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LA PRACTICA DE LA HOMEOPATIA poral De. LEON VANNIER Dinetor del "Cnre Homaopabigns de Fane”, Pander Dit de “CHomaopaie mga” ‘msovcion pit. Dk. HOMERO VELA T. savsibo FoR xt Dr. HILARIO LUNA CASTRO EDITORIAL PORRUA, S. A. ‘Av Rar, Axara NY 13. MEXICO, 1992 exovao nraoua DELL» ICON ARES: OCTUOREDE ‘COPYRIGHT 1991 BY EDITORIAL FORRUA, $ Core et eg odes ue een ede bch ee cen om pe, tle “ein, Rasrndos doe oe 1$BN-968-452-2606 1ePRBSO EN MEXICO {PRINTED IN MEXICO INTRODUCCION “Hemos pensado ser itles @ nucsros colegas y a nts trot cnfermos, ofrecéndots una obra que ls permit com render mejor ef ampli campo de accén de nustie 1 Pratica ‘Muchos imopinan que ts Homeopetia «8 corre en el coal s6f0 ae utilizan doss infinitesimale Caen cnomctiewe en homespates disminayendo la. dosis Sree tedicamentos, recurso de posologia que dificilmen- de es re er ignocancia. Otros, retrocediendo nie &l tt Final tae significa ta determinacién precisa, no dudan ere ectar asus enferos die, quince o otinte cemediog Pies variadas dituciones han de ser ingeidas en momen Sautiferentes del mismo dia. La mayoria estén conven (Boe de que ta Homeopatia es und terapéutica puramente Sinrerndice y que ef médico homespata es un mal clinico. ‘Tn hecho es indudable: en estos dltimos ais (a Ho- meopatia ha tenido grandes progresos en Francia. Nadie Moded nepar que nosotros, hemes contribuido personel. Powe « logeer tal desarrollo. El piilico demanda en t0- “Tas portes médicos homedpatas, y es nusro deber pre Garatlos, Un homedpata no se improvisa de [a noche @ Par ifiana, Para. practicar bien a Homeopati, ¢& nee weet estadiarta y_ sobre todo, “comprenderia”. La ob- rlaciin homeopatica earece de relacién con ef examen Stinco usual. EI verdadero médico homespata compren- {fe no la etiologte aparente de las enfermedades, sino, wu Tnterpeeta la veedadera“significa- 2 svtmopuccion iit de tos tastornosobicondos sabe tlzr os c= fetones que une timamenie Los remedion on (0 er fem ow emer et Todo ets und nies pememiens. Con orden 4 sentido comin cezona 2 lagna you rasta Obst prcib, ee 9 “ ‘Hemos escrito este libro con el deseo de ayudar a nues- tro colin que, en rimero major oda ao, vienen & Tae itn on Cao Honcorhsic De Faas Gi Newstve eta ted oprde si cade uno Ulege a com tenet aie ta Medicina es un ce major, cae prictca equi ef cedater covoiniento del enfemo del r= Tous y cays pence nox Ban sido tansmiids Poe te radii, PROLOGO DE LA SEGUNDA EDICION Han pasado dos afos de ta publicaién de la primera cdicién de "La Prictica de In Homeopatia". Dos aos en que hemos presenciado la evolucién de las ideas médicas ldscas. Ha existido la xpecifcidad de los géemenes y etd ‘en boga la medicina del terceno. La enfermedad ha deja do el lugar al sindcome clinico; eate itimo ya no esté caracterizado como antes por ef nombre de quien prime- 10 lo observs y describi6; comprende las reacciones pro- pias del enfermo en las que se refleja. Todo debe ser in- dividualizado; tos trastornos funcionales de oxigen simpé- fico 0 endocrino, fos signos vegetativos cuya verdadera razén no se ha osado atin encontcar en una alteracién de {a Funcién humana. Las compuertas se han abierto y por ellas penetran corrientesviolentas que trastomnan y arrastran fo¢tltimos dogmas; todas las Fuerzas médicas se movilizan con el deseo de trazar nuevos sistemas. Emergiendo del fondo, ain ateapado por ef Iégamo, vemos aparecer un monstruo: fl neohipocratismo, cuya base serd pronto regide por la Luz, iCuénto tiempo perdido! {Cuinta eneegia despeedicia- dat Para qué seguie haciendo sobre el terreno y sobre el ‘enfermo tintos discursos sutiles cuya vanided hace son- reir a quienes conocen la profundidad de los cimientos de 1a Medicina y su tradicién histérica: (a enianterapia (Con- traria contrariis) y fa homeoterapia (Similia similibus) 2 : a ee ee ee ee ere et ee PROLOGO DE LA CUARTA EDICION: Cuando fa Medicina, que desea ser “social”, se con- vierte en “socializada’’, (0s mbdicos por vocacién, dafa- dos y desorientados, buscan evitar ser traneformados en Funcignarios, deseando equilibrar sus vides. Sélo se les ofrece una salida que les confiera digni- ded y los haga respetar: curar. Desde HIPGCRATES, [a Medicina nos oftece dos formas de terapéutica. Una esté inspireda en {a ley de los contrarios y su culminacién pa- ect haber sido hallada en la accién de los antibicticos, dde notables y espectaculres resultados. La otta se funda en la ley de la analogia y pone a disposicién del médico uma teraptutica esenciaimente individual: la ““Homeopa- tia” determinada por la concordancia descubierta entee 4s reacciones propias del individuo y 10s signos caracte- tlsticos de los remedios. De este modo, el enfermo leva en si fa expresiin significariva de la terapéutica que debe ‘adaptarse a él. ‘Ningtin conflicto puede existie entce ambos métodos. animados por principios diferentes peco cuye aplicacién pertenece a una sola Medicina ETHMULLER, en ef siglo XV, axl fo comprendié, y sirsboli2d en ta primeca pagina de su obra, “une sola me. dicina”, bajo ta forma de dos médicos, uno que levaba luna gran urna Ilena de remedios y detenia por un pie a la enfermedad que yacia enfrente de dl, y el ofco la estan. gulaba con una cadena y levaba en la mano un frase del que exapaba un liquido sutil 5 6 PROLOGO DE LA CUARTA EDICION Dos principios diferentes, dos métodos clinicos y te apéuticosdistintos que no pueden seguir ignorados mi s- pparados. A la ensefanza de la Homeopatia hemos dedi- ado nuestea vide, y nos sentimos dichosos de poder ofre- fe inician, nuestea dltima obra, fa "Casa de Homeopatia’, abierta a todas los homeépatas y simpati- Zzaidores de Francia y del mundo entero, Esperamos que s denéfico cesplandor lleve @ nuestros colegas la ayuda que ddeeean y les proporcione foe medios de cumplic su mic 1 COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA LA HOMEOPATIA Y LA MEDICINA MODERNA ‘Ya que la Homeopatia tiene en Francia un gran des- arrollo, cuando la Medicina oficial patsce deseosa de ad- iti la posibilidad de sus resultados, es razonable, enfo- Cando el asunto de manera prudente y reflexiva, estable- ter el valor cientfico de auestras ideas y precisar la situa~ Gén de Ia Homeopatia dentro de a Medicina moderna Qué es Ia Homeop: La Homeopatia es Ia Medicina cays prictica se basa en la Ley de la semejanza, Exige el conocimiento profun- do de Ia enfermedad, Ia observaci6n precisa del enfermo, con el fin de plancear [2 prescripcidn de un remedio a do- sis infinitesimales, remedio cuyas indicaciones nos han sido dadas por la experiencia y por la experimentacién, ‘Nuestra definicién es amplia y tiene una virted: 1a de no la Medicina homeopitica, medicina de sintsis dirgida a la ver al enfermo y a la enfermedad, medicina admirable que cs necesario comprender bien para poderla aplicar corre ‘coms", dijo HIPSCRATES, “se resumen en aues- tro arte: fa enfermedad, el enfeemo y la medicind ‘Debemos considerar sucrsivamente estos tres elemen- tos, precisindo con absoluta imparcialidad, en cada uno de ellos, ua jui afirmar nuestra situa cin actual y nos capacite para avizorar mejor nuestro porvenit, 0 ‘COMO COMPRENDER LA HOMBOPATIA 1, LA ENFERMEDAD Nunei como ahora ha sido la enfermedad tan bien cstudiada, tan ardientemente perseuida y acosada; debe- sos rendir de inmediato un sincero homenaje a 12 act ad de la ciencia médica moderna, cuyos esfuerzos se mul- tiplican para descubrie las verdaderas causas de las manic fexaciones morbosss, cayas variedades parccen aumentac dia a dia. Subiata cau, tlltur effectas”. Tal el pinipio excolistico que parece regir el movimiento de la. acc médica oficial, principio cuya aplicaciGn seria admirable 1 feconda si se encontraran las causas verdaderas, si éstas hho fuesen disfrazadas y ocultadas por numerosas aparien- as que, con demasiada frecuencia, son tomadas como rea lidades. Expejismo de la medicina moderna, que hace apa seer, sobre la tabla rasa de las ideas antiguas, Ia imagen fantistia de la exteriorizacién de su propio pensamien- to, La Medicina “quiere” saber, © "quien" desca- jere” profundizar y no pasa de 1a su- fen fin, actuar, y se declara impotente ‘Nos invade la tristeza al contemplar tantos esfuerzos cntzles, 2 nosotros, que conocemos la calidad superior del espitta y'el inmenso valor de los hombres que, dia fs dia, con desesperacién, remontan esa roea de Sisifo que Gs la Medicina para ellos, y que, cayendo wna y otra Yer sobre sus hombros, los abrama mis y mis. La Medicina contemporénea caece de bases. Esta cons tituida por opiniones cuya increible vatiabilidad no puede rnegarse. Lo que ayer se afirmé con fuerza, hoy se niegs con el mismo vigor, No hay principio, sino teorias: no fxisten métodos, sino téenicas: no hay observacién, sino teximenes. El laboratorio mismo ha perdido la idea de su LA HOMEOPATIA Y LA MEDICINA MODERNA u fancién: se obstina en “investigate” y no desea “labora rm", Se hace el andlisis,olvidindose det valor de la sinte- fis. El médico desta, ante todo, “sabet", haciendo a un fado el sentido real de su funcién: curae {Qué puede pensar el estudiante frente a tal inestabi- lidad incoherente? ;Y el médico que, como base para sv Tacha al enfrencarse a la dificultades materiales de la exis: tencia, ansioso de curar a sus enfermos y de afirmar su sccién, s6lo ha recibido de sus maestros teorias contra dictorias admirablemente expuestas, caya inutilidad pron to seré confirmada por la ineficaia de su aplicacién? En un articulo muy bien documentado,' el Sr. profe sor MAURIAC, cayo amable excepticismo be admirado siempre, nos da la respuesta apropiada. Refiriéndose a las muchas pruebas y reacciones que tan pronto son preconi- zadas como abandonadas, dice: "Hoy, esta enumeracién cartee de sentido para el estudiante; pero no creo que esté fen mejor situacién que nosotros, ya que le son impues- tae mae vacidades, que tendri que considerar mis tarde como un initil aiborramiento de la cabeza.” Se pronun- cia con vigor contra las tendencias actuales de la medicina experimental: "Deseamos a todo trance calcar as reaccio- nes humanas sobre las reacciones del animal, como si el hhombre fuese un cobayo.” Repasando en seguida los apa- rentes descubrimientos con que se ha enriquecido la Me- dicina moderna, el profesor MAURIAC demuestra La hoy reconocida insuficiencia de teorias que en su tiempo fue- ron afirmadas con la mayor autoridad: patogenia de los demas (retencién clorarada), mecanismo de la diabetes (insulina) ¢ hipétesis referentes a los trastornos pluri- slandalares, [a anafilaxia, la aergia y la inmunida. Profuor MAURIAG: Du danger des exliations implies ee oti ett mtn Prose Medel Josio 13. 1932, u ‘COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA tica seguirs siendo incierta ¢ ineficaz, si la medicina se cempefia en seguir el camino pasteuriano que la conducirs inevitablemente a un callején sin salida. [En realidad, las enfermedades no siempre son de esen~ cia bacteriana, y 6 [2 tuberculosis y Ia sifiis se colocan, ‘momenténeamente bajo la dependencia de un elemento bio- Tgico parastario, son incontables los padecimientos que tienen como origen una transformacién lenta de! organi ‘mo portador de toxinas transmitidas hereditariamente, que busca, wtlizando diversos medios de defenss, fibrarse de 08 “miasmas”, para empleat la expresin de HAHNEMANN hoy les lamamos roxinas—, que paralizan su funcio- ramiento y entorpecen su desarrollo. En el origen de los estados morbosos. premonitorios de todas lar enfermedades descrtas clisicamente, encon- ‘ramos una de lae grandes intoxicaciones que se reparten entre si la hamanidad doliente: cuberculoss,sifilis, pi- cos, poora y ednce, La tuberculosis y Ia sifiis pueden ser transmitidas hereditariamente en el curio de generaciones sucesivas y, es necessrio recalcarlo, los homeépatas no tienen necesi- dad de eximenes serol6gicos ni de cutireacciones para des- cxbriren un enfermo su accién maléfie y ordenads, Or- ddenada es la palabra, porque la impregnacién cuberculo~ s2 0 sifilitia se traduce por un ordenamiento particular de las partes del eaqueleto, cuya disposicién especial marca indeleblemente al sujeto. La naturaleza de las constitu: clones fosférica* o fiuérica® nos permite, ademis, obtener tin diagnéstico retrospetivo cayos lementos no pueden fon VANIER: Le Coasitetion phomborgut, L'Hommo- pate Franca sa 1936, TUgon“Vinozn: Ls’ Coouitetion flerigae, L'Homaopthie Frames mayo 1926 LA HOMEOPATIA Y LA MEDICINA MODERNA 15 proporcionar ni ta dfnica habitual ni el laboratorio. Fl poner en accién una terapéutica homeopitica determinada ‘permite también actuar eficezmente sobre el individuo asi “sefalado”. Lo mismo sucede con Ia sicoss descrita por HAHINE- MANN, constituida por el conjunto de trastornos morbo- s0s que se desarrollan después de repetidas inyecciones de vvacunas y, sobre todo, después de Ia infeccién gonocéciea, adquirida ‘0 transmitida hereditariamente. Y digo, bien, transmitida heredtariamente, porque aunque el gonococo haya desparecido largo tiempo ha y la lesién primitiva haya curado, persiste en el organismo una carga toxica © toxinica cayos elementos nocivos efecrian una lenta transformacién del individuo. Transmitidae hereditaria- ‘mente, [as toxinas predisponen al individuo a los estador morbosos que bien conocemos, ya los que enfrentamos remedios homeopiticor determinados con exactitud La psora de HAHNEMANN, lepea biblica 0 carcoma medieval, representa un legado toxinico perpetuado por sgeneraciones, que se contintia por la formacién de fami- Tiss, aumentando en unas y disminuyendo en otras por Ia accién agregada de sangres a Ia vez antagénicas y sim- pticas, arménicas y contratias. La paora es la marca pro- funda de la herencia, Ia que no se evidencia, aquella cuya fial aparente no lleva el ser vivo, pero que “apart” por intermitencias en ef curso de Ja vids, en la forma de exudaciones o de alternancias morbosss, EL céncer, en fin, del que se persste en estudiar sola- mente el estadio final, el tamor, manifestacén residual de una defensa prolongada del organismo cuyas reaciones va- riables —denteo de cieros limites individuales— presenta los signos de un estado preparatorio, cancerigeno, que puede ser clinicaments reconocido y cayo desarollo pu 6 ‘COMO COMPRENDER LA HOMEOPATTA de evitarse con una terapéutica determinada homeopiti Es necesario repeticlo: Ja enfermedad no tiene causa cercana, inmediata; es un resultado, Aguda o crénica, bra- tal o solapada, es siempre “preparada”. Siempre va prece- ida por un estado cayas manifestaciones varian segin fl terreno sobre el que evolucionan, manifestaciones “in- dividuales” que dan cardcter a las reacciones del sujeto. ‘Se dice, en tono de broma, que “son los médicos quie- nes hacen las enfermedades". Nosotros decimos, con mis razén: es el enfeemo quien hace "su enfermedad”. Ver- daderamente Ia hace, y sean cuales fueren los trastornos anatomofisiolégicos comprobades, él les imprime un ca- rcter particular, cuya ra26q ha de busearse en el tetpe- ramento del individvo. En esta época de desorden, en [a que vemos a los pue- blos perder Ia conciencia de su funci6n y a los partidos hhacerse tcizas a expensas de [a nacién, la Medicina sufre fl mismo ofuscamiento. Al igual que la colectividad des- cuida al individuo, la Medicina olvida al enfermo que esté a su cargo y cuya curacién debe asegurar. I. EL ENFERMO El enfermo et un complejo cuyas partes se olvidan. voluntariamente, Lo nico que se retiene son los signos que permiten hacer un diagnéstico clinico, mas los signos individuals, ‘senciales para eatablecer un diagnéstico teraptutico, se hacen a un lado, Todos conocemos fa respuesta dada ha- bitualmente al enfermo que se esfuerza por traducie sus TEéon VANIER: Canine ot cantinigue, L'Homaopatie Prana eto 1827 LA HOMEOPATIA ¥ LA MEDICINA MODERNA Ww impresiones y explicar lo que siente: “Tedo eso es net- vioso y carece de interés.” Sin embargo, debemos reconocer que en 1a Medicina hha aparecido una nueva tendencia. Los “sindromes clni- cos” van tomando un logar mis y mis preponderante. Mucho se habed progrendo si, en lugar de buscar cuida- dosamente su mecanismo fisiopatolégico, estudidndolos "nicamente desde el panto de vista de la patogenia, se investiga su correspondencia medicamentosa, observindo- lg desde el punto de vista de Ia terapfutica, Entonces, demostrard répidamente una distncién que permitirs di- tociar cada sindrome clinico, atualmente formado pot un onjunto de sintomas"recogidos minuciosamente, en una serie de sindromes precsos enyos signos, esta, vez valor zados pricticamente, corresponderin con las caracersti cas de log remedios homeopiticos, haciendo posible asi ntilizar una terapéatica exacta y eficaz Hemos de tomar en cuenta ef gran esfaerzo echo en los tltimes afios para conocer el “temperamento” del en- fermo, “sus reacciones particulars”, "Ios modos reaccio- alee preseatados por el enfermo””. Es indudable que si el microbio pierde poco 2 poco su importancia, el concepto de terreno vuelve por sus derechos, Y no podemos menos ‘que estar de acuerdo con el Sz. profesor BEZANGON cuan- do, al inaugurar el XXII Congreso de Medicina en Paris, ef 10 de octubre de 1932, termina su discarso con estas palabras: EL porvenit de 1a terapéutica es, cada vez mis, el conocimiento precito no de Ia etiologia espeifica, sino del mecanismo fisiopatol6gico de los sintomas y de la pa- togenia general de la enfermedad; tambin, el futuro se- fala hacia fa aplicacin terapfutiea no de un medicament ceapecifico para eada enfermedad, sino hacia la medica- 2 COMO COMPRENDER LA HOMBOPATIA Coneluye, con una seriedad no exenta de humorismo: “Esta inesabilidad y esta incertidumbre inevitable, son tos titulos de grandeza de la clinica, No debemos sonro- Jarnos La Medicina se hace incierta cuando se aparta de su camino; la Medicina se hace impotente cuando abandona el sentido de ru fancién. Nosotros, los homeépatas, no ‘seremos merecedores del reproche que el profesor MAURIAC irige a sus contemporsneos. ‘La grandeza de nuestra doctcina esté fincada en la in- mutabilidad de aus principio, transmitidos por tradicién desde HIPOCRATES. El valor de nuestro método terapéa- tico, precisado defintivamente por HAHNEMANN, se ‘Tun- da en su invariablidad, que nos asegura la constancia de Tos resultados. A la luz de los hechos que observamos cotidianamente, al estudiar los efectos terapfuticos obte- nidot, al razonar, simplemente con sentido comén, bus- €ando el porqué de tales retultados, nosotros los homeé- ‘patas hemos legado a concepciones clinicas que, por no ser de perfects ortodoxia, nos permiten pensar que no es- tamos lejos de 1a verdad, CConsideremos la tuberculosis y su evolucién cientifi- ‘a, Antes de 1930 se requerian, para ser tuberculoso re- conocido, tun microbio y una lesién, Fobia del contagio, internamiento de fos enfermos en sanatorios. higiene, pro- filaxis administrativa: todo esto o posterior. En 1930 el virus filtrable ech todo por tierra. No se me puede tomar a mal que recuerde que en 1925 yo ‘excribia, con razén: “La toxina precede al mierobio, el tuberculinico precede al tuberculoso.”= También deca que era imposible no llegar a tal concepto en vista de los ma- T Leow VANIER: Tybtiigus et eberleex, LHlomao- patie Fron, et 1923 LA HOMBOPATIA ¥ 1A MEDICINA MODERNA B ravillosos resultados obtenides en sujetos clinicamente se- smejances, en quienes el restablecimiento sélo podia lograr- se mediante 1a tuberculina diluida. Comprendia que la tuberculosis solamente aparece sobre un terreno profunda- mente minado por un yo no sé qué, al que mi ignoran- cia biolbgica me impedia poner en evidencia, pero que era de I misma naturaleza que el bacilo de Koch, dado que el agente terapéutico empleado, 1a tubercalina di cevitaba que ocuitiera la evoluciéa natural, transforman- do répidamente al individuo. No solamente curaba el en- fermo asi tratado, sino que parecia haber sufrido una ver- dadera inmunizacin. En la actualidad, los conceptos sobre la herencia vuel- ven por sus fueres. {No seria sensato, cientifico y, sobre todo humano, generaizar una teraptutica que los homeé- pitas emplean con éxito, para impedir que un predispues- to! —cuyor trastornos fancionales pueden determinarse linicamente— se transforme en un tuberculoso lesional, considerado como paria por la sociedad? “Naturam morborum curationes ostendunt™. Por qué negar a los homeSpatas que curan el derecho de sea- tar juicios? El microbio es la causa aparente, no Ia cansa real. Cuando fos velos que ain escarecen Ia comprensién e for bidlogos se hayan desgarrado uno 2 uno, los mi- ‘roorganitmos sera considerados como elementos sinto iticos con formas variables de acuerdo con el terreno sobre el que evolucionan. Entonces, se deseribitin nume- rosos virus filerables y, después de los virus, insuficentes todavia para explicar las verdaderas causas de las enferme- dades, aparecerin como razones ciertas emanaciones mis- teriosas de accin terrible e insospechada. Asi la terapéa- 7 Lon, Van: Lr eaberelnigue eee taitement. LHe acpathi Frmgase, eres 1825. 8 (COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA cién variada contra los modos reaccionales que el enfermo presenta en los diversos estadios de la enfermedad.” En It inauguracién del curso de terapéutica en ta Fa- cultad de Medicina de Paris, en noviembre de 1936, el profesor ABRAM! lieg6 a la conclusién de que "es nec sario individualizar Jos sintoma EL Dr, DELORE, en una obra reciente declara: “La enfermedad, como bien se ha dicho, es la réaccién del or- ganismo a cieras influenciae perturbadoras”... "Si hay tun pequefio mimero de entidades nosol6gicas, mis peque- fio, sin dada, de lo que se piensa, existen miltiples mo- dalidades rexccionales patol6gica, en relacisn con el terre- no individual”... “El futuro es la medicina del terreno ¥ la inmunologia individualizada, adaptada al teceno per sonal Resumiendo, nosotros diremos: el porvenir de la te- rapfutica et la Homeopatia. ‘Solamente 1a Homeopatia permite llevar a “los mo- dos reaccionales que el enfermo presenta” el remedio ho- -meopltico que les corresponde exactamente y del que co- nocemot con precsin las caracteristicas, los signos impor- tantes ¥ los eecundarios. Unieamente 1a Homeopatia per- rite utilizar ‘en lot diversos estadios de 1a enfermedad” lot remedios complementarios cuya sueesién hemes exta- diado tan cuidadosamente y cuya serie til conocemos de lantemano, Sélo fa Homeopatia permite realizar “la inmu- nologia individualizada, adaptada al terreno personal” Solamente Ia Homeopatia permite, precisando [a cause profunda y no la aparente de la enfermedad, que el mé- ico prevenido disponga de 1a gama de estas categorias TP, DaLonps Tendancs de fo Médecine contemporsio. Masson Gi Pace 1936 ._ logia con Tos 1A HOMEOPATIA Y LA MEDICINA MODERNA 1» sterapéuticas: tuberculinica, sifiitica, siebica, pxbrica y cancerinica, Este retoro de la Medicina oficial a las ideas hipo- criticas nos regcija porque demuestra Ia verdad de la ob- servacién homeopética, Durante el estado de malestar que caraceriza el pe- todo premonitorio de toda enfermedad, el individuo se usja de trastornos vagos y malestar impresiso que slo el ‘édico que practca 1a Homeopatia puede apreciar, por- que en su pensamiento corresponden con las manifesta- cones experimentalee de una sustancia determinads y, por consiguiente, con las indicaciones exactas de un remedio i ‘Cuando ef organism irtitado grita su suftimienro, aparecen Ios dolores y los trastornos funcionales. Enton- cet pueden entrar en accién dos modalidades terapéutias. Una busca suprimir lat manifetaciones dolorosas por lot analgésicos o suplir 12 insuficiencia orgénica por los ex- tractos glandulares y un régimen apropiado. El homespa- tase limita a prescribir al enfermo el remedio cuyos sig- ‘nos, estudiades experimentalmente, tienen Ia mayor ana- stomas observador, En efecto, lot sinto- ‘mas no sélo nos dan una indicacién ino también la expres signifiativa de las reacciones pecoliaes del en- fermo y el concepto de los elementos caracterfsticos del medicamento itil ‘Cuando lo funcional ba sido reemplazado por lo fe- sional, una vez que Ia alteracién orginica se ha transfor- mado paulatinamente en lksién, acta ain la Ley de la semejanza y nos obliga a prescribir, en los estados pat- ticularmente graves, Ia sustancia cayos efectos finales con: ducen a lesiones anatomopatologicas idénticas a aquellas 2 (COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA En la préctica estas tres etapas suelen mezclarse. Asi, se encuentran confundidos fos signos sensoriales, los tras- tornos funcionales y los sintomas de lesién; el arte del ‘médico homespata consiste no sélo en Ja “‘jerarquiza- ign” de tales sintomas para establecer un diagnéstico pre- ciao, sine también en la “oalorizacién” de tales manifesta- clones, por fo que puede determinar con preisiéa el re- medio necesario, Asi, se afieman mis y mis la estabilidad y la certeza de a texapkutica homeopstica cuyas reglas precisas, enun- ciadas por HAHNEMANN, estin subordinadas a una ley: Ley de la semejanza, dada por HIPOCRATES. Hoy, como hace cien afis, la doctrina de HAHNEMANN es verdadera, y los principios que rigen nuestra terapéu- tica no han variado. No obstante, debemos proseguir es- foreindonos y, sin apartarnos de la ley hipocritica, bus ar un mejor conocimiento del ser humano que somos Mamados a dicgie. ‘Si HAHNEMANN ha estableido las relaciones invaria- bles que unen el enfermo con ef remedio, nosotros debe- ros precisar los lazos no menos invariables que ligan el individuo sano con el individuo enfermo. No ha de con- siderare al enfermo solamente como una entidad nosol6- ja que puede definirse etildgicamente por un micro- bio, elinicamente por una denominacién a menudo acbi- traria, 7 terapéaticamente por ua remedio, El enfermo es un Ser (ess) viviente, cuyas reacciones indudablemen- te tienen que estudiarse, pero cuyas acciones (agere) posibilidades faruras —fisicas y biologics, priguicas y di asi, el médi ino “prevenie”; no solamente ver, sino “prever”, no dnicamente dirgir un tratamiento sino “orentae” una vida. Dijo HIPGCRATES: “Cada in- LA HOMEOPATIA Y LA-MEDICINA MODERNA a dio vine ened poporon am era” Sth gedapon boa y pide psi om a ‘aro Serhan ee oat ng ae cows fn eh to cata Ea IS7iBied da nae ee putts nme Bali's oc La omega, gee vee Cueto api, slats oacamente + de e peony ponte seg eran et ideas el ate od ns no ony enc Sune, lene la ape og te i: fee enor dtp oe acre po si dl ue bona comin vc Sen's dette tl dpo mie one 8 sai qr umor I como cee sn ie fad spe ren peach da Jilin moto ar wt adn ao mo iin mtn po, Peo gel ae cri nmen see orto een at iS sere tle Ip cemetr coun gu wes pl son duno seo en TEST a sate ie spo arc Sem uu finn fn sp semis oni dor pecs Tipo enemy eb nope i 8 ca mim on enc acl ee i sn ile Hons pecan wh Snes Secs ger ae tempo Pengonc aca comin dente Mean pore a entero gene’ t om te See nen ite dena ee cn ENB ARR Aen re 2 COMO COMPRENDER LA HOMBOPATIA dad 3 le proporciona confianza en su accién clinia, fin- cada tobre bases séidas. III, EL MEDICO Bl pensamiento médico ests en “revolucién” y la ine versiGn de lat ideas, cuyo cercano advenimiento se petci- bbe ya,ee una necesidad Bh cata “época de la célera", el enfermo no sufre sis, se previene y oe defiende. Su espfritu critico, agu- dizade por las citcunstancias, 2 menudo halla ocasién de ejercene a. auestras costillas. Si delante del cirujano, por st actitud decidida, se tora timido y respetuoso, de buena gana disute las decsiones de sa médico, cuando advierte con demasiada frecuencia su impotencia e inde cisién, 2Y c6mo podria ser de otro modo? Hace mucho ‘que nuestros colegas no “‘ordenan” Jos remedios eayas mi- joss dosificacién y reunién juiciosa causaban la ad- miraciSn hacia la vieja farmacia: “prescriben” tal o cual producto patentado, evitando toda fatiga y_sesponsabi- lidad por Ia dosifcacién uniforme. Se ha olvidado la far- ‘macodinamia y si alguna mente seria conoce atin el me- ‘animo de accién de las medicinas que emplea, la mayo~ ta Io ignora, y prescribe segin las indicaciones de una costosa publicidad, siguiendo sus osilaciones. El médico moderno tiene valor indiscutible; sélo ne- cesta set orientado en otro sentido. Atestado por la in- mensa cantidad de hechos que le son impuestos, carece de ideas generales y no puede entrever, en 1a masa de los _iiltiples conocimientos que le son dados, un principio di- ctor, un método de observacién, ligados con una téeni- a terapéutica precisa. Su profesiOn se convierte en un of cio que ejeeuta sin ardor, sus decepciones se nutren de la LA HOMEOPATIA ¥ LA MEDICINA MODERNA 3 disminucién de su presigio y busca, por medio de recur 08 intelectuales o por wna diplomacia discutible, apunta- lar su situaci6n y su porvenir. La simplificacién que aportan al equilibrio de su diag néstco la investigaciones analitcas del laboratorio es s6l0_ aparente: las pracbas que [2 clinica mltiplica con la es- peranza de una exttidumbre feecuentemente son engafio- ss; los medicamentos alternativamente empleados, aun- {que determinados expeificamente, le dan malos resultados. La digital, el metcurio, ef arsénico y el bismuto se con- vierten, y con ra26n, en sus remedios preferidos; el natu- rismo lo conquista ripidamente y pronto su prictica des- ‘ansa sobre un principio nico: “Prime non nocere.” En la época que vivimos, cuando tanto salvajismo ‘meil se asocia con el progreso de la ciencia y la civili- zaciéa, cuando el desorden es 1a regla y Ia seguridad la excepeién, ef médico no debe ser un sabio "desilusionado” El médico debe ser “fuerte” y tiene que volver a to- sat en Ja sociedad el lugar que, de tiempo aci, ha per- dido. Debe ser un hombre capaz de dar apoyo y 10 un cientifio leno de dudas, Cuando los eminentes maestros, cayat palabras son Ia conciencia elevada y la probidad perfocta, manifiestan el desarollo de a Medicina contem- pordnes y nos preparan al fracaso de una terapéatica cons- truida artifialmente, tenemos un deber que cumplir: el de levantarnos contra esa concepcién de la Medicina he- cha de iusiones perdidas aunque disfrazadas por un es cepticismo elegant. La Medicina et ef arte de curae. Que ol médico cute, yy cumpliré con wtilidad eu funcién y seri respetado, Ea fl arte médico, si los remedios son los instrumentos, [a materia aobre la que se ha de obrar es elenfermo, al que tan- to tiempo se ha descuidado, puesto que se le considera sim- m COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA plemente como materia organizada, sin que importe sa per- sonalidad. Desde hace unos afios han surgido por doquiet trabajos cendientes a iluminar al Ser humano sobre su “ha- ber" y su “porvenir”, 2 enterar al individuo sobre sus semejantes, cayo valor real le es dado percbie a veces. EI Tver aeavrov de HIPOCRATES esth nuevamente a la of- den del dia y los testimonios dejados por los filésofos de Ia época medieval estin abora en primer plano. La obser- vacién médica, como nosotros la comprendemos, no es s6lo clexamen clinic. Las menores manifestaciones reaccionales el individuo, objeivas y subjeivas, biolégicas y psiquicas, ddeben ser recogidas y estudiadas en tres seatidos a la vez: tipotégico, clinico y terapéutico. Ningin método de obser- vaci6n ha de descuidarse, ni los més sorprendentes como Ia ‘osteopatia y Ia iriscopia. En soguida interviene el conocimiento de Ia Materia Midica Homeopitica, cayo estudio permite establecer una cestrecha relaciéa entre fos sintomas clinics observados y tos signos experimentales del remedio; tal relaci6n obliga al médico a formular con precisi6n wn diagndstic terapéu- fico, y a equilibrar sobre elementos exactos el tratamiento determinado cientificamente EI homeépata tiene sobre sus colegas una inmensa su- perioridad: “cree” en la Medicina que aplica. No puede see de otra manera, puesto que logea resultados. Todo contti- bbaye a darle estabilidad: un principio, la Ley de fa Seme- janza; una seqla, el empleo de la dose infinitesimal; un ‘control absoluto, la Materia Média. La vetficacion de su prictica es su cuidado diario. Cada observacién requiere gran trabajo, pero no puede lamentar el esfuerzo que ha tmpleado por la frecuencia de lor éxitos inesperados. sus conocimientos homeopiticos afade una prictia clinica ‘estableida con fiemeza, puede ver con claridad y justez LA HOMEOPATIA Y LA MEDICINA MODERNA 2% sin dejacse desconcertar por las teorias médias actuales aque ee suceden con varibilidad sorprendente, observa con buen sentido el mecanismo evolutivo de las enfermedades cen el espacio y en el tiempo, y sabe apreciar las transfor smaciones del enfermo cuya curacién asegura Sabe “preoer” y “precenie” porque conace de antemano las disposiciones mosbosas y las indicaciones medicaments sas, Para dl, cada enfermo es un ste en movimiento coy quilibrio debe loge interviniendo a tiempo para evitar la ruptura y la disritmia. Curar es el motivo hacia el que tienden todas sus facultades. CConsideremos la Medicina contemporinea y comproba- semos su inestabilidad y su varabilidad. Volvamos fos ojos hacia la Homeopacia, y admiremos su equlibrio y su inmu- tabilidad. En una: detorden de opinéones, terapéatica incerta y generalizada, et ca0s y lo difuso jerarquizados. En [a ofta: rigidez de principios, remedios individua- izados exactamente, lo certo y lo preciso valorizador. ‘No nos apresuremos a Hegar a una conclusi6n, porque seria un juicio falso. La Medicina presenta unidad absoluta. Arte de curar: se refire a dos principios enunciados por «) Maestro de Cos: ley de fos contraris, ley de a semejanza, La aplica- ién de cada uno de ellos requiere una téeniea particular sometida a indiaciones diferentes. ‘Oponer una a Ia otra seis volver a cometer el error de GALENO, 2 expensas de las ideas hipoceiticas; seria sem- bar la discordia para cosechar la anarguia; seria volver 8 comenzar lat discusiones ociosas Y ridiculas en que st hhan empefado durante més de un siglo los bomedpatas 4 Joe alépatas; equivaldria a colocarse una venda sobre Ios ‘jos para ir a batire bajo un ciel. 2% COMO COMPRENDER LA, HOMEOPATIA {Por qué no reconocer fos resultados ciertos obtenidos por la emetina en la amibiasis, [a uabaina en la insuficienc ventricular izquierda, el cianuro de mercurio en la sifils secundaria? 2Por qué no reconocer la manifiesta superiori- dad de foe arsenobenzoles y el bismuto en el tratamiento, de Ia sfilis adquirida, aunque se deplore Ia generalizacién abusiva de su empleo? {Por qué olvidar, cuando la enfer- imedad exe en eus finales, [a utilizaci6n juiciosa de sustan- clas que prolongan la vida ayudando al debilitado organis- ‘mo del enfermo, y que suelen equilibrario durante dias fo meses? ;Por qué rehusasse sisteméticamente a aplicat, en accesor violentos o crisis agudas, un medicamento compro- bbado que permite apaciguar en unos minutos los sufrimien- tos del paciente? El primer deber del médico es curar, y todos sus es- fuerzos deben tender hacia esa finalidad dnica. Nuestros colegas no hacen otra cosa cuando aplican la opoterapia, la hemoterapia, lat autovacunas, Ios sueros polivalents ‘Bscrbe el Sr, GASTON BAISSETTE en su notable estudio sobre HIPOCRATES: Es un hecho no menos extrafio, y bay que’asombrarse de que haya pasado inadvertido, que vvacunae cuya accién e¢ claramente eficaz son aquellas en Jas que no se ha podido descubrir el getmen: Ia de la vi- ruela y 1a de fa rabia. Los principales triunfos de Ia medi- cna analitica fandada sobre los métodos experimentaleses- tin fincados en estas entidades, sees invisibles, microor- ‘ganismos que escapsn al ultramicroscopio, en una palabra, abetracciones puras.” Después de que WRIGHT descubrié el método de ta vvacunacién, los numerosos trabajos que se publicaron, com- probando experimentalmente el método de Ia semejanza, hhan demostrado de modo indisctible la verdad de la ley de HipGcRaTes. LA HOMEOPATIA ¥ LA MEDICINA MODERNA a Por qué obstinarse en seguir un camino en el que sélo encontraréis decepciones terapéuticas, por qué no utilizar ‘yuestros conocimientos orientando mejor vuestros esfuerzos| y acciones? No perdamos el tiempo oponiendo una con la ‘otra a la medicina analitica 0 galénica y la medicina sin- titica 0 ipocritica. El andlsis es investigaciéa, [2 sin- resis observacién, Todos los fenémenos merecen estudiarse en 0 origen, au evolucién y sv terminacién, pero la Na- turaleza ha establecido entee ellos relaciones inmutables se- ‘rin muy diferentes planes. Son estas relaciones invariables| las que deben constituir lor fundamentos inconmovibles de la Medicina La docteina de la especificdad microbiana ha pasado; cl ciclo de Ia evoluci6n pasteuriana se ha terminado por completo, Por qué limitar la accién de Ia Medicina a la Diisqueda sistemstica de un germen, causa problemitica de Ja enfermedad? ;Por qué no estudiar, como nosotros 10 Ihacemos, 1 terreno sobre el que evolucionan ales gé- smenes? En Ia investigacin de las causas, siempre nos detendré el mecanismo desconocido de Ia intervencién de lo Impon- erable, que se evidencia tanto en los catalismos césmicos ‘y nacionales como en los trattornos psiquicos y patolégicos del Ser humane, Se impone el retorno a la tradicin. HIPOCRATES y GALENO no deben oponerse uno al otro. HAHNEMANN es un genio que no puede pasarse por alto Homedpata convencido, mas no sectario, admiro sin servas los esfuerzos lales y sinceros de mis sabios coleqas, pero estoy persuadido de que si quisieran abandonar las ilasiones que los dominan y confunden, la Medicina fran- cesa entraia en tna nueva era de prosperidad, LA FE DEL MEDICO HOMEOPATA Se dice que Ia medicina homeopitica esti hecha de itusiones, y que el bomespata es un charlatin moderno ‘que distribuye con éxito remedios misteriosot a los en- fermos engafiados por sus cuidados, La fe es el elemento principal de au éxito, Sin ella, nto hay curacién. Un cierto malestar embarga a nuestros critigos cuando comprueban que el médico homespata pa- eee posrer también fe. Tiene fe en sus remedios, tiene fe en su técnica. Es més, tiene fe en la Medicina, y el encarnizado trabajo que se toma para lograr sus resul- tados amotina a los peores ecépticor que se inclinan, sin comprenderlo, ance eite fervor admirable. La fe del médico homeépata esti fincada en la t ibn y en los resultados. 1. LA TRADICION Homeopatia ex un nombre indebido (waSor = sutsi- siento: opaws = semejante), pero que debemos conservar a pesar de su ridicula consteuecién etimologiea y su etré- ‘nea ortografia, en consideracién a au genial autor, HAH NEMANN. Homeotecapia, terapéutioa por los semejanter, ee una ‘expresin mis acertada, Homeoterapia, Medicina por fos semejantes, expresa ‘exactamente fo que debe entenderse por Medicina homeo- = LA FE DEL MEDICO HOMEOPATA » pitica, Ia primera arientacign acerca de [a cual nos fue dada ‘por HIPOCRATES, Hipécrates Para HIPGCRATES, Ia salud es la armonia perfecta de las faerzas, su equilibsio completo. La enfermedad tiene Ia misin de establecer ef equilibrio perturbado; por con- siguiente, es una reaccién de conservacién. Salud y en- fermedad son dos funciones que tienden al mismo fin: 1a cconservacién del individuo. La naturaleza cura de tree modos: I. De forma pasiva o estitica: por el sepoto, Ia abs- tinencia 0 el suefo; 2. De modo activo o dinémico: ejerccio, movimiento, aumento de la nutricién: 3. Por medio de “levantamientos” o reacciones, que son “movimientos calculados”. stos son los “‘sintomas", esos “gritos de la natura lea” que nos revelan el estado del cuerpo. El médico no cuca las enfermedades, debe ser “el inté eet, “el servidor” de la nataraleza. Debe también con- siderar todas las manifestaciones por las que la natura- feza traduce eu transformacién, manifestaciones peiquicas 1 objetivas, evidentes u ocultas. En Ia enfermedad debemos considerar dos factores opuestos: Ia accién “morbifica” y Ia accién “medicatrix” 1. Accién mocbiica Pueden presentarse dos casos: a) La causa es “accidental”; de origen externo, esté relacionada directamente con ef sintoma que provoca. Es necesario’ combatir 1a causa y buscar suprimicla. 0 ‘COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA 1b) Con mayor frecuencia [a causa guarda relacién con todo ua sistema de circunstancias ligadas a [a vida misma del paciente. La nocién de enfermo domina a (a rnocién de enfermedad. Es el enfeemo el que debe estudiar- se pues sus reacciones son la guia mis segura de Ia tera atiea : 2. Aecién medicatrix Puede ser de. dos tipos: a) La causa morbifica directa se conoce. HIPOCRA- ‘Tes enuncié para este caso Ia ley de que “lo contrario es eurado por su conteario”. La sed es curada por la bebi- da, Ia retencién por Ia evacuacién, Desaparecidas las ca fas, se suprime el efecto, “Sublara causa tolitur ffectus” ARISTOTELES expresard, més tarde, el mismo pensamiento 'b) Se desconcee fa causa “Lo semejante ex curado por lo semejante”. “Aquello qué produce la disuria cuando no existe, Ia cura cuando existe", "Las sustancias que son purgantes naturales pue- den. provoeat estreiimiento”.* En terapéuica, el criteio es la “medida”. "La Medicina, dijo HIPGCRATES, es de medida fugaz Aguel que la comprende tiene en ella un punto fijo, cono- ce el umbral en el que la realidad se hace irreal, es decir, donde fos purgantes se hacen estrifentes, lo mismo que al- gunos otros", ‘De este modo aplicé HIPOCRATES Ia ley de los contra ios a las enfermedades de causa conocida. La ley de la semejancza regia para las enfermedades de causa desconocida gy om. ie fa ouees ee leed cate es Sieae LA FB DEL MEDIC HOMEOPATA 3 Enunciada por HIPOCRATES, descuidada por GALE- No y sus discipules, la ley de la semejanza toma en la Edad Media nueva importancia. Los conceptos médicos ‘2 teansforman. Para comprender ripidamente lo esncial, consideremos el mayor genio de Ia époea, PARACELSO. PARACELSO PARACELSO es el enfuerzo medieval. De aquella época admirable y misteriosa, en la que todo se “revelaba” mis ‘que se manifetaba, PARACELSO es la fuerza poderosa, vi- nil y enérg ta las academias, derrba los idolos ¥ galvaniza los espirtus, provocando 2 Ia vez envidia y respeto, odio y amor, por Ia amplitud extraordinaria de sus ideas. Su obra “‘cristaliza” en certo modo las aspica- ciones de los flésofor y sabioe de su épaca, anbelantes de poster el supremo conocimiento del mundo y del hom- bre. ‘Una primera verdad es enunciads por PARACELSO: “gual que 12 enfermedad nace de la salud, Ia salud nace de Ia enfermedad.” {No observamos acaso todos lor dias individuos que nunca han estado mejor de salud que des- pus ena grave enfermedad, esa, exalatina 0 fi ee tifoidea? ‘Afiade PARACELSO: “Por esto, hay que conocer no so. lamente los origenes de 1a enfermedad, sino también las reparaciones de Ia salud. Los médicos inhbiles se apartan ae fa uz de 1a naturaleza ¥ 1a oscurecen, porque toman tuna base que su propio cerebro les ba proporcionado si- guiendo los dictados de la fantasia y sin prueba alguna de I Iuz de ta naturaleza.” Esta Inz es el gran mundo, el ‘Macrocosmos”, cayas rlaciones de analogia con el hom- bbe, el "Microcosmos”, deben estudiarse al detalle, ' 32 ‘COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA ‘Asi, pues, PARACELSO se opone de iamediato a GALE- No. El enfermo no es un hombre cualquiera, es un Sec hu- smanocreado, que leva en sia la vez las muestras de su fun cién y su enfermedad. En tanto que el médico quiera, por ‘un anilisis sutil 0 por exploraciones hébiles, conocer a su ‘enfermo para determinar légicamente —racionalmente— su tratamiento, se equivocard, puesto que la decisiGn t0- mada depende sélo de 1 mismo, el médico, 7 no estd su- jeta al control de ta naturaleza, Por qué no consider al Hombre (microcosmos) en sus relaciones con el Universo (macrocosmos) ? Ast, el examinador sagaz se transforma en observador prevenido, que, recogiendo las prucbas de- bidas, camina hacia un conocimiento real y una terapéu- ‘ica oportuna, porque se halla adaptada ahora “in numero, in pondere. in mensura” —en tiempo, masa y medids—, al individuo, La naturaleza, ageega, es un gran médico, y este mé- ico Io leva el hombre dentro de si. “Si Ia naturaleza se defiende ella misma, curard pot sola las enfermedades. Posee, para curarlas, un método cierto que el médico ignora. Por ello, éte es daicamente tl ministro y defensor de la naturaleza” He aqui remozado el primer principio de HIPOCRATES, admitido por todo médico respetuoso y fel a su observa. cién: Natura medicatrix. Mas no. debemos limitarnos 4 usar fos métodos que Ia naturaleza emplea, no hemos de permanecer inactivos. Por esto, aiade PARACELSO, hay doe clases de médicos: los que ee sven tolamente de métodot de defensa y los que son verdaderamente sanadores (cu- ratores) dado que emplean medios curativos. “Ast pues, es necesario comprender, ageega PARACEL- 50, que el hombre y las cosas externas mantienen cierto acuerdo 0 semejanza, de tal modo que concuerdan ys LA FE DEL MEDICO HOMEOPATA 38 ayudani matuamente (afficiunt ac admittunt), es decir, el rmédico debe saber que una vez que ha percibido clara- mente (perpexerit, eckennt) Ja naturaleza de estas cosas (que se convienen y ayudan matuamente, posed el con- cimiento de 1a anatomia" Comprendamos este término en el sentido de PARA- ‘CELSO: anatomia de la efigie, compreasin del signo ma- ifestado, de Ta imagen creada en sus relaciones de analo- aia, porque todas las cosas son “repeesentades” (sunt efic siete, sind gebildet). ‘Agrega PARACELSO: “El médico debe conocer Ia ana- tomia del hombre, de las enfermedades y de las hierbas.” Entendamos por anatomia Ia forms, Is morfologia del hhombre, las enfermedades y las hierbas. “Entonces la Me- dicina hallard Ia concordancia de Ia anatomia de los sees ¥ de las enfermedades, que son semejantes y se relacionan entre si". Y PARACELSO concluye: “Lo semejante corres- ponde a lo semejante.” ‘Aqui tenemos no solamente expresado, sino explicado ‘en su aplicacin, el segundo principio de HIPOCRATES: Similiasimilibus, Las enfermedades, sein PARACELSO, provienen de la transmutacién. “Todo aquello que es transmutado, dis hha de transmutarse, poniendo atencién en que lat anato- iis conservadas (Salvo anatomiee) concuetdsn recipro- camente, Luego, sila enfermedad sobreviene, hay que dis ponerlas (componere) en una v otra transmutacién, Es asi ue las recetas (recepta) deben estableerse y componerse, ¥ no como Io hacen fos charlatanes, prescibiendo jarabes, triacas y otras cosas en las que no hay anaromia alguna, sino s6lo fantasia para” El remedio ha de adaptarse al enfermo, y s6lo el cono- cimiento de ta verdadera naturaleza de la enfermedad y la Pa (COMO COMPRENDER LA HOMEOPATIA. observacién profanda del enfermo permiten al médico de- terminar exactamente el remedio que corari, el que trans- formari al enfermo, que lo "‘transmutari", para emplear la expresin exacta de PARACELSO, la que no puede hacer- nos sonrer si conocemos las transmutaciones metilicas smicrobianas. Sigue diciendo PARACELSO: “Ahora bien, lot signos son dados tinicamente después que el cuerpo y fa sustan- cia son denotados por ellos. Por esta razén, los nombres (de las enfermedates) deberian imponerse, cot mis acierto, segin el método de curaciéa: por ejemplo, 1a epilepsia viridettus morbus, puesto que esta clase de epilepsia es cu- ada por Vieidelles”.* No volvemos a encontrar aqui nuestra costumbre li- nica de denominar un sindrome o las formas diferentes de una enfermedad por ef nombre del remedio que les wes onocimiento dela Doctrina leva a la formacién a Recent Hien poe ean Se ti fain a ed de orca ona In spin fe Pca apts attra seule y vases de soa tc y rapes maa Se ee oat agus & oma eee cars aoe stad at dale xa ena pros ine rer mcs meds ns Sith G5 Mee eto nian se eal ence ee ects oa ence imparal,exlar as diferentes 3° See ee muses haa Is Home: Te ee eeetdone cia de mi Cs ‘cuyas razones cientificas habitualmente expresadas pueden Sete dae ges gos en ie ce ese oe Hom. ao re aeceen ope a Fa a a donno sin oar fee ee silat stn : Fae 2 omepatean faalde s ee ee ws ees ge br 6 [BL RAZONAMIENTO HOMEOPATICO a 08! “Quod, gu! credit opectur pr mircute”, ec Bia Paracsiso en su ltro"De ete Det” Seria de ces au e neers ura feprofunda en aust remedin para Shtener buenos resultados, 0 bin gee domins todo nue tro esfatrace on chaviatniono lnc, ‘Paral {Milogo.. De an hombre a quien mucho dio, er, HENR FAvae, conserve una fi defini de milgro. El mig en hecho no sadn het gue no eae dentro.de na "sr, un fenmeno inexpl Sao y de spain inexplicable, porgwe el bomb no puede, de momento y por innfiventetonoimiento de Es eyes natraes,ealecer una leon exact prea exte Tos manifetaconeschervadas y su ctsn dscono, ns 3 milagro homeophtio existe slo en vt de que el pilblico ignora que se pone en atiidad on mecanamo feaptutico cuya cigar extaonnaiamene ida © Fartcalamenteprofenda, En taliad, no exe tio fo, porque es un "hecho aria” que puede er pti en sei tanas veces como wencenen is indiatones siempre que et mésico homeSpata hay esablecde en pessmiento la fatima reacisn gue one ls expeion moe, Ep con e semedi corsesponcietedecrminado con Pes

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