Está en la página 1de 1

El arquetipo tiende un puente entre la consciencia del presente, que corre peligro de desarraigo, y

la totalidad natural, in- consciente-instintiva, de los tiempos primitivos. Por esa mediacin, la
unicidad, singularidad y unilateralidad de la consciencia indivi- dual del hombre de hoy empalma
una y otra vez con los previos con- dicionamientos naturales y tribales. El progreso y la evolucin
son ideales innegables; pero pierden su sentido si el hombre llega al nuevo estado slo como
fragmento de s mismo, dejando atrs en la sombra de lo inconsciente, en un estado de
primitivismo o incluso de barbarie, todo lo arcano y esencial. La consciencia disociada de sus
fundamentos, incapaz de cumplir con el sentido del nuevo esta- do, recae demasiado fcilmente
en una situacin peor que la que esa innovacin quera eliminar: exemPla sunt odiosa! Friedrich
Schi- ller fue el primero que vio claramente el problema; pero ni sus coe- tneos ni la posteridad
estaban en circunstancias de sacar de ello ninguna conclusin. En lugar de eso slo se quiere, y
ms que nun- ca, educar a los nios. Por eso albergo la sospecha de que el furor paedagogicus es
una va lateral que viene muy bien para sortear el problema central tocado por Schiller, a saber, la
educacin del educa- dor. Los nios son educados por lo que el adulto es, y no por lo que
discursea. La tan difundida fe en las palabras es una verdadera en- fermedad del alma, porque una
falsa fe de ese gnero lleva cada vez ms lejos de los fundamentos del hombre y a una funesta
identifi- cacin con el eslogan al que se da crdito cada vez. Entretanto, to- do 10 que ha superado
y dejado atrs el llamado progreso va hun-

120

dindose ms y ms en lo inconsciente, de lo que a la postre vuelve a surgir el estado primitivo de


identificacin con la masa. Y ese es- tado se convierte entonces en realidad, en lugar del esperado
pro- greso.

También podría gustarte