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Luis Cenci..o > COMO ep PLATON SE 8 VUELVE TERAPEUTA SYNTAGMA EDICIONES arinolf ha tenida fran éxito con su obra Ades Platon y menos prozac, de la cual lo mas prometedar es el titulo, ésta es la razén de que ofrezcamos ahora la presente obra para suplir lo que en aquella no acaba de decirse de Platan v acerca de métodos de Terapia. Platon ha sido el pace del idealismo, par eso no insistimos demasiado en él —como tampoco lo hace Marinoff, sino que la adopta como un simbolo de lo filosético—. Aquf lo que tratarnos es de exponer unas categorias bdsicas, casi de sentide comin, que organicen las situaciones conflicti- vas y amueblen la mente de los pacientes fuera de los tépicos al uso, tom qa Wi + LUIS CENCILLO COMO PLATON SE VUELVE TERAPEUTA Respuesta a Marinoff: uun nuevo procedimiento de curar por el Conocimiento SYNTAGMA EDICIONES o/ Pisuerga, 3 - 28002 Madrid A Lidia Blanco que, como terapeuta, . vive la Filosofia © SYNTAGMA EDICIONES TS.BN: 84-88159-15.3 Depésito Legal: M-14716-2002 Imprime: GRAFICAS MARCAR, S.A. s, 95 ~ 28043 Madrid INDICE 1, Por qué recurrir a la Filosofia? 2. El malestar y la Intemperie 3. Deseo, Logro y Cre 4. qe qué dependen Neurosis y Creatividad? 5. Lo Real vivido y sus vertientes de Dificultad 6 i 1. 8. Ulteriores dimensiones existenciales de la terapia . 9. Cualidades de la Convivencia y Final de la terapia 10. El Amor 11, Mayéutica e Integracién .. 12. Interpretar: lo que a Freud y a Jung se les cult 13. Existi 14, Andlisis de Situacién 15, Esbozo de nuevos Enfoques de las Patologfas EPILOGO. Sintesis Practica: Como manejar terapéuticamente a Platén .. APENDICE: {Qué es Filosofia? 15 29 45 67 87 103 123 127 139 149 155 173 189 201 215 231 . 241 PROLOGO Ha sido un acierto de Marinoff llamar la atencién de que la filosofia puede ser mas eficaz que el Prozac 0 cualquier coanaliticos para que todo se explique. De vd. depende ente- rarse o no. Lo ocurrido en el recién transcurrido s. XX es un fen6- ‘meno sorprendente y bastante paradojico: Freud leg6 un ins- trumental privilegiado para trasformar personalidades a medio hacer (digémoslo asf), sin acabar de madurar. Sus discfpulos mAs fieles le hicieron anquilosarse por un exceso de respeto y surgié una lastica freudiana; y avan- 26 el siglo pero ellos quedaron varados en el maestro, profe- sando dogmaticamente su doctrina, y haciendo con ella todas las combinaciones posibles, mas sin dejar introducirse nuevas perspectivas. Y quienes no eran discfpulos de Freud empezaron a esforzarse, injusta y polémicamente, en demos- trar que sus descubrimientos no eran validos y que lo tnico eficaz y valido eran los farmacos o el andlisis de grados de ansiedad ante los estimulos, o las pautas de comunicacién en el grupo, o los esquemas cognitivos en juego, pero todo ello 9 evitando cuidadosamente destapar la caja de Pandora de la vida inconsciente. Aun sus tltimos discfpulos lacanianos prescindfan del riquisimo material detectivo de los suefios y de las fantasfas y hacfan un discurso penosamente plano. jQué prurito autodestructivo de sus posibilidades ha tenido el s. XX! Lo que fue la bomba nuclear ha seguido siendo el escep- ticismo y hasta la autoridad religiosa, a cada nuevo intento de exploracién microestructural de la vida levantaba el dedo condenatorio, advirtiendo peligro por todas partes. Decididamente mi siglo XX (pues practicamente mi vida se ha desarrollado integramente en él) ha sido un siglo cuasi aberrante, donde las ideas mas extraiias (refritos de ideolo- gias de otros tiempos) han encontrado eco y seguidores masivos. Ha sido un siglo con demasiadas pretensi ion y creatividad’, pero bastante estéril e tecnologia y en investigacién biolégica y espacial exclusiva- mente), también ha sido el siglo de las "masacres’ masivas y en frfo en nombre de ideologias a priori. Respaldéndose, como en el XVII, en la Razén de Estado o por probar medios més efi- caces de exterminio en poblacién desprevenida y anénima... Volvamos a la Psicoterapia. El otro enorme vicio de las escuelas de psicoterapia pura del s. XX, antes no las hubo (Charcot utilizaba la hipnosis y otros el electroshock, la ducha fria y los farmacos), empe- “Se podria decir que tales descos eran prematuros pero bien mirado no lo eran, sng todos conta ucla emp que habla sonado la hora defen Yar ideas sociopolticas pues se venta viviendo de las rentas de Rousseau, de Stint Simon y de Mars, en el siglo no aparecis wn solo ideélogo tan orginal omo ello, sno todo eran repetidores a ctl mas parcial yabsurdo de los gras- ‘des sistemas sociopoiticos del pasado (jun sig o siglo y medio vejs ya) 10 zando por la de Freud, es que no fueron capaces de crear gran- des sistemas abarcativos de la totalidad personal humana. Y ello porque ninguno de sus maestros fue fil6sofo. La miseria de los sistemas de psicoterapia del s. XX ha sido su sectorialidad. Cada autor experimentaba con (bioenergética, 0 en otros casos ) y concienciacién, construia una “teorfa" ad hoc de exigua base y la hacia valer como el tinico método eficaz y valido para "curar las enfermedades menta- les" (que no son ni enfermedades ni mentales...) descalifican- do todos los demas. Los tres modelos de Freud ya eran reduccionistas; pero todavia Freud, como las personalidades geniales (de G+ le calificariamos segtin los baremos establecidos por nosotros en de Creatividad, Arte y Tiempo, Madrid, Syntagma, 2000) tiene el instinto (‘sentido comin") de no sacar las dltimas consecuencias (ya ilégicas) de sus mismos principios. Son siempre los epfgonos los que se atreven a sacarlas con lo cual hacen de enfant terrible del maestro pero pierden el sentido comin, y las consecuncias son inviables y conducen, en el caso de ia terapia, a técnicas y seftalamientos disparatados. Este constante fenémeno histérico es paradéjico y demuestra que la Logica humana es rectilinea, no covenien- temente dialéctica, por eso las consecuencias demasiado rectilineamente sacadas siempre resultan inviables. De ahf el: meden dgan 6 nequid nimis ("nada en demasia") o el sum- mum ius summa iniura (‘derecho extremo injusticia suma") de los jurisconsultos romanos. Los grandes maestros siempre templan su légica con una moderacién, que ni ellos mismos advierten, en no ir hasta el final (como Teiresias aconsejaba al Edipo de Sofokles). Y Freud lo consigue, pero su escuela no; tan no lo consigue que todavia, a comienzos del s. XXI est4 estancada en las actitu- Ml des y tics que Freud presentaba a fines del XIX (1), y no sigue a su maestro en lo que él tenfa de innovador y revoluciona- rio. Como siempre: de las revoluciones salen los conservado- res; de los sans culottes, el capitalismo burgués, y de Lenin las nomaklaturas con sus privilegios, sus dachas y su geron- tocracia... Ademés todos se permitian el lujo de declarar intitiles 0 no validos conjuntos enteros de material (como los suefios, las palabras, las sensaciones cenestésicas y somiticas 0 la contratrasferencia). Y por afiadidura de filtraban de contra- bando ideologias de uno u otro tipo, que a veces desfigura- ban la capacidad para adoptar actitudes, de los pacientes. Creemos Ilegado el momento de validarlo todo y de comenzar a construir un sistema holistico de psicoterapi: el que todos los recursos utilizables puedan tener su aj cién, segtin los casos y no rutinaria ni eclécticamente (la amalgama ecléctica de técnicas y de métodos parciales nunca es sistematica; por eso es ecléctica y por lo tanto de menos calidad). Y para ello ha de aportarse la amplitud y hondura siste- matizadora de la filosofia. Fildsofo nato, levaba afios y afios camuflandome: era una deshonra ser fildsofo en los afios 70 y 80, pero la vigen- cia creada por Marinoff me permite declararme de nuevo "filésofo", pues de la filosofia y no de la medicina ni de la psi- cologia siquiera es de donde he obtenido las herramientas y Ja capacidad de vision mas eficaces para mi método terapéu- tico. Por eso no suelen abandonar mis pacientes sus terapias. Por eso y porque yo en lugar de atormentarles al princi- pio con sefialamientos siniestros y sexuales (incestos, bise- xualidad, tendencias inconfesables y cosas parecidas) dejo que vayan depositando su angustia en las sesiones y en el espacio de la terapia. Mientras yo refuerzo sus partes validas y cuando ya estén preparados pasamos a ahondar, si ellos 12 muestran su disposicién. Por algunos suefios, en su parte negada y siniestra. istir sobre el pasado nos abrimos al futu- que vayan encontrando los nuevos paré- metros de su nuevo mundo. Y esto, tanto como el andlisis de su mundo informe y personalidad desestructurada o rigidamente implantada es mucho més hacedero con las categorias filosoficas que ‘vamos a ver aqui. El mal no esta mnes y represiones procedieron y esto se resuel- ve con una reelaboracién de ese mundo y de esas estructuras, reelaboracién que se consigue mejor mediante filosofia y ‘mayéutica, que mediante andmnesis y "neurociencia’. El reduccionismo organi y aun de los guris de la OMS esta superado. ;Ténganlo en cuenta! ¢POR QUE RECURRIR A LA FILOSOFIA? Es muy sintomitico el éxito editorial de obras actuales que se han aventurado a tratar de filosofia, y de filosofia en psicoterapia como el bestseller de Lou Marinoff. Una obra que despista pues ha recurrido a un procedi- miento bastante ficticio: promete promover la curacién de los problemas psiquicos mediante la filosofia pero en reali- dad construye un discurso estimulador del tipo de la Autoayuda (no més), empedrado de frases de filosofia popu- lar y del sentido comtin, precedido en cada capitulo por un comentario ligero a un sistema filos6fico con el que enlaza sin demasiada congruencia su discurso terapéutico, al tiem- po que entrevera entre algunos parrafos citas de filésofos que tienen algo que ver con el problema pero cuya aplica- cién al mismo y deducci6n de orientaciones para ello carece de nexo légico. En realidad Marinoff comete el error inicial que todos los autores de la historia han venido cometiendo cuando tra- tan de cuestiones dificiles, empezando por Platén y Aristételes y acabando en Sartre y en Wittgenstein, pasando por Agustin, Tomas y Descartes: todos, absolutamente todos se apoyan finalmente en un concepto basico (para ellos al menos) que nunca explican ni desentrafian. 15 Socrates con su mayéutica podria haber dejado a todos convictos y confesos de ignorancia en aquello en que mas estribaban: para uno era la nocién de "idea", para otro la de “causa 0 "acto’, para otros la de "exi ibro no se aclara demasiado lo que Platén y "filos¢ fiquen... Platén fue el pensador ya plenamente filos6fico "puro" —no pretendia reflexionar acerca de los elementos de la naturaleza fisica ni de los astros—, sino acerca del pensar y de las ideas en que el pensamiento consistia, mds la dialéctica de estas mismas ideas. Naturalmente Ja forma més adecuada de hacer palpar la dialéctica de las ideas era la de su discusién en didlogos de per- sonajes (por lo general Sécrates, discfpulos, o adverdsarios suyos, 0 filésofos ya clasicos) que entre sf contrastaban opi- niones opuestas de cuya oposici6n resultaba una mayor dad, si no certeza, de lo que era mas verosimil y aceptable. temas de discusién: la verdad, la muerte y el més all (Phatdon), las eras césmicas y el fin del mundo (Témaios), la inspiracién (fon), el amor (Sym y juvenil: Phatdros), la certeza, el conocimiento y las Ideas (Thattetos), la justicia y el gobierno (Politefa), la dialéctica de las ideas (Parmenides), La contradiccién consigo mismo y la incongriencia del hombre de Estado (Euthydemos), el signifi cado de los nombres (Kratylos) Hasta él no se habfan planteado tantos problemas ni rigurosamente ni de forma tan plastica ni tan el: Llec- tor puede sentirse identificado con cada uno de los interlo- cutores, lo que evita cualquier dogmatismo. Pero lo mejor es la amplitud de posibilidades de pensar que deja abierta, den- tro de un rigor logico evidente, y el lenguaje analdgico —no 16 digital ni abstracto— por lo cual se han Iamado “mitos" sus exposiciones plasticas e imaginativas. Por todo esto Platén es el filésofo emblematico, tal vez el tinico, que puede tenerse como valido y itil para "curar’ al hombre de su estupidez. Y las neurosis a veces son estupideces inveteradas desde 1a primera infancia por las que se pagan precios exorbitantes para nada: para un poco de descanso en la inaccién, un poco de proteccién dependencial de alguien que, como contrapar- tida, te manipule; o una busqueda de estima y de carifio gra- tuitos sin esfuerzo, sin el esfuerzo por merecerlos... ¥ en las psicosis es el mundo analégico, de simbolos y mitos, lo que se tiene por real (para evadirse precisamente del mundo real, que es mas duro que el imaginari Tal vez era la primera vez que gracias a Plat6n se toma- ba en cuenta en el mundo lo que es pensar, pues Sécrates su maestro no escribié y lo que conocemos de él lo conocemos a través de Platén. Por supuesto que haciendo acopio de todos los escrito res, pensadores, poetas y *sabios" de las historia de todas las culturas siempre se hallarén frases (eso es lo que Marinoff ‘inicamente cita) que digan algo de alguna manera referido a un problema psiquico, pero que eso por sf mismo sin descri- *Don Quijote en su mundo de magos, nigromantes, princesas y caballeros Juramentados era menos infeliz que en su mundo prosaico y vacio. Todo ello le aba contenido “heroico” a su exisir, le motivaba (aunque absurdamente) y a ‘se movilizaba y emprendia aventuras, en lugar de irse apagando su indtil vida bbajo el dominio férreo del Ama, la Sobrina y el Cura en una aldea sin nombre de La Mancha. xlante, de hacer de la venta de un pfcaro con una castillo senorial en el que pudo ser “armado caballero” servido por dam: ‘adelante fel a su Orden adquirida de forma tan irregular lanvarse al ‘mundo a “desfacer muertos” (hoy se habria hecho “tedlogo de la liberaci6n”) 17 bir el modo de aplicacién de un técnico (terapeuta), que lo traduzca a sefialamientos o lo administre en su as in. Se hace un juego de prestidigitacién —que en el fondo también hacen los lacanianos— por el que suprime toda tera- pia o intervencién técnica de un terapeuta y presenta a la Flosofia (0 eso que vende como "filosofia") como flotando en el aire’ Cierto que de estos autores no se obtiene, ni se puede obtener un solo recurso para explorar o modificar los estra- tos profundos de la conducta... Pero si hay algunos autores no demasiado antiguos que suministran intuiciones y crite- rios para poder entender las estructuras de situacién y de relacién que Sartre, Anouilh, Jankélévitch o el mismo Unamuno y otros autores por el estilo. Estos podrfan considerarse dentro del campo seméntico de "Platén*. Pero Marinoff no los maneja 4gilmente... Marinoff ante cada problema, la depresion por ejemplo, da unos cuantos consejos de sentido comtin, mas sin pro- fundizar para nada en la estructura de la personalidad ni siquiera en la del estado de dnimo (por no ilamarlo patolo- gfa, ya que él no se lo llama) y luego alude a alguna teorfa de algin pensador o sabio 0 mistico y recomienda su lectura, Eso es todo. jY desde luego de la filosofia, en sentido estric- to, se puede obtener mucho mas, con eficacia y con valor terapéuticos! En Ja obra de Marinoff se echa de menos un poco de perspectiva histri- cocultural, aparecen en el mismo plano Aristételes, Confucto, Séneca, Tolstoi, Bentham, Epicuro, Wittgenstein, Laotsé, Hobbes, Kant, Buddha o Heidegger, eS decir, fl6sof0s genuinos mezclades con novelisias y mfsticos, que no se pueden, Tamar flésofos en la linea de Platén. Y ademas se confunde la sapiencia maisti- cea de un Buddha con el racionalismo erftico de tn Kant. 18 El piiblico de hoy reclama filosofia pues nuestra cultura positivista ha prescindido tanto de ella que nuestro ambiente social total y el interior men- tal de cada uno se resiente de un enorme vacio de sis- temas de referentes tiltimos y abarcativos una vez perdidos ademas los valores y la fe. Sin nada en el horizonte no se puede existir. Y todo asfixia y produce stress. Verdad es que una persona que leyese mucha filosofia sapiencial —asimilandola por supuesto y entendiéndola— serfa mucho menos proclive a ciertos problemas del afecto, que se originan por carecer de defensas mentales y de paré- metros existenciales para elaborar duelos. Pero no puede decirse que la filosoffa "cure', es el sujeto quien se cura si est bien equipado de parémetros mentales que le ayuden a ela- borar sus traumas, duelos, desengafios y amarguras. Porque eso sf, ya lo hemos tratado en otras obras, las patologias psiquicas dependen en gran medida de estos fac- tores existenciales y de relaci6n interpersonal o de situacién vital, mas que de endorfinas o secreciones hormonales. O mejor dicho, las irregularidades endocrinas no son a causa sino efecto del impacto de situaciones y de rela- ciones mal entabladas (como la gastritis es el efecto de la mala noticia recibida mientras que dispone uno a comer, y no al revés: la mala noticia causada por la gastritis). Creo que el autor no acaba de tener una idea clara y pre- losoffa" sea y la confunde con sabiduria entre popular y religiosa, pero luego carga la mano en nombres y citas de fildsofos técnicamente tales. Seria como: ofrecer tra- 19 tamiento sobre la base de las dos Teorfas de la Rel Ja Mecénica Cudntica y del Principio de Indetermi teoria del tiempo de Hawking, O sea jpoco o nada! Pues ni los sistemas ni los lenguajes son conmensurables con los fen6- menos psicopatolégicos que se trata de solucionar. ‘Me propongo decir qué sea exactamente la filoso- fia, cosa que cada vez se conoce menos. ‘Ya partir de sus contenidos deducir unos parame- tros validos —ofrecer unas bases s6lidas si se prefiere— para tratar mediante rigurosas deducciones, los diferentes desarreglos de la personalidad. Esto puede servir de repertorio a los terapeutas pero ellos habran de ser quienes lo apliquen. En efecto, lo que hace existir deficitariamente es tener la sensaci6n de pérdida en un inmenso mundo agresivo: En el que ni siquiera nos sabemos divertir, de modo que realmente nos divirtamos, sino que practicamos como diversién lo que la moda y la propaganda de los medios nos dicen que es divertido, 0 sano, 0 que nos va a hacer felices, Y lo que nos libera de ello y nos cura de los desajustes no es solamente que nos digan que tuvimos una fijacién edfpica en la infancia, sino que se nos equipe de un sistema totali- 20 zador y préctico en el que todo cuanto nos ocurre se pueda integrar. Y desde el cual podamos calibrar el verdadero valor de ciertas cosas, asuntos y eventos 0 procesos para cada uno. Esto no puede darlo sino la Filosofia, no académica, pero sf madura . Es més: esto es realmente filosofia*. ¥ lo que hizo no rendir tanto como pudieron sin duda is fue haber carecido de esional (eran penosos tiempos de positi mo de un lado; ¢ idealismo, individualismo, historicismo y subjetivismo del otro). Y con. estos sistemas unidimensionales no se podia ir a ningin Jado en buena y eficaz terapia. Por carecer, carecian Freud y compafifa hasta de una Antropologia is i te como podian. jBastante hicieron improvisando sobre la marcha ...pero se les nota! Y ahora, habiendo superado los —ismos y hasta habién- débiles e insuficientes de rehabilitada como tal medio para lograr terapias de mas dimensiones y més hondas que las unidimensionales del s. XX (cuando cada psicélogo colocaba su tenderete de verbe- na y pregonaba que su técnica, del "grito primal’ a la "bioc- nergética" era la unica solucién para todo). gNo les parece que aquel espectéculo pobre y pretencio- so a la vez. ha llegado la hora de superarlo dando un salto cualitativo, y de Ievar a cabo por fin la gran sintesis tera- péutica del s. XXI? “Ver Apéndice sobre lo que es Filosofia. 2 Una terapia respaldada por una "psicoanatom{a" universal por la que todos los terapeutas comprendan al paciente sea cual sea su viciosa "arruga" y puedan operar sin ir a ciegas acerca de por donde cortan... tenciales y de la plasti todas sus formas de (una vez que la Antroy lanz6 a locas especulaciones cuasi misticas del tipo de las de Gehlen 0 Przywara)’. Y aun mientras la terapia dura, la filosoffa (nada ideol6- gica: ver Apéndice!) deberia constituir un andamiaje sélido (més sélido que las obviedades o las consignas ideologizadas con las que ahora se acostumbra a salpicar el discurso inter- mitente del terapeuta) que vaya creando el medio en el que el sujeto se reafirme y consolide como sujeto-de-un-mundo-real ypio 0 apropiado (pero no incomunicado, autista ni sub- ), en el que ya pueda ir sabiendo a qué atenerse. En realidad el terapeuta se suele lanzar a hacer seftala- operar con ‘lo puest sofia y de alta literat ca de los afios 30 del s.XX, que versa acerca de situaciones, paradojas existenciales y cambios de personalidad y de enfo- ques, ademas de los conflictos relacionales entre personajes; yno se ha sensibilizado para ponerse en lugar del paciente ya recuperado pero teniendo que hacer frente a su mundo real (que evidentemente no es el del terapeuta). Desde luego los estereotipos psicoanaliticos sirven de base en las primeras etapas, pero no de orientacién concreta para los otros, las propias, 'y préctico (hay gente que se las arvegla para que Kant y Hegel se da y necesaria AL microscopio el vivir humano, el "estar-en-realidad’ conflictivo de cada sit -i6n y perfil de personalidad. Hasta el "teatro del absurdo’ sirve para ello, por lo que tiene de desenmascarar la trama real de las situaciones humanas més convencionales. Filosofia a este respecto es la prictica y la capacidad de reflexin hicida y complexiva de grandes conjuntos de realidad (sobre todo social y humana), o de toda realidad actual y posible en su dindmica de: sistemas referencic de interaccion de y de relaciones de significado y de valor. El terapeuta ha de ser tan neutral que pueda situarse en el mundo propio de cada paciente — para hacerse cargo de los factores que por él (el pacien- te) no son tenidos en cuenta, — aunque ese mundo particular suyo asf lo exija y para l terapeuta no tengan demasiado peso. Sélo que no se deban a la distorsién neurética, como seria el ritualismo o la obli- gaciOn de quedar bien con todo el mundo...” un fil6sofo. ¥ sus escritos met 1a metaphysikd tlene més la rigidez de modelos fisicos y de constructos, que se reflexién Iicida acerca de lo social y de lo huma- “émo no hacer el tonto por la ue adems puede ofrecer una muestra de reflexi6n Hilosética aplicada a 1s reales y personales. 42 Jamés puede un terapeuta organizarle y valorarle el mundo a su paciente desde el propio mundo (del terapeuta). Por lo menos no desde ese mundo, aunque el mundo del paciente resulte para el terapeuta tan irreal y deforme que tampoco lo encuentre valido como referente, siempre que no lo vea como enfermizo. Habra entonces de colaborar con el paciente a crear un mundo nuevo para él, pero desde éste, no desde la ideologia del terapeuta. Y esta capacidad de entrar neutral y sanamente en undos ajenos y hacerse cargo de ellos y valo- rarlos positivamente y ver lo que podria ser una conducta sana y creativa en esos supuestos, eso es filosofta. Una filosofia que se frecuenta poco, y por eso los siste- mo y agresividad larvada en suficiencia. Y algunos, ahora y a lo largo de toda la historia, dan muestras de poca sabiduria. 43 3 DESEO, LOGRO Y CREATIVIDAD Se podria decir que s6lo la creatividad en uno u otro sen- tido es lo que realiza. Y puede actuarse con creatividad en el amor, en la educaci6n, en el civismo, en la profesién y en el tiempo libre, no sdlo en el disefio y en el arte. E] hombre es la tinica especie que se hace a s{ misma, que ha sido hecha para hacer el mundo, su mundo y su figuracion social. Como dice Garaudy es ‘creado cread pero en esta Ifnea Marx se pasa cuando afirma que ‘es duefio de s{ cuando se debe la existencia a si mismo™ or semejante utopia de eDe dénde se saca este gran au nde como individuo le debemos la existencia, muy con- tingente en verdad (pues ya que dejen llegar a nacer es un triunfo...) le debemos la existencia a los progenitores. ina vez nacido, el ser humano, como individuo y como grupo, ha de realizarse como entidad, como socie- »Manuseritos, ed. cast. 1970, 154. 0 en Sobre la religion, 74: “la filosofia admite el lema de Prometeo contra los dioses que no reconocen la conciencia (que tiene el hombre de ser la divinidad suprema”. ¢Cémo puede decir tales ine- ‘actitudes locas un talento como Marx? 45 dad, como especie y como portador de una iniciativa absolu- tamente tinica en la tierra: la de adaptar la naturaleca a sus necesidades y no al revés. Esto es la praxis, de la que Marx saca muy poco partido (usa este término como Marinoff el de “filosofia"). ‘Mas esta propiedad extraordinaria conlleva un tremendo riesgo: la hybris*, el excederse en el dominio de la naturaleza No hace falta mucha "creatividad" para realizarse, lo indispensable es un mfnimo de orientacién en el conjunto de todas las cosas, todos los valores, todas la relaciones posibles xy todos los procesos de la praxis, potencialmente al menos. Lo » Hybris (pis) en gr. significa la insolencia (y la insolencia ante los dio- ges preisamente fo que Marx mucsraen estos texto arriba ctados)y toda la familia de conceptos en tomo ala violencia el orglly la trasgesin. Loe fi6- Jogos hacen conjeturas a cual més fantéstica, pues no hay rast ‘como presentan los gathas de Zarathustra a Akra Manyu (el rebelarse... En lengua griega tenemos otra palabra fonéi quien D Quijote confunde el moline de viento al que ata do, cargado, hinchado' (— osc. brutus). Por otra parte tenemos el gr. bratos (Clevadura de cervera") de la misma ralz ferveo (hervir’) ¥ en angl krmgot. mara “od a dela potton de as des ‘nara “was ge tatarta dela patrons de as des posadas ingrévida.» -Pensese en el cast. brio'y braso (pleno de energia, en Rea decade tanclas superiores y trascendentes, es una locura y ademas est- pida. Es lo que ha lastrado Ia doctrina de Marx en cuanto filosofia dela vida 46 ? ‘que paraliza es el no saber para dénde tirar ni qué desear, 0 ‘al menos desear fuertemente. E] deseo suele ser perturbador por lo que tiene de obje- to fantastico inconsciente —pues siempre hay una cierta carga de fantasfa y de pulsién inconsciente en él—, si su carga libidinal no se halla suficientemente sublimada y abier- ta a la realidad, pero sin deseos no se puede existir, s6lo que han de determinarse los objetos del deseo con suficiente preci- sion (y realismo), centrandole en tareas universales, seguras y dignas (acumular capital personal, por pura ambicié egotismo, no seria una tarea demasiado digna, o exhibirse por el disfrute 0 "erética'de la fama). Ya se sabe que definimos la felicidad (en otras varias obras publicadas) como el disfrute seguro de bienes importantes y difusives, porque cualquiera de estas tres propiedades que falten ya disminuyen o anulan la felicidad. La disputa en torno a qué sea felicidad es antigua, viene por lo menos de la época de Sécrates, y no lleg6 nunca a con- clusiones satisfactorias porque la felicidad enseguida se reducia a placer, poder, fama, riqueza, es decir, se pasaba al supuesto contenido praxico de la felicidad. Y todavia segui- mos girando en este circulo. Pero ademas de que cada una de estas propiedades sola 1 objetos de disfrute no constituyen por sf mismos la felici- dad, son todos contingentes y sélo importante tal vez para el interesado y aquf tratamos de una importancia objetiva y universal™, La felicidad plena, tal como précticamente se desea, no Ia ocasiona el deseo, sino el logro de bienes. Y estos bienes han 47 de ser importantes y difusivos, pero ademés su disfrute ha de ser seguro. todo io seguro que las cosas humanas puedan ser. Pero ya no es posible concretar mas. Desde luego ha de haber un componente de amor, pues un disfrute "en seco" es, més bien egofsta y menos "feliz", y la particpaci6n, el com- partir es un incremento de felicidad (y esto ya es de alguna manera amor). Si el disfrute no es relativamente seguro, la felicidad se puede ver perturbada a cada paso ante al amenaza de verse privado del mismo, Silos bienes no son importantes, cuanto més se aficio- ne el sujeto a ellos tal vez limite mds sus posibilidades de metas superiores y se empequefiezca més: es lamentable ver a alguien feliz por la abundancia de coches, de fincas, de mujeres 0 de muchachos (unas u otros...), de poder, de platos bien cocinados y de viajes y fiestas, de joyas y de colecciones (€l coleccionismo puede rayar ya en lo patolégico, pero hay quienes coleccionan diamantes, fincas, o valores de Bolsa, 0 divisas, o armas...). Estos cuadros (gclinicos?) de la felicidad son un poco lamentables. Y no son felicidad, sino solo muy subjetivamente y por breve tiempo. La verdadera felicidad seria ideal si ni siquiera temiera a la muerte, pues ni la muerte puede desposeer al sujeto de sus bienes importantes: ser inteligente, bueno, ef vo, capaz de amor genuino, generoso y en pos cunstancias y de los medios para realizar proyectos gentes, benéficos para la mayoria, generosos y difusivos”. En la feticidad como en el amor interviene la consistencia de la propia identi- dad, y esto es lo dificil: ser tan auténtioo, que aun en medio de los desengatos yfrus- traciones que muchas relaciones conllevan, se conserve la serenidad, las motivacio- es ¥ la apreciacién prictica de la vida real. Tampoco puede definirse la felicidad ‘como exclusivamente constitu por el amor. Pues esto dependera de la clase de pet- sort ala que se ame y de sla relacion es distrosionante de la propia identidad. 48 Los bienes que se disfrutan, se apetece disfrutar, han de ser sdlidos y verdaderos en varios aspectos y ninguno de estos aspectos coincide con la posesién acaparadora y egofs- ta de cosas materiales, o de personas a las qu Los bienes que dan la fel ‘ones, relaciones y condiciones de generar valores liquen su propio futuro relativamente seguro, es decir que se puedan realizar por encima y més allé de los impedimentos que los otros nos opongan. Uno puede ser feliz hasta en medio de la hostilidad y de las calumnnias si sabe que todo ello obedece precisamente a su eficacia y a su valor creativo que despierta envidias y odios (sobre todo en nuestro pats). La condicién para esta invulne- rabilidad es la verdadera dedicacion aficionada (es decir, llena de aficion fruitiva) al trabajo que se realiza. sf: el seguro disfrute de la felicidad, ya se ve, ha de més en producir que en poser. Nadie nos puede impedir que produzcamos y todos nos pueden privar de bie- nes materiales. La persona feliz ha de tener hasta energias para suplir la falta de medios econémicos o de canales de expresi6n de que los demas le priven. Con esto ya est explicado también la condicién de difu- sividad. Es un axioma incontestable y ya antiguo: lo bueno —lo verdaderamente bueno y positivo— tiende a difundirse; es més, el "bien’ tiene la propiedad de ser mayor bien cuanto més univeral resulta y su influencia es mayor en una amplia sociedad 0 en todo el mundo (y lo mismo pasa con lo des- tructivo y lo "malo"). Ver nuestra reciente obra Cémo no hacer el tonto por la vida que hhacer el mayor bien posible en clave de humor y evitando la inge deterioro (Bilbao, Desclée, 2000), 49 Por ejemplo es mayor bien ensefiar a pescar que regalar un pez; es mayor bien adquirir una maquina que produce para otros, que recrearse en un modelo de automévil propio; es mayor bien escribir y publicar que regodearse en los pro- pios pensamientos y ocurrencias; es mayor bien producir libremente para una multitud y sin lucro © sin demasiado lucro, que producir para unos pocos y afines en clase y con- dicion, o para si mismo. La maxima felicidad temporal desde luego consiste en haber producido bienes o mantenido actitudes positivamente influyentes y enriquecedores de una mayorta, No todos los humanos pueden realizar estas actividades, pero por lo menos la difusividad del bien o bienes que cons- truyan ha de redundar en hijos, pareja, parientes, clientes, Prueba de ello es lo poco que se da y lo diffell de acertar con lo apropiado, Por supuesto todos los deseos son de algo que nos gratifi- que 0 que haga feliz, pero la inmensa mayorfa marran la meta. Y es porque en ellos predominan la fantaséa, la pulsion inconsciente (alguna de ellas) y el egofsmo narcisista. Y de esto no puede salir nada positivo si no se eriba, Y los deseos de objeto dudoso (o claramente ilusorio y falso, como el deseo de que "todos me quieran’ o de "caer bien a todos") frustran o nacen ya frustrados. ‘Muchas veces se ve uno luchando por algo, o deseén- dolo intensamente, y de pronto se para y se pregunta gpero a dénde me lleva esto? ¢vale la pena desearlo asi? Y la actividad se enfrfa... (0 viene un desaliento general que equivale a una depresién). Porque se cae en la cuenta de que lo que se est4 deseando con tanto impetu o ardor es 0 vano, o fantastico e irrealizable, o bajo y demasiado cefi- do a goces materiales,o se trata de una tonterfa subjetiva, y narcisista para un posible/imposible engrandecimiento 50 pernicioso para otros (como prosperar econémicamente sin reparar en medios, unas irregularidades que incluso se nacién agredir y asesinar....). Por lo tanto el deseo ha de ser domado; no se puede rea- es ademés constitutivamente incolmable. ¥ esta incolma- bilidad que es un destello de cuasi divinidad (de la cuasi divi- nidad del Hombre de que hablaron Feuerbach y Marx), nos puede aguar la felicidad si no la refrenamos en sus absurdas pretensiones de grandeza indefinidamente creciente. La tragedia de la historia es que los humanos apetecen Ja m4xima riqueza, la maxima comodidad, en m4ximo pla- cer, el maximo reconocimiento y dominio. Y todos estos intereses encontrados chocan y no se armo- nizan sino que suscitan resentimiento, prejuicios y odio. Y eso no es lograrse; confunden el logro con el {ucro. El paren- tesco de ambos términos castellanos, uno més popular y otro més erudito ha quedado marcado en el cruce semantico de ambos en la palabra "logrero", que no es uno que trata de lograrse —como persona— haciendo cosas serias, sino que va por ahf lucréndose a costa de otros. Por ejemplo, el estar deseando con frecuencia —y poniendo en ello toda Ia fuerza del animo— comer o beber platos y caldos de calidad, el desear que se ie hab» panel ol desear convantmecte set Sconaconeseredabes ene piel por called de las elas que se viten oe ls eahcinqus oe chen, Ted cso real GastanteInconfexable por tonto, por vat o por eocta- tric, Pers cuion descr dete ip open fa moni de Catal 51 As{ no puede haber felicidad se produce siempre el dicho de Virgilio, repetido por Agustin: trahit sua quemque voluptas (‘arrastra a cada cual su pla- cer"), en el pasaje que sirvié de base doctrinal a los jansenistas. Para ser feliz hay que ser internamente libre. Pues libertad es la eldstica disposicién —sin rigideces ni resistencias defensivas— de sf (de la inteligencia, la afec- tividad y la practicidad), abierta a todos (los que lo merez- can y con las oportunas defensas) para elevarles psicolégica- mente con bienes importantes y seguros, que tam! tiende a conseguir por su intrinseco valor y su benéfica difu- sividad (es decir su hondo, moderado y superior placer). A este placer se referfa Agustin glosando la frase de Virgilio, pero los jansenistas lo entendieron como "gusto" sensible (si bien "espiritual’). Esta es la mas clara y sencilla definicién (0 descripcién) de logro y de felicidad, supuesto un deseo ya domado, mediante integracién de impulsos dinamizadores, cuya ade- cuada canalizacién abre a un conocimiento objetivo de lo que bienes importantes y seguros sean. Que a veces ni siquiera merece el nombre de "terapia" sino de reajuste, 0 "puesta a punto", como un motor. Lo cual es siempre necesario o cuando menos recomendable. La causa de tales irregularidades del Animo esta en el que hombre no se halla nunca terminado, sino que su posibilidad de ser, de hacer y de desear/pensar se prolongan indefinidamente; no parecen tener limite, aunque el sujeto humano sf va teniendo timitaciones a cada paso de su histo- ria. ¥ cuando cae repentinamente en la cuenta de la despro- porci6n entre su ilimitabilidad y su limitacién momenténea se desanima... Desde luego lo que el hombre no tiene es una cia concreta de finitud y no sé cémo un intelectual int te como Tierno Galvan ha podido pensar lo que expresa en su 52 obra de 1975 Qué es ser agndstico donde afirma que la acti- tud més recomendable para el ser humano es instalarse en la finitud sin més. Si se esté intelectualmente despierto no es posible des- cansar en esto, pues continuamente los enij ¢ incintan a pensar més alld de la finitud, Y el deseo incolmable no permite descansar en un estado acerca de nada y menos del sentido y estructuraci de la realidad total de las cosas y del cosmos, o del su dmbito envolvente... Siempre hay en la VICS ("vida inconsciente’) un hambre de mds y de mejor (es lo que los medievales Hamaron "apetito natural’, de conocer por ejemplo)*. Sentirse "perfectamente instalado en la finitud” como propugnaba Tierno Galvan es sélo una toma de postura momenténea, pero a la larga es insostenible. Y de hecho la crisis de la Postmodernidad lo demuestra (aunque Tierno fuese en Madrid uno de sus pro- motores). Por el contrario el ser humano vive instalado en la para- doja de no poder llegar nunca a ser él mismo (cada individuo © grupo) si no se interesa o se esfuerza por dejar de ser la ver- sion de st parcial y transitoria que es en cada momento. Y esto hace que la historia sea historia, es decir que presente una sistematicidad de constantes y una imprevisibilidad de nue- vas creaciones de formas de vida y de expresién, que se suce~ den y sorprenden siempre. ™ Podemos estar ciertos que por muchas necesidades que haya que satisfacer en el mundo (hambre y endemias o agotador trabajo infantil) siempre tendrén prioridad para destinar enormes sumas de dinero las raciones espaciales, Mientras el hombre mat ‘mis allé de lo conocido y explorado (a esto natural” de conocer). ¥ es como un i dela naturaleza 53 El ser humano es aquella forma de vida terrestre que tiene en su dinamica esencial la tendencia a continuamente dojica frase de Pascal: "el hombre rebasa (depasse) i mente al hombre" es perfectamente cierta. Por eso tiene his- toria y su supuesta *naturaleza" consiste precisamente en no tenerla, si por naturaleza se entiende una programacin masiva de sus comportamientos. Por eso la especie humana no es una “naturaleza” gramada que emite mensajes y desarrolla conductas previ bles, sino un conjunto de intentos creativos mas 0 menos logrados que instauran niveles cada vez distintos de civiliza- ci6n y de conocimiento, capaz a su vez de nuevas creaciones ("cultura"). Hay incluso cientificos que opinan que sélo hay vida inteliegente en la tierra irrepetible casi, dada la infinitesimalidad de las probabili- dades evolutivas de que el fenémeno se repita en los miles de millones de planetas habitables que haya en el cosmos. En el mapa genético no se van a hallar las claves defini- tivas y totales de todos Jos perfiles posibles de sus tipos de cardcter y de sus comportamientos (individuales y colecti vos), sino tinicamente, y ya es bastante, las predisposi- ciones elementales para ellos, pero de ninguna predisposi- cién elemental puede originarse sin mds un comportamiento complejo. ¢Por qué? Pues porque si eso fuera asf ya no habria historia: en el Magdaleniense se hubieran podido dar figuras como Velazquez 0 como Picasso, como Mozart 0 como Debus: en la modulacién de los estilos, las ideas y los comportai tos no interviniesen sustancialmente otros factores no genéti- cos: ambientales, evolutivos, de aprendizaje y de libertad de opci6n entre diferentes posibilidades expresivas (si el mapa 54 genético supusiese una verdadera programacién cuasi zool6gi- ca) cualquier forma de cultura podria haber surgido en cual- 4quier tiempo”. Y ya se ve que no ha sido asf y se intuye que no hubiera podido serlo nunca (ni entonces ni en el futuro). Ahora bien, si no es asf, si hay factores de iniciativa, de educacién, de reacci6n positiva o negativa a los ambi de opcién condicionadamente libre, de vigenci tendencia a la renovacién superadora en la constitucién esencial del hombre, naturalmente sostenida e inscrita en su organismo biolégico y en su mapa genético, el ser humano no tiene una "naturaleza’ comiin a la de las demas especies vivientes de la tierra. »Se nos puede responder que faltaban los medio scnios, yest también lo vemos nore, pe ello indica que los comportamientos hunanos operat tos, presente por sa necesdad insnumenial (Horkhelne) requeren de ‘ins elim cultural y no vienenexchanvamente dadon por el organamo y sus dlspostcones genetcas, Porque quien dice intrumento die tamnblen equ: fas mentales pars el manejo del insrumentey ante todo presupone In iver. in Se cece a Pero eno tampoco puede explcarse genétcamente, pus de er nicamen- te gencico (como supore la hipétess organist) se podria haber inveniado tedolosinsument ea to core pre de mpo cw ave "se objet que enol progimna genic acuaue una prlacon dacrén- ca,eso habia su Wet que emectaroy flat a tcacon de Taco s- Si perl gue ily hana nce na ve pra gus hai endo gue ter progamado'smilenlos de dstancia una invencion de tr. Meena s6lo se justficay muy sencillamente suponiendo que la invencién ins- trumental ha sucedidoindependicntrmente del organo por opciones cuasl libres de ensayo-ctertoeror “En varias obras anteriores hems deserio lo qu wgencia era como fuer. rientras la vigencia dura, se puede hacer, y cuando la vigencia pasa, sin causa aparente, puede resultar hasta penado o ridfculo (como actualmente lo seria "batiree en duelo” o cortar cabezas, enormemente vigente hasta no hace mucho en ler tus de nae Guinea). lus perodo de Cultura procede siempre por am; jos de vigen+ iciones, rituales o comportamientos familiares, laborales, 55 En lugar de esa "naturaleza" mAs bien estatica® en su ser dinamismo evolutivo que genera historia, una irepetible que avanza —en “dientes de sierra’—, con altos y bajos, con logros y crisis hacia un final determinado. Determinado por la trayectoria que el mismo hombre haya venido eligiendo, no por una fatalidad de tipo griego. Esto es Jo que en otras obras hemos llamado libertad exist. io que un organismo genéticamente determinado en todo presentase tal variabilidad y capacidad de innovacién en sus creaciones y en sus conductas, sin cam- biar la especie”. “»£st es al menos el concepto griego de physis, Por exo dice Ortega que ‘el hombre no tcne naturalera sine drama, Nosotros a ss evolucionar histOricamente hack “"Entendemos por libertad ex ‘cada generacion y pucblo presenta, prescindiendo de Ia libertad psicologica que ‘ello suponga. Esta puede discutirse y demostrarse por ot ‘constante variacién de modos de existiry de mai ‘evidente y un dato primario que no necesita de dad puede recibir el nombre de "ibertad” 'Y hay momentos en que toda una sociedad © ut pueblo asume consciente- ‘mente su libertad de cambio y leva a cabo una revolucin o unas lecciones cons- ayers, yet sexpliqus come se oxic efenomenol rombre" como especie incluye esencialmente las posibili: utacién especifica ni subespecttic. 56 ya, Ello es sefial inequivoca de que hay otros factores muy {nfluyentes que acaban de determinar las predisposiciones digan los bidlogos, sabemos los psicélogos la complejidad de los factores que juegan en el logro de la personalidad y en la configuracién de sus comportamientos, de su consciencia y de su capacidad de crear, de comprender y aun de estar psi- quica o fisicamente sano. Por lo tanto, lo que caracteriza la din4mica del existir ‘humano es la continua legada al final de todo camino trilla- do, la continua urgencia de improvisacién de soluciones a necesidades, pues aunque se trate de la misma necesidad, la situacion puede hacer inviable la satisfaccién acostumbrada, el salto de lo presente a lo futuro, de lo hecho a lo por hacer, de lo dado a lo creado por uno mismo... Es més, el presente es en sf mismo un ir dejando de ser presente hacia algo que va dejando de ser futuro. Por eso la pasividad es pérdida segura, pues los procesos marchan y si no se interviene activamente en ellos para defenderse 0 Ia realidad misma, que es diacrénica, nos desborda. Y s6lo ‘con no-hacer mas el paso del tiempo (por breve que sea) nos va dejando atrés, es decir nos hace retroceder y perder las nuevas oportunidades que correspondian a nuestro ir al ritmo de los procesos. Perder el ritmo, perder "el paso", es el gran error de los satisfechos con el presente, de los que como Tierno Galvan propugnan la "cOmoda instalacién en la finitud" Y de tal experiencia se infiere que el tiempo —el tiempo ‘pasar’, el de los relojes y los calendarios— es més epidérmica de la indefinitud humana, de su no-finitud. Si la especie humana fuese simplemente finita, como parecen suponer Gide, Sartre, Beckett, Cioran y Tierno entre otros, no tendria inguietudes algunas siempre que tuviese 37 ‘sus necesidades organicas satisfechas. Lo que es sumamente raro es que precisamente cuando las tiene, es cuando le entra el desencanto y va sintiendo la limitacién —jla “finitud"!— de todo lo que ha logrado. Desde luego si hubiera sélo finitud unidimensional y positivista lo que no habria es inteligencia. Inteligencia des- fondada y capaz de todas las aperturas, hasta la del absur- do. Sartre llama a esta inquietud trascensiva "pasion inutil", pero como existe, su *inutilidad" no es error, sino aviso 0 promesa. La misma dinémica inteligemte de la creatividad cultural esta avisandonos siempre de que no podemos quedaros en lo inmanente de nuestro momento individual presente, sino que por todas partes, por diferentes dimensiones, todo nos desbor- da y nos llama a ms: a compartir, a comprender, a compensar, a conquistar, a aventurarse incluso arriesgadamente y superar creativamente, desde una posible nada actual, el mundo "mal hecho" o ya rofo que nos toca vivir. Y hay que hacerlo para no morir con ese mismo "mundo que nos deprime. Sobrevivir en la propia identidad supone crearse conti- nuamente el mundo, porque el mundo hecho de vigencias y de caducidades pasa, y cada uno que crea en si y en su desti- no no puede pasar tan efimeramente como el mundo. Existir humanamente es ir superando mundos alienantes que nau- fragan en su propia limitaci6n rigida o amorfa, para mante- ner la propia integridad evolutiva que no se disuelve en la mundanidad vigencial (y tal vez involut misma algin montaje de intereses con fi Y se da con harta frecuencia el fendmeno, absolutamen- te irracional desde la hipotesis de la finitud, de que a mayor logro mds depresién (tipica "depresién del ama de casa" al subir de posicién y ocupar una morada mejor, en su grado mis familiar e fnfimo, iyo la he experimentado al llegar a ser catedratico y decano de una Facultad!, y otros al llegar a ser 58 Es el "jNo es eso! jNo es eso!" de , porque nada es y todo parece. busca verdades, como el filésofo, sélo encuentra estrategias, hasta entre los filésofos. Porque hay que advertir que no todos los filésofos lo son, sino que son "politicos" 0 simplemente gente cémoda que se ha montado la vida como el brillante espectador que de todo ha de decir algo (contra alguien o para alguien) aunque, como decfan de Bacon, sin ninguna obligacién de hacerlo bien... 0 depresién, 0 desengafio. A la larga, rara vez. nunca el entusiasmo, pasado el primer momento de euforia de haber alcanzado lo perseguido, parece que detris de todo encon- tramos la nada, el limite, el fin, que no nos va nada, que nos decepciona, nos humilla, nos rebela... Naturalmente todo esto seria inexplicable si el hombre fuese como un animalito domesticable” que sélo tiene deseos razonables y asequ iDesde luego no habria ni neur6ticos, ni esquizofréni Si la especie humana fuese s6lo “finita" no podria suce- autométicamente proporcio- \ciones de bienestar viable. No se aspiraria a més. {No habria utopias! Y utopias las hay, son necesarias y abundan més en la izquierda materialista, y muchas... Es més, la izquierda sin “Si pudiera les preguntarfa todos estos autores y principalmente a ‘iemo* zcomo puedes ser revolucionaio si cees en la finitud domesticable dal hombre’ cpara que revoluciones sel set humano no desea cosas que le supe Tan? los fehos tan demote gue cll miko, cid alenean el poet, perpetian los tice dela burguest contra la cual se reblaban Tucgo, de promover Eicamente revoluciones, estas no deben tratar de ino de trasformar el un horizonte de utopta no seria izquierda sino "socialde- mocracia’... Y esto gpor qué? Pues porque el ser humano se supera asf mismo en sus Proyectos. No moverfa un dedo para introducir cambios polf- ticos y sociales y que todo siguicra como estaba. Este es el defecto de los conservadores cuando han cafdo en el "com- Plejo de estaticidad", porque todo les va de modo gratifican- te y seguro (salvo cuando juegan en Bolsa que siempre quie- ren mas)”. La actividad proyectual humana es intrinsecamente ut6- pica. {La misma inteligencia creativa es ut6pica! Pero hay que tener la sensatez de no proyectar inmediatamente la uto- Pfa en la realidad, sino mantenerla como referente orienta- dor por encima del positivismo pragmatico del momento. Como en los suefios siempre hay un detalle irreal, igual se da en los proyectos humanos (individuales y colectivos). Y esto demuestra que no hay finitud alguna, sino de recursos, mas no de naturaleza, horizonte e intencién. Tampoco es naturalmente intrinseca al ser humano la infinitud (sino como meta trascendente a las posibilidades concretas + lo refleja el tselem wedemut biblico), sino que todo queda en lo que hemos denominado desde el afio 70: indefinitud. "Los mercados de valores se desestabilzan cuando las expectativas de ¢ganancia disminuyen y las de pérdida aumentan, x se llega a un grado de com. tagio emocional emostonele Plage relchiana) que hace cundirel pico, enton 5 todos quieren vender y baja todavia mas las coteaciones ___0 sea que frecuentemente son los mismos inversores los que crean las cr- sis con sus eacciones emocionale indwviduales de tipo completamente clemen: tal e infantil. Pe El capital estan infanui?que le inspira mledo el soplo dl viento, erujir de tun mueble‘ el opaco sonido de'un raton que se esconde- 60 El problema del hombre es que no ¢s ni infinito, ni finito ni siquiera indefinido (pues hay conductas y logros que no le dan lo mismo en absoluto y que le apasionan hasta matar por ci abierta a dimensiones que la trascienden, Ilevada de una necesidad cuya satisfaccién no estd intrinsecamente a su dis- posicion. Este es el origen de todos los conflictos y contradicciones del hombre, de sus desmesuras y de sus idolatrfas, de sus derrotismos y de sus rebeldfas. El ser humano no est con- forme con lo que es y ademds se siente siempre o menos 0 mis. rara vez tiene esponténeamente la vivencia adecuada de su medida Si renuncia a engrandecerse se deprime y baja mas de lo debido; si se afana por crecer se ensoberbece y tiende a la hybris y al desprecio de lo ajeno. Y por afiadidura ignora qué ‘sea en cada caso "lo debido'. Desde luego, el mundo humano tal como le viene dado no le satis uurre o le desespera, y para que no le abu- ra lo ha de investir de utopfa 0 de expectativas de engrande- cimiento, de placer o de lucro, entre la dependencia, la adic- cién 0 el abuso. EI ser humano sélo suele encontrarse a gusto cuando abusa del otro con su dominio, su encanto 0 su poder. ¥ ello porque el abuso refuerza su concien- cia de poder sobrehumano por encima de todas las, limitaciones que a pesar de todo advierte en sf. Si fuese indefinido, como muchos creen, le darfa todo igual y seta inde- finidamente tolerante con todo y con todos (Es asf algin ser humano? 61 Y esto le resulta compatible con su "cémoda instalacion initud*. Esta no le lleva a una conciencia de peque- fiez, sino a lo contrario: a un insistir en la pretendida ampli- tud de sus poderes y a demostrarlo a costa del otro... ¥ es que nunca puede el hombre renunciar al crecimiento inde- finido (+ desmedido) de su individualidad. Y cuando fomenta el crecimiento del grupo, suele hacerlo para sen- tirse como individuo potenciado por pertenecer a un grupo poderoso. La desmesura, el mAs de lo mismo, el "nunca bas acabar de..., suelen ser la medidas de lo humano. Un indi duo humano que se atenga eldsticamente a sus limites, sin decaer regresivamente ni resentirse de su pequefiez —sino abriéndose desde su pequefiez a la infinitud posible— resul- ta ser un sabio dificil de encontrar. Implica una personalidad muy bien integrada. ¢De qué proviene tanta dificultad en acertar con la pro- pia medida? Probablemente proviene de que el ser humano vivencia simulténeamente una triple posibilidad: dificultad resisten- cial, desmesura ut6pica y libertad (ofrecida e inexplorada) de creativas rupturas de limites (que no se sabe si son limitacio- nes). ¥ las limitaciones hay que probar a superarlas. El hombre no suele saber a qué atenerse ante las difi- cultades y los limites: No sabe si vencerlos o rendirse. Duda con frecuencia, 0 vive obsesionado, o siempre siente que tome la decisién que tome, en las cosas mas cotidianas se arriesga a algin peligro oculto... y cuando esto es lo general, ha de acudir a un terapeuta. Pero con mencionar el "Edipo", la castracién, la ‘envidia del pene" o la "muerte del padre" poco se puede hacer con casos que son més existenciales que sexuales o de relaci6n interpersonal. Precisamente el hombre puede y suele vivirse perdido en ‘un mundo que ignora o que le angosta, y dotado de una per- 62 sonalidad que contrastes. Las mas de las veces —o considerando ¢l fenémeno desde otro enfoque— los desajustes de personalidad, sus per- turbaciones llamadas "neuréticas", provienen de esta falta de orientacién asimilada, por carencia de parémetros que estructuren su hacer y su desear. ¥ esto es una de las acep- ciones de "filosofia’. As{ que, o bien porque en los origenes de las neurosis haya jugado la vivencia (inasimilable e irreformable,o sin ela- boracion posible) de un mundo distorsionado e indefinible. © bien porque, aunque las causas hayan sido puramente emocionales y de comt jon simbélica con la pareja parental—en diferentes tiempos—, luego se haya hecho sen- tir un sistema de mundo no del todo coherente como organi- zador psiquico; en uno u otro caso se hace recomendable la apoyatura filoséfica (en el sentido arriba apuntado) del estar en realidad del paciente cuando deje de serlo. ita o le marea con sus ambigtiedades y Finalmente tratemos del termino tan mal comprendido y tan frecuentado de "creatividad’, Deciamos que la creatividad consiste en: La recombinacién de elementos conocidos segin f6rmulas no conocidas, para trasmitir mensajes esperados (inexplicitos hasta el momento) y reorganizar situaciones, interaccién, procesos y la misma personalidad 63 Es la definicién mas sencilla que hemos podido formu- lar En ella algo nuevo se obtiene y esto es por lo menos un reajuste o recombinacién de la Gestalt 0 conjunto organiza- do de los elementos constitutivos de la obra, sea material, |, sea meramente institucional y jurfdica como un nuevo sistema de canalizacién de dere- chos, de necesidades 0 de impulsos. La f6rmula de asociar y conjuntar los componentes, que pueden ser ya conocidos y heredados, ha de ser inédita, pues si no, no hay creacion* sino repeticién epigonal (0 en arte, manierismo). Pero es més interesante, por no evidente, que los mensa- jes (en sentido lato) que la obra trasmita hayan de ser de alguna manera reclamados ya por el piblico, aunque todavia inexplicitos. En efecto, los mensajes que no son esperados por el ptiblico, no suelen encontrar eco. No le movilizan estética- mente o social y politicamente. Pueden sorprender 0 produ- cir rechazo pero desde luego no conmueven ni ganan al espectador, le dejan frfo; es cuando se dice "iNo entiendo ya estas cosas!". Los precursores sin demasiado éxito son los que emiten estos mensajes, que por ello acaban siendo espe- rados, y habrfan ido preparando al piiblico potencial y futu- ro de los grandes maestros inmediatamente reconocidos por éste, pues por ello mismo ya esperaba, sin saberlo ni poderlo explicitar, aquellos mensajes. El arte y la filosoffa tienen en su grado maximo de crea tividad esta funcién: hacer explicito lo implicito. Llevar a la conciencia lo que el ptiblico o la sociedad todavia no conocen ni sospechan, pero ya sienten la comezén exigente de cono- cerlo, En la creatividad, entran como componentes: 64 Sensibilidad / Inteligencia, Hal técnica / "Bricolaje", Inspiracién / Lenguaje (Cédigos). La sensibilidad supone una especial capacidad de capta- cién de objetos, no solamente materiales y sensibles, sino de hechos, tales como conflictos, situaciones, tipos humanos, relaciones, posibilidades, valores y dimensiones del existir y del mundo. Por supuesto esto es altamente recomendable para el terapeuta frente o al lado de su paciente. Pero tam- bign éste ha de volverse sensible hacia sus propias posibili- dades existenciales y productivas para reinstalarse en un mundo real, concreto y praxico, sin dependencias ni deman- das inusitadas. No sdlo esto, sino se requiere elaboracién mental/sensitiva y ejecucién material/técnica. Tanto en las artes plasticas, como en la arquitectura y en la mtsica, intervienen procesos y acti- vidades, sugerencias, elementos y aun "mensajes" de tres ver- tientes al menos de la capacidad cognitiva: inteligencia intuitiva inconsciente significative Iy sistemas de contextualizacion general, o sistemas refe- renciales] Es decir: —Capacidad de intuicién totalizadora de la inteligen- cia, realimentada por los sistemas referenciales y complexivos (adquirides por inculturacién y apren- dizaje). 65 — Vida inconsciente: con su juego de cadenas significantes y simbélicas, asociadas a impulsos, dé ‘tos, objetos incons- cientes del deseo, reminiscencias infantiles y fantas- mas... — Bricolaje significa la capacidad de improvisar y de hacer rendir en el conjunto elementos imprevistos y accidentales, pero adecuados y oportunos. —Y la Inspiracién es la visién abarcativa del conjunto a una luz distinta de la acostumbrada. Apliquese todo ello a una terapia y se pueden imaginar los resultados. 66 4 DE QUE DEPENDEN NEUROSIS Y CREATIVIDAD CAQwinine Cada persona humana ha de crearse su propio existir — identificado y para identificarse— en un mundo propio. Y desarrollar una capacidad filoséfica icida y complexiva (holistica = hol6n; "todo" capacite para hacerse cargo de las dimensiones de la propia situacién en cada mundo personal, y para ampliar éste, en caso de raquitismo en el planteamiento de la vida respecto del mundo real. Y como esto es sumamente dificil si no hay preparacién, uno de los servicios suplentes que el terapeuta debe prestar es éste, mas para ello ha de prepararse profesionalmente con su impregnacién filosofica (no escolastica ni oficial) que le dote de una mente cuasi creativa de ambitos de mundo adap- tados a cada tipo de personalidad sana, cuando el paciente vaya liberandose de angosturas, parcialidades y deformacio- nes de su percepcién, = Esto les parecer a algunos un_exceso.de exigencia, pero: 1°. la formacién que hasta ahora se ha impartido en las indg, *s6luos ~lat. salvus. 67 Facultades de Psicologia espafiolas ha sido pseudocientffica- mente” sesgada y casi raquttice El psicoterapeuta y el psicélogo en general, de no con- tentarse con ser una "rata de laboratorio", ha de ser ademas un humanista® bien informado (y formado) y a ser posible tun fil6sofo eldstico y vital, rico en recursos para ayudar al paciente aremodelar ypercibi “realismo y sentido comin) su mundo Para ello hay que estar perfect “impregnado’, repito, de todos los andlisis de Arrabal, pasando por Sartre, Anot Tonesco) de los afios 30 a los 50 del XX han realizado. ‘Aunque haya pasado el tiempo sus observaciones y anélisis son permanentes; y all donde se aprenda a percibir y a desentrafiar situaciones humanas complejas, hay més mate- rial de informacién para el psicoterapeuta y el psicopedago- {go que en muchos los tratados abstractos de Psicologia. “=No es posible que materias no medibles: comé tvidad, la capacidad de compren: \da campo de objetos, la psi- Ta obliga a parecerse a una Te obligasemos adoptar la cas, psicodindmicas y fls6ficas. aria aque pretensions de tiedado sobrepasadasy aparece fSrmada y si idetdad. ¢como van a poder hacerse cargo de los problemas intensamente humanos Gindrnos de sus clientes y ayudaries a reconstruir su ‘mundo angost ydeteriorado? *Y'no nos referimos a fa lamada ‘psicologta humanista™con su desenfa- dadas ferpias sin demasiado método y on sobra de ideologta topics de "ibe- \ rac de tlubiciones'. 68 Hemos de adquirir los psicoterapeutas al menos (e inclu- 80 los sociélogos y los politélogos) una densa informacién de estructuras de situacién y de posicionamientos personales que el ser humano en sociedad frecuenta, para simplemente mirar lo que en el paciente o el educando ha pasado 0 est pasando. Caigamos en la cuenta de que a los pacientes, muchos de nosotros, no tenemos otra elaboracién ética que ofrecerles que lo que buenamente se nos ocurre de los t6picos, ya bas- tante degradados, que el ambiente de los medios y de la calle nos sugiere..., para esto no nos paga el cliente cantidades casi insostenibles para él, sino para que seamos una fuente de energia y de formativa informacién de calidad. Para eso somos facultativos y no meros practicos. Si los planes de estu- dio de nuestro perfodo de preparacién han sido tan insensa- tos como han sido, es obligaci6n nuestra adquirirla por nues- “Conseguir que un paciente no termine su terapia ideal6gicamente ado- cenado, y convertido en un libertario(a) tpico y desarraigado, incapay de renuneia, de compromiso y de cooperacién a costa de limitar sue pretensiones uso llegando a libidinosas) y narcisistas, es lo que la ética profe- sional nos exige. terapia para salir hecho un marginal o una femi- ‘¢ incompatible con algunos roles femeninos en el amor. Eso 10 \aeria més que infelicidad e inconvenientes de convivencia social y familiar, improductividad y desarraigo. tra cuenta, o de lo contrario no cobrar tanto por visita y tera- pia y que el paciente entienda que viene a una especie de "tera- pia alternativa" no universitariamente respaldada". Las perturbaciones de personalidad se deben fundamen- talmente a un mundo distorsionado en el que su infancia y su adolescencia ha tenido que desarrollarse. Las "fijaciones’, los "edipos* y los temores a la "castracién" © la "carencia de falo" son concreciones anecdéticas y parti- ” culares de este supuesto general de ms amplio espectro. Esto no quiere decir que el "mundo real" sea o haya de ser de una tinica manera rigidamente objetiva: el mundo real se concreta y organiza en cada existencia individual de modos diferentes. Baste considerar que la realidad en sen- tido duro y objetivo resulta de una serie de factores que no son s6lo materia [un excipiente formado por vortices de ener- gia] a saber: “La imaginacién de quienes, en sus orfgenes, organizaron las logta ci al uso. ‘de entonces (ca. 1970) ha y calidad universitaria y ha sacado al pablico algunos licenciados y doctores, desinformados ; ‘A éstos les corresponde protestar contra sus formadores desinformantes y \, por todos los medios obtener por st ctienta lo que no les fue dado en su | momento, a clinacén hacia las mateméticas la cuanifcacion de Mariano Yela djs sentir ncstamente su peso enn concepcion general de sx Factades ue empetaban Su habilidad dialécticay sus argumentos ad hominem, por & Peptnos ‘como el materialismo marxiano fundamentalista y mal resto, No se les puede negar el derecho a pasarse, 70 A. Necesidades y Expectativas B. Enfoques, Intenciones y Contextos sociales y significacionales C. Redes sistémicas de relacién; de pautas y Cadenas simbélicas (del lenguaje, las ideologias, las tradiciones, y aun lo tindecible' ya para la palabra socializada); y Vigencias D. Asunciones introyectivas y Constelaciones de valor formadas en torno a asuntos, objetos y situaciones E. Investiciones colectivas o individuales de sig- nificado, libido, emociones, valor (a propésito de las funciones que los objetos pueden desempefiar, dife- rentes en cada sociedad y en cada existencia). sea que del sistema de necesidades del ser humano dentro de cada sociedad dependen las funciones que los objetos cumplen, y estos acaban siendo percibidos en con- textos, dentro de redes sistémicas, y en virtud de las vigencias y de los valores que presenten, una vez investidos colectiva 0 individualmente de significado, de libido y de emociones. Y dando cuerpo a veces a simbolos muy determinantes del afecto, desde la VICS del grupo o de una tradicién dentro del grupo. tan rechazo. Asf en las algunas tribus de Micronesia, lo mas terrible para los occidentales: comerse ritualnente a los difuntos, especialmente si se trata del cadaver de la madre o del abuelo, les produce intensos sentimientos de veneracién (como en una comunién sacramental). n \ Como puede verse juegan en todo ello los procesos vigen- ciales y funcionales de la praxis, las emergencias de la VICS 0 ‘ por su funcion, de la afectividad e imaginacién subconsciente, los lenguajes, su significado, Jos enfoques y las necesidades de cada grupo 0 sujeto. ee Por eso las cosas reales son tan polivalentes, a veces tan | | ambiguas y dicen 0 asustan tanto, como fijan y despiertan y su vigencia en un contexto determinado, apetencias enormemente fuertes*, porque en ellas no sélo ha que puede y suele cambiar. de haber materia y utilidad, sino que el mundo simbélico, inconsciente e ideolégico de toda la sociedad y de cada uno de sus componentes se puede proyectar amplia e intensa- : ¥ a veces el significado puede ser tan emblemdtico que _mente en elas. constituya simbolos orientadores y constelativos de ideales, Las realidades, si no tuvieran (o aquellas que no tienen) . ideologta y fuertes emociones colectivas. funcién, significado ni valor —se supone que dentro de No queremos decir con ello en absoluto que las cosas unas vigencias y en situacién— no existirian para determi- *subjetivas", sino que la intersubjetividad, —esa drea nados sujetos o para sociedades y épocas enteras. Por ejemplo de relaciones y de comunicacién que se establece en cada el petréleo en tiempos de Esdras (esta sustancia alguna vez. es grupo social, en respuesta a sus necesidades y expectativas— -mencionada de pasada, y como un hallazgo ins6lito, en los. acaba dando su tiltimo perfil real a las cosas y situéndolas en textos antiguos como un *agua espesa y oscura’... gQuién iba su entorno como tales "cosas reales". a pensar entonces que ese "agua espesa y oscura" iba a mover ¥ éstas pueden ser la economfa mundial y a tiranizarla alguna vez?). \" BI "ser de las cosas no lo conocemos, su composicion jjetos materiales, herramientas, apa- ones, situaciones, paisajes, quimica la conocemos convencionalmente por unas férmu- des, arte y ornamentacién, valores de Bolsa y monedas. Jas abstractas construidas por Ja comunidad tifa, E] mundo real no son las paredes ni los suelos, sino lo realidad en sentido fuerte —en el mundo real mas cruda- que sucede sobre éstos y entre aquéllas, y lo que se dice 0 se mente real segtin vulgarmente se entiende: el de ‘las cosas'— da por supuesto en sus ambientes dindmicos y procesuales. sélo se Hay que superar el planteamiento clésico de la "mente” enfrentada a los "objetos’ materiales y limpiamente diferen- “in nuestra sociedad esto se hace notar muy espeialmente onl Scion ciada de ellos. irresistible continua —que nunca se sacia—, una verdadera fascinaci6n, que Kant dio el primer paso, muy rudimentariamente toda tos normales sienten por el genital masculino de ciertos tipos Virt- * - alguns sos normale semen por el genital ert thpos via, otros (Renouvier, Mach y Avenarius) lo exageraron en Y ello sin ser homoseruales! Desean y disfrutan su vida heterosexual pero una direccién, pero todos iban descubriendo la verdadera fu mana spe constant srastrada por la imaginacion del fale naturaleza de las cosas, que no son un estarahf "fisico" sino siye iaual a é.o simplemente como objeto magico de mera contemplacin (sin tun significar y-un servir para, un ser deseadas o temidas, un dledeo ni contacto). Os la jacion alos coches o las armas. ser término de proyeccién de deseos y de expectativas — 2 3B Como los cuerpos, las cosas median dialécticamente entre las mentes, las tendencias y los afectos y sirven para que los seres humanos desarrollen sus posibilidades psfqui- cas y se realicen como humanos y movilicen sus energias trasforméndolas. La ultima explicacién tal vez esté en Nicolds de Cusa: todo es verbo dirigido a todos... Dicho esto ya puede comprenderse la importancia de la configuracién de cada mundo (jinvestido de afectos y de sim- bolos!) que en cada grupo y familia se crea como "incubador" de las personalidades de los En defi paranoia) p: largo de los decenios cuantas irregularidades* en la estruc- turacién de la personalidad y en su asimilacién de los men- sajes y cometidos (auténticos retos a veces, o sentidos como tales) y en la respuesta a los mismos se produzca; como cre- cer, alimentarse (-> anorexia/bulimia ~~), soledad, solicitudes, cargas 0 la simple organizacion del dia a dia (mal levado o irritantemente vivido), e it miento (> ludopatfa, ninfomant prodigalidad en lo no necesario : neurosis, histeria, psicosis (esquizofrenia, ‘opatias y como se vayan denominando a lo {odo ello obedece, ademas de a alguna disposieion genética 0 estado fisiol6gico del desarrollo o de la menopausia, a facto res filoséficamente determinables. Y digo “filoséficamente" determinables porque desde los presupuestos de Freud o de Jung, de Winnicott o de Watzlawick (si es que algunos tiene) no se obtiene clave algu- 'y medio se diagnosticaba de “calenturas” Hay que determinar el cuadro socioafectivo, profesional y sexwal, o las rela- ciones de objeto a que obedecen esa ansiedad 0 esa depresién. Sino, no se puede pasar del "prozac" 4 . OTD na para desvelar la relacién de la intimidad del paciente con su realidad, la estructura de ésta y de las situaciones que en ella se producen, y los significados que percibir en su caso, invistiendo los "objetos" (personas, asun- tos, tareas, instrumentos y del deseo) con diferentes intensidades afectivas y matices simbélicos. Los autores clasicos y aun los recientes explican —y bien, aunque un poco uniformemente— c6mo se ha entabla- do la relacién de objeto (deforme o excesivamente intensa 0 débil), en la mayorfa de los casos. Pero como no basta recor- dar para desligarse de la fijacion o de la obsesi6n, hay que elaborar de modo mucho mas cefiido y concreto en cada caso la estructura imaginaria de su mundo y de su situa- cidn en él. Y esto sélo se puede hacer manejando amplia y aves filos6ficas existenciales. Sin filosofia de este tipo, dichos autores s6lo disponen —y" ensefian— una serie de t6picos del sentido que segtin sus ideo- logfas han de tener la vida y sus dencia, mitificacién, desmitificar, liberarse, posesividad yuda’, rechazo, devoracién, confusion de roles, adhes bicion, regresion, asertividad y hasta "revolucién” he Y si como Sécrates se les preguntase lo que entienden por cada una de esas nociones analégicas o incluso ya verdaderos t6picos, o no tendrian respuesta valida (a lo més tautologias), © aquella serfa bastante pobre y convencional: lo consabido en la ideologia que cada uno profesara, la de su escuela. Como esos lacanianos que dicen que "la muerte" es s6lo una palabra, ‘© que los suefios son sélo un entramado de palabras... Cada conjunto de intereses (0 de “pasiones”) genera —en y desde su colec- on una etiqueta presentable: lamar ‘egolsmo explotador de grupo. 15 de desentrafar lo que en realidad esta jugando o deberia tocarse (y tal vez extirparse), desde luego desenmascararse debajo de las etiquetas de valor, para que el paciente hiciera ins Lo peor es cuando la terapia misma (o el terapeuta) segrega sus propios tépicos —asi es como lo hizo Freud, y mis su escuela y las demés...— de modo que el paciente conforme se va aclarando, se va haciendo adicto a la ideolo- gfa del terapeuta, al hacerlo mediante —y apoyado en— su Tenguaje. a filosofia seria, pues, el antidoto de la ideologizacion de la ética y de la terapia. La ética ideologizada puede, segtin los mismos freudia- nos, desajustar, pero también el sistema que presida la tera- pia, puede, al tratar de aplicarse a un caso determinado, ter- giversar vaiores, 0 por lo menos robar la identidad al pacien- te, al inocularle otra cuasi "ética ideologizada" y por ventura peor que la primera. Es pues la primera obligacién de un terapeuta responsa- ble hacerse consciente de la depuracién que sus mul han de experimentar para quedar "esterilizadas* y servir ti mente al proceso de desintoxicacién o de d miento personal del paci Esto hoy poco y hay hasta quien cultiva tales estilizaciones y muleti- las, pero asf —como en tantos otros asuntos y Areas— no se actia con honradez*. “EI Conductismo es lo que trat6 de sanear, para caer viefima de su propio dispositivo enmascarador a fuer de desvelador. Sélo la filosoffa bien levada puede inmunizar de estas recafdas. “Alguien ya estaré pensando al leer esta palabra que para due se necesita Ja “honradez", que esto es un valor burgués 0 “antiguo”. Bien, de acuerdo: enton- 76 Repitamos una vez mas: la los complejos, —de las condu de disfrute de sf mismo ni de la j6n del mundo en que se ha crecido ), que no daba lugar al desarrollo de conversién, a.unas canalizaciones y a unas redes sémicas capaces de con- figurar un mundo vivible. Por lo tanto, la busqueda de la soluci6n, mas alla de la anécdota del "enganche* fijativo de los comienzos est4 en que el terapeuta acierte a desentrafiar ese "mundo-mal-hecho" en el que se ha crecido y ayude al paciente a desarrollar sus undo mejor configurado (ni *, simplemente habitable y Huelga decir que la capacidad para darse cuenta de estos defectos y de su posible reparaci6n no puede provenir de la bio logéa, de la medicina, ni de las mismas teorias psicoanaliticas. ‘ces permitirés que se justifique la mentira, la seduccién y la explotacién del ‘estar contra nada, pues le hi para entendermnos acerca de lo que destruye y de lo que construye. Y si dices que esto no importa, ya da igual estar neurstico que ser muy hicl= do y pragmatico: nada estaria "bien’ ni nada estarfa "mal", simplemente seria aburride o divertido, cémodo o incémodo. Pero se puede a la larga y con sere- ‘todo referente comin y general verso de valores” legan a prevalecer, es lo que hace “enfermar”. 1 Sino que ha de consistir en una apertura filoséfica a los posibles "mundos" del paciente, adecuados a su sensil dad y a sus valores ms basicos (no a los més "esttipidos"). Pues preciso es decir que hay valores esttipidos, que son los que se constelan como el moho en torno a cualquier siste- ma de valores validos. Y el paciente no viene a que se le cam- bien los valores (0 se le quiten), como recomienda Castilla de Pino, sino a que se le saneen del moho que han criado. Ahora bien: ¢Qué se hace con personalidades que care- cen de creatividad? ¢Hay personas sin creatividad inconsciente alguna? €0 lo que hay son depresivos que no saben sacar partido de sus grandes o medianas —nunca escasas— energias posi- tivas? Volvamos a la cuestion basica: eQué se hace con personalidades que carecen de creati- vidad? cEs creatividad lo que hay que despertar en el paciente? Por supuesto, pero gqué clase de creatividad? Desde luego no la que pretende perpetuar una serie de t6picos gas- tados (y un terapeuta que viva de t6picos gastados te serd un eficaz terapeuta), A este respecto vamos a redefinir otra nocién de ereati- vidad. Existir es ya "crear’. salir de lo que se esta: ex sisto star plantado"). Es crear futuro, lad presente lo posible, pero en ese mismo momento es también estar ya dando el salto a lo todavia posible (0 hecho posible por ese salto), 8 Hay que poder irse haciendo nuevamente a cada edad y situacién, pero cada vez més conforme con la propia identi- dad y en coherencia con lo que se ha venido siendo (si esto no hubiese sido una existencia alienada). Es decir, si ese venir ya siendo no hubiese sido una trai- cién a la pro} .d. ¥ aunque lo hubiera sido, la nove- Ha de tratarse de una novedad dialéctica que en su mismo cambiar mantiene lo positivo de lo cambiante. Y esto se consigue con una conciencia clara de las dimen- siones y factores que han de ser cambiados: Para ser més genuinamente lo que ya se tenia que ser. Desde este punto de vista los desajustes de personalidad que en muchos casos comenzaron siendo existenciales, hasta que influyeron en ciertos resortes y dispositivos de la VICS (y no mucho después, incluso organicos y fisiol6gicos: polaki- suria desencadenada por la ansiedad ante la recurrencia dé un inminente castigo o regafio injusto o imprevisible...) y se cronificaron, han de ser hechos reversibles traténdolos en esta doble vertiente: 1.) La anecdética del origen de una fijacién o de un tic defensivo por desplazamiento de un objeto 0 modo de ser tratado en la infancia, a otro objeto simboli- camente sustitutorio® o un deficiente e inadecuado modo de responder en la edad adulta a los desafios de cada dia. Tal como se haya gestado el pliegue psfquico y la aso- ciacién simbélica, y perpetuado en la VICS y en sus cadenas sémicas de fantasmas y de significados cam- \ biados de signo. Por ejemplo, del pecho materno 79 Hay que caer en Ja cuenta de que los simbolos desem- pefian un importante papel en la vida real de los humanos. Las cosas y realidades podrian definirse como instrumentos, sefiales, estimulos y simbolos segtin sus funciones en cada vida humana, Y los m4s importantes como referentes, a veces for- mando sistema, son los simbolos filos6fico-religiosos. Pues éstos tienen la propiedad de que ademas de sig- nificar lo que obviamente signifiquen (dentro siempre de un determinado contexto), remiten a planos dife- rentes y mas universales y de su figura o color con- creto y césico elevan la atencién —en un giro retéri- co— a algtin universo de valor mas motivador y orien- tativo que las cosas. A veces produciendo el efecto indeseable de la fanati- ¢ zaci6n 0 del olvido de otros factores e int } importantes y graves, que el impacto de ( sfmbolos provoca. Se trata de lo que socialmente se llaman "pecados estructurales’ a causa de una estructura de mundo colectiva que desvia la atencién de deberes y proble- mas mucho més humanos, urgentes e inmediatos que los "ideales" sectoriales que el sistema simbélico origina. No todos los simbolos ni sus sistemas producen tales efectos, pero hay sistemas de simbolos que si los pro- ducen o pueden en el limite hacerlo (por ejemplo la herdldica o la liturgia). Lo malo de los grupos humanos es que pueden coe- xistir metidos en sus mundos simbdlicos sin comuni- arse; sin tomar conciencia de las necesidades, sensi- bilidades y expectativas unos de otros... 80 2. Y la vertiente existencial: "andlisis existencial" de los pardmetros, estructuras demasiado angostas o defi- cientes y modos de estar en su realidad y de res- puesta conductal (no conductual!) de la personalidad (asf deficitariamente dispuesta) a hacerse adulta 0 mis adulta y a ir resolviendo las tareas principales de su vivir praxico-afectivo. Como apreciaré cualquier lector suficientemente informado damos en este esquema entrada incluso al anilisis "conductual’ de los modos de respuesta, y al cognitivo, pero no sélo a estos, ni de modo indiscri- minado ni ecléctico, sino como un corolario mas de una indebida fijacién infantil —emotivo-simbélica— que provocé una deficitaria organizacién de los esquemas préxico-mentales del muundo personal, de la economta disposicional del sujeto y de su combinat ria de sistemas referenciales, orientadores de sus res- puestas y de su praxis social. Naturalmente estos sistemas y los anteriores parame- tros y estructuras de mundo son objeto de una vision refle- xiva de tipo genuinamente filoséfico, pero ademas son. lo que en el momento el paciente aporta como material actual, reelaborable y vivo. Un terapeuta capaz de ir desentrafiando con finos andlisis de este tipo el mundo singular y concreto, que se ha construido el paciente como defensa 0 como refugio y cauces mas tolera- bles de sus comportamientos, lograria resultados sorprenden- tes (hablamos por experiencia) —una vez desveladas las fija- ciones y los modes infantiles de reaccionar viciosa y estereoti- padamente ante determinados retos parentales tempranos (0 ante la carencia de apoyos y de estimulacién en ello)". Hay padres (parejas parentales 0 uno u otro componente de ell parecen haberse propuesto anular al hijo, “asesinarle socialmente”, cas 81 Eso si, no podemos permitimnos t6picos y hay que anali- 0 se hace con la sangr. los corporales, el "montaje deficiente de mt de cada uno en su e . Y, segunda condicién, hay que ser breve, sencillo y rea- lista, no prolijo, erudito ni pedante, o demasiado terico cre- yéndose con patente de corso para serlo por tratarse de an4- lisis "filosoficos". Lo filoséfico idad abarcativa, la compleci6n y la lucidez, no la sistematicidad artificial y te6rica de lo que ficialmente se llama “filosoffa’ con su lenguaje técnico .da terapeuta, con ayuda de su pacien- in raquitica o redundante en algunos Esto serfan efectos de la creatividad del terapeuta, pero ey la del paciente? amputarle mands y pies (jo cabezal) a fuer de cuidadosos de su “mayor bien”, a fuer de temerosos, de escrupulosos (con los nifios, no consigo mismos), de ‘moralistas o de bruscos y exigentes, descorteses y groseros con unos pobres ¥ Aebiles seres que suponen tienen la obligacién moral de obedecertes. ‘Los peores ediicadores esquizofrendgenos 0 neurotizantes son aquellos ie de reacciones que en el nifio se producen conforme jonterias de sus padres con los comportamientos e ideas entos aprendidos de En el paciente han de despertarse (contrtrasferencish mente): / Ja voluntad de vivir, “x de salir adelante, a de canalizar productivamente sus mejores y més vivas energias, el deseo de hacerse cargo de la realidad total que le atafie y la vivencia de identidad consistente que le movilicen para, saliendo de sus rutinas defensivas yangostas, abrirse adecuadamente a sus posibilidades rea-~ les y desenganchar de sus obsesiones: — fijativas a deberes ficticios, —tareas sin resultado 0 autoprohibiciones sin funda- mento; — 0 lo contrario: libertad amorfa y sin objeto (tinicamen- inadamente ofrecida, —y dedicacion ticas y sin resultado, una y otra vez intentadas con los consiguientes detri- mentos econémicos... Estos serfan los que se suelen lamar "fantasmas' —se dice: es "muy fantasma'— y los "falico narcisistas" pretencio- 505, pero desorientados en la realidad de los procesos preci- samente por su hinchaz6r Lo malo de estos tipos de personalidad es que no suelen querer someterse a una terapia que les libere de sus fantasi- as y recanalice sus energias mds realistamente. Una vez removidos estos impedimentos, gia recién liberada, en lugar de tender a lo facil y "placente- ro" (como suele aconsejarse) ha de ir entrenandose reorgani- 83 zar su mundo propio con criterio realista pero con inspira- cién simbélica. Un paso complementario seria lograr elevar- se sobre el dia a dia asumiendo concepciones amplias, altruistas y universales de valores que orienten su existir. Y de nuevo aqui tenemos, en esta resemantizacic le sus posibilidades, la eficacia de la fuuncion anagégica de la filosofi Llamamos funcién anagégica a la capacidad que la sofia tiene (o hace desarrollar en quienes la cultivan) de con- cebir amplios sistemas de referencia que superen y liberen de | la pragmaticidad del dia a dia. Aqu{ el peligro reside en el minismo', en la imaginacién heroico-mistica que hace conce- bir al interesado roles mesi4nicos y apocalipticos (un ejemplo clasico es Don Quijote de la Mancha). / Algo de esto es lo que est sucediendo con el New Age y ya se ve el enganche que tiene (y a veces con la Autoayuda!). Se trata de brotes manfacos que nada tienen de "sano" y it ;peutas sensatamente formados al y trascendental para la vida luminista y manfaco. Estos hechos y este riesgo ensefian lo cerca que esta la recuperaci6n de la plenitud mental y afectiva del descontrol manfaco "post-represivo"... As{ que el sentido comuin y la sobria ‘sensatez préctica son el tinico contrapeso que la energia y la libido del paciente deben encontrar, apoyados por su terapeu- ta, cuando tiendan a enfrentarse creativamente con su vida. é¥ siel paciente, aun asf, es corto de imaginacién y esca- so de iniciativa? labré entonces que entrenarle en Jo minimamente "cre- ativo", de acuerdo con la definicién de creatividad que més arriba hemos dado: Saber recombinar elementos, conocidos ya, mediante formulas nuevas y més adaptadas a las propias posibilidades en expansi6n. 84 Esto puede aprenderse. Y ensefiarlo es cometido del terapeuta. Mas no ensefiar- lo de modo dirigista, sino mediante una mayéutica habil que active al paciente y le despierte para responderse a si y desde s{ mismo con sus propias formulas, ya renovadas, a sus pro- blemas antiguos o futuros. Y esto si que es muy propio de Platén. 85 5 LO REAL VIVIDO Y SUS VERTIENTES DE DIFICULTAD No hay que recurrir demasiado a la fantasfa para organi- zar el mundo de cada uno. Paciente 0 no, todos hemos teni- do que ir, sobre la marcha, haciéndonos nuestro mundo real y nuestra personalidad viable (y eficiente). Y a algunos les ha salido, por més 0 por menos, bastante mi Algunos mundos personales son demasiado "realistas", es decir dridos, pragmaticos y materiales; otros paradéjicos, hasta la "mala fe"; y otros cercenados de dimensiones impor- tantes en su orientacion egofsta , o desestructurados y lébiles donde nada es consistente y "todo fluye", como en Herdclito, pero casticamente confuso y no acaba de construirse nada. i¥ se trata de mundos no paticos (es decir no emocional- mente "enfermizo: — Unos se enclaustran en mundos angostos y rigidos (como decfa Nietzsche: Die Zeit: Welten hart und kal mundos duros y frfos" — Otros se pierden en mundos indefinidos y pastosos como lodo (y ellos mismos, al no tener una linea con- sistente de conducta social y productiva, se vuelven pastosos y adhesivos....); A 87 in Tor 2u tausend el tiempo: un pértico hacia mil ) — Otros se aburren en mundos de rutinas y convencio- nes, hasta para distenderse y divertirse. —A otros se les organizan (ellos y los demas, los més cercanos) mundos amargos y desabridos. Se hacen a si mismos la vida dificil. — Y finalmente otros tratan constantemente de evadirse de sus mundos, y se ponen en la cincuentena sin haber hecho absolutamente nada (conozco casos rea- les, no es hipétesis). Peor es cuando les parece que han hecho mucho pero todo es paja para ser aventada por el tiempo... Y con la personalidad pasa lo mismo: ésta mas bien nos Ia hacen los demas desde la infancia, pero los desastres son anlogos. Y asi suelen producirse fundamentalmente tres tipos de personalidad desajustada: inhibida, dispersa, irreal, con todas las variantes posibles. 1, En la inhibida destaca la rigidez de estructuras y la pobreza de horizontes de posibilidad (tanto préxica, como afectiva y proyectual), 0 al menos pobreza ausencia de iniciativas. . La dispersa puede engafiar a creativa, pero es en el fond imera vista pareciendo y la inconstancia, hasta para los afectos. mucha actividad fantaseadora o fani nea), pero incoherente y no pi plasmar en un proyecto viabl de los artistas plasticos). ni siquiera en el caso “He conocido una artista con muchas nisioney creas de ee ipo, pero cya pareja tenia que vertbrdrselas para poderiastrasiadar al material ¢ le cdmo podia hacerlo: por fo demés es ina gran artista creatva 88 3. La conducta irreal puede ser més consistente, tenaz y hasta dura, pero impermeable a las exigencias y pau- tas de la realidad de la praxis: vive en su burbuja de fantasia, que puede no ser nada poética, sino cruda, cruel y escatoldgica. Esta pérdida de contacto con la realidad se halla en las personalidades esquizoides y psic6ticas. Mas no necesariamente. ducta irreal, que saben organizar perfectamente una gestion, una obra, una ONG, 0 una empresa y aun mejor que otros mis realistas, pero en sus metas 0 en su filosofia de empresa / ‘0 de mercado se advierte un no sé qué de irreal, de ilusorio, de no adaptado a las demandas o exigencias del momento social o hist6rico o del gusto del ptblico. O montan su actividad produ: al. Esto no quiere tener éxito comercial, si conectan con una falsa necesidad 0 ilusin de una parte de determinado pablico neurstico. Para integrar tales personalidades y sus conductas, se ver que es necesario actuar terapéuticamente en los dos frentes: — el exploratorio de la VICS y de sus traumas y fino nes infantiles —y el de la organizacién paramétrica de su mundo real, | que es ya filoséfica. / Pero de filosofia concreta y viva, no erudita, abstracta ¥ académica (que ante la falta de creatividad de los fil6sofos se Timita a analizar discursos fragmentarios de los clasicos). Si el paciente queda emocionalmente mejorado y desen- ganchado de los fantasmas de su remoto pasado, todavia puede comportarse sana, adaptativa, productivam no hacer rendir creativamente sus energias y posi 89 psiquicas mas que en una minima proporcién. Para que rinda hace falta el complemento de un desbroce filos6fico de t6picos y de rutinas de ideacion. Una cosa es el equilibrio, la integraci6n (pulsional y pra- xica) o si se quiere la ‘salud" psfquica, y otra bastante dis- tinta la capacidad de cambio y de ideacion proyectualmente creativa. Esta segunda se fomenta desde la primera infancia mediante estimulacién cultural del nifio, gracias a viajes y a la vision, experiencia y, si es posible, el uso de objetos expre- sivos, de calidad, artisticos, creatives. Crecer rodeado de prosa y de rutina, sin nada superior (0 de superior calidad expresiva) que estimule y despierte el interés, hace atrofiarse la predisposicién para adquirir cier- tas cualidades creativas que en todo nifio normal subyacen pero necesitan el imprinting oportuno para activarse y buscar sus respectivos objetos por ensayo-y-error. Si éste no se pro- duce en el momento adecuado, se extingue y el sujeto pierde la capacidad de tal aprendizaje. ” Por eso hay tanta gente "gris" y aburrida, sin recursos psi- Zol6gicos y sin proyectos innovadores; por so innovar cues- ta sociolégicamente tanto y se tiene miedo a lo nuevo y a lo iferente, y cuando no, cuando lo nuevo impera, es lo antic guo y lo tradicional lo que se acaba por desconocer y por recelar.. (el reproche actual de los jévenes a los mayores de ‘eres un antiguo', es inédito en la historia de Europa). iHasta en sus rebeliones no aciertan a ser creativos, son horteras...! Vistas asf las cosas no parece muy dificil que al despertar la libido* (o energia psiquica basica), en su aplicacién creati- Me permito hacer la observacion de que libido, lbidinis es palabra lana en latin, ast que es una pedanterfa de quien ignora el latin —y una falta nacio- nal de prosodia, como la falta de ortografia de “movil”, que es mobil = lat. mobi- is) en todas las demas lenguas— decir “Ubido” como hoy se acostumbra. 90 / va, el antiguo paciente ya restablecido renueve su vivencia de- existir operativamente de modo casi espectacular; cuando cia de ser auténomo, solido y itil. ‘Ya que lo més desalentador es sentir pasar los meses y la camente se llaman "complementos"). Hay pacientes (ya en la cuarentena) que me dicen, cuan- do empiezan a asumirse y a identificarse, que sienten el volu- men de su cuerpo/persona como it ismo ti po cuajado y vigoroso, o a la vez célido y fresco, 0 mas con- sistente pero més elistico. Nada de esto es fisico y material, sino una vivencia puramente psiquica de una nueva manera de ser idéntico a sf mismo: ms suyo y més abierto, mds centrado y mas dispuesto a escuchar y a cooperar en una praxis eficaz, cuando valga la pena. Mal orientada una terapia, puede quedar la vivencia de libertad muy fécilmente en una redundancia de proyectos en busca de gratificacion conti- nuada*. “Esto no serfa creativo, sino nuevamente fijativo en un / ‘més de lo mismo" sin mafiana; en lugar de percibir el cuer- po como una nueva presencia social en el mundo, consisten- te y moderadamente” energética, capaz de actuar y de aguan- tar el esfuerzo que cuesta vivir productivamente. *Y algunos terapeutase incluso escuela at lohan consagrado como ideal de una personalidad bien teraplzada: caree de inhibiiones y dea salir Mbre- ‘mente st flujo libidinal pues ha aprendido a hacer de su cuerpo lo que quiere (7 haturalmente slempre qutere gozat,o por lo menos no someterse a esfuer2> alguno ni a agentes agresores). "Yas la “salud psiquca de sus pacientes se converte en un sereno y lés- ‘ico egotism "Ffodo lo posiio y benico ha de ser moderado segtin el méden dgant 1 No consumiendo, sino creando realidad no césica, viva social, ambiental, afectiva y capaz de ser compartida por el mayor ntimero, 0 promotora a su vez de ulteriores activida- des creativas. (dominando el proyecto de vida) a una consistencia arrai- gada en realidad — capaz de ir productiva y elésticamente —creando relaciones, obras participables, y posibilida- des — que incrementen la realidad social, colectiva y ajena, —y que hagan de la propia identidad un foco de: autenticidad presentable, de cordialidad (y hasta de carifio desinteresado) -y de recursos viables para ir resolviendo ulteriores pro- bblemas propios y ajenos. hhe acabado de entender qué pueda ser eso que se vive a 1ope, pues todas las cosas que pueden comunicarse ‘no es para todos y entonces se manifiesta en el c", cuya probabilidad o ilusién del riesgo sin control para los mejores —parec cose de desesperados dela vide—y su reaividad es ‘muy relativa... Como decimos en Cémo no hacer el tonto por la vida, hay un bien “bara~ to” y un modo ridiculo de hacerlo, Bs como los desajustados y los neuréticos lo hacen cuando quieren parecer altruistas y sanos. 92 El anti-egotismo —o sea el modo altruista de enfocar la conducta— ha de ser la marca de la liberacién de las pro- pias trabas narcisistas. Todo lo que sea olvidar al grupo o al otro para gratificar- sea sf exclusivamente es una sefial regresiva de fijacién oral, Y nada de esto es por supuesto ni realista nuestra realidad humana es vivir y desarrollarse Esta podra estar mas o menos justamente organi Jo que es imposible es subsistir en solitario. Y po: esencialmente humano (después de la "simboliza Un individuo humano incomunicado y alslado no puede desarrollarse humanamente ni aun como humano. conocer o en manipular (saber cémo se man‘ mentos y los recursos para obtener fines util ra para obtener placer), sino que es algo mas complejo. Estaren-realidad —sin alienarse ni evadirse— no es simplemente nutrirse, defenderse de la intemperie y aparearse como muchos antropélogos del s.XX dijeron con harto reduccionismo materialista (pero arrastrando en su simplis- ta negacién de otros modos de realidad lo cultural, lo huma- Uno de los grandes defectos del s, XX ha sido el simplismo reduccionis- tm-en contraste con su enorme eutidado de la erudicién bibliografica y de fuen- tes, Como he dicho en otros contextos da la impresin de un enorme esfuerzo ‘material en toro a un vacfo, a una nada. ‘Las teorfas generalizadas acerca de el hombre propagadas en ext de muy poco valor porque no son capaces de abarcar la enorme com 93 Todo ello es demasiado rectilineo, y vivir humanamente es dialéctico", "en espiral’. Vivir o existir como ser humano es hallarse simulténea- mente solicitado por intereses, urgencias y metas (en proyec- to) de muy diversa naturaleza y que exigen diferentes ritmos comprender, es elegir, es optar, es negar, es s adaptarse, es renunciar, es valorar, es erarse, es mandar y es obedecer, es tran- ites; y todo segan la estructura y los com- enos desafiantes de la situacion. Y asf como no pueden usarse las mismas palabras siem- 1ismo sentido, tampoco los comportamientos pue- den desarrollarse siempre de la misma manera y con las mis- mas pauttas. Ahora bien, en todo ello interviene una multitud de pla- nos, de enfoques, de conveniencias y de tipos de realidad (césica, biolégica, axial, afectiva, vital, personal) y dentro de cada uno de ellos hay subtipos y subclases; algo tan frecuen- te como que una cosa sin mucho valor artistico 0 gemético puede tener mucho valor simbélico 0 afectivo (como recuer- do de familia o regalo de una persona muy querida). pretendida ascendencia hegeliana, que cafa muy bien como diferenci ca.0“apellido”, pero nada més que eso habia en ellos de “dialécti \ 94 | Se puede luchar intens tico, una logro ec un resultado ci so de un piblico. Y cada uno de estos “objetos del deseo" puede adquirir valor o perderlo del todo segiin la evolucién de las situacio- nes en que se venga dando. Y, ya el colmo de la complejidad del vivir: alguien puede estar convencido de que se esfuerza por al objeto A y en reali- dad lo esté haciendo por el objeto Z. su adhesién al objeto A es manipulada por otros ~~ por valores que nuestra sen: memoria ("recuerdos") asocian a ellos. Y ademés segiin crite- rios no universales, es decir que no todos comprenden ni pro- fesan, y resultan asf estrictamente personales. 5 ‘Asi sucede que alguien paga un elevado precio por un obje- } to de poco valor pero que para élsim boli za algo muy impor- tante, 0 se halla investido del valor de "recuerdo": 0 que paga ~~ dd calidad! o comidas caras en sitios de moda: y que otros pre. | ficran emplear su dinero en remediar a otros, que en la satis- | faccién de sus gustos estéticos u ostentatids, y viceversa... Y todo esto lo estamos enumerando sin hacer me de la ética y del modo de experimentar las exigencias de dife- rentes tipos de ética, cada sujeto. Todo ello basta para dar una idea de la complejidad del existir, presentada sin embargo por los autores psicodindmi- cos y conductuales del s. XX con harto simplismo y unifor- midad. Parecfa en su discurso que todo el mundo tendria que apetecer la gratificacién sexual y que toda ética era 'represi- va’... y otros reduccionismos parecidos. Y todo traducido en t6picos, que a su vez eran repetidos hasta la saciedad por los psicoterapeutas, como si fueran el colmo de la sabiduria y de Ia creatividad. ya lo hemos repetido, no son las cosas- que-se-ven- "aht" sino las relaciones, valoraciones, opcio- nes, compromisos, intenciones, intereses y condiciona- mientos que todo esto crea cada vez en cada situacién. Como en fisica, el factor o la variable t (x) tiempo es esencial para poder determinar las exigencias de la realidad interpersonal (no hay realidad humana —o interviniente en la existencia humana— que no sea interpersonal). Més exactamente t deberfa llamarse en este contexto coyuntura, vido' en sentido fuerte no es: — ni el mundo en sf como conjunto de cosas naturales, instrumentos y constructos — nj la vida biol6gica (o cuerpo-vivido) — nj tampoco la vida mental y afectiva vivenciada en sf por un sujeto Sino precisamente esa complejidad dindmica que con- juga, en un solo acto u opcién —y desde luego e! tura u ocasién—: energias, deseos, set y simbolos, palabras (como materializac ra de intenciones), valores, recursos, hal expresin, memoria... y hermenéutica. ¥ todo ello a la luz de paradigmas rectores objetivos impersonales (adoptados y asumidos por el sujeto o por el lidades, relaciones, 96 grupo en forma de vigencias), las cuales vigencias pueden ser ademas cambiantes. Como se ve estamos describiendo una interaccién de mal- tiples factores pertenecientes a miiltiples niveles, areas y tipos de realidad, conjugados por un acto humano-en-situacion (coyuntura, vigencia) y bajo la poder suasorio de unas pautas, que no sélo constituyen un comportamiento y van dando cuer- po a una condueta, sino que van configurando una persona- lidad y haciendo cristalizar el mundo-real-para-ella... Es decir, que mundo, persona y conducta se hallan a la vez constituidos, configurados, trabados y dinamizados por la conjuncién psiquica —en forma de proceso de conducta— de todos estos diferentes componentes de su realidad en un continuado pro- ceso de hacerse (la realidad del mundo y la calidad y perfiles de la persona) en y por su conducta Por eso lo | vivido" implica momentos creativos: cre- ativos-de-mundo y creativos-de-realidad-personal (lo que se Tama ‘realizarse"). No es simplemente vivir en la realidad, ni vivir lo real, sino vivir haciéndose al tiempo que se dan nuevos perfiles y se abren nuevos cauces en el mundo real que nunca es el fisi- co ni el artificial de los productos del trabajo, sino: — el trabajo mismo, praxis! — la fuerza psfquica, fisica y humana del trabajo, —y el sujeto que trabaja —dinamizado por sus metas, sus constelaciones de val las vfas de canalizacié6n cultural, comunicacio- nal y ética de su trabajo. 97 El mundo real es la escena del existir que los mismos actores van trasformando mientras actian. Vivirlo —o vivir-en-él— no es simplemente "estar", sino comprometerse en su trasformacion, se quiera o no, al tiempo gue la personalidad misma de los sujetos se incrementa, se debilita, se cualifica o se indignifica. En otras palabras: resul- ta ser mds mentira o mds verdad”. Este poder creativo tiene sus inconvenientes: su eficacia ¢ influencia es mucho mayor de lo que la mayoria de los suje- tos pueden controlar. Y asf resulta muy dificil vi des. truir a otros o la verdad efectiva y necesaria de ot Se hace, por nuestra parte, propaganda de nuestro mundo, visto y sentido por nosotros como si fuese absoluto y estamos quitando a lo mejor la base de sustentacién, idad o de la seguridad de vidas ajenas, sin tener nin- guna garantfa de que nuestro mundo sea el tinico verdadero, s6lo el sentimiento fanatico y entusiasta en que nos apoya- ‘mos para absolutizar nuestras ideas... Y no sélo por tener que acertar a hacerlo " poder creativo es arriess i cuenta tanto aspecto parc ‘Ya se comprende que ir creando un mundo humano de significados, metas, recursos y posibilidades de ser “humano” (o menos humano) es de sunaa tras- cendencia, yello es lo que fundamenta la perentoriedad de las pautas éticas. 98 a 1 valores (cada vez prevalentes, unos u otros, precisamente por afectar a uno o a otro ser humano 0 grupo), ademas de los imperativos de la coyuntura y la vigencia, que a veces no concuerdan con los intereses y las urgencias personales: - de afecto, - complementariedad, - de defensa y - de descarga. Asf pues cada sujeto humano evolucionado (0 cada grupo o subgrupo en un estadio tribal arcaico) se encuentran haciéndose su mundo propio pero real y objetivo. Y para ello han de concertar en una tinica decisién y actuaci6n, cada vez—, necesidades, valor, intenciones, recur- Sos, pautas, posibilidad puntual y objetiva, y compatibilidad (con otros procesos de la praxis y con otros intereses ajenos). Y aquf se produce Ia paradoja de que el mundo real sea cada vez distinto, aun siendo objetivo y comuin. Y otra segunda complicacién: La de que cada sujeto viva en su: mundo real, pero que no es del todo objetivo y por supuesto no es del todo connin. Por eso en el seno de una sociedad, y sobre todo de una sociedad pluralista, cada grupo de personalidades, cada tipo de caracteres y aun cada individuo adquiere su modo propio de percibir el mundo real, su "realidad vivida’, que no puede ser descalificada por comparacién con un supuesto "mundo real y objetivo" que fuese un referente valido y comtn para todos. 99 Un mundo tal, ademas de no ser designable en nin- guna parte, no es posible que exista, pues los factores asociativos, axiales, mnémicos, afectivos y estéticos que entran a formar parte del mundo real, son distin- tos para cada grupo, subgrupo o sujeto. Esta es una propiedad inesperada, y una paradoja inex- plicable para muchos, pero sumamente real: La imbricaci6n de factores subjetales en la obje- tividad de Io real. Es decir, la presencia en lo real y objetivo de componen- tes que s61o pueden ser aportados por los sujetos. La dificultad es s6lo aparente, pues cuando se habla de *mundo real" o de “la realidad de las cosas" nunca se trata del "mundo real’ precisivamente considerado aparte del ser humano, sino del mundo real en el que la especie humana vive y ha de existir, lo ha hecho en parte y se ha hecho en y por él(hecho a su vez por otros). Y en este caso resulta que la realidad-en-si-para el ser to de la historia; ino tiene més naturaleza que esal), que se amuebla con un decorado humano que la naturaleza previa al hombre no posefa ni podia hallar sin su cooperacién. 100 Esto es la creatividad humana y hasta este punto se hace indispensable y basica. Cada grupo humano aporta al mundo real, en cl que emerge, su memoria colectiva, sus tradiciones, sus creencias, sus representaciones dinamicas (las transac. ciones mercantiles 0 las estrategias de conquista, por ejem- plo) mecdnicas y técnicas, sus necesidades, sus metas, sus intenciones proyectuales y la dotacion de algunos individuos especialmente creativos, La historia es a la vez lo vivido, la vividura (0 ritmo modal de vivirla cada generacién 0 cultura) y la viabilidad creada por el mismo que la vive para perpetuar st vida ascen- d Y estos “niveles" se hallan constituidos por los sucesivos medios socioculturales que van haciendo px ms cualificado (a veces sélo en apariencia) —en el sentido andlogo al de "medio ambiente'— y por los medios (recursos, instrumentos) que en cada medio se le van ofreciendo a los. que viven en él. Es evidente que al referimnos al "mundo" no no mos a designar los procesos geoldgicos, bioquimicos, biologicos, ecosistémicos y etol6gicos de I i que nos estamos refiriendo a los medios y recursos les, o deseables y factibles, que la historia ha ido o ha de ir improvisando y gestando en su evolucién cultural, y que este mundo es més importante y denso, para el hombre, que el sustrato bioquimico del subsuelo, salvo cuando se trata de carburantes fésiles (pero esto ya supone una larga historia de creaciones culturales mecénicas). Se trata del mundo real por excelencia, pero que para serlo ha tenido que incorporar y trasformarse en virtud de las aportaciones subjetales* que en cada tiempo han ido inguimos subjetal de “subjetivo, esto dkimo necesariamente es pro- ‘de cada sujeto y no puede pretender valor objetivo: subjetive seria 101 haciendo los sucesivos actores de la historia. Por eso ésta depende de la ideacién humana sistémica y proyectual, de la aceién técnica inspirada por ella y de la comunicacién amistosa u hostil entre los grupos. En lo: ites capitulos vamos a ir ofreciendo a posi- bles terapeutas, que deseen servirse de ellos, la precisa des- cripci6n filoséfica de cada tipo de realidad que puede afectar a.un sujeto de maneras conflictivas. {uciendo por la vistn rtcingerana de muchas cosas del mundo teologico. Prost Por ejemplo un estilo de disefio, cuyo origen es evidentemente personal y subjetivo, pero cuye influjo da sa fsonomiaa toda una moda o a una epoca. Lo mnismo pasa con la flosota la teratura yalgnos hallargos cenfico. a crentividad se proce Unicamente en sujet, pero es universalmen- te lida einfuyente, lego no puede lamarse subjtiva, sno subfeta. 102 - 6 CATEGORIAS BASICAS PARA EXISTIR Todo sujeto personal adulto no acttia ni habla en el vacfo, sino que describe su cardcter, sus actitudes, sus opciones y su situaci6n referido, todo ello, a un mundo, una identidad, una libertad y unos valores, unos intereses 0 unos deberes. Quien pretenda conducir su terapia con ayuda de la “filo- sofia" no basta que tenga en cuenta sentencias de filésofos (muy laxamente clasificados, por otra parte), pues seria como tratar de curar con refranes y consejas; es decir apoyandose en algo muy popular, poco cientifico y bastante arbitrario en ién, y ademas demasiado ambiguo. C: : -mprano” frente a"A quien madruga dios le ayuda’ 0 "Mentir con provecho, mal hecho" frente a "Al men- tir por ganar, alguna disculpa se le puede dar’, etc...) ‘Tampoco lo es la filosofia académica de los sobre todo con sentencias sacadas de cont Marinoff. Me atrevo a ofrecer una consideraci te filos6fica de cada categorfa, pero no dependiente de una tra- dicién determinada, sino con la espontaneidad y el sentido comin que puede tenerse en una vision actual de las cosas. 103 Probablemente andando el tiempo estas consideraciones quedarén anticuadas y sonarén a filosofia académica, aun- que ahora no lo sean. los fil6sofos griegos, los padres de toda filosofia, crefan hablar de las cosas conforme a su evidencia natural (Aristételes ponfa ejemplos del mercado y de la arte- sanfa) y posteriormente aparecen sus ideas como muy elabo- radas y constituyen sistema. Esté es el destino de la reflexio- nes del hombre, limitado por tiempo y espacio, ambiente y mentalidad generacional. Aquellos conceptos y categorias que a los griegos pareci- an evidentes (substancia, accidente, modo, hébito, causa/efec- to y més/menos, uno y multiple), hoy han perdido vigencia y en cambio en nuestro pasado reciente han surgido los de situaci6n, libertad, realizacién, praxis y valor. Pero ademés es que tales categorias son inmediatas (explicitas 0 impl(citas)en el discurso de cualquier paciente que se suele referir al mundo, su situacién, su libertad, falta de identidad (0 "si mismo"), fracaso, frustracion, dolor, vacto 0 cambio de valores, amor sus contrarios. Son conceptos también filos6ficos, pero no propios de la metafisica helenfstica, sino existenciales y vigentes (por lo menos hasta hace poco tiempo). Y si no se precisan quedan relegados al Ambito de los t6picos. Empecemos por el mundo. El "mundo" es el conjunto de praxis, sistemas de referencia, instituciones y redes de relacién a que cada sujeto se halla referido, presionado por las vigencias. Entendemos por praxis el conjunto de procesos activos desarrollados por la sociedad en un tiempo determinado. Esa es la verdadera realidad en sentido fuerte. Lo mismo que los sistemas de referencia que arman y estructuran el mundo de cada sociedad. Las instituciones constituyen las formas de cristalizacién 104 de los logros de la praxis. Una cristalizacién que adopta estructuras jurfdicas respaldadas por la Administracién. Y las redes de relacién son el ambiente de interaccién interpersonal (motivador o paralizador) en el que cada suje- to —colectivo o individual— se halla inserto, y por lo general se han ido consolidando institucionalmente tales redes, siquiera sea en forma de crédito, amistad, colaboracién, vecindad, parentesco (y sus estructuras), ser socios, 0 pareja, cliente y proveedor, aparcero o médico de familia... Todo este variado conjunto de implicaciones interperso- nales mas o menos firmes o laxas viene a constituir algunos de los aspectos mas dindmicos y comprometedores (y hasta densos) de "el mundo" de un sujeto. Pero estas relaciones se igen, lo mismo que los modos de trabajar y de intervenir en la praxis, por las vigencias. Estas son la presién ambiental que una sociedad ejerce sobre todos y cada uno de sus componentes (0 de una clase entre ellos) para que se comporten de una determinada mane- ra 0 empleen estereotipias en su pensar, valorar, hablar, satis- facer necesidades, establecer relaciones, producir, acondi- cionar sus habitats, adornarse, vestir o consumir. O sea, un factor de suma importancia en las condiciones y condicio- namientos sociales, Resumiedo: el mundo real de cada sociedad y de cada individuo y grupo consta de: — praxis, interrelaci6n, — instituciones, viger — canales praxicos de interaccién, informacién y drena- je (deportes, espectaculos 0 actos politicos y religiosos como espectéculo 0 catarsis), — medios de comunicacién de masas —y grandes sistemas referenciales. jas que ejercen presiones, 105 Como se ve, constituye algo bastante complejo y de natu- raleza estrictamente cultural que viene a cubrir de urgen- cias y deberes el territorio geografico, que incluso en cuanto tervitorio se halla esmaltado de mitos y de usos o modos de vivir y de sentir acerca de él. Fue el Romanticismo, dentro de su blanda extremosidad emocional, quien tuvo el mérito de descubrir esta emociona- lizaci6n del territorio. Se explica que el mundo propio de cada paciente o su ins- talaci6n y su ser afectado por él, que a su vez realimenta reacti- vamente la fisonomfa de este mundo para el sujeto, sea un fac- tor decisivo en la terapia, sobre todo para hacerla fluir y movi- lizar al paciente u orientarse él mismo al final de su proceso. Y este re-conocimiento axial y emocional del entorno no lo suelen cuidar las demas escuelas terapéuticas, pero para nosotros es esencial terminar con una mayéutica cuasi socrdtica (luego trataremos de ella) para que el mismo paciente vaya respondiéndose acerca de la modulacién y remodelacién de su nuevo mundo futuro. Es lo tinico que puede ponerle en movimiento y ensefiarle a motivarse en la realidad efectiva de su entorno®. san que Testaba mejor antes". La gente no se somete a terapia logia todavia ms estrecha, pero de otro m ferior, sino para ser él mismo on su propia ideologia incluso originalmente asumida. 'Es impresionante y asombroso la desaprensién con que la mayoria de los psicoterapeutas de todas las tendenclas Inoculan su ideologta en los pacien- {es come sin darse cuenta de lo cen, No hay mas que un riesgo en el psi- jcas de Freud o de otro maestro, bastante vall- ‘con la ideologia , antigua de més de un siglo del StFreud, o del terapeuta de turno con menos genio que Freud, La mayoria, ‘Autoayuda es pura ideologia esto, que sea menos mantaco del EI segundo gran concepto filos6fico (y vital) del que hacen un uso masivo los terapeutas y los ideélogos liberta- rios y marxistas es el de libertad. La inmensa mayoria de los que se sirven de él lo entienden extrinsecamente, como per- misividad social por parte de la autoridad para poder com- portarse de un modo u otro. Otros, lo neoescolasticos, se empefiaron en definir la libertad como capacidad de eleccién, pero con ello se metian en la boca del lobo de los deterministas y sociologistas, pues es muy dificil, si no imposible, probar que cuando alguien elige entre A o B (entre dos marcas de coche, dos perfumes, varias prendas de vestir, dos personas como pareja, dos luga- res de vacaciones o dos profesiones, o ser honrado o corrup- to) lo hace libremente, es decir porque quiere y no es dificil demostrar estadisticamente que si una mayorfa se inclina hacia una marca, un tipo de persona, un lugar o una prenda de vestir, o la corrupcién, lo hace impersonalmente porque est de moda o por temor al ridiculo. Pero en esto se advierten dos confusiones de las que no son conscientes I 10s que tratan de negar o de probar que hay libertad" en el hombre: Presuponen gratuitamente que esta “libertad* tendrfa que ser absoluta, es decir capaz de dé cualquier cosa, agradable o desagradabl na, bella o fea. Y, ms precisamente, libertad es: Dominio elistico y abierto (en los niveles noético, emocional y prdxico) de la propia realidad psiquica, en su singularidad nuclear hecha disponible como dindmica operativa para sus relaciones con todas las demds. 107 La libertad no se enfoca bien si se limita a la posibilidad ctica de elecci6n y ni siquiera a la ausencia de coaccién Fisiea, eso serfa demasiado extrinseco y demasiado poco. Ni lo extrinseco ni lo meramente electivo la perfilan adecuada- mente. Pues puede serse verdaderamente libre aun sometido a coacci6n si interiormente sabe uno qué desear y lucha por ponerlo en practica. La mayoria de las veces no hay que elegir, pues el valor de lo deseable viene ya objetivamente dado por s{ mismo. Pero si hay que acertar a determinarse de verdad y eficaz- mente a conseguirlo, aqu{ est el verdadero acto de libertad: en el autodominio de la energia tendencial hacia lo que se aprecia como lo mejor en un momento dado. Es la libertad para... Y esto presupone vivencia "liberada" de sf y ef conoci- miento del valor de los posibles objetos del deseo. erada" entendemos que no s¢ halla trabada por el jienacién emocional en alguien: se vivencia el sujeto como idéntico a sf, como mismico e invio- lable en su interior deseante. Y a toda opcién libre precede (légicamente al menos) el momento cognitivo de las prioridades y los valores de lo que se puede y conviene desear. Solo cuando no se es totalmente libre es el deseo lo que, sin conocimiento légicamente previo, arrastra a la acci6n impulsiva o incluso compulsiva*. Ser realmente libre ha de entenderse como disponi dad de sf sin la presin de las trabas de la subjetividad ape- gada a objetos parciales del deseo —que no permiten optar ado un estudio de las Constantes del Deseo en un apéndice sferencia y Sistema de Psicoverapia, Madrid, 1978. Ali estu- ‘diamos més detenidamente la dinémica del deseo y su incentivacién o minora- ign segin las distintas relaciones situacionales. 108 q adecuadamente, y disponibilidad para lo mAs positivo, serio y valioso que se desee construir o se sienta como un deber cumplirlo, Se trata pues de libertad de sf y de libertad para lo valio- so (0 para lo mejor que lo que venia siendo mas facilmente dado). Alguien, por factores psiquicos, de estados alterados de conciencia o establemente patolégicos, puede ser incapaz de querer libremente algo, por ejemplo ser idealista y altruis- tay se ve abocado constantemente a célculos posesivos y ego- {stas. Este tal no puede ser libre de sus condicionamientos piticos. Otro sf puede estar libre de tales limitaciones pero por otra clase de distorsion de su personalidad (inhibicién, inco- municaci6n, falta de practicidad, torpeza de trato s poder poner en practica sus proyectos libremente deseados y disefiados. Este tipo de sujetos tampoco son libres para... Por muy buena voluntad que libremente desarrollen nunca podran ser eficaces en su actuacién. Desde luego puede una terapia ponerles en condiciones de organizar efi- cazmente sus proyectos y la ejecucién de sus planes. jCudnto(a)s, en el primer supuesto, no pueden avenirse a tener pareja: les produce miedo amar y ser amado! jCudnto(a)s, en el segundo supuesto, estén deseando tenerla pero no saben cémo entablar una relacién y una vez enta- blada se ganan a pulso el abandono! Yo mismo sucede con estudios, profesiones y oposiciones © entrevistas de seleccin de personal. Hay quienes parecen dejar desatarse sus actos fallidos en esta ultima ocasi6n y res- ponden cosas inconvenientes (sin necesidad) 0 cometen dis- tracciones que restan puntos a su buena imagen, jsiendo per- fectamente capaces del puesto de trabajo! Todas estas dificul- tades pueden ser eliminadas mediante una psicoterapia. Que nadie la tema ni la demore, y si no, que no se queje de lo mal que le va en la vida. Eso sf, ha de saber elegir al terapeuta. ‘ 109 2 ta No es necesario que se aspire a realizar "lo mejor’, pero si ha de ser posible crear espacio psfquico a una capacidad de optar por algo que mejore lo ya logrado, pudiendo vencer el esfuerzo que cuesta Ja superacién de las inercias y resisten- cias de lo cémodo. Hay que poder hacer lo que hay que hacer. de la dejadez 0 de la dejacién (dejadez connota una actitud habitual y dejacién un acto puntual). Pero en fin, para el mal no intencionadamente conscien- te no se requiere libertad, basta con no contracorriente de proclividades y tenden estd en estos casos en dejarse ir sin oponerse a dades que por sf mismas llevan a actuaciones negativas (des- ‘tructivas). A lo sumo se trataria de una libertad de permisién, de no oposicién, de no esforzarse o no poner los medios para evitar el sesgo que van sufriendo los comportamientos. Por el contrario, para un cambio apreciable y superador sf que se requiere una fuerte libertad de si y del atractivo de los. van hacia lo destructivo o no permiten reaccionar a tiempo. Ya se ve que, dentro de un espacio de osc . (de uno mismo en sus aspectos y dependientes del gusto; y para pia sensata®. “*Y decimos sensata porque hay terapias tan ‘ereativas' o por mejor decir tan subjetivas de parte del terapeuta que més parecen experimentos de teatro 110 Esta libertad se fundamenta en el evidente desfonda- miento basico (y radical) de la especie humana”, unido al cardcter fronterizo, indefinito y excéntrico (y por ello rece de programacion basica, ; razonar, comunicarse (hablar y darse a entender) o producir relaciones y ttiles de trabajo rovisando y perfeccionando sus propios modos de percibir y de procesar la fa elaborarla e inferirla sistemati- s técnicas correspondientes, a par- ‘objetivo como modelo de realidad asu- ‘a proyectar sus teorias y fantasias en el Tratamos este tema mas detenida y expresamente en Método y Base humana (Madrid 1973), Dialéctica del Concreto humano (Madrid 1975), EL 2. Lo que sf hay es un conjunto de exigencias objetivas para determina dos comportamientos, mas convenientes a toda Ia especie, que sin embargo rara vez se han observado: ‘Los tres principales son: el respeto a la vida, la igualdad de la mujer, y la retribucion no explotadora del trabajo. deramente "creador". Todo en el hombre ha tenido que ser ideado siquiera sea rutinariamente, probado, ensayado ¢ ins- tituido; de ahf que no haya habido ni jamés habré dos cultu- ras o dos lenguas iguales. Incluso después de haber instituido determinados modos de enfocar, percibir y comprender, sigue siendo el modo de estar el ser humano en realidad fronterizo en un cuddru- ple sentido: 1. En la frontera entre lo natural, lo orgénico y lo psf- guico y cultural, 2. En la frontera entre el pasado y el futuro, 3. En la frontera entre lo individual y lo social, 4. En la frontera de cada aspecto de toda situacién, cosa © asunto al ser capaz de ver y de valorar todo lo dado desde diferentes enfoques y con diferentes criterios que exigen simultaneamente su atencién. la categorfa plat6nica del méga kai mikron (“grande \efio", o del mas y el menos), obliga a calcular ventajas, precios que haya que pagar, inconvenientes y iesgos més las variadas consecuencias de cualquier opcién. Por otra parte, como el hombre no se experimenta como infinito ni como estrictamente finito, pero tampoco como. indefinido, jamés le da igual éticamente cualquier tipo de conducta 0 de trato, sino que, instintivamente, juzga que lo que se le hace o se hace a otros (incluso animales y plantas) esté "mal" o esta "bien", o deberfa ser mds 0 menos. Luego lo que se puede decir es que resulta asf indefinito, por Jo cual no puede descansar neutra y permanentemente en un estado de realizaci6n, y siempre sentiré (0 juzgara) que tiene més, que tiene menos o que deberfa tener o ser de otro modo. 112 Esto supone al mismo tiempo libertad de opci6n, aunque relativa. Jamds se percibe algo como forzosa e irredimible- mente necesario, sino modificable si quiere y si aplica a ello alguna técnica. Por lo menos se siente cada cual capaz u obli- gado a probar... ¥ ello tal vez provenga de nunca hallarse centrado en sf, sino excéntrico: el Centro est4 siempre en otra parte y hay que moverse (“viajar”) para llegar a él. Es lo que casi todos los mitos de la tierra sugieren. Todo ello supuesto, volvamos a la nocién de libertad, advirtiendo tres cosas: 1, Es imposible optar sin un motivo suficiente® 2. Nunca la libertad se extiende a todo lo material- mente posible: hay comportamientos (que en abso- Tuto son posibles siempre) y que por razones sociales, epocales, culturales 0 econémicas ni se nos plantean como hacederos, siquiera sea por el ridiculo (por ejemplo salir como D. Quijote a "desfacer entuertos* como perteneciente a una militancia anacr6nica). El dmbito de libertad real y posible se halla siempre circunscrito objetivamente por una serie de condicio- nantes vigentes y cambiantes y hay cosas que resultan tan ridiculas que nos costarfa mucho trabajo decidir- nos a hacerlas: ‘no podrfamos...", pero que de pronto a alguien se le ocurren y las puede hacer y las hace: por ejemplo el stricking, salir de pronto por la calle 0 en un estadio leno de pitblico corriendo desnudo, o a comienzos del XX salir a la calle o ir a un acto sin cor- bata y con la chaqueta al hombro... ‘sta fue una de las obsesiones de André Gide: crefa que haba que demos- trarse asf mismo que se era plenament libre actuando sin motivacién, del modo mis gratuito posible y para ello concluye en Les faux Mormoyeurs que hay que ‘matar sin raz6n alguna para hacerlo, pero también se equivoca, pues el motivo std ahi: el de demostrarse que se es libre sin motivacion. 113 Pasé mucho tiempo sin que nadie se decidiera a hacerlo porque nada motivaba a ello, sino todo lo con- trario, Podia hacerse, aunque psicolégicamente no era posible (pero sf los sujetos eran perfectamente libres para desearlo). Lo mismo que a Giotto, Masaccio, Miguel Angel, Velazquez, Rembrandt o Zurbarén jamés se les hubie- ra ocurrido hacer un collage o una exposicion de arte- basura, por muy geniales y creativamente libres que fueran. Y hoy dfa se hacen exposiciones que son en su totalidad montones de basura real, o humildes utensi- ios de cocina y de bafto embadurnados de sustancias Esto también puede verse como una “limitacién" exis- tencial, pero ha de ser asi porque sin esa modul cién caracterial no se serfa capaz de valorar ni de decidir, es decir no se seria libre, la libertad no estarfa lo suficientemente estructurada para funcionar. La libertad es una experiencia individual que real- mente se vivencia, siempre que no se tenga la con- ciencia alterada (y a veces, aun en estos casos, se cree incluso tener més libertad de la real: por ejemplo cuando se piensa que se puede volar). s Todos vivenciamos que si nos decidimos podemos come- ter delitos o hacer grandes sacrificios por el grupo, pero nos declaramos incapaces de decidir hacer aquello, o por hones- tidad, 0 a causa de apegos 0 de cobardia y miedo al ridiculo. Esto es empirico y en cambio seria puramente espe- culativo suponer que esa vivencia de autonomfa o de capaci- dad psfquica de querer lo negativo para nosotros es imagina- extrafias al arte...(!) Por lo tanto: no todo lo real y libremente posible se hace, puede resultar psicolégica y culturalmente ‘imposible" decidirse a hacerlo, ni siquiera por demos- » Se suele decir que no somos libres porque sociolégi- camente la educacion y el sistema de valores recibidos nos condicionan a un modo determinado de actuar y de querer y sentir. ;Por supuesto que no empezamos a actuar como una tabula rasa! —entonces es cuando no somos libres, como los nifios lobo, pues nos faltan sistemas de organizacién psiquica para integrar ria y que en realidad no podemos. Puede pues sentarse el principio basico de que: Si alguna vez algtin sujeto ha sido capaz de negar internamente aquello que se le imponia coactivamente desde fuera, aunque lo legase a eje- impulsos, imtegraci6n que nos hace libres 0 mds que se invente una ideologia o un sistema de valores no recibido. La libertad se ejercita al elegir entre valores y al dar expresi6n activa a lo que uno esta siendo y ha llegado a ser por una educacién determinada, ante la cual hasta se es libre de reaccionar en contra“. cutar, hay en el hombre una libertad germinal ‘gunté:"@Te has educado con mon} "(us padres son de derechas? segdn los distintos temperamentos, motivaciones, creencias y conductas impre- Yslbles, 1 esto es ibertad existencial! “Me ocurrié en los aftos 70 dando un seminario en la facultad de Medicina de la Complutense que una alumna me salié con este argument, y yo le pre 114 us Y esto es general en casos de uso habitual de nuestra razon y sensibilidad ética, luego hay una libertad germinal, que es cuesti6n de entrenamiento hacerla extensiva a cam- pos més amplios y a comportamientos mAs ricos y no ruti- narios. La misma variedad de costumbres, lenguas y culturas siempre irrepetibles en Ia historia demuestra que los grupos humanos tienen una creatividad inconsciente equiparable a la libertad y que proviene de su misma raiz. Y en el caso de la libertad individual, cuanto mds libre de apegos y de compromisos mal asumidos se halle un sujeto advertira que es tanto més libre para hacer lo que desee o lo que deba por muy arduo que le resulte... Por ello un terapeuta eficaz: No ha de crear en sus pacientes nuevos apegos y mds fuertes aun que los de antes inculcdndoles inde- bidamente t6picos libertarios o de otra indole Pues el terapeuta no debe inculear nunca nada Topicos del tipo de: "haz de tu cuerpo lo que quieras", el paradéjico 'sé libre!", ‘no te sometas a nadie’, “no te repri- mas" (reprimir se lama a modular la conducta en un estilo determinado para no chocar a cada paso), "gratificate lo que , “estimula tu cuerpo en la ducha" , (a un anciano de como la edad que deseas tener..." “todavia eres potente’, "liga", "da gusto a tu vista" (en strip ses...)"y todos los desvarios pseudoterapéuticos del discurso No sé por que Ia “Uberacién” se cifra casi slempre en lo que més adiccién crea (después de la droga, el tabaco, el vino y el juego): el sexo y el voyeurism, {de donde los viejos pueden y suelen pasar al exhibicionismo y a la pedofilia... 116 de la Autoayuda... sino mediante una sabia mayéutica, como Socrates, hacer que el paciente se haga capaz de respor con sensatez y moderaci6n a sus propios interrogantes Tespuestas propias. Un sujeto o un paciente pueden hacerse libres mediante un auténtico entrenamiento por su cuenta ejerci- tandose —durante algunas semanas— en hacerse cons- cientes de que toman decisiones y de por qué adoptan tal © cual decisién, de sus motivaciones, de su conveniencia u “optimizacién", de sus resistencias a ejecutar lo mejor para el grupo o para otros, de su egotismo o de su altruismo y de poder adopiar la determinacién contraria. ‘Mediante este cuasi ‘examen de conciencia" (ms bien examen de consciencia) frecuente durante alin tiempo iran percibiendo su libertad y su estilo de jugar con las posi- bilidades. Mas para conseguirlo no les hubiera ayudado nada creer que libertad era anomia: es decir actuar sin norma y determinarse arbitrariamente por capricho. {Qué son los valores de los que se habla tanto y nin- autor define? Se les ha confundido con timientos, una cualidad de los objetos apet © metaféricamente como Hartmann: constelaciones de valencias que van sucediéndose en las culturas. La teoria cristaliza como categoria, con antecedentes en Lotze (1817-1881), en Ja escuela neokantiana de Baden (Freiburg, Heidelberg con sus prolongaciones en Marburg y Jena): — Rickert (1863-1936) y Bauch (1877-1942) a partir de la noci6n de Geltung ('valer’, estar "vigente’, "colizae cién’) e incidiendo el descubrimiento de — Meinong discipulo de Brentano e indirectamente de Lotze y profesor en Graz (1853-1920) (E 417 Austriaca) de objetos dignitativos y desiderativos, que no son cosas, ni ideas, sino ‘valores" de una naturale- za inasimilable a unas 0 a otras (dado que el sujeto humano no sélo se representa o percibe "cosas", sino que desea, siente y estima, actividades a las cuales han de corresponder sus respectivas clases de objetos especificos. Ya en pleno s. XX son Max Scheler (1874-1928), Nicolai Hartmann (1882-1950), Louis Lavelle (1883-1951), René Le Senne (1882-1954) y alguno mds como Dietrich von Hildebrand y el mismo Ortega sus representantes mas desta- cados. Cotejando las fechas se aprecia que fue cosa exclusiva- mente de la generacién del trénsito del XIX al XX y que por falta de profundidad y por causa de la dispersion de la Segunda Guerra Mundial no tuvo un mafiana, y sin embargo inauguré un modo de hablar muy til para referirse a estas vigencias orientativas que se pueden perder o recuperar intuitivamente en toda una generacién. E] término ‘valor’ sirve para referirse a creencias, obje- tos deseables, apegos, ideales, pautas, pero resulta demasia- do vago. Ahora bien, todo el mundo entiende hoy cuando se dice que gran parte de "la juventud ha perdido sus valores", Con esta expresién se significa que la gente joven por lo gene- ral esta desmotivada, no encuentra atractivo en ciertas activi- dades laboriosas y actitudes productivas, carece de orienta-| cidn y vivencia un mundo "vacio" y sin alicientes a largo plazo © de cierta calidad, més que el goce cuténeo u oral inmedia-4 to y breve pero reiterativo. Es cuestién de percepcién, subjetiva en un principio, que debe irse clarificando y tendiendo a ser lo mas objetiva posi- ble, pero no devaluada o desencantada. De hecho, en el arte por lo menos y tal vez en algunas actitudes éticas de tono 118 ' \ heroico, y en los perfiles conductales humanos es donde nadie puede negar que capta valores (y/o contravalores).. Ricoeur los define como "depésitos de evaluacién que sir- ven de soporte a nuevas evaluaciones, una especie de ayudas objetivadas en procesos de evaluacién" (EI Problema del Fundamento de la Moral, 77 s.). Definicién bastante deficiente pues incluye lo definido en al definicién con la palabra 'eva- luaci6n’, que es precisamente lo que haba que definir. Lo de “depésitos" es pura metafora. Como cuando dicen algunos psi- cOlogos que las "neuronas almacenan informacién’... Para nosotros los valores, ya se ha dicho, son la resul- tante de las relaciones funcionales entre sujetos, objetos © sujeto-objeto, en una praxis incluyendo en este capitulo la expresividad totalizadora y sublimativa de algunos obje- tos en cuanto "obras de arte". Y Gnicamente la persona individual humana (no las jurf- dicas), sea quien sea, parece expresar y hallarse investida, 0 generar un valor absoluto, no relacional como hemos visto en todas las demés cosas. Aparte de ello la intuicién de valor suscita a nuestro jui- cio una sensaci6n de respetabilidad indestructible. Y si se des- truye arbitrariamente se incurre en una especie de infrac- cién, aunque no se trate de ninguna pauta ¢tica, por ejemplo en el caso del medio ambiente, las obras de arte, las obras histéricas: el haberse derribado sistematicamente todos los palacetes de la aristocracia de la Restauraci6n que jalonaban el Paseo de la Castellana de Madrid yal final, la misma Casa de la Moneda de gran pureza neoclasica ha sido un tremen- do atentado a valores, aunque ello fuese juridica y munici- palmente legal y licito... Esto se advierte también en la percepcién de injusticia que se comete si una persona, sea quien sea, se ve trat dignidad y s6lo funcionalmente, como una "cosa tit agravio comparativo. Tanto el Capitalismo como el M: 119 pecaron en esto siempre de extremo cinismo. Pues en su concepcién de la persona y de su valor fueron —y siguen siendo— idénticos. En terapia la mayorfa de los pacientes necesitan, al final de proceso por lo menos, o desde que las resistencias a ter- minar se agudizan, una resemantizaci6n de su mundo y de su entorno o cambio de significados, pero entendidos estos “nuevos significados" (si fuera necesario renovarlos 0 reavivarlos) como capaces de suscitar vivencias de valor. Para ello se hace necesario manejar la mayéutica, a la que dedicaremos parte de un capitulo. Pero de momento se puede describir como una serie de preguntas, paso a paso, en que sin insinuar para nada en absoluto la respuesta, se va estimulando al paciente a responderse lo mas espontanea y objetivamente posible, desde su propoio sentir, que se ira decantando y aclarando conforme el tltima etapa de la tera- pia avance. Por ejemplo, si el paciente hablase de "ganar pasta", siquiera sea de pasada, el terapeuta puede intervenir: Pregunta: ":Qué entiendes por "ganar pasta"? (respuesta: “forrarse"). "ZY a ti te parece que con eso ya te vas a realizar?” (respuesta: "sf, porque es lo que hoy més se valora") Pregunta: "gPero te parece que esa valoracién es definiti- va y justa o se queda la gente ahora un poco corta en sus a raciones?*, Respuesta interrogante del paciente: "¢Por qué dice €s0?"; Respuesta del terapeuta: "Porque parece demasiado poco para una vida humana y para tus capacidades eso de que todo quede en "forrarse’. Y ademas porque es un t6pico’, etc, ete. 0 en otros supuestos: "{Cémo ves hora a tus hijos?, 0 "equé empieza a suponer para tf tu actividad profesional?", 120 ! { i "¢Sigues sintiendo tu mundo vacio2", *¢Piensas que hay algo en tu realidad que puede llenarte”, "Y gpor qué no: piensas que te falta para encontrar algiin alicients harfas con la pasta”?, ete, etc... Laidentidad es lo més dificil de determinar, pues es casi inefable, ya que se trata del auténtico autopercibirse como singular y con connotaciones de valor. Es la individuaci6n, mas no aquella *individuacién" cési- ca "por la materia determinada por la cuantidad’ del tomismo aristotélico*, sino por la unicidad del individuo como realidad total psicosomatica; es decir, total y uno pero con dos vertien- tes, dos caras de lo mismo: llamadas “cuerpo” y “alma”, La identidad ha de despertar lentamente en el paciente, también mediante mayéutica, que ha de irle haciendo tomar conciencia de que es, de lo que es, de quién es y de cémo se asume a si mismo como singular, (consistente y solitario) en sus asuntos més personales. Y esto no en forma de con- ceptos, sino vivencialmente. Esta asuncién de sf, identificado como singular y tinico, Jo cual es mas bien un peso que un motivo de narcisismo si cualidades principales y patentes lo asumido ("valores", donde se incluyen la edad, el género o sexo, clase social, ética y profesion —e incluso sistema de creencias y sinceridad en Vivirlo en sus consecuencias més importantes—), marca el “Esa Sosola, aunque ahora Ratzinger se empene en presenta co suet, so nd rao par oy Togla cristanss, porque ha logrado nada menos que “colic” la gra ‘laciones del hombre con le ascendenca, De a vineron ls poo Sculares dela predestinacion y de ia ituaizacion magica de {Trento ha de hacer equllbrios en la cuerdsfloja pars sorte sus tes Yet qe Avsttles no hay quien le haga mas Mexbleo rs ‘guns sigue, sino que redo el genio de este de forma lament 121 final de la terapia y da su base a la persona concreta del paciente para elaborar duelos y vivir una felicidad sustancial. Pero ello es incompatible con cualquier t6pico de los que se frecuentan. 122 7 LA FELICIDAD precisar qué sea felicidad . Gliick; y no es la makaridtes: felicidad divina o bienaventurada, lat. beatitudo, alem. Seligkeit), cuestion que desde los griegos esté por resolver. Todos quieren ser “felices", pero absolutamente nadie se confiesa "feliz" a boca lena. {Qué sucede con la felicidad? Empecemos por avanzar sobre los griegos (sobre los cua- les hay que avanzar en todas las cuestiones si queremos llegar a mayor claridad acerca del hombre). Por supuesto la fel dad no es como siempre se ha crefdo (empezando por los grie- 20s) posesién o disfrute ni de bienes, ni de belleza, ni de poder, ni de placer; en esto se confunde con "bienestar” o con "goce". Hay que resumir todo lo dicho, para aclarar las ideas. La felicidad en sf ha de ser independiente de los bienes pues por experiencia se sabe que se puede ser desgraciado teniendo muchos bienes, detentando el poder y gozando de muchas oca- siones de placer, luego bienes, placeres y poder no son for- malmente la felicidad. Esto es evidente, pues a todo ello le falta "algo" siempre para constituir estados de felicidad, Podemos definirla o describirla una vez més, como vivencia y como estado, 0 como contenido de esa vivencia, Como vivencia, la felicidad sera: 123 ws ee Autoposesién flexible de sf mismo (sin inhibi- ciones imaginarias) en relacién abierta y creativa con valores y personas. Esta serfa la felicidad sustancial, pero si se quiere respecto de los objetos se puede concebir también como ya dijimos: Disfrute seguro de bienes importantes y difu- sivos. Porque si no son difusivos, no son importantes y si no No es posible cifrar la felicidad en objetos extrinsecos al sujeto sino s6lo como efecto o complemento pues su caren- cia, su pérdida o aunque sea su amenaza ya disminuyen 0 la vivencia de felicidad. Desde este punto de vista, deberia depender de relaciones personales, pero ‘idad sin ningdn amor también se halla disminuida, sobre todo para sujetos poco indiferentes a la compafifa y a la implementacién que supone la pareja. Las propiedades de flexible y de sin inhibiciones van en contra de las rigideces (por imaginar demasiadas pautas aje- nas que obligan)” y del no atreverse a ser uno mismo por “Clerto que han de tenerse en ta pauas colectiva ques obliga a moderar y a modular las tendencias y = ore ne tics, pero a lo que nos referimos es a ejemplo, no ponerse a trabajar en el tempo que apetecen por compromisos 124 "yespetos sociales" temiendo el "qué diran’. Hay bastante gente prisionera de estos respetos alienantes. Desde Iuego lo que es constitutivo esencial de la felicidad es amar algo: el universo, la naturaleza, a la gente en general, a Dios, a la verdad, al arte o a la ciencia....(que son modos indirectos de amar el universo, a la humanidad o a la divini- dad), pero la vinculaci6n a otra persona: hijos, amigos 0 pareja ya no es tan esencial, aunque en la mayorfa de los casos sf temperamentalmente se requiere. Si bien entonces también la felicidad se halla amenaza- da por la c encia (intrinseca al aprecio de los demas), aunque la lad que este aprecio supone, compensa mientras dura, su contingencia (y no pocas veces dura toda la vida). Desde luego el ideal es la creatividad intrinseca del sujeto singular que puede trasformar todo cuanto se relacione con 4 enaltruismo (amor?) y en complemento de la propia iden- tidad (abierta a valores). Por qué se requiere la apertura a "valores"? Porque con ello significamos la disponibilidad fruitiva y activa del sujeto para todo lo excelente que se le ofrece cono- cer, apreciar, crear y usar. ¥ tal disponibilidad estimativa, fruitiva y productiva es lo que mAs enriquece a cual: abrirse a ello con cierta intensidad. Pues incluso en el caso de que la felicidad se base o incremente en una relacién i personal, en ella ha de estarse abierto a los valores ps y excelentes de la o las otras personas més que a su utilidad ‘0 la compafia y ayuda que nos prestan, De aqui la segunda definicién como vivencia: sociales demasiado frecuentes y numerosos, con lo cual la capacidad de trabajo disminuye. 125 Vivencia continuada —en instalacion creativa— de una identidad integrada y asumida autodisponible y altruista, abierta a los valores objetivos que la realidad ofrece. Ahora bien, el modo de despertar esta tendencia felicitante” (también podriamos haberla lamado eudemdnica) en el pacien- te es mas laborioso que los procederes de los casos anteriores. ‘Supone ante todo una reanimacién afectiva e intelectual, pero sobre todo emocional, del paciente en vias de restablecerse. Se pueden ir despertando intereses por valores muy posi- plenitud y de logro. Eso: la felicidad seria la vivencia de logro casi comple- to de la propia vocacién como ser humano entre los demds —dentro de una praxis productiva— que implique confra- ternizacion. El aspecto altruista es esencial, a mi juicio, pues una de las cosas que mas empafian la felicidad es la reclusion egotica en si mismo sin sentir nexo alguno afectivo con nadie. El hombre es viviente "social" y no puede prescindir de esa dimensin esen- cial en él inscrita en su necesidad de comunicacién. Asi que aunque sea muy genialmente creativo y se baste a s{ mismo, una creatividad egofsta ser siempre menos feliz, menos inten- sa y de menor calidad que la que incluya el altruismo. "Beatificante” ademds de ser inservible por sus connotaciones, no seria exacto pues tudo es como la makariétes una felicidad de otro tipo, de otra calidad divina y sobrenatural. 126 8 ULTERIORES DIMENSIONES EXISTENCIALES DE LA TERAPIA igualdad, la cooperacién, y dejar para un tercer capitulo /a integracion y el amor. Con ello habremos suministrado al terapeuta las princi- pales nociones categoriales de los factores que contribuyen a reorganizarse, integrarse e instalarse en un mundo renovado con la energia y las capacidades despiertas. Que esto es la salud psfquica. Mas no con ello estar todo dicho, pues que- darén por decir las técnicas 0 modos de conducir al paciente por estos reajustes de su situacién y su mundo de valores y de metas. Entre todas las categorias filos6ficas que quedan por describir es la situacién la de mayor importancia; es més, se halla en la base de todas incluso de las ya definidas en el capi Entiendo por situacién ef engaste del sujeto en su mundo. 127 Es decir, el marco 0 encuadre concreto de las diferentes circunstancias que hacen posible a un ser humano su "estar- en-realidad’ propio y singular. Se pueden distinguir ademds tres configuraciones mar- ginales de situacién y una nuclear: Subsituacién, que es la vida inconsciente y la infraes- tructura bioecondmica del grupo y del organismo, que el suje- to no controla. Ejemplo: salud y estados de 4nimo. Transituacién 0 conjunto de metas y prioridades que le motivan y dinamizan (0 siente como pesadas tareas que le coartan, pero que le obligan a dinamizarse). Metasituacién o conjunto de sistemas vigentes que arti- culan su praxis: lenguajes, valores, ideologtas, reglamentos, posibilidades y técnicas. E Intrasituaci6n o vividura intima y percibida confusa- mente desde dentro de s{ como agente o protagonista de la situaci6n, con sus motivaciones, sus deseos, sus recelos y sus miedos. Nuicleo de donde part iciativa y la intencionali- dad de la situacién y que la recorre y la mantiene como un eje dindmico gracias al cual avanza hacia otra situacién ulte- rior, efecto p de la primera. Estas modalidades de mérgenes de situaci6n son las que pueden modificarse mayéuticamente en la terapia (si los ya asimilados resultan incompatibles con la integracién y la tegridad psfquica del paciente), jy no adoctrinandole! Sino manteniendo su atencién y tensa con preguntas que él vaya configurando con sus respuestas desde su intra- situaci6n cambiada. El "cambio", meta de todo proceso psi- coanalitico, ha de afectar a la intrasituacién y supone una activacién de lo més nuclear de la persona, que cambia su enfoque y su rumbo vacilante y superficial por algo més cier- to y comprometido en una direccién valiosa y digna. Es muy sorprendente y a veces espectacular para el propio interesa- do cuando ve que logra cambiar, trasformar su nuclearidad- 128 ‘p \( en-situacién en algo distinto, completamente distinto de lo que venta siendo, logro de su verdadera identidad. iChocante e inquietante cosa ésta de tener que cambiar y que descubrirse en el cambio para Iegar a ser lo que uno mismo ya era —o estaba llamado a ser— pero lo ignoraba! La situaci6n tiene una estructura concéntrica o mejor en espiral en torno a su eje intrasituacional ("galéctica: las hay en bucle doble...), y en todo caso dialéctica, por eso se van resolviendo unas estructuras de situacién sucesivamente en otras, en las que todos los elementos rales, coyunturales, todos ellos objeti do y haciendo asf posible un modo singular de “estar”, que sin embargo condiciona al sujeto y a su vez puede ser modificado por el sujeto (si éste al menos lo intenta y reflexiona o se arriesga). Los componentes basicos de la situacién son —supues- tos ya los sistémicos de la metasituacién—los siguientes: opcionales significacionales, actitudinales afectivos Precomprensivos, _y expectantes més el peso de las fijaciones a distintos términos de pasado. Ya se aprecia por todo ello que la situaci6n es una trama esencialmente dindmica de modos de relacién con el entorno mediato e inmediato. Se opta, se toman actitudes, se comprende anticipada- mente lo suficiente para esperar, temer, intentar o modificar condiciones, se captan o descifran significados, se movilizan e invisten afectos y libido, se crean expectativas y se propo- nen fines, pero en todo juega tanto el tirdn del futuro espe- rado/temido 0 proyectado 0 propuesto como posible y dese- 129 able, como la retentiva de pasados fijativos, segin el to emocional que produjeron, al suceder, en la sens infantil y juvenil. Precisamente elaborar (y liberar de) esta retencién fijati- va fue el primer paso vélido dado por la terapia fre : que ningtin otro método terapéutico, ni el filoséfico siquiera debe omitir, pero una terapia renovada ha de atender mucho mis al tirdn del futuro, crear (0 dejar que se creen) expectati- vvas, proyectos y propuesta de fines y de metas, porque el exis- tir humano es anticipar futuro. Poco se gana si habiéndose erado de las fijaciones del pasado queda el sujeto fijado en las gratificaciones del presente (o en las gratificaciones ilusorias de un "futuro! imaginario creado por la ideologia del terapeuta.. Conforme el paciente vaya resolviendo —y liberandose— de sus fijaciones, sus fantasmas, sus ilusiones todavia infan- tiles y sus pantallas defensivas que le llevan fuera de la reali- dad, se ir4 disefiando un horizonte de situacién viable y amplificado. Pero nunca olvidemos que esa vida es la de otro, no la nuestra ni cortada a nuestro gusto... Examinemos ahora cuatro categorfas negativas, pero fre~ cuentes y duras de soportar y de elaborar: empezaremos por la frustracién y por el fracaso que guardan cierta analogia entre sf. La frustracion es un tipo de vivencia que consiste en una "caida" o "bajén del Animo' entre depresiva y resentida, ante el no cumplimiento de expectativas esperadas y gratas. Sino se esperaba algo con una cierta intensidad y algo que fuese especialmente deseable y grato, no hay frustracién, Lo mas se tratard de una "intencién incumplida’ (uner- fillte Intention, que dijo Husserl) que suele resultar ligera- mente molesta: contébamos con pasar la velada en casa de 130 unos amigos agradables y nos avisan que no van a estar libres. Nada mas. Peor si de esa visita dependia un empleo, la ro 0 articulo, una gestién para algo impor- tante, entonces se sufre una frustracién. Y a ella suele aso- ciarse una cierta sospecha cuasi resentida de que aquello es un pretexto porque no desean vernos o no estan dispuestos a hacernos el favor. Entonces es amarga y dura. Es, subjetiva- mente, la tipica vivencia de la frustracién, en sentido fuerte. ‘Ya hemos dicho que entra en ella una sensacin depresi- va: faltan por unos momentos —o durante dias— las fuerzas para mantener el 4nimo a tono y al mismo tiempo se conci- ben juicios estimativos negativos en contra del otro 0, peor atin, en contra de uno mismo: no les intereso, no lo hice bien, no doy buena imagen, incluso no acierto con la oportunidad para una cita... El fracaso es el incumplimiento supuestamente objetivo de ~ deseos serios por los cuales se apostaba y puede deberse a pro- pia impericia en la gestién. Su repercusién 0 eco subjetivo suele ser la frustracién, pero pueden ser todavia més fuertes. Naturalmente puede haber "fracasos" imaginarios. contrariedades que la imaginacion agranda y convier- te en fracasos. Pues el fracaso tiene siempre una connotacién existencialmente seria, casi "vocacional". cumplimiento no supone un simple cambio de pla- nes inmediatos, como puede suponerlo la frustracién (aun- que ésta también connota proyectos acariciados con un cier- i rio entre planes y posibili- menaza de la linea profe- sional, sentimental o proyectual seguida hasta entonces,. En —_ ~ 7 todo caso hay un matiz de amenaza de la propia realizacion _ © parcial, en el fracaso_— Decfamos que podia ser meramente supues se han puesto desmedidas irreales, 0 no se sabe encajar la no realizacién de tales posi- 131 fades reales pero contingentes, o no se sabe asumir la contingencia de todo, o el tono casi providencial de las cir- ¢unstancias del fracaso (hay fracasos que suponen s{ un vira- je en la vida, pero a la larga se comprueba que ha sido para (mejorar y que de haberse realizado el proyecto fracasado nos \\, habriamos visto privadas de un mayor bien). iSe forjan demasiadas falsas ilusiones a propésito de los proyectos profesionales que se hacen de més joven...! No es | pues de extrafiar que todos hayamos de sufrir fracasos. | Otros, al contrario, son incapaces, de jévenes precisamente, | para abrirse un horizonte de ilusion o de esperanza en los * proyectos que forjan. ( Es peor esto tiltimo, pues tras pasarlo fatal, no sacan \ adelante sus proyectos por falta de énimos. Los optimistas / pueden fracasar y fracasan con facilidad, pero también se / Ievantan de su fracaso; los pesimistas ni emprenden nada efi-~ cazmente ni son capaces de levantarse cuando fracasan de verdad. - Hay no pocos pacientes que vienen trayendo su fracaso por delante, que puede ser real y objetivo, pero que las ms de las veces o se ha producido por la irrealidad de sus proyectos, © del modo de proyectar y de tratar de ponerlos en préctica, 0 por el halo emocional que se constela en torno al malogro de su proyecto. Y también, pero esto es més profundo, por la motivacién bdsica que le llevé a acariciar aquel proyecto. Asf se pueden distinguir, en orden a elaborar el duelo con el paciente, las siguientes concausas del estado depresivo y resentido, 0 incluso autodestructivo (pues puede la autoesti- ma hallarse tan herida que genere pensamientos suicidas, 0 de hecho comience el paciente en su vida diaria a tener pequefios accidentes domésticos): 1. expectativas a. subjetivamente ilusorias < narci- “Sess=== _ sismo primario b. objetivamente irreales 132 N proyectos en sf desadaptativos = desconexién con la realidad — falta de sentido para los ritmos.saciales y econémicos fijacién monotemética -> falta de soluciones de reem- plazo. baja autoestima.que se niega.el éxito -> halo depresi- Vo y autoinculpatorio. eo ae Ejemplos: quien hace proyectos de negocios intitiles, \ absurdos (que cree ser ocurrencias geniales) 0 de los cuales se halla saturado el mercado (y los proyecta por mera imita- cién), 0 los proyectos son adecuados, pero los sittia en luga- res muy poco frecuentados o no acierta a crear una red de clientes, o todo ello lo tiene en cuenta, salvo un detalle esen cial para que lo principal funcione. / planea hacer un costoso master, que luego no le sirve para lo que él desea, o para el cual no tiene cualidades. irrumpe en una Facultad con cierta insolencia y tra- tando de hacerse valer como excepcionalmente formado para que le contraten, pero sin estilo ni tacto. O se le pasan los afios sin encontrar jamés un puesto de trabajo (pues inconscientemente acude a donde no se lo van a dar, o rehuye precisamente aquello para lo cual est4 prepa- rado, 0 simplemente no lo busca de verdad). En todos estos casos y otros parecidos el terapeuta ha de tener en cuenta todos Ids posibles factores, unos més y otros \ menos, segiin los casos, para apoyar al paciente en la elaby racién de su duelo con delicadeza y discrecion. Serfa por ejemplo totalmente inoportuno ponerse a hacer sefialam tos psicoanalfticos de tipo "castracién", "impotencia’, deseo de emular al padre, que afiadirfan nuevos factores i problema y aumentarfan la alarma y la depresién. 133 # i Segiin los casos, ha de hacerse al paciente atender: mis a las expectativas irreales o fantasiosas, més a la desadaptacién préctica al ir a actuar més al componente narcisista ¢ infantil en su presen- tacién; y en todo caso hay que atender al proceso de inflacién subjetiva que el mero hecho de no lograr lo proyectado ha sufrido, con halo de sentimientos de baja autoestima, fracaso, depresién y desesperanza existencial. Lo peor en todo ello es la tendencia a "tirar la toalla" para siempre, lo cual es un sintoma cierto de neurosis, que el paciente ha de ver como tal: la vida —de no tenerse una suer- te excepeional, que no es frecuente— consta de una serie de contradicciones, tensiones y frustraciones continuas y no es posible vivir con un minimo de bienestar psiquico, si de cada fracaso se hace una tragedia metafisica. Pretender otra cosa es ademis irreal. La propaganda artificial e interesada de los medios exhibiendo "famosos" y *triunfadores" prefabricados es un factor de neuroticismo colectivo y popular que genera nuevas formas de malestar social y de baja autoestima en este sentido, y deteriora el sentido de realidad de la gente joven. Dolor noes una palabra técnica y ademés es polisémi- ca, pero se puede describir en sus componentes y resultar muy til manejarla seménticamente para ayudar la paciente ‘en su dolor’, Puede presentar cuatro perfiles: 134 I. Bajo concepto de si ‘11. Abandono por alguien Ill. Deprivacion de algo 1V-Vivencia de inutilidad existentiva Como puede apreciarse nos hemos fijado en cuatro aspectos basicos: la identidad, el otro (insustituible, tal vez por amor 0 carifio), el objeto deseado y la ocupacién que dé sentido a la vida concreta que se vive. "Existentivo" significa lo que pertenece a los constituti- vos medulares del vivir o del estaren-realidad, Por lo tanto no nos referimos a cualquier ocupacién 0 ejercicio profesional, sino a aquella actividad vocacional en la que un sujeto se va realizando con alguna importan- cia del rol que juega en la vida (a lo mejor no es su profe- si6n, sino su aficion, la educacién de sus hijos o ayudar a otra persona). Més en concreto se puede describir el dolor como el predominio en el magma de sentimientos que llenan a un sujeto, de vivencias de egodistonia, de vacfo practico de deprivacién por un agravio comparativo de vacfo del deseo (-+ atrofia, miedo a desear, carencia de objeto) de inutilidad préxica Ser "un cero a Ja izquierda*, un "don nadie" o "estar fuera de sitio" y sobre todo "no haber hecho en la vida nada que valga la pena’... Todo ello, salvo la egodistonia y el agravio comparativo podria vivenciarse sin verdadero ‘dolor', éste se da —en todo lo dicho— como un aditivo i que esas carencias, vacfos e int dad con una intensidad aguda e irresistible: es una diferencia 135 andloga a la que va de un liquido ’caliente* a un liquido "que- mando", o entre un agua fria y un agua helada... El dolor es el mordiente més "traumético” y espdstico que puede acompatiar a todas estas vivencias desagradables en si mismas, pero que en algtin grado de menor sensibilidad por parte del sujeto o de menor ahondamiento en él, por parte de agente o del hecho, puede no darse. La egodistonfa o inconformidad con el propio modo de ser, o de estar y de hallarse afectado, es en todos los casos dojorosa: un dolor sordo y hondo, o irritante e insorpotable, a cada paso en que se ha de presentar el sujeto ante desco- nocidos © ante conocidos que precisamente saben de su defecto 0 de su pasado (¢ incluso ante s{ mismo). Y el agravio comparativo siempre es muy doloroso por- que la injusticia, la conciencia del propio valor y las conse- cuencias socialmente negativas del agravio crean en torno al sujeto una atmésfera de vacio social y de injusta soledad pro- fesional 0 amorosa. Desde luego lo peor y mas inhébil (pero més frecuente) que se le puede decir en estos casos es: "jes0 son cosas tuyas!*, "la gente te quiere’, "eres demasiado exigente’, " no tengas paranoias", "a todos nos pasa alguna vez"... simple- mente cambiar de conversaci6n, 0 crear un silencio, cuando el sujeto necesita depositar en alguien su angustia y obtener una respuesta apropiada y no tépica”... iEso es dolor: el mordisco de la injusticia en la propia dig- nidad adobado con soledad y abandono incomprensivo de los més amigos (hasta los salmos biblicos lo frecuentan como situaci6n critica y habitual del "justo perseguido’)! Teresa de * Confieso que a mf me han dicho y hecho todos a los que en situaciones ast he acudido (médicos, sacerdotes y amigos...), precisamente esto, desde-el silencio, el cambio de tema y el frivolo pero hiriente argumento de la paranoia” esto por amigos cercanos, con lo cual el dolor se hace mas intenso todavia 136 Avila dice que la peor tribulacion es la *persecucién de bue- nos", o sea por parte de los que son tenidos por gente fiable... Aqui el terapeuta debe en primer lugar compartir afe ‘vamente, en cuanto pueda. Evitar toda respuesta t6pica, y no negar mantacamente el ~ dolor ni su causa, sino tratar de ampliar la consciencia del paciente para que se haga capaz de asumir su “destino” dolo, oso y elaborar el dolor circunstancial. ral, son "los mejores' (en el sentido de Ortega en "la auser de los mejores") a quienes mas les toca sufrir. toe C wheat 137 9 CUALIDADES DE LA CONVIVENCIA Y FINAL DE TERAPIA Finalmente hemos de analizar una serie de logros finales que acaban de perfilar la personalidad y su terapia; se trata de las cualidades positivas de la convivencia y proyeccién social del paciente dado de alta, ademés del logro o lograrse mismo. Por lo tanto y en primer lugar preguntarnos qué es rea- lizaci6n, ya continuacién cémo deban entenderse la igual- dad, la justicia y la cooperacién, para acabar con el tema mas complejo y dificil de todos, qué sean amor y amarse. El aspecto social y convivencial ha sido lo mds olvidado de las terapias de uno y otro signo (las terapias de grupo se contentaban con el entrenamiento nada metédico que habi- an supuesto las caéticas 0 topicas reuniones mismas), y no hay més remedio que darle mucha més importancia para situar al paciente dado de alta en su mundo con sentimien- tos y actitudes verdaderamente constructivas. , Con todo lo dicho supongo que cualquier terapeuta, ade- més de los modelos exploratorios —pero nada més que exploratorios— de las escuelas psicoanaliticas, podré contar con un repertorio de categorias di y validas para no 139 tener que recurrir a’cada piso al insight de fijaciones infan— tiles o de deseos sexuales "reprimidos", que no pueden llegar muy lejos en el proceso de socializacién de la nueva perso- nalidad "liberada’. La ausencia de tales categorias dinamico existen- ciales es la gran carencia del psicoandlisis ortodoxo y de todos sus suceddneos. 7. Mediante estas categorfas puede relanzarse la terapia dinamica hacia procedimientos més aptos, breves y eficaces de reconstruccién del sujeto y de su estaren-realidad praxico y fruitivo, sin los raros tics que a algunos les quedan tras haberse psicoanalizado sin una tltima etapa de resigni- ficacién de las realidades de su entorno.-~ Se trata no de "desreprimir", sino de resituar adecuadamente en el mundo —un mundo cuyo primer contacto es de valores—, una vez se tiene toda la energfa disponible para actuar constructivamente. En primer lugar, la realizaci6n que suena a tépico y no lo es. Pueden darsele otros nombres menos t6picos pero todos entienden lo que se esté nombrando: lograrse, madurar, 140 ' tener personalidad, cumplir los cometidos, coronar la vida, fractificar (0 frutecer como se dice en Pert). Encambio "triunfar’ o fener éxito no son equivalentes de tho, ya que el éxito queda "por fuera" y la realizacion 0 logro son intrinsecos a la entidad personal del sujeto. Sélo a los sujetos muy vacfos el éxito les Ilena, 0 mej “> les "infla" Como el primer nombre indica, realizarse tiene que ver con realidad: supone adquirir, incrementar, consolidar y dejar desplegarse mds operativamente la propia realidad, en el senti- do mas denso y abierto del término, de modo que no solo se. quiere significar un refuerzo sustancial del propio ser "yo" 0 / capacidad de entablar una serie de relaciones | on el mundo y de desplegar actuaciones cons- | Decimos "nutricias" en el sentido de que la persona se rea= limente o nutra de ellas sin riesgos de intoxicaci6n alienante, y aporte a su vez al mundo su propia densidad interior o men- ial, en forma de creatividad cultural, técnica o afectiva. Por lo tanto la realizacion debe hacer capaz de acciéi operativa — de soportar — de comprender, — de responder, — de querer — y de organizar la conducta propia (y la propia vida) de modo que incida positivamente en la praxis social y a su vez ésta la enriquezca, pero evite toda alienacién 0 contaminacién t6pica de la "caida en el se imperso- nal.” Coloquialmente (desde la vigencia de Reich) suele usar- se un concepto de falsa "realizacién’ més bien frivola que 141 consiste en libre cumplimiento de desi (los "reprimidos'—> tautologia, pues ya se sabe que los bienes se reparten crf supuestamente sexuales més bien 0 libidinosos) pero estos diferentes beneficiarios y no pueden ser monopolizados por deseos explosivos y obsesionantes dudo mucho que ‘realicen* | un sujeto solo. al apoderarse de la personalidad sin integrar. Muy hondos y En su acepcién piblica es "justicia" el criterio que ha de medulares han de ser los deseos cuyo cumplimiento, por st regir las relaciones entre ciudadanos, ciudadanos y Estado y_ mismo, realice. Estados entre sf, equitativo por raz6n de la dignidad intrin- ‘Terapéuticamente sélo puede tratarse seriamente de rea- seca de cada ser humano, de modo que se mantenga: en y tras la fase integradora, a la que siga una resig- — un mfnimo suficiente de reconocimiento y tutela, én que dé plenitud al despliegue relacional, y el denso ~ de derechos basi y activo estar-en-el-mundo del paciente al fin de su proceso. nad / Elterapeuta entonces puede ayudar, de nuevo, mayéuti- — de bienestar y de medios para los menos afortunados, camente pero tendiendo a que el paciente, en la medida de — que no exceda demasiado —por lo bajo— el nivel i su vitalidad y de su energfa y proyectos espontaneos comien- de la media universal (de los medianamente afortu- ) ce a ascender o a avanzar sin acobardarse ante las nuevas nados), cuando no se pueda lograr Ja paridad total, / tareas que van a plantearsele y que deba aceptar. Todo es mas tendiendo a ella. | euestién de que no se asuste, de alentarle més bien discreta- En su acepeién privada y personal, justicia es el reparto | mente a que se abra a sfy a la realidad como posibilidad y de funciones 9 de responsabilidades proporcionado a los roles yasinceramente (sin fraudes a sf mismo) se ponga a vivir eines decode micmbea on Codd slacion: o dentro de ‘su identidad dindmica, ‘ un grupo. * Por lo tanto y en su base, la justicia ha de consistir pri- mariamente en la consideraci6n universal y colectiva del otro como par. Como "igual" es mas impreciso, porque connota semejanzas cualitativas, cosa que no se da en la paridad, que salvo esta dificultad, de la diferencia, obl ga a conceder a todos los humanos igual dignidad e igual derecho a compartir. Ni las enormes desigualdades actuales en ingresos, gra- cias a diferentes sistemas de percepcién de honorarios y emolumentos —siempre desventajosos para los menos pode- ro0sos—, ni el desprecio entre clases, ni los honores jerarqui- > cos son de recibo, porque son.claramente inhumanos, ¥ fundarse desde época areaica (el Neolitico cuando menos) en la victoria primero y dominio después, de unos sobre otros, ¥~- en la situaci6n de "ver y de "sometidos" a que se releg6. Parece que la justicia sea una cuestién paiblica y macro- resultado del entrenamiento de una persona realizada, para que aparezca como tal. Hay una acepci6n de justicia que es la de cualidad personal que ve y comprende espontaneamente (tras el per- tinente entrenamiento) lo obligatorio, lo no obligatorio pero pertinente, lo no pertinente aunque favorable a algu- f nos de los participantes en una praxis, lo egoista y lo impre- ,, sentable, ||___Nosoy partidario del concepto clésico de "dar a cada uno lo suyo" pues es tan abstracto que deja sin aclarar quién sea ‘cada uno' y qué sea “lo suyo"; por lo tanto queda todo en una 142 143 obligados a los peores trabajos y ‘a jornal’. No sé si se han dado cuenta los fil6sofos (y los demas) de que el régimen universalmente extendido de convivencia [ los més indigentes 0 escasos en bienes pero duramente ia supuesta mayor "dignidad" de unos respecto a otros que se consideran casi sin *honor’ y a los que no se les da la | mano—vienen perpetuandose desde que empezaron a existir / ciudades-estado (en torno al 7000,a.C. con Abu Hueyra, Catal Hayiik, Jericé, ete...), porque los sometidos eran de etnia dis- tinta, 0 venfan comprados en mercados de esclavos en encla- ‘caravaneros 0 no se les consideraba personas humanas, “mano de obra’. La "sangre" era ademés un factor deci- sivo en la diferenciacién casi 6ntica (como "seres concretos") de unas familias y otras conforme a su extracci6n —y lo sigue siendo 9.000 aiios después—. ¥ lo mismo se diga de la situa- ion de la mujer como un ser humano de muy segunda cate- goria, casi como no-persona. Todo esto es algo tan infundado y tan injusto con el hom- bre en cuanto tal que parece increible se haya perpetuado durante 9.000 afios por lo menos, y haya pasado ampliamen- te a través de las mallas del cristianismo y de las iglesias, hasta el s. XXI (!)y.. 7 Podria concederse que los jefes-en-ejercicio de sus fun- (/ciones gozasen moderadamente de cierta preminencia, por el influjo que tiene esta "intocabilidad’ relativa para la eficacia jen el mando (administrativo, juridico y militar). Serfa un ‘caso semejante al de la inmunidad parlamentaria. Peroqie toda la gens o clan del jefe se beneficie vitalicia y heredi | rlamente de esas prerrogativas y que todas las fami | vadas de la jefatura de la ciudad-estado o de algtin sector | administrativo o militar, o alguno de cuyos miembros alguna | vez ejercié determinadas funciones directivas, vengan a | constituir una “aristocracia’ (literalmente: los mejores — Patico injusto, Nadie sabe ponerse en el lugar del otro, ni. aprender a apreciar sus valates——— ) Por supuesto la plena instalacién en el Principio de Realidad como Freud exige supone el entrenamiento en forma de ver a los otros (y a sus entornos y realidades pro- pias) con respeto y objetividad. Esto es lo que exige la salud mental (que repercute inmediatamente en el modo de percibir y de sentir lo ajeno y lo extrafio). No suele tenerse en cuenta la cantidad de prejuicios y de zadores y leverente patégenos cuando menos— que de; interponerse entre uno como sujeto y la realidad ( otros!) de modo que nuestra visién de las cosas y asuntos 147 “oH llega a ser bastante irreal y deforme. jHasta serfa recomen- dable una terapia slo para depurar los filtros perceptivos y valorativos de que nos servimos sin advertir! fa Y no hay que olvidar que el "bien" es la objetividad e -n los comportamientos... toot yf 148 10 EL AMOR Finalmente, una cuesti6n de gran trascendencia y muy discutida: el amor. Muchos dicen no creer en el amor, pero fenomenoldgicamente hay modos de estar-en-realidad que se hallan dinamizados, fecundados, o iluminados por algtin tipo de amor, pues hay varios tipos o mejor diferentes componen- en el modo de relacionarse uno(a)s con otros. -go las experiencias més grandiosas y gratifi- cantes en la vida, insustituibles por otras (deportivas, cinegé- ticas 0 artisticas), son las de la apertura amorosa/amistosa entre personas, que no necesariamente ha de ser sexual ni concupiscente, puede ser amical. Pero hay amistades muy intensas, que ayudan definitivamente a descansar y descar- gar tensiones y preocupaciones o angustias en la persona amiga. No niego que haya personalidades que sean incapaces de vivenciar "amor’, en alguno de sus sentidos. Desde luego hay sujetos tan herméticos al otro, tan recluidos en su burbuja depredatoria de ambicion y de interés subjetivo y egoista, que no pueden ver o sentir al otro estimativamente, sino a lo sumo en su calidad de “instrumento’: no tienen ojos para el bien del otro (incluido en este "bien" su suerte o sus buenas cualidades), Sélo les interesan los tontos titiles y eso como 149 medio para... (contra la advertencia de la Razén Practica de nunca debe ser nadie percibido como “solo ). Tales sujetos acentuadamente depredadores e inte- resados son por supuesto incapaces de amor, en tanto se mantengan en tales actitudes. También hay otros menos lastrados de este tipo de homo ceconomicus, pero més nat s, que son aquellos intelec- tuales, cerebrales y ambiciosos de fama (o en el caso fuerte, muy pagados de su potencia mental, arttstica 0 sensitiva, incluso sexual...) que tampoco son capaces de amar, pero sti incapacidad afectiva trata de suplirse con un gran consumo de premios y de parejas; eso sf, éstas o éstos han de conver- tirse en admiradores de sus cualidades para poder ser "su pareja" o su aventura de un fin de semana. Estan tan pendientes de s{ que tampoco pueden salir de sf, olvidarse de st y abrirse mds 0 menos ampliamente a los valo- res del otro(a). Pues esto ya seria amor. El que éste (o una gran amistad) dure de por vida, se trasforme 0 se extinga no es ahora cuestion de ser tratada aquf, basta con que se sea capaz de experiencia vivencial de amar a alguien (0 a todos o a un gran conjunto de personas). Y sin embrago muchos otros, menos ambiciosos y menos narcisistas, tienen tales vivencias y por eso "creen" en el amor, lo creen posible, factible y hasta inevitable. Podemos distinguir unos nueve tipos 0 componentes de amor, a saber: — apertura perceptiva y senciente (afectiva y sensorial a la vez) de un tii concreto y singular ~ irreemplazable. Esta es la nocién de Max Scheler en su Etica: el amor surge de captar al otro en su mds completa singularidad irreemplazable, —apertura relativamente incondicional al otro + 2 Comunicacion franca que puede legar a entrega 150 { r estima de predileccién (aun entre otros objetos de amor): captacién de las cualidades positivas del otro y ensintonfa con ellas f C afectos singularizadores y especialmente vivos respec- to a la existenci estilo y los aspectos caracteriales, practicos y/o estéticos del otro ~— confianza y facilidad en esperar en la fidelidad del otro (+ facilidad para el desengafio, los celos y la frus- tracién, como contrapartida). we intimidad personal y afectiva con libertad confiden- : cial y sexual (segtin lo que se convenga) gusto sensual con simpat{a y deseo hacia el otro (con- cupiscencia) -- entrega activa y existencial plenificante a la disposi- C cién divina y a las necesidades humanas (agape) estima e interés movilizador universal (hacia los seres humanos concretos en sus diversas categorias, grupos y situaciones identificativamente percibidas: philanthropta). ’ ee a Ke OY Una de las propiedades mas fundamentales del ‘Amor y del carifio pero de las que menos se cumplen es el respeto a la individualidad del otro, aunque sea hijo pequefio o sea un menor. No querer reformar a la fuerza a la pareja o ala persona protegida. Enel wriceo clasico circulaban cuatro palabra Por las unas modalidades de otras: »), éros (inclinacién afective carnal 151 mente matizado segtin los casos, lat. amicitia, dilectio) y el tardfo agdpe (amor personal e incluso universal, sin compo- nente sensual pero sf, intenso, afectivo, lat. dilectio, caritas). Asi, tanto nocional como terminolégicamente el "amor" oscila entre: — El deseo: la inclinacién e interés sensual (més bien egocéntrico: la intencién termina en uno mismo que desea gratificarse en un sentido o en otro) hacia alguien en concreto —y elamor, interés y hasta disposicién oblativa (segin el termino usado por Frangoise Dolto)" por la generali- dad de los seres humanos 0 por grupos de personas (por ejemplo, los enfermos, o los marginales) — pasando por el carifio amistoso entre amigos, haci: gente que depende de uno, pacientes, alumnc — y naturalmente para los creyentes, su modo de i lacién més genuino en la vida que es el a temor) a Dios, que puede ser enormemente (més intenso que ninguna otra forma de ai arrastrar al sujeto por encima de todos sus tics, apegos y deseos egotstas. Por supuesto ha de ser genuino y no subjetivamente engafioso y fingido. Todo lo dicho sobre el amor puede suscitar en alguien cierto hastio lexical, pero no hay que dejarse llevar de prime- ™ Fr, Dolto habla frecuentemente, del carfcter o fase “genital obletiva” {\ ‘como el coronamiento de la madi ‘moderadamente un reparto de| cargas. Hay que distinguir entre bien “barato” y bien "caro", 152 4 ras impresiones. El amor es el tema més interesante de la vida, pero también el més"Boltsémico enraspectos y matices y apto para toda clase de.mistificaciones,y a veces resobadb.... Desde luego en la vida y en el proce- ico de los pacientes son Jas mal comprendidas exi- gencias de amor o-su ausencialo-que.constituye uno de su capitulos basicos. Hay ademds mucha falsificaci6n afectiva y narcisista a I que se llama "amor" o "carifio" y en realidad son apegos, encé riflamientos o biisquedas egotstas de descarga y gratificaciéh muy grave de este apartado del amor y del itores creen profesar a sus hijos, ramente de fiar puede ocultar jad, mucho narcisismo y mucha proyec- cin de modelos subjetivos sobre lo que deban ser los hijos y como deban configurar su existencia, E incluso en el amor de pareja igualmente la posesividad, el deseo de dominio de un componente sobre el otro(a) y sobi todo, la intencién solapada de "educar" al cOnyuge para que "sea como debe ser" —esa tendencia subjetiva a que todo vaya a gusto de uno(a) porque se estd convencido de que los propios criterios son los mejores o los tinicos validos...— esto es lo m4s peligroso para la convivencia y la permanencia de la pareja. Desde luego el "amor" de los padres/suegros no debe ser tan intenso que obliguen a las jévenes parejas a pasar todos los dias festivos en su compatifa...Ni el apego de los hijos a sus padres, tampoco. Todo lo que sea cuasi compulsivo, rutinario y moné- tono”, con claros matices de dependencia es sumamente peli- groso para la maduracién y el equilibrio de la pareja, Tuve hace afios un paciente, profesor universitario, que no sélo ‘pasar todos los domingos en casa de suegros, sino que no le permitianbaj 2 tomar tna copa, pues los dems hijos no lo harfan. A estas horas supongo que ya se habran separado, pues sus cosas marchaban mal por esta razén. 153 > \ | Y en los pacientes en pareja o casados esta cuesti6n de la dependencia de los suegros 0 de obligaciones creadas por éstos acerca de como emplear el tiempo libre, o intromisio- nes en su econom{a 0 modos de llevar la casa y de tratar o ser tratado domésticamente por el otro cényuge son el tema obsesionante y dificil, pues no s6lo depende del paciente, y hay parejas parentales o socerales que parecen no tener ojos para lo que esté pasando en las parejas de sus hijos... No respetan la adultez de los mismos. Los padres demasiado patriarcales y que creen ser modé- licos tienen este inconveniente (es su moindre défaut, 0 punto débil): la absorcién de los hijos y no darse cuenta de que ya no son manejables ni debieran necesitar tanto consejo y tanto apoyo parental. En el otro extremo, a los pacientes que s6lo creen que el amor es "hacer de su cuerpo lo que quieran* (y por lo mbién del cuerpo ajeno) —sobre todo a los falico 1as— les conviene caer en la cuenta mayéuticamen- te 0 por insight que el quererse es algo mucho mas hondo y més denso. La terapia de estos félico-narcisistas (segin la terminologia de Reich) requiere que modifiquen su concep- cién del amor. Y desde luego en estos temas, también en el del carifio parental, més que filosofia lo que se requiere es sentido comtin, pero las proyecciones ansiégenas o narcisistas de los. que han llegado a la conflictiva madurez de edad (con su amenaza depresiva de "nido vacto") les ciega demasiadas veces para ver lo justo y conveniente en la normalidad de las, parejas de sus hijos.., 154 11 MAYEUTICA E INTEGRACION El momento decisivo de toda terapia completa es el de integrar impulsos y componentes en un todo dindmico, elastico y préxicamente viable Y conforme avanza el proceso ha de darse més espacio a la mayéutica. Por eso unimos ambas categorfas en un capf- tulo, También ésta es un procedimiento filos6fico clasico que pasé inadvertido a los freudianos y que los psiquiatras de los psicofarmacos jamés creyeron deber practicar: todo ha sido preguntar a los familiares sin dar categoria de interlocutor valido al paciente. Ese no era el camino para curarle... Mayéutica o rékhiné maieutike significa el arte de ayudar a parir (es decir de ayudar a que se dé a luz algo vivo y via- ble). El terapeuta no es como vulgarmente se ha dicho un tanto rudamente "una oreja que escucha", sino una inteli- gencia emocional que recibe” pero ademés que sabe orga- nizar tdcticas dialégicas en el momento para movilizar al paciente y superar los silencios "fl4cidos" que se producen, 0 sus resistencias a hablar. Esto es la mayéutica. No puede ser sola y pura inteligencia, pues entonces no seria capaz de recibir empaticamente, ni de contratrasferenciar. 155 a El silencio por principio del psicoanalista ortodoxo es un arcafsmo —iy eso percibiendo los honorarios que se cobran...!—: sabiendo manejar la mayéutica se puede animar al paciente a dar materia o a optar, sin contaminarle. Naturalmente que una persona bloqueada no va a poder hablar libremente ni expresar lo que més necesitaria "soltar* y hasta que se decida pueden pasar meses y aun afios. Se requiere la asistencia dialéctica de un experto que sepa pre- guntar sin inducir. Esto es todo. La mayorfa de los hombres cuando preguntamos ya expresamos subrepticiamente en qué sentido esperamos la respuesta (es decir que sugerimos sutilmente la respuesta que deseamos obtener), el terapeuta no puede permitirse eso y sus preguntas, que, para escuetamente objetiva: ante la cuestion sin susci das de ninguna clase. n forma que sittien al paciente leas ni emociones no controla- Nosotros no solo preguntamos sino que damos ya por supuesto algo, preguntando, por ejemplo, asi (ni aunque fuese necesario hacerse simpatico y aliarse con el habré costado mucho tomar esa decision El momento decisivo de toda terapia completa ya se ha \ dicho, es el de integrar impulsos y componentes en un todo dindmica, eldstica y préxicamente viable. Y conforme avanza el proceso ha de darse mAs espacio a la mayéutica, Cuando al terapeuta le parece contratrasferencialmente que algo tiene, para él, un significado claro o muy posible, debe confesar abiertamente que se trata de un supuesto y no imponer aseverativamente su opinién so capa de informarse més (que es lo general fuera de la terapia). As{ habré que decir: "Mira: por este suefio, aquello que dijiste la vez pasada y este acto fallido, yo supongo que en el fondo de lo que te pre- ocupa hay tal ...(vivencia, causa, hecho, fantasfa, deseo, o lo que en el momento cuadre)...cQué sientes de esto que digo? ce parece acertado 0 descaminado’ Lo que tampoco se debe hacer si el paciente no acepta la interpretacién o el sefialamiento es insistir por el momento en la raz6n que se tiene y en que esté desplegan- do "resistencias" Eso no sirve para nada y contamina. 157 Hay que cesar prudentemente en la insistencia, y en otra cocasi6n, si asi se ve sinceramente que es lo que est pasando, dejarse caer levemente de nuevo con el sefialamiento. Y si un par de veces es rechazado, preguntar al paciente: "Qué versin das tii de todo esto? Aytidame a descifrar el enigma...". Mas si responde que no sabe, que se lo diga el terapeuta, éste puede darle a escoger: "Mira: ademas de lo que te dije, a mf se me ocurren estas otras expli B., y C. equé te parecen? (o cul te parece mas propia de tu caso?)". Y si sigue di *Entonces esperemos a tener més informacién; a ver si algin suefio viene a completar esa impresion que hasta ahora tene- mos". Asi, todo va entrando con cierta suavidad comprensiva y nada impositiva. Mas bien da impresién de objetividad sin intencién de persuadir una opinién propia del terapeuta. Cuando al final se trata de resignificar relaciones, cir- cunstancias, personas y objetos del entorno se puede proce- der de la misma manera. Generalmente es el paciente quien al llegar a este momento de su terapia empieza preguntar de forma bastan- te realista y practica cémo va a comportarse con esta o la otra persona, qué va a hacer con su dinero 0 cémo ha de ins- talarse en su profesin u ocuparse de sus hijos, etc... Si no pregunta por nada de esto quiere decir que no ha llegado el momento de "resignificar", sino que est4 todavia atrapado por fantasmas y bloqueos del pasado. Pero si se demora demasiado en pasar a esta clase de preguntas —y dado que lo mas fecundo de la terapia, una vez explorado el pasado, es abrirla al futuro—, si se puede intentar hacerla avanzar algunos pasos con preguntas como éstas: "2Piensas seguir indefinidamente en tal situa- ci6n?", "¢Has concebido ya algtin proyecto?" (siempre pre- guntas abiertas, y no por ejemplo: "¢Has pensado ya irte de casa?"). 158 Si la pregunta parte del paciente, como por ejemplo: “Ahora veo claro el error que cometf al emprender este nego- cio gc6mo voy a arreglarmelas?" (mas o menos asf se plantea, en este momento, cualquier problema existencial). Respuesta edad que tienes y los aftos de préctica en esa actividad: cTe vale la pena cambiar?". Supongamos que insiste en que sf le vale la pena: "2 precio crees que has de pagar por ese cambio”. Por ahi hay que empezar: qué estd dispuesto a sacrificar para obtener una situacién més valida para él. Ya que es muy posible que de momento le atraiga el cambio por el cambio y racionalice su deseo con el pretexto de que se equivocd. Cosa distinta es cuando el problema significa dejar algdin arropamiento protector o dependencia parental. En este caso la respuesta habré de dar por supuesto, si se trata de un adulto ya formado, que ese proyecto es lo acerta- do. Por ejemplo: "Me parece que eso es acertado, ahora @Cémo lo vas a llevar a la préctica?" y comienza otra linea mayéutica acerca de los medios, en la que se podré apreciar si planea la cuestién de manera demasiado irreal, fantastica © por el contrario prudente. En caso de que se aprecie irrealidad en la planificacién, tampoco responder descalificando el proyecto (esto podria hacer retroceder al paciente y acobardarle o deprimirle bajdndole su autoestima), y menos de forma implosiva y tajante ("Esto es infantill*), sino de nuevo, es con arte mayéutica como hay que persuaidrle: "En qué supuesto te parece que ese modo de montértelo (0 de organziar tu vida en tal 0 cual aspecto) puede ser préctico (0 viable)?" e irle haciendo reflexionar acerca de las posibilidades reales de su cambio practico... ¥ asi sucesivamente. En resumen: ni descalificar, ni afirmar insistentemente_. lo que el paciente niega o no ve claro, ni sugerirle soluciones_, 159 © significados que el terapeuta ve claro, y el paciente nove, como si fueran objetivos y necesarios. En este diltimo caso han de exponerse los argumentos por los cuales uno lo ve claro pero dejando ademds abiertas otras posibles explicaciones, que se pueden brevemente enu- merar. Lo mismo con la interpretaci6n de los suefios. Asi se obtiene una interaccién amistosa y benigna (no iente de modo que cuando ibilidad sea por propia convic- rapeuta, con una mayor seguridad de giere nada que no surja del mismo "esta- do de la cuestién' o de los elementos de informacién intervi- nientes en el proceso (por la via que se tercie, también y prin- cipalmente analdégica). emplo, el terapeuta puede empezar a sospechar muy larvada procedente de un posible atractivo que sienta hacia los adolescentes. Naturalmente no debe decirle nada al paciente de esta impresi6n, pues podria ser catastr6fica para él y hasta hacerle abandonar la terapia. Pero puede "tomar nota’ y empezar a atender a este posible mensaje en ulteriores suefios y fantasfas. Y si, pasado algtin tiempo esta sospecha se confirm: zando otra razén sentandole como Creo que con est ;plos hemos disefiado suficiente- mente el tono y la dinémica de una actitud mayéutica con el paciente: 160 No sugerir simplemente nada No afirmar nada asert6ricamente : No oponerse definitiva ni duramente a que el paciente rechace un sefialamiento o manifieste un deseo o pro- yecto arriesgado. wp Con uno de mis primeros pacientes, adolescente que se | negaba a estudiar porque querfa irse a dar la vuelta al mundo en balandro, intuici6n que da— sal terapia concluyé en breve cuando —por una ego racional pero brevemente sopesa- enses iNo esta mal! ;Venga!: vamos planear icamente y lo podrés hacei mente le presenté y de , las provisiones y los per- misos, vio que era mucho mas comodo seguir yendo al cole- gio, porque por seguir su afan de aventura no estaba dis- puesto a pagar ese precio tan alto. La insoslayable condicion de pagar precios es uno de los principales requisitos probleméticos que intervienen en todas la economfas (psfquicas, familiares, politicas, terapéuticas o admi- nistrativas). Nada se obtiene sin pagar un precio més menos justo o mAs o menos exagerado, sobre todo por realizacion de deseos fantasticos y absurdos. Las cosas, que deseamos, y mas Jo caprichos, nunca salen adelante gratuitamente. Cuando Sélo ante la com- | menos, para realizar un deseo hay que malograr la posible reas lizacién de otro... Por lo menos ése es el precio™. __ Tengo varios pacientes en oad incpientemente madura que etd expe “Ne 161

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