Autobiografa primera

- Una botellita de Paso de los Toros, abuelo! Eso quiero! -No te va a gustar, es
amarga-, me deca el abuelo. Viajbamos desde Buenos Aires a Formosa, una
eternidad. All por el ao 1969, las empresas de transporte acostumbraban
hacer paradas en el largo recorrido para que los pasajeros pudieran desayunar,
almorzar, cenar, y otras necesidades humanas.
Estaba encaprichada, quera esa bebida que no conoca. Mi abuelo no quiso
discutir y me la compr. -Pero te vas a tomar, toda!, nada de agua, solo tu
Paso de los Toros! - Por Dios!, Qu amarga! Hasta Formosa me dur la
botellita! Tena cinco aos.
Mi abuelo nos llevaba, para comenzar la escuela en Formosa, a mi hermana de
nueve aos y a m. Mientras tanto mis padres preparaban la mudanza con los
tres hermanitos ms chicos. Ellos llegaron varios meses despus.
En Formosa tenamos toda la familia paterna, en Buenos Aires, quedaron los
hermanos de mi mam, porque su pap, viudo ya, se qued con nosotros. Este
fue mi primer desarraigo.
Viento norte, Ro Paraguay. El balneario y las noches familiares pescando
paces, dorados, surubes, pico pato, y bagres al final
Infancia llena de sol, noches calurosas jugando a las escondidas con media
docena de amigos vecinos. Hasta que, - Mili, Miriam!, deca su mam y se
terminaba el juego. Cada uno a su casa. Todas las noches de verano, en el
patio, los vecinos venan a ver los programas de televisin que alcanzbamos a
sintonizar moviendo la antena, orientndola hacia el Paraguay. Era el nico
televisor del vecindario y la antena meda como diez metros. Esperbamos la
hora de la serie Sombras Tenebrosas, y Barnabs Collins era mi hroe, un
vampiro enamorado.
Una maana, bamos al colegio, mi hermana y yo, y otro vecino, que trabajaba
en el Banco de la Provincia, nos detiene y dice, -vayan a la casa, chicas. Hubo
un golpe militar y no hay que andar por la calle.
Algo ms pas, haba mucha angustia alrededor. Esa natural costumbre de
trabajar y disfrutar de los sueos de una vida mejor, se alter. Nuevamente
hablaron de mudarnos, mis padres. Esta vez, Asuncin del Paraguay. Donde mi
abuela paterna tena su casa. No podamos decir a nadie que nos bamos. Yo
tena catorce aos y tantos sueos primerizos. Un casi novio a escondidas, mi
secundaria, el Centro Polivalente donde aprenda a ser maestra de folklore, mis
compaeros y amigos.
En la hermosa Asuncin, sentada en el marco de la puerta de atrs, en la casa
de la abuela, miraba las estrellas y contaba mis desdichas. Nos mudamos en
julio, durante el receso invernal. Solo nos fuimos.