Le Comusier(detale de
Figura 96)
Viviendas, 1928, Fassae,
Francia
Retorno al orden:
Le Corbusier y la
arquitectura moderna
en Francia, 1920-1935
Tras la guerra de 19r4-1918, en los circulos artisticos franceses hubo una
cenérgica reacciGn en contra de Ia anarquia y el experimentalismo incon-
trolado de las vanguardias de preguerra. Se consideraba necesario un
«cetorno al orden». Pero mientras que para algunos esto significaba una
vuelta a los valores conservadores y un rechazo de la modernidad, para
otros significaba aceptar los imperativos de la tecnologia moderna. Lo que
complicaba atin més la situaci6n era que tanto los pesimistas culturales,
como el poeta Paul Valéry, como los utépicos tecnolégicos como Le Cor-
busier invocaban el espiritu del clasicismo y la geometria
En el periodo posterior a la guerra hubo muy poca actividad arquitec-
t6nica en Francia hasta 1923, ylos arquitectos se limitaron principalmente
a proyectar viviendas particulares. Este capitulo tratars del desarrollo de la
vanguardia francesa tal como surgi de esta situacion, con Le Corbusier
como su representante mis creativo y vigoroso.
Le Corbusier antes de la | Guerra Mundial
Charles-Edouard Jeanneret (1887-1965), mas tarde conocido como Le
Corbusier, se formé en Ia escuela de artes y oficios de La Chaux-de-
Fonds, en la Suiza de habla francesa, donde aprendié una profesién, gra~
bador de relojes, antes de asistir al curso superior con Charles LEplatte-
nier, quien le persuadié de que se hiciese arquitecto. Jeanneret trabajé
unos meses en Paris con Auguste Perret en 1908, y entre 1910 y 1911 pas6
otros cuantos meses en Alemania preparando un informe sobre las artes
aplicadas alemanas, encargado por el propio L’Eplattenies, su profesor en
Suiza.
‘Mientras estaba en Alemania conocié a Theodor Fischer, Heintich
‘Tessenow y Bruno Paul, trabaj6 brevemente en el estudio de Peter Beh-
rens y asisti6 a.un importante congreso del Deutsche Werkbund, patroci-
nado por la industria del cemento, en el que estuvieron presentes la mayo-
ria de las lumbreras de la vanguardia alemana. Luego viaj6é por los
Balcanes, Estambul y Atenas. El diario y las cartas que Jeanneret escribié
durante este viaje muestran que estaba atrapado entre su amor por las
artes vernaculas «femeninas» de Europa oriental y Estambul, y su admi-
racién por el clasicismo «masculino» de la antigua Grecia, que él identifi-
caba con el espititu del racionalismo moderno. La impresién causada por
el Partenén, combinada con las enseflanzas de Perret y Behrens, lo con
37virtieron al clasicismo, y asf renuncié a ta tradicién Jugendstil de inspira
cin medieval en la que se habia educado.
En su informe sobre las artes aplicadas alemanas —que se titulaba
«Etude sur le mouvement de art décoratif en Allemagne»—, Jeanneret
elogiaba la tradicién de las artes decorativas francesas, que consideraba
amenazada por la competencia comercial alemana; se deshacia en alaban~
zas ala pericia organizativa de los alemanes, pero menospreciaba su gusto
artistico, De manera algo incongruente, sin embargo, reconocfa su admi~
racién por el nuevo movimiento neoclisico alemin, afirmando que el
cimperio» era el estilo progresista del momento, pues sesultaba al mismo
tiempo «aristocratico, sobrio y serio».
La obra inicial de Jeanneret muestra ya ese deseo de conciliar Ia tradi-
cién arquitecténica con la tecnologia moderna que iba a caracterizar toda
su carrera. Mientras trabajaba en La Chaux-de-Fonds, entre rgrty 1917, se
dedies a tres tipos de proyectos: la investigacién sobre la aplicacion de las
técnicas industriales a la vivienda colectiva en un marco de ciudades jar-
din suburbanas inspiradas en Camilo Sitte; los interiores burgueses de
estilos imperio y directorio; y el disefio de villas neoclisicas. De las tres
villas que construyé en los aledafios de La Chawe-de-Fonds la Jeanne-
et (291), la Favze-Jacot (xg12) y la Schwob (1916)— las dos primeras esta~
ban profundamente influidas por las casas neoclésicas de Behrens; y la
tercera, por el uso que hacfa Perret de fa estructura de hormigén armado.
‘Durante este periodo, sus frecuentes visitas a Paris le mantuvieron en con-
‘acto tanto con Perret como con los eirculos franceses de las artes decora~
tivas, en los cuales su «estudio» habia gozado de cierto «éxito de presti-
ior.
En 1917 Jeanneret se instal6 permanentemente en Paris, donde consi-
guid montar un estudio como parte de los miiltiples negocios de un viejo
“ amigo, el ingeniero y empresario Max Dubois; también empez6 a pintar
al éleo guiado por ¢l artista Amédée Ozenfant, a quien conocié en s918.
‘Tras autodenominarse «puristas», ambos colaboraron inmediatamente en
un libro, Después del cubismo, y junto con el poeta Paul Dermée fundaron
la revista L'Esprit Nouveau en 1920.
LEsprit Nouveau
La revista —de la que Dermée pronto fie expulsado debido a sus ten~
dencias dada— se publicé entre octubre de 1920 y enero de 192s en 28 edi-
ciones. Su subjitulo original, Revue internationale d'esthétique, pronto se
cambi6 por el de Revue internationale illustré de Vactivité contemporaine, y
en ella se anunciaba la siguiente lista de temas: literatura, arquitectura,
pintura, escultura, miisica, ciencias puras y aplicadas, estética experimen-
tal, estética del ingeniero, urbanism, flosofia, sociologia, economia, poli-
tica, vida moderna, teatro, espectculos y deportes. La mayoria de los ar-
ticulos estaban escritos por los propios Ozenfant y Jeanneret bajo diversos
scudénimos* (en ese momento Jeanneret adopts el nombre de Le Corbu-
sier, aunque continué firmando sus cuadros con su verdadero apellido
hasta 1928).
Eltema principal de L'Esprit Nowvean, desarrollado ya en Después del
cubismo, era la problemética relacién entre el arte y la sociedad indus-
trial, La revista compartia con De Stil la idea de que el mundo indus-
138 LE CORBUSIER Y LA ARQUITECTURA MODERNA EN PRANCIA, 1920-1935trializado modemo traia consigo el paso del individualismo al colecti-
vismo, También estaban de acuerdo en que el arte y la ciencia no eran
‘opuestos, aunque utilizasen medios diferentes, y que su unién daria
como resultado una nueva estética, Lo que diferenciaba a L'Esprit Now-
‘veau de De Stijl era su fe en que esa nueva estética serfa clisica en su
espititu, Esta idea quedaba subrayada por la constante yuxtaposicin de
Jo viejo y lo nuevo: ensayos monogrificos sobre «maestros» clisicos
franceses como Poussin ¢ Ingres se intercalaban con articulos de Char-
Jes Henry sobre la ciencia de la estética}! el Partenén se comparaba con
un automovil moderno, etcétera, Se consideraba que la afinidad entre el
arte y Ia ciencia estaba basada en su aproximacién comtin a una situa~
cidn de estatismo, armonia ¢ invariabilidad. La ciencia y la tecnologia
hhabian alcanzado un grado de perfeccisn que los griegos tan s6lo habian
sofiado. Ahora la raz6n podia crear maquinas de una precisién extrema;
Ja sensibilidad, aliada con la razén, podia crear obras de arte de una
belleza plistica igualmente precisa: «Nadie puede negar hoy la estética
que emana de fas construcciones de la industria moderna [..], las
maquinas presentan unas proporciones, unos juegos de voltimencs y una
materialidad que hacen que muchas sean verdaderas obras de arte,
puesto que encarnan el mtimero, que es como decir el orden». No haba
nada nuevo en la identificacién de Ia tecnologia moderna con el clasi-
cismo: ya habia sido parte esencial de la doctrina estética posterior a las
arts. & crafts formulada por Muthesius (véase 12 pagina 58). Pero el
cubismo habia abierto el camino a una idea platonica y mas abstracta del
clasicismo, y fue con esta forma con la que la ecuacidn tecnologia=clas
cismo reaparecié en L'Esprit Nouveau.
La conexién entre la Ciencia y las formas platénicas se basaba en una
visidn sumamente selectiva de la ciencia moderna, Tal visién tendia a
pasar por alto algunos avances del siglo xx como las ciencias de la vida y
las geometrias no euclidianas, con sus modelos de realidad contraintuit
vos ya menudo desestubilizadores. Mais problemitico incluso era el hecho
de que en el nuevo mundo de la objetividad y el colectivismo anunciado
por L-Esprit Nowveau, la posiciGn del artista permanecia intacta. De Stijl y
los constructivistas, razonando a partir de los mismos principios de L'Es-
rit Nowoean, habian previsto que llegaria un momento en que el artista
seria redundante, Pero para L'Esprit Nowveau, el artista ten‘a un papel
esencial dentro de la sociedad moderna dominada por la cienciay Ia tec-
nologia: el de hacer visible Ia unidad de la época. El juicio de Frangoise
Will-Levaillant resulta dificil de rebatir: «El positivismo aplicado por
LEsprit Nowoeau sucumbe ante la contradiccién entre el materialismo,
hacia el que se inclina a priori, y el idealismo, que condiciona completa-
mente cualquier razonamiento y decisions.’ Efectivamente, en el micleo
mismo del sistema de ideas de Le Corbusier habia un dualismo no
resuelto,
La casa Citrohan a Ja que nos hemnos referido antes es una de las dos casas
que Le Corbusier construyé en la Weissenhoftiedlung de Stuttgart, una
exposicidn patrocinada por el Deutsche Werkbund en 1927. Fue durante
Ia gestacin de este edificio cuando Le Corbusier publied sus «cinco pun-
tos de una arquitectura nueva», en los que prescribia las reglas de un nuevo
sistema arquitecténico. Estas eran: los pilotis, la cubierta ajardinada, la
planta libre, la ventana corrida y la fachada libre. Poniendo del reves algiin
elemento especifico de Ia tradicién académica, cada uno de los puntos se
pfesenta como una parcela de libertad lograda por medio de la tecnologia
moderna, una descodificacién de las convenciones de una arquitectura
supuestamente «natural». Pero esta declaracién de libertad también puede
interpretarse como una serie de sustituciones dengro de un conjunto mas
amplio de reglas arquitecténicas; no acepta la licencia absoluta del expre-
sionismo o la utopia mistica de Van Doesburg; es la purificacién de la tra~
slicién arquitecténica, no su abandono,
En estos «cinco puntos» hay implicita una oposicién entre el recinto
rectangular y la planta libre, cada uno de los cuales presupone el otro
[figura 97]. Le Corbusier subrayaba esta oposicién cuando, al deseribir la
villa Stein, decia: «En el exterior se reafirma una voluntad arquitecténica;
enel interior se satisfacen todas las necesidades funncionales».” Pero él iba
més alld del fancionalismo implicito en esta afirmacién, explotando para
ello las posibilidades estéticas inherentes a la planta libre. El interior se
convierte en tn campo para la improvisaci6n plastica desencadenada por
Jas contingencias de la vida doméstica y da origen a una nueva clase de
146 LE CORBUSIER Y LA AROUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-19357
LE CORBUSIER ¥ LA ARQUETECTURA-MODERNA EN FRANCIA, 1920-193597 Le Corbusier
Cos cuatro tipos de wias,
1929
EThifante andlisis Weave
‘ue hove Le Corbusier de
sus propias casas revel
‘laramente su concepeién
de las rlaciones dlalécticas
‘entre un exterior platénico
Yun interice funcional: dos
{ormas inconmensurables
de orden» que existen une
Junto a ora
promenade architecturale, Le Corbusier compara este worden desordenado»
‘con el caos de una mesa de comedor tras una cena cordial, un indicio que
se convierte en alegoria de esa ocasién.”* Segiin Francesco Passanti, Le
Corbusier debia este concepto de «arte de la vida» al poeta Pierre
Reverdy:"
La-tensién entre el interior libre y el exterior «limpido» en la obra de
Le Corbusier durante la década de 1920 alcanzé su punto culminante con
lavilla Savoie en Poissy (1929-1931). La casa esti levantada sobre pilots y
aparece como un prisma blanco y puro que flota sobre la superficie con~
vexa del campo en’el que esté situada [figura 98], Al llogar en coche se
pasa por debajo de la casa y una rampa conduce al visitante desde el ves-
tibulo de entrada hasta el piso principal: un recinto delimitado por muros
y ocupado en parte por las habitaciones y en parte por una terraza ajardi-
nada, Dentro de la pureza geométrica del cubo de cerramiento, el interior
es libre y asimétrico, y obedece a su propia légica dinémica [figura 99].
Pero el muro que separa los dos mundos, interior y exterior, es tan slo
una fina membrana en Ia que se ha recortado una ventana corrida hori~
zontal. Al ocupante, tras haberle apartado primero del paisaje bucélico,
se le vuelve a obsequiar con su imagen enmarcada, El cubo primero se
afirma y luego se abre de golpe [figura 100]
148 LB CORBUSIER Y LA ARQUITECTURA MODERNA BN PRANCIA, 1920-1935“Al escribir sobre las casas de Le Corbusier en la d&cada de 1920, Sig-
fried Giedion decia: «Como nadie antes que él, Le Corbusier tuvo la
habilidad de hacer resonar el esqueleto de hormigén armado con que nos
hhabia obsequiado Ia ciencia [...J; el volumen macizo se abre cuando es
posible mediante cubos de aire, ventanas corridas, transiciones inmediatas
hacia el cielo [...]; las casas de Le Corbusier no son ni espaciales ni plasti-
cas [..J el ae lye a través de ellas.»™
Urbanismo
Como ya hemos visto, os primeros proyectos urbanos de Le Corbusier en
La Chaus-de-Fonds estaban relacionados con el movimiento de la ciudad
jardin, Pero en 1920 centré su atencién en el problema de la metrépolis
moderna, abordando esas cuestiones de circulacién & higiene de las que
los urbanistas de Paris se habian ocupado durante algiin tiempo.” El pri-
mer proyecto de esta clase —la Ville Contemporaine, expuesta en el
Salén de Otofio de 1922— era una propuesta esquematica para una ciu-
dad de tres millones de personas en un emplazamiento ideal [figura 101).
El proyecto se basa en la creencia de que la metrdpolis es valiosa a priori
Su eficacia como nodo de la cultura depende de su asociacién histérica
con una localizacién concreta, Pero para conservarse, primero tiene que
ser destruida, Para contrarrestar la creciente congestidn de la ciudad y la
consiguiente huida de sus habitantes a la periferia suburbana, ser necesa~
rio tanto incrementar su densidad como reducir la superficie ocupada por
los edificios. Usando la tecnologia de los rascacielos norteamericanos, cl
proyecto propone unas torres de oficinas de 200 m de altura generosa~
mente espaciadas y unos superbloques residenciales continuos de doce
plantas, quedando convertido el resto del espacio en un parque atravesado
por una ted rectilinea de vias de alta velocidad. La tecnologia moderna
permite combinar las ventajas de la ciudad jardin con las de la ciudad tra~
dicional. En lugar de que la poblaci6n se traslade ala periferia, ésta se tras~
ada a la ciudad.
‘Los superbloques lineales de la Ville Contemporaine se disponen
segtin un trazado en forma de «grecas» (en francés: & redents). Esta idea
tenfa dos origenes: los boulevards @ redans propuestos por Eugine Hénard
en 1903," y los propios estudios de Le Corbusier para las viviendas Dom-
ino en torno a 1924." En la Ville Contemporaine, al igual que en esos
studios, los bloques de viviendas no se alinean con cl sistema de vias, sino
que se disponen como un contrapunto a él, En la posterior Ville Radieuse
(2933), los bloques estin levantados sobre pilots, y el movimiento peatonal
a nivel del suelo queda libre de obsticulos. E] espacio urbano se vuelve
{s6tropo; no hay «delante» ni edetriés> y queda abolida la distincién espa~
Gal entre lo piblico y lo privado. Aunque Le Corbusier modifies estos
primeros modelos urbanos en diversos sentidos, su forma bésica perma-
neci6 inalterada, incluso después de haber desarrollado unos sistemas
urbanisticos completamente distintos para Rio de Janeiro, Argel y Chan-
digath (véase la pagina 210).
En la Ville Contemporaine y la Ville Radicuse se yuxtaponen dos
valores absolutos: la naturaleza y la tecnologia. El trabajo y la vida domés~
tica tienen lugar en construcciones en altura; el cultivo del espiritu y del
‘cuerpo tienen lugar en los parques. Como resultado de esta disyuncién, el
LE CORBUSIER Y LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-1935 149‘98 Le Corbusier
Vila Sawie, 1925-7537,
Poissy, Francia
Aunque tne proporciones
selisicase, la villa Savaie
parece haber destendice del
espacio exterior, pues
escanss con toda ligeraza
sobre el tere. Este es una
els eficios mae
surealistas de Le Corbusier
Yyel ejemplo en gus us los
pilots de un mods mas lite.
100 Le Corbusier
39 Le Corbusier
Vile Savoie, 1925-1931,
Poissy, Francia
{Gs habitaciones prmcipates
estén en el primer piso, junto
tof una teraza ajrdinade,
Esta es una variacién sobre
el tema medieval del hors
‘anctusus, un jardin cerado,
ara [a contemplacién,
yy sepsrado del pasaie
veundante que, sin
embargo, es visible através
de una ventana comida
horizontal abertaen el
muro oe la terraza,
Villa Savoia, 1929-1531, Posy, Francia, plantas Bap,
primera y de cublert
Grampa es un vestiio de un pri baceio en el que é
coche aparecialleganda hasta el primer piso
150 LE CORBUSIER ¥ LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-195LE CORRUSIER ¥ LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-1935 IS101 Le Corbusier
lustrosae implacable de las
torres de oftcinas apenas
afecta@ la naturseza oa la
tranquila vida de a alts
bourguesia que se toms un
café en una teraze de
cubierta,
clemento del cambio queda eliminado de la experiencia urbana. Los pro-
blemas sociales relacionados con esta idea de separar la residencia de los
aspectos espontineos y casuales de Ja vida urbana se han hecho cada vez
més obvios en los afios transcurridos. Sin embargo, pese a sus defectos, la
ciudad de Le Corbusier llamaba la atencién sobre esa divisién de! trabajo
que era inherente a la sociedad industrializada, creando para ello una ima~
gen urbana en la que la tecnologia y Ia naturaleza quedaban separadas.
Podemos discrepar de Ia interpretacién cartesiana que hace Le Corbusier
de esta separacién, pero dificilmente podemos hacerlo de su verdad sub-
yacente.
Edificios piblicos
A finales de la década de 1920 y prineipios de la de 1930, Le Corbusier
proyect6 una serie de importantes edificios piblicos, entre ellos dos pro-
ppuestas de concurso no construidas (la sede de la Sociedad de Naciones en
Ginebra, de 1927, y el Palacio de los Séviets en Mosc, de 1931) y dos edi-
ficios realizados (el Centrosoyus en Mosca, de 1929-1935, y Ia Cité de
Refuge, sede del Ejército de Salvacién, en Paris, de 1929-1933 [figura
102]). En estos edificios, Le Corbusier adopté un planteamiento muy
distinto al de sus casas. En lugar de incluir las irregularidades funcionales
dentro de un exterior plat6nico, el edificio se rompe en sus partes compo-
nentes, que consisten principalmente en pastillaslineales (que contienen
médulos repetitivos, como oficinas) y voliimenes centralizados (que con-
tienen espacios de reunién publica). Y luego estos elementos se vuelven 2
componer libremente de tal modo que tienden a escaparse y multiplicarse
152 LE CORBUSIER Y LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-1935,Ejcito de Salcién),
1929-1933, Paris, Francia
Enuna solucion brilante pare
Lun solar dificil, a este edificio
‘se accede a través de un
cconjunto de volimenes
prefiminares que se ven como
“iguras contra el plano de
‘achada del bloque principal
de fos dormir.
[figura 103], formando en conjunto pequeftas ciudades, En la ciudad
ideal de Le Corbusier, los edificios puiblicos llevan una existencia bastante
misteriosa e insegura.””
EI sindicalismo regional
‘A finales de Ia década de 1920, Le Corbusier se hizo miembro militante
del grupo neosindicalista dirigido por Hubert Lagardelle (1874-1958) y
Philippe Lamoue (r903-1992). Este grupo era antiliberal y antimarxista,
y.se alineaba ideoldgicamente con los movimientos fascistas coeténeos de
Francia e Italia, Le Corbusier lleg6 a ser director y principal colaborador
de la publicacién del grupo, Plans, y de su sucesora, Prélude. Infiuido por
Pierre-Joseph Proudhon y Georges Sorel, el grupo reclamaba la abolicién
de la democracia parlamentaria y la creacién de un gobierno de las élites
técnicas, segiin el principio de Saint-Simon («la administracién de las
%
[Uf CORBUSIER ¥ LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-1935
133103 Le Corbusier
Uité de Refuge (sede del
Eferite de Salvaciin),
1929-1935, Pars, Francia
Propuesta de ampiacign.
Eledifciose.corwiere en
tuna pequeta ciudad, con sus
partes aporentements
incorporadss 2 su contexto
urbano,
cosas, no el gobierno de las personas»), aplicado a una economia planifi-
cada; creia que la alienacién de la vida social moderna podia paliarse pero
1no a través del socialismo, con su concepto del hombre abstracto, sino gra~
cias a un retorno al «hombre real» y al espititu comunitatio que era carac~
teristico de las sociedades preindustriales.” Esta postura, contraria a la
Ilustracién y al materialismo, era el equivalente del movimiento evlkiseh
(popular, patridtico) en Alemania y mostraba su misma tolerancia hacia la
modernidad tecnolégica, a condicién de que no estuviese dominada por el
capital financiero.*
Las muevas actividades periodisticas de Le Corbusier coincidieron con
elrenacer de su isterés inicial por la arquitectura verndcula, un interés que
habia quedado aletargado pero nunca destruido por su preocupacién por
os nuevos sistemas de procuecidn arquitecténica. En su libro Une maison,
un palais (1928) describia en términos lIiticos, aunque con cierto tono de
superioridad, las casitas de los pescadores de Le Piquey, cerca de La
Rochelle, donde pasaria sus vacaciones estivales entre 1928 y 1932." Al
construir sus cabafias —dice Le Corbusier— los pescadores «prestan
mucha atencién alo que hacen, Para decidir el emplazamiento de alguna
cosa, dan vueltas y vueltas, como el gato que en la habitacién busca su
lugar elegido; sopesan, calculan inconscientemente, encuentran el punto
de-equilibrio [...] la intuicién propone, la raz6n razona».**
Entre 1930 y 1935, las formas vernéculas hicieron su aparicién en varias
casitas rurales hechas por Le Corbusier y Pierre Jeanneret, en las que
154 LE CORBUSIER Y LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-1935104 Le Corbusier
Villa Oe Mandeot
Le Pradet, Franc
sia fue fs primera de ona
serie de casas ruales en las
que se useron materiales
tragicioales y que marcaron
una fase en la carrera da Le
Corbusier durante la cual
empezaron a resatarse las
tradiciones constructivas
verndculas
resurgen Ia cubierta inclinada y los muros de fibsiea, proscritos en la
década de 1920 [figura 104]. Pero estas casas no son un mero retorno a los
modelos verniculos; los materiales naturales se reinterpretan en funcién
de la estética moderna, Las referencias verndculas son menos evidentes en
a forme radiewse (granja radiante) y el village coopératif (aldea cooperativa,
193471938) [figura 105], dos proyectos relacionados (no realizados) en los
que las tecnologias consteuctivas del momento y la estética moderna se
aplicaban a la agricultura.® Estos proyectos tuvieron su origen en un
niimero de Prélude dedicado a la reforma regional, dirigido por el pequefio
agricultor Norbert Bezard, quien encargé a Le Corbusier el proyecto de
una comunidad agricola modelo. Las bovedas a la catalana cubiertas
de hierba presentes en estos proyectos tienen alusiones rurales, pero con
su construccién en seco sus formas limpias, blancas y geométricas, estaban
pensadas claramente para mostrar el méximo contraste con las condicio-
nes rurales existent@s. El bloque de viviendas de seis plantas de la aldea
cooperativa, algo bastante sorprendente, lo justificaba Le Corbusier en.
términos semiolégicos y no tanto funcionales o sociales: era —decia—
«un nuevo signo arquitecténico que se eleva por encima de las praderas,
los rastrojos y los pastos»,” es decis, un emblema del nuevo espititu
moderno.
Si comparamos las ideas neosindicalistas de Le Corbusier con las que
habia expresado en L'Esprit Nowweaw quince afios antes, encontramos un
considerable cambio de actitud, Para L'Esprit Nouveau, el principal pro-
blema era el conflicto entre los valores culturales eternos y la tecnologia
LE CORBUSIER Y LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-1935 1551105 Le Corbusier
‘illage coopératit (alias
cvoperativa) raciante,
1934-1938
Este proyecto estaba vinculadD
al compromise de Le Corbusior
‘con ls sindicaistas regionals
su publicacién, Prelude; se
‘concibié como parte de su
plan nacional de rafoeme
eras.
moderna, que trataba de resolverse aunando la tecnologia con los «inva~
antes» platénicos. A finales de la década de 1920, Le Corbusier modifies
este modelo estitico, reconociendo asi Ia existencia de la incertidumbre y
el cambio, Elementos que habian sido recesivos en la filosofia de L'Esprit
‘Nouveau (el desorden, ls formas orginicas, la experiencia directa, la intui-
cidn, eteétera) se sitian ahora en primer plano, Si la geometria y el equi-
librio se entienden todavia como la medida tiltima del valor, ahora se
piensa que son fruto tanto del instinto como de una racionalidad abs-
tract. La misién de la arquitectura moderna se entiende como la fusién
de la tecnologia universal con la sabiduria secular:
«La arquitectura es el resultado de la situacién del espiritu de una época.
Estamos frente aun [...] acontecimiento internacional [...; las técnicas,
los problemas planteados, al igual que los medios cientificos de realiza-
cién, son universales. Sin embargo, las regiones no se confundirin, ya
que las condiciones climéticas, geograficas, topogrificas, las corrientes de
razas [...] guiarin siempre la solucién hacia unas formas condiciona~
das»!
El primer contacto de Le Corbusier con las ideas regionales se habia
producido en 1910, bajo Ia influencia de Alexandre Cingria-Vaneyre,
defensor de una Suiza de habla francesa clisica y mediterraneizada, Con
Jos neosindicalistas se encontré ante ideas similares, pero a escala global.
Los neosindicalistas crefan que Europa debia dividirse en tres zonas
«naturales»: los alemanes en el noroeste, los eslavos en el este y las razas,
latinas en el sur (incluyendo el norte de Africa). Bajo el influjo de seme-
156 UE CORBUSIER Y'LA ARGUITECTURA MODERNA EN FRANCTA, 1920-1935jantes teorfas raciales —que eran bastante comunes en Ia Europa de la
década de 1930—, Le Corbusier empezé a pensar desde la 6ptica de una
arquitectura moderna global en la que la tecnologia entraria en confron-
tacién directa con las fuerzas geogrificas naturales de las distintas
macrorregiones, Sus largos viajes por Suramérica y Angelia en la década
de 1930 generaron una serie de proyectos urbanos para el mundo en des~
arrollo que culminaron en su obra de Chandigarh, India, en la década
de 1950. Estos y otros proyectos posteriores se tratarin en el capitulo
undécimo.
LE CORBUSIER ¥ LA ARQUITECTURA MODERNA EN FRANCIA, 1920-1935 157PETC etm eanvast [ere Mee ie Come aneo Ree oem eek ee le)
con J. H. Miller desde 1961 hasta 1988; actualmente es profesor emérito en la escuela de arquitectura
de Princeton University; entre sus otras publicaciones se cuentan Arquitectura moderna y cambio
historico: ensayos 1962-1976 (Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1978) y Modemidad y tradicion cldsica:
Ds
ensayos sobre critica arquitectonica (Ediciones Jucar, Madrid/Gijon, 1:
Editorial GSA)
68029\Barcelonal/Rossello, 87-89)
Telr93)322181) 61) bax Said22/92105,
eampall: info@gili corn
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