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La buena fama de Fernando el Catlico se quiebra a partir del siglo XIX, porque el
romanticismo impulsa el nacionalismo espaol de raz castellanista ensalzando la figura de
Isabel de Castilla, y tambin porque el romanticismo mantiene que Fernando es un trastmara
de la monarqua castellana. Se hace un juicio negativo para presentar a Fernando como el rey
que destruy la corona de Aragn, cuando la Castilla de Aragn se tom como modelo para
construir la monarqua espaola.
La imagen de este rey no mejor con la apropiacin de la imagen de los reyes catlicos por la
propaganda franquista como antepasados. Se apropian de la simbologa, la Espaa Imperial,
pone su acento en Isabel; pero en Aragn se desarrolla una exaltacin de Fernando.
Las naciones nacen con los nacionalismos. Nace el Estado Moderno, no unitario, compuesto.
Inicio de la Historia Compartida.
No hay que hacer historias nacionalistas, ni que est al servicio de una propaganda (como el
franquismo). Actualmente en Catalua se sigue haciendo un uso propagandstico de la historia
(nacionalismo cataln), en contra de la historia de Espaa.
Dificultad para alcanzar nuevos consensos, debido a que somos incapaces de considerar esa
historia compartida.
(Joaquim Coll)