Está en la página 1de 33
caPmTULon UN ACERCAMIENTO INTRODUCTORIO. | DEONTOLOGIA DE LA EDUCACION | ASU ESTADO ACTUAL. 1. EL ETHOS DELA PROFESION DOCENTE:;UN ETHOS oLwipapor ethos y la wadicin educativa y académica Si todo ethos dela profesin es en cieta med, o onjumo de fs prncipios que la tadiicn, lo experienc Comin “as eostmbees, un geadando como herencis {rusmitd ala posted a avs el medio dea educaicn formal o informal, Ia ental de ese eshos para ‘ese protesign brota dela nauralcen misma deta atid eh ‘ebicule qu li dems tisciplins usan pars conocer tho, parce, gin mesa fa tvesigacin haber ova dein eframente cul se su propio ethos alo largo de en Nempos. Puede set ie porque sets poece sett fl dena 6 En la tradicign académica ese ethos parece estar este c’himenteligado a las nociones metaisicas del Ser, Verdad Bien, y Fin, del mundo, de las cosas y en concreto de la vida el hombre. La profesién, a su vez, comio actividad humana se eoneibe ali come la ayuda que, dentro de una sociedad rnizada, failta Ja comunicacicn de bienes. La profesién seadémica, dentro de este conjunto de comunicaciones, Se fencarga de facilitat Ia captaci6n racional de esos bienes fbstractos y de definr su uso para la mayor dignidad humana. Es decir, ser vehiculo para ta profundizacion en ellos y.a la ver davies ciettainterpretacion préctcs sacando del saber {eérico agvel rendimiento préctico que se considere conve niente para la mejora de la vida del hombre. Eh exhos de a educacién, por tan, haba que enfocarlo desde dos énglos. Desde el gqué? (quid) de Ia educacin o dmbito epistemo- \6gico, y desde el ge6mo? (quomodo), ambos propios de Ia swctividad moral, Dado que le wacin y Je costumbre forman la columna vertebral del ethos de una profesidn, conviene mira alos més destacados representantes de In tadicidn académica para enfocar bien el deher del educedor. Muchos textos, tanto actuales como de ottas épocas, suelen poner como modelo & Platén, a Sécrates 0a Aris6teles, cuyes doctrinas educativas, ‘como se safe, fargo culminan en las flosoftas educativas de San Agustin y de Tomés de Aquino. Los orientaes mifan a Confucio y a Tao, mientras que en otras cultura, aan siento ‘menos avanzadas, nunca faltan modelos de sabidura, que se conocen por transmisién oral, por medio del evento, el pro- verbio, ia similitud. ‘La herencia académica educacional que esos personajes dejado atras merece nuestra consideracién a la hora de investigar sobre una deontologia de a edueacisa. De ellos nos ha llegado lo que podemos denominar'el ideal étic’. Eso no oa {A ETICA DELA PROFESION DOCENTE supone que a través de ellos se haya Hlegado a la cumbre, porque siempre se puede mejorar: no obstante no cabe dua flguna de que a raft de lo que dejaron se han dado grandes pasos en muchos aspectos Huelga decir que la ética exstiana es buen ejemplo del enriquecimiento de la comprensién étca dejada entre otros Por Ariststeles, por un lado, mientras que, por oto, se sabe Aue el soncepto actual de la téenia, aunque no tenga mucho aque ver con el concepio antigua de mecénica, enriquece su base tedrica, En todo caso, nos parece que en aquelios siaes- ttos resplandece algo, una sabidurfa tan perenne, que merece consideracién en cualquier época de la historia, En la ensefianza y ea la Vida, sea de Platén, de Aristeles 4 de Santo Toms, se desarolla ura doctrina ética sobre el tipo de persona gue merece ser Hanada virtosa o perfecta, entendidos esos términos como los indicaivos de lo que todo hombre deberfa enhlar ser, Del mismo modo, sus enseiian- 2as muestran aquellos prinipios que deben fundamentar y orientar la condcta del hombre para que sea moral (perfect) usando su naturaleza racional y libre. En esa ensefionza, lo aque & sentido a una vida virtaosa, y al uso libre de medios racionales, es el fin (tetas) que se quiere alcanzar. Ese fin determina, pr tanto, los medios gue conviene usar, ¥ €80s medios se relacionan con las decisiones libres del individuo. Seguin sean esas decisiones, asi ser la conducta de la persona en cvestén, Ltevadas a la pictica profesional, una petsona se omporta de ut modo u otro de acuerdo con la finalidad que Se propone, el bea que pretende conseguir con Ia profesién y su modo de entender su deber. CO 2. Crisis de la moratiad y de la deontologta educativa La experiencia muestra que en 1a sitimas décadas, y de ‘modo Hlamativo desde los afios 70 en adclante, ha habido una crisis de Ia educacién. Hay que recordar, por ejemplo, las agitaciones que sacudieron las universidades de varios paises, vomenzando en América, para pasar después 4 Europa, Oceania, Asia Africa, Ello suscita la demanda, que se ha hecho cada vez mas acontuada, de investigaciones que Pudiesen identiticar 19s principales causas del descontento lobal entre los estudiantes. Las investizacionesiniciales re- Velaron diversas causes y aspectos de inguictod estudiantil Habia aspectos profesionales y sociales involucrados, pero en el fondo de todos ellos se vishumbraba, sega os ansisis de expertos en educacin, un rasgo corti: ei problema ides V6aico y, de modo espeeifico, el problema de la moralidad. Notese que aqui, al hablar de crisis, nos referimos a los problemas caractersticas de una époea, en este caso a aque los hoy més acuciantes en el dmbito de Ia educacién. Esa trisis, segin el testimonio de algunos canocidos profesores, een el fondo el resultado de la carestia de tics pedagogic en los educadorss “Hablar de crisis moral de nuestro tiempo, decia Todoli en 975, se ha convertdo ya en lugar comiin. La agresividad contra preceptos éticos tradicionalmente admitidos, la des orientacién moral. la necesidad de alguna reglamentacién ‘moral, que dirja la accién del honabre..}, son algunos, ‘humerosos siniomas que acusan dicha crisis"? 1. Ch, Buowzmca, W: La Educacién en na sociedad en eis, Naess Barston, (1990), y Goeoonr, Cy (Par qué lor Profesor? abou, Mai, (105, 2 Topo 1: En Nivel Bigg del Profesional Expatol, Madd 66 ‘También el hecho histrico corrobora esas afiemaciones, si Se tiene en cuenta que la cultura occidental, que ejerce gran influjo en el mundo actual, haciéndose de exe modo el ‘alma mater’ de Ia escuela contemporénea, fue Por largo tiempo, 2 su mayoria, una cultura cristang, Camo se sabe, esa cultura, se desarroll6 por primera ver dentro del mundo greco: ‘romano, se fundi6 con él en cierta medida y se sivi6 de las estructuras sociales, mentales e institucionsles en él exis tentes, Pero no par6 ali, porque en su esfuerzo por explicar Jos dogmas de la fe revelada, el cristianismo consiguié dejar al mundo occidental una gran riqueza y firmeza filosétiess, construfdas sobre aquella civilizacisn que le precedi6, pero ammpliaday profundizada, de tal forma que esta cultura cubis la mayor parte de més de 1500 afios. Aun cuando esa civilizacin occidental ha sido disfrazada y transformada de ‘muchos modos, parece que nunca se ha podido ocultar su igambre cristina, que defini primero a Europa, luego & ‘América y mucho més tarde a aquellos paises que hoy en ae ~peyorativamente— son denominedos ‘ercer mundo’ Rest. sniendo, esa cultura occidental va mas alld de sus fronteras| estrictamente teritoriales, constituyendo lo que podemos amar ~en el dimbito educativo-, la escuela occidental © educacicn forrgal modems, con un ethas propio, derivado de ciertos valores y fnaldades espeeifics y coneretos Con la tlegada de aquel momento que Georges Gusdxt Hama de Jos ‘malentendidos, Hegan cambién los grandes cambios yue afectaron ala formacién integral dela persona. A Pattir de este momento empieza a surgi el problems de definit tanto los valores como los fines educativos. La educacn se divide en ambitos, en sectores, en expecializaciones, buenas en s pero que no parecen llegar ajo que es mis humano en Ia persona. Ese fendmeno lo describe mucho mejor Cerdona al decir que "deste ef amanecer de fe arodernidad, diversas oa Cconisrne wasutRy GieneE ciencias sectoriles se han querido atrogar la condicion de seienia princeps la materntce, ts fsc, Ie psicologt, la historia, la sociologt, fa economia sin logar su objetivo, Y¥ nolo han ogra al exclirampliossectres dele realidad, gue de esa manera permanecfaneniginsticos y abandonados & fa ‘Goxa’, @ una opinign subjtiva, sentimental ¢ incom nicable. Entre esos sectors, esenclles para a persona, ea baa la ca, y otros mas tascendentes an" Ese es el period dela esis de fos saberes, que hasta cierto punto, seguu veremos mas adelante parece haber «endo poco a poco un lneeo que se ¥8 notano en todo el proceso educative, y que en algunos momentos e ha querdo Subsunar mediante i ensefanea de la eligi y Ta fe dadas omo una disciplina mas que poco tiene que ver con les emis. Como meestra Gusdor, &pesat de elo a0 se ha Podido logra a plens integracin de fos plantcamienos del Pensamiento moderoista con It ensefanza teligiosa, En cambio o que que, segin ue una "Tractra interior ene ios conocimientos naturales de a cultura de la persona ¥ 10 de su fe le proporconaba:~ dos mundos spare, incomini- cables y heeroptneos"s Por ota parte la seclricacin masiva dela edvcacién tampoco a favorecidolacuestié es y moral. Si bien antes la ensefianza confesionlfciftabalaformacign personal dela vent, la "esersianizacign csi general del oceidente ha sometio la edueai6n al contol del esta, quizd, como es epinién de algunos, con cierta mejora en la preparacién csticta y exclusvamenteceniie,adquitiend altos niveles 3. Cannons, C: Bie de uehiceredecative, Rip, 4 Gesooer, Gop. et, p18 5. tid. p13 adi, 1990), 68 TAETICA DE LA PROFESIN DOCENTE competitivos y tecnoligicos, pro con tal nivel de especiai- acién, tanto en el nivel escolar en euanto a! profesor que Se especializa, como en cuanto 2! afumno, futiro educador y Profesional, que e! resultado ha produeido el hueco al que antes hemos aludido. En grminos rs sencillos el educando, Y quiz4 tambin el educador, se quedan sin posibilided alguna 4 componer 1s datos paticulares de las distinas iseiplings| proporcionadis por los diversos profesoresY escuelas porgue cl alumno va de un técnica de Ia ensefianza a oft. El aspecto hhumano (y humanizador) que puede mostrar al alumno la Unidad de ls istnta -a veces contradictorias exigencias la medida dei hombre, queda como el no-man'-land, la ietra de nhadie®. De acuerdo con los autores antes mencionados, lt crisis de laeducavin parece set ln crisis de la moral; es0, a Ja hora de la realidad, es también causado por otra crisis: la de |i moral profesional 6 deoniologia de la educacie, "Son muchos los moralistas que se quejan de falta de formacién tic en todas ios aspectos, pero especialmente en. Jo que state a Ia deontologia" devia Tadolfen 19757, "y frente estas quejas y demandas de deontologta, mis 'y més profesores apelan a la flosofia précticay a la filosoa de la educacién para llenar ese hueco, pidiendo que se sefiale et ethos progjo de esa profesién, Un ethos que see valida no sélo en edt, sino en el aula y en la vide de hoy, porque de tro modo se sigue una dicotomia entre unas teflexiones abstracts eideales que poco tienen que ver con Ia vida que static al docente, con la conseeuencia de que aquellas y ta 4quedan como campos ajenos. Y Ia relacién y la unin de esos 6 Che Dawson, C: The Cris of Westem Edhcaton. Sheed ane Ward (1961) y Gusose. Cop itp 1818 coast wanna crcweRE campos, si alguna vez se encuentran, parecen residie en el ‘mutao desconocimiento 0 dsacteditacin de todo lo moral Tal vez fue a éte 0 serejamte pensamiento al que se nefee Gusdorf dicendo que; "mis alld dela reflexin sobre las vias Y medios de Ia ensefianza especializada, existe la posibilidad de otra investigacién que serfa como una pedagogfa; Ia inguisicién de los procesos en virtud de los cuales, al margen 4e todo contenido particular, se verfica la edifcacién de unt personalidad y se juega su destino", 'Nos parece que esa reflexin que sugiere Gusdort, no soto Aeberia ir mas allé sobre fos méexis, sino que deberfa incluit entre esos ‘haceres especalizados' el 'saber-cémo’ del proce: so educativo para que sea un buen-hacer segin la dignidad hhumana. En otras palabras se exige una buena ceorta para la praxis. A este respecto, se ha hecho notar la identidad de la reflexién de Plat6n com ta tarea que aqut afrontamos, la dela ‘educacin, la del educar,y la de su deontologfa: "Mi trabajo es més dificil que el de las parteras, porque las mujeres no pueden parit més que verdaderos bijos, mientras que mi mayor trabajo es distinguir $1 lo que han dado @ luz los Interiocutores es verdadero 0 no", Si existe la mencionada crisis de Ta educacién y de Ia ‘moral, distinguir entre lo verdadero y lo falso consttuye una tarea de ciertaurgencia porque, volviendo a Gusdor, vemos ccémo ahi se verifica la edificacin de una personalidad, y shi se juege el destino de las personas en dos perspectivas; del ceducando, sin dud, por un lado, pero a la ver e indizes- tamente del edueador en cuanto la persona, per su trabajo (profesisa), consigue o no su propio perfeccionamiento, 8. Gosoone 0: op ft 9.9 9. Peaone Tere ode a Ciencia, 1506, 7” 1A-TICa DBta pROrESION DoceTE foxjéndose con ello su propio destino, Por sv émportancia hhemos de dejar estos temas para otro momento, LH. ESTADO ACIUAL DE LA INVESTIGACION DEL TEMA 1. Visidin general de a situacién bibliogrfiea La bibliograffa de esto tema en la actualdad es simplemente «seasa, y cuando la hay, corta en extensin y en profindidad. En general, todo tipo de bibliograffa sobre deontologia es pce y escueta, pero en donde esa escasez aleeniza mas ague \ieza es en la educacién, y particularmente en lengua cas. tellana. Recientemente, un profesor de Ia Universidad de Granada, después de alguna experiencia en la bisqueda bibliogratica sobre el tema, no vacilé en escribir: “en Ia bibliogras consultada ~en fos catélogos~ de Ia facultad de Filosofia y Letras, no hemos localizado libro 0 invesigacign alguna ttulada deontologia educativa o deeniologia de la profesida docente"l0, Manifestaba asf su sorpresa ante una investigaci6n nos han dejado con una expe- ‘encia Semejante, aunque no conclusiva. Se han consultado con ditigencia las fuentes mejor conocidas y se ha recutrido lambisn a fuentes extreordinarias con el fin de colegit la ‘mayor informacién posible sobre el tema, Se han consultado, Por supuesto, las fuentes elementals también: diccionarios a ts, tanto dela Tenguainglesay eastellana, como de Filosofia 10. Genvuss Cast, E: «Deortlogi Eduentvas, Revita de ewias dela Edncatin, 18, (0931) 949 rn Ccuisrive wannieu cocHURE y Pedagogfa. El vocablo deontologia, ya definido en el ‘apftlo I, ni siquiera aparece en algunos textos mas antiguos, y aquellos que lo incluyen sélo dan la definieién, Una excepeién ale regla ha sido, tal vez, el Diccionario de Filosofia de José Feerater Moral! 2. Antculos en castellano, legislaciones y eédigas Respecto alos anticulos relacionados directa 0 indire:ta- ‘mente con el tema, nos han sido de gean utilidad las aportaciones de fil6sofos de la educacién en las siguientes, revistas: Revista Espafiola de Pedagogta: Revista de Ciencias de la Educacién; Revista Intoruniverstaria; Revista Bordén’ Hemos consultado 1a obra colectiva Filosofia de la Educacién Hoy, feato de 1a colaboraciéa de los diversos departamentos de Teorfa de Ia Educacién de las universidaces espaiioles, que nos ha proporeionado informacién de gran interés!2 Ya en 1986, el profesor de Ia Universidad Complu- tense de Madrid Niceto Blézquez, realizé un estudio, y redact6 un attculo bajo el titulo ‘Deontologta de Ia Educa cida’ Fate articulo viene recogido en la Revista Espafola de Pedagogial? y en él Blézquer resalta ls distintos problemas que lleva consigo la investigacién y formulacién de una deontologia dela educacisn, Muestra, por ejemplo, a aludida escasez de bibliografia en lengua castellana, y la n0 mucho BAzaver, N: sDeomlogla de Educaidns Revita Erpafola de Pedagole (1986). 4, p. 483-500 n 1A ETC4 DEA PROFESION DOCENTE menor en ottas lenguas, por lo menos hasta 1986, Lo més que pudo encontrar fueron ciertos artculos trabajados por varios profesores universitarios de Inglaterra y Estados Unidos. A Blzques le han seguido otras personas interesadas en e] mismo tema. Destacan profesores como Enrique Gervilla que en dos anticalos, (1989, 1991), uno de once paginas y el otro de doce, acoge las ideas de Blizque2 y hace hineapié en la acuciante necesidad de esta investigacién', Gervilla, sin ‘emiargo, da un paso importante, en cuanto trata de avisar al lector ya no sélo sobre Ja importancia del estudio y su implicacién en los diferentes roles del profesor, sino que, ademés, advierte que tal estudio no pod realizarse sin tenet en cuenta las variadas concepeiones que existen acerca de la educacin y del docente. Pero Gervilla deja al lector con la impresién de qve realizar una deontologia de la educacign es tarea poco menos que imposible ito articulo que hemos podido localiza traduccién del alemdn, es del profesor Wolfgang Brezinka, de la Univer: sidad de Constanz, (Baviers). En ese articulo, de cuatro péginas', Brezinka se preocupa de explicar por qué los rofesores necesitan una moral profesional. De ahi prosigue a dar ciertasugerencias sobee las normas generales que deben it Ja profesin docent En las normas que recoge, esalta como cosa de impor tancia fanticular, 1a de conocer los deberes de Ia profesisa antes de exigc cualquier derecho. Seguin el tono del escrito, 4, Geyyass Caer, E. «Dien Edcatvay Deonologi del Profeton: Filson de la Educatton Hy. Vasos, Byinvon, Mai 15, Busan, We sLos profesoes y su deontologan, Filosofia ue ls Hancacign Hoy, Actas del Congreso de owt de la Es Vol, 2: (1989), p 283-28, cunisrone waxnmy creme Parece que la demanda de derechos es rasgo caracteristico de J mayorfa de profesores en Ia actualidad, por lo menos en ‘Alemania, Lo mismo puede decirse de muchos otros pases Brezinka exige del profesor, como parte de su deontologie, el dominio de su materia y el estuerzo personal por adguirie aquellas cvalidades de cardeter que son necesaias para Nevar a cabo, y de la mejor manera posible, sus éeberes profesionales Expecificando més, Brezinka subraya tabi, como algo de importancia principal, aquellascaalidades que se refieren @ Ja benevolencia hacis os alumnos, es decir, la autodisciplina el profesor en tales aspectos coma el de Ia paciencia, y el interés por todo lo espiritual que conduzea a una mayor agilidad intelectual Enite las normas dadas respecto a la relacién con los alumnos, Brezinka pide al profesor mirar hacia el bien alumno: “de ah la necesidad de ir aprendiendo qué beneficia y {qué perfudica",tarea que Hevaré al profesor a la vtoontca, ¥ le proporcionaré un reto continuo gare cada situacién, ‘prendiendo a armonizar en cada una de elles To mejor, para ef sham.) y para el grupo"®. Ante este aprendizaje- ret, aconseja al educador “centrar el peso de su trabajo profesional en la preocupacién por le apitud espiritual de sus alumnos"!8, contribuyendo a que estos adguieran Ia imensiGn moral. Ello, segdn este autor, requiere que el profesor mantenga una condueta que no perjudique a los alumnos. 16. Che ap. ct,p. 2845, 17 it 8. Mid, p28 ” cn Donde la sociedad es pluralista, Brezinks sugiere que el educador inculgue una moral bisica que compreada el respeto ala persona, a sus derechos, el aulodominio,respetoy sol daridad, pero sélo conseguird todo esto si antes de ensefar esas cualidades él las we, Trata de mostrar también que el profesor he de considerar el bien espivitual de los educandos como un deber propio, teniendo en cuenta sus ereencias religiosas, sus modos de entender la vida y el ambiente en el que se han etiado, Gervilla, en cambio, pone el Enfasis en el conoeimiento, resumiendo, a nuestro parecer, los mismas aspectes que Brezinka ya habia tralaéo, presentados desde el aspecto del ddeber. A continuacién, setalamos algunos de els: 1. Conocer los deberes y derechos de su profesin, 2, Dedicarses eta con total entrega, sin mantonesse en el mimo exigibe. 3. En reac con su conocimiento: ) Estar al dia en la materia, tener interés por los avances centficos, b) Tener motivacin permanente para la mejor. ©) Esforzarse para adquiir y completar aquelas cual ades del carécter necesarias para llevar 8 cabo 1 pptesicn, 4. En reac con los alumnos,cuidar bien de 2) su salod comporal b) sa apsinad espirtaat ©) una dimension moral bisica ‘Tanto Brezinks como Gervlla muestran la limitaciones que supone la eseasez de bibliografia en este tema. Sin bargo, Gervilla anuneia la inmediata publiescién de una obra que se ttula Manual profesional del pedagogo. Este Manval, que entte tanto ha visto Suz, ineluye el Cédigo 15 Deonolgico que hasta ahora formaba parte del stato del Fedagogo, aprobado en Valdepetes (Cidad Rea) por la Asamblea de Pedagogos duane el Encuentro Estat de dos de Mayo de 1986, que constitu el conjunto de normas de Indole ica que aectan la profesion eecida por el esrecilsaenClecs del Encacn "Ya en 1983, Joxe Morano, enones presidente de la Asocicn Coortnadora Esa anes or ea eer tna Comisis de Deontolgia qu "velar pr el eumpliniento Ge fo esabiecida en I nrmativa deonolgica eatin (Ga Afi qe a "Const soar forma automa, omunicando las dietrices la Junta Dteeuva (.) continia, "de exe modo en auesto ais se ha abet un camino realmente claiiador, hia Ie intifcacion del pedagogo, através de ests ners deontogicasy de cia > une profesion frofindamene social Esas noxmas vienen a sr ls mists 0 semejastes las que Ingo recoge Gervillaen su aiuto antes seferido, en donde tambien anuneia Ta pr6xima publiesion del Manoa, Nos parece nommas tay como fueron publicadas en el esatto del Psdagogo, en forma de deeaogo 20. Chr, El Citgo Deomtligico del Pedago Pedagogo, ACEP, Alsnte 21 tip 283 9 BY Exarto de 6 — Normos deontolégicas para pedagogos 1° El Pedagogo/a, no debe colaborar en trabajos y estudios {que vayan en conta de la Declaracisn Universal de los Derechos del Hombre, at em procesos que atenten ‘contra la dignidlad del ser hurano y su capacidad de clecci libre y racional 2° El profesional debers tener como acttud principal una ‘buena atencin a a persona en un adecusde servicio a la sociedad, teniendo en cuenta que esa relacién no debe conducir a una dependencia que provoque un estado de Indefensin del nino, del adultoo de la comunidad, EI Pedagogo'a velaré para que las téenicas de interven-

También podría gustarte