Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cap
Capíítulo 1: La Salud del Suelo
1
SALUD DE SUELOS
Un suelo saludable es como una persona sana. Cuando éste está bien
alimentado puede producir cultivos saludables y abundantes. Un suelo suave
y suelto puede retener el agua como una esponja. Esta habilidad de retener
el agua permite que las plantas continúen creciendo aunque hayan sequías.
2
MANUAL PARA EXTENSIONISTAS, PROMOTORES Y PRODUCTORES DEL CAMPO
Así como una persona necesita descansar para estar saludable y listo
para trabajar, el descanso y las rotaciones son muy importantes para
mantener la salud del suelo. Pero la cantidad de descanso o nutrición que el
suelo de una comunidad necesita, no es igual en cada comunidad agrícola.
Como las personas, algunos suelos son naturalmente más saludables que otros.
En una comunidad el suelo puede tener una coloración negra; en otra, puede
sentirse arenoso por la cercanía del mar; puede ser denso, por las raíces
que crecen profundamente en la tierra, o puede ser delgado, por las rocas
que están debajo y/o se ven en la superficie. Por eso es importante determinar
cuáles son las necesidades del suelo en cada región para tomar las medidas
apropiadas para mejorar su calidad.
¿Cómo descansa el suelo? Anteriormente, los barbechos permitían que
el suelo descansara. Durante el descanso, los árboles y las enredaderas
sostenían el suelo evitando que éste se lavara. Las plantas crecían, botaban
sus hojas y morían, y este material muerto ya descompuesto era consumido
por los insectos, las lombrices y los microorganismos, produciendo un suelo
suave y oscuro.
3
SALUD DE SUELOS
1.3 Resumen
El suelo es la base de la producción agropecuaria. En él, las plantas se
sostienen, extraen los nutrientes que se producen en éste, toman el agua y
el aire del mismo, y encuentran las condiciones físicas como textura,
permeabilidad y temperatura, que necesitan para crecer y producir.
La importancia de mantener en el suelo un equilibrio químico (cantidad y
proporción adecuada de nutrientes), físico (porosidad, capacidad de retención
de agua, drenaje, temperatura y respiración) y biológico (todos los organismos
visibles y no visibles del suelo), ha sido subestimada por los sistemas de
producción convencional y su efecto ha traído como consecuencia suelos
pobres y enfermos que no son capaces de sostener un buen rendimiento por
sí mismos.
La continua labranza para la producción de cultivos debe ser acompañada
de medidas protectoras del suelo, evitando así su empobrecimiento o
deterioro y, por ende, su capacidad para soportar los cultivos. El buen manejo
del suelo permite que éste sea capaz de producir cultivos con buenos
rendimientos, no sólo una vez, sino para las siembras futuras.