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‘Aurora Marquina Espinosa es proiesora de Antrapologia en el Departament de Antropologta Social y Cultural de la UNED. Sus campos de estudio han sido los tupos eAnicos en Espafa, ia reac entre marginacion social y violencia, creencias actuales y nuevas movi- ‘iio sociales, En los uitimos afi se esté empleando activamente, junto con las aseciaciones Foro Humanist de Educacidn y Muncia Sin Guertas y Sin Violencia, de Ia que fue une de los miembros promotores, en la formacion de profesorado, desde preescoiar hasta universidad, en una educacién de la no-violencia, ‘que lleva a reolantearse el concepto actual de educa- cid. Tanto lateoria "oma la practica han sido tomadas del Humanismo Unwerslista aged de clon’ RUL Cn aa nt ae tre oY Pr eo? @ Aurora Marquina Espinosa (comp.) CLADERNOS: DELAUNED EL AYER Y EL HOY: LECTURAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA Volumen I Hacia el futuro Untversipab NacioNaL DE EDUCACION A DISTANCIA CUADERNOS DE LA UNED (35259CUI1A01) EL AVER Y EL HOY: LECTURAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA. HACIA EL FUTURO. VOLUMEN I uetan rigurosamente prokibidgs, si fa autorizacion escrtia Ge fos nauares del nCopamia, aja las sanciones estubiecidas en as leves i reproducetan total o parcial de esta obra por cwalguier medio 9 procednsent, Homprendidos fa eprografia el tratamiento informatica, * ta distribu ich ie wmiptores de ella nietiande alguer 0 prestarno publices © UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA - Madrid, 200 Libreria UNED: Bravo Murillo, 38 - 28015 Madrié Tels. 91 398 75 6073 73 E-mail, hbreria@adm.tned cs © Aurora Marquina Espinoss: ISBN (olumen [: 84352-48201 ISBN (Obra Completa! §4-362-4818-X Deposiia Tegal: M. 24433-2004 Primera edicion: septiembre de 2004 Lepeeso en Espana - Printed in Spain tmnprime: Impress ¢ Revisias, S. A. IMPRESA) 4 mis progenitores: oltva espinoxa y basitia margnina 1a sus rerostos: nines, auro, menchu, pill, ita tov tre, dis, nena y jave {INDICE Agradecimiento ... Imroduecién, Aurora Marguitta oo... Situando la antropologia politica 1. Contrapunto I: Desaparieién y olvido: las posibilidades de la me- moria. Eduardo L. Mendoza 2. La Antropologia pollen Nuevos objetivos, nuevos objetos, Mave Abels. 7 3. Sistemas politicos afzicanos. Meyer Fortes y B. E. Bvans-Pritchard ... 4. Antropalogia patttica Ronald Cohen. 5. Antropologia politica: Bl andlisis del simbolismo en las relaciones. Abner Cohere u Algunos ejemplos de poderes y gobiernos 6. Contrapunto IT: Connmwitias: Modelo ¥ Proceso. Victor W. Teter an. 7. Jefaturas, reinado y poder colonial: Evolucién de la estructura po- Iitiea de los Bubis en la isla de Bioko. Nuria Pemandez .. 29 au SI 7 7 127 157 139 18) ELAYER V EL HOY: LECTURAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA HACIA EL FUTURO 3. Hombre pobre, hombre rico, gran hombre, jefe: Tipos politicos en ‘Melanesia y Polinesia. Marshall Sahlins . - 215 J, Amigos y enemigos: manipulaciones y estrategias en la dindmica conflictiva de un pueblo andaluz. Enrique Luque “ 239 ). Camino de los muertus, camino de los vives. Las figuras del cha- manismo en las comunidades aymaras del altiplano boliviano. Giltes Riviere 267 L. El gobierno de las eastas; ju Louis Dumont sn 288 2. Escritos para el poder femenino, Foleo Pegers Reeves Sanday. au um uestiones de estado... 351 3. Contrapunto Hl: Cuatro cartas, cuatro propuestas de accion so- cial. Cartas a mis amigos. Silo (Mario Rodriguez Cobos}... penne 383 s. La sociedad contra ef Estado. Pierre Clastres.... 3. ¢Violencia étnica o violencia de Estado?: nacionalismos estatalis- tas, ctnonacionalismos ¥ minorias étnicas. 389) Bstdora Moreno a au 5. Los liberales del champagne v las nuevas clases peligrosas: Figuraciones de clase, identidad y Droduceton cultural. Jonathan Friedman vs M vs 435 j. Rstrategia flamencas para Bruselas: guna batalla apr Christiane Stailaert see 43 B. Violencia ¢tarra y etnicidad vasca, Juan Aranzadi a Vv piloge.. . 537 ontenido del Volumen I, El futurc..... 533, Agradecimiento En primer lugar y de manera conjunta quiero expresar mi agradecimuien- to a (odas las autoras y autores, y a aquellas editoriales que conmigo han compuesto este Volumen. A todas ellos doy las gracias, pues, sin su colabo- racién y previas publicaciones no hubiera sido posible mostrar este masaico de articulos. Aungue el agradecimiento en intensidad es el misino para todos, quiero mencionar a la pionera editorial Anagrama, y sobre todo a su compilador J. R. Llobera por facilitarnos lecturas de antropologia. en un momento en el que en este Pais, casi no se podia respirar. También quiero mencionar a antropélogas y antropélogos que, aunque no figuren en este trabajo que presento, me han facilitado e] acceso a deter- minados articulos. como Honorio Velasco, compaiiero de muchos atios en la UNED, Mercedes Fernindez Martorell. José A. Fernnder de Rata va Ase cension Barafiano por partida doble porque ella también hizo lo suyo para que la revista Antropologia, editada por la Asoviacion Madrilefia de Antropo- Jogta, saliera adelante v cada vez mejor. Es una lastima que haya desapareci- do por incomprensiones. Aunque ajeras al campo de la antropologia de momento, quiero mencio- rar y agradecer a mi querida hija Rut que ha elaborado el sugerente dibujo para la cubierta de este libro de lecturas, ¥ ami amiga Monserrat Prieto, sin Ja cual este trabajo se hubiera transformado, como decia mi madre, «en la obra de! Escorial», No podia dejar —cen el tintero?—. a dos personas de la secretaria de esta facultad, Maite y sobre todo Valentin Martinez Pére7 que siempre esté solidario, dispuesto a echar una mano en Ia domesticacién de las maqui- nas, Gracias. Por ultimo, y de nuevo a todas y todos los autores, gracias y mis mejores deseos para vosotros. INTRODUCCION ¢La Antropologia todavia tiene que luchar para escolonizarse a si misma y a sus modos de pensar avid Scott (1992) En primer lugar daré una breve explicacion acerca del titulo del libro, pensado para los alurnnos y alumnas de la licenciatura de antropologfa poll tica impartida desde UNED, como complemento al manual recomendado y seguramente, para aleunos despistados que al hojearlo se digan: «parece inte- resante», En ningtin caso estd pensado para especializados antropélogos 0 antropélogas, aunque, por supuesto, no vamias a quitarles el gusto de leerle si ese es su deseo. 1. El ayer y el hoy Elayer y el hoy responden mds que a una separacién entre el pasado y el presente de la antrvpologia politica, como si se hubiera dado una variacién cesencial en ella, a una separacién entre: Los autores considerados clasicos —W. H. R. Rivers, Morgan, Claessen, Cohen, Fortes, Lowie, Pritchard, y un gran ete— que abordaron los objetos de estudio de la antropologfa politica, bajo la bota de los Patses Coloniales, cn un ambiente epocal en el que los seres hurmanos no procedentes de dichos paises eran tenides por «primitivoss, por hombres poco evolucionados, que necesitaban de los paises europeos y del norte de América, exceptuando México, para poder avanzar y abandonar sus costumbres salvajes. El evotu- cionfsmo lineal y el etnocentrismo occidental, junto con el avance del capi lismo ye cristianismo, sobre todo el protestantismo, fueron ideologias doi nantes y desde esa éptica se abordaba el cstudio de los otros, aungue no faltaron voces de los primeros antropélogos como dice Joan Vincent que, a menudo, se mostraron mnuy criticas con las consecutencias de la dominacion europea, asi como con las consecuencias sociales y polfticas de la industriali- zacién y urbanizacién masiva. 14 ELAVERY EL Ht LECTURAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA. H ¥ los autores que, aun no siendo catalogados por ellos mismos como postmodernos y los que sf s€ consideran postmadernos, han vuelto la cabe7 3 mds bien la mirada, hacia las gentzs que conforman la sociedad para verlas ‘vernos) en sit cotidiancidad, como seres bumanos can dificultades y proble- mas pero también con goces ¢ intenciones ¥ que, ademas, utitizan un lengua- fe «nuevos que, a veces, me resulta diffeil de digerir. La antropologia politica ha pasado de estudiar los sistemas politicos de 1as sociedades «primitivas= como si debajo de ellos no hubiera personas que se interrelacionaran con las dliteso: cabecillas, jefes, grandes hombres, reyes, nobles, jefes de estado, etc., a dar importancia a esa mayoria silencia- da que parecia no tener vov... ni vida. Ha pasado de estudiar sélo las socie- Jades primitivas, a estudiar las formaciones politicas de Ins sociedades occi- Jentales tenidas por nc primitivas, y ve vio que dependia de la éptica que se cligiera para analizar qué er lo mejor y lo peor, lo mas avanzado y lo menos warzado, que alguna: dv las sociedades tenidas por primitivas, daban res- puestas mis satisfactorias a la hora de resolver las necesidades de su socie- dad que algunas de las tenidas por civilizadas. “Temas tan candentes hoy como el debilitamiento de Los estadios naciona Jes, 1os nacionalismos, los Procesos de identidad, e! aumento de la violencia, la proliferacién de movimientos sociales de distinto corte: étnicos, religiosos, misticas, ecokigicos, etc, ¥ el avance de la glabalizacién, fendmeno sobre todo econdmica propio de la voracidad de la banca y de la idcologia neolibe- ral, no afectan sélo a ciertas Sociedades, ni son exciusivos de ciertas culturas, con problemas que junto a otros, come puedan ser la pérdida de sentido de la vida y la desorientacién. afectan a todo el planeta, No es indiferente lo que haga la administracién Bush solo para los norteamericanos, porque tambien afecta a este pats en el que vivimes ¥ afecta & los filipinos v @ ese pequeiio poblado yanomamo de ta selva amazénica. Ese ayer y hoy, en fo que a los autores se refiere, va a quedar mezelada iremos y vendremos de im0s a otros ¥ as{ encontraremas en el primer apar- tado en que comparten espacio M. Abelés, junto a Evans-Pritchar 0 Nuria Feméndez, mentalidades y generaciones diferentes pero entcecruzadas como entrecruzado es el tiempo, é5€ tiempo que no es lineal, como nos lo da el reloj oe! calendario, sino ese tiempo de la conciencia, siempre lanzada a futuro, siempre iras un objeto, es® futuro que coma algo mégico hace el presente ¥ modifica el pasado. ¥ esta es la segunda intenciGn que me lleva a decir el ayer vel hoy en la antropologia politi 2. Et futuro No menciono el futuro en el titulo porque crea que, en este momento que nos toca vivir, Ing imagenes a futuro estén muy desdibujadas. Hoy se experi- EXTRODUCCION mena una fuerte desorientacion tanto personal como social respecto a lo que viene y a Jo que se tiene. Este tipo de registeas psicoldgicos son muy propios de épocas de grandes cambios, de cambios veloces, Esta «desazdn» de la desorientacién, que hace que et ojo gire en todas las direcciones ¥ no encuen- tre reposo, no centra un punto hacia el que dirigirse, no encuentra referencia, no ve futuro. La antropologia come las otras cicnclas, no escapa a este torbe- llino, tambien ellas andan desorientadas, han perdide ei Futuro, ese Futuro que nos habla del Sentido de la Vida, Bse futuro enmarcado entre las pre- guntas: ,Quién soy? y Hacia dénde voy? Futuro con mayiscula porque tiene que ver con la direccién profunda que Neva la vida y los procesos humanos. El futuro con minuscula, es coyuntural. Va desde, manana me voy de compras, voy a votar hasta, voy a estudiar Ia ley del menor, o voy a descubrir clarma que mata hombres y no destruye el paisaje urbano, etc. Desde esa falta de Fururo que percibo en la antropologfa yen este caso en la antropologia politica, es desde donde me sumo la idea de David Scott de ‘que ia antropologia tiene que luchar para descolonizarse a si misma ya sus modos de pensar. Tentemos que tomamos cl empenio de aclarar el futuro para que el hoy cobre sentido v también ef ayer Cuando hablamos de antropologia, hacemos alusién al estudio de las diferentes culturas que los hurnanos nos hemos ido dando, para establecer y mantener relaciones que nos permiticran avanzar sobre las dificultades que nos vamos encontrande a la hora de hacer la vida, Este hacer la vida atiende tantoa lo interno, psique v alma como la denominan algunos pueblos y espt- rilu; como a lo externo: aquello que realizamos afuera y modificamos, inclu- yendo el propio cucepo. Si estudiamos v comparamos culturas, las preguntas arribe formmuladas aquign somos» v chacia dénde vamos», en c! terreno personal y social, no se han podido pasar por alla, Sencillamente, creo que desde la an:ropologia no han tenido respuesta, Es mas, vo dirja que por la «cofonizacién» que pade- cemes han sido obviadas, desprestigiadas v en Jugar de Jos spa bless, vayan grabande que un pats es una empresa ye] que woo leo Toque no da rendimivato se «tira, camo me hizo notar un informan- te bumanisia, en Argentina EL Hamunisons en tas difnenes extras. Anwatiy 1994 Contco Mundial de Estudios Homamisias ed. Vital, Santiago de Chile INTRODUCCION _ . 19 2. Se aprecia una gran tendencia al individualismo el cual lleva necesa- iamente a la lucha de la supremacia del més fuerte y 2 la biisqueda de éxito a cualquier precio. Este individualismo que cada vez mas apunia a un stodos contra todos», ha generado politicamente una serie de estados, los Hamados estados del cbienestars, quc han prosucide en algunos lugares, una situacin de abundancia, donde las grandes masas estan desviando su descontento hacia aspectos secundarios ie la situacién que les toca vivir (por ejemplo: el malestar individual y social que se experimenta, se pretende resolver a través de viajes, cur. sos, cuidados corporales, etc.). ¥ a la vez las poblaciones menos favo- recidas esperan que les leguen tiempos mejores, Hoy pocos cuestig- nan el sistema global; y la aspiracién de esas menos favorecidos, es llegar a ser como los poderosos. El sistema es competitive y pone coma modelos a los «triuniadores>, aunque ese triunfo vaya acompaiiade de sangre. {Miremos a los prohombtes y estatuas ecuestres que adomnan muestras ciudades! Esto esta produciendo un gran giro en el comportamiento social, Muchas de aquellas personas de antaao y de hoy, que militaban en partidos politicos, sindicatos y asociaciones informales, para produ. cir cambios, se estan quedando vacfas de propuestas y se est produ. siendo entre ellos una gran fragmentacion, que no soio alcanza lo gru- al, sino también Jo interpersonal. El tejido social se deshace. Esta ruptura del tefido social esta siendo reemplazada por las estructaras que producen bienes y ocio colectivo, bajo una misma direccién: la de una ideologta dominante que ha puesto el énfasis en el dinero como valor central 3. Al tiempo que el tejido social se deshace v las grandes masas de las sociedades del «bienestar» miran hacia otro lado, se esté dando un gran aumento de la violencia, Cada vez. con mayar inteasidad aquellos pueblos gue se han visto esquilmados, manipulados, explotades por tas grandes compaiias ¥ esclavizados por la deuda externa, tienen que abandonar sus lugares de origen para encontrar en otras sociedades alivio a sus males. Y -qué vemos que encuentran all? En ta mavoria de los casos nuevos y voraces explotadores, muchas veces por desgracia aisanos suyos, aunque también encuentran gente que les apoyan v denuncian la explotacién a la que son sometidos ‘Se encuentran en paises exiraiios, entre gente extrasia que les ve en Iuchos casos, como enemigos, porgue los gobiernes y la banca. se ‘ocupan de hacer creer a las clases autdcionas menos favorecidas, que del que ida no fara todos, ya que cada uno construi- do nuesto propio palaje™Veamos Io mitadalaneada sobre la Flan > Ver en Diccionario del Nuevo Humanism (awwsextocontinente com Palaaje de formacin, La ubjezcén personal en cualquier momento repre bechs pany de hechos miso then pues el ars oe suc tc eae soe as 22 _ PLAYER ¥ EL HOV: LECTURAS DE ANTROPOLOG{A POLITICA, HACIA EL FUTURO entre ] capital y el trabajo, no sera la misma para el capitalista convencido de las leyes del mercado yl resgo del enpital, que Ia del marxista 0 que Ia humanista que equipara el capital al trabajo. Y por supuesto las consecuer clas en las politicas cconémicas y para la vida de los trabajadores serdin bien diferentes. 6 la Este miray activo de Ia conciencis, mas la comprensién del papel que innagen descmpeta como orien‘adora y movlizadora de la accién, nos ayur dara a entender mejor 1o ya hablado sobre el futuro y. Au conservanda el hora orginal cx ee a siones familiares, a represion y homogeneizacion del lenguaje fue realmept fotable, incluso para los propios espapoles, ya que sus js no hablar 2 ; lc sus padies, hablanén cargentino» mas alla del origen catals? ‘asco, gallego 0 castellano de sus progenitores. La violencia cultural se eje?~ Gi6 a través de uno de los principales mecanismos de identidad de un gre ¥ expresa simultaneamente el proceso de cargentinizaciony acelerode el tistanctamiento y desvalorizacién afectiva de la cultura originaria, El «galle- so expat erusr (hie stureo> arabe) 0 el stan» italtano)y 3 su cultura serdin negadas o subalternizadas respecto de lo argent ho por propio js Como verre ext Tepcion paar dal gue lo argentino» se conatruye en gran medida través de a cultura de esto® migrates o cua se express uo» aspectos mis nconscientes dea cult Tasoime pueden ss comida, lox bebidas getcuaeione oe forma de Bi uso inmediato cic um ienguaje que se esté constitt . " We Se ests constituyende ea idiom ~atgentino» exprse el proceso de «desaparsin> de a cultura tradicional de os pares; v mejor dicho, expresa un prceso que incluye (aparece) ¥ mgt (desaparece) simahsneamente la cultura paterna/materna, relacién gue debe subravarse dada ia faerie teioncia de los lamigraiesy, sobre todo, de 108 ies de inmigrantes a casarse cn persons de otro oxigen etnico, regional © al. Es decir, un proceso en el que desaparcce la cultra de lon padre: bro enel que reapareceintegrada en a naeva cultura cotdiana, La vida cot lana, elaborada en gran medida por les immigrants ysis hos, no seferis3 a. cwtarsorgiati, snow ransormacin hl» stl ce se sucieinales, de tal manera que el chuleton navarro pasard a ser el «bife de chorizo» Is pamillads erarens pasar a serl parila angentina » doe tminados panes de Parana pasar a sere) pan rol a tora ta, comida® gue los argentinos denifcan —» en alin momento etiicaren—con ss formas adieionales no solo de comer sine de ser Se genera un efecto de ruP- gue transforma la cultura originaria en parte sustentiva v simultanes mente olvidada de li «nuevas cultira cotidiana. “ovate El aspecto mds decisive de este reso resi pobacn inmigtante, Bancameate etl teas de aves decals Soe «Mow un hate amc swe RSE ANE Do aad i hes omens wae Sec US aplenty nie la manera de ser ¥ de hablar parteha, Elles etintes parade Bee. cuore ubcat tle ab 3eC Ye nepaba lasutiedad dewrizen dc estas auyetoss nn aT Stes Tues Forman Oe 40 _EL AVER V EL HOY: LECTURAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA, HACIA PL FUTURO condmico y especialmente en las urbanas, pasar a expresar la sociedad y/o las formas de sociabilidad dominantes, mientras que Ja poblacién nativa desaparecer 0 se convierte en poblacién marginal *. En una investigacion (hie nealicg a comienzos de Ia década de 1960 en wna comunidad de doce mil habitantes en el centro de Ta provincia de Entre Rios enconiré que los Ine ggrantes falianos y espanoles y, sobre todo, sus hijos, asf como Tas institucio- es creadas por clias, se convirtieron en el término de unos cuarenta ahos en Ta sociedad que representa fa cultura argentina a nivel local, ademés de pasar ‘peer los sectores con mayor capacidad econémica. Mas atin. en el caso de la jnmigracién espafola seran los miembros de la primera oleada migratoria procedente basicamente de Asturias, el Pais Vasco y la 6 witalianidads, pero sus referencias, ée Jo que realmente hebla- an, ese en Io cual expresaban su saber por su pasado referfa inevitablementc 2 aus localidades de origen, a sus pequcfias 0 medianas comunidades donde fa run ciudad, ly repidn 9 la nacion podfa estar presente, pero en un sentido Sumamente abstucte angue esto era mds acusado en los italianes. © Baro pur supacste ne ignora gite parte de a ented de las mtologins y ips de soe bila sorte ds To slag alta argentina, especialmente de be buigueie rervatemente gue Lor pee oae Set tues sel ple NDC smeiadu de siglo 8 CONTRAPUNTO I: DESAPARICION ¥ OLVIDO: LAS POSIBILIDADES. at Laexperiencias y las narraciones en précticamente todos los casos referian a las romerfas locales, los santos del pueblo, ala forma de pintar locatmen- te Tos carrion — parte wma el proces de apace 44 _EL AYER Y EL HOY: LECTURAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA. HACTA EL FUTURO Pero las desapariciones reales e imaginarias son también parte de una socie- ded caracterizada por un fuerte maniquefsmo ideolgico-poiftico e ideoldgico- cultural, La historia argentina supuso la constitucion de una sociedad. polariza- da sucesivamente: entre europeasfindios; godos/criollos; unitarios/fedcrales; pucrtofinterior; conservadoresiradicales; peronistas/antiperonistas; nacionalis- tas/zurdos (izquierdistas), Estas divisiones pueden ampliarse segtin los momen- tos y tipos de relaciones dominantes, pero la mayor fa fueron. vividas como incompatibles, coro implicando el exterminio real 0 imaginario del otro. Esto no implica por supuesto que tal extermminio operara, ni que en cade momento el tipo de relacién tuviera los mismos contenides idenlégico-politi- ces, lo que trata de recuperar ¢s cl dominio de diferentes formas de mani- quetsmo social negadoras del otro en el desarrollo de nuestra historia, Violencia, desaparicién, maniquefsmo, olvido, constituyen elementos sustantivos del prceso de continuidad/discontinuidad cultura? dentro del cual se constituyeron nuestzo imaginario social v nucstras subjetividades. Desde esta perspectiva, el hecho de que nuestro libro «nacional» sea el Mar- tin Fierro de José Hernandez, v que escritores emblemdticos como Borges jugaran literariamente con mitologias de «cuchillerosy expresan. esa larvada shoranza de coraje y muerte que forma parte de nuestro imaginario. Mas iin, casi toda ia obra de Borges expresa la opcién por las mitologias como invenci6n del recuerdo, asi como la negacion de la historia real de los argen- finos. Su escritura negativa hacia los inmigrantes externos ¢ internos eviden- cia, posiblemente mas que ninguna otra expresién de nuestra «alta cultura», Ta necesidad de una cultura «neva» separada de sus origenes reales. ¥ miti- ficados en una historia de corajes y muertes ejemplares, que coloca entre paréntesis (los desaparece} a los inmigrantes. Sin negat, por lo tanto, a particularidad del proceso operado entre 1978 ¥ 1983, dicho lapso debe ser remitide a las caracteristicas de continutdadidi ‘continuidad que hemos intentado describis, para reencontrar algunas expli- eaciones que vayan mas alla de lo fenoménico y covumtural sin, por supues- (e, disolver las especificidades de cada momento" El proceso sociopolttivo que se desencadens desde mediados de los sesen- ta supuso la apariciGn de una serie de concepciones politico-ideologicas que © anand publegle deterinaln ravecovinn celtorate, oe itcyende aspecton imyertmice dl psn mgt de neers carl de ian cane pepel a farsa, dl searing de amigas qu Oesarellaon desi de pesos iia sitar ene nae onan ek MN litesencia Este nueva eres sustectad en ins scsWasoleodas mlgpsiovins aparece Sle Unsicuneateepacs en mvc ecard prmana vwecucana da gir mactre estos {tenis excares ct no inchgen reference al pap de os ivantes ea cimsrace On Se mucen setabiad ta odacasion formal vo argeinasitellza + express en emis ca Paltisinatnos a ndsapurkonrce on tograntce (CONTRAPUNTO I: DESAPARICION ¥ OLIDO: LAS POSIBILIDADES. 45 proponian diversas alternativas de cambio social, que favorecteron el incre mento de los antagonismas y la emergencia de amenazas imaginarias 0 rea- les respecto de la manera de pensar la realidad por determinados sectores sociales hegemdnicos. Durante este lapso se popularizaron las consignas de cambiar no sélo et sistema social, sina de cambiar la vida. Dichos cambios, en funcién de las condiciones dominantes, suponfan que debian incluirse necesariamente el uso de determinadas formas de violencia social legitimadas por los objetivos finales, que refertan a valores colectivos de diferente arientacion ideolégica, Pero cuyo objetivo final era é] «cambios. Este proceso supuso la incorporacion masiva de jévenes —cada vez mas Jovenes— durante los sewnta, que incluyeron las imagenes del Che (Ernesto Guevara) o de Evita (Eva Perdn) como los referentes emblemticos de una violencia social y politica considerada justa. Esta era concebida como la Snica, o al menos principal, estrategia que podia modificar realmente la dominacién polttico-econémica y la hegemonfa ideoidgico-cultural El incremento de este proceso generé respuestas montadas sobre un tipo de violencia caracterizado por el anonimato y el horror. Duiraate la década de 1970 se desarrolla una fuerza parapolicial denominada la triple A, que utiliza toda forma de horror a partir del anonimato del victimario, v que frecuente- mente se expresa en el secuestro y asesinaio ejemplar de intelecruales y de Iideres sociales y politicos como mecanisimos centrales de una expansién y propagandizacién del horror. Fs obvio que la inmenisa mayoria de los asesi- nados y desaparecidos fueron personas desconocidas para Ja mayoria de a sociedad argentina: més aimn, la mayorfa de los asesinades durante el «proce- So» pertenccian # las clases bajas urbanas, y especialmente a ese sector social que llamabamos proletariado, pero este reconocimienta no resta significa: clon a las desapariciones v asesinatos ejemplares sino que lo remite a las rela- ciones de hegemonta/subalternidad, Deside 1973 se impulsaron agresiones fisicas, desapariciones. asesinatos ¥ torturas de miembros de la comunidad wniversitana y especialmente los estudiantes. Dentro de mi propia experiencia, el instituto de la Universidad de Buenos Aires dunde realizaba investigaciones sobre la salud y enfermedad de los trabajadores fue atacado dos veces con bombas, hasta que debié ser serrado. Toda una serie de profesores v alumnos fueron asesinados y desapa- Fecidos er la Universidad de la Provincia de Buenos Aires localizada en la ci "$i bien la relasidn del Che con la violencin armada es obvie, debe recordarse que Eva Pera Sue resigificada por los manroneras cumo uno de sls Penclples simbolos de Went ca «i politica dentro del pevonisme. de tal maners que junto con la propuesta de #8! Evita vise "a seria mntucieray se regs otra Que dceta Si Evita sviera sea poern eras 46 _ELAYER ¥ FL HOY. LECTORAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA. HACIA EL. FUTURO dad de Mar del Plata donde dirigia la Carrera de antropologia hasta ml expul- sién en 1974, pero cl proceso de desaparicidn continué hasta el ciesre de la carrera en 1977, y se intensificé intensamaente en otros espacive durante los aos siguientes. Este proceso de honor, fue planificado y condujo a diferentes tipos de negaciones y renegaciones de la realidad por los que eonvivsamos con dicho horror, Un horror que se desarrollaha en la vida cotidiana; en earceles que estaban localizadas en diferentes lugares, y que parte de la poblacion desco- nocia. Un horrar que condujo al «no sé» de muchos de los que vivieron den- tra del misroo, pese a las constantes formas de desaparicién de familiares. amigos, conocidas, De ali que debamos distinguir entre saber y desapari- cidn: éta soto emerge cuando cl saber se convierte en activo y denuncia, reclama, lucha por Ia aparicién. Este desarrollo candujo a gran parte de la poblacién al exilio. un exilio hacia aigdn pafs cereano o distante, especial- mente hacia Espa’'a, México, Venezuela y Brasil y, en menor medida, hacia Francia, Italia y Estados Unidos. Esta desaparicién debe ser arviculada con el exilio interior caracterizado por el cencanastamiento», es decit, la desapari- ci6n del sujeto de los lugares cotidianos, incluida su aislamiente casi total respecto de los familiares, amigos, ex compaferos de militancta, para reclut seen tipos de actividades marginales, silenciosas, frecucntemente discrepan- tes de sus ocupaciones anteriores. Las desapariciones, las muertes, los exilics afectaron @ gran parte —se- pin algunas estimaciones a la mayoria— de las familias argentinas, basica- mente durante ef proceso de constraccién del horror, pero también en algu- ‘nas de sus derivaciones, especialmente durante !a guerra de Jas Malvinas, que generd nuevas muertes ¥ nuevos desaparecidos. Frente a este proceso una serie de grupos. basicamente desde dentro del pafs, mantuvieron una continua resistencia contra el horror, la negacién y el olvido. En primer lugar las madres y las abuclas de Plaza de Mayo. ¥ en segunda lugat las diferentes asociaciones de derechos humanos que en tér~ minos genéricos o de comunidades particulares denunciaron las desaparicio- nes y reclamaron la «reaparicidn». v el castigo # Jos culpables». Es densro de estas acciones que se va a desarrollar el términa edesaparecido» como una de las principales expresiones y testimonios del horror, dando lugar al ejereicio de précticas que incluyen constantemente la imagen de los desaparecides 1» Bypulsadh en 1974 de la universal sept sniendo en Argentina y vabajande en un ins sitato que consiguid unganizar Guilleomo Sables, profesor de Ciencias de Educacion ea Ia Us ‘Senidad de a Provincia de Buerins Ares, donde algninen pocos de nosotros tatarnos de segult on tucstes Ushalos. Pur mis goe Fucrom azesinades o Lesapatecldos varies de mls apudartes akimaca, asi como docentes, Fue el usesinawe de Gutlleriay el que me decic6 a sermgrars de Argentina hacla Mexies en 1976. CONTRAPUNTO I: DESAPARICION Y OLVIDO: LAS POSLBILIDADES, 47 como forma de instalarlos cn un presente que se quiere cambiar. Montada sobre estas organizaciones, una parte de la sociedad civil se moviliz6 para obtener lo que hasta abora sigue siendo inédito en América Latina; juzgar ¥ condenar civilmente y en su presencia —y subrayo lo de su presencia—a los lideres militares responsables del horror durante 1976-1983 ". Dicho logro no debe ser remitido séio a situaciones como la derrota militar e ideologica en la guerra de tas Malvinas o el inicio de las nuevas propuestas de «democratiza ida» impulsadas sobre América Latina por Estados Unidos, sino ala movi zaciba de la sociedad civil centrada en Ja denuncia del horror, en la demanda de aparicién de tos desaparecidos, y de la conclusién de la violencia, en ese momento de todo tipo de violencia, Pero pasado un tiempo comenzé nuevamente el olvido y la negacién; © mejor dicho, las negociaciones polfticas condujeron a sucesives arreglos cupulares que posibilitaron la libertad de los lideres del «proceso y mas tarde la conmutacién de sus penas. Estas acciones trataron de ser compensa- das con simbolos recordatorios como fueron dar nombre de desaparecidas 0 de una comunidad perseguida a una calle o a una plaza. v colacar placas de homenaje a personas y grapos que trataron de morigerar la aplicacion de las leyes del olvido denominadas de «obedivncia debida» y de «punto finals. Pero . junto con estos procesos intencionales y politicos, se desarrollan las activida- des normales de produccion y reproduccidn de la vida personal y colectiva de los sujetos y grupus que, mas aiin que los arreglos cupulares, tlenden a la nor malizacion del olvido y ala actualizacién continua del presente en el decurso de nuestras vidas cotidianas. Respecto de este proceso es importante recuperar, que pese al constante regreso, sobre todo a comienzas de In década de 1990, a algunas practicas del «proceso, entre Jas cuales destacan los crucntos atentados a asociaciones israelitas, el asesinato o agresién a perindistas combativos v el incremento de técnicas de agresi6n basadas en el anonimato utilizadas en el pasado por la tiple A, el «proceso» va caycndoen el olvido para gran parte de la poblacién, como ocurrié con las desapariciones v horrores anteriores. O mas correcta mente todavia existen lugares ¥ procesos de memoria individuat y colectiva, ero cada vez menas expresiones activas de esa memoria, Inclusive algunas expresiones que llega inesperadamente, como el caso Cavarl 10%, resultan incémodas para una parte de la poblacién y no suscitan demasiadas pro- uestas ni acciones. Esta situacisn no constituye un hecho excepcioral, sitio "Be mevenat tcundar que ai en Unaguny ni en Bra, en Chile nen Paraguay sede zon process domale se usgaray castgans cilmente y menouaun ouliarmente tes ‘ie lideraron toe expecvesditaduras Y Me refgres sl militar ceprence apretads on Mevicy, » que putde laa a ser extraditade 4 Bspana para ser juegads pir la tortura desparicion aaeaiato de iedadanon de segen pati. P de clndadanor eo 48._ELAVER Y BL HO: LECTURAS DE ANTROPOLOGIA POLITICA. HACIA EL FUTURO. ‘una expresin de las tendencias dorninantes en la produccién y reproduccion de la realidad. Y es en esta realidad en la que sujetos ¥ grupos se siguen movilizando constantemente, en In que algunos sectores de Ia sociedad civil periédica- mente hacen un eercici¢ simbolico de recuerdo, o en la que se cuestionan en terminos juridicos las leyes del clvido intentando anularlas, donde observa: mos que lo dominanie son las tendencias a reproducir Ia actualivacién del presente. Estos sefialamientos no significan ningun cuestionamiento a nuestras formas de sociabilidad, sino que supone tecuperar este proceso més alla del mismo, para encontrar Interpretaciones respecto de estas negaciones pusenelas, pero tamisién de las funciones y caracter(sticas del olvido, Desde testa perspectiva, es decisive para nosotros reflexionar sobre quines y cusn- tos sujetos y grupo: se movilizaron realmente durante cl asesinato v desapa- Heion de nuestros indigenas; ¥ sobre cudintes y guiénes participaron en las demincias y rescate de la memaria de los anarquistas. Pero ademas reflexio- nar sobre cuanios y quiénes se movilizaron durante el proceso; cuantas madres, de las madres que tienes hijos desaparecidos, se movilizaron. Y Cudntas abvelas, v cudntos miembros de las comunidades espafiols, ttaliana ‘O5udhia lo hicieron, Debe reconocerse que s6to una minovia de madres, abue- Yasy miembros de comunidades espectficas se movilizaron. La vida para veproducirse parece exigir el olvido como técnica de super- yivencia ne sélo biasoctal, sino psicelogica ¥ cultural. Aun los horrares mas Traumaticos tienden a ser negados ¥ olvidados o resignificadas, v s6lo unos pocos sujetos y grupos aparecen como Ins encargados de activar el recuerdo pn términos de vida cotidiana. Bs la accién de los »testigos. de los deudos, de fos que asumen una determinada afectividad y cercan‘o, incluso inventa- dda, los que aparecen como los que pueden seguir combatiende el olvido. Les (que aseguran durante un tiempo su basqueda y demanda, més allé de la Qurceratizacién inevitable ce las biisquedas institucionatizadas. Si bien ef recuerdo puede también regresar a través de los historiadores o de los pro: ductores profesionales de testimonios, sus trabajos no conducen general- mente al rctorne de lo negado, sino a su contemplacién como espectaculo e como fendmena distanciado, Sélo fa actividad de geapos y sujetos especificos parece faxorecer el mantenirsiento del recuerdo, pero debemos asumir que bn la medida cn que el recuerdo no incida én cl imaginario colectivo sélo que- dara reducido a memoria individual o microgrupal Desde la perspectiva analizada me interesa subrayar algunos aspectos. Por uma parte, reconocer en la «desapariciéne ¥ en le violencia estructural un proceso de continuidad/discontinuidad que, por setlo, no niega Te existencia de periodas histéricos conde ne deminan dichos prucesos. Por consiguiente tode andlisis de auestos desaparecidos y de nuestras violencias implicaria ividad histériea, Ademds, me imtere- recuperat el preceso de nuestra constitu SONTRAPUNTO I DESAPARICION ¥ OLVIDO: LAS POSIBIL:DADES, 49 sa recuperar el hecho de que el olado ca ate sa recuperar apareica como la recurrente estzat "gacién de nuestra propia constitutividad, O mejor dicho, que el imag nario a través del cual se consti stra arse waves del ea aye nuestra historia expresa la negacion de ae Tez abe suas quo tales olvides no son solamente caracteristicos sociabilidad e ideologia culeurales, c de sci , sino que son es 2 menos toda ura serie de socedades donde el pasado ve mten 1 party de aegatfolvidar determinados aspectos que cucstonarion la idemtidadies cons tnvidas, de tal manera que niega —a!lyval que nositros-— ta dlessparcicn y feted como procesos consti, para volver a descubritlos en episodios cretos v recurrentes que, sin embargo, distancia v separa de Proceso histénco, convtiéadolo en hechos excepcionalew diferentes extra, fo realmente constituyen parte constante de nuestra historicidad. Pasiblemente el olvido ses Ja necesaria negociacidn e aegacin nature no de les mecaniaon banca dol pode es, I6eeo-culuralcolectiva y personal para asegurar el minimo de contincidad 2 ete del presente, Peru ese presente supone para los miembros de una sega dacs tat de sivir, de producir la continuidad de la vida y ello no Implice comsnigc tensions de mat irene ops oat non 20s, Emipos, secores sociales em um proceso que reproduce paretalnente Ste clse space descr Sue eMC Partatience ont bel serapo, Ia nacenidad de vivir (trabajar 9 buscar wabaio comn beber, ener lactones sexless), of ovo desarollarrlacionies socials cotdanas a pari del we, nphiau no él a neprodcion dal . sino la comstante producciéa de olvidos de procesos, sigjetos v "xperiencas cua presencia actuslizada limita la sib de virloon: 10 no lo sehalo cinicamente ni como estructura necesaria, sino como posible interpretacisin del proceso de Es roe accion merpe seprodu ie nuestros elvidos y Ta trama de la vida, ac deme de la vida, la convivencia aun deniro de conftictos, supone cl desarolo de tansuccontes gue tienden « la negaciéin de pot lo menos aur ress reels de la vida individ iat y colectiva. Posiblemente uno de los kechos tris ramen ge nos dejo el proceso es el ease de los ninos de padres Aesaparecidos, que fueron crados por ote padres vquecrecievon sit saber Suerdadero origen: » que incluso supuso gue los epadresn perteneeieran al arg epresores asesinos. El trabajo de las madres v abuelas ha condu- we ve ectar (hacer aparecer) numeroses cases, en los cuales se generaron Tw difsrente tos Ge reacciones. que incloycron Ia opcien de algron tes ee eeaecercen Bs familias donde se criaron, Esta situacién cons los sjetos sven» ossitan evar parte desu propinpessdos on IS 30__E1, AYER Y EL HOV: LECTURAS DE. ANTROPOLOGIA POLITICA, HACIA EL FUTURO Frente al olvido se necesita, como ya hemos sefialado, un ejercicio cons- tante de recuerdo, sin que esto por otra parte asegure Ja memoria. E] hecho de que sean familiares los que mantuvieran el reclarno de Jos desaparecidos no es un hecho secundario, sino decisive. Toda recuperacién del olvido requiere de alguien para quicn el desaparecido tenga una ‘especial significa- clon, Pero esta posibilidad no ¢s necesariamente reproducible en términos de memoria colectiva. La transmisién: de esta memoria no sélo requiere afecti vidad, sino el uso consciente y constante de otras dimensiones de Ja subjeti- Vidad para convertilas en mernoria colectiva activa es decir, supone la inten cionalidad activa del actor y no sélo su testimonio. Desde esta perspectiva, toda una serie de hechos recientes evidencia que existen sectores seeiales gue siguen hichando contra el olvide, lo cual se expresa no sélo en la impugnacion juridica de las leyes de! olvido, sino sobre seul en las acciones de muy diversa indole con que se record el veinticince Ghiversario del golpe militar que instauré el proceso, y que implies que al principal acto concurrieran més de cien mil personas. Mi andlisis,v lo subra- Jo. no nega la existencia de estas acciones, siny que puntualiza la necesidad Ye uma continuidad, dado que la reproduccién eotidiana de !a vida tiende a impulsar la discontinuidad y ne la eritica de To dado. Desde estos ¥ otras procesos, en mi trabajo antropolégico he tratado de recuperar al menos algunos olvdos y desapariciones; ni decisién de publicar tin texto sobre Ia tortura en una revista de antropologia cuando no era —n! para muchos rodavia lo ¢s— considerada una problematica antropolégica Cyarzabal, 1985); mi encuentro inesperado con episodios de evenganza de sohgres gue son parte de la vila cotidinna de numerosas comunidades lati- aaerrericanas, pero quee Han side enegadas por la investigacion antropologi- cae histOrieas (Menéndez, 1981 ¥ 1990a). El reconover que Ia produccién antropologica ha nogadu constantemente Ta enfermedad y la muerte de los Sujetas que estudia aun describiendo el proceso de saludienfermedadiaten- Zion, ast como evidenciar el constante proceso de olvido y negacion en el use Ge conceptos ¥ practicas dentro de la produccion de muestra disciplina (Menendez, 1981, 1990 ¥ 1992a) refieren no sdto al campo antropolégico, Sino a mi experiencia con les procesos de olvidoidesaparicién que operan Simnaltdnearente en las teorias, las précticas profesionales, v mi vida cotidia- ‘na personal vcolectiva. NUEVO! * Revista mternacier So crpssy). Traducide 2 LA ANTROPOLOGIA POLITICA: S OBJETIVOS. Ni /EVOS OBJE'TOS* Marr Abéles inal de Ciencias Sociales N15 al de Ceneas Sociales W153, ep tembvede 1997 (hupibesnw nes

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