Está en la página 1de 1

La enseanza siempre implica una cierta forma de coaccin.

Ningn nio quiere aprender aquello que les cuesta trabajo asimilar y que
le quita el tiempo precioso que desea dedicar a sus juegos.
Tirana adulta.
Obligamos a los nios a estudiar por su propio bien. Es una tirana porque
quien tiene el poder fuerza a otros para que hagan o dejen de hacer algo
en contra de su voluntad, y esto es lo que sucede en los primeros aos de
cualquier enseanza.
La educacin constituye algo parecido a una obra de arte colectiva
que da forma a seres humanos.
Esta tirana de educar por el propio bien, en realidad se trata de un
egosmo, porque educamos para no morir, para preservar, para
perpetuarnos a travs del educando como el artista intenta perdurar por
medio de una obra.
La educacin responde antes a los intereses de los educadores, que
a los de los educandos.
Para que la sociedad contine funcionando es preciso que el educador
asegure aquellas tareas sin las cuales se podra subsistir. Hace falta
preparar a los nefitos, cuyas fuerzas son necesarias para que la gran
maquinaria no se extinga.
La educacin es una tirana de la que slo pasando por la educacin
podremos en alguna medida liberarnos.
Nuestro objetivo es formar individuos capaces de prescindir de su auxilio,
de caminar por s mismos. Proporcionar a la fuerza algunas herramientas
simblicas que luego permitirn combinaciones inditas y derivaciones
inexploradas. La libertad es entonces un logro de nuestra integracin
social. No partimos de la libertad, sino que llegamos a ella. Ningn ser vivo
es libre, sino que llegamos a una peor o mejor adaptacin de lo forzoso.
El nio no sabe que ignora.
Es el educador quien ha de dar importancia a la ignorancia del alumno.
Educar, segn Olivier Reboul, no es fabricar adultos segn un modelo, sino
liberar en cada hombre lo que le impide ser l mismo.

También podría gustarte