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LA FORMA DEL CINE por SERGEI M. EISENSTEIN edicion preparada por JAY LEYDA. ARGENTINA Cqon DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE EN LA ACTUALIDAD La gente hablaba como si antes de Wagner no Ihubierahabido misiea dramatic odeseriptiva comost antes de While no hubiera habido pin ture impresionista; en tanto que yo, estaba en contrando que el camino més seguro para Producir un efecto deosada innovacion y orgh nalidad era revvie la antigua atraccion por les discursoslargosy retoricas apegarseestrecha- mente a los métodos de Maliécs:levantar en pe s0 a los personajes de Tas paginas de Charles Dickens. a GEORGE MENARD suinw! “La olla lo empezs..." Conges Y rrean., Asi abre Dickens su El grillo del hogar. “La olla lo empezd. ..” iNada podria estar més lejos de las peliculas! Trenes, vaque- ros, persecuciones. .. zy El grillo del hogar? “La olla lo empe- 261" Aunque, por extrafio que parezca, también las peliculas estaban hirviendo en esa olla. A partir de aqui, de Dickens, de la novela ¢ictoriana, brotan las primeras tomas de la estética fil- mica porteamericana, ligada para siempre al nombre de David Vark{Griffich.| Aunque a primera vista esto no parezca sorprendente, resul: taria incompatible con nuestros conceptos tradicionales de ci- nematogralfa, en particular con aquellos asociados en nuestra mente con el cine norteamericano. Pero, de hecho, esta relacin es orginica, y la linea “genética” de descendientes es bastante congruente. Antes que nada veamos la tierra en donde el cine tal vez no naciera, pero ciertamente era el terreno en donde creceria has- ta dimensiones inimaginadas y sin precedentes. Sabemos de dénde vino el cine por primera vez como fenéme- " George Bernard Shaw, Back 10 Methuselah (prsfaco), Londres, 1921, (181) 182 DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL no mundial. Conocemos el lazo inseparable entre el cine y el de: sarrollo industrial de Norteamérica. Sabemos como Ta produccién, elanteya rellejan el aliento capitalista y la construc: idn de los Estados Unidos de América, Y también sabemos que £l capitalismo encuentra su reflejo mis agudlo y expresivo-en-el- ‘cine norieamericana. Pero equé identidad posible existe entre esteffolocidde la in- dustria moderna, con su fempo embriagante de ciudades y me tros, su rugido de competencia, su huracén de transacciones en Ja Bolsa, por un lado, y. .. las novelas apacibles, patriareales del Londres victoriano de Dickens, por el otro? Comencemos con este “tempo embriagante”, este “huracén”” Yeste “rugido”. Son los términos que utilizan para describir a Estados Unidos las personas que solo conocen el pais a través de litvus —libros limitados en cantidad, y no seleccionados de- masiado cuidadosamente, Quienes visitan la ciudad de Nueva York se recobran pronto de su asombro ante este mar de luces (que realmente es inmen. 50), este torbelling de In Bolsa (algo semejante, en realidad, no hay en ninguna parte), y todo este rugido (suficiente casi para ensordecerlo a uno), En cuantoa la yelocidad del trafico, uno no puede verse apa: bullado por ella en las calles de1S METSpoli por la simple razbn de que ahi la velocidad no puede existir, Esta intrigante contra. diccién reside en el hecho de que los potentes automéviles son tantos y van tan apretujados, que no pueden moverse mis répi- do de calle a calle que los caracoles, detenigndose en cada cruce no slo para que pasen los peatones, sino para que circule el len- Usimo trAfico que viene de las calles transversales Armedida que se avanza lentisimamente entre un apretado par quete helado de otros humanos que conducen automéviles igual. mente potentes e imperceptiblemente méviles, se tiene liempo suliciente para medlitar acerca de la dualidad quie hay tras el ros: tro dindmico de Norteamérica, y de la profunita interdependen cia de esta dualidad en todos y todo lo norteamerieano. ¥ mientras el motor de 90 caballos de fuerza lo va tironeando de manzana a manzana por las calles empinadisiinas, los ojos reco. ren las suaves superficies de Jos rascacielos, Varias ideas en tran entonces con indolencia a T-mente: "gPor qué no parecen altos?” "¢¥ por qué, con toda su altura, resultan célidos, domés- ticos. como de pueblo chico?” Stibitamente se da uno cuenta del "truco" que le hacen los ras cacielos a uno: aunque tienen muchos pisos, cada piso es bas- DICKENS. GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL 183 ante bajo, De inmediato el elevado rascacielos produce la impresion de estar construido con una serie de edificios de pue- blo chico, colocados uno sobré el otro. Basta con ir un poco mas alld de los limites de la ciudad o, en algunas ciudades, mas alla del centro, para ver los mismos edificios apilados, no por doce: pas 0 cincuentenas o centenares, uno sobre otro, sino en hileras interminables de tiendas y casitas de campo de uno 0 dos pisos alo largo de las avenidas principales o de calles laterales medio rnurales. En este punto (entre las “trampas de velocidad") se puede vo lar tan rapido como se quiera; aqut las calles estén casi desier- tas, el trilico es (Tuido ~exactamenté lo opuesto a la congestisn metropolitana que uno acaba de dejar—, ni huella de esa enfe- brecida actividad sofocada en las prensas de piedra de Ja ciudad. ‘A menudo se (opa uno con regimientos de rascaciclos que se han desplazado hasta el campo, torciendo sus densas redes de vias en torno a ellos; pero, simulténeamente, el pequerio pueblo agricola pareciera haberse desbordado por todas partes en las ciudades salvo en sus centros; aqui y alld da,uno la vuelta a una esquina con rascacielos, y es s6lo para toparse con alguna casa de arquitectura colonial, aparenteimente arrancada de alguna sa bana distante de Luisiana o Alabama para traerla al corazén mis- mo de Ia ciudad financiera Pero se produjo esta oleada provinciana que dejé una casita de campo aqui, una iglesia alld (royendo una esquina de esa mo- numental Babilonia moderna que es Radio City}, o bien un ce- menterio Abandonado inesperadamente en el centro mismo del distrito financiero, 0 la ropa tendida del distrito italiano que re: volotea a la vuelta de Ja esquina de Wall Sireet este buen pro: vincialismo se ha volcado en los apartamentos, apiiéndose en torno a las chimeneas, provistos de blandas mecedoras y carpe- titas de encaje que envuelven las maravillas de la técnica mo. derna: refrigeradores, lavadoras, radios Y en los editoriales de los periddicos populares, en los aforis ‘mos del serm6n radial y en Ja publicidad transcrita hay una ac- “titud firmemente atrincherada que por lo general es definida como “muy estilo oriente” —actitud que se puede encontrar ba: Jo cualquier chaleco o bombin en donde uno habitualmente es- peraria encontrar un corazén 0 un cerebro. Uno se sorprende principalmente por la abundancia de elementos patriarcales de pueblo pequeiio en la vida y costumbres norteamericanas, en su moral y filosoffa, en el horizonte ideoldgico y las reglas de com. portamiento de su cultura, ae 1, give les DICKENS, GRIFITIL ¥ EL CINE ACTUAL [Para entender a Griffith hay que visualizar una Norteaméri- €a hecha de algo mas que Ta visién de los automéviles de alta ve- locidad, de los trenes aerodinamicos, las veloces cintas de los teleimpresores, las inexorables correas de transmisi6n. Uno se ve obligado a entender este otro lado de Norteamérica también: Nosteamérica,Ja tradicional. Ja patriarcal la provinciana. Y en tonces el asombro ante el lazo entre Griffith y Dickens sera con. siderablemente menor : Los hilos de estas dos Norteaméricas estan entretejitlos en el estilo y la personalidad de Griffith, al igual que en sus secuen- clas aie paralelas mas fantasticas. Pero lo que resulta mas curioso es que pareciera que Dickens ha guiado ambas lineas del estilo de Griffith, reflejando ambas caras de Norteamérica: la Norteamérica del pueblo pequefio y Ia Nortéamérica superdindmica. Lo anterior puede detectarse de inmediato en el Griffith “in- timo” de la vida norteamericana contemporanea o pasada, don: de Griffith es profundo, en esos filmes sobre los cuales me dijo que “fueron hechos para mi mismo e invariablemente rechaza: dos por los exhibidores”. Pero si nos sorprendemos un poco cuando vemos que la cons truccién del Griffith “oficial” y suntuoso; el Griffith de los tem pi tempestuosos, de la accion embriagante, cle persecuciones agotadoras, ha sido guiado por el mismo Dickens. Veamos lo que de cierto tiene este. Examinaremos primero al Griffith “intimo", y al Dickens “intimo". + La olla fo empezs...1 En cuanto reconocemos esta olla como un primer plano tipi: co, exclamamos: "gPor qué no lo hablamos notado antes? Pero “aro, éste es el Griffith mas puro. Cuan a menudo hemos visto tun primer plano semejante al inicio de un episodio, una secuen: cia 0 toda una pelicula suya.” (A propésito, no deberiamos de pasar por alto el hecho de que una de las primeras peliculas de Griffith se basaba en El grillo del hogar)? Es cierto que esta olla es un primer plano tipico de Griffith. Un primer plano, nos damos cuenta ahora, saturado de una "at mosfera" tipica de Dickens, con la que Griffith, con igual maes- tria, puede envolver el severo rostro de la vida en Way down East 2 Eirenada e127 de mayo de 1909, con Herbert Pryor. Lind Arvidson Griffith, Wie lei Mersereau, Owen Moore sta pelicula sigs la adapiacign deamities del Grillo «que hiciera Aibert Smith con a aprobackin de Dickens. DICKENS, GRIFFITU Y EI. CINE ACTUAL, 185 y el rostro moral helado de sus personajes, que empujan a la cul- pable Anna (Lilian Gish) ala superficie resbaladiza del hielo res- quebrajado. gAcaso no es la misma atmésfera implacable de (rio que la que crea Dickens, por ejemplo, en Dombey e hijo? cen del Sr. Dombey se revela mediante el [rio y la beateria. Y la huella del fro esta en todos y todo —por todas partes. Y-4a “atmésfera”’ siempre y por toclas partes— es uno de los fredios mas expr vos para yevelar el inundo interior y el talante ético Telorani z jplostpersonbias = nara En Griffith reconocemos este método particular de Dickens; en sus inimitables personajes secundarios que parecen haber pa- sado directamente de la vida a la pantalla. No logro recordar quién habla con quiéu en_una de las escenas callejeras de la his. toria moderna dd fitolerancia,|pero jamas voy a olvidar la mas cata del peatdn con su narizsafientc entre los anteojos y su barba desordenada, caminando con las manos asidas por detras, como siestuviera esposado, Cuando pasa interrumpe el momento mas patético de la conversacién entre el muchacho y la muchacha su- frientes. De la pareja no puedo recordar nada, pero este peatén, que en la (oma se ve eruzar slo momentaneamente, esta vivo ante mi ahora —iy hace veinte afios que vi la pelicula! De cuando en cuando estas figuras inolvidables parecen ha- ber entrade en las peliculas de Griffith directamente de ta calle: ur actor secundario desarrollado por Griffith hasta el estrella- to el peatdn que tal vez jams vaya a ser filmaco nuevamente; y ese maestro de matcmiaticas que és invitado a desempefar el papel de un horripilante carnicero en América —cl difunto Louis Wolheim— quien terminé la carrera filmica asi comenzada con su incomparable actuacién como "Kat" en Sin novedad en el Irente Estas figuras impactantes de viejos simpaticos también estén” muy en la tradiviGn dickensiana, asi como esas figuras ligera- mente unidimensivnales y nobles de doncellas fragiles y dolien- tes, y los chismorrvos rurales y los diversos personajes singulares. Scn particularmente convincentes en Dickens cuando los usa bre- vemente, en episodios Lanica otra cosa que puede anotarse [Pecksniff] es que aqui, como casi en ‘cualquier parte de sus novelas, los mejores persunajes esiin mejor mientras menos tienen que lnieer, Los personajes de Dickens son perfectos mientras 4] ogre mantenerlos fuera de sus historias. Bumble ¢s diving hasta que se le confia un seereto prictico y oscuro. .. Mieawher es noble siempre y euan- dono este haciendo nada; pero cuando espla a Uriah Heep es muy pocy con: moet 186 DICKENS, GRIFFITIE Y EL CINE ACTUAL. Pincents...De igual manera, mienitas gue Pecks es lo mejor dela historia, la historia es lo peor en Peeksnill Libres de esta limitacién y con la misma credibilidad, los perso- najes de Griffith crecen de figuras episédicas a esas imagenes terminadas y faseinantes de la gente de carne y hueso, en las que su obra es tan rica. ‘En lugar de discutir esto en detalle, volvainos al hecho mi obvio: el crecimiento del segundo aspecto del oficio creative de Griffith, mago del tenspo y del montaje; un aspecto para el cual Tesla Sptendene encase ee anne apart! Cuando Griffith propuso a sus empleados Ia novedad de los “trozos” paralelos para su primera version de Linoch Arden (After many years, 1908), esta es la discusién que tuvo lugar, tal y co. tn fo regiira Linda Arvideon Griffis ew sus meneorag defor dias de la Biograph: ba'a Annie Lee espe- Cunndo el Sr. Griffith sugivié una escena que most rando el regresu de su maride, que irka seguida por wna escena de Enoch desterrado 8 una isla desierta, result muy desconeertante, “gCémo se pu Jo de-esa manera? La gente no'¥a-a entender. Y bien", dijo el Sr. Griffith, "gno escribe asf Dickens?” SI, pero Dickens; eso es escri6Tr novelas: es diferente.” "No tanto, éstas son historias fotografindas; no es tan diferente. Pero, para hablar con toda franqueza, el asumbro ante este te ma y lo aparentemente inesperado de tales alirmaciones se de- ben Gnicamente a nuestra ignorancia de Dickens Todos lo leimos en nuestra infancia; nos lo bebimos de golpe sin darnos mucha cuenta de que resultaba irresistible no sélo Por la manera en que captaba en detalle fa infancia de sus hé- roes, sino también pot su habthdad sepantanca's ialaea ses ‘Gilachistasias,tan tipica de Dickens como del cine norteame- ricano, lo que definitiva y delicadamente actin sobre los rasgos infantiles del puiblico. Nos preocupaba atin menos la técnica de composicién de Dickens: para nosotros era inexistente —pero cautivados por los efectos de su técnica, seguiamos febrilmente a sus personajes de una pagina a la siguiente, observando cémo desaparecian de la vista en e! momento mas crilico, para reapa- ln Chesterton, Charles Dickens, the ls of the great men, Nuevo York 1942, p10 ih, Whon the mavies were young, Nuees York, EP. Dutton and Com pany 1928.7 66 DICKENS, GRIFFITH Y EL cNE AcrUAL 131 recer entre los lazos separados de la trama secundar ia paralela. Como nifios, no prestabamos atencién a esta mecanica. Como adultos, rara vez releimos sus novelas, ¥ al convertirnos en pe. liculeros nunca tuvimos tiempo de mirar mas alla de las porta- das de estas novelas para descubrir qué fue, exactamente, lo que nos cautivé de ellasy con qué medios estos clomenes en blemente gruesos atraparon nuestra atencién de manera tan irre. sistibe, Por lo visto Griffith fue mas perceptivo. Pero antes de revelar qué pudo haber captado la tensa mira. da del cineasta norteamericano en las paginas de Dickens, me gustaria lamar la atencién a lo que el propio David Wark Grif. {ith representaba para nosoirds, Jos javenes cineastas sovieticos “Para decirlo con sencillez y sin equivocaciones:{ma revelacign Prociirese recordar nuestros primeros dias, aqua ros afios de la revolucién socialista de octubre. El fuego de Al calor del hogar de nuestros productores filmicos locales, se ha- bia apagado; Los encantos de Nava’ de sus producciones perdie- ron su poder sobre nosotros y, mutmurando a través de sus lividos labios "Olvida el hogar”, Judoleiev y Runich, Polonski y Maximov partieron hacia el ob ido; Vera Jolodnaia a la tumba; Mothujin } Lisento ola exporrocion El joven cine soviético recogia la experiey deta realidad revolucionaria, de los primeros perimentos [Vertov) de las pri- meras empresas sistematicad (Kuleshov) len preparacion para esa explosion sin precedentes que se produjo en la segunda mitad de los aftos veinte, cuando se convertiria en un arte original, in. dependiente y maduro que répidamente obtendria el reconoci- miento mundial. En esos primeros dias una mezcla de Ia més amplia variedad de filmes se estaba proyectando en nuestras pantallas. De este curiosorevolij de vcjosilmes rusosy otronneccor sus en ban de mantener las“tradiiones"y fines nuevos nee mrae bieran podido Hamarse soviéticos, asi como filmes extranjeros que habian sido importados Promiscuamente, o sacados de pol: Ja pasguecra. El misticismo, la decadencia, la linguida fantasia 5 Los encantos de Nave (de Sologub) y Al calor del hogar. do filmes rvsos prerre: olucionarion a gual que Oda ef hogar. Los nombres que sigven some lne conc femeninas y masculinas de esta space [e) cg ity 188 DICKENS, GRIFFITIL EL CINE ACTUAL que siguicron cn Ja alborada de la revolucién [allida de 1923.La pantalla‘estaba pronta para reflejar este estado de animo.\Nos- Jeratu, cine Symphouje des Grauens, Die Strasse, Schatten, Dr. Mabuse, der Spieler, fue nos llegaban a través de nuestras pan- tallas, alcanzaron tal grado de terror, que nos mostraron una no- che interminable prefiada de sombras y crimenes siniestros. El caos de las exposiciones multiples, de las disolvencias so- brefluidas, de las pantallas fragmentadas fue mas caracteristi¢o de los ultimas afids veinte (como Looping the loop o Geheimnisse einer Seele), pero ya filmes alemanes anteriores contenian mas de un signo de esta tendencia. En la sobyeutilizacién de estos re- “cursos se reflejaba asimismo la confusién y el caos de la Alema- nia de la posguerra, Todas estas tendencias de estado de dnimo y de método fue- ron anticipadas por El gabinete del Dr. Caligari (1920), uno de los primeros y mas famosos de estos filmes, este barbaro car- naval de la destruccién de la saludable infancia humana de nuestro arte, esta tumba comtin para los origenes del cine nor- mal, esta combinacién de histeria callada, lienzos abigarrados, episos embadurnados, cards pintadas, y Tos pesios y actos afecta- dos, jnciertos de quimeras monstruosas._ El expresionismo apenas dejé huella en nuestro cine. Este hip- nético y pintado “San Sebastian del Cine” era demasiado ajeno al cuerpo y espiritu robustos y jévenes de la clase en surgimiento. Es interesante anotar que durante esos ais las insuficiencias en el campo de la técnica filmica desempeiaron un papel positi- vo. Ayudaron a evitar un paso en falso a aquellos cuyo entusiasmo los habria empujado en-una direccién dudosa, Ni la dimensién de nuestros estudios, ni nuestro equipo de iluminacién, ni los materiales disponibles para maquillaje, vestuario 0 escenario, nos permitio apilar en la pantalla semejante fantasmagoria. Pero fue principalmente otra cosa lo que nos contuvo: nuestro espiri u npujaba hacia la vida —entre la gente, dentro de la rea Tidad que surgia de un pais en regeneracion. El expresionismo paso a integrar la historia formativa de nuestro cine como un * sien 192, igs por EY. Muro B Sian 192. dig por Kal Sune, Senn 2 tg por hr Robinson, Br Mab es Spier (922 Sips pr Fes Cone Pnopine the loop (1928), dirigida por Arthur Robinson; Geheinmisse einer Secle (1929) dirgida por GW. Pabet DICKENS, GAEFFITII Y IL CINE ACTUAL 189 mark of Zorro* fparecié otro factor filmico importante. Habia enestas peli as un mundo es dor ¢ incomprensible, pero fue no reaultaba af epilsve ni ajena, Porelcontario,erscale vader, atractive ch su manera de captar la atencidn de los j6- venes y [uturos cineastas, exactamente de la misma manera que los ingenieros jovenes y del futuro de la época se veian atraidos For las muestras de técnicas de ingenieria que nos eran desco- ocidas y que nos Ilegaban de la misma tierra distante y desco- nocida del otro lado del océano. Lo que nos arrebataba no era sélo estos filmes, sino sus po sibilidades. Igual que las posibilidades de un tractor hacian del cultivo colectivo una realidad, el tem tempo ilimi tado de estas obras asombrosas ly asombrosamente iniitiles), pro- cedentes de un pais.slesconacida, nos Hevaba a meditar sobre las posibilidades de una utilizacién profunda, inteligente, ¢ “tido de clase, de esta maravillosa herramienta. a figura mas apasionante en este trasfondo era Griffith, ya que fue en sus trabajos en donde el cine se hizo sentir como algo mds que un entretenimiento o pasatiempo. Los nuevos y brillan- tes métodos del cine norteamericano se fundian en él junto con una profunda emotividad de la historia, con Ja actuacién humana, con la risa y las lagrimas, y todo esto lo hacia con una habilidad extraordinaria para preservar el fulgor de una fiesta filmicamen- te dindmica, capturada en The gray shadow, en The mark of Zorro yen The house of hate. Que el cine podia ser incomparablemen- temas grandioso, y ésta seria la tarea basica del floreciente cine soviético, nos lo mostraba el trabajo creativo de Griffith, y en sus peliculas encontribamos siempre una confirmacién de esto. Nuestra encendida curiosidad de aquellos afios por la cons. {ruccidn y el método, habilmente discernié en dénde yacian los factores afectivos mis poderosos en estas grandes peliculas nor: teamericanas. Se trataba de un campo hasta ese momento des- conocido, que Hlevaba un nombre que nos resultaba familiar, no enel Ambito del arte, sino en el de la ingenieria y de los apara- tos eléctricos, y que por primera vez ocaba el arte en su fase mAs avanzada: la cinematografia. Este campo, este méiodo, este Brincipio de cons}ruccién y elaboracién era kl moniaje] ET montaje cuyos Tundamentos habian sido aseniados por la * The hous of hoe (1918, una serie disigida por George Seite con Pearl White: The ‘mark of Zorra (192), divgila por Fred Niblo, con Douglas Fairbanks, La pelicula not feainerieana que se exhibid eh Rusia como The gray shadow no ha side Memilienda sunt] 190 DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL, cultura fflmica norteamericana, pero cuya utilizacién plena, com: pleta, consciente y su reconociiniento mundial fueron estableci dos por nuestras peliculas. El montaje,cuyo surgimiento estard ligado para siempre al noffibre de Griffith. El montaje, que de- Sempeid el papel mas vital en el trabajo creativo de Griffith y le valié sus triunfos mas gloriosos. Griffith Hegé al montaje mediante el métode de accién para: Jefa. Y esencialmente, fue aqui en donde Tlegé a un punto muer- ‘to. Pero no nos adelantemos. Examinemos la cuestion de cémo le Mega el montaje a Griffith o cémo Hlegs él al montaje. Llegs mediante el método de accién paratela, y a la idea de accién paralela fue conducide jpor Dickens) A este respecto el propio GAIT hizo declaraciones, segtin A.B.Walkley, en The Times de Londres, el 26 «le abvil de 1922, durante una visita del director a Londres, Walkley esctibe: (Griffith, segs ins, es un pionero més que un inventor. Es deci, ha ablerto nuevos caminos en la Tigrra del Cine, bajo lagu de ideas qu ha tobtenide del exterior. Aparentemente sus mejores ess ls ha gbtentde de Diekens, quien ha sido siempre su autor favorito. Dickens inspira idea en Grifth,y sus empleados {meros hombres de "negocios" se sintieen ho. Froriados; pero, exlica Grilith, “old ass, ele! ana dels novelas de Dickens, y vole! sl a siguiente para delree que oilinban mi idea ome despedian” Grilith, pues, encontréen Dickens la iden de lacus se colgd heroin alltel oar, ya que hubiers pul encntar laden en pr abler parte Newton dedujols ley de pravcun de neta de tina mansana; pero wna pera una cruel hubigran servile igualment Ls idea consiste simplemente en una “ruptura” en la narrativa, un desplaza~ Tirentod un grupo de personajes a olro.1a gente que escribe Tipo de novelas largasy epleas de pOROEFATERTo de Dickens, sobre de prictien, Se In encuentra en Thackeray, George Eliot, Trllop, Meredith Hardy supongo,cuslauier otro novelistavctriano. Grifth podria haber nconitady la isn précicn no sélg en Dumas ge. quien Is orm poriaba verdaderamente poco, simo Gr Brandes artists como clsl Tur zutnieeyBalac Pero cn realidad no oe en ninguno dels sino en Dickens donde fa enconi:y cs signiictivo del nflueniapreominente de De en el que sea cltado como una autridad en un recorso qu, em el Tondo, mente. Asi Aun con un conocimiento superficial del trabajo del gran nove lista inglés, se puede uno dar cuenta de que Dickens puiede haber dado, y de hecho le dio, mucha mas orientacion a la cinemato grafia que la que la Hlevé al montaje de In accién paralela dni camente. DICKENS, GRIFFITILY G1 CINE ACTUAL it de Dickens con las caracteristicas del cine en rene en punto de vista y exposiciin, La semejay método, estilo y partie ss tealmenie asombrosa. Y podria ser que en Ta naluraleza de esias caracteristicas precisamente, en'su comunidad tanto para Dickens como para el cine, resida parte del secreto de ese Exit masivo que ambos, dejando de lado los temas y tramas, ganaron 4 siguen ganando para ese tipo espeeifico de exposision » eo Qué eran las novelas de Dickens para sus contemporéneos; rara sus leclores? Hay una respuesta: tenfan con ellos Ia mama relacién que tiene el cine en Ja actualidad con la misn capa so- cial. Impelian al lector a vivir con las mismas pasiones. Apela- ban a Tos mismor elementos buenos y sentimentales #loy que apela el cine (cuando menos superticialmente), se estremecian de la misma manera ante el vicio,’ de la misma manera sacaban Belo aburvido, de lo prosaicoyto cotidian, ly esaordisarie lo singular, lo fantastico ¥ visien a esta existencin comin y pro saica con su visién especial. Iluminado por esta luz y reflejado del terreno la ficcion a la vida, lo comin y corriente adquirié un aire romantico, y la gente aburrida agradecia al autor que les diera los semblantes de figuras potencialmente roménticas. Parcialmente esto explica el apego a las novelas de Dickens ya las peliculas. De abj el éxito universal de sus novelas. En un ensayo sobre Dickes, Stefan Zweig empieza con esta descrip cin de su popularidad Elearino que los contempordncos de Dickens profesaban al autor de Pick: wick no se uede medir por los recuentos cuntenidos en libros y biogralias, Ese carino vive y respira sinieamsente en la palabra hahlada, Para tenet una dea adeeuacla de In incensidad de este earine hay que pescar (coma lo hice youna ver) un inglés ln suficientemnte viejo como para que tenga recuer” dos juvenites de los tiempos en que todavin viva Dickens. De preferencia {erdria que ser alpuen que aun ahora encventte dificil hablar de él coma dleCharles Dickens, y prefiera en eambio utilizar el apoio carinoso de "Bur" Laemocisn tefida te melancolie que suscitan estas reminisceneias nos da, 2 los de wns generacién més joven, un indicio del entusiasimo que desperté ? Yo tan tardiamest como el 17 de abil de 1964, Griffith uadavin considersha que ‘xtra la principal nein socal dela cnematografia Un pevioina de Ls Mngeles Ties, le proqunts:";Oue es in bean pelicula?" Griffith repli "Una que hagas dara publi sus probiess. Una ba pelicula, tambien, rene» hacer pensar un oco= la gente, sin hacerles sospechae que extn sien inctaios a pensar En un ser id, eas todas las peliculas san buenas: en el sentido en que inestyam el rlnto dl ben sobre cl mol” Esa es lo que Osbert Sitwell, en reacion con Dickens ama competenei final enive Vrid Vio” 192 DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL entra meneul con sus portadas ales algo sn Eulartsina ena actusid) fos hares ngleses En sta cooes ones bon por enc logue Bon tenia que deren inpeaibe ene eenenrnae eigen avs ue cca, ue nate fran oe Ee la Lae indicada, eae Y viejos se recorrian dos o mas millas hasta ia yaiban ieyendo: los que no tenian la fortuna de leer el nimero kan porcn gina de os hontros de os morales mas afonunadon ses isha, ssc suena hon "ene de, ev cade pueblo en fdas la slas rina, y ms al en las partes més remotos den tierra adunde fas nactones de habe taglece bio lego ars etalecray colic Chere ck sd La genic-lo-ams desde el primer momento en que (mediante la insprenta Eonocieron, hasta el dia de sutiuetie— ee Las giras que hizo Dickens como lector de sus obras dieron una Prueba final del afecto que el publico le tenia taito en su pals como en cl extranjero. Hacia las nueve de la mafiana, cuando se Ponian ala venta los boletos para su sesién de lectura, se hacian dos colas de compradores, cada una de un kilometr mas 0 menos. — Todos les boletas estaban vendidos ants del mediodt, Varios miembros de tna familia se relevaban unos otro n Ins cola os mescros del revorda ‘ecino volaban por Ins elle yplasassrviendo desayuros a aire le en glen dime ern gros de get, mena Que persona x nas que estaban més adelame : ° " suclan Zweig Free mance Ble Delve, Boye » Cae Naor fe ing rom 150955 3 eric de Fil, errspnsl de Nasr York dcembre de 186 £1 propio Dickens pesca an subprodcto eden del nappa os erect vote EnSasivaor eran capa de ytd Ber una cifeed Kiva Vary sesupoe dade lps deina dal dines gona Sg ‘lice de epeevlodres ha provistoycelterainene ents hallomey enacts ‘ia persona de un elchin de pau ans lsd care pan do coberocr rene lode hisky. Cam bce ait seen en Bresiyn Msroh ok ale ns nena oat —enalc saps cea ae ulna snp Se pou uta plea generatsad det quel gene nor aicants ofa {Siva sngrano coand hb menor ep stiad se sanat hac spc raducide por Eden DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL 193 gAcaso no es esta atmésfera similar a la de Ia gira de Chaplin por Europa, oa la Gisita triunfal a Mosca de “Doug” y “Mary”, oa la entusiasmacla expectativa en torno al estreno de Grated Ho. tel en Nueva York, cuando un servicio aéreo atendié a los com: pradores de boletos de la costa occidental de Estados Unidos? El inmenso éxito popular de las novelas de Dickens en su propia época solo puede ser igualado por ese vertiginoso éxito que dis- frutan en la actualidad una que otra pelicula sensacional Tal ver el secret resida en la creacion de una plastica ex.)

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