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16 adernos Historia 16 “ et dais rp uel Turion de La Cuadernos Historia 16 Plan de la Obra 1. La Segunda Repabliea Espaiiola + 2. La Palestina de Jestis« 3. El Califato de Cérdoba + 4, El Siglo de Oro, 1+ 5, El Siglo de Oro, 2 « 6. Faraones y pirimides + 7. La Castilla del Cid + & La Revolueién Indus- trial +9, Felipe II +10, La medicina en la Antigiedad + 11. Los Reyes Catdlicos + 12. La mujer medieval + 13, La Revolucién Francesa, 1+ 14, La Revolucién Francesa, 2 + 15. La Revolucién Francesa, 3+ 16, El Exipto de Ramsés II + 17, La invasion érabe de Espaiia + 18, Los Mayas + 18. Carlos V + 20, La guerra de Ja Independencia, I » La guerra de la Independencia, 2» 22. La Hispania romana + 23. Vida eotidiana en Ja Bdad Media » 24. El Renacimiento + 25. La Revolucion Rusa » 26, Los fenicios + 27. La Mezquita de Cérdoba + 28, La Reforma en Europa + 29. Napoleén Bonaparte, 1 + 30. Napoleén Bonaparte, 2» 31, Los iberos + 32. Recaredo y su época » 33. Los campesinos del siglo XVI » 34. La Inglaterra victoriana + 85. El Neolitico + 36, Los Aztecas + 37. La Inglaterra isabelina + 38, La II Guerra Mundial, 1 + 39. La Il Guerra Mundial, 2 + 40, La II Guerra Mundial, 3 + 41, Tartessos + 42. Los campesinos medievales + 43, Enrique VII +44. La Espaia de José Bonaparte + 45, Altamira + 46.La Unidn Europea * 47, Los re nos de taifas + 48, La Inquisicién en Espana + 49 Vida cotidiana en Roma, 1 + 50, Vida cotidiana en Roma, 2 + 51, La Espaia de Franco + 52, Los Incas + 53, Los eomuneros + 54. La Espaia de Isabel Il Ampurias + 56. Los almoravides + 87. Los viajes de Colén + 58. El eristianismo en Roma + 59. Los pronunciamientos + 60, Carlomagno, 1 + 61. Carlomagno, 2 + 62. La Florencia de los Medicis 63. La Pri- mera Republica Espafola + 64. Los sacerdotes egipcios + 65. Los almohades + 66. La Mesta + 67. La Espaiia de Primo de Rivera » 68. Pericles v su época + 69. El cisma de Avifin + 70. El Reino nazarita * 71. La Espaiia de Carlos Ill + 72. El Egipio ptolemaico + 73. Alfonso XIII y su époea + 74. La flota de Indias + 75, La Alhambra + 76, La Rusia de Pedro el Grande + 77, Mérida + 78. Los Templarios +79, Veliz- quer * 80.La ruta de la seda « 81. La Espaia de Alfonso X el Sabio + $2. La Rusia de Catalina II + 83, Los virreinatos americanos + 84. La agricultura romana + 85. La Generacién del 98 + 86. El fin del mundo comunista + 87. El Camino de Santiago + 88. Descubrimientos y descubridores + 89. Los asirios + 90, La Guerra Civil espafiola + $1. La Hansa + 92. Ciencia musulmana en Espaiia + 93. Luis XIV y su época + 94, Mitosy ritos en Grecia + 95. La Europa de 1848 + 96. La guerra de los Treinta Alios « 97. Los moris- 0s +98, La Inglaterra de Cromwell « 99. La expulsion de los dios + 100. La revolucién informitica. Manuel Tufin de Lara informac ori, SL. Historia 16 ibis Fl 3465 5 ISBN 7 Fassculos ISBN: 8 5 br completa Deposit egal M-31038-1095 | Distribuciin en quioseos: SGEL Suse Historia 16.Calle Rufino Gonzalez, 4 bis rid. Tel. 304 65 omecnica: Amoretti SF. SL SA in: Maviam Spain -Impreso en Espana Historial6 °° 2 LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA Fotocomposiion y resin: Gr Ceuta y Melilla: 27 le transporte Indice G cisseniow | 21 nme 10 consti seins - 25 EiGobierno Aria 15 car OT toga 20 comes | 28 nota ma de un poster con una Z peta » alegoria dela g ‘I Republica (coleccion yy REPUBLICA ESPANOLA Eso S: ie YY Exons, en uno de 1a soberania, » representade ‘R _pigina, titulo Y vor las Cortes Consttuyenten, decrete y san }—pretiminar de a poten oe erg, En a portada, detalle i ae ee ¥ Constitueién de la Y Binosicones ceeeates =f Tr Repbliea, 1981 y £ (segunda pagina de una versién decorativa de la Constitucién, contenida en una polvera) LASEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA /3 \\N\ yd TN Y 3 AN La Segunda Republica Espanola Manuel Tufién de Lara Historiador. Catedratico de Historia Contempordnea. Universidad del Pais Vasco. a crisis de Estado a que lleg6 el sistema institucional inspirado [por Cénovas en el siglo pasado (al incurrir en el grave error de querer borrar, como si no hubieran existido, los siete afios de dictadura de Primo de Rivera) desembocé en un cambio de régimen politico. En efecto, las eleccio- nes municipales convocadas por el Gobierno, que, presidido por el almi- rante Aznar, reunia a los primates del més que quebrantado sistema, se con- virtieron en una especie de referéndum. La aplastante mayoria obtenida en todas las grandes ciudades por las can- didaturas de la conjuncién republi- cano-socialista (que no impidié que fuesen elegidos en toda Espana mas coneejales mondrquicos que republica- nos, ya que el ntimero de concejales no era proporcional al de electores, ni mucho menos) agravé al maximo la crisis. Dos dias después, el 14 de abril de 1931, el comité revolucionario, que actuaba desde el otofio de 1930, se con- vertia en Gobierno provisional de la Segunda Republica y, por estatuto juridico promulgado al dia siguiente, él mismo se autolimitaba y se obligaba a convocar Cortes Constituyentes, La proclamacién de la Republica habja sido una realidad apoyada por multitudes en las grandes ciudades, durante la jornada del citado dia 14 de abril. En Barcelona, el lider del Estat Catalé, Francese Macid, habia procla- mado la Repiiblica catalana, que pedia la creacién de una Confederacion de pueblos ibéricos; sin embargo, el nuevo Gobierno designé gobernadores civiles en aquellas provincias y capitan gene- ral de la region. Alegoria de la It Repiblica en.un poster de la época Tras un viaje a Barcelona del presi- dente del Gobierno, Niceto Alcala Zamora, la tensién se resolvié: se creé la Generalidad de Catalufa, presidida por Macia y encargada de elaborar y someter a referéndum un proyecto de autonomia catalana que seria presen- tado a las Cortes. El Gobierno provisional, al tiempo jue convocaba elecciones a Cortes onstituyentes para el 28 de junio, intentaba atender las cuestiones de urgencia mediante una serie de decre- tos destinados a convertirse en leyes por aprobacién del futuro Parlamento (como asf fue). Los decretos versaron, fundamental- mente, sobre cuestiones de trabajo en el campo, de educacién y del ejército; fue- ron sus autores Francisco Largo Caba- lero, Marcelino Domingo y Manuel Azaiia, ministros, respectivamente, de Trabajo, Instruccién Publica y Ejército. Estos decretos dispusieron la obliga- toriedad para los patronos agricolas de dar trabajo prioritariamente a los bra- ceros domiciliados en el término muni- cipal de la finca; crearon los Jurados Mixtos de Trabajo Rural (medida que acarreé un alza importante de salarios agricolas), extendieron al campo la jor- nada laboral de ocho horas y prohibie- Ton momentaneamente los desahucios de pequefios arrendatarios agricolas. tro decreto, transformado en ley en septiembre, llamado de laboreo for- 2080, oblig6 a los propietarios, so pena de transferir el usufructo de sus tie- rras a los trabajadores, a tenerlas todas cultivadas y bien labradas, segtin los usos y costumbres del lugar. En cambio, un’proyecto de ley de con- trol obrero sobre todas las empresas (muy avanzado para su tiempo), pre- sentado por Largo Caballero, no llegé nunca a las columnas de la oficial LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA /5 Gaceta de la Republica, es decir, que no llegé a promulgarse. Los decretos de Instruccién Publica crearon 6.750 nuevas escuelas y 7.000 nuevos puestos de maestros, cuyos sueldos fueron muy aumentados. Igualmente se crearon bibliotecas y isiones Pedagogicas para la difusin cultural en los medios rurales, y en virtud de la separacién de la Iglesia y el Estado se suprimis la obligatoriedad de la ensenanza de religion en las escuelas. Los decretos de Azafia fueron de diversa naturaleza; uno, del 23 de abril, pedia a todos los generales, jefes y oficiales que jurasen fidelidad al nuevo régimen; otro, promulgado cua- renta y ocho horas mas tarde, brin- daba a cuantos generales, jefes y ofi- ciales lo deseasen, la posibilidad de pedir el retiro y seguir percibiendo el sueldo integro. Respondian ambos decretos no s6lo a_un propésito de juego de caballeros, ofreciendo una salida a los militares cuyas convicciones les impidiesen se- guir sirviendo al Estado; obedecfan también a la necesidad de desconges- tionar un cuerpo de mandos militares muy desproporcionado para las fuer- zas que en realidad se mandaban. Con ello Azana consiguié la salida de casi diez mil jefes y oficiales. Por otros decretos, redujo a ocho divisiones organicas (que sustituian a las anti- guas Capitanias Generales) las 18 que existian hasta entonces, mas sobre el papel que efectivas. Otros deeretos produjeron mayor malestar y tendrian consecuencias; asi, la supresién de la Academia Mili- tar de Zaragoza, que dirigia el general Franco, y la anulacién de todos los ascensos por eleccién 0 por méritos de guerra realizados durante la Dicta- dura (septiembre de 1923-enero de 1930). Crisis antigua Presidido por un ex ministro de la Monarquia, Niceto Aleala Zamora, y formado sobre amplia base (desde la derecha liberal republicana hasta el Partido Socialista, representado por tres ministros, pasando por radicales y una gama de republicanos de izquier- da), este Gobierno republicano, que se constituia al anochecer del 14 de abril, 6/LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA se enfrentaba a una honda crisis de la sociedad espanola. La crisis, tras la derrota colonial de 1898, de los valores establecidos por el bloque de poder se habia hecho mas tarde crisis politica, desacreditando por completo a los partidos del antiguo régimen, e incluso convirtiéndose en crisis de Estado en la coyuntura de 1917 a 1920. El remedio propuesto habia sido la Dictadura de Primo de Rivera en 1923. Su fracaso condujo a una nueva crisis de Estado en los afios 1930-1931. El cambio democratico, la adopeion de una Republica basada en la sobera- nia popular, signifieaba que, por vez primera, las élites politicas emanadas del bloque socialmente dominante cedian sus puestos en los centros de decisién y en las instituciones superio- res a representantes de clases medias de la inielligentzia pequenio-burguesa y de la clase obrera organizada. Aquel Gobierno, y los que le sucedie~ ran, se enfrentaba a una crisis con factores, por un lado, permanentes 0 estructurales y, por otro, momenta- neos 0 coyunturales En grandes lineas, la modernizacin de Espana habia sufrido un considera- ble retraso; era un pais con estructu- ras agrarias muy desiguales y areai- cas; de acumulacidn de capital muy limitada (fundamentalmente por los negocios antillanos en el siglo XIX y la exportacin de minerales al final del mismo, y luego por el boom de 1915- 1920 ai Socaire de la guerra mundial); con una industria que producia s6lo para un mercado interior de débil demanda y que subsistia gracias a la barrera arancelaria mas elevada de Europa, y con una agricultura cerea- lista igualmente protegida y una moderna, periférica, que ya tenia un puesto en los renglones de exportacién. Asi y todo, las industrias basicas y la produccién de energia eléctrica esta- ban en poder de seis grandes grupos financieros con vinculos mutuos entre ellos y con la alta burguesia agraria Juntos constituian una de las oligar- quias mas cerradas de Europa. A este sistema de grandes familias, apoyado en los notables locales de las zonas agrarias, se adaptaba una Igle- sia que identifieaba religién y orden social, y un Ejército empleado con fre- cuencia en servicios de represién que no eran los suyos y del que buena El directorio militar presidido por el general Primo de Rivera (2) junto a Alfonso XIII (1) parte de sus miembros habia tomado una mentalidad de tipo colonial y autoritario tras la guerra de Marrue- cos. A los citados problemas se afiadian otros también muy antiguos. En reali- dad el centralismo de los siglos XVIII XIX no habia hecho sino yuxtaponer normas juridicas y administrativas sobre la diversidad institucional y cul- tural de los antiguos reinos de Espafia, sin lograr auténtica unidad. El atraso econémico y la muy tardia aparicion de un mereado nacional influyeron, sin duda, como factores de disociacién, y en las postrimerias del iglo XIX y comienzos del XX se fue formando lo que puede llamarse una conciencia de nacionalidad histérica, que cristalizé en grupos y actitudes que aspiraban a la autonomia o al autogobierno. Los republicanos legitimaron por adelantado las aspiraciones catalanas LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA/7 en el llamado Pacto de San Sebastian (agosto de 1930). Ese estado de con- ciencia era también muy fuerte en el Pais Vasco, donde se expresaba por una corriente moderada y catdlica. ‘Mas que como cuestién aparte, con- viene afiadir como un elemento que se integra en la totalidad del problema espafol, el evidente atraso educativo, no sélo por los elevados porcentajes de analfabetismo (33 por 100), sino tam- bién ante la ausencia de formacién téc- nica bdsica y superior y de investiga- cion cientifica. Que Espana contase con cientificos eminentes (Ramon y Cajal, Bolivar, Del Rio Hortega, Ted- filo Hernando, Moles o Duperier) no se contradice con la ausencia de investi- gacién organizada. La penuria en educacién y ciencia se revela en las cifras presupuestarias: el apartado de Instruccién Publica no lle- gaba al 8 por 100 de los Presupuestos Generales del Estado; de éstos, el 20 por 100 se destinaba a Ejército y Maring, v el 23 por 100, a pagar inte- reses de la Deuda publica (el endeuda- miento del Estado espaol venia de muchos decenios atras, y no fue este el menor de los problemas que debieron afrontar ministros de Hacienda demé- cratas, como Indalecio Prieto y Josep Carner). Sin duda, 1931 y los afios siguientes no fueron propicios para que la Rept- blica espanola prosperase; aunque la crisis econémica mundial no repercutié a fondo en Espana hasta 1932, la depreciacion de la peseta iniciada en los ultimos anos de la dictadura de Primo de Rivera y el crecimiento del paro forzoso, en pleno ascenso desde la politica deflacionista de Argiielles (ministro de Hacienda del general Berenguer) en 1930, constituyeron un critico panorama que se agravaria con el retorno de emigrantes en los afios sucesivos y con las dificultades de las Pequefas empresas para soportar el aumento de los gastos sociales de produccién (consecuencia del alza de salarios en una economia cuyas explo- taciones pequefias y medias estaban descapitalizadas y la agricultura sin mecanizar). A estos problemas se afiadia la vetustez de los aparatos del Estado espafiol. Porque la crisis institucional, salvada in extremis en 1931, dej6 into- cado todo el cuerpo administrativo del Estado, desde Hacienda hasta las 8/LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA. Secretarfas de Ayuntamiento; todo el cuerpo diplomatico con su particular sentido de clase y, naturalmente, todo el Bjército y las fuerzas de seguridad. Los Gobiernos republicanos cambia- ron las cupulas: ministros y subsecre- tarios, gobernadores civiles, jefaturas de divisiones organicas y altos respon- sables policiales; pero, a veces, ni eso. Las cuipulas se asentaron sobre el personal que siempre integré los apa- ratos de Estado. De esta manera, el bloque socialmente dominante, despla- zado de los centros politicos decisorios (del lamado poder), ejercia poderosi- sima influencia ideoidgica en el funcio- nariado, originario de clases medias. La incidencia de los factores ideol6- gicos y de los estados de animo se hizo patente en la crisis espafiola a partir de 1931. La separacién de la Iglesia y el Estado, que en ocasiones adquirié matices anticlericales, produjo virulen- tas reacciones por parte de un sector de la Iglesia (el integrista, decidido enemigo del régimen democratico) y mucho mas sutiles, aunque no menos efectivas, por parte del sector mode- rado, inspirado directamente por el Vaticano, a través de su secretario de Estado, monsefor Pacelli (que sera Pio ‘XII desde 1939). Por inspiracién vaticana (hoy perfec- tamente documentada en el Archivo Vidal i Barraquer) se cre6, en abril de 1931, un partido (Accién Nacional, que luego cambiaria su nombre por él de Accién Popular), en torno del cual se vertebré, desde 1932, el gran partido de la derecha catélica, la CEDA. En su direccién figuraban propietarios de fin- cas rtisticas, crispados desde los co- mienzos del nuevo régimen contra cual- quier posibilidad de reforma agraria Un hecho real, que pudo producirse con intenciones provocativas 0 no, y que resulté, en efecto, una gigantesca provocacién contra la Republica, fue el incendio de numerosos conventos de Madrid el 11 de mayo de 1931, seguido de otros andlogos, al dia siguiente, en varias ciudades andaluzas y del Pais Valenciano. Cientos de miles de catélicos espa- foles, que dudaban ante el nuevo regi- men, creyeron desde entonces en la equivoca identificacién que la jerar- rufa eclesidstica y los partidos de dere- cha hacian, con evidente ligereza: la defensa de’ la religion es igual a la defensa del orden social. “CONSTITVCION DE LA REPVBLICA g—__XG2kS_ ESPANOLA 2257 tituyentes. y en su nombre ,declaro solemnemente que ¢stas. en iso pi 1a soberania de que estan inves > ° @ tidas. ban deexebado sy. 8 ANCIONAD i] lo signnente: yy 4 ESPAN: AEN “yso DE SV SOBER! ANAY RI PRESENTA % eS, DECKE 4 Portada de la edicién oficial de la Constitucién de la II Repablica, con la fotografia de Julian Besteiro, presidente de las Cortes en 1931 Otros factores ideolégicos y de men- talidad —y no necesariamente la reli- gién— contribuyeron a crear un espi- ritu de crisis y, concretamente, de crisis econémica. s PAPOR LAS CORTES CONS TIT VYE TAY SANCIONA ESTA CONSTITVCIOD Gremio OE 0 te En primer lugar, el inmenso recelo de los poseedores de riqueza y, sobre todo, de quienes manejaban la moneda ante un nuevo régimen basado en la democracia y con participacién del Partido Socialista en el Gobierno. No citamos fuentes demagégicas al refe- rirnos a la crisis de confianza produ- cida por los sucesos conocidos (es decir, la proclamacién de la Republica), sino LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA/ la Memoria del aio 1931 destinada a la Junta General del Banco Espaiol de Crédito. A su vez, el Consejo de Admi- nistracién del Banco de Espana (entonces de propiedad privada) se enfrent6 con la politica financiera de Indalecio Prieto (que era de la mas estricta ortodoxia capitalista) y exigio la moderacién de las reformas sociales, en rara coincidencia de fecha (agosto de 1931) y tono con la Asociacin Nacional de Propietarios de Fincas Rusticas, que eran entonces los mas poderosos terratenientes, alarmados por la posibilidad de una reforma agraria cuyo anteproyecto no estaba perfilado. Lo que podremos seguir llamando con el eufemismo de crisis de con- fianza (que era, en realidad, un reflejo de conflicto de clase asaz’ primario) generd en los primeros meses de la eptiblica una fuga de capitales que, sumada al atesoramiento, ascendié & 1.400 millones de pesetas en agosto de 1931; la carencia de liquidez produjo suspensidn de adelantos del Banco de Espafa al resto de la Banca y de ésta a la industria y comercio, y estuvo a punto de colapsarse todo el ramo de la construccién, que, en su mayoria, dependia del erédito’a corto plazo. 10s reflejos de mentalidades de clase, por uno y otro lado, agravaron la situacién en él campo, donde los en- frentamientos se multiplicaron; con frecuencia, los patronos se negaron a cumplir la ley de laboreo forzoso de las tierras en Andalucia y Extremadura, mientras que en Castilla la Vieja la derecha clasica buscaba su implanta- cién de masas (CEDA, sindicatos cat6- lico-agrarios) y en Navarra dominaba el carlismo. Estos factores ideolégicos y especifi- cos de crisis incidieron sobre el fondo de la gran depresin econémica mun- dial, cuyos efectos fueron importantes en Espafa a partir de 1932 (caida de exportaciones, regreso masivo de emi- grantes, descenso de pedidos a las industrias de cabecera y desempleo). Constitucién y elecciones Las Cortes Constituyentes habian votado una Constitucion, el 9 de diciembre de 1931, segiin la cual todos los poderes emanaban del pueblo y el régimen se definia como Republica de 10/LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA trabajadores de toda clase, que se orga niza en régimen de libertad y justicia. En puridad, esta Constitucién, re- dactada por una comisién parlamenta- ria que presidié el catedratico socia- lista Luis Jiménez de Astia, se inspiré fundamentalmente en las Constitucio- nes alemana y austriaca de 1919 y 1920, respectivamente, y algo también en la checoslovaca de la misma época y en la de México de 1917. La Constitucién contenfa una am- ia declaracién de derechos, separaba la Iglesia del Estado, prohibia el ejerci- cio de la ensefianza ‘a las érdenes reli- giosas y disolvia, sin nombrarla, la Compania de Jes Estos aspectos anticlericales fueron la parte mas controvertida de la Cons- titucion, pues la derecha sociolégica encontré una serie de apoyos popula- res diciendo que defendia la religion contra la izquierda, cuando en reali- dad defendia sus intereses de clase. Algo andlogo ocurrié con las autono- mias regionales, admitidas por la Constitucién, que fueron presentadas como un atentado contra la unidad de Espana. En fin, la Constitucién proclam6 la igualdad de derechos electorales entre las personas de ambos sexos, el div cio vineular y la expropiacién y sociali- zacién de bienes mediante indemniza- cién, En 1932, las Cortes discutieron y votaron el Estatuto de Autonomia de Cataluria y la Ley de Bases de la Re- forma Agraria, no sin vencer una tenaz obstruccién de los grupos parla- mentarios de derechas y de los grupos de presién encabezados por la Union Econémica, que reunia a todas las organizaciones patronales, Azania, jefe del Gobierno formado en diciembre de 1931, consiguioé el voto de esas dos leyes, aprovechando el estado de opi- nidn creado tras el fracaso de un golpe militar de Sanjurjo y otros generales el 10 de agosto de 1935. Antes de que acabara el afo, una ley de cultivos intensivos permitié conce- der el disfrute de tierras por dos aos a los yunteros de Extremadura que tenian aperos y animales, pero que trabajaban las tierras de los grandes propietarios. Las elecciones de noviembre de 1933 dieron la mayoria al centro, represen- tado por el Partido Radical de Leroux, y ala derecha, encabezada por Gil- Gobiernos de la Segunda Republica 14-1V-1931 Presidencia: N. Alealé Zamora (DLR). Estado: A. Leroux (PRR). Gobernacién: M. ‘Maura (DLR). Hacienda: I. Prieto (PSOE). Justicia: F. de los Rios (PSOE). Guerra: M. ‘Azafia (AR). Marina: 8. Casares (ORGA). Obras Publicas-Fomento: A. de Albornoz (PRRS). Economia: L. Nicolau d’Olwer (ARC). Trabajo: F. Largo Caballero (PSOE). Instruccién Publica: M. Domingo (PRRS). Comunicaciones: D. Martinez Barrio (PRR). 15-XI1-1931 Presidencia: M. Azafia (AR). Estado: L. de Zulueta (Ind.). Gobernacién: 8. Casares (ORGA). Hacienda: J. Carner (C. Ind. Justicia: A. de Albornoz (PRRS). Guerra: ‘M. Azafia (AR). Marina: J. Giral (AR). Obras Publicas-Fomento: I. Prieto (PSOE). Agricultura: M. Domingo (PRRS). Trabajo: F. Largo Caballero (PSOE). Instruccion Piblica: F. de los Rios (PSOE). 12-VL-1933 Presidencia: M. Azaiia (AR). Estado: F. de los Rios. Gobernacién: 8. Casares Hacienda: A. Viduales (AR). Justicia: A. de Albornoz. Guerra: M. Azafia. Marina: L. Companys (E.R. de C.). Obras Publicas: Prieto. Agricultura: M. Domingo. Industria xy Comercio: J. Franchy y Roca (PRE). Tra- bajo: F. Largo Caballero (PSOE). Instruc- cién Publica: F. Barnés (PRRS). 12:1X-1933, Presidencia: A. Lerroux (PRR). Estado: C. Sénchez-Albornoz (AR). Gober- nacidn: D. Martinez Barrio (PRR). Hacienda: A. Lara (PRR). Justicia: J. Bote- Ma Asensi (IRS). Guerra: J. Rocha (PRR). Marina: V. Iranzo (Ind.). Obras Pablicas: R. Guerra del Rio (PRR). Agricultura: R. Feeed (PRRS). Industria y Comercia: L. G6mez Paratcha (ORGA). Trabajo: R. Samper (PRR). Instrucci6n Publica: D. Barnés (PRRS). Comunicacioes: M. San- talé (E.R. de C.). 8X-1933 Presidencia: D. Martinez Barrio. Estado: C. Sinehez-Albornoz. Goberna- cién: M. Rico Avelo (Ind). Hacienda: A. Lara (PRR). Justicia: J. Botella Asensi (IRS). Guerra: V. Iranzo (Ind.). Marina: L. Pita Romero (Aut G.). Obras Piibicas: R. Guerra del Rio (PRR). Agricultura: C. del Rio (PP). Industria y Comercio: F. Gordon ‘Ordax (PRRS). Trabajo: C. Pi y Sunyer (ER. de C.). Instruccién Publica: D. Barnés (PRRS). Comunicaciones: E. Palomo (PRRS), 16-X1-1933 Presidencia: A. Lerroux. Estado: L. Pita Romero. Gobernacién: M. Rico Ave- Mo. Hacienda: A. Lara. Justicia: R. Alvarez Valdés (PLD). Guerra: D. Martinez Barrio. Marina: J. J. Rocha. Obras Publi- cas: R. Guerra del Rio. Agricultura: C. del Rio. Industria y Comercio: R. Samper. Tra- bajo: J. Estadella (PRR). Intruccién Publica: J. Pareja Yébenes (PRR). Comu: nicaciones: J. M. Cid (Agr.). 28-1V-1934 Presidencia: R. Samper (PRR). Estado: L. Pita Romero (Ind.). Gobernacion: R. Salazar Alonso (PRR). Hacienda: Marraco (PRR). Justicia: V. Cantos (PRR). Guerra: D. Hidalgo (PRR). Marina: J. J. Rocha (PRR). Obras Pablicas: R. Guerra del Rio (PRR). Agricultura: C. del Rio (Pr.). Industria y Comercio: V. Tranzo (nd.). Trabajo: J. Estadella (PRR). Ins: truccién Publica: F. Villalobos (PLD). Comunicaciones: J. M. Cid (Agr.). 4-X-1934 (reorganizado el 16-XI-1934) Presidencia: A. Lerroux (PRR). Estado: R. Samper (PRR), luego Rocha. Gobernacién: E. Vaquero (PRR). Hacienda: ‘M. Marraco (Prr). Justicia: R. Aizpin (CEDA). Guerra: D. Hidalgo (PRR), luego Lerroux. Marina: J. J. Rocha (PRR). Obras Pablicas: J. M. Cid (Agr.). Agricul- tura: M, Jiménez Fernandez (CEDA). Industria y Comercio: A. Orozco (PRR). Trabajo: J. Oriol Anguerra de Sojo (CEDA). Instruccién Publica: F. Villalobos (PLD), iuego J. Dualde (PLD). Comunica- ciones: C. Jal6n (PRR). Sin cartera: J. Mar- tinez de Velasco (Agr.) y L. Pita Romero dnd.). S-1V-1935 Presidencia: A. Lerroux (PRR). Estado: J. 3. Rocha (PRR). Gobernacién: M. Portela Valladares (Ind.). Hacienda: A. Zabala (PRR). Justicia: V. Cantos (PRR). Guerra: General C. Masquelet. Marina: Vicealmirante J. Salas. Obras Piblicas: R. Guerra del Rio (PRR). Agricultura: J. J. Benayas (PRR). Industria y Comercio: M. LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA 11 Marraco (PRR). Trabajo: E. Vaquero (PRR). Instruccion Publica: R. Prieto Ban- ces (PLD). Comunicaciones: C. Jalon 6-V-1935 Presidencia: A. Lerroux (PRR). Estado: J. J. Rocha (PRR). Gobernacién: M. Portela Valladares (Ind.). Hacienda: J. Chapaprieta (Ind.). Justicia: C. Casa- nueva (CEDA). Guerra: J. M. Gil-Robles (CEDA). Marina: A. Royo Vilanova (Agr.). Obras Pablicas: M. Marraco (PRR). Agri: cultura: N. Velayos (Agr.). Industria y Comercio: R. Aizptin (CEDA). Trabajo: Salm6n (CEDA). Instruccion Publica: Dualde (PLD). Comunicaciones: L. Lucia (CEDA). 21-1K-1935 Presidencia: J. Chapaprieta (Ind. Estado: A. Lerroux (PRR). Gobernacién: J. de Pablo Blanco (PRR). Hacienda: J. Cha- yaprieta. Justicia y Trabajo: F. Salmén (CEDA). Guerra: J. M. Gil-Robles (CEDA). Marina: P, Rahola (Lliga). Obras Piblicas y Comunicaciones: L. Lucia (CEDA). Agri- cultura, Industria y Comercio: J. Martinez de Velasco (Agr.). Instruccién Pitblica: J. J. Rocha (PRR). J. Chapaprieta (Ind.). Estado: J. Martinez de Velasco (Agr.). Gobernacién: J. de Pablo Blanco (PRR). Hacienda: J. Chapaprieta. Justicia y Tra. bajo: F. Salmén (CEDA). Guerra: J. ML Gil- Robles (CEDA). Marina: Rahola (Lliga). Obras Publicas y Comunicaciones: L. Lucia. (CEDA). Agricultura, Industria y Comercio: J. J. Benayas (PRR). Instruccién Publica: L. Bardaji (PRR). 15-XI1-1935 Presidencia: M. Portela Valladares. Estado: J. Martinez de Velasco. Goberna- cin: M. Portela Valladares. Hacienda: J. Chapaprieta. Justicia: Garcia Argiielles. Guerra: General Molero. Marina: Viceal- mirante J. Salas. Obras Publicas: C. del Rio. Agricultura, Industria y Comercio: J. de Pablo Blanco. Trabajo: A. Martinez (PLD). Instruccién Publica: M. Becerra (PRR). Sin cartera: P. Rahola (Liga). 81-XII-1935 Presidencia: M. Portela Valladares. Estado: J. Urzaiz. Gobernacién: M. Portela Valladares. Hacienda: M. Rico Avello. 12/LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA Justicia: M. Becerra. Guerra: General ‘Molero. Marina: Vicealmirante Azarola. Obras Pablicas: C. del Rio. Agricultura, Industria y Comercio: J. M. Alvarez Mendi- aball (Rad. Dis.). Trabajo: M. Becerra (en un solo Ministerio). Instruccién Publica: F. ‘Villalobos (PLD). 19-11-1936 Presideneia: M. Azafia (IR). Estado: A. Barcia (IR). Gobernacion: A. Salvador (IR). Hacienda: G. Franco (IR). Justicia: A. Lara (UR). Guerra: General C. Masquelet. Marina: J. Giral (IR). Obras Piblicas: 8. Casares (IR). Agricultura: M. Ruiz-Funes QR). Industria y Comercio: P. Alvarez-Buy- Ma (UR). Trabajo: E. Ramos (IR). Instruc- cién Pablica: M. Domingo (IR). Comunica- ciones: M. Blasco Garz6n (UR). 12-V-1936 Presidencia: S. Casares Quiroga (IR). Estado: A. Barcia (IR). Gobernacion: J. ‘Moles (Ind. de Izq.). Hacienda: E. Ramos GR). Justicia: M. Blasco Garzén (UR). Guerra: 8. Casares Quiroga. Marina: J. Giral (IR). Obras Pablicas: A. Velao (IR). Agricultura: M. Ruiz-Funes (IR). Indus- tria y Comercio: P. Alvarez-Buylla (UR). Trabajo: L. Liuhi y Valleseé (E. R. de Cat). Instruccién Publica: F. Barnés (IR). Comunicaciones: B. Giner de los Rios UR). Explicacién de las siglas: DLR = Derecha Liberal Republicana. PRR = Partido Republicano Radical. PSOE = Partido Socialista Obrero Espatol. AR = Accién Republicana. ORGA = Organizacién Republicana Gallega Autonoma, PRRS = Partido Republicano Radical- ‘Socialista. E.R. deC. = Esquerra Republicana de Cataluha. PRF = Partido Republicano Federal. IRS = Izquierda Radical-Socialista, PLD = Partido Liberal Demécrata. Agr. = Agrarios. CEDA = Confederacién Espafola de Derechas Auténomas, Ind. = Independiente. PP = Partido Progresista (de Alcald-Zamora, tras disolverse la DLR). ©.Ind. = Catalan Independiente. IR = lequierda Republicana. UR = Union Republicana, Liga = Liga de Cataluna, LONSTITUCION DE LA REPUBLICA ESPAN OLA PROMULGADA-POR-LAS ‘ORTES-CONSTITUYENTE: EN: MADRID. EL‘ANO jerda: una de las portadas de la Constitucién de 1931, con los colores de la bandera republicana; arriba, portada de Ia Constitueién de la polvera. Abajo: la bandera adoptada por la II Republica LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA /13 Robles (Confederacién Espafiola de Derechas Auténomas, CEDA). Duran- te nueve meses hubo Gobiernos radica- les presionados parlamentariamente por la derecha, de cuyo voto depen- dian. La situacién se puso mas tensa; en el campo, la patronal agraria pas6 a la ofensiva contra los trabajadores sindi- dos, rebajando, de hecho, los sala- El Parlamento de Catalufa vot6 ri una ley de cultivos que, a peticion del Gobierno, declaré inconstitucional el Tribunal de Garantias Constituciona- es, Esta ofensiva, a la vez. social (la ley favorecia a los arrendatarios pobres) y contra la autonomia, fue acompanada de medidas de Hacienda (una desgra- vacidn de vinos) que los vascos con: deraron lesiva para los conciertos eco- némicos, credndose, en el verano de 1934, un frente antigubernamental en el Pais Vasco, que iba desde los nacio- nalistas hasta los socialistas. El Partido Sociaista —que no habia perdido votos, pero si la mitad de los diputados, a causa de la desunién elec: toral de la izquierda y de la ley electo- 14/LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA He = ral, que primaba a la mayorfa— reac- cioné con una radicalizacién que en parte se explicaba también por el clima politico europeo. Hitler, que habia subido al poder en enero de 1933, se deshacia de quienes podian estorbarle y afianzaba su dicta- dura tras el 30 de junio de 1934; en febrero del mismo afio, el canciller cristiano-populista de Austria, Doll- fu: politica muchos vefan empa- rentada con la de Gil-Robles), deshacia a cafionazos los barrios populares del municipio socialista de Viena e implantaba un autoritarismo antimar- xista En Espaia, el Partido Socialista pa- recié optar por una lucha frontal contra el peligro de que el Estado a posiciones mas o menos fascistas; aunque estimulé una Alianza Obrera (s6lo efectiva en Asturias), preparé una insurreccién armada, apoyada en la huelga general, como respuesta a la entrada de tres ministros de la CEDA en el Gobierno de Lerroux el 4 de octu- bre de 1934. La revolucién sélo triunfé en Astu- rias (alli se formaron érganos unita- Izquierda, tropas gubernamentales en Barcelona, durante la revolucién de octubre de 1934; derecha: miembros del Gobierno de la Generalitat, con el presidente Companys, encarcelados en el penal de El Puerto de Santa Maria rios del movimiento constituidos por socialistas anarcosindicalistas y comu- nistas). Durd dos semanas, siendo al fin vencida por tropas del Tercio y de Regulares, que el general Franco, a quien el Gobierno confié la lucha con- tra el levantamiento, hizo venir de Ma- rruecos. En el resto del pais, los obreros dominaron durante varios dias en la zona minera de Vizcaya y en algunas localidades aisladas. En Madrid, la huelga fue total, pero fracasé el asalto armado al poder encomendado a las Milicias Socialistas por un comité que dirigia Largo Caballero, Al mismo tiempo, pero sin coordina- cién previa con los socialistas, el Gobierno auténomo de Cataluia, pre- sidido por el Companys, se alzo en defensa de la democracia y contra el fascismo. Sin el apoyo de la CN’ Gobierno se rindié a los dos dias Ejército a las 6rdenes del poder cen- tral. Una Republica de centro-derecha El Gobierno de centro-derecha presi- dido por Lerroux, al que meses des- pués se incorporaria Gil-Robles como ministro de la Guerra, reprimié con dureza la revolucién fallida de octubre; se encarcelé a mas de 30.000 personas, se expuls6 de su trabajo a muchas mas y se prohibieron las actividades y la prensa socialistas y comunistas. El Gobierno de lo que hoy se Hama en términos habituales el bienio negro se dedie6 a deshacer la obra legislativa del primero, tal como lo pedia la dere- cha; se derogaron los decretos sobre el campo, se suspendié la aplicacién, ape- nas iniciada, de la reforma agraria y se votd, en agosto de 1935, una verda- dera ley de contrarreforma agraria. Quedé en suspenso el Estatuto cata- lan (Gil-Robles y la CEDA querian derogarlo) y Catalua fue adminis- LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA/15 trada por un gobernador general nom- brado por el Gobierno central; también se bloqued en las Cortes todo intento de discusién del Estatuto del Pais Vasco, que habia sido aprobado por referéndum en noviembre de 1933. Los altos mandos del Ejército reca- yeron en militares nada afectos a la democracia; subsecretario de Guerra fue el general Fanjul, que se habia destacado en las Cortes por su viru- lenta hostilidad al régimen; para jefe del Estado Mayor Central se designé al general Francisco Franco. El ano 1935 no fue, sin embargo, nada favorable a las derechas, aunque tuviera en sus manos la mayoria del Gobierno (de los trece ministros del gabinete formado en mayo, sdlo tres eran republicanos el 12 de abril de 1931). La represién acarre6, en contra- partida, vivas corrientes de simpatia hacia los presos y perseguidos politi- cos, manifiestas en las campanas por evitar que Gonzalez Pena y otros mili- tantes asturianos fueran fusilado: como el sargento Vazquez Los partidos obreros y republicanos, los sindieatos y las organizaciones juveniles se plasmaron en un érgano de unidad, el Comité de Ayuda, prefi- guracién del Frente Popular. Hay razones para decir que las for- mas pragmaticas de lo que se llam6 unidad obrera y unidad antifascista fueron de muy diverso corte y anterio- res a las formulaciones y textos de la Internacional Comunisia (mas vaci- lante sobre el tema de lo que suele creerse); por el contrario, coincidieron en el tiempo con las elecciones munici- pales de mayo en Francia y la concen- tracion popular del 14 de julio en Paris, punto definitivo de partida del Frente Popular francés. En este clima de reduccién del con- senso que respaldaba al Gobierno, un eseandalo de soborno —el llamado straperlo, ruleta inventada por un aventurero internacional— en el que resultaron implicados altos cargos del Partido Radical, incluso el hijo adop- tivo del jefe del Gobierno, dio al traste con la mayoria radical-cedista, Durante el otoio de 1935, dos Go- biernos presididos por el antiguo ministro monarquico y experto en Hacienda Joaquin Chaparieta subsis- tieron dificilmente; Chapaprieta dej6 el Gobierno cuando Gil-Robles y la CEDA le negaron su apoyo. 16/ LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA ELECCIONES 28-1V-1931 Comunistas (PCE) Socialistas (PSOE) Radicales-socialistas (PRS) BI ier cts cen Accién Republicana (AC) Un Gobierno de centro presidido por Portela Valladares (también del anti- guo régimen, aunque como ministro de la Gobernacién se hubiera labrado la reputacién de resistir a las presiones de Lerroux y Gil-Robles) duré sélo quince dias, porque la CEDA queria actuar indirectamente sobre él Era el 31 de diciembre, y nadie sabia entonces que Fanjul y Goded habian propuesto un golpe de fuerza el 11 de diciembre, al cesar Gil-Robles como ministro, con la aquiescencia de éste, que se quedé una noche en vela esperando; pero el general Franco pens6 que la situacién no estaba madura. Por el contrario, el presidente Alcala Zamora dio el decreto de disolu- cion de Cortes a un nuevo Gobierno Portela, mas vinculado al jefe del Estado, que convocs elecciones legisla- tivas para el 16 de febrero. Ante el imperativo de formar unas candidaturas, en enero de 1936 nacié de manera formal el Frente Popular, con un programa en apariencia modesto: aplicar las leyes del primer bienio, es decir, la reforma agraria, las PARLAMENTARIAS EN ESPANA (1931-36) Unién Republicana (UR) Pequeiios partidos republicanos de centro ORGA Radieales (PRR) 55 Escaiios Agrarios (desde 1933, __. Partido Agrario) Confederacién Espaiola L de Derechas Auténomas (CEDA) Monairquicos (Renovacién 'spaiiola y Tradicionalistas) Otros 6,3 Porcentaje sobre el total de escanos Griifico de los resultados electorales ena II Repiblica, 1931-36. Enel interior de los semicirculos, el mimero de eseaios; en el exterior, los porcentajes sobre el total de escaiios autonomias regionales, la extensién de la educacién y, como cuestién previa e insoslayable, la amnistia de todos los presos politicos y la vuelta a sus pues- tos de trabajo de todos los represalia- dos por la patronal tras la huelga general de 1934. En apariencia, decimos, era un pro- grama moderado y de compromisos (los socialistas accedieron a que se suprimiera de él la nacionalizacién de la Banca), pero con un potencial de transformacién legal revolucionaria de primer orden. Aplicar ei programa del Frente Popular podia significar tanto como volver a la imagen democratica que ilusioné a las mayorias en 1931- 1932, pero en una coyuntura mas drama- tica, cuando ya se sabia que la otra opeién era el fascismo; cuando ya los militantes obreros eran decapitados con hacha en la Alemania de Hitler, donde también existia ya el siniestro campo de Dachau; cuando las fuerzas fascistas de Mussolini habfan ocupado Etiopia Lo que suele Hamarse la derecha espanola, es decir, el bloque socioeco- nomico dominante y las capas sobre quienes influia ideolégicamente, no habia variado en nada su imagen de Espana ni su proyecto sobre la misma. En nombre de /a salvacidn de la Patria ya habian pactado con Mussolini los representantes de la extrema derecha (Tradicionalismo y Renovacién Espa- hola, acompanados del general Barre- ra), a fin de recibir armas, dinero y for- macién militar para derribar a la democracia espanola. Dinero recibia también Falange Espanola, organizacién mimética de fascismos extranjeros, ayuda ésta que hoy ha sido completamente documen- tada. Incluso el sector juvenil del populismo cristiano de Gil-Robles, las raventudes de Accién Popular, procla- maba en los medios de comunicacién LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA /17 un antimarxismo excluyente: O ellos nosotros; o Espara o la anti-Espana. En puridad, nadie en Espana habia asimilado los minimos elementos en que reposa la idea de democracia, la formacién de la roussoniana voluntad general. Se ha hablado de bipolariza- Cién; en cierto modo, se fue hacia ella, pero no totalmente; no puede olvidarse gue la izquierda popular y obrera tenia los grandes ramas, la socialista y la anarcosindicalista 0 libertaria, y otra mas pequena, la comunista. Que en Cataluna y Pais Vasco habia grandes partidos nacionalistas de tipo radical popular en uno, y democratacristiano en otro; que la derecha contaba con el accidentalismo populista de Gil- Robles, el integrismo del Bloque Nacional (formado por Renovacion Espafola y los tradicionalistas, con Calvo Sotelo a la cabeza) y el sector falangista, que actuaba por su cuenta. Habja también una derecha catalana, la Lliga, que no proyectaba una gue- rra, aunque luego algunos de sus diri- gentes cumplieran, cuando vino el aso, los més feos papeles en ella. Decimos, en resumen, que no habia una total bipolarizacién de fuerzas politicas en Espana y que, de haberla, podia haber transitado por el camino de la alternancia si se tratase de una sociedad moderna. Pero la Espana de 1936 era todavia una sociedad arcaica, en la que agricultura mesetaria ¢ industria subsistian gracias a los aranceles més elevados de Europa, en que la Monarquia, la Democracia, la Dictadura e incluso el Liberalismo no habian sido mas que armas arrojadi- zas. La siniestra proposicién de Angel Ganivet, idedlogo tan brillante como reaccionario, a finales del XIX, de arrojar un millon de espanoles a los lobos (y entonces sdlo eran 18 millo- nes) parecia cosa adoptada por cual- quier espanol, sin medir sus conse- cuencias. Resultarfa ocioso repetir que la transformacién del adversario politico en enemigo de la nacién al que es pre- ciso marginar o liquidar formaba parte de las concepciones fascistas que, cons- cientemente aceptadas por Falange de las JONS, ganaron mas o menos frag- mentariamente a otros politicos y gru- pos de la derecha, con Calvo Soleto en cabeza. Estos se expresaron en la revista Accién Espanola y condiciona- 18/ LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA, ron, aunque de manera menos cons- ciente, actitudes de la CEDA en cuya direccién pesaba mucho la gran patro- nal agraria. Forzosamente, la idea de conyertir al adversario en’enemigo y eliminarlo encajaba bien en un ejército, porque los ejércitos suelen estar hechos para eso con el objeto de defender el pais; pero cuando la defensa de éste se con funde con la anulacién politica, moral y a veces fisica de mas de la mitad de los habitantes de ese mismo pais, se esta al borde de la hecatombe. Y asi se estaba ya en Espafia cuando se abrieron los comicios electorales el 16 de febrero de 1936, a pesar de que en la campana electoral no hubo gra- ves incidentes, y todo se redujo al tre- mendismo verbal de Calvo Sotelo por la contrarrevolucién y de Largo Caba- lero por la revolucién. Desde 1931, la Iglesia habia con nuado su doble juego de tener un sec- tor relativamente conciliador, repre- sentado por el nuncio y por Accién Catélica, con la estrategia de penetrar en las instituciones republicanas para salvar la religion y el orden social; el otro sector, integrista (a cuya cabeza estaba en 1931 el primado Pedro Segura, a quien Roma tuvo que sacrifi- car cuando se comprobé documental- mente que queria sacar de Espaiia los bienes de la Iglesia y venderlos contra titulos de valor extianjeros), confiaba en el cuarteamiento progresivo de las instituciones republicanas; no valia la pena pactar con ellas porque acaba- rian desplomandose. El representante mas licido y honesto de la primera tendencia fue el arzobispo de Tarragona, Vidal i Ba- rraquer, quien desde su solio de la Conferencia Episcopal dirigié practica- mente la Iglesia espafiola durante el primer bienio; en 1934 paso a segundo plano, pues fue nombrado arzobispo primado de Toledo (para sustituir a Segura) el prelado Enrique Goma ‘Niel nombramiento de un ministro espanol, Pita Romero, como embajador permanente en el Vaticano en 1934, ni la carta de los arzobispos Vidal i Barraquer e Illundain a Pacelli, el 20 de noviembre de 1934, consiguieron variar la linea de conducta vaticana, ya influida por el sector integrista, En enero de 1935, una decisién de la Con- gregacion de Asuntos Extraordinarios con el Vaticano cerré el paso a todo Falangistas, brazo en alto, saludan el paso del féretro de Calvo Sotelo en el cementerio de La Almudena de Madrid posible acuerdo concordatario con la Republica espafiola (a pesar de que ésta, de hecho, no estaba aplicando la Ley de Congregaciones promulgada en 1933). La verdad era que al V bastaba un Gobierno de der éste admitia la alternancia; el Vati- cano necesitaba la muerte de la Repui- blica espafola y su sustitucién por un régimen autoritario sin peligros de cambio. Cuando en enero de 1936 los diri- gentes del Partido Nacionalista Vasco acudieron a Roma, no los recibié Pace- lli, sino el cardenal Pizzardo, que les dijo: Ya sé que son ustedes catélicos. Pues bien, spor qué no se unen con la CEDA? Porque les repito que de estas elecciones depende que Espana sea la de Cristo o la de Lenin Durante el bienio rectificador, la situacién internacional de Espana fue bastante ambigua; por el lado mas ofi- cial (el de los ministros de Estado Pita Romero y Rocha) seguian buenas rela- ciones con Francia, y se firmé un tra- tado de comercio ¢on una cldusula (seereta) en la que se estipulaba la venta de armas francesas al Gobierno espaiiol. Pero, por otro, los medio: influyentes de la CEDA estaban en contacto con los industriales alemanes (Krupp) para obtener la compra de armas por el Estado espanol Las relaciones auténticas con el Gobierno de Hitler fueron muy estre- chas durante los aiios 1934 y marzo de este ano, el Gobierno de ra cales y cedistas expres6 al Gobierno aleman sus propésitos de establecer un intercambio entre la Gestapo y la Poli- cia espafiola; en septiembre del mismo ano se Hlego ‘a un acuerdo de principio entre Gil-Robles y un agente confiden- cial de Alemania, el barén Rolland, para intercambio de noticias militares y policiales Sin embargo, y contra lo que suele creerse, estos intercambios prospera- ron poco o nada; la evolucién de la politica espafiola enfrié las relaciones entre los dos C Nada se sabe de los contactos que al parecer hubo, hasta febrero de 1936, entre la Abwehr hitleriana y la Direccién General de Seguridad. Las relaciones con Italia se caracte- rizaron por la debilidad de los Gobier- nos esparioles del bienio, que se nega- ron_(principalmente Lerroux_ Gil-Robles en el Ministerio de la Gue rra) a la fortificacion de Baleares, LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA /19 asunto en el que insistia en vano Alcalé Zamora y también el embajador francés, Herbette. Mientras tanto, Italia —con Ciano e Italo Balbo en primer lugar— seguia un doble juego y ayudaba con armas, dinero, eteétera, a derribar la demo- cracia espanola, pactando, en 1934, con Goicoechea y'los tradicionalistas, y més tarde, ya en la primavera de Cronologia 1930 28 de enero: Destitucién de Primo de Rivera. El general Berenguer encargado de formar gobierno. 17 de agosto: Firma del Pacto de San Sebastian entre diversos grupos no mondr- quicos de oposicion. 10 de octubre: El PSOE se une al Comité Revolucionario. 12 de diciembre: Sublevacién de Jaca. Los oficiales Galan y Garcia Hernandez proclaman la Reptiblica, 14 de diciembre: Galén y Garcia Her- néndez son fusilados segtin la sentencia de un consejo de guerra sumartsimo. En Madrid son detenidos varios miembros del Comité Revolucionario. 15 de diciembre: Sublevacion ana fracasada en el aerddromo de Vientos (Madrid). 1931 10 de febrero: Manifiesto de la Agrupa- cidn al Servicio de la Republica firmado por Gregorio Marafién, José Ortega y Gas- ‘set y Ramén Pérez de Ayala. i4 de febrero: Dimite el Gobierno Berenguer. 18 de febrero: Aznar preside el nuevo gabinete. 20 de marzo: Fundacion en Barcelona de Esquerra Republicana de Catalunya, presidida por F. Macid. 12 de abril: Elecciones municipales. Vie- toria de las eandidaturas republicanas en las ciudadles y capitales de provincia. 14 de abril: Formacidn de’ un Gobierno provisional republicano. Expatriacion del rey. Proclamacién de la Repiiblica en Madrid. En Barcelona, Macid proclama la Repiiblica Catalana. 15 de abril: Niceto Alcalé Zamora, pre- sidente del Gobierno provisional. 6 de mayo: Se constituye una subcomi- si6n juridica asesora, presidida por Ossorio y, Gallardo, para redactar un proyecto de Constitucién. ubli- "watro 20/LA SEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA 1936, con Calvo Sotelo, Rodezno y el inevitable Goicoechea, segin ha que- dado hoy documentado por Sainz Rodriguez (intermediario para el pacto de 1936) y Angel Vinas en sus investi- gaciones. Poco parecia saber de esa ambigiie- dad el Gobierno radical-cedista, que si votaba en la SDN las sanciones e Ita- lia por su agresién a Etiopia, procu- Dos figuras clave en la II Repiiblica. ‘Abajo, Manuel Azaiia; derecha, N. Alcala Zamora, (acuarelas de F. Ortega) 7 de mayo: Pastoral antirrepublicana del arzobispo de Toledo y primado de Espana, cardenal Segura. 10-11 de mayo: Disturbios ¢ incendio de edificios religiosos en Madrid, Valencia y otras ciudades. 30 de mayo: FI Vaticano niega el placet al embajador Zulueta. 8 de junio: Convocatoria de elecciones para las Cortes Constituyentes. 12-15 de junio: El cardenal Segura, obligado por el Gobierno a abandonar el 8. Perl4 de junio: Presentacién del Estatuto de Estella, anteproyecto de Estatuto de Autonomta para el Pais Vasco y Navarra. 16 de junio: Decretos de Azana sobre reformas én el Ejército. 28 de junio: Elecciones generales a Cor- iyentes, 29 de junio: Azafia, ministro de la Gue- ra, decreta el cierre de la Academia Mili- tar de Zaragoza por considerarla antirre- publicana. raba ausentarse de Ginebra cuando eran aplicadas dichas sanciones. Elecciones En las elecciones de febrero de 1936, para 473 puestos a elegir se presentaron 977 candidatos. En 31 cireunscripciones, la lucha era fron- 4 de julio: Huelga de Telefénica (CNT). 14 de julio: Apertura de las Cortes. La Subcomision Juridica Asesora entrega el proyecto constitucional. Bestetro, presidente de la Camara, 20-27 de jul marcial en Sevilla. 28 de julio: Se designa una comision parlamentaria de 21 miembros, presidida por Jiménez de Astia, para redactar un pro- ‘yecto de Constitucién. 2 de agosto: Plebiscito en Cataluaa, favorable al Estatuto de Nuria, 27 de agosto: Comienza ia discusion del proyecto constitucional. de septiembre: Los catalanes entre- gan a Alcala Zamora el proyecto de Esta- “tuto de Autonomia. 9-15 de octubre: Debate sobre el articu- lo 26 de la Constitucion, que provoca la inasistencia total y parcial de aquellos diputados que se sienten ofendidos en sus creencias catolicas. Dimiten Alealé Zamora y Miguel Maura. Azana es nombrado jefe ‘del Gobierno, 20 de octubre: Ley de Defensa de la Republica. 14 de noviembre: Aparece el primer ntimero de Mundo Obrero, drgano oficial del PCE. 19 de noviembre: Alfonso XIII es juz- gado y condenado in absentia por las Cor- tes. 9 de diciembre: Las Cortes aprueban la Constitucidn por 368 votos favorables, 89 ‘ausencias y ningtin voto en contra 12 de diciembre: Niceto Alcala Zamora es elegido presidente de la Republica y Azafia es confirmado como jefe del Gobierno, 15 de diciembre: Publicacién del pri- mer numero de Accién Expativla (M. de Quintanar, Vegas Latapié, Maeztu) : Huelga general y ley 1982 1 de enero: Asesinato de guardias civi- les en Castilblanco. 5 de enero: Choque de obreros con la Guardia Civil en Arnedo. 20-27 de enero: Levantamiento en la cuenca del Llobregat. Huelgas generales patrocinadas por la CNT. Aprobacién de la tal; por un lado, la derecha, desde agrarios y cedistas hasta monarquicos del Bloque Nacional y tradicionalistas (es decir, carlistas). Todos salvo Falange, con la que no habian podido pactar. Enfrente, la candidatura presentada por el Frente Popular; este fue el caso de Madrid, Barcelona (donde el Frente se llamaba Front d’Esquerres) y el Ley de Divorcio. Secularizacién de los cementerios. 24 de enero: Disolucién de la Compa- ta de Jestis y confiscacién de sus bienes. Abri: Isidro Gomd es nombrado arzo- bispo de Toledo. ‘Abril-mayo: Importaciones de trigo ordenadas por Marcelino Domingo. 6 de mayo: Comienza el debate en Cor- tes del Estatuto catalan. 28 de julio: Ley de Orden Publico. 10 de agosto: Sublevacién fracasada del general Sanjurjo en Sevilla y de algu- nos generales mondrquicos en Madrid. 9 de septiembre: Las Cortes aprueban el Estatuto de Cataluna, 15 de septiembre: Las Cortes aprueban la Ley de Reforma Agraria. 1933 Enero: Motines anarquistas en Cata- lua y en Casas Viejas (Cadiz). La brutal LASEGUNDA REPUBLICA ESPANOLA /21

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