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- Sebastin Gaspar.
4. El perro juguetn.
Chainatp / Getty Images
"La noche del sbado pasado despert en la madrugada porque mi perrito
se haba subido a mi cama y me estaba lamiendo la cara, me lama y haca
sonidos de lamentos, de tristeza como cuando pide comida o algo as . Le
dije: "qu quieres, mi chiquito?" Pero al encender la lmpara de noche, me
di cuenta que mi perrito no estaba en mi cuarto. Mi perrito dorma muy
placenteramente en su camita, en la cocina..."
- Adri Adri.
5. El nio y el tren.
- Araa Rdz.
7. El monje chino.
- Macial Porraz.
9. La Llorona.
Zoonar Rf / Getty Images
"La casa de mis abuelos paternos no es muy grande, pero los patios s lo
eran, en especial el de atrs porque mis tenan una mini granja para uso
personal. Detrs de eso estaba la construccin en obra negra de casa de
una de mis tas y luego un planto de magueyes de mi abuelo. En esa zona
tena un bao viejito de madera, donde todo iba a dar a un riachuelo que
pasa por atrs. Ah estbamos mis primos, mis hermanos y yo, ramos
como ocho personas de entre 7 y 16 aos jugando entre los magueyes. En
eso me dieron ganas de hacer del bao, la puerta no cerraba bien as que
mis primos estaban sostenindola, cuando estaba lista para salir del bao el
ruido de risas y juegos se detuvo en seco por un grito aterrador. Me
congel, todos salieron corriendo y an se oa ese horrible grito. Cuando al
fin pude moverme empuj la puerta para salir corriendo pero entr en
pnico cuando vi que la puerta no abra por ms que la empujara, no tena
pestillo ni nada pero no abra. Slo haban pasado como 5 segundos y el
grito segua escuchndose, sent un fro aterrador desde mi espalda que
atraves mi pecho y cubri todo mi cuerpo mientras yo pegaba en la puerta,
la empujaba y gritaba, pens que me iba a morir ah. Cuando al fin pude
abrir la puerta y salir corriendo llegu hasta el patio y encontr a todos mis
primos plidos, algunos lloraban pero yo slo senta un nudo en el pecho.
Ese grito dej de escucharse, nos asomamos al pasillo que nos llevaba
hasta los magueyes y vimos una silueta blanca flotando en el arrollo,
siguiendo el curso del agua. El abuelo nos dijo ms tarde que esa haba
sido La Llorona y que l ya la haba visto y odo. Nos advirti que no
dejramos que nos viera de frente o podramos morir del susto. Nunca
volvimos a jugar en esa zona..."
- Momo Gamo.
- K Jacqueline Baez.