LA VALLETTA

En la Malta

maleta
de vuelta

4 Un trozo de tierra en el centro del

Mediterráneo
 Los famosos buses amarillos de
Malta no circulan por La Valletta
histórica, pero en cambio si que
nos harán recorrer en cualquiera
de sus trayectos uno de sus
barrios más señoriales: Floriana.

A
Fort Saint Angelo frente a La Valletta controla por un flanco el paso a la Gran Bahía.
C AMINAR

D E MAR E HISTORIA

Lower Barraca Gardens, sitio ideal para ver desfilar la historia de Malta contemplando su Grand
Harbour, la Gran Bahía transformada hoy en puerto para los turistas que llegan en los cruceros que a
toda velocidad recorren las tranquilas aguas del Mediterráneo.
Eso es ahora. Antes, mucho antes, romanos, bizantinos y árabes, imperios mediterráneos por
excelencia, atracaron sus naves aquí. Luego llegarían normandos, franceses y pueblos germánicos. Así
fueron pasando los siglos, y a un invasor lo expulsaba el siguiente.
En tiempos del gran imperio español, no podía ser de otro modo, Malta estaba bajo el dominio
de Carlos I, quién provocó un hecho trascendental en esta historia. Entregó a perpetuidad (lo que es
mucho decir, pero así habla un emperador) la isla a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San
Juan de Jerusalén. Los Hospitalarios asentados en Malta, con una excelente ubicación estratégica, no le
hacían mucha gracia a otro emperador, el infiel. Consecuencia: constantes y duros asedios turcos. Entre
uno y otro comenzó la fundación de La Valletta, en 1566, creada siguiendo los planos de un ingeniero
italiano, capaz de plantear un tejido de fortalezas que no dejaran una ola del mar sin vigilar.
Y les hizo falta, porque la permanencia de la Orden en Malta fue una guerra continua, hasta que
llegó otro conquistador mediterráneo e insular: Napoleón. Él echó definitivamente a la Orden. Aunque
no duró mucho su poder. Pocos años después tomaron la ciudad y toda la isla los galeones ingleses.
Ahora un imperio atlántico transformaría la isla en colonia británica. Hecho clave ya en el siglo XX,
cuando Malta fue objetivo de batallas y bombas durante la Segunda Guerra Mundial.
Último episodio sangriento de este relato de conquistas y guerras, si
bien hasta 1974 no existió la República de Malta, y aún tardaron cinco años
más en irse los soldados británicos.
La puerta de la ciudad conduce a Triq Ir-Repubblika, eje del Al menos por uno
de los extremos
casco antiguo de La Valletta. Ella articula la retícula de vías paralelas de cualquier calle,
y perpendiculares, donde es fácil orientarse y visitar uno tras otro los con un poco de
hitos del patrimonio histórico y artístico de la capital. suerte veremos
el mar.
Sencillo orientarse y sencillo fatigarse. Preguntad a quién haya
visitado La Valletta, os hablará de sus cuestas. Sólo es una impresión
inicial, porque las dimensiones de su zona histórica no la hacen
insufrible. Menos aún por las opciones existentes: fuertes, museos,
iglesias, parques que transforman bastiones militares en zonas de
asueto, y tiendas, muchas tiendas para el turista, sobre todo joyerías.
Todo esto se comprueba caminando, el mejor modo de visitar la
ciudad. No circulan buses intramuros, y no merece la pena ir en coche,
entre otras cosas porque sin ser anglosajón, primero debes habituarte
a conducir al revés. Una herencia colonial, al igual que el idioma inglés
que domina la población, eso sí con una pronunciación muy peculiar
y en combinación con el maltés, lengua influida por la historia del país,
porque tiene sus similitudes con el árabe, las lenguas latinas y con el
propio inglés. Muestra de ello, el nombre de Triq Ir-Repubblika, la
calle que mejor nos sumerge en el sabor de La Valletta, una ciudad
antigua con visos de modernidad y cierto regusto a rancio.

Todo se ve desde Lower Barraca Gardens, mejor si se ha leído sobre

la historia maltesa, una lectura fácil, ya que es una larga novela de acción.
Aunque si no somos capaces de evocar estos hechos mirando la Gran Bahía
siempre podemos ir a los fuertes de Saint Elmo, Manoel o de Saint Angelo,
o a todos los bastiones elevados sobre el mar con distintas adovaciones de También es posible recorrer
santos, para luego visitar el Museo de la Guerra y, en la muy cercana Sacra La Valletta alquilando una
calesa. Suena snob, pero
Infermeria, ver la proyección del audiovisual The Malta Experience. quizás sea el modo más
acorde con la atmósfera
que me transmitió la ciudad.
Entre el siglo XIX y el XXI,
Los recuerdos de la presencia de la Orden de los entre el este y el oeste,
Hospitalarios es una constante en la La Valletta. entre Europa y África.
 U NA CATEDRAL HECHA MUSEO Y UN ARTISTA PENDENCIERO Y GENIAL

No visites la Co-Catedral de Sin embargo, aún no habéis

San Juan con zapatos de tacón. Te
comprarás zapatillas antes o no
entrarás. ¿Sorprende? Pues mayor
es la sorpresa cuando dentro ves su
suelo cubierto por el mármol de las
lápidas de los hospitalarios que
eternizaron su fe y sus hazañas en
el pavimento.
visto lo mejor. En un lateral de la
iglesia se abren las puertas del
Oratorio, lugar donde se muestran
las dos obras de arte más valiosas
que atesora el país. Los cuadros de
San Jerónimo y, sobre todo, La
Degollación de San Juan Bautista,
ambos de Caravaggio.

No incluir aquí foto de la Este pintor italiano llegó a

Catedral es intencionado. Tampoco
las miréis en las guías. Sentaros en
un bar vecino a la austera fachada
del templo y después visitarlo.
Os va a abrumar el delirio
barroco pintado en la bóveda de su
nave central y la decoración de las
ocho capillas laterales, cada una de
ellas dedicada a las “lenguas” de la
Orden.
Malta entre fines de 1607 e inicios
de 1608, pero antes de acabar el
año y tras pasar por los calabozos
de Fort Sant’Angelo, tuvo que huir
de la isla, al igual que le ocurrió en
otros lugares de Italia, porque a su
gran talento con el pincel le sumaba
enorme destreza con el cuchillo,
protagonizando a lo largo de su
vida varios altercados con algún
que otro asesinato incluido.

Todo eso, si conseguís alzar Pero no ocupa un puesto en

los ojos del suelo, ya que el colorido
marmóreo, los símbolos incrustados
y las escenas recreadas os harán
difícil levantar la vista, igual que os
será imposible levitar, que es lo que
deseáis para no pisar esa maravilla.
la historia de la delincuencia, sino
que aparece en los libros como uno
de los maestros del Barroco, y ello
se confirma contemplando las dos
obras expuestas en el Museo de la
Co-Catedral de San Juan.

Michelangelo Merisi era el nombre real

de Caravaggio y así es como firma este
óleo, su única obra firmada.

San Juan Bautista era el patrón de la Orden de

La figura de la joven Salomé
tendiendo la bandeja para
poner en ella la cabeza del
Bautista cierra la composición,
Las estrellas del Museo son los lienzos de pero además sirve para
Caravaggio, pero el resto de las salas
atesoran reclamos de interés,
apreciar el virtuosismo de
tanto en obras escultóricas y pinturas Caravaggio a la hora de pintar
como en objetos litúrgicos y textiles, los ropajes de los personajes,
especialmente por el muestrario de
vestiduras de seda siempre basados en la atenta
y los tapices de origen flamenco. observación de la realidad.
Malta. Por lo tanto, lógico que el protagonista de la El fondo de la escena es la
obra sea el santo, aquí en pleno martirio. fachada de la prisión, toda ella
en un tono oscuro y
En cambio, pictóricamente la estrella es el verdugo neutro, para que destaque
que, vestido al modo turco, degüella al Bautista. sobremanera la degollación,
de la cual son testigos de
La escena es de una crueldad total, excepción, aparte de
pero la atrocidad se ensalza más por el foco de luz nosotros los espectadores,
reflejado en los músculos del verdugo, dos reos que se asoman a la
en el centro geométrico del lienzo. ventana enrejada.
 Imagen emblemática de Malta, sus buses Palacios restaurados, iglesias cons sus pertinentes museos, proyecciones audiovisuales, paseos y
amarillos, viejos, incómodos, pero infatigables. cafés en terrazas con panorámicas de todo el territorio maltés: Mdina.

E XCURSIONES

DE UN DÍA

El tamaño de Malta permite acercarse a

sus rincones más remotos con un pequeño viaje.

En La Valletta, en concreto, en la plaza

de entrada al recinto histórico presidida por la
Fuente del Tritón, esperan infinidad de buses
para llevarnos a todas las poblaciones de la isla.
L A METRÓPOLI

¿Dónde ir? A Marsaxlokk. Un pueblo

pesquero que nos acerca a la auténtica Malta y a Quizás suene pretencioso lo de metrópoli,
sus gentes que siempre han mirado a lo que les pero lo cierto es que La Valletta está unida en un

L
rodea, al mar, y han vivido de él. Su continuo con un conjunto de poblaciones que
puerto con nuevas y siguen la línea de la costa. A OTRA CAPITAL
viejas embarcaciones
y su largo paseo Al oeste están Sliema, Saint Julian’s y
marítimo nos lo Paceville, la zona más preparada para el turismo,
confirmará. o sea, donde más fácil es hallar alojamiento, es Con más propiedad, no es la otra sino la La ciudad, cuyo nombre nos remite a un
posible comer y cenar tarde, y hasta echar unas antigua capital de la isla: la ciudad de Mdina, un origen árabe, hoy en día puede ser el escenario
copas de madrugada. Impensable en La Valletta casco urbano distinto a La Valletta. Para empezar perfecto para cualquier película de época. Está
histórica, donde la caída de la noche supone una no está a la orilla del mar, ni sus calles resultan un habituada al trasiego de turistas en busca de
transformación, ya que al cerrar las persianas los sube y baja tortuoso. Además sobre la muralla de monumentos y souvenirs. En ese sentido no
El luzzu es el barco típico negocios, las calles se despueblan y como mucho Mdina oteamos toda la isla, y por contra mientras defrauda. Su visita es un paseo muy agradable,
maltés, y donde aún se
pueden ver en uso veremos a algún residente llegando tarde a caminamos por sus estrechos empedrados sólo pero me queda la duda. ¿Tras las bellas fachadas
es en Marsaxlokk. recogerse en casa. vemos coches de caballos y no automóviles, y en fotografiadas habita gente o sólo es un decorado
general porque todo en Mdina está más cuidado, turístico sin vida? Lo dicho, muy diferente a la
más limpio, más estético que en La Valletta. verdadera capital.
El paseo que rodea Sliema es una invitación a caminar viendo el mar
y traerse esa sensación en la maleta de vuelta. Cualquier puerta o rincón nos
ofrece un detalle donde pararnos.

Las callejas de Mdina poseen un La iglesia carmelita quizás más

sabor a historia único en la isla. bella que la vecina Catedral.
 Para conocer más, lo mejor hacerte
un curso de inglés en Malta en alguna de
sus escuelas para extranjeros. Una buena:
- Linguatime School of English

La compañía Alitalia tiene vuelos

diarios a La Valletta, pero más interesante
es atravesar Italia, llegar a Sicilia y desde
ahí pillar el ferry a Malta.

Cualquier consulta, aclaración,

alabanza o crítica se puede remitir a:
monytsabo@hotmail.com
Próxima entrega en La maleta de vuelta:
Autoría de todas las fotografías: mgrimpho©

LAGO DI
COMO
Italia