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LA CNL 2 Estamos empezando 1980. Han pasado ya cuarenta aiios desde el final de «nuestra guerra». Y cada aiio se siguen editando en todos los paises del mundo decenas de obras en las que se investigan nuevos aspectos de ‘aquella contienda: En la Espatia de hoy, tos dos tercios de la poblacién no han vivido aquella iremenda lucha; ni siquiera sus mds inmediatas consecuencias. Han cambiado las normas Jundamentales que rigen nuestra convivencia. Ha au- ‘mentado considerablemente nuestra poblacién. Se ha ‘multiplicado nuestra renta per capita y nuestro producto nacional bruto. Y, sin embargo, la Guerra Civil es una pégina de la Historia de Espana ante la que todavia no ‘somos imparciales. Desde el 18 de julio de 1936 se han editado en nuestro pais infinidad de titulos sobre el tema. ¥ en los tiltimos ‘cuatro afios, un buen nimero de obras, antes vetadas, aportan puntos de vista diferentes a los tradicionalmente acepiados. Ediciones URBION cree llegado ya el momento de pre- sentar al pitblico La guerra civil espafiola de Hugh Tho- ‘mas, completando el resultado de las investigaciones det historiador con una extensa documentacién gréfica para ‘que los lectores puedan ver, ademas de leer, los aconte- cimientos y sus protagonistas en aquellos tragicos aos. ‘Asimismo, ofrecemos una serie de documentos que ha- bian sido hasta ahora materia reservada. El primitivo texto de Hugh Thomas fue publicado en Pa- ris —en castellano— en 1961 y revisado y ampliado de: pués dos veces mds hasta que se autorizé su publicacidr en Espaiia. Para nuestra edicién, el autor ha actual zado su obra, afiadiendo el resultado de cientos de nue vas fichas, producto de su constante investigacién. Con el mismo titulo —podemos decirlo— presentamos hoy una nueva version sustancialmente ampliada y enrique cida. Un joven equipo de historiadores espanoles —alguno de ellos diseipulo de Thomas en la universidad de Rea- ding— ha trabajado en la seleccién del material grafico y redactado las importantes notas y biografias que acompanian a las ilustraciones. Junto a Hugh Thomas, forman el Consejo de Redaccién de ta obra: el coronel don Ramén Salas Larrazhbal, que tune a su vocacién castrense una insaciable erudicién y ‘amor por la objetividad histérica; don Luis Romero, no- velista catalan, cuya produceién en los tiltimos diez aos hha sabido aunar la brillante: de su estilo literario con la densidad de sus estudios historiogréficos, y don Angel i ‘0 de Economia, que empezé in- vestigando los problemas financieros y monetarios de uesira guerra y hoy es uno de los grandes expertos en esta materia Gracias a ta ayuda de decenas de espaioles apasiona- dos por este tema, hemos podido tener acceso a archi- vos privados que por primera vez se abren al publico a través de nosotros: fotografias inéditas, dibujos, croquis de accién militar, una asombrosa coleccién de tarjetas postales, de carteles, de documentos de la vida coti- diana, centran el texto de Thomas en sus coordenadas sumanas. Presentamos a nuestros lectores una obra de ta que nos sentimos satisfechos, y que ofrece en las paginas de cada fasciculo horas de investigaciones y descubrimien- tos. ¥, sobre todo, un gran esfuerzo por la verdad. Pues solo ella puede aventar nuestros fantasmas particulares Yconvertir un trauma nacional en una pagina de nuestra Historia. Al acercarnos lo mas objetivamente posible a ‘aquellos hechos, queremos contribuir a que el recuerdo dde nuestra Guerra Civil se convierta en meditacién para el futuro de nuestro pais. Con ese fin presentamos La guerra civil espafola EL EDITOR Angel Vins Luis Romero | Hugh Thomas Nacié en 1931, Estudi6 Historia en | Cambridge. Siendo funcionario de la ONU, se interes6 por la reciente historia ie Espafia. Visit6 nuestro ppais por primera vez en 1958 y en condiciones muy desfavora- bles— empezd sus investigacio- nes. Las dificultades oficiales que obstaculizaban su labor se velan compensadas, dia a dia, por la ex- ‘cepsional acogida de cuantos es: pafoles se interesaban —con evi- dentes apuros— por este tema. Escritores, politicos protagonistas de muestra guerra y tantos super- vivientes de uno y otro frente que le apoyaron abriéndole caminos, le hicieron apasionarse en su traba- jo. Asi pudo publicar en 1961 después de cinco atios de traba- jo— la primera edicién de La gue- ra civil espafiola, en inglés y —en Paris— en castellano. La obra fue acogida undnimemente como el | primer trabajo serio de un histo | riador sobre la guerra de Espafa | Posteriormente, Hugh Thomas ha revisada dos veces mis su trabajo, fahadiendo los frutos de su cons: ‘ante investigacién ‘Mis tarde ha publicado una impor- tante historia de Cuba en tes to mos, y em la actualidad tiene muy avanzado un trabajo sobre Vene- ucla, Esti casado y vive en Londres, to- talmente dedicado a su tarea de escritor, despues de diez afios de ensefanza universitaria en la Pequefa ciudad inglesa de Rea- ding. Ramén Salas Larrazibal Nacié en Burgos hace sesenta y tres alos, en el seno de una nume- rosa familia de raiz vasco-castel na. Estudiante de la facultad de | Ciencias de Madrid, militaba en el requeté a través de la Agrupacién Escolar Tradicionalista. Al estallar In guerra que cam su vida profesional se enc fen Orduna (Vizcaya) de nes, Alli fue detenido, pero consi- | guid evadirse y pasar a zona ni Gional, donde, encuadrado en el en Espafia esta actividad militar, siendo nombrado al aflo siguiente director de la escuela de paracai distas. Actualmente es secretario de la. comision redactora de las nuevas Reales Ordenanzas Milita res. De su abundante bibliografia merece destacarse su aportacion all libro dirigido por Raymond Carr The Republic and the eivil war in Spain, publicado en Londres en 1971, y sobre todo su fundamental Historia del Ejército Popular de la Repiiblica, en cuatro tomos, de asombrosa erudicién, superadora de tradicionales mitos sobre el elército que perdi la guerra civil Angel Vifias Es un economista, cuyo primer encuentro con nuestra guerra civil Te vino a través de un encargo del profesor Fuentes Quintana para inyestigar Ia financiaci6n nazi de la fguerra, De esa investigacién salie- fon las obras La Alemania nazi y el 18 de Julio y El oro espanol en Ia guerra civil, en Tas que recons- truye documentalmente las redes del espionaje alemin en Espafia antes del Alzamiento y el por qué | Hitler decide apoyar a Franco en lugar de a Mola, asf como Ia ayuda que encontré el general Franco en al almirante Canaris. Ha aportado datos. tan interesantes como las circunstancias que malograron el reseate de José Antonio Primo de Rivera antes de su ejecucién, y esti preparando una serie de traba- jos sobre la hacienda y el comercio exterior de guerra del gobierno de Burgas. Es eatedratico de Estruc tura Eeondmiea en Ia universidad | de Alcala de Henares Luis Romero Catalan, tiene la edad necesaria para apasionarse por un tema y Simultaneamente recordar el ent ode Durruti en Barcelona, Ha recibido los premio Nadal, Planeta | y Ciudad de Barcelona, y publica do varias novelas | Uniendo su formacién fiteraria al ‘mais escrupuloso tratamiento his rico, se ha dedicado a investigar sobre Ia guerra civil. Sus obras Tercio de Sania Gadea del Reque- | Tres dias de julio, Desastre en {,luché hasta noviembre de 1937 En esta fecha ingreso en aviacion como alférez provisional En Ia Segunda Guerra Mundial particip6 en la campana de Rusia | uuadrilla expedicionaria. En 1946 | fue designado jefe de la primer: Bandera Paracaidista, para iniciar Cartagena y Et fin de la. guerra son un ejemplo de como decir Ia verdad brillantemente. Ha aportado a la obra una gran cantidad de datos sobre la gucrra Formando parte de la primera es- | en Catalufa y el frente de Aragon, y ha garantizado la amenidad_ y buen estilo del equipo de redac- ! | 1 Consejo de redaccion Querido amigo: Tiene en sus manos una obra colectiva. Et hito conduc tor, el eje de toda la serie de fascteulos es a iitima edi- cidn, revisada y aumemada inuy considerablemente, de La guerra civil espahola del profesor Hugh Thomas Autores de ideotogia muy diversa han coincidido en con- siderarla la base de la moderna ¢ imparcial historiogra: fia de nuestra tiltima Guerra Civil. Sin embargo, paralelamente a la version integra de su obra, la serie de fasciculos que les presentamos com- prende otra historia de Espana y de los espaioles du- rante la Guerra Civil Un equipo de historiadores lleva trabajando en ella va. rios meses. Hemos recorrido decenas de archivos pibli- cos y privados, en Espaiia y en remotos paises vincula: dos con nuestra guerra. Todo se fue acumulando hasta ‘rear tna autémica historia grafica, que completart el texto de Hugh Thomas. El trabajo, en esquema, se ha desarrollado ast © El autor ha realizado un andlisis de su obra parra- fo por parrafo, lo que le ha permitido incorporar los til- timos datos, todavia inéditos, que posee acerca del tema. Se ha obtenido toda la documentacién gréfica que sirva al lector para colocar el estudio histdrico en su contexto militar, politico, econémico y —sobre tode— Inumano. Fotografias, insignias, dibujos de las armas realizados, por especialistas, carteles de propaganda, croquis de operaciones militares, telegramas y cartas, tarjetas pos- tales de los frentes... Todo ha sido profundamente juz~ gado, buscando la mayor imparcialidad. ® Se ha redactado un texto adecuado para cada ele~ mento gréfico. Ast, la «intrahistoria» de la Guerra Civil és posible comprenderla ayudados por ta expresividad de la imagen y la seriedad de estos comentarios. Comentarios que, bajo una tarjeta postal, hablan de ta retaguardia, que explican la importancia de una reunién del general Franco en Tenerife al lado de un sello im- preso en Burgos en 1938, que resaltan el horror de los bombardeos 0 el heroismo de un prisionero proximo a ser ejecutado. Y descripcién de algunos de los cerca de ciento cincwenta modelos de aviones que se batie- Hag theres ron, observaron 0 bombardearon desde el aire espaol. Y, sobre todo, biografias. Si el auténtico protagonista de la guerra fue el pueblo espaiiol, es cierto que tuvo lide res, Unos, politicos, como Negrin 0 Serrano Siiner o1ros, militares de carrera, como Miaja, Rojo, Varela 0 Yagile: algunos, militares improvisados, como Lister 9 Durruti ¥ aquellos hombres que, en la sombra, luchaban su guerra particular»: el coronel Ungria, jefe del espio~ naje de Franco, 0 el soldado espanol que ensend al ‘mundo como, con vaior y una botella de gasolina, se podia hacer frente a un tanque alemén, italiano. Y el arte entre 1936-1939. Con un Picasso pintando la destruccién de Guernica, o los poemas de Alberti, 0 las ilustraciones de Sdenz de Tejada (censurado en alguna ‘ocasién por el cuartel general de Salamanca). ¥ la economia desgarrada, puesta al servicio de la gue- rra, con todas sus implicaciones internacionales ¥ (a gente. El pueblo. El Pueblo, que en wna y otra rete: guardia hia de la sangre. ¥ la sangre, inexorablemente, Te perseguia. Bombardeos de Barcelona. Asesinatos de los oficiales de marina. Matanzas de Badajoz v Paracue Nos. ¥ la pequetia venganza personal encubierta en »jus- ticia revolucionaria» 0 «escarmiento de rojose Pero detras de los fusiles hay hombres. Hombres que disparan de dia y por la noche se intercambian cigarti- Nios con sus enemigos. Hombres que se enfrentan con sus adversarios en tierra de nadie... jugando al fiithol. ¥ mujeres que luchan, que aman, que bordan camisas azi les 0 llevan panuelos rojas. Madres que lloran y guerri= Heras que informan a los Estados Mayores del movi- miento de las tropas Esto es La guerra civil espafola. La Historia Grande Ia Pequenta (no menos grande). Un texto. Unas mui chas— ilustraciones. Comentarios. Biografias. Y seriedad historica. E imparcialidad. ¥ un gran respeto para todos los que lucharon y murieron por sus ideas. Cada uno de ellos quiso hacer una Espana mejor. He cian la Guerra para buscar la Paz. Asumamos esta parte de su herencia taal _ Artin, lus Romeo INTRODUCCION A LA GUERRA CIVIL ESPANOLA, ESCRITA ESPECIALMENTE PARA ESTA EDICION EN FASCICULOS POR HUGH THOMAS 1. Inmensa tragedia 4 guerra civil que tuvo lugar | LL “entre 1936 y 1939 ha sido, sin | doda, la mayor tragedia dela histo ria de Espafta. Toda Europa sinté | sus efectos, y también, aunque con | menor intensidad, ei -continente Americano de norie a sur. La na- ‘én espafola ‘tuvo Ta fortuna de oder eludir las ‘grandes. guerras europeas de 1870 y 1914-18, a pe- sar de haber estallado la primera de ellas con el pretexto dela disputa franco-prusiana al ono 3 influir Ta segunda tan impetuosa- mente en Espata como en ottos paises neutrals. Sin embargo, al Alesencadenarse en 1936 la guerra Espafa se destaca como cen: tro de atencién mundial, al mismo tiempo que los temas de interven- cionismo y acontever internacional llegan a ser preocupaciones pric mordiales de los espafoles II. @Por qué la guerra civil? JE acuerdo con algunas inter~ pretaciones, Ia cuestién de ‘por qué la guerra tuvo lugar es, his- toricamente, la de mayor interés. El tema puede parecer un tanto re- buseado, pero a veces los médicos se preocupan més de las causas de las enfermedades que de sus deta- lies clinices. Ademas, cualquiera ‘comprende que, una vez entablada la lucha entre dos grupos armados, uno u otro ha de vencer. Una pre- ‘gunta que permanece sin respuesta 5 por qué empez6 la contienda. 3 {Como pudo degenerar la situacion en Espa fel extremo de Te- gar a la guerra civil? Debemos te- her en cuenta, ante todo, que su produjo como Un siglo difieil La guerra que estallé en Espafia ante todo una guerra la, y no podemos eludit x. Debemos records cultura politica de la. Esps ‘a aquellos que dirigian la Drincipios del siglo x a admit ‘que las contiendas internas consti- la ac. i inn Los desastres de la catetaron a ie sine | EE a S610. qe fiveva tecnologia hacia mas brital ta guerre moderna. La dispandad fundamentalmente en cuando Espana ardo ou: | do Espana ward os | (a eae ; una serie de pinturas negras de dos guerras carlistas fueron en | [a parte consecuencia de clo). | (NGiitiiII#Giiieiaosateliainon estaba indudablemes sélo con los tonos tremendistas y ‘Yias de remont . lose eu la fuerza de los enérgicas trazos puede describirse la vida y la an- ide el arte a la situacion siedad en retaguardia, donde la | 3 mica. La pérdida del imperio cn | [ijiliadalias es eae net 1898 habla actuado como un repi- | [ia pases | 198 pais actndo cone un vp i i eh ieliates Soe a ee acs | (eres sade eeaee vee, coaban | (Ulialialanleeoninte poniendo en pie a las masas, Se | scalada de incomprensiones ‘Dos fenémenos contribuyeron de forma decisiva al estallido de la guerra: por una parte, la serie sin Interrupeién de crisis que compli- tcaban los problemas cada vez més; ¥ por otra, lacreciente agitacién de irupos politicos —sobre todo juve: hles—, que al principio tuvo fun- damentalmente un caracter defen. sivo. Mil novecientos veintitrés contemplo el derrumbamiento de la | momarquia constitucional de Al fonso XIII y el primer intento en tiempos modernos de establecer | una dictadura militar. Mil nove. Centos treinta contempl6 la dim sion de Primo de Rivera y un torpe intento del rey de introducir cierta dosis de democracia desde arriba. Fue un fracaso, yen menos de un afi legs Ia Republica. Asimismo, fen 1932 fracasé el intento de res tauracién mondrquica_patrocinado por algunos militares. En 1934, con tun gobierno de derecha, o de cen: troderecha, en el poder, se malogrd Ia revolucién socialista y_ co nista de Asturias y_ el establec miento de un estado federal e Barcelona, Todo ello contribuy6 a envenenar casi totalmente el am biente politico. En 1936, cuando el ‘en un gobierno de iz montada una repet cién del especticulo apenas. i xdo en 1932. Esta vez, los con nda de jo uniforme cars mente entrenados, El fracaso en media Espana de este pronuncia mento provocs la guerra. civil Para entonces, los énimos. se en ccontraban tan caldeados que ni un obierno de centro ni el bieninten: serenas equilibradas podian rest ya efectivos. Los di rechistas. estaba sus tierras, su religin, su milenan historia, y'entrevieron la oportuni dad de, “aprovechando. Ia confu: sin, conseguir su revolucion rege- neracionista, En contraste, 10s li deres de la izquierda temian al fas cismo, pero creyeron, de forma semejante, que se les presentaba la oportunidad de introducir su mundo ‘nuevo I, Todos contra todos EREN resaltarse especialmente los enfrentamientos que pro- ood eSta guerra dentro de la clase media, Muchos militares, médicos © abogados tenian hermanos 0 pa- s cercanos que luchaban en el bando contrario. La madurez y Ia juventud se vieron enfrentadas ‘menudo, pues en Espafa, al igual que en otros lugares, ef Tascismo fra en buena medida una revolu- idn de la juventud, lo que que algu luchando et cchas contra padres republicanos quierdi IV. Factores de una derrota mero porque organi2s su polities mejor que la i Después porque recibié una a superior a la obtenida por sus rivales. En te fa guerra se plant frontacion con mico. La mejor administracién de Tos Asia que esperaban on se tranguilizaron ante la falta de prisa que mostro Franco ir a futura forma del Es- aftos treinta probaron suerte en el mar de fueron en realidad mas que rizos 8 Un documento historico en su LA GUERRA () “De HUGH THOMAS. Nueva edicion c La historia de la Guerra Civil Espafiola en sus doc inéditas, cartografia militar, carteles de propaganc SPANOLA PHU EBAY IR NL A f fise ENA io Ci GUERRA CIVIL ESPANOLA px ps JERRA CIVIL ESPANOLA Rape BA LAL POU AY AE 1 A fi aT LA GUERRA CIVIL ESPANOLA aM id fad VOLUMEN VI En este volumen, Ediciones URBION ofreceré una seleccién de los aspectos y enigmas mas apasionantes relacionados con la Guerra Civil. Trabajos inéditos debidos al propio Hugh Thomas, Martinez Bande, Angel Vifias, Salas Larra- zabal, Javier Rubio, Marise Bertrand y otros prestigiosos especialistas seran el contrapunto de esta ya clasica HIS- TORIA DE LA GUERRA CIVIL ESPANOLA. Las consecuen- jas de la contienda, el oro de Moscu, Guernica, la represion en ambos bandos y la literatura —hasta un total de trece temas— conformaran el ultimo tomo de esta obra, un alarde editorial sin precedentes. jiblioteca VIL ESPANOLA =. n importantes ampliaciones del autor. | »:°31'°,°%" Z nentos graficos mas importantes: fotografias to ee ‘ciao de ambos frentes, la vida en la retaguardia... | Hes, et noualeo Fal Conde impuno st! personalidad. glacial. iPerdio la cima alguna. vez? La e 6 tomos encuadernados en guaflex. cae eorrage — 110 fasciculos semanales de 24 paginas. eee ane 3.120 fotografias de los archivos y colecciones partiCU- | verano de 1936. lares mas importantes de todo el mundo. La soledad det e 25 mapas de las principales operaciones militares, reali- gobierno republicano zados bajo la supervision del coronel Martinez Bande, | Como contraste, la Republica es- tuvo siempre dividida en enfrenta- del Servicio Historico Militar. siltnios wibranets Laos patesea meses de guerra constituyeron una e 160 biografias de los hombres y mujeres que dirigieron la politica y la guerra en Espafia en las dos zonas. e Croquis, esquemas e ilustraciones de todas las armas. e 180 dibujos de Carlos Saenz de Tejada, de Bardasano, de Reque Meruvia, de Renau, de Sim. ene eee ey docisin_ catalan 110 carteles de la guerra espajiola, coleccionables en una ee eee carpeta de lujo. 5 en e) territorio cién del Estado para ampliar-nota- | blemente su antiguo Estatuto de ‘una aulonomia similar en su ya muy reducido Euskadi. Comunis- tas y anarquistas disputaron, a ve- ces con las armas, la naturaleza del stems econimico més apropado ar victoria, mientras fos funcionarios del gobierno se I mitaban a observar, horrorizados, Ja marcha de los acontecimientos. S tarde, la decision de los co- tas de infiltrarse en el apa flo estatal, con el consentimiento fen buena medida de los socialistas, proporcioné a los anarquistas, v Jos liberales y, por fin, a los socia listas de izquierda una justificacion paara llegar, en dos ocasiones, a la Buerra civil dentro de Ia guerra ci: Vil. Por otra parte, las relaciones centre las autoridades civiles y mil tares fueron siempre ambiguas en el campo republicano,

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