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Cristian Riquelme, la G-90 y los ‘jaleros'
del poder
por EDISON ORTIZ (HTTP://WWW.ELMOSTRADOR.CL/AUTOR/EDISONORTIZ) | 17 febrero 2016
La noticia es que empresas ligadas al administrador de La Moneda facturaron
mas de 417 millones de pesos al fisco, lo que se suma a los 570 millones en
propiedades originalmente omitidos en su declaraci6én de patrimonio y a su
cuestionado rol en el Caso Caval. Pero detras esta la historia de una
generaci6n, la G-90, que se convirtié en la nueva burguesia fiscal.
Un ex presidente socialista, que fue clave en la renovaci6n de la colectividad, que ayudé a fundar el PPD pero
que al momento del quiebre se quedé en el PS, percibid tempranamente que sus escuelas de formacién politica —
auspiciadas por Lagos, Bitar,
idal y Cia.— se habfan transformado a mediados de los 90 més bien en cursos de
capacitacion donde se formaban los futuros jefes de gabinete de alguien. Ese fue el espacio donde estos
muchachos hicieron su primera militancia, desprendidos ya del ethos del cambio social de los 60 0 de la lucha
contra la dictadura de los 80.
Riquelme es otro de esos personajes del Estado con los cuales
los parlamentarios destruyeron a sus partidos.
‘mos ya familiarizados en provincias desde que
Es el pillo de provincia que como intendente presiona a sus seremis para orientar las licitaciones en un
determinado sentido o que vota contra su comunidad, como acaba de ocurrir en O'Higgins, voto que result
decisivo para instalar una nueva chanchera en la regién pese a la oposicién de toda la comuna; es el Seremi que
se cambia de partido sin problemas y siempre siguiendo la orientacién del parlamentario que lo puso; es el chico
listo que rapidamente se compra una casa millonaria y que luego hace que sus arreglos, jardines e, incluso,
inauguracién, sean con cargo al presupuesto fiscal; es la gobernadora que con dinero puiblico le amplia el jardin a
su hermana o el gobernador que cobra el 25% por proyecto asignado; incluso el presidente del PS que es ala vez
Core y funcionario gubernamental y que recibe un sueldo millonario por no fiscalizar al Gobierno, funcién para
la que fue elegido.
Son los chicos diseiplinados que escuchan y obedecen sin preguntar ni hacer objeciones. Casi todos formados en
universidades de segunda, que jamés han escrito un paper nise hicieron conocidos por defender alguna tesis
politica,
Por el contrario, en esas escuelas de formacion, que pretendian Ilenar el vacfo que dejé la destruccién de las
colectividades politicas para copar con gente afin los cargos intermedios del Estado, aprendieron rapidamente
de sus mentores que el fisco era un muy buen espacio para aleanzar una mejor vida. No solo por el sueldo que
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podian aleanzar —muy superior a cualquier otro que pudiesen lograr en el mundo privado, dada su experticia—,
sino también, y esto era lo mas prometedor, por la posibilidad de adjudicarse contratos millonarios con palos
blancos entremedio. Entonces, se pusieron como locos a formar empresas de papel con nombres pomposos,
pero al fin y al cabo bastante flaites, como Harold's & Johns Business and Law, Greentec, Socoar o Spa. Total, el
nombre daba lo mismo.
Yes que estos muchachos, respecto del Estado, son mas totalitarios que el mismisimo Stali
mucho tino que, dado su nivel de competencias, asf como una arraigada cultura transversal del pituto, es
imposible tener éxito en otra parte. De alli su apego al papa fisco de esta sensata, astuta y provinciana pequefia
burguesia
yerciben, con
Hace casi exactamente dos afios habian alcanzado la cdspide de la gloria, saltando en un breve lapso desde el
niicleo duro y anénimo de la campaiia a puestos de primera responsabilidad en el Estado.
Bachelet, entre las dos opciones que tuvo para conformar su primer gabinete —uno de coalicién y otro
personalista—, opté por la segunda para comprometer al maximo la realizacién de las reformas ofrecidas pero, al
mismo tiempo, asegurandose que, en caso de dificultades, pudiera desprenderse facilmente del mismo sin pagar
mayores costos.
Era la nueva burguesia fiscal (http://www. elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/02/25/la-nueva-burguesia-
fiscal/), cuya postal representaba bastante bien la G-go, alma de la nueva generacion de politicos que aleanzaba
el poder y que, como lo dijimos anteriormente, “le encantaba vivir cerca del Presupuesto y lejos del frfo” de la
sociedad civil. Pasaron, en apenas una década, de estafetas, chaperones, damas de compaiiia, confidentes,
hombres del maletin y “yes men”, a senadores, diputados, ministros, subsecretarios, intendentes y
gobernadores.
Ocupaban, ahora puestos clave y relevantes en el Estado. Fue entonces cuando cambiaron de look, de amigos y,
veces, también de sastre. Sebastian Davalos ~identificado por edad y ethos pero no por simpatias con este
grupo- obviaba las criticas por su designacién y se defendia cuestionando lo chaqueteros que somos los
chilenos. Por entonces, declaraba a revista Capital que “lo mio tiene mucho mis de vocacién y menos de
ambicién personal...
Con posterioridad, cerrarian su proceso de toma del poder al interior de la coalici6n instaléndole algin jefe de
gabinete a uno que otro despistado ministro, un intendente o gobernador afin y a cuanto Seremiy Jefe de
Servicio les aguantaron.
Como sabemos, lo suyo no eran los papers ni las tesis sobresalientes al estilo Rail Ampuero, Eugenio Gonzalez o
Ricardo Lagos, que les permitieran, como habfa sido costumbre en la izquierda chilena, lograr el reconocimiento
de la clite progre, condicién sine qua non para hacer luego una flamante carrera politica. Lo suyo era mas
tangible y real: perfeccionar la tecnologia del poder de Bitar, Vidal, Escalona, Letelier y otros, aprendida en
piezas oscuras y elecciones internas donde 4gilmente asimilaron de sus Ifderes que la democracia era una
metéfora para ilusos, un juguete para el sesudo andlisis en facultades universitarias de unos frustrados teéricos
in ningtin acierto eonereto. Constituyeron, entonces, cofradias con ritos de iniciacién, pactos de sangre o de
silencio, tal cual como sucedié con la G-90.
A su vez, también eonocimos rapidamente a sus soldados, que ocupaban puestos intermedios, pues nos
informaban en sus Facebook sobre sus actividades de finde: estadfas en centros vacacionales, viajes al exterior y
asistencia a megaeventos. A diferencia de las viejas generaciones de militantes que desde jovenes hicieron
trabajo social los fines de semana o en verano, costumbre que luego continuaron rutinariamente en el Estado,
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este nuevo grupo social no cargaba con ese lastre y esa loca vida. Ellos, por ningiin motivo harian el servicio
militar ni menos le dedicarian su vida a la revolucion. Lo suyo era el buen pasar: bastaban un buen padrino y
mucho dinero.
La fama es efimera... el encanto del poder permanente
Enseguida el hechizo del poder esfumé cualquier critica y persuadié tempranamente a no pocos ex Iideres
concertacionistas —Ia vieja guardia— sobre las bondades de Los Pistoleros, y su jefe. Ellos también podian
clevarse, ahora, ala condicion de estadista. El entusiasmo alcanzé hasta a algin analista que no solo repitié las
virtudes y el don de mando de los nuevos dirigentes sino que ademas se conveneié de sus atributos intelectuales
yacadémicos. Es la época en que algunos clevan a Pefiilillo a la condicién de presidenciable y no son pocos los
que simpatizan con su origen provinciano, pese a las tempranas advertencias respecto del doble juego de la
nueva burguesfa fiscal
Es que el poder es una droga dura y sus jaleros siempre resultan ser adietos reincidentes.
Y aunque en enero de 2015 creyeron estar en la cispide definitiva -el Ejecutivo habia cerrado muy bien un
complejo 2014: aprobacién de la reforma tributaria, de la ley de Inclusién y del fin del binominal y el
hundimiento de la derecha a través de Penta-, cuyo broche era una Presidenta que, después de seis meses con
una caida sostenida, volvia repuntar, aproximandose al umbral del 50% de popularidad, y se aprestaron
entonces a destapar espumante antes de tomar vacaciones, lo cierto es que la administracién y, junto con ella, 1a
nueva burguesfa, venfan presentando serias fallas estructurales.
Para empezar, ya en octubre de 2014, el partner de Pefiilillo en la precampatia, Giorgio Martelli, dijo -como
presintiendo lo que se le venfa encima que “uno de los aportes que se deben hacer en la politica es no tener
pudor con el dinero, lo que es un estigma de la centroizquierda”. ¥ rematé sefialando que “siel aporte es
transparente, las empresas no van a colaborar”. Habia estallado Penta y una boleta iba directo a SQM y el
diputado José Antonio Kast tempranamente apost6 al empate: “Es una situaci6n transversal que afecta a todos
los partidos politicos y no corresponde que se apunte a un solo sector”.
En rigor, también, una parte significativa de la dirigencia hist6rica oficialista era consciente de la rotura de
cafierfas ~ya no habia programas estrellas como Chile Crece Contigo y con espasmo se constataba como
Mideplan estaba sumido en el mas absoluto abandono-.
La fatiga de material se observaba en los cuadros de gobierno a todo nivel y su manifestacién gréfica eran, por
ejemplo, los desaguisados en los nombramientos en distintos niveles de la administraci6n. La cartilla de
requisitos exigibles que repartié en intendencias el efusivo subsecretario Aleuy no la cumplian ni sus propios
muchachos y tuvo como corolario que intendentes, gobernadores y jefes de servicio alcanzaran una fama efimera
por sus causas judiciales, sus fichas de proteccién social y sus dudosos atributos profesionales y éticos.
Ello se prolonga hasta hoy, con lo sucedido a la renunciada asesora de prensa de la Segegob; la frustrada
celebracién del subseeretario Fatindez.con dirigentes vecinales en un carisimo hotel eapitalino que el ministro
Barraza pudo detener a tiempo, antes que se transformara en otro bochorno de fin de afio; la controvertida
salida del Director del Injuv; las declaraciones de la subsecretaria Vodanovic en el contexto del paro de los
funcionarios de la Aerondutica Civil o las permanentes declaraciones del diio Davalos-Compagnon, seguidas
siempre por la sinfonfa de fondo de su ex jefa de gabinete, Erika Silva, quien siempre parece querer competirles
en superar su propio récord de desatinos comunicacionales; la permanencia en sus cargos del subsecretario Frey
¥ del jefe de Estadio Seguro —el extraiio seiior Roa, cufiado del ex ministro Elizalde— después del bochorno de la
final del fatbol. El broche de oro es ahora Cristién Riquelme y sus contratos con el fisco.
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Es que estos muchachos, respecto del Estado, son mis totalitarios que el
mismisimo Stalin: perciben, con mucho tino que, dado su nivel de competencias,
asi como una arraigada cultura transversal del pituto, es imposible tener éxito en
otra parte. De alli su apego al papé fisco de esta sensata, astuta y provinciana
pequefia burguesia.
No obstante, la dirigencia prefirié brindar antes de partir de vacaciones, haciendo caso omiso de los nubarrones
que amenazaban el prometedor cielo azul de la Nueva Mayorfa, tras lo cual un sol resplandeciente anunciarfa el
inicio de una nueva era de justicia e igualdad. Entonces, antes de vaciarse las copas, lleg6 el 6 de febrero y Caval.
El viernes negro de la nueva burguesia.
El desplome
Ya sabemos como se precipitaron los hechos y cémo Caval hizo afiicos no solo la popularidad hasta entonces
incombustible de la Mandataria sino que también eché a pique el discurso gubernamental sobre la justicia y la
igualdad. En apenas un mes su aprobaci6n lleg6 al minimo conocido y mas del 80% de los chilenos no ereyé sus
palabras cuando sefialé que “se habia enterado por la prensa” de la ineémoda situaci6n que afect6 a su hijo y asu
nuera. El caso, ademés, quebré al grupo hegemdnico en el Estado y se hicieron cada vez mas explicitas las
diferencias entre Davalos y Pefiailillo, al punto que la permanencia del primero en La Moneda se hizo
insostenible, renunciando el viernes siguiente a su cargo ad honérem.
Pero
wal no serfa el tltimo tiro de gracia a este ascendente equipo: vendria luego una arista de SQM que, por
mis que Pefailillo intent6 detener a tiempo, le estall6 en la cara
Luego de miiltiples rumores y de un fallido plazo ~las famosas 72 horas en mayo de 2015 la Presidenta decidié
hacer una cirugia mayor a su clenco y dejé caer al equipo que la acompaiié durante la campafia, Una nota de La
Tercera de fines de mayo sintetizara muy bien el descalabro de aquella generaci6n: “Ahora nos apuntan con el
dedo y nos tratan como delincuentes por esto que hoy llaman precampafia, Como sino fuera lo mismo que se
hacia antes. Nosotros nacimos como sector viéndolos hacer sus precampafias”,
Se inicia su debacle y es precisamente Burgos, un viejo rival, quien comienza el ajuste de cuentas con ellos
sacando a varios asesores de La Moneda. Luego, les llegaré el turno a otros: Harold Correa abandona el Minedue
y Adolfo Galindo deja de ser el jefe de gabinete de la ministra de Mineria y, junto a Gabriel Sepilveda, son
castigados en puestos de menor relevancia en la misma cartera; Nicolas Cruz, también es despedido de Cultura y
solo sobreviven en sus cargos Juan Eduardo Fatindez; el cuestionado Riquelme, quien -segin el diputado
Castro— se mantiene en La Moneda solo “porque sabe cosas”; Carlos Henriquez, de la Agencia de Calidad; José
Guerra y Carolina Cucumides, esta tiltima gobernadora de Colchagua.
Fue en torno a esas fechas que sus miembros empezaron a acusar ser objeto de “persecucién’”, de “desprecio y
distancia” en el oficialismo. Fueron aquella soledad y sensacién de abandono las razones que motivaron el inicio
de la bisqueda de nuevos padrinos en el PPD.
Y fue de este modo que los mismos motivos por los que accedieron a la etispide del Estado —“constituyeron
entonees cofradias desde las cuales tendieron redes, formaron empresas (en especial de asesorias y gestion de
servicios subsidiados) y comenzaron a buscar acercamientos y alianzas con el mundo empresarial tradicional,
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especialmente el que depende de actividades con fuerte regulacién piblica’— resultaron ser irénicamente los
que, después, provocaron su desplome.
Nunca digas lo que piensas a alguien que no sea de la
familia
Sibien la nueva burguesia fiscal era transversal y heterogénea, no cabe duda que la G-90, fue su blasén. Los
Pistoleros o la Generacién del Maletin, como desdefiosamente los llamaban en el PPD, comenzaron en off'a
hacer circular rumores sobre la Presidenta por su traicién a Pefiailillo y amenazaron con ajustes de cuentas si
segufa la persecucién. Aunque en piblico y como acostumbran, continuaron comprometiendo su mis estricta
lealtad y reafirmando su pacto de silencio con ella, no asi con el resto Gobierno.
Tal silencio, sospechoso o cémplice, posibilité la difusin de los mas inverosimiles rumores: que era el simbolo
de su lealtad a la Presidenta, segiin algunos; una amenaza velada y permanente sobre Bachelet, para otros. La
frase que bien puede reafirmar esa explicacién est en la respuesta que ofrecié a Sabas Chahusn el propio
Pefiailillo, quien ~como si se tratara de un didlogo extraido de El Padrino— respondié de esta manera cuando fue
consultado sobre si sus viajes a Nueva York eran para reunirse con Bachelet: “A sugerencia de mi abogado no voy
a pregunta”. En tal sentido la estrategia del silencio resulta ser nada mAs que una velada téctica —
una espada de Damocles- sobre La Moneda, con el fin de mantener a raya a sus adversari
vez, mantener algéin nivel de presencia en el Estado.
acontestar
1s en el Ejecutivo y, ala
Aunque tal disefio tiene un pero: est todo tan revuelto que, por mas acuerdo para no formalizar a Pefiilillo, lo
cierto es que la situacién insostenible de Longueira haré que la UDI pida sangre por sangre: éser4 el ex hombre
fuerte el cordero que ofrecer La Moneda para saciar la sed gremialista y Riquelme el siervo sacrificado para
calmar el descontento oficialista? No lo sabemos.
Por ahora, la preocupacién mayor de la G-90 signe siendo como zafar del Ifo judicial en que estan sumergidos su
Iider y algunos de sus miembros, para reaparecer en gloria y majestad como adalides del candidato del orden
Ricardo Lagos, después de haber encarnado el espiritu reformista. Como lo dijo ya alguien: “Se irén con Lagos,
Iuego de haber sido las sanguijuelas de Bachelet”. 0 tal como lo sefialé el diputado Castro: “Ellos traicionaron la
confianza que les dio la Presidenta y terminaron siendo una banda de trepadores, que querian tener el control
del Estado y en algunos casos incluso con una recaudacién de dinero poco clara”
Pero tampoco hay que crucificarlos: estos chicos son lo que los dirigentes de la transicién hicieron de ellos.
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