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Maqueta de porad: Serplo Ramer | ‘Disco interorycabiora: RAG Th. W. Adorno Escritos musicales V | Obra completa, 18 Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en lar. 270 del Cédigo Penal, podrin ser castigados con penas Edicién de Rolf’ con Ia colaboracién de | Gretel Adorno, Susan Buck-Morss y Klaus Schultz iedemann ‘Traduccién de Antonio Gémez Schneckloth y Alfredo Brotons Mutioz ‘Titulo original Gesammelte Sebrifien 18. Musikalisehe Schriften V © Subrlamp Verlag, Frankfure am Main, 1984 © de la ediciSn de helsillo, Ediciones Akal, S. A., 2011 para lengua espafiola Sector Foresta, 1 28760 Tres Cantos ISBN: 978-84-460-1688-5 Depésito legal: M-9.352-20' skal Diccinucve contribuciones sobre la nueva musica Atonalidad: en origen una expresién polémica en la prensa, acusia- dh contra el lenguaje sonoro de la nueva miisica, mds tarde positiva- ‘mente aceptada, Pata la caracterizacién de la miisica atonal no basta de ningtin modo el hecho de que no se are a ninguna ton: nada. Las obras del periode medio de Reger, por ejempl tran en una modulacién ran incesante que la eleccién de una tonal dad de partida o de legada parece enteramente arbitraria. Pese a el anadie ve le ha ocurrida jams considerar a Reger atonal. Tampoco la prevalencia de las disonancias ofrece un criterio suficiente. La armonia de Stravinski es a menudo muy disonante, pero casi nunca aton: 4, o bien las alturas, consonantes o disonantes, que forman los a pertenecen todas ellas a la escala de una determinada « lidad | ‘cuanto tal no tiene en absoluro por qué hacer su aparicién, o bien las disonancias son notas a propésito «falsas», sustitutos de las «corrects», hhs cuales nunca dejan de percibirse. Deficiente es, finalmente, tam de la atonalidad como una armonia que no puede repre- sentarse en funciones riemannianas* . Segurame Ja armonia del Im- Presionismo carece a menudo de funcién: nunca es, sin embargo. ato- ‘blogo alensin, Fue profesor en Hamburgo, Wies- de Musicologia de esta tima Gudad. Escribié {382) y un imprescindible tratado de armonta, 1902-1913). Analista contrapunto sutl dels formas y de manusczitos bizantinos de los ‘ra plenamente correspondida por és ee 62 Esertos musicales V [pal. Como més se podla acerear uno al concepto de atonalidad, aplics una muisica en la que preponderen acor: i ice ferar Compuestos por alturas de escalas de una minada tonalidad, y que en principio no se «resuclvanm. Incluso cl empleo del concepto de disonancia es cuestionable, ues presupone cl contraconcepto de consonancia, que aqui resulta improcedente fl Lae guale sonoro de la atonalidad es exencialmente el del expresioniswmo del Schénberg de la fase media. Los complejos politOnicorde Ly on sfortunada constivuyen q ds incluso en las obras de libre atonalidad sigu. principio «tonal» del paso minimo, de la sensible, igualdad asimismo «onal» d. do en un estilo de atonal dodecafonismo, donde son abandonadas en favor de las secuen serie fundamental. El pr tiltimas consecuencias, Debic Por supuesto absolutamente for- serie fundamental con la referencia icepto de atonalidad, sin embargo, miisica dodecafénica. — Al margen de la eseucts bras sempranas de Krenek, muchas de Varése, no que mejor se pueden ¢: mente a Stravi Contras consigna de bién provoc Bach. Debfa 886-1946): musicélogo sui 'y lego profesor en la Uni las Operas de Gluck y Wagner, esti ‘Les 8 de la armonia tebrica sobre armonia y cont Baer del contrapie Diccinucue consribuciones sobre la nueva musica 8 {pu es los estimulos de tales voces auténomas. Puesto que la polifonia del nuevo movimiento musical suzgié en expresa oposicién a la orna- mental polifonta «atménicay de Ia época wagneriano-straussiana perseguia la i trapunto lineal coincidia con una tendencia a - cho antes de que un gran mtimero de compositores hallara si ealvarton enlaimitacion de Bach y en el llamado «preclasicismo». El maleanse dido radicaba en el hecho de que se confindia la primacia de le serene ma peiifenfa con la indiferencia hacia el sonido conjunco y la logica arm@nica. Por supuesto, éte fue més un malentendido de los eritscoe J 6ricos que de lor composicores. Ninguno responsable ha jams cons Tapunteado a lo que salga, y precisamente los compositores que fue. [on mds lejos ea al empleo de la disonancia, los de la escuela de Schdn, berg, han sometido su polifonia al més es tuna consciencia de la progresién arménica lene mada en comtin con la acérd pe algon Cl Sonido conjunto en la misiea moderna cs una leyenda, y lis disonancias no son resultados casualcs, sino que surgen de las ten encias arménicas mismas. La falsa creencia en fa aleacviedsd vren, ica ha contribuide mucho més que cualquier otra n. En realidad, hoy en dia los problemas propia jrente dichos del contrapunto son, como siempre, los del sonido eons Cares gna telaciéa simmuténea con la vor dada, todo contrapunto ssarece de sentido. or ida por cuartas superpuestas, En ios en ciertos retardos (Balada en la pera de Debussy Peiléas et Mélicande y en el poe, 1onimo de Schénberg los acordes de cuarta se ”n conscientem: la Primera sinfonta de edmane de Schi berg las cuartas desempefian Papel constructive de pareja importancia [ante desde el punto de vista arménico como desde melodie Aqui los acondes de cuartas se resuclven ‘as de un modo cada vez mds divers n pata poner freno al cromitica, andlogamente a la escala de uc comenzé a aparecer en la misma época. Muestra une » que la prede pero que ape- ¥ Ezcritos miusicales V nas permite que sobre ella se edifique, por ejemplo, un sistema armé- nico a la manera del sistema de terceras. La praxis condujo pronto a la alteracion de los acordes de cuarta y finalmente a su fusién con com- plejos libres, politénicos. Melodia de timbres: concepto introducido en el Tiatado de armonia de Arnold Schénberg, segtin el cual las meras modificaciones de los timbres asumen una funcién por asi decir conformadora de melodias; la alternancia de colores debe imi ‘musical. Un ejemplo del principio lo constituyc la pieza para orquesta Calores del opus 16 de Schénberg, donde la conexién musical se estable- ce mediante la incesantemente cambiante instrumentacién de un deter- minado complejo de acordes. El princi leva al extremo en un pa- saje del Woazeck de Alban Berg, tras la escena del asesinato en el acto IIL, donde una nota tenida, la mantiene en s{ misma viva un eres condo constituido por una alternancia de colores sumamente primoro- ‘sa, sin que desde el punto de vista melédico ocurra nada. Desde la introduccién del dodecafonismo, la idea de la melodia de timbres no se ha desarrollado. Pero es de suma importancia, porque formula de tuna manera extrema la idea de tratar la instrumentacién como un factor ‘egral, constructivo, del componer, y no affadirla como un accidente exterio: 1a composicién. Expresionismo musical: puesto que de siempre, y sebre todo desde de la cra del bajo continuo, la musica est jo. Abarca en lo esen- cial el decenio 1910-1920 y esté representado de la manera ms peren- toria en los trabajos de Schinberg y de su escuela en aquella época. No obstante, también los trabajos mis avanzados de otros autores de los mismos afos, como las es japonesas de Stravinski y las iltimas sonatas de Scriabin, mucstran tendencias hasta cierto punto afines, mientras que después de 1920 los trabajos juveniles de Krenek (Segun- da sinfonta) y Hindemith (La joven doncella) atin portan més clara- mente las huellas de la fase expresionista. Globalmente, cl «expresivor Diecinuese contribuciones cobre la nueva muses 6 del Expresionismo es un ideal de la inmediates: de | i tel E lc la inmediatez de la expresion, Es significa dos cosas, Por un lado, la misica expresionisca trata ie riamente rigido, ¢s més, toda la universalidad del lenguaje musical ex- tensiva al especie de éste: andl emocién subjetiva. La musica expresio- nista quicr, segsin una feliz expresion de Alfred Einstein”, ofrecetpsico- dramas, regisiros protocolarios, no estilizados, de lo psiquico. En ello se ‘muestra préxima al psicoandliss. El mbito de fos contenidos expresionis- tas 6 dl del inconsciente: la representacisn del miedo se halla en el centro, y el monodrama Eruartung de Schinberg, uno de los productos mis consecuentes del Expresionismo musical, ofrece toda una fenomenologia del miedo. El momento arménico, afirmativo, del arte catga con el hechi- 20: eso es de importancia decisiva para la eleccién de los medios en el Ex- presionismo musical, el «desgarzo», la prevalencia de la disonancia. El concepto de «bray mismo, en cuanto una totalidad redonda, recon dora, se vuelve sospechoso: todos los productos del Exp sical les es comiin una aficién a la contraccién, 2 la brevedad inexorsbl Webern fte quien mis lejos led esto = La negacién determinada de los medio: radicionales de la musica Entre étos se cuentan las pro- nancia y de las sucesiones in- De ahi result lo de composicién hecho xigencia de inmestacs su transmutaenla técnica com- isma: de manera no mediada y sin alisar, los extremos de la - t Mdmica, de la escritura, de la agdgica, de la expresién se yuxtaponen y 'a continuidad musical se polariza. El principio formal organizador es el uid en Unveil de M 8 coted a Eda i wer joven 937 vel coe de Khe ‘Gee sre bree del mise (936) y La eel Gace eatca AOE 66 Escritos musicales V contraste; pero el medio del Expresionismo musicales la dad. E! lenguaje musical constituido por las prohibiciones expresionistas io musical se amplié hasta lo incalculable merced a Ia revuelea cexpresionisca. Las fusrzas mas serias y radicales de la miisica Ilevaron al Expresionismo, y hoy en dia dificilmente se puede imaginar una gran miisica que no contenga determinantemente en sf los motives expresio- nistas. Pero retrosprectivamente se muestra que todas las innovaciones del Expresionisme no se introdujeron en una adapracién externa al am- que se desarrollaron a partir de las tendencias jerente toda la riqueza de justamente la cin musical que el Expresionismo parecia negar. tercera de las cuales contiene un canon de las prohibiciones expresionis- tas. Al Expresionismo pertenecen, ademds, las Pezas pant orquesta op. 16, el monodrama Fruartung y La mano afortunada. Entre los productos ba camer’s- * Georg Teall (1887-191 con su hermana, por la guesra, por el aleehol y la droga, su exigua obra, de es rico austsfacn. Marcado por las relaciones incestuosas muy Diecinueve contribuciones sobre la nueva musica 67 tica. De Alban Berg cabe imputar al Expresionismo las Piezas pans cla- rincte y piano y las Canciones orquertales de Arenberg” Nuevo objetivismo musical: concepto global para todas las contra- tendeneias de la nueva musica contra el Romanticismo, pero hasta cier- to punto también contra el Expresionismo. Bajo este concepto cae la uisica de las mds diversas escuelas y con las mis diversas intenciones: pero en un cierto Iso del nuevo objeti- vismo es doble: por un lado, despojar a dicntes superfluos y evel del pensamiento musical concreto. Este principio lo formals precisa- mente el Schénberg expresionista: «La musica no debe adomar, sino ser verdadera». Pero, por otro, el nuevo objetivismo se entendié como di forma sonoramente movida. Mientras incuestionablemente en profunda 1c- ficacién produjo muchas calamidades, en le los expresionistas, resulta fundemental para la comprension de pode gue ‘Aan Be tlle, seb con 8 Escritos musicales V la medida en que comprometfa el ideal de un componer ajustado al , téenicamente responsable e inaparente al mali i , mecénico y represivo. En el del nuevo ol ma social, la sublevaciéa contra el momento de la no-verdad endl individualismo del siglo xrx, que amenaza con invertirse en un colec- tivismo fascisca. Probablemente, las obras més «objetivistasy en el sentido de la concordancia son al mismo tiempo las que menos se prestaron ala vileza musical. ia divergencia de los fendmenos reunidos bajo el nombre de nuevo ebjetivismo hace aconsejable limitar el concepto y excluir de élen particular el neoclasicismo y l dodecafonismo. Neoobjetivistas en sentido més estricto son una serie de obras de caricter agresivamen- el Concertino para cuarceto de cuerdas de Swravinski, del que se dice que el compositor pudo compararlo con el zumbido de una mAquina de co- ser. Esta actitud de desilusionamiento mecanicista se convirtié muy ripidamente en «profundizacién» conformista. Dodecafonismo: procedimiento compositivo desarrollado por Ar- nold Schénberg para la organizacién de la estructura musical. El pro- o figu- ra fandamental que con ras de la escala cromatiea en un orden determinado ¥ fijo cade vez. Este ordenamiento de las doce alturas se mantiene a lo largo de toda la picza, con exclusién de todas las notas libres, de tal modo que cada altura de la compos su importancia en la serie o en una de las di ésta segiin ciertas leyes. Pues no es como si simplemente la serie se tocara una y otra vez. lo largo de toda como aparece pot primera ver. Mas hien la serie se somete a las modificaciones de més amplio aleance, por més que rigurosamente vinculadas, que evitan toda icién meramente mecinica. Las mds habituales de estas modifica s son la inversién de la serie, de modo que a cada uno de sus in- tervalos le corresponde uno en el movimiento contrario (andlogamen- tea la fuga invertida); el cangrejo, es decir, que la figura fundamental comienza con su tiltima altura y concluye con la primera y finalmente in de este cangrejo. Puesto que las cuatro formas principales de la serie se pueden transportar a los doce grades de la escala cromé- Diecinueve coneribuciones sobre la nueva misica oo tica, ya con estos pocos medios se cafinica de 48 figuras seriales ‘as. Otra posibilidad de modifica- cin la procura el hecho de que la eleccién de la posicién de cada una de las alturas en Ia octava es libre en toda la composicién. Por 1h serie no significa, por ejemplo, meramente un principio melédi sino igualmente arménico, es decir, que las alturas qu tineamente estén asimismo sometidas al principio serial. En casos sen- Aillos esto significa que la serie se «comprimen, por ejemplo que las altu- rns 1, 2, 3 aparecen simulténeamente y luego la voz superior, que comenz6 con Ja altura 1, prosigue con la altura 4. Pero por lo general prevalecen modos mis ricos de experimentacion, bien partiendo la serie y, por cemplo, acompatiando las alturas de la primera mitad de la serie con las de la segunda, bien empl smo tiempo diversas figuras setiales y transposiciones (en la tiltima réenica van particularmente lejos las Variaciones, op. 31). A una piexa pueden también subyacerle, en lugar de una serie fundamental y sus derivaciones, diversas series fun- damentales (Zércer cuariero). En composiciones de mayor exten mediante complejos procedimientos aritméticos se desatrollan a veces tales a partir de la originalmente dada (Lilt ara la riqueza de las relaciones dentro del Esta, por ejemy sino de «composi- ta caracteriza al pro- ra dodecafénica de una miisica no es equiva- .. Representa una pre! piamente dicho 54 malentendido mas difundido co: 30S tanto como muchos co! © en que oem ivores dodecalisnicos famosos i lodecafnica misma por el logro compesitivo, Glande cn verdad el Dodecafonismo sdlo se justifica alll donde se t complejidad que el = 70 Exeritos musicales V mucho més simples. En verdad, el dodecafonismo sélo se legitima allt donde, junto al material musical, se ofrecen experiencias histéricas total mente determinadas: nunca es una receta matemdtica para componer, jams tampoco un «sucedéneo» del aglutinante obsoleto de la tonali- dad, ya que la serie dodecafénica no sc hace transparente en cuanto ema de referencias del mismo modo en que antes lo hacia la tona- idad. Las tendencias histSricas de las que aqui se trata son en especial ‘de la completa economfa motivico-temdtica y variacién permanen- te, tal como Schénberg las desarrollé en la escela de Brahms. E1 ideal de no permitir ninguna altura que no se haya derivado motivico-te- miaticamente esta prefigurado en la musica clisica. El dodecafonismo cristaliz6 aplicando el principio compositivo de la economia al mate- riel del cromatismo: dicho grosso modo, pot medio de una sintesis de ‘Wagner y Brahms. Pero en la medida en que las relaciones mottvico- cas se hacen totales, dejan de constituir el acontecimiento mu- sical principal y en cierto modo se las relega a la predisposicién del material. En la musica dodecafénica domina la universalidac de las ‘as independientemente del curso manifiesto de la eoluto formulado comp ‘uso antes siquiera de haber en tun «tema, al igual que tampoco los temas de la muisiea dodecafSaica han de coincidir de ninguna manera con la serie por principio. Oue motivo hist6rico que llev6 al dodecafonismo es la crecience suscepribi- | Tidad hacia las repeticiones de alturas que el doccafonismo formulé come | ‘especie de ley. Por tiltimo, el dodecafonismo tema en considert- fa cendeacia de cualquier acorde de la libre atonalidad a mutar ef | luno que conticne alkuras no contenidas en sf mismo. 1 op. 16 En la fase expresionista (primera de las Piezas pana org Pasacaglia del Pierrot), Schonberg, ya empleé en ocasiones maceral i in darse cuenta de ello. Luego, tras la gran pausa & Piezas para piano, op. 23 y en la Serenata, op. 4 | desarollé a Genin de las figuras Fundamentals, La tims de | Piezas para piano y Serenata som las pi eras compesiciones dodecafénicas que publicés la Suite, op. 25 ye Quinteto para vientos, op. 26, las primeras gr 1, tengo dose cada ver a una seric en todos los movimientos, se sirven de!# | nueva técnica, Al prindpio, aplicd el dodecafonismo a formas mv ales (sonata, variacién). Luepo, a patti novimiento cancado de ales mis a menos trai Diccinueve concribuciones sobre la nueva mistca 7 del primer moximiento del Tener cuarteto para cuerdes, desarclls for jule dgteadiaiens thdated lies ag date ee quemas formales tradicionales (Cuarte cuarteto para cuerdas, Concierto para violtn). También la épera De hoy a mafiana es una comp dodecafénica. Lor alumnor de Schinberg Webcen y Berg fac primeros en adopear el dedecafonismo. Webern lo aplicd en p su escritura proveniente del Expresionismo (Trio para cuerdas), pe Tueg log una notable implifcacign dem ele por Inca as Jaciones seriales como rales se convierten en el acontecimiento musi- cipal (Variaciones para piano, Cuarteto para cuerdas). Berg en. pled el dodecafonismo a partir dela Suite livia para cuartto de ener, pero lo incorporé de la manera me discreta posible asuesilo coma, ticamente fraguado, y también en sus eouructuras dodecaffnicas in- trodujo, mediante ls eleccién de la serie fundamental, amplios com- plejos tonales (Conciero para violin). De eatte los compositores mds jvenes, Ernst Krenek, Hanns Eisler* y Eduard Steuermann** son los que se han esforzade particularmence en una construccién auténo de formas dodecafénicas. i saniite coun itara: a partcularmente aclimatad en Alemania po Lambién tendencias rastreables en ottes pals, para supera la enajena- re li nueva misica y el puiblico que se produjoa partir del desa- récnico de la miisica misma mediante la adaptacién consciente a in del priblico, sobre todo de fa llamada juven- predominante era la de romper Ia reificacién de la mti- alemin, Alumno de § se peg sls 2 ydolicd ws cba la casa pelea, Es sca Ucrani 8 Escritos musicales V sica como un objeto expuesto en un concierto y orientar las formas musi- tales segdn la capacidad inwespretativa de los cjecurantes legos. No sélo haba que superar la separacin entre la misica y cl p bign aquella entre los ejecutantes y los oyentes. Pero, lo mismo que el ideal de tal pos fata del arte en la sociedad actual contradice sus condiciones reales. la miisica comunitaria ha fracasado. Desde el punto de vista musical, exenci : por detrds del estado de las fuerzas productivas musicales; los no hacen cn su mayoria mds que aguar los productos neo Y neoclisicos, cuyo primitivismo se halla en conflicte permanente con el Jenguaje sonoro moderno por doquier presupuesto en ellos. En Alema- nia se afiadié un odio sectario, fandtico contra el individuo y todos los -mentos presuntamente que se crefan mu- sicalmente superados al reprimirlos. Fl espi erpretacidn de la musica deban ser «colectivor». No obstante, frente a las masas la miisi- ca colectivistamente planificada nunca puede entrar en competencia con la industria de grandes éxitos de la muisica ligera. En conclusién, la ru comunitaria alemana ha sucumbido a la miisica politica. Los tinicos eentos de miisica colectivista que realmente trajeron algo nuevo y fue- ron més alld de la vacua aseveracién de la solidaridad fueron las obras de Hanns Eisler. Formas en la nucvi misica: en relacién con las Formas mayores, en jiento musical es donde menos se pueder. detectar tem neoclasicismo manipula mediante la cita tipos ucho la contradiccién de éstos com ja contradiccién es un la de Schénberg sur -0 con las grandes formas ica, en particular la sonata y on, Mientras que ls obras ms tempranas de Schinberg has ja fase expresionista emplean estas formas mismas, mente fayendobe imediance el trabajo motivicoy la plifonta, las obras des! periodo tardio, desde el descubrimiento del dodecafonismo, vuelven # lemas de estas formas tradicionales, como los de la con: in. Sélo el Expresionismo renunci cestablecidas. Pero, de modo caracterfetico, 0 bien se concisas que ni tan siquiera hacen que el problema de la forma apare* “=. | Diccinueve contribuciones sobre la nueva misica 3 ca como el de un enfrentamiento con el tiempo musical, o bicn se sirvé de la palabra poética para la organizacin de las formas. Una ex- cepeidn Ia constituye solamente, por ejemplo, ka tiltima de las Piezas para orquesta, op. 16, el arecitativo obbligatos que se afana por una pro- saica, por entero libre y sin embargo forzosamente dotacién de forma. Los indicios en esta direccién, donde més levados en el monodrama Erwartung. apenas han sido retomados hasta hoy, salvo enel estilo «atemstico» de Alois Haba" y su escuela. Aunque atin, | segundo movimiento del Cuarteto para cuerdas, op. 3 de Alban Berg se aproxima bastante a una gran forma exptesionista en prosa. En Ia esféra del dodecafonismo, mediante el amplio empleo del «cangrejo» también para la constitucién de la for- mz se impone como un principio nuevo la completa retrogradacién, el hermetismo circular. Un modelo de lo cual presentaba, ya antes del dodecafonismo, el cancrizante doble canon del Pierrot haraire. En es Pecial, Alban Berg operé con tales formas: on él se encuentian nume- -ntos recrogrados, bien literal, bien alusivamente, de los jencionarfan | Adagio del Concierto de ctmara, el Allegro misterioso de la Suite lirica y el gran interludio orquestal de Ladd. Una linea parecida siguié Kienck. Berg, en quien a la divisién en atomos musicales mi d planificadora de una gran urquitectura, hizo una y otra vez frente al problema de la gran forma. Entre los resultados mds destacables de su tratamiento formal se cuen- tan el primer movimiento de rica, una forma sonata sin de- ‘arrollo y la emonorrftmica» de Luhi, un movimiento grande, de nuevo ‘etedgrado, que debe su coherencia a un ritmo fundamen mente tratado, En Schdnberg las cuestiones for Plano a partir del primer mos cual, renunciando a una articulaciéi ‘aes se atione a lo contrapone entre si grandes complejos temdticos sin empenarse en el esquema del desarro- Uo y la tecapitulacién. Intenciones de esta indole dominan por com- Pleto el Cuarto cwarteto para cuerdas y el Concierto para violin, obras » por ea Iven a ocupar el primer del Tercer cuarteto par cuerdas, in sonatistica, durante largos pa- tebrico y profeior checo. Fue di weker en Viena y Berlin, Promovis un sistema original de (por cusrtas y sextos de rono). musicales ¥ 4 Es segtin el espfritu, se construyeron de un modo total- , dialécrico, y formulan, desarrollan y se atienen a ninggin esquema preestabl no obstante recurrir para el mer movimiento del Concierto para violfn es una com! ter de sonata y de scherzo. mcr enetal es posible calficar algo como tuna «idea» de la confi guracién formal en la nueva mtisica, entonces querria aducirse como tal idea la dela forma estética: una forma en la que cada aconcecimien- to individual se halla a la misma distancia del centro, en la que con- ceptos como desarrollo y progresién -si bien en las diferentes escuclas por razones por entero diferentes pierden cada vez mas su sentido y ena que, en cierto modo, la miisica se comporta de modo indiferente al tiempo. Stravinski subraya el cardcter «permanente» de su muisica ;6n voluntariamente adinémica de sus mo mo, mientras que en éste Stravinski trata propiamente hablando de 2 ley irrevocable y obligatoria del nuevo lenguaje musical. Motérica: un modo de composi mente predominan- los inicios del nuevo movimiento musical, dees tablecer fa conexidn enere los acontecimientos musicales individual por medio de un movimiento pulsante uniforme c ininterrumpido. est emparentado con el del perpettuum mobile del siglo xx ¢ in de los aglutinantes arménicos maquinal, que ~andlogamente mismo tiempo se afana po: intermitentes, irregulares. Ejemplos sen tas piczas de Bartéke (Allegro barbaro, segundo movimiento del Segu do cuarteto) y Hindemith (Finale del Cuarteto, op. 16). El primit mo y la monotonfa del procedimiento no tardaron en hacerse sei formas de ejecucién del xvlt. Pero se diferencia de éstas por 4 | Diecinueve coniribuciones sobre la nueva musica 75 Ante todo, con ello se trat6 de ayudar a desarrollas, con el mani miento del movimiento fundamental, los contraacentos en grupos rit- micamente iregulares, de modo que dominen simulténeamente la iden- tidad rigida de los pulsos y una maxima mulriplicidad del tipo de compas. Mediante el temprano establecimiento de este princi cjercié la maxima influencia sobre todo en la joven generacién de los patses occidentales. El modelo caracteristico de esta variante del estilo con Hindemith (Primer concierto para intentaron confi | estilo motérico mediante la inclusién Jazz: el estilo de miisica de baile tocada por un conjunio més 0 menos grande ~la «band—salid de América aproximadamente a partir ce la Primera Guerta Mundial y desde entonces se ha difundido por todo cl mundo. Este es, en primer lugar, un estilo de la representacién. En origen se referfa a es parafr ales, bien de rado el conjunto, lecidas, en su mayor parte muy composiciones pre simples. En la. prictica comerei cada vez més. En su lugar ha apar ruci6n, en ocasiones sumamente refinada, de composiciones subyacen- sa cargo de especialistas, ya sean reelaboraciones de standards para Uso general o reelaberaciones especiales para determinades bands Per el material de par i ion més antiguas y ya establ. lanzadas por un pequefio grupo de -n-con mucha frecuencia s6lo poco wz. como tal y pueden ser reclaboradas del modo mas diverso, Una excepcién solamente la consticuyen los «thychm. Sumbers» dispuestos ya de entrada como arreglos icos. La caracterfstica mds palpable del e a prevalencia copa y de am de por sf ce linen en nuevas simetrfas: los «pseudocompases». Ya el simple de cakewath puede concebirse en el sentido d apes 3116 + 3/16 + 2/16 en el marco de un compas de 2/4. Pero lo decisivo que cotresponden al elemento origina- lamente improvisatorio, sino su relacién con un pulso fandamental- 76 Escvitos musicales V mente Bjado de manera mecinicamente rigs, el else marca me- jante negras o al menos se respeta y presenta ticitamente. E] encanto : enslOr del foes esedn viseuledos a la seaultaneided de una cable y a la tendencia a, por asf decir, zafarse de ésta ompicones para, sin embargo, aterrizar una y otra vez ft jazz, podrfa decirse, somete al ejecu- inua: hasta qué punto su conscien- liza» los instrumentos, que quebrar el predominio delo elementos. Ta chapea subjetivamente algo mecénico si mecinico, refleja la misma n. : Histéricamente el estilo jazzistico surgié en parte de la musica vocal americanos (pirieuals y blues), en parte de la sincopada 1a americana (diety), cuyas huellas remiren hasta los afios jo pasado. Desde el minucioso e instructive libro Jazz: hot and hybrid, de W. Sargeant”, los orfgenes negros se han aclarado ¢ iden- tificado en todos sus detalles técnicos, pero al tiempo se ha re- chazado agudamence la creencia en la espontaneidad primitiva del jazz actual. De gran importancia para el desarrollo del estilo debié de ser le introduccién del baile de paseo, que define el ritmo fundamental como de marcha. La disposicién de la orquesta de jazz tampoco es, pues, con- in la de la orquesta militar. Los elementos expresivos provienen 's particularcs incentives arménicos, del Impre- sionismo. La idea del jazz esta emparentada al maximo con la del clown jucs bos and bybri, publiada en 1938 por Ao Le ala conssieuyendo a primera publiaci6e “ ther Schaller Diecinueve consribuciones sobre la nueva misica 7 excéntrico y el cine grotesco americano. Pero hasta la fecha la investiga~ cién ha resaltado mucho menos todos estos tiltimos aspectos que los miisico-populares. A pesar de todo, en la estructura fundamental mel6- dlica, arménica y mécrica el jazz se basa absolutamente en Ia muisica de baile tradicional y, por mas que haya ornamentado 2 &t2, nunca la ha cambiado esencialmente. Las innovaciones se hallan_ predominante- mente en el Ambito de los trucos riz que deben al jazz. las técnicas de ejecucién sobre todo del clarinete, la trompeta, el saxofén, el trombén y le percu: Ya antes de la Primera Guerra Mundial el estilo jazzistico se habia desarrollado escacialmence en el ragtime. Pero éste se limitaba al piano. La primera fad” del jazz se produjo con la aparicién de las primeras bands. Por aquel entonces también surgié el nombre de jazz. Puesto que la idea fundamental y las reglas de juego estin fijadas desde entonces, dificilmente se podr4 hablar de historia en sentido propio. Mas bien se trata de procesos afines al cambio de las modas indumentarias. Tias ello se encuentra ante todo la voluntad de asegurar la venta de lo siempre igual por medio de un atuendo siempre nuevo y de otorgarle a cada atuendo un carécter lo mis obligatorio posible por medio de una rigu- rosa «estilizacién. Con la creciente concentracién técnica y econémica de la popular music industry y con la estandarizacién de los productos que ésta comporta, los cambios de estilo en el jazz adoptan en diltimo término el carferer de Ia mera manipul: En la medida en que existen a jazz, en origes del Lumpenproletariat, ha ado, desproy modestos rasgos perfectamente absorbido por cation industry. apuntaa dos extremes: por un Iedo, al lijado de tod: lis idn de todas las «asperezas» en favor de un sonido , ido edulcorado posible; por otra par- ideal de incorporar la sincopa y el pseudocompds a un artesanal- Mente clegante, virtuoso sistema de truc a el refinamiento ritmico y la inocuidad. Los tér itarios de sweet y swing de- terminan estos ing fue en principio un contramo- * Fad: en inglés, amos # Excritos musicales V | Diecinuere cansvibuciones sobre la nueva mitsica 79 vimiento que partia de las mejores bandas en contra de la estandariza- formacién de un acorde que contiene seis diferentes alturas (do-facl cién y el desmoche y en favor de una prictica mas audaz y espontinea, bemol-re bemol-do bemol-mi doble bemol) yen el que, separados entre pero la industria se apoderd enseguida de si por la disposicién, aparecen simulténeam. bemol-do-re bemol-mi doble bemal que mediante el Desde Debussy la influencia del jazz sobre gunda menor erean la més aguda dizonancia; un acorde, por tanto, del ambos continentes ha sido relevante. Mientras que. tipo que, particularmente durante una determinada fase de la libre muchos composivorcs se ratado de escapar a au aislamiento atonalidad, desempefia un gran papel. Tales disonancias puede mediante la insinuacién de ‘de baile fina y eenicamente ay dencemente, explicarse todas el zada, con la esperanza de conectar con el mercado, se ha de admitir que tampoco en la producciéa auténoma existe apenas un nombre que no particulares fuerza expresiva y haya reaccionado de un modo wulo del jazz. Al margen untuacién pasan de tal modo al primer plano que adoptan el cardcter de la supuesca conformidad del jazz con la época, desde un punto de de una cierta autonom{ay en gran medida se aprehenden como «acor i ica por el hecho de que la eman- des» de indole propia, independientemente de su génesis en el esquema arménico. Esta cendencia a la autonomizacién de la disonancia au- tanto en el Wagner tardfo que ciertos sonidos simulténeos, como los acordes de la forma en El ocaso de los dioses (amenaza de motivo de Kun- en La exclam: mforcas! jLa he- in més como acordes gufa. En todos los sucesores cial del acenco sobre 1pe fuerte del comps jazz. Nombrese aqui slo a Mi «a tocar), Kurt Weill (cuya Opera de los res peniques se toca desde al prin- éipio en ). El resultado més importante del en~ cuentro podrian se pero sobre todo hy woria del soldade. En esta co punto de inflexi fica el acorde del reconocimiento en. Ia escena de Orestes en la Hebira de Richard Strauss, que contiene iete alturas diferentes, No aparece ya como expresién de la desespera- i6n, sino para reflejar las sensaciones e! izaci6n de todas lantes, de que ocupa el y de la que en las ps ras del Placer y disonanci la disonancia se produ) concepto de durante el Romant es el sostén mis esencial de la expresién, simbolo del dolor y el sufrimiento. Al mismo tiempo t ficado puramente musical, a saber, el de sustraerse lo maximo nal de tiadas, ical mediante un recurso idm compositiva y, por asi decir, se interpreta a través de ésta. jonancia en la nueva mitsica: el punto de crist nuevas tendencias de fa armonfa es la di wancia es capaz de adoptar la expresions el contraste de co i 10 de disonancia. Lo tinico que si- disonancia. Al final de esca embargo, ya no se pro- las disonancias, incluso las més auda- tos y revocados por lo x1x Wagner (La valguiria, acto 1, compas antes de la gran exclamacién de Wotan «Oh, sagrada infamia!») recurre a la 6 Evcritos musicals V ema tonal. El primero en forzar la totalidad de la disonancia fue Amold Schénberg, el cual desarrollé al mismo tiempo que la evolu- cidn expresiva de la disonancia a éta de un modo puramente musi ir de la construccién, y extrajo de esta misma las consecuencias vas. Su critica tedrica al cee sonido ajenoa la armo- nia, su introduccién de inversiones de acordes ces prohibidas (ya en la Noche transfiguradd), la Ja cada vez mis intensa insercién de la séf y de la novena rd superposicién polifénica de enteros complejos arm« odo esto apunta en Iz misma direccidn, de la disonancia como el perentorio de la seleccién in embargo, en la difustén del principio dela divonancia ros autores, La armonia impresionista fue parcicular- Tete deol po Revlon cei delaawanomizacion dla i Al 105 se encuentran en el Schreker* temprano. {Bs oporetin acu inde stolen en el Romanticismo, Savina ha convertido la dizonancia en la imagen del dolor fsico extremo (Consagraciin dela primavera), \a ba empleadto como explosivo de la sculuray musical mediante l disociacin de la armonia cn «nota fa samy finalmente, en el neoclasicsmo para el endurccimicnso de la a . El empleo de muy largo alcance de la disona: Barre weralta en parce de la egualeacion dela coma impresionista ara Is segunda menor, en parte de la voluntad de crear tun equivalen- fecen la musica artstica al intervalo de la neutral tercera, propio de la tmdsica popular, mediante el acoplamiento de Is menor y la mayor (algo demostrado por E. v. d. Niill**). Siempre que en la nueva miisi- = Fram Schckor (1878-195 prota del Madrona ms {Blonde iganeearenada on 1912 Camo docete sompuro a Schonberg ch la Academia fiqueza ancy, foes se peas de Se le conde epreenante seep atts Se st Idea pac, Foe arr de Opera extinct ead lout coo Der frme Nang sea ae eee eeae ane en Musik (Béla Barték. Una contribucién ala morfo- Diecinueve consribuciones sobre la nueva musica 8 @ aparecen disonancias, se hace palpable uno de los ipos de trata miento de la al movimicnto te parece darse con el hecho de que cualquiera inicos conduce virtualmente a uno que presenta las aleuras de la escala cromitica que aquel mismo no contiene (armo- fa complementaria), Esta tendencia, rastreable desde el Tistd de mejor conformada esté cs en ciertos momentos del Expresionismo pensados de manera mis homdfona, por ejemplo, en Fruvartung y en la miisica dodecafénica. El giro conformista de la nueva musica coin side en gran medida con una atenuacién de la disonancia por medio desu reinsercién en el esquema tonal. de los sonidos poli Orquesta de cdmara: una forma de conjunto exiscente desde hace 35 afios y absolutamente caracteristica del nuevo movimiento musical en sentido amplio, La primera obra para orquesta de cémara es la Sinfo- nfa de cdmara (1906) de Schinberg. Por tn lado enteramente diseinto se acerod Richard Strauss a la orquesta de cémara con la Ariadna. Las dos obras ejemplares para orquesta de cimara, a las que siguieron nu- fucron el Pierrot funaire de Schonberg y la Historia del soldado de Suravinski. La idea de la orquesta de cdmara no se define por une plantilla determinada, El abanico de los medios empleados puede alcanaar desde la pequetia orquesta clésica hasta la mas pequefa plan. tilla cameristica, La Ariadna st fa de cdrma~ esel he 7a de timbres, que va mucho mids alld de la mara determinada por el cuarteto de cuerdas, se pone al servicio del ideal de los efectos solistas. Los vientos madera desempefian ahi un Papel especial, mientras que se niegan las infinitas perspectivas de las Guercas de la orquesta neocromédntica, asf como los wefectos de pedal» de las trompas. Fl principio bdsico de la orquesta de cimara cnnsisce n disolver el com, ipacto y Auctuante sonido del ati en una transpa- Fencia en si completamente articulada. Aunque aspira a un extraordi- mrio refinamiento de los efectos de color, la orquesta de cdmara esta al mismo tiempo determinada por al deseo de representar lo mis ade. suadamente posible, sin accesorios omamentales, i sin voces arm6nicas de relleno, la Fequisitos de la polifonia real nwicales V a Escrieo papel decisivo: los quince instrumentos de la Primera sinfonta de cd- ‘mara de Schénberg se escogieron para poder hacer lo mds patentes posible los en parte muy intrincados procesos contrapuntisticos. Ast, In idea de la orquesta de cdmara esta emparentada de la manera més esuiccha con la del «objetivismon. Entze los compositores més recientes. | obra completa de Hindemith es la que mds se determina mediante la técnica de la orquesta de cémara. Nueva polifonia: la vendencia a formaciones realmente polifénicas, que es earacterfstica, si bien tampoco en absoluto universal, de la nuc- Ya miisiea, no se puede comprender simplemente como contraataque ala prevalencia del pensamiento acérdico-homofénico en todo el pe- riodo del bajo continue y sobre todo del Romanticismo. Tiene fanda- mentos técnicos mucho mds determinados y es una funcién de la nuc- va idea de composicién misma. La aspiracién a la economia perfects, que se remonta a Brahms y, propiamente hablando, a Becthoven, tras la exclusién de todo lo contingente, no surgido de la sustancia teméti- camisma, conduce necesariamente a tuna formacién exhaustiva de todo Jo que antes era mera voz arménica de relleno. Lo previamente acci- dental se pone en relacin con el acontecimiento temdtico principal y ‘con ello la voz secundaria se perfila y autonomiza cada vez més. Es absolucamente definitorio de este proceso el hecho de queen el Schén- berg temprano la mayoria de las voces de acompafamiento se obtie- nenyy se fjan a partir de «restos» de las voces principales, mientras que Jos acontecimientos principales ya han cambiado. Ademds, debido ala cteciente densidad y concentracién de las relaciones teméticas, la pro- lija sucesién de exposiciones y desarrollos tematicos se siente como desconcentrada y debil. La co temporal envueive una concisién también de los acontecimientos si- multdneos, sies que no deben disociarse las dimensiones horizontal y vertical del componer, De ahi la propensién a, por ast decir, superpo- ner y tratar contrapuntistica-combinatoriamente los desarrollos que fants aparecfan yuxtapuestos, Este paso es particularmente claro entre ) Primer cwarteto y |a esencialmente més breve Primera sinfonia de ¢d- mara de Schonberg, cuyo gran desarrollo, asf como las partes posterio- res, consisten esencialmente en una complicada candnica y en combi- naciones temdticas. La tendencia armonica a la disonancia se ajusta @ ello muy adecuadamente, primero liberando de la polifonia los soni- Diecinueve contribuciones sobre la nueva musica Impresionismo musical: el uso el Impresi os manera los reflejos subi £n cuanto concepto estilistico el Impresionismo se ha de concebir de un modo mds estricto, a no ser desertie ms esrier, a no ser que deba fundirse toralmente con la tica misica ambiental cal, por Impresionismo por medi relacién con el mut mienco técnico. Pero por ello se ha de entender antes eo " nder antes que nada aquel » ue copi6 la: musica de la pintura del Imp Gattis Pecan a tante pensar siempre y en todos lox casos en la reproduccién d Presiones», En esta asuncié D ds haus Corresponde el del 0s, tal como oF jsi6n de las telaciones de Ia secuencia todo del i ° a escritura pianfstica de Liszt y de la técni sida de ésta, El ideal de tal so1 uevelad 83 dos conjuntos que antes se habian exch ‘abian excluido, Inego por ser ya virtual- mente polifono todo acorde debido a su propia i a timo, las eenicaspolifSnicasde a mitateiay ts ondmea ee es jtatoria y la canénica pertenecen, tras la desintegracién del sistema tonal de referenc! é abrios del consistenclainiasteal, ese a ue precicaran a goes ad icilmente adopta el caricter de lo mecinico, y Schonberg mosied ura Youtiwcdsbuancuck 2 ee Propiamente hablando, la primacta de la polifont bt primacta de la polifonta sélo vale en la escuela de Schdnaberg. El dodecabnismo tering ontwon epee de escritura polifénice «pura», Kenck tiene tendenciat originerias: sa Faertementepolfnicas. La polfnia de Hindemith surge ex athe lel recur a In vieja ides, en partea In instrumental: en cel problema do amino de pif reve may roe vor dela coherencia del movimiento. En conjunto, es en el significado de la po lfonta porto que el exilo de a nueva mica en el Ceorno de Alot, nia ~antes de Hitler~ se diferencia del de los pafses 01 como de los eslavos, los cu jentales, asf in aménica, : ingiistico popular comprende bajo mo musical toda musica que trate de fijar de alguee ‘08 a los estimulos del mundo visible. Pero ica de programa, por una parte, y con la tardorromdn- otra. Entonecs no se habré de definir el le la de coclos modos siempre problematica objetual, sino por medio de! propio procedi- al i rn concepto pictérico de la atmésfera le ido lotante, no ligado a determinados contor- ariamente results de los efectos de pedal sobre orquestal dedu- nido envuelve la disolucién de todas las @ Ezcrivos musicales V superficies compactas. A las «comas» de la pintura les corresponden miusicalmente minimas unidades sonoras, ala manera de gotas que se desdibujan en un todo opalizante, enormemente diferenciado y que evita cualquier articulacion mas grosera, Esto no sélo lo propicia la escritura instrumental -por ejemplo, el /aisser vibrer del piano-, sino sobre todo la eleccién de los medios arménicos. En la medida en que ton los acordes se incluyen arménicos més lejanos, en cierto modo en Cada sonido se compone realmente de modo exhaustive su «vibracién» irracional, que, por lo demds, meramente aparece como funcién de Ja percepcién subjetiva. La férmula arménica més usual que lleva a cabo esto es el acorde de novena mayor, mientras que en cuanto ~

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