Está en la página 1de 1

DEVANEO

Lo poco que nos une es suficiente para sentir por l una atraccin indefinible. Mis amigos
tan sensatos ellos me diran que no es ms que un capricho. Qu te interesa tanto de ese
tipo reclamaban, si al fin y al cabo no es tu paradigma de hombre: no es pelinegro ni
ojiclaro, no es literato o artista, y ms an, no es extranjero?. Y debo reconocerlo: no s
que responder. Siempre haba proyectado la imagen de ser una persona interesada
exclusivamente o casi por esos fenotipos otros: aquellos que ejercan sobre m una
fascinacin que rayaba con la exotizacin ms absurda. Igualmente, en cuanto a profesiones
y modos de ganarse la vida se trataba, siempre prefera aquellas personas que haban
trasegado, y que en esa medida que haban sido estropeadas por los escabrosos senderos de
las letras y las artes. Pero este no era el caso; l no posea ninguna de estas caractersticas.
Y an as, desde que lo conoc no pude dejar de pensar en l.

Ahora, meses despus de habernos visto por primera vez, la fascinacin por ese hombre no
ha disminuido. Todo lo contrario. Cuando estamos juntos no soy capaz de negarme a sus
pedidos, favores o exigencias, y a pesar de que no me atrevo a decirle cunto me atrae su
mente perspicaz y su sonrisa, cunto me excitan sus piernas y lo que dara por compartir
con l una noche, aunque sea solo una noche, tampoco me atrevo a alejarlo de mi vida para
ya no tener que acunar su fragancia en los das de soledad. Pero, por qu lo deseo tanto?
Dnde quedan esos atributos que yo imaginaba absolutamente necesarios para sentirme
atrado por una persona, esos que yo juzgaba definitorios y decisivos para cualquier tipo de
interaccin? Creo que no importan. Tal vez lo nico necesario en toda relacin humana sea
un pequeo hilo, un frgil tejido conector y transmisor de pulsiones deseantes, de mareas
infinitas de deseos. Es la existencia de esa minscula fibra, y solamente eso, lo que nos
lleva a sentirnos tan cercanos a los otros como si lo que nos uniese fuese una irrompible
cadena de hierro

También podría gustarte