Está en la página 1de 1

A veces podemos estar afanados por una persona, por circunstancias o por cosas materiales y

ni siquiera nos damos cuenta. Solamente sabes que hay una piedra en el zapato que no te has
podido quitar pero en lugar de detenerte y sacarla, sigues y sigues caminando pensando que
solita se saldrá. La realidad es que no saldrá y por ello el afán es peligroso. Sin notarlo se roba
tu paz y tranquilidad. Te impide ver lo que tienes y te recuerda lo que no tienes. Acapara tu
atención. Te quita tiempo y esfuerzo. Por eso la biblia nos advierte sobre él y nos da una guía
sobre cómo evitar el vivir afanados: lleva tus peticiones delante de Jehová en oración, ruego y
acción de gracias. La oración es la respuesta. La oración es sumamente poderosa. El mismo
Jesús oró y eso nos debe mostrar la importancia de la misma. Él se encontraba angustiado
porque sabía lo que le acontecería en su calvario y por ello decide ir a pasar un tiempo en
oración. Él y el Padre. No era para decirle algo nuevo. Era para decirle cómo se sentía. Era
para decirle que sabía que venía una tormenta pero que estaba dispuesto a atravesarla si esa
era Su voluntad. Fue a orar para entrar en comunión con el Padre. Fue a orar para poder abrir
su corazón y expresar lo que tenía. ¡Debemos ser imitadores de esta actitud! Cualquier
sentimiento que está robando tu paz. Ve a un lugar íntimo. Abre tu corazón. Ten comunión
con Jehová. Dile lo que sientes. Dile lo que piensas. Escucha. Da gracias. Pide que te llene de
entendimiento y de su paz. Pide que guarde tu corazón para no pecar contra Él. No permitas
que el afán dirija tu vida. ¡Es muy fácil caer en esta situación! No pienses que a ti no te va a
pasar. Mejor busca constantemente al Señor y el estar en comunión con Él a través de la
oración. Tal vez la oración no resulta muy atractiva porque no siempre hay una reacción
inmediata, pero su poder es increíble. No te desanimes y aplica este conocimiento en tu
vida. Ten un lugar donde puedas estar solo. Donde no haya distracciones. Un lugar donde
puedas sentirte tranquilo y puedas entrar en comunión con Dios. Lleva tus peticiones al Señor
y pide que te llene de su paz que sobrepasa todo entendimiento. Pide porque tu corazón y tus
pensamientos estén en línea con los del Señor.

Oración
Padre: traigo mi vida a tus pies. Te entrego mi corazón. Te entrego mi ser. No quiero vivir
afanado. No quiero vivir sin sentido ni dirección. No quiero vivir sin paz. Te pido que puedas
llenarme de tu paz y que pueda vivir conforme a tu voluntad. Guíame Señor. Te lo pido en el
nombre de Jesús. Amén.

También podría gustarte