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Fuentes para el estudio de la historia del Nuevo Reino de Granada Resumen: Diana Luz Ceballos Gomez Tres ramas del poder de Espafia estaban encargadas de velar por el ordene impartir justicia: la eclesiastica, la secular y la Inquisicién, cada una de las cuales contaba con redes de hombres para sus propésitos, encausaba personas y, por tanto, contaba con archivos. Este hecho dificulta la labor de historiar, puesto que cada poblado, cada concejo, cada alcaldia, cada iglesia de vieja data cuenta con un archivo y poten- cialmente con casos, si es que el archivo logré sobrevivir al paso del tiempo, a las manos desaprensivas, al clima y al fuego. Ademds una gran parte de las fuentes no se encuentran sistematizadas y un gran niimero de archivos coloniales ni siquiera estén clasificados. Palabras clave: fuentes, archivos, Nuevo Reino de Granada, Colonia, historiografia, Manuel Josef de Ayala, Juan Bautista Mufioz. Todo estudiante dehistoria y, por supuesto, todo historiador deberia leer —y no olvidar durante el ejer- cicio de su oficio— El Archivo de Egipto de Leonardo Sciascia. A veces la literatura puede ser mas directa y veraz que un siglo de sa- ber. En El Archivo de Egipto, un cura encuentra un manuscrito anti- guo de escaso valor y se percata de que es su oportunidad para “es- cribir” una parte de la historia de Sicilia, de la que aun no se ha en- contrado documentacién, y conse- guir asi reconocimiento y prestigio como “historiador”, Decide enton- ces falsificar el manuscrito. Rees- cribe sobre él, en una lengua anti- 50 gua y con caracteres de otra, las fuentes primarias necesarias para construir la historia que él quiere ‘inventar, de forma tal que nadie, s6lo él que conoce el secreto, puede leer el manuscrito o descubrir su false- dad, pues el papel corresponde en antigiiedad yel trabajo con la tinta es muy bien logrado. La falsifica- cin se descubre, porque el cura, cristiano al fin, acosado por la cul- pa, se autodelata. Doble leccién de Ia literatura: Uno. No se puede hablar de ver- dad, quizds de verdades, 0 a lo sumo, de veracidades. Esto nosha sido repetido, en miltiples oca- siones, por pensadores de diversas disciplinas y, aunque ya casi es un lugar comin, no sobra el que sea dicho de nuevo. Dos. La historia es imaginaci6n. Imaginaci6n e instinto son tal vez, a miijuicio, herramientas basicas del oficio, sin olvidar la gran dosis de paciencia y tenacidad que a veces se requiere para trabajar en un ar- chivo. Imaginacién vista no como productora de ficciones, sino como ampliadora del sentido, de los sen- tidos; como herramienta para inter pretar, es decir, para pensar o ima- ginar otras épocas, otros tiempos, otras culturas. Historia y Sociedad 7 Formulas magicasno existen. Las diversas metodologias ayudan a constituir un ritmo de trabajo, a ge- nerar ciertas pautas, a crear un or- den, a respetar ciertas reglas — ‘como por ejemplo la nomenclatura en la escritura—, sin embargo a al- gunos aquéllas no les ayudan mu- cho: cada cerebro tiene diferentes caminos de pensamiento y el méto- do no hace al saber. Las fuentes solas tampoco hacen lahistoria, yo diria que esuna equi- librada suma de ingredientes, Una buena dosis de erudicién también es siempre necesaria, al igual que una buena comprensiény un mini- mo conocimiento de las artes dela €poca estudiada: musica, literatura, artes plasticas, incluida la arquitec- tura, pues a veces resultan mas iluminadoras que una gran acumu- lacién de folios. Para poder inter- pretar se debe tener la cabeza llena de cosas, habitada. Se me ocurre que el éxito en el ejercicio del ofi- cio de un buen historiador reside en que su formacién esté fortalecida por el estudio de humanidades (lin- giiistica, emologia, semidtica, and- lisis simb6lico, teoria del arte, ico- nologia, etc.), pues estas disciplinas ofrecen elementos de interpreta- cién, de lecturay de analisis, sin los cuales quizas pareceriamos mas compiladores de documentos o comentadores. Irse al otro extremo, Diane Luz Ceballos Gomez despreciar el archivo y enaltecer la teoria, no esmejor: terminamos de tepetidores de textos y trans- ponedores de discursos, cuando no en una simple amalgama de terminachos, en apariencia muy “cientificos”, mero bamiz que en Ultimas no dice nada: un texto his- torico debera ser sencillo para ser accesible a otras personasy no sélo ala gente del gremio. La herramien- ta mejor es la diversidad, muchas veces resulta més inspirador un tex- ‘to queno tiene que ver con el tema que se trabaja ni con las otras dis- ciplinas que avecina, como la lite- ratura 0 como un texto sobre la tra- duccién en una investigacién sobre hechiceria colonial. La historia colonial del Nuevo Reino de Granada es una historia dispersa, tanto por la forma como se establecié el régimen es- patiol en América, como por el es- tado actual de los archivos y las vi- cisitudes que éstos han corrido. Tres ramas del poder de Espaiia esta- ban encargadas develar por el or- den e impartirjusticia: la eclesidsti- a, la seculary la Inquisicién, cada una de las cuales contaba con re~ des de hombres para sus propési- tos, encausaba personas y, por tan- to, contaba con archivos. El brazo eclesidstico, ademas de cumplir con las labores de registro poblacional —tucimientos, matrimoniosy defin- ciones—, impartia justicia sobre 51 ciertos delitos y sobre ciertos sec- tores de la poblacién. Este hecho en si mismo, la divisién de las ta- Teas judiciales entre tres aparatos diferentes, dificulta la labor de his- toriar, puesto que cada poblado, cada concejo, cada alcaldia, cada iglesia de vieja data cuenta con un archivo y potencialmente con casos, sies queel archivo logré sobrevivir al paso del tiempo, alas manos des- aprensivas, al clima y al fuego. Mu- chas fuentes tampoco se encuentran sistematizadasy un gran niimero de archivos coloniales ni siquiera es- tan clasificados. Como es de todos sabido, mu- chos archivos en Colombia son de dificil consulta, por tener una clasi- ficaci6n incipiente o inexistente, y otros son de dificil acceso, bien por el lugar donde se encuentran (por ejemplo un pueblo, sin un ethplea- do que atienda) o por tratarse de un archivo eclesiastico, librado al capricho de quien Jo maneja, a sus simpatias, 0 al juicio que aquél ten- ga sobre el tema que se investiga. Para la historia colonial esto se potencializa, por diversos motivos: —La documentacién es mas an- tigua y por tanto ha estado someti- da més a las vicisitudes del tiempo, de la historia misma. —La época colonial fire menos- preciada durante mucho tiempo 52 ‘como una época oscura, carente de valor y con una historia inmévil e idéntica, en la que de un pincelazo se podian abarcar mas de dos si- glosy medio de tedio, lo que la ha- cia poco atractiva ala investigacion. —El trabajo histérico y la clasi- ficacion misma de las actas pueden resultar muy dispendiosos, sobre todo para el siglo XVIyla primera mitad del XVI, debido al tipo de caligrafia empleada, al lenguaje que seutiliza—vocabulario y sintaxis— yaa que los métodos procedimen- tales aim no estén bien establecidos. La mayoria de las veces se hace in- dispensable una transcripcién pre- via al andlisis y esto alarga y hace mas engorroso el trabajo histérico. —El tipo de instituciones y sus actuaciones difieren bastante de las actuales, lo que aleja a la historia colonial delas representaciones pre- sentes, de nuestros imaginarios, cosa que no ocurre con el siglo XIX duedio deinstituciones republicanas posteriores a la Revolucién Fran- cesa. Para la segunda mitad del si- glo XVII, con el advenimiento y asentamiento de la Ilustracién y sus Borbones, comienza el cambio ins- titucional y la sistematizacién delos procedimientos. Es asi como un proceso criminal ya no seré un etemo transitar entre preguntas, in- térpretes, figuras ret6ricas y des- cripciones acumuladoras de folios Historia y Sociedad 7 —tuchas veces muy esclarece- dores—, como lo era en el siglo XVI, sino que serén procesos con- cisos, con un procedimiento mas 0 menos reglamentado y mucho més corto. Mientras un proceso crimi- nalen lossiglos XVI y comienzos del XVII supera facil y comiinmen- telos 100 folios y puede acumular 200 o mis (400 paginas o mis), en el XVIII rara vez alcanzan los 50 y tienen, calculo yo, un promedio de 30. Losarchivos mejor organizados e indizados, de ficil consulta y con copiosa informacién para la histo- ria colonial son los del Cauca, el de la Nacién en Bogotd y el de An- tioquia en Medellin. En la Bibliote- ca Luis Angel Arango y en la Bi- blioteca Nacional de Colombia se hallan algunos manuscritosy piezas cartogrificas. Es posible consultar también en Ja primera algunos microfilmes procedentes de otros archivos, como algunos rollos del Fondo de Inquisicién del Archivo Nacional de Espaiia, y algunas transcripciones de documentacién en la pagina web de la Biblioteca. Enel Instituto de Cultura Hispénica en Bogoté, han emprendido un pro- yecto de compra de microfilmes y segiin tengo entendido tienen todos o mucha parte de los libros y lega- jos existentes sobre el Tribunal del Santo Oficio de Cartagena —no Diana Luz Ceballos Gémez toda la informacién se ha micro- filmado—y ya han publicado una parte de las transcripciones, que si bien presentan algunos problemas, facilitan y resultan un recurso in- valuable para el acceso y la investi- gacién de la informacién inquisi- torial.! Hay, pues, un proceso de microfilmacién y de adquisicién de microfilmes en ciemes, yno s6lo por esta institucién, ademas de que la transcripcién de fuentes y su res- pectiva publicacién en impresos 0 en intemet se ha incrementado un poco, aunque de forma moderada. El Archivo Histérico de Medellin ofrece un ambiente muy agradable de trabajo y esta en proceso de ser indizado, al igual que el Archivo Judicial de Medellin. Los archivos episcopales de las principales ciu- dades, como losde Tunja, Medellin, Bogota, Popayan, etc., tienen ain una clasificacién incipiente y no siempre son de facil acceso. A la mano tenemos muchos otros archi- vos en pueblos, ciudades interme- dias e iglesias que datan dela épo- ca colonial. Si se piensa en la histo- ria de Antioquia tinicamente y por nombrar sdlo algunos diferentes a los de Medellin, se podria acudir a Jos de Marinilla, Rionegro, Santafé 1. Splendiani, A. M.,J.E. Sinchez Bohér- quezyE. C. Luque de Salazar, Cincuenta aiios de inquisicién en el Tribunal de Cartagena de Indias: 1610-1660, 4 tomos, Santafé de Bogoté, 1997. 53 de Antioquia, y susiglesias colonia- les respectivas. Una historia, pues, un poco dispersa... Desafortunadamente, algunos de los archivos ms importantes para la historia de este periodo, los de Cartagena de Indias, desaparecie- ron. Cartagena es quizas la tnica verdadera ciudad del Nuevo Reino de Granada y el puerto mas impor- tante del Imperio Espafiol, concen- traba la trata negrera, una gran parte del comercio y en ella tenia asiento el Tribunal dela Inquisicién con ju- tisdiccién sobre el Nuevo Reino, Pa- nami, el Caribe y Venezuela, ade- mas de ser bastién militar y punto ‘importante en la competencia con los otros dos grandes reinos: Francia y Gran Bretafia. Estos archivos: asien- to denegros, aduanas, pasajeros, In- quisicién y consulado, més los de Gobemacién, notariales y de cabil- do desaparecieron, en el fondo del mar 0 bajo las llamas, gracias a las pretensiones de orden de un gober- nador de tumo —de este siglo—, otra parte por las inclemencias del tiempo; y del de Inquisicién, no se conoce su paradero, desaparecié simplemente. En el Archivo Histor co de Cartagena, organizado bajo os auspicios del Banco de la Repi- blica, se encuentran tmicamente dos becerros de finales del siglo XVII. Lo que atafie a esta parte de la his- toria, hay que rastrearlo a retazos, ‘pues es una historia muy fragmenta- 54 da, en los archivos espaiioles, el Ar- chivo General de Indias de Sevilla, el Archivo General de Simancas y el Archivo Nacional de Espaiia en Madrid, y para el caso del comer- cio, también se podria acudir a ar- chivos briténicos y franceses basi- camente, El Archivo de Indias fue el pri- mer archivo histérico del mundo occidental, creado con el propési- to de facilitar la investigacion histé- Tica, para tener acceso directo a las fuentes, en el afan de Espafia de combatir los efectos de la Leyen- danegra. También la administracion —ypor ende sus archivos— esta- ba dispersa dentro de la Peninsula, debido a las caracteristicas de las funciones mismas: el Consejo de Castilla debia estar cerca de la Cor- te para asesorarla; pero el Consejo de Indias debia estar cerca a los barcos, rumbo a América y Filipi- nas y con acceso al mar; mientras Ja Inquisici6n tenia su propia sede y su archivo en Simancas. En 1770, Juan Bautista Muiioz fue nombra- do por Carlos II Cosmégrafo Mayor de Indias y, en 1779, reci- bi6 comision del Rey para que es- cribiese la “Historia del Nuevo Mundo”, para lo cual y autorizado por el monarca deberia revisar to- dos los papeles en todos los archi- vos y bibliotecas de Espaiia, si- guiendo las ideas ilustradas en boga en la época. Esta obra emulaba y Historia y Sociedad 7 debia contrarrestar los efectos de otras dos que habian levantado bas- tante roncha y dejaban muy mal pa- rada a Espafia: The History of America de William Robertson, pu- blicada en Londres en 1777, y la Histoire philosophique et poli- tique des établissements et du commerce des européens dans les deux Indes, publicada por el abate Reynal en 1770. Su objeto era mos- ‘trar otra cara, menos amarga y os- cura, de la historia de Espaiia y de la colonizacién de las Indias, y res- catar a la Corona de esa imagen desvencijada y de decadencia del Imperio que se habia extendido la segunda mitad del siglo XVII, pues si bien es cierto que ella era ya en gran parte verdad, los fran- ceses e ingleses en su afin de de- tractar a su contendor, no pocas ‘veces contaron historias plagadas de mentiras y exageraciones, que con el tiempo, unidas a las verda- des, conformaron la llamada Leyen- da negra. Con tal fin y para facili- tar la investigacién, se decidié re- coger todos los documentos refe- rentes a Indias en un archivo nue- vo, ubicado en la Casa dela Lonja de Sevilla, edificio del siglo XVIy lugar donde funciona en la actuali- dad. Se puede considerar a 1785 como el afio de su fundacién, afio en que se hacen las primeras obras de adaptacion, los primeros nom- bramientos y legan los primeros Diana Luz Ceballos Gémex papeles. Las pretensiones iniciales de ordenamiento de la documenta- cién datan de junio 30 de 1544, cuando por Real Cédula de Carlos V, se determiné que todos los pa- peles de indios deberian ir a Si- mancas. E] archivo tiene 16 seccio- nes, que respetan su principio de procedencia: Patronato, Contadu- ria, Contratacion, Justicia, Gobier- no, Escribania de Camara, Secre- taria del Juzgado de Arribadas y Comisaria de Hacienda Publica, Correos, Ultramar, Papeles de Cu- ba, Consulados, Titulos de Castilla, Diversos, Tribunales de Cuentas, Mapas, Planos y Dibujos, y el In- diferente General, que es una fuen- te inagotable de sorpresas para la historia de América.? Hay edicio- nes en microfilm de los inventarios del siglo X VILL realiza dos con mo- tivo del bicentenario, y esta digi- talizada la informacion de lo que ain se encuentra en Simancas —Se- cretaria de Guerra— y en Madrid —Ultramar, Ordenes Militares, Di- versos, Consejos, Clero, Inquisi- cin y Cédices del Archivo Nacio- nal de Espaiia—. Quiza los fondos més copiosos para la historia del Nuevo Reino sean los de Justicia, Gobierno, Escribania de Camara y Hacienda. Para Cartagena ya en- trada de personas y bienes al Rei- 2. Aun para los Estados Unidos. 55 no habria que contar también con Contratacién, Ultramar, Consulados y Contaduria. Y, por supuesto, el Indiferente General. Una gran parte de su informacion se encuentra digitalizada, proceso Ievado a cabo por la IBM para el V Centenario. Otra se halla microfil- mada. Sie tiene la signatura preci- sa se puede pedir esta informacion, en fotocopias o microfilmes, por correo —no hay que ir necesaria- mente al archivo. Son amables y brindan ayuda por correo, aun sin signaturas. Igual cosa sucede en Madrid en el Archivo Nacional—. Aiin no es posible adquirir una co- pia en CD de la informacién di- gitalizada, pues |a legislacin sobre este medio todavia no esta clara- mente establecida. En el Archivo Nacional de Es- pafia se encuentra, entre otros fon- dos, como se mencioné arriba, el Fondo de Inquisicién —en el Ar- chivo General de Indias cuentan con copias microfilmadas del mis- mo—, procedente del Archivo de Simancas, lugar donde estaban cen- tralizados los papeles del Consejo de la Suprema Inquisicién —ade- mis de los otros fondos menciona- dos arriba—, denominado popular~ mente como Suprema. Este fondo abarca todos los papeles del Con- sejo, los papeles remitidos a la Su- prema por los veintiin Tribumales de 56 Distrito, ambos provenientes de Simancas, y los archivos de los Tri- bunales de Distrito con sede en Es- paiia, que se han ido centralizando en Madrid. La documentacién que alli se encuentra referente al Tribu- nal de Cartagena de Indias abarca loslegajos comprendidos entre los afios de 1612 a 1791 y era enviada por éste al Consejo en los casos en Jos queno habia acuerdo en la sen- tencia dictada; cuando se trataba de materia grave, contra persona ecle- sidstica o porque las disposiciones asilo exigieran, como en ciertas sen- tencias por brujeria y sortilegio; en los casos de apelacién, en los de consulta o para revisiones del Con- sejo. De ellos se enviaba, general- mente, el traslado, es decir una co- pia; a veces se enviaba el original y eltraslado permanecia en el Tribu- nal. Los delitos mas cominmente juzgados fueron judaismo y tenden- ciasjudaizantes entre los cristianos nuevos, herejiay proposiciones en- tre los cristianos viejos, protestan- tismo —luteranos y calvinistas—, Digamia y resabios de herejia, es de- cir, hechiceria, brujeria, sortilegios, supersticiones, pacto con el Demo- nio, etc.; y da cuenta solo de pro- cesos contra blancos, negrosy mu- atos, pues los indios —y a veces por extensién sus descendientes mestizos y zambos, a falta de una legislacién clara— no podian ser procesados por la Inquisicion se- Historia y Sociedad 7 gin una Cédula de 1571 de Felipe 11 El Tribunal de Cartagena fue fan- dado en 1610, por lo que los in- dios munca estuvieron bajo su juris- diccién, sino bajo la de las autori- dades civiles 0 episcopales. En Madrid, se encuentra, entonces, toda la documentacién de Simancas referente al Nuevo Reino de Gra- nada, que no fue trasladada en el siglo XVIII a Sevilla, excepcién hecha de la Secretaria de Guerra. Ademis, hay que tener siempre presente en la bisqueda de infor- macién, queen el siglo XVIy hasta Ia segunda mitad del XVII muchos asuntos se manejaban ain desde Espafia, porque la sociedad y las instituciones en América no estaban todavia claramente establecidas y “asentadas”. A partir dela segunda parte del siglo XVITy en el XVI, cuando la sociedad es ya un hecho consumado, la mayoria de las ta- reas dela administracion del terri- torio y de sus gentes se llevaré a cabo desde América misma, razon porla cualla mayoria de estas firen- tes estén también més a la mano. Dos obras, profindamente liga- dasa los archivos a los archiveros, que pueden ser de gran utilidad para la investigacion de la época colo- nial, para la comprensién de la his- toria de América y para un acerca- miento a sus particularidades, son los trabajos de Manuel Josef de Ayala, Consejero del Real y Supre- Diana Luz Ceballos Gomez mo de las Indias y Caballero de la Realy distinguida Orden de Carlos IL, Notas ala Recopilacion de In- dias. Origen e historia ilustrada de las Leyes de Indias’ y Diccio- nario de gobiernoy legislacion de Indias,‘ obras que permanecieron inéditas hasta el siglo XX, la prime- ra hasta 1945 y la segunda hasta 1951. Don Manuel Josef de Ayala na- cid el 26 de marzo de 1728 en Ciu- dad de Panamé, donde estudi6 en el Colegio de San Agustin y en el de San Diego, de alli pasd a estu- diar a Espaiia, donde se gradué, en 1753, de bachiller en Cénones en la Universidad Hispalense, En 1760 estinmulé la creacién de los dos ar- chivos de las Secretarias del Peniy ‘Nueva Espafia en el Consejo Su- premo y en el de la Secretaria del Despacho Universal de Indias. El 3, De Ayala, Manuel Josef, Notas a la Re- copilacién de Indias. Origen e historia ilustrada de las Leyes de Indias, Obra iné- dita, transcripcion y estudio preliminar de Juan Manzano Manzano, Madrid, Edicio- nes Cultura Hispénica, 1945, 458 p. 4, De Ayala, Manuel Josef, Diccionario de gobierno y legislactin de Indias, Edi- cin de Marta Milagros del Vas Mingo, 13. tomos. Madrid, Ediciones de Cultura His- ‘panica-Instituto de Cooperacién Iberoame- ricana-Quinto Centenario (Coleccién docu- ‘mentos inéditos para la historia de Ibero- américa), 1988. [Reimpresién de la edicién de México de 1951, al cuidado de Rafael Altamira) 57 22 de noviembre de 1762, por Real Decreto fie establecida nueva plan- ta para el Despacho Universal de Indias y se creé el cargo de archi- ‘vero, para el cual se designé a Ayala en agosto de1763 con sueldo de 15.000 reales (Secretaria de Gra- cia y Justicia). Ayala, y esto es lo quenosinteresa alos historiadores, rescaté y ordend con tres escribien- tes, pagados de su bolsillo, una gran cantidad de papeles y comenz6 su obra de recopilacién.’ Hacia enero de 1767 tenia Ayala casi realizada su labor. Elaboré: —Coleccién de Cédulas y Con- sultas, —coleccién de documentos referentes a Indias, sin clasificacion, mis de 30 volimenes. —Diecionario de Gobierno y Legislacion de Indias —agrupa el contenido dela Coleccién confor- mea un indice alfabético de voces © materias, tomando como base el Indice General de la Recopilacion de Indias, debajo de cada voz: extractos resumidos de las disposi- ciones. —Miscelénea, Notas a la Re- copilacién de Indias. E18 de marzo de1805, muere Ayala en Madrid, Juan Miguel Re~ 5. De Ayala, Manuel Josef, Dieciona- rio..., tomo 1. 58 presa fixe encargado de continuar la Coleccion de Ayala, cuando éste fie relevado de la misma. De este trabajo surge la Coleccion de de- cisiones de Indias, por D. Juan Mi- guel Represa, desde el afio de 1780 hasta el de 1819, inclusive, con in- dices, y aparte, uno general, pero la base de esta obra fue el trabajo ya realizado por Ayala, Lo problemitico de las fuentes o de cmo a veces la historia termina exigiendo una gran dosis deimaginacién e instinto La documentaciGn inquisitorial es de una enorme riqueza para la in- vestigaci6n histérica, sin embargo en el caso de Cartagena presenta numerosos obstaculos para la inter- pretacién, puesnormalmenteno se hacia el traslado de los procesos completos, sino de apartes de los mismos. Esta informacién por ser fragmentaria presenta muchos in- convenientes. Solamente el hecho de ser copias enviadas a la Supre- ma hace que sean recortadas y li- mitadas. Toda la documentacion colonial “invisibiliza” ala gente del comin, a negros, pobres, mujeres, mestizos e indios, su palabra nos viene dada y tamizada a través de un blanco, escribano, juez 0 abo- gado, ademas, el hecho de queno seincluya todo el proceso agranda Historia y Sociedad 7 este silencio. Las declaraciones son copiadas del cuaderno de testigos ylas acusaciones del cuaderno de comisarios. No se puede saber, por ejemplo, silos acusadosno fue- Ton torturadoso si las actas del tor- mento no fueron transcritas en el traslado para la Suprema. Los inquisidores espafiolesno eran muy amantes de emplear el tormento como método de indagacién, pues dudaban que fuera efectivo en la in- terrogacién, Tampoco se puede saber si fueron empleados otros mecanismos de presién o “métodos de ablandamiento”, ni cudnta pre- sion se ejercié sobre la declaracion de los testigos y de los reos, por- quela cronologia del proceso no es documentable. En cambio, los juicios seculares, por habemnos Ilegado completos, tienen un orden fijo y rastreable y permiten mds transparencia en la valoracién de los testimonios, cues- tionarios de losjueces, presion bajo tormento o amenazas, promesas de benevolencia y respuestas de los Teos, se puede leer mas entre lineas y determinar sil juez, el escribano 0 el traductor o traductora metie- Ton sus narices en las declaracio- nes de reos y testigos. En general, la interpretacién his- torica de las fuentes es siempre li- mitada. Aunque es cierto que to- dos los procesos contienen filtros que limitan la investigacion hist6ri- Diane Luz Ceballos Gomez ca. Lavisién del juez-y del escriba- no, asi como su vision del mundo interpretan siempre los testimonios. Igualmente, la forma de preguntar, los cuestionariosy el interrogatorio dirigido o sugestivo condicionan desde el principio el proceso y lo hacen avecestendencioso. Las co- piasinquisitoriales restringen mucho més la interpretacién 0, por lo me- nos, la hacen mas insegura 0 poco confiable, por ser fragmentarias, Dealgunos procesos existe tini- camente un resumen, las llamadas Relaciones de Causas de Fe, una especie de informe para la Supre- ma delos procesos 0 causas de fe, que fueron seguidos durante el aio. En ellos es mucho mis dificil aven- turar una interpretacién y la vision de los otros se dificulta mis. Esmuy dificil, pues, valorar los testimonios, sobre todo las decla- taciones delos acusados: —Elsolo hecho de tratarse dela Inquisicién y no de un juez cualquie- ray las severas consecuencias que ‘un proceso inquisitorial podia traer areos ya testigos falsos, hara que la gente se sienta presionada a ac- tuar de determinada manera (penas pecuniarias, en honory oficios, pro- hibicién de ocupar cargos civiles y eclesiasticos, oprobio, etc. ) —Eltipo de procedimiento pe- nal, es decir, la aplicacién rigurosa 59 del método inquisitorial de indaga- cién y la exigencia del secreto en los procesos de la Inquisicién, con- tribuiran a complicar el juicio y la valoracién histérica de los testimo- nios de testigosy reos. —En resumen, el hecho de no contar con el proceso completo, nos sitia ante un triple filtro: * El del proceso mismo, que existe aun cuando no se rate de una copia y esta dado por la vision del juez y el escribano y su forma de indagacion, que desde el inicio con- dicionan el proceso. * En algunos procesosesnece- sario acudir a un intérprete, lo que implica muchos problemas lingitis- ticos, de comunicacién y traduc- cién. De ello se hablaré mas ade- lante. * El que se trate de copias de los procesos o resiimenes de los tmismos, implica no slo que en el Tesumen 0 copia se pone por se- gunda vez la mano —Iéase mit da— del blanco, quien vuelve a in- tervenir —una vez mis— con su forma de entender el mundo, sino también que es una version recor- tada y que se hace aposteriori. Dos aspectos que han de filtrar y empo- brecer el entendimiento del proce- so y nuestra posibilidad de cono- cer o siquiera intuir lo que pasaba por la cabeza de aquellas personas 60 procesadas porla Inquisicién. Ade- mis, habria que sumarle el filtro ma- yor: el del cocimiento de la historia, el del paso del tiempo y de la con- siguiente desaparicién del archivo local, que nos impidié conocer el archivo original y nos dejé el acce- so s6lo a aquellas copias que el Tri- bunal del distrito de Cartagena en- viaba al Consejo de la Suprema In- quisicién, perdiéndose asi las minucias, papeles administrativos y muchos otros papelesno dirigidos al Consejo y causados alli. La lengua: problemas de traduccién Espaiioles, afticanosy america- nos pertenecian a diferentes siste- mas de significacién y de conoci- miento, por lo cual no es de extra- fiar que se produjeran problemas de comunicacién detodo tipo. En algunos procesos fue necesa- tio recurrir a la intervencién de in- témpretes, sobre todo a finales del siglo XVIy comienzos del XVI, lo que trajo consigo numerosos pro- blemas de lenguajey de traduccién. Esto nos remite al problema de la traductibilidad entre las diferentes Ienguas, en términos lingitisticos a secas, pues los idiomas no tienen la misma riqueza en los mismos cam- pos: algunos conceptos de una len- Historia y Sociedad 7 gua no poseen un equivalente en otra. Las religiones afticanas y ameri- canas, por ejemplo, son de cardc- ter politeista, el sélo hecho detemer varias deidades les hard tener mis palabras para ese tipo de entida- des. Pero también la traductibilidad cultural es importante, pues la va- loracién que de un hecho hace una cultura no esla misma que otra hace de él. Entidades como el mal, el bien, dioses, espiritus, magia, me- dicina, brujeria, etc, tienen diferen- tes connotaciones culturales, dife- rentes modos de explicacién y de existencia. Enelcaso concreto de la religion, Jos nombres de las deidades y los espiritus ayudadores africanos y americanos fieron traducidos como “demonio”. Para el monoteismo es- pafiol todoslos otrosespiritusy dio- seseran demonios. La lengua se filtra con Ia ideologia cristiana y la impo- sibilidad de la traduccién de algu- nos conceptos conduce a la profizn- dizacién de los malentendidos cul- turales y dela brecha existente en- tre estas tres diferentes interpreta- ciones del numndo. Los conceptos y su significado tienen un caricter histérico-cultural Para los indios ynegros en trénsito Disna Luz Ceballos Gémez de sus lenguas de origen al espafiol esmuy dificil hablar sobre concep- tos que implican una valoracién moral, algunas veces lo hacen des- de una cultura, Ia suya, y a veces desde la otra, la que comienzan a aprender. Es dificil sopesar cuando el uso de ciertos conceptos por los acu- 61 sados se debe a un efecto de la istianizaciOn oa unai 2 que el juez o el escribano hacen desde su lengua —ellos son quie- nes escriben—. Puede ser también un efecto de la traductibilidad, lo que es claro es que con el correr del tiempo se dio una asimilacion total de las otras deidades al de-

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