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ee ENSAYO EI significado del espacio urbano en la experiencia del sujeto ciudad, del espacio urbano, se han focalizado cre- ‘cientemente sobre un eje analitico: las politicas urbanas o las politicas sociales con repercusiones en el ‘mbito urbano. Evidentemente, en. tomo a este eje se ha constituido una mirada sobre la ciudad particularmente ‘importante, sin embargo, cabe preguntamos si ese foco ana~ litico no ha contribuido a que se descuiden otro tipo de miradas de lo urbano. En particular, nuestra preocupacién toma como punto de partida el supuesto de que los estudios urbanos clisicos desarrollados en nuestro pais han ido olvi- dando al sujeto anénimo, 0 més concretamente, su condi- cin activa y creativa, sobre todo si no es protagonista de relevantes acciones colectivas. Posiblemente esto se asocie, entre otras cosas, con que las concepciones que estudian las politicas parten de las estructuras y no del sujeto como actor activo, o bien consi- deran como actor activo a aquellos que tienen poder politi- 60 0 estén vinculados a la toma de decisiones. En todo caso, si el actor anénimo tiene un lugar en estas concepciones es como destinatario de dichas politicas, 0 como sujeto que puede reaccionar frente a ellas. Asi, con frecuencia, para los estudios urbanos el sujeto que vive la ciudad y que tam- bin la “hace” con sus experiencias cotidianas en los distin- tos ambitos, scan estos politices, domésticos, laborales, recreativos 0 educativos, ha ido perdiendo centralidad ana- litica, o bien se lo incluye pero limitado a la condicién de {interlocutor de esas politicas. No seria forzado plantear que ‘en esas concepeiones subyace el implicito (y posiblemente, ‘no suficientemente discutido) de que la ciudad se hace sobre todo desde los niveles estructurales que toman deci- siones, que en todo caso podrin ser decisiones més o menos cercanas a la condicién humana de los destinatarios, pero E los iiltimos afios pareceria que los estudios de Ia * Departamento de Sociologia de ia Laws y miembro del sx. Como clestinico: alindon@atlobal net (CIUDADES 49, enero 12001, RNIU, Pucbla, México Alicia Lindén* siempre el nivel de las decisiones es visto como lo central eneel proceso de hacer la ciudad, o bien se le otorga la posi- bilidad de “hacer la ciudad” a los sujetos anénimos cuando reivindican colectivamente este derecho. Con lo anterior s6lo intentamos esbozar un cierto vacio en el cual vamos a ubicar las reflexiones siguientes. Segu- ‘amente este vacio s6lo es tal en términos muy relativos, ya {que por otro lado hay una serie de estudios que, aunque no parten explicitamente de la ciudad y el espacio, se ubican en el contexto urbano y se focalizan en los sujetos y st capacidad creativa; es el caso de buena parte de los estudios 4e género, también los estudios sobre jévenes, por mencio- nat sdlo algunos ejemplos conocido. De esta forma, esta presentacin recupera la centralidad de la experiencia det sujeto para la comprensién del espacio ‘rbano. Esto supone que desde el punto de partda no segui- ‘mos el camino usual de concebir al espacio como cosa, como materiaidad externa a la experiencia del sujeto, o como el “sustrto de la accién humana"? Con el objetivo antes mencionado, presentamos una primera parte en la ‘eval hacemos una suerte de reconstruccién de un lugar ‘metodolégico en el cual se puede ubicar el investigador cuando decide estudiar el espacio urbano desde la experien- cia vivida. Luego, presentamos un entretejido de dimensio- nes analiticas que pretenden un acercamiento a la compren- sin de qué es el espacio urbano visto desde lo experiencial, ¢ decir, desde el significado que toma en la vida social. Este enretjido de dimensiones analiticasincluye: + Las imégenes/representaciones del teritoio, + los cuadros perceptuales del espacio con los cuales las personas organizan sus relaciones con los otros y, + los lugares de memori ‘A su vez, estas tres dimensiones analticas se pueden ver desde dos dngulos: la socialidad o la relacién con los otros, y la pertenencia ¢ identificacién. Frente a la riqueza ‘que abren estas posibilidades analiticas resulta algo limita- 15 dda aquella otra concepcién para la cual el espacio es una ‘cosa, es materialidad en si misma. Un lugar para pensar el espacio urbano desde_ experiencia del individuo En este apartado intentamos esbozar un lugar metodolégico que quede abierto y explicitamente inconcluso, para ello ‘elomamos el problema de la accién social y la interpreta- ccién como constructoras del mundo. Estos dos ejes confor- ‘man este Ingar a la luz de una serie de supuestos e implic tos epistemoldgicos, antes que hacerlo a través de criterios fuertemente técnicos. Una decisién técnica? Desde algin punto de vista el estudio del espacio urbano desde lo experiencial suele ser considerado simplemente como tuna decisién téenico-metodolégica del investigador. En estos casos, 10 téenico se refiere sobre todo a dos ambi- tos, uno de ellos la escala, el otro la estrategia de produccién, de la informacién. Respecto a la primera de estas decisiones, también es usual sefialar ~tal vez. demasiado répidamente~ ue retomar el punto de vista de lo experiencial es simple ‘mente desplazamos en la escala de andlisis hacia los estu- dios micro. Frente a estas posiciones para las cuales la experiencia se concibe como una cuestién de escala de and- Hiss, nos parece muy pertinente no olvidar el viejo precepto ‘geogrifico que sefiala: Ia definicion de la escala hace a la naturaleza del objeto observado. Dicho con otras palabras, Ja microescala urbana desde la cual es posible focalizar Ia experiencia no supone simplemente una “observacién més cercana al objeto”, no se limita a colocar la lente del obser- vador més préxima al sujeto. Supone observar la accién banal y cotidiana, asi como el universo de sentidos en el ‘cual emerge y se conforma. Es posible hacer estudios ‘microurbanos, de pequeiios espacios urbanos, sin observar la experiencia: no todo estudio micro garantiza el acceso a lo experiencial, ni los estudios micro son el tinico recurso para acceder a lo experiencial. En sintesis, no consideramos que lo experiencial sea un problema técnico de escala. De igual forma, tampoco parece atinado concebirlo ‘como una decisién técnica definida por las formas de pro-

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