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Predica: 21 de Agosto de 2016.

Cuenta una historia…


La Sra. Reunión de Oración falleció recientemente en la Primera Iglesia Negligente, ubicada en la Av. del
Mundo. Ella nació hace muchos años atrás en medio de un gran avivamiento, ella fue una niña muy
fuerte y saludable, alimentada con la Palabra de Dios, con abundante testimonio y santidad, creció
rápidamente en prominencia y fue uno de los miembros más influyentes en la famosa familia de iglesias
de Cristo.

Algunos años antes la hermana Reunión de Oración fue menguando su salud gradualmente hasta ser
desahuciada por rigidez en las rodillas, enfriamiento del corazón, inactividad, falta de propósito y fuerza
de voluntad; por último ella terminó sólo siendo una sombra de su formación feliz. Sus últimas y
susurrantes palabras fueron para preguntar por la ausencia extraña de sus amados, ahora ausentes de
su presencia, ocupados en sus negocios y en los lugares de diversión del mundo. Su hermano mayor el
Sr. Reunión de Estudio Bíblico murió hace muchos años también.

Algunos expertos, incluyendo al Dr. Trabajo, el Dr. Reforma y Dra. Unión discrepaban en las causas de su
enfermedad fatal, administrándole grandes dosis de reuniones sociales, competencias, deportes y
entretenimiento, pero todo fue inútil. La autopsia reveló que la deficiente alimentación espiritual, la falta
de fe, sincera consagración y la deserción de sus miembros, fue la causa que contribuyó a su muerte.

Sólo unos pocos estuvieron en su funeral, sollozando en los recuerdos de su bello pasado y poder.
Plañideras cuidadosamente escogidas fueron buscadas para llorar sus recuerdos, pero no aparecieron.
No hubo flores, sus canciones favoritas "Dios está aquí" y "Eres mi fortaleza" no fueron cantadas; en vez
de eso la Srta. Imaginación Moderna interpretó "Bella Isla en Algún Lugar", pero nadie tenía idea dónde
podría estar esa isla.

Su cuerpo descansa ahora en el cementerio de "Glorias Pasadas". En honor a su partida, las puertas de
la Iglesia estarán cerradas por mucho tiempo, salvo cuando la Sociedad de Damas de la Limonada Rosada
programe alguna actividad para servir refrescos al equipo de fútbol.

A donde nos lleva esta ilustración, a que entendamos que Satanás realmente no quiere un creyente
persistente, metódico, inoportuno que viva por la oración.

No quiere a alguien tan tenaz y disciplinado en oración, que una vez que esa persona comience a orar
Satanás sabe que, sin importar lo mucho que obstaculice la respuesta, él no tiene esperanza de ganarle.

Lectura: Daniel 9: 1-27.

El mensaje de hoy lo he titulado: “Aprenda a Vivir por la Oración”.

Antes, entendamos quien era Daniel.


Daniel, cuyo nombre significa “Dios es mi juez”, fue de noble cuna, si es que no era de la familia real de
Judá. En su juventud fue llevado con otros amigos suyos a cautiverio en Babilonia, en el cuarto año del
reinado de Joaquín, 606 a. C. Allá le enseñaron la ciencia de los caldeos, y tuvo altos cargos en el imperio
babilónico y en el persa. Fue perseguido por su creencia, pero fue milagrosamente librado, y vivió hasta
edad avanzada, y debe de haber tenido alrededor de noventa y cuatro años en la época de la última de
sus visiones.

Debemos ver en Daniel, ese ejemplo de una verdadera oración para una congragación unida, que va a ir
desmantelando inevitablemente paso a paso, día a día, un reino de tinieblas, que jamás podríamos
resistir.

En Daniel, podemos entender el gozo que podemos tener que las cosas grandes están en manos de Dios,
de manera que nunca tendremos la necesidad de preocuparnos más allá de nuestras necesidades y de
nuestra familia inmediata.

Pero podemos sintetizar en este mensaje lo que Dios a través de su Espíritu Santo, quiere enseñar a
Vidas con propósito a través del libro de Daniel, continuando nuestra preparación para la batalla en esta
guerra en que somos militantes del ejército de Dios.

1. El deseo de la Oración.

Cuando Daniel leyó la profecía que Jehová le había dado a Jeremías, surgió en su corazón un deseo de
buscar el rostro de Dios en oración.

Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia
setenta años.(D) Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella
nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para
siempre.
Jeremías 25:11-12 RV 1960

A través de las Escrituras Dios nos está llamando a que busquemos su rostro.

Dios nos está diciendo a través del ejemplo de Daniel, que no todo está perdido en nuestra vida, en
nuestros hogares, en nuestra familia, que hay una promesa de restauración.

Que lo que nosotros debemos hacer como sus hijos es buscarlo a Él.

Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro.


Salmos 105:4 RV 1960

Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis;


Amós 5:4 RV 1960
Recuerden que en la vida de Daniel en cautiverio, lo que querían sus detractores, era que él no orara
tres (3) veces al día. ¿Cuántas veces oramos nosotros al día?

Cuando Daniel fue echado al foso de los leones, él sobrevivió, porque abría las ventanas de par en par y
oraba con valentía.

Aun así, no vemos que Daniel realice milagros como los de Moisés. No hubo plagas de liberación sobre
los caldeos como los egipcios. Sino más bien, vemos a un simple profeta de Dios que oró de manera
sistemática, tal que, nada lo podía hacer desistir de hacerlo, y generó liberación de Israel de Babilonia.

Nosotros debemos siempre estar dispuestos a orar, y nada ni nadie tiene porque truncar ese deseo de
clamar por el pueblo de Dios y por nuestras familias.

2. Busquemos en ruego, con clamor.

Si vemos en el versículo V.9:3.

Dice el texto que Daniel le buscaba en ruego. El ruego o súplica es sinónimo de oración. Sin embargo,
esta palabra tiene un significado único en sí mismo.

Podemos ver en esta definición: “De acuerdo a la historia de la palabra ruego o súplica, se refiere a
doblegarse e indica una sumisión arrodillándose o postrándose. Rogar o suplicar es pedir humildemente
y seriamente. Se refiere más a nuestra actitud en la oración.”

Rogarle o suplicarle al Señor denota nuestra dependencia en la misericordia de Dios.

Recordemos unas palabras de Jesús.

Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
Juan 17:9 RV 1960

Volvamos a Daniel, cuando el entendió la promesa de Dios, de que sólo eran setenta años del periodo
del cautiverio, él se dijo, esta es la promesa dada, pero que está pasando, porque no llega, tengo más de
setenta años como extranjero, porque no se ha cumplido.

Tal vez es una pregunta que muchas veces nos hacemos nosotros, ¿Porqué…?

Pero Daniel, no se quedó preguntando, sino por el contrario empezó a buscar a Dios en oración (V.9:5-
19), confesando sus pecados y los pecados de Israel, presentó su petición al cielo, examinado la razón
por la cual no se había cumplido la promesa de Dios.

¿Hemos visto cumplidas nuestras peticiones en Dios, si no es así es momento de preguntarnos el motivo
por el cual no las hemos recibido?
Pero si vemos en los versículos del V9:20-27, Daniel recibe de parte de Dios una visión acerca del futuro,
pero no es la respuesta que está buscando, así que permanece en oración.

Pero complementa esta oración con algo muy importante, con un sacrificio.

3. Potencializo con ayuno.

También dice Daniel 9:3 que él le buscaba en ayuno. Esta es una de las armas más poderosas del
creyente; pero debemos cuidarnos de no ayunar incorrectamente.

En Isaías 58 Dios nos invita a entender el significado del verdadero ayuno. Jehová reprende a su pueblo
porque ayunaba, pero no vivía como el Señor le demandaba.

El ayuno sin obediencia a la palabra de Dios es pasar hambre.

Recordemos que Dios demanda en todo tiempo nuestra obediencia, que todo clamor o ruego que
presentemos a Él, con falta de obediencia se vuelve una petición emocional.

Pero a pesar de esto, el ayuno continúa siendo una parte importante de la búsqueda de Dios.

En el Nuevo Testamento vemos que aun nuestro Señor Jesucristo tuvo que ayunar. Seguido Jesús salió
de las aguas del bautismo, el Espíritu lo llevo al desierto, donde ayuno cuarenta días y cuarenta noches.

Jesús nos revela que hay géneros de espíritus inmundos que no salen si no es con ayuno y oración.

Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
Marcos 9:29 RV 1960

Hay situaciones que podemos tener, que exigen mucho más de nosotros, que una simple oración de
mañana o un agradecimiento rápido a Dios, porque nuestras obligaciones nos quitan el tempo para Él.

Daniel en el capítulo 10, continúo recibiendo otras visiones, cosas increíbles y asombrosas, pero
nuevamente no eran la respuesta a su pregunta, así que siguió orando con más insistencia, vistiendo de
cilicio y ceniza.

4. Vestirnos de cilicio y ceniza.

Entendamos de qué nos habla aquí el libro de Daniel (V 9:3).


El cilicio era una ropa toscamente tejida y de tela oscura, generalmente de pelo de cabra o camello (Ap
6.12). Era una vestidura áspera que llevaban los que estaban de duelo o en actitud de penitencia por
causa del pecado.

Cuando los hermanos de José le mintieron a Jacob diciéndole que había sido despedazado por una fiera,
Jacob rasgó sus vestidos y se vistió de cilicio en señal de luto y dolor por la pérdida de su hijo.

También tenemos el ejemplo de Mardoqueo (en Ester 4: 1), que cuando vio que el edicto para exterminar
a los judíos había sido enviado a las ciudades bajo el reino Persa, se vistió de cilicio se fue por la ciudad
clamando con grande y amargo clamor.

Sin embargo, hoy en día, nosotros no necesitamos vestirnos de esa ropa tosca para buscar a Dios en
oración. El cilicio debe ser una vestidura espiritual que utilizamos cuando gemimos en intercesión por la
iglesia y las almas perdidas. El cilicio era una representación tangible del dolor que sentía el individuo.

Aunque hoy no necesitamos mostrar el dolor que sentimos con un vestuario visible, podemos vestir el
cilicio en el corazón. Recordemos que nuestro cilicio no debe ser a causa de una tristeza carnal o egoísta,
sino por amor al Señor y su obra cuando el Espíritu Santo nos dirija.

Pero complementario a la vestidura (cilicio), la palabra nos hace referencia a la ceniza. Pero qué significa
esto.

La ceniza es un Término simbólico que representa la vanidad (Is 44.20), la inmundicia (Job 30.19), la
desgracia (Sal 102.9), la vergüenza (2S 13.19), la humillación ante Dios (Gn 18.27; Job 42.6) y el
arrepentimiento (Dn 9.3; Mt 11.21).

El postrarse en ceniza era la expresión de humillación y dolor más grande para los personajes del pasado.
Como ya dijimos, la persona doliente se postraba y dormía en cenizas, usualmente acompañado del
cilicio.

Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, tenían los judíos gran
luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos.
Ester 4:3 RV 1960

El uso de cenizas en el arrepentimiento o búsqueda de Dios en oración no era una práctica ordenada por
Dios. Más bien, era una costumbre de los antiguos que surgió como una expresión emocional en
momentos de dolor.

Cuando Job perdió todos sus bienes, sus hijos y su salud estuvo enlutado sentado en ceniza (Job 2:8). La
ceniza es lo último que queda después que el fuego devora un objeto. En sentido figurado la ceniza
significa “algo falto de valor,” “insignificante,” “que se desvanece.”
Hoy, nosotros no necesitamos postrarnos en ceniza para demostrar que sentimos dolor o que estamos
humillados ante el Señor. Pero el significado que tenía esa práctica debe ser parte de la humillación
nuestra en el corazón.

En la actualidad es difícil encontrar siervos y siervas que oren con gemido, lágrimas y lamento.

Claro está que este tipo de oración no es para una rutina diaria, sino para momentos señalados por el
Espíritu Santo.

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como
conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8:26 RV 1960

5. Conclusión.

Para concluir, podemos ver en la oración de Daniel, que no sólo se conformó con palabras que llevaban
a un cumplimiento de su necesidad, sino por el contrario también hacía referencia en las necesidades
del pueblo.

En su oración, Daniel hizo confesión a Dios por sus pecados y los pecados del pueblo. Aunque él se había
mantenido fiel a Dios en Babilonia, y Dios le había revelado grandes cosas, Daniel tuvo la humildad para
reconocer que no era más grande que los demás.

Su oración conmovió el corazón de Dios, y sin esperar que terminara, Jehová envió el ángel Gabriel para
hablar con su siervo.

En Daniel 9:20‑21 dice:

Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba
mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;
Daniel 9:20 RV 1960

Recordemos que Daniel estaba en ayuno, pero la respuesta vino cerca de la hora del sacrificio de la tarde.
Es decir, cerca de las tres. Desde la mañana hasta la tarde Daniel se mantuvo clamando intensamente
hasta recibir la respuesta.

Nuestra oración y ayuno debe ser más que una práctica, un hábito como verdaderos hijos de Dios,
buscando conmover el corazón de Dios.

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