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Las costumbres funerarias en Jalisco precolombino Rasurio Acoste Nieva RUSUMEN EI andlisis de las préeticas funerarias es una actividad necesaria para inferir patromes que reflejan ta organizaciin de una sociedad. En este arficulo se intenta proporcionar una visién eremaldgica y espacial de las cambios ocurrides, en cunnite a ceaxaembres funerarias, denuro tel estecies de Jalisco, La muerte es la Gtima parte de lo de vida de toda ser viviente, y en los humanos esta rodeada de préctivas cullurales que hacen de ella alga més que una medida de higiene: En todas las antiguas sociedades conocidas, la mucric csta relacionada con: |. Fl recanocimiento del hecho orpanico dela muerte como una descom- posicion y desintegracitn da! 2, Creencias en um "mus alli”. 3. Ritos que permiten asegurar el paso det nmeric a su nueva vida, de ir- cunscribir él mal que representa yduexoreizar su peligro para los vives," Las précticas funerarias son un reflejo de diversos aspectos sociales de un grupo, sus Clementos se organizan al interior de manera similar que el universo cultural de la sociedad y las subdivisianes, dentro de esta ultima se reflejan también cn el aspecto funerario; es devir, que la importancia del Morin, “Les Premiers Metts Inhunaines", Hieite et rehdlagie, tim. 6, 1962, pp. 25-29. 146 pios DELTMOMBRE individuo cnlctado tiene relacidn con el mobiliario funcrario que lo acom- pata. El anflisis de las practicas funerarias ¢s complejo debido a su naturaleza. social y biolégica que hace necesaria la participacién de dos disviplinas: la arqueolopia y la ostcologia. La arqueologia pone en evidencia algunas de las actividades Cunerarias a través de los datos tomados durante [a excavacién; la aportacion suplementaria esta constituida por cl andlisis ostculdgico que proporeiona informacién bioldgica sabre los individues encontrados, cs de~ cir, el sexu, Ix cdad, la estatura, y las patologias. Solamente cuandy cl arqueélogo toma en cuenta estos das lipos de datos presentes en toda muestra osteoldgica, se puede Hegar a una comprensién mas precisa de la poblacion estudiada, La informacién sobre las costumbres funerarias en el estado de Jali resultaescasa y dispersa debido, principalmente, aque la entidad ha side pos estudiada arquculdgicamente y a que no siempre se encuentra material 6sco durante una excavacién. Por otra parle, existe el problema dela presentacién de los datos que se realiza de una mancra poco uniforme y algunas-veces hasta incompleta, Dentro de los trabajos arquealigicos publicadas, la descripcién de sepulturas es muchas veces deseuidada, asimismo la informacién tan importante como posicién y orientacién del cuerpo es omitida. Ademas de la deseripeién de los entierros serfa de esperarse eontar con el andlisis ostcaldgice del material encontrado, pues datos como edad y sexo de los individuos ayudan a inferir patrones mortuorios y, ciertamente, enriquecen la percepeidn de la organizacidn social del sitio exeavado, En esta oportunidad se intentara proporcionar una visidn cronol6gica de Jos cambios ncurridos en Jalisco cn cuanto a costumbres funcrasi unque yase ha tratado de tener una visidn més global de las practicas funerarias en cl veeidente,’ se ha escogido el estado de Jalisco como punto focal de esta investigacidn, pucs resulta ser el mejor documentado del area sabre palroncs mortuorias. Al revisar la biblingrafia arqueoldgica de Jalisco se hace evi te la necesidad de un estudio que sintetice los datos funerarios obtenidos cn el curso de las diversas excavaciones, éstos se encuentran dispersos en las publicaciones y en los reportes inéditos, En este trabajo se toman cn cucnta log Gntierros dentro de su contexto arqueolégico y se busca aprovechar la informacién proporcionada por los 2 Robert Lister, The Presewi Stains of the Avcacologe af Western Mexteo: a disieibusional Srey, Boulder University of Colorado Press, LOSS, (Stuslics, Series itt Anthrapslgy niin, 5), Rusario Acosta Niowa, Les Spulaures de ecient du Mexigre: dalisea, Nayarii, Colina, Tesis inédira de ta Universidad de Paris t, Pacis, 1994 LAS COSTUMERES FUNTRARIAS BS JALISCO M7 escasos andlisis osteoldgicos realizados sabre estos materiales, a fin dé ligar estos dos lipos de datos entre si, De esta mancra se intenta logcar una mejor comprensicn de Ja variabilidad temporal de las tendencias funcrarias de la region, y su relacién con cl desarrollo sociocultural del occidcaic, tomande a Jalisco como una parte representativa de ia misma. Se ha considerado quc la evolucién cultural del Occidente de México se presenta de una manera dilerente en camparacién con el resio de Mesoa- mérica, y que las tres clapas que caracterizan |a cronologia mesuamericana no coineiden con el desarrollo cultural del ovcidente. Para el analisis de las costumibecs funerarias en Jalisco se utilizar cl esquema de evalucién propuesto por Schéndube> que va mas de acucrdy con las caracterfsticas culturales y cronuldgicas de la vona. El dividié tenta- tivamente el periode precolombine en dos etapas: la Ktapa 1, queva de 1500 aC, a 600d.C, y la Blapa Il, de 600d.C, basta la conquista Segin Schéndube, la primera etapa se caraeteriza por un patr6n de, asentamiento aldcano, cuyas unidadcs de habitacién estaban construidas con material perecedcra y por materiales verdmicos relacionados con Ins del altiplano central para el Preclisico, Al mismo tiempo, sefala la presencia d vasijas antropomorfas, zoomorlas y fitomorfas, figurillas huecas, vasijas de estribo y la existencia de 1umbas de tire, Durantc lo que corresponde al Preclasico y al Clasico mesoamericanos, las relaciones entre el centro de Mesoamerica y el oceidente no son muy patentes. Hacia la Etapa ni, comienguna aparecer pequeiios centros cer ‘emoniales; los objetos hallados guardan cicrta similitud con los caractertsticos del Postelasico mesamericano, Esta elapa se halla subdividida en dos partes ay 5, a partir de los diferentes tipos ecramicos que les caracterizan. Las etapas propuestas por Schondube Parecen muy amplias, pero a medida que sc realicen mas investigaciones arqucoléyicas se podrd Megara una divisidn cronolégica mas lina. Hasta él momento, dicha divisidn vata més apegada a la realidad arqueoldgiva del occidente y resultarfa interesante constatar si este esquema cronolégico se aplica iguatmente a [os datos functarios con que se cuenta en Jalisco, * Onn Schgaduts, BE paride de sree pueblos: Tomoxaln, Tuspun, Lapottne Guadalajara, Jal, Uuiverstdad de Guadalajara, 1994; Quo Schfindube, “La Evoluctén Cohtural en el Oceidente de Mesivu. Jalisco, Collinay Neyurt’ actas del Congreso Imemacionat de Asuericanistas, ailm, 1, México, 1976, pp. 32-387; Onto Schondube, “La Evolucién Cultural en el Oeeidentede Méxicex Jalisco, Colima y Nawine, Fecturas Histdricas de Jatisce edit, por dM, Murié, 1. 1, Gerdalafara, Jal, 1982 148 ESTUDIGS DEL HOMBRE LOS DATOS FLINERARIOS EN JALISCO De todas las investigaciones arqueoligicas realizadas en Jalisco, slo catorce recuperaron material dsco humane. Se tomd en cuenta la informacion recabada por cl arquedlago durante la excavacién, y en el caso de tres tumbas de liro (Hacienda San Sebastién, San Sebastian y El Arenal) se incluyen dates proporeionados por los saqueadores, ya que se trata de descripciones muy precisas que pueden resultar de ayuda para el conocimiento de los palranes mortuarios especificas del sitio excavado. Dada que los datos funerarios on Jalisco resulian més bien escasos, se presentardn siguiendo un sencillo esquema de divisién espacial que los agrupa por subregiones, proporcionando las fechas de ccupacidn del sitio a fin de introducir los elementos para su pasterior discusién cranolégica. Area norneste ‘ Se han realizado también numerosas excavacioncs de salvamento en la parte noreste de Jalisco y sdlo en el sitio Cerro Encantado! se hallaron echo entierros primarios e individuales en fosas asaciadas a estructuras habitacio- nales. Al parecer los cuerpos adultos yacian en decdbilodoral oxtendido y contenfan ofrendas cerdmicas, y en un caso, dos figuras lipo cornudos;” los infantes presentan las mismas caracteristicas, aunque carecen de ofrendas, estos hallazgos fueron fechados entre 100 y 250d En la zona norte de Jaliseo sc localiza el Cafién de Bolafios, donde se encontré una tumba de tiro sellada que contenia urnas funerarias con restos de individuos cremados." Area norcentral Comprende los valles de Etzallin y Magdalena, donde a mediados dela década de los cincuenta y sesenla se realizaron hallazgos de tumbas de tiro. Letty Bell, "Archsoological Excuvations in Jalisee, Stiewee 175 (4027), 1972, pp. 1231-1239; Botiye Bell, "Excavations at Cerro Enrcantada, Jalisco”, Tite Archacotogy of West Mexice euit, por Betty Bell, Aji, Sociedad de Estudios Avanzudlos de| Occittente de Mexico, 197 Las figuras huecas de tip corondo estin hechas deecedmieay represemlan seres huneines sentadins, algunos de los cuales cuentan con dos protubermneiss eu la cabera, caractetistiea de la cual tomarna su. nointae, Teuuady de BE. Taladoirey B, Praugere-Kalfon, "Anchaéologie ct Art Précolombiens: La Mésua- mérique", Hoole du Louvre, Réunion des musés tualiomuux, La Documentation Brangnise, Paris, 1995, © Voresa Cabrera, "Arqueologia del Cafién de Bolofos ¥ su relacién can la eagidn septentrionl’, Persppectivas sobre ta Arqueotogta de la Periferia seprentrional de Meswamerica, eit, por Peter Jiméncz,cn prensa. LAS. COSTUMBRES FUNFRARIAS EN JALISCO 149 La primera fue fade El Arenal’ que eontenfa varios entierros primarios en decibito dorsal cxtendido, orientadas hacia cl este. Posteriormente, la del sitio Hacienda San Scbastiin*® que comtenia {2 individuos primarios en deedibito dorsal extendido, y que al parecer contahan con objetos de concha y liguras de barro como ofrendas. En el sitio San Sebastian, fechado entre 100 aC. y 400 d.C.,? se halld una tumba de tira con nueve individues, cuyos cuerpos estaban extendidos en deetibity dorsal, acompafados de vasijas y figurillas de ceramica. En cl sitio de Huitzilapa se v6 una tumba de tito con doble camara que contenia seis individuos en decdbito dorsal extendida, orientados hacia cl tro de Ia céimara, acompafados de vasijas, caracoles marinas y figurillas huecas de ceramica; uno de los individuos yacia sabre 3 metates; esta tumba fue fechada para 80d.0,"" Area central El area central corresponde al Valle de Atemajac, donde se localiza el sitio de El Grillo que contenia 29 tumbas de tiro de diversas tamafios, fechadas entre 730a.C. y 460d.C."* EI nmera de individuos presentes en cada una de ellas varia entre dosy cinco. Fstaban dispuestos en dectibite dorsal extendido, orientaalos hacia el tiro de las tumbas; en algunos casos los individuos situados en log extremos de la camara se eneontraban en decdbito lateral. Dichos enticrros contenfan un numero variable de ofrendas que consistian envasijas de cerémica, utensilios y ornamentos cn piedra, y en tres de las Lumbas los restos dseos Gn posicion analémica se hallaron sobre metates apodos, Cercano al anterior, s¢ localiza el sitio Tabachinés"” donde fucron halla- das varias "tumbas en forma de caja" fechadas entre 600 y 900 d.C. Dichas €structuras consislian basicamente en fosas rectangulares de 1.30 m de largo * A. Corona Nufier, Tumba de el Arcaul, Atzatlin, Jalisco, Mésion, Direeeién de Monuments Prehispauicos, 1955, (Informes del INAH, 3), Poter Furst, Shaft tombs, Shell Trumpets an Shamanism a cullure Ltistorical Approach to Prox blems in West Mexican Archacotogy, PH. 1). dissertarion, t.ns Angeles, University of California, 1965 Stanley Loug,lrrhaevlegy ofthe Mumticipia af Etcailén, Jalisco, University of California, Depart- | Anthropology, Ph. 1). dissertulion published by nicrotitras, Ann Arbor, 1964 Jorge Rauis, Comunieacisn persenal Luis Javier Galvan, Tas Tumlsss de ‘Tito del Valle de Atcmijac, Jaliseg, Mexico, INAH, 1991. phy 255, {enlercitn Cietities, nim. 239, Quo Sehiindube y Luis Javier Galvin, "Salvage Archaeology at il Grillo-Tabachines, Zapoysn, Talisco, México", edil-por Carroll |. Rileyy Basil C. Hedrick, crout The Cichinree Seu, Wlinals, Southern IMlinois Liniversity Press, 1978, pp. Hld-1é8. nen 150 ESTUDIOS EL HOMDRE por I mde anche y 1.80 m de profundided en promedio, que contenfan un solo individuo adulio primario en posicién scdente Mexionado y orientados al nerte en todos los casos. Las ofrendas, constituidas por ollas globulares, cajetes de base pedestal y cajetes tripodes, cstahan colacadas frente al esqueleto en linca paralela a la pared norte de la estructura, normalment¢ habia tres o cuatro por entierro; cabe aclarar que sila un tercio de las tumbas earecié de olrendas. Nuevamentc en Ins alrededores de Guadalajara, en el Hospital de Belén, se encontré otra "tumba de Caja", con las mismas caracteristicas que las mencionadas anteriormente, salvo que en este caso las ofrendas fueron mucho més numerosas, pues el entierro estaba acompaiiado de 21 vasijas de ceramica. Hn el sitio de El Ixtépete se hallé un entierro malliple que corresponde cronalégicamente a la clapa de tumbas de tira, pero debide a la naturaleza del hallazgo no fue posible precisar si en realidad se Lala de una de estas estructuras.!? Contenia tres infantes en dectbito dorsal extendido, orienta- dos hacia el este que yacian sobre un eonjunto de piedras colacadas a manera de empedrado. Las ofrendas consistentes en dos platos y un cajete, se encuentran a los pies del grupo inhumado; les acompafiaban tam ios de metate, un pendiente de ceramica y diversas lajas de obsidiana. Area cemtro-cricmtal El dirca centro-oriental estd constituida por las cuencas de la laguna de Chapala y los lagos de Sayula-Zacoalen. El silin de ‘Tizapdn, en laribera sur del lage de Chapala, fac «: entre 1965 y 1966, en él se encontrt un total de 52 enticrros en losas que presentaban una posicién scdent¢ Mexionada; se noté entre las mujeres una clara tendencia de ori¢ntacién havia cl este, mientras que en los hambres era hacia el este. La tinica diferencia cn temporalidad esta mareada por las olrendas cerfmicas, ya que algunas corresponden al complejo Cojumailin (950-1050d.C,), que también present6 artciacios de hucso, ¥ otras 4 Thapan (1050-1200 d.C.), en todos los casos las vasijasse colocaron con la boca hacia abajo y cerea de los pies.™? 1 Lalis Javier Galvan, op) ety pp. 313-314 * Clement Meigan y Leonard Poote, Fecavations ar Lizapdn el Alto Jalfsea, | os Angeles, University vl California, 1968, (1 atin American Seudies. nim. LL}. LAS OOSTUMBRES FUNERARIAS LN JALISCO 151 Tic mpo después se inicié el recorrido de la zona alrededor del laga de Chapala,” donde se encontraron diversas cvidencias de enterramientos humanos. Al oeste de Ajijic se excava cl dnice entierra —no removide— depositado dentro de una fosa y sin ninguna ofrenda, aunque bajo las piernas tenta una laja de lepetate. Dentra de la misma drea, en el sitio Riberas del Pilar, se observaron los restos de un cementerio arrasado por maquinaria pesada; entre el material removido habia lajas muy parecidas a las descritas para cl enticrro de Ajijic, ademas de resios dscos de adultos, objetos de obsidiana ¥ numerosos tiestos y figuritas. Por cl tipo de material asociado se puede fechar estos restos como eorrespondientes a la fase Santa Cruz (950 d.C, al contacte). Segin el testimoniv de algunos saqueadores, las vasijas de cerdémica que acompafiaban a cslos entierros estaban invertidas al igual que en Tizapan."* En 1990, se ié el Prayceto Arqueolégico de la Cuenca de Sayula (ORSTOM, INAH, U. de G.); come parte del mismo se han excavado dos sitios: el Fraceionamiento San Juan y Caseta,'? En el primero se encanird un total de 114 entierros que presentaban diversos patrones de enterramiento rela- vionados con el desarrollo cronoldgico del sitio.'* Para la fase Verdta (0-600 d.C.) se cuenta solamente con dos cnlicrros de adultos masculinos en decti- Dito lateral, orientadas hacia cl noreste, acompaiiados de va y deposita- dos en fosas. La fase Sayula (600-1100 d.C.) esté representada por 32 entierros oricntados principalmente hacia el oeste y en deciibito dorsal con tres variantes en la posicin de las piernas; &stas pueden cneontrarse: a) en forma de cruz, lamenos representada y exclusivamente masculina; b) elevadas sobre.un banca de tierra y semiflexionadas que corresponde indistintamente © Margarct Nond, The Archaeniagy of Lute Chapata,Jaitsca, Métice, New Orleans, Unpublistied Ph, dissertatinn, Tubine University, 1971; Roben Kall, "Archaeologival Reports Shores o€ Lake Chapala, Jalisco, México", RAFT 2, Guadalajara, Jal,, Universidad Autonoma de Cradalajarn, 1982, pp 19-40; Robert Koll, “Archieological Reparts Shores of Lake Chapala, Jalisco, México", ANTOC 6, mim. 2, Guadalajara, Jal., Universidad AulGnoma de Guadalajara, 1983, pp, 33-40: Rehert Kull,"Arckacotogical Reports Shores of Lake Chapala, Jalisco, Méxie whOc 9, ud. 3, Guadalajara, dal., Univexsiciad Autdinoma de Guadalajara, L988, pp. 33-40, | Margaret Bond, op. cit. pp. 174. © Otte Schéndube, Jean-Pierre Emphous, Francisen Valder, Rosati Acosta y Andrés Noyola, Hroyecia Argueoirigica de la Cuesict de Sayre, Primer informe Técnica al Consejo de Arquenlugi, Ms., 1982, Ott Schonduby, Jeam-Picere Emphony, Francisco Valdez, Rosario Acosta, Proyecto Arquentégico de la Cuenca de Sayita, Segundo Informe Téeaico al Camsajo de Arqueologin. Ms., 14, ** Gubnela Urufiucla, ¥ Rosario Acosta Nieva, “Los Resioy Oscos Humanos de Atryiie’, edit. por Iticarto Avila, Transfommueiones Mayeres on of Occkdeiie de México, Crinadala 1, Ia|., Universidad de , IM, pp: 183-206: Rosarin Aeosia, "Los Eulierros del Bracckonamiiente San Jnaa, Atoyac, Jalisco", edit, por Eeuaria: Williams, Conmibuciones a ta Argicenlogia y Etnakisnia det Oocidtenite ee Aférice, Zamora, Mich,, El Colegio de Michoacdin, 1994, pp. 93-114, 182 STUDIOS DEL HOMBRE a hombres y mujeres, y ¢) flexionales quedando los talones frente a Ia pelvis que resulld ser preferentemente masculina y es la mas frecuente dentro de esta fase. Las ofrendas fueron escasas y estaban constituidas principalmente por vasijas, entre las que resalta la presencia de copas y cajetes caraclcristi- cos de 1a fase Sayula, y figuras huccas de cerdimica, ademas de collares y pulseras. La fase Amacueca (1100-1500 d.C.} cuenta con 80 entierros lacalizados dentro de dos fireas separadias, En la primera de ellas, que tiene la pablavian més abundante, cl patrén generalizado fue de posicién sedente con las piernas flexionales y orientacién variable que presentan tanto adultos come infantes; tenfan como ofrendas vasijas de ceramica de estilo Amacueca, aunque también se encuentran algunas con un claro estilo tarasco, ademas. de bezotes de obsidiana, cascabcles, pinzas y agujas de cobre. La segunda érea comprende los entierros en decdbita dorsal extendida, con los brazus sobre el pecho o la pelvis, dentro de fosas rectangulares y con ofrendas de cetamica colocadas cerca de la cabeza del individuo inhumado. Hombres, mujeres y nifios tienen las mismas caracteristicas y entre los adultos se encontraran varios ejemplos de mutilacién dentaria El sitio Caseta se localiza hacia la parte sur dela C se encontraron tres. tumbas de tiro, des de cllas inta enca de Sayula donde as. La tumba “B" contenia diez individuos, cuatro de ellos cn decubito ventral extendido y el quinto sentado al fondo de la camara; los cinco restantes, dos adultos y tres infantes, se hallaron formando wn montén en el lado norte de la misma. El eucrpa situads junio a la boca del tiro, yacia sobre lajas y mietales de piedra. ‘Los objetos presentes fueron dos anillos de atl-all y m les cuentas de piedra y hueso y laseas de obsidiana colocadas cn la baca de tres de los individuos. La tumba "C" contenfa los restos de tres individuos posiblemente bila dorsal extendice que tenian como oftenda tres vasijas de ceré- mica, cucntas de piedra y lascas de obsidiana.'” Dentro del mismo sitio se enconlré un ceementerio que cuenta con 95 entierros correspondicntes.a la fase Amacucea; éstos pueden ser individuales ocolectivos, primarios 0 mixtos (un individuo primario acompanado de un secundaria) y depasitados dentro cde fosas de forma ovalada. La posicién predominante [uc fMexionada sedente con una orientacidn hacia el oeste; las ofrendas se. situaban a los pies del individuo y algunas veces se ballaron objetos coma peadientes de concha y cobre. en dec Pruncisco Valdez, "Tumhas deine en Usmajac, Jalisoo, Haein una reorienluciGn Teniitica’, Trace nim, 25, 1904, pp. 94-114 LAS COSTUMBRMS FUNERARIAS BN JALISOU 153 Avea sur A mediados de los afios cuarenta, Isabel Kelly rea ie 6 recarridas desupa en las zonas de: Autlin, Toxcacuexco-Zapotillan y la Cuenca de Sayula-Za- coalco,” en la parte sur de Jalisco. En fa zona de Tuxcacuexeo- Zapotitldn (Kelly, 1949), se cxcavé un total de 30 entierros primarios individuales que corresponden a los tres complejos cerdmicos por ella reconacidos. El prime- to és Tuxcacuexca ((-550 a.C.) que cuenta con siete entierros dispuestos cn deedhito dorsal en su mayorfa, orientados de manera variable, y can las ofrendas situadas cerca del créneo; dos presentaron un, conjunto de lajas de tepetate, que los sosienian, a manera de cama. Cinco de los 11 entierros del complejo Coralillo (50-1150 d.C.) tovieron posicinnes Nexionales en dect bito dorsal, lateral o sedente que ocurren al mismo tiempo que cuatro en decibito dorsal cxtendido, y todos estén orientades de manera variable: ademas se encontré un infante dentro de una vasija, y un adulto ercmado. Todos Ins entierros, excepto estos dos illimos, se acompafaban de lajas de Piedra que pueden estar acomodadas de forma horizontal sabre las restos ‘6seos vertical, a manera de vista, El complejo Toliman (1150-d.C.) cuenta con 12 entierros colocados en fosas en posieiéa extendida flexionada. En cuanio a estos Gltimos, la mayoria fueron nifies; hay una tendencia de ortentaci6n hacia el oeste, y las olrendas cerdmicas estaban colocadas prin- ipalmente cerca de la cabeza. Entre 1973 1974 se realiz6 el reeorrido de la region de Tamazula-Tux. pan-Zapollin.” En la poblacién de Tamazula, cerca de Ia escucla Moisés Sdenz, seencontré un conjunte de cuatro cnticrros individuales primarios en posicién sedente, orientados hacia cl norlc, y correspondientes a la fase Laurel (900-1200 d.C.). Las pasicianes de infants y adultos son idénticas, aunque s6lo ¢s10s ultimos estaban acompaiiados de ofrendas, y dos de ellos sc cubricron total o parcialmente de picdras. Dentro de la misma Zona, en el sitio Hamado Terla, Schéndube cxeavd dos entierros seeundarias de adul- tos que tenian como oftendas vasijas cerimicas, que 6) ubiea dentro del Postelésica.”? ® tsabel Kelly, The Archacology of Attian. Tuxcrcucxco Area of Jahisen I: The Auilon core, Berkeley, University of California, 1945, (Iheroumericana, nim, 26); Isabel Kelly, The Archaeology of Auélass Tee caceewe Arce of Jalisco H: The Tercacuercn-Zapoditdn cone, Beckeley, University ot California, 1949, (beroamericana, tim. 27}; Esubel Kelly, "A Surface Survey or the Savuta-Zaconleo Basius of Jalisey", Ms, * Oto Schéndubs, Bl Pavadte., Op. cf "fbi, p. 213. 154 ESTUDIOS DIL. HOMBRE. Area enstera EI proyecto “Interrelaviones de las Culturas del Nuevo Mundo" de la Uni- versidad de California, excavd el sitio de Barra de Navidad,” dentro del cual se hallaron scis cnticrros primarios individuales y depositados en fosas que no cuentan con ofrendas ni abjctoy asociadas, por lo que resulta dificil situarlos dentro de una fase precisa de la ocupacidn del sitio, misma que va de 600 dC. ala época del contacto, Gracias al cstudio osiculégice se pudo notar que tanto hombres como mujeres, adullas ¢ infanles yacen flexionados, con huellas de deformacién tabular ablicua, y cn un solo caso de mutilacién dentaria. La costa central de Jalisco fue estudiada dentro del proyecto Tomatlan,”* durante las excavaciones del sitio habitacional la Pintada (90 a.C.) se recu poraron nucve entierros individuales, de los que dos eran sccundarios y el resto primarios. Estos ultimos se-hallaron en deedbito dorsal extendido, oricntados hacia el sur yal oeste, y correspandian respectivamente a hombres ya mujeres, entre los que hubo evidencia de deformacién tabul reporté iambién un infante que tue enterrado sobre el abdomen de una mujer. Sélo dos entierras cuentan con olrendas constituidas por vasijas de verdmica con la boca hacia abajo y en algunos casos de brazaletes y collares. Comprendidas dentro de! Valle de Banderas, se han descubierto varias tumbas de tiro, algunas de cllas inlactas, en las que se halla una asociacién entre entlertos en urnas y dichas estructuras,” DISCUSION Después de efectuar la revisién de la informacidn fineraria de Jalisco, resulta evidentc que los datos se encuentran agrupados de acuerdo a las regiones que mayor interés han despertado en los investigadores. Asfse observan dos areas con mayor cantidad de sitios exeavados en las que por consecuencia, la informacién mortuoria resulta mds abundante. La mds evidente es el rca ® Stanley Lang y Marcia Wiew, Cryeas, Ld. Sucre, 1966, pp. 3-81. * Joseph Mouilljoy, Preyveta Fomarténr de Satvamena Arqueoligico, México, INAH, 1982, (Bolee- ci6n Cicutica. serie Arquenlogtn mim. 12%}; Joseph Queue, "Investigaciones Arqueolégicas en la Chonca del Ric Tomallin, Jalisco", PANTOC5, Guadalajara, Jal, Universidad Aménoma de Gusdalajara, 1983, pp. 21-51. * Joseph Meuntjoy,"rehispanie Culcural Development Along The Southeras Coust of West Mexi- colt Perspectives sobre ta Arqueviagic de ta Perifimia sepeentrional de Mesum érica, edit, por Peter Jiangiet, en prensa. cavations di Barra de Navidad, Jaliseo", iueropeldgica, nim, 18, LAS COSTUMERKbS BUNRRARIAS EN JALISCO 155 noreentral de Jalisco que cuenta can los datos obtenidos de las excavaciones en los sitios de Iluitsilapa, San Schastiin, Hacienda San Sebastian, y El Arenal; el segundo palo de interés lo constituye la parte centro-cecidental del estado, donde se han hecho estudios en sitios como Ajiaco, Riberas del Pilar, Tizapin, Caseta, y Fraccionamiento San Juan. Esta polarizacién pro- porciona una visién muy parcial del desarrollo de las costumbres mortuarias en Jalisco, pues los sitios reslantes s¢ encuentran disperses a lo largo y ancho del estado, por lo que la muestra no es suficiente para inferir patrones espaciales. Pero aun tomando cn 1a estos inconvenientes sc trataré de proporcionar una visién eranoldpica de las variaciones en cuanto a costum~ bres funerarias, teniendo siempre en mente que dichas variacioncs son. reflejo de un cambio sociocultural mayor y que los datos con que se trabaja An cireunscritos:a dreas geogrilicas espectficas. La Etapa 1 Los sitios eomprendidos dentro de la Btapa I, sc localizan en su mayoria hacia cl centro-occidente del estado (mapa 1), y se (rata de tumbas de tiro princi palmente, Los datos obtenidos en cuanto a sexo no-son suficientes para poder establecer una variabilidad de tratamiento mortuorioentre ellos, salvo cn los sitins La Pintada y Caseta, Enel primero, hombres ymujeres presentan lamisma posicidn, aunque la orientacidn es dilere: s Gnicas ofrendas ¢ncontradas acompafiaban a una mujer, cn tanto que en el sitio Casela no se encuentra diferencia de inhumacién entre scxos, patrdn que se repite en todas las tumbas de tiro del estado, En la mayoria de los casos s¢ reporta sdlo el rango de edad, adulto 0 infante, por lo que fue posible observar que dentro de las tumbas de tiro los individuos inhumados eran preferentemente adultos, pues se registraran solamente dos excepciones, La tumba "B" del sitio Caseta que presenta tres infantes formando parte de una acumulacian de huesos en el fondo de la camara. El otro ejemplo excepcional cs cl de los entierros infantiles de Bl Jxtépete, aunque no se tiene la certeza de que se trate de una tumba de tire, las fotograffas parecen indicar que silo es y par ello se incluye-como tal. Para la Elapa 1, hay sdlo dos sitios que reportan enticrros de infantes, éstos no sc encuentran dentro de tumbas, sino en fosas: La Pintada, y Cerro Rncantado. En un caso los nifios fucron depositados con la misma posiciGn y orienta que los adulios pero a ninguna se le colocd ofrenclus ni objetos que demues- len que tenian un estatus importante dentro de la soviedad. 136 FSTURIOS REL HOMRRE. 106" 10 102" ar Pacifico Océane 1s L. La Pintada, 2. Terk y Moisés Sd4enz, 3. Fraccionamiento San Juan, 4. Hacienda San Sebastian, 5. Valle de Atemajae, 6. San Scbastién, 7. El Arenal, 8. Huitzilapan, 9. Cerro Encantado, 10, Zona de Tuxcacuexco-Zapotitlin, 11, Caseta, 12. Riveras del Pilar, 13. Tizapan, 14, Barra de Navidad, Mapa i, Los sitios en el estado de Jalisco donde se excavaron restos dscos humanas, Durante la primera etapa existen dos tipos de sepultura: la tumba y la fona. Cabc destacar la existencia de fosas que presentan lajas de tepetate © piedias cn el piso, sobre las que se colocaban los cuerpas; los casos mencionadas se agrupan en lazona de Tuxcacuexco, Esta costumbre habia side reportada coma de "disuribucién mas o menos continua en la parte alral del Oecidente de México y contemporiinea con Apatzingan, Michoa- LAS COSTUMBRES FUNERARIAS EN JALISCO) 157) * Elomplos similares se encuentran en las tumbas de El Grillo, Caseta y Huitzilapa, donde en ciertos casos los individuas son colacados sabre lajas de picdra o metates, dispuestos a manera de cama a Io largo de la camara. ste rasgo sdlo sc cncueatra reportado para las tumbas de Jalisen, pero como es evident, no se puede circunscribir a una sola area dentro del mismo sitio, pues el sitia Casula se encuentra en 1a parte sur de la Cucnea de Sayula, al sur del estado, en tanto que El Grillo se situa en el Valle de Atemajac, en él centro del mismo, y Huitzilapa, en el valle de Magdalena, cn cl norcentra de la regidn, Sélo se tiene noticia hasta ef momento de ua cjemplo similar en la tumba 2delas Animas, Colima,” donde se hallaron cuatro metates completos colocados a la entrada de fa edmara pero sin relacién alguna con el cuerpo del oeupante de la misma. Para esta clapa cl tipo de posicién predominante cs decibita dorsal extendido lo que resulta Iigico pues dentro de las tumbas es la posicion que prevalece, y cst Lipo de estructuras es el mds frecuemic para esta fase. La tinica excepcién en cuanto a posicién dentro de las tumbas de lira cs la lamba "B" del sitio Caseta donde los sujctos se encontraron en deedibito ventral, ademas de que se excavé un individu en posicion sedente, Esta tliima puede ser resultado de una rculilizacidn de la estructura, para lo que cra necesario agrupar los restos Gseos anteriores, a fin de crear espacio para los nuevos cuerpos; probablemente este cuerpo se encontraba cm procese de descarnamiento y por ello fue posible sentarlo para que ocupara un espacio menor, por lo que esta posicidn aberrante no representa una variacion ral. La orientacién de los cucrpos enterrados en fosas es variable y no se vistumbra una tendencia espeeffiva; en las tumbas los cuerpos se hallan con la cabeza hacia el tiro, independicatemente de la orientacién propia de Ja tumba, rasgo que varia cnormemente. La tinica excepeion reportada cs nuevamente, la tumba del sitio Cascla que presenta los cuerpos colocados de manera per pendicular al tiro, dispe n que-se ha encontrado también en Colima,” y que viene a reforgar la idea de que las tumbas dg Colima presentan caracteristicas diferentes de las del area Jalisco-Na ayarit.” Las ofrendas de los enlierros en fosason principalmente ¢ encon- trados usualmente cerea del crdneo, Un sitio que presenta caracteristicas ® Robert Lister.op. cit, p49. 27 Maria de los Angoles Olay, "Las ‘Turnbus de Tito de tas Animas, Colima", Argucologta Mexiceares, vol J.ntim, 4, 1993, pp. 78 80, ® hid. * Prancisco Valdez, ap. cée., pp. 96-110. 158 ESTUBIOS DEL HOMBRE distintas es La Pintada, dande lus vasijasse encontraron en posicién invertida. En las tumbas las ofrendas estdn constituidas por vasijas y figuras huecas, Tasgo caracteristico de la ¢poca de tumbas de tiro; entre los ornamentos usuales aparecen cuentas de concha, cerdmica, huesa y picdra formando brazaletes o collarcs. Estos adornos se hallan también en los cnlierras en fosas, aunque son més abundantes en las tumbas. Resumiendo lo dicha anteriormente, se observa que durante la Etapa 1 (cuadra 1), turibas y fosas fueron los tipos de sepultura predominantes, a partir de las cuales se deriva el resto de las divergencias encontradas en el patron de cnterramiento, Con base en los datns con que se cuenta actual- mente, al parecer las tumbas contenfan principalmente adultos en posicion extendida y orien tados hacia el tiro de la tumba. La tumba "B" delsitio Caseta y la posible tumba del Ixtépete son las dos excepciones de los casos revisados para Jalisca pues contienen infantes. Los entierros cn fosa, cn su mayoria, guardan Jas mismas caracteristicas: la misma posicién exlendida y orientaci6n variable. La divisién en cuanto a tipos desepultura dentro del mismo perieda de tiempo, podria ser reflejo de las clos clases principales en las que posible- mente sc dividfa la sociedad: un grupo privilegiado, representado por estruc- turas [unerarias complicadas que implican la existencia de mano de obra un segundo grupo earaclerizado por estructuras funerarias especializada, mas simples. La Elapa I Los sitios de la Etapa 1, que contienen material dsvo, se encuentran distri- buidos principalmente hacia la-parte sur de Jalisco (mapa 1), Los estudios tealizados sobre dicho material reflejan un aumento considerable de infantes con relacién on le etapa anterior; de diez sitios analizados, ocho presentan inhumaciones infantiles. Aunque las ofrendas a infantes somescasas, presen tes sdlo en el Fraccionamiento San Juan y en la zona de Tuxcacuexco-Zapo- litlan, en la mayorfa de los casos los infantes yacian en la misma posicion que fos adultos, esto podria ser indicador de un aumento en la importancia de usle sector de la poblacién (cuadro 2). Con respecto al tratamiento morluorio con base en sexo, en esta clapa se cuenta con mis datos que: en la anterior; en cuatro de once sitios se tiene identificado el sexo de los individuos. En la mayorfa de los casos las mujere: presentan el mismo palrén de enterramiento que les hombres, pues se les voloca en la ntisma posicién, dentro del mismo tipo de sepultura y son acompatadas por oftendas similares a las de ellos. Hay dos excepciones pms upionod ug T oauD uploouuofap ap wEMepIAT “I j odory 0p 9 sommenpuodsaios seuDiaun souasing “| OMEN ==> ===> OpEpUNaeS equiny TOUREY eupaid ap mquena aeee aiqeyen — | opipuaixe jesuop equin, souls, eupaid ap equana e152) e-[1e Soyue note aiqeuen OpIpuayxe |ess0p equiny SQUIINSSE nL TooxenseoxnL ese) — selisea eeeuen opipusixe jesiop | sespeid uno es0} counpy | —_upipedez ~caxenoeoxn — == 80} Pu rem ene: opipueixe jesu0p B80) OpeieDUs ONES) ans Kepou | opipuenxe jesiop ee aise SeeazEG Asereyico SeoaTEIy "serRn109 % opipuaixe sop. rus 3 sendy A selisea atgepen Dpipueyxs fB8109 counpy | _ugneges ueg ESuEry Asequnby Sefisen eyou opipueixe jesiop. equin :oynpy oD 1a uBIsedeS ues BpueEY Dpipuere jes10p ven Weg — eqgeuen lesiop oyaneep say courage | ojueieuonoey BHO euepes ESO TELL] 2UeRS eyau equepes -seipaid UCo ESO) souny | __SéSi0y "363 ans ‘OpIPUuE)Xe f2S10p 28a} :eqUE}Uy Je y00 81; Zea eise0 ‘opipueyxe fasiop B80 soujueue =e ans Opipuayxe jesuop: eso} TOUINOSB\N [BREW &7 wingndes @p | pepeA oxes | SOjUSLUBUIO sepuayo uugioRSO upjaisod odg, ep sodnB ons “Sedguady op atuaiuDaisnpoxs uas anh sozusd soy A sazozag soj oudazza ‘oun sa 995 F aun upronuualap ap mouapiay “f n ndory bj D sajuaipuiodsauios sovpuaun souonug Z O4pEND ee safisea aquapes Pies ep equiny sounpy ve SEISEA ‘e]uspae ley ep equiny Sauleqe) EpEUORST eaoy TSIUEL] ‘epeuors) eso) souuaweg |, PEPIN epeuops|| soy sounose ny op Buea a ByUSpes Soy {SSWUEL a sale ep sejere ‘seiisen, 81580 eqepes SO} !SoUNpY? 6885 zS0e1E2 -219 ‘eqn €p $9) BIQRUEA ejuspes so} (eosnoeuy -eqessed ‘ueueip | 261900 sp seine PITEHeA equepes: B50} esb4) URN? UES -isg@ ep seozeq| « sezud ‘seliees SIs HeA equepes Eso} oquenuBuoRoesy =e Te cee rene ‘OMepUNOSS BOOL (eis seussind see jad sehgen 1s80 apBUoKeY \essop B80) ese4) uenp ues seiogind ‘sexi | selisea A sesnby aise0 apeuoRel jesiop 50) usMUeUO OBI ‘oseny 8p SOISE}8HB 91380 quspes Eso} Asulisen e gquepes B80) ugdezi = os 7) opipueyxe | —sele] oo Boa uly elisen — ‘ovepunsas eso sony uel Elsen aso epEuoRey ESO) TSURIOT | (UBIO OPBUDIXS, ese) uppnodez eas selisea yao, Acpipuexs Eso} OUND }_Si5 as —— —— opeuo lei, elisen seqUeI Blisea eqqeUeA Sees sete] u00 Bsoy :ounpy. eimjndas ap_|—pepen oxes soqusweU $e pusyo ngi2eayo ugiarsod ‘oda, op sodnaB ons LAS COS/UMBRES FUNERARIAS EN JAL 11 importantes: Tizapiin, donde se observd una clara divisién entre masculinos y femeninos, los primeros orientados al este y los segundos al ocsic. Elotro ejemplo es e! Fraccionamiento San Juan, cuyns individuos muestran distintas posiciones relacionadas con su sexo. Esta tendencia resulta mas complicada que en el sitio de Tizapan, pero cs igualmente comprobable ya que hay una posicin preferentemente masculina (dectbito dorsal flexionado), otro tanto masculina como femenina (decubito dorsal con las piernas clevadas as) y otra exclusivamente masculina (dectbito dorsal con las piernas en cruz). Yolviendo a las caracteristicas generales de la etapa, se observa que la fosa es el tipo de sepultura predominante, aexcepcidn de las tumbas en forma de caja reportadas por Schéindube™ que parecen circunseritas al Walle de Atemajac. Curiosamente, las fosas con lajas cn cl piso vuelven a aparceer para la zona de Tuxcacuexco y los alrededores del Lago de Chapala (Ajijic y Riberas del Pilar), por lo que s¢ podria pensar que se (rala de una costumbre local que se mantuva eon cl paso del licmpa, y poslcriormente se hacia el sur. Fu también cn esta zona que se cxcavé un enlicrre dentro de una vasija y un cuerpo cremaclo; csio hace pensar cn un de particular de fas castumbres funerarias en Tuxcacucxeo, mismas que por una razn desconoeida no influyen fuertemente en cl resto del estado. Las fosas utilizadas disminuyon en tamaiia, debido a la posicién flextona daen que se colocaban los restos; esto constituye una diferencia muy evidente con la fasc anterior, pucs micniras que los extendidos se generalizaron durante la Etapa[, en la Etapa 1 esta posicién se hallé circunserita ala zona de Tuxcacuexco-Zapotitlan, donde se reportan también entierros flexiona- dos. En el Fraccionamiento San Juan hay un cementerio completo con enlicrros cxlendidos en dectibito dorsal, pero con base en las caracteristicas gencrales de los mismos sc picnsa que “probablemente esta agrupacion corresponda a inhumaciones realizalas cn la parte temprana de la Colonia’. Sc observd lambién que las posiciones en la parte temprana de la Etapa 11 muestran gran diversidad; esto resulta evidente en el Fraccionamienta San Juan, durante la fase Sayula (600-1100 d.C.), pues existen tres vartantes de posiciones flexionales, ya sea sedente o en dectbito dorsal, que tienen relacién eon fa colocacidn de las piernas y los brazas. En cambio, hacia la * Rosario Acosta, "Los Enticreas.... op. cft, ppp. 93-114, 3! Oto Schinctahe y Latis Javier Calvin, "Saimge...ap. c8. pp 144-168. © Resurio Acusin Nica y Gabriela Urufuela, “Patrones de enterramiento en la Cuenca de Saynta: Ih fase Amactiera-en.Atogne”, Pritner Coergrier sede? Cerpen Fhuinerey st Travamionto Mortuerio, edit, por Gregory Percira, México, CTMCA, cn prensa 162, ESTUDIOS DEL HOMBRE fase Amacueca (1100-1500 d.C.) se nota una homogeneizacién de dichos patrones, ya que casi todos los entierros presentan la posicién sedente flexionada. Esto se observa con seguridad en la Cuenca de Sayula, dentro de los sitios San Juan y Caseta, donde sola dos entierros estahan en posicidn extendida, y es posible que la misma situacidn sé presente para el resto de Jalisco. La orientacién variable de los restos ¢s una caracteristica que sobrevive. de la etapa anterior, aunque en cuatro de los sitios de esta fase hay una ligera tendencia de entierros colocados hacia el oeste. Las ofrendas mas comunes siguen siendo las vasijas, en tanto que las aparecen; sdlo se reporta un caso de éstas eomo ofrenda en yuladel sitio de San Juan, loque nose considera representative dela etapa. En los sitios Caseta y Fraccionamiento San Juan se encontraron, ademas de las vasijas, objctos de cobre coma pinzas, agujas, cascabcles y arCles que consliluyen cvidencia de contacto con grupos Larascos, cuya presencia podria deberse al cjercicio del control de la sal, producto impar- tante de la Cucnca de Sayula. Los ornamentos lambién parecen haber disminuida tanta cn cantidad como en frecuencia can relacidn en la clapa anterior, puesto que dichos objetos sdlo fueron encontrados en minima cantidad; una excepcién es el panteén Amacueca del Fraccianamicnto San Juan, en cl que 43 % de los individuos los presentan. Resumicndo, sc encuentra para esta clapa un patrdn de enterramiento distinto al de Ja anterior, esta diferencia se basa, principalmente, en la desaparicion de las tumbas de tiro, que trae consigo tres cambios notables: 1, posicion flexionada en vez de extendida, 2, ofrendas mas variadas que en la etapa anterior, y 3, un incremento en la poblacion infantil que aparente- mente adquicre un estatus importante, al igual que las mujeres. Por otro lado, destacan tres zonas: 1, la de Tuxcacuexco que parece detentar un patrén de enterramiento diferente del resto, 2, el Valle de Alemajae, tinica zona donde se han encontrado las tumbas de tipo caja, 93, la Cuenca de Sayula que presenta un cambio en las costumbres mortuorias hacia el final de su ocupacién. Esto posiblemente se deba a las relaciones entabladas con los tarascos, cuya evidencia se encuentra tanto en las ofrendas asoviadas a entierros como en algunas aldeas, LAS CHSTUMURES FUNBRARIAS BN JALISCO 163 CONCLUSIONES Los trabajos arqueolégicos en Jalisco no son suficientes todavia para propor. cionar Ios datos neeesdrios para tener una clara idea de su desarrollo cultural y de fa cronologia. Como eonsecuencia, la informacién funeraria es también escasa y dispersa por lo que no ¢s posible inferir patrones definitivas; se puede en cambio, sefialar tendencias generales dentro del Srea estudiada. Hay una diferenciaciGn marcada entre las etapas en las que esta dividida la cronologia del occidente, a partir de la desaparicidn de las tumbas de tiro-y la mesoamericanizacién. Asise observa que la Etapa | esta caracterizada por la uniformidad en los patrones funerarios, en tanto que la Etapa 1 muesira una mayor diversidad. El tipo de sepultura, la posicin y las ofrendas son mas o menos las mismas dentro de la primera etapa; por el contrario, durante la etapa més reciente los patrones cambian de un sitio a otro, y a veces es posible encontrar ejemplos muy variados dentro de] mismo sitio. La poblacién infantil parece cobrar importancla durante la Elapa it, pucs la cantidad de infantes hallades por sitio aumenta. De heeho, la falta de inhumaciones infantiles en la Etapa |, 00 significa que la mortalidad de nifos era inexistente, sino por el contrario, cl mimero de decesos on esta banda de edad era tan abundante que ch hecho de morir durante la primera infancia cra comin, Con base en lo anierior, se podria sugerir que el grupo no reconocia socialmente a los nifos hasta una edad mas avanzada, cuando el riesgo de muerte disminuye. Esto significaria que la mortalidad infantil durante la Etapa 1 habfa bajado de manera importante. Podrfa también reflejar un cambio en la organizacién social del grupo, siendo posible que ahora el reconocimiento sea heredado desde cl nacimiento; el estatus deja entonces de scr adquiride para volverso adserito. Sise compara el esquema de cvolucidn cultural propuesto por Schéindu- be von los datos funcrarias de Jalisco, es posible constatar que cn cllos se relleja cl mismo cambio cronolégies. Durante la Etapa 1 existen en cl Qecidente de México caracteristicas sociales distintas del resto de MeSoamé- rica. En cuanto # patrones de enterramicnto, cl rasgo mas cvidente es cl fenémeny de tumbas de tivo, Las oftendas que alli se encuentran presentan formas y decoracianes particulares que caracterizan ala regidn en esta épaca. La diferencia con el resto de Mesoamérica se hace menas evidente a partir del 600 d.C., como consecuencia de contactos continuos con otras regiones que influyen tanto en la cer4mica, como en el patrén de enterramiento. Hasta no contar con mayor cantidad de datos, no seré posible definir la naturaleza del cambio a nivel funerario y su grado de relacién con el cambio 164 ESTUDIOS DEL HOMME. culiural de la regidn. Resulta obvio que ademas de cantidad hace falta mayor calidad en la informacién funeraria, por lo que es necesario dar la misma importancia al material see que al resto del dato arqueolégico. Estudiando. los restos [uncrarios bajo esta éptica, se puede obtener gran cantidad de informacién social sobre el grupo que habité el sitio estudiado.

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