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Monogrfìagrennoversión Final
Monogrfìagrennoversión Final
Y CAPACITACIÓN PARA LA
ESCALA BÁSICA CHRISTOPHER DASET FRANCO
I. Introducción
II. Presentación/Delimitación del tema o problema a abordar
III. Antecedentes del abordaje del tema escogido
IV. Objetivos
V. Estrategia Metodológica
Capítulo 1
Concepto de concubinato y de unión concubinaria.
Reseña histórica de la recepción del concubinato en nuestro Derecho positivo.
Capítulo 2
Ley nº 18246 de Unión Concubinaria:
Ámbito de aplicación.
Elementos constitutivos o caracteres de la unión concubinaria
Objeto del reconocimiento judicial de una unión concubinaria.
Los derechos de los concubinos a la Seguridad Social.
Capítulo 3
Análisis de la normativa específica de Seguridad Social aplicable a las uniones
concubinarias.
Concepto de pensiones de sobrevivencia y beneficiarios.
El ámbito objetivo de aplicación de la Ley de Unión Concubinaria.
Requisitos a cumplir a los efectos del otorgamiento provisorio y definitivo de las
pensiones por concubinato en el ámbito administrativo y en el específico de las
pensiones policiales.
Otros aspectos relevantes de la aplicación de estas prestaciones al ámbito
policial (duración de la prestación, pérdida del derecho, porcentaje de asignación
de pensión y distribución del mismo).
Trámite en vía administrativa.
VI. Conclusiones
VII. Resumen
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VIII. Bibliografía
IX. Anexo
I. INTRODUCCION
En las últimas décadas la unión concubinaria ha tenido auge siendo una alternativa
válida al matrimonio tradicional. La progresiva desinstitucionalización de los vínculos
conyugales constituye uno de los rasgos más destacados del cambio a nivel familiar
que se ha venido dando sobre todo en los países occidentales. A partir de la década
del 1960 se ha puesto en tela de juicio la primacía del matrimonio como único marco
legítimo para el inicio y posterior desarrollo de la vida conyugal. Debido a esta alteración
en la conformación de las familias fue que, a partir de la década de 1990, varios países
comenzaron a revisar sus legislaciones relativas al instituto del Matrimonio. El estudio
de la misma resulta imprescindible debido a la proliferación de las referidas uniones y
los derechos de índole patrimonial y de seguridad social que puede llegar a generarse.
La ley de Unión Concubinaria, Nº 18246 del 2007, no sólo reconoce el concubinato entre
individuos heterosexuales sino que además, se adelanta a la normativa posterior, que
en Uruguay y en otros países de la región, reconoce la unión homosexual ( el
concubinato de individuos homosexuales y lesbianas se encuentra regulados en las
legislaciones de muchos países, entre los que se destacan España, Suecia, Francia
,Alemania, Dinamarca, Países Bajos). Más aún, el tema a abordar puede complejizarse,
dado que no es impedimento para su reconocimiento ya sea en vía judicial o
administrativa la existencia de un matrimonio válido de un concubino con un tercero.
Las pensiones policiales no resultan ajenas a esta normativa, si bien la reforma del
régimen previsional policial contenida en la ley Nº 18405 incluye disposiciones
tendientes a la protección de las referidas uniones, la casuística es muy amplia y exige
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una labor de interpretación que permita determinar la especificidades de cada caso
particular a fin de otorgar o no prestaciones de esta índole.
A pesar de que nuestro Código Civil ignoró al concubinato, a partir del siglo XX variadas
disposiciones legales comenzaron a preocuparse de las uniones concubinarias, a vía
de ejemplo se destacan las leyes 16081(agrega disposiciones al artículo 881 del Código
Civil), la Ley 14005 (referente a donación de órganos), la Ley 17894 (de desaparecidos).
Desde el año 2000 hubieron variados debates a nivel del Parlamento uruguayo
analizando el alcance con el que se debían regular a las uniones concubinarias. Los
proyectos presentados, previo a la sanción de la Ley 18246, tenían como objetivo
asegurar que la unión concubinaria no se tradujera en un factor de vulnerabilidad o,
incluso, de discriminación.
Pero fue a partir de la Ley 18246 en que se realizó una regulación específica del tema
luego de varios proyectos parlamentarios que trataron de darle forma a esta institución
familiar y compatibilizar las diversas disposiciones de carácter fragmentario que existían
en nuestro ordenamiento jurídico, regulándose en forma detallada, entre otros, los
beneficios de seguridad social a los cuales pueden acceder los concubinos. Hasta la
sanción de la referida ley, la multiplicidad de conflictos de derechos generados en las
diferentes uniones concubinarias habían sido resueltos en forma casuística, conforme
a los principios generales del derecho.
IV. OBJETIVOS
El objetivo general del presente trabajo de corte monográfico es, concientizar sobre la
importancia de las pensiones policiales en el régimen del concubinato, dirigido a
proporcionar una correcta y adecuada interpretación de la normativa aplicable.
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Objetivo general: Sensibilizar sobre la importancia de las pensiones policiales en el
régimen del concubinato
Objetivos específicos:
V. ESTRATEGIA METODOLOGICA:
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Lo fundamental es entender los principios que rigen en la materia, desentrañar el sentido
de las palabras y de los términos jurídicos utilizados por el legislador a los efectos de
comprender los motivos que llevaron a la sanción de las diferentes normas legales. Con
esto se busca que el lector tenga la posibilidad de descubrir esos principios, posteriormente
analizarlos y luego extrapolarlos a otras situaciones similares, pero siempre partiendo de
conocimientos adquiridos del estudio de argumentaciones doctrinarias sólidas y
jurídicamente fundadas pero teniendo en cuenta que la realidad es dinámica, es decir,
tratando de investigar los “hechos” y los “sujetos” en su contexto, buscando comprender la
realidad social y sus componentes “estructurales-semánticos”.
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CAPITULO l - CONCEPTO DE CONCUBINATO Y DE UNION
CONCUBINARIA
La protección de la familia es uno de los pilares en los que se asienta nuestro derecho. En
efecto, el artículo 40 de nuestra Carta Magna dice que “la familia es la base de nuestra
sociedad”, dicha norma no distingue entre familia legítima y familia natural. La referida
tutela a la familia natural engloba también a las uniones de hecho, no solo en relación a
los derechos de los hijos que dicho vínculo puede crear, sino también comprende las
relaciones entre los propios miembros de la pareja(Revista de la Facultad de Derecho de
la Universidad de Montevideo. Brugnini-Laventure).
Jose A. Alem Deaces hace referencia a que todos hablamos de “unión concubinaria” pero,
en realidad, no somos capaces de dar una definición concreta del Instituto. En virtud de
ello, y para aportar un concepto claro de concubinato, realiza una fusión o agrupamiento
de las opiniones de diferentes autores(Jose A. Alem Deaces, La Unión Concubinaria.
Análisis de la Ley 18246, editorial B de F Ltda, 2008). A sì por ejemplo, Marcel Planiol
define al concubinato de la siguiente forma: “El concubinato esta constituido esencialmente
por las relaciones íntimas prolongadas durante un tiempo suficiente para no tener carácter
de hecho accidental y aislado, supone el hábito o, al menos, la frecuencia de las relaciones,
no implica el hogar:” Por su parte Edmon Laskibe y André Dubrejueau también son citados
por Alem, los referidos autores la definen como “ la unión de un hombre y una mujer que
tienen relaciones y participan de la vida en común.”
En puridad, “concubinato” proviene del latín “concubitus” que significa “acostarse con”,
habiendo sido reglamentado por el Derecho Romano por el emperador Justiniano, quien le
daba una estructura similar al matrimonio. Significa la unión de dos personas en estado
conyugal aparente o de hecho. Dicha estabilidad implica una comunidad de
vida(habitación, lecho y techo), fidelidad y posesión de estado de los concubinos.
Pero se debe establecer que el concubinato genera derechos solamente entre los
concubinos, esto quiere decir que el concubinato no conforma un estado civil puesto que
el estado civil refiere al estado de familia ya que las personas integrantes de una familia
determinada tienen vínculos de parentesco que las relacionan. Esto no acontece en el caso
del concubinato por la sencilla razón de que por ejemplo, ninguno de los concubinos se
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transforma en cuñado de los hermanos del otro. Por tanto la unión Concubinaria no genera
derechos con respecto a los familiares de cada uno de ellos.
De la lectura del proyecto de Ley de Unión Concubinaria y de otros proyectos de ley que
no lograron concreción, surge que el objeto de la protección de las uniones concubinarias
es asegurar que la unión concubinaria no se traduzca en un factor de discriminación o de
vulnerabilidad, en relación a la forma de organización familiar o de convivencia en pareja
por lo que se ha optado, también se busca proteger los derechos patrimoniales surgidos
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de dicha relación. En este último aspecto la jurisprudencia nacional de las primeras
décadas del siglo XX denotaba que la actitud de los Tribunales patrios con relación a las
reclamaciones patrimoniales de los concubinos fue oscilante puesto que existía ausencia
de previsiones legales referente al tema.
Como decía Francisco Jardì Abella: “Si el legislador no se ha ocupado de tal hecho, si no
ha contemplado en forma alguna las relaciones de los concubinos, no ha sido por
imprevisión, por no conocer el problema, sino sencillamente porque rechaza esa unión por
ser contraria a los intereses de la sociedad.”(La Justicia Uruguaya, tomo 1, página 104 y
siguientes, Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Civil de 1º Turno, 17/11/38). De
modo que la protección de la institución del matrimonio y la inexistencia de una convención
entre los concubinos fueron los dos ejes en los que se basó esta doctrina para justificar el
silencio del ordenamiento jurídico en lo que hace a las uniones irregulares. Pero a pesar
de esta resistencia inicial, es en el campo de las relaciones patrimoniales entre concubinos
donde se proyectó el reconocimiento del concubinato como fuente de relaciones jurídicas.
Los antecedentes de esta ley de unión concubinaria comienzan con la promulgación dela
“Ley de Derechos civiles de la Mujer”, en la cual se estableció la igualdad civil entre hombre
y mujer. Luego hubieron modificaciones en el Código Civil como las referentes a la igualdad
entre los hijos legítimos y naturales consagrada por la Ley 15855, o el reconocimiento que
realiza el Código de la Niñez y Adolescencia de los hijos nacidos fuera del matrimonio.
Todas estas normas canalizan tendencias claras para promover la igualdad entre figuras
afines y que pueden considerarse como similares en este aspecto a la Ley 18246.
De modo que esta ley se inserta en el marco de gran cantidad de reformas de tipo legal
que buscan acompasar nuestro ordenamiento jurídico a los cambios profundos en las
conductas sociales que repercuten en forma directa en el Derecho de Familia. Esto se ve
claramente con la modificación de las estructuras familiares sobre todo debido al auge y
proliferación de las uniones de hecho o vínculos concubinarios como forma de organización
familiar como opción alternativa al matrimonio tradicionalmente considerado. Puede
decirse que esta ley le otorgó un estatuto jurídico propio a la relación concubinaria puesto
que acordó derechos y estableció obligaciones para los concubinos.
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PRECISION GRAMATICAL PREVIA
Según el Dr. Esc. Enrique Arezo Piriz el término “concubino” sirve para indicar a
cualquiera de los miembros de la unión concubinaria, tanto al varón como a la mujer,
pero nunca al varón exclusivamente. En efecto, el Diccionario de la Real Academia
Española distingue a la mujer que vive en concubinato como “concubina”, pero para el
varón que vive en concubinato su denominación es “concubinario” que no “concubino”
(Real Academia española, Diccionario de la Lengua española, 22ed. 2002, tomo III,
página 416, indica “concubina, del latín concubina, F. Mujer que vive en concubinato-
“Concubinario”.M. Hombre que tiene concubina). Por consiguiente no es admitido por
la real Academia española de la Lengua utilizar el término “concubino” para aludir al
varón que vive con una concubina, sino que este debe designarse como “concubinario”.
La palabra “concubino”, a secas, puede indicar cualquiera de ambos unidos por la unión
concubinaria(tanto al varón como a la mujer), sería sinónimo de los términos que en el
matrimonio indica a los “cónyuges”. El error se reitera a todo lo largo de la Ley 18246,
por ejemplo el artículo 26 al regular la pérdida del derecho a pensión del concubinario,
en el literal A), utiliza indebidamente el término “concubino”, pues alude al varón.(Dr.
Esc Enrique Arezo Piris, Revista de la Asociación de Escribanos, “Ley 18246 del
27/12/2007 de Unión Concubinaria”, página 131).
Dice el Dr. Arezo en la obra citada que dicho artículo merece la objeción de que si existió
una unión concubinaria de solo tres o cuatro años quedaría fuera de la protección de
esta ley y se regirían por las normas relativas a la sociedad de hecho o el
enriquecimiento injusto o sin causa. Estima dicho autor que el plazo de 5 años es
demasiado extenso puesto que gran parte del derecho comparado en la materia solo
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exige 2 o 3 años o el nacimiento de un hijo en común, en este último caso no se requiere
plazo alguno. De exigirse un plazo extenso como el requerido por nuestra ley, la parte
que sea más astuta de la pareja puede poner fin a la unión concubinaria antes de que
culmine dicho período de cinco años para que dicha unión no le genere consecuencias
de índole patrimonial perjudiciales.
¿Qué quiere decir cuando habla de “uniones de hecho no reguladas por esta”?
Dichas uniones de hecho se regirán por las normas que ya eran aplicables a los
concubinatos antes de la vigencia de esta ley. Por ejemplo en materia procesal la norma
sobre competencia del artículo 69 literal K de la Ley 15750(literal agregado por el
artículo 374 de la Ley 16320, o en materia sustancial la atribución de consecuencias
patrimoniales derivadas de la teoría de las “sociedad de hecho” o de el “enriquecimiento
sin causa”. Además se le podrán aplicar algunas normas de la Ley 18246 para las que
no se exigen los requisitos de los artículos 1º y 2º.
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El elemento subjetivo es el que confiere cohesión al elemento objetivo(convivencia) y
logra la unidad, en los casos en los que se verifiquen interrupciones breves, que son
normales en toda vida de pareja y no implican la real interrupción de la misma, ya que
no son consecuencia de la ruptura del vínculo afectivo de los convivientes. Esa
separación impuesta, por ejemplo, por necesidades laborales, o de orden estudiantil, o
de otra naturaleza, que no afectan “la relación afectiva de índole sexual” y no entrañan
una decisión de poner fin a la comunidad de vida, no interrumpe la convivencia a los
efectos del cómputo del plazo exigido por el artículo 1º de la Ley. Tal por ejemplo, lo
que sucede si por su trabajo, uno de los miembros de la pareja viajase normalmente al
interior del país algunos días de la semana, o algunas semanas al mes, manteniendo
ambos el domicilio concubinario en Montevideo. La convivencia no se ve fracturada por
esas interrupciones (Ema Carozzi, Ley de Unión Concubinaria, FCU, página 15).
Por otra parte, en contraposición a lo que sucede con el Matrimonio, que es un negocio
jurídico familiar que se perfecciona en un determinado momento ante el Oficial de
estado Civil, la unión concubinaria se forma con el transcurso del tiempo (convivencia
ininterrumpida de al menos cinco años). Es interesante lo que ha dicho el autor brasileño
Malheiros, quien la describe como la “usucapión”(prescripción adquisitiva) del Derecho
de Familia, según lo cita Maria Helena Diniz (Curso de Derecho Civil Brasileño 5º,
Derecho de Familia. 22da. Edición, Editora Saraiva).
De modo que la “convivencia ininterrumpida” se trata del vínculo que une a los
concubinos, ya sea conviviendo ambos bajo el mismo techo o no, esto significa que lo
esencial es el proyecto de vida que une a los concubinos más allá de las interrupciones
temporales de la pareja como ya vimos. El concepto de “ininterrumpida”, que es un
término diferente a “continua” refiere a que un elemento externo no motivó o produjo la
interrupción de la relación. Por tanto “continua” refiere a que no hay voluntad de
separarse, aunque un elemento externo los separe. El concepto “interrupción” proviene
de fuera de la relación(por ejemplo uno de los concubinos es privado de libertad), a
diferencia del término “continuo” que refiere a un elemento interno de la pareja y que
surge de la propia voluntad de los concubinos. De modo que puede haber interrupción
(por ejemplo si uno de los concubinos es internado en un hospital), pero subsistir la
continuidad de la unión concubinaria.
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El legislador habla de caracteres que debe tener la unión concubinaria pero en realidad
se podrían denominar elementos constitutivos de la misma.
Hoy día nuestro país, a pesar de lo dispuesto por el artículo 83 del Código Civil que
considera el “matrimonio civil” como obligatorio en todo el territorio nacional, a partir de
la Ley 18246 tenemos, además del matrimonio formalizado con todos los requisitos
establecidos a partir del artículo citado, un régimen paralelo que exige la existencia de
requisitos no solo sustanciales sino también formales para su configuración, con la
característica particular de que “esa comunidad de vida” que conformen dos personas
se constituye “cualquiera sea su sexo”, lo que amplia lo que hasta ahora permitía
nuestro Derecho.
Es decir que, dentro de los requisitos para su declaración, los elementos a tener en
cuenta serían: a) de hecho y, b) de derecho.
Los de hecho constituyen presupuestos fácticos que refieren al medio social, como la
exclusividad, singularidad, estabilidad y permanencia, elementos que, por otra parte, se
exigen también para el matrimonio como es el deber de fidelidad; mientras que los de
derecho refieren a los impedimentos legales establecidos en el artículo 91 del Código
Civil, a excepción del inciso 3º que no se requiere para la unión concubinaria.
La ley habla de “situación de hecho” pero, en realidad y, en virtud de que la ley establece
derechos y obligaciones para los concubinos no sería una situación de hecho sino más
bien de derecho, debería entonces haberse eliminado el término “de hecho” y
establecerse en su lugar: “se considera unión concubinaria a la situación derivada de la
comunidad de vida de dos personas.” Al referir a situación(posición de un individuo
respecto de un determinado tipo jurídico), reconoce que preexiste y por consiguiente no
nace a la vida jurídica a través de norma alguna.
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Además y como ya habíamos visto anteriormente, según lo expresado en Sentencia del
tribunal de Apelaciones de Familia Nº 10/80/2013 del 25/06/2013, “la ley exige para que
haya concubinato la existencia de un proyecto de vida común, sólo de comprobarse
éste podrá hablarse de concubinato.”
Al hablar de identidad sexual incluye a personas tales como los travestis, transexuales,
hermafroditas, etc. por tanto la principal innovación de la ley es incluir a las parejas
homoafectivas, reconociéndoles los derechos consagrados por la misma. La ley se
separa del criterio tradicional de concubinato según el cual sólo se regulaba las
relaciones entre hombres y mujeres puesto que en el referido texto legal se admite el
concubinato entre homosexuales.
Por ejemplo Teintelbaun califica como afectiva a la “relación de familia”, pero dicha
definición genera una petición de principio ya que el concubinato es aceptado como un
nuevo tipo familiar. Otros autores refieren dicho término con el sentido de “sentir afecto”,
pero dicha posición podría originar dificultades ya que habría que estar a lo que sucede
caso a caso, imperando entonces la casuística. Además Walter Howard dice que dos
personas que viven juntas y comparten gastos no tienen por qué vivir en concubinato
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ya que la referida relación puede carecer del elemento afectivo(por ejemplo el caso de
dos estudiantes que viven juntos en un apartamento).
Por otra parte podría entenderse como afectiva a la relación afectiva de índole sexual,
pero esto es criticado ya que priva del régimen tuitivo y protector de la ley a personas
que por motivos biológicos o psíquicos no pueden mantener relaciones sexuales.
Lo que se busca es excluir a las convivencias en caso de que no sean pareja, pero
además un argumento surgido de la práctica determina que por razones obvias no se
requiera una efectiva prueba de las relaciones sexuales. Por tanto no debe ser una
relación necesariamente sexual sino que puede ser de índole puramente afectiva, sin
intervención del sexo para nada, por tanto dicha expresión esta fuera de lugar en la ley.
Por su parte la Dra. Mabel Rivero y la Escribana Beatriz Ramos establecen que
“singular” significa sólo (único en su especie) y “exclusiva”, según el Diccionario de la
Real Academia es “cualidad de exclusivo” y este término tiene múltiples acepciones,
entre ellas “que excluye o tiene fuerza y virtud para excluir”, en otra acepción “único,
sólo, excluyendo a cualquier otro.”
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hecho de que alguno de dichos elementos se de entre uno de los concubinos y otro
sujeto. Por ejemplo, la singularidad no se destruye si el concubino mantiene una
momentánea relación sexual con otra mujer, o si la concubina le es infiel en un momento
dado al concubino (Bossert, Gustavo- “Régimen Jurídico del Concubinato”. Ed. Astrea.
Buenos Aires-1990, página 42).
En este sentido, sostienen Rivero y Ramos en la obra precitada que debe distinguirse
la exclusividad de la fidelidad, ya que lo que la ley exige es que no exista otra relación
similar a la concubina(Rivero-Ramos, Análisis de la Ley 18246, pag. 29).El texto legal
no exige la fidelidad de los concubinos como obligación a mantener durante la
convivencia, ni surge requerido por los artículos 1 y 2 de la ley.
Por “singularidad” puede entenderse también que la relación afectiva de índole sexual
se trabe entre dos personas, quedando excluidas las relaciones de tres o más personas
en el mismo hogar.
Lo que se requiere con estos elementos es que la unión concubinaria no tenga una
fragilidad tal que el vínculo determine su desaparición, por el contrario, el vínculo deber
ser firme y duradero.
Por último, el artículo 2º establece que la unión concubinaria no resulte alcanzada por
los impedimentos dirimentes establecidos en los numerales 1,2, 4 y 5 del artículo 91 del
Código Civil. Por ejemplo, si se verifica la convivencia entre dos personas por motivos
afectivos d índole sexual en la que una de ellas o ambas sean menores impúberes, o si
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falta el consentimiento de los concubinos o si estuvieran vinculadas por parentesco
sanguíneo o por afinidad en línea recta, cualquiera sea su grado.
El artículo 15 sustituye el artículo 26 de la ley 16713 con la redacción dada por la Ley
16759, estableciendo que, tratándose de viudas y concubinas, tendrán derecho a la
referida prestación siempre que sus ingresos mensuales no superen los $ 15.000 pesos.
Además establece que, tratándose de beneficiarias viudas y concubinas, que tenga
cuarenta o más años de edad a la fecha de fallecimiento del causante, o que cumplan
esa edad gozando de la pensión, la misma se servirá durante toda su vida.
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El artículo 16 sustituye los literales A), B) y E) del artículo 32 de la Ley 16713, referentes
al porcentaje de asignación de pensión estableciendo que si se trata de personas viudas
o divorciadas o concubinas o concubinos, el porcentaje será del 75% del básico de
pensión cuando exista núcleo familiar o concurrencia con hijos no integrantes del mismo
o padres del causante, Si se trata exclusivamente de la viuda/o o concubina/o o hijos
del causante el porcentaje será del 66%.
El artículo 20 es una norma importante pues establece que para determinar los
derechos y obligaciones de seguridad social, la prueba de los extremos requeridos por
los artículos 1º y 2º de la Ley 18246 se realizará en el organismo previsional que
correspondiere, según la inclusión de los servicios respectivos, pero se debe tener en
cuenta la eficacia del reconocimiento obtenido en sede judicial.
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Según el Dr. Gabriel Valentín, en vida de los concubinos existe una legitimación
restringida: sólo pueden promover este proceso quienes afirmen ser concubinos,
actuando conjunta o separadamente.
Fallecido uno o ambos concubinos, legitimación amplia: puede promover este proceso
cualquier interesado, justificándolo sumariamente, por ejemplo, el concubino supérstite,
los herederos del concubino fallecido, un acreedor, un deudor, el albacea. (Gabriel
Valentín-Los Procesos regulados en la ley de Unión Concubinaria.FCU, 2da. Edición,
página 27 y siguientes).
Se tramita por el proceso voluntario establecido en los artículos 402 y siguientes del
Código General del Proceso, pero si hay oposición se sigue la vía del proceso
extraordinario.
Previamente podemos decir que, las normas de Seguridad Social, las que confieren
derechos laborales y las referentes a vivienda se aplican a todas las uniones
concubinarias. Por tanto se extiende a los concubinos/as los derechos de Seguridad
Social establecidos para los cónyuges, acompasándose en este aspecto nuestra
normativa a la tendencia mayoritaria del Derecho comparado. Se busca contemplar que
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la persona que haya estado al lado del compañero/a los últimos años, que haya
compartido por ejemplo su enfermedad, pueda cobrar una pensión por fallecimiento.
La causal para el cobro de la pensión por sobrevivencia es la muerte del causante pero
siempre que haya contado con servicios de tipo formal y que haya cotizado en el
sistema(dichos causantes pueden estar, a la fecha de haber fallecido, desocupados o
en actividad).
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divorciadas, los hijos solteros incapaces y los hijos capaces menores de 21 años con la
excepción de que se trate de menores de 18 años de edad que puedan disponer de
medios de vida propios y suficientes para su sustento y, también, los padres
absolutamente incapacitados para todo trabajo y las personas divorciadas. Se debe
aclarar que el orden que se establece para las diferentes personas mencionadas como
beneficiarios, no es excluyente, sino que, pueden darse situaciones de concurrencia
entre los diferentes beneficiarios, según los requisitos exigidos en cada caso, de modo
que el hecho de que los concubinos se integren en el último literal (literal E en ambas
leyes) no incide en su derecho pensionario, que podrá compartir con otros que
conforman el orden de llamamiento, si se dan las condiciones requeridas.
De modo que, a partir de la vigencia de la Ley 18246, las concubinas y concubinos que
hubieran mantenido con él o la causante una convivencia ininterrumpida de al menos
cinco años tienen derecho a este tipo de pensión.
21
Los otros organismos que incluyen actividades, y tienen naturaleza estatal, son los
Servicios de Retiros y Pensiones Policiales y los Militares, que forman parte de la
administración centralizada dependiendo, respectivamente, del Ministerio del Interior y
del Ministerio de Defensa. Luego están las Cajas Notarial, de Profesionales
Universitarios y la Caja Bancaria.
De modo que, al fallecer un concubino/a que desarrolla una actividad incluida en el BPS
o en otros organismos previsionales o estaba jubilado por dichas entidades, se le
aplican (de probar los extremos referidos en la Ley 18246) las previsiones de la Ley de
Unión Concubinaria.
La ley 16713, en el ámbito del BPS, establece que para acceder al derecho deben
acreditar además la dependencia económica del causante( si la ausencia del causante
provoca, respecto del beneficiario, un perjuicio económico importante), o la carencia de
ingresos suficientes(se da cuando los ingresos del concubino sobreviviente sean
inferiores al monto de la prestación por pensión a la vejez o invalidez). Se trata de dos
condiciones diferentes, basta la existencia de una de ellas para que surja el derecho.
”Si existe reconocimiento judicial, no se le puede exigir al concubino que ejerza los
derechos pensionarios, que acredite ninguna otra condición ajena a los
condicionamientos que eventualmente existan, en cuanto a la existencia de derecho a
pensión que solicita. A falta de reconocimiento, la prueba de los extremos exigidos por
los artículos 1º y 2º de la ley se realizará ante el organismo previsional correspondiente.
La forma de realizar los trámites será la que cada organismo deba aplicar según las
regulaciones que para él mismo rijan para el desenvolvimiento de los procedimientos
administrativos, en cuanto respeten los principios generales. El cumplimiento de las
reglas del debido proceso es el principio fundamental que debe imperar en la
materia.”(Delos Campos Hugo-Efectos de la unión Concubinaria en los Derechos de la
Seguridad Social- FCU dic. 2008).
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La Ley 18405, de reforma del sistema previsional policial, incluye a los concubinos/as
como beneficiarios de pensiones de sobrevivencia, conforme a lo dispuesto por la Ley
de Uniones Concubinarias. La ley 18246 establece en su artículo 19, que transcurrido
un año a partir de su entrada en vigencia, quedarán extendidos a las concubinas y
concubinos todos ,los derechos y obligaciones que nuestra legislación, relativa a la
Seguridad Social, prevé para los cónyuges. Agrega que, a los efectos de la generación
de pensiones de sobrevivencia, los requisitos previstos por los artículos 1º y 2º de esta
ley deben existir al momento de configurarse la causal.
Cabe acotar que, si dichas causales se verifican fuera del plazo de 12 meses indicado
precedentemente, sólo causará pensión quien, habiendo cesado en forma voluntaria o
por agotamiento del subsidio transitorio, compute como mínimo 10 años de servicios
policiales efectivos y siempre que sus causahabientes no sean beneficiarios de otra
pensión generada por el causante.
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meses anteriores a la fecha de configuración de la casual no supere una determinada
suma que se reajustará conforme a los establecido en el artículo 67 de la
Constitución(determina el índice y el período en que se deberán ajustar las
asignaciones de pensión y de jubilación).
DURACION DE LA PRESTACION
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años de edad a la fecha de la configuración de la causal, la pensión se servirá por el
término de cinco años y por el término de dos años cuando los beneficiarios sean
menores de treinta años de edad a dicha fecha.
PERDIDA DEL DERECHO: En los casos de pérdida del derecho no existe ninguna
circunstancia concomitante al otorgamiento de la pensión, sino elementos
supervenientes que determinan la extinción del derecho. En efecto, el artículo 15 de la
Ley 18405 menciona como causal de pérdida del derecho pensionario en el caso de
las concubinas /os(así como también en relación a las personas viudas, divorciadas y
padres absolutamente incapacitados para todo trabajo) la mejora de su fortuna. Dicho
extremo se da en caso de que el promedio mensual actualizado de sus ingresos
personales correspondientes a los últimos doce meses superen la suma de $ 51467.
En estos casos la Dirección Nacional de Asuntos Sociales, por intermedio del Servicio
de Retiros y Pensiones Policiales, determinará los mecanismos y procedimientos de
control pertinentes.
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defunción del o la causante y de nacimiento de el o la solicitante, fotocopias de
documento de identidad, declaración jurada de ingresos del/a compareciente,
fotografías de la relación concubinaria, facturas de recibos que acrediten la vida en
común, etc. En caso de haber ya iniciado el trámite de reconocimiento judicial deberá
aportar copia del escrito inicial con constancia de recepción ante el Juzgado
competente(en caso de no haberlo iniciado deberá acreditar posteriormente que ya
inició el referido proceso judicial).
También deberá aportar prueba testimonial que acrediten los extremos exigidos por los
artículos 1, 2, 19 y 20 de la Ley 18246.
Cabe precisar que puede darse el caso, por ejemplo, que dicha prestación, en virtud de
la aplicación del artículo 14 literal c) de la Ley 18405, sea a término. Supongamos que
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la gestionante tuviera 28 años de edad, en este caso la pensión se servirá por el término
de cinco años, debiéndose dejar establecido dicho extremo en el dictamen referido.
Puede suceder también que, de la prueba documental y testimonial aportada, surja que
existen hijos (por ejemplo del funcionario en actividad fallecido) que sean eventuales
beneficiarios del derecho a pensión (artículo 12 literal B de la Ley 18405). En este caso
el derecho a pensión de estos beneficiarios se configurará en el caso de que su madre
o padre no tenga derecho a pensión, o cuando éstos, en el goce del beneficio, fallezcan
o pierdan el derecho por los motivos establecidos legalmente. En este supuesto deberá
reservarse la cuota parte correspondiente a los mismos a los efectos de que puedan
deducir sus eventuales derechos.
La casuística es amplia puesto que se han dado situaciones en las cuales se solicitó el
reconocimiento en vía administrativa pero, de la prueba aportada se constató que lo
que en realidad existió fue una relación de índole laboral entre la peticionante y el
causante y no una verdadera unión concubinaria con los requisitos exigidos por la ley,
todo lo cual conduce al rechazo de la solicitud, estándose a las resultancias del
respectivo proceso judicial para luego proceder a la revalorización del caso en sede
administrativa, dejando en claro que conforme al artículo 20 de la Ley 18405 la
valoración de la prueba se realizará por el órgano previsional(en este caso la Caja
Policial), sin perjuicio del reconocimiento judicial.
27
cuyos derechos patrimoniales derivados de una sociedad conyugal o de otra unión
concubinaria, puedan verse afectados por dicho reconocimiento. Esto se aplica también
en la esfera administrativa ya que si surge de la prueba ofrecida la existencia de estas
personas se da conocimiento del inicio de dicho trámite administrativo a las mismas (por
ejemplo se notifica a la viuda del concubino).
VI. CONCLUSIONES
Las referidas uniones no son ni más ni menos que auténticos y verdaderos núcleos
familiares con apariencia similar al Matrimonio, los cuales hasta la fecha de sanción de
la nueva normativa se encontraban desamparados por carecer de un marco jurídico
adecuado que cobijara sus derechos.
28
Dicha circunstancia, sumada a lo que preceptúa el artículo 40 de nuestra Carta Magna,
que impone al estado la obligación de velar por la estabilidad moral y material de la
familia, determinaron l sanción de la Ley 18246 del 27/12/07 y, posteriormente la Ley
18405 para el caso de las pensiones policiales.
Esta última norma busca adecuar la normativa específica relativa a las pensiones
policiales según los preceptos establecidos en la Ley de Unión Concubinaria, buscando
equiparar la situación jurídica de la viuda/o con la concubina/o persiguiendo, por tanto,
la aplicación en forma efectiva del espíritu de la Ley 18246.
De lo expuesto surge con claridad que la normativa previsional policial aplicada a este
tipo de uniones brinda una adecuada solución, no sólo si la analizamos en relación a la
realidad actual sino, también a la futura de las pensiones policiales en aspectos básicos,
logrando la igualdad de género y, consecuentemente, protegiendo al viudo/a o
concubino/a en caso de fallecimiento de su pareja.
VII. RESUMEN
29
Se destaca la importancia de una correcta interpretación de los términos contenidos en
la Ley 18246 de Unión Concubinaria a fin de reconocer dicho Instituto, ya sea en vía
judicial o administrativa. A los efectos se analizaron los términos “concubinato” y “unión
concubinaria”, realizándose una breve reseña histórica sobre la recepción del
concubinato en nuestro Derecho Positivo, destacándose el objeto de su protección
legal. Se observó la evolución que el concubinato ha tenido en los últimos años,
partiendo de su negación e ignorancia absoluta hasta su consagración legal tendiente
al reconocimiento del mismo. Se analizaron las disposiciones más relevantes de las
leyes 18246 y 18405 haciéndose un estudio pormenorizado de los caracteres o
elementos constitutivos que debe reunir la unión concubinaria, determinándose el objeto
del reconocimiento judicial.
Por otra parte, se mencionó el trámite en vía administrativa para otorgar este tipo de
prestaciones y ejemplos que brinda a la casuística en dicho ámbito.
30
Rivero, Mabel, Beatriz Ramos.Unión Concubinaria. Análisis de la Ley
18246.Montevideo. FCU.
Valentín, Gabriel. Año 2009. Los procesos regulados en la Ley de Unión
Concubinaria. Montevideo.FCU.
IX. ANEXO
Ley Nº 18.246
UNIÓN CONCUBINARIA
REGULACIÓN
CAPÍTULO I
LA UNIÓN CONCUBINARIA
Artículo 1º. (Ámbito de aplicación).- La convivencia
ininterrumpida de al menos cinco años en unión
concubinaria genera los derechos y obligaciones que
se establecen en la presente ley, sin perjuicio de la
aplicación de las normas relativas a las uniones de
hecho no reguladas por ésta.
Artículo 2º. (Caracteres).- A los efectos de esta ley se
considera unión concubinaria a la situación de hecho
derivada de la comunidad de vida de dos personas -
cualquiera sea su sexo, identidad, orientación u opción
31
sexual- que mantienen una relación afectiva de índole
sexual, de carácter exclusiva, singular, estable y
permanente, sin estar unidas por matrimonio entre sí y
que no resulta alcanzada por los impedimentos
dirimentes establecidos en los numerales 1º, 2º, 4º y 5º
del Artículo 91 del Código Civil.
Artículo 3º. (Asistencia recíproca).- Los concubinos
se deben asistencia recíproca personal y material.
Asimismo, están obligados a contribuir a los gastos del
hogar de acuerdo a su respectiva situación económica.
Una vez disuelto el vínculo concubinario persiste la
obligación de auxilios recíprocos durante un período
subsiguiente, el que no podrá ser mayor al de la
convivencia, siempre que resulte necesario para la
subsistencia de alguno de los concubinos.
Presentada una demanda de alimentos, la parte
demandada podrá excepcionarse cuando la
demandante haya sido condenada por la comisión de
uno o más delitos en perjuicio de ésta o sus parientes
hasta el tercer grado en la línea descendente,
ascendente o colateral. Comprobados estos extremos,
el Juez desestimará sin más trámite la petición
impetrada.
En las mismas condiciones del inciso anterior y
cuando los hechos se produzcan una vez concedida la
prestación alimentaria, el Juez, a petición de parte,
decretará el cese de la referida prestación.
CAPÍTULO II
32
RECONOCIMIENTO JUDICIAL DE LA UNIÓN
CONCUBINARIA
Artículo 4º. (Legitimación).- Podrán promover la
declaratoria judicial de reconocimiento de la unión
concubinaria los propios concubinos, actuando
conjunta o separadamente.
Cualquier interesado, justificándolo sumariamente,
podrá asimismo promover la acción de reconocimiento
de la unión concubinaria, una vez declarada la apertura
legal de la sucesión de uno o ambos concubinos.
Artículo 5º. (Objeto y sociedad de bienes).- La
declaratoria de reconocimiento judicial del concubinato
tendrá por objeto determinar:
A) La fecha de comienzo de la unión.
B) La indicación de los bienes que hayan sido adquiridos a expensas del esfuerzo o caudal común para
determinar las partes constitutivas de la nueva sociedad de bienes.
33
Artículo 6º. (Procedimiento).- El reconocimiento de la
unión concubinaria se tramitará por el proceso
voluntario (artículos 402 y siguientes del Código General del Proceso).
En todos los casos los concubinos que inician el
procedimiento deberán proporcionar al tribunal el
nombre y domicilio de las personas cuyos derechos
patrimoniales derivados de una sociedad conyugal o de
otra unión concubinaria, puedan verse afectados por el
reconocimiento (artículos 404 y siguientes del Código General
del Proceso).
Ministerio Público.
Artículo 7º. (Prohibiciones contractuales).- A partir
del reconocimiento judicial del concubinato, regirán
entre los concubinos las mismas prohibiciones
contractuales previstas en la ley respecto de los
cónyuges.
CAPÍTULO III
DISOLUCIÓN DE LA UNIÓN CONCUBINARIA
Artículo 8º. (Disolución de la unión concubinaria).- La
unión concubinaria se disuelve en los siguientes casos:
34
A) Por sentencia judicial de disolución, dictada a petición de cualquiera de los concubinos, sin expresión de
causa.
B) Lo relativo a la tenencia, guarda, pensión alimenticia y visitas de los hijos nacidos de dicha unión, así como
los alimentos contemplados en el artículo 3º de la presente ley.
C) Lo relativo a cuál de los concubinos permanecerá en el hogar familiar, sin perjuicio de la resolución anticipada
sobre exclusión del mismo para alguno de los concubinos, si ello se hubiera decretado como medida previa.
35
inventario en autos de las deudas y bienes adquiridos
a título oneroso por los concubinos durante el período
de vigencia de la unión.
Si se suscitare controversia o existieren reclamos, se
dejará constancia en acta, tramitándose por el proceso
extraordinario ante la misma sede y por cuerda
separada.
Artículo 11. (Derechos sucesorios).- Disuelto el
concubinato por fallecimiento de uno de sus
integrantes, el concubino sobreviviente tendrá los
derechos sucesorios que el artículo 1026 del Código
Civil consagra para el cónyuge.
36
las legítimas de otros herederos forzosos, ni las
asignaciones forzosas de otros beneficiarios.
CAPÍTULO IV
REGISTRO
Artículo 12.- Sustitúyese el inciso primero del
artículo 34 de la Ley Nº 16.871, de 28 de setiembre de 1997,
por el siguiente:
"El Registro Nacional de Actos Personales tendrá seis Secciones: Interdicciones, Regímenes Matrimoniales,
Uniones Concubinarias, Mandatos y Poderes, Universalidades y Sociedades Civiles de Propiedad Horizontal".
ARTÍCULO 39 bis. (Base de ordenamiento).- Esta Sección se ordenará en base a fichas personales de los
concubinos.
3) Los casos de disolución judicial del concubinato, con excepción de la muerte de uno de los concubinos".
CAPÍTULO V
DERECHOS Y OBLIGACIONES DE SEGURIDAD
SOCIAL
Artículo 14.- Agrégase al artículo 25 de la Ley Nº 16.713, de
3 de setiembre de 1995, el siguiente literal:
"E) Las concubinas y los concubinos, entendiéndose por tales las personas que, hasta el momento de
configuración de la causal, hubieran mantenido con el causante una convivencia ininterrumpida de al
menos cinco años en unión concubinaria de carácter exclusivo, singular, estable y permanente, cualquiera
37
sea su sexo, identidad, orientación u opción sexual y que no resultare alcanzada por los impedimentos
dirimentes establecidos en los numerales 1º, 2º, 4º y 5º del artículo 91 del Código Civil".
Tratándose de las viudas y de las concubinas, tendrán derecho al beneficio siempre que sus ingresos
mensuales no superen la suma de $ 15.000 (quince mil pesos uruguayos).
En el caso de los beneficiarios señalados en el literal D) del artículo anterior, deberán justificar que gozaban
de pensión alimenticia servida por su ex cónyuge, decretada u homologada judicialmente. En estos casos, el
monto de la pensión o la cuota parte, si concurriere con otros beneficiarios, no podrá exceder el de la pensión
alimenticia.
Los hijos adoptivos y los padres adoptantes, en todo caso deberán probar que han integrado, de hecho, un
hogar común con el causante, conviviendo en su morada y constituyendo con el mismo una unidad moral y
económica similar a la de la familia, siempre que esta situación fuese notoria y preexistente en cinco años por
lo menos, a la fecha de configurar la causal pensionaria, aun cuando el cumplimiento de las formalidades legales
de adopción fuese más reciente.
Cuando la causal pensionaria se opere antes que el adoptado haya cumplido los diez años de edad, se exigirá
que el beneficiario haya convivido con el causante la mitad de su edad a dicha fecha.
El goce de esta pensión es incompatible con el de la causada por vínculo de consanguinidad, pudiendo optar
el interesado por una u otra.
Tratándose de beneficiarias viudas y de beneficiarias concubinas, que tengan cuarenta o más años de edad a
la fecha de fallecimiento del causante, o que cumplan esa edad gozando del beneficio de la pensión, la misma
se servirá durante toda su vida. Los restantes beneficiarios mencionados en los literales A), D) y E)
delartículo 25 de la presente ley que cumplan con los requisitos establecidos en este inciso, gozarán igualmente
de la pensión durante toda su vida, salvo que se configuren respecto de los mismos las causales de término de
la prestación que se establecen en este artículo.
En el caso que los beneficiarios mencionados en los literales A), D) y E) del artículo 25 de la presente ley
tengan entre treinta y treinta y nueve años de edad a la fecha del fallecimiento del causante, la pensión se
servirá por el término de cinco años y por el término de dos años cuando los mencionados beneficiarios sean
menores de treinta años de edad a dicha fecha. Los períodos de prestación de la pensión a que hace referencia
el inciso anterior no serán de aplicación en los casos en que:
B) Integren el núcleo familiar del beneficiario hijos solteros menores de veintiún años de edad, en cuyo caso
la pensión se servirá hasta que estos últimos alcancen dicha edad, excepto cuando se trate de mayores
de dieciocho años de edad que dispongan de medios de vida propios y suficientes para su congrua y
decente sustentación.
C) Integren el núcleo familiar hijos solteros mayores de dieciocho años de edad absolutamente incapacitados
para todo trabajo.
38
A) Por contraer matrimonio en el caso del viudo, concubino y personas divorciadas.
C) Por hallarse el beneficiario al momento del fallecimiento del causante en algunas de las situaciones de
desheredación o indignidad previstas en losartículos 842, 899, 900 y 901 del Código Civil.
D) Por recuperar su capacidad antes de los cuarenta y cinco años de edad los beneficiarios mencionados en
los literales B) y C) del artículo 25 de la presente ley.
B) Si se trata exclusivamente de la viuda o concubina o del viudo o concubino, o hijos del causante, el 66%
(sesenta y seis por ciento) del básico de pensión".
"E) Si se trata de la viuda o viudo en concurrencia con la divorciada o divorciado y/o concubina o concubino,
o de la divorciada o divorciado en concurrencia con la concubina o concubino, sin núcleo familiar, el 66%
(sesenta y seis por ciento) del sueldo básico de pensión. Si alguna o algunas de esas categorías tuviere
o tuvieren núcleo familiar, el 9% (nueve por ciento) de diferencia se asignará o distribuirá, en su caso,
entre esas partes".
Cuando concurran con núcleo familiar la viuda o viudo y/o concubina o concubino y/o divorciada o
divorciado, la distribución de dicho porcentaje se hará por partes iguales a cada categoría. En el caso de
que alguna o algunas de las categorías integre o integren núcleo familiar, su cuota parte será superior en
un 14% (catorce por ciento) a la del resto de los beneficiarios.
El remanente de la asignación de pensión se distribuirá en partes iguales entre los restantes copartícipes
de pensión.
B) A la viuda o viudo, concubina o concubino, divorciada o divorciado, sin núcleo familiar, en concurrencia
con otros beneficiarios, le corresponderá el 60% (sesenta por ciento) de la asignación de pensión.
Cuando concurran la viuda o viudo y/o concubina o concubino y/o divorciada o divorciado, la distribución
de dicho porcentaje se hará por partes iguales a cada categoría.
39
Artículo 18.- Sustitúyese el numeral 2) del
artículo 167 de la Ley Nº 16.713, de 3 de setiembre de 1995,
por el siguiente:
"2) El pago total o parcial, debidamente documentado, de cobertura médica u odontológica, asistencial o
preventiva, integral o complementaria otorgadas al trabajador, su cónyuge, concubina o concubino con
cinco años de convivencia ininterrumpida y demás características previstas por el literal E)
del artículo 25de la presente ley, sus padres -cuando se encuentren a su cargo-, hijos menores de
dieciocho años, o mayores de dieciocho y menores de veinticinco mientras se encuentren cursando
estudios terciarios e hijos incapaces, sin límite de edad".
40
de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas, serán
atendidos por Rentas Generales, si fuera necesario.
CAPÍTULO VI
OTRAS DISPOSICIONES
Artículo 22.- Sustitúyese el artículo 127 del Código Civil por
el siguiente:
"ARTÍCULO 127.- Los cónyuges se deben fidelidad mutua y auxilios recíprocos.
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Artículo 27.- Agrégase al decreto-ley Nº 14.219, de 4 de julio de
1974, el siguiente artículo:
"ARTÍCULO 87.1.- El propietario o titular de un derecho real no podrá exigir que sus hijos de menos de dieciocho
años de edad desocupen la vivienda de la que es titular, salvo que se les proporcione o dispongan de otra que
les permita vivir decorosamente".
42
Cúmplase, acúsese recibo, comuníquese,
publíquese e insértese en el Registro Nacional de
Leyes y Decretos.
Dr. TABARÉ VÁZQUEZ
DAISY TOURNÉ.
REINALDO GARGANO.
DANILO ASTORI.
AZUCENA BERRUTTI.
JORGE BROVETTO.
VÍCTOR ROSSI.
JORGE LEPRA.
EDUARDO BONOMI.
MARÍA JULIA MUÑÓZ.
JOSÉ MUJICA.
HÉCTOR LESCANO.
MARIANO ARANA.
MARINA ARISMENDI.
Ley Nº 18.405
CAPÍTULO IV
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DE LAS PENSIONES DE SOBREVIVENCIA
Artículo 11. (Causales de pensión).- Los funcionarios
policiales en actividad o en goce del subsidio transitorio
por incapacidad parcial, cualquiera fuere el tiempo de
servicios reconocidos, y los retirados, causan derecho
a pensión ante el acaecimiento de los siguientes
hechos:
A) La muerte del funcionario o del retirado.
C) La desaparición del funcionario o retirado en un siniestro o hecho conocido de manera pública y notoria, que
haga presumir la muerte, previa información sumaria. La pensión se abonará desde la fecha del siniestro y
caducará desde el momento en que el causante apareciera con vida, pudiéndose disponer la devolución de
lo pagado a juicio de la Dirección Nacional de Asistencia y Seguridad Social Policial.
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A) Las personas viudas.
B) Los hijos solteros menores de dieciocho años; los hijos solteros mayores de dieciocho años de edad y
menores de veintiún años, siempre que acrediten carecer de medios de vida propios y suficientes para su
congrua y decente sustentación y los hijos solteros mayores de dieciocho años absolutamente incapacitados
para todo trabajo.
Se considera que los mencionados beneficiarios dependen económicamente del causante, cuando están
a cargo total o principalmente de aquél recibiendo del mismo un aporte económico indispensable para su
congrua sustentación, entendiéndose por tal la disponibilidad de recursos e ingresos que permitan mantener
los niveles de vivienda, salud, vestimenta, alimentos y, en su caso, educación del beneficiario.
La comparación numérica entre los ingresos del causante y los del beneficiario podrá considerarse a los
efectos de establecer la dependencia económica, no constituyendo un elemento definitorio para su
determinación.
Tratándose de situaciones en las que un grupo de personas de pocos recursos, comparten gastos
comunes que individualmente no podrían absorber, se entenderá que existe dependencia económica si se
comprueba que el fallecimiento del causante ha provocado al beneficiario con vocación pensionaria un
perjuicio económico relevante.
Se entenderá que existe carencia de ingresos suficientes cuando los referidos beneficiarios no dispongan
de ingresos mensuales superiores a $ 17.750 (diecisiete mil setecientos cincuenta pesos uruguayos).
B) Las personas viudas y concubinas tendrán derecho al beneficio, siempre que el promedio mensual
actualizado de sus ingresos personales de los doce meses anteriores a la fecha de configuración de la causal,
no supere la suma de $ 51.467 (cincuenta y un mil cuatrocientos sesenta y siete pesos uruguayos).
C) Las personas divorciadas, además de lo dispuesto en el literal A) de este artículo, deberán justificar que
gozaban de pensión alimenticia servida por su ex cónyuge, decretada u homologada judicialmente. En estos
45
casos, el monto de la pensión o la cuota parte si concurriere con otros beneficiarios, no podrá exceder el de
dicha pensión alimenticia.
D) Los hijos adoptivos y los padres adoptantes en todo caso deberán probar que han integrado, de hecho, un
hogar común con el causante, conviviendo en su morada y constituyendo con el mismo una unidad moral y
económica similar a la de la familia, siempre que esta situación fuese notoria y preexistente en cinco años por
lo menos a la fecha de configurarse la causal pensionaria, aun cuando el cumplimiento de las formalidades
legales de adopción fuese más reciente.
Cuando la causal pensionaria se opere antes que el adoptado haya cumplido los diez años de edad, se
exigirá que el beneficiario haya convivido con el causante la mitad de su edad a dicha fecha. El goce de esta
pensión es incompatible con el de la causada por vínculo de consanguinidad, pudiendo optar el interesado
por una u otra.
E) Para el caso de afiliados extranjeros, se requiere que el causante tenga un mínimo de diez años de residencia
en el país y que los beneficiarios acrediten que tenían su domicilio en el mismo a la fecha de fallecimiento de
aquél, sin perjuicio de lo dispuesto por los Convenios Internacionales vigentes en la materia.
Considérase afiliado extranjero aquél que no es natural de la República Oriental del Uruguay. Los
ciudadanos legales, a esos efectos, quedan comprendidos en la categoría de afiliados extranjeros.
B) Los beneficiarios viudos, concubinos y las personas divorciadas, que cumplan con los requisitos establecidos
en el literal anterior, gozarán igualmente de la pensión durante toda la vida, salvo que se configuren respecto
de los mismos las causales de término de la prestación que se establecen en el artículo siguiente.
C) En el caso que las personas viudas, concubinas y divorciadas tengan entre treinta y treinta y nueve años de
edad a la fecha de configuración de la causal -sin perjuicio de lo previsto en el literal A) precedente- la pensión
se servirá por el término de cinco años y por el término de dos años cuando los beneficiarios sean menores
de treinta años de edad a dicha fecha.
B) Integren el núcleo familiar del beneficiario hijos solteros menores de veintiún años de edad, en cuyo caso la
pensión se servirá hasta que éstos alcancen dicha edad una vez cumplidos los términos del literal C), excepto
cuando se trate de mayores de dieciocho años de edad que dispongan de medios de vida propios y suficientes
para su congrua y decente sustentación.
C) Integren el núcleo familiar del beneficiario hijos solteros mayores de dieciocho años de edad absolutamente
incapacitados para todo trabajo.
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A) Por contraer matrimonio o unirse en concubinato, según lo previsto en el artículo 2º de la Ley Nº 18.246, de
27 de diciembre de 2007, en el caso del viudo y personas divorciadas.
B) Por cumplir veintiún años de edad los hijos solteros o por disponer los hijos solteros mayores de dieciocho y
menores de veintiún años de edad de medios de vida propios y suficientes para su congrua y decente
sustentación, salvo que acrediten hallarse absolutamente incapacitados para todo trabajo.
C) Por recuperar la capacidad antes de los cuarenta y cinco años de edad, cuando la incapacidad fuere requisito
del beneficio pensionario.
D) Por mejorar la fortuna de las personas viudas, personas concubinas, personas divorciadas y padres
absolutamente incapacitados para todo trabajo.
B) Si se trata exclusivamente de viuda o viudo, concubina o concubino, o hijos del causante, el 66% (sesenta y
seis por ciento) del sueldo básico de pensión.
C) Si se trata de hijos en concurrencia con los padres del causante, el 66% (sesenta y seis por ciento) del sueldo
básico de pensión.
D) Si se trata exclusivamente de divorciadas o divorciados, o padres del causante, el 50% (cincuenta por ciento)
del sueldo básico de pensión.
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distribución de la asignación de pensión se efectuará
con arreglo a las siguientes normas:
A) A la viuda o viudo, concubina o concubino, divorciada o divorciado, con núcleo familiar, en concurrencia con
otros beneficiarios, le corresponderá el 70% (setenta por ciento) de la asignación de pensión.
Cuando concurran con núcleo familiar la viuda o viudo o concubina o concubino o divorciada o divorciado,
la distribución de dicho porcentaje se hará por partes iguales a cada categoría. En el caso de que una sola
de las categorías integre núcleo familiar, su cuota parte será superior en un 14% (catorce por ciento) a la del
resto de los beneficiarios.
El remanente de la asignación de pensión se distribuirá en partes iguales entre los restantes copartícipes
de la misma.
B) A la viuda o viudo, concubina o concubino, divorciada o divorciado, sin núcleo familiar, en concurrencia con
otros beneficiarios, le corresponderá el 60% (sesenta por ciento) de la asignación de pensión.
48
Lo dispuesto precedentemente es también aplicable
a las situaciones que se rijan por las disposiciones
legales anteriores a la vigencia de la presente ley.
Artículo 34. (De los beneficiarios en caso de
suspensión del retiro).- La suspensión del retiro,
determinará a favor de la esposa o esposo, concubina
o concubino e hijos solteros del procesado que tendrían
derecho a pensión de acuerdo con la presente ley, y a
petición de aquéllos, la percepción de una prestación
cuya asignación será:
A) Si se trata exclusivamente de la esposa o esposo, concubina o concubino o hijos, el 66% (sesenta y seis por
ciento) de la asignación de retiro.
B) Si se trata de esposa o esposo, concubina o concubino e hijos en concurrencia, el 75% (setenta y cinco por
ciento) de la asignación de retiro.
49
acuerdo con lo establecido en el artículo 31 de la
presente ley.
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