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ones sobre cy — ry i a Cal Ane, y e de Lecci YOGI RAMACHARAKA SERIE DE LECCIONES SOBRE GNANI YOGA Traducido del inglés por FEDERICO CLIMENT TERRER k EDITORIAL KIER S.A Talcahuano 1075 Buenos Aires PROLOGO DEL TRADUCTOR Nutrida y provechosa ensefianza hallaré en esta obra de Rama- charaka el lector ya familiarizado con las anteriores. Trata de la Yoga de Sabiduria, aunque en los términos elementales y aun rudimentarios que consiente el actual nivel de la masa de la huma- nidad. Desde luego se comprende que no es una obra escrita para los adeptos cuya sabiduria ha trascendido el conocimiento intelec- tual ni tampoco para el infimo vulgo humano que no esta dispuesto todavia para recibir y comprender y mucho menos asimilarse las verdades expuestas en las siguientes paginas. Una de las ensefianzas a mi modesto entender mas precisas y hasta cierto punto originales de las que contiene este libro es la referente al concepto del Absoluto, en que Ramacharaka denota la perfecta armonia de la razon y la intuicién. Recomendamos al lec- tor que se detenga atentamente en la leccién que trata del Absoluto, y si.conoce otras obras que estudien el mismo punto de la eterna filosofia, se convencera de que ningun pensador ha expuesto la idea del Absoluto y sus manifestaciones con tanta claridad como Ra- macharaka. En cambio, la multiplicidad de temas dilucidados en esta obra no le ha consentido al autor tratar de la reencarnacién y el karma con la amplitud que merecen. En el texto inglés aparece siempre la palabra metempsicosis; pero me he tomado la libertad de subs- tituirla por las de reencarnacién y palingenesia, porque la de me- tempsicosis est4 muy desprestigiada en los paises occidentales, por haberla asociado semanticamente los antireencarnacionistas con la 8 YOGI RAMACHARAKA absurda idea de la reencarnacién del alma humana en cuerpos de animales. Dice Ramacharaka que ha preferido la palabra metem- psicosis porque indica renacimiento sea o no en la carne, mientras que la palabra reencarnacién denota el renacimiento del alma pre- cisamente en cuerpo fisico; pero muchisimo mejor que la en Oc- cidente nefanda palabra metempsicosis expresa el concepto preferido por Ramacharaka la de palingenesia, que significa renacer sin de- terminar dénde, ni cémo, ni cuando, en términos generales cuya especificacién dara el ulterior desenvolvimiento de la ensefianza. En cuanto a la traduccién, segin ya dije en algin prologo de las obras anteriores, he respetado las repeticiones en que de pro- pésito y con fines didacticos incurre Ramacharaka, pero he alivia- do el texto de aquellas otras que por lo superfluas, aunque pecu- liares del idioma inglés, enmarafarian la sintaxis espafiola y obscurecerian los conceptos bajo una nube de initiles palabras. Sin embargo, no hemos tergiversado los conceptos del autor, que permanecen incélumes en la versién espafiola, por mas que resulte muy distinta la modalidad de expresion. Feperico CLiMent TERRER. Lecci6n PRIMERA EL ABSOLUTO La filosofia yoguistica se divide en cuatro ramas, a saber: Yoga Hatha, Yoga Raja, Yoga Bhakti y Yoga Gnani. La Yoga Hatha trata del cuerpo fisico y su gobierno, bienestar, salud, conservacion y leyes de la vida fisiolégica. La Yoga Raja trata del desenvolvimiento y gobierno de la men- te. La Yoga Bhakti trata de la devocién y amor a Dios. La Yoga Gnani o Yoga de Sabiduria trata del conocimiento cientifico de los magnos problemas de la Vida y de lo que en la Vida subyace, esto es, de los enigmas del universo. Cada una de estas ramas de la filosofia yoguistica es un sendero que conduce a la comin meta de la evolucién humana. Quien primeramente desea robustecer su cuerpo fisico y gober- narlo de modo que sea ‘itil instrumento del Yo superior, sigue el sendero de la Yoga Hatha. Quien desea fortalecer su voluntad, agudizar sus facultades intelectuales y actualizar sus potencias la- tentes y sentidos internos, sigue el sendero de la Yoga Raja. Quien desea Ilegar a la unin con Dios por virtud del amor sigue el sendero de la Yoga Bhakti. Quien desea evolucionar por el estudio y conocimiento de los fundamentales principios y las admirables verdades subyacentes en Ja Vida, sigue el sendero de la Yoga Gnani. Sin embargo, no basta seguir uno solo de estos cuatro senderos, pues muy poco lograria. La generalidad de los hombres descosos 10 YOGI RAMACHARAKA de adelantar en su evolucién indagan y adquieren los principios fundamentales de todas las ramas de la filosofia yoguistica, pero siguen preferentemente la que mas vivo interés les despierta por scr la que mayormente necesitan para adelantar en su evolucién. Conviene que todos sepan algo de la Yoga Hatha para mante- ner su cuerpo fisico en buen estado de salud y que sea apto y eficaz instrumento del Yo superior. También conviene conocer los principios fundamentales de la Yoga Raja para desenvolver la mente y usar de la voluntad. ‘Asimismo ha de estudiar el hombre algo de la Yoga Bhakti para comprender las ensefianzas referentes al amor que abarca a toda la vida. Por altimo, muy itil es saludar al menos la Yoga Gnani para tener nociones de las magnas verdades de la ciencia del Ser. Hemos publicado una obra sobre la Yoga Hatha y otra sobre la Yoga Raja; y algo dijimos acerca de la Yoga Gnani en nuestras Catorce lecciones y en el Curso adelantado, asi como algo de la Yoga Bhakti en esta ultima obra y en otras varias. porque no com- prendemos cémo sea posible estudiar cualquiera rama de la filo- sofia yoguistica sin estar henchido de amor a Dios con vivisimo deseo de la divina union. Conocer al Dador de Vida es amarle, y cuando mejor le conozcamos mas intensamente le amaremos. En estas lecciones trataremos de la Yoga Gnani o Yoga de Sa- biduria, con propésitos de exponer clara y sencillamente sus altas ensefianzas, y con la esperanza de que el lector Hegue a mayor en- tendimiento de su relacién con Dios y el consiguiente amor a Aquel en quien vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser. Solicita- mos al lector que nos ayude en Ja obra con su amorosa simpatia. Comencemos por la que se ha calificado de la magna pregunta: “¢Qué es la Realidad?” Para comprender el sentido de la pregunta hemos de mirar a nuestro alrededor y observar el mundo visible. Vemos grandes ma- sas de algo a que la ciencia ha llamado “materia”. También vemos en actuacion algo a que lamamos energia en variedades de mani- festaciones. Asimismo echamos de ver seres vivientes o “formas de vida” desde la mota de mucilago llamada monerén hasta el hombre. ‘Al estudiar este mundo fenomenal por medio de la investiga- cién cientifica, llegamos a un punto desde el cual ya no podemos seguir adelante. La materia se sume en el misterio; la energia no se GNANI YOGA ll sabe a dénde va; el secreto de las formas vivientes se nos escurre del intelecto y la mente se nos manifiesta como expresién de algo todavia ms sutil. Pero al prescindir de todas estas cosas de apa- riencia y manifestacién nos encontramos frente a frente de Algo que debe subyacer en todas dichas apariencias, formas y manifes- taciones. A este Algo le llamamos la Realidad porque ha de ser real, permanente y perdurable. Aunque los hombres discrepen, dis- puten y se peleen acerca del concepto de esta Realidad, no pueden menos de coincidir en que la Realidad es unica, que no puede haber més que una sola y dnica Realidad de la que proceden todas las formas y manifestaciones del mundo fenomenal, La investigacién de esta tinica Realidad es el magno problema del universo. La razén superior del hombre y su profunda intuicién han re- conocido siempre que esta Realidad ha de ser necesariamente inica, que en diversidad de grados y multitud de formas se manifiesta en la Naturaleza. Todos los pensadores han reconocido que la Vida es una caudalosa corriente dimanante de un eterno Manantial cuya naturaleza desconocemos y algunos dicen que es incognoscible. Todos los pensadores convienen en que la Realidad es dnica. Las discrepancias y la confusién comienzan al nombrar y analizar la Realidad. Si consideramos lo que los hombre han pensado y dicho acerca de la tmica Realidad, sera mas facil comprender la indole del problema, Afirman los materialistas que la unica Realidad es la materia existente por si misma, infinita, eterna, que entrafia las potencia- lidades de la materia, la energia y la mente. Otra escuela, muy afin a la materialista, opina que la nica Realidad es la energia de la que la materia y la mente son moda- lidades vibratorias. Los idealistas afirman que la dnica Realidad es un algo a que Haman Mente y que la materia y la energia son ideas concebidas por dicha Mente. Los tedlogos aseguran que la tnica Realidad es un Dios per- sonal a quien atribuyen ciertas cualidades y caracteristicas, que varian segin las religiones. La escuela naturalista dice que la tnica Realidad es la Natu- raleza que continuamente se manifiesta en inumerables formas. Los ocultistas, en sus diversas escuelas orientales y occidentales, 12 YOGI RAMACHARAKA ensefian que la dinica Realidad es un Ser cuya vida constituye Ja vida de todas las formas. Todas las filosofias, ciencias y religiones nos dicen que el mun- do fenomenal es un mundo de sombras, un mundo de exhibicién tras el cual existe la tnica Realidad, a que el instructor le da nom- bre, Pero toda filosofia que de algo vale, se funda en alguna moda- lidad de monismo, tanto si el concepto es de un dios conocido, como desconocido, un principio conocido o desconocido, de una substancia, una energia o un Espiritu. No hay ni puede haber mas que una sola Realidad. Tal es la inevitable conclusién en que coin- ciden el raciocinio, la intuicién y la fe. Asimismo, la razén nos dice que la tnica Realidad es la tnica vida que anima todas las manifestadas formas de vida, y que todas las aparentes formas materiales y modalidades de energia han de haber emanado de la tinica Realidad. Puede objetarse que las reli- giones creyentes en la existencia de un Dios personal consideran a este Dios como creador del universo e independiente de su obra, como el artifice que después de realizada su obra queda separado de ella. Pero esta objecién carece de valor, porque si no hay mas que una sola y unica Realidad gde dénde sacaria el Creador el material para su universo sino de sf mismo? zde dénde la energia sino de su misma fuente? gde donde la vida sino de su propia Vida? ‘Asi vemos que no puede haber més que una sola Realidad, un Ser tinico y sin segundo, no dos, ni aunque los designaéramos con los nombres de Dios y Universo, pues en este caso el Universo habria de proceder de Dios y existir por virtud de la energia de Dios. Al analizar los conceptos de los diversos pensadores, observa- mos que cada escuela sostiene una teoria unilateral, y sélo ve lo que con esta teoria concuerda sin parar mientes en lo demas. Los materialistas hablan de la eterna e infinita materia, aunque las recientes investigaciones han demostrado que el invisible atomo de los antiguos quimicos esta constituido por infinitesimales particulas de materia llamadas electrones que probablemente no son mas que electricidad condensada. Tampoco cabe concebir la energia a me- nos que se la considere actuante por medio de la materia y sujeta a leyes; pero no son posibles leyes sin legislador ni legislador sin inteligencia y sabiduria de lo legislado, Ademas, la mente, tal como la conocemos, parece estar de mil maneras combinada con la ma- GNANI YOGA 13 teria y la energia, y sujeta también a leyes externas, pero variable e inconstante, cuyos atributos no pueden pertenecer al Absoluto, como llamamos a la Gnica Realidad. Los ocultistas avanzados opinan que la materia, la energia y la mente, segtin las conocemos, son una apariencia y relatividad de algo mucho mas fundamental y perdurable, a que los antiguos sabios Iamaron Espiritu. No es posible describir el Espiritu con palabras, aunque pode- mos decir que significa la “esencia” de la vida y la existencia, la Realidad inmanente en la Vida universal. Por lo tanto, ningin nombre puede expresar apropiadamente la tnica Realidad; pero en otras lecciones hemos empleado la pa- labra Absoluto y la seguiremos empleando en las presentes, aunque el lector puede adoptar la que le parezca mas adecuada, No emplea- remos la palabra Dios (excepto cuando necesitemos matizar el pen- samiento) no por oposicién sino para no confundir el concepto del Absoluto con el del Dios personal de algunas escuelas teolégicas. Tampoco nos place la palabra “Principio” porque parece expresar algo abstracto, frio y falto de sentimiento, al paso que concebimos al Absoluto como una vivida, actuante e inteligente Realidad. Igualmente nos abstenemos de emplear Ja palabra Naturaleza a causa del materialista significado que muchos le achacan, aunque la preferimos para expresar el conjunto de manifestaciones de la Vida absoluta. Desde Iuego que nada sabemos de la verdadera naturaleza del Absoluto porque trasciende toda humana experimentacién y nada tiene el hombre con qué medir lo infinito. Raz6n tenia Espinosa al declarar que “definir a Dios es negarle” porque todo intento de definicién equivale al de limitar o hacer finito lo infinito. Definir una cosa es identificarla con otra: y jdénde esta algo otro que se pueda identificar con lo infinito? El Absoluto no puede describirse con términos relativos. No es Algo, aunque contiene en si la reali- dad subyacente en todas las cosas. No se le pueden atribuir las cualidades de cualquiera de sus aparentes manifestaciones porque es el Topo. Es todo lo que realmente Es, EI Absoluto trasciende la materia, la fuerza y la mente tales como las conocemos, y sin embargo, estas cosas emanaron de él y han de estar en su naturaleza, porque lo que esta en lo manifestado debe estar en el manifestador; la corriente no puede remontarse 14 YOGI RAMACHARAKA més alla de su manantial ni el efecto ser mayor que la causa ni es posible que de la nada salga algo. Sin embargo, dificil es, y muchos filésofos creen imposible que Ia mente humana conciba Aquello que trasciende su experiencia, y por tanto hemos de formarnos idea del Absoluto en los términos de su més alta manifestacién. Vemos que la mente es superior a la energia y a la materia; y por tanto, légico es que signifiquemos el concepto del Absoluto por el de mente, mas bien que por los de materia y energia. Asi, pues, consideramos el Absoluto como una Mente infinita con potencias y facultades de infinito grado de de- senvolvimiento, de la cual dijo Herbert Spencer que “trascendia la inteligencia y la voluntad del hombre, como la voluntad y la inteligencia trascienden el movimiento mecanico”. Aunque es cierto, como saben todos los ocultistas, que las me- jores nociones acerca del Absoluto provienen del Yo superior, te- nemos el deber de examinar también las provenientes del intelecto, pues lo poseemos para usarlo en el examen, andlisis, comparacién y consideracién de los objetos de conocimiento, y al emplearlo en estas operaciones intelectuales, no sélo nos vigorizamos, sino que adquirimos por su medio nociones que no podrian Iegarnos por otro conducto, y ademas descubrimos muchos errores que desliza- ron en nuestra mente las opiniones y dogmas ajenos. Asi dice Kant: “E] principal y casi exclusive empleo de la pura razon es de indole negativa. No es érgano de extension sino de disciplina y limitacién. En vez de descubrir la verdad, su modesta funcién es precaver contra el error”, Escucharemos la voz del intelecto con tanta aten- cién como la de las facultades superiores de la mente. Una de las primeras nociones que respecto del Absoluto nos sugiere el intelecto es que debe haber sido siempre y eternamente sera. Esta conclusion es ineludible desde cualquiera de los puntos de mira materialista, naturalista, idealista teolégico y ocultista. El Absoluto no pudo surgir de la nada ni hay otra causa externa a 4 de la que pudiera emanar. No podemos concebir que muera la Vida infinita y absoluta. Por lo tanto, el Absoluto ha de ser eterno. Tal es la nocién del intelecto. La idea de eternidad es inconcebible para la mente humana, aunque forzosamente ha de creer que es una cualidad del Absoluto. La dificultad est4 en que el intelecto ha de ver necesariamente todo cuanto ve a través de los velos del tiempo, de las causas y de los GNANI YOGA 15 efectos. Pero el tiempo, la causa y el efecto son fendmenos del mun- do relativo sin lugar propio en lo Absoluto y Real. Veamos de comprenderlo. La reflexion nos dice que el dnico impedimiento para concebir una Causa sin causa consiste en que todo cuanto observamos en el mundo fenomenal tiene una causa y proviene de algo. Vemos ac- tuante en nuestro rededor la ley de causa y efecto; y en consecuen- cia, el intelecto da por supuesto que nada puede haber sin su correspondiente causa. Tiene razén el intelecto en cuanto concierne a los objetos y fenémenos del mundo de relaciones, en el que no puede haber efecto sin causa. Nuestra mente vacila y se tambalea cuando trata de formar concepto de Aquello que no ha tenido cau- sa, porque le falta la experiencia de tal incausalidad en el mundo fenomenal; pero no tiene la mente mas remedio que creer en una Realidad sin causa que la produjera, Esta operacion es dificil para el intelecto, aunque con el tiempo acierta a ver la dificultad y cesa de levantar objeciones contra la voz de la intuicién. Con andloga dificultad tropieza el intelecto cuando trata de for- mar idea de la eternidad, de un Ser que trascienda el tiempo o mejor dicho para el que no exista el tiempo. Por doquiera vemos en operacién el tiempo y damos por supuesto que es algo real y efectivo; pero esto es una ilusion o engajio de los sentidos. En rea- lidad no existe el tiempo. Sélo estd en nuestra mente. Es una moda- lidad de percepcién por la que expresamos la idea de la sucesién y mudanza de las cosas, No podemos concebir el tiempo sino en relacién con dicha mudanza sucesiva de las cosas del mundo exterior o de los fenéme- nos transitorios de nuestra conciencia. Un dia es la conciencia que tenemos del movimiento de rotacién del planeta o aparente paso del sol, y las horas, minutos y segundos son las subdivisiones del dia o la conciencia que tenemos del movimiento de las agujas dal reloj. Son meros simbolos del movimiento y sucesién de las cosas, de suerte que sin este movimiento y sucesién no tendriamos idea del tiempo. El tiempo es un artificio mental. Es una relatividad de nuestra existencia terrena, una ilusién necesaria en esta vida cor- poral. Asi razona el intelecto. Ademés de estas conclusiones del razonamiento especulativo, Ja experiencia cotidiana nos ofrece varios ejemplos de la relatividad del tiempo, Todos sabemos que cuando gozamos de algo, nos pasa 16 YOGI RAMACHARAKA rapidamente el tiempo, mientras que cuando sufrimos 0 esperamos algo con impaciencia nos parecen horas los minutos e intermina- bles las horas. El insecto neuréptero Hamado efimera o cachipolla sale del capullo y muere en menos de un dia; y sin embargo, su vida parece tan completa como la del elefante que Hega a los dos- cientos aitos, porque durante la breve vida del insecto suceden esen- cialmente las mismas cosas que en la del elefante. Cuando cono- cemos que suceden muchas cosas, recibimos la impresién de la continuidad del tiempo, y cuanto més viva sea la conciencia de las. cosas mas determinada serd la idea del tiempo. Cuando nos ocupa- mos en una tarea interesante o mantenemos una conversacién agradable, parece que el tiempo vuela. mientras que si tratamos con una persona molesta o hacemos una labor ingrata y penosa o estamos ociosos y aburridos nos parecen dias la horas. Muchas veces al descabezar un suefio por pocos minutos se suefian cosas que en la vida real necesitarian varios afios para suceder. En cam- bio, hay quienes duermen de un tirén horas enteras sin sofiar nada, y al despertar creen que no han hecho més que descabezar un suefio. El tiempo pertenece a la mente concreta y no tiene lugar en el Absoluto. También nos dice el intelecto que el Absoluto ha de ser infi- nito, omnipresente en el espacio e ilimitado, pues nada hay externo a él que lo limite. El Absoluto esta en todo lugar y no hay en el espacio carencia de lugar. Muy dificil por no decir imposible es formar idea de la omni- presencia del Absoluto en el infinito espacio porque si es infinito no puede tener limites. La dificultad esté en que todo cuanto la mente percibe en el mundo objetivo es dimensional y tiene limites, y el secreto consiste en que el espacio, como el tiempo, sélo tienen realidad en nuestra consciente percepcion del relativo lugar que ocupan los objetos del mundo exterior. Vemos una cosa en un sitio y otra en otro, sin que entre ellas haya una tercera, y tomamos otro objeto para medir lo que lamamos espacio entre aquellas dos cosas, y al resultado de la medicién denominados distancia. Sin embargo, no hemos medido el espacio, sino tan sélo hemos contado cuantos metros (o la medida que fuese) pueden colocarse entre las dos cosas distantes. A este proceso se le ha amado medicién del espacio; pero el espacio no es nada. Lo dnico que hacemos es determinar la relativa GNANI YOGA 7 posicién de las cosas cuya distancia hemos medido. Para efectuar esta medicién hemos de disponer de tres elementos: 1°, el objeto desde donde comenzamos a medir; 2°, la medida; 3°, el objeto en que terminamos la medicién. Por lo tanto, somos incapaces de medir el infinito espacio porque nos falta el tercer elemento, esto es, el objeto limite de Ja medicién, pues el infinito no tiene limites. Po- demos valernos de nosotros mismos como punto de partida de la ny emplear la mente por medida; pero gen donde esta el objeto terminal? No hay, y sin él no es posible concebir el limite. Partamos de nuestra individualidad e imaginemos una distan- cia de un billén de kilometros y después multipliquémosla un billén de veces por billén de kilometros. ;Qué habremos hecho? Senci- llamente extender la medida mental igual nimero de veces hacia un punto imaginario en la nadidad llamada espacio. Pero la in- tuicién reconoce que més alld del punto en que terminan los billo- nes de billones de medidas mentales, se extiende una infinita capacidad; pero sin objetos que lo ocupen el espacio es inconce- bible y no tiene realidad aparte de nuestra conciencia de los objetos perceptibles. Es el espacio la infinita capacidad o lugar para las cosas dimensionales. Es un nombre del vacio. Quien pueda formar- se idea de la aniquilacién de un objeto sin que nada ocupe su lugar, esta nada o vacio podria Hamarse espacio o sea el lugar en donde fuera posible colocar una cosa sin haber de quitar otra. El tamajio tiene alguna relacién con la distancia pues asi como concebimos el espacio infinito en el sentido de extensién también podemos concebirlo infinito en el sentido de pequeiiez, es decir, que por pequefio que sea un objeto, siempre podemos concebirlo dividido en mas pequefias particulas sin que haya limites en estas subdivisiones. Dice Jakob: “El concepto de lo infinitamente peque- fio es tan inasequible como el de lo infinitamente grande. Sin em- bargo, no podemos menos de admitir la infinidad en ambos sen- tidos”. Y afiade Radenhausen: “La idea del espacio es una inevitable ilusién de nuestra conciencia o de nuestra finita natura- leza y no existe aparte de nosotros mismos. El universo es infini- tamente pequefio e infinitamente grande”. EI telescopio nos ha sugerido ideas de magnificente amplitud y grandeza, el microscopio nos ha demostrado un mundo de admi- rable pequefiez y minuciosidad, hasta el punto de que una gota de agua es un mundo poblado de diminutos infusorios que viven, se 18 YOGI RAMACHARAKA alimentan, luchan, se reproducen y mueren, La mente es capaz de imaginar un universo que ocupe tan sélo una billonésima parte de la més pequefia particula visible;en la platina del mas poderoso microscopio, y después de imaginar que contiene millones de soles y planetas semejantes a nuestro sistema solar, habitados por formas vivientes y pensantes como nosotros. En efecto, segiin ha dicho algiin filésofo, si nuestro universo quedara reducido de pronto a un tamajio ultramicroscépico, con- servando las relativas proporciones entre cuanto existe, no nos dariamos cuenta de la reduccién y la vida seguiria siendo la misma y no disminuiria la importancia con el Absoluto, Lo mismo suce- deria si el universo se amplificara millones de veces. Tales cambios no modificarfan en nada la realidad. El atomo y el sol son del mis- mo tamafio mirados desde el punto de vista del Absoluto. Hemos tratado de estas cuestiones a fin de esclarecer la idea de la relatividad del tiempo y del espacio, que sdlo son simbolos empleados por la mente en la observacién de los objetos finitos. Una vez adquirida esta idea es mas facil concebir la eternidad del tiempo y la infinidad del espacio. Dice Radenhausen: “Mas alla de la esfera de la raz6n humana no hay espacio ni tiempo. Son conceptos arbitrarios del hombre a los cuales ha legado por la ordenada comparacién de las diferentes impresiones recibidas del mundo exterior. El concepto de espacio proviene de los diversos objetos que ocupan un lugar. El concepto de tiempo proviene del movimiento y sucesién de los objetos y de cémo influyen en el hombre. Pero externamente a nosotros no exis- te la distincién entre el lugar y el movimiento porque todo esté en continua transformacién, en incesante movimiento y cambio de lugar, y nada en absoluto reposo.” A esto afiade Ruckert: “El universo no tiene principio ni fin en espacio ni en tiempo. Por doquiera esta el centro y la circun- ferencia y un momento es la eternidad.” Por otra parte, el intelecto nos dice que el Absoluto ha de ser omnipotente, que ha de entrafiar todo poder, porque no es posible que haya otro origen de poder ni cabe concebir poder alguno aparte del Absoluto que lo limite, restrinja o se le oponga. El Absoluto ha de haber establecido las leyes del universo, porque no hay otro legislador y toda manifestacién de energia en el universo debe pro- GNANI YOGA 19 ceder del Absoluto y ser parte de su poder, operante de confor- midad con las establecidas leyes, Asimismo nos dice el intelecto que el Absoluto ha de ser omnis- ciente, es decir, que posee en si todo posible conocimiento y sabi- durfa, pues no puede haber sabiduria ni conocimiento aparte del Absoluto; y por consiguiente, el Absoluto ha de contener todo posible conocimiento y sabiduria. Vemos que las diferentes formas relativas de vida manifiestan mente, sabiduria y conocimiento que deben haber emanado del Absoluto, de conformidad con las leyes por él mismo establecidas, pues de lo contrario no fuera omnis- ciente, ya que nada hay aparte del Absoluto de donde pudiera proceder. El efecto no puede ser mayor que la causa. Si hubiese algo que el Absoluto no conociera nunca, lo conocerian las mentes finitas. Por lo tanto, TODO CONOCIMIENTO pasado, presente y futu- ro debe poseerlo axora el Absoluto, Esto no significa que el Absoluto piense como piensa el hombre. El Absoluto conoceE sin necesidad de pensar. No ha de adquirir conocimientos por los métodos légicos que emplea el hombre, pues gde dénde los adquiriria si nada hay superior a la plenitud de su omnisciencia? Cuando el hombre piensa, extrae conocimiento de la Fuente universal por la accién de la mente; pero el Absoluto lo extrae de si mismo sin pensar como el hombre. Sin embargo, a menos que nos equivoquemos respecto de esta fase del asunto, las superiores ensefianzas ocultas reconocen en el Absoluto una cualidad algo semejante a lo que podriamos lamar “constructivo pensamiento” y este pensamiento manifestado obje- tivamente es la creacién. Asi, segin las ensefianzas ocultas, todas las cosas creadas son “pensamientos de Dios”, No ha de perturbar a nadie ni figurarse que nada vale por haberlo puesto en existencia un pensamiento de Dios. El pensamiento divino es intensamente real en el mundo relativo (que a todos menos al Absoluto les parece efectivamente real) y el Absoluto conoce que la real parte de sus creaciones es una parte de si mismo manifestada por medio del pensamiento, pues el pensamiento del Absoluto debe ser real y parte de si mismo, No puede ser otra cosa y decir que el Absoluto creé el universo de la nada, es un juego de palabras. El mas débil pen- samiento del Absoluto aventaja incomparablemente en realidad a todo cuanto el hombre pueda crear. Es tan sélido como las monta- fias, tan duro como el acero, tan duradero como el diamante, por- 20 YOGI RAMACHARAKA que estas cosas son emanaciones de la Mente del Absoluto y formas perecederas, mientras que el alma humana, pensamiento superior del Absoluto, es de la misma esencia del Absoluto como chispa de la divina Llama. Es la misma naturaleza del infinito Espiritu. Oportunamente trataremos con mayor extensién estos puntos, Asi vemos que el intelecto no puede menos de admitir la exis- tencia real del Absoluto, de un Ser de naturaleza tan superior a toda experiencia humana, que la mente no es capaz de concebirlo ni encuentra simbolos ni similes ni palabras adecuadas para expre- sarlo. Sin embargo, el intelecto se ve obligado por sus propias leyes a reconocer la existencia del Absoluto, Insensatez maydscula es cavilar sobre la “esencia” del Absoluto, porque s6lo disponemos de atributos humanos para considerarlo, y transciende estos atributos, Los mas insignes pensadores confie- san que los mayores esfuerzos de su mente les ha convencido de la imposibilidad de suponer en el Absoluto atributos y cualidades que pudieran designarse con palabras del relativo lenguaje humano. Nuestras palabras expresan ideas directa o indirectamente deriva- das de la experiencia, y asi es que no disponemos de palabra apro- piada para expresar lo que trasciende nuestra experiencia, aunque el intelecto nos dice que tras nuestra experiencia esta la Realidad. La filosofia no acierta con nada mejor que ponernos frente a frente de extrafias paradojas; y la ciencia elude astutamente el problema y evita el riesgo de quedar enredada en sus mallas. Nos- otros creemos que el Absoluto cierra de propésito el camino a la filosofia y a la ciencia, para que el hombre no tenga mas remedio que mirarse y conocerse a si mismo, ver su interno Espiritu, donde unicamente puede relacionarse con el Absoluto. A nuestro entender, la respuesta al enigma de la Esfinge es: “Busca en tu interior lo que necesites.” Pero aunque sélo quepa discernir el Espiritu mirando en nues- tro interior, una vez convencida la mente de la existencia del Abso- luto, podra ver multitud de sefiales de su accion y presencia si observa las externas manifestaciones de Vida, porque toda forma viviente esta llena del vivificante poder y voluntad del Absoluto. En nuestra opinién la Vida sdlo es una, y el universo una vi- viente unidad que palpita por virtud de la voluntad de vivir del Absoluto. En todas las formas, figuras, nombres, fuerzas, elementos, principios y substancias subyace la nica Vida omnipresente y ma- CNANI YOGA 21 nifestada en multitud de modalidades. Cada vida individual es un centro consciente de la unica Vida subyacente en la forma y ma- nifestada segin el grado de evolucién. Todo esto puede pareccr panteismo; pero muy diferente del panteismo de algunas escuelas filoséficas y religiones confesionales. El panteismo filoséfico-religioso sostiene que “Dios es la resultan- te de las combinadas fuerzas y leyes que actian y rigen en el uni- verso en conjunto”. Estas definiciones son incongruentes con el concepto yoguistico del Absoluto, y mas bien traslucen un refinado materialismo. El Absoluto no es “la combinacién de fuerzas y leyes del universo” ni tampoco el “universo en conjunto”, sino que se- gin la filosofia yoguistica, ni el universo ni sus fuerzas y leyes, aun considerados en conjunto y totalidad, lejos de existir pos si mismo son manifestaciones del Absoluto. Tal es la profunda dife- rencia entre los conceptos yoguisticos y panteista. Nosotros ensefiamos que el Absoluto reside en todas las formas vivientes del universo y también en sus fuerzas y leyes, pues todo es manifestacién de su voluntad. Pero también ensefiamos que el Absoluto es anterior y supcrior a toda forma y modalidad de ma- nifestacién, cuya existencia no depende de si misma sino de la vo- luntad del Absoluto. En el universo panteistico Dios es un ente de razén, mientras que en el Absoluto es una entelequia, el verdadero Espiritu de Vida, la anica Realidad existente por si misma, y permaneceria existiendo aunque todas las formas manifestadas, el universo entero dejaran de existir por reabsorcién en la fuente de que dimanaron. EI Absoluto es ms que el universo con sus fuerzas, mas que el hom- bre. Es el Espiritu, la vipa, la EXISTENCIA, la REALIDAD, el SER que ES omnipotente, omnipresente, omnisciente, eterno, infinito, absoluto. Las més expresivas palabras del lenguaje humano apenas dan una sombra de sombra del concepto, irremediablemente defec- tuoso del Absoluto. Sin embargo, no creamos que el Absoluto es un Ser lejanisimo que dirige los asuntos del mundo desde un determinado punto del espacio donde tiene asentado su trono. Por el contrario, el Abso- luto est siempre presente en todas partes, en nosotros y en derredor de nosotros que somos centro de conciencia por él establecidos de conformidad con alguna gran ley de la vida. No es el Absoluto indiferente y pasivo espectador de su propia 22 YOGI RAMACHARAKA éreacién, Es, por el contrario, un activo Espiritu que comparte los sentimientos de sus manifestaciones en vez de ser insensible testigo. Vive en nosotros, con nosotros y se manifiesta por medio de nos- otros. Tras el dolor y la afliccién del mundo se descubre un hondi- simo sentimiento de amor. Los dolores y angustias de la humanidad no son castigos infligidos por la célera divina, sino incidentes del desenvolvimiento del césmico plan de evolucién del que es Actor el Absoluto. Para los que alcanzaron la iluminacién espiritual todo sucede en el universo de la mejor manera posible y todo se encamina al bien final. El Absoluto no es un Dios personal y sin embargo contiene en si cuanto constituye la personalidad humana y sus relaciones con las demés personalidades, pues es padre, madre, hijo, amigo y ama- dor. Todas las modalidades del amor humano se compendian en el amor Absoluto, Esta el Absoluto constantemente manifestado en nuestras vidas, y sin embargo buscamos fuera de nosotros las pruebas de su ¢ tencia. Ast podria decirnos: “;Tanto tiempo ha que estoy con vo otros y no me habéis conocido?”! Tremenda cosa es que el espiri tu esté en nosotros y no le conozcamos. No le oimos cuando nos dice: “;Oh! vosotros los que estdis afligidos y melancélicos, con vosotros y en vosotros sufro. Vuestro dolor es mi dolor; pero me gozo cual no vosotros, porque sé que en vosotros y con vosotros he de vencer.” Cuanto dejamos dicho no es mas que una débil descripcién de nuestro concepto del Absoluto, que se resume en este pensamiento central: Hay una sola y tinica Vida en el universo, la Vida del Ab- soluto, el ser real que vive, siente anhela, sufre, goza y actiia en nosotros y por medio de nosotros, El Absoluto es todo lo que real- mente ES; y el universo con sus miltiples manifestaciones de vida son expresién de la voluntad del Absoluto. No disponemos de pa- labras apropiadas para expresar la naturaleza del Absoluto. Uni- camente la palabra Vina da idea de su naturaleza externa y la pa- Jabra aMor de la interna, 1 Palabras tomadas de la respuesta de Cristo al apéstol Felipe quien le habia dicho que les mostrara al Padre (Evangelio de San Juan, cap. XIV vers. 9.— (N, del T.) Leccién SecunDA OMNIPRESENTE VIDA Expusimos en Ia primera leccién que la mente humana se ve impelida a reconocer en el Absoluto el atributo de omnipresencia, y que todo cuanto Es pertenece al Absoluto o de él procede. Por lo tanto si una cosa procede del Absoluto, ha de estar el Absoluto en ella y debe ser su esencia. Esto supuesto, se infiere que todo cuanto existe ha de estar leno de la esencia de Vida, porque la Vida ha de ser uno de los atributos del Absoluto, o mejor dicho, lo que llamamos Vida debe ser la externa expresién de la esencial existencia del Absoluto, de lo que se infiere en necesaria conclusién que todo esta vivo en el universo, pues de lo contrario seria erréneo el concepto del Absoluto y sus manifestaciones. Nin- guna cadena es més fuerte que su eslabén més débil, y si este esla- bén no puede soportar el peso de las verdades referentes al uni- verso, debemos desechar la cadena y substituirla por otra que lo soporte. Quienes identifican el Todo con el Absoluto no tienen en cuenta la circunstancia de la vida omnipresente; pero si hubiera en el universo una sola cosa sin vida, “muerta” e inerte, fracasa- ria la teoria que hemos expuesto sobre el Absoluto, porque en- tonces la esencia del Absoluto no podria estar en la cosa muerta, la cual quedaria fuera del Absoluto, y el Absoluto no seria el Ab- soluto, pues habria algo extrafio a su esencia. Por lo tanto, es de suma importancia examinar las pruebas de existencia de la vida en todas las formas tanto orgdnicas como inorgénicas, 24 YOGI RAMACHARAKA Los antiguos ocultistas de todos los pueblos siempre ensefiaron que el universo vive, que todo cuanto en el universo existe es cosa viviente y que nada hay muerto en la naturaleza, pues la muerte sélo significa un cambio de la forma material. Ensefiaron los anti- guos ocultistas que la vida esta presente en todas las cosas, en di- versos grados de manifestacién y expresion, aun en las mas densas formas minerales y en los dtomos constituyentes de estas formas. La ciencia moderna adelanta hoy rapidamente hacia la misma conclusi6n. Burbank, el admirable modelador de la vida vegetal, ha expre- sado la misma idea de los antiguos ocultistas en los siguientes tér- minos: “Todas mis investigaciones me han apartado de la idea de un material universo accionado por diversas fuerzas, y me han conducido a la idea de un universo animado por la vida, la energia, el pensamiento 0 como se le quiera llamar. Cada atomo, molécula, vegetal, animal y astro es un agregado de las fuerzas retenidas en su lugar por otras fuerzas superiores que las mantienen latentes durante algiin tiempo, aunque con inconcebible poder. Toda vida en nuestro planeta esta por decirlo asi, en la orilla del infinito océano de vida. El universo no esta medio muerto sino entera- mente vivo.” La ciencia actual contempla un vivo universo, aunque todavia no comprende el significado de lo que ha descubierto, y se tapa Jos ojos con las manos porque Ja deslumbra el resplandor de sus descubrimientos, De la tenebrosa caverna de la materia inerte y muerta ha salido al ofuscante fulgor meridiano de un universo viviente en sus més insignificantes particulas. Comenzando por el hombre, la superior forma de vida que co- nocemos, sigamos répidamente en descenso por la escala de la vida animal y veremos la vida operante en cada etapa, Si pasamos del reino animal al vegetal, veremos también la vida activa, pero en menor grado de manifestacién y expresién. No nos detendremos a examinar las miltiples manifestaciones de vida en el reino vege- tal, pues basta por ahora echarlas de ver en el brote de las semillas que entallecen, ahijan, florecen y fructifican en la nueva planta, con formidables demostraciones ‘de vital energia, asi como vemos que todo vegetal nace, crece y muere, con varias otras caracteristi- cas de las formas vivientes. Es incontrovertible la existencia de la vida en el reino vegetal. GNANI YOGA 25 En inferiores peldafios de la escala de los seres observamos la vida en las bacterias, en los infusorios, en los microorganismos hasta Ilegar a las ultramicroscépicas méneras de las profundidades ocsdnicas, y a las células de los organismos vivientes. La ménera semeja una mota de gelatina sin 6rganos especificos y, sin embargo, se observan en ella las diversas funciones vitales de nutricién, reproduccién y relacién, de suerte que en cada mo- mento oportuno crea tempordneamente el érgano a propésito para el desempefio de la funcién. Asi que aunque carezca de boca, todo su diminuto cuerpo es boca para absorber lo que le sirve de alimento. Los investigadores han vuelto del revés algunos de estos mi- croorganismos, y no obstante han continuado viviendo sin trastor- no de sus funciones. Los han dividido en varios pedacitos y cada pedacito se ha convertido en un nuevo ser de idéntico funcionalis- mo que el de su progenitor. Se reproducen por division esponta- nea en dos seres iguales al de su procedencia y cada uno de estos dos en otros dos y asf sucesivamente con pasmosa rapidez, Dice Haeckel a propésito de la ménera: “La ménera es el ms sencillo citoide permanente.1 Su cuerpo es una masa de plasma sin estructura, completamente homogénea, por lo que bien puede calificarse de “organismo sin érgano”; y aunque en rigor no son organismos, puesto que carecen de orga- nos, lo son en cuanto efectian las funciones de nutricién, repro- duccién y relacién”. Refiere Verworn un interesante caso de vida inteligente en un Difflugia ampula, de la especie de los rizépodos que vive en una concha formada por una particula de arena y prolonga la substan- cia de su corpisculo a manera de tentaculo o zarcillo, con el que extrae del fondo del agua los granitos de arena necesarios para formar las conchas de su progenie resultante de la divisién y sub- divisién del corpisculo patrimaterno. El rizépodo apresa el grano de arena con el tentaculo y lo transporta a su cuerpo. Verworn ex- trajo la arena del fondo del agua y la substituyé por diminutas 1 Citoide significa semejante a una célula. — (N. del T.) 26 YOGI RAMACHARAKA particulas de vidrios de colores. Poco después noté en el cuerpo del rizépodo varias de dichas particulas y ulteriormente vié que se re- producia por segmentacién. En seguida, el que pudiéramos lamar rizépodo progenitor cubrié el cuerpo del nuevo ser con la particula de vidrio, cementandola con una substancia secretada por el proge- nitor. Este procedimiento denota en el rizépodo el suficiente asomo de mentalidad para predisponer a concha o cépsula con que res- guarda el corpisculo de su segmentada progenie, distinguir la clase de material para ello conveniente y cementarlo a fin de darle solidez. Lo mas notable es que este citoide nunca toma mayor ni menor cantidad de arena de la necesaria para la elaboracién de la concha. La ménera es también una mota de plasma gelatinosa, un or- ganismo sin érgano, pero dotado de sensibilidad, pues huye y es- quiva lo que arriesga perjudicarle y busca y encuentra la presa que para mantenerse necesita, la come, la digiere y se la asimila. Para moverse de un lado a otro, alarga una particula de su subs- tancia que le sirve interinamente de pie, y la retrae luego de efec- tuada la traslacién. También se reproduce por segmentacién. Ain més inferiores formas de vida son las bacterias y levadu- ras de las materias fermentables. La ciencia ya no acierta a sefia- lar la linea divisoria entre los seres animados y los que atin sigue Mamando inanimados. Se conocen hoy dia seres vivientes que du- rante afios permanecen desecados y como muertos, y reviven al influjo de un poco de humedad. Parecen una mota de polvo y, sin embargo, son seres vivos con peculiares funciones. Asimismo se conocen los didtomos o “cristales vivos”, asi llamados por su forma geométrica, pues lo constituye una mota de plasma envuelta en un caparaz6n siliceo. Son seres tan ultramicroscépicos que millares de ellos cabrian en la cabeza de un alfiler. Se parecen tanto a los cristales quimicos que se necesita muy ejercitada facultad de ob- servacién para distinguirlos, Pasemos ahora a los cristales en nuestra investigacién de la vida. También viven los cristales, por extrafia que pueda parecer esta afirmacién a quienes desconocen la marcha de la ciencia. Los cristales nacen, crecen, viven y pueden morir al contacto de ingre- dientes quimicos 0 de Ja electricidad. La nueva rama de la ciencia, denominada Plasmologia, estudia la vida de los cristales, y algunos investigadores afirman que han observado en los cristales rudimen- GNANI YOGA 27 tarias funciones del sexo. De todos modos, los cristales nacen, cre- cen y mueren como los demas seres vivientes. Asi ha dicho un au- tor: “La cristalizacién segiin la vamos conociendo ahora, no es un mero agregado de atomos. Es un nacimiento.” Los cristales nacen de las aguas madres y su cuerpo esta siste- maticamente formado con arreglo a un plan definido, como los cuerpos de los animales y de los vegetales. La vida actéa en el crecimiento de un cristal; y no sélo crece el cristal sino que se reproduce por fragmentacién, andloga a la segmentacién de los citoides, La principal diferencia entre el citoide y el cristal consiste en que el citoide crece de dentro afuera, por intususcepcién, y el cris- tal crece de fuera adentro, por yuxtaposicié6n, Si el cristal tuviera un centro blando por el que tomara el alimento, seria idéntico al diétomo; y si el didtomo creciera de fuera adentro seria un cristal. Los cristales, como toda forma viviente, pueden esterilizarse e imposibilitar su reproduccién por medio de agentes quimicos o de descargas eléctricas y también se les puede matar de esta manera, todo lo cual denota que tienen vida. Para apreciar la importancia de esta idea de la vida de los cristales, conviene tener en cuenta que las mas duras rocas estén constituidas por cristales, que también cristalizan algunos metales, y que el polvo y la tierra del suelo en que nos movemos no son més que cristales pulverizados. Por lo tanto, hemos de inferir que también esté vivo el polvo que huellan nuestros pies. Nada hay muerto, No hay transformacién de “materia muerta” en materia viva vegetal y después en materia viva animal. La materia mineral esta viva y desde ella hasta el cuerpo del hombre hay una continua transmutacién de formas de la materia viva. Descompuesto el cuer- po fisico del hombre se resuelve en sus elementos quimicos y se repite la cadena de transmutaciones. Por lo que concierne a los cuerpos sélo hay meros cambios en las formas vivientes. La Naturaleza nos ofrece varios ejemplos de la presencia de la vida en el mundo inorganico. Sélo hemos de mirar en nuestro re- dedor para convencernos de que todo vive. Tenemos la llamada “fatiga de elasticidad” en los metales. Las navajas de afeitar se fatigan y requieren descanso. Los diapasones pierden al cabo de tiempo su poder vibratorio en determinado grado y se les ha de dejar en vacacién. Las maquinas industriales necesitan algin dia 28 YOGI RAMACHARAKA de reposo. Los metales estan expuestos a enfermedades e infeccio- nes, y se les ha envenenado y restituido por medio de antidotos a su normal condicién. Los cristales de ventana, especialmente los de colores, estén sujetos a enfermedades que se propagan de hoja en hoja. Los operarios acostumbrados a manejar herramientas y gober- nar maquinas hablan esponténeamente de ellas como si fuesen cosas vivas. Parece que advierten en ella algo muy semejante a la “sen- sibilidad” y que tienen una especie de “cardcter” o personalidad y que se las debe respetar, halagar o mimar segiin el caso, a fin de obtener buen resultado, Acaso el mas valioso testimonio corroborador de las multise- culares ensefianzas yoguisticas acerca de la omnipresencia de la vida nos lo ofrece el profesor indo J. Chunder Bose, de la univer- sidad de Calcuta, educado en las universidades inglesas por los mas eminentes profesores, y que ahora es muy prestigiosa autoridad cientifica en el mundo occidental. Bose nos da valiosa informacién sobre el punto que consideramos, en su obra titulada: Respuesta de lo viviente e inviviente que fué objeto dé calurosos comentarios y desperté intenso interés en los circulos cientificos, pues sus expe- rimentos comprobatorios de la existencia de la vida en los seres inorganicos han subvertido las hipdtesis de la ciencia moderna y han evidenciado la idea de que la vida esta presente por doquiera y que no hay materia muerta. Bose funda sus experimentos en la teoria de que la unica prue- ba fehaciente de la presencia de la vida en la materia inorganica es la respuesta que da a los estimulos externos. Asi demostré Bose por repetidos experimentos que la materia llamada inorganica y considerada por la ciencia como muerta, esta viva y responde a los estimulos externos de una manera si no idéntica, andloga a la que dan los vegetales, animales y el hombre. Construyé Bose delicados e ingeniosos aparatos para detectar las respuestas a los estimulos externos, cuyo grado y demas carac- teristicas quedaban trazadas diagramaticamente en un cilindro gi- ratorio. De esta suerte comprobé Bose que el diagrama obtenido del estafio y otros metales es idéntico al resultante de la excitacién de un misculo vivo. Empleé Bose en sus experimentos un galva- németro de tal precisién y delicadeza, que la mds débil corriente de energia mueve la aguja indicadora tenuemente ajustada a un GNANI YOGA 29 finisimo sostén. Enlazado el galvanémetro con un nervio humano, la aguja registra la respuesta del nervio a los estimulos que recibe. Observé Bose que enlazando el galvanémetro con barras de diversos metales daba respuestas andlogas a la del nervio cuando se las retorcia o golpeaba, Cuando mas enérgico era el impulso recibido por el metal, més sefialado quedaba el diagrama. La ana- logia entre ambos diagramas era sorprendente. Por ejemplo, asi como en el caso del misculo animal el diagrama denotaba fatiga cuando se repetia muchas veces el estimulo, asi también en el caso de los metales el diagrama era cada vez mas débil a medida que el metal se fatigaba por la continua excitacién. Asimismo, el misculo una vez respuesto de la fatiga, volvia a responder activamente y también el metal se reavivaba tras un periodo de reposo. El experimentador logré determinar en los metales los sintomas del tétanos por medio de reiteradas percusiones, y restaurar des- pués el estado normal de la materia. También dieron los metales muestra de fatiga. Los alcaloides produjeron en los metales idén- ticos efectos que en los animales, pues unos excitaban, otros depri- mian y algunos mataban. En este ultimo caso, el metal quedaba inmovilizado e incapaz de responder por enérgico que fuese el esti- mulo; pero en algunos casos se le suministré al metal un antidoto y recobré su vitalidad. Igualmente experimenté Bose con materia vegetal, comprobando que cra susceptible de estimulo, excitacién, depresién, fatiga y envenenamiento. La doctora Annie Besant, que presencié los experimentos de Bose en la materia vegetal, dice a este propésito: “Muy conmovedor es el medio por el cual la débil mota de luz, que registra el pulso de la planta, describe cada vez mas desmaya- das curvas cuando la planta esta bajo la influencia de un veneno, que sefiala un trazo recto y cesa su actuacién. Parece como si se hubiera cometido un asesinato, y asi es, en efecto, segiin demuestra evidentemente la experimentacién”. En uno de sus piblicos experimentos, el profesor Bose demos- tré evidentemente que una barra de hierro es tan sensible como el cuerpo humano, y que se la puede estimular, excitar, irritar, en- venenar y matar lo mismo que a un hombre. Asi pregunta Bose: “En vista de estos fendmenos {cémo es posible trazar la linea de demarcacién entre lo fisico y lo fisiolégico? No existe semejante limite.” 30 YOGI RAMACHARAKA Segiin esta teoria, coincidente con las més antiguas teorias sobre el particular, la vida esta presente en todas las formas y ob- jetos del universo, y todas las formas responden a los estimulos ex- ternos, en prueba de Ja presencia de la vida en la forma, La citada obra del profesor Bose abunda en la descripccién de los sorprendentes resultados de sus experimentos. Demuestra que los metales denotan un estado parecido al suefio; que caen en sopor © emperezamiento; que se despiertan y despabilan; que se les pue- de estimular y fortalecer y asimismo debilitar y deprimir; que son sensibles al calor y al frio; que se les puede intoxicar y matar, aunque los diferentes metales responden diversamente con mayor o menor grado de resistencia a los distintos t6xicos, lo mismo que se observa en el hombre y los animales. Una pieza de acero sujeta a la influencia de un téxico quimico, se va debilitando paulatina- mente hasta que muere, justamente como un animal sujeto al mis- mo t6xico, Si oportunamente se administra un antidoto, la restau- racién de la normalidad se efectia de la misma manera en el metal y en el animal, Los investigadores cientificos afirman que las subs- tancias téxicas que matan a los metales, también estan vivas, pues son capaces de responder a los estimulos exteriores y recibir su influencia lo mismo que los metales a que intoxican, en prueba de que en dichos t6xicos existe la misma vida universal que en los me- tales y animales en que influyen. Por supuesto que cuando de este modo se mata un metal, sélo muere como metal, pero los étomos componentes de su substancia permanecen vivos y activos, como los del cuerpo fisico del hombre cuando el ego lo abandona. El cadaver esta mucho mas vivo, o me- jor diremos hay en él mucha mas vida que cuando era morada e instrumento del ego. La diferencia estd en que la actividad de los dtomos sigue la linea de desintegracin en vez de la de integracién. Se jactan los investigadores cientificos de que estan en vispe- ras de crear la vida valiéndose de 1a materia inorganica. Sin em- bargo, esto es locura, porque la vida slo puede proceder de la vida, y es absurdo que la vida proceda de lo inviviente, pues toda vida procede de la Vida nica existente en todas las cosas y en todos los seres, Sin embargo, cierto es que la ciencia ha efectuado y acaso efectiie varias sintesis organicas que parccen algo asi como creacio- nes de vida; pero en rigor no va més alla de transmutar una forma de vida en otra de orden superior, como se obtiene una planta de GNANI YOCA 31 una semilla o un fruto de una planta, La vida esté siempre alli presente y responde a los apropiados estimulos y condiciones. Algunos investigadores estudian el problema de producir seres vivos valiéndose de la materia inorganica. Vuelve a interesar Ja antigua idea de la generacién espontanea, durante tantos afios re- Jegada al montén de errores definitivamente vencidos. Aunque la teoria de la evolucién obliga a aceptar que las formas vivientes procedieron en un principio de las lamadas invivientes, se cree generalmente que ya no ha de repetirse este proceso. Pero todos los indicios denotan que este proceso de derivacién de las formas vivas de las inorgénicas esti en perpetua operacién, y que sin cesar van trasmutdndose las formas vivientes. La llamada “crea- cién” (asi llamada aunque tal nombre es absurdo desde el punto de mira de la filosofia yoguistica) esta en perpetua operacién, en incesante devenir. El doctor Charlton Bastian, de Londres fué en su tiempo enér- gico y entusiasta defensor de la generacién espontanea; y aunque todos los investigadores, capitaneados por Pasteur, arremetieron contra él y le dejaron maitrecho, no desistié del empefio, y las obras publicadas después de su espectacular vencimiento, cayeron como granizada de bombas en el campo de la ciencia ortodoxa. Ha obte- nido Bastian mas de cinco mil fotomicrografias que muestran sor- prendentes fenémenos referentes al origen inorganico de las formas vivas. Afirma que el microscopio revela el desenvolvimiento en un liquide previamente esterilizado de diminutos puntos negros que poco a poco se transmutan en bacterias o microorganismos de in- fimo orden. Por su parte, el profesor Burke, de Cambridge, ha demostrado que en un caldo estéril aparecen por la accién del cloruro de sodio, también estéril, microorganismos que crecen y se reproducen por segmentacién. La ciencia se ve poco a poco forzada a la conclusién que las formas vivientes van apareciendo todavia por natural pro- ceso, lo que nada tiene de extrafio si recordamos que es uniforme y continua la accién de las leyes naturales. Estos recientes descubrimientos acrecientan la ya larga lista de las modernas ideas cientificas en congruencia con las multisecu- lares ensefianzas yoguisticas. Cuando se oye la oculta explicacién de que la vida reside en todos los seres, tanto inorgénicos como or- gdnicos y que la evolucién es constante resulta que los antes citados 32 YOGI RAMACHARAKA experimentos muestran sencillamente que las formas de vida se transmutan y cambian y se desenvuelven, pero no que sea posible “crear” vida. Las substancias quimicas y minerales nos ofrecen diversos ejem- plos del crecimiento y desarrollo de formas muy semejantes a las vegetales, La Iamada “vegetacion mineral” segin vemos en el Grbol de Saturno? es un interesante ejemplo del citado fenémeno. El experimento se efectia colocando en un matraz de cuello ancho una solucién acidulada de acetato de plomo. Se tapa la boca del matraz con un tapén de corcho en el que se fija un alambre de cobre del que pende una harrita de cinc, de modo que penetre en el centro de la solucién. A poco se ve el alambre de cobre y la barrita de cinc cubiertas de una especie de musgo de plomo, del que salen ramitas y hojas a manera de Arbol. Con otras soluciones metilicas se pueden obtener andlogas vegetaciones. Sabido es que los cristales de la escarcha se depositén en los vidrios de las ventanas en formas de hojas, ramas y flores. El sali- tre sometido a la influencia de la luz polarizada toma una forma semejante a la de la orquidea. La naturaleza abunda en estas semejanzas. Un investigador alemdn realizé no ha mucho un notable expe- rimento con ciertas sales metalicas sometidas a la accién de una corriente galvanica. Con muchas sorpresas del experimentador, las particulas de la sal se agruparon en torno del polo negativo de la bateria en forma de un diminuto hongo con tenue tallo y el corres- pondiente sombrerete. Al principio era este hongo metélico, incolo- ro, después fué coloredndose, y la superficie externa del sombrerete tomé color rojo brillante, la interna rosa palido y el tallo color de paja claro. Con ser interesante este fenémeno todavia le aventajé en importancia en que el hongo metalico tuviese venas o tubos a lo largo del tallo, para servir de conductos a las materias adecua- das a la nutricién y crecimiento, como en el caso de los hongos vegetales, Aquellas formas metélicas tenian todas las caracteristicas de las formas inferiores de la vida vegetal. 2 Si en una solucién de plomo se introduce una barra de cinc. se pre- cipita el plomo y queda adherido a la barra de cine en forma de hojas cris- talinas y brillantes a modo de ramas de un Arbol, por lo que se Je Hama drbol de Saturno.— (N, del T.) GNANI YOGA 33 Pero la investigacién de la vida no termina en las formas del mundo mineral, tales como las conocemos. La ciencia ha dividido y subdividido las formas materiales, y si hay vida en las formas compuestas de particulas, debe haberla también en las particulas componentes. Porque la vida no puede provenir de lo que no tenga vida, y si las particulas carecieran de vida, resultaria falsa la teo- ria de la omnipresente vida. Por lo tanto, debemos mirar més alla de la forma mineral y separarla en sus partes constituyentes para examinarlas y descubrir en ellas indicios de vida. La ciencia nos ensefia que todas las formas materiales estén constituidas por diminutas particulas llamadas moléculas, o sea la menor cantidad posible de materia cohesionada, pues si la molécula se descompusiera en sus 4tomos quedaria desintegrada la materia en sus elementos componentes. Si dividimos y subdividimos una gota de agua llegaremos a un extremo llamado molécula o sea la menor particula posible de agua, pues si dividiéramos la molécula resultaria separada en los dos dtomos de hidrégeno y uno de oxi- geno, pero ya no seria agua. Las moléculas denotan atraccién reciproca, es decir, que atraen a otras moléculas de la misma clase y son atraidas por ellas, resul- tando las operaciones de esta ley de atraccién masas de materia que lo mismo pueden ser una rocosa montafia, una gota de agua o un volumen de gas. Toda masa de materia es un agregado de molé- culas mantenidas por la ley de atraccién que en este caso se llama cohesién, que no es una fuerza puramente mecanica como suele creerse, sino una manifestacién de la actividad de la Vida, cuya indole tiene cierta semejanza con el sentimiento de amor o aficién respecto de unas con otras moléculas, Cuando la energia de la vida se manifiesta en la agrupacién cristalina de las moléculas y vemos en marcha este proceso, recono- cemos claramente que “algo actia” en este proceso de construccién. Mas por admirable que todo esto pueda parecer a quienes no estén familiarizados con la idea, es todavia mds admirable la ma- nifestacién de vida en los 4tomos. El atomo es la unidad quimica que con otros atomos constituye la molécula, Por ejemplo, si to- mamos dos atomos del gas llamado hidrdgeno y uno de oxigeno y los colocamos juntos bajo la influencia de una chispa eléctrica, se combinarén formando una molécula de agua. Asi sucede con todos los atomos que continuamente estan componiendo y descomponien- 34 YOGI RAMACHARAKA do combinaciones. El matrimonio y el divorcio son caracteristicas de la vida de los atomos, Estas muestras de atraccién y repulsién de los atomos despiertan vivisimo interés en los pensadores refle- xivos, quienes en este fendmeno ven corroborar la antigua idea yoguistica de que hay vida y actividad vital en las mas diminutas particulas de materia. En efecto, los 4tomos denotan caracteristicas vitales en sus atrac- ciones y repulsiones. Por la atraccién se combinan y forman las substancias con que estamos familiarizados: pero al combinarse no pierden su individualidad ni se confunden en la substancia re- sultante de la combinacién, sino que tan sélo se combinan y per- manecen distintos. Si la combinacién se descompone por influencia del calor, la luz, la electricidad o de un reactivo quimico, cada tomo recobra su independencia hasta que por ley de afinidad for- ma nuevas combinaciones o permanece en estado libre. En muchas transmutaciones quimicas los 4tomos se divorcian de sus compafie- ros de combinacién y contraen nuevo enlace con otros més afines. Son los atomos muy volubles e inconstantes, pues siempre aban- donan una menor atraccién por otra mas intensa, Esto no es elucubracién de la actividad de los atomos en el proceso de su vital manifestacién. Dice el insigne pensador aleman Haeckel: “No puedo imaginar el mis sencillo proceso fisico-quimico sin atribuir a una sensacién inconsciente el movimiento de las parti- culas materiales. La afinidad quimica en que los diversos elemen- tos quimicos perciben diferencias en las cualidades de otros ele- mentos y experimentan placer o dolor al contacto con ellos, y se atraen o se repelen segiin el caso. *Podemos atribuir a todos los dtomos el sentimiento de placer o dolor (de gusto y disgusto) y en consecuencia atribuir la afini- dad quimica a la atraccion de los étomos que se aman y a la repul- sin de los que se odian. Las sensaciones del animal y del vegetal estén enlazadas por una serie de etapas evolutivas con las mas sencillas modalidades de sensacién que observamos en los elementos inorganicos y se re- velan en la afinidad quimica”. Por otra parte dice Naegli: GNANI YOGA 35, “Si los étomos poseen algo que se parzca a la sensacién por lejano que sea el parecido, debe ser agradable para ellos seguir sus atracciones y repulsiones, y penoso el no poder seguirlas”. Llenariamos pagina tras pagina con citas de eminentes pensa- dores en prucha de la exactitud de las antiguas ensefianzas yoguis- ticas respecto a la omnipresencia de la vida. La ciencia moderna avanza r4pidamente hacia esta conclusién con desdén de su vieja idea de la “materia muerta”. La nueva hipétesis de los electrones o cargas eléctricas que constituyen los atomos no alteran la idea de la omnipresencia de Ja. vida, pues también los electrones manifiestan atraccién y repul- sin y a ellas responden formando grupos constituyentes del 4tomo, Si trascendemos la materia y Ilegamos al mistico éter que segin la ciencia es la raiz de todas las formas materiales, también creemos que en el éter hay vida. Dice a este propésito el profesor Dolbear: “El éter tiene ademas de la funcién de energia y movimiento, otras propiedadcs inherentes que en apropiadas circunstancias podrian producir vida, mente y cuanto haya en su substratum.” ‘Ademés, el profesor Cope ha insinuado que el fundamento de la vida se halla tras el dtomo y puede encontrarse en el éter universal, Algunos investigadores cientificos van todavia més lejos y afir- man que no sélo la vida sino también la mente est4 en todos los seres y todas las cosas. Ciertamente se estén realizando los suefios de los antiguos yoguis y de las filas de los materialistas salen las pruebas de las ensefianzas espirituales. Escuchemos al doctor Sa- leeby en su obra: La evolucién, lave maestra. Dice asi: “La vida existe potencialmente en la materia. La energia vital no es algo unico y creado en tal o cual tiempo pretérito. Si la evo- lucién es verdad, la materia viviente ha de haber ido evolucionando de la materia inerte en apariencia. Pero si la vida late en la materia, mil veces més notorio es que la mente late en la vida, Por lo tanto, el evolucionista cree que hay mente en la materia. (Empleo de momento estas expresiones que someto a ulterior rectificacién). La microscépica célula, una diminuta mota de materia, que con el tiempo sera un hombre, entrafia la promesa y el germen de la mente. Por lo tanto, cabe inferir que asimismo tienen mente embrionaria el carbono, oxigeno, nitrégeno, azufre, fésforo, sodio, potasio y cloro que son los elementos quimicos constituyentes de la célula. 36 YOGI RAMACHARAKA Mas todavia; como quiera que éstos y todos los demas elementos quimicos estén constituidos por electrones, hemos de admitir que también existe la mente en los electrones... Asi se reafirma la sublime verdad primeramente percibida por Espinosa de que la mente y la materia son la trama y urdimbre de lo que después Iamé Goethe la “viviente vestidura de Dios”. Ambas son expresio- nes complementarias de la incognoscible Realidad”. La atraccién ha de ser necesariamente vital. Toda tendencia hacia una cosa y todo apartamiento de una cosa denotan vida, Todo entrafia la suficiente energia para efectuar su respectiva obra. Se- gtin va evolucionando una forma inferior hacia otra superior puede manifestar mayor energia. Segin va siendo més complicado su material organismo, mayor grado de vida es capaz de manifestar. No es que una forma tenga mas vida que otra, pues sélo hay una vida, sino que segin la etapa de evolucién de la forma es capaz de manifestar menor o mayor grado de la vida que contiene, a semejanza de la corriente eléctrica, que sin dejar de ser la misma electricidad, puede, segiin lo intensa, mover un delicado mecanismo o transmutarse en luz en una lampara eléctrica. Si a la electricidad le damos el érgano o mecanismo apropiado, se manifestara en pro- porcién de la indole del mecanismo. La misma fuerza eldstica del vapor de agua mueve la tosca maquina y la delicada locomotora. Asi ocurre con la energia vital, con la Gnica Vida, cuyas manifes- taciones serdn torpes y desmafiadas o amplias y perfectas segin el mecanismo material y mental que le sirvan de instrumento de ex- presién. Sélo hay una vida que se manifiesta en infinidad de for- mas y grados. Una sola vida subyacente en todas las cosas. Desde las superiores formas de vida hasta las de los reinos animal, vegetal y mineral vemos la vida por doquiera presente. La muerte es ilusin. Tras las visibles formas materiales pugna la vida por manifestacién y expresion. En todo subyace el Espiritu de Vida que anhela, lucha, siente y actia. La montafia y el mar, la flor y el arbol, la aurora y los soles y las estrellas son manifesta- ciones de la tnica Vida. Todo esta vivo y actia sonriente y palpi- tante, movido por la vital energia. Todo procede de la tnica Vida, y vivo esta todo cuando de la tinica Vida procede. No hay materia muerta en el universo, porque la Vida es inmortal, Todo esté vivo y en todo esta la tnica Vida. GNANI YOGA 37 El pensamiento central de esta leccién queda compendiado en las siguientes lineas: Sélo hay una vida cuyas manifestaciones abarcan todas las for- mas del universo. De la Vida sélo puede proceder vida, y la vida s6lo puede proceder de la Vida. Por lo tanto cabe inferir que estén vivas todas las manifestaciones de la unica Vida, No nos engana esta creencia, pues no sélo nos dicen las enseiianzas ocultas que todo vive, sino que también la ciencia moderna ha demostrado que la vida esté doquiera presente, atin en lo que antes se consideré materia muerta, Ahora reconoce la ciencia que hasta el dtomo tiene vida, energia y accién. Las formas cambian, pero la Vida perma- nece eterna e infinita, Es inmortal, porque es vida. — Paz. Leccién TERCERA LA VOLUNTAD CREADORA Dijimos en la primera leccién que entre los atributos que nues- tra raz6n reconoce en el Absoluto se cuenta el de la omnipresencia, © sea que el Absoluto es la fuente y origen de todo el poder que ha existido, existe y existird en el universo. No como generalmente se supone, que el poder del Absoluto sea mayor que cualquier otro poder, sino que no hay en el universo otro poder que el Absoluto; y por tanto, todas las modalidades de poder existentes en el univer- so deben ser manifestaciones de la Gnica Energia o Poder del Ab- soluto. No es posible eludir esta conclusién por sorprendente que le parezca a quien no haya reflexionado sobre ella. Si hubiese al- gin poder que no procediera del Absoluto gde donde procederia si no hay nada externo al Absoluto? Qué existe fuera del Absoluto capaz de manifestar el mas minimo grado de poder? Todo poder ha de dimanar del Absoluto y debe ser uno en naturaleza. La ciencia moderna ha reconocido esta verdad, y ya es clasico el principio de la unidad de la energia, es decir, que todas las mo- dalidades de energia son transmutaciones de una sola y tinica ener- gia. De esto se infiere el principio de la transmutacién y conser- vacion de la energa. La ciencia ensefia que todas las manifestaciones de energia, desde la atraccién universal o gravitacién hasta la su- perior modalidad de energia mental son modalidades de la anica energia del universo. La ciencia ignora la naturaleza de la energia. Ha forjado varias 40 YOGI RAMACHARAKA hipétesis sin concretar ninguna en ley. Habla de la infinita y eterna energia de que todas las cosas proceden, pero dice que ¢s incog- noscible su naturaleza. Pero algunos pensadores de los que se ade- lantan a su tiempo, han virado en redondo hacia las ensefianzas de los ocultistas e insinéan que ha de haber algo mas que una me- canica energia, y denominan mente a este supuesto algo. Guillermo Max Wundt, el filésofo alemén fundador de la es- cuela llamada voluntarismo, considera la voluntad como la fuerza motora de la energia. Otro filésofo aleman, Cristian Augusto Crusius, decia en 1744: “La voluntad es la fuerza dominante del mundo”. Schopenhauer fund6 su fascinadora, pero melancélica filosofia, en una modalidad de energia a que llamé la voluntad de vivir, y la consideraba como la Cosa en Si o el Absoluto, EI novelista Balzac opinaba que algo semejante a la voluntad es la fuerza motora del universo. Bulwer Litton expuso la misma idea en algunas novelas. Muchos pensadores han mantenido con diferentes nombres y estilos la idea de una activa Voluntad Creadora operante en el uni- verso, que construye, destruye, reconstruye, repara, muda y cambia, siempre activa y operante. Algunos, entre ellos Schopenhauer, han considerado la Voluntad como la Causa primera del universo. Otros han visto en la Voluntad un principio activo emanado del Absoluto y operante de conformidad con las leyes dictadas por él mismo, En varias formas de expresién se repite esta idea en toda la historia del pensamiento filosdfico. Cudsworth, el filésofo inglés, expuso la idea de la “Naturaleza plastica”, tan parecida al concepto yo- guistico de la Voluntad Creadora, que bien merece cita el siguiente pasaje de dicho filésofo: “No resulta muy conforme con la razn, que la Naturaleza, co- mo distinta de la Divinidad, se haya de desdefiar o tener en nada, y que Dios haga todas las cosas instantanea y milagrosamente, de donde se seguiria que las hace de un modo forzado y violento o si no artificiosamente, sin que ninguna tenga un peculiar principio interno. "Esta opinién esta refutada por el gradual proceso de la gene- racién de los seres, que pareceria un vano y ocioso aparato o una baladi formalidad si la fuerza motora fuese omnipotente, asi como también la refutan los errores y chapucerias que se cometen don- GNANI YOGA 41 de la materia es inepta y contumaz, lo cual arguye que la fuerza motora no es irresistible, y que la Naturaleza, como el arte humano, no es enteramente incapaz de que a veces quede frustrada por la mala disposicién de la materia. Por lo tanto, si una fuerza omnipo- tente pudiera efectuar su obra en un momento, habria de efectuar- la infalible e irresistiblemente, sin que Ja ineptitud o terquedad de la materia pudiera estorbarla ni hacerla fracasar en cosa alguna. “Asi vemos que como nada puede originarse fortuitamente ni por el espontdneo mecanismo de la materia, ni cabe pensar juicio- samente que Dios haga las cosas en un instante y por milagro, se ha de llegar a Ja conclusién de que Dios dispone por subordinado instrumento de una Naturaleza plastica que realiza laboriosamente aquella parte de su providencia que consiste en ordenar y regular el movimiento de la materia; pero ademas de esta providencia ha de haber algo que no conocemos y que la preside y dirige, enmen- dando a menudo sus deficiencias, puesto que la Naturaleza plastica no puede actuar electivamente y con discrecién. La filosofia yoguistica ensefia la existencia de una universal Voluntad Creadora emanada del Absoluto y henchida del poder del Absoluto, que actéia con sujecién a establecidas leyes naturales y efectiia la activa obra de la creacién en el mundo, andloga a la que Cudsworth atribuye a la Naturaleza plastica. La voluntad Creadora no es la Voluntad de vivir de Schopen- hauer, ni la Cosa en Si ni un vehiculo o instrumento del Absoluto, sino una emanacién de la mente del Absoluto, una manifestacién activa de su Voluntad, un producto mental més bien que fisico, y por tanto saturado de la energia vital del Absoluto. La Voluntad Creadora no es una fuerza ciega y mecanica. Sélo cabe explicarla refiriéndola a las manifestaciones de la humana voluntad. El hombre quiere mover un brazo y lo mueve. La fuerza aparente es mecdnica, pero su esencia es la voluntad, Todas las modalidades de energia, todas las causas de movimiento, todas las fuerzas son fases de la accién de la Voluntad del Absoluto, de la Voluntad Creadora, que con sujecién a las naturales leyes por él establecidas, continuamente estén en accién. No significa esto que cada menuda accién sea efecto de un pensamiento del Absoluto en aquel instante ni que su Voluntad actie en obediencia a dicho pensamiento, Por el contrario, damos a entender que el Absoluto 42 YOGI RAMACHARAKA manifiesta plenamente y en conjunto su Voluntad y establece leyes limitadoras de esta Voluntad, cuya accién se subordina a las esta- blecidas leyes, a que Hamamos leyes y fuerzas naturales. Ademés se cree que el Absoluto manifiesta su Voluntad en especiales ocasio- nes y permite que de ellas se sirvan las voluntades individuales de los Egos con sujecién a las leyes generales del plan del Absoluto. Pero la Voluntad no sélo se manifiesta en las fuerzas mecani- cas de cohesién, afinidad quimica, electricidad, gravitacién, etc., sino que esta operante en todas las formas de vida, en todo ser animado. Esta doquiera presente. Tras todas las modalidades de movimiento y accién hallamos una causa motora, generalmente una presién, como sucede en las fuerzas mecanicas y en todas las mo- dalidades de energia vital. Esta presién que se observa en toda actividad vital es la Voluntad Creadora, la Voluntad del Absoluto que devuelve el magno plan de evolucion. En todas las formas de vida se nota la presencia de una energia creadora que construye, destruye, moldea, repara, dirige y esté siempre activa en sus esfuerzos para crear y conservar la vida. A esta visible energia creadora la llama Voluntad Creadora la filo- sofia yoguistica, y es el impelente anhelante, desenvolviente y pro- gresivo esfuerzo evolucionario, que toda mente reflexiva ve en ope- racién en todas las formas de vida y en la Naturaleza toda. Desde las infimas a las superiores formas de vida se echa de ver en accién el enérgico esfuerzo impelente que crea, nutre, conserva y perfec- ciona las formas. La Voluntad Creadora es aquel Algo que reco- nocemos en la obra de las fuerzas naturales que presiden el creci- miento de los vegetales y las funciones de la vida animal. Si consideramos la idea expresada por la palabra NATURALEZA, for- maremos claro concepto de esta Voluntad Creadora o sea la accién de Ja Naturaleza en el brote de la semilla, el crecimiento de la planta, el desarrollo, retorcido y prolongado de los zarcillos, la fecundacién de las flores, etc. Quien haya observado el desenvolvi- miento de las formas de vida habra visto la Voluntad Creadora en accién. Llamamos a esta energia Voluntad Creadora porque es la ob- jetiva manifestacién de la creadora energia del Absoluto, su visible Voluntad manifestada en la vida fisica. Su accién es tan efectiva como la de la voluntad del hombre que mueve el brazo. No es ca- sualidad ni ley mecdnica, Es vida activa en operacién. GNANI YOGA 43 La voluntad Creadora no sélo es la causante de los movimientos de la vida de relacién sino también de los lamados subconscientes o independientes de la voluntad individual. Asi es la causa del cre- cimiento de las formas y preside las funciones de nutricién, y el desenvolvimiento de los érganos funcionales. La voluntad Creadora propende a la externa expresién, a la objetivacion de la Vida. Se le puede dar el nombre de universal energia de vida; pero quienes la conocen saben que es una activa y viviente Voluntad en plena operacién y poder que impele hacia adelante la manifestacién de la vida objetiva. La Voluntad Creadora parcce estar poseida de un intenso deseo de manifestarse. Anhela dar nacimiento a formas de actividad. El deseo existe y subsiste en todas sus formas de manifestacién. El siempre presente deseo de la Voluntad Creadora es causa de que a las formas inferiores sucedan otras superiores y de que vayan evo- lucionando, como si la Voluntad Creadora exhortara a sus mani- festaciones a que marcharan siempre adelante y hacia lo alto. En la clasica epopeya indica Mahabaratta, Brahma crea a la mas hermosa mujer en el mundo conocida, le da el nombre de Ti- llotama y la va presentando a los dioses para ser testigo de su ma- ravillosa admiracién. Tan intenso fué el deseo que Shiva tuvo de contemplar a la hermosa mujer, que le fué formado sucesivamente cuatro caras, segiin ella iba dando vuelta a la asamblea de los dioses, Pero el deseo de Indra fué tan extremadamente vivo, que todo su cuerpo se cubrié de ojos. Este mito ejemplariza los efectos del deseo y la voluntad en las formas de vida, y corrobora el aforismo biolé- gico de que la funcién crea el érgano. y la funcién deriva del deseo y de la necesidad, como el largo cuello de la jirafa la capacita para alcanzar el follaje de los altos arboles de su pais nativo, Lo mismo cabe aplicar al estirado cuello y largas patas del martin pescador, la cigiiefia, el ibis, la grulla, etc. La Voluntad Creadora siente el deseo de crear soles y los crea. Deseé formar planetas que girasen alrededor de los soles y los puso cn existencia de conformidad con la ley. Deseo formar vegetales y aparecieron las plantas desde el musgo al roble. Después vino la vida animal desde la ménera al hombre. Algunos animales cedie- ron al deseo de volar y poco a poco les fueron naciendo alas, y los lamamos aves. Otros animales sintieron el deseo de arrastrarse por el suelo y aparecieron los reptiles. Deseé la Voluntad Creadora un 4a YOGI RAMACHARAKA ser pensante, y aparecié el hombre con su poderoso cerebro. La evolucién es algo més que la seleccién natural y la supervivencia del més apto. Aunque se valga de estas leyes como de instrumentos, existe tras ellas el estimulo, el incentivo, el insistente impulso de la siempre activa Voluntad Creadora. Lamarck estuvo mas cerca de la verdad que Darwin cuando dijo que el deseo precedia a la funcién y al érgano. El deseo necesité concretarse en accién y la accién necesité un érgano por instrumento, y aparecié el organo por la accion de la Voluntad Creadora, que actia como una fuerza viva, aunque en cierto sentido no obra inteligentemente, sino que mds bien mani- fiesta la instintiva cualidad de la mente humana, pues la Voluntad Creadora actia en el plano del instinto. La evolucién nos muestra que la vida impele sin cesar hacia mas altas formas de expresién. El impulso es constante en sentido progresivo y ascendente. Cierto es que algunas especies han des- aparecido por haber terminado su misién en el mundo, pero han aparecido otras més en armonia con el ambiente y las necesidades de su época. Decaen las razas humanas, pero otras las suceden y Hegan a su culminacién en més altas cumbres que las razas precedentes. La voluntad Creadora es algo diferente de la razén o el intelec- to, aunque en el intelecto subyace. En las formas inferiores de vida de mente embrionaria, la Voluntad Creadora est en activa opera- cién y se manifiesta en instinto y automatica actividad, sin que de- penda del cerebro para manifestarse (pues las formas inferiores de vida carecen de cerebro) sino que actiia en todas las partes de la forma corporal del ser viviente. Si observamos la actividad vital de las formas inferiores halla- remos en los reinos animal y vegetal abundantisimas pruebas de que la Voluntad Creadora no necesita cerebro para actuar. El tes- timonio de los investigadores evolucionistas demuestra que el prin- cipio vital estuvo en activa operacién en los vegetales y en las for- mas inferiores del reino animal millares de afos antes de que se formase el cerebro érgano del pensamiento. Haechel nos dice que durante mas de la mitad del enorme tiempo transcurrido desde que la vida aparecié en nuestro planeta, no hubo animal ninguno lo bas- tante evolucionado para tener cerebro, puesto que este érgano se formé por virtud de la ley del deseo y la necesidad, de acuerdo con GNANI YOGA 45, el magno plan de evolucién, pero no era necesario ni tampoco lo es ahora para Hevar adelante la maravillosa obra de la creacién y conservacién de las formas vivientes. El lactante y el idiota no son capaces de pensar inteligentemente, y sin embargo su vida fisiolé- gica funciona ordenadamente con arreglo a la ley, sin necesidad de Srgano del pensamiento. Lo mismo ocurre en las funciones fisiolé- gicas de los vegetales y de los animales inferiores. Lo que Hamamos instinto equivale a la manifestacién de la Vo- luntad Creadora dimanante del Absoluto. Aun en una forma de vida tan infima como la ménera vemos la Voluntad Creadora en accién. La ménera es un diminuto punto de plasma gelatinoso, sin érgano alguno y, sin embargo, efectia funciones de nutricién, reproduccién y relacién andlogas a las de los organismos de més complicada estructura. La ménera es incapaz de pensar, y su funcionamiento fisiolégico estd determi- nado por la accién de la Voluntad Creadora, cuyo instintivo impul- so se observa por doquiera en manifestaciones sucesivamente supe. riores segiin va complicandose el organismo de las formas. Los bidlogos Haman “apetencia” al instintivo movimiento que inclina al viviente organismo a realizar ciertos actos y a desear y buscar lo que satisface sus necesidades, Pero zqué es dicha incli- nacién? No puede ser un esfuerzo de la razon porque las formas inferiores de vida no tienen nada con que razonar, y es imposible suponer que la inclinacién o tendencia sea “deliberada” sin admitir al propio tiempo alguna facultad razonadora. ;Dénde sino en la misma forma podria residir esta facultad? Al considerar que la Voluntad Creadora actia en todas las formas de vida desde la mé- nera al hombre, reconocemos desde luego el origen de la energia y la actividad. Es la manifestacién del principio de Vida, de la Creadora Voluntad. Acaso podamos formarnos mejor idea de la Voluntad Creadora si nos referimos a sus externas y visibles formas de actividad, pues aunque no veamos la Voluntad ni sus impulsos, vemos sus efectos en las formas de vida. Asi como no podemos ver claramente a una persona que est4 tras una cortina, pero podemos observar sus mo- vimientos de presién contra la cortina, asi también podemos ver los impulsos de la Voluntad Creadora en las formas de vida. Hace afios se representé en un teatro de los Estados Unidos un drama, una de cuyas escenas representaba la mansion de los espi- 46 YOGI RAMACHARAKA ritus de los muertos, segin la creencia japonesa, Los espectadores no podian ver a los cémicos que desempefaban el papel de espiri- tus, pero si notaban sus movimientos tras una cortina de seda ex- tendida de uno a otro extremo del escenario, de modo que parecian sombras. La ilusién era completa y el efecto escénico sorprendente, hasta el punto de parecerle al espectador que veia seres incorpéreos. Cosa parecida ocurre al observar la actuacién de la Voluntad Crea- dora, como si la viéramos noverse tras la cortina de la forma de vida manifestada. La podemos ver impeliendo, excitando, destru- yendo, separando, reproducicndo, transmutando y siempre activa, en continuo movimiento, en lucha y esfuerzo incesante, en respues- ta al ansioso anhelo de su interno. desco. Atisbamos algunos movimientos de la Voluntad Creadora tras la cortina de la forma. Tratamos ya en la anterior leccién de la formacién de cristales y podemos pasar a la vida de la planta; pero antes conviene obser- var la accién de la Voluntad Creadora en las formas cristalinas. Una reciente obra cientifica relata los experimentos de un investi- gador que ha observado atentamente la formacién de cristales de substancias orgdnicas, en vez de tomar formas simétricas, como suclen tenerlas los cristales, son enancionmérficos, esto es, opucstos uno a otro en derecha e izquierda como las botas y los guantes de la indumentaria humana, y siempre se encuentran a pares. {No se ve aqui la Voluntad Creadora tras la cortina de la forma? Observémosla ahora en la vida de la planta, y pasando répida- mente sobre las admirables pruebas que nos ofrece la fecundacién de las flores por el polen que de lejos traen los insectos, con la sorprendente particularidad de que la planta acomoda la configura- cién de sus flores al acceso del insecto, detengamonos a considerar cémo estd prevista la distribucién de las semillas. Las de los Arboles y arbustos frutales tienen una cubierta de sabor dulce, y se las co- men los animales que después al evacuar las distribuyen por otros suclos, Otras semillas tienen una dura cubierta que las protege de las escarchas invernales, pero que las lluvias de primavera pudren, de modo que la semilla puede germinar. Otras semillas estan cu- biertas de una.materia avellonada, de suerte que el viento las trans- porta a un suelo donde tengan mayor probabilidad de germinar con més holgura, Hay arboles cuyo fruto tiene un dispositive a manera de disparadero con el que lanzan la semilla a una distancia de algunos metros, Otras plantas tienen las semillas cubiertas de GNANI YOGA 47 una especie de cerdas pegajosas, con que se adhieren a la lana de las ovejas y carneros, quienes las llevan lejos de la planta madre, y asi se diseminan las especies. Algunas plantas muestran admira- bles dispositivos para el esparcimiento de las semillas por nuevos suelos donde encuentren mejores condiciones para medrar, y dichos dispositivos denotan algo muy parecido a lo que se Iamaria ingenio- sidad si fuesen obra de una mente razonadora. Las semillas del vallico estén provistas de una especie de cerdas terminadas en gan- cho con que se aferran a cualquicra cosa aspera que se roce con ellas, y asi se diseminan por lejanos lugares, Las del cardo tienen una especie de alitas muy tenues que el viento impele y las trans- porta a otros campos. También hay semillas cuya configuracion les permite rodar y saltar por el terreno hasta largas distancias. Las semillas de meple tienen una especie de hélice propulsora, que cuando el viento sacude el arbol y se sueltan las semillas, giran por el aire como un vértice hasta cien o mas metros de distancia. Otras scmillas estan provistas de aparatos flotantes que las ca- pacitan para scguir las corrientes de agua por espacio de muchos kilémetros, y algunas no sélo flotan sino que nadan merced a unos filamentos semejantes a hilo de arafia que parecen piernas y las Ievan a un nuevo suelo donde arraigan. Un autor dice de estas semillas que “tan vitales parecen sus movimientos que es casi im- posible creer al verlas marchar sobre las aguas, que sean semillas y no insectos”. Las hojas de la sensitiva se doblan y atrapan al insecto que en ellas se posa, y la planta advierte la presencia del intruso por medio de los pelos sumamente sensitivos de la hoja. Otro autor describe como sigue una planta sumamente curiosa: “En las costas del lago de Nicaragua medra una rara planta llamada por los indigenas Nariz del Diablo, que descubrié el natu- ralista Dunstan hace ya mucho tiempo, al explorar las orillas del lago. Atraido Dunstan por los horrorosos ladridos de su perro, en- contré al animal preso entre unas bandas negras y viscosas que le oprimian la piel hasta hacerle saltar sangre. Dichas bandas eran las ramas de una planta carnivora hasta entonces desconocida de los naturalistas que bien podia denominarse el “octopus terrestre”. Tiene esta planta las ramas flexibles, negras, lustrosas y sin hojas, y secretan un flitido viscoso”. Hay flores que se pliegan al tocarlas, El dondiego de dia, cierra 48 YOGI RAMACHARAKA la corola de sus flores al ponerse el sol. Otra planta, una variedad de orquidea, tiene una especie de tallo o tubo largo y plano, de unos tres milimetros de espesor, con un orificio en el extremo y una serie de finisimos tubos en el punto de unién con el cuerpo de la planta. Ordinariamente permanece este tubo enroscado en espiral; pero cuando la planta necesita agua, endereza lentamente el tubo y lo sumerge en el agua que chupa hasta Ienarlo y después con un movimiento circular la vierte sobre el cuello del tallo de modo que la reciban las raices, Repite esta operacién hasta que la planta que- da saciada de agua. Si este liquido no esta precisamente debajo de Ja planta, el tubo se va moviendo de un lado para otro hasta que la encuentra a manera de la trompa de un elefante. Si se toca el tubo mientras chupa el agua o la anda buscando, denota exquisita sen- sibilidad y al punto se enrosca, Conviene advertir que esta planta es parasita y medra sobre los troncos de los arboles costeros de los lagos, estanques y pantanos. Ahora bien; cual es la causa de su vital accién? La planta carece de cerebro y no puede haber razo- nado deliberadamente sobre el proceso que realiza. No posee érga- no alguno con que pensar tan alto, Es la Voluntad Creadora que de varios modos se mueve y actiia tras la cortina. El naturalista francés Duhamel planté habichuelas en un rolle- te, y al brotar la planta de conformidad con las leyes generales de la germinacién movié el rollete haciéndolo rodar un trecho de cinco centimetros. Al dia siguiente lo hizo rodar un poco mas y asi sucesivamente los demas dias hasta que pasado algan tiempo, al sacar Duhamel las plantitas del cilindro, observé que tanto los tallos como las raices tenian forma espiral, a causa de que a pesar del rodamiento del rollete, las raices mantuvieron constantemente su tendencia hacia el suelo, y los tallos hacia la atmdsfera. ;Cémo sabia la planta qué direccién debian tomar respectivamente los tallos y las raices? Qué fuerza la movia? La Voluntad Creadora que actuaba tras el velo. Las patatas almacenadas en Idbregas cuevas alargan sus grillos hasta seis y nueve metros en busca de la luz. También hay plantas que alargan considerablemente sus raices en busca de agua. Saben los vegetales dénde estén la luz y el agua y se esfuerzan por alcan- zarlas. Los zarcillos de las trepadoras saben dénde esta la cuerda o pértiga dispuesta por el agricultor y hacia ella van para agarrarse. Si se les desprende, al siguiente dia sc les ve de nuevo agarrados, GNANI YOGA 49 Si se muda de sitio la cuerda o la percha, la trepadora se mudaré también tras ella. Las plantas insectivoras saben distinguir entre las materias nitrogenadas y las que no lo son, de modo que apro- vechan las primeras y desechan las otras. Saben que el queso tiene las mismas propiedades nutritivas que un insecto y se lo comen a pesar de la diferencia de aspecto y sabor. Multitud de casos podrian citarse en prueba testifical de la actuacién de la Voluntad Creadora en la vida de las plantas. Mas por admirables que sean estos ejemplos, basta el crecimiento de la planta para mostrar con igual admiracién las operaciones de la Creadora Voluntad. Consideramos la diminuta semilla que germina y absorbe el alimento del suelo, del agua, del aire y de la luz, y brota, arraiga, entallece, ahija y medra hasta devenir corpulento Arbol con tronco, ramas, hojas, flores y frutos, Reflexionemos sobre este prodigio natural para percatarnos de la formidable energia de la Voluntad Creadora que lo opera. La creciente planta denota sobrada energia para hendir la pie- dra que intercepta su brotacién, asi como las losas del pavimento de las aceras de los parques. Refiere un periddico inglés que cuatro enormes hongos levantaron una pesada losa del pavimento de una calle, lo cual denota formidable energia. Esta facultad de actuali- zar energia es muy propia de la Voluntad Creadora, porque en ri- gor el crecimiento de los organismos y todo cambio fisico resulta del movimiento causado a su vez por la fuerza de la Creadora Voluntad. Por doquiera notamos la presién y constante impulso de la fuerza viva tras todas las formas tanto orgdénicas como inorganicas, en manifestacién de la energia de la Voluntad Creadora, manifes- tacién a su vez del Absoluto. La energia de la Voluntad Creadora no sélo se manifiesta en el crecimiento y ordinarios movimientos de la materia, sino también de varios modos que todavia son un misterio aun para la ciencia moderna. ¢Cémo algunas aves vuelan contra el viento sin visible movimiento de sus alas? ;Cémo el buharro flota y vuela sin aleteo? En qué consiste que algunos animales microscépicos se muevan sin érganos de locomocién? Refiere el naturalista Benet que los policistidos se mueven por deslizamiento a derecha e izquierda, hacia adelante y hacia atras y a los lados, parandose y apresurando © acortando la marcha segiin quieren. No tienen drganos de loco- 50 YOGI RAMACHARAKA mocién ni se ve que su cuerpo haga movimiento alguno excepto el de resbalacion. ;Cémo es eso? Pasando a superiores formas del reino animal gpor qué proceso se convierte en polluelo el fecundado huevo de las aves? ;Qué fuerza entrafia el germen del huevo? Puede el germen pensar, proyectar, moverse y transmutarse en polluelo? ;O es que también alli actia la Voluntad Creadora? Lo mismo cabe decir de todas las formas de la vida animal, pues todas proceden de un germen. 4Cémo y por qué? No cabe duda de que el germen entrafia la energia mental de la Voluntad Creadora que se manifiesta en accién. Dice Huxley sobre el particular: “El observador de la Naturaleza se extrafia mas de lo que se admira al familiarizarse con las obras naturales; pero de todos los perennes milagros que la Naturaleza ofrece a, su observacién, qui- zas el mas pasmoso es el desenvolvimiento de la planta o del animal desde su embrién. El] huevo recién puesto de una salamandra es un. diminuto esferoide en el que el mas potente microscopio no descubre mas que un saco homogéneo que contiene un liquido pegajoso con gra- nulos en suspensién, Pero muy extrafias posibilidades entrafia el diminuto esferoide. Si se somete su liquida cuna a un calor moda- rado, cambia tan répidamente la plastica materia como si tuviera propésito definido, y sélo pueden compararse los cambios a los que determina el habil escultor en pedazo de barro. Como con in- visible lana ge divide y subdivide la masa en porciones cada vez menores hasta reducirse a un agregado de granulos no demasiado grande para _construir la vital fabrica del naciente organismo. Des- pués parece como si un habilisimo dedo trazara la linea de la co- lumna vertebral, moldeara el, contorno del cuerpo, con la cabeza en un extremo, la cola en el otro, y plasmara los miembros en tan acertada proporcién y tan artisticamente, que contemplando hora tras hora el proceso, no puede uno menos de pensar que un auxilio de la visién més poderosa que la lente del micoscopio descubriria al oculto artista con su plan ante él, esforzindose habilmente en perfeccionar su obra. “Segin adelanta la vida del anfibio y hiende las aguas, ame- drentado a los insectos, no sélo se asimila las particulas nutritivas de su .presa de modo que determinan el crecimiento de su cuerpo GNANI YOGA 51 y cada una de ellas va a su correspondiente lugar en la misma pro- porcién que el resto, y reproduce la forma, el color y tamaiio ca- racteristico de la especie, sino que la misma tendencia gobernante rige la admirable. facultad que de reproducir los miembros ampu- tados poseen estos animales. Si se les amputan las patas, la cola las mandibulas separadamente o en conjunto, no sdlo vuelven a crecer estos miembros amputados, sino que crecen con la misma forma y tamafio que los perdidos, segin demostré hace ya muchos afios Spallanzani. Los nuevos miembros son de salamandra y nunca ni por accidente son de rana”. En este pasaje de Huxley se puede ver la efectiva operacién de la Voluntad Creadora que se mueve tras el velo, y muy tenue por cierto en este caso. La admirable actuacién de la Voluntad Creadora es incesante en todo nuestro derredor. A cada momento se realiza un milagro, pero son tan comunes que los desdefiamos, gActia Ja Voluntad Creadora en el cuerpo humano? Segura- mente que sf. ZQuién lo va construyendo desde la simple célula hasta el completo crecimiento? ;Acaso es el mismo hombre con su intelecto? ;No se forma sin que el individuo sea consciente de ello? Unicamente cuando por violacién de las leyes de la vida fi- siolgica sufre el hombre algin tratorno, sabe algo de sus érganos internos. Sin embargo, el estémago, el higado, el corazén y demas érganos han ido funcionando constantemente dia y noche constru- yendo, reparando y haciendo crecer el cuerpo hasta la madurez de crecimiento y manteniéndolo en robusta salud. ¢Interviene en este proceso la razén o la voluntad del hombre? No, Es obra de la Vo- luntad Creadora del universo, la manifestacién del poder del Abso- luto que actiia en el hombre. y por medio del hombre. Es la tnica vida que en el hombre se manifiesta por medio de la Creadora Vo- luntad que ademis est en todo cuanto nos rodea. La energia men- tal del hombre es la Voluntad Creadora dirigida por nuestra mente individual, y en esto se funda el misterio de la fuerza del pensa- miento, de los fendmenos psiquicos y de la terapéutica mental. La Voluntad Creadora del universo en todas sus fases, desde la elec- tricidad hasta la energia mental esté siempre a disposicién del hombre dentro de ciertos limites y sujeta a la ley que la rige. Todo el.que conozca la ley de una fuerza podra usar de. esta fuerza, y de todas las fuerzas cuya ley se conozca sera posible usar 0 abusar. Cuanto mas cercano esté el hombre en comprensién y concien- 52 YOGI RAMACHARAKA cia a la nica Vida y Poder, tanto mayor sera su poder, porque se acercaré a la Fuente de la Omnipotencia. Esperamos en estas lec- ciones mostrar la posibilidad de colocarse en mayor cercania de la Unica Vida de la que los seres vivientes son formas y canales de expresién por obra y virtud de la Creadora Voluntad. Creemos haber convencido al lector de la Unidad del Todo, de que todos somos partes de una omniabarcante Unidad cuyos lati- dos se notan aun en la circunferencia del circulo de la Vida: en el hombre, en la ménera, en el cristal y en el Atomo. Preciso es sentir la intima esencia de la Creadora Voluntad que est4 en nuestro in- terior, y reconocer nuestra esencial identidad con todas las demas formas de vida. Preciso es reconocer, como dice un autor, que “todos los seres vivientes son hombres en potencia y formacién y que los hombres somos parte del Todo”. Ante la mirada del alma despierta se extienden perspectivas de futuro desenvolvimiento tan esplendoroso que la mente no es capaz de abarcar el admirable espectaculo, PENSAMIENTO CENTRAL No hay mas que un solo Poder en el universo, una sola energia, una fuerza, manifestacién de la Unica Vida. No hay mas que un Poder, porque tnicamente del Absoluto puede dimanar el Poder. No cabe otra manifestacién de Poder que la del Poder dimanante del Absoluto, porque no puede existir otro Poder. Vemos el Poder del Absoluto manifestado en las leyes y fuerzas de la Naturaleza, y a esta manifestacién le llamamos Voluntad Creadora que impulsa y excita internamente todas las formas de vida. En el atomo y en la molécula, en la célula y en Ja planta, en la ménera, en el pez, el reptil, el ave, el cuadriipedo, y en el hombre, actéa constantemen- te la Voluntad creadora que preside las funciones de la vida, Po- demos Iamarla instinto o Naturaleza, pero es la Voluntad_Crea- dora en accién que esta presente en toda fuerza y energia tanto fisica como psiquica. Toda fuerza que utiliza el hombre consciente o inconsciente dimana del inico manantial de Poder. Si acertara- mos a ver claramente sabriamos que tenemos a nuestra disposicién todas las fuerzas del universo en espera de que las utilicemos inte- ligentemente bajo la direccién de la Voluntad del Absoluto. Nada GNANI YOGA 53 hemos de temer ni nada ha de espantarnos porque somos manifes- taciones de la Unica Vida de que todo Poder dimana, y nuestro verdadero ser se sobrepone a los efectos porque es parte de la Causa. Pero en todas las modalidades de existencia, materia y ener- gia esta el Absoluto siempre tranquilo, pacifico y contento. En quien asi lo conoce se manifiesta el espiritu de absoluta verdad, fe y confianza en la ultérrima bondad y justicia de la Unica realidad. —Paz. LA UNIDAD DE LA VIDA Leccién Cuarta Vamos a tratar de algunas verdades fundamentales; pero antes conviene tener presente la capital verdad de que cuantas manifes- taciones de vida vemos en el universo proceden de la Unica Vida emanada del Absoluto. En términos generales cabe decir que la emanacién del Abso- luto aparece en la Unica Vida universal de la que todas las vidas aparentemente separadas son centros de conciencia en realidad conectados por un misterioso lazo de unidad. Si no se mantiene fija esta idea en la mente, sera muy dificil comprender las supe- riores verdades de la filosofia yoguistica, pues la unidad de la vida en todas sus manifestaciones es una de las fundamentales verdades ' de la filosofia yoguistica, sin cuya completa comprensién no es posible seguir adelante en el estudio de esta filosoffa. La compren- sién de esta verdad no se contrae en el entendimiento, porque esta facultad 0 potencia del alma percibe que las formas de vida estan separadas y que son distintas unas de otras sin advertir el lazo de unién en tan miltiple diversidad. Pero la intuicién nos dice que a pesar de la ilusoria diversidad ha de haber una subyacente uni- dad, y quien reflexione'y medite sobre esta idea, no slo comprende- ra sino que sentiré la verdad de que él mismo no es mas que un centro de conciencia en el infinito Océano de Vida, y que tanto él como los demas centros de conciencia y vida estan enlazados por innumerables filamentos mentales y espirituales procedentes del 56 YOGI RAMACHARAKA Absoluto. Se convencera de que la ilusién de separatividad es “una ficticia maniobra del universo” como un autor la ha calificado acertadamente, y que Todo es Uno. Quizés alguien diga que tardamos demasiado en exponer las capitales verdades de nuestra filosofia; pero como nosotros hemos recorrido el sendero y no conocemos sus trechos pedregosos y sus asperas revueltas, estamos firmemente convencidos de que la ver- dad se ha de ensefiar paulatinamente, grado por grado, con toda seguridad y por el camino recto, en vez de buscar atajos por entre despefiaderos y precipicios. Debemos insistir en exponer la verdad segin nuestro propio método, cuya bondad esta corroborada por la experiencia, No dudamos de que el estudiante acabara por reco- nocer las ventajas de nuestro plan didactico, y nos agradecer el haberle ido acercando paso a paso a la admirable y estupenda ver- dad que nos aguarda. Por este gradual procedimiento, la mente se va familiarizando con Ja indole del pensamiento filoséfico y los principios subyacentes, a la par que arranca las costras mentales, un tiempo iatiles, pero molestas por lo mucho que pesan sobre la mente al llegar a las etapas superiores del Sendero de Perfeccién. Por lo tanto, vamos a considerar algunas ulteriores ensefianzas re- ferentes a la unidad de la Vida. Todas las escuelas filoséficas de Oriente y las mas preclaras mentalidades de Occidente coinciden en el concepto de la unidad de la Vida. Los pensadores occidentales y algunos filésofos orien- tales Hegaron a esta conclusién por medio del raciocinio, intensi- ficado y estimulado por la concentracién y medicién que actualizan las potencias de la mente espiritual cuya accién se transfiere al intelecto y lo capacita para comprender las verdades superiores y especular sobre ellas. Pero los Maestros orientales disponen ae otras fuentes de informacién de las que también obtienen el mismo conocimiento de la unidad de la Vida. Las otras fuentes de infor- macién a que aludimos son las del conocimiento comunicado por los seres que moran en planos de vida superiores al nuestro, y cu- yas evolucionadas facultades espirituales los capacitan para ver con toda claridad lo que es para nosotros densamente tenebroso. Y estos seres superiores también-afirman da unidad de la Vida, la existencia de una maravillosa Vida Universal que abarca todas las formas de vida que conocemos y otras atin desconocidas de la vul- gar humanidad, como centros de conciencia en el infinito Océano GNANI YOGA 57 de Vida. La respuesta es siempre la misma por muy alta que esté la fuente de informacién: “Toda Vida es una”. La unidad de la Vida abarca seres tan superiores al hombre como el hombre es su- perior a los citoides del fondo del Océano. Son seres que a nos- otros nos parecerian arcdngeles o dioses, y nos dicen que atin hay superiores a ellos seres muchos més esplendentes y otros todavia mas hasta el Infinito. Sin embargo, todos son centros de existencia en el seno de la Vida universal, emanada del Absoluto. La mente humana retrocede empavorecida ante tales maravi- Has; y no obstante, hay quienes osan hablar autoritariamente de los atributos y cualidades de Dios como si fuese un archisuperhom- bre, Verdaderamente como dice el poeta, los locos se meten donde temen entrar los angeles. ‘A quienes Jean nuestra siguiente leccién y se asimilen el subli- me concepto que del Absoluto tienen los yoguis, les horrorizaré la presuncién de los que suponen “cualidades” y “atributos” en el Absoluto como si se tratara de la cosa mas insignificante en este su emanado universo. Sin embargo, aun estos nifos espirituales se portan bien, pues al menos piensan, y cuando el hombre piensa y pregunta, empieza a progresar. No hacemos este reparto contra las inmaduras ideas de estos principales, sino contra la tendencia a exponer sus mezquinos conceptos como si fuesen la verdad abso- luta, e imponerla a las gentes que califican de “pobres e ignorantes paganos”. Hemos de permitir que cada cual piense segiin las luces de su entendimiento, pero le hemos de ayudar de modo que compatta con nosotros el mejor conocimiento que poseamos, sin forzarle a que lo acepte como absoluta e infalible verdad so pena de eterna condenacién. Quiénes séis que os atrevéis a hablar de condena- cién y castigo, cuando todavia huelen vuestras ropas a humo del infierno del materialismo? Cuando echéis de ver que el mejor de vosotros es un nifio espiritual os avergonzaréis de lo que ahora decis. Manteneos firmes en lo mejor que conozcais; sed generosos con quienes deseen compartir vuestros conocimientos, pero comu- nicddselos sin vejamen ni alardes de superioridad, porque vuestros doctrinos de hoy pueden ser mafiana vuestros instructores, pues muchas sorpresas de esta clase ofrece el Sendero de Perfeccién. Sed valerosos y confiados; mas si acaso sentis prurito de vanidad por algin nuevo punto de conocimiento adquirido, humillaos como 58 YOGI RAMACHARAKA nifios espirituales que todos somos y orad a Dios diciendo: “;Se- fior! ten miséricordia de mi, que soy un necio”. Esta deprecacién conviene por igual a estudiantes e instructo- res de filosofia yoguistica, pues Ja naturaleza humana es la misma a pesar de los nombres, y debemos evitar la “vanidad de vanida- des”, el orgullo espiritual, el vicio que ha derrumbado a tantas almas de la altura a que habian Iegado en el Sendero de Perfec- cién obligéndolas a comenzar de nuevo la ascension molidas y que- brantadas. La caida de Lucifer tiene muchas analogias en los pla- nos invisibles y es un simbolo de esta justa ley. Recordemos que cada uno de nosotros no es mas que un centro de conciencia en el infinito Océano de Vida y que todos los demas son otros tantos centros de conciencia en el mismo Océano, y que comin a todos subyace el tranquilo lecho de Vida y Conocimiento. Lo supremo y Jo infimo son parte de la misma Vida tnica. Por las venas de cada uno de nosotros circula la misma vida y todos estamos enlazados por vinculos invisibles con las demas formas de vida, superiores e inferiores, y nadie esta separado de los otros. Desde luego que nos dirigimos con estas palabras a la personalidad de los lectores, pues el verdadero Yo o individualidad no necesita advertencias ni exhortaciones, y para quienes hayan reconocido su real ser estaran de més los consejos porque ya han traspuesto la etapa del error. EI reconocimiento de la Unica Vida, en la que todos somos centros conscientes, habria sido en muchos individuos el resultado final de una larga serie de razonamientos y meditaciones, con au- xilio de relampagos de verdad procedentes de las superiores facul- tades mentales. En otros habria sido consecuencia de una vivisima iluminacién o resplandor de la verdad que les permitié ver todas las cosas en sus verdaderas posiciones relativas y todas ellas como aspectos de la existencia en el Absoluto. La denominacién de “Con- ciencia Césmica” denota la repentina iluminacién, el relampa- gueante conocimiento que arrasa toda frontera divisoria entre per- sonas y cosas, y nos muestra la unidad de toda vida en la Vida universal. Quienes por cualquier medio han alcanzado esta con- ciencia césmica no temen perder su individualidad ni su fuerza, sino que por el contrario, se acrecienta su sentimiento de poder y conocimiento, como si en vez de perder su individualidad la halla- ran y reconocieran, y se convenciesen de que el universo entero esta en ellos sin perder su identidad en el infinite Océano de Vida, GNANI YOCA 59 Mientras tratamos de este aspecto del asunto, se nos ocurre pre- guntar al lector si comprende el verdadero significado de la tan cominmente empleada palabra “individualidad”. Nos parece que la mayoria no tiene idea del efectivo significado de dicha palabra, por extrafia que a primera vista resulte esta afirmacién. Si cada cual hubiese de definirla a su talante como si estuvieran acostum- brados a pensar en ella el noventa y cinco por cfento dirfan que significa algo como una robusta personalidad, Consideremos este punto que es de suma importancia para los escolastizados occi- dentales, Webster define la palabra individualidad en los siguientes términos: “No dividido o que no se puede dividir; lo existente como un distinto ser u objeto; singular; uno”. La misma autoridad ‘nos informa de que dicha palabra deriva de la latina individuus, que significa “indivisible”. ;No favorece esto la clara comprensién de la idea de la individulidad que se re- conoce un centro de conciencia en la Unica Vida, y no un mezqui- no e insignificante ser, separado de los demas y de la Fuente de la Vida? Creemos que bastard dicha etimologia para disipar las nie- blas que acaso ofusquen todavia la mente del lector. Ya que tratamos de definiciones, echemos una ojeada a la pa- labra “personalidad” que suele emplearse como sinénima de “in- dividualidad”. Webster dice que la palabra “persona” derivada de la latina persona, significa “la mascara usada por los actores”, y procedia de otras dos palabras: per (para o por medio) y sonare (sonar 0 producir sonido). Asi es que antiguamente se designaba con la pa- labra persona “el papel que un actor representaba en la escena”, lo que ahora Hamamos “personajes” en el reparto de papeles de una obra teatral. Se comprendera algo mejor la distincién entre “individualidad” y “personalidad” si consideramos la personalidad como una mascara, un ropaje, un instrumento por medio del cual se manifieste y exprese la individualidad. Nadie se deje engafiar por la mascara de personalidad que leve cn este momento ni por la que Heven los demas. Reconozcamos que tras la mascara de la personalidad esta la individualidad, la Vida universal en la que cada individuo es un centro de conciencia y accién, No por ello se desvanece sino que por el contrarjo se acre- 60 YOGI RAMACHARAKA cienta la identidad del individuo, Lejos de aniquilarse la conciencia se va ampliando y enalteciendo segiin evoluciona el individuo hasta reconocer que su identidad es la identidad del universo. En vez de sumirse en la nada se identifica el individuo con el Todo. La evolucién espiritual intensifica en el individuo el senti- miento de relacién y solidaridad con todas las cosas. No hay que dejarse alucinar por el error de la aniquilacién de la individuali- dad que parece inferirse a primera lectura de algunas ensefianzas orientales. Tengamos siempre presente que la personalidad es la mascara y la individualidad del verdadero ser. Se cree generalmente en los paises occidentales que los budistas e indufstas afirman que el término de la evolucién humana es el nirvana, equivalente a aniquilacion; pero en esto persiste un de- plorable equivoco, y a propésito entresacaremos de Ja fundamentad obra teoséfica: La Doctrina Secreta, el siguiente pasaje: “Decir que el nirvana es la aniquilacion equivale a decir que se aniquila el hombre sumido en profundisimo suefio, tan profundo y sin ensuefios, que no deja la mas leve huella en la memoria, pues el Yo superior del durmiente se halla entretanto en su virginal es- tado de absoluta conciencia. Pero este simil sélo responde al aspec- to material del caso, puesto que el nirvana no es en modo alguno tal suefio profundisimo y sin ensuefios, sino por el contrario, abso- luta existencia, incondicionada unidad, un estado imposible de describir con palabras de lenguaje humano. La individualidad no se pierde en el nirvana”. Sobre este pasaje de la Doctrina Secreta dice J. Guillermo Lloyd: “Esto parece prueba concluyente de que la teosofia no consi- dera el nirvana como la aniquilacién de la individualidad, sino por el contrario, como un infinito enaltecimiento de la conciencia”. Nosotros podemos afiadir que no sélo se refiere lo dicho al nir vana, segin lo entienden los teésofos, sino que también tiene apli- cacién a la conciencia de la unidad de vida en la Vida Universal, que tampoco significa aniquilacion sino por el contrario “un infinito enaltecimiento de la conciencia” como acertadamente expresa Lloyd. La conciencia de vida que cada hombre reconoce en su interior no procede de algo que exclusivamente le pertenezca como ser in- dependiente y separado de los demas seres. Por el contrario, la GNANI YOGA 61 conciencia pertenece a la individualidad, no a la personalidad, y es una fase del conocimiento que tiene de su relacién con la Vida universal que en él subsiste y en la que es un centro de conciencia. Quien no comprenda todavia bien esta idea, que medite sobre ella porque es importantisima, Es preciso aprender a sentir la Vida en nuestro interior y reconoecr que es la Vida del infinito Océano de la Vida universal de cuyo seno hemos surgido como centros de con- ciencia y energia. Esta idea infunde fortaleza, calma, paz y sabidu- ria. La prudencia aconseja convencerse de ella, porque en verdad es don de Dios. No nos proponemos fundamentar la idea de la unidad de Ja Vida en argumentos inferidos de los fenémenos que aparentan separacién y diversidad, pues tales argumentos serian ineficaces como los que para convencer a un ciego de las leyes del color se infieran de su mundo de tinieblas. Por el contrario, prescindimos de toda argumentacién intelectual y apelamos a las facultades su- periores de la mente que por intuicién perciben la verdad. Procu- ramos expresarnos de modo que el tono de nuestras palabras sus- citen anaéloga vibracién en la mente del lector y le capaciten para sentir y conocer la verdad, de suerte que el intelecto la reciba y la aplique a los problemas que hasta entonces lo conturbaron. La conciencia de la unidad de la Vida ha de provenir de las facultades superiores de la mente, pues el intelecto por si mismo no puede reconocerla porque esté fuera de su campo. Asi como no es posible conocer por medio de los sentidos que la Tierra es esferoidal, pues a vulgar observacion parece plana; pero es posible conocer su redondez por medio del raciocinio especulativo y el intenso esfuerzo intelectual, asi es posible conocer por medio de las facultades su- periores de Ia mente la unidad de la Vida subyacente en todas las formas aunque el intelecto con sus sentidos fisicos no alcance a conocerla, Los sentidos no pueden atestiguar la redondez de la Tierra porque no la ven en conjunto sino tan sélo en parte, mien- tras que las facultades superiores son capaces de observarla en conjunto e inferir que debe ser redonda. Asi el intelecto en su ordinario campo de percepcién sélo ve la separacién y no percibe la unidad; pero la mente superior ve la Vida en conjunto y recono- ce su unidad, Precisamente el propésito de esta leccién es tranferir al campo de la conciencia ordinaria las operaciones de la mente superior. Esperamos realizar el propésito, y sabemos que tendremos 62 YOGI RAMACHARAKA éxito en muchos casos porque el terreno esta ya dispuesto para la siembra, pues se ha escuchado el Ilamamiento y hemos recibido el mensaje en respuesta. De lo contrario no hubiéramos escrito estas paginas, La conciencia de la unidad de la Vida se ha de experimentar y sentir antes de que el enttendimiento la reconozca por verdadera. No es necesario para ello esperar a tener plena conciencia césmica, porque el individuo puede reconocer, al menos parcialmente, la unidad de la Vida, segiin vaya desenvolviendo en cada etapa de su evolucién la conciencia césmica. Pero antes de sentir la unidad de la Vida es preciso haber progresado algin tanto espiritualmente y percibir siquiera un débil vislumbre de la verdad, pues sin esta condicion, todos los seres y todas las cosas le parecerén separados y no tendra la ms leve nocién de la unidad. Es lo mismo que si cada una de las hojas de un frondoso Arbol. se considerara inde- pendiente y separada de las demés sin relacién con las ramas y el tronco, a pesar de que esencialmente esta unida a todas las hojas del. arbol. Pero si la hoja tuviera suficiente.conciencia veria el pe- ciglo. que le une al brinquillo y que el brinquillo esté.unido al ramo y el ramo a la rama. Después advertiria que otra hojas estén unidas al mismo ramo y otros ramos a la misma rama, por lo que recono- ceria la relacién entre todas las hojas de su misma rama y se inten- aria el sentimiento de unidad. Asi seguiria desenvolviendo la hoja de su conciencia hasta reconocer que la vida del arbol es la vida de todas sus partes, raices, tronco, ramas, ramos, brinquillos, hojas, flores, frutos y semillas, y que la hoja de por si no es mas que un centro de expresién y manifestacion de la vida del Arbol. Se consideraria la hoja menos importante, menoscabaria su pro- pia estimacién el descubrimiento de que su vida es la misma que la de las demas hojas? Desde luego que no, porque tendria la segu- ridad de que tras su tenue y débil forma esta la fortaleza y vitali- dad de todo el arbol, Sabria entonces que el arbol esta extrayendo alimento del suelo, del aire, del agua y la luz y transmitiéndolo a todas sus partes, incluso a la hoja de nuestro simil. Sabria que la savia asciende en la primavera para renovar las manifestaciones de vida y que aunque su forma de hoja se marchite y muera, la esencia de su vida, su verdadera vida no muere, sino que permanece siempre robusta y activa en espera de coyuntura para futura ex- presién regeneradora, Desde luego que este simil de la hoja y el GNANI YOGA 63 Arbol no se puede Hevar muy lejos, pero al menos da parcial idea de la relacién entre la vida individual y la Vida Unica, Algunos instructores orientales han expuesto esta idea en forma de metéforas y ejemplos familiares. Los dedos de la mano estin separados, y sin embargo se unen al metacarpo. Si los dedos tu- vieran conciencia, cada uno de ellos podria afirmar que tiene vida independiente sin relacién con los demas dedos, y demostrarlo me- diante su propio movimiento, sin perturbar a los otros dedos. Mien- tras la conciencia del dedo se contrajera a las falanges superiores, permaneceria bajo la ilusién de separatividad; pero al penetrar la conciencia en las profundidades de su ser, se percataria de que por la primera falange esta unido como los demas dedos al meta- carpo de la mano, y que su vida y fuerza pertenecen a la mano de la que es parte integrante aunque en apariencia separado. Y una vez ampliada y enaltecida la conciencia del dedo por la conciencia de.la mana, percibira su relacién e interpendencia con todo el cuer- po y reconoceria el poder de la mente y de la voluntad. Otro simil empleado por los instructores orientales es el de un arroyo de dlveo a trechos pefiascoso. La corriente de agua es una antes de llegar a dicho trecho; pero al choque del agua con varios pefiascos el alveo se multifurca en menudas corrientes cada una de las cuales podria considerarse como un arroyo separado e indepen- diente, hasta que pasado el trecho pefiasco, vuelven a. juntarse en una sola las separadas corrientes, Otro simil frecuentemente usado por los instructores .orientales imagina al hombre como una célula de un cuerpo. Puede ser una célula de la sangre con oficio de mensajero o de un érgano con el de, operario o del cerebro como pensador. En todo caso la célula denota inteligencia, habilidad, memoria y otras cualidades.! Cada célula podria creer que es una separada e independiente entidad, y Jo. es en cierto sentido, pues posee una chispa de conciencia que la capacita para ejecutar cumplidamente su obra y a veces manifiesta algo asi como juicio. Por lo tanto se Je puede perdonar que se con- sidere una “personalidad” de vida independiente. Muy semejante .2 la ilusién de la célula es la del hombre visto por un Maestro de Sabiduria. Sin embargo, sabemos que la vida de la célula es tan 1 Véase a este propésito el capitulo XVIII de nuestra obra titulada Hatha Yoga, 64 YOGI RAMACHARAKA solo un centro de expresion de la vida del cuerpo y que su concien- cia es una parte de la conciencia mental que anima al cuerpo. La célula muere y aparentemente perece, pero su esencia permanecerd en la vida de ia persona a cuyo cuerpo pertenecia, pues nada en rea- lidad se aniquila, 3Se consideraria la célula menos individual si supiese que tras su personalidad como célula esta la individualidad del hombre que es su verdadero ser? Cabe ampliar este simil a la personalidad del hombre que al morir deja su esencia en el caracter peculiar de la individualidad que se va perfeccionando vida tras vida con arreglo a la ley kérmica. Porque tras los atributos de la personalidad esta la individualidad o ego que sigue viviendo y vi- vird revestido de sucesivas personalidades para aprender las lec- ciones que cada una de ellas le ensefie, hasta que al fin trascienda toda personalidad y se remonte a las superiores esferas del cono- cimiento y de Ja existencia. Otro simil de los instructores orientales se funda en la evapo- racién del agua del mar por los rayos solares. El vapor de agua forma nubes que se difunden por la atmésfera y al cabo de tiempo se condensan y deshacen en forma de Iuvia, nieve o granizo. El agua de Iluvia y la nieve y granizo derretidos alimentan las fuentes de que nacen los arroyos, torrentes y rios cuyas aguas vuelven por diversos cauces a su verdadero origen, que es el océano. Por sepa- rada que esté la gota de Iuvia al caer, no deja de ser parte del océano a pesar de su lejania, e indudablemente volvera al seno de su pristino origen. Si la gota pudiera saber la verdad, seria mucho mis feliz y mas animosa estuviera al conocer que es superior a todo accidente y se sobrepone al tiempo y al espacio sin que nada se oponga a su defi- nitivo bien y a su final victoria cuando vuelva al seno del océano. Cuan gozosamente hubiera soportado sus diversos cambios de for- ma y los incidentes de la jornada si desechaia Ia ilusién de sepa- ratividad y supiera que en vez de ser una insignificante gota era una particula del vastisimo océano, de su verdadero ser, que sin cesar la atraia, y que sus miltiples cambios eran la instintiva res- puesta a esta atraccién que irresistiblemente la llevaba a su hogar de descanso, paz y poder. Por valiosos que sean estos similes, metaforas y ejemplos, toda. via estén muy lejos de representar la verdad cuando se aplican al alma humana, esta maravillosa entidad emanada del Absoluto tras GNANI YOGA 65 millares de millones de siglos, para desempefiar importantisimo papel en el drama césmico que le plugo al Absoluto poner con su pensamiento en existencia. De la Vida universal extrajo el alma humana su vida, y tiene en el Absoluto Ja raiz de su ser. Magno y maravilloso es todo ello, y nuestras mentes, que apenas estén capacitadas para recibir la verdad, deben irse acostumbrando poco a poco a los fulgores del sol. Pero todo llegar al fin, porque nadie puede eludir su glorioso destino. Las escrituras orientales abundan en alusiones a la Unidad sub- yacente en todas las cosas, pues en este concepto se fundan todas las filosofias de Oriente. La conciencia césmica, que no es més que el stibito o gradual reconocimiento de la Unidad, esta evidenciada en cualquier pasaje de los Upanishadas, esta admirable serie de ensefianzas del induismo clasico. Cada uno de los autores de la serie aduce pruebas del reconocimiento de la Unidad, con las expe- riencias y caracteristicas mentales derivadas de dicho reconoci- miento. Los siguientes pasajes daran idea de la prevalencia de los Upanishadas del concepto de Unidad. “Quien contempla a todos los seres en el Ser y al Ser en todas las cosas, nunca mas deja de contemplarlo”. “Cuando el hombre comprende que el Ser esté en todas las cosas, y reconoce la Unidad de cuanto existe, ya no le acomete la tristeza ni le aflige la tribulacién”. Los padres induistas ensefian a sus hijos que la Unica Vida esta en todas las cosas, y para darselo a entender les van ensefiando objeto tras objeto y les dicen: Tat tvam asi, que significa: Ta eres esto. Es decir, esencialmente eres igual a todo. Los misticos han afiadido su testimonio al de todos que experi- mentaron la conciencia de la Unidad. Asi dice Plotino: “El conocimiento tiene tres grados: opinién, ciencia e ilumina- cién. Esta ultima es el absoluto conocimiento fundado en la iden- tidad de la mente conocedora con el objeto de conocimiento”. El mistico aleman Eckhardt dice: “Dios es el alma de las cosas, Es la luz que en nosotros brilla rasgado el velo”. El poeta Tennyson, al describir su tempordneo estado de ilumi- nacién, da idea de una fase de la conciencia césmica en los si- guientes versos: 66 YOGI RAMACHARAKA “El conocimiento es como la golondrina en el lago® que planea sobre la superficie sin penetrar jamés en el fondo, en el abismo de los abismos, bajo el azul del cielo y del mar y del verde suelo de la tierra, y en la diminuta semilla que se desvanece sin desvanecerse. ‘Mas de una vez, meditando a solas sobre aquella palabra que es el simbolo de mi mismo, se desprendié el mental simbolo del Ser y pasé al Innominado como nube que se deshace en el ciclo, Toqué mi cuerpo, y no era mio; y sin embargo, a pesar de esta pérdida de la personalidad, se engrandecia mi vida, de modo que las cosas del mundo me parecieron sombras de sombras”. Ademés de los misticos y poetas, también han experimentado y expresado los filésofos de toda época, la universal ensefianza de la Unidad, proclamada por los Upanishadas. Los antiguos filésofos de China y Grecia y los modernos Espinosa, Berkeley, Kanta, Hegel, Schopenhauer, Hartman, Ferrier y Royce, aunque con diversas teorias todos afirmaron la fundamental ensefianza de la Unidad de la Vida de todos los seres y todas las cosas. Las capitales ensefian- zas de los Vedas estan recibiendo confirmacién de manos de la ciencia moderna, que a pesar de su indole racionalista con tenden- cia al concepto materialista del universo, se ve obligada a reconocer que al fin y al cabo todo es Uno. En el alma humana hay una secreta camara que guarda escon- dido el texto de este conocimiento, y en los raros momentos en que la cdmara se abre a la llamada del arte o del profundo sentimiento religioso o de las innumerables ondas de estimulo y aliento que a todos Iegan, reconoce en aquel momento la verdad y el alma se goza y satisface tranquila al verse en armonia con todas las cosas. El sentimiento de la belleza expresado cuando intensamente se ex- perimenta nos realza de la ordinaria conciencia de separatividad al superior plano cuya ténica fundamental es la Unidad. Cuando més delicado y exquisito es el humano sentimiento més cerca esté de reconocer ia subyacente Unidad. Por muy débil que sea el reconocimiento de la Unidad de la Vida, influye notablemente en el mejoramiento de la conducta de quien la reconoce, Ya que no es “parte” de algo susceptible de 2 Esta golondrina no es el péjaro tan conocido sino un pez acantopterigio con las aletas tordcicas tan desarrollades que le sirven para revolotear por la superficie del agua. — (N. del T.) GNANI YOGA 67 aniguilacién ni que es una personalidad separada y opuesta a los demas seres del universo, sino que por el contrario es una unidad de expresién, un centro de conciencia en la Unica Vida. Sabe también que tiene tras si todo el poder, fortaleza, vida y sabiduria del universo, para aprovecharlos segiin vaya adelantando en la evo- lucién. Reconoce que esta en su hogar del que nadie puede expul- sarle porque nada hay fuera del Todo. Siente en su interior la cer- tidumbre de la Infinita Vida y del Ser Absoluto porque su vida pertenece a la Unica Vida y no puede morir. Las inquietudes, an- helos, sinsabores, molestias y cavilaciones de la vida cotidiana se ven tal cual son y ya no le dominan como en otro tiempo. Consi- dera cuanto atafie a la personalidad como las ropas y adminiculos del personaje cuyo papel desempefia en el drama de ja vida y sabe que continuaré siendo quien es cuando termine de desempefarlo. Quien realmente experimenta la conciencia de la Unidad de la Vida, tiene entonces mucha fe y confianza, le invade el sentimiento de libertad y fortaleza, porque se desvanecié el temor que le escla- vizaba en el mundo de separatividad. Siente en su interior los lati- dos de la Vida Universal y vibra con el sentimiento de un nuevo hallado poder, de una nueva existencia. Se reconcilia con la Vida en todas sus manifestaciones porque sabe que son fases tempora- neas del desenvolvimiento y ejecucién de un magno plan, y en modo alguno permanentes, eternas e irremediables, Presiente la seguri- dad de la definitiva justicia, del sumo bien y desecha los antiguos conceptos de la injusticia y del mal. Quien reconoce la unidad de la Vida no puede menos de reconocer también Ja eternidad de la Vida. Se desvanece el temor de la “eterna condenacién” o de la “aniqui- lacién final” ¢ instintivamente comprende que se ha de “salvar” porque la Vida Unica a que pertenece no se puede perder. El temor de la condenacién eterna dimana de la ilusién de separatividad y apartamiento de la Vida Unica. Una vez reconocida Ja Unidad, el alma desecha el temor como una gastada vestidura. Cuando el hombre reconoce la Unidad de la Vida y se afirma en esta idea, experimenta un sentimiento de jabilo y optimismo enteramente distinto de cuantos hasta entonces experimentara. Se despoja de aquella desconfianza y aspereza que en nuestro tiempo caracteriza a muchos que llegados a la etapa de intelectualidad ya no han adelantado un paso. Le invade un nuevo sentimiento de paz y armonia que ilumina su caracter y conducta, La amargura 68 YOGI RAMACHARAKA dimanante de la ilusion de separatividad queda neutralizada por la dulcedumbre del sentimiento de unidad. Quien alcanza esta conciencia se ve en posesién de la clave de muchos enigmas de la vida que hasta entonces tan perplejo le tu- vieran. Se iluminan muchos rincones obscuros y se desentrafian muchas sentencias misteriosas. Las paradojas se convierten en com. prensibles verdades, y los pares de opuestos que aparecen en todo progresivo concepto intelectual se unen por sus extremos para for- mar un circulo perfecto. ‘A quien comprende la Unidad le es afin y amiga la Naturaleza. No siente antagonismo ni oposicién; cada cosa ocupa su apropiado lugar y desempefia su adecuada parte en el plan del universo. La Naturaleza se muestra amiga cuando bien se la comprende, y el hombre recobra aquel sentimiento de armonioso ambiente y domi- ciliaridad que perdio al Hegar a la etapa de la conciencia personal. Los nifios y los animales sienten, aunque de un modo imperfecto, la unidad de la Vida; pero el hombre perdié este paraiso al conocer el bien y el mal, y Io recobra al experimentar la conciencia de la humanidad. Contrariamente al animal y al nifio que por instinto barruntan la unidad de la vida, el hombre evolucionado posee la conciencia de la unidad combinada con la comprensién intelectual y el desenvolvimiento espiritual. Recobra lo perdido con los inte- reses acumulados por los siglos. Toda la humanidad ha de alcanzar este nivel de conciencia y muchos se acercan gradualmente a este nivel, El alboreante sentimiento de unidad ocasiona la espiritual inquietud que hoy agita al mundo y que con el tiempo conducira a la humanidad al reconocimiento de la Paternidad de Dios y la Fraternidad de los hombres y de su parentesco con todo ser vivien- te. Estamos entrando en este nuevo ciclo de la evolucién humana y profundos cambios y mudanzas aguardan a la humanidad. Quie- nes leen estas lineas se hallan en la vanguardia de la nueva era, pues de lo contrario no les interesarfa el asunto. Son Ja levadura destinada a vivificar las pesadas masas de la mente vulgar. Que cada cual desempefie a conciencia su papel. No estard solo, Formi- dables fuerzas y potentes Inteligencias le auxiliaran en Ja obra. Que sea digno de ellas. Paz. PENSAMIENTO CENTRAL. —No hay en el mundo més que una sola Vida, la Vida universal, emanacién del Absoluto, que lena todas las formas y manifestaciones de vida y es la verdadera vida GNANI YOGA 69 que cada cual se figura de su personal propiedad. Sélo es real el Absoluto y cada individuo es un centro de vida y conciencia en el Absoluto. Hay una Unidad y Armonia que reconocen cuantos al- canzan la conciencia de la Unica Vida, con paz y calma en el pensa- miento y fortaleza y poder en el conocimiento. Entrad en vuestro Reino de Poder y posesionados de vuestro nativo derecho de cono- cimiento. En la intimidad de vuestro ser hallaréis un lugar santisi- mo donde mora la conciencia de la Unica Vida subyacente. Entrad en el silencio del intérrimo Santuario. Leccién Quinta EL UNO Y LOS MUCHOS Segiin dejamos expuesto, todas las filosofias que los pensadores consideran dignas de respeto, hallan su definitiva expresién de la verdad en el pensamiento fundamental de que no hay mas que una Realidad subyacente en las miiltiples formas manifestadas, Cierto es que los filésofos discrepan ampliamente en el concepto del Uno, pero todos convienen en la légica necesidad del fundamental con- cepto de que la dnica Realidad esté en todas las cosas. Aun los mismos materialistas asienten a esta conclusién y con- sideran la materia como unica Realidad, afirmando que en la ma- teria esta latente toda vida. En cambio, los partidarios de la ener- gia sostienen que la materia no existe por si misma, sino que es una modalidad de manifestacion de la energia, que segin ellos es la tnica Realidad fundamental, subsistente por si misma. Las diversas religiones de Occidente, que mantienen la idea de un Dios personal, también lo conciben como la Gnica Realidad, pues ensefian que en el principio sélo existia Dios quien creé el universo. No entran en pormenores acerca de esta creacién, y a diferencia de los instructores orientales no distinguen entre la crea- cién de las formas por una parte y la creacién de la substancia de estas formas, por otra parte. Pero si aceptamos las premisas de quienes conciben un Dios personal, vemos que la razén nos obliga a aceptar una de estas dos ideas: 1? Que Dios creé de la nadala 72 YOGI RAMACHARAKA substancia de las formas; 2% Que la creé de su propia substancia, es decir, de si mismo. Consideremos brevemente ambas ideas: Si admitimos la creacién de la nada, tropezamos con un inven- cible obstaculo, pues la razon rechaza positivamente que de la nada pueda proceder algo. Porque si bien es verdad que la finita mente humana no puede limitar ni medir los poderes del Infinito, debe escuchar la voz de sus facultades superiores que rechazan la idea de la creacién de la nada y no aceptar a ciegas las ensefianzas de otras mentes también finitas, asimismo incapaces de concebir seme- jante idea y que no tienen superior fuente de informacién. El Poder Infinito nos ha dotado de facultades razonadoras y evidentemente espera de nosotros que las usemos con plena capacidad, pues de otra suerte fuera tal don una burla. Por lo tanto, si no tenemos mas elemento de juicio que la razén, de ella hemos de valernos para dilucidar el problema o de lo contrario dejarlo sin resolver. Consideremos ahora lo que la razén nos dice sobre ello y apli- quemos su fallo a las superiores ensefianzas de la filosofia yoguis- tica para ver si la confirma. Después aplicaremos a las mismas ensefianzas el testimonio de la conciencia superior. Recordemos que si bien hay conocimientos que transcienden la razén y nos Megan por conducto de las facultades superiores de la mente, esto es, de la mente espiritual, no por ello han de estar dichos conoci- mientos en contra de la razén que siempre se armoniza con Ja mente espiritual. Volviendo a considerar el tema de la creacién de la nada, re- petimos que la razén es incapaz de concebir que de la nada proceda algo, pues tal concepto contraviene las leyes del pensamiento. Desde luego que la razon ha de aceptar conclusiones que por su natural limitacién no alcanza a comprender, pero no puede admitir absurdos, Asi por ejemplo, la razén es incapaz de comprender la natura- leza de un Ser infinito, eterno, sin causa; pero no tiene mas reme- dio que, obligada por sus mismas leyes, admitir la existencia de una fundamental Realidad que por ser la Causa primera no pudo tener causa y debe ser eterna porque no pudo surgir de la nada y debe ser infinita porque nada puede imitarla, Conviene reflexionar sobre esta argumentacién hasta comprender bien el concepto. Pero no se ve la razén igualmente compelida en el caso de la GNANI YOGA 73 creacién de la nada, sino por el contrario, se ve forzada a rechazar tal concepto por absurdo y a oponerse contradictoriamente el de que todo cuanto realmente es ha sido siempre, y que todas las transitoras y finitas formas manifestadas deben proceder de la in- finita, eterna y nica Realidad, y también deben estar dichas formas constituidas por la substancia de la inica Realidad, porque no hay otra realidad de cuya substancia puedan estar constituidas, y es inconcebible que saliera de la nada porque de la nada no puede salir nada, y nada siempre sera nada, la negacién de toda esencia y existencia, de toda realidad, Por tanto, como quiera que la razén halla en si misma el posi- tivo informe de todo cuanto existe ha de estar contitufdo por la substancia de la tinica Realidad, llamesela Absoluto o llamesela Dios, debemos concluir que del Absoluto-Dios procedié 0 emané el universo todo, no creado ni hecho de la nada, No significa esto la idea panteista de que el universo es Dios sino que si bien Dios existe separado e independiente del universo, estd en su universo, y su universo esta en él, sea cual fuere el con- cepto que se tenga de Dios o del Absoluto. La verdad lo es siempre por diversos nombres con que se la designe y por muchos errores que la envuelvan. La verdad es que Dios esta en todo y todo est en Dios. Asi nos lo dice la razén y Jo confirman los iluminados y tal es la superior ensefianza transmitida a la humanidad por cuantos recorrieron el sendero de perfeccién. Apliquemos ahora estos conceptos a la filosofia yoguisica que nos dird algo mas acerca de la naturaleza de la substancia divina que hinche toda forma de vida y veamos cémo resuelve el enigma de la Esfinge, respecto del Uno en Todo y del Todo en Uno. Espe- ramos demostrar que es posible resolver el enigma, y que los anti- guos yoguis encontraron hace ya largo tiempo lo que siempre busco la mente humana. Este es el punto culminante de las ensefianzas, y por lo general se insintia mas bien que se declara en las obras que tratan del asunto, a causa del riesgo de error y confusion. Pero en estas lecciones expondremos claramente y sin temor la verdad, porque tal es el mensaje que se nos confié para transmitirlo a nuestros estudiantes, de suerte que cumpliremos la recta accién, dejando el fruto a quien pertenezca, de acuerdo con las ensefianzas de Bhagavad Gita y de la filosofia yoguistica, 4 YOGI RAMACHARAKA La fundamental verdad embebida en las sabias filosofias de Oriente y en las superiores ensefianzas yoguisticas es la irrefutable doctrina del Uno en muchos seres y de muchos seres en el Unico Ser. Esta verdad subyace en todas las filosofias esotéricas de Oriente. A pesar de los groseros conceptos y de las a menudo repulsivas practicas del vulgo, que representan el aspecto exotérico o popular de las ensefianzas (pues ambos aspectos se descubren en todas las religiones), siempre hallaran esta esotérica doctrina del unico Ser cuantos la indaguen. No sélo lo entienden asi los indos sino que también entre los musulmanes hay un esotérico centro de misticos lamados sufies, que mantienen la misma verdad, asi como igual- mente la sustentan las ensefianzas esotéricas de las filosoffas de todos los pueblos y paises. Los més altos exponentes de la filosofia occidental admiten la idea de la existencia del Ser universal. Sin embargo, tnicamente los yoguis han intentado explicar la verda- dera naturaleza de la manifestacién del Uno en muchos y de la subsistencia del Uno en la multiplicidad de formas. Pero antes de considerar cémo el Uno se multiplica en Muchos, segtin exponen las superiores ensefianzas yoguisticas, necesario es tratar de un punto que ha suscitado confusién y error no sélo por parte de los estudiantes de las diversas filosofias orientales sino también por la de algunos instructores. Nos referimos a la relacién entre el ABSOLUTO en su EsENciA y la tnica Vida o Vida universal. Muchos autores consideran el Absoluto idéntico con la Vida universal; pero este concepto es gravemente erréneo y no tiene garantia en las superiores ensefianzas yoguisticas. Cierto es que todas las formas vivientes participan de una sola y dnica Vida; pero también es cierto que esta tnica Vida universal no es el Abso- luto sino una manifestacién y emanacién del AsoLuTo. Conviene percatarse de esta profunda diferencia antes de pasar adelante. Seguin las superiores ensefianzas yoguisticas, el ABSOLUTO es puro Espiritu, pero no vida ni mente ni ser en el concepto que les dan nuestras finitas y humanas expresiones, sino que toda vida, toda mente y todo ser, tal como los comprendemos emanan del Ab- soluto o pueden considerarse como reflejos de la Vida, la Mente y el Ser del Absoluto, si se nos permite aplicar a la infinita Reali- dad los mismos nombres que damos a sus finitas manifestaciones. Por lo tanto, la suprema ensefianza es que la Vida universal de que participa todo ser viviente no es en si misma el Ser y la Vida GNANI YOGA 8 del AnsoLuTo sino su fundamental emanacién, segin veremos mas adelante. Conviene recordar este punto. Volviendo a la suprema idea del Uno en todo y del Todo en el Uno, examinemos el dictado de la razén respecto de la divina subs- tancia de que estan plasmadas todas las formas vivientes y la mente finita. ¢Cémo es posible que estas imperfectas y finitas formas estén constituidas por una divina y perfecta substancia? Esta pregunta pueden formularla los capaces de profundizar en el asunto, y de- hemos responderla, segiin la responde la filosofia yoguistica. Pero antes acabemos de examinar los dictados de la razén y estaremos a punto de comprender las ensefianzas. De qué puede estar compuesta la substancia del Infinito? Es materia? Lo serd para quien se satisfaga con el razonamiento de los materialistas y no alcance a ver la verdad. Los materialistas ensefian que la materia es Dios y que Dios es materia. Pero quien no milite en las filas materialistas no quedara satisfecho con esta respuesta; y auque se incline hacia un Infinito sin mente y esté familiarizado con las modernas investigaciones cientificas que han visto transmutarse la materia en energia, reconocera que la verdad debe hallarse mds alla de la materia. Acaso se pregunte: {Qué es la pura energia? ;Cabe concebir la energia independientemente de toda manifestacién material? gSabe alguien qué es la energia? La teoria de los electrones, que tanto llama la atencién de la ciencia moderna, y segin la cual todas estén compuestas de minisculas particulas de energia eléctrica, Hamadas electrones, que a su vez constituyen los atomos, reconoce Ja necesidad de una materia infinitamente sutil, a que llama éter, que por decirlo asi sirva de cuerpo a la energia eléctrica. Ademés, los cientistas avanzados reconocen que la accién de toda energia esta gobernada por “algo semejante a la mente”. Esto debe ensefiar a los pensadores que asi como la energia produce lo que lamamos materia y la usa como vehiculo de expresién y accién, asi ese “algo semejante a la mente” produce lo que lamamos energia y la usa como instrumento de expresién acompafiada de la materia, Las modernas investigaciones demuestran que en toda materia y energia hay mente, por lo que razon tendremos para afirmar que la energia y la materia son modalidades de la mente y que la mente es la substancia fundamental. Asi opinamos y la ciencia empieza a opi- 16 YOGI RAMACHARAKA nar asi también. No tardaré la ciencia en considerar con profun- disimo respeto el metafisico axiona de que “todo es mente”, En nuestro Curso adelantado expusimos las generales ensefian- zas yoguisticas respecto de Ja trina manifestacién del Absoluto, contituida por mente, energia y materia. La mente es la primaria manifestacién o mente universal; la energia es la segunda mani- festacién o energia universal derivada de la mente; la materia es la tercera manifestacién, o materia universal, procedente de la ener- gia. Superior a la materia, la energia y la mente es la esencia del Absoluto, a la que Iamamos Espiritu, de naturaleza inasequible a la comprensién humana, pues el superior concepto que el hombre puede tener del Absoluto es su manifestacién como mente, es decir como la Mente Infinita, tan superior a la mente finita, como ésta es superior a la energia. Asi vemos la insensatez de considerar la divina substancia co- mo materia 0 como energia, y legamos a considerarla como Espi- itu, infinitamente superior a la mente, aunque concebida cual Mente Infinita, pues no hay en el lenguaje humano palabras ade- cuadas a esta operacién del entendimiento. Por lo tanto, a falta de mejor concepto diremos que la substancia divina es Espiritu con- cebible como Mente Infinita. Ya hemos visto el desacierto de considerar la substancia divina como el cuerpo de Dios o su vital energia, y que no hay més solu- cién que considerarla como Espiritu o Infinita Mente de Dios. Mas alld no alcanza el entendimiento humano. Todos estos razonamientos nos han conducido al punto en que debemos considerar como Espiritu y concebir como Mente Infinita, la divina substancia con que el Absoluto puso el universo en exis- tencia con todas sus manifestaciones de vida, y que ha de estar en todas las cosas y en la cual todas las cosas existen como existe la gota en el Océano. En consecuencia, Todo es Mente y la Mente es Todo, esto es, la Mente Infinita y no la finita manifestacién a que los piscélogos Iaman mente. Si este razonamiento es exacto cabe inferir que toda vida, el universo entero debe estar contenido en la Infinita Mente del Absoluto. Asi, por el ejercicio de nuestra razén, examinando sus dictados, nos hemos colocado en armonia con las ensefianzas de los instruc- GNANI YOGA 77 tores, que han Ilegado a nosotros en forma de las superiores ense- fianzas de la filosofia yoguistica. Porque en efecto, el supremo concepto de Ja verdad en las ensefianzas yoguisticas es que TODAS LAS MANIFESTACIONES Y EMANACIONES DEL ABSOLUTO SON CREA- CIONES MENTALES DEL ABSOLUTO; FORMAS DE PENSAMIENTO CON- TENIDAS EN LA MenTe Inrinita; EL INFintto Espiritu EN ELLAS Y ELLAS EN EL Inrinito Espiritu. Ademas, que lo unico real en el hombre es el EsPiriTU. envuelto en la forma de pensamiento, y que el resto es mera personalidad que cambia y perece. El Espiritu del hombre es el alma del alma, y no nace ni cambia ni muere; es el verdadero Ser del hombre, uno con el Padre. Este es el punto en que la razén del hombre coincide con las superiores ensefianzas yoguisticas. Consideremos ahora estas ense- fianzas y escuchemos el Mensaje de Verdad. En esta consideracién de las superiores ensefianzas de la filoso- fia yoguistica, repetimos lo dicho en el Curso Adelantado 0 sea que no intentamos ensejiar el “porqué” de la manifestacién del Absoluto sino que nos contraemos a exponer el mensaje de los sabios yoguis que tratan del “cémo”. Segin dijimos en el Curso Adelantado, nos inclinamos a la escuela de las superiores ensefianzas que sostiene que el “porqué” de la manifestacién del Absoluto debe necesariamente radicar en el Absoluto, sin que Ja finita mente del hombre sea capaz de indagarlo, Nosotros opinamos que ni en la mente universal ni en ninguna de sus manifestaciones mentales cabe resolver este problema cuya solucién esté envuelta en la esen- cia del Absoluto. Los Sabios y Maestros, en sus altos puntos espirituales de obser- vacién, poseen muchas verdades referentes al “cémo” de la mani- festacién que parecerian sabidurfa casi infinita comparadas con nuestro mezquino conocimiento. Pero dichos Sabios y Maestros dicen que tampoco conocen e) “porqué” de Ja manifestacién del Absoluto. Por lo tanto, podemos excusarnos de intentar indagarlo y sin mengua ni rebozo confesar que lo ignoramos. La raz6n humana se ve obligada a admitir una infinita, eterna y tnica Reatmap subyacente en todas las formas de manifestacién del mundo fenomenal. También estd obligada a admitir que la tmica Realidad debe contener todo cuanto realmente es, pues, no puede haber nada real fuera de ella. De esta verdad se infiere que todas las formas de manifestacién fenomenal deben emanar de la 8 YOGI RAMACHARAKA finica Realidad, porque nada mas hay real de donde pudiera ema- nar. Asimismo se infiere gemelamente a la anterior verdad la de que todas las formas de manifestacién deben subsistir en el Ser de la nica Realidad, porque nada hay fuera de ella en donde pudieran estar, Asi vemos que la dnica Realidad es “Aquello de que todas las cosas proceden y en que todas las cosas viven y se mueven y tienen su ser”. Por lo tanto, todas las cosas emanan de la timica Realidad y estan en esta Realidad contenidas. Ahora bien, el enigma final es: zPor qué el Absoluto, la dnica Realidad emané y manifesté finitas formas de existencia? Para comprender lo abstruso de esta pregunta consideremos: 1° Que el Absoluto no puede tener deseo, que es cualidad rela- tiva, mudable y finita; 29 Que no puede necesitar nada ni faltarle algo, porque dejaria de ser infinito; 3° Que aunque algo le faltara no habria de dénde adquirirlo u obtenerlo, pues nada hay fuera del Absoluto. Por otra parte, el deseo denotaria necesidad de obtener algo; y no puede haber deseo sin que falte lo deseado, por lo que en el Abosluto seria initil el deseo, pues nada puede faltarle. Si consideramos perfecta la tinica Realidad, debemos desechar la idea de que pueda desear o que algo le falte, pues si algo le faltara no fuera perfecto el Absoluto, ni tampoco es posible que evolucione ni que aumente en poder y sabiduria. Estas ideas son ridiculas porque la dmica, absoluta e infinita Realidad debe ser omnisciente, omnipotente y omnipresente, pues de lo contrario no fuera absoluto ni infinito. Ademés, si no poseyera estos atribu- tos de su Ser, no podria adquirirlos, porque nada hay de donde adquirirlos. Un ser finito puede desear porque algo puede faltarle y puede obtener de la Fuente universal lo que le falte; pero el ‘Absoluto no tiene la Fuente universal de donde obtener algo, por- que él mismo es la Fuente universal. Asi concluyen de concierto la razén y la intuicién. Con Io dicho bastard para darse cuenta de la indole del pro- blema final enunciado en la siguiente pregunta: Por qué el Abso- luto, que posee todo cuanto cabe poseer y es la dnica Fuente de todas las cosas, POR QUE quiso emanar de si el universo? Un poco de reflexién convencera de que no hay satisfactoria Tespuesta a esta pregunta ni en nuestra mente ni en los escritos GNANI YOGA 79 y ensefianzas de las mas vigorosas mentalidades de la humanidad. El tema es importante para quienes cada dia tropiezan con alguien que cavila sobre este irresoluble problema, y conviene que les repre- senten la inutilidad de semejantes cavilaciones. A propésito expondremos las “conjeturas” de algunos pensa- dores respecto a la probable solucién del problema, y afiadiremos la razones por qué las consideramos impertinentes. Vale la pena de atender a estas observaciones para evitar las falacias de la men- te finita disfrazada de infinita sabiduria. Se ha de ir con cuidado de no dejarse deslumbrar por las falsas luces que nos harian dar mil revueltas por los peligrosos parajes pantanosos de la metafisi- ca y las movedizas arenas del pensamiento. ‘Algunos pensadores conjeturan que el Absoluto tuvo la divina necesidad de multiplicarse en manifestacién. Pero contra esta con- jetura se rearguye diciendo que nada poldia obligar al Absoluto a tal necesidad, pues si le obligara no fuera absoluto e infinito sino relativo y finito. Otros pensadores opinan que el Absoluto sintié el deseo de ma- nifestarse miltiplemente. Pero de dénde podria provenir la causa del deseo? El Absoluto no carece de nada y nada puede desear, pues s6lo se desea lo que no se tiene. Otros pensadores nos dicen que el Absoluto deseé expresarse en el mundo fenomenal. ;Por qué? El mundo fenomenal s6lo po- dria ser reflejo del poder del Absoluto, por él tan sélo contemplado, y no podia contener nada que ya no contuviese en si mismo. 4A qué fin propendia semejante deseo? ;Qué cumpliria o ganaria con ello? El Absoluto no podia ser mas de lo que era; y por lo tanto, ga qué el deseo de expresién? Algunos dicen que el mundo feno- menal es maya 0 ilusién y que no existe en realidad. Si asi fuera {quién sino el Absoluto causaria la ilusién y qué necesidad tendria de ello? Semejante hipétesis retrolleva la cuestién a un punto mas atras y no la resuelve. Otros dicen que el universo es un “suefio del Absoluto”, Esto es pueril, porque gcabe concebir al Absoluto en el ejercicio de la finita facultad de la ensofiacién? Otros quisie- ran hacernos creer que el Absoluto “juega” o se “recrea” al cons- truir el universo y sus moradores, Puede alguien creer que el Absoluto juegue como un chiquillo con hombres, mundos y soles, cual si fuesen soldaditos de plomo? ;Por qué habia de “jugar” el Absoluto? zNecesita recrearse como un nifio? ;Pobre mente hu- 80 YOGI RAMACHARAKA mana en sus conatos de indagar el enigma del Absoluto! Conocemos instructores que con toda formalidad inculcan en sus discipulos la idea de que el Absoluto pone en existencia el universo y la vida universal con todo lo que de ello dimana por el deseo de adquirir experiencia mediante la objetiva existencia. Se ha expuesto esta idea tan frecuentemente en diversidad de formas, que vale la pena considerar su absurdidez. En primer lugar gqué experiencia puede adquirir el Absoluto? ;Cémo aprender algo si todo lo sabe y conoce? Sélo es posible adquirir experiencia de las lecciones ajenas y de las cosas exteriores; pero no de uno mis- mo, enteramente separado del mundo objetivo; y como no hay nada externo al Absoluto, resulta absurda la suposicién. Toda la dificultad de estos conatos de respuesta a la final pre- gunta del porqué, estriba en que todos conciben el Absoluto, el Ser Infinito, como un Dios personal, a manera de superhombre relativo y finito, y suponen lo que haria este superhombre. No es mas que una exagerada forma de antropomorfismo, el concepto de Dios como un supremo hombre. Es la amplia idea que dié origen al salvaje consepto de Dios como un poderoso guerrero y cruel cau- dillo, con las humanas pasiones de odio, venganza, ira, amor y deseos, Procedentes de la misma causa y semejantes a las hipétesis ya citadas son otras, como la del filésofo griego Plotino para quien el Absoluto no puede estar solo sino que ha de emanar almas de su seno. Otros pensadores opinan que el infinito amor del Absoluto lo movié a manifesta objetos en que derramar su amor. Hay quie- nes dicen que el Absoluto se “sacrificé” al multiplicarse en vez de permanecer solo y tnico. Otros ensefian que el Absoluto se ha en- marafiado en sus manifestaciones de suerte que ya no tiene con- ciencia de su unidad y por esto los que comparten esta hipétesis la resumen en el aforismo: “Yo soy Dios.” También algunos man- tienen una idea semejante a la anterior, diciéndonos que el Abso- luto se disfraza deliberadamente en su multiplicidad a fin de hacer por si y para si una mietificacién de si mismo. 3 No es descabellada esta especulacién metafisica? ;Cabe concebir serenamente que el omnisciente, omnipotente, omnipresente, eterno, perfectisimo e in- finito Absoluto se ocupe y entretenga en semejantes tonterias? ~No es esto tan pueril como el fetichista concepto de los salvajes y los barbaros? GNANI YOGA 81 Las superiores ensefianzas yoguisticas no mantienen semejantes hipétesis, sino que por el contrario opinan que la solucién del pro- blema esta oculta en el seno del Absoluto y que son vanas y lamen- tables cuantas conjeturas trace la mente humana respecto del “por- qué de la manifestacién universal. Afiaden las ensefianzas yoguisticas que aunque el hombre puede usar plenamente de la raz6n, hay algo en el Ser que sdlo cabe considerarlo con amor, fe y esperanza en Aquel de quien todas las cosas proceden y en quien vivimos y nos movemos y somos. Reconocen las ensefianzas yoguis- ticas que las cosas del Espiritu sdlo el Espiritu las conoce. Exploran los yoguis impavidamente las regiones de la Mente Universal hasta extremos limites; pero se detienen amorosa y reverentemente ante la cerrada Puerta del Espiritu. Mas conviene advertir que si bien los yoguis no conjeturan ni especulan ni cavilan respecto del “porqué” de la manifestacién del Absoluto, no niegan este “porqué”, sino que a su entender la ma- nifestacién del Absoluto tiene por objeto la realizacién de algan plan maravilloso con arreglo a bien trazadas lineas y de conformi- dad con una suprema Ley. Confian los yoguis en la sabiduria y amor del Absoluto y esperan pacientemente con toda seguridad la ultérrima justicia y final victoria del divino plan, Nada los con- turba ni aparta de esta idea, y sin hacer caso de las aparentes contradicciones del finito mundo fenomenal, ven que todas la cosas marchan hacia una lejanisima meta y que “todo en el universo coopera al bien final”. Pero los yoguis no piensan ni por un momento ni ensefian en el més minimo grado, que el desenvolvimiento de este plan allegue ventaja ni beneficio ni ganancia alguna al Absoluto, pues tal idea fuera insensata, porque el Absoluto es perfecto y su perfeccién no pueden aumentar ni disminuir, sino que los yoguis ensefian que el plan de evolucién tiene un propésito beneficiente para las almas evolucionadas de acuerdo con el plan. Las almas no poseen las cua. lidades del Absoluto, pues son finitas y capaces de recibir el benefi- cio de desenvolverse y alcanzar la meta de su evolucién. Por lo tanto, opinan y ensefian los yoguis que de la observacién del divino plan se infiere que el propdsito del Absoluto es la evolucién de las almas de suerte que alcancen la perfeccién. El Absoluto no necesita de estas almas para su complacencia sino que las emana en beneficio y felicidad de ellas. 82 YOGI RAMACHARAKA Ensefian sobre el particular los yoguis que no puede existir mas que un solo Ser real y perfecto, pero s6lo UNO; es decir, que no puede haber absoluta perfeccién fuera del Absoluto, y que el Abso- luto no puede crear otro Ser Absoluto, porque en este caso no ha- bria un solo Ser Absoluto sino dos Seres relativos. Reflexionando sobre ello se veré que es verdad, El AnsouuTo ha de ser siempre el Uno sin segundo, como afirman los yoguis, pues no puede haber dos Seres perfectos. Por lo tanto, todos los seres finitos han de marchar hacia la perfeccién por la senda de la vida con todas sus lecciones, tareas, cuidados, esfucrzos y dolores. Este es el solo camino abierto a los seres finitos, y ni aun el Abso- luto puede abrir otro sin dejar de ser Absoluto. Aqui hemos de considerar un punto muy delicado. El Absoluto es todopoderoso, pero su omnipotencia no le capacita para aniqui- lar su absoluto Ser. Asi queda mejor explicado lo que dijimos en la primera leccién respecto a que el mensaje del Absoluto a algunas almas iluminadas es: “Todo se hace del tinico y mejor medio posi- ble. Hago Io mejor que puedo. Todo es bueno, y al fin se vera su bondad.” También dijimos: “El Absoluto no es un indiferente y pasivo espectador de su creacién, sino que es un Espiritu activo que se esfuerza, anhela, sufre, goza y siente y participa de los sentimientos de sus manifestaciones en vez de presenciarlos insensiblemente. Vi- ve en nosotros, con nosotros y para nosotros. Tras las penas del mundo puede hallarse un profundo sentimiento de sufriente amor.” Esta idea consuela al alma dudante y apacigua la mente conturbada. En la sexta leccién trataremos de “cémo” el Absoluto plasma sus imAgenes mentales en el universo y en la vida universal con sus formas, personalidades e individualidades. Pero algo hemos de afiadir a fin de que el lector no quede en incertidumbre esperando la conclusién de nuestras consideraciones y se figure que intenta- mos ensefiarle que el universo y cuanto contiene es un “suefio” por haber dicho que todas las cosas son formas de pensamiento en la mente del Absoluto y caiga en este error. Por el contrario, aunque todas las cosas no son mas que formas de pensamiento en la mente del Absoluto, no por ello son “suefios” o “ilusiones”. Las formas de pensamiento emanadas del Absoluto son reales, porque las emana de su propia substancia que es reali- GNANI YOGA 83 dad, y siguen siendo reales aun después de emanadas, Cuando el Absoluto mantiene algo en su mente, lo mantiene en si mismo, porque el Absoluto es la Mente Universal. No es el Absoluto un ser material del que emanen seres mate- riales, Es un Ser espiritual cuya substancia es la misma que la que llamamos “mente” pero elevada al infinito grado de absoluta per- feccién y poder. La tinica manera posible de “crear” es por medio de la creacién de una forma de pensamiento en su mental o espiri- tual substancia, El mas débil “pensamiento” del Absoluto es mas real y duradero que cuanto pueda crear el hombre. En rigor, nada puede crear el hombre, pues los duros y concretos materiales que emplea en sus “creaciones” como el acero, el diamante y el granito no son mas que plasmas de menores pensamientos del Absoluto. El Absoluto no puede “pensar” en algo sin infundirse en ello como su esencia, de la propia suerte que las imagenes mentales del hombre no estan sélo en su mente, sino que también. estd su mente en elas. gNo se manifiesta el finito pensamiento del hombre en fisicos y materiales cambios de forma? Cada pensamiento del hombre gno “crea” efectivamente fisicas formas en sus células cerebrales y te- jidos fisiolégicos? El que lee estas lineas esta creando, mientras las lee, cambios de forma en sus células cerebrales y en su organis- mo. La mente humana esta en continua actividad y reconstruye el cuerpo fisico del hombre por accién instintiva, de suerte un dimi- nuto universo en cada momento de la vida. Sin embargo, hay quie- nes se extrafian y dudan de que el Absoluto pueda “crear” en su mente un universo por puro pensamiento, y que por su voluntad actiie el universo de acuerdo con la Ley. Los hombres de poca fe le niegan al Absoluto el poder que ellos tienen. Todos los dias proyectan algo en su mente, lo plasman en material manifestacién y sin embargo dudan de que el Absoluto pueda hacer lo mismo. Poetas y novelistas crean personajes en su imaginacién, al parecer tan reales, que el lector los toma por ver- daderos y Hora con sus penas y goza con sus dichas, a pesar de representarse todo ello en el finito plano fisico. Los pensamientos imaginativos de la imperfecta y finita mente humana son capaces de influir saludable o morbosamente en el cuerpo fisico y aun cau- sarle la muerte por alguna enfermedad imaginaria, No obstante, hay qivenes dudan de que el Absoluto pueda con su pensamiento dar 84 YOGI RAMACHARAKA existencia a los seres y a las cosas. Los escolares del vasto parvu- lario de la vida terrena han de aprender mejor las lecciones de la experiencia. Y las aprenderan, porque tal es la ley. Quienes estin invadidos por el sentimiento de su pequefiez e “irrealidad”, han de saber que moran en la mente de Dios, que Dios no los olvida y que mientras no los olvide, ningtin dafio puede sobrevenirles y que la realidad de su ser es secundaria de la tinica Realidad. Aun después de la muerte del cuerpo fisico mantiene Dios al hombre en su mente, salvo e indemne. La mayor satisfaccién que el hombre puede caberle es la de ser capaz de reconocer que estd con toda seguridad mantenido EN LA MENTE DEL INFINITO SER. Entonces se convence de la 1LUSIGN DE LA MUERTE. Paz. Lecci6n Sexta LA MENTE DEL ABSOLUTO En Ja leccién anterior expusimos las internas enscfiansas de la filosofia yoguistica referentes a la verdadera naturaleza del univer- so y de cuanto contiene. Esperamos que el lector haya meditado cuidadosamente sobre de las superiores ensefianzas yoguisticas. Aunque hemos procurado exponer estas altas verdades en la forma més sencilla posible, amenaza el riesgo de no poder asimilar la esen- cia de las ensefianzas a menos que la mente se haya ejercitado en la comprensién del pensamiento. Sin embargo poco a poco como la flor y el sol de la verdad penetrard en sus mas intimos repuestos. Nadie se ha de turbar si tarda en comprender 0 no adelanta gran cosa, porque ya le legara la comprensién a su debido tiempo. Nadie puede eludir la verdad ni la verdad se mostrar4 esquiva con nadie; pero nadie la recibiré ni un momento antes de estar dispuesto para recibirla ni la verdad se retardara un instante cuan- do esté dispuesto el receptor. Tal es la ley, y nadie puede eludirla ni alterarla ni modificarla. Todo esta sujeto a la ley. Nada sucede por casualidad. A muchos puede parecerles extrafio que el universo y cuanto contiene sean simples “formas de pensamiento” 0 creaciones men- tales del Absoluto, Io cual suscita una nocién de irrealidad, Esto es inevitable, pero sobreviene la reaccién. Otros, que han compren- dido esta capital verdad, dicen que “Todo es Nada” e incorporan esta idea en sus escritos y ensefianzas, Pero esto es la negativa fase 86 YOCI RAMACHARAKA de la verdad, y la fase positiva se va descubriendo a medida del adelanto. La fase negativa nos muestra que todo cuanto hemos considera- do real y permanente, incluso los fundamentos del universo, no va mas allé de una imagen en la mente del Absoluto, y por lo tanto falta la fundamental realidad que habiamos asociado con el univer- so. Por lo tanto, nos parece que “todo es nada” y caemos en un estado de apatia sin desco de desempefiar nuestra misién en el mundo. Pero felizmente, pronto o tarde sobreviene la reaccion y echamos de ver la positiva fase de la verdad, que nos muestra que si bien las formas y fenémenos del universo son ilusiones, su esen- cia debe ser real, pues de lo contrario ni aun fuera posible la “apa- riencia” del universo. A la imagen mental debe preceder la mente que la forje y un sER poseedor de la mente. Y la esencia de este SER debe inmanecer en todas las imagenes forjadas por su mente. Asi como el hombre esta realmente en sus imagenes mentales y éstas en él, asi también debe estar el Absoluto en sus imagenes mentales, creaciones o formas de pensamiento, como éstas en su mente. Se comprende lo dicho? Conviene considerarlo detenidamente y medi- tar sobre ello, porque entrafia la verdad. Asi, esta positiva fase de la verdad, lejos de ser deprimente es. el mas estimulante concepto que cabe mantener si se comprende en su plenitud. ;Qué importa si todas las formas, apariencias, fené- menos y personalidades son ilusiones en comparacién de la interna Realidad? No estamos seguros de que nuestro interno espiritu es el Espiritu del Absoluto, de que nuestra interna realidad es la realidad del Absoluto y que somos porque el Absoluto Es y no puede ser de otro modo?

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