el gobierno de Alemania en enero de 1933, nada de lo que dijo o hizo indicaba que entendia el prodigioso legado cientii- a la que los cientificos adn tenian dificultades para cons- co y tecnolégico de Alemania, eémo estaba ordenado y organizado, cémo po- dia utilizarse en la contienda 0 cémo se podian disponer, por orden de priori- dlades, los programas en curso. No hay pruebas que demuestren que apreciaba © comprendia la naturaleza de sus origenes y la historia de su desarrollo 3. Tid, Capitulo 2 Alemania, la Meca de la ciencia Durante las tres primeras décadas del siglo xx Alemania ocupé un lugar preeininente en muchas parcelas de las ciencias naturales sn nologia, a pesar de que en ese peri Berlin fracas6 en su intento de albergar fa gran Exposicién Inter lo sufrié una guerra ruinosa. acional —el honor correspondi a Paris—, pero, aun asi, los alemanes expusieron sus pro- ductos en mis de quince puntos de la ciudad, desi las Talleréas hasta a torre Eiffel, superanclo siempre a los de ot Millones de alemanes se desplazaron a la capital de Francia pa gullosamente las conquistas cientificas y tecnoligicas de su patria. En el Quai des Nations, Alemania habia levantado un pabell6n en forma de una Rathaus weiones en perfeccidn e inventiva.! (ayuntamiento) del siglo Xv guja que superaba en altura a todas sus rivales, Aparte de los pabellones nacionales, a los paises participantes se le Jas preferentemente a la utilidad para todas las naciones. Sin embargo, los alemanes se negaron a exponer sus produc tos por empresas fabricantes, optando por destacar el carscter nacional de su avanzada tecnologia, antes que meros nombres comerciales Los alemanes presentaron conjuntamente avances tales come fa Hieuefe- cin de gases, la produccién de energia eléetrica y aparatos de electrog a les para la Uno de los productos expuestos contenta tierras raras esenc! «. Era un invento de gran interés que se mostraba cen el palacio del electrieidad y ponia de manifiesto la potencia de las kim= paras patentadas por Walther Nernst. De acuerdo eon la publicidad facilitada alos visitantes, en Alemania se fabricaba torin puro, esencial para el desarro Ho de ba industria de fa ilumin jn eléctriea; en el pais, el precio de un kilo, habia bajado dle 2.000 a 50 marcos en el espacio de seis aftos. En ka exposicidn 1 Vee Diana (Cambri, V7 th ovr Barkan, Haller Nernst and thy Toast to Mader Py See 21 es 52 Laherencia cientifica de Hitler de cienc instaki en Tos Champs ale Mars, los ssicantes poxdian adivirar Li dinamo mis grande y mis potente del mundo, constraida pr ka a alemana Helios. Con releren amie Narure afirmal 1a la seecidn de instrumentos, fa re~ que a prod josa muestra de instrumentos de precisién ysiaden anes «no eraalgo que proporcionara un gran placer a wn ingles, séste examinaba los, riculos presentads por st paisa buen seguro {que sentir una yran tristeza." Fl eatélogo de la exposicidn en alemin era en si mismo una proeza editorial, pues constaba de 250 pyiginas dedicadas a lay conquistas cientitieas y tecnol6gicas que alimentaban el vertigiinose ¢ inconte~ nible orgullo alemsin, Publicado en tres ediciones diferentes —alemiin, inglés y francés estilo Art Nouveau, el volumen estaba enctundernada en musclina color beige. + yadlerezado con espléndidlas ilustraciones en color y un disefio dle Eon él se narraba fa historia, el desarrollo y las aplicaciones de los produetos ex- puestos por Alemania. La introduccién contenia un estudio de la expansion demogri ica de Alemania, con datos y cifras del empleo femenino, el divorcio, los grupos raciales y religiosons y la emigraciin. Fntre 1895 y 1899, habia pasado de 52 millones a 55 millones y entre 1816 y 1900 se cado. Alemania era un pais joven, pues el 61% de la poblacién tenia menos de 30 afios, La natalidad arrojaha una media de 4,7 hijos por familia y slo uno de cada ochenta matrimonios terminaba en divorcio.* ria dupli- Y como silos tangibles resultados de la preeminencia de Alemania en tan- tos campos no fueran abrumadoramente evidentes en ki exposivion, verano Paris fue testigo de una sorprendente prucha de la heyemon rnaen el campo de las m Internacional de Mat del segundo Congreso nsticos haban invitado al alemin David Hilbert a nunciar el discurso inaugural en la sala de conferencias de la Universidad de la Sorbona, Hilbert, descrito aquel dia como «enjuto, sgil, con una frente nota blemente despejada, calvo pero con algunos mechones de cabello todavia r0- jizo, tenia «una atractiva imagen hecha de intensidad e inteligencia».* Deci- di6 utilizar la celebracidn del centenario como oportunidad pata planteara los, ‘matemiticos de todo el mundo una serie de problemas atin no resueltos; éstos, no eran simplemente ejercicios para poner a prueba la inteligencia sino pro- fundos casos précticos del mundo de las mate tes que esos problemas icas. Hilbert dijo a los oyen- demuestran la riqueza, la variedad y la amplitud de las mateméticas en el dia de hhoy [..} La unidad orgainica de las mateméticas es inherente 2 la naturaleza de esta ciencia, pues las matemiticas son el fundamento de todo conocimiento exacto de id, pig. 106, $B, pg. 107 5. Constance Reid, Hier (Nueva York, 1996), pi Alemania, la Meca di 33 los fenémenos naturales. Que pueda cumplir plenamente ese alto destino, jojali que el nuevo siglo dé profetas gonerosainente dotados y muchos diseipulos celo sos y entusiastas!® Fue una declaracién profética, y era natural que la hiciera un destacado re- presentante alemsn de la especialidad. A pesar de la pérdida de una guerra terrible que arras6 la riqueza y la mo- ral de la nacién, todavia parecfa posible Ia promesa mostrada en la gran exp sicién de Paris, la promesa de que el siglo Xx iba a ser el siglo de Alemania, En 1921, cuando atin no se habian cumplido veinte aftos de Ia institucién del pre mio Nobel, los cientficos alemanes, 0 al menos de lengua alemana, habian ga- nado la mitad de los premios concedilos en las especialidades de ciencias na turales y medicina. Uno de los primeros premios en el periodo de posguerra fue para Albert Einstein por el descubrimiento del efecto fotoeléetrico. Naci do en Alemania, Einstein hab vertirse en un apatrida, antes de obtener la ciudadani biendo muchos alemanes y no alemanes que lo cont renunciado a la ciudadania alemana para c suiza; pero siguiss ha nplaron como uno de los suyos. A pesar de q mania se la veia como ui Cipacién en conferenci nas que estaban suscritas a sus publicaciones periddicas,sigui ciencia y la tecnologia, mientras que su lengua sigui6 constituyendo un jon cientifia y el conocimi nio Nobel entre 1901 y 1921 nos proporcio- mera Guerra Mundial, a Ak ts @ su part ,terminada la devastadora P: rnacidn arruinada, a pesar de los boi internacionales y as eancelaciones hechas por perso- dsiendo la Meca dela requisito esencial de la forn La némina de ganadores del pre nna una vision de la magnitud y amplitud del genio alemin durante las dos pri= imeras décadas del siglo. Wilhelm Konrad Réntgen por el descubrimiento de jing por la terapia con suero; Adolf von Bae~ Jos rayos X; Emil Adolf von Bel Jos tintes orginicos; Wilhelm Ostwald por los equilibrios cis; Philipp Lenard por los rayos eatsdicos: yer por su trabajo {quimicos y los indices de te Max von Laue por la difraccién dle rayos X con cristales; Max Planck por el ‘ewintiea; Fritz Haber por ka sintesis de amonia- descubrimiento de la ener, nentos; Walther Nernst por sus trabajos en termodin:i- Albert Einstein. co a partir de sus el mica, A ellos se sumab é tenia Alemania, con st sisten nde ella un: cducative, su historia, sus caracteris- jonales, que hi vestigacion desde finales del siglo 1x hasta la pri cidn tan preeminente seas dGeadas del siglo XX? 6. i pig 2-88 54 La herencia cientifica de Hitler El reto de los colorantes alemanes ermano para aprovechar las posibilidades de los nuevas procesos qui cn la fabricacion de colorantes. Estas teenologias quimicas liberaron ale su dependencia respeeto del Lmperio briténico en Ia obtencidin be muchas y productos naturales, Esta nueva situacidn de libertad, com as de hierro, acero y carbdn en fase de ex- pansién, permitié después a Alemania abandonar su condicidn de pais eon ay Estados, Unidos. La consiguiente rivalidad entre Alemania, como pujante gran potencia » x, y Gran Bretafa iba a constituir un factor coadyuvante de las tensiones que Hevaron ala Primera Guerra Mundial emai sntos de su dominio de los procesos quimicos a prineipios del siglo stv y la tarea estavo estrechamente ligada al nombre de Jus~ tus von Liebig, que en 1824 fund6 un gean laboratorio en Giesen, donde formé a gran nimero de quimicos. Hoy Liebig aparece unido a los cielos del neia de indust tuna economia agricola y pasar a competir con Francia, Gran Br la primera década del puso los fund nitrdgeno y la ley que Heva su nombre, segtin la cual el erecimiento de las plantas ¢s limitado por el elemento presente en el suelo en la cantidad menos adecuada, La teoria de los ciclos de nite6geno estaba Hamada a aleanzar una gran importancia con el crecimiento de la poblacién joven de Alemania. La genialidad de Liebig preparé el gran descubrimiento de Fritz Haber, realiza~ do en 1908, gracias al cual Alemania se veria libre de las importaciones de ni- trdgeno con la consiguiente dependencia exterior, En 1828, Friedrich Woebler consiguié convertir cianato amdnico en ures producto de los rifiones animales. Con anterioridad se creia que las moléeu- las de los organismos vivos sélo podian ser sintetizadas por organismos vi- vos. Entonces los quimicos comprendieron que estaban a punto de fabricar una gran cantidad de sustancias que no se dan en la naturaleza. Mas tarde, concretamente en 1841, August Wilhelm von Hofmann, estudiante del la- boratorio de Justus von Liebig, obtuvo el doctorado con una tesis sobre los derivados del alquitrin de carbén, subproducto que se obtiene quemando car- bn y que iba a desempefiar un papel determinante en el émbito de las nuevas, transformaciones quimicas. Hofmann descubrié que el alquitrin de hulla po- dia producir anilina, que en tiempos pasados se obtenfa por destilacién de digo. Su pregunta era: zse pueden obtener del alquitrin mineral tintes ar- tificial Cuatro afios después, la reina Victoria y el principe Alberto, durante su vi je a Bonn para celebrar el setenta y cinco aniversario del nacimiento de Bee- thoven, visitaron a Hofmann en su laboratorio, una serie de habitaciones don- ‘Alemania, la Meca dela ciencia_ 55 de el principe Alberto se habia alojado en otro tiempo como estudiante. La pareja real queds tan impresionada por la figura de Hofmann que le ofrecie- ron la direccién del nuevo Colegio Real de Quimica, situado en la Oxford Street de Londres. Aqui, después de formar un grupo de quimicos, alemanes € ingleses, Hofmann seleccionaba y dirigia sus proyectos de investigacién. En el laboratorio de Hofimann nacié toda una nueva industria cuando, en 1856, William Perkin, estudiante de quimica de 17 afios, descubrié inopinadamente tun procedimiento para fabricar un rico colorante artificial —el color llamado comtinmente «malva»— mientras buscaba una manera de obtener quinina del alquitrin de hulla. El padre de Perkin consigui6, contra el consejo de Hof- mann, que su hijo abandonara el laboratorio y se pusiera a trabajar a su lado en la empresa privada, Perkin y su hijo obtuvieron un ripido pero modesto éx to, habida cuenta de las posibilidades que habian creado con su descubri- miento, El color malva hizo furor en las calles y los salones de las capitales ‘curopeas. La emperatriz de Francia estaba convencida de que el malva hacia juego con el color de sus ojos y la reina Victoria lucié un vestido malea boda.” Mientras tanto, Hofmann desarrollé otros cen especial una gama de tonos violeta, a los que siguié toda una paleta de eo. lores luminosos con predominio de los rojos, los azules y los verdes. Aun asi, los beneficios industriales y comerciales no iban a ser para Gran Bretafia sino 105 colorantes artificiales, para Alemania, que hizo grandes inversiones en innovadoras tecnologias de fabricaci6n, mientras adoptaba inteligentes medidas para patentar sus produc- tos y estrategias de comercializacién para asegurar el monopolio alemn. Mu- chos licenciados en quimica emigraban a Inglaterra para acumular experiencia laboral en la industria, pero después volvian a Alemania, al menos la mayoria, para prestar servicio en las industrias de su patria que se hallaban en una clara fase de expansién propio Perkin, profundamente dolide de que su pais hubi eneficios de su descubrimiento, se laments durante toda su vida de la ten inte beneficios a corto plaze en sus dencia de los ingleses a buse inversiones. Igualmente decisiva fue la temprana simbiosis entre for 1853, an: industria practicada en Aleman por el principe Alberto comprobs que, en términos comparatives, Gran Bretaa mostraba «un respeto desmesurado por la prictica junto con cierto desdén por la ciencia» 7. Para ta histone Perkin, Save Sinan Gatlckl, Meuse: Hse One Ma tase Cine ‘ht Chang te Wid Lauds, 2000 X. Walfgang Wetzel, Netars send un shes and Mecano ibres Aisin 19 Fabre (Stage in Donen: Faramoet ne yi. 50-51 56 La herencia cientifica de Hitler Alemania supo respaldar los nuevos avances eon investiga Fin el dltimo tramo del siglo 1x, unas doce ‘Fechnische Hochschul las “Técnicas Superiores) estaban vineuladas con centros téenicos de segunda censefianza conocidos como Realschulen. A diferencia de Gran Br 1, don de la formacién escolar iba rezagada, el sistema docente alemin se adekints a la industrializacién, Mientras tanto, en las universidades de G ssen, Gattin gen, Heidelberg y Bonn lorceian las fucultades de quimiea, En Bonn, por cjemplo, August Kekulé, quimico nacido en Bohemia, descubrié el anillo de henceno gracias a una revelacidn que tave en sueiios: que aparecian stomos de carbén enlazados quimi camente, como una serpiet La idea era esencial para te que terminaba introducienda su cola en la bo comprender las formulas q irbono, de qui ientos, {eenieas y procesos. Algunos de los avances se debieron dircetamente a las te nologias de fos colorantes. Ein la déeada de 1860, icas dle Los compuestos conocidos del Los laboratoriosalemanes, ef mayor de los cuales era el boraton mica orginica de Bayer en Munich, izaeon un sinfin de descut FW. Benck consiguis teair con colorantes de anilina. En la déeada siguiente células vegetales y a . Paul Ehrlich, en Franefort, comprobé que se podian realzar partes de la eélu- |a utlizando como tinte alquitrin de hulla, Asi, por ejemplo, con verde de me- tilo se conseguia que el niicleo de la célula se destacara en verde, mientras el citoplasma se tefia de rojo. Los procesos de teiido revolucionaron la biologia yanunciaron la ciencia de la bioquimica. Carl Weigert, primo de Ehrlich, de- mostré que el violeta de metilo destacaba ciertas bacterias, hecho que ayuds a Robert Koch en sus investigaciones sobre el bacilo del antrax bovino y la tu- bereulosis. Si Koch trabajé en Berlin, Carl Zeiss monté en Jena, por la misma época, su taller de instrumentos épticos, impulsando asi la biologia celular, la anatomia, la histologfa, la embriologia y la patologia gracias las mejoras intro- ducidas en el microscopio. Exponente genuino del maridaje del instrumental “Sptico y la bioquimica en la segunda mitad del siglo Xtx, todavia en su fase ini- cial, fue la obra de Hermann von Helmholtz, isilogo conocido con el sobre- nombre de «canciller imperial de la fisica». Helmholtz fue el primero en medir la velocidad de los impulsos nerviosos en las ranas (20 metros por segundo) y ‘en detectar, con ayuda de su nuevo oftalmoscopio, un nervio éptico en un ser humano vivo. A finales del siglo xtx, la industria alemana dedicada a la fab cacién de instrumentos dpticos, capitaneada por las empresas de Zeiss y Leitz, ‘ocupaba el primer lugar y no tenia rival en el mundo. Todos los estudiantes de ."* Poco después del fin de la Primera Guerra Mundial, Albert Einstein visité los campos de batalla de Francia, acompafiado de Mau- rice Solovine, un fisico judio de origen rumano y tendencia filos6fica, y Paul Langevin, eminente fisico francés. Atravesaron bosques bombardeados y cu- biertos de crateres y se detuvieron junto @ las tumbas de los soldados franceses yalemanes, enterrados unos al lado de otros. «Deberiamos traer a este lugar a todos los estudiantes de Alemania», comenté Einstein, «a todos los estudian- tes del mundo, para que vean lo horrible que es la guerra». En las mentes de los comparieros de Einstein habia algunas dudas acerca de la reaccién de los 21, tid, pig, 450 22, tid 25. Ciuado en Stoltenberg, Fite Hole pig. 371 24. Sterm, iatin's German Wid pig 124 25. Citado en Lewis. Fever, Ensen and she Generation of Scene (Nueva York, 1974), pig. 9 Los cientificos del gas téxico 81 ciudadanos franceses ante la presencia de un cientifico «alemén». Durante la comida, un grupo de funcionarios franceses y una mujer le reconocieron. Cuat do el grupo de Einstein se levanté de la mesa, el grupo francés también se le- vvanté sin pronunciar una palabra, pero todos se movieron al mismo tiempo y saludaron respetuosamente a Einstein inclinando la cabeza. Es muy probable que aquellos ciudadanos franceses recordaran que Einstein era una figura destacada del puriado de profesores universitarios que se habian negado a fir- ‘mar el manifiesto de Fulda, en el que se defendia la idea de que la ciencia «ale- ‘mana» debia estar incondicionalmente al servicio de la patria y del Ejército. Haber después de la guerra Haber conocié a Charlotte Nathan, su segunda esposa, en 1914, en la Deuts- che Gesellschaft, entidad que agrupaba a lo mejor de la sociedad alemana. tharlotte, una judia veinte afios mas joven que ¢l, trabajaba como secretaria a la entidad, Parece ser que la mujer llega tomar gusto ala poesia de su ma: rido que, para ella, expresaba una ilusi6n juvenil. Charlotte se convirti6 al eris- tianismo para casarse con Haber, aeto que tuvo lugar en una iglesia en el ot0- fio de 1917. Pero ni ef matrimoni los dos hijos habidos en él consiguieron paliar la profunda depresidn que Haber sufrié despues de la guerra, concretamente en 1920. Ni siquiera la concesién del premio Nobel elevé su animo, aunque, a decir verdad, su discurso de aceptacién fue memorable. En él dijo entre otras cosas: «is posible que esta solucién no sea la definitiva, Las bacterias de ni- trgeno nos ensefian que la naturaleza, con las refinadas formas quimicas de materia viva, entiende y utiliza métodos que todavia no sabemos imitar».2* Uno de sus amigos coments que Haber parecia estar «muerto en un seten- tay cinco por ciento» de su persona. Sumido en ese estado de melancolia, se embared en un extraiio proyecto para ayudar a su patria durante el peligro: periodo de posyuerra. El Tratado de Versalles estipulaba que Alemania debia ‘ones, 20.000 millones de marcos en oro en un abonae, en concepto de repa plazo que exiraba en mayo de 192 ceantidad reek ¥y unos [32.000 millones mais en plazos dlos tervios de las reservas de oro nacla equival todo el mundo, Para agravar la situacion, los aliados ha ids, ineluido el de- jado sin efecto las patentes ale Famoso procedimiento Hab anas, cuidadosamente prot Bosch, privando asi al pais de medios con Jos que obtener ingresos para pagar las cantidades exigidas en concepto de repa: 26, Citas eo Vaca Sail arching he Fara Prt: Haber, Gare andthe Trnfrmaton of ut onl Produ (Cambie, Massachusetts, 2001), pig. 28 82 La herencia cientifica de Hitler racién por dafos de guerra, :Podia la ciencia restablecer fa normalidhad y sal- vara hi nacién del inminent Partiendo de la base de que una tonelada de agua dle mar contiene varios inos del mundo podian propor- ‘caus econdmicn y politica? aniligramos de oro, Haber ealeulé que cionar muchisimas toneladas de oro. En julio de 1923, acompafiado por un equipo de catorce investigadores, Haber embares en Hamburgo con destino a. Nueva York en el transatlintico Hansa, en el que habia instalado wa labora~ torio para detectar kas mimisculas cantidades de oro existentes en el agua. En ‘octubre estuvo en Argentina para explorar los mares del hemisferio sur. Un aio después viajé de San Francisco hasta Honoluli, Yokoha China, el oegano Indico y, a través del canal de Suez, el mar Mediterraneo, Ademés, tenia amigos que le enviaban muestras de agua dle mar de diferentes puntos del globo. Mientras tanto, su equipo de investigacién, rodeado de una, atmésfera de sigilo, examiné unas 5.000 muestras de agua en Berlin, Hegando Finalmente a la concle ro por tonelada de agua de mar— estaba muy por encima de la realidad. La Sn de que la estimacién inicial —varios miligramos dle concentracién real de oro por tonelada era de 0,008 miligeamos, lo que equi- valia a una milésima de la eantidad estimada inicialmente. Las esperanzas de tun aprovechamiento comercial del agua de mar se habjan desvanecido. Enel curso de la década de 1920 se acentué la depresion ce Haber, a pesar de lo cual nunca dejé de promover la ciencia y viajar por todo el mundo. E 1927 se vino abajo su segundo matrimonio. Posteriormente escribi6 a Will- stitter: «Estoy luchando, cada vez. con menos fuerzas, contra mis cuatro ene- migos: el insomnio, las exigencias econémicas de mi ex mujer, una profunda preocupacién por el futuro y la sensacidn de haber cometido graves errores en. aren 1933, mi vida».”” Aun asi el golpe mas duro de su existencia le iba aI ‘cuando Hitler subié al poder. 27, Citado en Stoltenberg, Frits Haber, Capitulo 5 La «ciencia» de la higiene racial A to largo de su vida, Haber se ocupé de un sector muy amplio de la quitnica. Else veia a si mismo como un patriota, como un cientifico que trabajaba al servicio de su patria, Como hemos visto, habia abandonado su fe judia y se hal veia bisicamente el judaismo como una condiciéa r podfa climinar repudiar silo con someterse al bautismo cristiano. Pero du- convertido al cristianismo, pues habia nacido en una Alemania culta que igiosa o cultural que uno rante su vida se produjeron movimientos en el seno de la ciencia, o propuestas cn favor de la ciencia, que iban a convert su condicion de judio, al igual que la condieién de judlios de muchos de sus colegas, en un probles do como grav Si en la segunda mitad del siglo xt Alem: potencia mundial en quiiea, los importantes avances realizados en biologia, an profun- ia aparecia como la primera antropologia y el estudio d digs de Alemania, En 1900 se celebré en el pais el nuevo siglo con el anuncio pias implicaciones para los ju- de un controvertido premio, a titulo experimental, que se debia conceder en el ‘campo de la biologia. Los organizadores pretendian explotar las teorfas de la cevolucién para hacer frente al socialismo revolucionario e impulsat la visién nacionalista y conservadora en el ambito prblien. La idea consist e y premiar a bidlogos que pudi politicosocial y la influencia de la herencia biol6gica. La iniciativa fue ra de la industria wel mag «dero tinico del fundador de la pode apoyar promover una equivalencia entre La his- ida en seereto por una importante adrich «¥rivs» Krupp, nieto y be rosa firma dedicada ala fabricacidn de avero y armamento, «ue tenia 46 aiios cen 1900, Las cireunstancias del premio revelan que se pretendia manipular las teorfas de la evolucién para extract conelusiones politicas y sociales. El sabilidad del dar- papel desempefiado por Krupp pone de manifiest wWinismo ante posibles conchisiones seudlocientifieas. Por entonces, Krupp ya habia decidide que el trabajo ganador del premio debia designarye antes 1 insistencia en que distinguidos eatedraticos de pabliea y Ia a de que se escribie versidad debian « banderar» la presentacio Jjudicacion del 84 Laherencia cientifica de Hitler premio evidencia Ia naturaleza vieiada dle fa iniciativa desde sus mismos Fritz Krupp era amigo enormemente de la apasionada decisi6n del kaiser de crear una Marina. E: 1896, Krupp habia adquirid los astilleros Germania dé Kiel con intencién de tener fa capacidad necesaria —en personal esp. imo de Guillermo Il, y en 1900 se beneticié izado— para construir una flora de cruceros de combate para Alemania, Mientras tanto, las fundiciones de Bssen continuaban prod equipo blindado a paises de todo el mundo, ineluida Gran Bretafia e incluso China y Japsn, paises, estos dos tlt rntonces estaban enfrentades en no y suministrando fusiles, proyectiles y 0s, « tuna guerra, ‘Al igual que otras firmas industriales como Zeiss, dedicada a la fabricacién |. Fritz. Krupp y laciencia, En 1898 ereé un 5, y Siemens, que operaba en el campo de kt ingenieti pretendia desarvollar alianzas entre la indust Instituto fisico y quimico para la investigaciéin experimental con evidentes bencficios para el acero y las armas de fuego. Sin embargo, su pasién por la biologia era mas bien un indicio de la influencia de su esposa, que habia puesto cen sus manos el libro Historia de la ereaciin de ls eres orgemizados sein las lees naturales, en el que su autor, el biélogo alemén de tendencia darwinista Ernst Haeckel, exponfa una evolucidn jerirquica en las poblaciones humanas. Krupp ‘mostré un gran interés por los programas bélicos con una enérgiea direccién empresarial y defendié las virtudes del «progreso» gradual en oposicion a los, cataclismos de la revolucién: una direccidn sociopolitica que, por descontado, favoreciera sus metas como empresario industrial. Ahora, e30s intereses emer- sian en puntos que participaban dle su fascinacidn por la biologia evolutiva. Convertido en un serio estudiaso de la biologia marina, Krupp equipé dos de sus yates con instalaciones para realizar investigaciones en el mar. Desde su villa en fa isla de Capri entabl6 amistad con Anton Dohrn, director del Cen- tro de Investigacién Zoolégica de Napoles, renombrado laboratorio marino en su tiempo. Krupp dond 100.000 marcos alemanes al instituto de Dohrn y o equips como uno de sus yates-laboratorio. También financié un laborato- rio de agua dulce en Plon, donde pasaba mucho tiempo contemplando las for- ‘mas que presentabs el plancton. El premio de biologia y sociedad instituido por Krupp conté con sesenta y seis aportaciones, valoradas en un total de 30.000 marcos: cuarenta y cuatro de Alemania y el resto de Austria, Suiza, Rusia y Estados Unidos. Krupp eseribié el manifiesto original, pero se escud6 en el anonimato. En él destacé que bus- caba una formula para revitalizar las politicas conservadoras en el gobierno del Estado.' Los miembros de la comisién y del jurado pertenecientes al mundo 1. Para el eseuio del premio Krupp, véase Weindling, Health, Race and Pali, pigs. 112-118 La cciencian de ta higiene racial 85 universitario intentaron reducir la implicacién de Krupp, advirtiéndole de que la ciencia debia estar separada de la historia. En la practica fracasaron en su empeiio, pero al menos consiguieron que, al hacer piblica la concesién de! premio, se recomendara establecer una separacién entre la y la sherencia de la tradicién». Krupp eligié las personalidades responsables de organizar y decidir el ganador del premio: todos eran conservadores, in- .!? “También podemos citar a Ernst Lehmann, profesor de botiniea en Tibin- gen, que mas tarde alabaria a Hitler por percibir los peligros de la degenera- i6n racial, afadiendo que debia ser «tarea de la biologia promover la difusién de esta ciencia y crear nuevas armas para la lucha que se aproximaba». La doc- trina profesada por Lehmann incluia la sumisién del individuo al conjunto del aN igs. 37-38 12. Ciado en Ute Deichmann, Bilogits nnder Hither traduccfn de Thomas Dunlap (Cam= bridge, Massachusers, 1996), pig. 32, Is C. Lasch, Rase als Kontrukt: Leben und Wark Engen Pixbers (Franctort, 1997), La aciencian de la higiene racial _93 pueblo (Void). El individualismo era un tumor, declaraba, que habia que extir- par. Fund6 una revista mensual, Die Biologie, y una entidad conocida como Aso- Ciacién de Bidlogos Alemanes. Uno de los colaboradores mas destacados de Die Biologie era el austriaco Konrad Lorenz, 206logo behaviorista que luchaba contra el debilitamiento de la raza, proceso que comparaba con la domestica- ‘ibn de los animales de compafifa, Con el tiempo, Lorenz. se hizo miembro de Ja Oficina del Partido Nazi para Politica Racial y reclamé la «eliminacién» de las personas consideradas «genéticamente inferiores». Lorenz intent6 asimismo conceder rango académico a una teoria que ibaa establecer conexiones directas con las politicas eugenésicas nazis. Seguin él, era deber de la higiene racial eliminar a los seres humanos moralmente infe- riores. En la prehistoria, decia, la seleccidn favorecié la fortaleza, el heroismo y la utilidad social mediante factores ambientales. Ahora ese mismo proceso debia ser asumido por la organizacién humana para impedir los fendmenos de- generativos que conlleva la domesticacién. Esta teoria proporcioné una base «. Toda vez que en una poblacién resultaba dtil describe la distribucisn de las normas y excepciones fisieas —altura, peso, exe.—, Galton dedujo que también podria cuantificarse la inteligencia y esta- Dlecer diferentes niveles a partir de los datos hallados en los padres. Durante ates ~seqgunda mitad del siglo X18 un period de criminaldad y pobreza er. cen grandes ciudades como Londres y Nueva York, Galton et planit to de una poblacién ms sana, mis inteligent fueron recogidas en el esquema de una ciencia a ly que Hlamé «eugens Una de sus propuestas consistia en ofrecer la celebracién gratuita de enlaces, ‘que con una scién adecuads por parte del Gobierno se podia fomentar el nacimien- nxis moraliead Estas ideas matrimonials en In abadfa de Westminster para parejas que cumplieran de- terminadas criterios «eugenésicos». Uno de los diseipuos mis fervientes de Galton en Inglaterra fue Karl Pear- son, persona austera, de mejillas hundidas, © {que estudid matematicas en C: estudiar ciencias biologieas en Alemania. Fue el fundador de -1 la prueba cuadriculada, de portancia estadistica, y el eoneepro de desviacién normal. Dedicado a la tarea de evantificar Ia informacidin biol atemiticos, terminé como profesor en ef University College de Londres, donde tuve su origen la filosofia uilitarista. Consiguid fondos para pramover derna. Entre sus aportaciones originales términos, 98 La herencia cientifica de Hitler ta chiometrica, seicada al estudio de los aspectos euantticabley de a bilo contribuyend asia crear un Laboratorio biemétrieo v una publi periddica que se Ham Biometrika. ‘Tras ka mucre de Galton en YUL, Pearson se convirtid en el profesor fundador de la citedra Galton de eug diri- gi6 el Laboratori Galton de Eugenesia Nacional, donde se recogian hechos, y cifras correspondientes a una eytensa gama de earacteristicas consideradas: hheredables, Hintre éstas Figaraban varias enfermedades, asi come el alcohols mo y la inteliyencia, aunque la prineipal medida de esta dlcinea, antes de reali ‘zat los tests dle inteligencia, era el juicio emitido por el maestro del ni. “Tras observar la correlaciéin entre la sinteligencia de los padres y ef tama~ fio de la familia, Pearson Hegé a la conclusién de que la poblacién britinica avanvaba hacia tna inminente degeneracion. Entonces expuso la idea de que seleecién «isa dependencia del progreso respecto de la superviven- efectos eugenésicos positivos como consecueneia de apta», escribid, «aunque a algunos de vosotros os parezea terriblemente negra, confiere a la lucha por fa existencia sus caracter redlentoras; es el crisol del que sale ef metal mis fino».! ELentusiasmo por la cugenesia y los beneficios de la guerra no se litaban a Gran Bretaita, En Estados Unidos, Roland Campbell Mactie declard que la guerra generaba escasez de hombres y, en consecuencia, «enlaces matrimonia les mis exigentes por parte de las mujeres». L «seleccidn n guerra no significaba sélo una cial» de los hombres por aniquilacidn aleatoria sino también tuna «seleccién matrimonial de las mujeres deliberadan te de los hombres, debido a su actitud eri ante rigurosa por par- La guerra comportaba una me- jora en la «salu y ta elleza de las razas combatientes». Como comenta Ste- fan Kiihl, la idea «cuadraba perfectamente con la mentalidad militarista € imperialista de la época y unia la eugenesia con los movimientos nacionalistas dentro de los diferentes paises».! En Estados Unidos, el antagonista de Karl P nesia fue Charles Davenport, que combind de n son en el campo de la euge- nera similar la biologia y las ‘matemiticas para llegar a conclusiones eugenésicas referentes al comporta- miento moral y a inteligencia, Davenport pensaba que algunos grupos étni cos sufrian defectos morales tipicos y que la criminalidad y la prostitucién eran hereditarias. Cre6 una Oficina de Registro Eugenésico, en la que aplicé ‘un esquema para procesar los datos sobre las caracteristicas de las poblaciones de Estados Unidos. Davenport trabajé en estrecha colaboracién con Henry 1. Citado en Stein Kull, «Phe Relationship berween Eugenics and the so-called “Eathana sia Action” in Navi Germany: A Eogeneally Motivated Peace Policy and the Killing of he Men- tally Handicapped during the Second World War, en Since the Thind Rei, compilado por Margit allot Janze (Oxford, 2001), pg. 188. 2 bi, pig. 189. Eugenesia y psiquiatria 99 Goddard, que, junto con el psicélogo Lewis Terman, introdujo el test de inte~ ligencia francés «Binet en Norteamérica, donde era conocido como prueba . Convencidos de que habia un solo gen de la inteligencia, también introdujeron el «cociente intelectual» o Cl en el lenguaje. La aplica- cin del test a los inmigrantes condujo al rechazo de eiertos grupos étnicos. Goddard defendia una visién, simplistamente mendeliana, de la herencia y la inteligencia. Asf, dados dos padres heterocigéticos, cada uno de ellos tendra tun gen «inteligente> y un gen «tonto»; partiendo de la base de que no hay do- rminaci6n, cabe esperar en la descendencia una ratio de tipos con un descen: diente tonto, un descendiente inteligente y dos descendientes medios. Estas ideas impalsaron las politicas eugenésicas que iban a prohibir las uniones re productoras de personas con enfermedades genéticas, siflis y comportamien tos antisociales, ineluida incluso la masturbacién habitual. Algunos estados de la Unidn, como Indiana, elaboraron leyes para imponer la esterilizacién mediante la castracién y la irradiacisn. Mientras tanto, en Alemania el desarrollo de fa eugenesia, como el de la higgiene racial, hal imo y por una mit destacadas se encontraban Philalethes Kuhn, que ocupaba la citedra de hig ne eliniea en ka Tecbnische Hochychale de Dresile desde 1920; Hans Reiter, que fa racista en Ros sido definido en medida creeiente por un seudodarwinis: ogia basada en ka supremacia aria, Entre ls lumina ba higiene de acuerdo con una tender desde 1919 en: tock; y Fritz Lenz, que en 1923 ocups la citedra de higiene racial en ta Uni aula sus ideas sobre la raza y h versidad de Munich. Hitler | ‘evando estuvo en la prisidn de Landsberg en 1924. Lenz le devolvid fa aten iin convirtigndase A pesar del del efecto eugenésico dela gue mente las actitudes. Edward Poulton y Leonard Darwin afirmaron en las rerra aniquilaba incwestion a tun miembro entusiasta el partido nazi no expresado en la primera década del siglo xx acerea a contiencla belica de 1914-1918 inas cle la britaniea Engenies Review que « blemente los mejores tipos y, por lo tanto, era altamente dis da la contienda, miembros de la Organizacién Internaciona Sn, Ploetz Hlevé.a los ¢ se unieron para denuneiar la guerra por esa der un «orden eugenésico pacifico» y los politicos nazis, mentos, Walter Gross, jefe de la Oficina de Politica R: fc «La Alemania nazi quiere ba paz porque piensa en Mientras has leyes que defends indinavia y- Alemania durante ef per a positiva iban a encontrar apoyo en Ks dele entregwerras, tales medidas fueron finalmence rechazadlas en Gran Bretaiia, a pesar de contar con SMa yg 20 100 La herencia cientifica de Hitler cl persistente apoyi de una pequetia elite, Cuando, en 1936, el profesor EW. itico Naravepidiende un e nésico financiado por el Gabierno, recibig una agresiva réplica del te seph Needham, hioquimico y experto en China: «Es dificil expresar la cons al contemplar que esas doctrinas, tan peligrosas para MacBride eseribid al sema ternacidn experiment lah nanidad, reciben el visto bueno del que posiblemente es el se is fumoxo del mundo>.* Otro influyente intelectual briténico contrario sla eugenesia en la década de 1930 fue Lionel Penrose, padre del mat Roger Pentose, Penrose habia triunfado en la estedra Pearson del University ilo. Por toda tifico College de Londres y habia eliminado a palabra «cugenesia» del tt lo dems, estaba firmemente conveneido de que la inteligencia se de tuna serie de factores yenéticos y a circunstancias ambientales. Psiquiatria y «cutanas (Otra consecuencia importante de la Primera Guerra Mundial fue un descenso general en la prictica y la reputacidn de la psiquiatria como especialidad cien- tificamente respetable, en paralelo con el esc:indalo de la difundida negligen- cia y malos cratos que recibfan los enfermos mentales en las instituciones. La mraciGn existente entre las audaces recomendaciones proactivas de Frie- rich Schallmayer y la realidad no podia ser 1 ia imperaban la desnutrici6n, la enfermedad y la negligencia, situacién culminé en un masivo 30 % de muertes entre las personas atendidas en esos centros, durante los aftos de guerra.* Al mismo tiempo, los soldados que sufrfan neurosis hélica y otros efectos de la guerra en uusada. En los asilos de trincheras fueron so- metidos a tratamientos psiquistricos abusivos, incluida la aplicacién de «tera- pia» electroconvulsiva de caracter punitivo. La situacidn no mejoré en los hos- pitales mentales de Alemania después de la guerra, ya que la crisis econémica ‘politica privé a estas instituciones de los fondos necesarios para hacer frente asus necesidades més perentorias. Et historiador Michael Burleigh observa que, a pesar de la existencia de un movimiento, temporalmente activo, que abogaba por la reforma de la psiquia- tria y defendia los derechos de los pacientes y la adopcién de controles en los procedimientos operativos, s¢ levantaron voces que se quejaban de que se ‘malgastaran recursos en personas mentalmente enfermas. Promotores desta- cados de una solucién para las crecientes masas de deficientes mentales fueron 4. Citado en Gratzer, Unergrvat, pig. 292, chal Burleigh, Eze ond Extermination: Reflections on Nasi Gene (Cambridge, 197), agenesis psiquiatria 101 el abogado Karl Binding y el psiquiatra Alfred Hoche, que populariz6 la f6r- mula lebensunvertes Leben (vida indigna de vivir) en su obra capital, Die Freiga- be der Vernichtung lebensunwerten Lebens (Autorizacién para aniquilar la vida indigna de vivir), publicada en Leipzig en 1920. Binding recomendaba que se permitiera a los médicos poner fin, por propia iniciativa, a una existencia do- lorosa; con el mismo razonamiento manifesté que la sociedad debia acabar ‘con una vida que constituyera una carga para ella. Hoche, adoptando una ac- titud sumamente utilitarista,citaba los recursos malgastados en mantener vi- das deficientes. Segin él, los idiotas no tenian derecho a la vida, pues carecian de las cualidades esenciales que le dan un sentido sagrado. Afirmaba que po- ner fin a la vida de un idiota no es matar a una persona en el sentido que se a ‘comiinmente a esta accién en el ambito legal.é Cabe pensar que este texto, mis que ningin otro, proporcioné a los nazis una razén «ética> para practicar ka

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