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El asalto al Estado £1 Estado y ol mercado sen insttuciones y al mercado: complementarias, El Estado -el sistema : corstitucional y la organizacion o neoliberalismo Y ssato quelo gerantize-es a principal teoria econdmica _ insttucién que coordina las cociodades modemas, el principal instrumento a través del cual as sociededes democraticas moidean el capitalismo para poder alcanzar sus objetivos politicos. El mercado es una institucién: asada en la competencia que, bajo la regulacién del Estado, contribuye a la coordinacién de la economia. Desde fines de fos 60, el neoliberalismo lanzé un asaito al Estado (y también al mercado) desde la teoria neoclasica y la teoria de la eleccién ptiblica, que se convirtieron en una metaideologia de la época. Aunque el ataque fue feroz, la actual crisis ‘econémica confirma la necesidad de Luiz Cantos reconstruir el Estado y buscar una nueva BRESSER-PEREIRA complementariedad con el mercado. us iden de un mercado autoregulade impliaba una auténtca utopia Una insttucion com esa no pola exis de forms deradera sin eniquilar Is enstancie Inwmana y netural de asocedad, sn destrurfsicamente al hombre ‘transformer su ambiente en un desierto, KariPolanyi. 1948! Lulz Carlos Bresser-Pereira: profesor emérto dele Fundacién Getdio Varges. Pigina week www bresserpereracegb, bras claves: Estado, mercado, neokberalismo, economia, eos 1 TheGreat Transformation: The Politcal and Econome Origins ofOxt Tie, Fare Rinehart, Nue- ve York, 944 [Hay edicgn en espafol:Le gran ransormaccn. Les orienesplticos y exons de esto temps, Fed de Cultura Bcondsnien, Méxko, o, 1982) Nota: traduecin de Sara Ditch Laversin orginal de est articulo en pertugués puede cons farse en , Nuc Soceow 221 84 Luz Clos ressar Perera a oposicién entre Estado y mercado se transformé en un problema desde 109 80 y 90, cuando el necliberalismo adquirié tal hegemonia que este planteo comenzé a parecer natural y legitimo. A través de esa oposicion, dos instituciones que por su propia naturaleza son estructuralmente complemen- tarias fueron colocadas en el mismo plano. El Estado, en efecto, es el sistema constitucional-legal y la organizacion que lo garantiza;es, por lo tanto, la ins- titucion fundamental de cada sociedad, la matriz de las demas instituciones, el principio coordinador o reguledo: con poder sobre toda la sociedad, y el aparato politico que ejecuta ese poder. Es a través de la ley o del orden juri co como se coordinan las acciones sociales, y es mediante la administracién piiblica como se garantiza esa coordinacién. EI mercado, en cambio, es uina institucién mas limitada, pero también fundamental: e el mecanismo de competencia econémica regulade por el Estado que logra una coordinacién, relativamente automitica entre las acciones econémicas; ¢9 Ia institucién que compl nente la coordinacién més amplia realizada por el Estado, No tiene sentido, por lo tanto, oponer Esiado y mercado. Pocemos sefialar los problemas del Estado y podemos entencer que determinadas activida- des se pueden coordinar mejor si el Estado limita su presencia en el merca~ do. Lo que no podemos es ver las dos formas de coordinacién comoalterna- tivas: el Estado siempre regularé los mercados. La responsabilidad final por Ja buena 0 mala coordinacién no seré del mercado, que no tiene voluntad, sino dela sociedad, que a través de sus formas de organizacién politica -la sociedad civil o nacién~ constituye su Estado (yen el Estado democritico, lige su gel 0) Las sociedades modernas son sociedades capitalistas organizadas territo- rialmente en pafses o Estados-nacion soberancs. Actualmente, en el mar~ co del capitalismo global, desaparecieron los imperios y las areas ocupadas por tribus y clanes, y todo el planeta estd cubierto por Estados-nacién que constituyen un gran sistema politico mundial. Por otro lado, a medida que los paises abrieron sus mercados al comercio, la globalizaciGn transforms el mundo en un gran mercado, en un gran sistema econémico cada vez mis integrado. En este gran sistema politico y econémico, las unidades son los Estados-nacidn, cada uno de ellosconstituido por una nacién ouna sociedad Civil, un Estado y un territorio, En este contexto, un pais desarrollado desde ‘el punto de vista econémico, social y politicoes un pats cuya nacién tiene a su servicio un Estado fuerte y capaz, que a su vez regula un mercado libre y eficiente. Estado y mercado son, por Io tanto, instituciones de la sociedad; ‘Son sus instrumentos de accion colectiva, son las herramientas principales 85 New Soceo10221 Elasalo al Estado yal mercado: naolberaismo y eota econdmica de cada sociedad para alcanzar sus objetivos. El instrumento fundamental @s el Estado; el mercado lo complementa. Cuanto mas fuerte sea una institu- cin, més fuerte sera la otra Neoliberalismo No es posible pretender aumentar el poder del mercado a expensas del debilitamiento de! Estado, como pretendié irracionalmente el neolibera- lismo. Bsa ideclogfa -asociada a teorias econémicas y politicas aparente- mente cientificas— iniié un verdadero asalto al Estado democrdticoy social que habia comenzado a establecerse desde el New Deal en Estedos Unidos y que se consclids, principalmente cen Europa, luego de la Segunda NO es posible pretender Guerra Mundial, Pero tambien el aumentar el poder del mercado mercado fue asaltado: ante falta expensas del debilitamiento de regulaci6n, dejé de cumplir su funci6n en lasociedad ycomenz6 _#€! Estado, come pretendié adegradarse. irracionalmente el neoliberalismo. Esa ideologia inicié un verdadero Peo ae asalto al Estado democratico cn los sltimos 30 avios -transfor- Social que habia comenzado mada en sentido comin-no bus- a establecerse desde el cabael debilitamiento del Estado: Solobuscebaretirriodelaestera Now Dealen Estados Unidos productiva; es decir, que dejara ce ser un «Estado productor» para transfor- arse en un «Estado regulador. De hecho, una parte del discursoneoliberal descansaba en este argumento. Pero era un discurso vacfo, un clasico dis- curso orwelliano en el sentido de que fo que se dice es fo opuesto a fo que se pretence significar. El papel fundamental del Estado es, de hecho, el de regu- lador. Pero también puede ser protector, inductor, capacitador (enabling) y, en las fases iniciales de desarrollo econémico, productor. El neoliberalismo, por supuesto, no deseaba un Estado con estas iltimas cualidades, pero tampoco queria un Estado regulador. El objetivo era desregular en vez de regu Para el neoliberalismo, el Estado debfa ser un Estado «mfnimoy, lo que sig nificaba al menos cuatro cosas: primero, que dejara de encargarse de la pro- duccion de determinados bienes basicos relacionados con la infraesteuctura econémica; segundo, que desmontara el Estado social, es decir, el sisterma de protecci6n a través del cual las sociedades modernas buscan corregir la Nua Soceow 221 86 Lue Carlos Gresser Pacer ceguers dol mercado en relacién con la justicia social; tercero, que dejara de inducir la inversién productiva y el desarrollo tecnolégico y cientifico (que dejara de liderar una estrategia nacional de desarrollo}; y cuarto, que dejara de regular los mercados y, sobre todo, los mercados financieros, para que se autorregularan. La propuesta mis repetida fue la desregulacién de los mercados. ;Cémo era posible, entonces, hablar de un Estado regulador? Mas sincero habria sido decir «Estado desregulador». Lo que se pretendifa era, en efecto, un Estado débil, que convirtiera la economia en el campo de entrena- miento de las grandes empresas. E| neoliberalismo fue la ideologia hegeménica desde el comienzo dela déca- dda de 1980 hasta el inicio de 2000, Fue la ideologia adoptada y promovida por les gobiernos estacounidenses a partir de Ronald Reagan. Desde inicios del nuevo siglo, sin embargo, la intrfaseca irracionalidad del neoliberalismo, su fracaso en promover el crecimiento econémico de los pafses en desarrollo, su tendencia a profundizar la concentracién del ingreso y a aumentar la inestabilidad macroeconémica demostrada por las continuas crisis finan- cieras de los 90, constituyen indicadores de su agotamiento. Pero fue el crash de octubre de 2008 y la crisis actual, que obligé al Estado a intervenir fuer- temente para salvar bancos, empresas y familias endeudadas, la seftal de- finitiva del colapso de esa ideologfa: el fin de su hegemonfa. Al final, el tan despreciado Estado era llamado para salvar al mercado. El neoliberalismo es hoy una ideologia muerts. éEstarésiendo injusto con el neoliberalismo? Como siempre fui critico de esta corriente,traigo a colacién el testimonio de Francis Fukuyama, un conservador pero no un neoliberal que, en La consiruccién del Estado: gobierno y organizacién on a siglo xx? (2004), ensaya una fuerte critica ala politica neoliberal impulsada por exuu en los paises menos desarrolla~ dos, principalmente los africanos. En su libro, Fukuyama demuestra c6mo esa politica liev6 al debilitamiento de los Estados y como un Estado debil deriva en un Estado fracasado (filed state). Por supuesto, los Estados-nacién fracasados son casos limites, pero son los casos limites los que aclaran las situaciones ambiguas. EI neoliberalismo suele definirse como un liberalismo econémico radical, como Ia ideologia del Estado minimo y de los mercados autorregulados. Estas 2. BdicionesB, Barcelona, 2004. 3. Por Estadoen singular me refiero a ainstitucién fundamental (l orden juridico y la cxgani- Zacion que lo garantiza) dea unidad polficoteitozal, quees un patso Estado-nactin. Cua ‘pen ine relaciones internacionales hablamos de -Eatadoss on plural, nos referimos 4 pafeet 0 Esiados-nacién 87 New Socean0 221 asalioal Estado yal mercado: naotberaisro yteofa ezoniica definiciones son correctas, pero la primera presenta un probleme grave. Al final, tanto el liberalism politice como el econémico fueron conquistas so- ciales ~y hubo muchas formas de liberalism radical que no tenfon nada de neoliberales*-. Por lo tanto, creo que es conveniente definir el neoliberalismo compardndolo histdricamente con el liberalismo. El liberalism era, en el siglo xvttyIaideologia de una clase media burguesa en lucha contra laoligarquia de los seRores de la tierra y de las armas apoyados por un Estado autocratico. Por eso, caracterizar el neoliberalisma, una ideologia reaccioraria, como un libe- ralismo econémico radical, no parece adecuado, porque el liberalismo radical dol siglo xvit 0 comienzas del siglo xix era revolticonario. En rigor, el neo boralismo es la idealogia que los sactores més cicos de Ia sociedad utilizaron a srastnbastonayeoterieeek ENigor, el neoliberalismo emoctatico social. Es porlo tanto, €8 la ideologia que los sectores tuna ideologia eminentemente reac mg ricos dela sociedad Cionaria. Unaideologia que -apoys- da en |ateorfa econémicaneoclésica de las expectativas racionales, en el ontra los pobres y los nuevo institucionalismo y en las trabajadores y contra el Estado. versiones mas radicales de la escue- : ladelaeleceién raconal-monté un Semocratico social. Es, por verdadero asalto politica y te6ri- 10 tanto, una ideologia co contra ol Estado y los mercades__ominentomente reaccionaria ® regulados. Si comparamot estes 30 aios neoliberales con los inmediatamente anteriores, veremos que, en los paises tices, las tasas de crecimiento fueron menores, la inestabilidad econé- rmico-financiera aumento y la ren‘a se concentr6, mientras que en los passes en desarrollo que aceptaron esa ideologia las tasas de crecimiento resultaron insuficientes para alcanzar alos pafses desarrallados (catching up utilizaron a fines del siglo xx Estado EL Estado es la gran construccién institucional de las sociedades. Hegel fueel primero en comprender este hecho y en verlo como la cristalizacién de la ra- 26n, como el momento mis alto dela racionalidad humana. Tenemos dificulta- dees para entender esta afirmacién porque en general vemos a nuestros Estados como instituciones normativas Imperfectas que siempre necesitan reformas 4.EI Diccionario Encclopic Sela Salva Barcelona, 1954) por ejempl, define coma liberal ‘mo radicals aque en el queexst pens independenca entre el Estado la iglesia, Nusa Socson0 221 88 Lue Gatos Bresser Perera (nel istema constitucional-egal) y como instituciones organizativas pobladas de funcionarios y politicos llenos de problemas, tanto administratives como éticos (en el aparato del Estado o administracién puiblica). Pero esta diferencia entre el proyecto y la realidad no le quita al Estado stt naturaleza de producto de la voluntad humana, ée bisqueda mediante la racionalidad. Mientras una economia y una sociedad sin Estado son el reino de la necesidad, el Estado es el rein de Ia libertad y la voluntad humanes. En la economia y en In sociedad, cada uno defiende sus intereses y, solo en forma secundaria, colabora con los dems; ambas cosas se realizan de mane- ra desordenada. No existen objetivas comunes ni hay elecciones colectivas. Por eso, cuando los economistas que se autodenominan liberates» buscan desarrollar teorias scbre la sociedad y la economia sin considerar el Es- tado y 1a politica, terminan cayendo inevitablemente en el vicio del de- terminismo. Un determinismo propio de las ciencias naturales, pero que atrae a los economistas en la medida en que vuelve su ciencia més «cien- tifican, aparentemente mas precisa y con mayor poder de explicacién. En realidad, la economia, convertida en una disciplina determinista gracias a simplificaciones radicales respecto del comportamiento humano, resul- ta engaiosa, porque existe un elemento de libertad e imprevisibilidad en cada ser humano y porque el comportamiento social no es la mera suma de os comportamientos individuales. Reunidos en sociedad, los individuos comparten valores y creencias y construyen instituciones que cambian los patrones de comportamiento social. Esa través de la construcciGn del siste- ‘ma constitucional-legal dotado de legitimidad y efectividad (el Estado) y a través de las demas instituciones sociales como los ciudadanos transforman ‘su sociedad de acuerdo con esos valores. Por lo tanto, para intentar entender Ia sociedad y la economia debemes consi- derar también el Estado, el gobierno y las demés instituciones que lo integran. Como dice Karl Polanyi, «el liberalism econémico ley6 erréneamente la Revo- Jucidn Industrial porque insistié en analizar los acontecimientos sociales desde €1 punto de vista economicos, porque crey6 en la wespontaneidad» del cambio ‘social ignorando «las verdades elementals de la teorfa politica y la competencia para gobemar(siatecraf)». Inclusossi estan preocupados por sus propios intere- ses, ls ciudadanos son libres cuando también se muestran capaces de regular Ja sociedad y la economia, organizar el bien comin, construir su nacién y su Estado; en sintesis, cuando pueden cambiar para mejor su destino. 5.K folanyisob.cit, p33. 89 Nua Sooem0 221 asaioa Estado yal mercado: eolberaksmo y sora econémica El éxito en esta tarea es, desde luego, siempre relativa, pero si creemos en el progreso podremos rechazar las visiones pesimistas y pensar que el reino de lalibertad va, poco a poco, imponiéndose al eine de la necesidad, y que los hombres, a través de la construccién del Estado, van gradualmente dando forma a sociedades més présperas libres, justas y cuidacosas del ambien te. El Estado social ~o Estado de Bienestar~ que las sociedades europeas, principalmente lasescandinavas, construyeron, esta lejos de serel El Estado, como orden juridico, Paraiso, peroesunasefial signifi: @g fa realizacién concreta dela ne ree eae libertad y la razén humanas. El Estado, como orden juridico,es ES nuestro instrumento de acclén larealizacién concretadelaliber-colectiva por excelencia Et tad y laraz6n humanas. Es nues- tro instrumento de accién colectiva por excelencia, Pero es un instrumento imperfecto, no solo porque somos imperfectos sino porque ese «nuestro» jamais se identifica con el de todos, ni con la voluntad general de Rousseau. En cada sociedad necesitamos saber quién es el «ncsotros» que construye el Estado y Jo usa como instrumento para alcanzar sus objetivos. Cuando Marx y Engels, cen el Manifesto comunsta, efinieron el Estado como «el comité ejecutivo de la ‘burguesfa», se estaban desvinculando del Estado. Le estaban negando raciona- lidad y legitimidad. ¥ tenfan raz6n, porque el Estado de aquella época era au- toritarioy liberal: afirmaba Ia libertad individual pero negaba la libertad po- Ittica de votar y ser votado ~de participar en el gobierno. Y también tenfan, raz6n en la medida en que las dos formas mediante las cuales la sociedad se ‘organizaba politicamente para determinarlas acciones del Estado -la nacién y la sociedad civil-eran ellas mismas autoriterias, en la medida en que todo ‘1 poder estaba concentrado en una burguesia emergente y una aristocracia decadente. Pero incluso en aquella época -o en aquella fase del dessrro- Mola constitucién de un Estado-nacién pasaba también por la lucha do las, pobres y de los trabajadores, ya que la burguesia en aacenso los necesitaba para alzanzar la indepencencia © la autonomia nacional: es decir, para for- mar su propio Estado-nacién. Entorces, aun cuando no resultarfan los més beneficiados por Ia construccién del Estado-nacional, los trabajadores sa- Dian que ese serfa -o podria ser~ su instrumento de accién colectiva. Por eso, lucharon por la construccion del Estado y luego por la forma democratica de ese Estado. En este sentido, hay que comprender que la democracia no existe independientemente del Estado: la democracia es el regimen politico basado ‘en el derechoa la participacién popular eneel gobiemo de un Estado. Los paf- 5 més desarrollados poseen un Estado democritico y social porque no solo Nuew Soceom 221 90 Lui Carlos Bresser-Porera elpropio Estado. sino también la sociedad civil ya nacién se democratizaron intemnamente, porque la desigualdad econémicayy politica disminays. En las sociedacles de este tipo, los trabajadores y os pobres, aun cuando contintien teniendo menos peso que las elites, han lograde alcanzar algune participa- cién en la definicign de los rumbos de la aceién colectiva E] Estado moderno reguta los mercados desde su primera forma histrica, el Estado absolute. Este surgio de la alianza de les oligarquias terratenientes y militares con la naciente burguesia. Poco después se constituyé el Esta~ do liberal, una conquista de la burguesa. La democracia liberal de eeuu y la democracia social de Europa no nacieron de las elites, sino del pueblo, Las elites burguesas estaban satisfechas con el Estado liberal, con el Estado que garantizaba sus derechos civiles. Quienes pidieron participacién en la politica fueron los pobres y los trabajadores. De allf result6, en un primer momento, el Estado democratico-liberal y, después de la Segunda Guerra ‘Mundial, sobre todo en los paises europeos, el Estado democratico social. En ese proceso de transicién y consolidacién democratica, al ontrario de lo que sucedia con las elites oligérquicas precapitalistas que rechazaban de plano Ja democracia, las elites burguesas no impusieron un veto absolute a la de~ mocratizaci6n, ya que comprendieron que podrfan continuar apropidndese del excedente econdmico aun sin el control directo del Estado‘. E] Estado democratico hoy existente =ya sea en su forma puramente liberal, sea en la forma social o de bienestar més avanzada~ es una conquista de los pobres, de los trabajadores y de la clase media. Y tiene siempre como uno de sus roles fundamentales la regulaciOn de los mercados i Mercado El mercado es una institucién més modesta que el Estado. Es un mecanis- ‘mo de coordinacién basado en la competencia. No contiene la definicién de metas u objetivos, que van siendo definidos por los competidores durante el proceso competitivo. Fl mercado carece de una autoridad oun poder ad- ministrativo que dofina sus metas y establezca los medios para aleanzatlas. Cada empresa y cada individuo e9 un competidor que toma sus propias de~ cisiones de forma independiente. Por esas razones, el mercado es una insti= tucién maravillosa. Sin 4, serfa imposible coordinar los grandes y complejos 6, LC. Bresser-Preira: «Why Did Democracy Become Widespread and Consolidated Only in the Twentieth Century2 tabu presentedo en lait Conferencla de la Sociedad Brasilona de concen Plitien, Nites, 29-31 de jlo de 2002 revisado en ceptiembre de 2002 disponibleen ‘www bresserpereta org b> 91 New Socemo 221 £ asatioa Estaso yal mercado: wotboraismo y eora econémica sistemas econdmicos que produjo el capitalismo. Solo a través del mercado ~y, por lo tanto, de la competencia de precios- es posible lograr una asignaciGn razonablemente eficiente de los recursos humanos y materiales. A través de la competencia y de Ia tendencia a la igualdad de las tasas de ganancia, ‘el morcado asigna los factores de produccién de manera satisfactoria. Si la oferta de capital, trabsjo o conacimiento en tn determinado sector es menor {que la demands, los precios aumentan en el corto plazo, pero en el mediano plazo los factores de produccién se redireccionan hacia esa mayor demanda y los precios vuclven a equilibrarse. Les economistas clsicos ya demostra- ron c6mo, por medio de este mecanismo, el modelo de equilibrio parcial de Alfred Marshall se volvia atin més claro y transparente. La libertad econsmica y la creatividad técnica y empresarial, cruciales para el desarrollo de las sociedades complejs, solo son compatibles con la coordina- cin a través del mercado. En las fases iniciales del desarrollo econémico, la intervencién del Estado es indispensable para la ecumulacién primitiva nece- soria para la revolucién industrial y capitalista. La industrializacin de Japén, fines del siglo xrx, fue dirigida por el Estado, pero ya en 1910el pais privati26 su industria manufacturera, La UniGn Sovistica y China se desarrollaron ini- cialmente a través de a inversién estatal. Sus dirigentes pensaban que estaban realizando una revolucién socialista cuando, en realidad, estaban cumpliendo la primera fase de la revoluci6n capitalista. La Unién Sovigtica fracas6 en su competencia con EEUU porque su régimen estatal, orientado a construir las ba- ses de la infraestructura econdmica, se revels inadecuado para una etapa més avanzada de desarrollo econémico. En América Latina, pafses como Brasil y México lograron establecer una amplia infraestructura econémica a través dela En ciertos momentos, accién directa del Estado y de las empre- ef mercado se vuelve sas estatales, pero luego trataron de abrir edd: increiblemente ineficiente. sus economias a la iniciativa privada y asegurarIa coordinacién porel mercado. Esto es asi especi en tiempos de crisis: el mercado deja de coordinar para descoordinar, para mente Pero esa institucién maravillosa que es el mercado es también imperfecta, tan- to 0 més que el Estado. Es imperfecta porque es ciega a los valores politices y _establecer el desorden m humanos fundamentales: la libertad, la justicia, la proteccién del ambiente. Es ciega, ademas, ala eficiencia econémi- ‘ca que la justifica. En ciertos momentos, el mercado se vuelve increfblemente ineficiente. Estoes asf especialmente en tiempos de crisis:el mercado deja de Nuc Soosono 221 92 Lue Cars Bresser Perea coordinar para descoordinar, para establecer el desorden. Y no podria ser de otra manera, ya que el mercado es el reino dela economfa y, como ya sefiala- ‘mos, la economia es el reino de la necesidad, no della libertad, La teorfa econémica es la ciencia del mercado 0, mejor dicho, es la ciencia del ‘mercado regulado por el Estado. Es, por lo tanto, una economia politica, Los economistas siempre se sintieron tentadosa declarar su independencia en re- lacign con el Estado. En los tiempos de Adam Smith y Thomas Malthus, esta aspiracion de autonomia tenia sentido, porque el Estado mercantilista era también un Estado autocratico que muchas veces provocaba més distorsiones que correcciones en el sistema econdmico. Y también tenfa sentido asociar a Ia teoria econémica con el liberalismo, porque la burguesia naciente necesita- ba un mayor espacio de libertad para desarrollar sus emprendimientos. Sin embargo, loseconomistas clisicos eran lo suficientementerealistascomo para comprender que su teoria no era apenas econémica sino también politica. En otras palabras, que el Estado no era un obstéculo, como afirmaria después el neoliberalismo, sino una parte integral del sistema econdmico. BE! asalto tedrico En Ios iltimos 30 aos, una coalicién entre ricos inversores y una clase me- dia de brillantes profesionales financiesos utiliz6 el neoliberalismo como un instrumento ideoldgico para su enriquecimiento, No discutiré aqut eémo esa coalicién se formé, domin6 inicialmente el pensamiento econémico de EEUU y Gran Bretafa y cOmo, poco después, se transform6 en un instrument del ‘sector mas rico de la poblacién. Tampoco me detendré en el anélisis de c6mo las finanzas, tan necesarias para e! buen funcionamiento de un sistema econs- ‘ico, se transformaron en «financierizaciGn» (un proceso de creacién de rique- 2a financiera ficicia y de apropiacién de una parte considerable de esa riqueza por financistas profesionales) Lo que interesa en esta discusién sobre el Estado yy el mercado, ademas de estaklecer la relacién basica de complementacién y jerarquia entre esas dos instituciones. es comprender cul fue el papel de al- {gunas escuelas de pensamiento en ofrecer los instrumentos esenciales para 1 asalto neoliberal contra el Estado. El episodio mas conocido en los orfgenes del neoliberalismo esla formacién, ‘en 1950, en Mont Pelerin, Suiza, bajo el liderazgo de Friedrich Hayek, del grupo de grandes intelectuales liberales, entre los que se encontraba tam- bién Karl Popper, Ludwig von Mises y Milton Friedman. Esta reuni6n, no obstante, fue solo un antecedente. El neoliberalismo aparecers con toda su 93 Nuew Socen0221 asate al Esta vat mercado: aolberaso y teota econdmica fuerza en la ciencia econémica en 1960, en EEUU, y se expresaré de forma clara en cuatro corrientes de pensamiento: la teoria econémica neoclésica; el nuevo institucionalismo basado en los costos de transaccién; la teorfa de la eleccién pablica (publi choc) y la teoria dela eleccién racional (ational choied). Como vveremes a continacién, esas cuatro teorias defnieron una visién reduccionista del Estade y de la politica. La teoria cconémica neoclasica buscé demostrarla inutilidad dela accién reguladora del Estado; el nuevo institucionalismo inten- {6 transformar el Estado en un «segundo mejor» (second bes) en relacién conel mercado; la teorfa de la eleccin piblica transformé el Estado en una organiza- cion intrinsecamente corrupta:y las versiones més radicales de la eleccion ra- ional redujeron lapoitica a un juego de ganancias y pérdidas en el mercado. Los economistas nunca consiguie- Los economistas nunca ron separar con claridad cient eonsiquieron separar con claridad de ideologia. For eso no resulta : Sorprendente que los economistas_@/@Neia de ideologia. Por eso no ahora denominados «neoclésicos» resulta Sorprendente que los decidierancambiarelnombredela ggnomistas ahora denominados ciencia econémica, de «economia wealeaarascan politican a weconomiay (econsmics), “Meeelésicos» decidieran de modo que la separacién entre Cambiar el nombre de la ciencia economia y policy entre merca-geonémica, de «economia io eideologia, quedara finalmente : - clara, Ast, la economia pasaba a Politica» a seconomian ‘ser una ciencia «pura». Con ese cambio, reconocfan que el campo o laesfera eco- ‘n6mica finalmente habia alcanzado un razonable grado de independencia en relacién con el resto dela sociedad, lo que permitia definir una ciencia aparte. Lo que no advirtieron es que e30 no justficaba una teorfa econdmica «puran. ‘Tampoco observaron que en realidad estaban siendo més ideolSgicos que nunca ya que, al pretender esa pureza, estaban escondiendo el elemento po- Iitico esencial de la economia. La econdmica neoclésica daba tn paso a ciegas hacia la ideologia. Esa teoria, en la segunda mitad del sigho xx, trans formé el modelo del equilibrio general de Marshall en una imagen «ideal- realista» del sistema capitalist. La tworfa macroeconémica de las expectativas racionales demostré que no habia necesidad de una politica econémica para corregir el cielo econémico. 7 Ades, porque equilbris general set cobstante se pretend que fuera una tor Nuc Soccons 221 94 Lue Carlos Besser-Perera ‘Como esa nueva macroeconomia habia probado ser consistente con el equi- librio general, los modelos de crecimiento demostraron lo mismo. En todo ese gran sistema teérico, el principal crterio de verdad no era el ajuste a la realidad y la capacidad de previsiin, como exige una ciencia sustantiva natu- zal 0 social, sino la coherencia interna, que es el criterio propio de las ciencias rmetodologicas. Para hacer esto posible, el principal método utilizado ya no fue el empirico 0 el historico ~el método de Adam Smith y Karl Marx- sino el hipotstico-deductivo®, Ast, la teorfa econémica neoclésica se volvi6 una ciencia ‘puramente hipotético-deductiva y, por eso mismo, puramente matematica, yse transformé en la demostracién perfecta de cémo los mercados sono tienden a ser autorregulados Y, por lo tanto, por qué el Estado es casi innecesario ~ape- ras responsable de garantizar la propiedad y los contratos- En In década de 1970, la pérdida de dinamismo de las economias desarrolla~ das, la caida de las tasas de ganancia y la estanflacién fueron la oportunidad perfecta para que el neoliberalismo montara su ataque al Estado social. La teoria economica neoclasica logro, tras afios de keynesianismo, recuperar ‘su papel dominante. Con sus modelos matemiticos de crecimiento y sus modelos macroeconémicos, también mateméticos, basados en las expecta~ tivas racionales, la teoria econémica neoclésica volvia a «demostrar mate- méticamenter el cardcter autorregulado de los mercados. Milton Friedman xy Robert Lucas fueron los exponentes de esa lucha exitosa porel monopolio del conocimiento legitimo durante dos décadas Paralelamente, a partir del ‘modelo de Franco Modigliani y Merton Miller los economistas neoclésicos crearon una teorfa financiera, segin la cual los mercados son intrinseca- mente eficientes y no dependen tanto del Estado como de las decisiones particulares de los administradores financieros. Este determinismo econd- ‘ico radical encontré su auge en los modelos de Gary Becker, en los cuales la esfera econdmica no solo se separé del Estado y de los demés aspectos de la vida, sino que incluso pas6 a determinarlos®. Como observ5 Pierre Bourdieu", esa separacin implic6 una «revoluci6n ética» a través de la cual 8.LC Bresser-Pereira:

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