Está en la página 1de 55
‘Ninguna parte de esta publicaci6n, incluldo el diseato de la cubierta, puede ser MAGDALENA IBANEZ VIAL MARIA JOSE ZEGERS RUIZ-TAGLE sin permiso pi itor. ALONSO EN EL PAIS DE LOS INCAS ILUSTRACIONES DE CARLOS ROJAS MAFFIOLETTI 1 PE PT i (© MAGDALENA IBANEZ VIAL [MARIA JOSE ZEGERS RUIZ-TAGLE (© EDITORIAL ANDRES BELLO. ‘Av, Ricardo Lyon 946, Derechos ex Registro de Prop Tnseripei6n NP 96. Se temmind de ipeimir esta primem edicion de 12000 efemplares en el met de abril de 1996 IMPRESORES: Tecmpre S.A. | IMPRESO EN COLOMBIA / PRINTED IN COLOMBIA EDITORIAL ANDRES BELLO anes aaa : Barcelona * Buenos Aires + México D.F. * Santiago de Chile Capitulo f RUMBO A PERG No podia creerlo. Me encontraba con mi padre a bordo de un pequefio barco que navegaba en ese inmenso mar que ¢s el océano Pacifico. Me parecia que habian transcurrido siglos desde mi sali- da desde Espafia, mi tierra natal, cuando ees cmprendi una verdadera aventura para ee = buscar a mi padre en el Nuevo Mundo, 1¥ lo habia hallado! * — Estébamos en el mes de julio de 1539 y yo habia salido de mi casa en el,mes de febrero. Sentia que habia concluido con éxito una etapa de mi vida: la bisqueda de mi padre. Ahora iniciaba junto a él una nueva aventura, Nada menos que participar en la conquista de América, en nombre de nuestro emperador, Catlos I. Estas tierras habfan sido descubiertas hacia cuarenta y siete afios por Crist6bal Colén, quien tomo posesi6n de ellas, en nombre de los Reyes Catdlicos, los abuelos del emperador. Desde entonces, los espafioles habiamos conquistado los territorios de Nueva Espafia y del Peri, Incluso algunos conquistadores exploraron las regiones situadas al sur de Pend, pero sin éxito, 6 MAGDALENA BAEZ / MARIA José ZEGERS tro pueblo de Torremocha, se les. ¥ yo me encontré con él milagrosamente, segtin todos me dijeron, en ek momento en que se estaba embarcando con destino a Pera, Ahora pienso que realmente fue un milagro encontramos en este inmenso continente. Desde ese instante todo fue tan rapido que todavia llaba verme en la nave, sobre la cubierta, con- templando con mi padre la puesta de sol. Era la primera vez que presenciaba un atardecer sobre el Pacifico. ‘A mi padre también le costaba convencerse de que estibamos juntos. Me repetia que nunca habria podido imaginar que a los diez afids yo era capaz de realizar una hazafia como esa. Pero junto a él, ya me sentia seguro y leno de opti . —Padre, qué haremos ahora? —le pregunté. Y sin esperar a que me contestara, segui preguntando—: ;C do podremos reunimos con mi madre? ;Podrd ella venir a América pronto? —Trataré de que sea lo antes posible, hijo mfo, sobre todo ahora que esté mis sola. Ta y yo la necesitamos aqui ——me respondio—. Y respecto a tu primera pregunta ic6—, ahora navegamos hacia el puerto de Ca- lao, en Perd, Alli desembarcaremos para dirigimos hacia nuestro destino final que es la ciudad de Cuzco, - Me quedé pensativo... Pera, Callao, Cuzco... Para mi todo esto era nuevo. Vefa a mi padre tan contento de tenesme a su lado y yo tenia tanta confianza en él, que el futuro se me presentaba leno de esperanzas, pero al mismo tiempo —y eso me gustaba mucho— de miste- tio. No sabia casi nada acerca de las tierras hacia las que nos dirigiamos, Volvi a lanzar una pregunta tras otra, con gran curiosidad: a MAGDALENA TRANEZ / MARIA JOSE ZEGERS —Déonde estd el Pert? Es cierto que es tan rico como dicen? ;Cudles son esas riquezas?

También podría gustarte