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Pero el hombre y todava ms la mujer que sea acusado de hacer "lo que nadie

hace", o de no hacer "lo que hace todo el mundo", llega a ser objeto de reproches
acusatorios, como si l o ella hubiesen cometido un grave delito moral. Los
hombres necesitan poseer un ttulo o cualquier otro signo de rango, o la consideracin
de las gentes de rango, para que puedan permitirse un poco el lujo de hacer lo que les
plazca, sin detrimento de su reputacin. Para permitrselo un poco, repito; pues quien
se permitiera del todo un lujo tal, correra un grave riesgo; se vera en el peligro de
pasar por "luntico" y de verse despojado de sus propiedades, que pasaran a manos
de sus parientes.

La sociedad parece permitir la excentricidad, tolerarla, solamente cuando proviene de


personas de alto rango en cualquiera de las circunstancias posibles: econmicas,
polticas, intelectuales etc.

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