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MANUAL PARA EXTENSIONISTAS, PROMOTORES Y PRODUCTORES DEL CAMPO

Cap
Capíítulo 1: La Salud del Suelo

1.1 ¿Cómo la salud del suelo afecta la salud de los


agricultores, la de su propia familia y a la comunidad
agrícola en la que conviven?
Para entender la salud del suelo
vamos a discutir cómo definimos a una
persona o a una familia saludable. Las
personas saludables son capaces de
trabajar y ejercitarse sin problemas y,
al descansar, pueden recobrar sus
energías rápidamente. No se enferman
aunque trabajen, jueguen o convivan con
personas enfermas, e incluso pueden
dejar de comer o dormir por un día o dos
sin sentirse cansados. Por el contrario,
una persona débil o enferma, no puede
trabajar lo suficiente y necesita más
tiempo para descansar y recuperar sus
fuerzas. Además, por tener las defensas
bajas, son más susceptibles, que una persona sana, a contraer infecciones o
enfermedades serias. De manera similar, un suelo no saludable o enfermo no
produce como debería, afectando la rentabilidad de sus parcelas y la calidad
de vida de la familia.

Un niño o un adulto se mantiene saludable


alimentándose bien, tomando suficiente agua
pura y durmiendo regularmente. En general, las
personas sanas no toman alcohol en exceso, no
fuman y no usan drogas que debilitan sus
cuerpo. Una familia saludable previene la
propagación de las enfermedades dentro del
hogar, manteniendo limpios todos los espacios
y cuidando su aseo personal. También evitan
exponerse a los peligrosos químicos domésticos
o agrícolas.

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SALUD DE SUELOS

Un suelo saludable es como una persona sana. Cuando éste está bien
alimentado puede producir cultivos saludables y abundantes. Un suelo suave
y suelto puede retener el agua como una esponja. Esta habilidad de retener
el agua permite que las plantas continúen creciendo aunque hayan sequías.

¿Cómo se puede ver un suelo saludable? En general, un suelo sano es


profundo, de color oscuro, suave y húmedo cuando se toca. Además, se deshace
fácilmente cuando se toma entre los dedos y al cortarlo se encuentran insectos
y lombrices. La coloración oscura y la sensación grasienta se debe a la cantidad
de años durante los cuales las plantas han crecido, han muerto y se han
descompuesto en el suelo. Las plantas en descomposición no solamente proveen
alimento a los insectos y lombrices, sino a otros pequeños seres vivos que
muchas veces no se ven. Éstos son los “microorganismos”, o sea animalitos y
plantitas muy pequeñas que no los podemos ver a simple vista, que ayudan a
proteger las plantas contra las enfermedades y a proveerles nutrientes, así
como a descomponer la materia orgánica.
Al igual que una persona, el suelo debe tener acceso los nutrientes (su
propio alimento), acceso al agua sin contaminantes y descanso para
mantenerse saludable. Debe estar libre de agentes dañinos o sustancias
peligrosas. Para nutrirlo, no sólo es necesario aplicar fertilizantes químicos;
también es indispensable regresar los residuos de las plantas o las excretas
(estiércol o cagaduras) de los animales al suelo. La materia orgánica que se
produce con los residuos de plantas y excrementos, los cuales descompuestos
e incorporados al suelo, proveen de alimento a los microorganismos y
mantienen el suelo suave y oscuro. Aplicar fertilizantes sin retornar la materia
orgánica al suelo, es como tratar de mantener una persona saludable dándole
solamente vitaminas, sin proveerle otros alimentos nutritivos.

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Así como una persona necesita descansar para estar saludable y listo
para trabajar, el descanso y las rotaciones son muy importantes para
mantener la salud del suelo. Pero la cantidad de descanso o nutrición que el
suelo de una comunidad necesita, no es igual en cada comunidad agrícola.
Como las personas, algunos suelos son naturalmente más saludables que otros.
En una comunidad el suelo puede tener una coloración negra; en otra, puede
sentirse arenoso por la cercanía del mar; puede ser denso, por las raíces
que crecen profundamente en la tierra, o puede ser delgado, por las rocas
que están debajo y/o se ven en la superficie. Por eso es importante determinar
cuáles son las necesidades del suelo en cada región para tomar las medidas
apropiadas para mejorar su calidad.
¿Cómo descansa el suelo? Anteriormente, los barbechos permitían que
el suelo descansara. Durante el descanso, los árboles y las enredaderas
sostenían el suelo evitando que éste se lavara. Las plantas crecían, botaban
sus hojas y morían, y este material muerto ya descompuesto era consumido
por los insectos, las lombrices y los microorganismos, produciendo un suelo
suave y oscuro.

1.2 ¿Cuándo se enferman


las personas y los
suelos?
Las personas pueden
enfermarse por no comer ni
dormir bien, o por utilizar
sustancias no saludables, como
cigarrillos o drogas. En algunas
ocasiones también ocurre que,
aunque quieran cuidarse
alimentándose bien, no pueden
mantenerse saludables, porque no pueden o no tienen como comprar alimentos
u obtener agua limpia o usar los suplementos vitamínicos que previenen la
diseminación de las enfermedades.
Hay problemas similares con los suelos. A medida que la población humana
ha ido aumentando y se han establecido más áreas de cultivos, la posibilidad
de dejar las tierras en barbecho disminuyó, muchas veces por razones
económicas, por la falta de terrenos para cultivar, no permitiendo al suelo
descansar para que se recupere. Al trabajar demasiado el suelo, éste pierde
su saludable coloración negra, pues los residuos de las plantas son

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SALUD DE SUELOS

continuamente removidos durante la cosecha o quemados en la preparación


del suelo. La tierra puede empezar a debilitarse o endurecerse si el suelo
queda desnudo y expuesto a los golpes de la lluvia, ya que ésta endurece la
superficie y lava su
contenido. Por otro lado,
la aplicación continua de
plaguicidas también
puede enfermar el
suelo, pues éstos
pueden matar los
insectos, lombrices y
microorganismos que
ayudan a descomponer la
materia orgánica.

1.3 Resumen
El suelo es la base de la producción agropecuaria. En él, las plantas se
sostienen, extraen los nutrientes que se producen en éste, toman el agua y
el aire del mismo, y encuentran las condiciones físicas como textura,
permeabilidad y temperatura, que necesitan para crecer y producir.
La importancia de mantener en el suelo un equilibrio químico (cantidad y
proporción adecuada de nutrientes), físico (porosidad, capacidad de retención
de agua, drenaje, temperatura y respiración) y biológico (todos los organismos
visibles y no visibles del suelo), ha sido subestimada por los sistemas de
producción convencional y su efecto ha traído como consecuencia suelos
pobres y enfermos que no son capaces de sostener un buen rendimiento por
sí mismos.
La continua labranza para la producción de cultivos debe ser acompañada
de medidas protectoras del suelo, evitando así su empobrecimiento o
deterioro y, por ende, su capacidad para soportar los cultivos. El buen manejo
del suelo permite que éste sea capaz de producir cultivos con buenos
rendimientos, no sólo una vez, sino para las siembras futuras.

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