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AONE CH ih ; uC pst OE TA a rst aryoaen weg tsa 2: oS ANU AREY ESAS atl pa COLECCION ARCANO ‘f Las puertas astrales El Plano Astral na es an lugar, pese alas descripeiones que de 61 pueden hallarse en los libros sohre ocultismo. Se trata de una expresion empleada para designar el veino de la imaginacidn vista] que se extionde desde cl Yo y abarca toda la mente. Los perisamientos se vuelven imagenes, las abstracciones se convierten en s{mbolos, las emaciones se trasforman en sts fuerzas impulsoras. : Este libro expone los ciercicios de concentracion y visualizact@n ctrya practica debe perfeccionarse para leqar al Plano Astral. A ostos ejercicios siguen Jas cuatro Puertas principales por las que se penetra en el Plano Astral: los Sfnbolos Tattva, cl Tarot, la Cabata y los Hexagramas Orieutales del | Ching. Si bien no es una “Puerta” on el sentido estricto del término, la hipnosis os una lava importante fiacia el Plano Astral, y ol autor Ie dedica un capitulo. También analiza fos métodos que atmontan In exporiencia astral, como el ayuno y la entonacion de un mantra circular. oat ee Acti | Corea UV. /(l- ¢ 2.040 - Og LAS PUERTAS ASTRALES Director de la coleccién: M. Alberto Morinigo .Thtulo do ts obra original: ““Astrot Goorways” Publleada por The Aquarian Press, Wailingborough, Northamptonshire, Gran Brotatta, . Copyriyht © 1971 por J. H. Bronnan Traducelén do Lydla Cham! Todos los derachos resorvados. Esto thro no pucdo reproducirsa, total a parclalmanto, por ningiin método grafico, otectrénico o mocdnico, Inzluyondo los sistemas do fotacopla, ragistro magneto fénlea 0 de ollmontecién de datos, sin expreso consontimianto dol aditor, Queda hecho el depdsito que establece ta ley N° 11.723. ¢ 1979, 1983, 1987, Ediciones Lidiun, Florida 336, Buenos Alres, Republica Argentina. 1.S.B.N. 950-524-703-6 1.$.B.N, 0-85030-075-4 (The Aquarian Press, Wellingborough, edicidn original) IMPRESO EN LA ARGENTINA Distrlbuldor exctusivo: Librerfa "El Atanso’ Editorial y < ADVERTENCIA . Es posible que ciertas téenicas que se describen en este libro puedan interpretarse como alyo arriesgadas, Es por ello que advertimos al lector prudente que tenga en cuenta esto antes de caer en la tentacién de experi- meatar con cualquiera de las Puertas, INDICE CAPITULO UNO La comprensién de lo astrale. ee CAPITULO DOS Un sendero-hacia las puertas 2.0... .000. CAPITULO TRES ha Uillima prolteceiOn. .... ee eee CAPITULO CUATRO Las puertas elementales. 2.00.00... 00065 CAPITULO CINCO Las visiones y los suefos... 6... ee eee CAPITULO SEIS Las putertas del Tarol. oo. ee CAPITULO SIETE Las pucrlas cabalisticas. 6... ee ee CAPITULO OCHO ‘Las puerlas orientales 6... 6... eee eee 16 28 38 50 62 71 83 Vu CAPITULO NUEVE La hipnosis y el plano astral .... 0.2.2... 92 CAPITULO DIEZ La experiencia astral hipndtica.......... 104 CAPITULO ONCE El plano astral objetivo... .. 6... cee eee 114 CAPITULO DOCE Entidades astrales ..........20000--2005 125 CAPITULO TRECE / La ampliacion de la experiencia astral... .. 131 CAPITULO CATORCE El credo astral. oi. eee 144 APENDICE UNO Técnicas para e! desarrollo de la psico- MCUTA Lee eee ee ee eee 152 APENDICE DOS La construccion de un cuerpo de luz...... 158 APENDICE TRES Lo eldrico y loastral. oo. eee 161 APENDICE CUATRO Visiones del fulro 2... eee ee 164 VIN CAPITULO UNO LA COMPRENSION DE LO ASTRAL La forma compuesta de fa esfinge también representa, por analogfa jeroglifica, las cuatro +propiedades del agente universal, es decir, la Luz Astral: disolver, coagular, calentar y enfriar, Estas cuatro propiedades, diriyidas por la voluntad det hombre, pueden modificar todas las de la Naturaleza, produciendo la vida o Ja muerte, ta salud o ta enfermedad, el amor o el odio, la ypulencia incluso o la pobreza, segtin el impulso dado. Eliphas Lévi, Historia de la magia. Me llevé mas de diez afos descubrir qué es lo que esto significaba. Los textos ocullistas estan Ienos de referencias al Plano Astral —o Luz Astral, como ta Hama Lévi— pero las defi- niciones Nicidas son escasas y se encuentran muy diseminadas. “Las deseripciones son tentadoras. Abomina- do por la mistica, que lo considera como una desviacian del desarrollo espiritual, el Plano As- tral recompensa al inspirado de muchos modos. En 6] encontrara las visiones del Tiempo Pasa- do y del ‘Tiempo Futuro. En él encontrar a dioses y a demonios, a silfos y a salamandras, a los arcdngeles y a los espirilus elementales. En él hallara cl secreto del poder, la clave ~como 1 lo insinta Lévim hacia la produccion de efectos milagrosos en el plano fisico. Todo esto y mucho mis atin... siempre y cuando pueda llegar al propio Plano Astral. Al principio, consideré al Plane Astral como un continuo paralelo de Bspacio/Tiempo. La idea estaba muy influenciida por ta cienc ficcién y, vista retrospeclivamente, contenfa un germen ce verdad, Pero no cra toda la verdad; ni siquiera un buen acercamiento a toda la verdad. : Mas tarde, cref que el Plano debia ser el Tiempo, considerado como una cuarta dimen- sion. Esta idea provenia de Ouspensky, quien afirmaba que una criatura tri-dimensional que operara en un mundo bi-dimensional debra pro- ducir efectos milagrosos. Podria, por ejemplo, escapar de las ‘“‘paredes” de un cuadrado pasan- do por encima de ellas, Desde un punto de vista bi-dimensional, sin una coneepcidn de al- tura, podria haber ocurrido un -milayro. Quiza entonces los milagros en el mundo li-dimensio- nal son simplemente las manifestaciones de una cuarta dimension, imperfectamente experimen- tada como Tiempo, gPodria esta Cuarta Dimensién ser el Plano Astral? Asf lo pensé durante un tiempo, pero las descripeiones nunca realmente agregaron nada definilivo. ” El término ‘astral’? tal como aparece em- pleado en Ja literatura ocullista a mi ver litm- poco agrego nunca nada, Tuve entonees ka im- presion de que el Lérmino tenia mis de un significado. Por ejemplo, el “Cuerpo Astral’’ de Muldoon! no tiene una verdadera relaci6n con ! Vide: The Projection of the Astral Rady, Mul- doon y Carrington, Rider, 1929, 2 ef Plano Astral. Sus laberintos ocurrian en’ rea- fidad en el Cuerpo Etérico, que es otra cosa diferente. Posteriormente me oeurrid que el Plano Astral no era un lugar, y comprend? una de Jas razones por las cuales mayos tales como Leévi prefieren la expresion Luz Astral, Pensar en do Astral como una condicign también tiene sus inconvenientes. ‘Todas las deseripciones pare- cran exactamente las de un hugar. Mientras inlentaba ingresar como miembro de una fraternidad ocullista en Londres, le formulé la pregunta a alguien que, segtin pense, ‘conocerfa ta respuesta, Me respondiéd que “Pla no Astral” era un antiguo término para desig: nar cl reino de la-dimaginaci6n visual, Afios tras larde, yo daria la misma respues- ta acuna esfadiante. Ella fruncid el ceo y dijo que no podia ser; lar denis simple, Mi propia reaccion fue similar. 1) bir cl Plano Astral como objeto de los ensue- hos diurngs casi, parecia un insullo a los anti- yuos Lextos migicos o primorios. Sin embargo, mi mentor tenia razon y era yo el equivocadye. Mi problema consistia en una comprensidn superficial de la respuesta. Como Ja mayoria de la gente, yo equiparaba imaginacion con irrealidad. La comprensidn dista mucho de ser facil y pido disculpas de antemano a algunos lectores que hallarin oscuras las préximas paginas. El resLo del libro no to es tanto, to asegure, pero esta basado en Jus ideas que daré a conti- nuacion, por lo cual se les exige un poco mis de concentracion en este momento. Para abordar el problema, descubri que el mejor camino cra analizar primero quiénes —o qué— somos. Este ejercicio se realiza pocas veces. El hombre medio se acepta. sin examenes. Ie] cs un cuerpo y una mente. Su naturaleza allima es un misterio, porque rara vez siente necesidad de pensar en ella, Los budistas Zen de Japon y los sufis de Medio Oriente prestan mayor alencién al Yo esencial. , Durante el entrenamiento. preliminar, un adepto sufi puede colocar una vela encendida debajo de la mano del discipulo. ‘ZQué es lo que he hecho?”, le pregunta cuando este ha retirado stibitamente la mano dolorida. ‘ j|Me has quemado!”’ , responde. Pero él le explicaré con paciencia oriental que no lo ha quemado a él. Porque su cuerpo no ¢s él, no es su esencia, , _ Si el doloroso experimento se repite, quizd se sienta tentado a contestar que é! le quemé Ja mano. Pero esto, bien pensado, tampoco es la verdad. La mano no es parte de uno mismo, sino solo algo que puede ser usado. Si bien esta aproximaci6n resulta fatigante para e} discipulo, de todos modos es flit. De- muestra de modo dramatico la posibilidad de Negar al Yo, eliminando todo lo que no sea el Yo. Como ya hemos visto, el cuerpo no es uno mismo. Es solo algo que le leva a uno,asi que por el momento es preciso olvidarlo. glés la mente acaso uno mismo? Jésla es una buena aproximaci6n, pero no es suficienle, por- - a que la “mente” puede abarcar mucho mas que el Yo esencial. Los pensamientos, por ejemplo, son una parte de la mente. Sin embargo, no se es los pensamientos. Estos cambian a cada momento, mientras que uno permancce. Joyce demostrd 4

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