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Estrato

En Geología se llama estrato a cada una de las capas en que se presentan divididos los
sedimentos, las rocas sedimentarias, las rocas piroclásticas y las rocas metamórficas cuando
esas capas se deben al proceso de sedimentación. La rama de la geología que estudia los
estratos recibe el nombre de estratigrafía.

Hay que tener en cuenta que otros fenómenos geológicos distintos pueden dar origen a
capas, que entonces no se llamarán estratos. Es el caso, por ejemplo, de las lajas que se
forman durante el metamorfismo cuando grandes presiones afectan a las rocas, originando
cortes perpendiculares a la fuerza de compresión. Por último, las intrusiones ígneas pueden
formar diques o capas interestratificadas que aparecen como si fuera un estrato más, aunque
debe tenerse en cuenta que los diques pueden tener una forma lenticular cuando forman un
manto o sill que, cuando llegan a ser bastante abombados suelen llamarse lacolitos.

Estratificación
Los estratos se forman típicamente como capas horizontales de potencia (espesor)
uniforme, limitadas por superficies de estratificación, que son interfases más o menos
nítidas respecto el estrato más joven (situado encima) y el más viejo (debajo). En la
descripción de los estratos se usa el término «base» o «muro» para referirse a la parte más
antigua (geométricamente la inferior, si no median alteraciones tectónicas de la posición) y
«techo» para la más reciente. Los estratos son las unidades básicas de estudio de la
estratigrafía.

Los estratos horizontales y uniformes pueden evolucionar, en presencia de fuerzas


tectónicas, sufriendo cambios de posición (basculamiento, que puede llevar incluso a su
inversión) y de forma (plegamiento). Además algunos estratos aparecen desde su mismo
origen inclinados entre sí y de espesor desigual, como ocurre en la estratificación cruzada.
La génesis de la estratificación cruzada es bastante simple en los procesos de relleno por
sedimentos arrastrados por los ríos (arenas, arcillas) cuando llegan al piedemonte de una
cordillera y forman conos de deyección, terrazas y otras formas menores del relieve. Estos
sedimentos se disponen de acuerdo con la gravedad y el que se crucen entre sí obedece a un
cambio en el curso del río que se desvía con cada crecida importante, que muchas veces son
esporádicas como es típico en los climas áridos, por el simple hecho de que la crecida
anterior produjo una acumulación que las aguas del río tienen que rodear por su mayor
altura, depositándose ahora con buzamiento (es decir, una inclinación), sentido y espesor
diferentes. Con el paso del tiempo, esas arenas o arcillas pueden consolidarse y formar
rocas sedimentarias (arenisca, por ejemplo, como es el caso de la imagen del Cañón del
Antílope) pero que han conservado la disposición original de las arenas que formaron
dichas rocas. También puede verse una discontinuidad estratigráfica en el centro de la
imagen.
En suma, estas superficies de estratificación reflejan heterogeneidades del proceso de
sedimentación, con cambios bruscos en la naturaleza del sedimento o interrupciones más o
menos prolongadas del proceso de depósito.

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