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José Luis Rénique LA BATALLA POR PUNO: VIOLENCIA Y DEMOCRACIA EN LA SIERRA SUR Ja distancia, la polftca peruana pareciera reducirse ala violenta con- A frontaci6n entre el establishment y la insurgencia desatada por Sen- dero Luminoso Confrontacién que serfa particularmente grave en Jas dreas rurales serranas, donde 1a existencia de una antigua tradicién de explotacién e myusticia exphicarfa la sumpatfa de los campesinos por el senderismo Sigutendo con esta légica, provincia tras provincia habrfan1do sucumbiendo a la dinémica de una guerra crvil no-declarada Una visi6n mds atenta, sin embargo, permite apreciar la compleyidad del escenario serrano Un escenario donde a la confrontacién entre Las clases sociales bdsicas 0 entre los campesinos y el Estado se afiaden otras dimensiones (regionales, éticas, culturales, partidarias) que dan lugar a visiones y dindmicas altemmativas El propésito de este artfculo es contnibuir a comprender de manera més precisa estas multiples dimensiones El andlisis de 1a evolucién politica y social de 1a sierra peruana ha sido, en los tltimos afios, materia de diversos estudios La mayorfa de los autores coinciden en la utilidad de analizar las dindmicas regionales en la perspec- tava de comprender el conjunto El presente artfculo se apoya en esa lfnea de mvestigacién, con el propésito de explorar una de las din4micas regionales que asume el conflicto polftico-militar que tiene lugar en la sierra de nuestro pafs En este caso, nuestra atencién se centra en Puno, particularmente en las 4reas ganaderas del norte del departamento, esce- nario principal de los conflictos a que nos hemos referido Ifneas arnba Un primer objetrvo aqui es reconstruir la dindmica de Ja confrontaci6n en curso, identificando a sus protagonistas, sus métodos, el impacto de sus acciones Para tal efecto es preciso delinear el contexto configurado por la interacci6n de tres procesos paralelos que, por lo menos desde 1980, se constituyen en los fenémenos principales de la polftica regional punefia DEBATE AGRARIO / 10 83 la instauraci6n del sistema democrdtico, el movimiento campesino y la insurgencia sendenista! HACIENDAS Y COMUNIDADES Diversos estudios delinean el proceso econémico de Puno durante el siglo XX? Estos subrayan el rol de la exportaci6n lanera en vincular al depar- tamento con la economfa internacional asf como en moldear las estructuras regionales Como resultado de este tipo de crecimiento, el conflicto entre hactendas y comunidades subsiste, aun hasta fines de siglo, como el problema social fundamental de la regidn punefia La expansién de Ja gran propiedad de principios de siglo conllevé el arnnconamento de las comunidades Estas quedaron confinadas a las terras marginales Simulténeamente, se reproducfa la subordinaci6n étn1- ca ejercida sobre sus pobladores desde tempos colomales Control de los vinculos con el mercado extemo y monopohio de la representaci6n politica ante el gobierno central se convirtieron en los pilares de un sistema de dominacién regional hegemonizado por los terratemientes y sus redes chientelares A la vez que garantuizaba el control gubernamental sobre Puno, este ordenamiento provefa a los hacendados con el respaldo que requerfan para consolidar su dommacién A lo largo del siglo Puno serfa un drea remota del sistema polftico, tangencialmente tocada por la relativa moder- mizaci6n que, desde la costa, uradiaba al resto del terrtorio nacional A fines de la década del 50, técnicos de diversos organismos intemacio- nales sostenfan que el departamento de Puno se encontraba entre las dreas més atrasadas del mundo A esta conclusi6n Ilegaban al comprobar su es- tancamiento productivo, la vulnerabilidad de su economfa agropecuania frente a los penddicos desastres naturales, asf como su aislamiento del “mundo exterior” El alto grado de concentraci6n de la propiedad rural que prevalecfa en Puno hacfa suponer las resistencias que encontrarfa cualquier 1 En la redacci6n del presente aruculo me he beneficiado de las ideas y opmiones de Deborah Poole, Femando Eguren y Mana Luisa de la Rocha Mi agradecimiento a todos ellos particularmente Mana Luisa dela Rocha quien puso am dispostcion la mayor parte de fa mnformacién documenta aqu{ uuhzada El presente aruculo fue escrito en noviembre de 1990 como contnbucion a la conferencia ‘ Violencia y Democracia en Colombia y Peru celebrada en la Universidad de Columbia (Nueva York, EE UU )a fines del afio pasado La informacion basica aqui utilizada fue, recopilada en sucesivos viajes al departamento de Puno entre los affos 1986 y 1988 Su publicacién en Lima obedece al hecho que segun los editores de Debate Agrario a pesar de Ja distancia ~del autor respecto a Puno- ef articulo puede contnbuir al debate sobre la situacién que se vive en Ia sierra del Peru Agradezco su interés y espero tengan razon 2 Véase al respecto Burca, Manuel Lanas y capital mercantil en el Peru Lima Insututo de Estudios Peruanos 1981 Flores Gatinoo Alberto Arequipa y el sur andino (siglos XVIII XX) Lama Editonal Honzonte 1977 Cuapm IAzen Dan The Awakening of Puno Govemment Policy and the Indian Ph D dissertation, y TAMAYO HeareRA Jose Historiasocial e indigentsmo enel Aluplano Lama Ediciones Tremtaitres 1982 3 Dew, Edward Politics in the Altiplano (The Dynamucs of Change m Rural Peru) Austin Texas, The University of Texas Press 1969 p 50 84 plan de desarrollo que contemplara algtin grado de redistnbucién de 1a terra Hacia mediados de siglo, el latifundio punefio précticamente languide- cfa Bajo la élite terratemente surgfa una red de comerciantes locales y fordneos que mantenfa fluidos vinculos con pueblos y caserfos, con cuyos pobladores compartfan objeciones contra la gran propicdad Puno no era ya la gran hacienda de comienzos de siglo Tampoco el Peri era el pafs de los uempos del apogeo oligdrquico En 1963 la reforma agrania serfa el tema central de una campafia electoral que se distingui6 por la irrupci6n de partidos reformistas (Acci6n Popular [AP] y la Democracia Cristiana [DC}) que buscarfan representar a las emergentes fuerzas modernizantes del interior del pafs Aunque las giandes masas campesinas no votarfan hasta 1980, el voto rural y urbano serrano comenzaba a ganar importancia En torno a la ciudad de Juliaca, emporio comercial del departamento, la cmergente burguesfa mercantil produjo una corriente campesinista -el “cacersmo’— que lograna organizar decenas de sindicatos campesinos y promoverfa la inscripcién de clectores rurales Sus representantes lograrfan acceder al Parlamento y controlar varios municipios La presién de este sector se refleyarfa en cambios tales como la creaci6n de la Corporacién de Desarrollo de Puno (CORPUNO), que iniciaria diversos proyectos urbanos y turales encaminados a proveer servicios sociales y a modernizar la actividad productiva* Esta relativa apertura de la estructura de poder regional desperté expec- tativas Las comunidades vieron como una posibilidad real obtener del gobiemo la satisfacci6n de demandas largamente acariciadas servicios, créditos y, sobre todo, terra Las esperanzas en las posibilidades de un cambio gradual influirfan para que Puno no fuese tocado por la ola de tomas de terras de fines de los 50 € inicios de los 60 Asf, mientras en Junin o en el vecino Cusco proliferaban los sindicatos agranos ligados a la emer- gente “nueva 1zquierda”, las comunidades punefias permanecieron en calma, a la espera de la reforma agraria ofrecida por la alianza AP-DC, en el gobierno desde 1963 En los afios subsiguientes los hacendados se las agenciarfan para blo- quear la prometida reforma agrana La espera por tierra se convertfa en desesperanza Miles de pobladores rurales optaron por la migraci6n, defi- milva o estacional Vino la cnsis del régimen belaundista y el golpe del 68, y con ello la decisi6n de hacer efectiva la largamente esperada reforma agraria REFORMAR SIN REPARTIR. En Puno la reforma agrana velasquista fue un proceso de reconcentraci6n antes que de distribuci6n de la terra Las cifras hablan por sf mismas Se 4 Ibid capnulo7 85 expropiaron 1,103 haciendas (1°966,217 hect4reas) De ellas, 740 (1°741,238 hectdreas) fueron convertidas en 42 gigantescas empresas asociativas (EE AA )° Entretanto, s6lo 89 haciendas (49,192 hect4reas) eran repartidas entre las comunidades campesinas oficialmente reconoci- das en el departamento, beneficiando a 67 de las 583 existentes En teorfa, Jas comunidades serfan socias de las nuevas EE AA , participando asf de sus beneficios® El nuevo modelo buscaba salvaguardar la capacidad productiva de la gran propredad, promoviendo simulténeamente el desa- rrollo comunal Idealmente, la participaci6n activa de colonos y comuneros transformarfa alas EE AA en verdaderas empresas campesinas Mientras tales condiciones maduraban, éstas quedaban a cargo de gerentes nombra- dos por el Ministerio de Agricultura La realidad era que, a través de las EE AA , el 56% de la poblacién rural punefia los antiguos trabajadores de la hacienda, conocidos como feuda- tartos— resultaba beneficidndose del 88% de la terra expropiada, mientras que el 46% restante -comuneros, parcelarios y un pequefio ntimero de famihas individuales— recibfa solamente el 11% La reforma velasquista habfa alterado la estructura agrana regional sin que m hacendados ni campesinos hubiesen sido capaces de influir en sus resultados, bien sea resistiendo su aplicaci6n 0 luchando por lograr que mas terra fuese a manos de las comunidades Entre los pnmeros, muchos optarfan por marcharse a Arequipa o Lima, y otros permanecerfan en las tuerras que la ley les permitfa retener En otros casos, los expropietarios usarfan su experiencia y conocimiento de la zona para —parad6yicamente— convertirse en los funcionarios agrarios del nuevo régimen o incursionar en el comercio (abrir una tienda, una estacién de expendio de combustible © una empresa de transportes, distribuir insumos agropecuanios 0 conver- tirse en agentes compradores de monopolios laneros como la Cfa Michell y Sarfaty) A los campesinos, por su lado, sélo les quedaba creer en lo que el gobierno prometfa, participar en las hgas y federaciones formadas por funcionarios estatales y tragarse la desconfianza de ver alos exmayordo- mos de las haciendas convertidos en dingentes de las flamantes “empresas campesinas” Los hacendados habfan sido desarticulados como clase, pero la gran propiedad habfa logrado sobrevivir en la forma de EE AA Con clio, bajo nuevas formas, se prolongaba el conflicto social bdsico de la historia regional 1a confrontaci6n entre comunidades y gran propiedad Al caer Velasco en 1975 —sin el respaldo polftico que asegurara una real partici- 5 Fueron creados vanos upos de EE AA en las Cooperatwvas (CAPS) Is tierra era poseida y trabayada colecuvamente, las Sociedades Agncolas de Interés Social (SATS) y las Empresas Rurales de Propiedad Social (ERPS) incorporaban haciendas y comunidades adyacentes en una sola empresa 6 Subdireccién de Reforma Agrana y Asentamiento Rural, Mimsteno de Agncultura Zona XXI, Puno, abnl 1982 86 paci6n campesina en las entidades creadas por la revoluci6n mihitar-, las EE AA se convirtieron en una suerte de latifundios estatales En estas circunstancias, los gerentes -onginalmente designados para supervigilarla transferencia de las EE AA a manos de feudatarios y comuneros— termi- naron dingiéndolas como si fueran sus propiedades privadas, establecien- do para ello una alianza pragmética con los admmustradores y mayordo- mos de las desaparecidas haciendas? Gradualmente, los “gerentes” irfan organizando mecamismos de respal- do regional y nacional que, Ilegado el momento, podian movilizar para defender sus tereses Contaban, por eyemplo, con la Central Nacional de Empresas Campesinas (CENECAMP), cuya direccién nacional constitufa uno de los mds importantes /obbies del nuevo orden agranio De tal suerte, los “gerentes” y las EE AA que controlaban aparecfan como el liderazgo de un potencial frente, integrado por todos aquellos sectoies interesados en. Ja inmediata estabilizacidn del orden agrario realmente existente, en otras palabras, tal como habfa quedado después de la reforma agraria a medias aplicada en Puno A este frente se sumarfan los medianos propietanios sobrevivientes de la reforma agraria, a quienes 1a realidad demostrarfa que los “gerentes” —vistos imicialmente como los representantes de un orden usurpador que habfa destruido sus propiedades familiares eran sus mejo- res aliados frente a un campesinado crecientemente demandante En perspectiva, en Puno la reforma agraria habfa sido un paréntesis en la disputa hist6rica entre haciendas y comunidades Con otros personajes y nuevos membretes, era como volver a los afios 60 El contexto, sin embargo, era apreciablemente distinto Herencia de las reformas y del proyecto participacionista velasquista, las organizaciones sociales rurales y urbanas se habfan multiplicado Fenémenos tales como la desconcentracién estatal, la apertura de la universidad y la expansién de la escolaridad pusieron las bases para el surgimiento de nuevas identidades polfticas que serfan mcorporadas por la emergente “nueva izquierda” El fenémeno era de cardcter nacional De las ciudades irradiaba hasta los confines rurales Uno de los partidos de esta “nueva 1zquierda” —Vanguardia Revolucionaria (VR)- encabezaba, desde 1974, la reorganizaci6n de la Confederaci6n Campesina del Peri (CCP), impulsando la creacién de federaciones departamentales y provinciales a Jo largo del terntorio nacional En Puno VR concentré sus esfuerzos en las provincias de Az4ngaro y Melgar, fundamentalmente ganaderas, donde se ubicaba el 60% de las EE AA del departamento Los cambios en la sociedad rural no se detenfan ahf Hacia 1980, Puno 7 Sobre el tema, véase CABALLERO Marty, Victor * La cnisis de las empresas asociativas en el agro unefio” Servicios Populares/Escuelas Campesmas de la CCP Puno 1984 Para bibliografia adicional sobre el tema, véase mi articulo Estado, partidos politicos y lucha por la terra en Puno” en Debate Agrario, N°1_ CEPES, octubre diciembre de 1987, pp 55-76 87 era sede de diversos proyectos de desarrollo rural* En su mayorfa estaban dirigidos por Organizaciones No Gubernamentales (ONG), que prospera- ban en el vacfo deyado por el Estado, en rephegue después de 1975 La Iglesia Catélica actuaba en el mismo sentido, estableciendo centros de capacitaci6n y promocién campesina en diversos puntos del departamento A imcios de Jos 80, ONG, gremios campesinos, centros de capacitacién. promovéan activamente la causa de las comunidades, haciéndose eco de sus demandas por tierra y apoyando sus denunctas contra los gerentes y sus allegados A través de seminarios, charlas y grupos de reflexi6n promovfan el] surgimiento de un nuevo hiderazgo campesino Promotores, técmcos y ascsores legales se ocupaban de formular planes para convertir a las comunidades en unidades productivas cohesionadas y eficientes Imagina- ban, asimismo, mecanismos para protegerlas de 1a explotacién de los imermediarios comerciales tiendas comunales, cooperativas de producto- res, mecanismos propios de comercializaci6n, participaci6n en las instan- cias de decisién de los precios agropecuanios Programas radiales en quechua disemnaban informacién sobre precios y nuevos dispositivos legales Socidlogos, trabaadores sociales, activistas polfticos, organizado- res sindicales, catequistas y pdérrocos progresistas se convirtieron en per- sonajes comunes en el campo Una relativamente apreciable infraestruc- tura eclestastica servfa, indistintamente, a reuniones sindicales, educativas 0 polfticas Aparentemente, habfa mas alternativas que antes, lo que, en alguna medida, desalentabalaemigraci6n Ademés, las crudades de un pafs en crisis ofrecfan cada vez menos Muchos volvieron a sus pucblos portando la experiencia de 1a lucha sindical contra la dictadura militar Hacia fines de los 70, estos sectores concurrfan en un frente pro comunero que planteaba la necesidad de efectuar en Puno una segunda reforma agraria, basada en la “reestructuraci6n” de las EE AA Para las orgamizaciones campesinas, “reestructurar” las empresas no se reducfa a reparir tierras, mplicaba sancionar los abusos de los gerentes y de los funcionartos del Ministerio de Agricultura que los respaldaban Significaba ayustar cuentas con quienes, bajo el amparo del “segundo belaundismo”, habfan descapitalizado las mds ricas umidades productivas del departamento Significaba, en suma, movilizarse para impedir la consolidacién de un nuevo poder anticampesino que, a ojos de las comu- nidades, era 1a continuaci6n de la hacienda Para sus aliados, 1a “reestruc- turaci6n” sigmificaba impulsar una movilizaci6n social que fuera base de la democratizaci6n de la regi6n Bajo los efectos de una sequfa devastadora, hacia 1983, la lucha por la tierra comenzé a radicahizarse Para ese entonces, la “reestructuraci6n” de las empresas y el consiguiente impulso de una “vfa comunera” de desarro- 8 Véase, al respecto, PALAO BuRASTAIN Juan Programas, proyectos microrreguones y desarrollo rural El caso de Puno, 1947 1987 Lima, Fundacién Fnednch Ebert 1988 88 Ilo agropecuario —versus la “vfa asociatiya” simbolizada por las EE AA — era punto central del programa regional de la 1zquerda en Puno Triunfante en las elecciones municipales de 1983, la Izquierda Unida (IU) lanzarfa una campafia de movilizaciones urbanas y rurales para obtener Ja instalacién. de un gobierno regional cuya primera tarea serfa “reestructurar” las EE AA. Hacia 1985, la fuerza de Ja 1zquierda en el Altiplano parecfa indetemble COMPANEROS VERSUS CAMARADAS La necesidad de un rol mds agresivo del gobierno ante Ja convulsionada sttuaci6n de la sierra fue uno de los temas de 1a campafia electoral de 1985 Desde 1980, la “guerra popular” senderista habia venido extendiéndose de Ayacucho hacia el resto del territorio nacional Mas de un tercio de éste habfa sido puesto bajo control de las FF AA La agrupacién trunfante, el Partido Apmista Peruano (PAP), no presenté una alternativa seria a este modelo contramsurgente Sostuvo, mds bien, la necesidad de miciar un programa socio-econémico que desalentara las sumpatfas que las fuerzas subversivas estaban despertando, recobrando para el Estado la iniciativa en zonas que habfan sido précticamente abandonadas Puno fue ofrecido por el gobiemo como el ejemplo del programa de desarrollo a aplicarse en el llamado “trapecio andino” Estrechamente ligado al proyecto del APRA-gobierno marchaba un ambicioso plan de crecimiento del APRA-partido Este tiltumo expresaba las aspiraciones del nuevo Jefe apnsta lograr enraizar a su partido en la sierra sur, 4rea politicamente neurdlgica donde, tradicionalmente, el PAP habfa tenido una escasa presencia? Asf, en Puno el nuevo ciclo de intervencionismo estatal 1ba entrelaza- do a una estrategia partidania que apuntaba a ganar para el PAP el liderazgo de la lucha comunal por Ja tierra asf como del frente de organizaciones urbanas que, bajo la denommacién de Asamblea Regional Popular, se habfa formado para apresurar la declaratoria de Puno como regi6n'? En este esquema, el APRA-partido cosecharfa los réditos polfticos de las medidas “agraristas” y “regionalistas” acordadas por el APRA-gobierno Enelcaso del movimiento por 1a tierra, la tactica serfa establecer un vinculo directo entre el gobierno y las comunidades, prescindiendo de “interme- diarios” como la FDCP y en la perspectiva de establecer las bases para una organizaci6n oficialista del campesinado comunero Con respecto al segundo, el objetivo mmediato era ganar las elecciones municipales de noviembre de 1986 Convementemente apoyados por el régimen, pensaban los Ifderes del PAP, los municipios apristas podrfan obtener el control de 9 La disputa entre el PAP y el PUM es analizada con mayor detalle en Rénique, JL op cit 10 Ibid, pp 59y ss 89 los frentes de defensa provinciales y distritales, asegurandose asf la hege- monfa del partido en el futuro gobierno regional El plan pasaba por desplazar a la izquierda de la conduccién de las organizaciones que lideraban estas luchas De mediados de 1985 en adelante, la confrontaci6n entre el partido de gobierno y Ja izquierda -especfficamente el Partido Unificado Mariateguista (PUM)—dommnarfa el escenario polftco regional!" La imciativa apnista propiciarfa una agudizacién de la tensi6n existen- te entre el frente pro comunero y laalianza gerencial A fines de 1985 se prodyjeron tomas de terras en la comunidad de Macarf, provincia de Melgar Bajo presi6n, el gobiemo decreté el inicio de 1a “reestructu- raci6n” de las empresas, anunciando que, en un plazo de cuatro meses, se confiscarfa y distribuirfa un millén de hectareas de tierras La medida serfa secundada por mcrementos en la mversién piiblica a través de pro- yectos microrregionales, un programa de créditos sin interés y facilidades en el trémite de reconocimiento oficial de comunidades campesinas La muciativa del presidente de la repiblica fue mal recibida por sus partidanos punefios Recelosos del PUM y de los “curas comunistas” que asesoraban a las federaciones, los apristas punefios reclamaban mano dura Sus recelos eran compartidos por los gerentes, a quienes la “reestructura- cién” despojarfa de cerca del 40% de la terra empresarial Para ellos, se trataba del comtenzo del fin Desde el punto de vista comunero, las medidas presidenciales eran una oportunidad que no se podfa desaprovechar Las comunidades legalmen- te reconocidas se aprestaron a recibir tierras Las que no lo eran se cohe- sionaron en torno a la gestién por obtener reconocimiento Grupos cam- pesinos de diversa fndole imiciaron gestiones para constituirse en comuni- dad Inclusive dentro de las propias EE AA , grupos de colonos, temerosos de quedar al margen del nuevo reordenamiento, demandaron ser recono- cidos como comunidad, en la esperanza de que asf asegurarfan tener acceso alatierra Sobrepasados en su capacidad para canalizar estas expectativas, funcionarios del gobierno y cuadros apnistas no pudieron impedir que fueran los centros de capacitacfon, las ONG, las escuelas campesinas y las parroquias -es decir, los intelectuales del frente pro comunero— quienes asesoraran y enrumbaran polfticamente el entustasmo despertado por la “reestructuraci6n” En Ja practica, y a pesar de los discursos pro comuneros de su lfder, a lo largo de 1986 el PAP punefio tendfa a sumarse al bloque gerencial Hecho que erosionaba la autonomfa del Eyecutivo para proceder a una efectiva confiscaci6n y distribuci6n de la terra Mes tras mes, en diversos puntos del departamento, la poblacién local serfa testigo de las ventas clandestinas de ganado y de las mampulaciones con los reconocimientos 1 Nacido en 1984, el PUM reuma a vanas organizaciones de la “nueva rzquierda' de los afios 70 Su tronco principal fue VR 90 comunales a las que los gerentes recurrfan Todo esto ante la impasibilidad de las autoridades El conflicto entre los bloques pro comunero y gerencial alcanzaba su climax Valiéndose de sus mecanismos tradicionales, los poderes locales se las agenciaban para neutralizar a los asesores 0 intimidar a los dingentes campesinos Este chima de tensi6n serfa particularmente agravado por la presencia de Sendero Luminoso (SL) en el departamento EL LENGUAJE DEL FUSIL” La presencia de SL en Puno se remonta a fines de los afios 70 Distintas versiones comciden en sefialar que las escuelas normales fueron los focos muciales de su expansién De ahf inicié la penetracién en el campo La provincia de Az4ngaro fue elegida para tal efecto Ubicada en el centro musmo del departamento, hasta las visperas de la reforma agrana Az4ngaro era el principal bastién del latrfundio punefio Trece EE AA reemplazaron ahf a las antiguas haciendas Entre 1981 y 1982 se habrian realizado varias “escuelas populares” en el distrito de San Juan de Salinas Hacia 1983, una columna sendensta se habfa consolidado en las alturas de los distritos azangarmos de Putma, Mufiant y Pedro Vilcapaza En los afios siguientes, el ntimero de acciones senderistas fue incrementandose paulatinamente —15 en 1983, 22 en 1984 y 33 en 1985-, tendiendo a concentrarse en la destruccién y saqueo de las EE AA™ Un ataque a la SAIS Sollocota, en 1982, fue respondido por los feudatarios, quienes capturaron a algunos de los asaltantes en las comuni- dades de Tiramaza y Segundo Chimpa Jallapint, ubicadas en el 4rea donde SL habfa1do ganando influencia Con el tempo este upo de respuestas dey de producirse Las empresas fueron quedando a merced de los ataques En 1986 vino el gran salto Las 83 acciones realizadas ese afio superaron el ntimero de las realizadas en los cinco afios previos Los dos asesinatos de 1985 se convirtieron en 32 En febrero, un asalto a la mina Santa Cecilia en el distnito de Mufian1, provey6 a la columna con la dinamita que serfa utihzada en reducir a escombros a la mayorfa de las antiguas casas- haciendas —convertidas en sedes admimstrativas de las EE AA — de la provincia En medio de la intensa agenda subversiva del afio 86, resalta, amediados de yumo, el ataque ala empresa Kunurana Entonces, la columna senderista 12. La nformacién general sobre las acciones de SL proviene de entrevistas realizadas entre abn y mayo de 1987 en Puno, asf como de la cronologia elaborada por el Comité de Derechos Humanos de Puno La mformacién tobre ls sucess portenores provene del archuvode Alera Agrario del CEPES y de los informes de las Vicanas de Solidandad de Ayavin y Puno que pude consultar en el archivo del Ecumenical Commutee on the Andes en Nueva York 13 GowzAtez, Raul Puno El corredor sendensta”, en Quehacer, N° 39 DESCO, Lima, febrero- 4 Az 1986, pp 48 58 4 91 intercept6 a varios vehfculos que trasladaban a pobladores de Macarf —la comunidad que habfa iniciado las tomas de tierras en diciembre del afio anterior y una de las bases més fuertes de la FDCP- al mercado de Ayavirt Eran, segtin los testrmomios, mds de doscientas personas, las que serfan levadas a la central admimstrativa de 1a empresa, donde fueron obligadas a participar en el saqueo e incendio de las instalaciones Siete trabayadores de la empresa —aparentemente de filiaci6n aprista~ fueron asesinados Puesta sobreaviso, la policfa dio alcance a los senderistas en el puente de Chuquibambilla La columna logr6 huir deyando dos bayas Una de ellas, un conocido profesor de Azaéngaro El mensaje era bastante claro Sendero reprobaba los métodos reformis- tas del PUM y la FDCP y ofrecfa a las comunidades una alternanva mas expeditiva conquistar la tierra con las armas en la mano El esquema del ataque a Kunurana se repetirfa en otras localidades 1a movilizacién voluntaria o forzada de decenas de pobladores, los ncendios y destruccién, los robos de ganado y los ayusticiamientos Simulténeamente, SL buscaba quebrar el sistema de autondades polfticas Prdcticamente abandonados por su partido, alcaldes y gobernadores acciopopulistas no tenfan otra alternativa que renunciar a sus cargos La policfa también retrocedfa, abandonando los pueblos para concentrarse en las capitales provinciales'> Indudablemente, Sendero apuntaba a que Puno fuese declarado zona de emergencia Para ello, orienté sus esfuerzos a radicalizar el movimiento por la tierra, atrayendo a la represién sobre las comumdades —como Macart— y los dirigentes que lo encabezaban, obligdndolos a optar entre la lucha armada y los “vendedores de ilusiones” del PUM, que los Ievaban auna derrota segura Las provocaciones a las autonidades apristas actuaban enel mismo sentido Varios dingentes fueron victimas de atentados Estos reaccionaron poniendo por delante sus intereses mds inmediatos 1a defen- sa de las EE AA antes que la del sistema democrdtico que, te6ncamente, afirmaban representar Ast, en la prdctica, el PAP y la alianza gerencial asum{fan que, en Puno, Ja lucha antisubversiva deb{fa incluir al PUM, a la FDCP y a los “‘curas comunistas”, calificados como los brazos legales de SL Con el estado de emergencia esperaban conseguir el doble obyetivo de detener el movimien- to por la tierra y deshacerse de sus nvales polfticos Atribuyendo al PUM la autorfa de los atentados contra sus dingentes, el PAP movihz6 contra éste a sus cuerpos de defensa ONG, organismos ligados a la Iglesia y Iideres del PUM serfan objeto de las represaltas apristas ante los ataques de SL Un peniodista que visité Puno a mediados de 1986 comparé su situaci6n con la de un pafs en guerra civil)® 15 Sobre el fracaso de las técucas antisubversivas a imcios de los 80, véase Gorriri, Gustavo Sendero Historia de la guerra muilenaria en el Peru Lama, Edntonal Apoyo, 1990, pp 223 y ss 16 GowzAtzz, Raul “;Qué pasa en Puno? El PUM el PAP, Sendero y Alan Garcia’, en Quehacer, N° 43 DESCO, Lima, octubre-noviembre 1986, pp 40'52 92 ViA ASOCIATIVA VERSUS ViA COMUNERA Su victoria en siete de las diez provincias punefias —incluida Ja capital departamental- en las elecciones municipales de noviembre de 1986 parecfa colocar al partido de gobierno muy cerca de desplazar al PUM de Ja direccién del movimiento regional La FDCP, sin embargo, segufa resistiendo los intentos del régimen de aprovechar la “reestructuracién” para crearse una base social campesina En agosto, con ocasién del tercer congreso de la FDCP, 800 delegados reafirmaron sus diferencias con los planes del gobiemo Estas, insisueron, no se reducfan a desacuerdos en tomo a cuénta tierra distribuir sino que se remitfan a la pugna entre dos cuncepcrones antagénicas de desarrollo agranio la vfa terratemiente que defendfa la gran empresa versus la via campesina que tenfa como modelo laempresa comunal La comisién reestructuradora nombrada por el gobier- no, sostenfa la FDCP, actuaba en “abierta parctalizaci6n con las EE AA y encontra de las comumdades campesinas”!” Esa parcializaci6n se refle- Jaba en el retraso y en los vicios que el proceso de distribucién de tierras venfa arrastrando Era, segiin el gremio campesino, una “reestructuraci6n burocrdtica” que estaba amparando parcelaciones fraudulentas y que pro- movfa enfrentamientos entre comuneros y feudatarios con el fin de sembrar el caos y la violencia En contraste, la FDCP se ofrecfa como el canal de una “reestructuracién democrdtica”, basada en a) el acuerdo mutuo y fraterno de comuneros y feudatarios de las empresas, asumiendo el com- promiso de establecer conyuntamente un modelo productivo, y b) un pro- ceso de unificacién y fortalecumiento de las orgamizaciones campesinas, las que asumurfan en adelante 1a conduccién del proceso reestructurador'* Entorpecer la distribuci6n de la tierra no constitufa el tinico recurso de laahanza gerencial Otro, como se ha dicho, era lograr que el departamen- to fuese declarado zona de emergencia Impedirio serfa, por estos meses, Ja preocupaci6n central del frente pro comunero Frenar lo que denomina- ban la “mulitanzacién” del departamento significaba mantener la vigencia de Jas libertades polftico-sindicales que hacian posible la lucha por la tierra y por gobiemo regional Con tal fin, se lanz6 una campafia onentada a evitar que Puno se convirtiese en “otro Ayacucho”, aludiendo a la impu- midad con que las fuerzas del orden actuaban ahf, dada la verdadera abdicaci6n de la autoridad del gobierno civil en favor de los militares A partir de comités de derechos humanos en distritos y provincias y con el apoyo de los parlamentanios de izquierda, ONG y gremuos nacionales, la campafia por la pacificacién de Puno se hizo senur a nivel nacional 17 Cnado en Renrque JL op cit p 67 18 Confederacion Campesina del Pera Movilizacion campesina Respuesta democratica” Lima Equipo de Prensa de Voz Campesina 1989 p 36 93 Desplazado de los gobiernos locales, el PUM volcé sus energfas al movimiento campesino Sus organizadores m4s experimentados fueron trasladados a las provincias altiplénicas Entre ellos Hugo Blanco, una de las pocas figuras de la izquierda que podfa discutrr con plena autoridad el espinoso tema de la “violencia revolucionana” Técnicos e intelectuales fueron invitados por el partido para debatr sobre el modelo de empresa comunal que debfa reemplazar alas EE AA Quince afios de experiencia de actrvismo campesino en la CCP y en el debate sobre la “vfa comunera” se concentraron en la experiencia punefia Més atin el ala radical del PUM —que tenfa su base principal en la sierra sur— necesitaba, urgentemente, resarcirse de la derrota electoral municipal Una victona en Puno sigmifi- carfa sentar una Ifnea de lucha intransigente contra el PAP en momentos. en que un sector de su propio partido —ademds de varios grupos dentro de Ja JU— se pronunciaba por una posicién relatrvamente concilatoria con el sector “alamsta” del PAP Todo este complejo escenario terminaba dependiendo de la capacidad de lucha de las comunidades A micios de 1987, doce meses después de anunciada la “reestructuraci6n”, tras un afio de Iluvias excesivas, inunda- ciones y promesas incumplidas, tomar la tierra por la fuerza volvia a ser preocupacién imediata para la FDCP En marzo se produyeron tomas aisladas La presién en las bases iba en aumento Las dingencias evaluaban las consecuencias de lanzar a las masas a la lucha en momentos en que pendfa sobre Puno la amenaza de una “militanzacién” La propia ret6nica “agrarista” del presidente de 1a reptiblica daba a las demandas campesinas una inédita aureola de legitimidad En el encuentro regional del gobiemo con los presidentes comunales, “Rimanacuy”, éstos habfan escuchado de labios del propio Alan Garcfa el reconocimiento estatal de sus “hist6ricos derechos” a la tierra’? Otra circunstancia favorable era que SL parecfa haber perdido 1a fuerza de meses anteriores En las tiltrmas semanas del 86 la policfa habfa detenido a varios miembros de su “fuerza local” Circula- ban rumores de que, debido a las bayas que se le habfan ocasionado, SL habfa retirado parte de sus efectivos hacia las alturas del Cusco En abril de 1987, el consejo directivo de la FDCP, reunido en la ciudad de Azdngaro, tomé la decistén de pasar a Ja acci6n Por esos dfas, la columna sendenista entraba al vecino pueblo de San Juan de Salinas donde, luego de someterlo a “juicio popular” y desoyendo los ruegos de la poblaci6n, era ayusticiado el alcalde 1zquierdista Zenobio Huarsaya, uno de los fundadores de la FDCP En su funeral se hizo presente la plana mayor 19 Vease por ejemplo INstrTuT0 NACIONAL. DE PLANIFICACION /MiNISTERIO DE AGRICULTURA Rumanacuy 86 Primer Conversatorto de Comunidades Campesinas y Parcialidades del Sur Lama Fundacion F Ebert 1986, pp 43 y ss Como parte de su programa agranista” Ia Presidencia de Ja Republica orgamiz6 diversos encuentros denominados Ramanacuy” donde los representantes del gobiemo y aun el propio presidente entablaban dislogo con los dingentes comunales de las diversas regiones de la sierra y selva del pais del gremio encabezada por Hugo Blanco, quien, en un sentido discurso, recalcé la voluntad de llevar adelante las tomas de tierras, desechando las intimidaciones senderistas y recordando que en una verdadera revolucién. eran las masas organizadas ~y no una vanguardia que actuaba a sus espaldas— las que decidfan cuando tomar las armas Pocos dfas después del asesinato de Huarsaya, fuerzas policiales lega- das del centro del pafs dieron alcance a la columna sendensta en la localidad de Cututum, Az4ngaro Siete guerrilleros cayeron en la confron- taci6n, entre ellos Manuel Delgado Atoche (a) “Camarada Anselmo”, el Jefe militar sendenista en el érea, a quien muchos punefios atribufan ser el responsable de la crueldad con que SL habfa actuado en casos como el de Huarsaya Esta vez el golpe policial habfa tocado al ndcleo mulitar seude- mista, lo que determinarfa un dramtico descenso de la actividad subversiva en el departamento a lo largo del afio 1987 Estos hechos coinciden con la recuperaci6n de la imiciatva por parte de la FDCP Eran los momentos culminantes del frente pro comunero En las primeras semanas de mayo, en decenas de asambleas, las bases reafirma- ron la decisi6n de su directiva, efectuéndose las coordinaciones que debfan articular las acciones de miles de familias campesinas a través de un vasto y dificil territonio Al amanecer del 19, 172 comunidades de siete provin- clas irrumpteron en tierras, sobre las cuales sostenfan tener “derechos hist6ricos” Al final del dfa, las EE AA habfan perdido cerca de 300,000 hect4reas Era la toma de trerras de mayor envergadura ocurnda en el pafs desde comienzos de los 60 FUERZA PRINCIPAL Y FUERZA LOCAL Por lo menos desde 1982, una columna guernilera —“fuerza principal” en la yerga senderista— se habfa desplazado con relativa libertad a través de la provincia de Azdngaro A esto habfa contribuido el rapido desbande del sistema de autoridades polfticas del frégil gobierno belaundista, como el hecho que la Guardia Civil abandonara sus puestos luego de que los primeros ataques senderistas pusieran en evidencia su vulnerabilidad Empero, un factor fundamental era el respaldo con que contabala columna Precisamente el aumento del ntimero de sus acciones en 1986 habfa sido posible por su capacidad de incrementar la “fuerza local” 0 personal de apoyo reclutado para acciones especifficas Las declaraciones de algunos de los “subversivos” detenidos hacia fines de 1986 e imcios de 1987 proporcionan algunas pistas sobre la composi- cin de Ia fuerza guernilera sendensta Se trata de seis hombres y una mujer, todos ellos nativos del departamento de Puno” 20 Los datos incndos @ continuacién proceden de las mansfestaciones tomadas a los detentdos por las autondades sudiciales. Coptas de estos documentos fueron constiltadas en el archivo del Comité de Derechos Humanos de Puno gracias a la gentileza de Martha Giraldo 95 “Pedro” afirma ser obrero de la mina de Aporoma, distrito de Limba- m, Az4ngaro Explica que actu6 bajo amenazas En su relato se distingue con claridad la diferencia entre “fuerza principal” y “fuerza local” En el ataque a la mina de San Rafael, la primera es encabezada por “Verénica”, que actué como “mando militar” La integraban, ademés, otra mujer y cinco hombres, armados con dos FAL, dos ametralladoras y tres revélve- res Estos encabezan el ataque, mientras que la “fuerza local” ~integrada por cinco hombres y cuatro mujeres— se ocupa de arrojar “granadas encendidas por f6sforos” En los cinco dfas siguientes, “Pedro” participa en otras acciones ataques al local del Concejo Municipal de Chupas, a la SAIS Illary y a la SAIS Chocorosi, donde dan muerte a un policfa y a un cabo del eyército En todos estos ataques los miembros de la “fuerza local” reciben granadas caseras y acttian como personal de apoyo Son -en palabras de “Pedro” “los principales del grupo”, quienes llevan las armas y asesinan a las autoridades “Teéfilo” es un agricultor de veinte afios de la comunidad de San Miguel, Asillo Afirma ser membro de SL desde julio de 1986 Por ese entonces, participa en el atentado a la empresa San Luis en Asillo “Pos- terormente” —contintia “Tedfilo”~ “me retiré de las acciones subversivas por motivos de trabajo ya que tenfa que realizar gestiones con el Banco Agrario sobre préstamos de dinero para labrar mis tierras ubicadas en la comunidad de San Miguel ” Varios meses después, en noviembre, “Rubén” lo recluta, “bajo amena- zas”, para atacar la SAIS Illary Con respecto al enfrentamiento de Cho- rocosi, “Te6filo” afirma que “los autores de tales hechos han sido los de Ja fuerza principal ya que yo siempre 1ba més atrds, con los dem4s compafieros, cuidando Jas espaldas” Como “Pedro”, al atacar la mina de San Rafael, “Te6filo” recibe granadas caseras, “para que las utilizara en caso de que vengan extrafios, ubicéndome fuera de lamina, sirvicndo como fuerza local” Los dingentes “fueron los que entraron a la mina y después de un rato me lamaron para cargar las cajas de dinamita” Como en los casos anteriores, “Alberto” (21 afios), “Juana” (16 afios) —estudiante de primero de secundaria y “Esteban” (13 afios), estos ultumos de la localidad de Curayllo, Azdngaro, afirman haber participado “‘bajo amenazas” en el asalto a la mina de San Rafael “Esteban” proporciona algunos detalles de sus vinculos con la “fuerza principal” Tiene quinto de primaria Ha tomado parte en siete “escuelas populares” dingidas por “Anselmo” y “Ricardo” En una de ellas ha participado “toda Ia célula y los padres de familia de 1a escuela primania de Huaraypata”, habiendo asistido “algo de 40 personas” En otra oportunidad se organizan tres escuelas mds, con asistencia de unas 50 personas En visperas del asalto a la mina de San Rafael, el personal reclutado es reumdo en el pueblo de Progreso, donde uno de los “principales” les muestra un plano de la mina y les instruye de la siguiente manera “Por nuestro Presidente Gonzalo, saludando al PCP, su sujecién plena e incon- 96 dicional, les voy a bayar Ja tarea de atacar la mina de San Rafael” Tres ingenueros son asesinados en el operativo Los atacantes son descubiertos y se enfrentan a la policfa Se recupera la dinamita y son apresados los “senderistas” antes mencionados La “fuerza principal” logra fugar Las declaraciones de “Horacio” y “Pascual”, tomadas algunos meses después, comciden en buena medida con las antenores El primero se refiere a la llegada de trece personas armadas con ametralladoras al fundo enel que trabayaba, donde fue reclutado por la fuerza en diciembre de 1986 Enesamuisma €pocaes reclutado “Pascual”, estudiante del Instituto Supenor Pedagégico de Azdngaro, quien ademds se dedica a la agricultura Este participa en dos acciones, luego de las cuales “(_ ) al Anselmo le dye que me diera permiso para que me matricu- lara en el Instituto y me negé el permiso y al insisur, accedié a mt petciény luego me renré hacia Azdngaro y en el mes de mayo (1981) me enteré que mis compafieros hablan muerto en un enfrentamiento ( )Yono partcipé enel asalto a la mina de San Rafael, enterdndome Por informaci6n periodistica de lo sucedido, presumiendo que los autores son los mismos que atacamos los puestos de la Guardia Republicana de Tirapata y Ayavirt” Al momento de su detencién, “Pascual” portaba una taryeta del senador Andrés Luna Vargas Interrogado por su procedencia, responde que una semana antes habia viajado a la crudad de Lima con la finalidad de reclamar apropésito de un préstamo solicitado por su comunidad al Banco Agrario Al fracasar en sus gestiones, “Pascual” y los otros representantes comuna- Jes habfan pedido ayuda al senador Luna Vargas, membro del PUM y exsecretario general de la CCP, quien les respondis “que no podrfa hacer nada al respecto y nos entreg6 su tarjeta personal” diciendo que “en otra oportumdad nos servirfa” Aunque es comprensible el tono exculpatonio de las declaraciones, éstas permiten apreciar las diferencias entre el personal local, reclutado para acciones especfficas, y la columna guermillera, integrada por cuadros foréneos, segtin se decfa costefios y ayacuchanos que procedfan de la provincia de La Mar Los primeros aparecen claramente vinculados a la vida local Su actividad como guernilleros a tiempo parcial —forzados 0 no-— es interrumpida por el cumplimiento de las actividades propias de un habitante rural comin y cornente su educaci6n, la labor agricola, gestio- nes ante las autoridades Pero las declaraciones revelan también Ja movi- lidad de la “fuerza principal” y su conocimiento del terreno y de la poblaci6n (manipulacién de los vinculos de parentesco) Otros testrmonios describen sus periddicas visitas a los pueblos, su preocupacién por los problemas locales y sus vinculos con maestros y estudiantes A fines de 1987, por ejemplo, los maestros de San Juan de Salinas fueron reumdos en Ia parcialidad de Yuray Chupa en una asamblea de varias horas en a cual los cuadros sendenstas les advierten que ensefien bien y que no desapruc- 97 ben a los alumnos pues éstos , mal alimentados, no podfan rendir mucho Por tiltimo, les exigen responsabilidad, cumplimiento y que no defrauden a sus estudiantes Aunque en las declaraciones se presentan como personas facilmente mamipulables, lo cierto es que los detenidos eran, en su mayorfa, individuos relativamente mstruidos, participantes activos en los asuntos de sus comunidades Una suerte de antenas de la realidad local que los cuadros senderistas aprovecharfan adecuadamente Un hecho adicional para faci- Iitar su comunicaci6n con los lugarefios era la relativa flexibilidad con que SL actuaba en Puno Conociendo el prestigio que tenfan en el drea orgamizaciones como el PUM, la FDCP 0 la Iglesia, preferfan no antagonuzar con ellas presentan- do sus diferencias como desacuerdos que, por el momento, no requerfan un zanjamiento violento Al menos en un caso, emusarios senderistas dialogaron con un candidato 1zquierdista a un cargo municipal A mediados de 1986 algunos cuadros del PUM pufieno se sentfan mas amenazados por las “bandas paramulitares” del PAP que por SL Frente a SL prevalecfa una actitud ambivalente Su presencia era un elemento innegablemente perturbador Muchos campesinos fueron apre- sados por habérseles encontrado ganado o enseres procedentes de los saqueos de las empresas Otros fueron maltratados sin haber tenido parti- cipaci6n alguna En enero de 1987 una asamblea de alcaldes distntales de Azéngaro emitié un comunicado denunciando que las fuerzas combinadas del ejército y la policfa estaban “desarrollando acciones de violencia” detentendo arbitranamente en las carreteras y comunidades campesinas, “maltratando a la gente e inclusive robando sus enseres y dinero en efectvo” La declaracién se cuidé de atacar directamente a la guerrilla senderista Una crftica comtn a SL era que, luego de atraer sobre ellas a la policfa, deyaba a las comunidades libradas a su suerte Pero ésa no era, necesaramente, una objeci6n fundamental Otros defendfan sus buenas intenciones y culpaban a “Anselmo”, “mano militar” en el Area, de ser el Jefe sangumario que imponfa una Ifnea dura con la que los miembros de su columna no estaban del todo de acuerdo Para algunos “pumustas” esta divergencia reflejaba un debate mayor dentro de SL, sugiriendo que, quiz4 en un futuro no muy Ieyano, terminaifan comcidiendo con 1a Ifnea sende- mista m4s moderada en Ja lucha contra el enemigo comtin el Estado reaccionano El asesinato del alcalde Huarsaya, sin embargo, obligaba a marcar diferencias con el sendersmo Mas ain la destruccién de la columna establecida en Azdngaro, pocos dfas después de ese aconteci- muento, parece haber sido posible porque los campesinos del drea decidie- ron revelar a la policfa su paradero Con ello no hacfan sino castigar a los asesinos de un reconocido dingente popular El asesinato de Huarsaya, de otro lado, proporcionaba argumentos irrefutables contra las acusaciones apmistas y gerenciales de una ahanza PUM-SL La imagen de la FDCP como un freno al avance senderista en 98 Puno se convirti6 en uno de los eyemplos de una posible alternativa ante Ja polarizaci6n en que se 1ba deslizando el pafs Era el modelo —al lado de las rondas campesinas de Cajamarca y Villa El Salvador en Lima— de una alternativa de pacificacién basada en las organizaciones populares y no en el recurso a Ja “mulitanzacién” En estas condiciones el movimiento punefio alcanzaba un nivel de reconocimiento tal que el gobierno diffeul- mente podfa obviarlo No le quedaba sino negociar con los “intermed1a- nos” a los que, durante dos afios, habfa estado desautonzando A principios de junio de 1987 una delegacién de 1a FDCP fue recibida por el ministro de Agncultura Ahf se acordé formar una comisi6n mixta que se encargarfa de acelerar la entrega de tierras En ella participarfan representantes de las comunidades y de los feudatanos, excluyéndose a los gerentes Asimismo, el mmustro acept6 reconocer 1a posesién de las tierras tomadas y destituir a los jefes de la direcci6n regional de Agricultura responsables del retraso y las irregulanidades de 1a “‘reestructuraci6n” La alianza gerencial se sinu6 entregada a los cémphices del terronsmo Abandonados por el gobiemo, decidieron tomar en sus manos la defensa de sus intereses EL OTONO DEL CAUDILLO A mediados de 1987 el presidente Garcfa enfrentaba los momentos més diffciles de su gobierno A las dificultades econémicas se sumaba la crisis suscitada por la nacionalizaci6n de la banca La inicial agresividad que habfa umpreso a su plan para el “trapecio andino” irfa decayendo Con respecto al conflicto punefio, parecfa ahora dispuesto a conciliar Para ese entonces, sin embargo, la capacidad del Eyecutivo para jugar ahf un papel arbitral era cada vez mds reducida Aunque los representantes del gobierno accedieron a dialogar con Mderes del movimiento regional punefio, de la FDCP y del PUM, la realidad demostraba que los acuerdos a que se llegaba en Lima tenfan un impacto lumitado en el terreno de los hechos Ahf predominaba la fuerza De tal suerte, mientras la FDCP se aferraba a la toma de tierras como instrumento de lucha principal, 1a alianza gerencial movia sus 1nfluencias para garan- tuzar la defensa armada de las EE AA Durante las tomas de mayo, fuerzas militares ocuparon Melgar, Az4ngaro y Ayavin, estableciendo en ellas sus campamentos y util1zando sus vehfculos para incursionar en los pueblos EI patrén se repetirfa a lo largo de los meses siguientes En octubre la Prelatura de Ayavini denunciaba que, en la practica, Puno se encontraba “multarizado”, medida que, lejos de onentarse a combatir a SL, estaba especfficamente dingida a hostilizar a las comunidades mas combativas”* 21 Mensaje de Ia Vicana de Solidandad de Puno Sepuembre/octubre 1987 99 A esas alturas, sim embargo, era ya muy diffcil volver a cerrar las compuertas de la movilizacién por la terra Mas atin gobiemo y gremios campesinos tenfan que hacer esfuerzos para ponerse a la par con la dindmica desatada en el campo desde las tomas de mayo En noviembre, la FDCP se atribuy6 el derecho de entregar tftulos de propiedad sobre las 385,00 hect4reas tomadas en mayo” Aunque éstos carecfan de valor legal, se trataba de una accién simbdlica mediante 1a cual la federaci6n drama- tzaba Ja meficiencia e msmceridad de la “reestructuracién” oficial y demostraba el control que la organizacién campesina habfa termmnado ejerciendo en el campo En marzo de 1988, por su lado, el Ministerio de Agncultura declaraba “Definitivamente concluida la fase de transferencia de la tierra, quedando intangibles las que habfan quedado en poder de las empresas reestructuradas”, pasando, por lo tanto, a entregar a éstas sus respectivos tftulos de propiedad”? La FDCP denuncié la medida, y, tras una prolongada huelga campesina que incluy6 bloqueo de carreteras y marchas a la ciudad de Puno, obligarfa al gobierno a reimuciar el proceso de distnibuci6n de terra Desde micios de 1987 el conflicto por la “reestructuraci6n” sobrepasa- ‘ba los Ifmites de las provincias de Azdngaro y Melgar En Carabaya, en torno ala SAIS Ancoma—una de las mds ricas empresas del departamento— tenfa lugar una situaci6n particularmente tensa Su gerente era uno de los Ideres de la alanza gerencial, uno de los mas visibles opositores de la “reestructuraci6n” Desde las tomas del 19 de mayo un destacamento policial se habfa mnstalado en dicha empresa En esa oportumdad decenas de campesinos fueron detenidos en celdas improvisadas en los depésitos de la SAIS En los meses siguientes dicho destacamento actuarfa, préct- camente, como una guardia privada de la empresa En setiembre un grupo de policfas ~a bordo de una camioneta de la SAIS— se hizo presente en la comunidad de Usicayos, donde quem6 chozas, enseres y alimentos y golpeé a varias personas Més tarde detuvo a cinco campesinos que participaban en un cursillo organizado por la Federacién Unitaria de Campesinos de Aricoma (FUCA) Segun los testigos, éstos fueron desnu- dados y golpeados para luego ser subidos en el vehiculo y trasladados ala empresa Al dfa siguiente, en el pueblo de Crucero, una asamblea de la FUCA acord6 movilizarse para recuperar a los detenidos Cerca de 250 personas se hacen presentes en la marcha El dfa termina con una balacera que deja siete heridos de gravedad Fue precisamente el pueblo de Crucero el lugar elegido por SL para reaparecer en Puno A comienzos de mayo de 1988, miembros de esta 22 FDCP Comunicado , en La Republica 13 11 1987, p 9 23 Mrnisruaro pe AaricuLTuRa Comumecado’, en ibid 341988 p 8 24 Para un informe detallado de la huelga, véase CCP Movilizacion campesina Respuesta demo crética’, pp 36 37 100 agrupaci6n dinamitaron el puesto policial de la localidad Mueren seis policfas y el juez de paz El destacamento de Ancoma responsabiliza del ataque ala FUCA y sus asesores Su local y las casas de sus dirigentes son allanados pocas horas después del ataque Porfirio Sumi, secretanio general, es detenido y sometido a maltratos en las instalaciones de la empresa También buscado, el pérroco de Crucero se ve obligado a marcharse a Lima Nuevamente, como un afio atrds, los gerentes denuncian que detrés de Ja violencia est4 la mano del PUM Desde las acciones de Cututuni en mayo del 87, en que la columna dinigida por “Anselmo” habfa sido diezmada, las actividades sendenstas habfan tendo un marcado descenso En 1988 vuclven a repuntar De 35 ataques que mcluyeron dos asesinatos, registrados en el 87, se pasa a 77 acciones y 20 “ayusticramientos’?> A micios de 1989 ya era evidente que SL habfa miciado una nueva ofensiva en el departamento Para ese enton- ces el plan para el “trapecio andino” era una pagina mds de los fracasos estatales, y lo que atin quedaba de las EE AA era mediocremente defen- dido por una fuerza policial cuyos mtegrantes no solamente desconocfan la regidn sino que, debido a los abusos que éstos cometfan, era vista con recelo por la mayorfa de la poblaci6n Sin el PAP de por medio, la batalla por Puno enfrenta ahora a SL con el PUM CAMARADAS VERSUS CAMARADAS A comienzos de marzo de 1989 SL convoca a un “paro armado” en Az4ngaro Obtiene un magro respaldo Inmediatamente después, la FDCP sostiene un huelga de 19 dfas En mayo, el Instituto de Educacién Rural “Wagram”, de la Prelatura de Ayavini, centro neurdlgico del frente comu- nero, es arrasado por la columna senderista Por 25 afios, esta mstitucién eclesi4stica habfa vendo formando dinigentes campesinos en materias que iban desde técnicas de cultivo hasta derechos humanos y orgamzacién comunal Sus mstalaciones, ubicadas en un solitano paraje a las afueras de Ayavini, Melgar, eran punto de encuentro de técmicos e intelectuales Negados desde Lima y lf{deres comunales Su red institucional y su infraes- tructura daban un soporte fundamental al trabajo gremual y politico de la FDCP Su contribucién al desarrollo de la propuesta de “vfa comunera” —que el PUM levantarfa como modelo de desarrollo del campo y la regi6n— habfa sido fundamental Por la naturaleza de su labor, la alanza gerencial Jo tenfa por un mero organismo de fachada del PUM En su defensa, el obispo de Ayaviri manrfestarfa que evangelizar a un pueblo que vivfa en “condiciones infrahumanas” significaba mcentivar su progreso y su orga- mizaci6n 25 GonzAtuz, Raul “;Que pasa en Puno? Op cit 101 Por si quedaban dudas de que se trataba de una declaratona de guerra al PUM y ala alianza pro comunera, en las semanas siguientes SL mcur- sionarfa en la comunidad de Macarf y en las granjas experimentales de la Universidad del Altiplano, mientras asesinaba a varias autordades polfti- cas y municipales, entre ellas el alcalde de Az4ngaro, Marcelino Pachan. En el mes de noviembre una columna de cerca de 40 personas ingres6 a la comunidad de Choquepifias en el distrito de Asillo (Az4ngaro), donde luquid6 al presidente y a un expresidente de la comunidad con sendos tiros en la cabeza, “acto seguido persiguieron por la chacra y acribillaron con disparos de FAL al vocal de la comunidad y antes de retirarse acnbillaron al tentente gobernador” En los dfas siguientes la columna entra a otras comunidades de Asillo, “indagando por los presidentes de la comunidad con el evidente propésito de eyecutarlos” La noche del 3 de diciembre, en Orurillo, dan muerte a ocho personas en un lapso de cuatro horas, entre ellas el alcalde electo de la IU y secretario de la federacién campesina distrital, el secretanio general del gremio de maestros, un profesor primanio, el director del Colegio Agropecuano, el teniente gobernador y el juez de paz Al terminar el afio 89 el ntimero de bayas provocadas por las acciones subversivas llegar a 97, mientras que el ntimero total de acciones sende- mstas bordearé las 200 Alo largo de 1989 el régimen aprista ha perdido 1a iniciativa en la escena regional La presién sendensta habfa contribuido a acelerar su retroceso Como habfa sucedido entre 1983 y 1985 con los representantes del régimen anterior, los alcaldes apristas renuncian uno tras otro El propio PAP Ppunefio se divide en tomo a cémo enfrentar 1a nueva ofensiva guernilera Un sector reconoce el papel del PUM en la contenci6n de la escalada subversiva Otro manttene intactas sus sospechas, inclindndose por aferrar- se ala alianza gerencial, demandando la entrega de armas a los feudatanos para que asuman la defensa de sus empresas”* Los resultados electorales de noviembre pondrfan cifras ala declinaci6n “alanista” La IU recupera parte del terreno perdido en 1986 a mvel de gobiemos municipales y asume el liderazgo en la conformacién del gobter- no regional Un dirigente del PUM seré el primer presidente de la flamante regién José Carlos Mari4tegui, que retine a Puno con los departamentos de Moquegua y Tacna El PUM aparece como nuevo poder regional Por ende, como la encamacién de una forma estatal que se interpone a la construcci6n del “nuevo poder” Ja “repiiblica de nueva democracia” auspiciada por SL A lo largo del tiltmo afio SL concentra recursos y energfas en la zona norte del departamento de Puno con el fin de desaloyar definitivamente al PUM de un corredor montafioso que, a través de las provincias altas del Cusco, comunica a Puno con Ayacucho Este corredor es el eye de un area 26 “Iglesia y Ia TU jaquean a Sendero”, en La Republica, 77 1989, p 21 102 en la que se concentra el mayor niimero de comunidades campesinas en todo el pafs Es un drea donde la presencia estatal ha sido crémcamente débil, donde el mantenimiento del orden ha corndo tradicionalmente a cargo de los poderes locales “gamonales” Un corredor que da acceso a las cabeceras de importantes valles costeros, por un lado, y a las dreas amaz6nicas, por otro, asf como a no menos importantes centros mineros Un corredor que, asimismo, conecta a la sierra ayacuchana con la frontera boliviana En esas alturas, el trabajo campesino del PUM y la red de ONG y orgamizaciones eclesidsticas era el inico obstéculo para la configuracién de un escenario de guerra El vinico obstéculo a la final imposicién de la f6rmula sendensta de que, en el campo, sélo deben quedar Sendero y los campesinos?” A mediados de 1990 Puno parecfa haber desandado el camino que se insinuaba en 1987 La brecha entre las fuerzas sociales que habfan soste- nido la pacificaci6n y las fuerzas del orden enviadas a combatir a SL se profundizaba irremediablemente, reproduciéndose en Puno violaciones de derechos humanos semeyantes a Jas ocurnidas en las zonas de emergen- cia de la sierra central del pafs En septiembre SL estaba en condicio- nes de enfrentarse directamente con las fuerzas del orden, Hegando a victimar al propio jefe subregional de la Policfa Nacional En octubre, Azéngaro, Melgar, Huancané y la nueva provincia de Putina fueron declaradas zonas de emergencia y puestas bajo la autoridad de un coman- do polftico militar 4OTRO AYACUCHO? El conflicto entre haciendas y comunidades es el dato fundamental de la historia social punefia de la pnmera mitad del siglo XX Penetraci6n mercantil, desarrollo urbano, desconcentraci6n estatal alteran este patrén. en las tiltumas décadas Aun a mediados de siglo 1a polftica regional parecfa reducirse a los pactos y acomodos de la élite departamental y las directivas partidarias limefias Hacia fines de los 50, el “cacerismo” proporcionarfa al sistema de dominacién regional la flexibilidad necesana para capear el sindicalismo agrario de los 60 De tal suerte, Puno qued6 en una situaci6n de retraso con respecto a otras 4reas de la sierra peruana en lo que respecta a evoluci6n de la orgamizaci6n campesina Pero este retraso no actué exclusivamente co- mo una desventaya Permutirfa que, mds adelante, Puno se beneficiara de las experiencias polfticas y organizativas de otras regiones del pats, hecho que explica la aceleractén que se produce en la politica punefia de los 80 27 Esta afirmacaén pertenece a Nelson Mannque “La década de Ia violencia", en Mérgenes, N® 5/6 SUR, diciembre 1989, pp 137-182 103 Un papel clave en esa aceleracién fue yugado por la red de ONG e instituciones similares En el contexto de la pugna entre EE AA y comu- nidades, este sector jugard el papel “burgués” que el “cacensmo” ya no era capaz de cumplir, promoviendo una modernizaci6n de Ja regi6n basada en Ja liquidacién de la gran propiedad y los poderes locales y en 1a incorpo- raci6n plena del campesinado al sistema politico En el vacfo estatal posvelasquista, y sobre todo a través de su participaci6n en la admimstra- ci6n municipal, la alianza de la pequefia burguesfa y el campesinado comunero que hemos denominado frente pro comunero, tendrfa la opor- tunidad de demostrar su capacidad de gesti6n en contraste con un Estado meficiente y anticampesino Incompetencia que se harfa atin mas evidente con su pobre respuesta a los desastres naturales que han casugado a Puno a lo largo de la iltma década Polfticamente, este sector se expresard a través de los distintos partidos de la IU, particularmente del PUM En Puno, durante los 80, el PUM gana adeptos en la vanguardia campesina y en sectores profesionales que funcionan como bisagra entre la ciudad y el campo El otro polo de la polftica departamental se establecfa en torno al comercio y la terra, con- figurando una red que, teniendo como centro la capital departamental, logra vincular a los micleos de poder local provincial Una red que, sin llegar a cohesionarse 1deolégicamente, se activa en tiempos electorales en pos de los reacomodos que garantizaran la continuidad de sus privilegios y que en tiempos normales se beneficia de la vigencia de los mecanismos de dominaci6n semifeudal Expropiados y anatematizados durante los afios de la “revolucién militar”, quedarén limitados a expresar sus quejas y demandas a través de gremios tales como la Camara de Comercio Con el “retomo a la democracia”, en 1980, pretenden recobrar antiguas influen- cias En este propésito tender4n a comecidir con los nuevos intereses generados en torno a las EE AA creadas por el velasquismo Ante el surgimiento campesino y el avance de la 1zquierda, este sector aceptard el liderazgo de los “gerentes” y la CENECAMP, integr4ndose asf ala ahanza gerencial En 1985 el PAP ofrece cabida a este sector en un proyecto populista sustentado en la capacidad de su jefe para ganar el apoyo de las comuni- dades para una “reestructuracién” parcial de las empresas que, a la larga, asegure su existencia El PUM responder denunciando la alianza del pretendidamente “agrarista” régimen apmista con las capas gerenciales La fuerza del movimiento resquebraja la alianza gerencial Los tecnécratas “alanistas” no logrardn reciclar a los apristas punefios, adecudndolos al renovado discurso socialdemécrata del PAP de los 80 Para combatir al PUM y a los “agitadores” del frente pro comunero, gerentes y poderes locales preficren recurnir a métodos més tradicionales Las denuncias de sus “centros de investigaci6n” y de sus fuentes de financiaci6n extranjera y de los “curas comunistas” que, “como los espafioles vienen a seguir explotando a nuestros campesinos”, era el reconocimiento de su falta de 104 recursos matenales e 1deolégicos* Esta brecha entre la direcci6n apnista y sus bases de apoyo regional limitard Ja capacidad del gobierno para asumur un rol arbitral en Puno y, menos atin, para que sus representantes locales promuevan un consenso ampho en defensa de la democracia frente a la arremetida de SL Los 80 traen a Puno una tercera propuesta que Hega bajo la forma de una columna armada No es facil determinar la composici6n de Ja base social que SL 1rd constituyendo en el departamento Como en otros puntos del pafs, en Puno SL despierta simpatfas entre j6venes de procedencia campe- sina con cierto nivel de instrucci6n y con apreciable movilidad geografica Son ellos, al lado de los maestros rurales y elementos de la pequefia burguesfa rural y urbana, su fuerza de apoyo militar, sus vectores 1deol6- gicos y sus sensores de la sociedad local En 1985 estos tres sectores compiten por el control de un 4rea del pafs que, de ser una zona marginal del sistema polftico, se converte en una de sus Areas neurdlgicas La confrontacién PAP-PUM es el primer capftulo de la batalla por Puno Esta toma la forma de una lucha entre un intento populista que se apoya en un plan contramnsurgente y un movimiento basado en las orga- nizaciones populares Sendero tercia en la batalla por Puno eyecutando acciones que aceleran Ja destruccién fisica de las EE AA , obligando a que sus titulares recurran a las fuerzas policiales 0 militares Sus acciones, de otro lado, propician una fuerte politizaci6n de las 4reas rurales Por algiin tempo, cada cual con su propio proyecto, SL y el PUM marchan paralelamente por el camino abierto por la movilizaci6n campesina Coincidencia que, para la alianza gerencial, es evidencia de una perversa divisi6n del trabajo subverstvo ‘Los dingentes del PUM se cruzan, sin Ilegar a tocarse, con la columna senderista SL se limita a advertir e mtumidar Pero en mayo de 1987 la orgamzacién liderada por el PUM ha ganado la iniciativa en el movimiento porlatierra El intento de SL de confrontar al PUM y la FDCP por medios violentos culmina en la masacre de su “fuerza principal” En apanencia, es la organizaci6n popular la que ha derrotado a SL Se trataba, sin embargo, de una ventaya temporal que resultaba fundamental- mente de la decisi6n de los comuneros del area de San Juan de Salinas de castigar el comportamiento sanguinario de los senderistas por el asesina- to del alcalde Huarsaya Pero esta victoria temporal no fue apuntalada con la construccién de orgamismos de autodefensa 0 con acctones decididas para revertir el avance senderista en la zona de Az4ngaro En realidad, las bases senderistas quedaron intocadas, a la espera del retorno de Ja “fuerza pmncipal” 28 Entrevista con el alcalde apnsta de Puno Luis Duefias (Puno, 23 5 1987) Meses después, el alealde Duefias sea vicuma de un atentado atnburdo a SL 105 Frente al PAP y ante la competencia de SL, el PUM seaferra a sus bases campesinas, conduciéndolas a derrotar tanto a la “reestructuracién buro- crética” como a la propuesta sendensta de “conquistar la tierra con las armas en la mano” El éxito del PUM y la alianza pro comunera es, apa- rentemente, bastante rotundo Al menos asf lo demucstran las cifras La estructura de la tenencia de la tierra en Puno ha sufrido un cambio drdstico con respecto a la impuesta por la reforma agrania velasquista las empresas solamente retienen el 18% de la tierra, mientras que las comunidades han. pasado a controlar mds del 50% Estas cifras, sin embargo, no pueden ocultar Jas limitaciones del proceso reestructurador y el legado de nuevos conflictos que éste deja Segdin un reciente informe del presidente del gobiemo regional, las terras distribuidas son las de peor calidad, mientras que, aprovechando de las vacilactones de los “reestructuradores”, los “gerentes” han prdctica- mente saqueado ganado, bienes y maquinarias de las empresas, deyando al campo punefio con escasas energfas para responder a la miseria que afecta al grueso de la poblacién campesina De otro lado, la forma como la “reestructuraci6n” fue efectuada ha deyado una serie de conflictos Entre feudatanos y comuneros, por un lado, y entre comunidades, por otro Conflictos que, inclusive, han llegado a ser causa de enfrentamientos Queda, asimismo, una secuela de 1rregularidades, tales como transforma- ciones de EE AA en cooperativas, cambio que se reduce a un mero Juego de membretes que les permitirfa seguir existiendo sin mayores cambios En por lo menos un caso -SAIS Sollocota— 1a EA parece haberse convertido en base de operaciones militares, y sus feudatarios han procedido a armarse para defenderla A todo esto se afiade el hecho que, en su ultima fase, 1a lucha de las comunidades qued6 librada a 1a espontaneidad, adoptando un curso anér- quico que sobrepas6 la conduccién de la FDCP Asf, luego de obtenida la terra, el modelo de empresa comunal propuesto por el PUM y la FDCP ha sido adoptado en muy pocos casos La mayorfa de las comunidades opt6é por parcelar la tierra que les fue entregada o que tomaron por la fuerza A la cabeza del gobiemo regional, 1a TU, en particular el PUM, asume Jatarea de llevar a su término el proceso reestructurador Mientras laFDCP- demanda la completa hiquidacién de Jas EE AA, Jos funcionanios del gobierno regional enfatizan en la necesidad de “sentar las bases de una estabilizaci6n de los sistemas de propiedad y tenencia de 1a terra” Elimmnado el PAP del escenano regional, la nueva ofensiva senderista dinge sus fuerzas contra el PUM y el frente pro comunero Nuevamente, como en 1987, ambas fuerzas compiten por el control del campo En los Ultmos meses SL incursiona en varias de las nuevas cooperativas surgidas de la “reestructuraci6n” En Orumilo victima a seis feudatanios, reiterando que la armada es la unica via para liquidar defimtivamente la gran propie- dad De otro lado, en Nufioa, provincia de Melgar, SL ataca la mediana propiedad sobreviviente de Ja reforma agraria velasquista 106 Bs este el perfil de una nueva fase de la batalla por Puno? De aquf en adelante la pregunta es si, desde el gobierno regional, con la imitaci6n de tener cuatro provincias bajo admimistraci6n militar, el PUM podré contra- rrestar la ofensiva senderista y, al mismo tiempo, estabilizar el campo y enfrentar el reto del desarrollo ,Hasta qué punto el “poder comunal” que el PUM Ilama a desarrollar podr4 detener a los “comités populares” formados por los seguidores de Guzm4n? Se trata, en primer lugar, de cémo responde cada una de estas fuerzas ala “militanzaci6n” que conlleva la situaci6n de emergencia declarada en cuatro provincias de Puno En ese sentido, la experiencia de otras regiones muestra que, frente a los abusos de las fuerzas militares, SL se convierte en la nica garantfa de protecci6n para algunas comunidades, manipulan- do, para tal efecto, los valores paternalistas y autoritarios intenonzados en Ja cultura campesina desde los tempos colomales”® Bajo estas condicio- nes, SL podrfa constiturse en un poder capaz de resolver conflictos imtercomunales y liquidar EE AA encubiertas bajo la fachada de coope- rativas con el eficaz y letal instrumento de sus métodos wolentos ,En qué medida podrfa el PUM competir en este terreno con los avezados cuadros senderistas? ,Podrfa el frente pro comunero retomar 1a iniciativa, convir- téndose en el eye de una altemnativa de pacificaci6n? La Iglesia proclama su decisién de no retroceder frente a SL ala vez que resiste las tdcticas antisubversivas de “guerra sucia”, pomendo en juego para ello una red de defensa de derechos humanos inexistente en otras 4reas del pafs*® De otro lado, es importante subrayar que mientras SL cuenta con un aparato polftico-mulitar radicado en el campo, no ocurre lo mismo con el PUM, cuya influencia en el campo se siente a través de organizaciones gremuales y la mnfraestructura de las ONG Esto da a SL una importante ventaja para imponer su Ifnea de “conquistar la tierra con las armas” frente auna FDCP que, encima de haber perdido —parcialmente- el control sobre la lucha por la tierra, es directamente afectada por efectos de la “mulitan- zaci6n”, es decir, por la falta de libertades y 1a hostilidad de las fuerzas armadas —que tienden a actuar como verdaderas fuerzas de ocupacién— contra la organizaci6n campesina Por lo menos hasta antes de Ja declara- tora del estado de emergencia, los “pumistas” afirmaban haber logrado establecer un sistema de vigfas para seguir a la columna sendenista, pudiendo asf prever sus ataques*! No aparecfa con claridad, sm embargo, Ja manera como podfa dar su respaldo directo a los niicleos de “poder comunal” con que esperan batir al senderismo Por tilumo, es importante subrayar 1a situacién ambigua que para el PUM implica estar a la cabeza de un gobierno regional legftrmamente 29 Véase, al respecto, el citado artfculo de Nelson Mannque 30 “Iglesia y Ia TU yaquean a Sendero‘, en La Republica, 77 1989 31 Ibid 107 constituido Un primer aspecto es que éste se convierte en el foco de expectativas cuyo cumplimiento depende de que el centralista Estado peruano esté dispuesto a ceder Jos recursos que esta nueva instancia de gobiemo requiere para actuar** Al mismo tiempo, sin embargo, segin el propio responsable departamental de dicho partido, el PUM reafirma su vocaci6n antiestatal e msurreccional El delicado equilibrio que el PUM mantiene entre una masa radicalizada y sus compromisos de gobiemo, entre su vocaci6n “campesinista” y su rol “burgués” modernizante puede ser ilustrado por la siguiente convocatona hecha por el presidente regional en su discurso de juramentacién. “A pesar de los miilnples asesinatos cometidos por los senderistas, y de su accionar sanguinario, seguimos pensando que muchos de sus muembros actian con el propdstto de buscar una sociedad més justa pero que han sido dirigidos por un jefe regional que hoy se encuentra muerto A aquellos que realmente quieren vivir de acuerdo al prin- cpio maotsta de ‘servir al pueblo de todo coraz6n’ , los llamamos a aplicar la méxima lenimsta de ‘todo con las masas, nada sin elas’, @ integrarse a sus organizaciones gremiales, en la lucha anticentra- lista Los llamamos a hacer en el seno del pueblo sus propuestas, que de ser recogidas también lo serdn por el gobierno regional, y a someterse a las dectsiones que se adopten * Augurar Io que viene es, bdsicamente, un ejercicio de especulacién, dificultado, en este caso, por la inevitable distancia La cita anterior expresa de alguna manera, una posibilidad —tal vez solamente un suefio— de lo que podria ser una suerte de democracia radical foryada en Ja lucha por resistrr e mponerse al “senderismo” y a la “mulitarizacién” Una democracia radical foryada por un liderazgo que sepa aprovechar los mecanismos que ofrece la regionalizaci6n creando, al mismo tiempo, los canales que aseguren una intensa participacidn de todos los sectores de la poblacién Que combine la monétona lucha por los espacios legales con la creatividad y dinamismo que el pueblo punefio ha mostrado a lo largo de la viluma década Que, s6lidamente basada en la organizaci6n popular, sea capaz de responder a los multiples retos de la hora actual, desde la autodefensa hasta la produccién No es la intenci6n de este artfculo sefialar quiénes son los elegidos para dicha tarea, tampoco, predecir su inminencia 32 Vease, al especto RegiénJ C Mangtegui Problemas y posibilidades y Entrevista con Romeo aca Pantigoso, presidente del Gobierno Regional” en Alerta Agrario N¥38 mayo 1990 pp 1 3 Tambien, ‘Ei desarrollo rural y la regionalizacién”, Bditonial de Debate Agrario N® 8 CEPES, ‘enero marzo 1990, pp 511 En los ultimos meses, el nuevo gobierno ha dado muestras de su renuencia a respaldar a los gobiemos regionales. Véase, al respecto Venoara, Ricardo y VEca Rudecindo {Contra las regiones estin todos? {Claro por supuesto!’ en Quehacer, N° 67 DESCO, Lima, diciembre de 1990 pp 12 20 33 Discurso de Juramentacion del Ing Romeo Paca Panugoso como Presidente del Gobremo Regional de Puno Tacna Moquegua’ Mecanografiado, p 11 108

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