Está en la página 1de 14
Vasos fenicios de los siglos VIII-VI en Espatia ‘Su procedencia y posicion dentro del mundo fenicio occidental G. Maass-Lindemann - Karisruhe [The pottery of the Phoenician colonies ofthe 8th and 7th cent. B.C. derives in al its forms from prototypes of the ‘mother country. The variety of forms is reflected in the finds of the earliest colonies, especially in the very rich strata of the setlements slong the mouths of the rivers Vélez and Algarrobo east of Malaga. Later on certain types from the Orient determine the development in the West. Examples are the refoilmouth-jugs and the mushroomtop-jugs. Different trains ‘of development are to be seen in the individual colonies. The surface treatment especially varies according to the place; in Spain an extensive use of red slip is common. There are a few specimens, the Amphora “Toscanos 1”, the pithoid vessel and the big earthen tripodbow!, which are especially developed and distributed in the colonies of the far West and the North-A rican places like Mogador, Lixus and Rachgoun.) ‘Nuestro conocimiento de la cerdmica fenicia de los s. VIN-VI a.C. se basa mayormente en fos hallazgos Procedentes de tumbas y de tophets. Sin embargo, en las tiltimas décadas éste se ha ampliado considerablemente gracias a la excavacién de poblados, como por ejemplo Tiro y Sarepta', Cartago?, Ia acrépolis del Monte Sirai?, Mogador’, Rachgoun’ y, sobre todo, los lugares situados en el curso bajo del Rio de Vélez y Alearrobo, Toscanos, Morro de Mezquitilla y Chorreras*, que han proporcionado una gran cantidad de hallazgos. Debido a que muchas publicaciones de las nuevas excavaciones estin apareciendo justamente ahora o estén a punto de aparecer, el estado de la investigacién no puede incluir todos los aspectos, |, Bikal 1978; J.B. Pritchard, Sorspa. 4 Preliminary Report on the Iron Age, Philadelphia 1975, 1B. Pritchard, Recovering Sarepra. 4 Phoenicion City. Princeton, NI 1978, La versién eastellana del manwserto es obra de P. Ganziler Marcén, siento gratamente obliaada; también a MLE. Aubet, por revista, ia que me 2, §, Lancel. CRAVE 1981, pp. 156s, los niveles de asentamienio en las excavaciones fancesas no se apreclan hasta els. 1, "Las exeavaciones alemanas en la zona del foro aportaron,en los nivels de acumulacién, cerémica de poblado dels. vi Vegas, Gnomon S6C1984)3 785s; también MF 6,3, 40, n. 69. 3. Marra, RSF 1981)187S, Ea esta investigacion Cerda slo se toca tangencialmente ya queen tl caso se puede remitir a 'a publicaciin correspondiente: P.Barcoloni, Srl sulla Ceramica Fenict © Punic in Sardegna. Roma 1983. 4. Jodin, Mogador. 5. Vuillemot X965, 9358, 6. Toscanos: MF 6,1; Tscanas 1971; MF 6,3; Morro de Mezquiila 4B 4, 3-88; Trayamar 1976; Schubart, MAF L8(1977)33863 NdHisp {1979)1 75s. MEF 23(1982)33565 MOF 24(1983)1 048s; Chorreras: Chorreras 1974, Chorreras 1980, Au Osentais3(1985) - 27 G. MAAS - LINDEMANN, sobre todo en el examen de la cerémica, que incluye otras colonias occidentales, y los resultados deben ser revisados constantemente o pueden ser confirmados adicionalmente. La cerdmica de las colonias fenicias de Espafia en los s, Vill y Vit a.C. esti relacionado de diferentes maneras con la de la madre patria y con la de las otras colonias. Entre las formas mas parecidas a las de la madire patria y que se encuentran en todas las colonias occidentales destacan, sobre todo, e! jarro de boca de seta (fig. 1) y el de boca trilobulada’, asi como las lucernas*, con sus tipicos elementos. Ademis, también pertenecen a este grupo los cuencos con carena’ de diversos tipos, sea con ia carena alta o baja por encima del borde y con labio vuelto de forma simple o engrosado hacia fuera, asi como los piatos"®, que tienen una especial importancia en lo que respecta a la cronologit En cuanto a las anforas (fig. 1), que se clasifican aqui segtin la denominacién habitual de Toscanos, el tipo 1"! constituye un recipiente que tiene su maximo desarrollo en el extremo Occidente y también en Mogador’? y Rachgoun, pero que ya encuentra precedentes en Oriente, El tipo 2! también es conocido en Oriente y presenta en Occidente una mayor difusién. El tipo 31° se puede reseguir también hasta Oriente y encuentra en el Oeste y, muy especialmente en Cartago, una amplia difusién. Un cuarto tipo de anfora'®, que se ha hallado frecuentemente tanto en Oriente como en Occidente, no seré tratado aqui, ya que hasta ahora en Toscanos'” s6lo es conocido fragmentariamente, y alli no se ha tlegado todavia a conclusién alguna sobre la forma completa, Como formas practicamente idénticas en Fenicia y en las colonias occidentales, cabe mencionar también las ollas, botellas'* y jarritas". Los tripodes muestran més bien un desarrollo accidental a partir del cuenco de piedra oriental, al igual que ocurre con Jos pithoi™ y las anforas de cuello”” que muestran una fuerte influencia occidental, si bien se puede relacionar con prototipos orientales. Aparte de esta enumeracién de las formas, también debe contemplarse el tratamiento de la superficie. El engobe rojo es caracteristico de la cerimica fenicia. Lo conocemos en jarritas, lucernas, platos, cuencos, pebeteros y dnforas. Con frecuencia su aplicacién a un mismo tipo de recipiente es diferente en la madre patria ¥ en las colonias. A continuacién examinaremos las formas cerdmicas [enicias-hispanas en relacién con los proiotipos orientales y veremos a qué tipos de las ciudades fenicias occidentales de las colonias se asocian. Empezaremos por la forma de la jarra de boca de seta (fig. 1,1). Con referencia al sratamienio de la superficie observamos ya una diferencia sustancial: en Fspaiia casi todas las jarras de boca de seta, excepttiando unos pocos ejemplares procedentes de niveles de asentamiento, estan cubiertas de barniz rojo”. En fas colonias més importantes de esa época, es decir, Cartago® y Mozia®, encontramos preferentemente 1, Trayamar 1976, Kins. 13, 16, 17 8, oe lt, Yims. 12,16 9. Toscanos 1971, Rig 4 5 10, Schubart, RSF 41976) 798s. AB 8. LL. Trayamr 1976, tims. 13,37, 18. 12. Jodin, Mogador, p. 122, Gg. 25, 13, Vuilemot 1965, 65, i. 17. 14, Travamar 1976, lies. 12, 16 18, Trayamar 1976, tim. 18 16. MF 6,3, lim. 24 de Cartago y lim. 33 de Mozta, 17. Tascanes 1971, ig, 18, 750-754, 18, ME 6,1, kira. 16; Tosconns 1971, kim. 13/ 458-460. 19, Toseands W971, lim. 13, 445-455; Schubart, Méf 230.982) fig. 9 dei 20, Schubart, MM 23(1982), ig. 99; Chorreras 1974, 111, fig, 8, 1138 21, Tescanas 1971, 72. 141 22, Travamar 1976, kms. 13, 16, 17; lmutécar 1981, Se. 3, 4,8, 6 23. ME 6,3, lim. 26, K 9,1, K 10,5 im. 27, K 15, K'U6, K 18; im, 28, K 22. 24. Clase, Mocia IX, fig. 2 y tims. 5s. 228 LVASOS FENICIOS DE LOS SIGLOS VIIL-VI EN ESPANA Fig. 1. Cerdmicas de Trayamar, Toscanos y Chorreras. 229 aa G. MAASS - LINDEMANN jarras con barniz. parcial en la mitad superior del cuello y de la boca, apareciendo frecuentemente decoracién de bandas pintadas para delimitar la zona de barniz de la zona inferior del asa En Fenicia y en Chipre se encuentran ambos tipos. Excepcionalmente aparece una forma especifica de jarra de boca de seta cubierta en su totalidad con barniz rojo. Se trata del tipo con cuerpo de tendencia ovoide, acusada carena del hombro y un cuello, que o bien es bicénico ligeramente invertido con un resalte o —en Tormas més esbeltas~ tiene una ranura en el lugar mas ancho o en la zona en que la parte inferior del cuello es mas o menos cilindrica, sobre la cual se sittia Ia parte superior del mismo, en forma cénica invertida, como sobre una peana. Jarras de este tipo se encuentran, por ejemplo, en Tiro®, Qrayé® y Akhziv”, asi como también en Chipre en gran nimero, por ejemplo en la tumba 105 de Salamina”. En Espatia se ha encontrado un fragmento de hombro de este tipo en la zona de la muralla de Toscanos®. Presumiblemente habré de verse en esta forma el prototipo de la mayoria de la jarras occidentales, En comparacién con las jarras de Oriente, as espariolas se hacen mis estilizadas y esbeltas. En general tienen 1 cuello mas largo y el cuerpo més corto, de manera que las proporciones aparecen invertidas y el recipiente resulta mis elegante y estilizado. Esto concierne, sobre todo, a las jarras de Almusiécar, a algunos fragmentos de Toscanos y a la jarra de la Casa de la Vita, Para esta forma se encuentran excelentes paralelos en las colonias"'. Otra cosa sucede con las jarras de la necrépolis mas tardia de Trayamar. Estas muestran el cuello mis corto: en la n.* 652" la forma esté tan estilizada que el cuello y el cuerpo se unen sin apenas diferenciacidn. Para las formas de Trayamar nos faltan, por lo que yo sé, paralelos en Occidente, si bien se relacionan con tas jarras de barniz rojo chipro-fenicias, “red slip ware”, de las fases IV y V?. Para las otras jarras de boca de seta mencionadas de Cartago y Moria ha sido reconocido como precursor otro tipo de jarra oriental™, Esta presenta la misma forma de cuello, pero el cuerpo es redondeado 0 ligeramente ovoide. Esta forma no presenta la carena acusada, Otro tipo de jarras de boca de seta no han obtenido al parecer en Occidente demasiado éxito. Son las jarras, que al igual que las otras, presentan tn pie anular, cuerpo redondeado y cuyo cuello se ensancha de forma regular hasta la boca. La divisién del cuelio o el arranque del asa se resalta mediante un aplique en relieve"S. La boca presenta generalmente un borde mis estrecho y terminado de manera mis abrupta. Esta forma corresponde a una tradicién mas antigua, que sélo se conoce por algunos pocos ejemplares en Occidente, por ejemplo, algunas jarras de Cartago™ y un recipiente encontrado recientemente en los estratos mas antiguos del Morro de Merquitilla””. También se puede afiadir una jarra de borde mas estrecho del museo de Malaga’ Las jarras de boca trilobulada (fig. 1,2) estén muy extendidas en Oriente y constituyen un tipo importante del “red slip”. En Fonicia aparecen desde el s. 1X a.C. numerosas jarras con pie anular, cuerpo 5. Bikal 1978, tam. 5, 19-2 6. Chapman 1972, fig. 27, 300. 7 8 CCutican, APB 8, 56 1g. 9e Karapeorghis, Salamis 1, kim, 253, 9, 35, 40-48 (cama 105) 29, Lindemann - Niemeyer + Schulart, Mi 1319720137, fig, Sh, clasifiada al, al ple de Limina, equivacadamente come fragmento de carena de wn dnfora 30. dlonunécar 1981, fig. 38; Toscanes 1971, 109, fig, 12,400; Almagro Gorbea, AF 131972175, i. 1 31. Cartago: MF 6,3, lis. 24; 26, K 9, K 105 im, 27, K 16; Clase, Mosia 1X, lim. 40, 32. Trayomar 1976, kira 17, 652, 33. E. Gjersiad, Swoisch Cyprus Expedition IV, 2, Stockholm 1948 fig. 43,5 jug 3, red sip I(IV), fg. 56,12 ju ta, re stip 1 w. 34, Bikal 1978, lim. 5, 14-17; Chapman 1972, 77 fig. 6,41 de Khirbet Sim: Karageorghis, Solis I, iim, 219, 16. 17,30 35. Bikal 1978, kim. 14, 2-5; Chapman 1972, fg. 6,33, 40, 178, 185; ig. 27, 1513 E. Gjorstad, Swedsch Cyprus Expodinon 1V 2, Stockholm 1948, fig. 27, 3 Jug I, red ship (ID, fig. 33, 7 jug Sa, bicbrome IV. 36. MF 6,3 lim. 28, & 20,1; lam. 29, K 25,1 37. Schubart, AMF 24019830115, fig. Sa 138. Niemeyer » Pellicer Catalin - Schubart, MAF SU964)8Is.. i. 7 ia 230 LVASOS FENICIOS DE LOS SIGLOS VIUL-VI EN ESPANA redondeado, cuello troncocsnico y boca muy desarrollada}. Este tipo lo encontramos todavia en !a necrépolis de Juno en Cartago" y probablemente también en un fragmento del Morro de Mezquitilla: més tarde sera importante para el desarrollo de la cerdmica de Utica", pero ahi no con barniz rojo, sino pintada en negro. En ‘Trayamar la jarra n.° 551 de la tumba 1 y la 604 de 1a tumba 4 podrian corresponder a un desarrollo posterior de esta forma oriental*? ‘La forma caracteristica de Occidente es, sin embargo, una jarra con cuerpo menos diferenciado y de lendencia ovoide y con boca mas estrecha, como se evidencia, por ejemplo, en la mayoria de las jarras de ‘Almuiiécar®, también en la jarra de la casa H de Toscanos* y en las restantes jarras de Trayamar. Ademés, aparece fa forma de jarra de Cartago y Mozia*®, donde, sin embargo, sdlo los ejemplares mas antiguos Hevan barniz rojo. Esta segunda forma se encuentra frecuentemente en Akhaiv”, también en Lachish* y, esporédicamente, en Chipre®®. En Fenicia misma no aparece. Por ello supone Prausnitz", también sobre la base de acontecimientos histéricos de finales del s. Viti a.C., que su origen se halla en el norte de Israet de donde se difundio la forma. ‘Las jarras hispanas muestran tantas variantes en ambos tipos que resulta dificil seftalar una linea de desarrollo para el periodo de Jos s. Vit y Vil a. Los platos (fig. 1,4) pertenecen a las formas que, en Espafia, debido a su gran ntimero, tienen un interés especial. Por sti barniz. rojo hay que incluirlos dentro de la cerimica fina de mesa y los hallamos en las necrépolis de Almuiiécar'!, Trayamar’? y Jardin’? y, sobre todo, en abundancia, en sus poblados correspondientes®*, Antecedentes y paralelos para nuestros tipos se encuentran en gran niimero en los niveles de habitacin de Tiro'®, Ahi los platos slo rara vez llevan barniz rojo, en tanto que son mas frecuentes los de superficie brafiida, aunque el plato que aparece con mas frecuencia en los estratos mds recientes, P2%, es de paredes sin tratamiento y bien cocido. La forma miis antigua que puede considerarse como precedente de nuestra forma de plato es el tipo P 145", que, si bien esporddicamente, aparece ya en Tiro en el nivel XVI, es decir, desde el s. XiV a.C. Aparentemente se mantiene en pocos ejemplares hasta el s. (X a.C. Los siguientes tipos de plato, que son muy similares a los nuestros, aparecen por primera vez en abundancia en el s. VIlt y @5 a partir de entonces, en los s. Vill y Vil, cuando aparecen también en otros lugares de Fenicia*, En Occidente debieron existir seguramente platos en las necrépolis de Cartago, pero rara ver se han conservado. Resulta ‘poco claro si fueron ulilizados ademas como ofrenda depositada tras el enterramiento, como en Trayamar. Un 39, Chapman 1972, fa. 2 80. ME 63, tim, 28, K 41. MF 63 lim. 31, U La 42. Travamur 1976, Kis. 13, 16. 43. Alnwidcar 1981, fa. 3, 4, 6 48, Toscamos 1971, fig. 13,407. 45, Trasumar 1976, Sims. 13, $53 16, 603; 17, 653, 654, 46, MP 6,3, Cartage: lms, 24 K 1,2; 27, X 15.2: 28, K 19.2; Movi: Hims, 34, MO 3,15 Mo $7. Amiran 1970, him. 92, 7; Prawanite, MB 8.43, fg. 46,8 48, Amizan 1970, lim. 92.8, 9, 49. Museum Nicosia, Inv. B. 18571935: 1938 IV-2, B 187.1935, 50. AIH 8, 40s, SL, smufdcar 1963, fig. 11, 12, 17 82, Trasamar 1976, tes. 21, 22. 53. Nadlisp I9TONGS, Tg. 3 ‘4. Toscamos 1971, 403. fig. 10; 108, ig, 17; Schuburt, f84 24(19830118, i. 7 55. Bikai 1978, tim. A 56. Bikai 1978, 2 57. Bikai 1978, 25, 58, cf bibliogratia en 5 N.Jidelian, Tire through the Ags, Boia 1969, fig. 32: Prausnlt, MA 8, 42. fig. 4, b, 6 £ 242, fo $.1; Palermo: 35, ® 21 41978, 22, G. MAAS - LINDEMANN indicio de este rito podrian ser dos fragmentos de plato que han sido hallados en las recientes excavaciones de la colina de Byrsa en Cartago, sobre la tierra de relleno de una sepultura®. En Moria los platos no pertenecen al ajuar funerario habitual, pero aparecen aqui y alld en los periodos més arcaicos de la necrépolis. En la colonia greco-euboica de Pithecusai (Ischia) se hallaron de forma dispersa platos fenicios de la cerémica roja, tanto en los niveles del asentamiento como en la necr6polis. Estos prototipos fenicios originaron imitaciones locales griegas!. En el noroeste de Africa, en la necrépolis de Rachgoun® y en los poblados de Lixus y Mogador se encontraron gran mimero de platos de cerdmica roja, aunque desgraciadamente han sido ublicados muy pocos. Es mérito de H. Schubart# el haber establecido una cronologia para los asentemientos fenicios occidentales en base a las anchuras de los bordes de los platos. La evolucién comienza con bordes muy estrechos de unos 2 cm de ancho al igual que los que encontramos en Tiro. Los bordes se amplian progresivamente hesta alcanzar en el s. Vi aC. una anchura de hasta 8 cm. Hacia finales dels, VI vuelven a estrecharse, aunque también se reduce el didmetro del plato. de manera que el borde se hace proporcionalmente mis ancho y la concavidad interior se reduce hasta convertirse en un pequeiio orificio, al modo de los “platos de pescado”, Al tiempo que se produce esta evolucién, hacia final del s. Vi, empieza a desaparecer también el barniz rojo® Lacronologia establecida sobre Ia base de la anchura del borde de los platos debe, sin embargo, fijarse a partir de un mimero bastante alto de piezas, ya que datar sélo a partir de piezas aisladas puede llevar a resullados erréneos, dado que pueden aparecer bordes mis estrechos de platos en niveles recientes. Las lucernas fenicias (fig. 1,3) muestran, en contraposicién a las griegas tardias, una forma funcional poco pretenciosa, Estin formadas por simples platos de borde doblado formando un pico para la mecha. Ya a finales del tercer milenio aparecen en Palestina todavia sin el borde indicado y con un sélo pico"; en Tiro aparecen los primeros ejemplares con borde diferenciado hacia el 1400 a.C.*. Su superficie era en principio sin tratamienio, pero mas tarde, a partir del s. Vil, aparece bruitida, y no se utiliza alli el barniz rojo, como el que vemos hasta el s, Vl en las lucernas occidentales. Las lucernas orientales se fabrican normalmente con un pico y en Occidente se desarrolla esta forma afadiendo dos picos juntos, que se convertira en Ia tipica lucerna fenicio-occidental”. A excepcidn de las lucernas del periodo tardio, tienen la base plana sin pie. En Oriente varian las formas del pie de las Iucernas, apareciendo ambos tipos. {Las lucernas no se encuentran s6lo en asentamientos, sino que también aparecen en las sepulturas. Deben haber pertenecido a un culto que no estaba generalizado en toda la zona oriental y que en Occidente se impuso en la segunda mitad del s. vit a.C.”? y que mas tarde, al parecer, se convirtié en usual en todas las 59. Lancel, Borsa 1, p. 253, fig. 122 stratum 7; A 135, 1.2, Og. 123 60. Ciasca, Mocia IX, tumba 80, 82, 144, 145, lims. 17, 18, 42. GL. Buchner en A 8, 284s, 288, 62, Vuillemot 1965, 68, 69, fig. 18,7, 108, (63. Jodin, Mogador 117, fig. 24. 64. Schubart, RSF 4/2 (1976)179s.; id, MB 8, 2055s. y Finalmente MA 24(1983)1 6s. fig. 69. 65. ef, G, Maass - Lindenmana - H. Schubart, Jardin, Die phonihopunische Nekropale en prepaacéa) 466. Amiran 1970, kis. 24,14 67, Bikat 1978, im. 47A, 18 y of, par el deserrollo de ls tucernas p. 185s. (68. Jardin: ef. Schubart - Manss-Lindemann, N4Hisp 61979)147 y ef. supra n. 65. 69. Amican 1970, kim, 100. 10. Especiatments en el siglo VII aparecen también las Tucernas de un pico en Occident: of. MF 6,1 Him. 18, 1295; Aubet, (Chorreras 88, fig. 8; en Mersa Madakh: Vuillemot 1965, 149 con bari ojo; Cintas, Manual lim. 10, 34, 35:1, 1976, pp. 306s. TL, P, Cintas, Céramique Pusigue. Tunis 1950, lim. 41, 14-16 72. CID. Ansiani, en P. Glaucker, Nécroole Punique de Carthage. Paris 1915, pm XV, y nota sobre le ausencia Fecvente en ‘aumbas arcaias, pp. XVII VASOS FENICIOS DE LOS SIGLOS VII-V1 EN ESPANA colonias. Posiblemente se depositaron mayoritariamente en inhumaciones”!, aunque estin ausentes en las inhumaciones de Khaldé™, en tanto que aparecen aepositadas en las incineraciones posteriores de Adit’. En Occidente parecen estar ausentes en general en las necropolis de incineracién de Mozia’’ y Rachgoun”; del mismo modo, en Almufiécar s6lo se encuentran dos piezas sobre un total de 14 tumbas”®, En las necrépolis arcaieas de Cartago no estin determinadas ni las offendas de lucernas ni la forma de enterramiento™, En Trayamar, donde encontramos también ambas formas de enterramiento, por Io menos asociadas en la tumba 4, y s6lo incineraciones en la tumba 1, aparecen lucernas de los dos tipos™. La forma de las lucernas perdura largo tiempo, y en parte es sustituida desde finales de! s. vi por formas de influencia griega" e incluso por importaciones, al tiempo que se desarrolla una forma tardia que tiende a convertirse en forma cerrada, Los cuencos, a diferencia de las jarras, no se sefialan en el inventario de las tumbas fenicio-occidentales; sélo aparecen ahi ocasionalmente y pertenecen principalmente a la cerimica de poblado. Podemos distinguir ‘cuatro formas principales: |) cuencos con carena y borde en disminucién (fig. 1,5); 2) cuencos en forma de vaso; 3) cuencos con carena y borde alto engrosado hacia afuera (fig. 1,6.7); 4) cuencos planos (ig. 1.8.9)". Los cuencos del primer grupo (fig. 1,5) pertenecen a una forma muy corriente en Oriente, desde los niveles mis antiguos de Tiro®. En el extremo Occidente también aparecen muy frecuentemente en los niveles de poblado, aqui siempre en ceramica roja y en otros lugares también con superficie sin tratamiento; algunos fragmentos provienen asimismo de los estratos de relleno del foro de Cartago* y en Monte Sirai®* se encontraron asimismo algunas piezas. En Cartago se hallaron cuencos de este tipo entre las ofrendas de unas tumbas"*, En la necrépolis del Faro, en la isla de Rachgun", fueron utilizados camo tapaderas de las urnas de ineineracién y con esta misma funcién reaparecen posteriormente en el ‘ophet cartaginés, en una forma muy pequefia y redondeada, en la que se echa en falta la elegancia de los ejemplares mas arcaicos*. En Mozia aparece una forma modificada de nuestro tipo de cuencos en la que el borde también resulta disminuido, si bien la zona sobre la carena es mds alta y ésta es algo mds estilizada. Estos cuencos en forma de ‘vaso aparecen [recuentemente en Oriente, y en Occidente especialmente en las tumbas de Mozia! ocasionalmente pudieran llevar barniz rojo, aunque generalmente son lisos. Algunos fragmentos provienen de Toscanos y de los niveles superiores de Trayamar-tumba 4°. 73, pe. en as necrépolis de Khicbet Sim y Joya, ceren de Tiro y Qrayé, cerca de Sin, donde se practcaba Jnhumacién; Chapman 1972, 118 ia. 23 “4. Saidah, BB 19(1966)SIs., sobre todo ishumacion, pero también incineracion. 1S, Jones, QD4? 6I9¥D12Iss 76, Est en el denominado “Luogo i Arsione". Ciasea, Mosia VIN, tim. 24, 1B. 77. Vaillemat 1955, no menciona ucernas en la publcacia, mioncas que as aibuja en Vuillemot 1965, 69, fig. 18, y habla de Su aparicién en necrépolis y poblao. 7B. Almundoar 1963, 31 fig. 7.25 144% lim. 7a 79, Merlin, HAC (Pars) 1918, pp. 307s, seAals su ausenca: Lancel, Ayrsa 1 266 tombs A 136. 0, Trayamar 1976, 2058s, 81, of en Espa. Jardins WAdUisp 61979) lim, 10; Guadalborce: Aribas ~ Arteaga, AME 17119760198, fig. 9a 82, Toscanas 1971, 855s. 83, Bikes 1978, him, 49,18; 42,7; H1A,I-11, un paralelo de nuesia forma es el cuenco de Samaria con el pie plano y et caracterisic engode rojo; probablemente han aparecide fragmentos de esios cuencos en el Morro de Mezquiila B4, of, Toseanos 1971, 87 nota 69; ef. Vegas, Gromon 56119889379, 85. Marras, RSF MI98DI9L, fig. 2 8, 10-11; Baroloni, ASF 10(1982)284, n.14, Ng. 24 86. Lancel, Br 1, 2595s, fig. 132, 143 vaso 6; Hyrso Hl, 329 fg, S18, 4 333 fg. $29, 10.11 87. Vuillemot 1955, lams. 8, 14 88, Hardon, frag 4193783, fg. Tk 89, Pertenece al tpicoinventario [unerario: iasea, Afocla IX, fig. 3.7: MF 6,3, tim, 33; en Oriente, pe, Tro: Bika 1978, tims, 1, 1416, 20.22. 90, Trayamur 1976, lim. 20, 691. incipalmente fa 233 6G. MAASS - LINDEMANN, De entre los cuencos carenados, nuestro tercer tipo (fig. 1,6) es el mas frecuente en Espaita, pero también es frecuente en Oriente, Se distingue de los tipos 1 y 2 sobre todo por su borde engrosado hacia afuera ¥ del tipo | especialmente por su pared mas alta y curvada hacia afuera sobre la carena. La parte inferior del ‘cuenco es mas baja hasta el punto que incluso el recipiente puede apoyarse directamente por encima de la base (fig. 1,7)". De este modo la parte de la pared por encima de la carena adquiere un mayor peso que en el tipo 1 Ocasionalmente se halla esta forma también en tumbas, por ejemplo en Cartago", y de nuevo en Jos estratos de relleno de la tumba 4 de Trayamar®®, Este cuenco resulta de especial significado en el culto funerario, en la forma de doble recipiente superpuesto". Los cuencos pianos simples (fig. 1,9), a veces con borde ligeramente entrante de diferentes formas (fi 1,8), se conocen a partir de poblados y necrépolis de Oriente, Presentan normalmente la superficie bruiida © con barniz. rojo, y se encuentran también en la certimica de paredes toscas. En Occidente, al menos en época arcaica, sélo aparecen en asentamientos. En Toscanos representan una forma frecuente de la cerémica roja, pero también aparecen con superlicic harinosa o como forma de fa cerimica gris, lo que los conecta con las zonas tartésicas hispanas". Las dnforas de Fenicia tienen una difusin muy variable en las regiones fenicio-occidentales. Partiendo de los establecimientos espafioles trataremos tres tipos de elas EI Anfora de almacenamiento, del tipo 1 (fig. 1,12), sin tratamiento y de frecuente aparicién, es facilmente reconocible por su borde engrosado hacia dentro, por el hombro carenado y por las asas gruesas y redondas. Tiene enorme difusién en las colonias espafiolas y norteafricanas, tanto en asentamientos como en tumbas, y es alliel ésil director para las prospecciones de campo y para el estudio del Hinterland de influencia fenicia en Espaia’’. Esta forma, con ligeras variaciones, tiene una larga pervivencia, especialmente en el Hinterland, de ta cual ta fortificacién en el Montg6 de Denia ofrece un buen ejemplo", El periodo de tiempo que se mantiene en las propias colonias fenicias, se podra definir a partir del andlisis de los hallazgos del Morro de Mezquitilla. En el resto de las colonias occidentales esta dnfora slo aparece muy raramente, y en su lugar se encuentra el anfora ovoide sin carena y de borde engrosado y protuberante™, también representada en Toscanos, pero de momento tan sélo catalogada bajo la ribrica de “ollas de diferentes formas", ya que hhasta ahora sélo han podido ser determinados con seguridad como pertenecientes a esta forma algunos fragmentos de borde. De forma aislada aparece esta forma (tipo 1) en Mozia y Cartago'" y merecen una mencion especial los recipientes importados de Ischia". Procedentes de nuestro tipo 1 se encuentran en diferentes lugares de Oriente, si bien en ellos el hombro aparece menos redondeado y el recipiente es menos reentrante por debajo de la carena. A mbos rasgos son, sin embargo, caracteristicos en Occidente en una eta- a posterior. 91, Toseanos 1971, 8956. fia. 5, 151-162. 9, Merlin, 84 (Pass) 1918, 299, 302 tumba 7.8; Cintas, Manvel , kien. 21,112: también en Qravé: Chapman 1972, 139, fis 28,302 98, Travamar 1976, im. 20, 1047-1048. 9. Trayamar 1976, 210, im. 12, 554 95, Bikai 1978, 23s, kim. 19: J. du Plat Taylor, “Al Mina”, Irar 21 (1959), fig. 6; Chapman 1976, figs. 25, 256.258, 258, 298 96. Toscanos 1971, 9858. fig. 6; 182. fit. 7 97. Travamar 1976, 2136. lims. 13, 17, 18,631: Arribas ~ Arteaga, “Guadalhorce”, MAY 17119761200, ig. 16; M. Pellicer Catan eal, £4 Cerro Macarena (EAE 124), Madrid 1983, 9p, 1908. tipo A: N, Mesado Oliver, Vinarragell Valencia 1974, pp. 685. fig. 37 passim: Vuillemot 1965, 65, fig. 17.1: 143, fig. SI (Mersa Madakh; Jodin, Mogador, 122 fig. 25; Toscaaos 1971, 119ss 98. Schubart, MM 4(I962SIss, fig. 7. 4. 99. CF, para ta forma: SF 6,3, lim. 24, K 14s lim. 33, Mo 1,3. 100. Toseanas 1971, fig. 18, 750-755, 101. Tascanns 1971, 124, n. 2860; F. Chelbi, REPPAL (1198500, 102, Buchner en MB 8, 281 Fig. 4 as, 283 103. Bikai 1978, im, 14 stratum IV: Amiran 1970, im. 79, 2{Megiddo) 27, 122 234 _VASOS FENICIOS DE LOS SIGLOS VIII-VI EN ESPANA El segundo tipo de anforas (fig. 2,13) pertenece a la cermica més fina y puede estar totalmente cubierta de barniz rojo, pero también puede llevar bandas pintadas o zonas pintadas 0 barnizadas'”*. La zona de las asas, se utiliza a principios del s. VII y, especialmente en Occidente, para decoraciones dispuestas verticalmente, lo que, teniendo en cuenta la parquedad decorativa, limitada a las bandas horizontales, da la impresién de una ‘ornamentacién muy rica'’, Estas dnforas son mas pequeiias que las del tipo | y tienen una boca mds ancha, en forma de anillo con paredes de grosor uniforme, y un hombro ms estrecho, menos inclinado y con diferentes grados de carenacién y asas geminadas dobles. Tanto en barniz rojo como pintadas encontramos estas dnforas en los estratos mds antiguos de Tiro! y de Sukas!". En Cartago estin en general pintadas y aparecen en gran ntimero en el opher y en las necrépolis'®. En Mozia se pueden encontrar ocasionalmente en. fas tumbas arcaicas!™. Aili también estan pintadas, mientras que las hispanas de las tumbas de Trayamar no aparecen pintadas, sino con barniz rojo, asi como también las énforas de esta forma de la necrdpolis de Rachgun!"®, En el asentamiento de Toscanos tenemos también las pintadas a bandas, aunque parecen predominar las de barniz rojo! Eltercer tipo (fig, 2,14) de anfora se caracteriza por una boca relativamente pequeita, poco diferenciada, un hombro muy marcado en el que se adosan dos asas ovoides y puntiagudas, y un cuerpo que se estrecha hhacia abajo hasta acabar en punta, Esta forma la conocemos también en anforas de alabastro, como, por ejemplo, la de la tumba 3 de Almufécar!? y una de la zona de Barbate!!?, En las tumbas de Trayamar esti representada por un recipiente completo en Ia tumba 4), y también en los niveles del poblado aparece ‘ocasionalmente!!’, Es destacable su diferencia en cuanto a la arcilla de la habitual en nuestros yacimientos hispanes, pues es de color blanquecina o amarillo rojiza, ademas de presentar una estructura aparentemente porosa y no levar tampoco el habitual deszrasante de esquisto y mica'"S, Este tipo de anforas es denominado frecuentemente como “Jarre en obus” en los hallazgos funerarios de las necrSpolis cartaginesas'"; de Mozia no conozco ninguna pieza de las necrdpolis arcaicas. En Tiro hay una serie de recipientes similares bajo la rribrica de “storage jars”, de los cuales Jas formas SI 4-7 son las que mas se corresponden con nuestro tipo!"*; yy sobre todo las hay también en Chipre!"*. Estas anforas estin bien representadas en el s. Vi en las colonias fenicio-occidentales; segtin todas las apariencias no pertenecen al grupo de recipientes més antiguos; quinzs el ‘examen del riquisimo material del Morro de Mezquitilla aporte nueva informacién sobre ta cuestién. Los muy difundidos pio’ (fig. 2,16) y las “énforas de cuello” (fig. 2,15) se empleaban también en extremo Oriente como grandes recipientes de almacenamiento. Los pithoi se caracterizan por sus asas dobles en el borde, que llegan hasta el hombro. Las anforas de cuello, mas pequetias, se distinguen por sus asas, que van desde un resalte en el cuello hasta el hombro. Ambos recipientes muestran tanto en e! labio como en la zona de] cuerpo decoracién pintada a bandas, las dnforas de cuello ademés entre el asa y el borde. En Espaiia, 104, Taseamor 1971, 8258, fg. 4 10S. Cintas, Manuel f, lams. 32-34 106, Bika 1978, tim. 3. 07, MeL, Buhl, Sukas VIL. Copenhague (983, p13, fg. 4, 39, sin engobe rojo. 108, Cintas, Mane 1, 38358, him. 32-34 109, Ciasea, Mnsia IX, im. 25 tumba 103; 49 tums 163, 110, Trayamar 1976, tam, 12, 16; Rachgun: Vaillemot 1955, tim. 4,6 LIL. MIF 6,1, tim. 8, 862, 868, 112) Amwidene 1983, Gg. 8, Him. 14 113. Culicen, Levant 21970288, fg. 1 114. Traywmar 1976, 213, kim, 18, 632. 11S. Toscunos 1971, 1248, fig. 17, 678-681 16. La problematca en torno ala difereneiscién de pastas podrd er qui LIT. Cinvas, Manet I kim, 58,2, 118, Bikai 1978, 46, kim. 3 19, Karageorshis, Salamis, Kim, 223 tumba 2), Ss, resulta partir del estudio de! Morro de Mezguita, | G. MASS - LINDEMANN w FS 7 Fig. 2. Cerimicas de Trayamar, Toscanos, Chorreras y Moro de Mezquitilia, 236 \VASOS FENICIOS DE LOS SIGLOS VII-VI EN ESPANA es decir, en los asentamientos de Toscanos, Chorreras y el Morro de Mezquitilla, aparecen frecuentemente, pero no en las necrépolis'™, En el extremo occidental norteafricano se encuentran abundantemente en las ‘tumbas de Rachgun'!, En Cartago se utilizaron ambos tipos de recipientes fundamentalmente como urnas en el topliet2, Por el contrario, en Mozia los pithoi parecen no haber sido habituales, mientras que las énforas de cuetlo eran utilizadas con frecuencia como urnas en las tumbas'. Los pithoi occidentales se diferencian de los de Cartago por su tamaiio y proporciones, pero también de tos de Fenicia. Se encuentran alli bajo la denominacién de “énforas” en las tumbas de Qrayé, Khirbet Silm, Joya y Khaldé!, Es evidente que se pueden considerar estas ““inforas” como precedentes de nuestros pithoi, pero no como prototipo directo. En esto puede haber jugado un papel importante su diferente utilizacién, es decir, como recipiente de almacenamiento. En apoyo de que su utilizacién principal en Oriente fue como recipiente funerario se hatla el hecho de que la forma no se encuentra, a excepcién de una pieza, en los estratos de Tiro!?*. El anfora de cuetlo en su forma occidental tampoco aparece en Oriente. Como prototipo cabria sefialar los “neck-ridge-jugs” de un asal2® La olla de paredes sin tratamiento (fig. 1,10.1 1), con una o dos asas y con borde curvado hacia afuera 0 engrosado, cuerpo mas 0 menos redondeado y base plana o ligeramente curva, constituye una forma que se puede hallar frecuentemente sin grandes variaciones tanto en Oriente como en Occidente. Se utiliza tanto para el rito y culto funerarios como para la vajilla doméstica en los poblados. Numerosos fragmentos se encuentran cen los asentamientos hispanos de Vélez y el Algarrobo!”, pero no en las tumbas de Trayamar y, al parecer, tampoco en Almutiécar!?*, En Cattago y Mozia forma parte del ajuar funerario y a veces de la cerdmica del tophet™, en Rachgun eran ofrendadas a los muertos'*, como en Cerdefia, donde se encuentran frecuentemente hasta el periodo reciente, también como urnas del fopher'', En Oriente esta forma parece estar més limitada al uso de la cocina en los asentamientos, como lo muestra la gran cantidad de recipientes de Tiro™, Alli tienen generalmente dos asas aplicadas en e! borde, o no tienen asas; un pequefio recipiente muestra también el tipo usual en Toscanos, con un asa aplicada por debajo del borde. En contraste con los tipos mencionados, los cartagineses séio llevan a menudo asas de apéndice! En los asentamientos occidentales, es decir, tanto en Espatia como en Africa del Norte™, se encuentra 120, Tesconos 1971, Tis. lim, 1, 1-14; 7458, ims. 1, S18; 2, 1-3; MP6, 31s. fi. 3; Chorenas 1974, 11055. fi. 8 110-113a; Morro de Merquitilas Schubart, Aff 24(1983), ig. 8, 121, Vuillemot 1955, lims. |, 4, 5; Jodin, Mogador 157, fig. 32. 122 Harden, 4raq $1973)5%5., ig 3, Ly fig. 4 Lor. Las dnforas de custo, p. e., también en Tharros: Acquaro, RSF (1980087, tim. 33 THP 140, 123, F, Bevilacqua ot af, Mocia VIN. Roma 1972 tumbe 3.5 tams. 27,31 124. Chapman 1972, 105s, 16lss Saidab, B48 1911976), cumba 3 pe. 125. los estratos de poblamienta de Tiro es considerada nuestra forma “pthoide” como crétera de la que a parecer sso fue halisdo un ejemplar, mientras que el pithosselado por Bikai es un recipient sin asas: Bika 1978, critera: lam. 42; pithos: lms. $0, 46, 126, Chapman 1976, 22° 176, fig. 7 MF 6,3, 306s, 127, Tascaris 1971, 12658. fe. 17, 18, Chorreras 1974, 112 fig. 9 Aubet, Chorreras, fig. 12-18, 43-50 128. Si se prescinde de un fragmento mal clasifieado de la tumba 17: Almunar 1963, 12. fe. 10,3, 129. ME 6,1, 140, 154, Kims 25, 27, 33, 34 130. Vuillemot 1955, lam, 11 131, Necropolis de Tharros y Monte Sirai: Brtoloni, RSF 9(1981)%583 RSF 11(1983)20555; Taper, Monte Sirah: Bondi, RSF 11(1983)193, fog. [; Tharros: Acquaro, RSF 81980987, lim. 32. 132, Solo un recipiente dela neerdpolis de Khirtert Silm: Chapman 1972, 165, fig. 2; Bikal 1978, 5 lams. 17, 27 133, Bika (978, im. 27.5. 34. Toscaras 1971, 1335. fig, 19; Chorreas 1974, 116 fig, 10, 142. Chorreras 1980, fig. 9, 96-98; Morro de Mezqulil Traynmor 1976, lima. 9, 298; Culican, Bervtus 191970); Vuillemot 1965, p. 69, fig. 14,18, 110ss. asentamiento de Rachgoun y Metsa Madakh: p. 316; también en Cartago se han hallado en los estratos de poblamiento fas grandes ollas: Veaes, Gimmon 56198403785. 237 G. MAASS - LINDEMANN repetidamente el gran tripode (fig. 2,17) de paredes sin tratamiento. En tumbas s6lo aparecen tripodes esporidicamente, y cuando es asi, entonces de tamafio mis pequeito y de cerémica fina "5. Todo parece indicar que en su forma general deriva del tripode de piedra oriental, ya que los fragiles cuencos de barro de Nimrud, cuyos tres pies estan insinuados, tiene poco que ver con este gran recipiente, a no ser que haya influido en la forma del bordel: ef pesado borde cae hacia abajo y los pies estin “metidos debajo", mientras que los cuencos de piedra tienen generalmente la pared exterior alisada y muestran los pies insestados 0 bien luna acanaladura en la pared exterior por encima de las incrustaciones de los pies!” des no corresponden a la cerdmica fenicia més antigua en Espafia, aparecen por primera ver probablemente a principios del s. Vil, y abundan a finales de! s. Vil y en el s. VI a.C. Sorprendentemente en el . VI surgen formas de tipode que wraducen en arcilla ta forma del de piedra'"*, tal como lo conocemos en ccontextos mas arcaicos en Oriente". Falta, evidentemente, una forma intermedia entre los dos tipos. Esta forma ha obtenido una especial aceptacién en el Hinterland, es decir, en la zona tartésica y en el Levante como, por ejemplo, en Vinarragett!™ Finalmente mencionaremos atin dos pequefias formas cerimicas que son bien conocidas tanto en Oriente como en Occidente: las jarritas (fig. 2,18) y las botellas (fig. 2,17). Primero la pequeita jarrita, “juglet, dipper, puisetie”, de paredes sin tratamiento y que puede llevar frecuentemente un engobe claro u, cocasionalmente, barniz rojo. Precedentes de esta forma los hay en Oriente desde el Bronce Reciente"! y se generalizan en Ia Edad del Hierro, tal como lo muestran los hallazgos de los niveles mas recientes de Tiro y de las tumbas del Hierro Medio'®. En Espaiia son bien conocidos en los poblados", pero no se cuentan entre los recipientes de aparicién (recuente. En las necrdpolis espafiolas del s, Vil no se encuentran", pero se asocian frecuentemente, en fases mas tardias, con las tumbas, como lo demuestra la necrdpolis de Puente de Noy en Almufiécar'®, El tipo se comporta de manera parecida también en otras colonias, aunque, sin embargo, en las tumbas del s. Vil inicial aparece ya una forma emparentada con nuestras jarritas, si bien es sensiblemente mayor y, sobre todo, tiene una base amplia y céncaval¥6 y no redondeada o ligeramente plana. Las jarritas cstilizadas no aparecen en las tumbas de Cartago hasta el s. Vl". Son especialmente frecuentes en las tumbas de Sant’Antioco y Monte Sirai, aunque siempre con una base pequefia y plana, con una altura entre 12 y 15cm que sobrepasa ligeramente las medidas de las orientales. Las jarritas de tos asentamientos hispanos del Morro de Mezquitilla, Chorreras y Toscanos!™ se pueden comparar con las de Tiro en cuanto a dimensiones, borde y especialmente en cuanto a la base, ligeramente 135, MF 63, lim. 24, K 3, 1.2 de la necrdpolis Doulmés en Cartagn; Classa,Afocia IN, turiba 126 lim. 34,2 136, Cubican, Berns 19(197003, fig. 1 137. Bika} 1978, tim. 36,20; sin acanatadurs: tim. 9, 23, 24 tin. 20, 17 138. Del Cerro det Pefién (Torre det Mar, Mélaga, de la campaiia de excavacién de oiofo de 1984, que se realiad bajo la ireceiin de H.G. Niemeyer; al parecer también aparecié una en Cartage. 139, Cutie, Aerss 19197015, tim. 2A, un pequefo ejemplar de arcade Sarafund: véas tumba 10, pequefio tripode de barra siguiendo la forma del de pier 140. N. Mesado Oliver, Vinaragel. Valeneia 1974, pp. 1575, fig. 82 con bibliogsafa mis amplia, 14}. Bikai 1978, stratum XVI, lim. 47 A 1; Amiran 1970, lim. 85, 12, 15 (Tell Abu Hawam y Megiddo. 142. Bikai 1978, kim, 12, Chapman 1972, 11Se.. 165, fig, 23 con barnie roo; Khaldé, bastantes dela taba 121 inal s 1x/principios s. vt: Soudan, A448 191966) 51-90, 143. Tosconms 1971, 1175, ig. 13; Afri noracedental, Mersa Madakh: Vulllemot 1965, 147, fg. 82 44. Compicese con lz tumnta 105 de Rachgovn: Vuillemot 1955, 20 kam, HS. Molina Fajardo, 04 21(1982). fig. 3; ol mismo y otros, Aimuear en la Amigtetd. Granada 1982, tan. 32, 146, Ciasca, Mosir IX, tba 140, Han, 39; Usea: Cintas, Karrhago 21981885. tumba XVE, p. AV fig. 11 y “tableau synoptique”: tumbas XXI, NXIV, XXXIV, M47. MF. 6,3, kim. 25,K, 83 198. AMF 6,3 lis. 99,41, 4. 149, Sehubart, Af4F 2419820122, fig. 9m de. i Aubet, Chorreras 91, Hig. I, 37 Charreras 1974, 115, Ag. 10, 133, nbn Jones, QDAP 61933), 238 es sicit c ai eeanuass VASOS FENICIOS DE LOS SIGLOS VI-VI EN ESPANA carenada y redondeada, aunque también aparecen bases pequefias y aplanadas, pero no las anchas reentrantes, de las jarras de tipo edntaro de Utica y Mozia. Las pequefias botellas (fiz. 2,19) son recipientes de forma peculiar, con boca estrecha y engrosada hacia afuera 0 hacia adeniro, cuello “hinchada”, cuerpo panzudo y una pequefia asa que se adosa generalmente al cuello, Esta botella aparece en Oceidente en una cerimica determinada, que ya habiamos sefalado como particular en las dnforas del tipo 3, Pero también pueden tener una vulgar superficie sin tratamiento o un revestimiento amarillento'™, Las botellas son conocidas a partir de muchos establecimientos de Occidente's! (en Espaiia también en. el Hinerland') y de Oriente!, En todos los sitios aparecen en muy pequefio ntimero. Pero respecto a esto hay que sefalar que parece se encontraban con més frecuencia en poblados, ya que en les zonas de poblamiento del Vélez y de! Algarrobo han aparecido ya 12 fragmentos de borde y este niimero auumentara figeramente cuando todos los hallazgos hayan sido publicados. ABREVIATURAS. Aimunsear 1983 1M, Pellicer Catan, “Ein altpurisches Graberfld bei Almuiear”, MA 411963058 Hmuagcur 1981 [. Neguersela, "Zur Datirang der westphénizischen Nekropole von Almuiécer" MM 22198121 1ss Amira R. Amira, Ancient Pers of the Holy Land. New Brunswick, N. 5. Auber, Chorreras MEE, Aubet, “Excavaciones en Las Chorreras, Puree 1O(1978)79s5, Bikai 1978 . Maynor Bika, The Porery of Tyre. Warminster. Chasen, Aosta VIUVHL/IX. AL. Cases er a, Mecia V1, VIM, IX. Roma 1970 / 1973 / 1978, Citas, fant 1/12 P. Cintas, Mont d Archéiegie Punigue, Fy H. Paris 1970/1976. ‘Chapman 1972 5, Vitert Chapman, “A Catalogue of Iron Age Pottery, Bervtus 21(1972)55ss, Chorreras 1978 MAE. Aubet- G. MaaseLindemann - H, Schubae, “Corres, un establecimiento fenieio al Ede ta desembocadura del Algarrobo", NMiyp 1979TERSS; i, AF 1611975013755 Chorroras 1980 Maass-Lindermann, Mf 24(1983)76 Jodin, Mogador A Jodin, Mogador. Compioir phencin du Marve atlanique. Tanger 1966, Karageorghis, Salamis IV. Karageorghis, Exoavrions in te Necropolis uf Salamis 1. Nicosia 1970, Laneel, Borsa UI 5. Lancel, Bisa If (Collection de MEcole Francaise de Rome 41). Rome 1979/1982. a4 HG. Niemeyer - H. Sehubar, Trayumar. Die Phontzisclen Kammereraber und die Nedertosung an der Algarrabo Aontung (Stadider Beige 1V). Mainz 19S. BS HG. Niemeyer, ed, Phouzir im Westen (Madrider Belisige VID. Mainz 1982. MMF 6,1 HG. Niemeyer - H. Schubart, Fossunes. Die alipunische Faktoret an der Ande des Ris le Votes (Mladrider Forsehungen 6. Berlin 1969. MF 63 G, Maass- Lindemana, Teacanos, Die wesphinkivele Niederlassug an der Mundung des Rode Ves und dlc inportiene westphiniiscke Grabkeramik des 7.16. hs. v. Chr (Madrider Forsehungen V1, 3). Bertin 1982, Toscans 1971 H. Schubart-G, Maass-Lindemann, “Toseanos. El asentamiente fonicio accidental en a desembocadra del Rio de Vale", NAMisp 18198425 Travamar 1976 H, Schubart - H.G. Niemeyer, Pravamar. Los bipagns fens y ef asentunient en ta desenibacadura dt Rio Algarrobo (EAE. 90). Madrid. Vuillemot 1955 G. Vuillemot, "La Nécropole Punique du Phare dans "le de Rachgun (Oran), Lityou 195SI7-62. Vuillemot (965 G. Vuillemot, Reconnaisonce aus Eohelles Punigues ’Oranie. Autun. 150, Toseunes $971, 1188, Fig. 13, jarvtas 124s, ISI. Necrépotis de Rachgoun: Vuillemot 1965, 69, figs. 18, 17-195 Mersa Madskh: io, 149, fig. 54 (superficial Utes: P Cinta, Karthago 21951), tumba XXXIV “tableau synoptique”s Colozier, Kurthago S(1954)161, fig. 24 Karthago: Cintas, Manuel, tim. 18,85; Moria; Ciasca, Mosia VIL. lim. 19.2, oro di arsione: F. Bovlacgua. eral. Mocie VIL kim. 95, | turnba 32; Malta: Chasea ‘en MB 8, 146, ig. 7c, Cerdefia: Culican, Beryts 1919700, 152. Con seguridad fueron imitadas localmente, como lo demuestran las botelias de Carmona de coceiéa mis fuerte, cuidadosamente brlidas en la superficie y pintadas de rojo azvlado, que se consarvan ahora en la Hispanic Society of America en ‘Nueva York fa. en Culican, Brus 19(1970013, fe. TE. 153. Bikai 1978, kim, 5,9-11, para otros yacimientos ef. Culican, Berytus 191970%8.. Kam. 1A, fig. 1B, 239

También podría gustarte