Está en la página 1de 4

"Nocturno a Rosario"

por Manuel Acua


(1849-1873)
El poeta se suicid a los 24 aos
por causa de este fatal amor
con una mujer casada.

Pues bien, yo necesito


decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazn;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en nombre
de mi ltima ilusin.
De noche cuando pongo
mis sienes en la almohada,
y hacia otro mundo quiero
mi espritu volver,
camino mucho, mucho
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada,
y t de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.
Comprendo que tus besos
jams han de ser mos;
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jams;
y te amo, y en mis locos
y ardientes desvaros
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho ms.
A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y huir de esta pasin;
mas si es en vano todo
y mi alma no te olvida,
qu quieres t que yo haga
pedazo de mi vida;
qu quieres t que yo haga
con este corazn!
Y luego que ya estaba?
concluido el santuario,
la lmpara encendida
tu velo en el altar,
el sol de la maana
detrs del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta all a lo lejos
la puerta del hogar...
Yo quiero que t sepas
que ya hace muchos das
estoy enfermo y plido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mas;
que estn mis noches negras,
tan negras y sombras
que ya no s ni dnde
se alzaba el porvenir.
Que hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo.
los dos unidos siempre
y amndonos los dos;
t siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos, un alma sola,
los dos, un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Dos!
Figrate qu hermosas
las horas de la vida!
Qu dulce y bello el viaje
por una tierra as!
Y yo soaba en eso,
mi santa prometida,
y al delirar en eso
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no ms por ti.
Bien sabe Dos que se era
mi ms hermoso sueo,
mi afn y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
bien sabe Dos que en nada
cifraba yo mi empeo,
sino en amarte mucho
en el hogar risueo
que me envolvi en sus besos
cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
adis por la ltima vez,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores,
mi mira de poeta,
mi juventud, adis!

También podría gustarte