Está en la página 1de 3

1

Nelya Babynets, colegio de Inglés, ambos turnos

LA LEYENDA DE FAUSTO: MEFISTÓFELES LA PIEZA CLAVE


DEL ROMPECABEZAS

La leyenda de Fausto se consolido en el siglo XVI, en la época de


grandes exploraciones, agitaciones políticas y religiosas asimismo como
considerables avances científicos. La teoría de Copérnico cambió para
siempre la conciencia del ser humano sobre su lugar en el universo, razón
por la cual el equilibrio o, mejor dicho, el extremismo conceptual de la Edad
Media ya no proporcionaba las respuestas a las preguntas que surgían de
nueva realidad determinada por la fusión entre la magia y la ciencia y
polarización del bien y el mal. Es por esto que la reforma protestante de
Martín Lutero hizo la sociedad occidental mas conciente de la figura del
diablo y produjo intensa preocupación por todo lo que implicaba esta noción.
La polémica creada alrededor del demonio acreditó el surgimiento de un
nuevo tópico en la literatura occidental que se originó en “libros diabólicos” y
encontró su esplendor en la leyenda de Fausto: el pacto del hombre con el
Satanás.

La alianza con el diablo siempre comprende el poder supernatural que


traspasa las fronteras de la naturaleza y de lo conocido. Considerando que el
espíritu fáustico es aquel que no encuentra satisfacción en limitaciones de la
existencia terrenal, la figura de Mefistófeles se torna imprescindible en la
leyenda, de modo que los tres textos sobresalientes de esta tradición
Volksbuch o “Historia del doctor Johann Fausto”, “The Tragical History of
Doctor Faustus” de Marlowe y “Fausto” de Goethe se cimientan en el tratado
entre Fausto y Mefistófeles. Esta relación es el punto de partida que nos
permite entender la naturaleza humana y el lugar del hombre en el Universo
en diferentes épocas.
2

Aunque el papel principal de Mefistófeles en cada obra es llevar a


Fausto a condenación, el concepto del pacto y su significado simbólico varía
tras siglos. Cada libro desarrolla su propia filosofía al respecto. “Historia del
doctor Johann Fausto”, en particular representa el ejemplo de la ideología
medieval donde el poder supernatural del diablo se considera distinto a la
naturaleza y por consiguiente, maligno. Como la sociedad del siglo XVI no ha
podido aun romper con el extremismo medieval de ver el mundo solamente
en blanco y negro cualquier acercamiento a lo desconocido significaba
condena eterna. El concepto de libre albedrío todavía no ejerce suficiente
poder en la sociedad y el ser humano debe de someterse a su destino.
Fausto popular ejemplifica de manera perfecta esta teoría: una vez entregada
el alma en manos del diablo no hay salvación. Tal como le sucede a Fausto:
una vez entregada el alma al Satán lo único que puede brindar la vida eterna
es la gracia divina. La figura del diablo en Volksbuch es tan vil como lo dicta
la tradición medieval. Si bien la soberbia ambición hace a Fausto abandonar
a Dios e invocar al espíritu maligno, es Mefostófiles quien por medio de un
plan astuto lo encamina a su perdición: una vez detectada la agitación del
pensamiento de Fausto, el espíritu diabólico elabora una estrategia perfecta
para atraparlo en su red: volverlo temerario, atentarlo, hacerlo someterse en
cuerpo y alma al Diablo y nunca dejarlo volver al camino de la verdad.

Si bien el pacto en “Historia del doctor Johann Fausto” limita las


pretensiones de los seres humanos por las fronteras del conocimiento
terrenal y las leyes de las sagradas escrituras, la obra “The Tragical History of
Doctor Faustus” de Marlowe demuestra hasta donde puede llegar el hombre
en sus ambiciones. En efecto, el diablo en esta obra pierde su papel
protagónico y actúa a lo largo del drama en calidad de sirviente. Ya no es
Mefistófilis quien propone el pacto, sino Fausto mismo toma la iniciativa y
establece las condiciones. El ser humano en “The Tragical History of Doctor
Faustus” de Marlowe empieza tomar control sobre su vida, lo que representa
el primer paso hacia la instauración del concepto de libre albedrío en la
sociedad moderna. La noción del poder diabólico sigue relacionándose con
las fuerzas sobrenaturales, no obstante, la idea sobre su esencia ya se había
modificado. Es evidente que Mefistófilis continúa siendo el representante del
3

vigor maligno diferente a la naturaleza, sin embargo, esta disimilitud, además


de ser su rasgo distintivo, le provee el control sobre el mundo innato. En otras
palabras, los papeles se invierten. La determinación de Fausto lo vuelve
dueño de la situación y hace a Mefistófilis perder su fuerza dramática en la
obra.

Así es como el diablo empieza a secularizarse para aparecer en “Fausto”


de Goethe como un racionalista simpático. El pacto parece ser lucha de dos
filosofias de la vida: la desdicha romantica de Fausto contra el optimismo
racionalista de Mefistófeles. El deseo soberbio del intelectual igualarse a Dios
y abarcar toda la experiencia universal hace presente otra vez el topico de
superhombre que le parece absurdo a Mefistófeles a tal grado que decide
jugar con el fuego y mostrarle a Fausto un poco de sentido común: “Ah,
confía en mí, que llevo mascando hace varios miles de años ese manjar de
áspero sabor. No hay nadie, desde la cuna hasta la tumba, que digiera la
vieja levadura. Créeme: esa totalidad sólo fue hecha para un dios. El se
encuentra en la plena y eterna luz, a nosotros nos confinó en las tinieblas y
sólo a vosotros os dio el día y la noche”. Esta porción de sinceridad podría
costarle caro a Mefistófeles, sin embargo, el diablo conoce bien a su
oponente: lo que para los demás es muerte, para Fausto representa
salvación. Vida de un ermitaño, estancamiento de sentimientos es lo que
lleva a Fausto a ejercer anarquismo.

Así pues, la alianza con el diablo es lo que permite a Fausto traspasar las
fronteras de la existencia mundana y el conocimiento laico, no obstante,
Mefistófeles es quien permite expresarse al espíritu fáustiano en toda su
plenitud y demostrar su naturaleza que nunca encuentra la satisfacción y
jamás puede detenerse. Por lo tanto, la figura de Mefistófeles se torna
fundamental en la leyenda de Fausto lo que demuestran los textos Volksbuch
o “Historia del doctor Johann Fausto”, “The Tragical History of Doctor
Faustus” de Marlowe y “Fausto” de Goethe.

También podría gustarte