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7 oe ae = doctrinas y orientaciones que da os grandes hombres religiosos los fildsofos, ha sido doquiera y en todos los cong : doctrina sobre el sentido del dolor y del sufrimiento en todo el mundo; pero sobre ella se ha erigido una instruccion e invitacion para hacerle frente adecuadamente, para padecer debidamente el sufrimiento. Ninguna de estas dos cosas tendria ni siquiera sentido si la vida de los sentimientos fuera nica y exclusivamente una muda y ciega realidad de situa- ciones que se sucedieran y unieran en nosotros segan la ley de la causalidad. Pero no es asi. Al menos hay en la vivencia humana cierta clase de sentimientos que dan algo asi como un ‘‘sentido”, una “significacion”, por medio de los cuales el sentimiento reproduce ciertas diferencias de valor que hay en un ser, en una accion, 0 en un destino que nos toca, acaso las anticipa y prefigura: asi es como nos invita o re- quiere para que hagamos ciertas cosas y dejemos de hacer otras. En la experiencia del cansancio hay algo que en el len- uaje de la razén significaria: ‘ ; Deja de trabajar!” 0 ‘‘ ;Ponte gual ie) J i ormir!”. La sensacion de vértigo frente al abismo quiere a q decir: ‘‘;Retrocede!”. Su advertencia querria salvarnos de la caida, haciendo que nos imaginemos el fantasma de una = peler mae iedo que M4 cemos 2 caer. Miedo que no comence™Ps orig de la ee (lita 1a fuga; espe- fac resentes ¥ 44 esperanza en la que se actividad: o*P eta mos: verguenza a ave ial el cuerpo y el alma jo valor, ¥ lo reservan para Pie wrega a éls PETES Y asco ian emocionalmente lo Nesde el punto de vista 1 organismo; arrepentimiento eer nos libera para un nuevo bien asad Jorosamente!: tales son algunos o y desecharlo €o los pueden tener un sentido e se puede distinguir muy i bjetiva Ye la finalidad puramente obj if ae la vida, como la que corresponde los diversos tipos de dolor que carecen de un por ejemplo 2 los CT ncialmente. Pero asi como no esta il lo potrido percibido vivencialme < : jo de sentido ni de significado, el sentimiento tampoco ae mero estado. Hay también maneras de comportamiento es un - € ‘ o funciones emocionales que se pueden erigir sobre el carac- ter puramente situacional del sentimiento de un modo muy variable?: el mismo dolor y el mismo estado de sufrimiento (no acaso sélo la sensacion que lo motiva) puede ser sentido funcionalmente con muy distintos grados y tipos. Dada una constancia histérica de las olas de sensaciones y sentimientos de los estados emocionales (por ejemplo de dolores cor- porales), la bien distinta ola de sufrimiento y la fuerza de sufrimiento para el dolor pueden ser graduadas de muy diversas maneras en la historia de la civilizacién; y lo mismo a validez para la capacidad femenina frente a los estados ter el placer que pone en fuege be foes esitivo pueda “alegrae” Tepe ; juego a funcién emocional de n segin el tipo puede cambiar la acep- ejemplos inherente a SU i ige bien de su oF s dentro de la econom} propia vivencia qu 18 El sentido del sufrimiento acion emocional y funcional del en el yo. Nos podemos oes estado sentimental nernos a él; podemos “soportarlo” 2 un sufrimiento, u opo- wgufrirlo”, hasta podemos “gozar” pee ciples palabras significan siempre diverso: le él (algofilia). Estas pag voluntad que se levanta sobre elec’ oye emt Y, de tado sentimental no estan todavia mE tipos que con el es- mente. leterminados univoca- Pero un piso mas arril ues ee ecccnean ist oe ‘funciones del sentimien- personalidad espiritual, que dentro J'o8 actos de nuestra Pole las conexiones vitales pueden dar un earaceee eouahnence distinto a la magnitud, al lugar, al as Same de nuestros estados sentimentales. En oe. ae ecundidad cias de la atencién, por ejemplo de tener o no ae diferen- ciertos sentimientos, diferencias en la eee ee al de la voluntad, qui See eae a a » que pueden “buscar” y' “rehuir” el dolor y el sufrimiento, “vencerlos” realmente o sdlo “reprimirlos” diferencias de ja valoracion (como castigo y expiacion, cas medio de purificacién o de correccién, etc.), y, finalmente, diferencias de la interpretacién religiosa y metafisica me- diante la cual nuestros sentimientos, mis all4 de su inmediato sentido vivencial, son insertados como miembros en la tota- lidad del mundo y de su fundamento. Toda teoria del sufri- miento contiene por lo tanto también una simbologia espe- cial de nuestras emociones, atribuye significados a las fuer- zas, significantes 0 insignificantes, que guian su complejo juego de sentimientos. Si, por lo tanto, lo que el dolor tiene de sensacion y de estado, y lo que de ello tiene también ef sufrimiento, es simplemente hecho e inevitable destino de todo lo viviente, hay, mas alla de todos estos hechos ciegos, una esfera del sentido y una esfera de la libertad que es el punto de partida de todas las grandes doctrinas de salvacion. Todos los sufrimientos y los dolores de las creaturas tte nen un sentido, por lo menos un sentido objetivo. Como ya 19 Max Screw cer como el disgusto de cio, canto) Be fo de la vida o ‘i estimul cespectivamere oo en principio correcta : epciones- Ciertamente, con un eramente nos apaga la sed 7 podemos beber la muerte; st aes send gue san i ere mo; hay ciertamente dulces y sabrosos ve Cee dicinas, en sentido literal y figurado. ee oa i ie es nocivo para la vida y del Et ee Doe af dos entre si. Arrancar la ufia dolor parecen estar poco a! jecua oes edo provoca gran dolor, aunque para él proceso eas no tenga ninguna importancia; quitar una parte de la corteza cerebral, hecho que es mortal, no provoca dolor. Pero estas objeciones y otras semejantes se pueden compaginar con el principio de Aristételes introduciendo otras tres verdades. El sistema de alarma, de atraccion o invitacion de nuestra vida sentimental esta instalado sdlo para los dafios y los estimulos que son tipicos para la especie de cada organismo, y que se le presentan por la misma naturaleza. Si una parte del organismo esté protegida de intervenciones exteriores en casos normales, como ocurre con la corteza cerebral cu- bierta por el craneo, entonces falta la voz de alarma dada por el dolor, mediante el cual cada organo comunica al centro que esta en peligro. La naturaleza no podia tener en cuenta los cambiantes estimulos y combinaciones de esti- mulos condicionados por la civilizacién, asi como tampoco raras intervenciones artificiales. Por lo demas, estimular y obstaculizar la vida, de lo que el placer y el dis fiales y reflejos interiores siqui ee ee tipos de sentimi es siquicos, no significa en todos los << Sentimiento estimulo y obstaculo de la vida total del organismo como un todo individual. si ee vélo para la actividad vital de la parte to, Poe to Bnet y de su estado ee la parte del organismo afec- fa en recibir el estimulo. L ra ieled ha sido la prime- * “0s sentimientos periféricos infe- eles lo recom! : ae tipo exPre todo OP lo para ella: un obi aparentes eX Sa heeds vee : acalorados, Arist6t cuando nos 20 El Sentido del Sufrimiento riores, sobre todo las sensacio Eat aol alee del Soe (evail eects, eae gos totalmente locales y al mismo pein asi como testi- Buy miopes. También el trago de agua ee mente la actividad vital de los organos inmed, ula transitoria- tados, a pesar de que el estimulo puede se: Roueeme geet totalidad del organismo y a largo plazo. Y : eat Para la de fundamentar mas profundamente la o a se pue- eae Gunes doa i ec Jos sentimientos, tal como la he esa Sind eas ee o He reconocido las siguientes capas profundas: et uber nes que, extendidas © localizadas, se encuentran en el orga- nismo (dolor, placer, cosquillas, picazén). 2. Sentimientos vitales que corresponden solo al conjunto del organismo y a su centro vital (agotamiento, vigor, fuerte o débil senti- miento vital, tranquilidad, tension, miedo, sensacion de salud o de enfermedad); no son experimentados, como por ejemplo la tristeza, la melancolia, la alegria, como cualidades del “yo” animico que “tiene” al cuerpo; sino que estan vagamen- te difundidas por la totalidad de la unidad vital, y solo se relacionan con el yo por medio de la relacion que el cuerpo tiene con éste. 3. Los sentimientos animicos que estan in- mediatamente referidos al yo y, al mismo tiempo, en rela- cion funcional por percepcién o representacion o fantasia, con objetos, personas de] mundo circundante, cosas del mun- do exterior o del propio yo slo transmitidas por la facultad representativa. Sdlo a este nivel se vuelve el sentimiento “‘in- tencional” y capaz de captar cognoscitivamente un valor, puede volver a ser sentido como “Jo mismo” (recuerdo del sentimiento), puede ser transmitido bajo la forma de la sim- patia, o bien compartido. Las otras dos clases de sentimiento, en cambio, siguen dependiendo de la ‘‘situacion”, y es esen- cial a ellas el ser siempre solo “actuales” y corresponder solo al sujeto que las tiene. No se pueden “compartir” en el mis- mo sentido que los sentimientos mas profundos; las sense 21 Max seheler jentos vitales por cierto sj, de la misma manera que los Jos puede modificar por me. ales experimentados sen- que dependen en general de la de los acontecimientos representa. acontecimientos Cuyo aspecto 4, Los sentimientos pura- Jes, metafisicos, religiosos, los “‘sentimientos ” eferidos a la médula de la persona espiritual reier faible (bienaventuranza, desesperacién, mento de la conciencia, paz, etc.). Quien estudie con precision estas capas del sentimiento y las ricas iadas leyes de desarrollo de los acontecimientos senti- vari : Lie que se producen en ellas, asi como la relacion re- gular que hay entre ellas, reconocera de inmediato que ese “estimulo” y ese “obstaculo” que son captados o solo in- dicados objetivamente en el contraste placer-disgusto que se extiende por todas las capas, no siempre remiten a “lo mismo” para los sentimientos de las distintas capas, a lo mis- P : mo que es estimulado 0 acaso obstaculizado. La vida de todo el organismo se sien“e estimr ulad. o frenada (segin sea favo- recida o esté en peligro respectivamente) sdlo en los senti- mientos vitales. Las sensaciones particulares y de poco al- cance tienen que ser elaboradas primero por el centro vital animico, como si se las “escuchara” y se las “honrara” en sus combinaci . ce ene para ser elaboradas con pleno sentido oO en imi A i Hee : : sentimiento del estado vital del todo organico. ntimie i oe : oo mtos animicos y los sentimientos espirituales solu ‘ Seg ma no para mostrar el estimulo o la obstacu- vida” js mos en lo esencial ine nosotros, los hombres, comparti- con i . . : ten para revelarnos el a animales superiores; sino que exis- e i i Bae nuestra persona ¢ Perfeccionamiento y la pérdida de valor ; spiritual-animi : Mbo basico individuel tual-animica, cuyo destino moral y e ae : S en gran medida independiente de im , Jos senti Juro; 1 abso" sentido mt 70 02 Ricos. POCe 5° stados COFPOT consecue! dos indepen del cuerpo ences di nte. n simultaneame espiritual de salvacion como conjunte recogimiento, tor El Sentido del Sufrimiento sues vida animal. Esto tiene validez especialm: sntimnient os religioso-metafisicos y para los aca aa wales todos Jos sentimientos de la conciencia. eee ne rE] concept? superior mas formal y ald eae ede oner todo sufrimiento (desde la pier ee desesperacion metafisico-religiosa), me oe © de sacrificio. Asi como la muerte, aly aes la palabra, es un “sacrificio” que Ge ae organico en aras de la propagacion de bb 4 an iginariamente sus causas estan cnc ui ed concept obj etivO de ad jndividuo (rambien OF ai mae das con las pérdidas de sustancia y de fuerzas vincula- yincula paricion natural, y también las du- dasa la propagacion), su aj de la vida, se muestran plenamente independientes del asunto de la propagacion; asi como la muerte es morfo- Jogicamente sacrificio para la organizacion y diferenciacion del organismo solo en el mundo de los metazoos (¢s decir entre los animales pluricelulares) (Minot), asi también todo sufrimiento ¥ todo dolor, de acuerdo con su sentido meta- fisico ¥ formal, es una vivencia del sacrificio de la parte por el todo y de Jo menos valioso por Jo mas valioso. Pero por verdadero que sea el pensamiento basico aris- totélico sobre el placer y el disgusto como sefiales de es- timulo u obstaculo para la vida, respecto al alma y 4 la per- no alcanza sin embargo a hacer compren- encia del sufrimiento Y del dolor puede hacer comprender €s solo inculacion del dolor raciones sona espirituales, sible el sentido de la exist en el mundo. Lo que nos te union y vim la significativa y convenient y del placer a los estimulos y las reacciones del organismo por cuya existencia S€ manifiestan dolor y Placer! signifi- n estas uniones y yinculaciones cativas y convenientes S© advertencias) Par de- como un sistema de sefiales ( terminadas maneras de compor! tipo de sigdiestramiento” de 2! da en que trabaja con premio sentido no moral de la palabra), amente ¢* ita- cién natural de los sentimientos 4 minados sucesos Vil 23 reclamos, hombres, ¢! castigo (en © ta asocia- ida orginica, a fin de lograr ial para la vida organica, a er: ls y sprivor, En eal sentido se ha llamado acertadamente ciertos i “gutoadiestramiento” las propias experiencias vitales que hace 1 organismo en base al éxito y al fracaso de movimien- ace tos (“experimento”’) originariamente casualesiio bien pura- mente reflejos, 0 acaso con propésitos de ‘juego’. Todo adiestramiento artificial extrafio, que viene de afuera, utiliza por otra parte sdlo ese natural sistema de Peo oeay. dafios de la vida organica de los sentimientos para las situaciones, acciones, metas que no son tipicas para la forma de vida natural y normal del organismo. Pero es de preguntarse: étenia que ser precisamente —si es que ha de haber un sis- tema de sefiales basado en advertencias y en reclamos para comportamientos que perjudican o favorecen a la vida— la peculiar cualidad dolor y sufrimiento lo que se incorporara en este sistema de signos? ;Por qué no otras sefiales? qué no sefiales que no hacer ‘“doler” dolor? éPor + ++ como lo hace el ePor qué el fundamento del mundo, si era tan Tazona- ble como para dar al ser viviente un sistema de sefiales natura- les para reconocer lo que debe hacer u omitir Para conser- varse o favorecerse a si mismo, no se sirve de medios menos barbaros y vehementes —No a partir de un vivencial de mi nach = nally nicleo bondad y sabiduria *—, entonces, en > Et ie Sentido del Sufrimi iento ‘ la paz, de la bi cca a d ra ani venaventuranza yd i ie un ae aa renci@ Ht tica sensacion dolores, . la armonfa, la i 5 — bastaria a , la exis. ejemplo- 7 ‘ plenamente para qu de un gusano, po i e n e 5 ir existencia Co reador del mundo “i na No aceptara | ‘infinitam ja nente bonda oso”: sélo en la medida en que el hech, miento cae bajo la luz de la idea 4 i dolor y del sufri- pecho en primer lugar el aa era gufrimiento propiciatorio de Dios er e aente del reece POF el amor y en lugar del Pon originado libre- con la mayor intensidad historica, sdlo a iene ete osible acercarse mas a una mas Pesmatdac tae a ag frimiento- a teodicea del su- De ahi que en primer lugar haya que aclarar el ambiguo concepto de “sacrificio”. Se puede hablar de Ugacrificio” en sentido objetivo (a diferencia de a ib oo crificarse © sacrificar algo”, de lo que son Se al las libres personas espirituales) sdlo donde la oaanon de a : bien con un valor relativamente “superior”, aparece cals la destruccion © disminucién de un bien, relativamente de menos valor, de un modo esencialmente necesario, o se debe acaso a un mal de rango inferior. Cuando sélo se incluyen en ambos grupos valores positivos y negativos y distintas cuali- dades: pero no jerarquias objetivas (cada una de las cuales a z contiene valores positivos y negativos), sé puede hablar de “‘sacrificios”. Quien solo prefiere un mejor, uno que ha de durar mucho en el un mal o un su- un placer mayor @ un mal su ve de ‘“‘costos” mas no placer mayor @ uno futuro a uno que dura frimiento menor a uno mayor, ane menor vinculado con sU causa, no hace por ello ningén ‘sa crificio”. Sdlo calcula bien los «costos”. La idea del sacri- itméti placer y disgus- ficio contiene mas: no solo una ‘ ! i definitiva supresion to, de bienes y males, y placer que no puede presentar o bien la implantacion definitiv: 25 Max Scheler acrificio ( sentido subjetivo como pa tant seesariamente, un sacrificio Se escidel de un mal o de un sufri- een obyetivo, objetivamente absurda; meee oducido libremente, es absurdo, ejemplo en la algofilia, el “per algo” mento como come un suceso que $6 Me a tor a a re ae oe pac negativismo de destruir a otros pst ee asi mismo. Justamente ese “por algo” alude a e oo valor positivo de rango superior, Oa que se evita sem an nal también de rango superior —superior _ a en el que se encuentra el bien sacrificado—. Y el ‘‘sacrificio” es necesario solamente cuando la causalidad, come ley de = conas y de los acontecimientos portadores de — necezariamente \a realizacion de un valor positivo superior fo bien que se evite un mal de rango superior) a la implan- tacion y realizacion de un mal de rango inferior. Vistos desde la perspectiva de este concepto formal del sacrificio ~afirmo ahora—, todos los tipos de dolores y sufri- mientos von sin embargo, en si mismos —como quiera que se comporte respecto a ellos el que sufre—, sdlo los reflejos y correlatcs subyetivos, animicos, de sacrificios, es decir, de tendencias que obran por si mismas y en las cuales un bien de orden inferior es entregado a cambio de un bien de orden superion. La mas visible relacion es en este caso la que hay entre | parte y ei todo, siempre que haya un todo real que esté por encima de la suma de sus Partes (o sea que no viva arti- oo virtud de la capacidad aditiva de nuestra ra- pedeea a ’ air tanto, cuyo ser, obrar y valor sea inde- tad ey a y valor de sus partes. Sélo donde el totalitas) acta sobre sus partes, existe imi Y existe la posibilidad de que exca el posi 7 . seattle Sualquier tipo). Sélo en estos 26 El Sentido del Sufrimient, ‘0 ¢ Haman las partes del todo tambié oreo , y solo en este caso existe te ee ,"miembros” ode la “‘vinculacion solidaria” todo y la parte ia 58 en la medida en que, en el engi aca alla de la conduccion, de la guia, el todo esta “por” la lominio, de sambie? en el sentido del servir, ser cdnduesal Partes, pero me esti “por” el todo. En un mundo que ferro nied fuera mecanico, constituido por una mera suma, hi Hea existir la posibilidad de sufrimiento y dolor. ay es hablar de éstos. Pero también en un mundo aya ia qué fueran sustancias independientes dotadas de pevualaridades, o exclusivamente partes “dependientes” del todo tir y el ser (“modi” del todo, 0 acaso vistas par- ciales suyas tomadas subjetivamente, puntos de vista tah el todo), le faltarian al sufrimiento y al dolor la condicion minima de su posible existencia. Por eso es que ni el comin mo racionalista y causal, ni menos el materialismo meca- sta ni el enfoque asociacionista del alma, ni mucho menos anteista (Spinoza, Hegel, por ejem- ble la existenica de nada que se r. Pues siempre onomas sino sol en el exis teis nici monismo abstracto Pp; pueden hacer comprensil la esencia del sufrimiento y del dolo de partes independientes y au) que es solidario con ellas y con el | fundamento ontoldgico mas y del dolor en un el plo), refiera a solo la contraposicion a su funcion en el todo, que ellas son solidarias, es & general para la posibilidad del sufrimiento mundo, como quiera que S¢ presenten las especiales causae secundae que provocan el sufrimiento y el dolor en los seres vivientes terrestres, bajo esta © aquella forma. Y solo en la manera como un todo (en el sentido recién determina- do), en el caso de este conflicto, “tiene” © “experiment por si mismo el conflicto de su miemb: parte el conflicto del todo), s¢ lamamos “disgusto”’. Semeja tividad espontanea (por lo el todo como todo, como © m1 tanto arte. n la parte 97 Max Scheler ble apartar (mas adelante insistiremos en la técnica as josible apa : nee I cla”) todo tipo de resistencia del todo contra la - jiencia ; ; : any ésta no actiia logicamente por el todo, enton nasi la condicion mas general para un parte doquie See aa or tipos y esta condicion no faltaria Fe lie ca liddtears peiesetinentels( al accion menos si la parte se adaptara perfect: E dinimica del todo y no manifestara activamente contra éste ninguna oposicion, En el ugar de lo gue aqui llamamos “todo” y “parte” puede presentarse todo lo que ene a amplio sentido de la palabra constituye ona unidad comple- ja de tal tipo. Ya de acuerdo con una experiencia superficial que no esté interpretada metafisicamente, lo son en nuestro mundo de la experiencia humana en primer lugar todas las unidades vivientes (célula-organismo, organismo y totalidad socio-biologica); ademas todas las unidades personales espi- rituales, por una parte en relacién con las personas colectivas cuyos “miembros” son las personas individuales (sin per- Juicio de su peculiar dignidad individual) (naciones, estados, iglesias, circulos culturales). Si el mundo como tal fuera un todo estructurado de esta manera —lo que sabemos con seguridad—, entonces habria que atribuirle también al ‘‘mun- do” como tal un tipo de sufrimiento, Asi como la muerte natural, cuando se presenta, es el efectivo y significativo sa- crificio natural del individuo Por su reproduccion, también por la Conservacion o el incremento del todo de la especie ~el “sacrificio” que la misma vida trae Para lograr mas la muerte es el automaticamente, —3 pero la idea de como “la muerte en pequeiio” olor es algo ~tanto un sacrificio de |; arte (re: i i i. Pi (respecto a Su propia exigencia vital ) para la conser- 28 El Sentido del Sufrim to yacion de todo el organismo, como un ja realidad de la muerte. Sdlo el tacion Y obstaculizacion necesarias - daa eee : su limi. tadas por una unidad vital (Llamese célule . eer nena tema de Organos) en el hecho de que ae 2 lo, Organos, sis- elemento servicial de un todo organizado, e ecrpeeed como “dolor” y “placer”. » 8 lo que llamamos El dolor a, la muerte se parecen también en el hecho de que las condiciones de su existencia y de su i ‘ conjunto de la naturaleza y del arbol de | urbe ete! ‘ la vida, se vuelven tanto mas probables, tanto mas inevitables cuanto mas crecen la grandeza, la diferenciacién cualitativa, la jerarquizacién, Ia division del trabajo, la especificacién del todo vital en rela- cion con sus partes. Solo la “‘asociacién” crea las condiciones del dolor. Sdlo dentro del ser viviente pluricelular claramente “organizado” comienza también una mas clara manifestacién de la muerte, y solo aqui podria presentarse también la pri- mera sensacion claramente dolorosa. La “lucha de las partes” (Roux) en el organismo y su solidaridad amorosa en una comin y graduada servidumbre al todo, tienen la misma con- dicién basica de su posibilidad: o sea la formacion de una aso- ciacion. Por otra parte todos los dolores que son “dolores » (entorpecimiento de la parte que crece debi- de su entorno, que ya se ha vuelto rigido y res ‘dolores de parto” tienen en pequefio que el mal individual de la muerte tiene n, Asi como la reproduccion ha sido lla- el individuo por encima de si mismo, reposa en reproduccion de élulas de las que esta e la puede individuo una muer- iden como vincula en de crecimiento’ do a la oposicion duro) y los similat el mismo “sentido” para la reproduccio mada un crecimiento d pero el crecimiento, po! las células dentro de w compuesto un organo, as comparar a un dolor de crec! mas alld de si misma, y al dol te de las células de los tejidos huella de la reproduccion. La r su parte, n_individuo, ¢ { también a la muerte s imiento de la vida del or del crecimiento, a y Organos que se div idea del sacrificio 29 Max Scheler Slo dentro de lo te y dolor. S: amente muer casos estrech le existir este contraste. Hee : ; “padecer” en oposicion a “hacer” de dos tipos. La oposicién de un ida por la parte tanto mas la parte que hace opo- ambos : organico existe y pue Todo Jo que llamamos y “obrar” (no a placer) es de dos todo frente a una parte es sen! er cuanto menos fuerza puede hac fai atari icion para resistir y afirmarse a si m) a si ” la impotencia, pre eee) ele pen je Ja ins . i. ae. Pero el “‘padecer” no crece menos por el acontecimiento diametralmente opuesto: por ents mal actividad de la parte contra el todo que reprime violen- tamente, en virtud de la rigidez de su organizacion a la Par- te “que crece” en fuerzas y en dimensiones. Este es el tipo opuesto de dolor, el dolor del crecimiento, del devenir. aay los “dolores de parto”—. Es posible que este ultimo sea el mas noble dolor, signo que anticipa un incremento de la vida, y que el primero sea el m4s comin, la primera sefial de extincién: los dos son “sacrificio”. Asi como el amor vital (el lado interno del instinto de reproduccién en los seres que tienen organismos superiores de dos sexos) se corresponde con la muerte (como la ori- ginaria repercusién, de la pérdida de sustancia y de fuerza durante la reproducci6n, sobre el todo) de la misma manera que la muerte y el dolor con la formacién de asociaciones —que es en realidad efecto de las fuerzas erdticas constructi- vas ue tse buscan a si mismas dentro de las unidades vita- les—, asi también estan estrechamente vinculados, de un mo- do jae amor y dolor. Amor como fuerza basica de toda as del geet Por ello en primer lugar la condicion cio” que son tanto la muerte como el impulso de lo viviente a ir mas alld El Sentido del Sufrimiento dolor. El dolor y la muerte proceden en este doble sentido del amor. No existirian sin él. Amor, muerte, dolor, asociacién y crecimiento del nivel de organizacién (auténtico “desarrollo”) por diferenciacion e integracion: constituyen por lo tanto ya en la esfera del ser puramente vital un grupo de sucesos y situa saria e inseparablemente vinculados. i iCuesta pensarlo!. Pero en una intuicién simple tenemos que contemplar la wni- dad totalmente intima y necesaria de estos grandes y ele- mentales fenédmenos vitales. La vida de las organizaciones terrestres planta, animal y hombre es, para la correspon- dencia de las ideas de estas cosas, solo un ejemplo casual. Como quien dice en diversas “opiniones laterales” se nos descubre en esta intuicién el unico impulso de la vida —tanto més elevado cuanto que todo lo viviente, bajo cualquier forma, primitiva o complicada, participa de estos elemen- tales acontecimientos de la vida. Y si se busca un nombre de idéntica unidad en este todo de sucesos y situaciones coincidentes, sdlo existe un unico nombre que los unifica: sacrificio. Algo inferior es entregado por algo superior; la parte que entrega o es entregada padece y muere “en lugar del” todo, para que el todo se salve, se conserve —o bien se favorezca, se acreciente—. Todo sufrimiento es “en lugar de” y condescendiente, pa- ra que el todo sufra menos. Toda muerte del individuo es en lugar de la muerte de la especie que de lo contrario se produciria, y sirve a la vida justamente por el hecho de que desecha su organizacion, que se ha welto muy rigida, y quie- re ir més all de su organizacion dada. Todo amor es amor de sacrificio —eco del sacrificio de una parte por un todo que se transforma en la conciencia. La primera ensefianza que la comprensién de esto y su necesidad nos deja, es: no se puede querer fo: uno: sm lo otro. No se puede querer el amor y la asociacion (comu- nidad) sin la muerte y el dolor; ni que se siga desarrollando y 31 en la muerte; ni nel dolor y ni que egeg ficio y su dolor. Si se S Jo con la razOn sino tambi vida, la el suctt qd, ms Ple, én ¢ | Onell; a &Xisteng rerte, que si nos limitaramos a co dolor tiene un fin, Pues cuando ‘ ‘Ul, no sl Na. de servir para que nos ree sucho mas profunda con " eat mente © corazon, Mo, iad manera ' de una! i "Sidera, y de fa me tad de que el 03 hace je sit A pregunta di ; a y aun mayor desarrollo de la vida Para dolor la any nos decidiriamos seriamente mos la car al amor sl i P 2, Glo muy pocos pod. dolor y de Ja muerte YF Podrian Contes. ycon un simple “si”. Si muerte y dolor son huelly, la conservacion e intensificacign de Odamogs dolores nos del tar a este necesarias que dejan i la vida, y el crecimiento, es muy dificil que los p, rechazar, Solo podemos desechar y combatir los ia, no los del crecimiento. caren : a ésta se une una segunda idea. [El sacrificio es como una cabeza de Jano cuyos rostros rien y lloran al mismo tiempo! Mira al mismo tiempo hacia el valle de las lagrimas y hacte el valle de las alegrias. El sacrificio contiene ambas cosas: la alegria del amor y el dolor de dar la vida Por lo que se uma, El “sacrificio” fue y es en cierto sentido anterior # la alegria y anterior al dolor, y ambos son sus irradiaciones y sus hijos, En el sacrificio el placer y el dolor, que se conser- van todavia en la sencillez del acto vital nico, estan ata- dos como en un mismo ramo de flores; la vida que busca su nuevo ctado Superior, cuyo mismo movimiento es sacrificio, eae eae estado y se despide del viejo. Esto es iia y evidente cuando se trata de la forma suprema Holesteie = cl libre sacrificio espiritual del amar_y él onto, aut of “spiritualmente el dolor, la muerte 0 ¢l su- una hue de esta fn automaticamente, se provect® ue inunda arenas wbrema vivencia de un espirity ie IMeHIOn sue ve eneamnns CON 3 Fesplandor codos los suf ntran debajo del espiritu., Examinar © yD El Sentido del Sufrimiento da humana tal como lo ha he- | hedonismo, ya desde un punto de vista optimista con Itado positivo del balance de placer. y# des- simista con un resultado negativo en la historia, aparece en cuanto método, desde la perspectiva superior de nuestra consideracion, como algo absurdo. Pues en el sacrificio y en el amor al sacrificio arraigan ambas cosas con la misma originalidad: el placer y el dolor: y significaria a misma si se quisiera negar el placer y el dolor, © dos. La suprema union, condensacion, sintesis sacrificio de amor, repre ganar se hacen idénticos dolor y el sufrimiento de la vis cho ¢ un aparente resul de el punto de vista pe: negar la vid: uno de los de éstos en el mas puro y supremo senta el apogeo de la vida: perder y en él. Sélo en periféricos estados de nuestra exist tanto el dolor y el placer. A medida que mas penetramos en la hondura de nuestro yO nos recogemos para la actualidad de nuestra persona, tanto mas se compenetran. Por ejemplo el pesimismo de Schopen- haver, que solo al dolor lo considera positivo, al placer nega tivo (es decir, como si se detuviera “el viento” del impulso vital coloreado de dolor, de la necesidad, del esfuerzo), el placer totalmente positive Po los mas bajos y encia sensorial se separan pasa por alto ambas cosas? sitivo por la actividad vital (y el supremo placer de la “‘crea- cién“* espiritual), y el dolor y el sufrimiento que no resultan sino de una intensificacion de la actividad mento de ‘‘carencia” medida que ha tenido hasta ese mo} vital mas alla de la (por ejemplo el dolor del crecimiento). La vida nunca y en ninguna parte sé sigue moviendo solo por la fuerza de repul- sion de ciertas. circunstancias de disgusto dadas, por las lla- madas «“necesidades””. POF los estados de tension de urgencia, como ha ensefiado John Locke y Schopenhauer ha repetido. Mas bien, ba el “juego” en el hom- bre y en los animales superiores: y en los inferiores hasta los unicelulares el “movimiento al azar”, la vida acta origina- riamente al brotar com placer de la abundancia de sus fuer- 33 heler Max S¢ incipio se inicia una técnica qq rin +e . con este PI los sufrimientos de la vida. cf ‘ ff + gu frimient presion fren il de la antigiedad (unida a a jon y epresioe Fin : ‘ ilusi aysitica hack i siscematicamente, de que “el doles se ante estion prache® a nica va extendiéndose cada ve, au cosug my. Y esta Ce ot del el mui no es un imal jida en que el sentimiento ndo de I, medid e paeeemmeaat, mas, en la rdia se va templand : i : a ancyuedad Como entre los creyentes de la Christian. mas negacive. 6° en este caso el serio intento de Serene, se hace eambiee eh ene ere mal, el sufrimientg a Jemente fuer arrojar s ses el primer intento de Laocoonte, del profundo aerate jiedad que sufria gravemente: resistirse simbolo de la antigi ‘ala sibilante serpiente- La doctrina cristiana del sentido del sufrimiento y de a doc la justa manera de hacerle frente, se presento en el mundo. “El Antiguo Testamento, muy consecuentemente, habia asignado al sufrimiento un sentido de justificacion. Todos los sufrimientos y cada uno de ellos debian ser finalmen- te castigo. Realizacion ya en la tierra de una justicia divi- na de reparacion, castigo por pecados, por los del individuo, de los padres o de todo el género humano hereditariamen- te pecador. Pero con fuerza y frecuencia se levanto ya la voz del justo que padecia en los salmos, de la mas conmo- vedora manera en el Libro de Job, y de nuevo en el Ecle- siastes, contra esta temible interpretacion que, al dolor de cualquier sufrimiento por més “inocente” que sea artade s\ dolor por el pecado cometido en alguna parte, pecado per el que aquel sufrimiento es castigo.'® Una idea que a ap pai Dios eee le puede parecer excesiva, no los castiza porque stg Precisamente a los que ama, y purificado del pena fa piste sino para sacar su ser reliposa, esta idea habia ae = terrenal y darle una fidelidad #0® como una calida. suave pane an ama el deraichate Pensamiento, que desarroll oz de redencion. Pero no este todo su poder sélo en el mundo 62 hi sentido d. lel Sufrioni, Miento sino el ardor de su esp. eranza m el como una gav e a gavilla de fuego jelante el herotsmo del suttim: + €3 lo que h, iento tantas a hecho veces acredi. eSlan; Ha, que va a historta de Juda. fiendo de preseine estas inter Pretacio Nes, narcosis por me f medio de las cuales medicinas, qs la 7 genio antiguo sufrementO da la impresion de un ¢. Octrina cnistiana ente a éste. En primer lugar: una | total de ac- sma tenia que producir ya el oad Gveige que sion por el sencillo Seger mek » por la ie ass rect beber el mar del sutrimiento en sume una dister expresion del dolor y del sufrimiento. Y; gullo del sufrimiento, que se jacta de ise aoe una medida para las propias cella an signo para el mundo. Pero también nada de orgullo a “i 0, ocultarselo a st mismo u ocultarlo a los otros ceils animidad 0 bajo la retorica del “‘sabio” El grito de la criatura sufriente, conte- vuelve a recorrer libre y aspe- nto, el mismo cion. ingenva el antiguo OF su magnitud e que sutre y muere. nido durante tanto t ramente el universo. E sentir que Dios esta lejos. Jesus en la cruz. ‘“gPor qué me has se cambia el significado de las cosas. placer es placer y la “paz’’ 0 la “re iempo, | mas profundo sufrimie es lo que libremente expresa abandonado?” Y ya no Dolor es dolor, es mal, enturanza no es mera- z0n” de Buda, sino el mbotamiento, sino positiva bienav dencion del cora: bien de los bienes. ;Tampocy ningun sufrimiento, propio ¥ ajeno. mediante blanda al “alma! Pero por est? expe- © mana ahora una fuente de energia mente una experiencia del la compasion, que riencia del sufrimient totalmente nueva, que brota de un or sas felizmente contemplado Y qu nocimiento ion llega 4 mcm Ie cn OO sete: le dio del misericordi miento como un amigo del alma. sol el cristianismo aceptar el. 5, rim; cid loge su plena gravedad y reconocie tn cosas sacions ao factor esencial en el orden oe , ene y transformarlo sin embarg, {Mn do y 9¢ la re al combatido en un bienvenido 7 o para vo castigo: tampoco enmienda ;~» tel alma. Purl” sdaismo, el “justo que sufre”, de co el | mar bajo la imagen del suas como una gota hombre por una culpa ajena, de un ct tiempo es Dios y que requiere a todos i rn camino de la cruz. Al sufrimiento se |g . ser sufrimiento inocente. Y adquiere, es fre, una nobleza maravillosamente sigan and sl ite volver a validad divina del que su’ ee pero. “purificacion”, equé — aie arate No significa, como @ menudo '° ee sinseieae . a 7 com. placencia patoldgica en © SU mate ci que por el mero sufrir se crece moral o religiosamente; © que acaso el dolor y el sufrimiento producidos voluntariamente en la ascesis liberan del cuerpo y acercan a Dios. Significa que los do- lores y sufrimientos de la vida dirigen nuestra vista espi- ritual cada vez mas hacia los bienes centrales de la vida y hacia los salutiferos: todos los bienes que, segin la fe del cristiano, se nos ofrecen en la gracia y en la redencion de Cristo. No significa entonces creacién de una calidad mo- ral o religiosa, sino purificacion y separacion de lo auténtico respecto a lo inauténtico, descartar lentamente lo inferior de lo superior en el centro de nuestra alma. La concep- cién de que el sufrimiento en sf mismo aproxima a Dios, ¢s Sao daa : neoplaténica que cristiana, y_sdlo la bién en el ecstienism ee aee ee ce hoy ?°. La mania nee lesde al siglo III asta el dia : que cultiva la asleaei sufrir y la ascesis monacal oe ferencia que hay ent eign ello su origen. Esta ‘ te sufrimiento y amor en la doctrina 64 BE CCNNGO del Su frim; lento jan del sufrimiento. La invitacion ist : cH dad del amor no arraiga pues en Z sino que esta arraiga en aquélla crv? ja no tiene valor normative can ; » com diente para llegar a Dios; a Patticipar en| 2 comuni Por ello © si fy ; er: su , i NO que sdlo tie Portar sacrific; @ una via ifi len : nificrs felicidad, con el objetiy, an - Jo requier@ el erent Esta ascesis, a ra de | comunidad; apunta hacia ella de ait paracion de una contemplacién de Dios, a, medi© de cella se pueda alcanzar por 7 mario; sino que 5 Preparacién para el acto de cuya realizacion sabe el hombre piadoso ule site TrO- fundamente €p Dios y en Cristo. Y asi es como las I des pasivas de la abnegacién, la paciencia, la h amas * jumu- ‘a. No es pre. extatica, que por rte del individuo das virtu EA hina del sufrimiento quedan subordinadas a la virtud activa del amor. Pero esta doctrina del sufrimiento recibe su sentido mas profundo de una nociédn que puede ser confirmada Jenamente por la sicologia occidental del presente. Es la nocion de que todos los sentimientos profundos de felici- dad tienen cardcter de gracia, y también la nocién de que regulan el nivel profundo de los sentimien- ividad y sus formas de satisfaccién. La doc- 1 sopor- hay leyes que tos?!, su efect: jana del sufrimiento requiere mds que e Requiere, o mejor dicho, muestra ima médula considera que trina crist’ tarlos pacientemente. un feliz padecer; en su mas int solo un hombre feliz es decir, protegido por Dios, es el que puede de manera adecuada padecer el dolor y el sufrimiento, amar el sufrimiento y, cuando sea necesario, buscarlo. En las Epistolas a los corintios, San Pablo hace qvé el ae in crecientes himnos de jubilo mientras esta cree bienes Progresiva descomposicion de sU cuerpo y d¢ © ee le * los sufrimientos © terrenales. Hace que atr: i lo: aiga hacia * iz concienci@ la tierra para que el alma tenga com ellos la feliz - 65 idad de su esencial Sentirse Props fundioe” ado mayor que aquel en gy Bia jos en ae Pero en las gestas qe log te le algo vivido lo que en este textg predicado. No tanto el ardor de as jva de un feliz mas alla, fee la vivenci al la posesion de un Dios misericordiogs 7 nm es lo que desencadend en g mane lr «do hasta ento omo rece experim ne era perspe’ he felicidad © irio. medio del ace le estas fuerzas ties la hijita de Lutero Magdalena, di Cuando muri alegre en espiritu, pero segin la ¢. : “Me siento i tero: “Me SS ecalge maravilloso, saber que Seguramente siento triste. ntra en paz y que esté bien y, no obstante, estar eet triste”. {Esta es una rara réplica a] eudemo. ae ier caaieioniats no sabe que, en las distineas Capas aaa das de nuestra alma, pueden nuestros Sentimien. a presentarse simulténeamente en aap negativa y po- sitiva, como lo ha descrito Lutero tan Plasticamente; que desde la zona de los sentimientos sensoriales, extendidos, localizados en el cuerpo (dolor, placer, etc.) hasta la biens, venturanza y la desesperacion de nuestro yo més profun- do, hay ciertos niveles de sentimiento en cada uno de los cuales son posibles las cualidades del placer y del disgusto; que, por ejemplo, podemos padecer alegremente un dolor y gustar de mala gana el bouquet de un vino. No sabe que las leyes intimas de las relaciones y de la sucesién de las vi- jo Ly. arne me afectadas por el orden y la sucesién de otro nivel, por mas que la atencién oscile entre los dos niveles, No sabe que los sentimientos se sustraen al querer y a la intencion tanto mas cuanto mds Profundos Y centrales son; 0, dicho de otra manera, que los sentimientos Positivos, a medida que Pi iia Son, adquieren cada vez mas cardcter de mee oa todo no conoce el modo regular como los an como fuentes del querer y del actuar 66 FI Sentido del Sufrimiento seyin él los quiere considerar~ entre lo la insatisfacci6n en un nivel en Gltimo término entonces no como objetivor, estos niveles, No ve que ad mas cencral del sencimiento, be desdicha de la mds intima médula del hombre, ttene secuencia la tendencia de la voluntad a producir les exteriores de los niveles mas como con! o sustituto de la en una de las zonas sensoria proximos, un sentimiento de placer com en cambio, el hombre situado desgracia interior; pero que, en el nivel peritérico, puede sufrir con tanto mas facilidad cuanto mas satisfecho y felicidad el dolor y el sufrimiento, se encuentra en el nivel situado hacia el centro, es decir, cuanto mas es un hombre “bienaventurado”. jNo ve que todo heroismo es ya una sefial de desesperacion! No ve que la experiencia de la purificaacién, es decir, la experiencia de penetrar por medio del sufrimiento situado en el nivel peri- férico dentro de los cada vez mas profundos ‘“castillos del alma”, y encontrarse aqui mas y mas abierto para recibir un mundo superior de fuerzas espirituales, puede evar con sentido?? a amar estos sentimientos; a amarlos como los compasivos golpes de martillo por medio de los cuales el divi- no escultor extrae la forma de un yo ideal, a partir del ma- terial de una existencia perdida inicialmente en la confusion de lo sensual jE eudemonista busca el placer! Encuentra... lagrimas. El discipulo de Cristo posee la bienaventuranza. Busca el dolor para poder tomar ‘consciencia, cada vez con mas clari- dad y profundidad, de esta bienaventuranza y de sus ver- daderos bienes. Para el hombre antiguo, que en el fondo si- gue siendo eudemonista, el mundo exterior era alegre y re- gocijante. Pero su médula era para él profundamente tris- te y oscura. Detras de esta alegre publicidad y superficie del “feliz antigiedad”, bostézanla mundo que se suele llamar la “Moira” y el “‘acaso”. Para el cristiano el mundo exterior es oscuro, nocturno y Ileno de sufrimiento. Pero su médula no es nada mas que pura bienaventuranza y delicia. Y éste 67 Max icheler y on wm ce cee evn crcislar Que hay : a ‘an de haber renunciad, > culiar p desputs 4 marin ment haber renin mm) eufrimuent, en virtud de la ge es el pe respecte ol oul dir hedon (9106 ‘ i turin y de una woluntal ndo la pow del que bo » oe towa, abre ws alia a TCO a Ding estoica, ‘c : os fonds a su misericordia ¥ %6 Entrega a ella, TeCibe om ‘ , vvia de una bienaventuranza central que |e hace spar felicidad todo sufrumento como simbole de on Al recibir eb sufrimiento como un amigo, con : cruz | : rencia de que es un medio de purificacion salidg de com nos del amor misericordioso, tiene cada vez mas f centrada en el Yo. de combaryy ey whunitac pn de} | oe 0 del que lo sone... nn : OpoTtA con y se en soportar © ek de esa bienavent firme y clara certeza yustamente de © aventuranza que le hace soportarla. Asi es como toda la fuerza para sopor- tar el sufrimiento le brota de una felicidad mag Profunda, todo el sufrimento coloca el “lugar” de esta felicidad toda- via mucho mas dentro del yo que lo que estaba. Pero el mismo amor que el cristiano realiza siguiendo a Dios y a Cristo (en el sentido de “omnia amare in Deo”) y que lo Heva al sufrimiento y al sacrificio, es también la fuente de la bienaventuranza que hace que lo soporte alegremen- te. Y esta bienaventuranza del amar es siempre todavia mas profunda y grande que lo que es el sufrimiento al que con- duce el amor: “Cuando Hegares a tanto que la afliccion te sea dulce y gustosa Por amor de Cristo, piensa entonces que te va bien, porque hallaste el Parafso en la tierra. Cuan- do te parece grave el padecer y procuras huirlo, cree que te va mal, y dondequiera que fueres te seguird la tribulacion’??.

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